Parque Nacional Carrasco
Parque Nacional Carrasco
En el Parque Nacional Carrasco podemos encontrar diferentes etnias amazónicas, como los
Yuracarés que aun conservan su independencia racial y sus costumbres.
Entre las especies más representativas que habitan en el parque, se encuentran el jucumari o
el oso de anteojos, la taruca o venado andino, el águila arpía y por supuesto el guácharo.
Se estima que existen aproximadamente 3000 especies de plantas en el área, de las cuales
se han registrado aproximadamente 600 especies. Entre las especies más sobresalientes se
encuentran la waycha, la kewiña y numerosas especies de orquídeas (alrededor de 200).
ATRACTIVOS
Extensión
El Área tiene una superficie de 622.600 has. (6.226 km²). El rango altitudinal oscila
entre 4,700 -300 msnm.
Valores de Conservacion
En función a su categoría, el Área presenta una gran potencialidad para promover
estudios aplicados a la conservación de vida silvestre. El Parque es reservorio
natural de una enorme diversidad de recursos genéticos.
Estado de Conservación
Las amenazas más preocupantes sobre el Parque Nacional Carrasco provienen
de la invasión de colonos, explotación minera, la pesca con dinamita, apertura no
regulada de caminos y la caza furtiva.
Clima
El clima es frío a templado en las tierras altas del sur hasta cálido en las partes
bajas del norte. Gran parte del Área se caracteriza por su elevada pluviosidad con
extremos de precipitación que pueden superar los 5.000 mm. anuales.
Atractivos Turisticos
Desde Villa Tunari es posible ingresar a las Cavernas del Repechón , además de
admirar el bosque y cruzar el río en oroya, observar a los Guacharos (pájaros
ciegos). En el otro lado del Parque Carrasco es posible acampar y realizar
caminatas por la región o bañarse en el río. - Sehuencas - Cavernas de
Repechón; Sitio de anidación y concentración de población de los guacharos
(aves nocturnas) son dos cavernas de 150 m de profundidad y 30 a 40 m de
altura, por medio de los cuales corren arroyos menores. Los guacharos son aves
de hábitos nocturnos que vuelan en la noche emitiendo sonidos que les permiten
desplazarse con toda seguridad. Para llegar a la caverna se recorre un sendero
que permite a las personas admirar el exuberante paisaje. El cruce en oroya del
río San Mateo es una experiencia emocionante.
Antecedentes
El PNC fue creado bajo el nombre de Parque Nacional Carrasco-Ichilo el 9 de diciembre de 1988 con
una superficie original de 180.000 has. El 11 de octubre de 1991, se estableció mediante D.S.
N°22.940 su nombre y extensión actual (622.600 has), con el propósito de disminuir el impacto
ambiental de la carretera Chimoré-Yapacaní y adjuntar el Santuario de Vida Silvestre “Cavernas del
Repechón” (1) creado por R.M. 157-86 del 22 de mayo de 1986.
De 1993 a 1995 las actividades del PNC tuvieron como eje principal actividades de control y
vigilancia, con ecoturismo en las Cavernas del Repechón y Sehuencas.
La actual gestión administrativa del PNC es parcial, debido a lo extenso de los límites del PNC y la
poca disponibilidad de recursos financieros, personal y directrices para una oportuna gestión.
Los inicios de la gestión del parque (1993) se caracterizaron por un período bajo la administración del
Centro de Desarrollo Forestal (CDF), que cuenta a partir de este año con apoyo financiero del
Programa de Desarrollo Alternativo Regional (PDAR). Se inician entonces tres programas de gestión:
protección, educación ambiental y manejo de recursos naturales. A fines de 1993, la deficiente
administración del CDF y la creación de la Secretaría Nacional de Medio Ambiente (SENMA) a partir de
la promulgación de la Ley de Medio Ambiente conducen a la transferencia de la administración del
parque a la recién creada Dirección Nacional de Conservación de Biodiversidad (DNCB, hoy SERNAP),
responsable del nuevo Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Desde ese entonces el PNC se ha
mantenido como parte del SNAP y bajo jurisdicción directa del SERNAP (2).
El centro administrativo del parque se encuentra en la ciudad de Cochabamba, en la oficina local del
Distrito, compartiendo ambientes con el TIPNIS y el PN Toro Toro. La división del área en distritos ha
sido una iniciativa de gestión con miras a optimizar recursos financieros y tener mayor coherencia en
el manejo regional de las áreas protegidas, sin embargo las experiencias han tenido alcances muy
limitados, ya que no se contó con formas claras y establecidas de alcanzar este objetivo.
No obstante, la dirección del área protegida elaboró un documento con una propuesta de redefinición
de límites, excluyendo 90.000 hectáreas de la zona norte, polígono que se forma entre la línea legal
del Parque y la Línea Roja (ver cuadro), área que está muy poblada y altamente intervenida. Por otra
parte, en la parte sur, en 1999 el sindicato de campesinos de Tiraque realizó una propuesta de
desplazamiento de la Línea Roja para que queden fuera extensos territorios considerados “legales”
para el cultivo de la coca (conocidos como los Yungas de Vandiola). Esta región del parque se
encuentra en realidad en la Zona Norte del parque, considerablemente más cerca de Villa Tunari que
de Tiraque (3).
El PNC cuenta en la actualidad con el siguiente personal: un jefe de protección (que actualmente
ocupa el cargo de director interino), 18 guardaparques, un coordinador del relacionamiento social, un
técnico para la revisión de los límites, una administradora, un abogado y un chofer.
Por otra parte, el área protegida no cuenta con todos los técnicos requeridos para desarrollar todos
los programas de gestión, aunque se tiene previsto la contratación de un técnico en monitoreo con
apoyo de la ONG TNC.
Tenencia de la tierra
En el PNC existen varias comunidades asentadas desde antes de la creación del área protegida, lo
que ha generado conflictos por la inseguridad del derecho sobre la tierra y el acceso a los recursos
naturales.
Como en la mayoría de las zonas rurales, casi ningún residente del parque cuenta con un título de
propiedad sobre la tierra, lo que a su vez genera una diversidad de problemas y de limitaciones para
resolver la situación determinada por el creciente cultivo de la coca (7). La falta de claridad sobre la
tenencia de la tierra dificulta decisivamente el control de asentamientos dentro del área y da pie a
que se habiliten cultivos y se practiquen desmontes sin ninguna regulación ni registro.
La mayor parte de las unidades familiares manejan sus tierras dentro un sistema de propiedad
parcelaria, donde cada familia dispone de varias parcelas pequeñas y dispersas. Este tipo de
minifundio proviene de las sucesivas particiones hereditarias, practicadas desde la Reforma Agraria
de 1953 sobre los terrenos dotados, pegujales o consolidados.
En la actualidad las ONGs Conservación Internacional y CIDEDER están apoyando procesos de
saneamiento de tierras en alrededor de un 20% de la parte sur del área, donde las comunidades
temen de perder sus tierras ante las demandas de terceros empresariales. Sin embargo, se encuentra
la posibilidad de gestionar un convenio con el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) para
obtener fondos adicionales y llevar a cabo el proceso en otras zonas .
Zonificación
En la ausencia de un Plan de Manejo, el Parque Nacional Carrasco cuenta con una zonificación
preliminar, basada en criterios técnicos (considerando amenazas, prioridades de conservación y
objetivos del área protegida) y sin la participación de las comunidades, lo que la convierte en un
instrumento difícilmente aplicable (8).
Infraestructura
Los campamentos existentes se encuentran en condiciones variables y se estima que faltan tres a
cuatro campamentos para completar la red de vigilancia del área
A pesar de que gran parte del financiamiento haya sido dedicado a la construcción de infraestructura,
el equipo ParksWatch pudo observar que tanto el número de campamentos como el equipamiento a
disposición de los guardaparques son todavía insuficientes.
El Parque Nacional Carrasco está manejado en su totalidad por el SERNAP, sin embargo cuenta con el
apoyo de otras entidades de gobierno, como ONGS nacionales e internacionales.
El área no cuenta con un Plan de Manejo, y el proceso de elaboración aún no se ha iniciado porque se
espera un escenario más favorable mediante mejoras en la percepción y el relacionamiento social.
Considerando la situación conflictiva del PNC por estar establecido en una de las regiones más
problemáticas de Bolivia, hasta la fecha no se ha logrado incorporar la participación local en la
gestión del área, y menos aún la conformación de un Comité de Gestión. Con miras a cambiar esta
situación, el SERNAP, a través de la administración del parque, ha iniciado en los últimos años un
importante proceso de acercamiento social. Esta temática se desarrolla con mayor detalle en la
sección “Coordinación política, administrativa y territorial”.
El Programa de Protección es el que mayor impulso efectivo tiene en el área protegida, ya que se
destina una parte importante del presupuesto y cuenta con personal para su funcionamiento. Cuenta
con una estrategia de protección, infraestructura, vehículos y equipamiento.
Con relación al aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, en el Carrasco existió una
importante presión por el uso y extracción de madera. Para el efecto, se incorporó el proyecto Jatún
Sacha, que tiene un programa completo para el manejo forestal sostenible, y en este marco la
Dirección del área protegida logró desarrollar y aprobar un reglamento forestal que permitió activar
las diferentes iniciativas de manejo. Con Jatún Sacha se logró financiamiento para un estudio de
recategorización del área y capacitación para el cuerpo de protección (11).
Con respecto al financiamiento, se cuenta con fondos provenientes de Holanda bajo el programa
PASNAPH, que cubre sobre todo los costos operativos del programa de protección y el resto de las
actividades básicas de gestión. Otra fuente de financiamiento proviene de aportes puntuales en temas
específicos de las ONGS que apoyan el área, en particular TNC, WWF y CIDEDER. El futuro financiero
se ha intentado planificar a partir de la elaboración de un Plan Estratégico de Financiamiento,
elaborado por CIDEDER, que se pretende ahora incorporar en el Plan Estratégico Financiero del
SERNAP (12).
__________
El Parque Nacional Carrasco cuenta con amenazas importantes y diversas, desde las consideradas
directas como otras que no actúan directamente sobre la biodiversidad y los recursos naturales,
pero que crean escenarios propicios para que las actividades humanas se vuelvan nocivas y no
puedan ser controladas o manejadas. Entre estas se pueden identificar:
PRESIONES:
- Asentamientos ilegales e invasiones
- Agricultura
- Extracción de madera
- Ganadería
- Caza y pesca
- Explotación de hidrocarburos
AMENAZAS:
- Resistencia social
__________
PRESIONES
La presión más importante en el PNC es actualmente la presión invasora. Existen varios factores
que determinan este fenómeno y la incapacidad del gobierno por evitar esta situación. La
presencia de grupos sociales activos en la lucha social a nivel nacional, su involucramiento en la
problemática de la coca, la negación casi total de la existencia de las áreas protegidas la existencia
de zonas silvestres “desocupadas” entre muchas razones, las incursiones repetidas del
Movimiento Sin Tierras (MST) e la zona, promueven una presión de colonización en el PNC
difícilmente controlable.
En los últimos años la autoridad de la administración del parque ha sido perforada y minimizada,
hecho por el cual se han producido nuevos asentamientos en diferentes lugares del parque
(Vandiola, Colomelín, Karahuasi, etc), poniendo en riesgo la integridad de toda el área protegida.
Esta nueva situación ha ocasionado que la actitud de los campesinos con los cuales se consensuó
el establecimiento de la Línea Roja sea de no respetar sus acuerdos y sumarse a los procesos de
avasallamiento.
No obstante todos los elementos citados, el cultivo de la coca para el narcotráfico es el factor más
importante detrás de estos procesos, y la violencia que lo caracteriza explica la incapacidad de la
administración del parque a repeler esta amenaza.
La Ley N °1.008 de tráfico de sustancias controladas establece áreas de cultivo tradicional de coca
(legales), una de las cuales corresponde a los denominados “Yungas de Vandiola”. La falta de
definición geográfica de esta última ha hecho que los sectores interesados busquen el
reconocimiento de todo parque nacional como “Vandiola”, lo que han logrado en cierta medida
dado que aún no se ha iniciado ningún proceso judicial contra un productor en esta región.
Por otra parte, la zona originalmente llamada Vandiola fue colonizada una primera vez en los años
1935 a 1940, y hoy en día los hijos, nietos y bisnietos de los primeros colonos, que dejaron sus
tierras para trabajar en las ciudades, quieren volver a ocupar y cultivarlas, considerando que son
suyas. Este movimiento está encabezado por un líder, que es aparentemente responsable de la
segunda ola de colonización que ocurrió en septiembre de 2002 (Km 114 del camino antiguo a
Cochabamba).
Existen otras zonas del área que presentan asentamientos con características distintas, por
ejemplo en el sector occidental las familias que se asientan son antiguos residentes del área. En
cuanto a los invasores en otros sectores, éstos vienen de varias comunidades, vinculadas al
Movimiento Sin Tierra (MST). Por otra parte, la Ley de Participación Popular creó secciones (nivel
de sub-canton), quedando el parque en las secciones Puerto Villaroel (4°) y Pojo (5°).
Recientemente se creó una 6° sección y en el marco de la ley mencionada, cuanto más
comunidades y habitantes tiene una sección, cuanto más recursos se puede obtener del Estado.
Esta es otra razón que vulnera al área protegida frente a los asentamientos espontáneos (1).
Asentamientos nuevos en el Parque Nacional Carrasco. Fuente: SERNAP, 2003.
Con respecto al control que los guardaparques pueden ejercer, éste es muy limitado debido a la
violencia latente y la existencia de armas en los grupos que ingresan al área protegida. En algunas
ocasiones se ha contado con el apoyo de la policía nacional, sin embargo no ha sido suficiente para
detener el proceso.
El mayor problema con los asentamientos, es que estos se sumergen en la protección del conflicto
de la coca. El Estado boliviano en la actualidad ha perdido su capacidad de hacer cumplir su
normativa y la mayor parte de los problemas se resuelven por vías políticas y no jurídicas. Cuando
un grupo se asienta, difícilmente es removido del sitio y si esto no ocurre el asentamiento tiene
grandes posibilidades de consolidarse y consigo se inicia la cadena destructiva del entorno
silvestre y se hace aún más compleja la gestión del área protegida.
Agricultura
Como se ha mencionado, el PNC está habitado por grupos campesinos y colonos provenientes de
tierras altas que tienen como principal actividad la agricultura. Los grupos originarios
desaparecieron hace mucho tiempo de la zona.
Toda el área que tiene asentamientos es sometida a desbosques para la siembra de cultivos. A
pesar de que los habitantes, tanto en la zona norte como en la zona sur, se dediquen
principalmente a la agricultura de baja escala y de autoconsumo, el problema radica en el número
de familias involucradas y en las prácticas que utilizan: los chaqueos se realizan frecuentemente
en pendientes superiores al 40%. Sin medida de recuperación de suelos o aportes artificiales
(fertilizantes), estos suelos tienen una muy una limitada capacidad para el desarrollo de la
agricultura intensiva y tienden a deslizarse o agotarse en muy poco años, obligando los
productores a constantemente habilitar nuevos terrenos. Considerando la alta pluviosidad (entre
3000 y 7000 mm anuales en la zona norte, la más alta del país), y la delgada capa cultivable de los
suelos selváticos del Carrasco, la verdadera vocación de estas tierras es forestal.
- Zona Norte: maracuya, pimienta, palmito, cítricos, plátano, arroz, papa, yuca y maíz (sin
embargo, el de mayor importancia económica es el cultivo de la coca, que se discute más
adelante);
- Zona Sur: locoto, tomate, vaina, achojcha, papa, lacayote y pepino a lo largo del antiguo camino
al Chapare.
La zona norte del PNC es la más afectada por la actividad agrícola ya que el espacio comprendido
entre el límite norte del parque y la Línea Roja consensuada ha sido fuertemente deforestado,
quedando un paisaje altamente fragmentado con algunos parches remanentes de bosque. Lo
preocupante es que esta modificación se ha dado en uno de los ecosistemas más diversos del área
protegida, el pie de monte.
Un estudio realizado por el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado (MHNNKM) estimó
que en el interior del Parque Nacional se habían deforestado en el año 2000 alrededor de 11.392
has de bosque primario, además de unas 10.774 has de bosques secundarios, alcanzando un 3,2%
de la superficie del parque (2).
Existen dos problemáticas en relación a la extracción forestal en Carrasco, una en el sector norte
que involucra especies como la mara (Swietenia macrophylla) (que se encuentra todavía en
relativa abundancia en este sector), sangre de toro, gabún, tequeyeque, trompillo y laurel. Otra en
el sector sur, donde la presión se ejerce sobre otras especies. Los bosques de Polylepis al sur del
Distrito Sehuencas se encuentran por su parte afectados por la recolección de leña con fines
comerciales para la producción de carbón. Al suroeste del distrito se registra tala de aliso con fines
comerciales para la producción de palitos y mordadientes.
- En la zona norte las especies valiosas se encuentran hacia el interior del área protegida por
detrás de la Línea Roja. Aunque, el espacio que quedó fuera de la Línea Roja fue muy explotado,
permanecen algunas manchas de especies maderables todavía aprovechables, las que se
encuentran en la actualidad a merced de los madereros ilegales, o cuartoneros. La extracción
forestal es la fase previa al chaqueo y forma parte de las consecuencias de la prohibición del
cultivo de la coca en el Chapare, debido a que la baja rentabilidad familiar que ocasiona la medida
gubernamental, empuja a los campesinos a buscar otros recursos que llenen esos vacíos
económicos. No obstante la fuerte presión, los habitantes de muchas comunidades suelen
denunciar a los infractores (3).
Las actividades de erradicación de la coca aumentan la presión sobre los recursos madereros
remanentes en el interior del parque. Foto: LD
- En la zona sur, entre 1952 y 1972 Karahuasi fue el campamento de la empresa Johanson
dedicada a la explotación de madera, la cual alcanzó a tener 800 obreros. Hasta el presente aún se
mantiene la infraestructura deteriorada. En ese tiempo se hicieron caminos de penetración en
todas direcciones para sacar troncas. Las especies más explotadas fueron el nogal, laurel, cedro y
aliso, los últimos para una fábrica de fósforos que ya no existe (4).
Ganadería
Si bien la ganadería actualmente no es considerada como una presión grave por la administración
del área, el problema radica en que la demanda de áreas de pastoreo está creando problemas con
los límites actuales del PNC (5).
Se empezó a reportar actividad ganadera en el interior del PNC en 1995. Se trata de una ganadería
de tipo extensiva y de baja escala, ubicada principalmente en las partes altas de la zona sur del
parque. En la zona oeste se registra ganado de altura como llamas y ovejas, así como vacunos y
caballos en pequeñas cantidades. Los propietarios tienen derecho a llevar su ganado a la zona de
uso tradicional, y los problemas de sobrepastoreo son aún muy localizados.
En el centro sur y sureste del área protegida se practica la ganadería vacuna temporal
(transhumante) en zonas de ceja de monte y bosques nublados. Este tipo de ganadería es una
práctica antigua que consiste en llevar a los animales en épocas secas cuando hay escasez de
alimentos y agua en las zonas de valle. Dependiendo del número de animales y la frecuencia se
pueden registrar impactos en el bosque por pisoteo y desctrucción de los plantines de árboles y
helechos arborescentes. Además se convierte en un vehículo para la introducción de plantas
exóticas a través de los heces.
Caza y pesca
En el área protegida existe actividad de caza y pesca que no ha sido cuantificada, la que podría
constituirse en una presión considerable debido a la alta dispersión de los asentamientos
humanos, el conflicto social existente y la creciente pérdida de hábitats por la conversión de
tierras. Ambas actividades son muy difundidas y se registra en todas las zonas colonizadas. Dentro
de la Línea Roja el control es estricto, y se decomisa todo equipo cuando se encuentran
infractores.
- En la zona norte, al igual que las otras actividades, la caza es menos controlada en la faja del
parque ubicada fuera de la Línea Roja, y probablemente muchas poblaciones de animales y se
encuentran deprimidas o extintas en esta zona. En ocasiones se encuentra gente cazando al
interior de la Línea Roja y se registra un aumento de la actividad. No obstante, cabe señalar que
los guardaparques de casi todos los distritos consideran que la caza se practica aún con una
intensidad mediana a baja.
Las especies más buscadas son: anta (Tapirus terrestris), jochi (Agouti paca) y venado (Mazama
sp.). Los métodos más usados son las armas de fuego, perros y trampas. La caza no solo es
practicada por los comunarios que generalmente la hacen con fines de subsistencia, sino también
por cazadores externos con fines comerciales.
La pesca tiene mayor importancia en la zona norte, al ser esta la parte baja y contar con ríos más
caudalosos. Los ríos que registran una importante actividad pesquera son: Ichilo, Leña, Chimoré,
Ayopaya y otros menores.
La pesca se realiza con fines comerciales y de subsistencia. Las especies más buscadas son: pacú
(Colossoma macroponum), sábalo (Prochilodus nigricans), surubí (Pseudoplatystoma sp.),
doradillo, soba y zapato, y los equipos que se utilizan son: arpones, anzuelos, redes, atarayas (red
lanzada), barbasco (veneno) y dinamita, las dos ultimas prácticas totalmente prohibidas. Los
usuarios del recurso piscícola son los vivientes del área protegida como gente externa que suele
adentrarse al parque desde la carretera a pescar.
La pesca con dinamita es practicada por los antiguos mineros del altiplano, que desconocen o
desprecian las técnicas menos dañinas de los lugareños. Foto: LD
- En la zona sur del área protegida, los asentamientos humanos datan de mayor antigüedad, lo
cual puede haber ocasionado que se tenga una mayor relación con la fauna silvestre y que el
número de presas también sea diferente. De hecho en esta zona las especies buscadas son mucho
más variadas y la intensidad de caza también es mayor. Forman parte de las presas: chanchos de
tropa (Tayassu pecari), monos, venados, tejones (Nasua nasua), loros, osos andinos (Tremarctos
ornatos), etc.
En la zona de Sehuencas, al sur del parque, se practica hace décadas la pesca deportiva.
Incendios
En los páramos altos, el fuego puede ocasionar extinciones locales y modificación del hábitat por
reemplazo de especies más resistentes, lo que afecta tanto la dinámica hídrica como la
biodiversidad del ecosistema.
Explotación de hidrocarburos
Existen cuatro pozos sobrepuestos con el PNC, aunque fuera de la Línea Roja, en la zona noreste.
En la actualidad, el único campo petrolero en funcionamiento es Bulo Bulo.
La empresa petrolera Chaco S.A. (filial de AMOCO) se adjudicó pozos cerca del PNC ya antes
explorados por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). En la zona de influencia del
área protegida, en la localidad de Entre Ríos se encuentra el campo más importante de esta
empresa, el “Campo Carrasco”, donde se han perforado quince pozos (6).
Los impactos ambientales y sociales generados por la actividad extractiva han sido notorios en
“Campo Carrasco”, de hecho las Federaciones campesinas de la zona han denunciado de manera
continua la contaminación de sus cultivos por rebalses de las fosas de lodos, abortos en el ganado
y degradación irreversible de suelos. Ante la situación, la empresa inició una estrategia de
indemnización, pero con la característica de pagar el valor actual y no el potencial de lo perdido, se
otorgaron “regalos” como una posta médica y un Plan de Sanidad Ambiental. Sin embargo, en
ningún momento se efectuó una compensación real de los daños ocasionados.
Según el estudio del MHNNKM, la empresa petrolera Chaco S.A. aparentemente habría
cumpliendo con las medidas de mitigación requeridas por la Dirección General de Impacto, Calidad
y Servicios Ambientales (DGICSA) para sus actividades en el bloque Chimoré I dentro del PNC, y
contribuido fondos para la realización de estudios ecológicos (7).
No obstante, cabe señalar que la legislación boliviana tiene serias deficiencias en relación a los
Estudios de Impacto Ambiental, peor aún sobre aquellos proyectos que se realizan en áreas
protegidas. Por otra parte, ni la Dirección General de Medio Ambiente ni la administración del PNC
cuentan con un equipo técnico ni con métodos para poder hacer un monitoreo efectivo de este
tipo de actividades y cualquier otro tipo de monitoreo es pagado y supervisado por la misma
empresa, lo cual debilita su legitimidad.
Mapa de concesiones petroleras en la zona. Fuente: OBIE/CEDLA/Camilo Coral, en base a datos de
YPFB (2003) y MDSP (2005)
Un caso destacable en los antecedentes de esta actividad en el PNC fue el ocurrido entre la
Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba y la empresa petrolera MAXUS, que
forma parte de REPSOL. La UMSS tiene unos predios de 6.000 hectáreas en la localidad de Sajta,
muy cerca del límite norte del parque, que son utilizados para el desarrollo de una diversidad de
estudios e investigaciones. En términos biológicos este terreno tiene una alta importancia ya que
forma parte de uno de los parches más importantes en la conectividad entre el PNC y el PN y
Territorio Indígena Isiboro-Sécure (TIPNIS).
MAXUS se adjudicó 33.000 has que incorporaban al fundo universitario. Ante la inminente acción
exploratoria sísmica (3D) de esta empresa, el consejo universitario se opuso rotundamente y se
inició una resistencia a partir de la sociedad civil. La empresa trató de aplicar los instrumentos
legales que tenía con la aplicación de la fuerza pública para defender sus intereses y amenazó con
la paralización de actividades y la pérdida de US$ 25 millones por concepto de regalías. Ante la
fuerte posición de la Universidad y la sociedad civil, MAXUS decidió congelar sus inversiones (8).
Introducción de especies exóticas
Con relación a otros países vecinos, en Bolivia aún no se han registrado muchos casos de
introducción de especies exóticas y de su éxito posterior en la vida silvestre. Sin embargo, uno de
los casos más graves ha sido la introducción de truchas (Oncorhynchus mykiss) en cuencas altas
del país, que ha provocado disturbios en algunos casos irreversibles. En Carrasco se han observado
poblaciones de esta especie en ríos de la parte sur, Sehuencas, río Lope Mendoza, río Fuerte, río
Huasamayu, río Monto Puncu, río Ivirizu.
AMENAZAS
Cuando llegaron los conquistadores españoles y se instauró la colonia, existieron dos corrientes,
una proveniente del clero que pretendía la prohibición total de la “hoja del diablo”, y otra basada
en intereses económicos, que fomentaba su cultivo. Esta última tuvo éxito y los volúmenes
producidos se incrementaron. En los siglos siguientes surgieron nuevas zonas de cultivo en Bolivia,
que determinan hoy día la división entre zonas de producción “tradicionales” (los Yungas de La
Paz) y zonas nuevas (Apolobamba, valle de Cliza en Cochabamba, Yungas del Espíritu Santo en el
Chapare).
Residentes del parque secando hojas de coca sobre un camino vecinal. Foto: SP
En la segunda mitad del siglo XX cuando se estableció el comercio y tráfico de la cocaína, con la
participación de los gobiernos dictatoriales de la década de los 70 y 80, se consolidó en Bolivia una
zona productora de hoja de coca como de drogas en la zona del Chapare en el Departamento de
Cochabamba y se apoderó de la región un fuerte clima de inestabilidad social. Durante los años 80
se produjo un despido masivo de trabajadores mineros del estaño, los cuales fueron relocalizados
como agricultores colonizadores en diferentes puntos del país, incluso en esta región.
Este período fue el inicio de un intenso proceso de colonización del trópico de Cochabamba con un
efecto devastador para los bosques del subandino, del pie de monte y de la llanura amazónica
próxima a los Andes, por la extracción forestal y la habilitación de tierras agrícolas, con su
producto más importante, la hoja de coca.
Posteriormente, bajo presión estadounidense, Bolivia adscribió a sus políticas la “lucha contra el
narcotráfico” e inició un proceso de control policial y de erradicación de plantaciones, que después
de algunos años se vio acompañado por un programa de producción alternativa a la coca, llamado
Programa de Desarrollo Alternativo Regional (PDAR), que busca brindar otras oportunidades
económicas a los campesinos brutalmente desprovistos de su fuente de ingresos.
Esta imposición gubernamental, la baja aptitud del suelo para la agricultura, la falta de mercados
para los cultivos alternativos fomentados por el PDAR (o el retraso en su desarrollo debido a la
crisis argentina y otras perturbaciones a nivel macroeconómico), las presiones de las mafias del
comercio de drogas, la tradición de resistencia social y otros factores crean un problema complejo
e irresuelto hasta la fecha que tiene como uno de sus efectos, la degradación del entorno natural y
la baja capacidad de gestión integral del territorio.
Como era de prever, esta problemática se introdujo con los años en las administraciones de las
áreas protegidas cercanas (en particular Carrasco e Isiboro Sécure, y, en menor grado Amboró). El
caso del PNC es particularmente agudo y su gestión casi inviable en las actuales condiciones.
“Muchos problemas del parque están vinculados con la producción de coca, en particular con las
actividades de erradicación en el Chapare. Se registra un fenómeno de “contrabando hormiga”,
caracterizado por muchas pequeñas plantaciones esparcidas (coca hormiga). Las plantaciones de
coca se ubican mayormente al exterior de la Línea Roja y los campesinos entran con el objetivo de
asentarse” (10).
Esta situación se explica por el hecho de que la hoja de coca alcanza por lo general un buen precio
(aprox. US$ 6-7/kg), mientras que los cultivos de banano/plátano, que necesitan 25-30
fumigaciones al año, no son rentables (por ahora mantenidos artificialmente altos por los
subsidios del PDAR), aunque existe un mercado potencial muy importante con Argentina (en un
mes se producen aprox. 20.000 cajas de banano, cuando el mercado argentino podría absorber
alrededor de 5.000.000 de cajas (12).
Un gran problema radica por lo tanto en el hecho de que el programa de desarrollo alternativo no
ha logrado los objetivos que perseguía de generar una economía productiva alternativa a la
economía de la coca. Debido a su baja rentabilidad, casi todos los rubros promovidos por el PDAR
están subsidiados. El problema no reside en la calidad de los productos, pero en la baja producción
por hectárea (prácticas inadecuadas, falta de tecnologías, etc.). De los 100.00 has de “cultivos”
alternativos en 2003, un 80% eran pastos, a pesar de que la ganadería no da mucho (la carga
animal en esta zona no puede sobrepasar los 1,5 animales/ha).
“Sin erradicación, no hubiera presión al área. La erradicación ha hecho que se produzca más coca
aún, y especialmente en el parque” (13).
Control militar antidrogas en el camino antiguo al Chapare (sector ColomI). Estos controles son
todavía esporádicos. Foto: SP
Resistencia social
Como las problemáticas han sido diferentes y los procesos de relacionamiento también han sido
variados, las posiciones de cada grupo social con respecto al área protegida son diversas. Con la
gente del sector Oeste (Central Campesina Colomi, Subcentral Aguirre) se mantienen buenas
relaciones, mientras que con las organizaciones del sur (Central Tiraque) las relaciones suelen ser
muy conflictivas.
La coyuntura sociopolítica que está atravesando el país deja muy pocos espacios de gestión, sobre
todo en regiones como el Chapare, donde se concentra la protesta y existe una verdadera
dictadura sindical, llamada “caduco” (14). No obstante la situación, la administración del área
protegida está logrando ventanas de diálogo con ciertos niveles dirigenciales y proyectando una
futura gestión participativa del parque. La idea de un nuevo modelo de gestión ha sido planteada
desde los sectores sociales, sin embargo se teme que este nuevo modelo de gestión quiera ser
impuesto y que responda más a directrices políticas que a lineamientos técnicos y necesidades de
conservación.
Información General
Creación 11 de Octubre de 1991.
Base Legal A partir de dos decretos creados el Santuario de Vida Silvestre
“Cavernas del Repechón” y el Parque Nacional Carrasco Ichilo se ha
definido los límites actuales con Decreto Supremo Nº 22940 con la
creación del Parque Nacional Carrasco que incluye a los decretos
iniciales.
Objetivos de Precautelar regiones con alta sensibilidad ecológica.
Creación Conservar la biodiversidad de los ecosistemas del altoandino y de los
yungas.
Categoría de Parque Nacional.
Manejo
Ubicación Se encuentra en el sector Este del departamento de Cochabamba, en
las provincias Chapare, Carrasco y Tiraque, involucrando a los
municipios de Villa Tunari, Colomi, German Busch (Shinaota) Tiraque,
Entre Ríos (Bulo Bulo), Puerto Villarroel, Chimoré, Totora, Pojo y
Pocona.
Coordenadas Coordenadas geográficas del cuadrante de referencia 17º 02’ 26,6”
Geográficas latitud Sur; 65º 49’ 31,6” longitud Oeste a 17º 49’ 26,11” latitud Sur; 64º
11’16,8 “longitud Oeste
(SERNAP, 2009)
Superficie Según Decreto de Creación : 622.600 ha
Según archivos digitales de SIG: 691.771 ha
Mapa de Ubicación
Aspectos Físicos
DESCRIPCIÓN
Fisiografía Ubicado en la provincia fisiográfica de la Cordillera
Oriental y la Faja Subandina, presenta un paisaje
montañoso con serranías de valles profundos y
colinas, con fuertes pendientes, planicies, laderas
escarpadas y terrazas aluviales.
Clima Se caracteriza por tener un clima tropical, que varían
de frío a templado en la partes altas sector Sur del
área, siendo más cálido en las partes más bajas Norte
del área (Lauer 1975; citado por Ibisch et al 2001). En
las partes bajas se registran temperaturas que oscilan
entre los 20 y 27 ºC, por el contrario en las partes altas
la temperatura varía de acuerdo a la humedad (Ibish et
al 2003).
La faja subandina se caracteriza por la presencia de
bosques húmedos donde las precipitaciones son muy
elevadas, excediendo los 2.500 mm y temperaturas
anuales que oscilan entre los 24 y 26ºC, más aun en el
sector del Chapare con promedios anuales que
sobrepasan los 5.500 mm.
Hidrografía Forma parte de la macrocuenca del río Amazonas y
está compuesta por tres cuencas: a) Cuenca del río
Ichilo – Chimoré con las microcuencas de los Ríos
Ivirgasama, Izarzama, Bulo Bulo, Elena, Ichoa,
Chimoré, San Mateo–Alto Ichilo y Sajta; b) Cuenca del
río Chaparé con las microcuencas de los Ríos San
Mateo, Santa Rosa, Paracti, Espíritu Santo, Ivirizu y
Coni; y por último c) Cuenca del río Mizque con las
microcuencas de los ríos Pojo, Comarapa, Chimboata
y Mizque (Ver Mapa Nº3).
Ecoregiones Se encuentra dentro de las ecoregiones de: Puna
Semihúmeda, Bosques Secos Interandinos, Bosque
Amazónico Subandino, Bosques Amazónicos
Preandinos y Yungas (Ver Mapa Nº4).
Accesibilidad Las vías de acceso al pasan a través del sector norte
a través de la carretera nueva Cochabamba-Santa
Cruz hasta Villa Tunari o por el sur por la carretera
antigua Cochabamba – Santa Cruz, por la región de
Totora.
Biodiversidad
Vegetación, El Parque Nacional Carrasco ha dado lugar a una variedad de ecosistemas a
causa de su fisiografía, diversidad de pisos altitudinales y ubicación geográfica, hecho que lo
convierte en una de las áreas protegidas con mayor biodiversidad de Bolivia.
Dentro de los nuevos registros de aves se tiene especies como Syrigma sibilatrix, Buteo
brachyurus, Caraca plancus, Crotophaga major, Tapera naevia, Tyto alba, Megascops choliba,
Phaethornis preteri, Chlorostilbon aureoventris, Chloroceryle aenea,
Thamnophilus doliatus, Mecocerculus stictopterus, Myiozetetes cayanensis, Tyrannus
tyrannus, Tityra cayana, Lepidothrix coronata, Cyanocorax chrysops, Mimus dorsalis.
Amfibios y Reptiles
La herpetofauna del PN Carrasco esta compuesta por 179 especies, 88 son anfibios y 91
reptiles, existe 1 especie de salamandra y 1 especie de anfibio ápodo; las ranas aportan con
86 especies, los ofidios con 64 especies, las lagartijas con 22 especies, las anfisbenas con 3
especies y los quelonios con 2 especies. Los anfibios se encuentran representados por 3
órdenes (Anura, Caudata y Gymnophiona) y 7 familias conformadas por 39 especies de
Leptodactylidae, Hylidae con 27, Bufonidae con 14, Dentrobatidae con 3, Centrolenidae con 3,
Plethodontidae con 1 y Caeciliidae con 1 especie. Los reptiles están representados por dos
órdenes (Testudines y Squamata) y 12 familias (FAMHNNKM, MHNNKM,2.005).
Peces y Artrópodos
El Parque Nacional Carrasco se encuentra entre los 500 – 5.300 msmnm, corresponde a la
región subandina y piedemonte (Navarro & Maldonado, 2002), los estudios de la ictiofauna en
el área y en la región son muy pocos.
De acuerdo a estudios elaborados por FAMHNNKM, MHNNKM, 2005; se ha estudiado a 31
especies de peces pertenecientes a los ordenes Characiformes, Siluriformes y Perciformes; el
primero en mayor porcentaje ubicado en las cuencas altas de los ríos. Se tiene a 10 familias
de Characidae que representan el 50% de las colectas y abarcan 13 especies, Pimelodidae
con un 10% y 6 especies, Crenuchidae con el 8,9 % y 3 especies, Loricariidae y Paodontidae
con el 7,6% y las otras familias en menor proporción.
Dentro de las especies estudiadas se encuentran las Astyanax lineatus, Hemybrycon sp,
Ancystrus sp y Paradon buckleyi, Astyanax bimaculatus, Bryconamericus sp i Creagrutus beni
y en una menor cantidad los Trichomycterus sp., los ríos donde se encuentra en mayor
número son San Mateo, Ivirizu y Cachimayu.
Según nuevos registros de ictiofauna en el parque se han hallado especies como el pez paleta
(Surubi lima) y las especies de Trichomycterus. Entre las especies importantes para la
conservación se encuentran el sábalo (Prochilodus nigricans), la paleta (Sorubim lima) pero
podrían incluirse al Zungaro zungaro, Brachyplatystoma flavicans y Pseudoplatystoma
fasciatum.
Artrópodos
Llegan a convertirse en el grupo más diverso del parque, de acuerdo a colectas realizadas se
han identificado arañas, coprófagos y lepidópteros. Se han registrado un total de 742 especies
de artrópodos (Arácnidos e Insectos), pertenecientes a 83 familias y 354 especies y/o
morfoespecies (FAMHNNKM, MHNNKM,2005).
Turismo
Existen valores paisajísticos y escénicos, que caracterizan al parque, donde se pueden
observar paisajes montañosos de gran belleza, con profundos valles y cañones, ríos
torrentosos y caídas de agua, además de la exuberante vegetación. Tiene una alta
biodiversidad tanto de flora como de fauna y todos estos elementos se constituyen en los
principales recursos turísticos naturales que se encuentran en diferentes sitios y rutas
turísticas al interior del área protegida.
Cavernas del Repechón: Ubicada en el Santuario de Vida Silvestre Cavernas del Repechón, a
13 km. del centro poblado de Villa Tunari, ingresando por la comunidad Paractito hasta la
comunidad El Bateón y posteriormente al campamento y Centro de Investigación del Parque
Nacional Carrasco.
El Santuario tiene habilitado un sendero interpretativo, donde el turista puede aprender sobre
plantas, animales, ecosistemas y comunidades del PNC, además de visitar el ave
emblemática del área protegida: El Guácharo (Steatornis caripensis) ave de hábitos nocturnos.
Valle de la Luna: ubicado a 25 km. de la población del Valle de Sajta y a 250 km. de la ciudad
capital de Cochabamba,los servicios de transporte público sólo llegan hasta el valle sajta,
donde existe servicio de hospedaje. Se debe tomar un expreso hasta el valle de la luna. Este
sitio presenta formaciones geológicas abruptas, conformando un paisaje lunar cuyos suelos
salinos constituyen un lambedero natural al cual acuden centenares de bandadas de aves en
especial loros y parabas y otros mamíferos que tienen la necesidad de nutrientes minerales