Linton, R. (1945) - La Cultura en La Formación Personalidad. en - Cultura y Personalidad
Linton, R. (1945) - La Cultura en La Formación Personalidad. en - Cultura y Personalidad
\LIDAD
cito este hecho, y m uchas lo explican de alguna forma básico de personalidad o, en las socied ades estratifica-
p ues hasta hace p oco tiempo la nuestra basaba la suy: das, sus diversas personalidades de statu s?
en los factores biológicos. Las diferencias en el tipo Ya se ha visto que la personalidad es fundamental-
básico de l a personalidad se h an a tribuído a algún mente una configuración de respuestas que el individuo
vínculo existente entre la raza y la person a lida d, y las h a c reado co mo resulta d o de su experiencia , pero ésta ,
diferencias de la personalida d del status social a la a 2u vez, proviene de la a cción recíp roca con su med io
herencia o a los fac tores sexu ales, como e n el caso de ambie nte, y las cu a lidades inna tas del individuo influí-
los status masculino y femenino . Los norteamer icanos rán vigorosamen te sobre el ti po de experiencia que '\
no está n muy acostumbrados a l a primera explicación obtie ne de es ta acción recíproca . P or consiguiente , u n:i~
puesto que una de sus p au tas c ul turales consiste e Il l· º •' df:' terminada si tu ación a mbiental da r á como rernltado
norar la existencia de l a person alida d del status social experie ncias to talmente diferentes en un n iño fu erte y
con excepción
. de la l ia
o ada a l <=exo
~ · , p e 1- 0 a que'11 a es'
en otro d ébil , o en un niño i ntd igente y en o tro tonto.
parle integrante de l a cultura e uropea • LO::,- cuentos S in emb a rg o, tamb ién es eviden te q ue do5 niño5 de ig ua l
populares, herencia de los días en q ue l a sociedad en- inteligencia o vigor pu eden obtener exp e riencia5 abso-
contrábase rígidamen te estra tifica da , abund a n en rnc1-
. . lu t::i.men te dis tintas de situaciones di fe ren tes. Si uno
d~nte~ tales ~orno el d~l n iño de abo lengo c riado p or de ellos es el más b ri llan te de su fa milia y el otro el
p,tcli e::i adopt1rns de ha.ia clase a l q ue in m e di a tamente m:ís ton to de l a suy a, tanto su s expe riencias como las
reconocen su -- verdaderos pari entes p o r s u p errnnalid:id configu rac iones d e r esp uestas resu ltantes ~e rá n po r
noble. Esta., explicaciones de o r den biológ ico consti- completo d istin tas . E n otras p alabras, aunque bs cu:i-
LU} en un buen e1·em 10 d 1 . li dades inn a ta s d el ind ividu o infl u yan sobre el desarro-
.. l' e tipo de ·'conoc im ien tos··
l1a:: . rrnudos por la lL llo de b personal idnd, e l tipo de infl uenc ia que ejercen
, cu ur..1 que se c.s tudia ron en el ca-
pitu 1o a nterior. Duiam ·h . . e.;Lu-i en grnn p a rte condicio nado por l os f actL1 rt' S am -
_ e mut lb genernc1orw-, 1mp e 1 .1 -
1 onen nuesLrn -'-ütu~dad , !, lmstn l1atc muy p uco ricmpo .bientu lr :;. Lo q ue ahor::i se sa be de los p rocesos dé l a
nu i-e hn tenido I cJ f11 nn :.1c ió n dt> h p er son a lida d enseña q ue aque lla Yieja
.. ª b,t io•n de ~cm1c t<'ila:: . :.i l.i imc:-t1- f ú rnrnla d e J1.1 lur::i len contra e clucac iún d ebe i::ub~ tüui r-
gaerun , icntíf ic:i. E, . ¡ J 11J I It a¡ , t· Id lrl \ t• (i ~. llltJ II ll1 ' l lt' ::-1' (l l)r h dt" n ::i tur,1leza más o menos educación. Pnrr-
<¡u,·' i-r.::J r sohrl~ t, ,. . ¡¡
P11J ' •·mus d ,~r111t1, : I ) 11 1 L! qt11; t· t·t1 haber abunJnnlt'~ p rut'b.'.ls dP q ue aj_l~ :i11ti tudt>s
¡,un1,, lo~ 1a, ture11- ¡·1 l ¡· .
{ I ( I P J( ll"
r, , l ¡e 11• , r ll 1n 11 1 I • ¡, 1 1 , : itt11 ,tl,1 -. ni el mt'tltl, i.lr~hirntc dumi tL!n i'otl c.:.,_ 1' lu.:_n·_
i_dad
, 1'.l 1, , 1111 1 ') TI 1
, ~ r • 11 d,·,ndt• 11 !1 h , ·1 1 d11d1 1 ,- d11!t1 1·t~ Ll forn 1.11-it',n de l:1 ¡lff::l, n::i lid ,ul.. y qH r' lu: d1! t'.re-n-
't·t,: m 111a 1i11 , l i 1 1 •
o.u •11 (1 ,, '? / /.ll 1 l t•• 11 ,111l 1 111,11
1 1 1JJ\ t, C1)r11hi11 .11 i1lJH.', dr :1mbus f:trtu1r-= :-1·?1 c.1p.1 " [' , df'
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CLºLTL"RA y PERSO:'\ALlD:\D
l ó0 CU LT URA Y PE RSO'.'!A LID .\D
de los factores inn atos y ambientales que si tú e al ind i-
el e ap titudes, pues q ue hay abundanles t'nrueha,
• -
,.¡,.,,< ,,u
,. e
n-i·cio' 11 segur a y dom man te, dará por
n duo en una Pu.:: un individ uo p uede difer ir sensibl emente en su f ai: il i.
resultado la creación de ciertas actitudes fund3.mentales,
dad para desarrolla r determ inados procesos . l lna in-
xpon cra a la inseguridad Y subordinación
y 1a que lo e , o · teli genci a p reca ria pued e estar vi nculada a una ext 1a-
creará en él otras dife rentes .
ord inaria apli tu d para c iertas forma s de a prend izaj,~
Por lo anteriormente expue:::to se puede conclu ir
y memor i a , pero nad ie pondrá en tela de juicio que
que los factores innatos, b iológicame nte dete rminados,
tambi én ex islen di fere nc ias indi v id ua les res pecto r\
110
son utilizables para explicar ni las configuraciones
de terminadas a p ti tu des, aunque estas diferenc ias parez•
4e la personalidad, consi deradas como un todo, ni l as
can más c uestión d e grado que de cla se. Todos rnmo,
diversas µaulas de resp ues tas co m prend idas en dichas
capaces ele apre nder y pensar, pero mucho es lo qu t.>
,:onfiguraciones. Simplemente actúan co m o uno de los
d i fe rimos en l a fa cilid a d para desarroll a r estos p roce-
di,-c rsos grupos de faclores qu e intervienen en su for-
sos, y si esta ú l tima puede mejorarse con l a in strucción
mación. \'o obstante, la confi gu ració n de la persona-
lidad consta de algo más que l as si mples p autas de r es- y l a prácti ca, l as dife rencias obser va das rn n demasiado
puesta:::, pues comprende cier tos r asgos de o r ganización gra nel es para expl icarse a par tir de esa única base. Se
que de un modo muy vago se d esignan bajo l a d enomi - dud a de q u e h ay a algú n grado de ins tru cció n que pPr-
nación del temperamento del ind ivid uo . Las d ef inicio- mi ta al individuo co mún y corrien te me moriza r tod a
nes corrien tes de este término i mp li can que esos rasgos l a Bibli a o ig~ a l ar l a s conoc ida s h azañas de los háb ile~
son innatos y fisiológicamente determ inados, pero aún calc uli stas. Por lo tan to, n os ve mos forzad os a concluir
se ignora hasta qué punto esto se a Yerdad . Por ejemplo, qu e hay cier tos factores inna tos que m arcan l os límites
no se sabe si un rasgo co mo la inest ab ilidad nerviosa ~ _p osibl~ desa rro llo ele ciei·tas-a phtudes p sicológica;;
es rea lmen te innato, o el resultado de l as i nflu encias Y q ue estos factores varían d e indi vid u-;;- ;:-Tniividu ~.
ambientales o, según parece más p ro b ab le, u n pro ducto Es posib le que di ch os fa ctores tengan una b a-~;-fisio l6-
d: la acción rec íproca de l os facto res in natos y los am- g ica, s i b ien tod avía se ignora cuál sea és t3. .
hie~tales. :Mientras no se di lucide este p roblema , lo E n resumen, según pa r ece, los f ac tores fi siológico:::
meJor es no estudiar el tem pern nw nto, si n d eja r de r e- 1
no exp lica n l as pauta s de respu es ta crea d as q ue com-
conocer que con es la omis1
· · on
, quedará n nues lras conclu- p onen el co nj u n to de la pe rsonalidad , p ero e:1 cambio
. 1
sJOnes incom pleta s. !a l \·cz en p a r te ori ginen l as aptitudes psicológicas de l
i 11d iúdLio. E s to nos ll eva en segui da al segundo p ro-
Pero
· ad emas
tores "tempenm e
' e1e Jas paulas de respuesla y los f ac-
en t a les " , to d a configurac ió n de 1a
! 1 b le ma : ¿ H a sta dónde <:o n hered ita ri os d ichos determ i-
personalidad enc ·ien. .a l a capacidad . nnn le5 fi s iológico s ? Por desgrac ia no nos e::: posible
d. para ma ntenP ,.
iversos procesos Pj..'1qu1cos,
. . bº . sería ha bl ar re solver esta cuesti ón a l a l uz de l es ta do act ua l de l cono-
s1 1en mejor
c ini íento o d e las técnica s. I\o hav ma nera ele ana li zar
CULTURA Y PERSONALTDAD
162 CC LTCRA Y PERSOXALIDAD 163
malmente, los miembros de toda ~«oci· ed a d l1en · den ~
en su estado ·'puro" las aptitudes psíquicas del indivi-
casarse, e ntre sí, y si loara mantener-.:e ai"'~ lad a d urantec.
d uo. Sólo se les puede juzgar a traYés de sus manif es- o ~
destaca con toda claridad por los resultados nada para llegar a esas condiciones dependerá tanto de la
satisfactori os que se han ob tenido a l aplic arse incluso magnitud del grupo original de que descienden los
las mejores pruebas de inteligencia a grupos de bases miembros de la sociedad como de su ho mogeneidad .
cul turales diferentes. E sto imp ide es tablecer las ap ti- Cuanto más grande sea el grupo original y más hetero-
tudes innatas de los individu os en l os tér minos reque- géneos sus orígenes, mayor . será el tiempo requerido
1ido:: pa ra un verdadero estudio gen é tico. Jamás puede para conseguir una herencia homogénea en sus descen-
decirse hasta qué punto el ni\·e~ de inteligencia ele un dientes . Cuando entre l os mie mbros de un a sociedacl
rnjeto se debe a la herencia o a las~ portunidades. Si existen los genes necesarios para producir una combi-
se admite que las aptitudes- p~-íquicas tien¡n una base nación en particula r, a u ment an considerablemente la-::
fi siológica, entonces muy p robable será que por lo me- posibilidades de que entre sus hijos aparezca la com- ,
no;; algunos de estos factorea fisiológ icos se vean afec- binación. En consecuencia, una p oblación reducida y
tados por la herencia, pero la experiencia q ue tene- que durante mucho tiempo haya estado aislada, ser~
mos de los diversos niveles de aptitud ps íquica parece más fácil que llegue a contar con una alta proporción
1nd1car que éstos no se heredan de un mod o d irecto . Su de individuos correspondientes a determinado nivel de
aparic i_ón en ind i\·iduos de heren cia co n ocida no pu edP aptitud psíquica. Pero incluso en las sociedades endó-
predeci rse en los mis mos y sencillos térm inos matemá- gamas existe siempre un considerable campo de varia-
Li cos que1 d igamos, el color de los ojos . E n e f ecto, sor- bilida d individual, de modo que el miembro menos
prendente cería qu e dad a la serie cas i infinita de crra- inteligente de un g rupo inteligente bien puede serlo más
duaciones i ndn iclu a le:; de e.,ta" a ptitudes fuera n \e- que el m:í.s inteligente de otro g rupo d e indiYiduos de
1~dadas di rec ta mentr. La !:'.XJ!li ca~ió n más ryob abl•: escasa i ntel ige nci a. Sin em bargo, en tod a sociedad el
"" que lo-. f ac t<' r"· r· I '
' ' J::,Jo ogico'-· ra u"anlC''- rl P u11 dr·tt~rml ·
tipo UL1S ÍC'l' de ln personalidad es cuestión de p romedios,
dP a¡)t 11 ¡ _, los que pue d e n ser diferentes de sociedad a socieda d
nado ni
- . - _ _ _ .;_
Yel ~r "'fan e Jt.~, u lt Gd,J d,, u .crl u~ CPm ·
¡
h111acic,11,~, m u \, n1 1,-.-: I - - t·omo r es u Ita do de los fac tores heredita rios. Por las
;-- :-- . ~ ' ' Jd~ < _~_/;' 111:-- \ q111' 1•11 la li t' renc 1<1
--ta .I'. ' 111n h111c1, rn w nr;; ante r iorm ente exp uestas. lo_ ~ás__p robabJe _!S
. 11 ,n,• 1,•11 ,,. r L1íll}J'l l t.-1 1 1·nn1,1 u11 11I¡u 1t·~
q u; ~lidias Lli ~ ncias- hereditari:1s rn las aptitude~
· 'P l 1t ·.,,·111- n I.u, r.1 ,·, 11 1 ,·d.1 t1 11
,, 1 , , :.iu11, ¡u1 t·-t l 1'
1·.\1 1I IVr L1 p,,-. d,'!' ¡ ¡i~í,¡ui cn.;: a¡iarPzca n particu larmente en las reducid_a:--
.• I rl 1 11 ..1., ¡ 1I,. ,¡u,· t•l ti p11 L,:1,11 o d, l.t ' p, 1·
, ono l ll u d.. '11111 ,,., ,1 1I· l ~~ricdad;s-··µrirnit í, a~" d el ~ [~º- ,!e las g ~':, ::e han ºJ 1:.l ·
h· · l . ü,. "t' P IH u1' nlr~ t'11 t ll'l !IJ, < ,F,.1 ·
-11° "1nfl uerlli '· ll' ¡ ¡,) ... f 1c t11 1 ~-- he1ell 1tn n ,,, \,_, i · p ado los e.:.Lu J ios_~r~Iropológicuc: .
16--I- CLíLT U RA y PERSO NA LIDAD
CULT URA Y PE RSONAL IDAD 165
Tal vez se conside re exces ivam en te de tall a d o es te
análi sis sobre la posibili d ad de que existan diferencias n ocer la ina decu ~ció~ _de explicar por los fa ctores f isio➔
hered ita rias en los moldes p síq uicos de l a s divers as lóg ico~ co n g~n i. t~ }J~ dife rencias de los patrones de
sociedades. Sin embargo, sobre este p unto n i siq uier a p e r sona lidad que l as diversas sociedades p resentan.
entre los antro pólogos existe un acu erdo gene ral. Al- P ero por desgracia pasaron por alto un punto muy im-
gunos admiten que ha y marca das d ifer encias en las portante en sus ansias d e combatir las doctri nas de la
ap titudes congénit as de la m a yor ía d e l as socied ades ) desi gualda d racial y h ace r hincapié sobre la unidad
pero otros niegan francamen te esa p osibilid a d . S in esencial de nuestra especie . Los procesos del adelanto
embargo, es evidente que ninguno de estos grupos se cie ntífico, a par te d e la simple r eunión de los hechos,
ha tomado la molestia de examinar su p osición a l a luz son fundamentalmente procesos de substitución. Cuan-.
de los últimos conocimientos de l a genética . Casi es d o l os conocimientos que se van acumula ndo hacen in~
seguro que la verdad se encu entre en algú n p unto si- soste nible la explicación de un fe nó meno dado, es pre-
tuado entre ambos extremos. Es p rob a ble q ue las so- ciso cre ar otra mejor, y no es bastante señalar simple-
ciedades r educidas, du ran te much o tiempo aisladas mente que es errónea la que hasta ese momento se ha;
difie ran en cuan to a su potencialida d p síquica congé: aceptado. U n hecho fá cilmente observable es el de
ni ta. P or otra parte, los m iemb ros de las sociedades que l os p a tro nes de p ersonali dad difieren segú n las
más popul osas, como las de todas l as civiliza d as, son soc ie da d e s, y e n lugar de aceptarlo fr ancamente y pro-
tan hete rogéneos respecto a su h erencia que es ab solu- cu ra r explicarlo , algunos a ntropólogos se han sentido
ta mente insostenible toda explicación fi siol ógica r es- sa ti sfech os con esforza rse p or reducir al m ínimo la am·
pecto a ~as d ife rencias observad as en l os patrones d e p li tu d e importa ncia de esas diferencias. H an revisado
personalid
. . ad d e d ich as sociedades . Por. e3e . mp 1o, 1as l a s pruebas para demostrar que las diferencias que,
ch f erenc1as genétic as exi·st entes entre l os fr a nceses y
está n d i sp u estos a a d mitir n o p ueden deberse a los fac..: ,
los alemanes son much 0 ·
menores qu e 1as d e s us pa tro- lores racial es, p ero casi na da h an hecho para razonarlo.
nes de personalidad d d , . ,
. , e mo o qu e SE:na nd 1c ulo tra tar La c ree nc ia d e qu e l as di fe rencias de patrones de perso-
1..le exp li car las últi <: b
mas ~0 re una b ase ge né t ica. I ncl uso n a li d a d de l as socied ades se deben a los factores congé-
1os . al emanes, los má s rac istas ele
0 bl
lo d os,.. se han visto ni to s está p rofun d a mente arraiga da en l a mente popu-
iga dos a inlrodur i r I 1111-st1·
néir<l · - e co conce¡ ,t u del ulma l ar, y no p odrá extirparse si la ciencia no está prepar:i,
ica capaz de reenrn . . , . ·, · • Creer que todos
0 3
¡ • tnar en cuerpos m ed 1te rraneos d a p ara ofrecer u na exp l 1cac10n meJOI. ,. . ,
- . prnos p::i ra ~o:: tenr r . .1 · 1 · P"
ra r iu l. · ~us l l eas de ln !-- U rr- riorid ncl l os g rupos hum anos ti enen a mi sma _po tenc1al 1dad
_ __ - I·
. tra tar d e ex:p ¡·_1cai. sus e11. ferenciac:~. tan - clarn
-q u-:-1ca, s m - ~
los anl1 üpúlo~us nnrt .· ,r - .
Dr. F' - - e~m eu cu nns. 0cru iad o · p or e l ~~a- cond ucta m a nifi esta y h as ta _e~ lo~21stemF1_:i_c!e
,oas, Ya fnll eriJ o fu , -Yalor-a . un graclo e¡e f e ~n la ••wtori
-- c titud , ex ige _,..da d de .13.
:, ·
· ' rro n el<:' los pri mero -. en reco-
-:- . ¿· .d <:on capJ res. Hasta
~1e nc~J~ _tl_g_ue _J2._0C05 m__ ~v~ _~_ -- -
/:,J.~,~~-,..
];;1/:_.1--.._·-, ;
[fo CCL TUL-\ Y PERSO:'.'\A LIDAD
quen lo que son e¿tos factores y cómo actúan. nac1m 1ento y reviste la mayor importancia durante la
:\uestro e.studi o sobre el posible papel que desem- infanci a. Por otra, contamos con las que se derivan de l a
peñan los factores hereditarios en la determinación de o bserYación o instrucción que el indi viduo tenga de
tos patrones de p erso nalidad en las socied a des, habrá las pautas de conducta características de su sociedad.
se.r,; do para poner de manifiesto que estos factores son Much2s de estas pau tas n o le afectan directamente, pero
perfectamente inadecuados para explicar muchas de l e proporciona n modelos para el desarrollo de sus pro-
las diferencias que e.s posible obsenar. L a única alter- pias respuestas habituales para diver.3as situacione5 . Es-
nati, a es admitir que dithas d iferencias son atribuibles tas influenci as carecen de import ancia en la primera
al medio ambiente par ticular en que crecen los miem- infancia, pero después lo afectan durante toda su vid a.
bro~ de las diYer::.as sociedades. Según y a se indicó en El no diferenciar estos dos tipos de influencias cultu-
otra parte, los fa ctores ambientales que parecen ser los rales ha sembrado una gran confusión.
de la. mayor importancia para la for mación d e l a per- Desde luego hay que admitir que los dos tipos de
sonalidad son las gentes y las cosas. La conducta de influencias se superponen en determinados puntos. La
los miembros de toda rnciedad y las formas de la ma- conducta culturalmente pautada que se adopta ante el
yoría d~ los objetos que utilizan, se hallan en gran parte niño, puede servir como modelo p ara el desarrollo de
estereotip ados y pueden describir se en términos de pau- algunas de sus propias pautas de conducta. Este factor
tas culturales. Al decir qu e el desenYoh- imiento de se vuelve activo tan pronto como el niño llega a tener
la personalid ad del índiYíduo está co nd iciona do po r la _ la edad suficiente p ara observar y recordar lo que h a-
cultura , lo que en rea ¡·a
.1 a d se qm·ere dar a entender es
cen los demás. Cuando siendo ya adulto se enfrenta a
que ::.e Ye modelado por la experienci a que obtiene de l os innumerables problemas que plantea la educación
su contacto con I os mencion a dos es tereotipos. Que sea de sus propios hijos, para guiarse en su solución recu-
en grado considerabl rre a estos recu erdos de la infancia. Así, casi en toda
· · e moo1 e 1a d o, no es cosa de la que
pueda dudar q ui en , 1, f .. . -comunid ad se encuentran padres que envían a sus hij os
. es e am1 1ianzado con Jas pru ebas .
Sm f'm 1 10gra f.,ia sobr(' este pun to parece l os dom ingos a la doctrina por la sencilla razón de que
· .bnrgo, l·ª h'bJ·
hnbC' r wnorndo n 11 f." .. . a ellos mismos se les envió. El que al ser adultos pre-
J l n t ltC'Uenc1u un 1mporlanl e aspec to
1 e IJ I"OC('SOne morlrhdo. fieran el golf a asistir a l a igl es ia, no debilita gran cos:i
La s in fl urnc ir ] l a pa uta_ Sin embargo , este aspecto de las pautas soci a-
. . ¡ :i que ª r u 1l u r a e1erce
.
sobre h per-
l es clestinadas a la educación de los niños es más bien
<11Jnn 11c nd <:: un ¡ J , . _ · . .
. te ( h ti p t h lutalmentt> d1;;; 1mto_;;,. P or
nnc! pa rre t<>nemos 1 111 . fl . . incide nt al r especto a l a influencia que dich as pauta<i
' a:,., ne
llí'llCl::lS que se dernar 1 b e jercen sob re b form:i.c ión de la person.1lid :1d . Cuanto
168 CU LTURA Y PERSONALIDAD CULTURA Y PERSONALIDAD l ó9
más, asegura que los niños nacidos en una sociedad imposible ennumerarlas todas, unos cuantos ejemplos
dada sean en gran parle educados en l a misma forma se rvirá n a modo de ilustración.
de generación en generación. La verdadera importan- En las sociedades en que la pauta cultu ral impone
cia de las pautas para el cuidado y enseñanza de los obediencia absoluta del hijo al padre, como prerre-
niños estriba en los efectos que ti enen sobre los más qms1to para obtener recompensas de cualquier tipo, el
profundos estratos de l a personali da d de l os individuos adulto normal tenderá a ser un indi viduo sumiso su-
'
cri ad os según ellas. bordinado y carente de iniciativa. Aunque haya olvida-
Generalmente se acep ta que los primeros a ños de l a do muchas de las experiencias infantiles que le llevaron
vida del individuo son decisiYos para el establecimiento a asimilar estas actitudes, su primera reacción ante una
de los sistemas de valor-actitud mu y generales que situación nueva será la de buscar en alguien la autori-
constituyen los ni veles más profundos del contenido de dad que le sirva de apoyo y dirección. A este propósito
la personalidad. La primera re\·elación de este hecho conviene hacer notar que hay muchas sociedades en
q ue las pautas d e la educación infantil son tan eficaces
provino del estudio de los individuos atípicos d e nues-
para producir en el adulto personalidades de este orden
tra rnciedad y del descubrimiento de que algunas de
q ue se han creado técnicos especiales con el fin de edu-
sus peculiaridades parecían estar bastante ligadas a
car para jefes a unos cuantos individuos escogidos. Por
ciertas clases de experiencias at ípicas de l a infancia.
ejemplo, entre l os tanala de Madagascar, los primogé-
Al extender los estudios de la personalidad a otras so-
nitos reciben un trato diferente desde su nacimiento,
ciedades donde las pa utas de la educa ción infantil y l as
trato que va encaminado a crear l a iniciativa y el deseo
<:onfiguraciones norma les de la personalidad de los de asumir r esponsabilidades, en tanto que a los otros
adultos eran diferentes de las nuestras, sólo hizo más hermanos sistemáticamente se les reprime y discipli-
· de l con d'1c10nam1
e~1dente la impoi·t·an cia · .ento precoz. na . P or otra parte, los que se crían en familias muv
Muchos de los a·pe
~ ., Jn per sona 11·d a d
e tº" '' no rm a les " ue pequeñas análogas a l as nuestras, tienen l a tendencia
. europeo ~, que a ¡ pnnnp10
de lo~ - .. se aceptaban romo a diri gi r sus emociones y esperanzas de recompensa o
debidos a los factore:- 1nct1n11v0'3,
· . . ahr,ra ~e con, iJPrn n ca~tigo hacia unos pocos indi\'iduos, y es que incons-
e ,mo los re=-u -
lta 11os r1e ¡a- p a ul J-; e,ppc,al t>-. de 11n:1da-. cientf' mentc tornan a aquella infancia en que toda .::atis-
al ru 1d.1rln dt• ¡0 ·- _ · focc ión o frustración provenía del padre r de la madre.
. . · " nrn o- . .'\ unq uf• pnderno3 Jt·<1r c¡ 1w
1111 1 En l:.ts rnciedades en q ue el niño se cría en un medio
~P, '' ª urwn ¿i-; e l e-L ud io J<• b s re t 1< ione-. f' .x 1-1cn r,·--
•'n lre l i-. 1,:('J1 i,· l 1 1 1 . mú-- amplio q ue la fami lia, con numerosos adu1 toE en
• <'i 'C ne, u1.:irJ,n infanti l J1~ J:t.,, dnc1-
. l- J••d 1d,, ~ l -1 11
IJ( torno f: UYO, en que cada un o puede premiarlo o ca.sLi-
1 I ' · ' " 1'' · 11 1,11 ·,,..: t 1í' l.1 pP1 -un di.J3 d
u: íJ'i . du !i, , l ga rlo, la. per~onalidad normal tenderá a obrar en clirc>c-
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c i,:,n 0pue:=:ta. En esa~ ~oc iecbdes, h m a~·or ía de Jo,,
. ,~1 1 PrJ un ,. t 11, l ,_, l.ln 1,r,.,e <urno 1 -t i.' ~111.1.
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CULTUR~ Y P ERSONAL IDAD CULTURA Y PEílSO~A I !üAD 17 1
170
individuos son incapaces de sentir fuertes o duradera:= tas esp ecíficas . E ste proceso cnntinúa durant~ 1<.,<ld J,1
:;impatías O aversiones hacia determinadas personac;_ vida. Al hacerse maduro y llegar a la -.eje-z, ~l indivi-
Todas las relaciones personales albergan la actitud in- duo se Ye constantemente obligado a olvidar las pautol!
consciente de " Ya habrá otro que se cuide de ello". de respuesta q ue ya no son eficaces ~- a aprender olra~
Difícil es concebir que esas socie dades incorpor a r an en nuevas más adecuadas al luga r que por Pl momPnlo
rn cultura pauta5 corno la de nuestro con cepto del amor ocupa en la sociedad. En cada paso <le e.:te proc~,-0 la
1
romántico, o de Ja necesidad de encontrar la única com- cultura sirve de gu ía. ~o sólo le proporciona los m'Xle- 1
pañía sin la cual no tendría 5enti d o a lguno la vida . • los para el dese mpeño de sus papeles cambiantes, sino \
Ejemplos como éstos podrían multiplicarse indefi - que ta mbién le asegura que d íchos papeles sean compati- )
nidamente, pero los mencionados bastarán para de- bles con los sistemas de valür-act itud pr0fundamente
mostrar el tipo de la.s correlaciones que ahora van sur- a rra ig a dos. Todas las p autas de una cultura, a parte de l
giendo de los estudios de la personalidad y l a cultura . s us recí procas r elaciones f uncionale.-; tienden a mostrar
Estas correlaciones reflejan vínculos de un tipo sencil]0, una coh es ión p sicológica. Con r a ras excepciones, el indi-
Y claro, y sabido es q ue tales r el aciones un ívoces de viduo " normal " qu e a ellas .se ajuste, no se verá obligadQ
caus~ Y efecto son las menos. En muchos casos es a hacer nada incompatible con los estratos más profun-
p,:C1so tratar __con C{)mplejas configuraciones de pau- dos de la estructu ra de su perwnalidad . :\un cuando
ta~ de educauon infantil que: en general, producen en una sociedad tome pre~tadas de otra las paulas de ·
e
el_ adulto UJmpleja.5 configu raciones de la personalidad. con d u cta, las m od ifica y reconstruye hasta que se tor-
Sin embargo nadie
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h f .. .
que 5 e aya am1lianzado con los n an congruentes con el tipo básico de su person ali dad.
rt-uftadú!!
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ra
obt · d d .1
eni os ur_¡ará de que esté a q uí la cl a - L a cultura puede obliga r al indi viduo atípico a aJUE·
ve de la maroría de l - d 1ºf . b, . ta r se a fo rm as de conducta que le son repugnantes , pero
a~ erencias as1cas de la per-
E<,nal1dad r~ur. ha.5t h h
, h . .- - ª ª ora se an atr ibuído a los fa cto- s i l o son al conjunto de los miembro:: de la sociedad_
rr.~ ered1tarn - ur · . l ,
• J,. ., miF::m ,ros '·normales" de las dife- entonces es la cultura ]a que tiene que ceder.
rente; soc1edadf--: d b l . . - . Pa.sando ahora al otro aspecto del asunto, la adqui -
.· · -- e en ª variación de SU5 configu-
ra<,1one~ d,- la P" - 1· .i
- _r _<ma J<Jad mucho menos s ic ión de las n ueva s pautas de condu cta congruente: c-o n
<J•lF· a '-u 3 . . a su <, gene:;
- e . ~.. experiencia:; infant'J 1 e"__ l os si stemas de valor-acti tud generales del .:ujeto, ti~nde
.J JJ<::n f: 1 cir.:rt,, r u ] ] a a f ianza r estos sis temas y a establecerlos cr,n mayor
rkti:rmina mr-,-j' _1 : ª cu tura <le toda ,:;or ie<l a rl
•- · J:J ntP. t 1:cn1ra ,-e: · l fi rm eza con.forme tran~cu rre el tiempo . 9~ien pase su
r,1n,, lor: ,-· tr ~, _ , · s - per.ia es de educar a los l , ,¡
. a hrn;¡c fJT<JÍUnJ J ] v id a en una sr;c ieclad de cultura e:=l ab1e encontrar.1 q11r
'- 11 rr1i,:rr1L,,,- _ L.', . ''J<, oe a p en,onali <lad d<·
, 1 uífl f JJ1,n l<J ¡ • , . . conforme avanza su edad su personalirbd s~ in!"~!T3
rr:d J 1 ·, : a , , .
1 ' f/UP -,u 1n íl U"nCJa no Ee
. 1, !(¡() ' PJt• l hº, m as, so: 1.tr.1a m ente . ....C: us cludac- •)· prnblemas
·- re-pecto ~ la-
pr·r 1,r -. ) jrl ,.J 1 _ ,. • • irn "~ll rnr;drJa el rr ~trJ dr; la (¡{'' Tf r,.. ,..I : J rr -
, , , n 1.1 1 t i <.l t rl _, l ac1 itu1k c impl fcíl1E en su cu.turn 1 1 'í~
íJ rnf) u,:; f'" r::ira ':U<, rF;<op ue::-
H'2 CL"LTURA Y PEflSOXALJDAD CULTUfiA Y PEílSONA Ll !JAD 173
af írmarsc en 1:i conduelo. manifiesta que su e u!tura carsc poi: la cxperienciu di stinla <¡ue eus mwml,,m,
presc ribe. Con el ti empo se eríge r n sostén de la 50 . adquien·n al contacto con sus respecl ivus w lt uru . En
ciedad , jncapaz de comprender que haya all!11irn .<JU <' )as pocas soc iedades reduci das euros micm bru~ t1rnen
p uedn abrigar esas dudas. S i estr proce.;o no fa\ 0 rerP un a herencia homo¡rénca, 110 puede rcchJza 1,e la in-
al p rogreso, en cambio contribu~·e n la satis facción in~ fl uencia de Jo:; factores fi siológicos en la detrrmi na,·ión
d iv idual. Fn P'-tc estado el sujeto es mucho más feliz de la potencialirlad psíqu ica de c;u mayo1ía, pPro no
que quien se Ye obligado a adop tar pautas de conrluctFt hay dudn de que son poco frecuentes e~tos r a-.:o~. Aun
manifiesta incongruentPs cnn los sistemas de valor-.1cti- cuando existan fac tores hererl itar ios comunP'- , !:'ól0 p1w -
• lud establec idos r or sus prim eras ex periencias. El re- <len aí ecla r la potencial.i dacl de las r e,;pucsla'l, y por f.Í
sultado de estas incongru eneias puede obse rrn rse en solos jamás son suficientes para exp li car el con lPn id0
l~s individuos que !:-C han tenido que ad aptar a ccmdi- y organización diferentes de los tipos bá.., ico:'> de pc r-
c1ones cullurales de rápidos cambi os, como las de nues- :--onali dad de las sociedades.
tra propia sociedad; pero más evidente están en el caso Al principio de este ca pítulo citamos tres conc lusío-
de quienes, habiendo comenzado por vivir en un a cul- 11es a las que han llegado los antropólogos co mo resu l-
~~ra, se esfu erzan por ajustarse a olra. Estos son ¡03 tado de sus estudios de la personalid ad en un gran
hombres marginales" cuya condición es reconocida número de sociedades y culturas. La primera consistió
por todos los que hayan trabajado con el fenómeno de en que los patrones de personalidad difieren según la'!
la transcuhuración. Careciendo del refuerzo que supo- sociedades, pero toda vía es necesario explicar por qu{:
n_e la constante expresión de la conducta manifiesta, los los miembros de toda sociedad siempre muestran una
srstem~s ~~ valor-actitud que primero se implantaron considerable variabilidad individual en cuanto a la per-
en el rnd1 v1duo, se ven debilitados y sofocados. Pero sonalidad, y por qué en todas las sociedades parece
al mismo tiempo parece que es raro que los elimine v existir el mismo aproximado campo de rnri abilidad y
todavía lo es más que los reemplace por nuevos siste- los mi smos tipos de personalidad . El primero de estos
~as congruentes con el medio cultural en que el sujeto problemas presenta escasas dificultades. ?\o hay dos
liene que actuar. El individuo transculturado puede individuos, ni aunque sean gemelos, exactamente igua-
aprender a actuar y hasta a pensar de acuerdo con la les, y aparte del grado de endogamia que cualqu ier
cultu_ra de su nue,·a sociedad, pero no le es posible su- sociedad pueda tener, sus miembros diferirán en cuanto
bordinar a ella sus propios sentimientos. Cuando nece-
sÍle ~ornar una decisión se encontrará perdido, sin pun- j a su potencialidad para crecer y desarrollarse. Esta
potenciaiidad la determina su fórmula genética. Ade-
tos firmes de referencia.
i. \
1
más, el desarrollo de esta potencialidad está influído
E~ resui:n~u, el hecho de que los patrones de per- por todos los factores ambientales. Des_cle el momento
1
._ pue d e exp 11._
sonalidad d1f1eran según las socieda d e-, 10
del parto, l os indiüduos se diferencian por su ta m ~ ~
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176 CULTURA Y P ERSONALIDAD
CULTURA Y PERSONA LID AD 177
contactos con un número de sociedades diferentes creen
mi embros de las diferentes sociedades no son difíciles
que así es, pero que para demostrarl o o rechazarlo
de explicar. Después de todo , ]os seres humano s son
hay q ue esperar el desarrollo de técnicas mucho mejo.
mi embro s de una sola especie, de m odo qu e a este res-
res para Ja diagnosis de la personalidad. Pero también
pecto el ca mpo de variabilidad posible :ien~ ,q~e se r
hay que t~ner presen te que cuando los antropólogos
casi el mismo para todas las sociedades. Mas d1f1c1les de
expresan que casi parecen existir en todas las socieda-
explicar son las semejanzas de lo~ si?~mas generales
des los mismos tipos de personalidad, a pesar de lo que
de valor-actitud que presentan los m d1v1duos ed ucados
difieren en sus frecuencias, el término personalidad se
en ambientes culturales diferentes, pero su ex istencia
utiliza en un sentido especial. La mayoría de las res-
es incuestionable. A la luz de los conocimientos actua-
puestas específi cas de los indi viduos caen siempre den-
les, la explicación más adecuada parece ser la de_que,
lro de los límites impues tos por la cultura, de modo
en esencia son el resultado de la semejanza de ciertas
que sería esp erar demas iado encontrarlas duplicadas
situaciones de las familias que actúan sobre los indí vi-
en miembros de sociedades distintas . Lo que el antro-
duos cuyas aptitudes son de niveles semejantes. Y a se
púlogo quiere decir es que al acostumbrarse suficiente-
ha hecho notar que las pautas culturales destinadas a
mente a una cultura extraña _y a los individuos que la
regular la acción recíproca de los miembros de la fa~i-
compar ten, se encuentra con que estos individuos son
lia admiten siempre un considerable campo de van a-
en lo fu ndamental como las gentes que él ha conoci-
bilidad individual. En toda sociedad, las personalida-
do f'n la sociedad a que pertenece. T al vez difieran en
des comprendidas en las si tuaciones de la institución
las respuestas específicas, q ue la cultura ha establecido
f amili ar tienden a distribuirse, en gran parte, en lo~
como pa trones; pero tanto sus apt itudes co mo sus siste-
mismos órdenes de dominio y a c'rear las mismas pautas
mas básicos de valor-actitud son muy se mej antes . Pero
de acción recíp roca privada e informal. P or eso, aun
es te tipo de correspond encia no requ iere que en térmi-
en las sociedades de sistema patriarcal muy acentu ado
nos lécnicos se establezca una tip ología de las diversas
hay un núm ero sorprendente de familias en que la espo-
form ~s ~e person alid ad sin o que lo q ue demanda es un
sa y m ad re es el mi embro que predomi na, la que podrá
r·onoc1m 1ento conjunto, ín timo y bi enin tencion ado de
conceder en público uri exagerado respeto a su marido,
los indi vid uos y las cult uras. Es meneste r fam ili ar i-
sin r¡u c él ni los hijos abriguen la menor duda sobre
z¡¡ r:-,e m1tcho con la cu lLura de otro g ru po ·ant es q ue las
- qtü én representa el verdadero poder . Por otra parte,
diferc nr,ins 0 xistr ntes Pn tre las p au tas de co ndu ela incl i-
ex iste toda una serie de situaciones biológicamente con-
vídua le9 r las culturales sean lo bns ianl e cl a ras p a ra
clic i on adas que se repiten con independencia del aspec-
<-¡ rir jJ ll ('(bn scn ir clt> guía nl ju zga r los ni vel es profun -
to cult ural. En toda sociedad h abrán hijos mayores e
...,
~.,
d(,,., Td~.,- los diversos
.
tiros de per~1 inalida d in dí \·idt1.1 1.
hijos menores, h ijos criados en el seno de la fa mili a
3
~ \\ ,n.:, ~emrJ nzas rn lus 11irele5 de apl ítu d de los
1 y los cri ados en un gra n grupo de pa ri entes,_hij os débi- .......... ¼
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178 CULTURA Y PE RS ONA LIDAD CULTURA Y PERSONA LIDAD 179
les y enfermizos así como hijos fu ertes y vigoi· r elacíones interpersonales de sus mi embros, de lo que
. . osos.
Lo mi smo puede decirse de l as d iversas clas l se deduce que la mayoría de los hij os estarán someti -
.. es ( e
relaciones entre padres e h1 JOS, p or q ue habrá h.. dos a situaciones semejantes en el seno de la fa mili a
fa vori tos, desea dos o m · elesea dos, I113· ·0s buenos y iJos
otros -por lo que adquirirán muchos elementos en común'
eternamente sospechosos y p or esto some tidos a d' . h as ta en l os más profundos niveles de_su person ali da<l.
1sc1.
plina. No obsiante actu ar dentro de l os límites t· · d E sta conclusión es el resultado del estudi o de un gran
. iJa OS
a la a utoridad paterna p or l a cultu ra, algun os p d número de sociedad es. Pueden descubrirse numerosas
. a res
tal vez sean afectuosos e indulgen tes y otros se com I -c orrelaciones entre las pautas culturales de l a organ i-
. . I , . f . p az.
can en e3erc1tar a max1mo sus unc10nes c!Tsciplr·n • :zación fam iliar y la educación infantil, por una parte,
. . anas.
Cada un a de estas s1tuac1ones dará por resultado y el tipo básico de la personalidad de los mi embros
. .l d l · un
tipo es~e: ia .. e as pnm eras experiencias del indivi- adultos, por otra.
duo. S1 md1viduos en esencia semejantes pero . En resumen, la cultura debe considerarse como el
. - . . . , pe1 te-
nec1 entes a sociedades d1 strntas se ven expu t factor dominante en la implantación de los tipos básicos \)
. . . ' · es os a
s1tuac10nes parecid as en el seno de la familia l l <le la personalidad de las sociedades, así como tambi én
, e resu .
tad o será una acentuada similitud en los estratos más , en el de la serie de status de personalidad característi-
p rofundos de las configuraciones de su personalidad. , cos de cada sociedad. Debe recordarse que tanto unos
Aunque las situaciories de familia que se acaban como otros, lo mismo que las pautas culturales teóricas,
el e examinar actú an en lo q ue se podr ía llamar un -representan los puntos modales dentro de ciertos cam-
nivel su~cultural , los f actor es culturales influyen en la pos de variabilidad, y que por consiguiente es de dudar
frecuencia con que se presen te en una sociedad una . q ue la verdadera personalidad de un individuo siempre ,--
situac ión dada . Así tenemos que a u na mujer le es ·concuerde punto por punto con una u otra de estas abs-
mu cho más d ifícil imponer se en un a soc iedad fuert e- tracciones. Respecto a la formación de la personalid ad
mente pa triarcal que en otra matriarca l. En el p rimer -del ind ividuo, la cultura actúa como un fa ctor dentro
ca5o ~e ha de enfr en lar a las reglas acep ta das p a ra las <le una serie de factores entre los que están l a potencia-
relac. iones maritales Y a d esa r·1a r to do ti·p o de prcs1one5
. lid ad del sujeto, fisioló gicamente determinada, y sus
soci ale:=; por lo que _J • ,
Trl aciones con los demás individuos. Poca duda puede
. , es ue p r es umir q ue so 1o un a mu -
Jer
.
de mucho ca1·.-1ce
1 man·dO mu y el,e bJ·¡, po d n ,.1
ter , O ue c nber de que en ciertos casos son fa ctores distintos de
im plan lar su do · · E 1 · l os culturales lo que determinan sob re todo la produc-
. min io. · n e segundo cas n, a tocl él rn u-
Jcr dor ada de car ·íct
. ' cr com un , · ·bl
y co rrien te le es po.c:1 e c ión de una configuración p articular de l a persona-
durn ,na r a su f ·1· · les. En toda s las sociedades, las personali dades de los
. . a mi rn con 1a ayuda el e bs pre~io rn."~
snc 1a!P-. _ I·.n to da " . J, I l . .. ind ivid uos " norm ales·' , corrientes, que son las que ha-
se :iprnx im ,1·'
·
J
· ociec dC e conjunto di:" b s fa mdrn3
' ra n as p au tas cu lturales ".:{' r. m ar chn r .:! h soci edad por ~us das h abituales~ pue-
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ISO CULTURA y PERSONALIDAD