Manejo de Límites A Los Niños
Manejo de Límites A Los Niños
MANEJO DE LÍMITES
El límite es la frontera psicológica necesaria para salvaguardar el espacio
físico y emocional que todo ser humano necesita para desarrollar su
identidad, autonomía e independencia.
La disciplina no solo es castigar a los niños y lograr que hagan solo lo
que nosotros queremos, sino que abarcan muchos otros aspectos ya que
con ellos se crean capacidades o habilidades respetando sus
características individuales; además se fomentan valores como el respeto,
la tolerancia, responsabilidad, por eso la disciplina no solo es importante en
la infancia sino también ayudará en la vida adulta.
La disciplina es un concepto muy cotidiano y utilizado comúnmente pero
en ocasiones no nos damos cuenta que es un proceso que no se da de la
noche a la mañana y cada uno de los que trabajamos con hijos somos
parte de este proceso, o por otro lado no le brindamos la importancia
que merece; es imperativo reconocer que este es un tema importante
en la vida de todo individuo, en ocasiones le damos la importancia que
merece ya que tenemos un conflicto con el niño y buscamos una solución
rápida, pero lamentablemente no existen soluciones mágicas que
solucionen el problema, para evitar estas complicaciones es necesario
iniciar el proceso de la disciplina lo antes posible.
Las normas fungen como una forma de comunicación que le dice al hijo
qué se espera de él, los valores que tienen sus padres y le permite
saber cuando a actuado de manera poco conveniente o bien cuando lo
hace de la mejor manera, estas pueden ayudar a organizar y dar orden
a la vida del hijo y permite dar un papel a cada uno de los miembros del
grupo, ya sea la familia, el grupo de la escuela o cualquier grupo con el
que se relacione.
Métodos rígidos:
Atención Msc. Fabiola Barcia Blandino
Psicológica y Psicopedagógica Psicóloga- Psicopedagoga
Cuando los padres son demasiado estrictos, no se administran
consecuencias sino castigos, no se toman en cuenta las necesidades del
niño u opiniones, en este modelo los adultos tienen la razón, y no hay
discusión alguna ya que el niño solo es entrenado para seguir
instrucciones, obedecer. De aquí llegan a ser niños sin iniciativa, poca
capacidad para tomar decisiones, poca creatividad, además que no se
fomenta la responsabilidad, estos niños pueden llegar a ser rebeldes,
tener una pobre autoestima o ser dependientes de la opinión de las otras
personas.
Métodos permisivos:
Se le da la oportunidad de tomar las decisiones, acerca de si hacen o no
tarea, de si quieren ayudar en las labores de la casa o no, etc., Es decir
se establecen pocas reglas o ninguna, además no administran
consecuencias por que se cree que el niño aprenderá por la experiencia,
sin embargo en este método no se toma en cuenta que el niño no tiene
la capacidad de autorregular sus conductas y tomar decisiones a largo
plazo, esto puede generar ansiedad, inseguridad, poca capacidad para
satisfacer sus necesidades y no reconocen la importancia de las cosas,
muchas veces estos niños crecen y no logran adaptarse a las normas
sociales y tienen frustración por la falta de herramientas para enfrentarse a
la vida, ya que con este tipo de educación no se crean habilidades y los
niños carecen de estructura para lograr objetivos.
Combinación de métodos:
Muchos padres quieren encontrar el punto medio y buscan pasar de la
disciplina rígida a la permisiva y viceversa, cuando la rigidez no funciona
pasan a permisividad, y lo hacen indiscriminadamente, lo cual ocasiona
en el niño inseguridad, incongruencias, contradicciones extremas y el
niño no logra comprender como debe actuar o no actuar, ya que en
momentos queremos que el niño respete nuestra autoridad y en otros
momentos le permitimos hacer lo que desea.
13. Nada es lo mismo para un hijo que para otro. Educar bien no
es buscar las mismas condiciones para todos, sino es dar a cada
hijo lo que necesita. Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a los
hijos a crecer aceptando la individualidad de cada uno.
Sé que puedes.
Atención Msc. Fabiola Barcia Blandino
Psicológica y Psicopedagógica Psicóloga- Psicopedagoga
Por eso te enseño y te exijo.
Y como sé que te cuesta esfuerzo, te lo reconozco.
CONTRATO DE REGLAS
Para empezar a establecer las reglas en el hogar es necesario elaborar
primero un acuerdo entre las partes involucradas.
ACUERDO. Todos aquellos involucrados en la administración de la
autoridad, deberían estar de acuerdo al menos en tres aspectos:
a. Qué es lo permitido
b. Qué es lo no permitido
c. Cuando ocurre algo de lo no permito, cómo se sanciona o
sus consecuencias.
En este acuerdo, los padres deben intentar mantener un solo frente ante
sus hijos y en los casos en que haya diferencias en sus puntos de vista,
deberán intentar ponerse de acuerdo. Es incluso preferible que uno de
ellos ceda ante en otro a fin de ofrecer un común acuerdo y
posteriormente hablar entre si para llegar realmente al acuerdo.
CONSTANCIA. Muchos padres, particularmente después de escuchar
algunas recomendaciones sobre la manera más adecuada de manejar
los límites, inician con un espacial interés y firmeza. Sin embargo
muchos intentos de manejar las cosas adecuadamente se pierden
rápidamente y no se mantienen las reglas vigentes por mucho tiempo.
Es común que los padres actúen con toda firmeza en un momento,
después de haber puesto las reglas y anunciado las consecuencias, y
posteriormente caer en las muy frecuentes fallas como el decir a los
hijos: “esto es en serio”; “ya te dije que te voy a castigar”; “te las estoy
contando”; “me vas a tomar de malas y ya verás”, etc, etc. esto,
además de no ir en congruencia con lo advertido, hace que los hijos
caigan en la cuenta de que las reglas no son realmente como se
anunciaron y que del momento en que se da una orden o indicación, al
momento en que realmente se aplica puede haber un tiempo indefinido
que siempre es experimentado como una ganancia, pero también como
una falta clara de límites. Es importante recordar, que límites solo
significa una de dos posibilidades para quien ejerce la autoridad: o soy
capaz de controlar una conducta, o soy capaz de sancionarla. Sino tengo
ninguna de estas posibilidades, no estoy controlando realmente los
límites.
Atención Msc. Fabiola Barcia Blandino
Psicológica y Psicopedagógica Psicóloga- Psicopedagoga
No debemos pretender controlar lo que no es controlable.
En los principios fundamentales y marcos teóricos de la autoridad,
sabemos que no hay posibilidades de controlar toda la conducta de
quienes están bajo un determinado código o reglamento. De hecho, la
verdadera autoridad no es la que proviene de alguien que supervisa o
vigila, en condiciones adecuadas, como ocurre en muchas otras culturas,
la autoridad es en realidad la que cada sujeto tiene dentro, es lo que
denominamos autoridad introyectada. Es decir, lo que yo me permito o
lo que yo no me permito. El saber que aunque los padres no estén en
frente del hijo él sabe lo que puede o no puede hacer estando sólo.
En un proceso educativo, como es el caso de los hijos, nuestro propósito
debería ser este: lograr que ellos, lo hijos, se comporten de una
determinada manera, de acuerdo con un código ético, una moral, una
serie de principios y valores, y no necesariamente porque yo como
autoridad los esté vigilando. Los padres no podemos, ni debemos
pretender, controlar o vigilar las 24 horas del día a nuestros hijos.
Particularmente cuando son adolescentes. Si pretendo controlar cosas
que de antemano se que no son controlables, corro el riesgo de quedar
burlado como autoridad. Decirle a un adolescente de 15 años que está
castigado con no poder ver la televisión durante la tarde y dejarlo en
casa sin vigilancia alguna, tal vez no sea la mejor manera de aplicar una
sanción.
Esto es algo que vamos a poder lograr si somos constantes en aplicar
nuestras reglas y formar a nuestros hijos con autoridad.
Reconocimiento
El reconocimiento no siempre tiene que ser un premio concreto, puede
utilizarse refuerzos verbales sinceros y positivos, como por ejemplo:
“Lo hiciste bien”
“Me siento orgulloso de ti”
“Me gusta como arreglaste el cuarto”
“Gracias por botar la basura (fregar, limpiar, etc.)”
Plan de disciplina
¿Cómo implementarlo?
• Verificar su comprensión
• Revisar la comprensión