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Tema 8

La Guerra civil española (1936-1939)


_________________________________________________________

1. El desarrollo de la guerra
Del golpe de estado a la Guerra civil
El desarrollo militar del conflicto

2. Organización política e intervención internacional en ambas zonas

Evolución política de la zona republicana


Evolución política de la zona nacional
La internacionalización del conflicto
La represión. Las víctimas de la guerra
_________________________________________________________

1. El desarrollo de la guerra

Del golpe de estado a la Guerra civil

Digamos de entrada que lo que hubo el 18 de julio de 1936 fue un golpe de estado de parte del
ejército contra un gobierno constituido legalmente después de las elecciones del mes de
febrero de 1936. Esta parte del ejército decidió romper la legalidad y declararse en rebeldía
contra un régimen legitimado por el voto de los ciudadanos.

El golpe estaba previsto como un levantamiento de las guarniciones militares, que, con el
apoyo de grupos civiles afines, tomarían los resortes de gobierno. El levantamiento debía
producirse el día 18 de julio en la península, pero el día anterior se había sublevado el ejército
de Marruecos, con Franco a la cabeza. Franco, que había dudado hasta el último momento, se
incorporó finalmente.

El “alzamiento” (terminología de los rebeldes) fracasó en las grandes ciudades y en casi todo el
litoral, y triunfó en algunas ciudades del interior; en otras, se desencadenó una lucha con
resultados diversos. Señalemos, por último, que triunfó en algunas ciudades aisladas, aunque
su entorno continuó controlado por la República: Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Santander.
En conjunto, podemos decir que el golpe tuvo éxito en las regiones agrarias (Castilla, Galicia y
el eje del Guadalquivir) y fracasó en las más industrializadas. Madrid y Barcelona continuaron
en manos del Gobierno legal por la acción combinada de las fuerzas del orden y grupos
ciudadanos organizados en milicias.

Composición del bando sublevado (“nacionales” se llamaron a sí mismos): militares


conservadores, propietarios agrarios, monárquicos, afiliados a los partidos de la derecha,
jerarquía católica; en resumen todos los que, con más o menos razón, vieron amenazados sus
intereses y/o su ideología. Sólo coincidían en su rechazo a lo que significaba el régimen

Antonio Calero. IES “Puerto de la Torre”. 2º Bachillerato. Historia. Tema 8_V16-17. Pág. 1 de 12
republicano. Para el futuro, unos pretendían la vuelta de Alfonso XIII; otros, un régimen
fascista al estilo del italiano (Falange); otros, como Mola, una dictadura militar.

A la República, continuaron siendo leales los obreros y empleados urbanos, los campesinos
sin tierra y la pequeña burguesía. Políticamente, eran republicanos, socialistas, comunistas o
anarquistas.

Desde el principio, la opinión internacional interpretó que lo que había en España era
un enfrentamiento entre el fascismo y la democracia liberal. Mussolini desde 1922 y
Hitler desde 1933 habían construido regímenes totalitarios en Italia y Alemania, y
amenazaban al mundo con su política expansionista. Se pensaba que lo que pasaba en
España era un anticipo, o una representación a pequeña escala, del conflicto que,
antes o después, estallaría también en el resto del mundo.

Pero aunque hubiera algo de esto, la guerra civil a la que dio lugar el golpe de estado
tenía causas netamente españolas. En realidad, se trató de una lucha entre los grupos
dominantes en el periodo de la Restauración y los grupos, obreros y pequeño-
burgueses, que les arrebataron el poder con la llegada de la II República. El 18 de julio
fue producto de la determinación de romper las reglas del juego por parte de los
grupos sociales que vieron sus intereses en peligro.

El desarrollo militar del conflicto

Un paso previo a la exposición de los aspectos estrictamente militares de la contienda debe ser el
de preguntarse qué espacio, qué población y qué recursos correspondieron a cada una de las
zonas.

Capitales de provincia Extensión Habitantes


Republicanos 21 270.000 km2 14 mill.
Rebeldes 29 230.000 10,5

 Las zonas industriales y mineras quedan en manos republicanas. Pero las grandes zonas
cerealistas pasan a manos de los rebeldes. Sin embargo, sólo en la segunda mitad de la
guerra la relación alimentación/población será dramática en la zona republicana.

 El gobierno de Madrid controlaba los recursos monetarios del Estado. Los sublevados
encontraron grandes facilidades en los medios económicos internacionales. El apoyo de
muchos capitalistas también es notable.

 Desde un punto de vista cuantitativo, los efectivos militares muestran una gran
semejanza. Pero hay dos elementos que anularon la posible superioridad inicial de los
republicanos: el apoyo del ejército de África a los sublevados y la intervención exterior

FUERZAS AL ESTALLAR LA GUERRA


(efectivos calculados)
Oficiales Tropa Ejército en Milicias Total
África
Republicanos 6.520 89.800 - 40.000 136.200
Sublevados 8.890 91.200 36.000 35.000 171.900

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En el desenvolvimiento militar de la guerra pueden distinguirse cuatro grandes etapas:

A) El avance rebelde hacia Madrid (julio-noviembre 1936)

Esta primera fase constituye lo que se llama “guerra de columnas” y termina en noviembre de
1936, cuando los nacionales fracasan en la toma de Madrid.

Después de cruzar el Estrecho (con ayuda alemana e italiana), las tropas de África –al mando de
Yagüe- avanzan hacia el norte y consiguen enlazar las dos zonas rebeldes. En este avance, hay que
reseñar la toma de Badajoz, que se hizo famosa por la feroz represión posterior. En septiembre,
Franco ocupó Toledo y puso fin al cerco del Alcázar, donde unos centenares de sublevados
resistían con sus familias. A finales de octubre, las fuerzas de Franco estaban a las puertas de
Madrid.

La conquista de la capital, que quizás hubiera sido decisiva para la marcha de la guerra, parecía
inminente. El gobierno preparó la resistencia y se marchó a Valencia, dejando la ciudad al mando
del general Miaja. Los madrileños se prepararon para defenderse. Miles de hombres y mujeres
construyeron barricadas, cavaron zanjas y engrasaron sus armas bajo las consignas de “No
pasarán” o “Madrid, tumba del fascismo”. Tras los ataques aéreos de la aviación nacional, la
capital resistió el ataque frontal que se produjo entre los meses de noviembre y enero. A ello
contribuyó la llegada de las Brigadas Internacionales y de una columna anarco-sindicalista al
mando de Buenaventura Durruti.

Con la heroica resistencia de Madrid termina esta etapa, caracterizada por el uso del sistema de
columnas. Las tropas republicanas, una vez que el ejército había sido disuelto por considerarse
una estructura poco fiable, estaban compuestas en gran parte por milicianos pertenecientes a los
partidos y sindicatos de izquierda.

B) Batallas alrededor de Madrid y conquista del norte (diciembre 36-octubre-37)

Esta nueva fase se caracterizó por la regularización de los ejércitos, especialmente con la creación
del Ejército Popular Republicano. Franco también militarizó los cuerpos de voluntarios
(falangistas, requetés, etc.).

Fracasado el intento inicial de conquistarla, los sublevados realizaron dos maniobras envolventes
para aislar Madrid, que dependía para su supervivencia de la carretera de Valencia:

 en febrero del 37, se produjo la batalla del Jarama, de resultado incierto pero que ambos
bandos se adjudicaron como victoria; lo cierto es que la lucha se fue extinguiendo por
agotamiento de los contendientes pero también que los nacionales no consiguieron aislar
la capital.

 al mes siguiente, los republicanos consiguieron su primera victoria significativa en la


batalla de Guadalajara. En ella, participaron, apoyando a Franco, un contingente de
tropas italianas enviadas por Mussolini.

Tras el Jarama y Guadalajara, Franco decidió cambiar de táctica, abandonando la toma de Madrid
y enviando el grueso de su ejército al norte, a la franja cantábrica que se extendía desde la
frontera francesa hasta el límite oriental de Galicia:

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 Comenzaron por Vizcaya, donde Mola inició la ofensiva en abril de 1937. El día 26 de ese
mes se produjo la toma de Guernica, uno de los acontecimientos con más repercusión
internacional y más contenido simbólico de la guerra: la aviación alemana, a las órdenes
del Cuartel General de Franco, arrasó desde el aire la población vasca, donde murieron
más de mil 500 personas, sobre todo ancianos, mujeres y niños. Guernica quedaría
como el símbolo de la barbarie que representaba por el nazismo, sobre todo después
de que Picasso pintara su famoso cuadro.

 Bilbao fue ocupada en el mes de junio, gracias, sobre todo, a la superioridad de medios de
la aviación rebelde, apoyada, como hemos visto, por alemanes e italianos.

 A pesar de que los republicanos realizaron sendas ofensivas en Brunete, cerca de Madrid,
y Belchite, junto a Zaragoza, para aliviar la presión del norte, toda la cornisa cantábrica
pasó a control de los sublevados.

 La importancia de la conquista del norte fue tremenda: toda la riqueza industrial y minera
de Asturias y el País Vasco pasó a manos de Franco. Además, miles de personas huyeron
hacia Levante y Cataluña, que todavía permanecían en poder de la República.

En esta misma fase del desarrollo de la guerra debemos incluir la toma de Málaga por los
nacionales:

 En Málaga, el golpe de estado había fracasado, por lo que la ciudad había permanecido en
manos de las organizaciones leales a la república.

 El 7 de febrero, tropas españolas e italianas entran en el casco urbano.

 En los días siguientes, se produce la huida de miles de malagueños por la carretera de


Almería, mientras eran bombardeados por mar y aire.

Para saber más de la toma de Málaga, puedes consultar:

https://docs.google.com/a/iespuertodelatorre.org/viewer?a=v&pid=sites&srcid=aWVzc
HVlcnRvZGVsYXRvcnJlLm9yZ3xhbnRvbmlvLWNhbGVyb3xneDozZDk5MzQ0Mm
E3MzgyNmJi&pli=1

C) Ofensiva hacia el mediterráneo (noviembre 37-junio 38)

En diciembre de 1937, con el general Vicente Rojo (el organizador de la exitosa defensa de
Madrid) a la cabeza, se reorganizó el ejército republicano. Se creó una estructura militar que
tuviera la suficiente eficacia para dar la vuelta a una guerra que no iba precisamente bien. Se dotó
de mandos profesionales a los que se incorporaron otros procedentes de las milicias (El
Campesino, Enrique Líster, Modesto, etc.) y de las Brigadas Internacionales.

Tras la reorganización, el ejército republicano trató de tomar la iniciativa desencadenando varias


ofensivas. La más importante tuvo como punto principal la Batalla de Teruel. Los republicanos
llegaron a tomar la ciudad, aunque tuvieron que abandonarla definitivamente en febrero de 1938,
después de que Franco comenzara la campaña de Aragón, que le llevó al Mediterráneo en Vinaroz
(Castellón). El territorio republicano quedó dividido en dos zonas, Cataluña por una parte, y
Valencia, Murcia, Almería y parte de Castilla-La Mancha por otra.

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Los nacionales podían, seguramente, haber culminado la conquista de Cataluña, pero Franco
prefirió avanzar hacia el sur, en dirección a Valencia, la capital de la República. Pero sus planes se
paralizaron cuando el ejército republicano, que había recibido armamento nuevo, desencadenó
un poderoso ataque sobre el Ebro, en la provincia de Tarragona.

D) La batalla del Ebro y el fin de la guerra (julio 38-abril 39)

La batalla del Ebro abre la última fase de la guerra, que supondría la definitiva derrota de la
República.

Empezó el 25 de julio de 1938 con el ataque republicano entre Mequinenza y Amposta, y


constituyó una de las mayores operaciones militares de la guerra. En la primera acometida, los
republicanos llegaron a ocupar Gandesa, donde lograron resistir unos meses. Franco envió un
potente ejército, con apoyo aéreo de alemanes e italianos, y logró detener allí el avance enemigo.
Luego continuó su campaña ocupando el sur de Tarragona y cruzando el Ebro en su
desembocadura. El ejército republicano sufrió una severa derrota y quedó muy mermado.

Ahora sí, Franco avanzó hacia el norte. Barcelona cayó, sin resistencia, el 26 de enero. La posterior
conquista de Gerona supuso la salida hacia Francia de miles de republicanos, entre ellos el
Gobierno de la República, instalado en Barcelona desde octubre del 37. Azaña, Presidente de la
República; Juan Negrín, Presidente del Gobierno; Luis Companys, Presidente de la Generalitat; un
buen número de diputados; el Gobierno Vasco en pleno… Todos ellos marcharon al exilio.

En febrero del 39, tomada completamente Cataluña, la República sólo conservaba la llamada zona
Centro (Madrid y la zona levantina, desde Valencia hasta Almería). Aunque Negrín había
regresado a Madrid dispuesto a continuar la guerra con el apoyo de los comunistas (su esperanza
era que estallara una guerra de las democracias occidentales contra Hitler y eso supusiera un
cambio radical en la situación), poco se podía hacer ya. A finales de febrero, Gran Bretaña y
Francia reconocieron al gobierno de Franco; a primeros de marzo, Azaña presentaba en París su
dimisión como Presidente de la República.

A comienzos de marzo, se produjo en Madrid una sublevación contra el gobierno republicano


dirigida por el coronel Casado, jefe de la defensa de la capital. A su juicio, eran los comunistas los
únicos que deseaban continuar la guerra. Y consideraba deseable una negociación con el
enemigo, aunque los términos de la misma nunca estuvieron claros. Se había dejado embaucar
por el espionaje franquista, que quizás le había prometido lo que nunca los nacionales iban a estar
dispuestos a cumplir. Con el apoyo del socialista Julián Besteiro y de una parte de la UGT, creó una
Junta de Defensa para negociar con Franco “una paz honrosa” basada en “la generosidad del
Caudillo. No tuvo ningún efecto.

Las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo sin ninguna resistencia. En los días
siguientes, fue ocupada la franja mediterránea. El 1 de abril, firmó Franco el último parte de
guerra: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas
nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”.

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2. Organización política e intervención internacional en ambas
zonas
Evolución política de la zona republicana

La propaganda de los rebeldes lanzó la idea, para justificar el golpe de estado contra la
República, de que se estaba preparando una revolución comunista que eliminaría la religión y
la propiedad, y convertiría a España en un estado soviético. Pero era una idea sin fundamento.
Había conflictos y el desorden era grande, pero los enfrentamientos eran provocados muchas
veces por los grupos de derecha.

Sí hubo intención revolucionaria después de comenzada la guerra y como respuesta a lo que se


consideró una agresión injustificada. Los anarquistas y parte de la UGT trabajaron para
extender, en el territorio que permaneció en poder de la República, una revolución colectivista
que cambiara la forma de propiedad y destruyera el poder del estado. Pero ni el PSOE ni el PCE
participaron de esta idea; incluso, después, la combatieron duramente.

El elemento más significativo de esta revolución fue el colectivismo:

 En Cataluña, la industria fue colectivizada por un decreto de octubre del 36.


 En Andalucía, Aragón, La Mancha, etc. se colectivizaron numerosas fincas.
 En general, fueron colectivizados servicios esenciales para la guerra como los
transportes, las fábricas de armas, el abastecimiento de alimentos, etc.

Por otra parte, en los primeros meses se desencadenó una reacción popular contra todo lo que
pudiera tener relación con los llamados facciosos (sublevados): ricos, católicos y militantes
derechistas fueron objeto de persecución, casi siempre burlando el control de las autoridades
republicanas. Saqueos, quema de iglesias y conventos, asesinatos… y, sobre todo, incautación
de bienes, que pasaban a ser controlados por partidos o sindicatos.

Al producirse la sublevación, dimitió el gobierno de Casares Quiroga. Le sustituyeron Martínez


Barrio, primero, y José Giral, después, que fue el que tomó las primeras decisiones para que la
República se pudiera defender de la agresión sufrida. Para sustituir al ejército, que en buena
parte se había sublevado, se crearon milicias populares y se disolvió lo que quedaba de la
institución militar.

El golpe supuso la destrucción de buena parte de la estructura administrativa. Para sustituirla,


se crearon comités y juntas que llegaron a organizarse en Consejos Regionales (Asturias,
Aragón, Valencia, Madrid…). Estos nuevos centros de poder estaban formados por
representantes de los partidos y sindicatos obreros. Pero julio y agosto habían sido terribles
para la República. Se vio la necesidad de formar un nuevo gobierno que tomara las riendas de
una situación que se hacía más peligrosa cada día. La persona en la que todos los grupos
estaban de acuerdo era Francisco Largo Caballero, Secretario General de UGT y prestigioso
líder obrero.

En septiembre del 36, se constituyó el nuevo gobierno, con ministros republicanos, socialistas,
comunistas y anarcosindicalistas. Al mismo tiempo, y por el peligro en que estaba Madrid, el
gobierno se trasladó a Valencia. Duró hasta mayo del 37 y constituyó una etapa importante. La
idea era recomponer el Estado eliminando las estructuras paralelas que habían ido apareciendo y
dirigir la guerra con nueva energía creando el Ejército Popular. Pero el gobierno era demasiado
heterogéneo y pronto Largo Caballero tuvo problemas con los comunistas, que le acusaban de

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dirigir la guerra personalmente; y con los anarquistas, que, pese a participar en el gobierno, no
renunciaban a su propia política (seguían con las colectivizaciones y se resistían a integrar sus
unidades en el ejército regular).

El conflicto estalló, de manera dramática, con los acontecimientos de Barcelona de mayo de


1937. En Cataluña, los anarquistas y el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) eran
partidarios de realizar la revolución al mismo tiempo que se intentaba ganar la guerra a los
franquistas. Pero no era de la misma opinión la coalición de republicanos, socialistas y comunistas
que gobernaban la Generalitat, que consideraban preferible concentrar los esfuerzos en la guerra
y dejar los cambios sociales para más adelante. El conflicto se convirtió en lucha armada entre las
fuerzas republicanas cuando el gobierno intentó desalojar a los anarquistas del edificio de
Telefónica, en el que se habían hecho fuertes. Todo terminó con la derrota anarquista y la
disolución del POUM. Pero Largo Caballero salió muy debilitado. Ante la gravedad de la situación,
incluso el sector del PSOE liderado por Indalecio Prieto optó por un acuerdo con los comunistas,
que salieron muy fortalecidos de los llamados “Fets de Maig” (Sucesos de Mayo).

A mediados de mayo del 37, se formó un nuevo gobierno, presidido por el médico socialista Juan
Negrín y con Prieto como Ministro de la Guerra. Era un gobierno formado sólo por los partidos y
del que habían desaparecido UGT y CNT. Negrín se planteó varios objetivos (contenidos en su
programa de los Trece Puntos):

 Concentrar todos los esfuerzos en la resistencia militar; manejaba la idea de que la


situación internacional podían desencadenar una guerra mundial que obligara a italianos
y alemanes a retirar sus tropas de España.

 Buscar, si era posible, una salida negociada a la guerra.

 Asegurar, cuando terminara la guerra, la pervivencia de la República a través de la


convocatoria de elecciones democráticas.

Pero pronto se vio que estos planteamientos no tenían futuro. Ni Franco aceptó la posibilidad de
negociar, ni la política de las potencias democráticas (Francia y Gran Bretaña) era firme contra
Hitler.

A partir de 1938, la vida comenzó a hacerse muy difícil en el territorio republicano. Faltaban
productos de primera necesidad, la situación bélica iba de mal en peor y la gente comenzaba a
estar cansada de tanto sufrimiento inútil. A finales de este año, el programa de Negrín se reducía
a que salieran las tropas extranjeras de España, no se tomaran represalias contra los vencidos y se
instaurara un régimen democrático. Vano intento, pues Franco había hecho saber que “sólo
aceptaría una rendición sin condiciones”.

Evolución política de la zona nacional

Los grupos políticos y políticos que apoyaron el golpe sólo tenían en común el objetivo de
destruir a la República. Pero aceptaron que fuera el ejército el que tomara la iniciativa política
de organizar el estado que surgiera de la guerra.

La primera estructura de gobierno que crearon los nacionales fue la Junta de Defensa
Nacional de Burgos, formada por un grupo de militares (Franco, Mola, Queipo de Llano) y

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presidida por el general sublevado más antiguo, Cabanellas. La Junta prohibió la actuación de
todos los partidos, suspendió la Constitución y paralizó la reforma agraria.

Aunque, como sabemos, fue Mola el organizador del golpe, el jefe “natural” de los rebeldes
era Sanjurjo. Pero Sanjurjo murió el 20 de julio de 1936 en un accidente aéreo cerca de Lisboa.

Y ahí surgió la figura de Franco, un general con prestigio por su participación en la guerra de
África y en la represión de Asturias. El que había sido el general más joven de Europa, con sólo
33 años, consiguió que sus compañeros, sobre todo después de la toma del Alcázar de Toledo,
lo fueran aceptando como el nuevo jefe. También contribuyó a esto el reconocimiento que
obtuvo de Hitler y Mussolini como interlocutor de los sublevados. Finalmente, el 30 de
septiembre de 1936, fue elegido como jefe del alzamiento. El 1 de octubre, fecha que se
convirtió en un símbolo de la España franquista, un decreto lo nombraba “Jefe del Gobierno
del Estado” y “Generalísimo” de los ejércitos. La Junta de Defensa Nacional fue sustituida por
la Junta Técnica del Estado, con sede en Valladolid y Burgos. Franco instaló su cuartel general
en Salamanca.

A fines de 1936, parecía claro que la iba a ser larga. El mando militar estaba unificado, pero se
mantenían las divisiones políticas entre los grupos que apoyaban al bando nacional. Aparte de
la ideología antiliberal, sólo estaban de acuerdo en la fuerte represión que se había desatado
en las zonas ocupadas. Ante la necesidad de organizar el nuevo poder político, Franco publicó,
en abril de 1937, el Decreto de Unificación, por el que se creaba Falange Española
Tradicionalista y de las JONS. Uniendo a falangistas y carlistas, y obligando al resto de los
partidos a que se integraran en él, se creó un partido único. Franco, a partir de ese momento,
sería Jefe del Partido, Jefe del Ejército y Jefe del Estado. Adoptaron como uniforme la camisa
azul de Falange y la gorra roja de los carlistas; el saludo fascista del brazo derecho extendido;
el yugo y las flechas, como símbolo. Las protestas de algunos carlistas (Fal Conde) y falangistas
(Hedilla) contrarios a la unificación fueron acallados con destierros o prisión.

En enero de 1938, se constituyó el primer gobierno de Franco, que concentraba la jefatura del
estado y la presidencia del gobierno. En adelante, se dio la consigna de referirse a él como
“caudillo de España”. A los dos meses de su constitución (marzo de 1938), se aprobó el Fuero
del Trabajo, primera de las Leyes Fundamentales. Inspirada en la Carta del Lavoro del
fascismo italiano, esta ley sentó las bases de la organización corporativa del Estado y del
sindicalismo vertical. Patronos y obreros quedaban encuadrados en la misma organización; las
huelgas y las reivindicaciones colectivas pasaron a considerarse actos subversivos.

Otras leyes importantes fueron:

 Las que buscaban el control de la prensa.

 Las favorables a la Iglesia católica que acababan con la normativa laica de la República:
cementerios, matrimonio y divorcio, obligación del culto religioso en la enseñanza,
subvención al clero, etc.

 La Ley de Responsabilidades Políticas (febrero de 1939) creaba tribunales mixtos


(jueces, militares y miembros de Falange) para juzgar a las personas vinculadas a los
partidos y sindicatos de izquierda. Muchos afiliados al PSOE, a UGT, al PCE, a CNT o a
los partidos republicanos fueron encarcelados o fusilados acusados de “¡rebelión
militar!”.

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La internacionalización del conflicto

La “guerra de España”, nombre con la que se la conoció en el exterior, fue un acontecimiento


de enorme repercusión mundial que dividió a gobiernos, ciudadanos, intelectuales y medios de
comunicación. Y ello porque se consideró un episodio de la lucha que, desde la llegada de
Hitler al poder en enero de 1933, se había entablado entre el fascismo y la democracia, entre
la dictadura y la libertad.

Los demócratas del mundo se pusieron de parte de la República. Pero los gobiernos fueron
más prudentes. En Gran Bretaña, los conservadores vieron con buenos ojos lo que significaba
Franco porque lo consideraron un freno al comunismo. También la mayoría de los grupos
católicos se pusieron de parte de los nacionales. El Papa Pío XI tardó en pronunciarse pero lo
hizo, finalmente, a favor de Franco. La Unión Soviética y los partidos y sindicatos de todo el
mundo se decantaron por la República.

Los intelectuales también estuvieron divididos, pero en general escribieron y hablaron a favor
de la República. Novelas, poemas, artículos, películas, panfletos, fotos… Todos los medios de
expresión se utilizaron para opinar sobre la guerra de España.

Desde el mismo momento del golpe de estado, tanto los sublevados como el gobierno
solicitaron ayuda, política y militar, al exterior. El gobierno de la República solicitó el apoyo de
las democracias occidentales, Francia y Gran Bretaña, y de la URSS. Los agentes de Franco
buscaron el apoyo de Alemania e Italia, regímenes de ideología totalitaria afines a sus
planteamientos. La intervención de unos y otros podía significar una internacionalización del
conflicto. Pero ese temor no influyó en todos de la misma manera.

Portugal, con un régimen fascista liderado por Oliveira Salazar, Alemania e Italia apoyaron
desde el primer momento al ejército sublevado. Su aportación fu fundamental en los primeros
momentos cuando el ejército de Franco estaba en África y necesitaba trasladarse
urgentemente a la península pero carecía de los medios navales necesarios porque la mayor
parte de la flota había permanecido fiel a la República.

Gran Bretaña, que practicaba una política de apaciguamiento con respecto a Hitler, se mostró
partidaria de no intervenir. Francia, vecina de España y con un gobierno de izquierdas, se vio
atrapada entre su preferencia por apoyar a los republicanos y su alianza con Gran Bretaña.
Finalmente, se impuso el criterio británico y se creó el Comité de No-Intervención. Creado en
Londres, en los primeros días de agosto de 1936, y formado por veintisiete países, el Comité
no evitó que los dos bandos recibiesen ayuda exterior. Esta política de considerar la guerra civil
como un “asunto interno” de los españoles fue tremendamente perjudicial para la República,
que se vio privada de comprar en el mercado internacional las armas que necesitaba para
defenderse, no lo olvidemos, de la insurrección de una parte de su propio ejército. Aunque
tuvo ayuda soviética, no llegó ni de lejos a la que recibieron los nacionales de Alemania e Italia.
Muchos historiadores consideran que fue una de las claves de la derrota republicana.

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AYUDA MILTAR EXTRANJERA DURANTE LA GUERRA CIVIL
TROPAS PIEZAS DE TANQUES AVIONES
ARTILLERÍA
ALEMANIA ~ 17.000 ~ 600 120 597
ITALIA 72.775 759
URSS Entre 2.000 y 1.555 1087
6.000

La República compró armas y petróleo donde pudo. Aquí hay que enmarcar la polémica creada
por la decisión de Largo Caballero de utilizar las reservas de oro del Banco de España para pagar
los suministros soviéticos. En el bando nacional se creó el mito del “oro de Moscú”, considerando
que era una traición a la patria. Los soviéticos tuvieron un papel importante en la organización
táctica de la guerra a través de los consejeros militares que enviaron.

Mención aparte en el asunto de los apoyos a la República merecen las Brigadas Internacionales.
Fruto del movimiento de solidaridad antifascista que surgió en todo el mundo, llegaron a España
más de 60.000 brigadistas, que participaron en la defensa de Madrid y en numerosas batallas. En
general, eran militantes de partidos de izquierda de 54 países, aunque una mayoría había sido
reclutada por el Komitern.

Los rebeldes fueron más favorecidos por el apoyo extranjero. La aportación de soldados, aviones y
armas fue más numerosa y más útil desde el punto de vista táctico: en general, llegó lo que Franco
necesitaba y cuando lo necesitaba. Alemania envió su famosa Legión Cóndor, que usó España
como banco de pruebas de sus nuevas armas; y recibió a cambio minerales como el wolframio.
Italia mandó el Corpo di Truppe Volontaire. También lucharon en el bando nacional grupos de
voluntarios de Portugal, Irlanda y otras nacionalidades.

La represión. Las víctimas de la guerra

Aún hoy son discutidas las cifras de las víctimas de la guerra civil, a pesar de que los
historiadores han hecho notables avances en los últimos años. Cuando se habla de víctimas,
debemos tener en cuenta diversos ámbitos: los combates, la represión durante la guerra, las
penalidades de la retaguardia (hambre, enfermedades, bombardeos…); pero también los
encarcelados, los fusilados y los exiliados.

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VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL
G REPUBLICANAS SUBLEVADAS
En combate 85.000 75.000
U Represión durante la 78.000 51.000
E guerra
R Muertos por 149.000 20.000
penalidades
R
A

POST- Represión 40.000 -


GUE- Muertos por 84.000 75.000
penalidades
RRA
TOTAL 436.900 221.000

EXILIO 430.000 -

Durante los primeros meses, hubo persecución indiscriminada, en ambos bandos, de los
enemigos, de todos los que de una u otra forma ofrecían resistencia para la consecución de los
respectivos objetivos. Políticos como Melquíades Álvarez, José Antonio Primo de Rivera o
Ledesma Ramos son víctimas del caos político y del odio de los primeros momentos. Se
hicieron frecuentes los llamados “paseos”: detenciones de personas que eran trasladadas a las
afueras de las ciudades y ejecutadas (citemos dos casos famosos, el de Blas Infante, en
Carmona; y el de Federico García Lorca, en Granada). Mucha repercusión tuvieron igualmente
los asesinatos de presos políticos en la Cárcel Modelo de Madrid o las ejecuciones en
Paracuellos del Jarama.

Pero hay una diferencia fundamental en la represión de ambos bandos:

 El gobierno republicano intentó, en cuanto pudo, poner freno a los asesinatos


incontrolados.

 En el bando nacional, la represión estaba planificada y corría a cargo del ejército y de


las autoridades. Ejecutaron durante y después de la guerra a cuantos dirigentes
republicanos cayeron en sus manos: Lluís Companys, Presidente de la Generalitat; el
socialista Julián Zugazagoitia; el anarquista y ex-ministro Juan Peiró, etc.; también
Julián Besteiro murió, en 1940, en la cárcel de Carmona por falta de cuidados médicos.

Otro aspecto de la represión es el exilio:

 Durante la guerra, millares de familias republicanas tuvieron que abandonar sus casas
ante el avance de las tropas rebeldes. Estos refugiados se instalaron, sobre todo, en
Levante y Cataluña. La población del norte, aislada del resto de España, sólo pudo huir
por mar. Cerca de 13.000 niños embarcaron hacia Europa, Rusia o América: son los
llamados “niños de la guerra”, algunos de los cuales viven todavía.

 Hacia el final de la guerra, miles de personas (soldados en retirada, familias enteras,


huérfanos) se concentraron en Cataluña. Entre el 27 de enero y el 3 de febrero de

Antonio Calero. IES “Puerto de la Torre”. 2º Bachillerato. Historia. Tema 8_V16-17. Pág. 11 de 12
1939, cruzaron la frontera de Francia alrededor de un millón de personas. Gran parte
de ellos fueron recluidos en campos de concentración improvisados. En pocos meses,
casi la mitad de ellos volvió a España. El resto comenzó un largo exilio. 30.000 soldados
republicanos se enrolaron en el ejército francés y lucharon contra Hitler en la II Guerra
Mundial. 16.000 murieron en los campos de exterminio alemanes.

Un grupo importante de exiliados consiguió embarcar hacia América Latina, entre ellos
numerosos políticos e intelectuales. En México, se constituyó un gobierno republicano en el
exilio que no tendría más que un valor testimonial.

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