Lavanchy Mapu PDF
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Santiago,
Agosto de 2003
Introducción
Más de una vez Rolf Foerster me comentó sobre la necesidad de un nuevo Faron
que pudiera dar coherencia a los problemas heterogéneos y heteróclitos que conforman la
cuestión mapuche en la actualidad. Siempre fui escéptico de tal posibilidad. Es más, hoy
más que nunca estoy convencido de la imposibilidad desenmarañar completamente la
intrincada urdimbre de la cuestión mapuche, pues ella, creo, como todo en nuestro tiempo,
es reflejo, o más bien producto, de lo que Castells llama el "desorden global"1. Si hay una
lógica que unifique hoy por hoy lo mapuche ella se encuentra en la enmarañada, y según
creo desenmarañable, web mundial.
En efecto, los mapuche, como la mayoría de los pueblos del mundo, están
sumergidos en los caóticos flujos de la "sociedad red". De hecho, siempre han estado, en
mayor o menor medida, implicados directa o indirectamente, en el devenir mundial y han
sido transformados por él. Sabemos, por ejemplo, que la estructura social y la cultura
mapuche se vieron ineluctablemente alteradas por la expansión mercantil hispana, que a
juicio del historiador Gabriel Salazar quien sigue en este punto a Harry Magdoff
∗
Antropólogo Social, Doctorando en Etnohistoria, Universidad de Chile. Agradezco, en estricto
orden alfabético, a Darío Jaña, José Marimán y Christian Martínez por su solicitud para aclarar algunas de mis
dudas.
1
Manuel Castells: La Era de la Información, Volumen II, El Poder de la Identidad. Madrid,
Alianza Editorial, 1998.
1
2
Ver Gabriel Salazar: "Proyectando País Globalizado tras 200 Años de Vida 'Independiente' (o la
Revolución del Hijo Pródigo)". En Tomás Moulian (ed.). Construir el Futuro. Aproximaciones a Proyectos
de País. Santiago, Lom Ediciones, 2002, pp. 177−287.
3
Jorge Pinto: "La Ocupación de la Araucanía, Solución a una Crisis del Modelo Exportador
Chileno". En Nütram, Año VI, Nº 3. Santiago, Centro Ecuménico Diego de Medellín, 1990, pp. 7−16; Jorge
Pinto: De la Inclusión a la Exclusión. La Formación del Estado, la Nación y el Pueblo Mapuche. Santiago,
IDEA, 2000, pp. 107−125.
2
4
Francis Fukuyama: El Fin de la Historia y el Último Hombre. Buenos Aires, Editorial Planeta.
5
Gabriel Salazar: "Proyectando País Globalizado…", op.cit.
6
Manuel Castells: La Era de la Información. Volumen I. La Sociedad Red. Madrid, Alianza
Editorial, 1997.
7
Según Hugo Fazio entre 1997 y 2000 habría habido modificaciones significativas en la
concentración de la riqueza partir de un acelerado proceso de transnacionalización de la economía nacional,
proceso en el que el nivel de inversión extranjera alcanza una magnitud inusitada y se diversifican los ámbitos
en que actúa. Ver Hugo Fazio: La Transnacionalización de la Economía Chilena. Santiago, Lom Ediciones,
2000.
8
Actualmente Endesa Chile S.A. forma parte del holding Endesa España.
9
Quintramán, Huenquecura, Aguas Blancas, Pangue, Ralco y Ranquil.
3
Por otra parte, la implementación del proyecto Ralco, sin duda vulnera tanto la ley
indígena (19.253) como la ley de medioambiente (19.300). En efecto, Endesa, con la
complicidad del Estado a través de los gobiernos de la Concertación, ha buscado una serie
de subterfugios y ha realizado un sinnúmero de artimañas con el fin de llevar a término un
proyecto a todas luces ilegítimo e ilegal; estas han incluido desde la manipulación de
informes hasta la destitución de aquellos consejeros e incluso directores de Conadi
contrarios al proyecto (Milén Valenzuela, Cristián Vives, Mauricio Huenchulaf y Domingo
Namuncura)13. Esto no debiera sorprender: la legislación ambiental e indígena en Chile es
una de las más febles en el mundo, al punto que un instrumento tan limitado desde el punto
10
Para Roberto Morales la central Ralco no sólo afectará a las comunidades de Quepuca y Lepoy,
sino también a las otras cinco comunidades pewenche del Alto Biobío, a los pewenche como grupo, a los
grupos cordilleranos del centro−sur de Argentina, e involucra a los mapuche como pueblo. Ver Roberto
Morales: "Los Mapuche Pewenche y el Proyecto de Central Hidroeléctrica Ralco: Consecuencias
Socioculturales". En Roberto Morales (comp.). Ralco: Modernidad o Etnocidio en Territorio Mapuche.
Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1998, pp. 157−190.
11
Al respecto véase Raúl Molina: "Descripción de las Comunidades Pewenche del Queuco y el Alto
Bío Bío". En Roberto Morales (Comp.): Ralco: Modernidad o Etnocidio en Territorio Mapuche. Temuco,
Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1998, pp. 77−104.
12
En el epílogo de su obra, Domingo Namuncura, reproduce las conclusiones del informe de la
Comisión Técnica del Ministerio de Agricultura sobre los predios adquiridos para el reasentamiento de la
población pewenche. Respecto al fundo El Huachi señala, entre otras cosas, que su aptitud es
preferentemente agropecuaria; sus suelos presentan una baja fertilidad; las bajas temperaturas limitarían el
desarrollo de cultivos; carece de bosques lo que implica que las familias no dispondrían leña para uso
energético. El fundo Santa Laura, en tanto, tiene una aptitud forestal; no podría asimilarse a una veranada,
tanto por las escasas tierras de aptitud ganadera, como por restricciones topográficas. En tanto, se considera
de manera taxativa que "El Barco se ubica en una zona agroecológica muy frágil; que ha estado expuesta a un
fuerte sobretalajeo y deforestación; presenta sectores altamente degradados, que no se pueden restituir a su
condición original; y otros, en estado crítico, que podrían ser mejorados con gran esfuerzo"; también señala
que "está en el límite de la desertificación y no debería usarse en actividades agropecuarias si se quiere
cautelar la sustentabilidad de la cuenca hidrográfica a que pertenece"; otro aspecto señala que " se vería
limitado tanto por las bajas temperaturas invernales (-8°C), como por el período en el cual el área permanece
cubierta de nieve". Ver Domingo Namuncura: Ralco: Represa o Pobreza. Santiago, Lom Ediciones, 1999.
13
Al respecto pueden consultarse los trabajos de Domingo Namuncura: op.cit, y Jorge Moraga:
Aguas Turbias. La Central Ralco en el Alto Bío Bío. Santiago, OLCA, 2001.
4
14
El Convenio 169 si bien contempla un conjunto importante de derechos referentes a los pueblos
indígenas, no reconoce su derecho a la libredeterminación, señalando explícitamente en su en su artículo
primero inciso tercero que: "La utilización del término pueblos en este Convenio no deberá interpretarse en el
sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe a los derechos que pueda conferirse a dicho término
en el derecho internacional". Con esto el C−169 viene a legitimar y perpetuar la condición de subordinación
de los pueblos indígenas.
15
Al respecto ver Fazio: op.cit.
16
Rodrigo Catalán y Ruperto Ramos: Pueblo Mapuche, Bosque Nativo y Plantaciones Forestales.
Temuco, Ediciones Universidad Católica de Temuco, 1999, p 17.
17
Véase los trabajos de Jorge Vergara et alter: "Las Tierras de la Ira. Los Sucesos de Traiguén y Los
Conflictos entre Comunidades Mapuches, Empresas Forestales y Estado". En Praxis, Año I, Nº 1, Santiago,
Universidad Diego Portales, 1999, pp. 112−128; y Raúl Molina: "Comunidades Mapuches y Empresas
Forestales: Tierras Bosques y Conflictos". En Sandra Pérez Infante (comp.) Pueblo Mapuche: Desarrollo y
Autogestión. Concepción, Ediciones Escaparate, 2000, pp 185−197.
18
Entre 20 y 25 años, a diferencia de los 35 a 70 años que demoran Europa o Norte América
19
Rodrigo Catalán y Ruperto Ramos (op.cit. p 53) han consignado que los principales capitales
extranjeros en el rubro forestal proviene de Japón (Nipon Paper, New Oji, Daio Paper, Honshu Paper, Settsu
Mitsubishi Paper), Nueva Zelandia (Fletcher Challenge), Estados Unidos (International Paper, Meed,
Simpson Paper), Holanda (Shell) y Suecia (Stora).
5
Los impactos de las empresas forestales son diversos. En primer lugar, hay que
destacar el hecho que muchas forestales mantienen al interior de sus lindes tierras
comprendidas sea en los Títulos de Merced entregados por el Estado a las comunidades, sea
pertenecientes a las antiguas jurisdicciones de los longko. El caso de la comunidad de
Antonio Ñirripil, también conocida como Temulemu, de Traiguén constituye una suerte de
paradigma. En efecto, en 1999 las demandas de la comunidad correspondían tanto a tierras
antiguas22, como a 58,4 hás comprendidas en el Título de Merced, que fueron usurpadas a
la comunidad por particulares y posteriormente fueron traspasadas a la empresa Forestal
Mininco. Ahora bien, cuando la comunidad reclamó derechos sobre las tierras antiguas, se
le respondió que sólo tenían derechos sobre las 58,4 hás usurpadas; paradójicamente,
cuando reclamaron las tierras usurpadas del Título de Merced, se ha desconocido sus
derechos, pese a haber un fallo en favor de la comunidad que data de 1935 y que ha sido
ratificado a lo largo de 60 años23.
Por otra parte las empresas forestales ejercen una serie de presiones que afectan la
calidad de vida de las comunidades mapuche y ponen en riesgo sus frágiles economías de
subsistencia. Entre ellos se pueden nombrar: (1) eliminación del bosque nativo; (2)
desecación de los cursos hídricos; (3) empobrecimiento de la biodiversidad y disponibilidad
de alimentos; (4) expulsión de la población de los fundos, donde obtenían recursos
complementarios; (5) deterioro de los caminos24. Por estos y otros motivos, la antropóloga
Sara McFall ha señalado tajantemente que las industrias forestales constituyen una amenaza
a la territorialidad mapuche25.
Un último punto que vale la pena discutir es el que señala que las forestales
constituyen una fuente de desarrollo local y de trabajo para los comuneros mapuche. La
verdad no existen datos que permitan avalar tal aseveración. Por un lado es prácticamente
un hecho que las grandes empresas no contribuyen al desarrollo local, dado que rara vez las
20
Hugo Fazio: op.cit.
21
Alrededor del 60% de la pulpa producida por las empresas forestales es destinada a los países del
norte. Rodrigo Catalán y Ruperto Ramos, op.cit.
22
Por tierras antiguas se entiende aquéllas que los linajes mapuche perdieron al momento en que el
Estado las declaró como sobrantes y vacías y por tanto fiscales; corresponden básicamente a los sectores de
ramoneo, recolección, aguas y bosques comprendidos en las antiguas jurisdicciones de los longko. Ver
Vergara et alter, op.cit.
23
Vergara et alter, op.cit.
24
Ver Jorge Vergara et alter: op.cit; y Raúl Molina: "Comunidades Mapuches y Empresas
Forestales…" op.cit.
25
Sara McFall: "Expansión Forestal: una Amenaza para la Territorialidad Mapuche". En Sara
McFall (comp.). Territorio Mapuche y Expansión Forestal. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas,
Universidad de la Frontera, Ediciones Escaparate, 2001, pp. 43−56.
6
En Chile la crisis del Estado ha sido un proceso notorio. En los años '80s, el
gobierno militar impulsó un conjunto de privatizaciones de las empresas del Estado, así
como la descentralización, vía regionalización, y en especial, municipalización. Estas
políticas, a diferencia de lo que muchos esperaban, continuaron con los gobiernos
democráticos de la Concertación de Partidos por la Democracia. Las políticas sociales del
Estado, en tanto, si bien no se puede afirmar se redujeron, o siquiera congelado, por lo
menos respecto al régimen militar, tampoco se puede decir cumplieron con las expectativas
de la gente, en especial de los sectores más vulnerables, por no hablar de los
definitivamente excluidos.
¿Cómo afecta este proceso a los pueblos indígenas, en especial al mapuche? José
Bengoa señala que como consecuencia del debilitamiento del Estado y sus sistemas de
26
Al respecto véase Gabriel Salazar: "Estrategia Globalizadora Versus Desarrollo Regional y Local
en Chile Contemporáneo". Conferencia Inaugural de las IX Jornadas de Historia Regional de Chile. Arica,
Universidad de Tarapacá, 2000.
27
En un informe del Colegio de Antropólogos se consigna el siguiente testimonio: "En un primer
momento la compra de los antiguos latifundios y su explotación forestal por parte de las empresas madereras,
fue valorada positivamente como fuente de empleo, pues la proletarización del campesinado mapuche era
inevitable para asegurar su subsistencia; así dijeron: "...cuando llegaron nos contrataron para hacer las
plantaciones (...) pero el trabajo duró unos pocos días no más", debido a que posteriormente la empresa
forestal no requería de mano de obra. Colegio de Antropólogos: "Informe de Difusión Pública. Comunidad
Temulemu". Santiago, Colegio de Antropólogos de Chile A.G.
28
Manuel Castells: La Era de la Información. Volumen II. El Poder de la Identidad. Madrid,
Alianza Editorial, 1998, Capítulo 5.
7
En materia de tierras los fondos asignados han estado lejos siquiera de permitir la
recuperación de las 300.000 hás. que se privaron a los mapuche durante el régimen
militar31, menos aun de resarcir, aunque sea en parte, la expoliación de unas 9.500.000 hás
que sufrieron tras la "Pacificación" de la Araucanía. En efecto, al año 2000 con recursos
del Fondo de Tierras y Agua sólo se habían adquirido 31.203 hás, con una inversión de
$22.186.705.229, de las cuales 31.166 hás eran para 2.861 familias mapuche. A ellas hay
que agregar el traspaso de 13.314 hás a 1.011 familias a través del Ministerio de Bienes
Nacionales32. En síntesis, entre 1994 y 2000 sólo se restituyeron 44.480 hás. al pueblo
mapuche.
En materia de desarrollo rural indígena, los recursos asignados también han sido
insuficientes o, por lo menos, su administración o implementación poco eficiente. Al
respecto, José Bengoa, quien conoce bien el tema de las economías campesinas mapuche,
ha señalado que:
29
José Bengoa: La Emergencia Indígena en América Latina. Santiago, Fondo de Cultura
Económica, 2000, pp 48−49.
30
Al respecto ver José Aylwin: "Los Conflictos en el Territorio Mapuche: Antecedentes y
Perspectivas". En Perspectivas en Política, Economía y Gestión, Vol. III, Nº 2. Santiago, Universidad de
Chile, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Departamento de Economía Industrial, 2000, pp. 277−300.
31
Ibíd.
32
José Aylwin: "Tierra y Territorio Mapuche: un Análisis desde una Perspectiva Histórico Jurídica".
En Roberto Morales (Comp.). Territorialidad Mapuche en el Siglo XX. Temuco, Instituto de Estudios
Indígenas, Universidad de la Frontera, 2002, pp. 121-176.
8
Si sólo nos atenemos a los totales, podemos observar que el rendimiento del trigo en
las economías mapuche es menor que la mitad del total de la región histórica donde habita
dicha población (regiones VIII, IX y X); asimismo, el rendimiento de la papa apenas supera
las tres cuartas partes del total de las tres regiones en estudio; en tanto, el de la avena está
sólo levemente por sobre la mitad del total.
La situación descrita arriba ha llevado a que José Bengoa no sólo reafirme, sino
refuerce en el comienzo del tercer milenio una tesis esbozada por él y Eduardo Valenzuela
a principios de los años '8035: la población mapuche rural se ha refugiado en el
autoconsumo y la subsistencia, aun más que en periodos anteriores. Esto, a su vez habría
conducido, según el autor, "a cerrar a la sociedad indígena", lo que facilitaría el aumento de
las ideologías relacionadas con la "emergencia étnica"36.
33
José Bengoa: "Políticas Públicas y Comunidades Mapuches: del Indigenismo a la Autogestión".
En Perspectivas en Política, Economía y Gestión, Vol. III, Nº 2. Santiago, Universidad de Chile, Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas, Departamento de Economía Industrial, 2000, pp. 331−365.
34
Alfredo Apey et alter: Agricultura Mapuche. Santiago, ODEPA−CONADI, 2001.
35
Lo que Bengoa y Valenzuela postulaban hace unos veinte años era que la población mapuche rural
lograba mantenerse en un equilibrio en el nivel precario de la subsistencia. Véase José Bengoa y Eduardo
Valenzuela: Economía Mapuche. Pobreza y Subsistencia en la Sociedad Mapuche Contemporánea. Santiago,
PAS, 1984.
36
José Bengoa: "Políticas Públicas y Comunidades Mapuches…" op.cit.
9
Cabe señalar que las movilizaciones mapuche si bien han sido catalizadas por la
pobreza de las comunidades no pueden ser explicadas simplemente por ella. En efecto,
podemos observar la existencia de economías mapuche tanto o más deprimidas que las
arriba analizadas, por ejemplo, Melipeuco (con rendimientos de 12,2, 57,8, 14,6 qqm/ha
para trigo, papas y avena respectivamente), donde no se han producido movilizaciones. Por
tanto, otras causas deben estar actuando en conjunto con la pobreza para producir las
movilizaciones. Seguramente, la más importante tiene que ver con la usurpación por parte
de particulares de tierras incluidas en los Títulos de Merced entregados por el Estado a las
comunidades mapuche. También ha actuado, probablemente en menor medida, la
conciencia que las jurisdicciones de los longko eran mayores que las reconocidas por el
37
La importancia del trigo es tal para las economías campesinas mapuches que incluso Bengoa,
habla, en un parangón con los indígenas guatemaltecos a quienes se les ha llamado los "hombres del maíz", de
la gente del trigo. José Bengoa: Historia de un Conflicto. Santiago, Editorial Planeta, 1999, cap. 7.
38
Para un análisis de los sucesos de Lumaco puede consultarse José Marimán: "Lumaco y el
Movimiento Mapuche". En Sara McFall (comp.). Territorio Mapuche y Expansión Forestal. Temuco,
Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera., 2001, pp 99−113. (Originalmente publicado en
Internet en www.xl4all.nl/∼rehue/a57/jmar6.html).
10
Ahora bien, las causas que explican la situación de desmedro de las economías
campesinas mapuche son variadas y se retroalimentan. La más importante es de índole
histórica: el arreduccionamiento, tras la "Pacificación" de la Araucanía, de la población
mapuche en pequeños retazos de tierra, la mayoría de las veces de escasa aptitud agrícola,
llamados reducciones. Este hecho es uno de los pilares, sino el pilar, que sustenta lo que se
ha llamado en los últimos años "Deuda Histórica". Otros factores son: el sobre
agotamiento de las tierras producto una explotación intensiva y continua; el crecimiento
demográfico de la población mapuche, que implica cada vez mayor presión sobre la tierra;
el impacto de las forestales (véase el punto anterior); y el circulo vicioso producido por la
pobreza que impide a los campesinos adquirir los insumos necesarios para hacer productiva
tierras en general de aptitud forestal.
Como se observa a simple vista, la población indígena del país está en una posición
bastante más delicada que la población no indígena. De la población indígena los mapuche
son los más afectados por la pobreza. En efecto, un 38,4% de dicha población se encuentra
por debajo de la línea de pobreza, lo que significa que supera en más de 15 puntos
porcentuales a la población no indígena. Asimismo, la indigencia mapuche dobla la no
indígena.
Si bien desde 1996 han habido algunos avances, no se puede aseverar que la
situación económica de los pueblos originarios haya variado significativamente. Es más los
logros parecen haber sido escasos, e incluso cuestionables.
39
Rodrigo Valenzuela: Situación de los Pueblos Indígenas en Chile. Santiago, MIDEPLAN, 1998.
11
El análisis por quintil de ingreso autónomo puede proporcionar mayor luz respecto a
la presunta mejora de los ingresos de la población mapuche.
12
La perdida de legitimidad del Estado a ojos mapuche queda más clara respecto a la
evaluación que se realiza de los poderes del Estado. El gobierno tiene un apoyo tan sólo
del 18% y sólo la cuarta parte de los mapuche encuestados confían en él. El apoyo a y la
confianza en el congreso nacional son aun más bajos, pues ambos apenas alcanzan un 10%.
Respecto al poder judicial se pude decir que la confianza de los mapuche en él es baja, sólo
un 13%41.
40
CERC: Estudio sobre la Realidad Mapuche Realizado en Agosto de 1999 por la Consultora CERC
en las Regiones VIII, IX y X. Santiago, CERC, 1999.
41
Ibíd.
13
Desde el punto de vista del liberalismo filosófico, los retos que plantea el
multiculturalismo han sido tratados a través de diversas posiciones que buscan dar cabida a
la diversidad. Una de ellas es la del ya mencionado Kymlicka y que se denomina
"Ciudadanía Multicultural". Ella, a riesgo de sobre simplificar los planteamientos del
autor, plantea la distinción entre "minorías nacionales" (grupos étnicos territoriales) y
"minorías étnicas" (grupos étnicos inmigrantes). De la existencia de estos grupos se
derivan tres formas diferentes de derecho en función de grupo: (1) derechos de
autogobierno (sólo para minorías nacionales); (2) derechos poliétnicos (básicamente
culturales y lingüísticos); (3) derechos especiales de representación47.
45
Al respecto ver Henri Favre: El Indigenismo. México, Fondo de Cultura Económica, 1998.
46
Will Kymlicka: Ciudadanía Multicultural. Barcelona, Ediciones Paidós, 1996.
47
Ibid.
48
Charles Taylor: "La Política del Reconocimiento". En Charles Taylor et al. El Multiculturalismo
y la Política del Reconocimiento. México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1993, pp. 43−107.
49
Jürgen Habermas: "La Lucha por el Reconocimiento en el Estado Democrático de Derecho". En
La Inclusión del Otro. Barcelona, Ediciones Paidós, 1999, pp. 189−227.
15
Pero más allá de la apropiación de ciertas tendencias filosóficas, que bien pueden
reflejar el espíritu de nuestro tiempo, la valoración de la diversidad es observable en el
apoyo concreto recibido por el pueblo mapuche de parte de un porcentaje importante de la
población chilena. En efecto, todos los estudios indican una gran simpatía por parte de la
población en general hacia la causa mapuche; los datos entregados por la encuesta CERC
de 1999, realizada durante el periodo más álgido de movilizaciones mapuche en los últimos
años, servirán para ejemplificar.
50
Véase Rolf Foerster y Jorge I Vergara: "Etnia y Nación en la Lucha por el Reconocimiento. Los
Mapuche en la Sociedad Chilena". En Estudios Atacameños, Nº 19. San Pedro de Atacama, Instituto de
Investigaciones Arqueológicas y Museo R.P. Gustavo Le Paige s.j., Universidad Católica del Norte, 2001, pp.
11−42.
51
Como sabemos, la hegemonía es, en su sentido gramsciano, un vívido proceso de significados y
valores, un sentido de la realidad para la mayoría de la gente de una sociedad (no es mero dominio o
coacción); es una cultura que puede ser considerada la vívida dominación y subordinación de clases
particulares. Ver Raymond Williams: Marxismo y Literatura. Barcelona, Editorial Península, 1977, cap. 6.
16
Por otra parte, la simpatía hacia el pueblo mapuche no sólo es observable en las frías
estadísticas sino en la propia reacción de la gente. Recordemos que hace algunos años la
prensa informaba de una recepción en la Plaza Almagro por parte de unas 2000 personas a
los 300 mapuche vinculados a Aukiñ Wallmapu Ngülam−Consejo de Todas las Tierras que
marcharon entre Temuco y Santiago en el mes de junio de 199952. Asimismo, la marcha de
la Identidad Mapuche−Lafkenche a Concepción el mismo año tuvo mayor apoyo aun entre
la población penquista, al congregar a cerca de 6000 personas en el Parque Ecuador53. Este
tipo de manifestaciones por parte de la sociedad civil se han venido desarrollando de
manera relativa constante desde 1999, aunque no se pude decir con tanta masividad. En
marzo de 2001 tuve la suerte de presenciar la marcha lafkenche a Concepción, y si bien el
tiempo no permitió que el programa se desarrollara según habían previsto sus
organizadores, debiendo trasladar literalmente sobre la marcha el acto en que la sociedad
civil recibiría a los indígenas desde el anfiteatro de la Universidad de Concepción hasta el
sindicato Petrox hecho, que junto con la intensa lluvia, afectó gravemente la asistencia al
acto, representantes de los más diversos sectores de la sociedad penquista se hicieron
presentes para solidarizar con los mapuche−lafkenche.
Los elementos señalados, junto con, por lo menos, el espíritu de la actual ley
indígena 19.253, la más beneficiosa para el pueblo mapuche, quizás sólo medianamente
equiparada por la ley 17.729 de 1972, han creado un ambiente favorable a la etnicidad
indígena. Y si bien las movilizaciones mapuche de los últimos años no pueden ser
comprendidas sólo como efecto de un contexto favorable a la diversidad, ni se puede decir
que dicho factor sea el más importante, sin duda ha influido, para ocupar el concepto de
Bengoa, en la emergencia indígena en Chile.
52
La Tercera 21 de junio de 1999.
53
La Tercera 13 de octubre de 1999.
17
Por lo menos desde 1999 los mapuche han tenido una presencia constante en los
medios de comunicación. Esta se debe básicamente a un conjunto de acciones tendientes a
reivindicar sus derechos. Entre ellas han destacado las tomas de terrenos, que tuvieron su
clímax precisamente en 1999, afectando principalmente a empresas forestales (53%),
particulares (37,6%) y en un bajo porcentaje al Estado (4,3)57. Si bien la mayoría de estas
acciones son reales, existe la impresión que por lo menos algunas son, empleando el
término difundido por la prensa, "simbólicas" y tienen por objeto precisamente generar la
atención de los medios. Además, existen otras formas de movilización que en efecto tienen
un objetivo primordialmente mediático como las marchas reseñadas en el acápite anterior,
con lo que se demuestra tanto la instrumentalización realizada por el movimiento indígena
de los medios, como el encuadre de aquél por éstos.
58
Para más detalles véase Rodrigo Valenzuela: "Políticas Públicas y Pueblos Indígenas en Chile"
(Borrador para Discusión). Santiago, Coloquio Permanente de Política Indígena en Chile, 2002. pp. 18−21.
También puede consultarse Rolf Foerster y Javier Lavanchy: op.cit, pp. 82−85.
19
Ahora bien, los medios de comunicación no sólo han posibilitado una mayor
visibilidad de lo mapuche, sino también, han sido apropiados por el movimiento indígena, y
han sido utilizados para difundir su cultura, planteamientos e ideas etnopolíticas, a la vez
que establecer canales de comunicación y redes de apoyo tanto intra como interétnicas. En
el primer caso especial importancia tiene la radio. En efecto, pese a no existir una radio
mapuche, hay una cantidad pequeña, pero no despreciable, de programas radiales tanto en
emisoras comunales como regionales e incluso nacionales61. Quisiera ejemplificar con el
caso del programa Witrange Anay!, producido por el Centro de Comunicaciones Mapuche
Llüfkeñ Mapu, porque, por una parte, probablemente ha sido la experiencia radial mapuche
más importante y, por otra, conozco bien el caso, producto haber realizado un trabajo
anterior sobre él62.
59
Véase al respecto Jorge Vergara et al. op.cit.
60
La idea la tomo de Castells al referirse a la relación entre medios de comunicación y política. Ver
Manuel Castells. La Era de la Información. Vol. II, El Poder… op.cit.
61
Incluyendo la radio, los medios de comunicación controlados por mapuche han sido escasos. En
los noventa destacó el periódico Aukiñ del Consejo de Todas las Tierras. En televisión, en tanto, sólo ha
habido un programa realizado en forma autónoma por mapuche, Mapu Rakiduam, del Colectivo Kürüf
Newentuaiñ quienes, dicho sea de paso, tienen (o por lo menos tuvieron) un programa radial homónimo en
Radio Tierra, transmitido durante el año 2000 por el escasamente visto Gran Santiago Televisión (canal 22,
actual Andrés Bello Televisión) de la frecuencia UHF.
62
Javier Lavanchy: La Mass−Mediación del Etnonacionalismo Mapuche: el Caso de Witrange
Anay!. Santiago, Memoria para Optar al Título Profesional de Antropólogo Social, Departamento de
Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. 2002. En un plano sintético y
reformulado puede consultarse Javier Lavanchy: "Witrange Anay! y la Mass−Mediación del
Etnonacionalismo Mapuche" (ms.). Ponencia presentada al 51º Congreso de Americanistas, Santiago, 2003.
63
El programa ha pasado por tres emisoras: Radio Nacional, Radio Yungay (C.b. 146) y Radio
Tierra (C.b. 130).
20
Witrange Anay! cumple una serie de funciones, las más importantes probablemente
son: primero, concienciar a los mapuche sobre su situación de pueblo invadido,
conquistado, colonizado, despojado y oprimido por el Estado chileno; sobre su carácter de
nación originaria completamente diferenciada de chilena y, consecuentemente, su derecho a
la autodeterminación vía autonomía político−cultural−territorial. Segundo, difundir y
revitalizar su lengua (mapudungun), cultura (mapuche kimün), religiosidad (feyentun) e
historia (wewpitun), y así coadyuvar a fortalecer (re−inventar) la identidad mapuche.
Tercero, crear redes o cuando menos servir de medio para ello de solidaridad con, y de
apoyo a, las comunidades mapuche en conflicto. Cuarto, conectar a la comunidad ritual
urbana, compuesta básicamente por organizaciones etnoculturales y sus miembros (rol de
werken en los medios urbanos). Y, quinto, entretener a la población mapuche a través de su
música (ül, tayil, choikepurun, etc.), mitología (epew, nütram) y, en menor medida,
literatura (poesía)65. Básicamente por estos elementos, en especial los primeros, señalé en
otro lugar que el programa tiene un claro sentido etnonacional66.
En el plano de las redes interétnicas, sin duda Internet tiene un rol central. En efecto
es difícil suponer que la World Wide Web, pueda constituir un medio que genere redes de
comunicación y apoyo significativas entre la población mapuche, exceptuando a los
sectores "globalizados" de la elite indígena, puesto que el grueso de dicha población
difícilmente puede acceder a la tecnología68. El impacto de los escasos esfuerzos para
64
Cuando el programa se transmitía por Radio Nacional era incluso captado en Argentina.
65
Producto de su incorporación forzosa a la sociedad chilena, los mapuche han desarrollado una serie
de artes propias de las culturas literarias. Probablemente la más importante sea la poesía (véase punto 1.6).
66
Javier Lavanchy: La Mass−Mediación del Etnonacionalismo Mapuche… op.cit.
67
El concepto lo tomo de Benedict Anderson, quien considera que las naciones son "comunidades
políticas imaginadas como inherentemente limitadas y soberanas", reconociendo, no obstante, que toda
comunidad mayor a las aldeas primordiales, y quizás incluso ellas son imaginadas, pero difiere la forma en
que se imaginan. Véase Benedict Anderson: Comunidades Imaginadas. Reflexiones sobre el Origen y la
Difusión del Nacionalismo. México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1993.
68
Es más, según Castells "…la comunicación a través de ordenador no es un medio general de
comunicación, y no lo será en el futuro previsible. Aunque su uso expande a tasas extraordinarias, excluirá
21
Los sitios mapuche en Internet poseen una estructura relativamente similar que
incluye noticias, artículos básicamente de intelectuales mapuche entre los que destaca
José Marimán, documentos, fotos, etc.. Según Foerster y Vergara, el propósito de estos
sitios sería:
durante largo tiempo a la gran mayoría de la humanidad, a diferencia de la televisión y otros medios de
comunicación de masas". Manuel Castells: La Era de la Información Vol. I. La Sociedad… p. 391.
69
Una mirada preliminar sobre los impactos de Enlaces en los niños mapuche puede consultarse el
video de Gastón Acelovici: Licanco, Niños en la Red. Nueva Imagen Ltda., Imaginavisión Inc. 1996
70
Nicolas Sterndorff: "The Virtual Life of the Mapuche. A Case Study of Mapuche Internet Sites".
(en http://www.soc.uu.se/mapuche/mapuint/Stermsdprff0103.html)
71
Ñuke Mapu, el más importante de los sitos mapuche tiene su asiento en Suecia. Asimismo, el
Enlace Internacional Mapuche la tiene el Inglaterra.
72
Rolf Foerster y Jorge Iván Vergara: "Algunas Transformaciones de la Política Mapuche en la
Década de los Noventa". En Anales de la Universidad de Chile, VI Serie, Nº 13. Santiago, Universidad de
Chile, 2001, pp. 71−113.
73
Ibíd, 99.
22
Un aspecto sobre los mapuche en Internet que hasta ahora no ha sido abordado,
tiene relación con las listas de correo. Son varias las listas de e−mail que han sido
controladas y utilizadas por los mapuche, la mayoría de ellas ligadas a sitios web como
Mapuexpress, Enlace Internacional Mapuche y Net Mapu con su Trafkitun Dungun. Sin
embargo, la más importante de ellas no ha sido precisamente mapuche, sino ecologista: la
Red Bío Bío74. Esta lista, ligada al RIAP (Red Internacional de Apoyo al Pueblo
Pewenche) y fundada el 20 de agosto de 1998 producto del conflicto en el Alto Bío Bío,
tuvo tal impacto que las otras, se podría decir, fueron absorbidas por ella. Es más, es
posible aseverar que, por lo menos en algún momento, hubo una suerte de apropiación de la
"Red" por parte de algunos colectivos mapuche. Si tomamos como ejemplo los mensajes
que circularon en Red Bío Bío el año 2000 podemos notar que uno de los principales
remitentes, después de Darío Jaña, coordinador del RIAP, ha sido el Enlace Mapuche
Internacional (Mapulink), entidad que envió el 15% de los mails (ver gráfico 2).
Ahora, por la lista circula un alto volumen de mensajes. En efecto, con excepción
de 1998 en que se creó y 2003 que por compromisos personales de la gente del RIAP ha
estado floja, se registran promedios de entre 350 y 450 mensajes anuales (437 en 1999; 445
en 2000; 418 en 2001; y 354 en 2002). Estos mensajes se relacionan con diversos temas
(ecológicos, indigenistas, derechos humanos, etc.), no obstante ser la problemática Ralco su
objetivo central, teniendo preponderancia aquéllos relacionados con los mapuche. Si
tomamos como referente el año 2000 podemos observar la clara predominancia del tema:
un 7% de los mensajes se relaciona directamente con Ralco, mientras que un 30% se
refieren a otras problemáticas que enfrenta el pueblo mapuche, sumando entonces 37% el
porcentaje de mensajes relativos al principal grupo indígena forzadamente chileno. Los
otros mensajes constituyen en un 24% indigenistas, un 13% ecologistas, un 7% DDHH., un
8% acción civil, 4% funcionamiento interno de la lista y en un 7% otros no clasificados
(ver gráfico nº3).
Por otra parte, Red Bío Bío cuenta en la actualidad (mayo 2003) con 107 miembros
inscritos, pero es difícil calcular el número exacto de personas que reciben los mensajes;
Jaña, explica el hecho en los siguientes términos:
"…107 miembros son los inscritos en la red, pero ellos a la vez reparten la información a
sus propias redes. Una cuantificación de las personas informadas no puedo establecer, pero
si pensamos que de los 107 como mínimo 70 son personajes vinculados a las ONG's que
algo de 5 personas reaccionan al mensaje ya son mas de 300... y a la vez estos tiene algún
tipo de compromiso con otras organizaciones. Pasa en la gran mayoría del trabajo en
Internet…"75.
74
http://es.groups.yahoo.com/group/red-biobio/.
75
Comunicación personal a través de e−mail. miércoles 7 de Mayo de 2003.
23
Gráfico 2
Gráfico 3
24
"En esos años ya habían varios jóvenes mapuche en Santiago. Yo tomé un poco de
orientación en los sindicatos y eso me permitió tomar contacto con ellos, iba a las
panaderías hasta que los reuní con la idea de formar una organización. Así por el año 1932
nació la 'Sociedad Galvarino'.
"Fui el insinuador de que era conveniente formar una sociedad mutual, para ayudarnos entre
los jóvenes que estábamos en Santiago sin familia. Así fue que resultó bien, y nos juntamos
como 30 o 40 mapuches en la 'Sociedad Galvarino'"81
76
Manuel Castells: La Era de la Información. Vol I. La Sociedad… op.cit.
77
Ibíd. pp. 457−462.
78
Ibíd.
79
Néstor García Canclini: Consumidores y Ciudadanos… op.cit.
80
Conocido es, por ejemplo, el caso de Pascual Coña, quien alentado por un misionero migra a
Santiago a estudiar en el colegio San Vicente de Paul, permaneciendo en la ciudad entre 1866−1871. Ver
Lonco Pascual Coña ñi Tuculpazungun. Santiago, Ediciones Pehuén, 1990. (Edición Facsimilar de Ernesto
Wilhelm de Moesbach: Vida y Costumbres de los Indígenas Araucanos en la Segunda Mitad del Siglo XIX.
Santiago, Imprenta Cervantes, 1930.
81
Rolf Foerster: Martín Painemal Huenchual. Vida de un Dirigente Mapuche. Santiago, Grupo de
Investigaciones Agrarias, 1983, p. 46.
25
Con todo, tras conocerse los resultados del Censo de 1992 la realidad mapuche
urbana, y en especial metropolitana, llegó a ser un hecho notorio. Según dicho censo hoy
en cuestión por los datos arrojados una década después la población mapuche de 14 años
y más asentada en la Región Metropolitana, constituía casi el 45% del total86; un dato
interesante, un porcentaje significativo de esta población (60%) se componía de
no−migrantes87. Así, se observó un exponencial incremento en la cantidad de trabajos
sobre la problemática mapuche urbana.
Las dinámicas de este segmento del pueblo mapuche durante la década del '90 han
sido interesantes. Primero, es posible observar que los mapuche tienden a concentrarse en
ciertas comunas, en términos generales, las más pobres de la región (Lo Prado, San Ramón,
La Pintana, Renca, Pedro Aguirre Cerda etc.)88, hecho que obedece a un fenómeno de
segregación urbana, el que actúa de manera idéntica respecto la población chilena pobre.
No obstante, un aspecto mucho más notable es que dentro de la segregación la población
mapuche tiende a concentrarse significativamente en ciertos barrios e incluso en ciertas
82
Carlos Munizaga: "Estructuras Transicionales en la Migración de los Araucanos de Hoy a la
Ciudad de Santiago de Chile". Notas del Centro de Estudios Antropológicos Nº 6. Santiago, Centro de
Estudios Antropológicos, Universidad de Chile, 1961.
83
Sonia Montecino: "El Mapuche Urbano: un Ser Invisible ". En Revista Creces Nº 3, octubre,
Santiago, 1990.
84
José Ancán: "Rostros y Voces tras las Máscaras y los Enmascaramientos: los Mapuche Urbanos".
En. Actas del Segundo Congreso Chileno de Antropología Tomo I. Valdivia, Valdivia, Colegio de
Antropólogos de Chile,1995, pp. 307−314.
85
José Ancán: "Los Urbanos: un Nuevo Sector dentro de la Sociedad Mapuche Contemporánea". En
Pentukun, Nº 1. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1994, pp. 5−15.
86
Al respecto ver Diane Haughney y Pedro Marimán: "Población Mapuche Cifras y Criterios".
Documento de Trabajo Nº 1. Temuco, CEDM−Liwen, 1993.
87
Marco Valdés: "Notas sobre la Población Mapuche de la Región Metropolitana: un Avance de
Investigación". En Pentukun, Nº 5. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera.
1996, pp. 41−66.
88
Al respecto ver SUR−UAHC (Rodrigo Valenzuela coordinador): La Población Indígena de la
Región Metropolitana. Santiago, CONADI, 1995.
26
Una segunda dinámica que vale la pena destacar es la formación de redes de apoyo
y protección entre los indígenas. Estas redes, formadas a través de décadas y que tienden a
trascender el espacio urbano concatenándose con las comunidades en el sur, funcionan
básicamente como un colchón que permite mitigar los impactos de la vida urbana, en
especial para los migrantes recientes. Al respecto, José Bengoa señala, que gracias a las
redes de amistades y yo agregaría parientes un joven mapuche demora menos de una
semana en llegar a Santiago y obtener empleo, por supuesto precario; más aun, por lo
menos en el caso de las mujeres, dado, como se señaló, que las redes se conectan con las
comunidades, las jóvenes viajan a la capital ya con trabajo seguro92.
Otra de las dinámicas interesantes han sido los procesos de re−etnificación que se
han producido en la ciudad. Si bien desde fines de la década del '80 han ocurrido este tipo
de procesos, es a partir de los noventa que han cobrado mayor fuerza. Relacionados en
gran parte con las organizaciones, estos procesos tienen que ver con la recuperación y
fortalecimiento de identidad mapuche, y su recreación a través de la re−invención y
re−construcción de las tradiciones y en especial de la religiosidad mapuche en la ciudad94.
89
Marco Valdés: "Notas sobre la Población Mapuche…" op.cit.
90
Carlos Munizaga: "Estructuras Transicionales…" op.cit. pp. 20−22.
91
Nicolás Gissi: Asentamiento e Identidad Mapuche en Santiago: entre la Asimilación
(Enmascaramiento) y la Autogestión (Ciudadanía Cultural). Santiago, Tesis de Magíster en Asentamientos
Humanos y Medio Ambiente, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad
Católica de Chile. 2001
92
José Bengoa: "Políticas Públicas y Comunidades Mapuches…" op.cit.
93
Oficina de Asuntos Indígenas de Santiago (OAIS): Memoria Oficina de Asuntos Indígenas de
Santiago 1994−1999. Santiago, OAIS. 2000.
94
Al respecto, Ramón Curivil: Los Cambios Culturales y los Procesos de Re−Etnificación entre los
Mapuces Urbanos. Un Estudio de Caso. Santiago, Tesis de Magister en Ciencias Sociales, Universidad
Academia de Humanismo Cristiano, 1994.
27
95
Ver Clorinda Cuminao y Luis Moreno: El Gijatun en Santiago una Forma de Reconstrucción de la
Identidad Mapuce. Santiago, Memoria para Optar al Título de Antropólogo Social., Universidad Academia
de Humanismo Cristiano, 1998.
96
Al respecto se puede consultar el artículo de Mauricio Lorca: "Prolegómenos a un Wetripantu". En
Antropología al Margen, Nº 2. Santiago, Centro de Alumnos de Antropología y Arqueología, Universidad de
Chile, 1998, pp. 23−27. También véase el video del grupo Yekusimàala. Wetripantu en Cerro Navia.
Santiago, 1997.
97
Ver Jorge Martínez: "Mecanismos de Anclaje de la Identidad Musical Mapuche en Mapuches
Urbanos". En Actas del Segundo Congreso Chileno de Antropología Tomo I. Valdivia, Valdivia, Colegio de
Antropólogos de Chile,1995, pp. 325−337.
98
Al respecto, el antropólogo norteamericano Robert Redfield ha destacado el papel de las ciudades,
o más bien la "revolución urbana", en la transformación de las capacidades de la mente. Ver Robert Redfield:
El Mundo Primitivo y sus Transformaciones. México D.F, FCE, 1958.
28
Las consecuencias de la escritura son diversas; desde el punto de vista social, las
religiones universales, la economía mercantil−financiera, las burocracias estatales y la ley
(como distinta de la costumbre) se relacionan con ella99. En este trabajo, no obstante,
quisiera referirme más bien a sus efectos en la cognición. El medio escrito posibilita la
manipulación, formalización, descontextualización, objetivación y perpetuación de la
información; estos aspectos necesariamente influyen en la emergencia de la "ciencia
abstracta" y el pensamiento crítico100, hechos que a su vez se relacionan estrechamente con
el surgimiento una intelectualidad en su sentido tradicional.
Otro dato interesante es que uno de las principales ejes de la lucha de las
organizaciones mapuche en el periodo 1910−1970 lo constituyó la demanda por educación.
Esta, si bien se canalizó a través de las organizaciones y los líderes indígenas, no sólo
expresó el deseo de la dirigencia, sino también el de las mismas comunidades, las que
incluso mostraron la preocupación de establecer escuelas por sí mismas, e
independientemente de toda ayuda estatal103
Con todo, si bien la población mapuche fue afectada por los mismos procesos
generales que el resto de la población residente en territorio nacional, es evidente que la
99
Jack Goody: La Lógica de la Escritura… op.cit.
100
Jack Goody: La Domesticación… op.cit.
101
Al respecto ver Albert Noggler: Cuatrocientos Años de Misión entre los Araucanos. Padre Las
Casas, Editorial San Francisco, 1982, pp. 84−86.
102
Rolf Foerster y Sonia Montecino: Organizaciones Líderes y Contiendas Mapuches (1910−1970).
Santiago, Ediciones CEM, 1988.
103
Ibíd, en especial pp. 260−276.
29
Como de algún modo se señaló más arriba, desde temprano, el rol de los indígenas
letrados ha sido fundamental. Nuevamente Munizaga fue un precursor al notar la
importancia de estos sectores. En efecto, Munizaga comprendió antes que cualquier otro
estudioso que en torno a los letrados y "evolúes" se producirían las principales
transformaciones que reestructurarían a la "sociedad indígena", pues aparecerían como el
motor de cambio consciente dentro de la "raza mapuche"105.
104
Rodrigo Valenzuela: La Situación de los Pueblos… op.cit.
105
Carlos Munizaga: Vida de un Araucano. El Estudiante Mapuche Lorenzo Aillapán en Santiago
de Chile en 1959 (2ª Edición). Santiago, Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueológicas de la
Universidad de Chile, 1971.
106
De hecho la lingüista Elisa Loncón reconoce que en la actualidad el pueblo mapuche está en
efecto alfabetizado en español, aunque, agrega, en el mapudungun permanece en el plano de la oralidad. Este
hecho, dado que vivimos en un mundo donde la escritura es una necesidad, influye en el detrimento de la
lengua mapuche. De ahí en parte los esfuerzos de la lingüista por promover la escritura de la lengua
mapuche. Ver Elisa Loncón: Wiriaiñ Mapudungun. Manual para la Lectura y Escritura del Mapudungun.
Temuco, Programa de EIB SIEDES, 1999.
107
José Bengoa: "La Población de las Comunidades Mapuche de Chile". En. INE−SUR. Los
Mapuches. Comunidades y Localidades en Chile. Santiago, Ediciones Sur, 1997, pp. 9−27,
108
INE−SUR: Los Mapuches. Comunidades y Localidades en Chile. Santiago, Ediciones Sur, 1997.
109
SUR−UAHC (Rodrigo Valenzuela coordinador): La Población Indígena… op.cit.
30
La obra de estos intelectuales es diversa, pero puede ser descrita, salvo excepciones,
como básicamente esencialista; en palabras de Rita Kotov y Jorge Iván Vergara los
intelectuales mapuche piensan la identidad de su pueblo a través de un "esquema bipolar,
110
Sara McFall: "Intelectuales Mapuches y Antropología: Impactos y Desafíos". En Actas del Tercer
Congreso Chileno de Antropología, Tomo I. Temuco, Colegio de Antropólogos de Chile, 1998, pp. 291−296.
111
Sobre los aportes particulares de la mayoría de estos intelectuales, así como otros no
mencionados, véase Ariel Antillanca, Clorinda Cuminao y Cesar Loncón: Escritos Mapuches (1910−1999).
Santiago, Asociación Mapuche Xawun Ruka, 2000, Cap. IV.
31
Para finalizar el punto, quisiera recordar que la educación formal que se dio a los
indígenas siempre tuvo por objetivo asimilarlos. En efecto, primero se pensó que a través
de ella se convertirían en buenos cristianos; luego en buenos ciudadanos, completamente
integrados al proyecto nacional. Sin embargo la realidad fue otra. Y es que la literacidad
precisamente entrega las herramientas para poder cuestionar y subvertir el orden
establecido. Los intelectuales mapuche, quienes en su mayoría aunque por caminos
distintos cuestionan el actual orden de las cosas, son el efecto no esperado de una política
declaradamente etnocida. Gracias a ellos, por lo menos en parte, el pueblo mapuche está
más vivo que nunca.
Hasta aquí sólo se han presentado los, por lo menos a mi juicio, procesos inductores
de la problemática mapuche en la actualidad. Estos, es preciso señalar, se combinan de
formas variables para contribuir a la formación de distintos tipos de respuestas que
genéricamente pueden ser llamadas "Movimiento Mapuche"115. La hipótesis que guía la
segunda parte de este trabajo es que existirían al menos tres tipos de respuestas del pueblo
mapuche ante la globalización: organizaciones etnoterritoriales, organizaciones
etnonacionales y organizaciones etnoculturales. Las dos primeras, si bien en última
instancia distintas, pueden ser catalogadas como movimiento mapuche autónomo, en tanto
que la última, movimiento mapuche cooptado. Revisemos sumariamente en qué consisten
cada una de estas respuestas.
112
Rita Kotov y Jorge I. Vergara: "La Identidad Mapuche en la Perspectiva de los Intelectuales
Indígenas". En Actas del Segundo Congreso Chileno de Antropología, Tomo I. Valdivia, Colegio de
Antropólogos de Chile, 1995, pp. 453−461.
113
El concepto lo tomo de Carlos Cousiño y Eduardo Valenzuela, quienes lo utilizan para referirse a
las formas de sociabilidad pre−reflexivas, "sobre las que se establece un vínculo originario de tanta o mayor
importancia que aquéllos logrados por la lógica sistémica o la argumentación racional". El término alude a la
co−presencialidad, el estar juntos. "En el núcleo de 'presencia' se encuentra la persona como experiencia que
no posee ni requiere fundamento". Ver Carlos Cousiño y Eduardo Valenzuela: Política y Monetarización en
América Latina. Santiago, Cuadernos del Instituto de Sociología de la Universidad Católica de Chile, 1994.
p. 13.
114
Hommi Bhabha: "Narrando la Nación". En Álvaro Fernández Bravo (comp.). La Invención de la
Nación. Buenos Aires, Ediciones Manantial, 2000, pp. 211−219.
115
Manuel Castells, observa, sobre todo para el caso del feminismo, esta característica de los
movimientos sociales en la era de globalización, es decir, su diversificación. Sin embargo, pese a ello cree
que se puede hablar de movimiento en términos genéricos ya que es posible observar cierto substrato común.
Manuel Castells: La Era de la Información. Vol. II. El Poder… op.cit.
32
116
Robert Thompson y Joseph Rudolph Jr: "Flujo y Reflujo de la Política Etnoterritorial en el
Mundo Occidental". En Joseph Rudolph Jr y Robert Thompson(comps.). Política Etnoterritorial.
Barcelona, Ediciones Pomares Corredor, pp. 9−23, p. 10.
117
Loc.cit.
118
Para una reflexión más detallada sobre estos aspectos del fenómeno de las identidades territoriales
véase Fabien Le Bonniec: "Las Identidades Territoriales o Como Hacer Historia desde Hoy Día". En Roberto
Morales (comp.) Territorialidad Mapuche en el Siglo XX. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas,
Universidad de la Frontera, Ediciones Escaparate, 2002., pp. 31−49.
119
Christian Martínez: Comunidades y Territorios Lafkenche, los Mapuche de Rucacura al Moncul.
Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1995.
120
Esta información se la debo a Christian Martínez.
121
Aukiñ Wallmapu Ngülam−Consejo de Todas las Tierras: Voz Mapuche. Aukiñ, Nº 29. Temuco,
AWNg−CTT, abril−mayo, 1996, p. 6
122
Aukiñ Wallmapu Ngülam−Consejo de Todas las Tierras: El Pueblo Mapuche su Territorio y sus
Derechos. Temuco, Impresos Kolping, 1997, p. 13. (2ª edición: El Pueblo Mapuche y sus Derechos
Fundamentales. Temuco, Impresos Kolping, sf.)
33
"En otro aspecto, queremos señalar que existen en el sur del país otras identidades mapuche
organizadas, las que buscan desde su propia perspectiva soluciones a sus problemas. En
nuestro caso, solo [sic] estamos exponiendo las nuestras, de la Identidad Lafkenche de
Arauco, de esta forma, no nos consideramos voceros de los mapuche de Chile"125.
Un segundo punto tiene que ver una suerte de gobernanza comunitaria a nivel
126
local . La definición de los territorios en que las comunidades mapuche deberían ejercer
control varían en las diferentes propuestas, pero es claro que en ningún caso se aspira al
control de territorios extensos y continuos, sino más bien, a espacios circunscritos cultural e
históricamente. En el caso de la Identidad Lafkenche, cuya propuesta permítaseme
iterarlo es la más sistemática, se habla de "espacios territoriales de patrimonio
lafkenche", esto es las tierras y espacios ancestrales de bordemar donde viven asentadas las
comunidades lafkenche. En esta propuesta se definen siete de estos espacios127, cada uno
de ellos incluye a varias comunidades. Estos espacios contarían con una instancia
administrativa llamada "consejo territorial", compuesto por consejeros territoriales que
asumirían responsabilidades en administración urbana y rural, cultura, educación, salud,
123
Sobre la apuesta de los caciques de la Fütrawillimapu a lo largo del siglo XX véase Rolf Foerster
y Jorge I Vergara: "Hasta Cuando el Mundo Sea… Los Caciques Huilliches en el Siglo XX". En Pilar
Álvarez−Santullano y Almicar Forno (eds.). Fütawillimapu. Osorno, Conadi, Programa Postítulo en
Educación Intercultural Bilingüe, Universidad de los Lagos, pp. 29−60.
124
Sobre la especificidad williche se puede consultar, pese a que sólo salió publicada la primera
parte, Javier Lavanchy: "La Identidad Territorial Mapuche−Williche". En Informativo Indígena de
Magallanes, Nº 5. Punta Arenas, Fundación Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, 2000.
125
Identidad Mapuche Lafkenche de la Provincia de Arauco VIII Región Chile: De la Deuda
Histórica Nacional al Reconocimiento de Nuestros Derechos Territoriales. (ms.) Tirúa, 1999, p. 23.
(Disponible en Internet en: http://www.xs4all.nl/~rehue/act/act175.html)
126
La gobernanza se puede definir como la dirección de la economía y la sociedad y el alcance de
metas colectivas. La gobernanza comunitaria es una de las alternativas que desafían al tradicional modelo de
gobernanza centrada en el Estado. La gobernanza comunitaria se basa en la creación de comunidades de
trabajo y gobierno y supone que la mayoría de los problemas socioeconómicos pueden ser resueltos en los
niveles más bajos de la agregación (comunidades locales). Al respecto véase Jon Pierre y B. Guy Peters:
Governance, Politics and the State. London, McMillan (en especial el capítulo 7, en gran parte dedicado a la
gobernanza comunitaria).
127
Yani−Locobe (Arauco), Pangue−Butaco−Pangal (Los Álamos), Cayucupil−Pangueco (Cañete),
Huentolén−Paicavi (Cañete), Elicura−Calebu (Contulmo), Lago Lleu−Lleu (Cañete, Contulmo y Tirúa Norte)
y Pu−Lafquenche (Tirúa Sur). Identidad Mapuche Lafkenche de la Provincia de Arauco: De la Deuda
Histórica… op.cit., p. 12.
34
En las otras organizaciones no encontramos una propuesta tan elaborada, pero hay
elementos similares. En el caso de la Identidad Wenteche, a través del Ayllarewe de Truf
Truf, se propone precisamente reivindicar, o más bien re−inventar el ayllarewe como
espacio territorial y forma de organización sociopolítica en el que sea posible generar
un desarrollo mapuche. En una entrevista realizada por Rolf Foerster y quien escribe a José
Quidel, líder wenteche, se aprecia este aspecto:
"…hoy entendemos que la lucha no pasa por un tema macro de ponte tú de acuerdo como
pueblo, sino de reconstruir los pequeños espacios locales, en este caso los ayllarewe, como
son los propios territorios mapuches. Y a partir de allí nosotros poder generar discusión,
generar propuestas de desarrollo. Y una vez reconstruido el poder ahí, entrar a
relacionarnos con otras identidades y ver en qué cosas tomamos alianzas en los grandes
problemas. Los problemas puntuales, problemas de casa, los solucionamos nosotros y
nosotros vemos cómo lo abordamos. Y nosotros no aceptamos tampoco imposiciones, no
aceptamos estar subordinados a ningún grupo externo que no sea del territorio. Nosotros
como territorialidad debemos ser capaces de tomar decisiones y llevarlas a cabo. En los
grandes problemas, entonces ahí, buscar otros mecanismos de colocarnos de acuerdo y
formar formas de poder comunicarnos y entablar una especie de diálogo y llegar a
consenso"129.
Para no alargar más el presente punto, es posible decir que tanto los williche a través
de Junta General de Caciques de la Butahuillimapu, como los nagche, mediante la
Asociación Ñankucheo de Lumako y otras instancias emergentes, también reivindican
"espacios territoriales" en los cuales poder ejercer cierta autonomía en forma de gobernanza
local y comunitaria. Los primeros lo hacen a través de la figura de "áreas de desarrollo", en
las que los williche tengan "dirección política, gestión y administración"130; los segundos,
en tanto, a través de "espacios territoriales" y la revalidación de la "organización territorial
propia" (¿lof?, ¿rewe?, ¿ayllarewe?, ¿fütranmapu?)131. En estos espacios, es preciso
señalar, los nagche no pretenden exclusividad, ni necesariamente expulsar a las empresas
forestales transnacionales emplazadas en ellos aunque es un deseo manifiesto, sino
generar los medios para controlarlas y beneficiarse de ello al mismo tiempo. Alfonso
Raimán presidente de la Asociación Ñankucheo lo expresa así:
128
Ibíd., pp. 21−22.
129
Entrevista a José Quidel realizada por Rolf Foerster y Javier Lavanchy, Truf Truf, Padre las
Casas, 04/10/2000.
130
Congreso Regional Mapuche−Huilliche Décima Región: Resolución, Demandas y Propuestas.
(s/l, ms.), 1998.
131
Alfonso Raimán: "Sólo Tenemos Porciones de Tierra, pero no Control de un Espacio Territorial".
En Liwen, Nº 5, Temuco, Centro de Estudios y Documentación Mapuche Liwen, pp. 99−118.
35
Con todo una cosa es clara, por horizontales, participativas y también fundadas en la
tradición mapuche que se declaren estas organizaciones, gran parte de su éxito se debe a
que cuentan a despecho del rol siempre importante de algunos intelectuales como Luis
Llanquilef con líderes tremendamente carismáticos que logran entrar en perfecta sintonía
con parte importante de las bases a las que representan, pues tienen la sensibilidad para
captar sus aspiraciones y anhelos y traducirlas en proyectos y acciones concretas (verbi
gratia, recuperación de tierras) en pro de las comunidades135. Adolfo Millabur, José Quidel
y los hermanos Alfonso y Galvarino Raimán, sin duda, son los mejores ejemplos.
"…Autonomía significa que uno tiene que decidir, diseñar un proyecto de vida como
mapuche. Si asumo esos conceptos, asumo que mi pueblo tiene derecho a darse su propia
132
Ibíd, p. 107.
133
Al respecto véase Rolf Foerster y Jorge I Vergara: "Algunas Transformaciones…" op.cit..
134
Entrevista a Adolfo Millabur, realizada por Rolf Foerster y Javier Lavanchy. Tirúa, 07 de octubre
de 2000.
135
De hecho pareciera ser que la necesidad de organizarse en agrupaciones basadas en la identidad
territorial y la reivindicación de "espacios territoriales ancestrales" surge del seno de las comunidades
mapuche y no de la intelligentsia y la dirigencia, aunque éstas canalicen dichas necesidades. Al respecto
véase Christian Martínez: "Territorio y Comunidades Lafkenche…" op.cit.
36
No obstante la apuesta por una opción autónoma respecto a las ideologías externas
no significa necesariamente no colaborar o formar alianzas con los partidos, sino más bien
redefinir con quién y en qué forma aquéllas se realizarán:
"Tenemos que saber diferenciar bien cuál va a ser la forma en que vamos a hacer la
alianzas, o quiénes van a ser nuestros aliados; si vamos a privilegiar partidos políticos o
movimientos sociales para las grandes transformaciones que requiere este país,
principalmente nuestro pueblo mapuche. Creo que no lo vamos a hacer los mapuche solos,
tenemos que hacerlo en alianza con otros sectores sociales y políticos, pero a cada cual se le
tiene que respetar su accionar"137
136
Alfonso Raimán: "Sólo Tenemos Porciones de Tierra…" op.cit. p. 116.
137
Ibíd, p. 117.
138
Sergio Melinao, et al.: "Declaración Mapuche de Villarrica", en Punto Final, Nº 521. Junio de
2002".
139
Al respecto véase Anthony Smith: La Identidad Nacional. Madrid, Trama Editorial, 1997; y
Walker Connor: Etnonacionalismo. Madrid, Trama Editorial, 1998.
37
140
Walker Connor: op.cit.
141
La distinción entre nacionalismo cívico y étnico la tomo del sociólogo de la London School of
Economics and Political Science Anthony Smith. Véase The Ethnic Origins of Nations. Oxford, Blackwell,
1986 (en especial capitulo 6); "Tres Conceptos de Nación". En Revista de Occidente, Nº 162. Madrid, 1994.
pp. 7−22; y La Identidad Nacional. op.cit., passim.
142
Rolf Foerster: "¿Movimiento Étnico o Movimiento Etnonacional Mapuche?". En Revista de
Crítica Cultural, Nº 18. Santiago, 1999. pp. 52−58.
143
En estos trabajos, el etnonacionalismo mapuche es tomado como una de las tres posiciones en
tensión (las otras dos son la derecha conservadora y el gobierno), sin definir en qué constituye exactamente, ni
analizando el carácter concreto de las reivindicaciones territoriales de las organizaciones en ellos referidas.
En consecuencia, son ubicadas en un mismo plano organizaciones basadas en la identidad territorial con otras
efectivamente etnonacionales. Ver, por ejemplo, Rolf Foerster y Jorge Iván Vergara: "Etnia y Nación en la
Lucha por el Reconocimiento…" op.cit., pp. 25−29.
144
Alejandro Saavedra Peláez: Los Mapuche en la Sociedad Chilena Actual. Santiago, Lom
Ediciones. 2002.
145
Véase Javier Lavanchy: "Los Mapuche en la Sociedad Chilena Actual: ¿Sólo Indígenas de
Nacionalidad Chilena, Principalmente Campesinos y Significativamente Proletarizados?" En Werken, Nº 4.
Santiago, Departamento de Antropología, Universidad de Chile; Centro Interdisciplinario de Estudios de
Género; Lom Ediciones, 2003, pp. 87−95.
38
Las organizaciones etnonacionales, a decir verdad, no son muchas ni las más fuertes
en estos momentos; incluso algunas de ellas han mostrado en los últimos años cierta
flexibilización de sus posiciones. Sin embargo, estoy convencido, continúan siendo
cualitativamente importantes. Creo que en esta categoría podrían caer organizaciones tales
como Aukiñ Wallmapu Ngülam−Consejo de Todas las Tierras, el Centro de
Documentación y Estudios Mapuche Liwen, el Centro de Estudios de Derecho Indiano, el
Enlace Mapuche Internacional/Consejo Interregional Mapuche el Colectivo Lientur, la
Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauko−Malleko y el Colectivo Periodístico
Azkintuwe.
Es preciso tener en cuenta que, al igual que lo que ocurre con las organizaciones
basadas en la identidad territorial, el movimiento etnonacional mapuche no es algo unitario
en cuanto a contenidos. En efecto, por un lado, existen diferentes posturas que van desde el
más fuerte esencialismo (Coordinadora Arauko−Malleko), hasta cierto pluralismo (Liwen).,
Por otra parte, tampoco es algo unitario respecto a las propuestas. Sin embargo existen
ciertos puntos que constituyen el común denominador de estas organizaciones. En primer
lugar, todas ellas, al igual que las etnoterritoriales, destacan su autonomía respecto a los
partidos políticos y las ideologías chilenas. Es más, algunas posiciones consideran que si
los mapuche pretenden emprender un proyecto por autonomía territorial es necesario "una
estrategia de acumulación de fuerza propia, a través de la construcción de una fuerza
nacionalitaria autonomista, política e ideológicamente independiente de los referentes
chilenos"147
Un segundo punto se refiere a la aseveración que los mapuche poseen una identidad
nacional propia, completamente distinta de la chilena o cuando menos poseen una identidad
chilena de carácter legal, pero impuesta por la fuerza. En una palabra, no se sienten ni
consideran chilenos y, a la vez, observan a su pueblo no como una etnia concepto
considerado peyorativo y funcional al sistema de dominación, sino plenamente como una
nación. Consiguientemente consideran al Estado chileno, que ilusoriamente pretende ser
homogéneo, como un Estado multinacional. Las palabras con que Pedro Cayuqueo, ex
dirigente de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauko−Malleko y actual
director del periódico Azkintuwe, comenzó su intervención en un foro hace algunos años
servirán para ilustrar:
146
La única excepción la constituye la Junta General de Caciques de la Butahuillimapu.
147
José Marimán: "Cuestión Mapuche, Descentralización del Estado y Autonomía Regional". En
Tópicos '90, Nº 1. Santiago, Centro Ecuménico Diego de Medellín, 1990, pp. 137−150.
39
"De ahí que sea más apropiado utilizar el concepto de 'nación' para referirse a las
agrupaciones sociales y culturales existentes con anterioridad a la llegada de los
conquistadores ibéricos, dejando de lado otros conceptos que sólo vienen a perpetuar la
dominación que los poderosos y explotadores ejercen sobre nosotros desde hace más de 500
años"148.
148
Pedro Cayuqueo: "La Autodeterminación Mapuche en el Marco de un Estado Multinacional".
Ponencia Presentada en el Foro Estado y Pueblo Mapuche: Derecho Indígena, Territorio, Autonomía.
Santiago, Universidad Academia de Humanismo Cristiano (disponible en Internet en Centro de
Documentación Ñuke Mapu, linux.soc.uu.se/mapuche).
149
José Marimán: "Cuestión Mapuche…" op.cit. p. 138. Negrita del autor.
40
Un quinto punto, como se puede observar en la cita de arriba, radica en que en estas
organizaciones es prácticamente imposible encontrar un discurso "humilde" que pida
migajas al Estado como era la tónica en otros tiempos. Más bien es un discurso, en mayor
o menor grado, soberbio, orgulloso, directo, carente de cualquier eufemismo, digno de los
toki que combatieron durante la Guerra de Arauco, según plasmaron los cronistas; en
síntesis, un discurso, a despecho de excepciones como Liwen, en que claramente prima el
pathos151.
150
Entrevista a José Lincoqueo realizada por Elías Paillán. Programa Witrange Anay! 12/04/2000.
151
A este respecto cabe recordar que Max Weber, para quien la nación es un tipo particular de
comunidad étnica que refiere al poder político, lo nacional constituye un tipo particular de pathos que se
vincula a la idea de una organización política propia, ya existente o a la que se aspira. Ver Max Weber
"Comunidades Étnicas". En Economía y Sociedad, Vol. II. México D.F. Fondo de Cultura Económica, 1944,
pp. 62−78.
152
Aukiñ Wallmapu Ngülam: El Pueblo Mapuche, su Territorio…; Aukiñ Wallmapu Ngülam.
"Propuesta Nacional Para el Reconocimiento…" (ms.). Temuco, 1999.
153
Centro de Estudios de Derecho Indiano: "Comunicado Público". Temuco, 8 de mayo de 1999
(disponible en linux.soc.uu.se/mapuche/mapu/cenindio990508). José Lincoqueo. "Breve Comentario sobre el
Parlamento General de Negrete". Temuco, enero de 2000 (en: http://members.aol.com/mapulink1/mapulink-
1e/ttdo-01.)
154
Reynaldo Mariqueo: "Independencia Mapuche Suspendida". Bristol 8 de octubre de 2000
(disponible en http://members.aol.com/mapulink5/mapulink-5e/art-33.).
155
José Marimán: "Cuestión Mapuche…" op.cit.
156
Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco−Malleco: "Planteamiento Político
Estratégico de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco−Malleco". S/l., 2000. (disponible en
http://presosmapuche.webcindario.com/Paginas/PlanteamientosCAM).
41
Liwen, por su parte, considera que la autonomía debería expresarse por medio de
una "asamblea regional” elegida democráticamente por la población de la región y por un
"gobierno regional" emanado de dicha asamblea. No obstante, el carácter mapuche de la
región debe quedar claramente establecido. Asimismo, señala que los derechos de los
mapuche deben quedar plasmados en disposiciones que garanticen: el derecho a los
recursos naturales; a la preservación del medio ecológico; a los beneficios de explotación; a
vivir y poder trabajar en la región; a la protección del mercado; y a la lengua161.
157
José Llanquilef: "La Lucha Mapuche es Nacionalista, Anticapitalista y Revolucionaria"
(Entrevista de Osvaldo González). En Resumen Latinoamericano. 19 de abril de 2000.
158
Al respecto ver Jon Pierre y B. Guy Peters: Politics Governance… op.cit., pp. 114−127. Estos
autores destacan la especificidad de los procesos de gobernanza regional basados en la identidad étnica,
señalando que se escapan de la tendencia general caracterizada por ser permitida por el Estado y ser una
estrategia de desarrollo básicamente económico, ya que constituyen identidades mucho más antiguas que
los Estados, y por tanto el proceso no puede ser visto como parte de una estrategia económica. No obstante,
una vez que establecida, la regionalización puede manifestarse a través de algunos programas de desarrollo
económico.
159
Aukiñ Wallmapu Ngülam−Consejo de Todas las Tierras: El Pueblo Mapuche…. op.cit., p. 108.
160
Aukiñ Wallmapu Ngülam−Consejo de Todas las Tierras: "Propuesta para el Reconocimiento…"
op.cit.
161
José Marimán. "Cuestión Mapuche…" op.cit..
42
Son el tipo de organizaciones que más ha proliferado en los últimos diez o quince
años. Se caracterizan, a diferencia de las revisadas arriba, por la ausencia, o por lo menos
bajo tenor, de reivindicaciones territoriales sea en la forma de recuperación de "espacios
territoriales" sea en la forma de autonomía, para utilizar la expresión tan cara a los
miembros de Liwen, del "país mapuche". Y es que las organizaciones etnoculturales
urbanas están constituidas por población mapuche en "diáspora"163 que se ha asentado
principalmente en Santiago, y en menor medida en ciudades como Valparaíso, Rancagua,
Concepción etc.; es decir, en esencia son "extraterritoriales". De este modo, como
veremos, sus objetivos, reivindicaciones y demandas tienen un carácter eminentemente
cultural.
Los trabajos sobre las organizaciones indígenas urbanas son escasos, más aun
aquéllos que tratan de forma exclusiva de las organizaciones mapuche. De hecho pareciera
que para la mayoría de los investigadores la especificidad étnica es un aspecto irrelevante a
la hora de emprender este tipo de tareas. Afortunadamente para los objetivos de esta
exposición el peso, numéricamente hablando, de las organizaciones mapuche urbanas es tal
que las menciones a organizaciones aymara o rapa nui no tienen mayor incidencia cuando
uno quiere, a través de estos trabajos, hacerse una idea sinóptica de las organizaciones
162
Al respecto ver Will Kymlicka. "Federalismo, Nacionalismo y Multiculturalismo". En Revista
Internacional de Filosofía Política (RIEP), Nº 7. Madrid, UNED, Dpto. Filosofía y Filosofía Moral y Política
y UAM, Departamento de Filosofía, Unidad Iztapalapa, 1996, pp. 20−54.
163
La metáfora de la "diáspora mapuche" fue empleada por primera vez en 1993 por Diane
Haughney y Pedro Marimán ("Población Mapuche…"., op.cit), para referirse a la gran cantidad de población
mapuche que, según censo de 1992, habita fuera de su territorio histórico, pasando no sólo a formar parte del
corpus conceptual del CEDM−Liwen, sino a transformarse hasta hoy en uno de los principales puntos en que
gira su reflexión. En términos teóricos, probablemente una de las mejores exposiciones de este fenómeno ha
sido realizada por Pedro Marimán en un artículo publicado en 1997. En él definía la "diáspora mapuche"
como "…un flujo migratorio de carácter colectivo (un fenómeno social), no necesariamente concertado, pero
con una cierta coherencia interna, y en todos los casos provocado por factores exógenos al grupo, [que] ha
generado una dislocación de la continuidad demográfica mapuche en el hábitat histórico. Este hábitat es por
cierto el territorio, el país propio, que es mucho más que la tierra, entendida como un factor de producción".
Ver Pedro Marimán: "La Diáspora Mapuche: una Reflexión Política". En Liwen, Nº 4. Temuco, Centro de
Estudios y Documentación Mapuche Liwen, 1997, pp. 216−223.
43
164
Andrea Aravena: "Desarrollo y Procesos Identitarios en el Mundo Indígena Urbano". En Tierra,
Territorio y Desarrollo Indígena. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, pp.
171−178.
165
Eduardo Curilén: "Organizaciones Indígenas Urbanas en la Región Metropolitana" En Tierra,
Territorio y Desarrollo Indígena. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, pp.
179−193.
166
De hecho tanto Aravena ("Desarrollo y Procesos Identitarios…" op.cit) como Curilén (op.cit.) dan
cuenta del carácter cultural de estas organizaciones. Éste último señala explícitamente que "Este tipo de
organizaciones tienen como finalidad, por un lado, difundir y practicar la cultura indígena, y por otro lado,
servir de núcleo de una ayuda étnica" (ibíd. p. 182).
44
"Y como Katriwala hemos hecho muchos avances, porque el problema del Katriwala, o sea,
la temática del Katriwala, es de que su gente sea profesional, tratar de ayudar al joven
mapuche con sus becas, apoyarlos en la universidad… Entonces estamos felices mientras
podamos ayudar a nuestra gente…"170
167
Andrea Aravena: Mapuches en Santiago. Memorias de Inmigrantes y Residentes. Santiago, sf.
(ms.) passim.
168
Will Kymlicka: Ciudadanía… op.cit. pp. 52−53.
169
Para formarse una idea relativamente actualizada y más acabada (aunque no totalmente
representativa) de las demandas de las organizaciones etnoculturales, véase el "Informe de la Comisión de
Indígenas Urbanos" (en MIDEPLAN: Informe Final Grupo de Trabajo para los pueblos Indígenas. Santiago,
MIDEPLAN, 2000. pp 163−164), pues en ella participaron connotados dirigentes de algunas de estas
organizaciones.
170
Mauricio Lorca y María Pinda: María Pinda. Semblanza de una Dirigente Indígena. Santiago,
impreso en Lom Ediciones, 2000, p. 83.
171
El Mercurio 14 de enero 1971 p. 10.
45
Con todo, resulta claro o por lo menos da para sospechar que a través de
CONADI los miembros de estas organizaciones son cooptados, resultando su accionar, en
términos generales, anodino. De esta forma, a diferencia de lo ocurre con las
organizaciones etnoterritoriales y en especial de las etnonacionales, insertan o canalizan su
proyecto totalmente dentro de la institucionalidad del Estado. Por otra parte, CONADI, al
ser una fuente de recursos concursables, se transforma en un agente de los principios de
"fragmentación" que operan en la sociedad global y que, por lo menos en parte, son los
responsables de la proliferación de tales organizaciones174. Así, su carácter inocuo se ve
exacerbado, transformándose en entidades no sólo domesticadas, sino también débiles, sin
que su accionar incomode o irrite al sistema.
A Modo de Conclusión.
172
OAIS: Memoria… op.cit.
173
Véase Andrea Aravena: "Desarrollo y Procesos Identitarios …"; y Andrea Aravena: "La Identidad
Indígena en los Medios Urbanos. Procesos de Recomposición de la Identidad Étnica Mapuche en la Ciudad
de Santiago", 1995, pp. 171−178. En Guillaume Boccara y Sylvia Galindo (eds.). Lógicas Mestizas en
América. Temuco, Instituto de Estudios Indígenas, Universidad de la Frontera, 1999, pp. 165−163.
174
SUR−UAHC: La Población Indígena…. op.cit., p. 160.
46
No creo que me competa proponer soluciones a esta coyuntura, pero de algo estoy
seguro: el "problema" mapuche tarde o temprano se solucionará, para bien o para mal. Y
no porque algún cientista social derrochador de sapiencia encuentre la llave mágica, sino
porque los diferentes grupos de interés lo resolverán en la práctica. Espero que en dicho
proceso la balanza se incline en favor de los mapuche. De ser este el caso sólo una cosa me
47
48
49
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