Llegada Del Hombre A La Luna
Llegada Del Hombre A La Luna
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Los
astronautas del Programa Apolo filmaron algunas de las imágenes más icónicas de la historia del
cine, en opinión del director de cine Todd Douglas.
Ocho años después, la Nasa cumplió ese designio: el 20 de julio de 1969, Neil
Armstrong y Buzz Aldrin descendieron a la superficie lunar desde el
módulo Eagle, mientras Michael Collins los aguardó en el módulo de comando en
la órbita del satélite.
Para Todd Douglas, director del documental Apollo 11, que estrena el 16 de julio,
en esencia, “fue necesaria toda la conciencia colectiva del mundo para lograr
esto”. Pero, según César Ocampo, exdirector de Colciencias, la ciencia podía
resolver las trayectorias y otros asuntos técnicos, y “los mayores obstáculos fueron
políticos”.
Poppy Northcutt, quien calculó las trayectorias para el regreso del Apolo 8,
coincide con él y piensa que el mayor desafío tuvo que ver con el factor
humano: “Integrar 400.000 personas para que desarrollaran diferentes aspectos
de la misión, sin perder el enfoque en el objetivo común y trabajar en equipo”, dijo
a SEMANA.
David Bowie saltó a la fama en 1969 con Space Oddity, una canción sobre un
astronauta que pierde contacto con la Tierra; en 1973, Pink Floyd lanzó su
álbum The Dark Side of the Moon (El lado oscuro de la Luna), hoy considerado
una obra seminal en la historia del rock. Un año antes de la llegada del Apolo 11 a
la Luna, Stanley Kubrick estrenó 2001: odisea del espacio, su trabajo cumbre, y
series de televisión como Perdidos en el espacio y Mi marciano favorito recurrieron
a la temática espacial para cautivar audiencia.
Pero para otros, el más grande legado de ese momento no radica en la tecnología,
sino en el viaje en sí, pues recuerda el instinto de los seres humanos
por descubrir y conocer allende sus fronteras.
La foto que tomó William Anders en 1968 a bordo del Apolo 8 se convirtió en un ícono.
Casi todos los que han tenido el privilegio de ver la Tierra desde el espacio han
vivido esa experiencia, conocida como el efecto pantallazo. Según ellos, ante esa
poderosa vista, las lágrimas afloran y los nacionalismos se evaporan. De
acuerdo con el astronauta ruso Yuri Artyushkin, “no importa en qué mar o lago se
vea polución, o en qué país un bosque prende fuego, o en qué continente hay un
huracán, uno está viendo una sola Tierra”.
El impacto
El programa lunar cerró tras la llegada del Apolo 17 a la Luna y el entusiasmo por
el satélite natural se desvaneció. Pero hoy hay un renacer en el interés por estas
misiones (ver más abajo).
La Nasa planea regresar al astro en 2024 y tiene en mente llegar al planeta rojo
con una misión tripulada pronto.
Una generación empezó a sentir que los sueños, por imposibles que parecieran, eran realizables.
Donald Trump lo dijo en su discurso del 4 de julio: “Vamos a ir otra vez a la Luna
pronto, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte”. Y es que la
Nasa quiere recuperar la iniciativa espacial a toda costa. No solo planea regresar
al astro en 2024, sino que tiene en mente llegar al planeta rojo con una misión
tripulada pronto.
No son los únicos. En enero, los chinos lograron un hito al aterrizar por primera
vez una sonda no tripulada en su lado oscuro. Allí trabajan para montar una base
de abastecimiento y reparación de cohetes, y realizan pruebas para luego planear
su viaje a Marte. Rusia, en ese mismo sentido, tiene pensado realizar una
misión tripulada a la Luna en 2030.
A ellos se les suman empresarios privados, como Elon Musk y Jeff Bezos, que
quieren apostarle al turismo espacial y a llevar las primeras naves privadas a
la superficie lunar. Ya tienen sus primeros cohetes y ahora trabajan en modelos
para bajar el costo de los lanzamientos y hacerlos rentables. Todo indica que,
aunque es menos espectacular y mediática que hace 50 años, la carrera espacial
regresó para quedarse.
Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin: la tripulación del apolo 11. Los dos
primeros pisaron el suelo lunar.
Thomas Kelly: diseñó el Eagle, el módulo lunar que transportó a los tres
astronautas.
George Low: asumió la gerencia del proyecto después de la fallida misión del
Apolo 1. Verificó la seguridad y la calidad de los procesos para que la misión
tuviera éxito.
Para la misión Apolo era crucial tener computadores livianos, rápidos y eficientes.
Esto impulsó a la industria a desarrollar procesadores más pequeños. Ese hecho
afectó casi todas las áreas de la vida: las comunicaciones, la manufactura, el
transporte y la salud.
Cohetes
Aunque el Saturno V sigue siendo el más poderoso construido hasta hoy, el sueño
de crear cohetes más eficientes y menos costosos continúa. Mientras el
lanzamiento de una misión Apolo costaba 185 millones, el Falcon Heavy, de Elon
Musk, cuesta 90 millones gracias a que es reusable.
Redes de comunicación
La Nasa construyó una red conocida como Deep Space Network para
comunicarse con sus misiones. Este sistema permite hoy comunicación con los
satélites y monitorea los polos y las señales de radio. GPS: la facilidad de los
navegadores digitales que dan la posición correcta proviene de la exploración
espacial.