¿Qué Hacemos Con La(s) Masculinidad (Es) ?: Reflexiones Antipatriarcales para Pasar Del Privilegio Al Cuidado
¿Qué Hacemos Con La(s) Masculinidad (Es) ?: Reflexiones Antipatriarcales para Pasar Del Privilegio Al Cuidado
Gustavo Endara
(editor)
Introducción
ISBN: 978-9978-94-188-1
Diseño: graphus® 290 2760
Primera edición, junio 2018
Impreso en Quito-Ecuador
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7 INTRODUCCIÓN
índice
¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)? -
La necesidad de un diálogo transformador
y sanador
Gustavo Endara
27 Sección I
Masculinidades plurales y empáticas:
un camino hacia identidades diversas
73 Sección II
Masculinidades para una paternidad amorosa
índice
Masculinidades con nuevas representaciones,
simbolismos y lenguajes
La experiencia de la corresponsabilidad en
la cotidianidad de los hombres, una oportunidad
para la transformación social desde las
masculinidades 188
Román Alexis Huertas Montoya
INTRODUCCIÓN
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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Introducción
2 Jabois, Manuel. (2018). “La Manada abre más heridas”, en El País. Disponible en: https://
politica.elpais.com/politica/2018/04/26/actualidad/1524732179_281946.html (Consultado
el 26 de abril de 2018).
3 El más conocido es el caso del productor de cine estadounidense Harvey Weinstein,
quien ha sido acusado de acoso, agresión sexual y violación por más de 80 mujeres de la
industria del cine. El escándalo provocó que acusaciones similares alrededor del mundo
tengan consecuencias para hombres poderosos, especialmente luego de que animara a
miles de mujeres a viralizar sus denuncias a través del hashtag #MeToo, cuyo movimiento
ha resonado también en la política. No sorprendería que tenga consecuencias incluso para
Donald Trump, actual presidente de los Estados Unidos y quien ha sido acusado de asalto
y abuso sexual por al menos 15 mujeres desde los años ochenta. El actor Bill Cosby
recientemente ha sido condenado por abuso sexual, luego de 50 años de perpetrar sus
crímenes. Los testimonios de las acusadoras no fueron tomados en serio por décadas.
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Introducción
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Introducción
4 Oddone, C. (2017). “Poner el foco en los hombres para eliminar la violencia contra las
mujeres”, en: Revista CIDOB d’Afers Internacionals, Nr. 117, Violencia de género y
relaciones internacionales, diciembre 2017, pp. 145.
5 Y la más violenta si se obvian regiones con conflictos bélicos.
6 Lobo-Guerrero, Catalina. (2017). “La otra violencia de El Salvador” en The New York
Times ES. Disponible en: https://www.nytimes.com/es/2017/07/31/la-otra-violencia-de-el-
salvador-feminicidio-violencia-de-genero/ (Consultado el 14 de marzo de 2018)
7 García de la Torre, María. (2018). “El escandaloso silencio de las mujeres abusadas
en Colombia”, en The New York Times ES. Disponible en https://www.nytimes.com/
es/2018/02/12/opinion-garcia-silencio-acoso-mujeres-colombia/ (Consultado el 14 de
marzo de 2018)
8 Vizzi, Florencia y Alejandra Ojeda. (2018). “Una falla del pensamiento feminista es creer que
la violencia de género es un problema de hombres y mujeres”, en Conclusión. Disponible
en http://www.conclusion.com.ar/info-general/una-falla-del-pensamiento-feminista-es-creer-
que-la-violencia-de-genero-es-un-problema-de-hombres-y-mujeres/08/2017/ (Consultado
el 14 de marzo de 2018)
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9 Black, Michael I. (2018). “Los chicos no están bien (o por qué debemos repensar la
masculinidad)” En The New York Times ES. Disponible en https://www.nytimes.com/
es/2018/02/24/opinion-masculinidad-parkland-tiroteo/ (Consultado el 14 de marzo de
2018)
10 Dichas leyes tratan a las mujeres cual si fueran propiedad de sus esposos, proveen de
impunidad e incluso promueven el maltrato y la violencia sexual hacia las mujeres. Por otro
lado, en países que criminalizan explícitamente esta y otro tipo de violencias, existe el reto
de poner la ley en práctica debido a nociones culturales de subordinación de la mujer. Ver
más en: https://www.equalitynow.org/campaigns/rape-laws-report
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cuales 930 millones han sufrido algún tipo de violencia física o sexual,
lo cual representa una seria violación a sus derechos humanos 11.
11 Chamie, Joseph. (2018). “Sexual Harassment: At Least 2 Billion Women” En Inter Press
Service News Agency. Disponible en http://www.ipsnews.net/2018/02/sexual-harassment-
least-2-billion-women/ (Consultado el 14 de marzo de 2018)
12 Dell, Floyd. (2014). “Feminism for men”. En The Baffler. Disponible en https://thebaffler.com/
ancestors/feminism-for-men (Consultado el 14 de marzo de 2018)
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Introducción
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Foto: Archivo fes-ildis
Introducción
Mariano Schuster
Editor de la revista Nueva Sociedad.
Leonardo García
Es magíster en Género y Desarrollo por la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO. Es
especialista en la temática de las masculinidades.
1 La entrevista fue publicada en julio de 2017 en el portal digital de la revista Nueva Sociedad
y se la puede encontrar en el siguiente link: http://nuso.org/articulo/nuevas-masculinidades-
para-vencer-al-patriarcado/
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Sección I
Masculinidades plurales
y empáticas: un camino
hacia identidades diversas
Foto: Archivo fes-ildis
Ignacio Espinosa
Tiene un pregrado en Arquitectura, pero su frustración con la carrera,
por lo despolitizada y ligada con el sector comercial-inmobiliario, le llevó
a cursar una maestría en Planificación Urbana enfocada en países del
“Sur”. Tiene experiencia investigando sobre urbanismo y trabajando con
colectivos sociales, incluyendo colectivos LGBTI feministas. Su interés más
grande es aportar en la lucha contra las desigualdades de género, raciales,
económicas, y espaciales.
Interseccionando desigualdades
espaciales en Quito: la lucha por el
derecho a la ciudad desde identidades
diversas y disidentes
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
2 Harvey, D. (2014) Rebel Cities: From the Right to the City to the Urban Revolution.
Londres:, Verso. Impreso.
3 Perez, M. (2015) “Ciudadanía Urbana y Derecho a la Ciudad: Hacia una Política del
Habitar”. En Gasic, I., Narváez, A., Quiroz, R., eds. Reapropiaciones de Henri Lefebvre:
Crítica, Espacio y Sociedad Urbana. Santiago de Chile: Editorial Triángulo, pp 10-40.
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4 Grusky D. B., and Kanbur, R., eds. (2000). “Introduction: the conceptual foundations
of poverty and inequality measurement”. En Grusky D. B., and Kanbur, R. Poverty and
inequality. Stanford: Stanford University Press, pp 1-29.
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
5 Collins, P. (1986). “Learning from the Outsider Within: The Sociological Significance of Black
Feminist Thought.” Social Problems (33)6, pp. S14-32.
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
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Masculinidades en plural
Entender las identidades de manera interseccional evita su
homogenización y la reproducción de desigualdades internas. La
interseccionalidad aclara que no hay como hablar de lo LGBTI, de lo
indígena, de lo afro, de la clase trabajadora, sin entender las relaciones
de poder y privilegios dentro de cada una de estas identidades. De
igual manera, no es posible hablar de privilegio sin interseccionarlo,
incluyendo el privilegio masculino. Las masculinidades son las
prácticas, tradiciones, y comportamientos que se han determinado
como ideales para lo que la sociedad ha construido como “ser hombre”
por clase social, identidad étnica, país, familia, edad, etc. En otras
palabras, las masculinidades son necesariamente interseccionadas
por múltiples otras identidades, privilegios, y opresiones.
8 Alvarado, J.D., “Viernes Feminista”. Culturearte, 89.3 fm. Ciudad de Panamá, Panamá. 28 oct
2016. Radio.
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• Juan
Juan es un trabajador sexual homosexual que explica cómo su
trabajo puede ser tanto localizado como callejero. Juan expone la
doble discriminación que experimenta en el espacio público por su
orientación sexual gay y por su trabajo, ya que ambas identidades
tienen una fuerte historia de ilegalidad en la ciudad. Juan denuncia
que dentro de organizaciones LGBTI, temas como el trabajo sexual
frecuentemente son relegados frente al matrimonio o al VIH, lo que lo
lleva a una invisibilización.
Por otro lado, dentro de colectivos de trabajo sexual, Juan explica que
existe una invisibilización hacia las identidades sexuales y de género
diversas, como por ejemplo hacia lo gay. En la mesa discutimos cómo,
en otras palabras, al hablar de lo gay, no se habla de trabajo sexual,
y al hablar de trabajo sexual, no se habla de lo gay. A pesar de contar
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Rashel
(Presidenta de Asociación ALFIL y
Referente Nacional de RedLacTrans)
Rashel es una activista trans que reflexiona sobre cómo, a pesar
de que las identidades trans generalmente son más visibles física/
estéticamente, sus reclamos y luchas son invisibilizados en los colectivos
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Ana
(Marcha de las Putas y Proyecto Transgénero)
Ana es una activista lesbiana feminista que argumenta que Quito
no es pensado para el 50% de la población (mujeres y cuerpos
feminizados). La ciudad es principalmente planeada y producida por
cuerpos heterosexuales, blanco-mestizos y masculinos. Ana explica
cómo el no contar con privilegios masculinos en Quito significa que
las mujeres cis género sean negadas a vivir la ciudad en la “noche” de
manera libre, segura, y tranquila. Por el otro lado, las mujeres trans y
personas feminizadas frecuentemente son negadas a vivir la ciudad en
la visibilidad del “día” de manera libre, segura y tranquila.
Marco
Marco critica la producción urbana al antojo del mercado. Explica
la importancia del espacio público como un lugar de encuentro,
interacción, diálogo, confluencia, expresión, resistencia y protesta, que
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Marco explica que los espacios públicos también son vigilados por
la policía y controlados para proteger lo socialmente aceptado y lo
que le conviene al capital. En otras palabras, “la seguridad” sirve
a quienes generan exclusión, y de hecho, es un componente de la
desigualdad sistémica. Mencionamos cómo a muchas personas
que son vendedoras informales, trabajadoras sexuales, LGBTI, de
diversidad étnica, feminizadas o mujeres, de estéticas contracultura,
etc., la presencia de instituciones de seguridad en el espacio público,
de hecho, les trae miedo, intimidación y estrés, antes que seguridad.
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Sebastián y Derek
(Fraternidad Transmasculina y Proyecto Transgénero)
Sebastián y Derek son parte de la Fraternidad Transmasculina.
Sebastián explica que como hombres trans se definen e identifican con
la masculinidad. Resalta que, como cualquier otra persona, alguien
trans también puede ser no binario. Es decir, a pesar de identificarse
con la masculinidad, no necesariamente se define como hombre.
Sebastián expone que las poblaciones trans son constantemente
invisibilizadas dentro de lo LGBTI. Las personas transmasculinas son
guardias, obreros, taxistas, pero frecuentemente están escondiéndose
para no sufrir discriminación laboral ni ataques en las calles. Destaca la
importancia de distinguir el derecho a la intimidad vs. la invisibilización
obligada.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Conclusión
El proceso de urbanización refleja, refuerza, y reproduce espacialmente
las relaciones de poder existentes en una ciudad. Estas relaciones de
poder no sólo son económicas y de clase, sino que incluyen relaciones
raciales, sexuales, y de género. Los casos de estudio discutidos
demuestran que, así como la apropiación y producción del espacio
público son herramientas para asimilar, oprimir, y privar derechos, la
urbanización y el espacio público también pueden ser una herramienta
capaz de empoderar, emancipar y retar interseccionalmente relaciones
socioeconómicas desiguales e injustas.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Masculinidades - Contribuciones,
estancamientos y oportunidades desde
las comunidades G(LBTIQ+)
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Introducción
Partiendo de los elementos del título, este texto presentará, en una
primera parte, algunas reflexiones generales sobre masculinidad(es)
en las comunidades G(LBTIQ+). Luego, se citará algunos elementos
prácticos que dan luces sobre las contribuciones de las comunidades
G(LBTIQ+) a la cuestión de masculinidad(es), y problematizará la
afirmación de la masculinidad heterosexista en las comunidades
gay. Enseguida, se mencionará algunas reflexiones teóricas sobre la
cuestión de masculinidad(es).
1 El uso del guión bajo que se notará a lo largo del texto es un gesto político lingüístico, que
permite visualizar cómo se construye y de_construye una palabra, su(s) significado(s) y
su(s) efecto(s) práctico(s).
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Apariencias
Parecería que la cuestión de la masculinidad está resuelta al interior
de las comunidades de hombres gay. Parecería que la masculinidad,
en singular, es lo que las comunidades de hombres gay intentarían re_
definir, o por lo menos cuestionar. Parecería que las comunidades de
hombres gay abren la puerta a un sinnúmero de nuevas masculinidades
dentro de un ambiente carente de hostilidad.
Maculinidad(es) - Contribuciones
y estancamientos
En las comunidades GLBTIQ+ nos encontramos con una variedad
de grupos y, junto a esa variedad, con diversas expresiones de
masculinidad. Aquello constituye una contribución mayor, en la
práctica, en el ejercicio de la identidad sexo genérica, y tiene una
consecuencia lingüística directa: pluralizar la masculinidad, es decir,
hablar de masculinidades en el plural. Ese gesto práctico y lingüístico,
en uso concreto en diferentes grupos con una visión crítica sobre el
tema, interpela inmediatamente a la masculinidad heterosexista, que se
entiende única (ver Hornscheidt, 2012).
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Masculinidad hegemónica
Connell entiende a la masculinidad como una posición relacional en
la estructura social, que determina las relaciones de poder entre los
géneros (Connell, 2015). Esto tiene implicaciones en las relaciones de
poder entre hombres y mujeres, y también entre hombres. Más allá de
las diferencias en cada individuo, Connell diferencia cuatro tipos de
masculinidades que ilustran la jerarquía en operación: la masculinidad
hegemónica, la masculinidad sub_ordinada, la masculinidad cómplice
y la masculinidad marginal. Esta tipología es útil para entender las
relaciones de poder en cuanto al género, a las masculinidades en este
caso, y en cuanto a otras variables que influyen en la jerarquización
social y que también son pertinentes en el caso ecuatoriano: clase,
‘raza’ y etnia.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Experiencias
En el esfuerzo de producir conocimiento desde el “margen”, nos topamos
con que la producción de conocimiento está regida por estructuras
de poder que determinan el acceso o exclusión de ciertas voces. La
academia, por ejemplo, es una de esas estructuras. La pretensión
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Señoritud quiteña
La señoritud quiteña es un término que he venido usando en privado,
oralmente y por escrito, para describir un comportamiento recurrente de
las personas en la ciudad de Quito. El término contiene una referencia
ineludible y pertinente en el contexto nostálgico-colonial quiteño
actual, a la palabra señorío, la que se refiere a su vez a: dominio o
mando sobre algo; territorio perteneciente al señor; dignidad de señor;
conjunto de señores o personas de distinción (Real Academia de la
Lengua Española, 2017) [Nótese la ironía en la referencia]
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
¿Cuál es tu masculinidad?
– ¿Del uno al diez? Yo diría que un seis y medio, siete.
…obviamente se me plantea [la cuestión de la masculinidad],
pero es algo con lo que crecí, es como que ya estaba definido y
nunca tuve que planteármelo de repente, hasta ahora…
…hasta los últimos tiempos en los que he descubierto que no
solamente es lo que uno creía que es la masculinidad, o lo que
es aceptado como masculinidad…
El relato de Mauricio, 36 años, bogotano, blanco-mestizo, de clase
media alta, que vive en Berlín desde hace muchos años, nos da acceso
a un grupo de las comunidades de hombres gay berlineses. Su historia
enlaza una primera etapa de vida en la Bogotá de los años noventa, y
luego, en la Berlín de comienzos del siglo veintiuno hasta hoy. El texto
que sigue es una narración cronológica a partir de una entrevista.
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Cuestionamientos:
…sí, definitivamente se ha ampliado el espectro [de
masculinidad(es)]…
…también te crea muchos conflictos que si no estás consciente
del tema, pues no tienes conflictos y ya, simplemente sigues la
regla...
…cuando te lo planteas, entonces surgen un montón de
preguntas, un montón de situaciones donde entro en conflicto,
un montón de situaciones en las que estás, en las que no
hubieras estado antes…un montón de personas que conoces
a las que de repente no hubieras conocido antes, o yo qué
sé, cosas que te tocan personalmente…entonces sí, se amplía
el espectro, pero también el espectro se complica un poco –
pero pues está bien, es necesario… conocer gente, entender
cosas, dejar de juzgar otras cosas que… o de tener prejuicios
sin fundamento…
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Casos de exclusión:
…pero de todas maneras, pues ves cómo se alimenta esta imagen
de masculinidad que excluye muchas otras cosas [expresiones
sexo genéricas], y cómo también se excluyen muchas otras
formas de vida porque no siguen esta masculinidad, también
no sé, lo ves en estas aplicaciones como Grindr 7 en lo de
Masc4Masc 8, en lo que la gente está buscando, lo ves también
como la gente te habla de otras personas, y cómo deciden si
son atractivas o potencialmente una pareja sexual o no… en
comentarios, oyes conversaciones, oyes palabras que se usan
muchas veces…
…podría ser por ejemplo… yo digo: ‘me gusta este’, y me dicen:
‘ay pero es una loca’ o ‘no, es que no me gustan tan amanerados’
o ‘cómo se te ocurre’... es decir hay un problema… se hace un
juicio enseguida, simplemente se hace un juicio…
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Espacio(s) seguro(s):
…en general pienso en Berlín como un espacio seguro, para
mí… Bueno, mi Berlín… obviamente no sé todo Berlín pero mi
Berlín…
…por ejemplo Berghain 9… no sé, no estoy diciendo que sea
cien por ciento seguro o que no haya filtraciones, pero también
un lugar como KitKat pienso que es altamente seguro…
…un espacio que cumpla la función de protegerte de lo
inseguro, y eso incluye una comunidad.
Hay que tener en cuenta que en las dos experiencias anteriores, los
protagonistas son hombres blanco-mestizos, urbanos, de clase media
alta y formación universitaria. En los dos casos se trata de dos hombres
gay que están dentro de la categoría médico-social de ‘saludables’ y
cuyos cuerpos caben dentro de la norma social de ‘cuerpos funcionales’
(ver Eribon, 1999).
9 Club nocturno berlinés de música tecno, que opera desde 2004. Se fundó luego de
que la idea original, el club OstGut, primer sitio fijo para fiestas fetiche y sexuales de
las comunidades de hombres gay en Berlín, se cerrara, en 2003. Algunas de las fiestas
temáticas siguen manteniendo el carácter exclusivo para hombres gay, pero la mayoría de
las noches de club están abiertas a todo público mayor de edad.
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
y ejecutar sus ideas, o de ejercer poder para que sus ideas sean
ejecutadas bajo su supervisión.
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Colectivo Zeta-Quito
El Colectivo Zeta es un colectivo de danza contemporánea independiente
fundado en 2010, por un grupo de seis bailarinxs profesionales. Tiene
su sede en la sala de artes escénicas Espacio Vazio, en el centro norte
de Quito. Desde su fundación, el colectivo se ha caracterizado por
mantener una estructura horizontal en la toma de decisiones y por
su independencia de las compañías quiteñas de danza tradicionales.
Debido a la estructura del financiamiento de espacios culturales en
Ecuador, que favorece el factor cuantitativo, el acceso a fondos públicos
es limitado. Esa limitación se ve en el Colectivo Zeta como un obstáculo
y como una oportunidad. El colectivo ha sabido crear sus propios
canales de cooperación con otras salas y grupos independientes, en y
fuera de Quito, para sacar adelante sus proyectos.
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Circular House-Berlín
Hacia finales del año 2015, me involucré en un proyecto colectivo y
comunitario sin fines de lucro, en Berlín. El proyecto está basado en
un modelo de economía circular, aplicada a la gestión del espacio
del colectivo, para que pueda servir como un laboratorio de ideas
hacia nuevas formas de vida urbana sostenibles. El espacio del
colectivo, una cervecería antigua, se logró a través del apoyo político
del gobierno local, y del apoyo económico de una fundación privada
suiza, que a su vez nos otorgó plena libertad para desarrollar los 2.500
metros cuadrados de construcción, en un área socialmente sensible
de Berlín, en el barrio de Neukölln. En ese sentido, estuve a cargo de
coordinar y ejecutar proyectos en la adecuación del espacio, para que
sea un espacio accesible, y más adelante, dar impulsos en el área
de diversidad, y en particular, en el tema de género: en la creación y
gestión de conocimiento crítico.
Uno de los objetivos principales del proyecto era lograr un espacio crítico,
para acoger a personas en situación de vulnerabilidad por razones de
género, ‘raza’, etnia, clase, edad, capacidades corporales, situación
migratoria, para que puedan establecer su agenda para el espacio y
para el barrio. En ese sentido, en el ámbito administrativo, se fijaron
objetivos para emplear, en puestos de responsabilidad, a personas en
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SECCIÓN I Masculinidades plurales y empáticas: un camino hacia identidades diversas
Bibliografía
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Sección II
Masculinidades para una
paternidad amorosa
Foto: Archivo fes-ildis
SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Caminando juntos -
Reflexiones para una paternidad
consecuente
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Primeros pasos
Un sábado por la mañana, una muchacha con pañoleta roja, boina
negra y ojos preocupados golpeó la puerta de mi clase de filosofía,
preguntó al profesor por mí y salí de la clase, fue directo al grano: “estoy
embarazada”. Yo tenía veinte años, cabello largo, amaba el rock y la
cerveza, coleccionaba resacas, amores, libros e ideales revolucionarios.
En mi vida no estaba la idea de ser padre, no quería ataduras, familia,
ni reglas. Quería leer, beber, enamorarme, desenamorarme, irme,
quedarme, no sé, solo ser, con mis limitadas experiencias y grandes
expectativas. Lo que ha pasado desde entonces superó todas mis
capacidades, proyecto de vida y me retó a buscar estrategias para
aprender a ser padre. En la búsqueda de respuestas leí “Emilio” de
Rousseau, “La inteligencia infantil” de Jean Piaget y muchos otros,
para finalmente, darme cuenta de que no hay un manual que te diga
cómo ser padre y además intentar hacerlo bien. Lo que les contaré en
las siguientes líneas es el camino que hemos recorrido, mi hijo y yo,
en estos diez años.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
rock y protesta. En las tardes, le leía cuentos o las lecturas que tenía
de tarea para mis clases de sociología. El tiempo ya no era el mismo,
no podía estudiar dos carreras, visitarlo a diario y hacer pasantías en
un centro de investigación a la vez. Tuve que decidir y dejé de estudiar
Derecho, ya no iba con mis amigos a los bares, y cada centavo que tenía
era para pañales, fórmula, ropa, juguetes o algo para él. Pasábamos
juntos todas las mañanas.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
decía “falta sólo una hora más y nos vamos, cielo”, él asentía con cara
de cansancio y decía bueno un ratito más, él siempre me ha tenido
paciencia.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
muy creativo, un colegio militar no era para él. Se sentía preso en este
régimen, con un general represor por profesora. No era feliz, la escuela
era un castigo. La gota que derramó el vaso fue cuando la maestra lo
jaloneó del brazo y lo sacó del aula; inmediatamente puse una queja
por escrito y acudí a las autoridades del colegio. Sin embargo, no
tuve ninguna respuesta. Sólo me respondieron que la maestra era una
profesora muy antigua, hija de un general y que esa era su forma de
“enseñar”; para mí era más una forma de domesticar mentes creativas.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Luego de todo el proceso, la jueza decidió que lo mejor para “el niño”
era que viva conmigo de lunes a viernes, y que tres de los cuatro fines
de semana del mes visite a su madre. El proceso fue largo, pesado,
complejo, doloroso, pero estoy seguro de que enfrentar este juicio fue
una decisión que valió la pena para nuestras vidas, la estabilidad llegó
a nuestra puerta para quedarse.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Mi hijo ama Star Wars, ha visto todas las sagas, ha leído varios de los
libros, colecciona sus figuras, tiene camisetas, sacos, medias y un traje
de maestro Jedi. Cuando nos enteramos de que se iba a estrenar la
última película “El despertar de la fuerza”, le prometí que lo llevaría
al pre-estreno, así que compramos las entradas con tres meses de
anticipación, en su habitación colocamos un calendario grande donde
íbamos tachando cada día hasta que llegue “el gran día”.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Aprendiendo a caminar…
En nuestras sociedades es muy difícil concebir que un hombre puede
ser capaz de dedicar su vida al cuidado de sus hijos, pero sí es
posible, yo lo hago todos los días. Por supuesto, esto también es
posible por el apoyo, amor y motivaciones infinitas de un conjunto
de personas que han estado siempre en nuestras vidas, como mis
padres y hermanos, de mis grandes amigos, del abuelo materno de
mi hijo, profesores que creyeron en mí, la universidad pública que
permitió que accediera a estudios superiores, centros de investigación
y cooperación, que han apoyado mis investigaciones, publicaciones,
estancias, todo.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
volvería a vivir y la vivo hoy. Todo vale la pena, cuando cada mañana
voy a su habitación, abro las cortinas y le digo “pajarito mañanero ya
es hora de levantarse”.
Hoy tengo algo más de experiencia, pero aún sigo sin saber qué es
ser un buen padre. Cuando yo era niño, papá siempre me cantaba
esta canción, “Cada vez que me acuerdo de mi hijo, me da como
una punzada, aquí, muy dentro del pecho, donde se halla colocada,
tan sensible, tan nombrada y tan propensa a la emoción, esa masa
colorada que se llama corazón. Y cómo no he de sentirla si se trata
de mi hijo, el que, con sus payasadas, su chicle y su mermelada,
me dejaba pegajosos, el cubrecamas, la almohada, y aunque a
veces me propuse reñirle, siempre fallaba porque el pícaro salía
con su sonrisa inocente y al verlo, así, tan sonriente, y (...) bueno,
lo perdonaba” de Tito Fernández. Yo no entendía bien la canción,
aunque la cantaba con él. Hoy la entiendo a la perfección, sé a qué se
refería cuando decía que cada vez que se acuerda de mí, de su hijo
siente como una punzada, porque hoy, cada vez que yo me acuerdo
de mí hijo también siento esa punzada.
Aspiro que mi hijo valore la diversidad, que sea lo que quiera ser, que
sea respetuoso, que mire a las/los otros como iguales, que luche por
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
construir un mundo mejor, que sea crítico con el sistema, que se indigne
por las injusticias y actúe para cambiarlas, que escoja alimentos sanos
o que cultive sus propios alimentos. Ahora que está a las puertas de
la adolescencia, esa época compleja pero sabrosa, yo estaré ahí para
alentar sus motivaciones, para contar experiencias, para enseñarle a
cuidar el huerto y para darle abrazos y besos cada vez que se caiga
y se levante. Estaré aquí para las broncas que haremos cuando no
coincidamos en algo; no soy el mejor padre, y no pretendo serlo, pero
soy del tipo de padre que entregaría mi vida por él. Sólo intento darle
herramientas y mostrarle caminos, para que al final del día, los recorra
con fuerza sin mí y camine por el que él decida.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Se aprende en la escuela
se aprende de golpe
se aprende de a poco
un hijo te vuelve a enseñar
y a veces se aprende recién al final
-Jorge Drexler-
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Con todo ello, este artículo propone el trabajo con los hombres
padres, como un espacio necesario para intervenir como eje en la
equidad de género, en forma de talleres o charlas, invitando a la
participación de los hombres, y al debate en el campo social. El
interés por incluir a los padres en programas de salud, prevención en
violencia o promoción de equidad de género tiene varios precedentes
a nivel mundial.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Algunos de los temas que tratan durante los talleres son: temores y
expectativas en la paternidad; cuestiones de género, el tránsito de
hombres a padres, contradicciones entre estas dos identidades; el
rol del padre durante el embarazo, parto y post-parto; identificación y
expresión de emociones; cambios en la sexualidad; corresponsabilidad
en las tareas de crianza; y se finaliza con una carta al futuro hijo, donde
se explica cómo ha ido el proceso.
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Uno de los talleres inicialmente fue pensado para seis sesiones, con la
intención de generar un grupo de hombres involucrados en la crianza
de sus hijos/as, propuesta que pretende pensar la paternidad en
común, buscando generar un espacio de acogida y reconocimiento
de los deseos, miedos, alegrías, angustias y tristezas de los padres
hombres.
El taller está pensado para seis sesiones donde se abordan ciertos ejes
importantes en la paternidad:
• Embarazo y parto.
• Desde dónde nos situamos como padres: modelos parentales.
• Cambios en la relación conyugal: de 2 a 3 sesiones.
• Crianza, función parental, cuidado de los demás y de uno
mismo.
• Conciliación familiar.
• Masculinidad e igualdad/diferenciación de roles.
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Conclusiones
Tal y como dicta la Conferencia Internacional sobre Población y
Desarrollo (El Cairo 1994), el rol activo de los hombres es imprescindible
para la promoción de la salud sexual y reproductiva. Así se señala:
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Bibliografía
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Cristina Vega
Profesora Investigadora, Departamento de Sociología
y Estudios de Género, FLACSO-Ecuador y abogada e
investigadora independiente.
Carolina Baca
Ex-estudiante del Programa de Maestría en Género y
Desarrollo, FLACSO-Ecuador.
Paternidad y patriarcalidad -
Apuntes sobre tenencia, cuidado
y desigualdades de género1
(a propósito del debate sobre custodia
compartida en Ecuador)
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5 Utilizado en sus orígenes por grupos conservadores para arrojar sospechas de falsedad
en denuncias de abuso infantil en casos de litigio, el SAP (o manipulación de los hijos
e hijas de uno de los progenitores para ponerlos en contra del otro) es una reedición
neomachista del “síndrome de la madre maliciosa”, término también utilizado por
sus defensores, que en esta ocasión acude a argumentos con pretensiones científicas.
Para una reflexión crítica sobre sus usos: http://blogs.elpais.com/autopsia/2013/03/
s%C3%ADndrome-de-alienaci%C3%B3n-parental-sap.html
6 Una breve cronología del proceso permite situar a sus impulsores. A finales de 2016,
se dio una acción de inconstitucionalidad sobre el apremio personal por impago de la
pensión de alimentos. Su resolución lo transformó en parcial (privación de libertad por
horas). En mayo de 2017, Rafael Correa presentó el proyecto de reforma del CONA que
implica se otorgue la tenencia compartida a ambos padres, y por lo tanto, el pago de
la pensión alimenticia sea de manera proporcional. ¿Qué hace que este tema sea de
interés de un mandatario antes de salir de su cargo? El apremio parcial o “nocturno”
quiso ser incluido en el Código Orgánico General de Procesos COGEP, en 2015. Sin un
estudio social y económico de la situación de las pensiones de alimentos, la propuesta
del ejecutivo a través del Ministerio de Justicia, no fue acogida por los asambleístas.
Paralelamente, grupos de padres reivindicando el ejercicio de su paternidad, alegaban
ser simples proveedores de pensiones, porque las madres no les dejaban visitar a sus
hijos. Estos grupos de clase media, conformados por padres profesionales con acceso a
ciertos círculos de poder, se organizaron de tal forma que llegaron a Rafael Correa quien
coincidió plenamente con sus postulados. Lo que no ingresó en el COGEP, fue resuelto
por la Corte Constitucional a la brevedad que permitieron las declaraciones en redes
sociales del presidente, quien agilizó una propuesta de ley.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
En dicho mundo, por regla general, son las mujeres las que asumen
una mayor responsabilidad en la crianza y mantenimiento de sus hijos
a lo largo de la vida, y se dedican a ella con mayor compromiso que
la mayoría de los varones. Esto lo hacen aun a costa de ser más
vulnerables en términos económicos y sociales.
7 Sirvan los siguientes datos. Las mujeres son las que más aportan al PIB por Trabajo no
Remunerado con un Valor Agregado Bruto del 11,08%, frente al 3,33% de los hombres en
el 2013. http://www.ecuadorencifras.gob.ec/cuenta-satelite-de-trabajo-no-remunerado/.
Según la Encuesta de Uso de Tiempo de 2012, las mujeres dedican más de 20 horas
semanales al trabajo no remunerado respecto de los hombres. http://www.ecuadorencifras.
gob.ec/documentos/web-inec/Uso_Tiempo/Presentacion_%20Principales_Resultados.pdf.
Según se recoge en un informe de ONU Mujeres, la brecha salarial, que se ha reducido en
los últimos años, en 2014 se sitúa en el 21,8%. En cuanto al empleo, el 41% de las mujeres
se hallan en el autoempleo frente al 29% de varones, siendo éste un ámbito de mayor
precariedad. http://www2.unwomen.org/-/media/field%20office%20ecuador/documentos/
publicaciones/2016/2016_001%20mujeres%20ecuatorianas%20resumen%20ejecutivo.......
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
pdf?la=es&vs=4853 De acuerdo con el INEC, en 2014, 49,3 de cada 100 hijos nacidos
vivos fueron de adolescentes hasta 19 años; 3% menores a 15 años; 23% entre 15 y 17
años, y 23,3% de 18 y 19 años. En total, 12 de cada 100 adolescentes de 12 a 19 años son
madres. Esto es un factor determinante de abandono escolar y pobreza. Según la Encuesta
Nacional de Violencia de Género y la Agenda Nacional de las Mujeres e Igualdad de
Género (2014-2017), 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia y 1 de cada
10 ha sufrido abuso sexual antes de cumplir los 18 años. El 65% de los casos es cometido
por familiares y personas cercanas a la víctima. Según UNICEF, serían más, ya que sólo se
denuncian del 6% al 12% de los casos.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Así, para el caso que discutimos, aunque las madres cuenten con
esta opción preferencial en la custodia, una “acción afirmativa” que
presume sujetos disímiles, lo cierto es que tampoco impide que sean
tremendamente vulnerables ante sus parejas y exparejas. El amparo que
proporciona la ley no alcanza siquiera a atenuar la asimetría existente,
especialmente, cuando además del género operan la clase y/o la raza.
Las amenazas que lanzan los varones de quitar los hijos, a pesar de
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
9 La propia Ministra de Justicia, Rosana Alvarado ha instado a revisar las estadísticas en este
sentido, poniendo en cuestión que estemos ante un reclamo social generalizado.
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Por eso, comenzar el debate sobre la paternidad por los litigios sobre
la custodia no parece lo más adecuado. Podemos empezar, en cambio,
por la crianza y el compromiso con el cuidado de los hijos, por el
cuestionamiento de las limitantes que impone el mercado para que
los varones (¡y todos!) puedan cuidar y no sean meros trabajadores
proveedores, por la posibilidad de reinventar la ciudadanía para que
todos podamos ejercer de padres, madres, en familias diversas o por
la reflexión sobre los valores y prácticas que consideramos buenos
para la familia y la crianza…
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
10 Médico y docente universitario, Miguel Lorente Acosta fue delegado del Gobierno español
para la violencia de género adscrito al Ministerio de Igualdad en abril de 2008. https://elpais.
com/diario/2010/05/31/sociedad/1275256806_850215.html
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Para andar este camino, los hombres, que son padres y han tenido
a sus hijos con mujeres, que en algún momento han compartido un
amor por ellas y que conservan un sentido de la dignidad y el respeto
por ellas y por todas, precisan entender que mujeres y hombres no
estamos en lugares simétricos. Muchas mujeres llegan a la custodia
por la justa legitimidad cotidiana e histórica que da el sostén del día a
día, a pesar de la fragilidad del salario y del trabajo y en general de la
existencia, en un mundo que desprecia el cuidado; mientras que, por
desgracia, muchos hombres se alejan de ella por el legado de una
cultura machista y violentadora, que les salpica y limita. Deconstruir
dicha cultura y construir otras legitimidades, así como otros vínculos a
partir del respeto y el compartir, sin duda nos ayudará a revertir el dolor
y el temor que se desata, también para los varones, en las separaciones,
cuando las relaciones no han sido igualitarias y respetuosas. Nos
ayudará, así mismo, a ver y cambiar las asimetrías que se esconden y
acumulan en el día a día.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
Sin embargo, lo que ocurre con las familias es más complejo que
el mundo subatómico. Porque ya no se trata de que existan más
elementos y relaciones. Las funciones al interior también cambian.
Los electrones, protones y neutrones familiares se preguntan por qué
las relaciones internas deben seguir como antes. La gran pregunta es
por qué mujeres y hombres, que tienen igual educación, y además
generan ingresos, tienen horas distintas dedicadas a las tareas del
hogar. O por qué estas tareas —históricamente vistas como un asunto
de mujeres— han sido desvalorizadas porque corresponden al ámbito
interno de la vida familiar, en contraposición del rol público que se
asigna a lo masculino. Esas preguntas implican modificaciones en las
funciones subatómicas-familiares: los electrones no tienen por qué
seguir girando alrededor del núcleo. También “pueden” ser el núcleo.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Esta idea tiende a dividirse entre lo que ocurre en los países más
desarrollados y el resto. En los primeros, el costo de tener servicio
doméstico es tan alto, que en las familias —sin distingo de nivel
socieconómico— hay más coparticipación entre hombres y mujeres,
y existen legislaciones 4 mucho más avanzadas que facilitan una
organización más pareja de las responsabilidades domésticas. Aun
así, la responsabilidad es siempre mayor para las mujeres. En el caso
de los países de ingreso medio o bajo, esta desigualdad es más latente
y tiene aparejados modelos preasignados de roles domésticos, que
mezclan aspectos culturales, religiosos y de convención social. Y en
donde, salir de esos prejuicios es mucho más difícil.
Basta ver lo que pasa cuando los hombres asumimos este cambio
de roles en Latinoamérica. Desde la imagen de ser unos mandados
(o mandarinas), pasando por la visión más violenta de la “falta de
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SECCIÓN II Masculinidades para una paternidad amorosa
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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Sección III
Masculinidades para
erradicar la violencia
Foto: Archivo fes-ildis
SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
los papás de estos hijos de las flores y del amor en vez de la guerra, y
de la marihuana en grupo, y del estar desnudos hombres y mujeres de
cuerpo al sol y al baile y una naturaleza abierta a que la tocaran con
cuidado. Y que era marica por tener el cabello como las mujeres, y los
colores de las mujeres en las camisas, y por hablar de sentimientos
a lo femenino, y que de ese modo, los hombres estaban dejando de
serlo, y peor aun cuando se oponían a la guerra y querían hacer del
futuro conquistas de imposibles. ¡Y vaya uno a ver a dónde fueron a
parar las buenas costumbres!
Camilo
Camilo se fue haciendo así, a las malas, primero siguiendo el patrón de
la hombría de calle, de su barrio arriba, de la esquina de malandros,
de a poco, entre sospechas y asechos, atacando para defender a sus
hermanas menores, siempre con miedo de tener que ser el hombre
que debía dar la cara, sacar el gesto duro para la pelea o simplemente
para amedrentar a otros que lo retaban a ser más hombre que ellos,
así, entre hijueputazos como saludo coloquial, o los llantos de su
mamá por las golpizas de un padre contra el que fue cargando rabias
aplazadas para el desquite de cuando estuviera más grande. Un día lo
fue, suficiente a los diecisiete, y sacó las muchas rabias para matarlo
como quería, pero no lo hizo, lo dejó que siguiera con el respiro, pero
lo siguió de cerca, respirándole a la espalda, al hombro, encima con
los ojos como amenaza, y a borbotones las palabras gritando que no
vuelva a maltratar a mi mamá ni a mis hermanas, y que esto es una
sentencia y que no nos aguantamos más y que si lo vuelve a hacer,
la lleva, me lo llevo… ¡A lo hombre! Así como los varones adultos y
jóvenes del barrio, y como los del colegio en el recreo o a la salida,
o en clase cuando había que poner el pecho contra otro que quería
su lugar, y ni modo, eso no estaba en juego, lugar y hombría eran lo
mismo, tener poder para poder hacer lo que le viniera en gana, era su
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Fidel
Hace rato no llueve, hace días, tantos como para que el verde desteñido
de la siembra indique que todo se está perdiendo, la plata invertida y la
esperanza y el trabajo de madrugadas cuando había que tempranear
antes de que el sol se colgara del centro de la tierra para quemar
las espaldas. Fidel no sabe qué hacer ni qué camino coger, ni con
quien hablar o a quién reclamar. No tiene a nadie, sólo a su mujer y
contra ella descarga las rabias y el desconcierto, no sabe más, así lo
ha visto que hacen los hombres que tienen mujer en su comunidad,
dicen que desde siempre ha sido así, lo dicen las mujeres también, su
mamá igual, sus hermanas, y que su hijo lo vea y lo sepa para que se
comporte como hombre cuando la tierra no le dé la comida, para que
sepa cómo tiene que hacer y contra quién y de qué modo, sin darle
a las mujeres la palabra, sin darle lugar para reaccionar, como ha
sido desde hace mucho entre la comunidad indígena, como somos los
caribes de por acá, tierra adentro en el resguardo, y más ahora cuando
los paramilitares también dicen cómo tienen que ser las cosas.
Yeisson
Ir a la iglesia los domingos ha estado en sus planes mientras no haya
que entrenar voleibol con un grupo de chicas de su pueblo. Es el único
hombre porque dicen sus amigos que es un juego de mujeres. No le
importa porque hay una jugadora que le gusta, y también ante todo,
porque comparte con ellas los silencios que deben guardar por ser
mujeres, y de parte de él, por tener el alma metida hacia adentro, sólo
volcada para él mismo y sus miradas perdidas. Yeisson le dicen. Baila,
pero no debe bailar, porque en la iglesia dicen que no; quiere tener
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
sexo, pero que tampoco hasta que se case, pero el pastor nada dijo
cuando, por años, los muertos tenían que bajarse amarrados en una
moto para que en una oficina ad-hoc en el parque central, les dieran
un certificado que ni a ellos ni a familiares les serviría. Las mujeres se
fueron quedando sin maridos y sin amantes. Su mamá también. Ahora,
hoy, ha vuelto a tener uno. Rodríguez no sabe qué le pasa, y nadie
sabe a qué le tiene miedo, o si dios, su dios, lo está castigando por
tener dudas o por haber oído de niño de los muertos de cada día y de
haberlos visto y no haber llorado, y nadie entiende por qué se viene
cortando las venas para ir avecinando de a poco, un paso definitivo.
Tampoco lo entiende él, no tiene porqué entender lo que simplemente
le pasa y ocurre.
Eider
El machete le rozó la espalda, cerquita, pasando como un viento que
le quiso soplar la vida como cuando a su hermana un poquito mayor,
se la apagó su papá en una reacción de rabia contra los hijos que
nunca quiso pero que estaban ahí después de que su esposa se fuera
huyendo. Eider saltó la alambrada de la cerca de la finca y siguió
corriendo sin querer oír los insultos, y corrió hasta cuando ya tuvo
mayoría de edad y habían pasado once años que se fueron de la mano
de su abuela materna, al escondido, escondiéndose mientras tanto y
mientras la guerra también era contra mucha gente, y no solo la guerra
de un papá contra la familia. Era la guerra y muchos eran los enemigos,
y más las enemigas que eran violadas y asesinadas en los caminos de
los montes. Años después, desnudando el alma mientras desnudaba el
cuerpo, Eider lloró lo que se estaba debiendo desde hacía tanto, y lloró
para ponerse al día de los dolores que estaban haciéndole nudos en
la garganta. Junto a una vela, acurrucado en el regazo de tres amigos,
no quiso soplar la llama para apagarla, simplemente la dejó hasta que
cumpliera su tiempo.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Hombres de paso
Los hombres de botas y camuflado estaban tirados en el piso,
descansando, en silencio, nada ariscos, confiados de sí mismos y
sus armas junto a ellos, mientras el sol venía derritiéndose desde el
mediodía. Habían hecho un alto antes de llegar a la base militar, después
de patrullar o de algún enfrentamiento que les había llenado la ropa de
barro, y en la lista, alguna baja como le dicen a los muertos. Algunos
se tapaban la cara con los cascos ese día, porque un año después
era con una sábana que no alcanzaba a ocultar que no habían sido
guerreros profesionales sino de ocasión. Un año después el descanso
era total, y el sol era el mismo. Los hombres de los pueblos de paso
se contaban entre sí para saber si estaban completos, y contaban
historias de negros que por negarse a la leva, habían aparecido de
pronto tirados en el piso, silenciados, con camuflado prestado y sin
haber sabido disparar.
Héctor
La mamá se fue un día, así no más, simplemente se fue y le dijo al
marido que ahí le dejo los hijos y que listo, y salió y, por eso, Héctor no
volvió a saber de ella ni a reconocerla en la foto de la pared porque ni
hablaba sobre aquello. No se acuerda y no le duele, no tiene de dónde;
sabe que debe estar por algún lado, pero no le interesa traducir la
inquietud en búsqueda. Así está bien. Su papá crio a los tres hermanos
y nunca quiso casarse, que porque era mejor así, para no tener
distracción en esta tarea de la que no tenía ni idea. Aprendió, bueno,
diríase algo así. Los quehaceres los fue aprendiendo, eso de preparar
comida, bañar a los muchachos, enviarlos peinados a la escuela, ver
que no pelearan mientras cenaban, o que no vieran televisión mientras
hacían tareas. Aprendió a hacer cosas, una junto a otra, en secuencia,
como un rito sin sentido, y así crecieron ellos, también haciendo cosas
para que la casa no se des-cociera… Pero las almas y las pieles no
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
Edison
No sabía qué era ser papá, pero si sabía hacer el modo de serlo. Más
ligero que el tiempo de darse cuenta, ya una niña empezaba a tener su
apellido. No pensó en irse, quiso quedarse, no como su papá y al que
decían que había sido su abuelo por el lado de la mamá, que como
si hubieran seguido un libreto, iban y venían pero más se iban que
quedarse, so pretexto de trabajos en otros lados, pero que todas las
familias sabían que eran otras familias en el camino. Edison creció a
trompicones, casi rodando por ahí, por las calles, haciendo mandados
incluso a habitantes de calle para que les comprara marihuana que
porque a él le vendían más fácil en la casa roja, esa con tablas tapando
las ventanas. Yendo por allí y por allá, no se quedó en la calle, pero
mucho de ella se le quedó metido en los ojos y en los puños, y cuando
para describir alguna cosa, el recurso de las palabras gruesas es el
mejor para que la gente le entienda. No pensó en irse cuando la mamá
de la niña se fue con otro un día de cuando él le dijo que le dijeron. Se
quedó y ahí va, y también con una nueva novia.
Roberth
No sabe qué es, eso dice. No sabe cómo definirse, también dice.
La cosa es que se pone con piel de gallina cuando deja por unos
segundos la mirada sostenida con la de otro muchacho, ahí de paso, o
cuando de frente en un bus, quedan a la distancia justa para que como
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
El perfil de la hombría
Eisner dice que como hombre no les quitaría ningún derecho a
las mujeres. Otros han dicho que les quitarían el derecho a la libre
expresión, a salir de noche a la calle o a ir a fiestas. Esta pregunta,
junto a otras cuatro, se hizo para conocer algunas opiniones de los
participantes. De este grupo de hombres jóvenes surge el perfil típico
de lo que es ser hombre, en el sistema patriarcal de género. Los
hombres se creen los administradores de los derechos de las mujeres.
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
Hay disidentes. Moisés dice que no les quitaría ninguno porque cada
quien es dueño de sus derechos. Geferson agrega que ningún ser
humano tiene ese poder. Están divididas las opiniones y será la vida
cotidiana la que permitirá, al final, mostrar cómo quedan.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
El siguiente sacó un muñeco, otro una muñeca, el de más allá una bola
de billar y así distintos objetos para trabajar el equipaje masculino de
género. El penúltimo sacó otro pene…
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
pequeñas risas y bromas. Los ponían entre las piernas, los acariciaban,
los pasaban a otro rozándole la espalda. Luego, llegó el descanso que
se convirtió en un espacio para las fantasías que fueron surgiendo
entre los jóvenes.
Los dos penes sirvieron para jugar a que salían de entre las cremalleras
de los pantalones, o se convertían en “bultos” en la entrepierna, o se
acercaban a la boca, o…
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
Víctor, casi al centro del salón está siendo pintado por dos amigos,
mientras más allá otros pintan en sus cuerpos figuras tribales, frases o
creaciones del momento.
Unos recogen los contenidos del taller para ¡llevarlos puestos!, como lo
sugiere la metodología. ¡Y así es, efectivamente!
A modo de conclusión -
Dejando atrás la masculinidad belicosa
La paz viene tocando las puertas de toda la sociedad colombiana,
y claro que también las manos, los sentires y los corazones de los
hombres, no de todos, de muchos. Ojalá fueran todos. Pero todavía no.
El trabajo crítico en masculinidades aún es pequeño, pero los grupos
que se han ido generando, van en firme, vienen sumando desde sus
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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fue confiar en él”. Diez años después, Pablo la botó de la casa que
compartían cerca del Condado Shopping, una zona al norte de Quito,
la negó, la demandó, le quitó todo y la dejó en la calle.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
que los conoció en 2008, y que sabía que vivían juntos, como pareja.
Dice que compartían muchos sueños para su futuro y que “sabía
que la veterinaria era de Pablo y sus dos hermanos, pero a la hora
quienes estaban a cargo eran él y Lorena”. La doctora Verónica Pareja,
que vive y trabaja en Guayaquil dijo, por mensaje de Whatsapp: “fui
compañera de Lorena, yo salí de la U antes que ella, pero después
de eso, en el 2014, la encontré en Bogotá y recién la volví a ver el
año pasado. Todos sabemos que eran novios”. Lo mismo confirmaron
algunos doctores en una conferencia de veterinarios, que se dio en
Guayaquil el 25 de junio de 2016, pero no dieron sus nombres. Ellas
dos son de las pocas personas del círculo laboral de Pablo y Lorena
que estuvieron dispuestas a reconocer que eran pareja. Los demás,
prefieren el silencio o se presentaron a declarar a favor de él.
Pablo no sólo empezó a controlar el dinero, sino con quién podía salir
Lorena. Como él había tenido un problema laboral con el hermano de
Lorena —quien trabajó por poco tiempo en la veterinaria—, le prohibió
verlo. Tampoco le permitía ver al resto de su familia. La mamá de
Lorena dice que, cuando iba a Quito, la veía máximo diez minutos:
él estaba siempre controlándola, llamándola al teléfono celular, o
recogiéndola de inmediato. Pablo comenzó a decirle también, cómo
debía vestirse, peinarse y maquillarse. Según Lorena, cuando estaban
solos en la casa le decía zorra, prostituta, tonta. Cuando tenían sexo
solo le importaba su placer: durante toda la relación, Lorena dice que
tuvo solo dos orgasmos. Para ella empezó a parecer más una violación:
cada vez que se acostaban, Lorena terminaba llorando. Un día, su
ginecólogo le dijo que tenía las paredes de la vagina laceradas. Lorena
no había tenido relaciones sexuales con nadie más y pensaba que eso
era normal. Luego, se enteró que era porque no estaba lubricada y él
la forzaba. Meses después, tuvo infección a las vías urinarias, y no le
dijo nada a Pablo pensando que estaba embarazada otra vez. El doctor
le diagnosticó papiloma virus que, ella supone, él lo contrajo en los
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
3 Arévalo Gross, Lisette. (11 de mayo de 2015). “Asesinato en el jardín. ¿Quién mató a Alicia
Marín?”. En GK. Disponible en https://gk.city/?p=2431 (Consultado el 14 de marzo de
2018)
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Lorena peleó la sentencia que la había dejado sin casa y sin dinero.
Insistía en que había una unión de hecho entre los dos, pero Pablo
volvió a negarla: dijo por escrito que ella no era nada más que una
empleada, que habían sido pareja apenas desde febrero de 2014,
pero que ya tenía una relación con otra mujer a la que todos la
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
reconocen como su pareja. Demandó a Lorena por 185 mil dólares por
los daños psicológicos, morales y físicos que le habían ocasionado
sus acusaciones. Cuando buscamos a Pablo para preguntarle sobre
su relación con Lorena, los empleados del hospital veterinario
respondieron por él.
Lorena apeló la sentencia que la dejaba sin nada, que borraba doce
años de su vida. Después de recolectar las pruebas que le faltaban
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
Sí pero no
La expresión “mi cuerpo es mío” adquiere un doble sentido. Porque sí
lo es, y a la vez no. Lo es porque tengo la convicción de que yo decido
sobre él. Lo siento libre. Lo muevo a mi antojo. Camino por cualquier
lado y no percibo agresiones que lo transgredan. Intento cuidarlo para
que no se maltrate. Hago ejercicio con cierta regularidad. No siempre
lo alimento bien, porque soy presa de la precariedad obligada por los
ritmos de trabajo y la estructura desigual. Me pienso corporalmente
y gusto de mirarme al espejo. Afirmo que soy su propietario porque
lo poseo y controlo. Lo degusto y disfruto. Es un lugar y espacio
de aprendizaje, placer y conocimiento. Es un territorio político de
significados, porque siempre mi cuerpo comunica algo. En las posturas,
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
1 Noyola, Gabriela. (2011) Geografías del cuerpo. Por una pedagogía de la experiencia.
México: Edit. Universidad Pedagógica Nacional.
2 Bourdieu, Pierre. (1998). La dominación masculina. Barcelona:.Edit. Anagrama.
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
3 El artilugio es un artefacto creativo donde nada está dicho porque se trata de encontrar
respuestas a la experiencia educativa como acontecimiento en el encuentro con los otros.
Es darse en el acto, buscar en el tacto y la caricia la responsabilidad por el otro, para la
compartición de las subjetividades que conduzcan a los hombres al florecimiento como
sujetos vivos en la relación educativa.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Cuerpo y violencia
Vivo en un mundo esencial y gramaticalmente masculino, donde mi
violencia es permisible y naturalizada. Recuerdo anécdotas de cómo
debería educar a mis hijos, sí es mujer que te sirva y atienda y sí es
hombre tienes que enseñarle a ser fuerte para que aguante todo.
Hago evidente que mis violencias han marcado mi vida patriarcal.
¿Qué responsabilidad tengo yo cuando mi hijo estalla a gritos para
expresar un desacuerdo conmigo? Reflexiono que, en algún tiempo,
mis enojos guardados y contenidos, eran canalizados con estallidos de
voz altisonante con mi hija e hijo. Hoy digo que grandes o pequeñas
dosis contribuyeron a trasmitir el ejercicio de la paternidad violenta. Por
fortuna, tanto mi hijo como yo, descubrimos en diversos espacios, otras
formas no violentas de relacionarnos. Me llené de gusto cuando mi hijo,
que vive en un lugar diferente al mío, escribía; “¡Papá!, recién estoy
saliendo de un taller de masculinidad…” ¡Ah! qué bien, respondí con
júbilo y agregué serio y en broma, “ahora sí me puedes acompañar a
facilitar un taller con hombres”. Recibí como respuesta un contundente
“no te voy ayudar”. Sin conocer el argumento de negación, mi tendencia
fue interpretar y quedarme con la duda. Pasaron semanas y yo seguía
con la duda ¿Por qué esa respuesta? Parecía sencillo hablarle y
preguntar las razones directamente, pero no lo hacía. Finalmente, llamé
y la respuesta era tan simple y sin complicaciones; “no sé dar talleres y
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
4 Ramírez Rodríguez Juan Carlos y Uribe Vázquez Griselda. (coords.). (2008). Masculinidades.
El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres. México: Edit. Plaza
y Váldes, UNFPA, PIEGE.
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5 Federici Silvia [2004] (2014). Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria.
Argentina: Edit. Tinta Limón.
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
han sido justamente las mujeres, y sobre todo las feministas del Sur
global, quienes nos han impulsado a poner el cuerpo en el centro,
a permitir que el mundo hable desde el cuerpo y la emoción. A
romper con la idea de que el cuerpo no es un dato sino biografía a
manos llenas. Esa premisa es un regalo que no debemos perder para
nuestra subjetivación como hombres, ni para el trabajo de género con
hombres, pues nos invita a habitar el cuerpo desde otros lugares que
rebasen la racionalidad instrumental.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
¿Nuevas masculinidades?
7 López Petit, Santiago. (2014). Los hijos de la noche. Buenos Aires: Edit. Tinta Limón.
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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SECCIÓN III Masculinidades para erradicar la violencia
para aprender y poder mirar el rostro de las otras y los otros con
más dignidad? No tengo recetas sino reflexiones que me acompañan.
Reconocer mis violencias es un primer paso, pero no el único,
moverme de mis privilegios, que el sistema capitalista y patriarcal
ha impuesto sobre mi subjetividad y corporalidad, el segundo paso.
Después, intentar la congruencia todos los días en la vida cotidiana,
y además, propiciar espacios de encuentro con otros hombres, para
seguir desenterrando nuestras violencias. Tal vez, debería decir que
cada día estoy siendo mejor hombre, pero tengo ataduras y aún me
falta mucho camino por recorrer y deconstruir.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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Sección IV
Masculinidades con
nuevas representaciones,
simbolismos y lenguajes
Foto: Archivo fes-ildis
SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
Eduardo Llumipanta
Fue hace ya algunos años integrante del colectivo Comuna Hormiga, una
organización autónoma de la ciudad de Quito, que desde el año 2008,
conjuntamente con otros hombres de colectivos independientes, organizó
grupos de reflexión en torno al género y masculinidades, respectivamente.
Como sociólogo ha trabajado mayormente con jóvenes en temas de
género, derechos sexuales y reproductivos, salud sexual y masculinidades.
Ha realizado ponencias y participado en debates al respecto. Su tesis
universitaria fue un estudio teórico de los manuales para fomentar nuevas
masculinidades, el cual se tituló: “Un análisis crítico de los enfoques de
trabajo sobre nuevas masculinidades”.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Contexto
En el Ecuador, el debate respecto a las teorías de género y
especialmente de “lo masculino” se da a inicios de los años 2000.
Investigaciones de tipo antropológico se destacan por la búsqueda
de explicaciones lógicas de las prácticas masculinas ligadas a
situaciones de poder y subordinación; una prueba de ellos es la
recopilación realizada por Xavier Andrade y Gioconda Herrera, en
2001.
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
1 Esta campaña surge en Canadá, a inicios de los años noventa, a propósito de la muerte
de 14 estudiantes mujeres que decidieron cursar una carrera “exclusiva” para hombres.
Fue difundida con la necesidad de reflexionar sobre la equidad de género en grupos de
hombres. En Ecuador, llegó a tener eco a finales de los años 2000.
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
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2 Butler (2011) afirma que la categoría de sujeto no hace referencia sinónima del individuo,
más bien hace alusión a una estructura de formación del mismo, por lo que entenderíamos
que no deviene en sujeto sino que se construye, dándole así un carácter social respecto
a su propia formación. En ese sentido, el individuo se convierte en sujeto por medio de
procesos de formación que van diseñando su propia inteligibilidad.
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
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Por su parte, las teorías biologicistas han contribuido para que las
diferencias físicas y corporales se proyecten como diferencias sociales,
convirtiéndose en el fundamento epistemológico de las prescripciones
sociales (Badinter, 1993), haciéndolas pasar como hechos naturales,
sobre las cuales se ha creado la idea del “hombre verdadero”. Un
hombre dotado de algo “más” que las mujeres ignoraban y, ese “más”
3 Para más detalle sobre la relación de la masculinidad y el sistema capitalista, ver capítulo 8
del libro Masculinidades de Raewyn Connell.
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
4 Butler (2011) realiza un diferenciación entre el Poder que es visible a un nivel estructural
y tiene la capacidad de direccionar y moldear la sociedad y el poder en tanto formación
y posibilidad de vida del sujeto. Esta diferenciación es clave para entender su propuesta
acerca del devenir del sujeto.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
5 La referencia a “lo posicional” parte de la idea de Xavier Andrade respecto a los estudios
de masculinidades, donde se sugiere que el estudio de las masculinidades es más que
estudiar a los hombres, de manera que se entienda su posicionalidad de poder en relación
a las mujeres y las diversidades sexuales, sin embargo, su sugerencia puede ir aún más allá
y ayudarnos a entender la jerarquías entre los mismos grupos de hombres.
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
Conclusiones finales
Pero ¿qué posibilitaría este marco conceptual? ¿A qué contribuiría,
localmente, este tipo de planteamiento? ¿Desde qué perspectiva aporta
esta discusión a contrarrestar la violencia masculina?
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Por otro lado, esta asociación teórica de poder y masculinidad nos deja
ver cómo ésta se construye sobre una gran ambivalencia propia del
devenir del sujeto. Badinther (1993) se referirá a ello como la “neurosis
masculina”, mientras que Kaufmam (1994) lo reconocerá como “las
experiencias contradictorias del poder”, que no son más que la lucha
constante por una jerarquía digna en la hombría, aunque esto conlleve
sufrimiento y dolor para sí mismo.
Si bien esta teoría del sujeto y el poder que hemos visto nos puede
dejar sobre un escenario pesimista y poco alentador respecto al
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
Bibliografía
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La experiencia de la corresponsabilidad
en la cotidianidad de los hombres, una
oportunidad para la transformación
social desde las masculinidades
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2 Moreno Sarda, Amparo, De qué hablamos cuando hablamos del hombre. Barcelona:
Editorial Icaria. P. 31.
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Prólogo
Primero, quisiera agradecer la invitación y agradezco que se me
permita compartir, en función de la reflexión colectiva no (tan)
académica, algunos nudos en los cuales he estado enredado
en el último tiempo. Segundo, todo acto reflexivo es bueno, en la
medida que converge con una preocupación que se viene dando
los últimos años, entorno al papel que tenemos los varones –en toda
su heterogeneidad–, tanto en lo particular como en lo colectivo y
social, en diversos temas. Un papel que no solo se restringe a la
reflexión misma, sino al rol que puede desempeñar la reflexión en un
escenario social en pleno burbujeo. Por tanto, también es importante
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
mirar lo que sucede con las reflexiones que se puedan verter aquí y
que hagan parte de una instancia de preguntas y cuestionamientos, no
solo desde lo académico sino desde lo cotidiano, y desde lo propio.
La masculinidad como objeto de indagación -sistemática- es un
proceso complejo dado la herencia patriarcal y, en tanto objeto de
indagación, apunta a visibilizar el enunciador, y su lugar, como el
problema, pero escasamente lo plantea como la solución y, a la vez,
es solo recientemente una preocupación tibia de las políticas públicas
nacionales, a más de cuarto de siglo de la Conferencia de Población y
Desarrollo de El Cairo 1 (1994).
Introducción
Me propongo, en este texto, elaborar el cruce de masculinidades
y lo virtual, que escasamente se aborda en el campo de género
y masculinidades, y que aparentemente, no tendría directa relación
con lo que entendemos como las “nuevas masculinidades”. Creo
tener una buena idea del panorama del campo en el cual me he
desempeñado desde hace ya 15 años, e incluso tener una buena
apreciación de cómo y qué se está investigando en temas de
género. Quizás, mi tema, en esta publicación, no sea el más “político”
entre las reflexiones, en términos tradicionales, pero creo que ahí
reside una posibilidad de mirar una intersección poco explorada
para comprender las masculinidades. Esta reflexión tiene una doble
pretensión conceptual: abordar la noción de alteridad (sobre
quién) y de la reflexividad (sobre el cómo). Pretendo hablar sobre
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SECCIÓN IV Masculinidades con nuevas representaciones, simbolismos y lenguajes
2 Proviene de la lingüística y fue acuñado, en su adaptación, por Kenneth Pike para señalar
desde dónde se habla. Fonetic, es la nomenclatura que señala el sonido y simbología
desde el afuera del idioma en particular, y Fontemic, es tal como se escucha el sonido,
como lo dice el “nativo”. De ahí la versión que apunta a Etic como desde afuera, y emic
desde adentro de una cultura.
3 Da Silva Concha, Devanir. (2006).”Deseos públicos e identidades privadas. Internet, género e
identidad sexual masculina en Chile. El caso de los avisos personales del diario La Nación”.
En Gazeta de Antropología. Disponible en http://www.ugr.es/~pwlac/G22_36Devanir_
DaSilva_Concha.html (Consultado el 14 de marzo de 2018).
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5 Puede ser porque nadie lo estudia, o varios lo estudian pero no publican o por el mero
hecho que no es tema sino cuando la masculinidad incide lateralmente (tanto en términos
teóricos y metodológicos) en otro tema, por ejemplo, en lo laboral, sexualidad etc.
6 Con esto quiero interpelar al lector@ a pensarse en torno a la noción de alteridad y los
límites de esta. Los Otrxs están en Nosotros.
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11 Por ejemplo, Ruiz-Navarro, Catalina. (28 de julio de 2017). “¿Es machista ser caballeroso?”
En Revista Cromos. Disponible en http://cromos.elespectador.com/columnistas/es-
machista-ser-caballeroso-25483 (Consultado el 3 de septiembre de 2017)
12 Veamos las lecturas de perspectiva de género sobre “el nuevo hombre” (Nietzsche, Che
Guevara u otro).
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13 La Nación Más. (LN+Vivo). (25 abril de 2017). “La primera víctima del mandato de masculinidad
es el varón” (Archivo de video). En https://www.youtube.com/watch?v=cHyMZSDJJX8
(Consultado el 20 de septiembre de 2017).
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14 Una revisión que puede, creo, potencialmente residir en las vísceras de lo virtual.
15 Noción aludida por el compañero Francisco Farías, exintegrante del Kolectivo Poroto.
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… ¿Yo? … “macho”
desde la cuna
1 Julio César González Pagés, Isabel Moya Richard, Clotilde Proveyer, Ramón Rivero Pino,
Patricia Arés, Carlos A Lloga Domínguez, Víctor Hugo Pérez Gallo, Norma Vasallo, Dayma
Echevarría, Mariela Castro Espín, Mayda Álvarez, investigadoras e investigadores de las
facultades de Historia y Sociología de la Universidad de la Habana, jóvenes investigadores
e investigadoras integrantes de la red iberoamericana de masculinidades, entre otras
personalidades relevantes por sus aportes al tema.
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En primer lugar, la ropa que vestirá después de nacido tiene que ser
azul (color predeterminado para los varones, así como el rosado para
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Los juguetes que compran los familiares para el bebé recién nacido
son aquellos que se identifican totalmente con su sexo. En la medida
que los niños crecen, los juguetes para los varones están relacionados
con la fuerza, valentía, agresividad, audacia (características propias del
varón según la cultura). En el cuarto de un niño encontrarás de manera
irremediable: soldaditos, pistolas, un guante, el bate y la pelota de
béisbol, espadas de luchas como los grandes guerreros, entre otros.
Es usual que tanto el padre como la madre escojan los juguetes con
los que se entretendrán los niños, más allá del gusto y las preferencias
individuales, porque tienen que ser acordes al sexo.
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En los dormitorios las pugnas por “ser los supermachos” donde los
“más débiles perdían terreno”, ponía al descubierto constantemente la
herencia cultural de estereotipos que marcaron las vidas de aquellos
adolescentes. Era frecuente ofender al otro, descalificarlo, violentarlo
física y psicológicamente por no contar, por ejemplo, con “las
capacidades físicas” que le daban virilidad y a su vez ventajas sobre el
resto. Tener un cuerpo musculoso, vellos pubianos y axilares, grandes
genitales, y por tanto, alardear de ello continuamente ante el resto de
sus coetáneos, han sido algunos de los “atributos” que han formado
parte en la construcción de las masculinidades hegemónicas desde
la adolescencia. Dichas cualidades se han erigido “cual trofeos” ante
cada batalla, marcadas por la competencia desenfrenada.
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Esta experiencia compartida sobre una etapa que marcó las vidas de
los que éramos adolescentes en las décadas del setenta y ochenta, no
excluye que hoy todavía se manifieste. En Cuba, el programa educativo
actual de las “escuelas al campo” ha sido reducido, por lo que en los
centros estudiantiles que aún existen con régimen de internamiento, se
repiten estas prácticas, solo que contextualizadas a los nuevos tiempos.
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7 Metrosexual: palabra inventada en Inglaterra en 1994 por Mark Simpson periodista, escritor,
empresario y locutor británico, especializado en la cultura popular, medios de comunicación,
y la masculinidad.
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la mejilla, por lo que han encontrado la “justa excusa” para salirse del
molde en el que la sociedad los ha encasillado durante tanto tiempo,
dándole riendas sueltas a las represiones existentes en ellos (hablo de
hombres de más de 40-50 y 60 años). Cada vez es más frecuente ver a
los padres que llevan a sus hijos/as al círculo infantil y/o la escuela (rol
y responsabilidad que ha sido históricamente asignada a la madre).
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Natanael Disla
Es Magíster en Género y Desarrollo por el Instituto Tecnológico de
Santo Domingo INTEC. Profesor de Ciencias Sociales y Humanidades
en la misma universidad. Posee una Diplomatura en Abordaje de la
Masculinidad Agresora desde la Perspectiva de Género en el INTEC. Ha
cursado estudios de Licenciatura en Teología en el Seminario Bautista
de República Dominicana. Es investigador del Grupo de Estudios
Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (Buenos Aires,
Argentina), y miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana.
Sus intereses de investigación giran en torno a los estudios de género
y masculinidades en la religión, masculinidades y poscolonialidad,
género y municipalidad, y discursos teológicos en la construcción de
masculinidades en los espacios religiosos. Tiene experiencia en docencia
y trabajo profesional en las áreas de ciencias sociales, género, feminismos
y niñez. Es Coordinador de la Unidad de Gobierno Local del Observatorio
Político Dominicano. Ha colaborado con diversos organismos ecuménicos
como el Consejo Latinoamericano de Iglesias CLAI, el Movimiento Juntos
por la Niñez y la Juventud, World Vision República Dominicana y la Red
Global de Religiones a favor de la Niñez GNRC.
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Los hombres llegan a las iglesias buscando un sentido para sus vidas.
En muchas ocasiones, llegan a esos espacios de socialización después
de tener un fracaso amoroso, para dejar de tomar alcohol o fumar;
buscando mejoría social y económica, o para rescatar su matrimonio
1 En este artículo estaré utilizando los términos protestante y evangélico como sinónimos.
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¿Qué hacemos con la(s) masculinidad(es)?
Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
El principio de que el hombre debe ser «cabeza del hogar» está muy
arraigado en los jóvenes, hasta el punto de que, en una de mis visitas a
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Eduardo Varas
(Guayaquil, 1979) es un novelista, músico y periodista ecuatoriano.
Actualmente reside en Quito. Estudió Comunicación Social en la
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y fue miembro del taller de
Escritores de Miguel Donoso Pareja. Ha trabajado para varias compañías
de medios de impresión, como los diarios El Comercio, El Universo,
el Expreso y El Telégrafo, y las revistas Soho, Diners Mundo y Ecuador
Infinito. En 2007 publicó el libro de cuentos Conjeturas para una tarde y
en 2008 formó parte de la antología “El futuro no es nuestro” junto con
varios escritores latinoamericanos de cuentos. Es el autor de la novela
Los descosidos (2010). En 2017 publicó el libro “Faltas ortográficas”.
Actualmente es docente universitario.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Era 1949. Norma Jean Baker necesitaba dinero y aceptó tomarse unas
fotos, desnuda, por las que recibió 50 dólares. Cuatro años después,
Norma se llamaba Marilyn Monroe y era una figura muy reconocida por
el norteamericano promedio, con varias películas protagonizadas. Por
eso, un editor de Chicago —que ni siquiera llegaba a los 30 años— vio
la oportunidad del siglo cuando consiguió comprar esas fotos por 500
dólares y las publicó en la primera edición de su revista, que llamó
Playboy.
Marilyn tuvo que salir a explicar, en una entrevista, que hizo las
fotografías tiempo atrás, en un momento de desesperación económica
y que no tenía poder sobre ellas. Temía que destruyeran su carrera y
por eso prefirió aclararlo.
No veo mucha diferencia entre Hefner y los tipos que suben fotos y
videos de sus ex a la web, para vengarse de ellas 2. O con los tipos que
hackean los teléfonos o cuentas en la nube de actrices, o de cualquier
2 Terán, Nessa. (10 de agosto de 2015). “Enviar (o ver) mi foto sin mi permiso es agresión
sexual”. En GK. Disponible en https://gk.city/2015/08/10/enviar-o-ver-mi-foto-sin-mi-
permiso-es-agresion-sexual/ (Consultado el 14 de marzo de 2018).
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mujer, y publican todo lo que tenga que ver con desnudos o actos
sexuales. Lo hacen porque pueden, y eso es suficiente.
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Reflexiones antipatriarcales para pasar del privilegio al cuidado
Gustavo Endara
(editor)