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LLAMADAS

Jimena Eme Vázquez

Suena en el audio del teatro la segunda llamada. También suena el teléfono de


Mariana. Ella contesta.

MARIANA: Estoy en el teatro, ya lo iba a apagar. No, no me puedo salir, me formé


desde temprano… ¿Estás llorando? Dime rápido. Sí puedes. Te vi en la mañana,
¿no puede esperar? Toda la semana me tuviste como tu idiota dejándome en visto
y ahora resulta que te urge hablar conmigo en el único puto minuto que tengo
ocupado. Sí, pues sí estoy enojada. Ah, tú también. ¿Qué te hice ahora o qué?
¿Contigo? Mira, bonita, deja de llorar y dime por qué te enojaste contigo. Pero
córrele. Respira. Muy bien. Ahora sí. A ver, dime qué pasó. El lunes, sí. Una fiesta.
Ah, por eso no me contestabas. No, no estoy enojada, solamente estoy atando
cabos. ¿Quién hace una fiesta en lunes? Después de la función. No me dijiste que
ibas a ir. No, no importa, sigue, ¿A dónde fueron? ¿Y es bonito? La Narvarte,
claro. Sí, todos viven en… Sigue. “Se hizo tarde”. (Silencio profundo) ¿Por qué no
me dijiste en la mañana? Sí, pero yo qué culpa tengo de que te llegue tarde el
remordimiento, no mames. Pero estamos bien. O sea, a mí no me importa… o
sea, sí me importa, pero si tú me quieres… Sí. Claro. Hablamos cuando salga.
Todo bien. Te llamo. Chao.

Dan tercera llamada. Mariana rompe en llanto.


TRATADO SOBRE ASTRONOMÍA

Jimena Eme Vázquez

Muerde un chile habanero*.

El planeta Tierra se tarda 365 días y seis horas en darle una vuelta al sol. Es decir,
mientras le da la vuelta, gira sobre sí misma 365 veces y todavía se echa ¼ de
girito más. Por eso los años bisiestos, porque se juntan cuatro rondas de esos
cuartos de giritos extra y se forma un entero. Y así ocurrirá hasta que el Sol tenga
una crisis de hidrógeno, se convierta en una gigante roja y absorba a la Tierra. En
fin. Cada que el planeta pasa por la zona que nosotros conocemos como agosto,
hay lluvia de estrellas. Las lluvias de estrellas se deben a los cometas: éstos dejan
basura estelar a su paso y esa basura queda suspendida en el espacio, de modo
que cuando el planeta atraviesa esa zona, se meten a su atmósfera los residuos y
se queman. Por eso las lluvias de estrellas ocurren en determinados momentos
del año, porque la basura ahí está y el planeta pasa. Y así ocurrirá hasta que el
Sol tenga una crisis de hidrógeno, se convierta en una gigante roja y absorba a la
Tierra. Me gusta penar en estas cosas cuando me aqueja un sufrimiento
importante: porque sirve para recordar que todo es pasajero. Los cometas, los
planetas, el Sol y el universo mismo. Nada dura para siempre, aunque parezca
que sí.

*También puede ser una cebolla, pero es menos divertido.


MAREA ROJA

por Gabriela Román Fuentes

AAAAAH. Un terrible dolor me despierta. AAAH. Grito como loca y nadie viene a
ayudarme. Mamaíta, papaíto, me muero. En la panza tengo un comal. Me voy a
desmayar. ¡Papaíto! Intento levantarme. Ay, madre mía. Tengo lumbre en la panza.
¡MAMA!. Se me están saliendo las tripas. Escurren por mis piernas. No se salgan.
¡AH! Mis manos se mojan con algo pegajoso. Entra mamá. ¡HIJA! Papá enciende
la luz, me ven toda ensangrentada. Bueno, tres hilitos de sangre que corren por
mis piernas. ¿Qué pasa? dice padre. Es… es… A mamá se le atoran las palabras.
Es la vida que brota de ti. ¿Me voy a morir? Mamá me abraza y llora. Papá no
sabe qué hacer. Sí, me voy a morir. Trato de ser fuerte (Llora.) Me voy a morir.
No, mi niña. Aunque ya debería llamarte… Madre calla y embarra de mocos mi
espalda. Miro a papá pidiendo auxilio, pero sólo se encoge de hombros y sale.
Madre me toma de los hombros. Siempre que va a decir algo terrible lo hace. Hija,
eso es menstruación y quiere decir que serás una hermosa madre. ¡Madre! Pero
si yo no quiero… Apenas puedo con mi vida y ya me quieren madre. Te va a pasar
todos los meses. ¡¿Desangrarme y dolores terribles?! Que alguien me ayude. No
entiendo nada. Mamá va a salir de mi cuarto y antes de irse me da 50 pesos. Para
que compres cosas. ¿Cosas? Los chunches. ¿Chunches? Cierra la puerta. Me
dejan sola, ensangrentada y con 50 pesos en la mano.
SER JOVEN

por Gabriela Román Fuentes

Me requete emputa que me digan: “estás chavo”. Como si eso definiera el mundo.
Ser joven es de lo peor. Un “Estás chavo” y TRAZ, descalifican todos argumentos,
echan por tierra todas tus metas. Ser chavo es ser un pendejo. Según los adultos.
Alguien que no sabe nada. Un ingenuo, un bueno para nada, con muchas ganas
de hacer cosas, pero sin la más mínima idea de qué va la vida. Cuidadito y
pienses cambiar el mundo. Qué digo el mundo, un pinche ápice de este jodido
planeta, porque de inmediato entras a la casilla del soñador revolucionario. O sea,
un pendejo. Pero si eres un pesimista que apenas si puede levantarse cada
mañana y odia a la Humanidad entera, de Emo no te bajan. Pinche chavo sin
sueños ni futuro. Generación de desperdicio, porque “Ser joven y no ser
revolucionario es una contradicción hasta biológica.” ¡Ah, chingá! ¿Quién los
entiende? Ser adulto es pura contradicción. Aunque la contradicción esté
reservado para ellos. Uno tiene que tener claros sus objetivos: o eres
revolucionario o un nihilista; emo o rockero; drogadicto o estudioso. ¿Qué si quiero
ser todo a la vez? Para los jóvenes no existen los problemas. Según los adultos.
Como si el hecho de ser joven ya te asegurara el triunfo. ¡Es tan joven! Tiene la
vida por delante. Sí, una vida por delante para cagarla y seguirla cagando. Una y
otra vez. Nada más. (Lanza un grito desesperado. Tras una pausa, se tranquiliza).
Anoche tuve un sueño: soñé que me veían por lo que soy, no por la edad que
tengo.
BUENOS AIRES

por Gabriela Román Fuentes

1:30 a.m. Estoy sola, en la calle de una ciudad desconocida. Temo. Temo por mi
vida. Temo por mi “integridad sexual”. Temo por mi cartera. Camino hacia donde
creo que encontraré el colectivo. Me tranquilizo un poco al ver a muchas familias,
niños caminando por las calles. Como si fuera mediodía. Che, es Buenos Aires.
Relajate. Pero la esquina está muy sola. Los pocos que esperan, pronto toman el
autobús y me dejan en la misma soledad que asusta. Busco la luz del farol para de
menos ser visible. Por si algo pasa. Me siento un poco ridícula con mis miedos,
pero no puedo dejar de tener miedo. Disimula. Cualquier intento mío debe ser
igual de ridículo. Debo tener el miedo tan inscrito en el cuerpo que cualquiera
podría adivinar mi temor. Pero soy actriz. O al menos eso intento. Actúa. Mi
actuación no me convence. Y me odio un poco por temer. Y odio un mucho vivir en
una ciudad que me ha obligado a vivir acechante. A ser cautelosa. A ver peligro en
casi cada rostro masculino que encuentro en la noche. ¿En qué momento nos
convertimos en enemigos? En las noches, he aprendido a camuflagearme con el
entorno. No sobresalir, ser una con el decorado. Como un mecanismo de
supervivencia: que ningún hombre te note. O la otra opción: caminar bien vergas,
para que nadie lea en ti VÍCTIMA. Pongo la peor cara que puedo, una cara de
alguien bien vergas. Y espero el bondi. Y me odio un poco. Y me odio por odiarme.

Colectivo, bondi: Igual a camión, micro, autobús.


Monólogo del seminarista

Diego Cristian Saldaña

Antier, cuando era niño, dije la palabra Dios y la palabra vagina en una misma
oración. Fui reprendido. Pensé en no repetir mi error, pero algo me perturbaba, y
eso me enamoró. Lo que pasa adentro de Dios es el misterio. Cuando comulgas
con Dios tienes el poder de dar vida. El falo sólo es poderoso a través de la
vagina.

Tengo que contener el aliento. Las plantas carnívoras roen mis oraciones. No
debería pensar esto. Debería besar a Dios. No debería besar a Dios. Soy un
hombre atacado por sus sueños. Hablar en las calles del tema me conduciría a la
horca. Entrar en Dios me conduciría a la horca.

Tengo miedo de que ellas se enteren. Ante Dios sólo se puede ser impotente.
Porque él siente nueve veces más, vive nueve veces más, sabe nueve veces más.
No puedo comulgar pensando estas cosas. Soy impuro porque le tengo miedo a
Dios. Sansón no le tuvo miedo. A Sansón le cortaron sus siete trenzas. Dalila le
cortó sus siete trenzas y perdió la castidad.

Yo no sé dónde radica el hastío, pero sé que no debería de externar estos


pensamientos. Caiga sobre mí la vergüenza silenciosa y personal de adorar y
temer una herida. El falo solo es poderoso a través de la vagina.
SISMO

Tania Y. Mayrén

Su abrazo hace crujir los huesos, ella, la preciosa ella, que con su grito de madre
sobresalta la tierra. No se puede hacer nada. Ya no. Entonces, empezamos a
correr y mientras corremos también lloramos, lloramos porque sabemos que
estuvo feo lo que pasó. Es como una imagen de película palomera pero hecha en
México. Somos mexicanos. Mexicanos al grito de “alerta sísmica”. Todo colapsó.
Sin señal de nada. Helicópteros, un radio y al fin, señal, me llega una fotografía:
Es tu casa, tu maldita casa, la casa donde nos construimos el amor: destruída. Tu
cortina de baño, roja, sucia, llena de moho, ahora sin pudor hondea en un fierro
retorcido expuesto a la intemperie. Restos de nuestra historia en una foto que
logra llegarme por whats app, después de más de un año de no saber nada de ti.
Correr aún más y no saber para qué. Agarrar camino y buscarte errante.
La ciudad me recuerda al árbol de navidad que con tanto esmero puse y acabó
tirando al suelo el novio borracho de mi mamá. Edificios, esferas rotas de espejo y
vidrios, alambres troncos, cables luz, estructuras perfectibles, gritos incendios,
silencios.
No te encuentro, no paro de buscarte, no paro de correr; ofrendo mis rodillas al
piso en un tropiezo y tropiezo con tu madre, ella me recuerda, me acaricia la cara
lodosa de tierra, cemento y sal y me dice que todo va a estar bien, nos dice, nos
bendice, a todos, en trance, y reza.
No sé de qué dependa… No sé… que te caiga un rayo, que te caiga una fortuna,
un edificio, el sida: ¡es la misma mierda!
¡Tus gatos! ¿Qué habrá pasado con tus gatos?
Basura de Sangre
Tania Y. Mayrén

La basura se divide y clasifica de la siguiente manera:


Basura orgánica: restos animales, hojas, huesos, cáscaras de frutas, ramas,
heces, pestañas que se caen de tanto llorar por alguien que sólo/ Basura
inorgánica: plásticos, polímeros, poliéster, poliuretano, materiales sintéticos, ositos
de peluche con corazón no reciclable. Basura sanitaria: papel higiénico, pañales,
pañuelos, toallas sanitarias, más toallas sanitarias, ciclos irregulares, papeles con
secretos y silencios, papeles con sangre. Basura electrónica: iPhones, iPads,
webcams, bippers, laptops, walkman, televisiones, dvd, blu-ray, cables plug,
HDMI, MDMA, tamagochi, todos los mensajes de texto que te mandé antes de
mandarte a la chingada. Deshechos peligrosos: Tú. Basura domiciliaria:
fotografías de nuestras vacaciones. Basura hospitalaria: los fetos que jamás
fueron hijos. Basura urbana: colillas, papeles, el vaso de unicel de tu puto café.
Comercial: tu coca-cola, tu tutsi-pop. Basura de escuelas: niñas y niños
deshechables (hay que ser incluyentes). Basura de oficinas: humanes
reemplazables. Bancos de humanes. Basura espacial. CO2. Residuos
radioactivos. Basura de sangre. Basura humana. Pensamientos tóxicos. Amores
no biodegradables.

Fragmento de Basura de Sangre o el destino del desecho.


Dramaturgas y dramaturgo:

Jimena Eme Vázquez

Ciudad de México, 1991. Estudió Literatura dramática y Teatro en la UNAM. Ha sido seleccionada en tres
ocasiones para el Festival de la Joven Dramaturgia de Querétaro. Ganó el Premio de Dramaturgia Joven
Vicente Leñero con Antes y mención de honor en el Cuarto Premio Independiente de Joven Dramaturgia con
Aquello que parecemos. Sus textos formaron parte de los Cuentos Antinavideños del Teatro la Capilla en las
ediciones de 2015 y 2017. Es autora de Hambre, No queda más remedio que explotar, Piel de mariposa y Me
sale bien estar triste, entre otras.

Tania Yabel Mayrén Degollado

Licenciada en Literatura Dramática y Teatro (CLDyT), UNAM. Fundó la Cía. T3Y, donde es actriz, autora y
directora de Anna, obra que realizó una gira por Latinoamérica y fue nominada como Mejor Monólogo
Femenino 2015, ACTP. Hedda, presente el la Muestra de Teatro de la CDMX 2018. Vanessa (2018) de la cual
es autora e intérprete, bajo la dirección de Germán Castillo. Basura de Sangre o El destino del desecho, pieza
escénica de su autoría, fue seleccionada para su escenificación en el 3º Festival de Nueva Dramaturgia en
Guadalajara, Jalisco y su texto White Tlasoli (basura blanca) fue seleccionado para su escenificación en el 17º
Festival de la Joven Dramaturgia en Querétaro y en el Programa Nacional de Teatro Escolar 2019- 2020. Es
profesora de Fundamentos de Actuación y Fundamentos de Dirección (CLDyT); colaboró en el programa del
DIF "Niños Talento” durante diez años y fue ayudante del Prof. Fidel Monroy en Fundamentos de Dirección 1 y
2 (CLDyT) UNAM.

Gabriela Román Fuentes

Dramaturga, directora, actriz y traductora. Estudió Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. Sus textos se
han presentado y editado en México, España y Argentina. Ha dirigido varios de sus textos, destacando Umbra,
en coproducción con la Coordinación Nacional de Teatro del INBA (El Granero, El Galeón). Ha sido becaria
Jóvenes Creadores del FONCA en dos ocasiones, y del PECDA Morelos. Finalista del Premio Mancebo del
Castillo 2016 por Iridiscentes; y del XVIII Premio Internacional ASSITEJ-España de teatro para la Juventud por
Cósmica, obra ganadora del Programa Nacional de Teatro Escolar (PNTE) en Durango y Puebla. Su obra
Coctel Molotov fue seleccionada en la Convocatoria de Teatro para adolescentes La Capilla. Mención de
honor del Premio Bellas Artes de Obra para Niños 2010 por Golondrinas, obra seleccionada para el PNTE en
Sonora. Ha participado en varias residencias artísticas en Canadá y Argentina. Actualmente, se prepara en
Brasil el montaje de su obra Quetzalli, traducida al portugués.

Diego Cristian Saldaña

Maestro en Performance Studies. Licenciado en Literatura Dramática y Teatro. Estudió guitarra clásica y
creación literaria. Ha grabado cuatro discos de jazz, funk y rock experimental. Ha publicado cuento y poesía
en diferentes revistas nacionales e internacionales, entre las que destacan Punto en Línea, Revista
Guaraguao y Revista Interim. Su trabajo de música y literatura “Soundtrack Invisible” fue presentado en 2011
en el MUAC. Sus obras para teatro han sido presentadas en la MNT, ENARTES, Semana de la Dramaturgia y
el Festival de la Jóven Dramaturgia; sus obras site specific en bares clandestinos, auditorios okupas y table
dances. En 2016 realizó el videoclip “El Objeto Sujeto”, seleccionado para el Bobst Film Festival y el Nexst
Festival de Performance de Torino. En 2016 su pieza “Disenso” fue seleccionada para cerrar el V Festival de
Poesía Latinoamericana de la Ciudad de Nueva York.

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