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Solucionario

de las actividades didácticas


Unidad 1. Introducción a la literatura
1.1
Lee los dos textos siguientes y responde a las preguntas que se formulan a continuación:

Oda a la tristeza

TRISTEZA, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
Aquí no entras.
No pasas.
Ándate.
Vuelve
al Sur con tu paraguas,
vuelve
al Norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victorias.
No puedes.
Aquí no entras.
Sacude
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu manto,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.
PABLO NERUDA: Odas elementales, Cátedra.

La depresión es un estado de ánimo triste, deprimido, de mal humor, con inhibición del curso del
pensamiento, débil voluntad e incapacidad de decisión. Es una manifestación normal cuando hay
causas exteriores que la explican. Sin una base normal suficiente y en grado intenso, se presenta
en diversas enfermedades mentales. […]

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Hay en la tristeza un sentimiento de opresión y de vacío. Lersch destaca la oscuridad interior de
la tristeza, que contrapone a la luminosidad que se experimenta en la vivencia de alegría. Se ha
descrito la tristeza como abatimiento, vacío en la vida, inclinación a la noche y a la muerte. Se
refieren todas estas descripciones a la no consecución de la aspiración a hallar un sentido en el
mundo, un sentido en el que pueda apoyarse la existencia y obtener su plenitud.
FRIEDRICH DROSCH: Diccionario de Psicología, Herder.

a) Compara el contenido de ambos textos e indica sus semejanzas.


Tienen en común el tema, la tristeza. Coinciden en algunos aspectos, como al de asociar lo oscuro y lo
nocturno a la tristeza y lo luminoso y diurno a la alegría.
b) Indica qué tipo de texto es cada uno y cuál es la función del lenguaje que predomina. Justifi-
ca tu respuesta.
El texto A es literario; el B es un texto científico expositivo. En A predomina la función poética o esté-
tica, mientras que en B aparece la función referencial o informativa.
c) Analiza el lenguaje del primer texto: ¿qué técnicas, recursos retóricos, asociaciones inesperadas,
etc., destacan en él? Consulta en el apéndice del libro los recursos expresivos y anota aquellos que
aparezcan en el texto que consideres más significativos.
En el primer texto predominan la metáfora (tristeza, escarabajo / de siete patas rotas, / huevo de tela-
raña / rata descalabrada / esqueleto de perra…; sacude / tus alas de murciélago / yo pisaré las plumas /
que caen de tu manto…); la enumeración (Por las ventanas / entra el aire del mundo, / las rojas rosas
nuevas, / las banderas bordadas / del pueblo y sus victorias…); y, por último, la personificación (Aquí no
entras. / No pasas. / Ándate. / Vuelve / al Sur con tu paraguas…). Hay también una anáfora del pronom-
bre yo.
1.2
Lee los siguientes textos, señala los recursos expresivos que se utilizan y escribe su nombre.
Es posible que en algunos ejemplos aparezca más de uno.

Y pues amas reír, ríe, y la brisa Vaya la rosa con su olor a cuestas,
lleve el son de los líricos cristales el recuerdo, conmigo, y yo con nadie.
de tu reír, y haga temblar la risa ANTONIO GALA
la barba de los Términos joviales. Hipérbaton, elipsis
RUBÉN DARÍO
Personificación, aliteración, metáfora, epíteto

¿En esto había de parar mi gloria? Verde que te quiero verde,


¿Mi fin ha de ser este? verde viento, verdes ramas.
¿Y falsías, y guerra, y hambre, y peste, FEDERICO GARCÍA LORCA
los postrimeros fastos de mi historia? Epanadiplosis, anadiplosis
GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS
Interrogación retórica, polisíndeton

Del salón en el ángulo oscuro, Sueña el que a medrar empieza,


de su dueña tal vez olvidada, sueña el que afana y pretende,
silenciosa y cubierta de polvo, sueña el que agravia y ofende.
veíase el arpa. PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER Paralelismo, anáfora
Hipérbaton

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Más desperté del dulce desconcierto; Hacen falta unos brazos seguros como el viento,
y vi que estuve vivo con la muerte, y como el mar un beso.
y vi que con la vida estaba muerto. LUIS CERNUDA
FRANCISCO DE QUEVEDO Símil o comparación, elipsis
Paradoja, paralelismo

Uco, uco, uco, uco. …que tenemos que hablar de muchas cosas,
Abejaruco. compañero del alma, compañero.
FEDERICO GARCÍA LORCA MIGUEL HERNÁNDEZ
Onomatopeya, epíteto Apóstrofe, epanadiplosis

Acude, corre, vuela, No perdono a la muerte enamorada,


traspasa la alta sierra, ocupa el llano. no perdono a la vida desatenta,
FRAY LUIS DE LEÓN no perdono a la tierra ni a la nada.
Asíndeton MIGUEL HERNÁNDEZ
Paralelismo, personificación, anáfora

En la Libia calor, hielo en Noruega. Cual queda el blanco cisne


FÉLIX LOPE DE VEGA cuando pierde
Antítesis, elipsis, quiasmo la dulce vida entre la hierba verde.
GARCILASO DE LA VEGA
Comparación, quiasmo, aliteración

Brillante muchacho el tal Fernando VII. Oh mi voz condecorada


Creo que lleva fusilada a media España. con la insignia marinera:
ARTURO PÉREZ REVERTE sobre el corazón un ancla,
Ironía, hipérbole, personificación y sobre el ancla una estrella,
y sobre la estrella el viento,
y sobre el viento la vela!
RAFAEL ALBERTI
Concatenación, paralelismo, elipsis, anáfora

La música callada, la soledad sonora. Cruzados hacen cruzados,


FRAY LUIS DE LEÓN escudos pintan escudos,
Oxímoron y tahúres muy desnudos
con dados ganan condados;
ducados dejan ducados,
y coronas majestad,
¡verdad!
LUIS DE GÓNGORA
Calambur, elipsis, dilogía

Diamantes que fueron antes Era del año la estación florida.


de amantes de su mujer. LUIS DE GÓNGORA
CONDE DE VILLAMEDIANA Hipérbaton, perífrasis
Calambur

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1.3
Analiza la métrica de los siguientes fragmentos poéticos. Indica el número de sílabas de cada
verso, el esquema métrico (con las letras correspondientes), el tipo de estrofa al que pertenece y
el tipo de rima.

Voy a cerrar los ojos en voz baja,


voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja.
MARIO BENEDETTI
Terceto de versos endecasílabos. Riman los impares en consonante y queda suelto el verso par.

Apurar, cielos, pretendo


ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor;
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
Décima. Sigue el esquema tradicional: abbaaccddc. Versos octosílabos. Rima consonante.

Érase en una tierra un hombre labrador


que usaba de la reja más que de otra labor;
más amaba la tierra que no a su Criador,
y de muchas maneras era revolvedor.
GONZALO DE BERCEO
Cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo (7 + [6+1]). Cuatro versos alejandrinos monorrimos. Rima conso-
nante.

Gozo de gozos: el alma en la piel,


ante los dos el jardín inmortal,
el paraíso que es ella con él
óptimo el árbol sin sombra de mal.
JORGE GUILLÉN
Serventesio. Versos endecasílabos (10 + 1). Esquema métrico: ABAB. Rima consonante.

Me duele este niño hambriento


como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
MIGUEL HERNÁNDEZ
Cuarteta. Versos octosílabos. Esquema métrico: abab. Rima consonante.

Ten lástima, Galatea;


lástima ten de mis ansias,

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que cada vez que me miras
con tus ojuelos me abrasas.
MELÉNDEZ VALDÉS
Copla. Versos octosílabos. Esquema métrico: -a-a. Rima asonante.
1.4
Lee los tres textos que reproducimos a continuación y analiza en cada uno de ellos los si-
guientes aspectos:
a) Indica si están en prosa o en verso (y, en este caso, analiza la métrica en general).
El primero, en verso. Endecasílabos (arte mayor), rima consonante ABCBAC. Los otros dos, en prosa.
b) Identifica a qué género y subgénero literario corresponde. Justifícalo teniendo en cuenta las ca-
racterísticas explicadas en esta unidad.
El primer fragmento forma parte de la Égloga Primera de Garcilaso de la Vega. En este fragmento, dos
pastores, en un ambiente bucólico, hablan de amores. El segundo es un fragmento de una obra dramá-
tica, concretamente de una comedia. La ambientación es realista, el tema es ligero y su intención es lú-
dica. El tercero es en prosa. Es un texto narrativo, un cuento. Es breve, su finalidad es entretener.

El dulce lamentar de dos pastores,


Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando.
GARCILASO DE LA VEGA

CLOTILDE. ¿Y tu padre, que hace veintiún años, el día doce de enero de mil novecientos diecinueve, a
las cinco y tres cuartos de la tarde, nos anunció a todos los que estábamos merendando en la terra-
za: «Voy a acostarme para no levantarme ya más», y que, desde entonces, está metido en la cama?
MARIANA. Lo de papá siempre he oído decir que fue un desengaño amoroso, y que tú, que enton-
ces acababas de llegar de Francia, no eras ajena al asunto, por cierto.
CLOTILDE. ¿Y lo he negado yo alguna vez? Efectivamente: media hora antes de aquello, en el jardín,
acababa de desengañarle en redondo; pero ni yo podía presumir que al conocer mi fallo se iba él
a acostar de un modo vitalicio, ni ningún amante desdeñado suele abrazarse a la almohada con
esa tenacidad. Escriben rimas, como Bécquer; o se atizan un tiro, como Larra; o se casan con una
muchacha de Zamora, que es lo más frecuente. Pero para hacer lo que hizo y sigue haciendo tu
padre, desengáñate, Mariana, para eso hay que estar un poco… (Hace un ademán de guilladura.),
un poco aturdido.
MARIANA. ¿Y no puedo salir a mamá? No sé casi nada de ella, pero no he oído decir que cometie-
se nunca ningún disparate.
CLOTILDE. Se casó con tu padre, que ya estuvo bien.
ENRIQUE JARDIEL PONCELA: Eloísa está debajo de un almendro, Espasa-Calpe.

El cacique Huantepeque asesinó a su hermano en la selva, lo quemó y guardó sus cenizas calien-
tes en una vasija. Los dioses mayas le presagiaron que su hermano saldría de la tumba a vengarse
y el fratricida, temeroso, abrió dos años después el recipiente para asegurarse de que los restos es-
taban allí. Un fuerte viento levantó las cenizas cegándole los ojos para siempre.
ÓSCAR ACOSTA: «El vengador», en Antología de cuentos e historias mínimas, Austral.

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