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La Pirámide de Maslow
La Pirámide de Maslow
Podemos definir una necesidad como la distancia, hiato o vacío que existe entre la
situación tal como una persona la está viviendo en el presente y tal como le gustaría vivirla en
el futuro. Maslow estableció una serie de proposiciones sobre las necesidades humanas que se
concretan de esta manera:
Las necesidades de las personas están jerarquizadas según su importancia. Si
observamos el gráfico, las necesidades fisiológicas ocupan un espacio mayor y se imponen
con más urgencia al individuo. En publicidad, un porcentaje elevadísimo de anuncios apela a
este tipo de necesidades.
La capacidad de deseo del hombre no conoce fin. Una vez satisfecho un nivel de
necesidades, el individuo tiende hacia el nivel superior. Por supuesto, hay muchos individuos
que se quedan detenidos en un determinado nivel, satisfaciendo indefinidamente un
determinado tipo de necesidad y no mostrando sensibilidad hacia otras necesidades. Las
diferencias entre personas se traducen en su sensibilidad a necesidades más o menos
importantes. Por otra parte, esta ilimitada capacidad de deseo es la que también impulsa el
desarrollo de nuevos inventos e innovaciones, tan importantes para el mantenimiento del
trabajo productivo.
El paso a un nivel superior de necesidad no es irreversible. Cambios en las
situaciones pueden hacer que una persona deje de tener satisfechas unas necesidades
superiores y descender en la pirámide.
Las necesidades se solapan y muestran un carácter de interdependencia. Hay
anuncios que se dirigen a un determinado tipo de necesidades. Otros apelan a diversos niveles
de la pirámide. Dentro de este apartado, lo ilustraremos más adelante con un ejemplo.
4) Necesidades de estima. Tanto dentro como fuera de la familia, las personas quieren
que los demás reconozcan sus esfuerzos. Eric Berne habla de la «caricia» como la unidad
básica de la interacción social. Claude Steiner ha estudiado a fondo lo que él denomina
«economía de las caricias». La no satisfacción de las necesidades de estima lleva a tener
desdibujada la propia identidad, a dudas profundas sobre el sentido de la acción y a un
sentimiento de futilidad, que pueden conducir al suicidio.
La explicación de muchos fracasos escolares reside en la ausencia de refuerzos
positivos. Los niños que ven reconocidos sus méritos y no únicamente criticados sus
defectos, pueden encontrar el mundo pleno de sentido. Ya de mayores, perdonarán todo a
aquella persona que se dedica a potenciar lo positivo de los demás y serán inclementes con
quienes sólo se fijan en lo negativo y con quienes hunden la moral de un grupo.
La publicidad apela incansablemente a las necesidades de prestigio de los
consumidores y usuarios. Hay quienes se quedan detenidos en este nivel de necesidades,
ocupados en satisfacer su oceánica vanidad.
Hay jóvenes que beben como un rito para que les admitan en un grupo.
REFERENCIA: