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INFLUENCIAS ISLMICAS EN LA INDUMENTARIA

MEDIEVAL ESPAOLA
ISLAMIC INFLUENCES IN THE MEDIEVAL SPANISH APPAREL

Mara Martnez
Universidad de Murcia

Biblid: [1575-3840] 13-14 (2011-2012), 187-222.

Resumen: Anlisis y evolucin del esplendor textil y de las caractersticas de la indumentaria en Al-
Andalus, cuyas influencias se manifiestan en la creacin de la moda espaola medieval. El uso de las
prendas andaluses se divulg en la sociedad hispanocristiana de finales del Medievo. Se adjuntan 19
ilustraciones.

Palabras clave: Indumentaria, moda, textiles, Al-Andalus, Castilla, Edad Media.

Abstract: Analysis and evolution of the textile brilliance and of the characteristics of the apparel in
Al-Andalus, whose influences demonstrate in the creation of the Spanish medieval mode. I use that of
the articles andalusies it leaked out in the compant hispanocristiana of ends of the medievo. 19
ilustrations are attached.

Key Word: Apparel, mode, textile, Al-Andalus, Castile, Age Mass media.

1.- LA FASCINACIN DE AL-ANDALUS


La larga historia de Espaa en la Edad Media (ss. VIII-XV) mantuvo una
frontera fluctuante entre dos civilizaciones el Islam y la Cristiandad- que se
influyeron mutuamente. Una frontera abierta a hombres, mercancas e ideas que
se tradujo en una aculturacin superpuesta al antagonismo poltico-religioso. Este
factor geocultural divisorio, de limes, que separaba dos sociedades contrapuestas,
cristiana y musulmana, forj de forma recproca una imagen negativa del otro;
sin embargo, pese a este clich ideolgico de maurofobia o islamofobia que
prevalece en los textos narrativos cristianos del primer medievo, existi otra
realidad: la fascinacin que -sobre todo a partir de la expansin conquistadora de
las Navas de Tolosa -provoc el Islam espaol o, mejor, al-Andalus en la sociedad
cristiana.
Mara Martnez

El legado andalus a la cultura espaola puede concretarse en mltiples


influencias, intercambios y prstamos culturales diversos (lingsticos, tcnicos,
artsticos), entre los que quiz est menos difundida la huella islmica en la
indumentaria cristiana del pleno y bajomedievo, representativa de la fascinacin
ejercida por el Islam, pero tambin de los reflejos interculturales en ambas
sociedades de frontera.
La permeabilidad de la frontera en la pennsula Ibrica puso en contacto dos
sociedades, la hispanocristiana e hispanomusulmana, y aunque en el mbito
poltico se impuso la primera a travs de la Reconquista (que trasciende la edad
media con la expulsin de los moriscos en los primeros decenios del siglo XVII), la
segunda se mantuvo hegemnica en el mbito cultural.
La inicial maurofobia o islamofobia fue dando paso durante la baja edad media
(cuando al-Andalus se haba reducido al emirato nazar de Granada) a un cambio
de valoracin hacia la islamofilia o maurofilia que culminara en la poca de los
Reyes Catlicos1, cuando los monarcas adoptaron los lenguajes estticos del arte
mudjar y nazar2 y consiguieron el ideal poltico de unificacin poltico-
religiosa con la conquista de Granada.
Este cambio de paradigma puede contemplarse, como se ha apuntado, en la
fascinacin3 que ejercieron las artes suntuarias islmicas -y en concreto sus tejidos
e indumentaria.- en los reinos hispanocristianos, lo que contrasta con la realidad
histrica (empresa conquistadora y forzosa conversin de los musulmanes) de
finales del Medievo. Una fascinacin por lo islmico -literaria, artstica y musical-
que el romanticismo y el modernismo elevaron a paradigma esttico desde el mito
del Oriente islmico ms que de al-Andalus4.
Las transferencias culturales se evidencian en los prstamos indumentarios
adquiridos por la sociedad hispanocristiana, como se expondr. Resulta
contundente la huella cultural del Islam en la indumentaria espaola bajomedieval,
que expres a travs de un paradigma esttico ajeno el poder, lo bello, rico y
exclusivo. Pero quiz lo ms significativo sea que los influjos islmicos en la
indumentaria cristiana trascendern hasta el punto que se incorporarn como una

1
SILVA SANTA CRUZ, Noelia: Maurofilia y mudejarismo en poca de Isabel La Catlica, en
Isabel La Catlica. La magnificencia de un reinado, Junta de Castilla y Len, 2004, pp. 141-154.
2
CHECA CREMADES, Fernando: Isabel I de Castilla: Los lenguajes artsticos del poder, en
Isabel la Catlica, pp. 19-32.
3
Tomando el trmino de RODINSON, Maxime, La fascination de lIslam, Nimege, 1975 (hay
traduccin espaola).
4 Vid. VIGUERA MOLINS, M Jess, La fascinacin de Al-Andalus en el siglo XIX, en La
herencia de Al-Andalus, Sevilla, 2007, pp. 207-248. Parece oportuno destacar que el romanticismo,
en concreto el de la pintura orientalista espaola, exalt, al igual que la europea, el tpico de
riqueza, lujo, fantasa, sensualidad, colorido, exotismo y pintoresquismo del Islam, como una
civilizacin extraa, que no integr su pasado andalus en la identidad nacional de Espaa: ARIAS
ANGLS, Enrique: La pintura orientalista espaola. Imagen de un tpico, en La imagen romntica
del legado andalus, Madrid, 1995, p. 51; GALN, Eva V. El orientalismo en la pintura andaluza
del Romanticismo en La imagen romnticap. 99.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

recreacin propia y original y se trasvasarn de Espaa a Europa y de la Edad


Media a la Moderna.
Dicho de otra manera, este nuevo paradigma indumentario integrar un estilo
mixtificado, gtico-islmico, un cierto mestizaje caracterizador de lo que puede
catalogarse como moda espaola, que fue adoptado por reyes, nobles y prelados.
Los documentos histricos -especialmente los textos escritos, iconogrficos y
materiales a travs de las piezas de indumentaria registradas, representadas y
conservadas- as lo confirman. Una seleccin de dichas fuentes bastar para
mostrar que durante el pleno y tardomedievo la sociedad cristiana gust de la
esttica islmica e hizo sus propias adaptaciones. Tejidos, prendas de vestir,
calzado, tocados, tcnicas, textiles o adornos indumentarios que se fueron
divulgando a partir del uso que de ellos hicieron los poderosos. En este sentido se
manifiesta un proceso de aculturacin en las formas de vestir como consecuencia
del contacto y la larga coexistencia de dos sociedades diferenciadas. Por ello, lo
andalus, lo mudjar o lo morisco constituyen en la cultura del vestido una de
las ms originales expresiones del Medievo hispano.
La frontera hispana fue compartida por dos civilizaciones que aunque
antagnicas en lo poltico-religioso mantuvieron una amplia zona permeable a las
influencias, un espacio de relaciones comerciales y contactos culturales. La
apariencia externa del musulmn, del otro, contrastaba y resultaba apetecible
para el cristiano por su extica originalidad, y sera utilizada como elemento
diferenciador de riqueza, ostentacin y buen gusto por la elite hispanocristiana, y
sobre todo por la realeza para manifestar su poder. Pero esta incorporacin y
asimilacin de las influencias islmicas en la indumentaria cristiana penetr desde
la cspide hasta los grupos medios y populares, como se infiere de algunos ajuares,
dotes e inventarios locales murcianos y andaluces del bajomedievo, donde se
registran los usos vestimentarios de tradicin musulmana ms representativos, tales
que la utilizacin de aljubas, camisas y tocados. Se corrobora a finales del medievo
el calado social de la indumentaria andalus, cuya fascinacin por parte de las elites
cristianas se bas en la suntuosidad de sus tejidos y la originalidad de sus prendas y
por parte de los grupos populares en la vistosa sencillez y funcionalidad de algunos
de los indumentos a su alcance5.

5
MARTNEZ MARTNEZ, Mara: La industria del vestido en Murcia (ss. XIII-XV), Murcia,
1988, pp. 365, 371, 381, 393, 395 y 432: Camisas, sayos y calzas moriscos, borcegues marroques,
jervillas o servillas, tocas moriscas o tuneces se registran entre las prendas de vestir de murcianos y
murcianas de la baja nobleza. Apetencia social por las prendas islmicas como prueba el xito de la
subasta en Murcia del botn indumentario (21 aljubas, 1 albornoz, 6 almalafas, 3 almexiares, 52
camisas, 1 calzones, 1 capa, 1 ceidero, 1 jubn, 1 manto, 2 marlotas, 13 quezotes, 1 saya, 13 sayos,
22 tocas y 9 zarageles) capturado en la cabalgada de Alhama (Almera) en 1500. ABELLN, Juan:
La industria textil en Jerez de La Frontera (de finales del siglo XIV a mediados del s. XV), Jerez de la
Frontera, 1993, pp. 72 y 86: En el vestuario jerezano bajomedieval se incluyen aljubas y tocas
moriscas (alfardas y alharemes). BORRERO FERNNDEZ, Mercedes: El ajuar de la casa
campesina a fines de la Edad Media, en Actas del III Coloquio de Historia Medieval Andaluza, Jan,
1982, p. 218: Las campesinas sevillanas llevaban alquinales o tocas/velos de tradicin andalus.
ARGENTE DEL CASTILLO OCAA, Carmen: El vestido de la mujer jiennense (1509-1512) en
El Toro de Caa, 1, Jan, p. 131: En Jan, entre los bienes de pequeos campesinos y grupos medios

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Mara Martnez

2.- EL ESPLENDOR TEXTIL DE AL-ANDALUS: ALGUNAS CARACTERSTICAS DE LA


INDUMENTARIA ISLMICA

El esplendor de la indumentaria andalus se constituye como un trasunto de la


escatologa musulmana, pues el Corn (XXII, 23) garantiza que a los buenos
creyentes en el Paraso se les ataviar con brazaletes de oro y con perlas, all
vestirn de seda6. Desde Abd al-Rahman II los soberanos andaluses se presentan
ricamente vestidos, como los califas abbases; segn Averroes para ello emplean
ricas vestimentas, como los mantos de armio y de prpura, y se sientan sobre
tronos dorados como signo de perfeccin y sabidura7.
Lombard consider que la industria sedera la introdujeron en al-Andalus los
sirios que se asentaron en Jan, Elvira (Granada) y Tudmir (Murcia), y
paradjicamente la ley islmica era contraria a vestir sedas, especialmente a los
hombres, aunque el Corn compensaba al muslim con su uso en el Paraso. La
riqueza cultural de al-Andalus queda de relieve en las artes suntuarias, y en este
caso en la fabricacin de tejidos de lana, algodn y, sobre todo, sedas que se
producan en los talleres o tiraz (Dar al tiraz), desde el siglo IX bajo el reinado de
Abd al Rahman II, que seran trasladados desde Crdoba a la ciudad palatina de
Madinat al-Zahra por Abd al Rahman III en el siglo X. Pero antes, piezas de lujo,
cueros cordobeses y marfiles se redistribuan desde al-Andalus a los mercados
europeos y orientales. La indumentaria, como bien cultural, constituye un elemento
clave del arte de vivir y de la fastuosidad de la corte omeya en al-Andalus, que se
impregn del lujo de las antiguas cortes reales persas, bizantinas, indias y chinas,
recreadas por los abbases en Oriente y difundidas desde all al occidente islmico.
La orientalizacin de al-Andalus se debi a un legendario personaje, Zyryab
(un msico iraqu, liberto del califa abbas que, cado en desgracia, lleg a la corte
omeya de Abd al- Rahman II), quien impuso nuevas formas de vestir, modas y
maneras estticas de gran sensualidad y refinamiento. La exquisita elegancia
caracteriz esta moda importada que exiga atuendos ad hoc para cada estacin:
en primavera se vesta la jubba (de seda de color) o el mulham (una especie de toga
con mangas anchas), en otoo capas de Merv y ropas de color acolchadas pero
ligeras. Entre las novedades introducidas por Zyriad, destaca el uso del blanco
(considerado smbolo de luto) en la indumentaria veraniega, que dara lugar al
empleo del color negro para el luto en la poca estival8.

bajos las prendas de vestir se revelan anticuadas, menos influenciadas por las modas, por razones
econmicas tambin, pero se registran algunos influjos andaluses en el vestuario de las mujeres
jiennenses de principios del siglo XVI, en los tocados de seda, las tocas de camino con labor de
cintas, los alharemes y almaizares y las camisas y adornos moriscos.
6
En otra sura (XVIII, 31) la recompensa ser vestirlos de satn y brocados verdes, para
compensar las prohibiciones de las diferentes escuelas jurdicas que vetaban el uso de de la seda a los
hombres, si bien dichas tradiciones se fueron debilitando: SERRANO NIZA, Dolores: Los vestidos
segn la ley islmica, en Boletn de la Asociacin espaola de Orientalistas, XXIX (1993), pp.158-
159.
7
CRUZ HERNANDEZ, Miguel: El Islam de Al-Andalus, Madrid, 1992, p. 287.
8
DUFOURCQ, E.: La vida cotidiana de los rabes en la Europa medieval, Madrid, 1993, p. 127.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

La produccin de seda en al-Andalus est bien constatada en el siglo X


(Calendario de Crdoba del ao 961), y junto a la manufactura textil de fieltros y
la peletera form parte de los artculos comerciales ms relevantes. La fabricacin
textil (de lino, algodn y sobre todo seda, con la incorporacin del telar a pedales
de procedencia sasnida) y el gran comercio de tejidos de importacin (telas sirias,
iranes y bizantinas que colocaban los mercaderes en las alcaiceras y mercados
urbanos de al-Andalus) muestran el desarrollo de la economa andalus. La
perfeccin y precisin alcanzadas en la artesana y las artes decorativas hicieron
que Ibn Hazn comparara a los andaluses con los chinos9. Al-Idrisi informaba que
en Almera haba 800 talleres textiles de seda que fabricaban trajes y tejidos
decorados (brocado, isfahani, yuryani, velos floreados, vestidos ojeados o con
adornos parecidos a ojos, alfombras, telas attabi de seda y algodn de varios
colores y otros modelos que, posteriormente, seran imitados en los tejidos
mudjares)10. Aunque existen pocas imgenes del esplendor textil de al-Andalus,
los tejidos conservados, el registro de tirazes en ciudades andaluses, las
referencias poticas, la informacin de viajeros y las descripciones de los cortejos
omeyas confirman el alto nivel de la industria del vestido andalus11.
Las tcnicas islmicas introducidas en al-Andalus fueron imitadas en los reinos
cristianos, fundamentando las bases de las manifestaciones artsticas catalogadas
como mudjares, que en el caso de los tejidos a veces slo el anlisis tcnico
permite diferenciarlos de los puramente andaluses. Es por ello que -caso de los
textiles del conjunto de las Huelgas- no sea siempre fcil precisar si los reyes
encargaron las telas en talleres andaluses o las fabricaron tejedores mudjares
establecidos en las cortes cristianas.
Desde Crdoba, la produccin manufacturera de sedas irradi a Almera
afamada por sus telas wasy con figuras y brocados- y a otras ciudades (Sevilla,
Jan, Murcia, Chinchilla, Mlaga, Granada, Baza, Nerja, Andarax) tras la
descomposicin del califato. La utilizacin y combinacin de tintas (quermes y
grana para el rojo, azafrn para el amarillo, pastel o ndigo para la gama de azules,
zumaque para tonos negros) y mordientes (alumbre, cenizas) y goma para fijar
los colores dotaron de gran cromatismo las sedas y textiles islmicos, auque sin
duda los tejidos de lujo fueron las sedas y brocados (telas de seda y oro) sobre los
que se bordaba el nombre y los ttulos del gobernante, loas a la divinidad y aleyas
cornicas, cuyo uso corresponda al soberano y a personas exclusivas autorizadas
por l12.


9
PREZ HIGUERA, Teresa: Objetos e imgenes de Al-Andalus, Madrid, 1994, p. 17.
10
PREZ HIGUERA, Ob. cit., p. 20.
11
FERNNDEZ GONZLEZ, Etelvina: El artesano medieval y la iconografa en los siglos del
Romnico: La actividad textil, en Medievalismo, 6 (1996), pp. 102-103.
12
PARTEARROYO, Cristina: Tejidos almorvides y almohades, en Al-Andalus. Las artes
suntuarias en Espaa, Madrid, 1992, p. 105. Inscripciones que se colocaban en los bordes de las
prendas de vestir, con hilo de oro o de color distinto al de la prenda, como prueban las tnicas reales
que tienen en su borde un tiraz o smbolo de dignidad y soberana.

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Mara Martnez

Aunque fcilmente reconocibles grosso modo, la indumentaria y textiles


islmicos tuvieron su propia evolucin interna, que caracteriza espacios o/y
periodos, como se analizar. Con ser el aspecto externo significativo de la posicin
socioeconmica y de la imagen esttica de individuos y grupos, las telas, sedas e
indumentos fueron un elemento simblico del poder, de la dignidad y autoridad de
los soberanos hispanomusulmanes. El protocolo y la suntuosidad de la vida
palaciega requeran una imagen magnificente del poder, as cuando Ordoo fue
recibido por al-Hakam II, la guardia uniformada con armaduras preludiaba el boato
y etiqueta de la recepcin: armas, joyas y atavos distinguan la jerarqua social que
finalizaba con el califa sentado sobre el trono13.
Esplendentes indumentos que fueron utilizados por los emires, califas, rgulos y
sultanes andaluses como regalos14 o presentes diplomticos por su valor
econmico y originalidad esttica. En algunos casos emularon los tejidos
orientales, como en los talleres de Almera, donde se inscriba falsamente en
algunas telas de seda el lema hecha en Bagdad15.
El prestigio de los tejidos de al-Andalus, que reflejaba el poder de sus
gobernantes, tuvo para los reyes hispanocristianos la misma concepcin de poder,
dignidad, riqueza y autoridad, tanto en la vida como en la muerte, lo que explica su
utilizacin para expresar la soberana del personaje. El lujo textil andalus fue pues
igualmente empleado, aunque resulte aparentemente paradjico, por los monarcas,
nobles y prebostes eclesisticos, quienes lucieron tejidos y prendas de factura
islmica en ceremonias de coronacin, funciones litrgicas, viajes, juegos y fiestas
y en las ropas y ajuares funerarios16. Puede a priori sorprender el gusto por los
textiles e indumentos islmicos que mantuvo la elite poltico-social
hispanocristiana, a no ser que comparemos la belleza de la seda y el oro, la
temtica ornamental (grafa rabe, lacera, ataurique, elementos figurativos) y el
colorido con la produccin paera europea, de gran calidad pero sin duda menos
vistosa, original y distinguida. Lo andalus simbolizaba el esplendor del poder, la
soberana por excelencia.
A la mutiplicacin de tiraces fuera de Crdoba (Almera, Mlaga, Pechina,
Fiana y Baza) y de talleres sricos en otras muchas localidades hay que sumar las


13
HOLOD, Ob. Cit., p. 45.
14
HOLOB, Ob. Cit., p. 44: Almanzor regal a miembros de su hueste, tras una victoria en 997,
2.285 piezas de tejidos de seda tirazi, 21 piezas de tejidos de lana merina, 2 tnicas anbari
(perfumadas con mbar) 11 piezas de siqlatun (escarlata), 15 piezas a rayas, 7 alfombras, 2 tnicas de
brocado rum (bizantino) y 2 pieles de marta.
15
HOLOB, Ob. Cit., p. 44. PARTEARROYO, C.: Tejidos almorvides y almohades, en Al-
Andalus. Las artes suntuarias en Espaa, Madrid, 1992, p. 106. En Almera, el centro textil ms
importante de la Espaa almorvide, se fabricaron tejidos al estilo de Bagdad, los conocidos como
tabbi (de Atabbi, o barrio de Bagdad) de donde derivara baldaques. Se falsificaban as, con un
origen improcedente, para encarecer su precio, por lo que se prohibi durante los siglos XI y XII
poner falsas denominaciones a los tejidos.
16
FERNNDEZ GONZLEZ, Etelvina: Las galas del ajuar funerario, en Monjes y
monasterios. El Cister en el Medievo de Castilla y Len, Valladolid, 1998, pp. 335-356.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

manufacturas andaluses de lana, lino o algodn. La calidad y riqueza de estas


manufacturas se basaba en las materias (especialmente sedas y brocados de una
gran variedad tcnica y cromtica), las complejas tcnicas, el uso de oropel, la
gama de colores con programas iconogrficos que fueron evolucionando desde el
periodo califal al nazar, lo cual permite identificarlos y reconocerlos, tanto
genricamente (tejidos hispanomusulmanes o andaluses) como de forma especfica
ligados a un determinado periodo (califal, almorvide, almohade, nazar). Sedas
labradas con oropel (u oro de Chipre) o plata dorada a la manera de hilos metlicos
ornaron las vestimentas, especialmente los velos decorados con franjas (holol)
formadas con hilos de metal bordados, o las filosedas (o mediosedas, que
mezclaban seda con algodn, lino o lana). Una poderosa industria textil que
asimilaron algunos tiraceros mozrabes y que desde el siglo XIII los mudjares
mantuvieron en las ciudades hispanomusulmanas conquistadas: por ejemplo la
afamada produccin y fabricacin de sedas y velos femeninos (almagel y alquinal),
como se ha demostrado para Valencia y Murcial17.
Los nombres de los tejidos islmicos confirman la riqueza y variedad de la
esplendente produccin y comercio de sedas y tejidos andaluses en Castilla y otros
mercados hispanos, europeos y orientales18.


17
NAVARRO ESPINACH, Germn: Los orgenes de la sedera valenciana. Siglos XV-XVI,
Valencia, 1999, p. 34; El lujo en los tejidos de seda en la indumentaria valenciana de los siglos XV-
XVIII, en Vestimenta tradicional valenciana, 1999, pp. XVII-LXX. La fama de la sedera de la
Murcia islmica est bien atestiguada: en la Crnica del moro Rasis (s. IX) se informa que en la cora
de Tudmir labrauan muchas buenas telas de pannos de seda; al-Udri en el siglo XI sealaba que en
Tudmir haba excelentes talleres de ricos bordados o tiraz. La calidad de la seda murciana, en especial
el lujoso al-guax (al-wachi: caracterstico tejido de seda, bordado en oro, teido en diversos colores)
fue muy elogiado entre los siglos XI-XIII: MARTNEZ MARTNEZ, Mara: La seda en Murcia:
decadencia y reactivacin de una actividad musulmana, en La ciudad islmica, Zaragoza, 1991, p.
468; El arte de la seda en la Murcia medieval: tradicin islmica e innovacin intercultural, en
Castilla y el mundo feudal, II, Universidad de Valladolid, 2009, p. 214.
18
NAVARRO, El comercio de telas, p. 100: La quincena de tejidos de seda relacionados son
islmicos: alfolla, bisso, afrin, ciclatn, dibet, jamete, jaspe, molfn, pao de oro, polmira, prpura,
scutulado, seda, sirgo y suria. SERRANO-PIEDECASAS Luis: Elementos para una historia de la
manufactura textil andalus (siglos IX-XII), en Stvdia Histrica, IV, 2 (1986), pp. 205-227, registra
los textiles andaluses (o las imitaciones realizadas) contenidas en los textos hispanocristianos e
hispanomusulmanes desde el siglo IX al XII. SALABRIGAS, Silvia: Los tejidos en al-Andalus entre
los siglos IX al XVI. Aproximacin tcnica, en Espaa y Portugal en las rutas de la seda. Diez
siglos de produccin y comercio entre Oriente y Occidente, Barcelona, 1996, pp. 74-98. DIAGO
HERNANDO, Mximo: La industria y el comercio de productos textiles en Europa (siglos XI al XV),
Madrid, 1998, 68 pp. MARTN I ROS, Rosa M: Tejidos, en Summa Artis, Madrid, 1999, XLV, t.
II, pp. 7-80. SERRANO NIZA, D., GONZLEZ MARRERO, M. C. ROMERO MORALES, Y.:
Granada, un reino de seda, Granada, 2008, 195-265; en esta monografa se han recopilado numerosos
arabismos textiles e indumentarios: aceitun, albadena, alcaida, alfolla, alguex, almajar, assagreg,
azache, baldaqun, barragn, bisso, brocado, afrn, camelote, camocn, crdeno, carmes, cebt, eir,
cendal, cerquer, ciclatn, damasco, dibeth, enxaravia, fazroem, imperial, jamete, jaspe, leste, letia,
marromaque, metraphus, mexelim, moare, molfn, orofrs, prpura, raso, sarga, scutulado, seda,
segr, simitel, sirgo, suria, tafetn, tartar, terenel, terciopelo, tiraz, zarzahn. Un pionero vocabulario
en PEZZI MARTNEZ, Elena: El atavo hispano-rabe: la herencia de su nomenclatura en la
Espaa cristiana, Universidad de Granada, 1979.

193
Mara Martnez

Se han conservado de este amplio periodo hispano musulmn un gran nmero


de textiles y prendas de esplendente vistosidad: a destacar las piezas o fragmentos
de las pocas almorvide y almohade (ss. XI-XII). De la primera se conservan unos
cincuenta ejemplares, con caractersticas comunes (grandes crculos dobles que
encierran parejas de animales, una estrella central, inscripciones rabes en cenefas
horizontales,), entre los que se encuentran la casulla de San Juan de Ortega, la
vestidura de san Pedro de Osma y el tejido del estrangulador de leones
procedente de la tumba de San Bernardo en Vich.
Tejidos procedentes en muchos casos del botn obtenido por los monarcas
hispanocristianos (por ejemplo en la conquista de Almera por Alfonso VII en 1147
o la de Valencia por Jaime I en 1238) que fueron reutilizados como indumentos
civiles y litrgicos o en sepulcros, relicarios, encuadernaciones A menor escala,
las razzias fronterizas codiciaban tambin los indumentos cristianos, como se
documenta en la frontera murciano-granadina; as mismo el traje militar obtuvo
influjos de ambas culturas a uno y otro lado de la frontera19.
En otros casos los ajuares personales fueron encargados por reyes, nobles y
eclesisticos en talleres mudjares que mantuvieron las tradiciones tcnicas y
ornamentales de los tejidos hispanomusulmanes. En el primer caso la casa real
encarg el tejido de escudos con castillos y leones que compone la indumentaria
del infante don Fernando de la Cerda (capa, pellote, saya y capiello o gorro de
ceremonia, y el de algunas prendas litrgicas)20. A la inversa, tejidos y prendas
cristianos fueron regalados por los reyes castellanos a los emires granadinos y a
otros hispanomusulmanes de diversa condicin21.
La vistosidad que ofrecan quienes vestan estos tejidos andaluses y mudjares
(y la diferencia social que con ellos marcaban) explica que los atavos
hispanocristianos se confeccionasen con ellos, o se usaran directamente prendas de
corte y confeccin islmicas, como los quizotes y marlotas o aljubas y almexias22.
Esta maurofilia indumentaria -puesta de relieve por Bernis23- centra la atencin de
nuestro anlisis, pero hay que ponerla en conexin con la moda cristiana de
Occidente para no dar una imagen distorsionada, pues la indumentaria islmica fue
usada sobre todo en recepciones, fiestas, juegos y viajes, o bien se vestan slo

19
Adems del botn obtenido por los murcianos en la cabalgada murciana a Alhama de Almera
en 1500, ya apuntado, a la inversa los granadinos capturaron prendas de vestir cristianas (sayas,
capas, tabardos, mantos, alcandoras y pellotes) a murcianos de distinta condicin social: MARTNEZ,
La industria, pp. 435-436.
20
PARTEARROYO, Tejidos andaluses, p. 404.
21
GONZLEZ MARRERO, M del Cristo: La Casa de Isabel La Catlica. Espacios domsticos
y vida cotidiana, vila, 2004, pp. 324-325.
22
Muchos son los textos que registra el uso de prendas de vestir moriscas. Por ejemplo la almexia
de lienzo tunec blanco con unas mangas anchas, que llevaban los alfaques, o los zaragelles tambin
de lienzo tunec que se registra en la testamentara de Isabel la Catlica, GONZLEZ MARRERO,
Ob. cit., p. 245.
23
BERNIS MADRAZO, Carmen: Modas moriscas en la sociedad cristiana espaola del siglo
XV y principios del XVI, en BRAH, CXLIV (1959), pp. 199-228.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

algunas prendas y adornos musulmanes combinados con indumentos tpicamente


cristianos. La identidad esttica espaola se transform con el uso de tejidos,
prendas y adornos islmicos, pero sin perder su esencia europea asimil elementos
andaluses para incorporarlos a su sustrato cultural.
Hay que resaltar que la legislacin suntuaria que restringa el lujo en el vestir no
prohiba la utilizacin de indumentos islmicos por parte de los cristianos, sino los
excesos indumentarios junto a medidas discriminatorias para judos (que emulaban
la vestimenta cristiana para no ser reconocidos) y mudjares (quienes mantuvieron
sus costumbres indumentarias)24. Tambin los soberanos andaluses emitieron
disposiciones que discriminaban por el vestido a judos y mozrabes con el fin de
reconocerlos y diferenciarlos de los musulmanes25.
Pero cmo era la indumentaria islmica?
Aunque falta un estudio global de la evolucin de la indumentaria andalus,
especialmente de los siglos VIII-XI, los trabajos de Ari y otros ms recientes
completan y trazan una vlida aproximacin26, que presenta en ocasiones
problemas para concordar la diferente terminologa vestimentaria con la prenda
concreta. Textos muy elocuentes y apenas alguna ilustracin reflejan cmo se
vesta en al-Andalus, puesto que la ley islmica prohibi la representacin
figurativa, aunque no consigui excluirla totalmente. La indumentaria andalus,


24
MARTNEZ, La industria, pp. 390 y 432-443: Los judos murcianos vistieron a la usanza
cristiana pero con ostentacin; los mudjares murcianos mantuvieron su identidad indumentaria y se
les permiti en 1480 lucir aljubas y tocados de seda en sus bodas y fiestas, y tambin eran obligados a
engalanarse para el Corpus; mientras que la burguesa y la nobleza locales combinaron el atuendo
cristiano con alguna prenda o elemento indumentario islmico, caso del mercader Francisco Maineta
que llevaba brial y albornoz en 1499, o el ms generalizado uso de borcegues de raigambre islmica
adoptado por los sectores medios y altos de la sociedad murciana. Finalmente la regulacin del uso de
la seda en los vestidos de finales del siglo XV s permiti vestir ropas de sedas a los moriscos
granadinos segund que lo an acostunbrado. Tambin la indumentaria andalus se mantuvo en
Valencia: BENITO VIDAL, M.P.: La moda en la Valencia del siglo XV, Valencia, 2003, pp. 169-180.
25
Por ejemplo, el zabazoque de Cairun consult a Yahya Ibn Umar acerca de la vestimenta de
judos y cristianos y la respuesta fue que deban distinguirse de los musulmanes mediante el uso de un
zunnar o cinturn ancho para que cambiase el aspecto de su atuendo y sirviera como distintivo. Se
exigan duras penas corporales para los contraventores y reincidentes: GARCA DE CORTZAR,
Jos ngel: Nueva Historia de Espaa en sus textos, Santiago de Compostela, 1975, p. 163. Los
almohades obligaron a los cristianos y judos a utilizar en al-Andalus este fajn o cinturn y un
vestido de un color especial y les prohibieron llevar turbante para diferenciarlos de los musulmanes:
ARI, Espaa musulmana (siglos VIII-XV), Barcelona, 1982, p. 292.
26
ARI, Rachel: Acerca del traje musulmn en Espaa desde la cada de Granada hasta la
expulsin de los moriscos, en Revista del Instituto de Estudios Islmicos, XIII (1965-1966), pp. 103-
117, y la sntesis que incluye la autora en Espaa musulmana, pp. 290-301. PEZZI MARTNEZ,
Elena: El atavo hispano-rabe: la herencia de su nomenclatura en Espaa, Universidad de Granada,
1979, 64 pp. + ilustraciones. BARCEL TORRES, Carmen y LABARTA, Ana: Indumentaria
morisca valenciana, en Sharq al-Andalus , II, (1985) pp. 49-73. CRUZ HERNANDEZ, Miguel: El
Islam de al-Andalus, Madrid, 1992, pp. 211-217. RUIZ PALOMINO, Mara: Usos y costumbres de
Al-Andalus. Viaje interior al mundo y a la moda andalus, en Moda y sociedad, Granada, 1998, p.
559. SERRANO NIZA, Dolores: Glosario de indumentaria rabe islmica segn Ibn Sidah, Madrid,
2005.

195
Mara Martnez

igualmente sujeta a la moda, se compuso de algunas prendas bsicas comunes a


hombres y mujeres, tales como la camisa (qamis), los zaragelles (sarawil), el
manto (burd o mitraf y el albornoz (burnus), que se populariz y perdur entre
mudjares y moriscos.
La camisa, ceida a modo de ropa interior, se confeccionaba en lino, algodn o
seda, blancos o de colores, y se vesta en contacto directo con el cuerpo; los
zarageles o calzones largos y bombachos que se ajustaban en la cintura; la aljuba
era una saya o tnica holgada, confeccionada de lana, algodn o tejidos lujosos, se
colocaba sobre la camisa; el manto femenino (almalafa, alifafe) cubra la cabeza; el
albornoz de lana, prenda bereber que con el turbante generalizan los almorvides,
lo usaban las andaluses de alcurnia, pero partir del siglo XII fue vestido por ambos
sexos; se caracterizaba por la capucha que llevaba unida al vestido y sigue siendo
la prenda cotidiana en el norte de frica27.
Botas, botines, sandalias o alpargatas, zapatillas y chinelas para andar por casa,
fue el calzado habitual. Aunque los hombres solan ir con la cabeza descubierta
(sobre todo los ms humildes), se colocaban una especie de bonete de fieltro rojo o
verde o casquete de lana, o lujosos gorros de seda ornados con joyas. El uso del
turbante (`imama) masculino de origen bereber- estuvo en principio reservado a
los alfaques, cades, ulemas o peregrinos de La Meca, pero se fue generalizando a
partir del siglo XI28, mientras que las mujeres se cubran la cabeza con el manto o
una capucha de tela ligera y su rostro con un velo (pauelo o toca atado a la nuca)
desde los ojos a la garganta29. Pauelos de seda o alfiniame (fabricados en Fiana,
Almera) llegaban al mercado de Len en el siglo X, y tambin fueron reputados
los mantos hechos en Pechina que se importaban a Oriente30.
Ropas perfumadas (para dotarlas de sensualidad y preservarlas)31 y joyas de oro,
marfil y piedras preciosas (azabache, rub, zafiro), tales como collares, pendientes
o zarcillos, aros para tobillos y muecas, broches, fbulas e incluso diademas,
embellecan a las damas hispanomusulmanas.
Algunas fuentes iconogrficas, caso de las miniaturas de Las Cantigas32 y el
Libro del Ajedrez, permiten una informacin visual excepcional de la indumentaria

27
SERRANO NIZA, Dolores: Fuentes para el estudio de la indumentaria andalus, en Revista
de Filologa, 14 (1997), pp. 217-224. Recopilacin bibliogrfica tambin en MARTNEZ
MARTNEZ, Mara: Indumentaria y sociedad medievales (ss. XII-XV) en En la Espaa Medieval,
26 (2003), pp. 38-39.
28
Abderraman Sanchuelo en 1009 orden que en la corte se usase el turbante bereber en vez de
los tocados orientales que haba puesto de moda Zyriab, lo que caus descontento entre los
dignatarios: ARI, Espaa musulmana, p. 291.
29
DUFOURCQ, Ob. cit. pp. 125-128.
30
NAVARRO, Germn: El comercio de telas entre Oriente y Occidente1190-1340), en
Vestiduras ricas. El monasterio de Las Huelgas y su tiempo 1170-1340, Madrid, 2005, pp. 89-116.
31
HOLOD, Renata: Artes suntuarias del periodo califal, en Al-Andalus. Las artes islmicas en
Espaa, Madrid, 1992, pp. 41-47.
32
GUERRERO LOVILLO, Jos: Las Cantigas. Estudio arqueolgico de sus miniaturas, Madrid-
Granada, 1949.

196
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

cristiano-musulmana del siglo XIII. Pese a las disposiciones emanadas del IV


Concilio de Letrn (1215) y de Las Partidas (VII, tit. XXIII, ley XI) que obligaban
a musulmanes y judos a diferenciarse con distintivos vestimentarios de los
cristianos, la atraccin por la esttica del otro se mantuvo, tambin como forma
de confundirse, para no ser discriminados, caso sobre todo de los judos. Las
imgenes alfonses muestran las diferencias indumentarias entre cristianos y
musulmanes, pero tambin a los primeros vestidos como los segundos.
Pese a las recprocas influencias en la indumentaria hispana, los mudjares y
moriscos preservaron sus tradicionales indumentos y su apariencia caracterizada
por barbas y melenas en el caso de los varones. La resistencia a los cambios
impuestos por la monarqua en el siglo XVI hacia las costumbres y el aspecto de
los moriscos confirma el mantenimiento de las seas de la identidad andaluses.
En general, las prendas andaluses eran amplias, talares y con mangas muy
anchas, vestidas tanto por hombres como por mujeres. El ornato y la riqueza de las
telas sealaban las diferencias sociales, pero los notables vestan la almexa (rica
tnica con forro y amplias mangas que resaltaba la dignidad social) y el alquicel o
manto rectangular; el turbante para hombres y mujeres, larga barba y rostro velado
(khinar) completaban la apariencia de los hispanomusulmanes de ambos sexos,
respectivamente33.
Ibn al-Jatib describa la indumentaria granadina del siglo XIV, y destacaba de
ella los finos mantos blancos y el colorido de las vestimentas:
El vestido ms usado por las distintas clases
sociales y ms propagado entre ellos es el
pao de lana teido (malf) en invierno. Son
muy variadas las calidades de las telas, segn
la fortuna y posicin social. En verano usan
el lino, la seda, el algodn, el pelo fino de
cabra, la capa de Ifriqiya, los velos tunecinos
y los finsimos mantos dobles de lana, de tal
modo que los contemplas los viernes en las
mezquitas y te parecen flores abiertas en
vegas espaciosas bajo aires templados.
Ms sencilla es la impresin que el viajero
alemn Jernimo Mnzer dej de la indu-
mentaria de los sarracenos:

Fig. 1: Morisca


33
GARCA CUADRADO, Amparo: Las Cantigas: el cdice de Florencia, Murcia, 1993, pp.
114-115 y 118.

197
Mara Martnez

No he visto a ningn hombre que llevase


calzas, a no ser algunos peregrinos que las
llevaban hasta las rodillas, sujetas con nudos en
la parte posterior, de manera que a la hora de la
oracin y de las abluciones pudieran fcilmente
quitrselas. Las mujeres, en cambio, todas llevan
calzas de lino, holgadas y plegadas, las cuales se
atan a la cintura, cerca del ombligo, como los
monjes. Sobre las calzas se visten una camisa
larga, de lino, y encima, una tnica de lana o de
seda, segn sus posibilidades. Cuando salen, van
cubiertas de una blanqusima tela de lino,
algodn o seda. Cubren su rostro y cabeza de
manera que no se les vea sino los ojos.
El embajador veneciano Andrea Navajero
describa en los aos veinte del siglo XVI las
Fig. 2: Morisco
homogneas ropas femeninas de las moriscas que
diferenciaban su condicin social mediante un
vistoso ribeteado en los blancos y largos mantos:
Las mujeres visten todas un traje muy fantstico a la morisca: llevan las
camisas poco ms largas que el ombligo y despus sus zaragelles, que son calzas
de tela atacadas, en las cuales con que entre un poco la camisa es bastante; las
medias o son de pao o de tela, y todas tan arrugadas que hacen las piernas
gordsimas. En los pies no llevan pantuflas, sino escarpines pequeos y bordados
en seda. Sobre la camisa se ponen un vestidillo corto, recamado de seda, con las
mangas tambin de seda, casi como una casaca morisca y las ms de las veces de
dos colores. Llevan encima una capa blanca de tela que les cubre hasta el suelo,
con la cual se envuelven y cubren de manera, que a no quererlo, no son conocidas.
El cuello de la camisa lo llevan comnmente adornado y las ms nobles con
adornos de oro, lo que tambin se observa, a veces, en la capa blanca en que se
envuelven, pues algunas lo llevan con una greca de oro todo alrededor. En el resto
del vestir no hay menor diferencia entre las poderosas, esto es, las ricas y
pudientes, y la gente comn, plebeyas y artesanas, pero la forma del traje es
siempre la misma. Tambin llevan unos sombreros negros que tien con una
tintura que no huele muy bien. Todas se rompen los pechos para que crezcan y
cuelguen bastante y sean grandes, porque esto les parece bello; todas se tien las
uas con alcohol de un color rojizo y llevan en la cabeza una especie de moo que
cuando se pone por encima el pao le da la misma forma. Se baan mucho, tanto
los hombres como las mujeres, pero ms stas 34.


34
Los testimonios de Mnzer acerca del modo de vestir de los andaluses se acompa de los
dibujos que a principios del siglo XVI realiz Cristoph Weiditz, lo que los convierte en una fuente
iconogrfica excepcional que ilustra y explica en su contexto las descripciones de los textos escritos:
SERRANO NIZA, GONZLEZ MARRERO, ROMERO MORALES, Ob. cit., pp. 58-59, reproducen
algunos de ellos. La morisca granadina llevaba un manto o almalafa que cubra la cabeza y slo
198
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

De la arabizacin vestimentaria dan cuenta muchos textos cristianos a travs


de la terminologa; es de destacar, por tratarse de un anlisis propio, el testamento
de la toledana Ins Rodrguez en 1318, cuyo guardarropa refleja la pervivencia y
suntuosidad del atavo andalus tambin para los trajes de las novias cristianas35.
Desde la segunda mitad del siglo XV se vistieron sayos y capas de corte rabe y se
lucieron bordados o guarniciones moriscos (realizados con hilo de oro y plata y
sedas de colores,) y cintas de seda cosidas a la tela (gayadas o listadas u orilladas)
en las ricas camisas o alcandoras moriscas tan de moda, adornadas con franjas,
randas, letras, vivos u orillas. Otro prstamo islmico que refleja el trasvase
indumentario se fija en los tocados, como demuestran los arabismos de sus
nombres: alfarda (cubra desde la cabeza en dos mitades el pecho de las mujeres) y
tocas moriscas a modo de turbantes (entre las que se utilizaban los alharemes,
almaizares y las tocas de camino, bien de lino o seda o ms lujosos como los
segundos) usados primero por reyes y nobles para arraigar despus en el traje
popular. Tambin algunos complementos de las prendas de vestir asimilados por la
moda hispanocristiana fueron las fajas y ceideros, de clara influencia islmica36.
Una influencia morisca que sedujo a las cortes europeas como la de Miln o
Anjou, donde se la conoca como moda espaola37, cuyos elementos
diferenciadores islmicos respecto a la europea la haban convertido en una moda
nacional con personalidad propia38. Asimismo, en un indito figurn de la
segunda mitad del siglo XV, realizado por un annimo maestro ropero de
Estrasburgo, se incluye, entre los dibujos-bocetos de indumentaria europea, un
tocado de tradicin islmica39. En el caso de la moda aragonesa de finales del
Medievo y del siglo XVI esta aparece menos impregnada de las tradiciones
islmicas que la castellana, tal como se desprende del anlisis textual e


dejaba al descubierto el rostro, y adems de zarageles o calzas de lino, holgadas y plegadas, y unas
medias calzas o twazen -descritas por Ibn Abdun en el siglo XII- que eran vendas blancas que se
enrollaban alrededor de las piernas desde el tobillo a la rodilla, tal como ilustran los dibujos de
Weiditz: ALBARRACN, Joaquina: Ropas hispanomusulmanas de la mujer tetuan II Jornadas
Internacionales de cultura islmica. Aragn vive su Historia, Teruel 1988, p. 238. BERNIS, Carmen:
Modas moriscas en la sociedad cristiana espaola del siglo XV y principios del siglo XVI, en
BRAH, CXLIV (1959), fig. 11.
35
MARTNEZ CARRILLO, Mara de los Llanos y MARTNEZ MARTNEZ, Mara: Un
ejemplo de mozarabismo toledano: la familia de Ins Rodrguez (siglos XIII-XIV), en Anales
Toledanos, XXVII (1990), pp. 47 y 48. Un almoatac, un aodra con oriellas prietas y una toca de oro
eran las prendas donadas para la boda de una novia cristiana. Adems se registran otras prendas: una
aljuba de marui (Merv, actual ciudad de Turqua), varios soquexos de seda de Murcia, dos axaruias,
dos sorias, dos arredes y una alholla.
36
BERNIS, Modas moriscas pp. 199-228; Trajes y modas en la Espaa de los Reyes
Catlicos, 2 vols. Madrid, 1978, 1979. GONZLEZ MARRERO, M del Cristo: La Casa de Isabel
La Catlica, pp. 211-330. VZQUEZ MADRUGA, M Jess: Ciclo Isabel La Catlica. La moda
femenina en Castilla, en Revista de la C.E.C.E.L, 6 (2008), pp. 91-137.
37
GONZLEZ MARRERO, La Casa de Isabel La Catlica, p. 217.
38
MARTNEZ MARTNEZ, Mara: La creacin de una moda propia en la Espaa de los Reyes
Catlicos, en Aragn en la Edad Media, XIX (2006), pp. 343-380.
39
Biblioteca Nacional de Espaa. Sala Goya. Sig. DIB 13/16/2.

199
Mara Martnez

iconogrfico realizado por C. Solns40, donde apenas se evidencian tocados y


camisas moriscas y borcegues y sedas orientales (ceut, tab), debido al
distanciamiento de los territorios aragoneses con la frontera cristiano-musulmana
desde el siglo XIII y a los cambios histricos producidos desde el reinado de Carlos
I, que marcaran la evolucin hacia nuevos paradigmas estticos de la moda
espaola.
Europeizacin e islamizacin de la indumentaria espaola, distinguida con la
influencia andalus que impregn parte del atavo del conjunto social en funcin de
su poder adquisitivo. Pero adems, la dictadura de la moda y la libertad
indumentaria estuvo limitada socialmente por la legislacin suntuaria de las
monarquas41, que en el caso hispano incorporaron lo bello, el lujo y la ostentacin
de la esttica islmica para magnificar su poder. Un ideal esttico espaol, una
simbiosis cristiano-musulmana, divulgado y trasgredido por el resto de los grupos
sociales, incluidos las minoras y los marginados (judos, mudjares y prostitutas).

3.- LA CREACIN DE LA MODA ESPAOLA: UN ESTILO MIXTIFICADO Y RECREADO


POR LA INFLUENCIA ISLMICA

La moda responde a un concepto esttico, creativo y suntuario, y se usa como


instrumento de poder, diferenciador, trasgresor y rupturista. Fueron Isabel y
Fernando, quienes utilizaron la moda de Espaa como un hbil instrumento de
propaganda para la exaltacin del linaje de la Casa Real. La moda de Espaa alude
sobre todo a la moda castellana, que contribuy a crear una identidad indumentaria
respecto a la europea, basada en una imagen femenina que combinaba los verdugos
de las faldas, el trenzado en el tocado, los altos chapines, las camisas con adornos
moriscos y tocados de influencia islmica de los que hizo gala la reina Isabel y en
conjunto la familia real y su crculo42. La imagen masculina se islamizaba con el
uso de algunas vestimentas, por el modo de sentarse a la turca, con msicas y
bailes moriscos en fiestas o juegos de caas que reproducan ficticiamente las
batallas entre cristianos y moros, y en la manera de cabalgar a la jineta con
atuendo musulmn, como gustaba el condestable Miguel Lucas de Iranzo.
El influjo islmico en la indumentaria bajomedieval puede observarse en el
prestigio de los textiles andaluses que desde el califato fueron utilizados por reyes,
nobles y prelados para sus vestidos, por el refinamiento y vistosidad de los tejidos.
Es el caso de la capa pluvial conservada en el Museo Catedralicio de Burgos,
encargada por los condestables de Castilla, elaborada con un esplndido tejido
nazar organizado en bandas paralelas con inscripciones rabes cursivas. Tambin
adoptaron los hispanocristianos de ambos sexos tocas tuneces o de camino,

40
SOLNS SOTERAS, Mara Concepcin: La moda aragonesa del siglo XVI, Zaragoza, 2009.
41
Vid. GONZLEZ ARCE, Jos Damin: Apariencia y poder. La legislacin suntuaria
castellana en los siglos XIII-XV, Jan, 1998.
42
MARTNEZ, La creacin de una moda propia, p. 352.: Antonio de Lalaing que
acompaaba a Felipe el Hermoso en 1501 describi que la reina Isabel iba ataviada a la moda de
Espaa, aunque no se precisan los posibles elementos islmicos.

200
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

alharemes, almaizares y trajes ceremoniales como marlotas, aljubas, quizotes,


capellares, albornoces y mantos, e imitaron las calzas moras o los lujosos y
coloristas sayos moriscos, como los que vistieron Isabel I y su hija Juana,
frecuentemente combinados con colores, tejidos y adornos diversos, como
corresponda a la esttica islmica.
La difusin de las influencias islmicas en el vestuario se manifiesta durante el
bajomedievo y se consolida hacia finales de la centuria del cuatrocientos. Debe
apreciarse que el adjetivo morisco a prendas de vestir hispanocristianas (calzas,
sayos, jubones) no se concreta en la hechura sino en los adornos que enriquecan
los indumentos, realizados por las bordadoras y esclavas moras de la Casa Real.
Las cuentas del tesorero de Isabel La Catlica, Gonzalo de Baeza, y el inventario
de los tesoros del Alczar de Segovia confirman la adopcin por la Casa Real de
estas prendas tpicamente islmicas.
Reyes y reinas dispensaron grandes gastos en sus guardarropas, donde no
faltaron las caras sedas y las prendas islmicas ms reconocidas, como en el caso
de Juan I de Castilla, que gast 85.643 mrs. en textiles nazares, ms de la mitad
del total invertido en el ajuar para su entronizacin43. Un influjo islmico que
tambin se recreaba en la arquitectura y el interiorismo de las viviendas (muebles,
alfombras, tejidos, encuadernaciones, etc.), porque se valoraban otros mundos
estticos: el islmico por su lujo y ms tarde el africano y americano por su
exotismo44.
La esttica del poder monrquico se vesta de una imagen que a modo de
propaganda visual exaltaba la superioridad de la institucin y de los individuos que
la ostentaban. Un poder que se haca visible en la corte aragonesa del siglo XV.
Una moda cosmopolita, con fusin de tendencias, que tambin Alfonso el
Magnnimo y Mara de Castilla impusieron con un deslumbrante y costoso
guardarropa ornado con bordados, tiras de seda de colores y sobrepuestos que
exhiban cuerpos majestuosos, que combinaban paos europeos, paos de oro y
seda (telas de escarlata y oro orientales, brocados), tejidos de seda (terciopelos,
satenes, aceituns y damascos y sedas de Almera) y peletera (forros y adornos de
prendas de vestir), provedos por mercaderes italianos. Las reminiscencias
andaluses se concretan en el turbante con que se representa a Mara de Castilla en
el Llibre de privilegis i ordinaciones dels Hortolans de Sant Antoni de Barcelona,
y en la predileccin por las alcandoras, aljubas, caftanes, alquinales, chilabas y
caperuzos moriscos del vestuario regio, vestidos sobre todo por Alfonso V para los
juegos de caas, una de sus grandes aficiones. En 1418, Muhammad VIII regal al
rey aragons un valioso equipamiento militar para juegos de caas y gineta,
compuesto por montura de oro, armas y ricos trajes de oro y seda (tabardo con


43
MARTNEZ MARTNEZ, Mara: La imagen del rey a travs de la indumentaria: el ejemplo
de Juan I de Castilla, en Bulletin Hispanique, 96/2 (1994), p. 286.
44
CHECA CREMADES, Ob. Cit., p. 23.

201
Mara Martnez

capucha, marlota, alharemes, tocas, aljuba, alcandora y albornoz). Hasta el siglo


XVII los poderosos se disfrazaban a la morisca para este divertimento social45.
La predileccin de los Trastmaras por los trajes nazares la resume el cronista
Bernldez cuando describi el atuendo a la morisca del rey Fernando en 1486:
jubn de seda, quixote de seda amarillo, sayo de brocado, corazas de brocado y
espada morisca, toca y sombrero. Igualmente, en las justas celebradas por el viaje
de Felipe I a Toledo, el rey y el almirante de Castilla se vistieron con albornoces de
terciopelo rojo y azul, bordados a la morisca, y el duque de Bjar apareci con casi
400 jinetes ataviados a esa usanza. La alta nobleza particip de las modas y formas
de vida que los distinguan como elite respecto a la nobleza local y la caballera
villana: el vestuario y armamento de lvaro de Estiga, utilizados en los juegos
de caas que recreaban torneos entre moros y cristianos, se compona de espadas
ginetas, espuelas y camisas moriscas con oro y seda, un almaizar rico, con oro, las
orillas negras y una albanega con barbas postizas46. Prendas de tradicin
andalus para juegos, fiestas, vestir de gala, mostrar un signo de extica distincin
ante personajes europeos y smbolo de dominio de la monarqua hispana tras la
incorporacin del emirato nazar.
Las camisas y tocados islmicos se generalizaron y arraigaron en el traje
popular cristiano ms que ningunas otras prendas, aunque tambin se tomaron
prestados otros indumentos, como quezotes, marlotas, sayos, albornoces y
capellares, de los que existen numerosos testimonios en la documentacin cristiana
del siglo XV47. El quezote era un traje estival confeccionado con telas ligeras,
generalmente blanco, mientras que la marlota era una prenda holgada que se
confeccionaba con ricas telas (brocado, terciopelo o damasco) y usada
exclusivamente por la elite. Esta prenda de lujo islmica se us hasta bien entrado
el Renacimiento por los caballeros en los juegos de caas; adems otros trajes
cristianos se adornaban con guarniciones moriscas (textos epigrficos, gayas,
orillas, franjas o tiras)48.
Y a la inversa, hubo un trasvase indumentario cristiano, siquiera en el vestuario
militar, en el atavo andalus, pues consta que sultanes y soldados emularon las
tnicas escarlatas, las armas y monturas usadas por sus vecinos del otro lado de la
frontera, como relata Ibn Sa`id, contemporneo del primer sultn nazar. Este autor
comentaba que ni Ibn Hud ni `Azib b. Jattab, gobernador de Murcia, usaban
turbante porque preferan llevar la cabeza descubierta al estilo cristiano49. Prototipo


45
GARCA MARSILLA, Juan Vicente: Vestir el poder: indumentaria e imagen en las cortes de
Alfonso V El Magnnimo y Maria de Castilla, en Res Publica, 18 (2007), pp. 371-372. MARTNEZ,
La industria del vestido, p. 403. Otros ejemplos en BERNIS, Modas moriscas, pp. 201-203.
46
MARTNEZ MARTNEZ, Mara y LORA SERRANO, Gloria: Las inversiones suntuarias de
la nobleza a fines de la edad Media, en Historia y Sociabilidad. Homenaje a la profesora M del
Carmen Melendreras Gimeno, Murcia, 2007, p. 218.
47
BERNIS, Modas moriscas, p. 221 y ss.
48
SILVA SANTA CRUZ, Ob. cit. p. 143.
49
ARI, Espaa musulmana, p. 292.

202
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

de la adopcin entre las elites musulmanas de la vestidura cristiana fue Ibn


Mardanix, que visti trajes ceidos como los reyes cristianos, con quienes se ali
contra los almohades50, al igual que al parecer los vestidos de dos colores que
vestan los nazares fueron de influencia cristiana, de uso generalizado en la
Castilla del trescientos.
Respecto a los denominados sayos moriscos, se trataba de prendas de gran
vistosidad, sobre todo porque se confeccionaban en dos colores diferentes.
Finalmente los mantos islmicos ms usados por la sociedad cristiana fueron los
capellares y albornoces, diferencindose estos modelos en que el primero era un
manto largo y abierto con capuchn y el segundo un manto cerrado51.
Tras la conquista de Granada, los conversos tuvieron que disfrazar su antiguo
origen con prendas cristianas (sayo, capuz, jubn), pero hubo resistencia a esta
asimilacin indumentaria por parte de la sociedad morisca. La dispora granadina
desde finales del siglo XV trasvas la indumentaria andalus a los nuevos espacios
de acogida, como por ejemplo Tetun, donde J. Albarracn demostr la pervivencia
de la indumentaria morisca en las ropas de las tetuanes de mediados del siglo
XX52.
Una breve muestra del legado islmico en la indumentaria medieval confirma la
creacin de una moda tpicamente espaola confeccionada en parte con textiles
andaluses, cuyos diseos fueron similares a los de las yeseras, mrmoles, tallados,
pintura, taraceas, cermica, marfiles y, especialmente, las iluminaciones cornicas
y miniaturas de libros53. El Patrimonio Nacional espaol conserva una coleccin de
telas medievales entre las que se cuentan dos conjuntos de ajuares funerarios de los
siglos XIII y XIV, que permiten obtener una clara visin de la indumentaria regia
de la poca, de la produccin textil de al-Andalus y del comercio con el resto de
pases islmicos. Se trata de excepcionales prendas procedentes de los sepulcros
reales del monasterio de Santa Mara de las Huelgas de Burgos54 y del sepulcro de
Fernando III de la Catedral de Sevilla, entre otros. Configuran restos completos de
indumentaria, tocado, calzado y joyas, ejemplos de ajuares domsticos (almohadas


50
ARI, Rachel: Quelques remarques sur la costume des musulmanes dEspagne au temps des
nasrides, en Arabica, XIII (1965), pp. 244-261. MARN, Manuela: Signos visuales de la identidad
andalus, en Tejer y vestir: de la Antigedad al Islam, Madrid, 2001, p. 144.
51
BERNIS, Modas moriscas, pp. 221-224.
52
Vid. resumen en Ropas hispanomusulmanas de la mujer tetuan, en III Jornadas
Internacionales de Cultura Islmica. Aragn vive su Historia, Teruel, 1988, pp. 235-247.
53
PARTEARROYO LACABA, Cristina: Tejidos andaluses en Artigrama, 22, 2007, p. 372.
54
Panten de la iglesia del monasterio cisterciense fundado en 1187 por Alfonso VIII de Castilla
y su esposa Leonor Plantagenet, donde se encontraron importantes tejidos andaluses
correspondientes a los periodos almorvide, almohade (1088-1232) y nazar (1238-1492), tales como
tafetanes, lampazos, samitos, sargas, paos de arista, tapices, tejidos de punto de media, bordados y
otros tejidos de origen oriental como los oropeles con marchamos del siglo XIV: HERRERO
CARRETERO, Concha: El Museo de Telas Medievales de Santa Mara La Real de Huelgas.
Colecciones Textiles de Patrimonio Nacional, en Vestiduras Ricas. El monasterio de Las Huelgas y
su tiempo. 1170-1340, Madrid, 2005, p. 119.

203
Mara Martnez

y tejidos) y atades forrados interna y externamente con coberturas sricas.


Algunas son prendas de grandes dimensiones, como los mantos, sayas y pellotes,
comunes para hombres y mujeres, que en su conjunto permiten la visualizacin
fidedigna y la identificacin de las muchas variedades de atuendos registradas en
los textos escritos e iconogrficos coetneos.
Igualmente, hay que destacar la reconversin realizada en las vestiduras y
tocados andaluses (alharemes, aljofifas, aljubas, almaizares, almalafas, etc.) para
confeccionar con ellos prendas de la liturgia cristiana o de uso eclesistico
(dalmticas, casullas, estolas, palias y ornamentos de altar, capas pluviales,
mangas, cortinas etc.), analizados por J. Abelln55.

4.- SELECCIN DE INDUMENTOS Y TEXTILES MEDIEVALES ESPAOLES


El influjo islmico en la indumentaria bajomedieval puede observarse en el
prestigio de los textiles andaluses que desde el califato fueron utilizados por reyes,
nobles y prelados para sus vestidos, por el refinamiento y vistosidad de los tejidos.
Los ejemplos seleccionados demuestran la originalidad de la moda de Espaa, que
mixtific el estilo europeo internacional con el lujo que al mismo le otorgaba la
propia huella andalus. Tejidos que tuvieron durante toda la Edad Media una gran
demanda social en los reinos cristianos, tanto en la esfera civil como eclesistica.
Segn orden cronolgico aproximado:
4.1. PRENDAS CALIFALES. Aunque se sabe que Abd al-Rahman II organiz la
fabricacin de tejidos de seda y mantos bordados en el tiraz, que se exportaban a la
Espaa cristiana, Europa y Oriente islmico, no han quedado ejemplares de poca
emiral56. Hubo una abundante y especializada produccin (tal como confirma la
compleja denominacin de los tipos de tejidos), que presenta problemas de
identificacin, procedencia o cronologa. Ibn Faradi menciona a un cordobs
(fallecido en el ao 929) que aprendi en Bagdad la fabricacin de brocado.
Durante el siglo X la produccin andalus poda equipararse a la oriental, incluso
Ibn Hawqal resaltaba que los fieltros de al-Andalus eran incomparables e
inigualables57. En el mercado leons durante el siglo X se vendieron vestidos
(tnicas, albornoces, tocas, borcegues, sayas) y tejidos islmicos58.
Entre las piezas textiles del califato se encuentra un valioso exponente: el
almaizar de Hisam II (976-1013, Madrid, Real Academia de la Historia),
procedente de un relicario de san Esteban de Gormaz (Soria). La composicin de
este tocado a modo de fino turbante, segn la moda bereber, diseado con tres

55
ABELLN PREZ, Juan: Prendas litrgicas de vestiduras y tejidos andaluses
(Documentacin de la parroquia de Santa Mara de la Oliva de Lebrija en la poca de los Reyes
Catlicos), en Aynadamar, I, Cdiz, 2002, pp. 147-160.
56
PARTEARROYO, Tejidos andaluses, p. 375.
57
PREZ HIGUERA, Ob. Cit., pp. 87-88.
58
SNCHEZ ALBORNOZ, Claudio: Una ciudad de la Espaa cristiana hace mil aos, Madrid,
1980, (8ed.), pp. 32 y 184-186.

204
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

franjas, adornado en sus extremos con franjas de tapicera y rematado con flecos,
muestra la iconografa del poder, simbolizada en dos medallones octogonales en la
franja central que encierran figuras esquemticas sentadas a la turca; uno de ellos
representa la soberana e incluye una dedicatoria al califa, algo poco frecuente: En
el nombre de Dios, clemente y misericordioso, la bendicin de Dios, la
prosperidad para el califa iman Hisam, favorecido de dios y prncipe de los
creyentes59.

Fig: 3: Almaizar de Hisam II (Periodo califal, 976-1013.


Seda, lino e hilos entorchados de oro 18 x109 cm)

La crnica annima del Dikr relata que en el ao 997 Hisam II, montado a
caballo, se dirigi a la mezquita tocado con un turbante blanco, con los penachos al


59
Postura utilizada por los reyes hispanocristianos, caso de Alfonso X (en las Cantigas) o Enrique
IV, segn seal en 1465 el barn de Rosmithal, asombrado de que el monarca castellano lo recibiese
sentado en tierra sobre tapices, a la usanza morisca. La frontalidad de una de las figuras del
almaizar no personifica al califa sino el poder califal, tampoco la otra figura representa a la princesa
vascona Subh, esposa de Hixam II: PREZ HIGUERA, Ob. Cit., p. 42. Aunque se conoce como
almaizar, esta pieza es en realidad una banda del tiraz, o extremo (110,5 cm. de longitud y 40 cm de
anchura) que poda ser aplicada a las tnicas reales, a mangas de trajes o a un turbante.
PARTEARROYO, Tejidos andaluses, p. 377; Al-Andalus. Las artes islmicas (Catlogo), p.
225. EIROA RODRGUEZ, Jorge: Antigedades medievales, Madrid, 2006, pp. 39-40.

205
Mara Martnez

viento60. En los extremos del almaizar se colocaba la banda decorativa o tiraz que
caa sobre los hombros.
Los tejidos de poca califal muestran la influencia de las telas coptas aunque
sustituyen la lana y el lino por la seda y el oropel (oro de Chipre). Se caracterizan
por la disposicin del diseo en bandas horizontales con motivos geometrizados
dentro de medallones, formas vegetales caractersticas del arte califal (en relieves y
marfiles) e inscripciones cficas.

4.2. PIEZAS ALMORVIDES. Las ms significativas se corresponden con el


reinado de Ali ben Yusuf (1107-1143), y entre ellas destaca un grupo de tejidos
que imitaba, o falsificaba para encarecerlos, los
realizados en Bagdad (denominados tabbi, o
attabi, nombre de un barrio textil bagdad,
tambin registrados como baldaques o
diaspros), representados en la casulla de san
Pedro de Osma (donde se lee Esto es de lo hecho
en Bagdad, gurdelo Dios). Se caracterizan por
tonos suaves con toques de oro y un diseo de
finas lneas tejidas entre dos colores
yuxtapuestos y la delimitacin de los contornos,
que recuerdan a las miniaturas. Los tejidos
conocidos como pallia rotata (paos con ruedas,
medallones o crculos) que encerraban
representaciones figurativas de personas y
animales, fueron en realidad tejidos de tradicin
sasnida apropiada por los artesanos andaluses y
continuada por los almorvides.
Se conservan unos 50 ejemplares, que tienen
en comn grandes crculos dobles bordeados con
cintas perladas que encierran parejas de leones,
Fig. 4: Tnica del Infante don
grifos, esfinges, arpas, guilas, pavos y otros
Garca, primera mitad del siglo XII,
animales afrontados entre una palmeta o rbol
seda e hilos entorchados de oro
de la vida, tema originario de la Persia sasnida.
A veces llevan inscripciones cficas (Asistencia
del Dios para el emir de los musulmanes, o el nombre del soberano). Tejidos con
temas figurativos, vegetales y epigrficos dispuestos en bandas horizontales, se
confeccionaron con ellos prendas civiles y litrgicas, como por ejemplo la casulla
de san Juan de Ortega (+ 1162).
Otra pieza almorvide es la conocida como el estrangulador de leones
aparecida en la tumba de obispo Bernardo Calb en Vich (Museo de Vich)61,


60
PREZ HIGUERA, Ob. Cit., p. 57.

206
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

obtenida probablemente en la toma de Valencia en la que particip el eclesistico


junto a Jaime I en 1238. De igual manera que Alfonso VII, tras la conquista de
Almera a los almorvides en 1147, pudo tomar el tejido que constituye el relicario
de Santa Librada (Catedral Sigenza), o la tela almorvide que encuaderna un
documento del rey leons Fernando II (1157-1188) y, especialmente, la tnica del
infante don Garca (hijo del emperador Alfonso VII, +1145) con la que fue
enterrado en su tumba del panten Real de la iglesia parroquial de Oa (Burgos).
Se trata de una prenda de lujo ajustada que se ensancha desde las caderas mediante
cuatro pliegues para poder cabalgar, con mangas largas y estrechas terminadas con
aberturas semiacampanadas. Adornada con una gran guila bicfala con alas
extendidas, presenta el cuello decorado en zig-zag y collar perlado, cartelas con
inscripciones cficas y decoracin de rosetas, palmetas y rombos62.
4.3. PIEZAS ALMOHADES. Segn Ibn Jaldun, el ideal de piedad y sencillez de los
monarcas almohades (los puros) reaccion contra el lujo de los vestidos de seda y
oro, cuya utilizacin prohibieron junto a los bordados suntuosos de las prendas
femeninas. Pese al conservadurismo rigorista que suprimi la produccin de los
talleres reales (tiraz), durante este periodo se fabricaron bellos tejidos que fueron
eliminando los temas figurativos (parejas de animales afrontados) en mor de una
decoracin de ruedas entrelazadas dispuesta en franjas con motivos geomtricos
(rombos, rosetas, estrellas, polgonos estrellados), vegetales (atauriques) y
epigrficos (de escritura cfica o cursiva). Se han conservado ejemplares de gran
calidad con labor de tapicera, utilizados en trajes de ceremonia, ornato de palacios,
regalos y ajuares funerarios.
Bonete del infante Felipe (anterior a 1274, hermano
de Alfonso X, Museo Arqueolgico Nacional, Madrid).
Tocado de lienzo bordado en seda y oro y forrado en
seda; destaca la decoracin herldica (castillos y guilas
en alusin al Imperio alemn, pues su madre, Beatriz de
Suabia, era hija del emperador) y los dibujos de lacera
entre medallones perfilados con hilo de oro63.
Otro ejemplo de tejido almohade lo constituye lo que
fue parte de la capa del rey Fernando III, procedente de
su sepulcro en la Catedral de Sevilla, compuesta por dos Fig.5: Bonete del infante
tejidos diferentes, el superior decorado con castillos y don Felipe. Anterior a
leones dispuestos en cuadrcula, realizado por encargo 1274
Tcnica de tatefn,
regio en un taller andalus, y el de la franja inferior - lienzo, seda y oro
Altura mxima 15,3 cm.
Dimetro 17 cm

61
Fragmento de una dalmtica, es el exponente ms claro de la imitacin de los tejidos persas en
talleres andaluses, que copian el personaje y la indumentaria (turbante, barba y rica tnica): Al-
Andalus. Las artes islmicas en Espaa, (Catlogo), Madrid, 1992, p. 320.
62
PARTEARROYO, Tejidos almorvides y almohades, en Al-Andalus. Las artes islmicas,
pp. 107-108.
63
Vestiduras ricas (Catlogo), p. 178

207
Mara Martnez

cosida al anterior- con decoracin almohade de ataurique64.


En general, muchos de estos tejidos de factura islmica (almohade o nazar) se
han conservado en vestiduras litrgicas como las que visti para su enterramiento
Rodrigo Ximnez de Rada.
Dalmtica de seda del
arzobispo don Rodrigo Ximnez
de Rada (primera mitad del siglo
XIII, Monasterio de Santa Mara
de Huerta, Soria). Se trata de una
amplia vestidura litrgica con
mangas anchas ornamentadas,
abierta en los laterales, de seda
blanca, labrada con roleos vege-
tales dispuestos simtricamente
con estrellas de cuatro puntas,
ataurique menudo, franjas con
inscripciones cficas (al-yumn=la
felicidad, baraka= bendicin), ga-
Fig.6: Tnica de don Rodrigo Ximnez de Rada lones con decoracin geomtrica
Perodo almohade, antes de 1247 de oro y plata alrededor del
Seda e hilos entorchados de oro y plata cuello, hombros, puos y espalda
L. 141 cm.
y forro de seda rojo. Tejido que
desde el siglo XII se fabricaba en talleres almorvides almerienses, pero este del
siglo XIII se presenta ms evolucionado y enriquecido65.
Terno de San Valero (siglo XIII, capa, dalmtica y casulla. Museo Textil y de
Indumentaria, Barcelona), la decoracin de la dalmtica en pecho y espalda son
diferentes aunque predomina la ornamentacin de lacera en ambas. Las mangas
fueron aadidas posteriormente con un tejido que no es de factura
hispanomusulmana66.
La culminacin del estilo almohade lo representa el Pendn de las Navas de
Tolosa, elaborado en tapicera, y ms que un trofeo de guerra obtenido por Alfonso
VIII al sultn almohade al-Nasir, como se consider, fue parte del botn conseguido
por Fernando III en Andaluca y donado por este rey al Monasterio de las
Huelgas67.


64
PARTEARROYO, Tejidos almorvides y almohades, p. 110.
65
Al-Andalus (Catlogo), pp. 330-331. Prenda que formaba parte del equipo litrgico
(dalmtica, tnica y casulla) procedente del regalo que el sultn nazar hizo a Fernando III, quien lo
regal al arzobispo. Vestiduras ricas (Catlogo), p. 194.
66
Al-Andalus (catlogo), pp. 332-333.
67
PARTEARROYO, Tejidos almorvides y almohades, p. 112. Al-Andalus, p. 326.

208
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

Representativos de este periodo son los tejidos conservados en el Panten de


Las Huelgas de Burgos, que forman el conjunto ms importante de Occidente68,
entre los que se seleccionan para esta ocasin aquellos con los que se
confeccionaron prendas de vestir mixtificadas, exclusivas de la moda espaola
porque combinaron las hechuras gticas al uso internacional con la factura de
tejidos islmicos. La indumentaria masculina en el panten de Las Huelgas est
representada por los restos extrados de los sepulcros de Alfonso VIII (el rey
fundador, 1156-1214) y sus hijos, el infante Fernando (1189-1211) y el rey Enrique
I (1203-1217), y especialmente los de Fernando de la Cerda (1256-1275) y su hijo
Alfonso (1271-1333) y los del rey Sancho IV. La indumentaria femenina
corresponde a la extrada de los sepulcros de la reina fundadora Leonor de
Plantagenet (1156-1214) y de sus hijas Berenguela (1180-1246) y Leonor de
Castilla (+ 1244).
Las prendas ms significativas de estos atavos regios fueron la saya encordada
en una abertura lateral izquierda, y el pellote -complemento de la anterior- que se
singularizaba por dos grandes aberturas laterales; se forraban con pieles de conejo,
tanto para la indumentaria masculina y femenina, adulta como infantil. El birrete o
gorro cilndrico armado en tela era el tocado caracterstico de los estamentos
privilegiados, aunque el usado con ms frecuencia fue la cofia (casquete esfrico
con cuerdas o barbuquejos para atarla en los extremos).
A estas piezas de indumentaria se suman otros tejidos de gran riqueza usados
como forros de los atades o sudarios69, procedentes de talleres andaluses
(Almera, Mlaga, Murcia), que la documentacin denomina como pallia rotata:
samitos teidos con kermes que recogen los motivos decorativos de tradicin persa
sasnida, como eran los crculos con felinos afrontados en torno al rbol de la vida.
Pallia rotata que en el siglo XIV seran sustituidos por los panni tartarici,
procedentes de Extremo Oriente (con loros y flores de loto, motivos originarios de
China o Tartaria) a travs de los mercaderes genoveses instalados en Valencia y
Granada desde los siglos XII y XIII, respectivamente70.
Los indumentos usados en los enterramientos se corresponden con el estatus del
finado, tal como regularon Las Partidas. As, los caballeros se enterraban con la
indumentaria civil o el arns militar, mientras que los reyes con las vestiduras
usadas el da de la coronacin. Vestiduras ricas que estuvieron compuestas por


68
PARTEARROYO, Tejidos andaluses, pp. 391 y ss.
69
Como el de doa Menca de Lara: FERNNDEZ GONZLEZ, Etelvina: Una tela hispano-
musulmana en el sepulcro de doa Menca de Lara del monasterio cisterciense de San Andres del
Arroyo, en Actas de las II Jornadas de cultura rabe e islmica, Madrid (1985), p. 206: se trata de
un sudario cuya factura (lamps) y esttica se corresponde con el periodo almohade, emparentado con
el tejido del ajuar funerario de arzobispo toledano Ximenez de Rada.
70
HERRERO CARRETERO, Ob. cit., pp.133-135.

209
Mara Martnez

tejidos o guarniciones islmicas, procedentes del botn, el comercio o la


diplomacia71, segn se ha sealado.
En la indumentaria conservada en el Panten de Las Huelgas, se observa la
evolucin de la moda, en la que imperaba el estilo gtico comn en Europa
occidental (en concreto el de los Valois en Francia). Sin embargo, en Espaa,
subryese, se afirman unos rasgos originales por la influencia del mundo andalus,
especialmente a partir de la conquista de Andaluca en el siglo XIII. Las vestiduras
encontradas en el Panten regio de las Huelgas estn representadas en Las Cantigas
de Santa Mara, donde se sincretizan los estilos franceses e italianos con la
tradicin hispana de influencia islmica, lo que dio un toque caracterstico a la
moda bajomedieval.
Los monarcas y la corte sucumbieron ante el refinamiento islmico, y el
impulso al lujo tuvo que ser refrenado por leyes suntuarias, que regulaban el uso de
tejidos, sedas, pieles, prendas o colores segn la condicin social. La calidad de la
tela, ms que la hechura de las prendas, era lo que dotaba de suntuosidad al atavo.
La seda, combinada con el oro y trabajada con complejas tcnicas, era el tejido de
lujo por excelencia, el ms atractivo y caro, reservado a una minora. El color fue
considerado un elemento de la indumentaria de lujo, y las sedas islmicas vistieron
de gran cromatismo los cuerpos de los privilegiados.
Hasta la segunda mitad del siglo XIV la vestimenta masculina y femenina
apenas si se diferenciaba por la longitud de las prendas: las femeninas eran largas o
muy largas y no dejaban ver los pies y las masculinas eran cortas y mostraban las
piernas. En los vestidos conservados en las Huelgas se aprecia una evolucin del
sencillo y lineal estilo romnico a una hechura ms complicada que introduce la
nesga para darle vuelo y amplitud a los vestidos, que se ajustaban y llevaban sisas
extremadamente abiertas. Es suficientemente conocida la evolucin de la
indumentaria medieval espaola desde los pioneros trabajos de Bernis hasta
algunas de las aportaciones citadas en este artculo.
En resumen, los hispanocristianos vistieron prendas ntimas compuestas por
camisa y bragas, ms calzas y saya (en su modalidad de holgada o ajustada, esta
preferida por los ms distinguidos, que se cea en el costado izquierdo mediante el
ajuste de cuerda o cordn que se conoca como saya encordada, como la que figura
en el enterramiento de don Fernando de la Cerda, forrada con tafetn de seda
carmes y con mangas cosedizas cortadas aparte del resto de la prenda). Sobre la
saya se colocaba el pellote, creacin original de la moda espaola del siglo XIII,
con grandes aberturas laterales que mostraban la saya encordada, y del que quedan
dos magnficos ejemplares, el del rey castellano Enrique I y el don Fernando de la
Cerda, ambos aparecidos en las Huelgas.
Otros indumentos de uso ms exclusivo fueron la piel, la aljuba y la almeja,
que eran largas prendas con mangas anchas, similares a las que vestan en la poca

71
ESPAOL BERTRN, Francesca: Los indumentos del cuerpo a la espera del Juicio Final,
en Vestiduras Ricas. El monasterio de las Huelgas y su poca, 1170-1340, Madrid, 2005, pp. 74-75.

210
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

judos y musulmanes. Otras prendas de encima o sobretodos eran las de abrigo,


como la garnacha, el manto (que vestan los reyes en las ceremonias, con o sin
capucha y con aberturas o maneras para sacar los brazos, y apropiados para viajes),
el tabardo (que se distingua por las mangas colgantes de gran longitud, una clara
reminiscencia oriental, usado para viajar) y la capa (de hechura rectangular o
semicircular, con variantes). Una exquisita muestra es la capa del infante don
Fernando conservada en Las Huelgas y confeccionada en brocado de seda verde e
hilos entorchados en oro.
Respecto a los tocados, adems de la cofia se usaron el birrete o bonete, signo
de distincin, como los tres ejemplares conservados correspondientes al infante
don Felipe (Villalczar de Sirga), don Fernando de la Cerda (Las Huelgas) y
Alfonso X (Catedral de Sevilla). De uso ms generalizado fue el capirote, una
especie de capucha que completaba el tabardo.
El vestido femenino en el siglo XIII, aunque con menos variedad, era ms
atractivo por la exquisitez de los ricos bordados de las camisas y los variados
modelos de tocados. La camisa bordada con hilos de seda de colores o de oro ser
desde el siglo XIII una peculiaridad del traje femenino espaol durante varios
siglos: las labores bordadas islmicas que dan nombre a las camisas margomadas
distinguieron la moda espaola de la europea internacional. El uso de bragas o/y
calzas por las mujeres apenas est documentado, aunque s fue una costumbre -
censurada por Ibn Abdun- de las sevillanas musulmanas del siglo XII.
Una versin de lujo de la saya femenina fue el brial, pues aunque de igual
hechura que la primera este se confeccionaba con ricas telas y su longitud era
extrema para ser arrastrado por el suelo al andar (el del doa Leonor de Aragn,
esposa de Jaime I, enterrada con uno en Las Huelgas en 1244, meda 190 cms. de
largo), lo que se consideraba signo distincin. Tambin las mangas decorativas que
se adjuntaban como mangas cosedizas a ciertas prendas fueron una reminiscencia
oriental y andalus. Otra prenda islmica muy del gusto
cristiano fue, como su nombre indica, el alquicel, un
manto femenino de corte rectangular. Sin duda, en gran
medida, la originalidad de la moda espaola del
bajomedievo se debi a los prstamos indumentarios
islmicos, que en lo referente al tocado le otorgaron un
exotismo diferenciador al usar las hispanocristianas tocas
transparentes72. As mismo, textos cristianos de mediados
del siglo XIII abundan en menciones de alhamares, catifas
o alcatifas73.
Cabe destacar entre los tocados, la cofia del infante don
Fig.7: Cofia de Fernando,
Fernando (1189-1211, hijo de Alfonso VIII), enterrado en infante de Castilla (ca.
1189-1211).

72
Un resumen de la moda espaola bajomedieval en DESCALZO, Amalia: El vestido entre
1170 y 1340 en el Panten Real de las Huelgas, en Vestiduras ricas, Madrid, 2005, pp. 107-118.
73
PEREZ HIGUERAS, Ob. cit., p. 20.

211
Mara Martnez

el Real Monasterio de las Huelgas. Confeccionada en tapicera de factura


almohade, de seda blanca y azul con hilos de oro y decorada con bandas paralelas
(la central ms ancha con estrellas de ocho puntas). Forrada en lienzo, reforzada
con tiras de cabritilla doradas y barboquejo para atarla. Resalta la inscripcin
cursiva (El Seor es el renovador del consuelo) en oro y blanco sobre azul. Una
rica tela para un sencillo tocado (reproducido en Las Cantigas de Santa Mara)
bordeado de cintas perladas y tiras finas de piel dorada que le dan a la pieza
aspecto de orfebrera74.
- Pellote y aljuba de Enrique I (1203-1217, Santa Mara La Real de Las
Huelgas). Destaca en el conjunto que forma el traje funerario del monarca el tejido
de seda carmes. La decoracin del pellote destaca con las farpas a modo de tiras de
piel dorada as como otras que bajan desde la cintura y ribetean el cuello y las
amplias sisas. Mientras que en la aljuba, tambin de tafetn carmes, resaltan las
franjas de oro y otra de tapiz decorada con roleos75.
- Vestiduras del infante don Fernando de la Cerda (1252-1275, Monasterio de
Santa Mara La Real de Huelgas, Burgos), compuestas por manto, pellote y aljuba.
El manto semicircular tiene ms de tres metros de longitud, fue confeccionado con
idntico brocado del pellote y la aljuba con que se enterr a este personaje. Vistosa
decoracin herldica (escudos cuartelados con castillos en oro y leones azules,
forrado en piel curtida de conejo)76. En el conjunto de estas prendas destacan los
motivos herldicos y blasones que como el len (smbolo del reino de Len) y el
castillo (del reino de Castilla) fueron los ms recurrentes. La aljuba era una
vestidura islmica -abierta en el costado y con mangas estrechas, forrada en tafetn
carmes y con restos de pieles curtidas de conejo- muy del gusto de la nobleza
espaola. Bonete (o capiello), lujoso indumento de ceremonia, tpico del siglo XIII,
de forma cilndrica, decorado con los emblemas regios (castillos y leones) que
como presunto heredero le correspondan, forrado de tafetn carmes y con
barbuquejo77. Otro manto de este conjunto de vestiduras funerarias, corresponde a
Fernando, hijo de Alfonso X, que muri siendo un nio (Monasterio de Santa
Mara La Real de Huelgas, Burgos). Es de brocado verde, decorado con estrellas de
ocho puntas, motivos florales y grifos afrontados ante el rbol de la vida; pertenece
a los tejidos clsicos al estilo de Bagdad o baldaques78.


74
PARTEARROYO, Tejidos almorvides y almohades, pp. 110-111. Vestiduras ricas
(Catlogo), p. 177
75
Vestiduras ricas (Catlogo), p. 156.
76
Vestiduras ricas (Catlogo), p. 157-161.
77
Vestiduras ricas (Catlogo), p. 163.
78
Vestiduras ricas (Catlogo), p. 175.

212
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola


Fig. 8: Manto del infante don Fernando de la Cerda (ca. 1252-1275)
Samito, fibras de seda e hilos entorchados de oro y plata 122x390 cm.

Figs. 9 y 10: Pellote, Aljuba y Bonete del infante don Fernando de la Cerda

213
Mara Martnez

Fig. 11: Bonete del Infante don Fernando de la Cerda

- Vestiduras de Leonor de Catilla (Monasterio de Santa Mara La Real de


Huelgas, Burgos) esposa de Jaime I. Enterrada con pellote y saya encordada,
ambos de seda y factura almohade. En la primera prenda, semejante al pellote de
Fernando de la Cerda, destaca su amplio vuelo, la decoracin geomtrica de
rombos y valos y las inscripciones cficas (Bendicin)79, y la segunda elaborada
con una tela de gran riqueza de 190 cms. de largo, decorada con motivos
geomtricos y vegetales, abierta por el lateral izquierdo y cerrada en zig-zag con
cinta de seda80.


79
Vestiduras ricas (Catlogo), p, 170.
80
Vestiduras ricas (Catlogo), p. 172.

214
Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

Fig. 12: Pellote de Leonor de Castilla, reina Fig.13: Saya encordada de


de Aragn (ca. 1244) Leonor de Castilla, reina de
Lampazo, fibras de seda e hilos entorchados Aragn (ca. 1244)
de oro y plata 167x86 cm. Lampazo, fibras de seda e hilos
entorchados de oro 197x180 cm.

4.4. TEJIDOS NAZARES81 Se trata de sedas con diseos que enlazan con el
periodo almohade y -aunque con algunas variantes tcnicas- mantuvieron el lujo de
la corte granadina con brillantes colores que decoraban los motivos de lacera o
vegetales y se alternaban con inscripciones cficas y cursivas. La composicin del
diseo se distribuye en bandas paralelas horizontales de diferente anchura y
contrastado colorido (rojo, azul, amarillo, verde y blanco). Policroma que disimula
el empobrecimiento de los materiales -oro mezclado con plata y a partir del siglo
XV la seda amarilla sustituira al oropel de pocas anteriores- y la desaparicin de
los crculos o ruedas del estilo almorvide. La identidad de las piezas nazares es

81
PARTEARROYO, Tejidos andaluses, pp. 402-408; Tejidos nazares, en Arte islmico en
Granada, Granada, 1995, pp. 117-131.

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Mara Martnez

contundente en los siglos XIV y XV, puesto que los diseos textiles se
corresponden con la decoracin arquitectnica de la Alhambra, y por ello se les
reconoce como sedas de la Alhambra, al igual que el documentado preciosismo de
la vestimenta nazar82 tiene su refrendo en la iconografa pictrica del Partal de
Granada. Sin embargo, tambin en estas pinturas puede verse un interesante
muestrario de modas cristianas de los aos ochenta del siglo XIV 83.
En los techos pintados de la Alhambra, algunos reyes y caballeros musulmanes
visten a la manera cristiana, pues sobre las tnicas musulmanas llevan prendas
como la garnacha o la jaqueta, lo que manifiesta, ahora a la inversa, los prstamos
indumentarios cristianos a la esttica islmica. Tambin aparecen doncellas
vestidas como cristianas pero con aderezos (arracadas o pendientes) islmicos y
largas uas pintadas de rojo, muy del gusto musulmn84. Una admiracin mutua
con que el otro reelaboraba sus paradigmas culturales y se creaba a ambos lados
de la frontera una moda hbrida, tpicamente espaola, de la que reyes, nobles y
prelados hicieron exhibicin casi obsesiva.
El diseo textil nazar se caracteriza por una ornamentacin geomtrica que se
desarrolla en franjas horizontales (laceras, medallones, estrellas, almenas, cartelas
con escritura cfica o cursiva y atauriques) y gran policroma (sobre fondo rojo, el
color de la dinasta, el azul, amarillo, verde, negro y blanco al modo de las yeseras
palaciegas). Este estilo decorativo evolucion desde finales del siglo XV en manos
de los tejedores moriscos, quienes introdujeron motivos de fauna gtica en torno a
la granada, escudetes invertidos, pseudoinscripciones y gruesas palmetas. Textiles
que fueron muy utilizados para la confeccin de casullas y otras prendas de la
liturgia cristiana, como se ha anotado. Este estilo de tejidos moriscos continu
durante la Edad Moderna en el norte de frica a travs de la influencia andalus.
El legado de la tradicin textil morisca (hispanomusulmana) se desplaz con los
expulsados al Magreb, las islas Canarias y a Amrica o Nuevo Mundo85. Y en las
manufacturas textiles la importancia de la mano de obra femenina fue significativa
(hilanderas, tejedoras, bordadoras), trascendiendo las formas culturales y los
tiempos medievales.
Capa pluvial (finales del siglo XIV, Museo diocesano de Burgos). Encargada
por los condestables de Castilla, esta espectacular y colorista prenda (blanca, roja y
amarilla, verde y azul sobre fondo azul oscuro) dispone su decoracin en bandas
paralelas pero en sentido vertical, donde destacan las inscripciones cursivas (Gloria
a nuestro Seor el Sultn) y elementos vegetales de influencia gtica (caso de las


82
Ibn al-Katib coment el lujo excesivo que vestan las granadinas (cinturones, bandas y cofias
labradas en plata y oro): PARTEARROYO, Tejidos andaluses, p. 404.
83
BERNIS, Carmen: Las pinturas de la sala de los Reyes de La Alhambra. Los asuntos, los
trajes, la fecha, en Cuadernos de la Alhambra, 18 (1982), p. 22.
84
BERNIS, Ibidem, pp. 32, 33, 37, 38 y ss., y 46.
85
SERRANO NIZA, GONZLEZ MARRERO, MORALES ROMERO: Granada, un reino de
seda, p.106.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

clavellinas). El capillo o capucha y las cenefas son de terciopelo con galones


dorados86.

Fig. 14: Capa pluvial


Periodo nazar, finales siglo XIV
Seda e hilos de oro 140x87 cm.

De los talleres nazares es la vestimenta del emir Abu Abd Allah Muhammad
(Boabdil el chico, Museo del Ejrcito, Madrid), compuesta por marlota, zapatos y
botas, y el turbante (imama) blanco87. El soberano nazar visti la rica malluta
(marlota) de terciopelo hispanocristiano de color rojo (el de su dinasta), vestimenta
y armas que fueron entregadas por los monarcas a Diego Fernndez de Crdoba,
alcaide de los Donceles, y a su to el conde de Cabra, por haber hecho prisionero a
Boabdil.


86
Al-Andalus (Catlogo), p. 336.
87
FERNNDEZ-PUERTAS, Antonio y PARTEARROYO LACABA, Cristina: Indumentaria de
Boabdil, en Arte y cultura en torno a 1492, Sevilla, 1992, pp. 138-141.

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Mara Martnez

Fig. 15: Vestimenta de Boabdil el chico: marlota, zapatos y botas


Marlota: terciopelo aceitun carmes con galn de hilo de oro en los filos
Zapatos: piel de cabra
Botas: piel fina de vaca

Subryese otra vez el gusto islmico por los textiles gticos, que corrobora
asmismo la influencia cristiana en la vestimenta islmica, que permitira ampliar el
reflujo de las influencias cristianas sobre las andaluses y aquilatar el doble proceso
de intercambios culturales a uno y otro lado de la frontera entre la Cristiandad y el
Islam.
La marlota era una prenda de lujo, holgada hasta media pierna, con dos ranuras
para introducir las manos y amplio cuello circular. Se abrochaba con trenzados y su
vuelo acampanado permita extenderla sobre la grupa del caballo. La marlota de
Boabdil corresponda a un hombre de complexin menuda, de unos 1,60-1,65 cm.
de altura. Fue una vestimenta islmica de lujo que adoptaron los reyes y nobles
cristianos desde el siglo XV al XVII para el juego de caas.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

El calzado de Boabdil se compona de unos zapatos de piel de cabra, de color


adatilado oscuro, que llegaban hasta los tobillos, unas botas de fino cuero -ambos
de una talla menuda, actualmente una 36 o 37- repujadas y grabadas con adornos,
cordoncillos y atauriques en la parte del pie88.

5.- EL REFINAMIENTO DEL TRABAJO DE LA PIEL Y EL CUERO


Al igual que en los tejidos y bordados, depuradas tcnicas fundamentaron el
trabajo de la piel con que los artesanos musulmanes fabricaron infinidad de
artculos, guarnicionera, guadameciles, gualdrapas, cinturones, escudos, cojines y
en lo que a la indumentaria concurre una gran variedad de calzado, el ms lujoso
bordado en oro y plata y recamado con piedras preciosas.
La riqueza de la marroquinera islmica se bas en el empleo del oro para el
labrado de las pieles y su aplicacin a distintas prendas de vestir, ajuar de casa y
equipamiento militar. Fueron muy utilizadas las pieles de cordero, oveja, conejo,
comadreja o petigrs en las prendas de abrigo (zamarra de piel) y los ms
adinerados vistieron pellizas de zorro, como las estimadas prendas de alfaneque
(al-fanak) elaboradas con pieles de zorros pequeos.
La moda de forrar los vestidos con pieles tuvo gran eco en Europa occidental.
El uso de pieles (armios, albortones, ainos, martas, ardilla, gatunas, grises,
cebellinas) era un privilegio social, vistoso en el forro de las prendas o en la
peletera que adornaba mangas, cuellos y perfiles de algunas de ellas.
El uso de calzados islmicos89 por la sociedad hispanocristiana se documenta en
las servillas y, sobre todo, en los borcegues. Fabricados ambos con pieles finas, se
usaban conjuntamente, mientras que los segundos se tean de colores vistosos y
eran una especie de botines que se podan ajustar con cordones y forrar de piel o
seda. Al carecer de suela, los borcegues se usaban con otro tipo de zapatos90. El
guardarropa de Enrique IV de 1462 un rey poco preocupado por su imagen- no
inclua prendas islmicas pero s contaba con 29 pares de borcegues, y segn
relat el barn de Rosmithal el rey castellano que lo recibi en Segovia en 1466
coma, beba y vesta a la manera musulmana91.
Algunos tipos de calzado usado por los hispanocristianos (borcegues, alcorques y
chinelas) en la ltima centuria del Medievo constituyen un claro prstamo
indumentario andalus.


88
Isabel La Catlica (Catlogo), pp. 297-299.
89
MARTNEZ RUIZ, Juan: Almohadas y calzados moriscos, en Revista del Instituto de
Dialectologa y Tradiciones populares, XXIII, 2-4, 1967.
90
VZQUEZ MADRUGA, M Jess: Ciclo Isabel La Catlica. La moda femenina en Castilla,
en Revista de la C.E.C.E.L., 6 (2008), p. 96.
91
LADERO QUESADA, Miguel ngel: 1462: un ao en la vida de Enrique IV, rey de Castilla,
en En la Espaa Medieval, 14 (1991), p. 240. ARI, Espaa musulmana, p. 296.

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Mara Martnez

6.- LAS JOYAS


Entre los hallazgos de joyas andaluses se encuentran ajorcas, brazaletes para
los tobillos, broches, colgantes, collares, hebillas, sortijas, zarcillos, medallones,
diademas. Alhajas varias de gran riqueza tan del gusto de las andaluses que
adems de oro, plata y perlas se adornaban con otras piedras preciosas (esmeraldas,
lapislzuli, rubes, topacios y zafiros), al igual que se engalanaban con aderezos y
joyas los varones ms pudientes. La reputada orfebrera andalus estuvo en manos
de judos.
Un precioso ejemplar de orfebrera islmica es el par de arracadas (siglo XII,
Museo de Mallorca) semicirculares, con cinco vrtices triangulares en el contorno
interior, decoracin calada de filigrana con flores de loto y la leyenda En el nombre
de Dios, el Clemente, el Misericordioso; tienen una vara curva para colgar y cierre
de gancho92.

Fig. 16: Par de arracadas (Periodo almorvide o almohade, siglo XII)


Oro
L. 5,8 y 5,3 cm

Isabel I, segn Hernando del Pulgar, era mujer ceremoniosa en sus vestidos y
arreos. La riqueza de los reyes, y el aspecto con que se mostraron, fue la expresin
asumida de la soberana del poder, bien consolidada por los Reyes Catlicos.
Complemento del lujoso ajuar, objetos preciosos y guardarropa isabelino, que
confirma el gusto por lo islmico en la indumentaria, fueron las ricas joyas, algunas
consideradas verdaderas insignias de poder, magnificencia y esplendor de la
institucin monrquica. Del joyero de la reina se extraen dos bronchas (broches o
brocamantones, joyas de gran formato) de esttica morisca, probablemente
procedente del botn de Granada, una de ellas decorada con el signo de
Salomn93.


92
Al-Andalus (Catlogo), p. 300.
93
ARBETETA MIRA, Letizia: La corona rica y otras joyas de estado de la reina Isabel I, en
Isabel La Catlica. La magnificencia de un reinado, p. 175.

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Influencias islmicas en la indumentaria medieval espaola

De finales de la centuria (hacia 1500) data la pareja de ajorcas


hispanomusulmanas (Madrid, Fundacin Lzaro Galdiano) revestidas de oro con
laceras y atauriques o lazos moriscos; decoracin que se puso de moda en
Europa en el siglo XVI tambin por influencia turca y persa. Aros usados a pares
adornaban los brazos femeninos. Isabel I y sus hijas gustaron de estos
complementos exticos. Este modelo ha perdurado en el norte de frica, formando
parte de la dote de las novias94.

Fig. 17: Ajorca nazar (Hacia 1500)


Oro laminado, recortado, conformado, relevado e inciso
Altura mxima, 7 cm.

En suma, el estilo europeo de la indumentaria espaola se particulariz con el


uso de telas, tocados y camisas andaluses, con prendas adornadas con tcnicas y
motivos moriscos y en determinados acontecimientos con prendas de lujo de la
indumentaria islmica. Todo ello vesta de magnificencia y prestigio el poder de
los monarcas y la alta nobleza, pero, adems, a finales de la Edad Media, Isabel y
Fernando exteriorizaban as el poder hegemnico conseguido sobre las dos
Espaas, con una imagen intercultural que reafirmaba la superioridad de la
monarqua hispana.


94
Isabel La Catlica (Catlogo), pp. 303- 304.

221
Mara Martnez

Fig. 18: Camisa morisca Fig. 19: Quizote de lienzo con sayo de
GONZLEZ MARRERO, Ob. Cit., p. 400 brocado y borcegues
GONZLEZ MARRERO, Ob.cit., p. 403

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