Viaje Por La Historia de México Luis González y González
Viaje Por La Historia de México Luis González y González
Viaje Por La Historia de México Luis González y González
G,
Valdivia, 1995.
Pensamiento Católico y
Sincretismo Religioso: Notas
para una Historia de la
Comprensión de lo Religioso por
parte de la Intelectualidad
Católica Latinoamericana en las
Últimas Décadas. .
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PENSAMIENTO CATÓLICO
Y SINCRETISMO RELIGIOSO:
Notas para una historia de la comprensión de lo religioso
por parte ·de la intelectualidad.católica <latinoamericana en
las.·últimas décadas
Al interior de la historia de la ciencia son escasas las sistematizaciones que intenten realizar un balance
de la historia de la antropología y sociología de la religión latinoamericanas, contándose soló con
revisiones parciales en las cuales aún no es posible identificar tesis definitivas sobre el quehacer
antropológico y sociológico en esta área de interés en América Latina durante este siglo. Es debido a
esto que nuestro interés en la presente ponencia es dar cuenta de algunos aspectos de las イ・ヲッュオャ。セ@
ciones de la antropología y sociología de la religión en su tratamiento de las formas culturales religiosas
latinoamericanas particularmente en lo que respecta al sincretismo religioso de nuestro continente, por
parte de la intelectualidad católica que crea categorías desde la ciencias sociales y hacia la reflexión
doctrinaria.
En este sentido como primera afirmación podemos decir que la historia de los distintos modos en que
los sectores de la elite católica latinoamericana de orientación más progresista han percibido, desde
principios del siglo XIX, nuestras formas religiosas populares, es en mucha medida, la historia del modo
en que se ha asumido el mensaje del racional iluminismo, en un proceso de activo discernimiento, a!
.cual han venido las ciencias sociales, durante el presente siglo, a aportar elementos verdaderamente
significativos, ya sea desde una adhesión casi total a este mensaje o ya sea, como en los últimos años,
desde una profunda crítica.
Para Kant la razón es la herramienta por medio de la cual el hombre se libera de la "culpable incapaci-
dad" que implica el no atreverse a pensar por si mismo. Este filósofo apela al entendimiento humano el
cual sería, según él, capaz de lograr por medio del uso de la razón que el hombre descubra el curso
natural de la historia humana, el cual se define según él por un continuo "progreso".
Esta forma de percibir la realidad tuvo sin duda una notoria influencia en la manera cómo la Iglesia
asumió desde la primera mitad del siglo XIX la religiosidad popular latinoamericana. En este perki:!o los
procesos independentistas en América van aparejados con un quiebre en la visión de algunos de los
sectores más cultos del clero, con respecto a la fe sincrética propia del cristianismo barroco hispano
lusitano que asume elementos precolombinos y africanos.
Este quiebre implica una descalificación de muchos elementos de la fe popular, lo que sólo es el
preludio de la postura eminentemente ilustrada que sectores progresistas de la Iglesia asumen frente a
esta. Postura que permanece presente en nuestra Iglesia hasta la segunda mitad del siglo XX.
[182] Antropólogo Social, Magíster en Ciencias Sociales. Académico Jornada Completa Departamento de
Antropología, Universidad Católica de Temuco.
El actual proceso de reconciliación fue posible en gran medida debido a que se legitima aquella parte
del discurso ilustrado que asume las concepciones como las kantianas del progreso humano. En tanto,
lo valórico no se desvincula de la idea de progreso, de forma tal que frente a reelaboraciones más
contemporáneas de la Ilustración que se plantean más preocupadas por los medios que por los fines,
la Iglesia contrapone un mensaje que es deudor de la Ilustración pero que también es consecuente con
el esquema axiológico del cristianismo, lo que en algunos casos se expresa en un abierto cuestiona-
miento del discurso racional iluminista.
También la penetración del discurso ilustrado implica para la Iglesia en Latinoamérica una nueva
postura hacia la cultura en tanto se replantea, por ejemplo, la percepción que la Iglesia tendrá del
sincretismo hispanoamericano.
Es debido a esto que la hipótesis fundamental de esta ponencia estaría dada por nuestra afirmación en
torno a que el paso existente desde la ruptura de sectores progresistas de la Iglesia con la fe popular,
consolidada en la primera mitad del siglo XX en América Latina, hasta el actual proceso de recompren-
sión de nuestras formas religiosas sincréticas, guarda.relación con la historia del pensamiento católico
latinoamericano y en particular con el modo en que desde el horizonte católico se ha asumido a las
ciencias sociales y se ha realizado investigación y teorización, en torno a estas formas religiosas.
Esto cobra importancia ha partir de la necesidad de mayor precisión de los límites entre ciencia social
y la teología asociada a la Doctrina Social, requiriendose una mayor claridad para discernir el momento
de la reflexión científica de inspiración católica del momento propio del discernimiento teológicq.
Por otra parte el sentido del esfuerzo aquí emprendido con respecto al rastreo de las fuentes teóricas
del análisis cultural de la D.S.I. en nuestro continente, en lo que respecta al tema religioso sincrético, se
vincula con la influencia radical que la catolicidad posee en los cambios culturales en el campo religioso
que se producen en Latinoamérica. La indagación en torno al modo en que la catolicidad latinoamerica-
na va edificando su visión del sincretismo religioso, nos permite sin duda reconocer un modo de percibir
este fenómeno que repercutirá tanto a nivel de la intelectualidad no católica como a nivel del sentido
común, debido al innegable peso cultural del pensamiento católico en general y de la Doctrina Social de
la Iglesia en particular.
SINCRETISMO RELIGIOSO
Con el fin de definir el objeto de análisis del presente artículo, debemos de precisar los límites de este
concepto y su relación con otros términos vinculados con el ámbito religioso- cultural en América Latina.
Existen en América Latina expresiones religiosas vinculadas fundamentalmente a las formas culturales
del mundo popular tanto del campo como de la ciudad, las cuales han sido denominadas de distintas
maneras, tales como: religiosidad popular, catolicismo popular, piedad popular, etc., guardando estas
denominaciones directa relación con las diversas teorías y disciplinas a· partir de las cuales se ha
intentado abordar el fenómeno.
Es por ello, que escogemos como término genérico para denominar a las formas religiosas originales
latinoamericanas el de "sincretismo religioso". El sincretismo religioso. en Latinoamérica ha sido ante
. todo, el modo en que más poderosamente se ha expresado la disputa, en lo relativo a la religión, entre
distintos grupos sociales de este continente, tratándose también de un fenómeno en permanente
cambio, 10· cual guarda directa relación con el carácter dinámico que la cultura posee. La religión
sincrética en nuestro contexto es ante todo un fenómeno en permanente transformación y su ubicación
en un momento del tiempo y en un lugar del espacio, con el fin de que sea estudiada, debe dar cuenta
de aquellos elementos que determinan el devenir histórico-social de los sujetos insertos en estos
procesos.
Esta expresión religiosa sólo posee la capacidad de generar conciencia a partir de la influencia de los
flujos culturales que van cruzando la realidad social, es así como al ser influida por estos flujos, la fe
popular se vincula con las esperanzas y temores de los hombres, en tanto expresa el modo en que el
sujeto se inserta en el devenir histórico, por lo cual su estudio nos puede dar pistas fundamentales para
la mejor comprensión de la historia cultural de América.Latina.
Desde la conquista estos sincretismos fueron selectivamente aceptados por la Iglesia Católica hasta el
siglo XVIII, con la llegada del proyecto de la Ilustración a América Latina el sincretismo es sis'temática-
Durante alrededor de 200 años se produce en la religiosidad de los sectores populares una "autonomía
de símbolos" frente a algunos significados atribuidos por la Iglesia Católica, debido a la independencia
con que se manifiesta religiosamente estos sectores frente a las directrices teológicas de los sectores
de la Iglesia Católica más imbuidos en el proyecto de la ilustración, produciéndose una situación
singular debido a que, si bien es cierto, el sincretismo religioso es aquel lugar donde lo ilustrado y lo
popular se funde, no es menos cierto que en muchos momentos de la historia de nuestro continente
este sincretismo se ha constituido en una forma de "disidencia contra-ilustrada".
Lo antes expuesto ha llevado a que frente a la piedad popular la Iglesia de orientación más ilustrada y
el Mundo Popular Laico interactuantes en el fenómeno, hayan en el pasado hecho presentes sus
símbolos y sus visiones de mundo en mayor o menor medida, generándose en muchos casos conflictos
entre ambas formas de simbolizar y percibir la realidad, produciéndose esto según las particularidades
de cada época y de cada contexto histórico-cultural.
En la actualidad la Iglesia Católica como conjunto ha legitimado elementos de las formas religiosas
populares como manera de Bゥョ」オャエNセイ。@ la fe", y a su vez el sector popular laico vinculado al fenómeno ha
aceptado la introducción de símbolos y contenidos propios de la Iglesia, logrando de esta manera
mantener y difundir sus expresiones イ・ャゥセッウ。@ rituales.
Sin embargo, lo anterior no ha significado necesariamente una "liberación", en el sentido "ilustrado" del
término, en tanto, si bien ha implicado la sobrevivencia de las formas culturales propias de las culturas
populares, las fuerzas que operan al interior del sincretismo religioso tienen que ver directam$nte con la
articulación de las relaciones de poder, en tanto en la apropiación del aparato simbólico de la formas
culturales de la elite, propia del sincretismo, esta la base sobre la cual se activa el potencial opresor de
la red religiosa cultural latinoamericana, expresándose esto tanto en los planos socio económicos como
sico-cultural.
Este escenario ha contribuido a confundir las formas religiosas propias de cada uno de los sectores
participantes de esta red religiosa, produciéndose una interpretación simbólicas que prolonga aquello
que durante mucho tiempo ha sido denominado como "religiosidad popular", más allá-de las capas
subalternas, penetrando directamente en los estratos altos y en las capas medias, en tanto, aunque
estas formas religiosas han significado un espacio de disidencia para los sectores populares, en estas
expresiones religiosas se ha producido un proceso de mutua interpenetración a· nivel de las formas
culturales propias de cada uno de los estratos sociales presentes en nuestro continente. Ei proceso de
sincretización supera la esfera de lo popular en tanto asume y penetra gran parte de la red cultural
latinoamericana. Es debido a. esto que creemos necesario el asumir el concepto de "Sincretismo
Religioso Latinoamericano" como modo de denominar en forma más acertada a este fenómeno,
correspondiendo esta categoría anaiítica a los replanteamientos actuales de las ciencias antropológica
y sociológica originados en un desarrollo histórico particular de estas disciplinas en su preocupación por
nuestras formas religiosas sincréticas.
El tratamiento de este sincretismo por parte de las ciencias sociales ha consistido en un proceso
progresivo de construcción del objeto, en el cual el desarrollo de cada ciencia ha estado asociado tanto
a los replanteamientos epistemológicos universales de las ciencias sociales, como a procesos
históricos específicos.
Con el fin de exponer una visión esquemática del desarrollo de la antropología y la sociología preocupa-
da de nuestras formas religiosas sincréticas es que presentamos esta síntesis dividida en distintos
períodos históricos de estas disciplinas y de las principales preocupaéiones en cada uno de ellos.
3. En un tercer periodo, el actual, podemos encontrar una antropología que identifica en este
sincretismo particular la medula desde la cual es posible adentrarse en la matriz cultural latinoame-
ricana, más allá incluso de la pregunta por el desarrollo. Es a partir del trabajo con los pueblos
"primitivos" de nuestro continente y luego con campesinos y marginales, que los investigadores
latinoamericanos hoy han tomado conciencia del c@mbio cultural y del sincretismo, lo cual lleva a la
antropología, al igual que a otras ciencias sociales en Latinoamérica, a buscar la "identidad" de
nuestros pueblos.
2. El segundo gran período en esta historia de la sociología de nuestras formas religiosas sincréticas,
está fuertemente determinado por la reflexión sociológica, que acompaña al documento de
Medellín. Creemos que con posterioridad a este documento, desde la década del 70 en adelante,
existe.una maduración progresiva de esta sociología de la religión, en tanto visualiza el fenómeno
más allá del proceso de modernización. Pensamos que aquello .que caracteriza a la reflexión en
torno a lo religioso sincrético dura[lte este segundo período es la pregunta por la relación entre fe
y cultura, la que es planteada fundamentalmente por sociólogos católicos, vinculados a organismos
como el CELAM, o a Universidades Católicas vinculadas estrechamente a las orientaciones del
Vaticano, de manera que al entrar a la década de los 90, podemos apreciar una reflexión socioló-
gica en torno al tema que no hace depender el análisis de este fenómeno, de la investigación· en
Hemos asumido a Medellín como línea divisoria entre una primera y segunda etapa en la historia
del análisis sociológico del fenómeno debido a que, si bien no se trata de un hito rígido e inamovi-
ble, representa la expresión de un tipo de pensamiento católico, que venía desarrollándose desde
la década de los 50, que corresponde a un modo de ver la realidad, que como ya se planteó, está
marcado por el desarrol!ismo y por la crítica de las estructuras socio-culturales y político económi-
cas de nuestro continente. ·
DE LA IGLESIA, CULTURA Y
Creemos apropiado insertar el pensamiento católico en torno a nuestras formas religiosas sincréticas
en el contexto de la D.S.l,entendiendo esta como la manera por medio de la cual la Iglesia orienta al
mundo católico en tono a "lo social", ejerciendo de esta forma su magisterio a través de una enseñanza
que es coherente por una párte con los fundamentos de la fe identificables en el Antiguo y Nuevo
Testamento, y particularmente en la vida de Cristo mismo, y por otra recibe una profunda influencia de
las elaboraciones de los padres de la Iglesia que pensaron en la "Cuestión Social" a la luz del evange-
lio. Se trata ante todo de un mensaje a través del cual se intenta señalar un camino para el cristiano, a
través de la cual la Iglesia entrega una guía al hombre inserto en la sociedad industrial y post-industrial,
esta asume el bagaje axiológico del cr,istianismo y al mismo tiempo constituye una instancia de
reconciliación del pensamiento católico el mundo moderno.
La razón última por la cual la Iglesia a entregado este mensaje esta dada sin duda por "Los signos de
los tiempos", en tanto la Iglesia ha mirado a la sociedad contemporánea y ha sentido la necesidad 、セ@
plantear sus puntos de vista en relación a esta, para ello ha valorado el aporte de múltiples disciplinas
sociales y de variados marcos de análisis, pero el eje que ha articulado sentido al discurso de esta
doctrina ha sido la teología católica legitimada por el Vaticano.
Esta doctrina es históricamente una reacción a las condiciones de miseria imperantes fundamentalmen-
te en Europa y América durante los S. XVII y XIX, frente a esta situación existieron en aquella época
múltiples elaboraciones que intentaron hacer un diagnóstico de la situación para lograr de esta forma
levantar una propuesta de tipo ideológica; los socialistas utópicos y· Marx dieron muchas de las claves
a partir de las cuales era posible hacer un análisis adecuado de la situación, y paralelamente se
desarrollo en la Europa del S. XIX una corriente denominada como "Catolicismo Social", la cual aportó
muchos elementos para la redacción de la encíclica Rerum Novarum en 1891.
Rerum Novarum marca el comienzo de la preocupación sistemática hacia la cuestión social por parte
de la Iglesia contemporánea, si consideramos a la Iglesia como una institución que debido a su
longevidad y envergadura lleva asociada una compleja "Cultura", debemos decir que el comienzo de
esta preocupación como "hecho eclesial" dio origen a un profundo cambio en la "Cultura Católica" a
nivel mundial, y esto se hace evidente en el primer elemento del discurso católico, el que acarreo un
terremoto de grandes dimensiones: Ya no puede justificarse el que existan los pobres alegando
"Designio divino", se sostiene que la miseria no es querida por Dios, ni tampoco es provocada por él, la
miseria sería producto del egoísmo del hombre. Esta idea lleva asociada una transformación que
desplaza aquella lógica según la cual el equilibrio social se basaba en que debían existir "pobres
resignados" y "ricos caritativos", la nueva propuesta sostiene que el trabajador que colaborando
responsablemente en el proceso productivo y aún así vive en condiciones infra humanas debe, para
superar esto, organizarse para conseguir el respeto de sus derechos, los cuales posee en tanto hijo de
Dios.
Sin embargo no debemos pensar que por este afán de justicia social la Iglesia deja de valorar la
iniciativa individual, al contrario la Iglesia sustenta firmemente el valor del principio de subsidiariedad
según el cual el estado debe apoyar la tniciativa individual con· el fin de que en el seno de una sociedad
La Iglesia piensa que una sociedad justa no puede lograrse si no se consigue antes el desarrollo
integral de todos los hombres, y en este desarrollo estaría, según la Iglesia, la base de toda liberación,
esta relación entre justicia, desarrollo y liberación esta dada por el simple hecho de que el hombre sólo
se desarrolla en tanto cuenta con lo necesario para su subsistencia y en tanto puede organizarse y
expresarse en forma libre, es por esto que la D.S.I condena algunos esquemas de organización socia!
en los cuales, _o no se distribuyen los bienes en forma justa o no se dan los margenes necesarios para
·el desarrollo integral de la persona humana, dentro de lo cual el respeto a las expresiones culturales
particulares es un eje fundamental.
Todo lo anterior se basa en un principio teológico según el cual el cristiano no sólo debe "suplicar por la
venida del reino de Dios" a nivel de un futuro impreciso e inasible, sino que también debes, a través del
amor, tender hacia la anticipación concreta y contemporánea de ese reino, evangelizandose la
sociedad a través de la cristianización de la cultura.
La lucha de la Iglesia en los últi.mos años por la justicia social se ha centrado en la idea de que la tarea
esencial de todos aquellos que quieren ser fieles a Cristo es buscar la "evangelización de la cultura"
con el fin de convertir al hombre haci¡;:¡ una verdadera "cultura de la solidaridad", se busca el cambio
cultural debido a que se postula que las estructuras socio-económicas sólo condicionan y no determi-
nan la realidad social y la conducta individual.
La Iglesia sostiene que la cultura es una realidad distinta a p13rtir de la cual es posible una trasformación
social y económica profunda ya que sólo por medio del cambio cultural es posible lograr una "conver-
sión personal", esta conversión podría lograrse fundamentalmente gracias a la acción de instituciones
como la familia, ya que solamente por este medio sería posible lograr una transformación que conlleve
ün proceso de producción, reproducción y transmisión cultural que permita el anticipo del Reino por
medio de pequeños y de profundos cambios sociales.
Debido a esto es que la cultura es un tema central para la Iglesia de hoy, tanto así que el tema del
"cambio cultural" fue fundamental en la reunión de Santo Domingo.
Este· concepto es uno de los más utilizados en los últimos tiempos. En base a conceptos como el
desarrollado por Tylor, que lo define como ... "aquella totalidad compleja que incluye conocimientos,
creencias, arte, costumbres' y cualesquiera otras aptitudes o hábitos adquiridos por el ser humano como
miembro de la sociedad".
Desde este tipo de definiciones el recorrido histórico de este concepto ha. sido abrupto, siendo principal-
mente la antropología socio-cultural la responsable de ubicarlo en la cúspide del debate, por lo que el
paso de esta disciplina desde el estudio de los "primitivos", hacia el análisis de las sociedades comple-
jas ha llevado al concepto, de ser un término genérico para denominar aquello de las sociedades no
occidentales que era más difícil de definir, hasta ser un concepto de múltiples usos que pasa a expresar
los límites de la comprensión al interior de nuestra propia sociedad.
La proyección concreta de este concepto en el ámbito de lo religioso, es sin duda evidente, tanto en el
mundo católico como en el protestante. Se habla de la conversión religiosa como un cambio, que en su
aspecto más tangible, conlleva una transformación cultural. Es así como se habla de "cultura de la
solidaridad", "cultura del amor", "cultura de la reconciliación", en _oposición dialéctica con otras cufturas
como "cultura del odio", "la cultura de la muerte" y la "cultura del consumismo".
En el escenario latinoamericano esta tendencia es aún más radical, debido principalmente al papel que
el sincretismo cultural en general a ha tenido en la constitución de nuestras sociedades, y la proyección
más concreta de esta situación la podemos encontrar en las transformaciones que ha sufrido el análisis
socio cultural al interior de los documentos de Puebla y Sto. Domingo, en tanto esta nueva valoración
Es por tanto en la fértil interacción entre el concepto. de cultura y la D.S.I, expresado en documentos
como los antes mencionados, donde podemos insertar más adecuadamente aquel ámbito del pensa-
miento católico que define el modo en que desde Puebla y Sto. Domingo se comprende el sincretismo
religioso latinoamericano. Si la Iglesia intenta hablar de los "social en América Latina" no le es posible
obviar el sincretismo religioso latinoamericano, en tanto "lo social" es definido a partir de su interrela-
ción con nuestras especificidades culturales, y dentro de estas hay consenso en relación a que
nuestras formas.religiosas ocupan un papel preponderante.
SANTO DOMINGO
.El intento de esta nueva corriente es proponer una alternativa a las visiones del fenómeno que hasta
ese momento se definían, oponiéndose incluso entre si, y su inicio puede fecharse en 1976 con el
encuentro sobre religiosidad popular, realizado en Bogotá, Colombia, y su confirmación por parte de la
Santa Sede con el documento sobre "Libertad Cristiana y Liberación", redactado en 1986, en el cual se
señala ・クーイウ。ュョエセ@ .. "En la religiosidad popular se da un hecho de alcance teológico pastoral
fundamental: son los pobres, objeto de la predilección divina, quienes comprenden mejor y como por
instinto que la liberación del pecado y de la muerte, se ha cumplido por medio de la muerte y resurrec-
ción de Cristo" (Congregación para la doctrina de la Fe, 1986:22). Los sostenedores de esta postura
tienen su sustentó teológico, en la idea de que la religiosidad popular es ... "un movimiento, del hombre
hacia su creador.... una fuerza que Dios mismo puso en el hombre de nuestro continente" (Al/iende,
1978:68).
A nivel teórico ha tenido esta co,rriente entre sus principales gestores en el ámbito de la reflexión
teológica al chileno Joaquín Alliende, quien se encuentra en la misma línea del encuentro de Bogotá de
1976. Con una serie de ensayos Alliende ha influido profundamente en la Jerarquía eclesiástica
Católica; en uno de esos textos titulado "Diez Hipótesis Sobre Pastoral Popular", Alliende plantea dos
ideas fundamentales las cuales han influido en el tratamiento que el episcopado latinoamericano ha
dado al fenómeno: En primer lugar el que la religiosidad popular debe ser apoyada y aceptada por parte
de la Iglesia Católica y en segundo que la religiosidad popular debe ser conducida por la Iglesia
Católica para prevenir deformaciones tanto en el ámbito teológico como en el práctico.
Creemos que estas ideas influyeron poderosamente en la redacción del documento de Puebla, en
1979, ya que no se trata de una postura "liberacionista", ni una corriente conservadora la que triunfa en
Puebla, sino que resulta triunfante aquella posición que acepta como expresión cultural original, pero
que también cree firmemente que ésta debe ser orientada por la Iglesia, para lo cual el análisis propio
de las ciencias sociales resulta una herramienta indispensable.
Es preciso decir, sin .embargo, que esta corriente es aceptada públicamente por primera vez cuando es
legitimada, por medio de la elaboración de un documento, durante un sínodo realizado por el Vaticano
en 1974, cinco años antes de Puebla, que lleva el nombre de "Evangelii Nunt.iandi". Como dice J.
Alliende ... "este documento es el gran hito que divide las aguas. Lo anterior es preparatorio, lo posterior
es maduración o expansión" (Alliende, 1.981 :175)por lo cual, según Alliende, es este documento el que
abre el camino para la reflexion sobre el tema en .Puebla.
Con posterioridad a "Evangelii Nuntiandi", en 1977, se elabora un documento de consulta llamado "El
Libro Verde de Puebla", pues este texto preparó el camino a Puebla; el planteamiento fundamental de
este libro es también la idea nuclear de Evangelii Nuntiandi: "La evangelización de la cultura, y por ende
la evangelización del mundo popular se debe hacer a partir de la evangelización de su fe".
En lo que respecta a la obra de Morandé, podemos afirmar, a manera de síntesis, que la preocupación
fundamental de este autor es el identificar los aspectos esenciales del ethos cultural de nuestro
continente, en tanto asume una no relación de identidad entre estructura y valores, es decir que la
cultura como conjunto de valores y la estructura como pilar del ordenamiento de la sociedad, mantienen
un tipo de relación, en la cual la cultura posee amplios margenes de autonomía, por lo cual la preocu-
pación por la identidad cultural, entendida esta como sistema axiológico, tiene para él un significado
preponderante, superando de esta forma .el clásico encapsulamiento en el paradigma modernizante
propio de la sociología de la década de los sesenta y setenta.
Eh lo que respecta al sincretismo religioso, este autor ve a la religiosidad popular como "aquel espacio
no conquistado" (Morandé: crf, 1978), es decir, el ámbito en el cual los pueblos latinoamericanos se
expresan libremente. Según Morandé sería en la fe popular donde mejor se expresaría la identidad
cultural de nuestros pueblos. Para ello Morandé usa como base concepciones que provienen desde la
sociología clásica y parte importante la producción que en torno al tema se ha realizado en América
Latina.
Desde esta identidad estaría determinada la matriz católica de nuestras formas religiosas sincréticas,
las cuales se originan ·en la dialogía básica generada en el encuentro entre lo europeo y lo precolombi-
no. La esencia.católica de estas formas religiosas da cuenta, según Morandé, de la esencia católica de
toda nuestra identidad, ya que la conquista y colonización no se realizaron dentro de las claves de la
modernidad ni del capitalismo, sino que por el contrario fue la catolicidad el mecanismo fundamental de
penetración de la cultura occidental en Latinoamérica, con todas las implicancias económicas y sociales
que esto conlleva.
Por su parte Marzal, como ya planteamos, aporta una visión de las formas religiosas populares que las
reconceptualizan, llevándolas más allá de lo exclusivamente referido a la "cultura de la pobreza". A
partir de su particular modo de asumir el pensamiento de autores como C. Geertz, Marzal llega a un tipo
de comprensión del fenómeno según la cual este sería, antes que nada una perspectiva o modo
particular de ver el mundo, y la religiosidad popular sería una verdadera cultura, en el sentido antropo-
lógico del término, ya que se transmite sobre todo por el proceso de socialización. Esta tendría ademas
un origen básicamente sincrético, que mezcla y sintetiza en forma dinámica las distintas formas
conceptuales y simbólicas que han confluido y confluyen en el escenario cultural latinoamericano-_
Su postura a influido en otros autores, ya que es capaz de comprender el fenómeno religioso popular
más allá de caracterizarlo como una expresión de fe campesina o como una expresión exclusiva de los
sectores marginales. Para él la religiosidad popular es la manera en que se expresa religiosamente el
pueblo pero entendido no como categoría económica, sino como masa con escaso cultivo religio-
so ... "no es Ja religión de fas clases menos favorecidas económicamente, sino la religión de las mayo-
rías, que se contrapone a las de las minorías tanto oficiales, religiosos y elites eclesiásticas) como no
oficiales (grupos laicos próximos al clero)" (Marzal, 1975:80).
En el docu_mento de Puebla se plantea una visión de la cultura que la entiende como ... "el modo
particular como en un pueblo los hombres cultivan su relación con la naturaleza entre sí mismos y con
Dios" (gs 5, 3b). Según esta visión la cultura posee un carácter básicamente axiológico en tanto está
compuesta por "valores y desvalores" y es justamente en la evangelización de los valores don esta la
base de la evangelización profunda que el catolicismo debe intentar realizar en nuestro continente.
En este sentido podemos afirmar que para Puebla la cultura tiene un carácter totalizante, que implica el
sostener que los valores culturales que animan la sociedad y los desvalores que la debilitan estén
estrechamente vinculados con el horizonte de lo religioso en tanto este constituye "la zona más
profunda" de la cultura. Por otra parte, para Puebla existe un estrecha vinculación entre cultura y
realidad histórico soeial, en tanto el hombre como ser social e histórico posee la capacidad de reinter-
pretar la cultura que recibe. Es por ello que la evangelización se vuelva urgente en nuestra época a
partir de considerar la aceleración con la que se presenta hoy el carácter dinámico de los fenómenos
culturales. En tanto en el contexto latinoamericano la Iglesia debe evangelizar en un clima de cambio
permanente.
A .partir del insertar a la religiosidad popular en este contexto se plantean con respecto a ellas tareas
pastorales que de una u otra forma intentan el rescate de las conceptualizaciones de ésta, que apoyen
la evangelización de una sociedad que se debate entre la influencia de su matriz mestiza y la acelera-
ción del cambio cultural por su inclusión en la modernidad.
En lo que respecta al sincretismo religioso no católico estos son genéricamente rechazados en tanto se
habla sincretismos "foráneos" y de sincretismos "regresivos" en tanto el sincretismo al no vincularse con
los contenidos de la acción pastoral y no haber sido sujeto de evangelización representarían en muchos
casos degeneraciones de las formas religiosas teológicamente legítimas.
"Es el conjunto de medios, acciones y actitudes aptos para colocar el evangelio en diálogo activo con la
modernidad y lo postmodemo, sea para interpelarlos, sea para dejarse interpelar por ellos. "(Documen-
to de Santo Domingo. 1993,24).
La clave de interpretación, para comprender el cambio cultural en América Latina parte del concebir
como eje de nuestra identidad ·las formas religiosas, en las cuales, desde el mundo precolombino, se
hacen presentes las "semillas del verbo"', las que, presentes en el hondo sentido religioso de las
culturas precolombinas, esperaban el fecundo rocío del espíritu". Sin embargo ese esencia de la
identidad presente en las distintas formas religiosas que han existido y existen en nuestro continente,
no son aceptadas sin cuestionamiento en tanto se plantea que la revisión histórica de estas expresio-
nes nos debe hacer asumir la necesidad de purificación, lo cual constituye uno de los principales
motores de la primera evangelización que se lleva a cabo desde ia conquista hasta la actualidad. En lo
substancial se asume las "impurezas" de las formas religiosas tradicionales sin embargo se asume su
valor como momento primero de una concepción de la realidad que orienta hacia la verdad revelada.
En el análisis del devenir histórico se piensa el contacto entre lo español y lo indígena como un
sincretismo esencialmente religioso. En tanto, el proceso de mezcla privilegia lo religioso como aquel
punto de contacto en el cual se define el universo cognoscitivo del mestizo. Es así como se ve a la
ruptura provocado por la conquista y la redefinición cultural que esta provoca como un proceso en el
cual la religión ocupa un papel de tal envergadura que desde el hecho religioso es posible explicarse
otros ámbitos de la realidad social, por lo cual el proceso de conquista, colonización y mestizaje deben
ser interpretados desde la profundidad de la comprensión religiosa del mundo, vista esta como
edificadora del sentido oculto de la historia en tanto poseería la capacidad de modelar una identidad
que mantiene el espíritu de. la religiosidad natural del indígena y de la piedad católica de la España
medieval, lo cual sincretizado y expresado en la cultura mestiza no hace más que producir fenómenos
como el arte barroco latinoamericano en el cual esta sincretización religiosa esta presente.
En este contexto de creación cultural desde una matriz religiosa se presentaría la religiosidad popular
como la más excelsa expresión de esta identidad mestiza.
Es así como se entiende a la religiosidad popular como un lugar de la cultura latinoamericana donde se
presenta con particular nitidez la profundidad del· arraigo de la fe católica en nuestras categorías
culturales, en tanto en esta práctica hay un proceso de conservación y por lo tanto de transmisión de
"valores, criterios; conductas y actitudes" que reflejan la esencia de la identidad religiosa del n¡estizo
latinoamericano.
Pero este valorar la religiosidad popular conserva el sello de un tipo de aproximación unida al proceso
evangelizador, por lo que paralelamente se plantea la necesidad de purificación de la misma. "Es
necesario que reafirmemos nuestro propósito de continuar los esfuerzos por comprender cada vez
mejor y acompañar con actitudes pastorales las maneras de sentir y vivir, comprender y expresar el
misterio de Dios y de Cristo por parte de nuestros pueblos, para que purificadas de sus posibles
limitaciones y desviaciones lleguen a encontrar su Jugar propio en nuestras Iglesias locales y en su
acción pastoral" (op cit.36).
Muy vinculados con la preocupación sustantiva plateada por la acción pastoral, sobre las formas
religiosas sincréticas populares, surge un lineamiento esencial es la denominada "evangelización
inculturada" la que tendría su núcleo en el respeto de las formas culturales en la cual la evangelización
penetra, de forma tal, que esta permanezca en cada cultura, particularmente la indígena y afroamerica-
nas, unida a .fa cultura toda, inserta dinámicamente de manera que el contenido evangelizador deja
rápidamente de ser un elemento externo para pasar a ser un elemento más de la cultüra, que es
evangelizada. Por lo cual, no sólo se trata de renovar los métodos pastorales sino de realizar una
reflexión teológica que acompañe el proceso evangelizador, lo cual tiene como consecuencia por una
parte la efectividad del intento de inculturar el evangelio, y además, conlleva procesos anexos como la
"promoción humana de las etnias", pre-requisito.de toda evangelización fecunda.
Es así como la inculturáción de .la fe tanto en las formas culturales indígenas, afroamericanas y
populares urbanas y rurales, implica una asumir al otro cultural en toda su multiplicidad conductual y
axiológica por lo cual se debe reconocer los rasgos primordiales y secundarios de cada cultura. Sin
embargo, esta tolerancia intercultural no implica una lectura en el vacío. Es así como la ciencia social
apoya el reconocimiento y una traducción de la cultura del otro a los términos culturales del evangeliza-
dor, presentes en las ciencias sociales. Pero las ciencias sociales sólo pueden ser.instrumentos del
discernimiento de la evangelización sin embargo esta ademas se mueve en base al bagaje valórico de
la teología católica, por lo que la conducción última de la pastoral le cabe al teólogo. Es por ello que
podemos afirmar que en Santo Domingo, las ciencias sociales mantienen su papel como iluminadoras
del discernimiento teológico en el plano cultural.
Pensamos que en los documentos de Puebla y Santo Domingo existe un significativo aporte de las
ciencias sociales, particularmente de ·1a sociología y de la antropología cultural, lo cual se expresa
específicamente en el influjo que sobre estos documentos poseen el pensamiento de Manuel Marzal y
de Pedro Morandé, pudiéndose identificar esta influencia en· los siguientes puntos:
1. Tanto en el documento de Puebla como en el de Santo Domingo se asume una distinción entre los
conceptos de sociedad y de cultura, a partir de una distinción anterior entre las instancias donde la·
Modernidad se expresa.
Por su parte la cultura es vista como el conjunto de valores que definen la racionalidad propia de
una sociedad, en este caso la de la sociedad latinoamericana.
En este sentido vemos que se asumen claramente categorías como las de Pedro Morandé, que
niegan la existencia de una relación de identidad entre la sociedad, entend.ida ésta como una
estructura, y los valores, entendidos estos a su vez como los articuladores de las acciones
sociales, por lo cual la preocupación por la identidad cultural pasa a ser relevante. Es así como por
ejemplo, el reordenamiento de la sociedad que significa la implementación de estrategias de
desarrollo, chocaría con una identidad cultural poseedora de valores con una orientación radical-
mente distinta.
También se asumen categorías como las de Morandé, en lo que respecta a la caracterización del
ámbito sincrético religioso como la médula de la cultura latinoamericana, lo que habría originado
una identidad cultural mestiza en la cual la dimensión católica sería el punto cumbre de esta
identidad, lo cual surgiría de la necesidad de interpretación y sedimentación de un sincretismo
complejo y en permanente cambio.
3. En lo que respecta al concepto mismo de Religiosidad Popular, podemos percibir la influencia del
tipo de ciencia social que Marzal y Morandé representan, en tanto existe en ambos documentos
una crítica del proceso de modernización subyacente en el tratamiento, por parte de la elite
ilustrada, del fenómeno religioso popular, lo que en Puebla se expresa en una revalorización de
nuestra identidad mestiza y en Santo Domingo es retomado desde la búsqueda de discernimiento
frente a las formas culturales latinoamericanas, que vaya en rescate de la esencia cristiana de
nuestro continente. Lo anterior se puede graficar en las siguientes afirmaciones: ·
3.1. La Religiosidad Popular es una forma cultural básicamente católica expresándose así las
ideas de Morandé en torno a este punto.
RECONSIDERANDO
A partir de lo anteriormente expuesto pÓdemos tentativamente afirmar que existe una directa relación
entre los planteamientos y los replanteamientos de la sociología y la antropología cultural, y el análisis
cultural presente en la Doctrina Social de la Iglesia elaborada en América Latina, lo cual es posible de
ser apreciado en los documentos de Puebla y Santo Domingo.
Estos documentos han sido construidos desde una "polifonía" donde la ciencia social es un elemento
de apoyo al proceso de discernimiento teológico y doctrinario, dentro del cual el nivel de influencia de
las disciplinas sociales es cada vez más ascendente.
Lo anterior se debe, por una parte a la percepción de los límites del discurso teológico en si mismo, que
al encapsularse dentro de los márgenes de una" monodia" autorreferente se limita en su posibilic3d de
abrirse a otras formas de comprensión del mundo, y por otra a replanteamientos epistemológicos y
teóricos de la antropología y sociología, que les permitirá adentrarse con propiedad al interior del
diálogo fe y cultura.
Estrechamente vinculado con esto, pensamos que las obras del chileno Pedro Morandé y del peruano
Manuel Marzal, representan el corolario de una tradición de pensamiento social latinoamericano,
principalmente católico, que se expresa tanto en el área de la sociología como en la de la antropología
cultural.
En el caso de la antropología cultural, podemos afirmar, que se trata de una tradición laica, pero que sin
embargo vive en los últimos años un proceso de acercamiento recíproco con el pensamiento católico.
Este acercamiento se ha producido, por parte de la Iglesia Católica, debido a una crisis de interpreta-
ción, surgida en la imposibilidad de dar cuenta plenamente de la identidad cultural latinoamericana, lo
cual acarreó una búsqueda de marcos conceptuales, más cercanos al estudio científico de los valores
existentes en una sociedad, por lo cual la antropología reviste hoy. un particular atractivo para el
pensamiento católico vinculado a la D.S.I.
Esto ha sido así debido a la influencia de categorías propias de la teoría antropológica que sitúan a la
religión en el centro de toda cultura, dándole al fenómeno una importancia tal, que se le comprende
como una pantalla donde se proyecta y expresa toda la realidad social.
En relación a esto, creemos que es clara la influencia de Manuel Marzal, en tanto es él quien lleva el
pensamiento católico hacia aquellos elementos de la ·antropología de la religión que asumen a este
fenómeno más allá de su sentido clásico como un imperativo de integración, sino que por el contrario
se asumen las categorías de la teorización antropológica liderada por C. Geertz, en tanto es este autor
quien aporta a Marzal, y por ende al pensamiento católico latinoamericano expresado en la D.S.I, una
recomprensión del fenómeno religioso.
/-
También podemos percibir el aporte de la antropología cultural, en lo que respecta a la recomprensión
del sincretismo latinoamericano, particularmente el religioso, en tanto este concepto va siendo sistemá-
ticamente asumido ha medida que la antropología latinoamericana va abordando un objeto de análisis
que se mueve cada vez más dentro de los límites de la modernidad.
Estas categorías surgen de un contexto en el cual la tensión entre lo tradicional y lo moderno está
permanentemente presente, bajo la forma de un sincretismo en el cual la mezcla asume no sólo
elementos tradicionales sino que también hace suyos, para reinterpretarlos, categorías propias de la
modernidad tanto en el plano simbólico como en el axiológico.
Marzal aporta en este sentido, en tanto, lleva el concepto de religiosidad popular más allá de los límites
de la religiosidad de la pobreza, para comprenderlo más bien, como el tipo fundamental de sincretismo
que se genera en América Latina, el cual es, como todo sincretismo, un fenómeno en proceso cuya
dinámica es la dinámica del cambio cultural en contexto de nuestro continente.
"Historia de ia antropología h1digenista", Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 1981.