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Materiales para una poética de la imaginación

emblemática*
MATERIALES PARA UNA POÉTICA DE LA IMAGINACIÓN
EMBLEMÁTICA

Alberto Montaner Frutos**

Favstino, caro amico, perillvstri magistro, in memoriam d.d.d.

Resumen: Se propone aquí una primera aproximación a los mecanismos de la imagi-


nación emblemática a través de ejemplos heráldicos medievales y, en algún caso,
modernos. Se analizan tanto el papel creativo de la imaginación productiva como
el imitativo de la reproductiva a través del estudio de algunos casos concretos:
armas parlantes, figuras quiméricas y grotescas, señalando el papel de la facecia y
el ingenio en la composición de nuevas armerías. La forma en la que la inventiva
opera en la emblemática se corresponde con una poética de carácter conceptista.
Palabras clave: poética, imaginación, emblemática, heráldica, creatividad, imitación,
armas parlantes, Maza de Lizana, Padilla, Trolle, figuras quiméricas, trol, león
monstruoso, Alfonso VII de León y Castilla, mantícora, polkán, Núremberg, Königs-
kopfadler, Jungfrauenadler, arpía, Frisia Oriental, armorial de Conrad Grünenberg,
agripiano, Kranichmensch, Reuchschnabel, drôleries, facecia, ingenio, conceptismo.

Abstract: This paper offers a first approach to the procedures of emblematic imagi-
nation through medieval and, in some cases, early modern heraldic examples.
Both the creative role of the productive imagination and the imitative role of the
reproductive one are analyzed through the study of some specific cases: canting
arms, heraldic monsters and grotesque figures, pointing out the role that facetious
wit play in the composition of new heraldic devices. The way in which the inven-
tiveness works in the emblematics matches with conceptist poetics.
Key words: poetics, imagination, Emblematics, Heraldry, creativity, imitation, canting
arms, Maza de Lizana, Padilla, Trolle, heraldic monsters, troll, man-lion, Alfonso

* El presente trabajo se enmarca en las actividades del Proyecto de I+D del Programa Esta-
tal de Generación de Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Ministerio de
Ciencia, Innovación y Universidades (cofinanciado por la Unión Europea a través del FEDER)
PGC2018-095757-B-I00: MEHHRLYN_02.
** Catedrático de la Universidad de Zaragoza y miembro de su Instituto de Patrimonio y
Humanidades, Secretario Científico de la Cátedra de Emblemática «Barón de Valdeolivos» de la
Institución «Fernando el Católico». Correo electrónico: [email protected]. Agradezco a Emilio
Blanco, Arístides F. Gil Fatás, Ralf Hartemink y César Ibáñez París su útil cooperación biblio-
gráfica; a Jesús Cardiel Lalueza, Martina Clemen, Javier Delgado (†), J. H. Dimítrios de Regt,
Ganna Goncharova, Daniel Gutiérrez Vesga O.Cist., David Hook, Diego Navarro y Serafín Olcoz
su amable atención a mis diversas consultas y a Ricardo Gixá su siempre eficaz auxilio con el
aparato gráfico.

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Alberto Montaner Frutos

VII of Leon and Castile, manticore, polkan, Nuremberg, Königskopfadler, Jungfraue-


nadler, harpy, East Frisia, Conrad Grünenberg’s roll of arms, crane-man, Kranich-
mensch, Reuchschnabel, drolleries, wit, conceptism.
Fecha recepción: 28 de abril de 2019 Fecha aceptación: 15 de mayo de 2019

I. IMAGINACIÓN Y POÉTICA
El libre vuelo de la imaginación, como el de las aves, tomadas tan a menudo
como poético parangón del discurrir sin trabas de la mente humana, tiene sus
reglas. Ni se imagina en el vacío ni se fantasea al puro arbitrio, del mismo
modo que las evoluciones de los pájaros no pueden sustraerse a los principios
de la aerodinámica. Lo señaló ya Hume:
No hay combinación de ideas –sin la cual no hay conocimiento– a menos
que haya la facultad de la imaginación. Ello no significa que se pueda dar a
la imaginación rienda suelta. En efecto, no podría explicarse la operación de
la imaginación si ésta no estuviese «guiada por ciertos principios universales,
los cuales la hacen, en cierta medida, uniforme consigo misma en todos los
momentos y lugares» 1.

De la idea de sujeción a unos principios surge la concepción misma de


poética (ἡ ποιητική), que deriva de ποίησις, ‘la acción de hacer; la fabricación
o confección’, a su vez vinculada a la de τέχνη ‘arte, técnica’, de donde la
lexía ποιητική τέχνη ‘el arte poética’, en abstracto, pero también ‘la técnica
poética’, en concreto 2. Puede, por tanto, considerarse como poética de la ima-
ginación emblemática el conjunto de los principios o tendencias que rigen la
creación misma de los emblemas, ateniéndonos, en cuanto a tales, a la defini-
ción adoptada en el Primer Congreso Internacional de Emblemática General:
Un emblema queda constituido por cualquier elemento visible que sirve
de signo representativo de una persona física o jurídica, singular o colectiva,
y que traduce una identificación personal, un vínculo familiar o comunitario,
una posición social o un mérito individual 3.

1
Ferrater Mora (2001: II, 1767a). La cita entrecomillada procede de David Hume, A Treatise
of Human Nature: Being an Attempt to introduce the experimental Method of Reasoning into Moral
Subjects (1739-1740), I, i, 2.
2
Compárese la equiparación hecha por Aristóteles, por ejemplo en Metaphysica, IX.2,
1046b2-4: «διὸ πᾶσαι αἱ τέχναι καὶ αἱ ποιητικαὶ ἐπιστῆμαι δυνάμεις εἰσίν· ἀρχαὶ γὰρ
μεταβλητικαί εἰσιν ἐν ἄλλῳ ἢ ᾗ ἄλλο» = ‘Por eso todas las artes y las ciencias poéticas [i. e. los
conocimientos productivos] son potencias, pues son principios de cambio en otro o [en sí mismo]
en tanto que otro’.
3
Véane la introducción de Redondo, Montaner y García López (2004). Procedo, no obs-
tante, a adoptar «signo representativo» donde la formulación original decía «representación sim-

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Desde esta perspectiva, la poética emblemática correspondería (mutatis


mutandis) a la primera acepción del término que dan Ducrot y Todorov (1974:
98):
El término «poética», tal como nos ha sido transmitido por la tradición,
designa: 1) toda teoría interna de la literatura; […] La poética así entendida se
propone elaborar categorías que permiten comprender a la vez la unidad y la
variedad de todas las obras literarias. […] la poética no se propone la interpre-
tación «correcta» de las obras del pasado, sino la elaboración de instrumentos
que permitan analizar esas obras. Su objeto no es el conjunto de las obras
literarias existentes, sino el discurso literario como principio generativo de una
infinidad de textos. La poética es, pues, una disciplina teórica alimentada y
fecundada por las investigaciones empíricas, pero no constituida por ellas.

Ahora bien, así entendida, la poética emblemática sería la Emblemática


General en sí misma, como disciplina y teoría interna de los emblemas, de
modo que constituiría una designación redundante, a no ser que se la tomase,
no como una forma de estudio, sino como parte del objeto del mismo, esto es,
como las tendencias internas que rigen la composición emblemática (siem-
pre en su devenir histórico) y que han de ser identificadas y analizadas por
el emblematista. Esta conceptualización sí puede resultar productiva, pues
hasta ahora se carecía de un planteamiento semejante, salvo de manera intui-
tiva. Bien es verdad que en este caso estaríamos más cerca de las acepciones
segunda y tercera de poética recogidas por dichos autores:
2) la elección hecha por un autor entre todas las posibilidades (en el orden de
la temática, de la composición, del estilo. etc.) literarias: «la poética de Hugo»;
3) los códigos normativos construidos por una escuela literaria, conjunto de
reglas prácticas cuyo empleo se hace obligatorio. (Ducrot y Todorov 1974: 98)

Esta última acepción recuerda a lo que en la tradición heráldica se deno-


minan «reglas del blasón», es decir, los principios constructivos de la compo-
sición de armerías, si bien estos nunca han llegado a ser propiamente «nor-
mativos», pese a su designación como reglas o leyes 4. La segunda acepción,
a cambio, resulta demasiado particularista, aunque se ajusta mejor a lo que
cabría esperar de una poética que lo sea específicamente de la imaginación
emblemática. En consecuencia, puede considerarse como poética emblemá-
tica, en general, al conjunto de tendencias que guían la composición o creación

bólica», a fin de subrayar la diferente naturaleza del emblema (como tipo de signo) y del símbolo,
aunque el mismo elemento pueda desempeñar ambas funciones en numerosas ocasiones. Véase
al respecto Montaner (2004 y 2010), así como las consideraciones hechas más abajo.
4
Baste recordar, ya desde su título, el clásico tratado del marqués de Avilés, Ciencia Heroyca
reducida a las leyes heráldicas del Blasón (1725; reed. póstuma 1780). Véase particularmente el cap. iii
del tratado II del segundo tomo: «De las leyes heráldicas y sus excepciones» (vol. II, pp. 212-225;
ed. rev., vol. II, pp. 242-256).

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de emblemas (en cada sistema emblemático, según sus particulares modali-


dades, y dentro de cada uno de ellos, según sus fases de evolución histórica)
y como poética de la imaginación emblemática, en particular, las formas de
elección creativa aplicadas a la elaboración de determinados emblemas y que
los singularizan, pudiendo llegar incluso a lo extravagante, en su sentido
etimológico de lo que se sale de la ruta común.
Al considerar esta poética es preciso tener en cuenta que, en términos
psicológicos, la imaginación puede ser reproductiva o productiva:
On distingue généralement l’imagination reproductrice, qui est la capacité
de réorganiser, sous une forme nouvelle, des traces mnésiques relatives à des
événements révolus, et l’imagination créatrice, qui consiste en une évocation
des événements potentiels, mais qui n’ont jamais été perçus par le sujet. (Bronc-
kart 2003)

Dicho en otros términos, la primera forma de imaginación permite recrear


imágenes preexistentes, aunque de su combinación pueda dar lugar a una
imagen distinta de las anteriores (que, en nuestro caso, será la que luego se
plasme en el emblema correspondiente), mientras que la segunda permite
crear imágenes nuevas que no derivan directamente de las previamente per-
cibidas por el sujeto. De ahí que sean potenciales o virtuales, hasta que su
ejecución las traslade del campo de la realidad psíquica al de la realidad física
o empírica. Sobre esta imaginación productiva Kant precisaba que:
La imaginación es aquí una actividad «espontánea», la cual no combina
libremente representaciones para darles la forma que quiera, pero las combina
según ciertos modelos y aplicándola siempre a intuiciones. Por eso la imagina-
ción como «facultad de una síntesis a priori» se llama «imaginación productiva»
(ibid., A 123) y no sólo reproductiva 5.

En términos de actividad, la imaginación reproductiva conduce a la imita-


ción, que, como ha subrayado Menéndez Pidal de Navascués, es uno de los
mecanismos básicos de difusión y desarrollo de los sistemas emblemáticos y
particularmente, del heráldico:
Después de los procesos creativos de la primera etapa, en las sucesivas
elecciones de emblemas, en sus combinaciones, en sus formas de presentación,
en sus mismos diseños se va re-creando el conjunto heráldico. Sus elementos
se influyen entre sí y reciben constantes influencias exteriores. Todo este pro-
ceso de evolución o fermentación está impulsado por una actitud humana de
imitación, igual que ocurre con otras creaciones colectivas: lenguaje, vestidos,
etc. Es la «costumbre», la «tradición». Pero esta imitación no equivale a identi-

5
Ferrater Mora (2001: 1767b). Las citas proceden de Immanuel Kant, Kritik der reinen Ver-
nunft (= Crítica de la razón pura, 2.ª ed., 1787).

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dad, monotonía. Está perfectamente contrapesada; «semejante, pero diferente»


podría ser la norma de esta actitud imitativa o mejor asimilativa 6.

En cuanto a la imaginación productiva, es la que sustenta la creatividad


y la que afecta directamente a la cuestión aquí planteada, puesto que, justa-
mente, la poética de la imaginación emblemática es, en definitiva, el proceso
de creación de nuevas formas emblemáticas. El estudio genérico de la misma
exigiría, no solo demasiado espacio, sino la existencia de trabajos previos
sobre los distintos sistemas emblemáticos que permitiesen elaborar una sín-
tesis y establecer (o, al menos, esbozar) los modos de esa poética en el plano
del diasistema emblemático. En su ausencia, lo que puede plantearse aquí son
algunos apuntes que ilustren el proceder de dicha poética, partiendo de uno
de sus sistemas mejor conocidos, el heráldico.
En el pasaje precitado, Menéndez Pidal atribuye el papel creativo a la
fase inicial de la heráldica, lo cual es cierto si se toma como un rasgo predo-
minante, pero no exclusivo, dado que este ha actuado también, con mayor o
menos intensidad, a lo largo de toda la evolución heráldica., en la que, como
señala el mismo autor, «Hay etapas innovadoras y otras de evolución más
lenta» (1999: 16).

II. POTENCIA IMAGINATIVA DE LAS ARMAS PARLANTES


Una aplicación de la imaginación productiva que parece haberse dilatado
en el tiempo es la relacionada con la creación de armas parlantes (vid. Monta-
ner 2012b), que, como es bien sabido, ha dado lugar a algunas de las figuras
más curiosas del repertorio heráldico, hasta el punto de que a veces resultan
inidentificables sin el previo conocimiento de su titular o del nombre antiguo
de lo allí representado. Se trata del caso, ya analizado por el mismo Menéndez
Pidal (1985), de algunos «muebles raros» como el (capillo) corvo ‘sombrero
[de remate] curvo’ y la esportiella ‘bolsón [de peregrino]’. Es este un terreno
en el que resulta bastante productivo explorar los modos de la imaginación
emblemática.

II.1 De lizas y estacadas


Comenzaré con un caso relacionado con el de la precitada esportiella y
apenas estudiado, el de las armas del linaje aragonés de los Maza de Lizana,
que Vitales describía así:

6
Menéndez Pidal de Navascués (1999: 16). Del papel de la imitación se ocupa también
en varios pasajes de (1993c). Estudian varios ejemplos concretos Pardo de Guevara y García
González-Ledo (1997) y López-Fanjul (2008:101-127).

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Escarcelado: 1 y 4, de blau con un rastrillo o liza de argén. 2 y 4, de gules,


con una maza o porra de tres esquinas con sus clavos, y en lo alto del escudo
un chef de goles con un castillo de oro. Estos se llaman Maza de Lizana y por
alusión usan de las lizas y las mazas, porque las lizas son Lizana y las mazas,
Maza, por alusión, que las armas de los Lizana ya quedan [sc. descritas] arriba,
entre los ricoshombres de naturaleza 7.

Las vacilaciones incluidas en el blasonamiento ya dan cuenta de las dudas


que, en términos formales, producía el reconocimiento de las figuras descri-
tas, aunque la explicación final deja clara la naturaleza parlante de las mismas
y corrobora su identificación. En el caso de la «maza o porra» no hay duda de
que se trata de una maza de armas, como revelan tanto la descripción subsi-
guiente como la leyenda etiológica de su origen, que el mismo autor recoge
bajo la rúbrica Maza:
De [tachado: goles] bleu, con tres mazas o
alabardas de oro las hastas, pero los yerros son
de argén. Este es linage de ricoshombres de
mesnada. Traen su descendencia del linage de
Lizana. Tomaron el [tachado: apellido] alcuña de
Maza por un socorro de 300 gascones que llevó
don Fortuño Lizana [tachado: mediante], arma-
dos con mazas todos, mediante el que se ganó
la victoria en Huesca, regnando en Aragón don
Pedro el primero desde nombre, año 1096 8.

Mucho menos claro es lo relativo al «ras-


Figura 1. Diseño evolucionado de la trillo o liza». El primer nombre remite a la
esportiella en las armas de Martín de figura con la que, al menos desde fines del
Sarasa, partidas con las de su esposa, siglo XV, se solía identificar la ya citada
Juana de Aranda. Bajorrelieve
esportiella, en alusión al rastrillo de una for-
policromado en el altar de la capilla
de la Santísima Trinidad en la taleza que, aunque vagamente, parecía evo-
Catedral de Jaca (ca. 1575). car dicho mueble (figura 1).

7
Vitales, Registro de las armas y divisas del Reyno de Aragón, f. 23r (véase abajo la figura 19
para una reconstrucción gráfica de estas armerías). Las armas de los Lizana con ricahombría las
blasona así: «De oro, con cuatro barras [i. e. palos] de goles y orla de ocho arminios. También
traen la orla sola, sin los bastones [i. e., de oro, bordura de armiños]. Es linage de ricoshombres
de naturaleza, y d’él se originan los Fortunes y Mazas» (f. 18r; cf. Montaner 2017: 140-41).
8
Vitales, Registro, f. 21v. Se refiere a la batalla de Alcoraz, como deja claro la versión de
Zurita, Anales de la Corona de Aragón, I, xxxii (vol. I, p. 103). Sobre esta leyenda (documentada
desde el siglo XIV, pero que solo incorpora el elemento heráldico en el siglo XV), véase Utrilla
(2008: 815-16) y Maza de Lizana (2017: 35-43). Dicho sea de paso, la elaboración de este tipo de
leyendas etiológicas, constituye otra manifestación de la imaginación emblemática, muy vincu-
lada con la aparición de la heráldica escenográfica (sobre la cual, véase abajo la nota 193) y que
bien merecería la pena estudiarse desde la perspectiva aquí propuesta.

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Figura 2. Piedra armera de los Maza de Figura 3. Rastrillo heráldico (portcullis),


Lizana y alianzas esculpida en la clave de usado como divisa por Enrique VII (por
la puerta principal de Casa Trujano (Santa herencia de su madre, Margarita Beaufort),
Olaria de Ara, provincia de Huesca), hoy esculpido en el Christchurch Gate de la
reutilizada en una casa nueva del cercano catedral de Canterbury, 1517.
pueblo de Aínsa. (Fotografía de Jesús Cardiel
Lalueza, por cortesía del autor).

Sin embargo, lo que se advierte en las representaciones conocidas no


guarda relación con ella, como sucede en la piedra armera de los Maza de
Lizana y alianzas en la sobrarbesa Casa Trujano (Santa Olaria de Ara, lugar de
Fiscal, Huesca), que trae, sin esmaltes, cuartelado en cruz; primero: una liza,
segundo: una campana, tercero; cinco barras, cuarto: una maza; brochante
sobre el todo, en punta, un quinquefolio (figura 2) 9.
Como puede apreciarse en esta labra, la forma de la liza es una especie de
portón adintelado con una suerte de arquivolta, en cuyo vano aparece una
figura en forma de T o de martillo. Este trazado recuerda algo más al de un
rastrillo que la especie de A cuadrangular de trazos dobles en que se convirtió
la esportiella (figura 1), aunque tampoco se parece mucho al diseño heráldico
de aquél, por ejemplo, en la tradición británica (figura 3) 10.

9
Sobre esta labra, véase Cardiel (2011 y 2017: 211). En el primer trabajo data la pieza en el
siglo XVII y señala que «El escudo de los Maza de Lizana de casa Trujano de Santa Olaria ya no
está en su lugar original; se encuentra en Aínsa, en el barrio de Banastón. Allí podemos contemplar
la portalada en una vivienda nueva que muestra en una de sus fachadas una placa en la que se
lee «calle La Fueva»». Sobre el linaje titular de estas armerías, véanse, Cardiel (2013 y 2015)..
10
Véanse otros ejemplos coetáneos de rastrillo (en inglés, portcullis) en Howard de Walden
(1904: 99, 185-86 y 227-28).

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Figura 4. Rastrillo heráldico (Fallgatter), en Figura 5. Rastrillos cuartelados con


las armas de los Hüber (de gules, un rastrillo crampones en las armas de los Von Schele,
de argén), en el Vigil Rabers Wappenbuch der barones de Schelenburg. Piedra armera en su
St. Christophs-Bruderschaft auf dem Arlberg palacio de Bissendorf, Baja Sajonia (fotografía
(Weimar, Herzogin Anna Amalia-Bibliothek, de Smoritz81, bajo licencia Creative
Hs Fol 220, p. 116). Commons).

Tampoco se parece al diseño, algo más simple, usado en la heráldica ger-


mánica (figuras 4 y 5) 11.
La liza adopta un diseño idéntico al visto en la figura 2, aunque por lo
común en versiones más toscas, en otras piedras armeras de los Maza de

11
Para las armas de la figura 5, véase la nota 95. La fuente de la figura 4 corresponde al
grupo de los Arlbergbücher o ‘libros (del hospicio) de Arlberg’ (un paso alpino en el Tirol aus-
triaco) formado por los interesantísimos armoriales de la Bruderschaft St. Christoph auf dem
Arlberg o Cofradía de San Cristóbal de Arlberg, los cuales recogen las armas de los benefactores
de dicho hospicio. Los más importantes, que se encuentran digitalizados en <http://bilderserver.
at/>, son los cuatro siguientes: El Tiroler o Innsbrucker Handschrift, también conocido como Codex
Figdor (por su propietario durante el siglo XIX), realizado entre 1394 y 1407, con una adición de
1436; muy bien editado por Widmoser y Köfler (1976). El Wiener Handschrift comprende entradas
desde 1394 a 1430, aproximadamente, con adiciones del siglo XVII, del cual hay una edición
completa (pero sin imágenes) con amplio estudio de Ledel (2019). El Münchener Handschrift, con
entradas desde 1396 a 1407, que luego perteneció a la Haus-Ritterorden vom Hl. Georg u orden
bávara de San Jorge; de este códice y los dos precedentes hay una edición miscelánea y parcial
por Hupp (1937-1939), reseñada por Henggeler (1938). El Weimarer Handschrift, también conocido
como Vigil Rabers Wappenbuch, por el pintor que hizo la copia entre 1522 y 1548 a partir de tres
originales conservados en el hospicio de Arlberg y que, según su información, se hallaban en
mal estado. Es este el manuscrito del que procede la figura 4 (p. 116, fila 3.ª, núm. 1). No está
publicado, pero hay un estudio específico de Fischnaler (1909).

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Lizana 12. De entre ellas, se ve con particular claridad en la labra de casa Orús,


sita en Javierre de Ara, también lugar de Fiscal (figura 6), que trae un cuar-
telado de la liza y la campana 13, con el mismo quinquefolio en la punta y lo
que parece ser un yelmo diminuto en el jefe (vid. Cardiel 2013 y 2017: 209).
Para averiguar qué representa realmente esa figura o mueble, es preciso
conocer la base del juego de palabras que permitió la ideación del emblema.
El apellido, en sus testimonios más antiguos, adopta la grafía Liçana 14, como
en el caso del ricohombre Rodrigo (de) Liçana 15, documentado entre 1209 y
1251 16. Desgajado el aparente sufijo -na (cf. Pharies 2002: 82-83), queda liça,

12
Véase Cardiel (2013 y 2017: 209-213), quien, considerando que la figura representa con-
juntamente ambas partes del apellido, la describe como una «maza enmarcada en dos lizas (hilo
grueso de cáñamo)». Sin embargo, ya se ha visto que esta figura representa solo a los Lizana y,
por lo tanto, es únicamente la liza. En cambio, en el soberbio ejemplar de Casa Polo, en Peralta
de Alcofea, y en el de Casa Cavero, en Laperdiguera (ambas localidades del Somontano de Bar-
bastro), esta figura adopta la forma de la esportiella evolucionada o «rastrillo»; Santiago Sánchez
Buatas (2001: 139 y 155) y Cabañuz (2003: 207). A los ejemplares consignados por Cardiel ha de
añadirse la labra de Casa Superio (en Puértolas), que el mismo autor recoge como armas anóni-
mas en (2017: 371), donde la liza aparece como dos palos inscritos en un trechor de dos órdenes.
Aunque la figura es apenas reconocible, su identificación queda asegurada por la inscripción
situada sobre el escudo: «M de L», es decir, Maza de Lizana.
13
Esta última podría provenir de las armas de los Cavero (como apunta Cabañuz 2003:
207), que son las heredadas de los Ahonés, quienes originalmente traían, de gules, campana de
oro, y luego, de gules, dos campanas de oro sin badajo, puestas en faja, y bordura de argén con
la leyenda en letras capitales de sable campanas de ahonés, / ya non çumbarén mes (cf. Luis
Acín y Pallares 1988: 42-43) y Lizana Salafranca (1998).
14
Los documentos más antiguos del antropónimo, los relativos a «Petro Ortiz de Lizana» en
1128, son copias tardías (una del siglo XIV y otra del siglo XVII), por lo que su grafía es dudosa
(aunque hay que recordar que la escritura visigótica no distingue entre z y ç); en el escatocolo
de ambos documentos figura solo como «Petro Ortiz in Anguas» (ed. Lema 1990: 85-287, docs.
194-95). En una donación de Ramiro II de octubre de 1134 aparece «don Petro de Lizana», vid.
Balaguer (1951: 363, doc. I), quien considera que se refiere al mismo personaje, lo que es proba-
ble, y que el texto es original o copia coetánea, lo que la aparición del tratamiento de don hace
discutible.
15
Se trata de uno de los participantes en la batalla de Muret y protagonista de la primera
revuelta nobiliaria contra Jaime I el Conquistador, en 1220, junto a Pedro Ferrándiz de Azagra,
señor de Albarracín. El rey (de once años a la sazón) hizo sus primeras armas en la toma de
Lizana, ese mismo año. Don Rodrigo participó en la defensa del castillo de Moncada contra el
rey en 1223, pero en 1225 ya actuaba a su lado, en el que permaneció durante la tercera revuelta
nobiliaria (1226-1227) provocada por la muerte de Pedro de Ahonés. Colaboró con el rey en las
primeras etapas de la guerra de Urgell (1228), en las negociaciones con Navarra (1231) y en las
etapas finales de la campaña de Mallorca (1230). Lo acompañó en su tercer viaje a la misma y
visitó Menorca (1232). Actuó intensamente en conquista de Valencia, tomando parte en las tomas
de Burriana (1233), Valencia (1238), Játiva y Biar (1245). Fue padre de Ferriz de Lizana, quien
participó en la cuarta revuelta nobiliaria contra Jaime I, en 1267, durante la cual el castillo de
Lizana fue de nuevo asediado y tomado con notables daños. Vid. Coll i Alentorn (1976a-b).
16
Vid., en Alvira Cabrer (2010), los docs. 853 (de 1209, p. 929), 1036 (de 1210, p. 1098), 1053-
1054 (de 1210, p. 1110-11), 1081 (1210, p. 1139), 1214 (de 1211, p. 1282), 1231 (de 1212, p. 1302);
en los docs. 1081 y 1214 consta junto a Marcos de Liçana, que aparece solo en los docs. 1196 (de
2011, p. 1264), 1201 (de 1211, p. 1268) y 1274 (de 1212, p. 1343), y en Cabanes (2009), los docs. 22

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Alberto Montaner Frutos

pero no estamos ante un caso real de deri-


vación, sino ante una paronomasia a partir
de un calambur. En efecto, nada permite
vincular el antropónimo Liçana, un apellido
toponímico referido a un lugar hoy despo-
blado a orillas del Alcanadre (actualmente
en el término de Barbuñales, en el Somon-
tano de Barbastro, provincia de Huesca) 17,
y el nombre común liça, derivado del fran-
cés lice, proveniente a su vez del fráncico
*lîstja 18. El sentido genérico de liça como
«barrera […] que se empleaba como fortifi-
Figura 6. Piedra armera de
cación» (DCECH, vol. III, p. 673a) se aprecia
los Maza de Lizana y alianzas en estos pasajes en aragonés de dos de las
esculpida en la clave de la puerta obras patrocinadas por Juan Fernández de
principal de Orús (Javierre de Ara, Heredia, que, según los datos del CORDE,
provincia de Huesca). (Fotografía corresponden a sus primeros testimonios
de Jesús Cardiel Lalueza, por
cortesía del autor).
hispánicos:

(de 1227, p. 50), 30 (de 1229, p. 58), 38 (de 1233, p. 67), 63 (de 1249, p. 93), 72 (de 1251, p. 100); en
los docs. 55 (de 1247, p. 85), 134 (de 1259, p. 150), 143 (de 1261, p. 157), 172 (de 1264, p. 178), 209
(de 1269, p. 203) y 220 (de 1270, p. 220) aparece como suscriptor su hijo «Ferricius de Liçana»
(véase la nota precedente). Se trata del Ferriç de Liçana que la Crónica general de Pedro IV sitúa
anacrónicamente en la conquista de Huesca (1096), aunque diferenciándolo de Fortuño Maza,
con quien confluirá en las leyendas posteriores, basadas ya en el apellido compuesto (vid. caps.
18 y 20, pp. 41 y 53, y cf. Maza de Lizana 2017: 36-38 y 61-62). La misma Crónica, cap. 20, p. 53,
cita a Ferriç de Liçana entre los caballeros y ricoshombres decapitados en el legendario episodio
de la Campana de Huesca, pero no hay ningún coetáneo con ese nombre. Podría tratarse de una
confusión con Ferriz (de Huesca), personaje bien conocido del reinado de Alfonso I (vid. Lema
1990: xxxiv), que Balaguer Sánchez (1951: 358) considera emparentado con los Lizana, aunque
sin aportar, a mi juicio, pruebas concluyentes.
17
El origen del topónimo parece ser una raíz íbero-aquitana afín al vascuence l(e)izar
‘fresno’ (Montaner 2017: 140). Era una población de la taifa de Saraqusṭah dotada de un impor-
tante castillo (vid. Escó y Sénac 1991). Fue conquistada posiblemente antes de 1101 por el rey
Pedro I, quien en dicho año concede a Santa María de Alquézar «ecclesiam de Lizana, cum
ecclesiam de Pertusa, cum decimis et primiciis integre» (ed. Ubieto 1951: 343, doc. 95). Su editor
señala que el documento es falso (p. 201), pero, por lo que hace a las localidades mencionadas,
es coherente con las fechas de la conquista aragonesa del Somontano (aproximadamente 1080-
1100). Alfonso I la asediaba en 1134, año en el que expide un documento «in mense augusto, in
illa assessione de Lizana, era M.C.LXX.II» (ed. Lema 1990: 444, doc. 281; vide etiam Balaguer 1951:
357). No se sabe si estaba entonces de nuevo bajo control almorávide, como Fraga, o si el asedio
se debía a otra causa.
18
DCECH, vol. III, p. 673a; para la voz francesa, véase además DMF, s. v. «lice1», que lo
define como «Palissade, barrière, clôture servant à délimiter un espace ; p.  méton. cet espace
lui-même (ou ce qui s’y déroule)». Etimológicamente, la ‹ç› de liça, grafema de la dorsoalveolar
africada sorda [ts], la separa del aragonés liza, con ‹z› = [dz], procedente del latín līcĭa (afín al
castellano lizo < latín līcĭum) ‘hilo grueso de cáñamo’ (cf. DCECH, vol. III, p. 673b-674a).

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Vós guardaredes aquesta ordenança; car vós ternés convusco mill cavalleros
combatientes con todos los peones d’esta ciudat et estaredes çerca las liças de
los griegos, esto es, aquellas que d’ellos son más luenye. Et allí demora<re>des
avisadament et cauta, que ninguno non presuma ixir fuera de las dichas liças
sinon la hora quando yo mandare 19.

Mas quando vido que los de Mode començavan ya a crebantar las liças e las
paliçadas de sus tiendas por el grant esfuerço de Eneo, desesperose del todo e
dixo que más se querié matar él mismo, que no sey [lege ser] vençido por su
enemigo assí vituperosament e desondrada 20.
En el siglo XV, el vocablo se especializó para designar las «empalizadas
que cierran un palenque de justas» 21, es decir, las vallas que limitaban el
espacio cerrado en el que se practicaban los deportes caballerescos de justas
(combate singular o de uno por uno) y torneos (combates colectivos o de
dos cuadrillas de caballeros). A esta empalizada la llama liça o raya Valera
en su Tratado de las armas(1458-1467): «Grínpola deve poner todo cavallero o
gentil onbre sobre su sepultura e puédela meter en la liça o raya, aviendo de
conbatir o fazer armas» (ed. Penna 1959: 132b). Sin embargo, en el siglo XVI
el sentido ya casi único era el metonímico del campo cercado por la liza y no
esta misma. La indeterminación entre ambos sentidos se aprecia ya en otro
pasaje del citado tratado de Valera:
Las liças manda fazer el rey de ochenta passos de largo e sesenta de ancho,
e altura acostumbrada de un codo 22. A la una parte de la liça se hace un gran
cadahalso de tres órdenes; en la primera e más baxa están los ofiçiales d’armas,
en la segunda el condestable e los mariscales, y en la tercera está el rey, con él
los duques, condes e barones e cavalleros. Tiene la liça dos puertas, la una a
oriente, la otra a occidente. (ed. Penna 1959: 120a)

Podría pensarse que la figura representada en las armas de los Maza de


Lizana es el cercado y no la cerca, pero para ello bastaría con haber trazado un
cuadrilátero y, en todo caso, no muestra un recinto cerrado. El objeto parece
corresponder, pues, con la liza en su acepción original. Ahora bien, esta, como
indican sus otros nombres, palenque (en su sentido primitivo) y estacada 23,

19
Fernández de Heredia, Crónica troyana, p. 99 (f. 127ra); la enmienda entre antilambdas y
las cursivas son mías.
20
Fernández de Heredia, La Grant Crónica de Espanya, I, f. 347v; el subrayado es mío.
21
DCECH, vol. III, p.  673a. Adviértase que palenque significaba originalmente la propia
valla (como derivado que es de palo, aunque a través del occitano o catalán palenc) y solo por
metonimia pasó a designar el recinto que delimitaba (DCECH, vol. IV, p. 356b).
22
El passo equivalía a dos pies y medio (697 mm) y el codo a pie y medio o media vara (418
mm). Así pues, as lizas medían 55,76 m de largo por 41,82 m de largo.
23
Compárense las definiciones del primer diccionario académico: «ESTACADA. La obra y
reparo hecho con estacas clavadas en la tierra, o ya sea para encerrarse y pertrecharse con ellas:
como sucedía en las guerras y milicia antigua, o para cerrar los huertos, detener la corriente de
las aguas, y otras obras. […] Es también el palenque, valla o plaza llamada liza, que se hace para

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Alberto Montaner Frutos

Figura 7. Estructura del palenque: en primer Figura 8. Armas de Gentile Antoniotto


plano, doble línea de liças o estacadas; al Pallavicini, cardenal de Santa Práxedes (1489-
fondo, los cadahalsos o tablados para los 1503). Labra en piedra de fines del siglo XV
oficiales de armas y espectadores de rango. en la iglesia de Santa Práxedes del Esquilino,
Miniatura del Traité de la forme et devis comme en Roma (código 12 00161661 del Catalogo di
on peut faire les tournois (antes de 1476) de opere d’arte dei Beni-Culturale, accesible en
Renato I de Nápoles [= René d’Anjou] (ms. línea en <https://www.beni-culturali.eu/>).
BnF Fr. 2695, f. 48v = p. 104).

estaba hecha de palos o estacas, es decir, de postes unidos entre sí por plan-
chas o listones de madera horizontales, como puede apreciarse en la figura 7 24.
A la vista de esta clase de representaciones, se comprende la definición que
da Rietstap: «Estacade. Travail de fortification, composé de trois pals réunis
au moyen d’une poutre horizontale» (Rietstap 1861: xa = 1884-1887: I, xxiib).
A este diseño corresponden los testimonios heráldicos documentados, que no
muestran las estacas puntiagudas (como en la liza exterior de la figura 6), sino
con remate cuadrangular (como en la liza interior de esa misma miniatura),
forma en la que la traza también Xavier García (2015) en su Blog sobre el diseño o
dibujo heráldico. De este modo aparece en las armas de los Pallavicini genoveses,
las cuales traen cinco puntos de oro equipolados de cuatro de azur y jefe de
oro cargado de una estacada de gules 25, según se aprecia en las figuras 8 a 11.
Está claro que la liza hispánica, aunque se refiere al mismo objeto, no
se corresponde con el diseño de la estacade (en italiano, stecconata) de otras

algún festejo público, y antes se hacía para los desafíos públicos y solemnes. Latín, Palaestra»
(Autoridades, vol. III, p. 621a).
24
Pueden verse otros ejemplos semejantes en Barber y Barker (1989: 117, 133, 178-179 y
182-183) y en Fallows (2010: 51, 91, 93 y 199).
25
La rama de Cremona traía cinco puntos argén equipolados con cuatro de gules y jefe del
Imperio (de oro, águila de sable). Vid. Rietstap (1884-1887: II, 377b), Bascapè y Del Piazzo 1999:
215, 311, 374, 646); Araldica Vaticana: Cardinali, s. vv. «Pallavicini, Gentile Antoniotto», «Pallavicini,
Giovanni Battista», «Pallavicini, Lazzaro Opizio (+ 1680)», « Pallavicini, Lazzaro Opizio (+ 1785)»,
«Pallavicini, Opizio (+1700)» y «Pallavicini, Ranuccio».

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Figura 9. Retrato y armas de Giovanni Figura 10. Armas plenas del conde Gian Luca
Battista Pallavicini, cardenal-presbítero de Pallavicini [de Brannenburg] (1697-1773),
San Apolinar (1489-1524), en el año de su gentilhombre y consejero imperial, ministro
elevación al cardenalato por el papa León plenipotenciario y comandante general de las
X. Grabado calcográfico de 1517. tropas austriacas en el Milanesado (1745-1746)
y lugarteniente, gobernador y capitán general
de la Lombardía austriaca (1750-1753). Grabado
calcográfico de 1745.

regiones heráldicas. Cabe pensar que su trazado se haya inspirado en otras


formas de empalizada, como la que muestra la figura 12 26, aunque tampoco
se corresponde realmente con ellas.
Otra posibilidad es que esta figura se base, no en la liza propiamente dicha,
sino en el armazón que sostenía los cadahalsos o tablados de los espectadores,
cuyo diseño es más complejo, según puede advertirse al fondo de las figuras
12 y 13 27, por más que tampoco se pueda hacer una identificación cabal.
Queda finalmente otra opción, a mi juicio la menos improbable (dentro
de lo dudoso), y es que esta figura pretenda representar el plano de ciertas
formas de palenque formadas por una tela 28 ceñida de dos lizas denominadas
contratelas:

26
Vid. Barber y Barker (1989: 123); otro ejemplo en Fallows (2010: 193), que reproduce una
figura del Armorial de Steve Tamborino.
27
Pueden verse este y otros ejemplos en Barber y Barker (1989: 42, 80, 109, 133 y 182-183).
28
La tela (llamada así porque a menudo se hacía con una pieza textil sostenida por varios
pequeños postes; véase Barber y Barker 1989: 109 y 139) servía para separar a los justadores.
Como en los otros términos aquí considerados (liza, palenque, estacada), acabó por designar al
conjunto de la palestra: «TELA. Se toma assimismo por el sitio cerrado, y dispuesto para fiestas,
lides públicas, y otros espectáculos» (Autoridades, vol. VI, p. 236b).

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Figura 11. Armas plenas del margrave Figura 12. Liza formada por postes verticales
Alfons Pallavicini [de Brannenburg] Sr., y tablones transversales y horizontales.
consejero imperial y caballero del Toisón Miniatura en The Chronicles of England (ca.
de Oro. Remate de bronce (parcialmente 1495) que representa las justas celebradas en
sobredorado) en la fachada del Palacio Smithfield (Londres) ante el rey Ricardo II en
Pallavicini de Viena (ca. 1847). 1394 (Londres, Lambeth Palace Library, MS
6, f. 233).

Y para que no te haga estorbo justando en tela o en contratela, tengas <por


bien?> poner en los estrivos unas barras de manera de puente, clavadas en cada
estribo por la parte de dentro y por manera que puedas bien meter el estribo
con el escarpe [= ‘parte de la armadura que cubre el pie’] 29.
Y los tablados de la plaza se quedaron hechos, y se fueron haciendo otros
muchos de nuevo; y en un lado de la plaza, arrimado al lienzo y ventanas del
cabildo, se hizo una tela y contratela para el juego de la sortija 30.

Esta disposición puede apreciarse en las figuras 14 y 5 31, y a ella se aco-


moda la definición de contratela que da el ya citado Diccionario de Autoridades,
aunque aquella se refiere solo a un término de montería: «Muralla de lienzos
que cierra la primera, que se llama tela, que una y otra forman una plaza para
lidiar los jabalíes a caballo» (vol. II, p. 569a).

29
Quijada de Reayo, Doctrina del arte de la cavallería, cap. IV, f. A5v; ed. bilingüe español-in-
glés, Fallows (2010: 363-378); la cita, en p. 374, con adición de que entre «tengas» y «poner», que
no da buen sentido.
30
Fray Diego de Ocaña, Fiestas de Potosí en la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe [1601].
Se trata de un extracto de la Relación de su periplo americano (entre 1599 y 1605) conservada en
la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, ms. M-215, f. 193v, obra editada como Un viaje fasci-
nante por la América Hispana del siglo XVI, p. 331, y de nuevo, como Viaje por el Nuevo Mundo: De
Guadalupe a Potosí, 1599-1605, p. 286.
31
La figura 15 procede de Wirri, Ordenliche Beschreibung, lám. entre los ff. R2 y R3. Cf. Barber
y Barker (1989: 203), Fallows (2010: 41, 147, 129).

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Figura 13. Cadahalsos sobre armazones de madera Figura 14. Justa con tela y contratela
al fondo del palenque. Miniatura de una justa celebrada en la Piazza della Loggia
entre Pierre de Courtenay y Guy de la Tremouille, de Brescia. Detalle de uno de los
señor de Clary, en un manuscrito de las Chroniques nueve frescos pintados por Floriano
de Jean Froissart copiado e iluminado en Brujas a Ferramola en el Palazzo Calini de
finales del siglo XV (Londres, British Library, MS Brescia hacia 1511.
Harley 4379, f. 19v).

En el caso de las lizas heráldicas, las contratelas estarían representadas


por los dos recuadros concéntricos sin base y la tela por la especie de martillo
central. Esta opción puede verse reforzada por la equivalencia entre liza y tela
recogida por el lexicógrafo Oudin: «Liça, tela de justa, lice ou barrière pour cou-
rir la lance et pour jouster» 32. Podría objetarse que en heráldica no hay figuras
representadas en visión cenital, pero lo cierto es que, aunque es un modo infre-
cuente, sí se dan ejemplos, como sucede con los marcos (unidades ponderales)
vistos desde arriba en las armas del abad Juan Marqués (tres marcos) talladas
en la capilla de san Victorián del monasterio de San Juan de la Peña 33, o con las

32
Oudin, Thresor, f. T3va. En francés, la tela se llamaba lice à courir la lance (f. 2Rra, s. v. «tela
de justar»).
33
Montaner (2017: 150). De la capilla citada pueden verse imágenes en <http://www.
romanicoaragones.com/0-Jacetania/34-SanJuanPena09.htm>. La misma disposición adopta el
marco en las armas parlantes de los March catalanes (de gules, un marco de oro; ocho, en dos
palos, en las versiones posteriores), vid. Riquer (1983: I, 289; II, 404 y 546), quien lo confunde con
un tipo de moneda.

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Figura 15. Justa con tela y contratela celebrada el 29 Figura 16. Las armas de la
de agosto de 1571 en Viena para celebrar las bodas del ciudad de Innsbruck, capital
archiduque Carlos (hermano del emperador Maximiliano del Tirol, pintadas en un
II) con la duquesa María de Baviera. Grabado xilográfico manuscrito de ca. 1530, con la
incluido en Wirri, Ordenliche Beschreibung (ejemplar acotación Innſprůg.
coloreado del Österreichisches Museum für angewandte
Kunst, Viena).

Figura 17. Dos armerías en las que campean sendas variantes del banco de descarnar (a y a’) y
el mismo objeto visto en perspectiva (b).

municipales de Innsbruck, que traen, de gules, un puente de tablones de argén


sobre dos tajamares de los mismo, esto es, la representación del alte Innbrücke a
vista de pájaro (figura 16), tomado de la señal de la ciudad en el sello de 1267,
con forma de armerías a partir de 1325 y con esmaltes documentados desde
ca. 1530 (Siebmachers St1, p. 4 y lám. 6; Hye 2004: 136-138 y 506).
Constituye, no obstante, un paralelo más cercano, el de los «front ends of
the special benches on which the tanners strecht their hides to clean them» 34
que muestran los dos escudos de la figura 17, a cuya izquierda aparece el

34
Neubecker (1976: 138), de quien tomo la figura 17.

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Figura 18. Armas del cronista de Aragón


Figura 19. Reconstrucción gráfica de las
Jerónimo Martel. Grabado xilográfico incluido
armas de de los Maza de Lizana, según el
en la edición de su opúsculo Modo de celebrar
blasonamiento de Vitales en su Registro de las
cortes en Aragón, inserto en las Coronaciones
armas y divisas del Reyno de Aragón.
de los Sereníssimos Reyes de Aragón escritas por
Gerónimo de Blancas, chronista del Reyno. Con
dos tratados del Modo de tener Cortes del mismo
Autor, y de Gerónimo Martel Chronista también
del mismo Reyno, al cuidado de Juan Francisco
Andrés de Uztárroz, Zaragoza, Diego Dormer,
a costa del Reino, 1641.

banco de curtidor o de descarnar, cuya visión frontal da lugar a la figura


correspondiente.
Sea como fuere, está claro que la creación de estas armas (seguramente
a lo largo del siglo XV) responde a una relación bastante imaginativa entre
el apellido Liçana y un elemento como la liça que no era especialmente fácil
de representar, salvo que se recurra, como en el caso ya visto de los Pallavi-
cini, a la formulación más elemental de la estacada, la cual, por otro lado, y
según se aprecia en las definiciones ya vistas de Autoridades y Rietstap, podía
asociarse a un ámbito militar, el defensivo, distinto del caballeresco al que se
estaba intentando aludir mediante la liza, con esta más rebuscada y quizá algo
deformada figura. Un caso parecido es el de las armas parlantes de los Martel,
que traían de gules, tres martillos de oro superados de sendas estrellas de lo
mismo (figura 18), siendo tales figuras representadas por martillos de armas
y no por la herramienta homónima (vid. Montaner 2012: 49).
En consecuencia, con los datos disponibles, las armas descritas por Vitales
pueden reconstruirse del modo que muestra la figura 19.

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II.2. De sierras y sartenes


Ahora bien, pese a lo que podría deducirse del caso de los Maza de Lizana
o los Martel, las figuras parlantes no tienen por qué tener ningún tipo de
connotación heroica. Un caso interesante,
tanto por esta razón como por sus aspec-
tos problemáticos, es el del retablo de san
Vicente de Estopiñán (figura 20). Se trata
de un retablo gótico del siglo XIV pintado
sobre tres tablas, procedente de la ermita
de San Miguel Arcángel de la localidad
oscense de Estopiñán del Castillo (Esto-
panyà, en dialecto ribagorzano), que desde
1932 se conserva en el Museu Nacional
d’Art de Catalunya, con número de catá-
logo 003940-CJT 35. A partir de mediados del
siglo XX, esta pieza ha atraído la atención de
los historiadores del arte por su marcada y
temprana influencia de la pintura italiana y,
en particular, de Giotto 36.
Lo que aquí interesa es su tabla central,
que representa al titular, san Vicente mártir,
revestido de diácono, bajo la escena de la
Pasión, con Cristo crucificado entre la Vir-
gen y san Juan Evangelista, mientras que a
los pies del santo y flanqueándolo aparecen
dos donantes arrodillados (figura 20). El de
la izquierda (figura 21) es un religioso ves-
tido de túnica blanca y manto negro, esto es,
Figura 20. Tabla central del retablo
de san Vicente de Estopiñán, con un fraile dominico 37. A ambos lados de su
el santo titular y los donantes cabeza aparecen sendos escudos ojivales, de
arrodillados a sus pies (Barcelona, los que el de su izquierda trae, de argén, un
MNAC, núm. de cat. 003940-CJT).

35
Puede verse la ficha técnica en <https://www.museunacional.cat/ca/colleccio/retaule-
de-sant-vicenc/mestre-destopanya/003940-cjt>.
36
Puede verse al respecto la síntesis de Rego (2018), que en muy buena parte refleja lo que
podría considerarse la vulgata actual sobre esta pieza.
37
Se ha planteado la duda de si el fraile podría ser cisterciense, pero en la Edad Media
su hábito era solo una túnica de tela cruda, usualmente representada mediante el blanco, como
puede apreciarse en la escena de la lactatio Bernardi reproducida en la figura 145. El actual escapu-
lario negro sobre la túnica blanca (que no puede confundirse con el manto que lleva el personaje
descrito, nunca usado por el Císter) no se adoptó hasta el siglo XIV, pero precisamente en esa
época los monjes de Poblet se resistieron con contumacia a aceptarlo, logrando finalmente del
papa Nicolás V la exención de su empleo, por el breve Apostolicæ servitutis, de 13 de octubre de
1447 (Doménech 1925: 75-78, Masoliver 1971: 314-16).

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Figura 21. El donante religioso de la tabla Figura 22. El donante laico de la tabla central
central del retablo de san Vicente de del retablo de san Vicente de Estopiñán.
Estopiñán.

jefe de gules (repintado sobre otro anterior, un poco más grande y desplazado
hacia la derecha, en el que parece que el jefe era de sable) y el de su derecha,
que trae, de argén, un trifolio de sinople; bordura jaquelada de oro y sable 38.
El donante que aparece a la derecha es un caballero, revestido de loriga y
sobreveste o perpunte, cubierto de un capacete y cuyo escudo se apoya en su
pierna izquierda (figura 22). Lo representado en el mismo resulta, a primera
vista, difícil de identificar. Hasta donde me consta, el único intento de blaso-
narlo ha sido el de Sánchez: «un escut de gules amb el que sembla una serra
tallant una estructura que pot ser una torre o castell» (2014: 16)
Aunque hasta hace poco todo eran dudas sobre el origen de este retablo,
los estudiosos, como suele ocurrir, no se habían detenido en las armerías de
los donantes. Ciertamente, en este caso, la rareza de los emblemas no facili-
taba la identificación de sus titulares, pero ni siquiera se intentó localizarlas.

38
Sánchez los blasona, con alguna incorrección, así: «el de l’esquerra duu un blasonament
que podem descriure com truncat, al primer de gules (vermell) i al segon d’argent o blanc; el de
la dreta, un escut d’or amb un arbre al mig, de sable (negre), amb una bordura amb escaquejat
del mateix color de sable» (2014: 16). El primer blasonamiento debería decir partit en faixa (cf.
Riquer 1983: I, 298), aunque en realidad es d’argent i un cap de gules (cf. Riquer 1983: I, 104 y II,
772). En cuanto a la figura del segundo, es sin duda una fulla de sinoble, no un arbre de sable. Sobre
su posible identificación, véase abajo.

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Figura 23. Detalle de las armas del Figura 24. armas de los lasierras. Piedra
donante laico del retablo de san Vicente de armera de fines del siglo XVII o principios
Estopiñán. del siglo XVIII en su casa solariega de Blecua
(provincia de Huesca).

Es más, en las descripciones habituales (como la de Rego 2018), ni siquiera


se menciona la presencia de emblemas heráldicos. Sin embargo, al menos
las del caballero, han resultado una pieza clave para esclarecer la historia
del retablo, gracias a las investigaciones de Sánchez (2014: 17-18 y 26), aún
muy poco divulgadas, por desgracia. Como ha establecido documentalmente
dicho autor, antes de 1345, en que falleció, el noble caballero Guillem Ramon
de Casserres legó al monasterio de Poblet su casa solariega en Estopiñán para
que se estableciese allí un priorato bajo la advocación de san Vicente, lo que
se llevó a cabo antes de 1385. Dada la procedencia y advocación del cuadro,
no cabe duda de que el retablo procede de dicho priorato y, por lo tanto, lo
más probable es que el donante laico sea su promotor. Volvamos ahora sobre
las armerías del caballero del retablo (figura 23).
El elemento almenado de la figura hace pensar, como sugería Sánchez
(2014: 16) en una torre o castillo, si bien la parte curva inferior haría pensar
en un puente. Sin embargo, si uno se fija bien, en las armas del caballero bajo
ese elemento que parece una construcción (tanto, que hasta está mazonado
a punta seca), se ve una hilera de dentada. Se trata, por tanto, de la hoja de
la sierra y lo que está encima es, pese a la apariencia, la pieza del bastidor
que sujeta esa hoja. En efecto, una sierra heráldica se corresponde al modelo
medieval de la sierra de carpintero 39. Esta se componía de un bastidor o arma-

39
Para la sierra como figura heráldica, vid. Cadenas (1976: 117 y fig. 1090) y García (2016). Al
parecer, es una figura característica de la heráldica oriental hispánica (véase la nota sieguiente),

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Figura 25. Armas de la abadía de Montserrat Figura 26. Lauda sepulcral del siglo XV
talladas en uno de los capiteles del claustro de los Montserrat en la parroquial de la
gótico construido en 1476 por Jaume Alfons y Asunción de Catí (Castellón). (Fotografía
Pere Basset, por iniciativa del entonces abad de Alfonso Boix, por cortesía del autor).
comendatario del monasterio, Giuliano della
Rovere (desde 1503, el papa Julio II).

zón de madera en forma de H (en catalán antiguo, gorniment, hoy bastidor),


cuyos extremos actuaban como empuñaduras o mangos (en catalán, mànecs)
y la central servía para mantenerlos unidos y de su centro partía hacia arriba,
formando una T invertida, un vástago vertical que enlazaba con una cuerda
horizontal (cat. corda) que cerraba el bastidor por la parte superior y servía
para tensarlo. Finalmente, en la parte inferior se fijaba la hoja (en catalán anti-
guo, serra o ferro, hoy fulla). Con este diseño se aprecia en diversas armerías,
la mayoría parlantes, aragonesas y catalanas (figuras 24 a 26) 40.
Pero, además de estos componentes, el bastidor posee cuatro remates
esféricos ajedrezados, ajenos a las representaciones habituales de esta herra-
mienta y que resultan demasiado llamativos y caracterizados como para ser
un mero ornamento o detalle de ejecución. Esto revela que estamos ante un
caso de armas parlantes resultantes de una descomposición del apellido en

pues no aparece recogida por Fox-Davies (1909), Neubecker (1976) ni Pastoureux (1993 y 1996);
tampoco por Riquer (1986) para la heráldica castellana, ni por Menéndez Pidal y Martinena (2001)
para la navarra. Renesse (1892-1903: IV, 758-759) recoge, además de ejemplos catalanoaragoneses
(Serra, Montserrat, Laseras) algunos más, la mayoría franceses (Alessier, Chirat, Langlois, Mes-
sier, entrer otros) y centroeuropeos (Hock, Malkas, Schellmann, Simmern, etc.), pero, al no estar
incluida esta figura en las láminas, no se puede comprobar si esta figura tiene la misma forma
que la sierra hispánica.
40
Para las catalanas, véase Riquer (1983: I, 288, y II, 790), de quien tomo la terminología
antigua, y para las aragonesas, Valero de Bernabé (2002: 321 y 658) y Montaner (2017: 226-227).

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Alberto Montaner Frutos

cas + serres, cuyo segundo elemento ha pasado al singular, serra, para la con-
figuración de las armerías, según un procedimiento habitual en estos casos
(cf. Montaner 2012: 52-53). En cuanto al primer término, la solución más obvia
sería una paronomasia cas ≅ casa, según el modelo de las bien conocidas armas
de Montserrat, que traen, de gules, un monte de oro (o al natural) aserrado
por una sierra de lo mismo (figura 25), aunque en este caso se trata de autén-
tica composición y no de un calambur.
Lo mismo se aprecia en el caso de varios linajes de apellido Mon(t)serrat
de la Corona de Aragón, entre ellos uno valenciano del cual se conserva una
lauda sepulcral del siglo XV en la parroquial de la Asunción de Catí (actual
provincia de Castellón), cuyas armas traían, [de azur], un monte aserrado por
una sierra, superado de cuatro estrellas, [todo de argén] y campaña cargada
de otro monte (figura 26) 41.
Frente a esa solución obvia, parece que aquí cas se ha tomado en su sentido
de ‘cazo’, compartido con cassa, ant. caça, del que aquella es forma apocopada
(DCVB, s. v.«cas3» y «cassa1»), dando lugar a esas esferas que, en términos
heráldicos, se traducen en sendos roeles jaquelados. Por tanto, el escudo del
guerrero del retablo de san Vicente puede blasonarse así: de gules, una sie-
rra de oro cuyo bastidor remata en cuatro roeles jaquelados de oro y sable.
En suma, constituyen unas armas parlantes que garantizan que el personaje
pintado representa a Guillem Ramon de Casserres, el promotor del priorato.
Por otro lado, la presencia de idéntico jaquelado en la bordura de una de
las armas que acompañan al clérigo donante sugieren la existencia de algún
tipo de relación, familiar o feudal, entre ambos personajes, mediante un pro-
cedimiento de fusión de armerías como los estudiados por Pardo de Guevara
y García González-Ledo (1993 y 1997) y que en este caso hace pensar en el
bien conocido jaquelado de los condes de Urgel, igualmente de oro y sable
(cf. Riquer 1983: I, 191-201), habida cuenta de que Estopiñán del Castillo esta
a solo 35 km de la Seo de Urgel, sin que, por el momento, se pueda precisar
nada más. Tampoco puede identificarse, como propone Sánchez, con «l’abat
de Poblet Arnau d’Eixamús, amb l’escut de Valls, d’on era originari, amb blasó
truncat de primer de gules i de segon de blanc (o argent) i l’altre escut que,
tal vegada, pertanyeria al seu senyal familiar» (2014: 18), por varias razones.
Ante todo, porque el personaje no es un cisterciense, sino un dominico,
como revela su hábito 42. En segundo lugar, porque esas armas no correspon-

41
Sobre esta lauda, véase Sanz Lacorte, Libro de armoria, s. v. «Montserrat». Suplo entre
corchetes los esmaltes (menos los de la campaña) por comparación con los de los Monserrat de
Fonz (Huesca) y Torre del Compte (Teruel), atestiguados por sus pruebas de ingreso en la Orden
de Malta (apud García-Menacho 1995: 113 y Valero de Bernabé 2002: 504a-b), amparándome en la
cercanía de estos últimos, pues Torre del Compte se encuentra a unos 90 km al norte de Catí.
42
Esto no es óbice, por cierto, para su adscripción al priorato de San Vicente de Estopiñán,
ya que los demás datos onomásticos, heráldicos y cronológicos concuerdan. Para la presencia
de dominicos en piezas cistercienses coetáneas, por ejemplo, en el retablo y frontal de altar del

46 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


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den, que se sepa, a ningún linaje de ese apellido. Finalmente, porque la utili-
zación, en un contexto como este, de unas armas locales (en caso de coincidir
con ellas, lo que no sucede 43, y de existir ya entonces, lo que es improba-
ble) sería completamente ajena a los usos del momento. Respecto del primer
escudo, el más parecido de entre los registrados pertenece al linaje nava-
rro-aragonés Funes, cuyas armas traen, de armiño, un jefe de gules (Armorial
de Aragón, f. 281r; Blancas, Aragonensium rerum commentarii, p.  338; Riquer
1983: I, 95 y 104). En cuanto al segundo, la única pista con la que contamos
por el momento es la hoja representada en sus armas, que parece ser de lúpulo
(Humulus lupulus) 44. La elección de una planta tan concreta apunta, una vez
más, hacia unas armas parlantes, pero el conjunto de sus denominaciones
vernáculas, tanto en catalán como en aragonés, es tan amplio que llevará
tiempo desarrollar esa línea de indagación 45.
Si una simple herramienta de menestral como la sierra de carpintero o la
hoja de una planta rastrera como el lúpulo o espárrago de culebra pueden
incorporarse sin complejos a unas armerías, resultan no menos ilustrativas
a este respecto las armas de los Padilla, que traen como figuras parlantes
unas padillas, es decir, unas humildes sartenes de freír 46, según explicaba ya
Covarrubias en su Tesoro, de 1611: «PADILLA, un género de sartén pequeña,
del nombre lat. patelli 47. El nombre de Padilla es muy ilustre en España. Traen
estos caballeros por armas cinco padillas» (p. 1334a). No obstante lo señalado
por Covarrubias, las representaciones y blasonamientos conocidos traen úni-
camente tres padillas 48. de este modo las describe Garcí Alonso de Torres en
su Blasón d’armas: «Traen por armas un escudo azul con tres sartenes» 49 y así
se las representa (colocadas en palo y puestas en faja) en el folio 181r de un

Corpus Christi (ca. 1335-1345) del monasterio femenino de Santa María de Vallbona (hoy en
Barcelona, MNAC, núm. de cat. 009920-000), estudiado por Melero (2002-2003) y Favà (2017: I,
357-358 y II, 433-453).
43
Las armas de Valls traen, de gules, una faja de argén (GEC, s. v.).
44
Agradezco esta sugerencia a mi llorado amigo Javier Delgado, estudioso de la botánica
representada en la plástica medieval (cf. Delgado y Lario 1998), quien falleció mientras concluía
estas páginas.
45
Véase la entrada «Nombres vernáculos de Humulus lupulus (Fam. Cannabaceæ) y táxones
infraespecíficos», en el Proyecto Anthos, del Real Jardín Botánico, accesible en línea en <http://
www.anthos.es/>.
46
Según expresaba Vittori en su Tesoro, de 1609: «Padilla, une poisle à frire, la cazza, o pade-
lla, o fretiera da frigere» (p. 454b).
47
Léase patella ‘cazuela o plato pequeños’, de donde, en efecto, viene padilla, así como
paella, en este caso a través del catalán valenciano, en el que originalmente designaba la paellera
(DCECH, IV, 339b-340b, s. v. «paila»).
48
Vid. Valverde (2001: 1234-1235). En todo caso, esa alternancia numérica de las figuras
heráldicas es frecuente (Montaner 2012).
49
Apud Riquer (1986: 217) y Valverde (2001: 1234); también en la Descripción del convento y
castillo de Calatrava la Nueva (ms. RAH B-82), al describir el sepulcro de Garci López de Padilla
(apud Valverde 2001: 1235).

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Figura 27. De los Padilla (de azur, tres padillas Figura 28. Armas de los Padilla según el
de argén), miniatura de Armas de Reynos y de grabado xilográfico estampado en la Nobleza
apellidos, y armas de linages de españoles (ms. del Andaluzía (f. 95r) de Argote de Molina.
BNE 11728, f. 181r).

armorial manuscrito anónimo del siglo XVII titulado Armas de Reynos y de


apellidos, y armas de linages de españoles y custodiado en la Biblioteca Nacional
de España bajo la cota MSS/11728 (figura 27) 50.
Ahora bien, la versión más usual de estas armas incorpora unos crecientes,
como recoge Argote de Molina, quien explica bien el origen toponímico del
apellido y parlante de las armerías:
Este apellido tuvo origen de el lugar de Padiella de Yuso, lugar de behetría
en la merindad de Castro Xeriz. […] Y por alusión del nombre de Padilla usaron

En el texto propiamente dicho no hay mención de autoría; en el tejuelo del lomo consta,
50

en capitales doradas de palo seco (por lo tanto, muy recientes) la mención gratia dei. Según
una nota escrita en el recto de la cuarta hoja de guarda volante inicial: «Esta copia se sacó de un
libro del duque de Villahermossa y aunque se pretende que es de Gracia Dei, pero por lo que
dize en alfunas partes dél, más parece el libro de los linages de Sotomayor. […] De donde parece
que deste linaje adelante será de Sotomayor y lo anterior de Gracia Dei». Se refiere a Antonio de
Sotomayor, al parecer, rey de armas de Felipe II y autor de un nobiliario inédito (Ceballos-Es-
calera 1993: 262, pero las cotas de la BRAH que ahí se recogen no son correctas), refundido a su
vez por Juan Pérez de Vargas en De los linages de España (ms. BNE 3009, otra copia en el ms. BNE
18468). En realidad, la obra contenida en el ms. BNE 11728 no es una unitaria, sino toscamente
compilatoria, como se apreciará por la cita inserta un poco más abajo. En el caso de los Padilla,
se basa en el Libro de armería de Diego Hernández de Mendoza, que dedica un detallado capítulo
a este linaje (pp.  988-989, cf. Valverde 2001: 619-624), aunque el anónimo compilador amplía
bastante los detalles heráldicos.

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por armas tres padillas de argén en campo azul y en torno dellas nueve medias
lunas de argén, como se ve en este escudo [= figura 28]. Y estas mismas armas
trae la Casa de Olaerreta, que es en la anteiglesia de Axpe de Busturia, en el
Señorío de Vizcaya. (Nobleza del Andaluzía, I, xc, f. 93r).

De este blasonamiento podría deducirse que las nueve lunas iban en orla,
pero en realidad adoptan una disposición bastante peculiar, como puede
apreciarse en la xilografía inserta en el f. 95r de la misma obra (figura 28),
a cuyo tenor, su blasonamiento preciso sería: de azur tres padillas de argén
colocadas en palo y puestas en faja, cada una de ellas superada, sostenida
y adiestrada de una luna de lo mismo, representadas como menguantes o
crecientes ranversados las del jefe, montantes o crecientes las de la punta y
crecientes contornados las de las respectivas diestras.
Los esmaltes son los mismos citados por Gracia Dei en su Vergel, f. 35b:
Pocas armas en Castilla
tenía Fernán González,
quando venció la rencilla
en Padilla y con padillas,
al capitán Armentales,
capitán de las fortunas
que las padillas y lunas
blancas vi [sic pro vio?] en el claro cielo,
a los moros venció en yelo
en Hitero [= Fitero] sus colunas.

La versión de los mss. BNE 3564, f. 80v, y 3231, f. 59r-v, como es frecuente
en las coplas de Gracia Dei, ofrecen un texto bastante diferente, aunque, por
lo que hace al blasonamiento, no lo altera:
Pocos tales en Castilla
tenía Fernán González,
quando venció la rencilla
con padillas en Padilla,
con el buen Fernán Menteles,
capitán de las fortunas
quien son padillas y lunas
blancas bien en claro cielo,
puso moros por el suelo
y dio con ellos atrás
y quitando sus columnas,
dieron tan alto su vuelo
que adelantados verás 51.

51
Alude a la patrimonialización en los descendientes de Juan López de Padilla († 1468) del
cargo de adelantado mayor de Castilla.

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En cambio, Hita blasona así: «traen


sartenes de oro y diez lunas en campo
açul» (Linajes y blasones, p. 704). De estas
variaciones de esmaltes ya había dado
cuenta Diego Hernández de Mendoza
en su Libro de armería (1496): «Traen por
armas éstos, tres sartenes blancas en
canpo azul y sobre cada sartén una luna
y otras tantas a los costados y abaxo al
cabo de la sartén, (tachado: p) blancas,
aunque este maestre,  52 en una capilla
que hizo en La Sysla de Toledo 53, pin-
taron [sic] las sartenes de oro» (p.  989;
véase la figura 29) 54.
A partir de esta obra, en las ya men-
cionadas Armas de Reynos y de apellidos,
Figura 29. Armas de los Padilla en
el Libro de armería (ms. BNE 18019, f. pese a lo que aparece en la miniatura
55vb), de Diego Hurtado de Mendoza. preinserta (figura 27) y en otra similar
incluida en el f. 182r, se blasonan las
lunas, además de atender también a la cuestión de los esmaltes (ff. 181r-182v):
Trahen por armas estas tres sartenejas en campo azul, y sobre cada sarte-
neja, una luna blanca, y a los costados y en lo bajo, en los cavos de las sartenejas,
otras sendas lunas más pequeñas. Mas {que} este mahestre arriba dicho, en una
capilla que hizo en La <S>isla de Toledo, mandó poner las sartenes de oro.
Las armas son estas: las sartenejas blancas y el campo azul, como están aquí.
Otros de Padilla que se llaman de los Gutiérrez 55, trahen las padillas de oro en
campo de sabla [sic], así como están en una capilla <de> Alcalá Abençayde,
que agora se llama Alcalá <la> Real 56, {e} porque los López trahen este escudo

52
Se refiere a Fernando de Padilla, maestre electo de la Orden de Calatrava en 1443 (Val-
verde 2001: 621).
53
Se trata de la iglesia de Santa María de la Sisla, centro de la comarca toledana de La Sisla
(cf. Jiménez de Gregorio, 1996: 9).
54
Reproduce el pasaje casi a la letra Garci Alonso de Torres en su Blasón y recogimiento de
armas y su Espejo de nobleza (cf. Riquer 1986: 217 y Valverde 2001: 1235); para su dependencia de
Hurtado de Mendoza, vid. Valverde (2001: 638-639 y 680). La redacción A del Libro de armería es
más escueta, pero recoge el componente parlante: «Estos traen por armas un escudo azul con
tres padillas o sartenes blancas y, sobre cada padilla, una luna blanca, y a los costados dellas y
debaxo a los cabos, en cada otra luna» (cap. LVIII, f. 55vb). La miniatura adjunta (figura 29) es la
única representación que conozco en la que las padillas están puestas dos y una, en lugar de en
faja.
55
Es decir, los Gutiérrez de Padilla, diferenciados así de la rama de los adelantados de
Castilla, cuyo patronímico es López, como indica a continuación. Para las armas de Gutierre de
Padilla, vid. Valverde (2001: 1235).
56
En efecto, ese era el nombre primitivo de dicha localidad giennense, llamada en las
fuentes andalusíes Qalˁat Banī Saˁīd (Cano Ávila 1999).

50 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 30. Armas de los Padilla miniadas Figura 31. armas de los padilla || de
en el Vergel de nobles y de linajes de España al|hama. Piedra armera del palacio de Padilla,
(ms. BNE 3564, f. 80v) de Pedro Gracia Dei. Alhama de Aragón (Zaragoza), labra de ca. 1650
(fotografía de Ganna Goncharova).

que aquí está señalado. […] Las armas que trahen los de este appellido son tres
sartenejas de argén, como están aquí; otros las llaman paellas.

La miniatura que acompaña a los versos de Gracia Dei en el ms. BNE 3564
(figura 30), la cual puede relacionarse con la que ofrece Argote de Molina
(figura 28), representa las padillas de una forma irreconocible; no así la piedra
armera del palacio de Padilla en Alhama de Aragón (Zaragoza), donde se
identifican perfectamente (figura 31).

II.3. De troles, blemios y demonios


Por más que la heráldica hispánica sea muy proclive a las armas parlantes,
estas se documentan por doquier 57 y en ocasiones dan lugar a desarrollos
no menos imaginativos o pintorescos que los ya vistos en la búsqueda de

57
Cf. Pastoureau (2009: 179-92), quien considera que este recurso de creación de armerías
se da sobre todos en los países germánicos (p. 189), apreciación que hay que poner en suspenso
mientras no se haga una cuantificación mínimamente rigurosa, la cual tiene como obstáculo la
dificultad (ejemplificada por algunos de los casos aquí analizados) de reconocer unas armas
parlantes, a lo cual alude el mismo autor, con apreciaciones bastante certeras (pero dejando de
lado, como de costumbre, la heráldica hispánica), en las pp. 185-86, como ya había hecho antes
en su célebre Traité d’héraldique (Pastoureau 1993: 251-52).

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Figura 32. Armas de los Trolle en el registro de Figura 33. Armas de la familia Trolle
matrícula de la Universidad de Heidelberg, asiento en la reja de su capilla funeraria (ca.
del 24 de junio de 1658 (Universitätsmatrikel, Band 1700) en la iglesia de Näs, en Trollenäs,
IV, Cod. Heidelberg. 368, 51.ª, f. 175v). provincia sueca de Escania. (Fotografía
de David Castor, bajo licencia Creative
Commons).

referentes visuales que permitieran el juego de palabras que está en la base


de este tipo de emblemas. Así se aprecia en el caso de la prominente familia
sueca y (desde mediados del siglo XVI) también danesa apellidada Trolle (en
danés, a veces, Trold), la cual adoptó por armas, hacia 1440, un trol de gules
en campo de oro 58, como puede apreciarse en las figuras 32 y 33 59.
El trol es una figura mítica de la tradición germánica y particularmente
escandinava, donde designa a los gigantes hostiles:
Es una figura vinculada a la magia negra y a la enfermedad. Aparecen como
seres de gran tamaño y extremadamente feos. Viven en cavernas y con frecuen-

58
Vid. Hiort-Lorenzen y Thiset (1900: 468), Von Irgens-Bergh y Bobé (1926: 413) y Raneke
(1982-1985: I, 412-13). Por su parte, Rietstap (1884-1887 II, 941a), recoge, junto a las armas primi-
tivas, las más complejas de las tres ramas con sendos títulos de barón (los daneses creados en
1672 y en 1701, el sueco en 1816). En todos los casos, considera al trol como un diablo sin cabeza
y con la cara en el pecho.
59
La figura 32 acompaña a la mención de tres miembros de la familia Trolle (llamados
Burger, Olger y Herolovius), con la indicación latina Dani (‘daneses’), en el registro de matrícula
núm. 175, con fecha de 24 de junio de 1658, durante el rectorado del conde Federico de Nassau
y el vicerrectorado del doctor Jacob Israel; vid. Toepke (1884-1886: II, 330). Dicho autor también
identifica al «nackter, haariger, enthaupteter, rother Mann […] mit langem Schweif» de estas
armas con un Teufel o ‘diablo’ (n. 6, pp. 330-31).

52 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 34. Los blemios en el Libro del conosçimiento Figura 35. «Come Alexandre trouva gens
de todos los rregnos, según el ms. Z, de ca. l450-l475 sans teste», encuentro de Alejandro con
(Munich, Bayerische Staatsbibliothek, Cod. los blemios en el Roman d’Alexandre en
hisp. 150, f. 5rb). prose. Miniatura de ca. 1445 del Talbot
Shrewsbury Book (Londres, British Library,
Royal 15 E vi, f. 21v).

cia perjudican a la gente. En el folclore danés y sueco la palabra troll sirve para
designar en general a los seres intermedios mitológicos. (Martínez Maza 2000).
In Scandinavian mythology, one of a race of supernatural beings formerly
conceived as giants, now, in Denmark and Sweden, as dwarfs or imps, suppo-
sed to inhabit caves or subterranean dwellings. […]
1856 R. W. Emerson Eng. Traits v. 81 The Scandinavian fancied himself
surrounded by Trolls,–a kind of goblin men, with vast power of work and
skilful production. […]
1867 W. T. Brande & G. W. Cox Dict. Sci., Lit. & Art (new ed.) III. 860/1
These Trolls are superior to man in strength and stature, but far beneath him
in mind. (OED, s. v. «troll2»)
Es el nombre genérico del pueblo encantado y de los duendes en los países
escandinavos. La palabra significa sencillamente «espíritu malvado, demonio
o monstruo». […] Su aspecto a menudo es poco agraciado: las más de las veces
son enanos, con joroba y la nariz larga; visten de gris, con la clásica gorra roja de
los seres encantados. Sin embargo, en los mitos más antiguos los mismos eran,
en cambio, gigantes. [Ambos] pertenecen, en efecto, a un nivel de estructura
simbólica en el que la fluctuación dimensional es simplemente indicativa de
un status extrahumano. (Izzi 2000: 477a-b).

En estas armas se lo representa con el rostro en el torso 60, en la tradición


iconográfica de los blemios (< griego Βλέμ(μ)υες), originalmente nombre de

60
El artista que pintó la figura 33 olvidó incluir la cara, pero está aparece en todas las
fuentes mencionadas en la nota 58.

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Alberto Montaner Frutos

un pueblo etiópico o nubio (Bailly 1963:


363a) 61, el cual, desde la Edad Media, se
creía que habitaba en la Europa septen-
trional 62, como recoge el Libro del conosçi-
miento, compuesto hacia 1390: «E sabet
que Nuruega adelante contra la trasmon-
taña es tyerra desavitada en que faze el
ayno todo un día e una noche. Cada un
día faze seys meses e otros seys meses la
noche, e ay ende unas gentes que han las
Figura 36. Dos demonios (uno de cabeças fincadas en los pechos, que non
ellos representado con caras en la
han cuello ninguno» (texto del ms. Z, f.
cabeza, el pecho y el bajo vientre) traen
maniatado al mago Hermógenes ante 5rb = p. 159a; véase la figura 34).
el apóstol Santiago. Tabla del retablo En algunas representaciones, como la
de Santiago el Mayor, del siglo XV, de la figura 35, se les atribuían además
hoy conservado en la parroquial de rasgos propios del hombre salvaje (sobre
Santa María de Maluenda (Zaragoza),
el cual véase Bartra 1996), como el estar
procedente del convento de las
Redentoristas de Ágreda (Soria). cubiertos de pelo.
Esta condición peluda, aunque más
hirsuta, se daba también en la imagen
tradicional del trol: «In the Hrolfs Saga Kraka, we meet with a troll in a boar’s
shape» (Baring-Gould 1865: 50). Todo ello explica que, puestos a representarlo,
se buscase inspiración en estos blemios trasladados a la región hiperbórea. No
obstante, el representado en las armas de los Trolle acusa también el influjo
iconográfico del demonio 63, que en algunas figuraciones presenta también la
cara en el pecho (figura 36), aunque esta influencia se advierte sobre todo en
el color rojo, en los cuernos de la cara (que se aprecian mejor en la cimera, que
representa solo esta última, más parecida, con todo, a la de un oso que a la de
un diablo) y en la presencia de cola, si bien con una borla peluda que se aparta
del habitual remate demoníaco en forma de flecha. Igualmente responden al
modelo diabólico las garras con que aparece en la figura 32.
De hecho, su asimilación diabólica, aunque en términos de los más inofen-
sivos demonios familiares, era común en la época, como muestra el siguiente
pasaje del padre Calmet, Traité sur les apparitions, vol. I, cap. xxix, p. 252:

61
Así aún en los Gesta Romanorum, 175: «In Libia sunt alique femine sine capite, os et oculos
habentes in pectore»(p. 574).
62
Vid. Lacarra, Montaner y Lacarra (1999: 35a-b y 87a-b), Izzi (2000: 80-81) y Bovey (2002:
8, 20-21 y 51).
63
Para la iconografía del demonio, véase Duchet-Suchaux y Pastoureau (1996: 134-35), Izzi
(2000: 135b-137b) y Le Goff (2009: 108-109, 170-179).

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Un nouveau Voyageur des pays Septentrionaux 64, imprimé·à Amsterdam


en 1708, dit que les peuples d’Ilsande·sont presque tous Sorciers; qu’ils ont des
Démons familiers qu’ils nomment Troles, qui les servent comme des valets, qui
les avertissent des accidens ou des·maladies qui leur doivent·arriver; ils·les
réveillent pour·aller à la pêche quand il y fait bon, & s’ils y vont sans l’avis de
ces Génies , ils ne réussissent pas.

Esto revela que, al dotar de forma plástica a un ser que carecía de iconogra-
fía propia, se recurrió a una combinación del blemio peludo y del demonio, lo
que permitía representar, de forma coherente con las creencias tradicionales,
a la especie de ogro que constituía el trol.
El diseño de estas armerías es, por cierto, un buen ejemplo de cómo los
emblemas en general y los heráldicos en particular no tienen de suyo un
componente simbólico, sino que se rigen por el principio de identificación,
en virtud del cual la homofonía total o parcial que está en la base de las
armas parlantes resulta de mayor importancia (al menos en principio) que
las posibles connotaciones negativas de las figuras adoptadas en aplicación
de aquella (vid. Montaner 2010: 60-61 y 2012: 48-49). Se expresa en sentido
contrario Pastoureau, L’art héraldique du Moyen Âge, cit. en n. 50, p. 192, quien
señala la renuencia a adoptar «la figure qui aurait pu constituer un emblème
[…] par trop péjorative» y, en particular, de animales «prenant place dans le
bestiaire du diable». Sin negar que en ocasiones las connotaciones ligadas a
las figuras hayan influido en su selección o rechazo (compárese lo dicho sobre
los Maza de Lizana y los Martel, pero, ex contrario, lo relativo a los Padilla), no
parece que ese aspecto haya sido determinante. En todo caso, la incidencia de
dicho factor (nada fácil de determinar, por otro lado) sin duda ha sido variable
según épocas y lugares. A este respecto, considero mucho mejor fundada una
apreciación previa del mismo Pastoureau, antes de que se dedicase de lleno
al simbolismo medieval, en su Traité d’héraldique (1993: 157):
Le contraste entre l’immense vogue de la légende de la licorne à la fin
du Moyen Âge et sa rareté dans les écus souligne, une fois encore, les faibles
influences que les traditions religieuses, symboliques et folkloriques ont exercé
sur les armoiries, ou du tout du moins sur les armoiries véritablement portées.

III. INVENTIVA QUIMÉRICA


Las últimas armerías analizadas permiten enlazar con una de las más
obvias manifestaciones heráldicas de la imaginación emblemática, la de las

64
Es decir, una guía de viaje a Escandinavia e Islandia.

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Alberto Montaner Frutos

figuras quiméricas, también denominadas monstruos 65. Heredadas de la mito-


logía antigua o de nueva creación, se trata de figuras que han fascinado de
larga data a los estudiosos y aficionados a la heráldica, a pesar de su escasa
frecuencia, aspecto sobre el que ya llamó la atención Pastoureau (1993: 154).
La cuestión es que la cuantificación no basta por sí sola, dado que, además de
la visibilidad de un emblema (que es una función directa de su frecuencia),
hay que tener en cuenta su impacto, que depende de la relevancia de su titu-
lar o de la impresión que causa su diseño (cf. Montaner 2002). Esta última se
aprecia desde los primeros manuales sistemáticos y no falta una introducción
a la heráldica que prescinda de un capítulo o apartado dedicado a esta clase
de figuras 66, e incluso hay varias obras dedicadas específicamente a ellas 67.
Ahora bien, si su repertorio es bien conocido, no sucede lo mismo con sus
vicisitudes históricas ni con su uso, más allá de ejemplos aislados y de la
impresión (más que constatación fehaciente) de que su introducción procede
a menudo del campo paraheráldico de la cimeras y divisas.

III.1. Leones monstruosos y testas coronadas


Desde la perspectiva aquí adoptada, resultan de interés dos casos de figu-
ras quiméricas protoheráldicas, aunque carentes de continuidad, puesto que
ilustran los procesos de la imaginación creadora en el terreno emblemático.
Como es bien sabido, el primer emblema hispánico de tipo heráldico (aun-
que aún una señal protoheráldica) fueron los leones o cabezas de león que
aparecen en monedas acuñadas durante el reinado de Alfonso VII de León
y Castilla, con la inscripción imperator o svperrex, que en general fueron
posteriores a su coronación como imperator totius Hispaniæ en la Catedral de
León en mayo de 1135 68. Menos conocido es el hecho de que en estas mone-

65
No en vano, el ya clásico libro de Dennys, The heraldic imagination (1976), trata básica-
mente de los que en inglés se denominan más a menudo heraldic monsters que chimerical creatures
o beasts.
66
Desde obras seminales como la del padre Menestrier si, La Méthode du Blason, p. 33, pero
sobre todo en la edición refundida Nouvelle méthode du Blason raisonnée, ou de l’Art Héraldique,
pp. 165-69. Para España han de mencionarse las de Aldazával y Murguía, Compendio heráldico,
lib. I, cap. xvii, pp. 162-165, y el marqués de Avilés, Ciencia Heroyca, vol. I, tratado IV, cap. iv, pp. 417-
421. Entre las obras contemporáneas pueden citarse Fox-Davies (1909: 218-32), Neubecker (1976:
114-117, 122-126 y 130); Pastoureau (1993: 154-58), o Messía de la Cerda (1990: 156-57).
67
Como la ya mencionada de Dennys (1976) o la de Montells (1999) Añádase la sección
correspondiente del clásico estudio de Pastoureau de sobre el bestiario heráldico (1972: 332-344),
o la del repertorio de Nigg (1999: 203-14). Véase, además, en este mismo número de Emblemata,
la contribución de Juan José González.
68
Hay también una supuesta referencia a este emblema, que sería igualmente el de la mili-
cia de la ciudad de León, en los versos 88-90 del Prefatio de Almaria o Poema de Almería, un poema
épico latino en hexámetros compuesto alrededor de 1150. Sin embargo, lo más probable es que
se esté refiriendo ahí a una cruz procesional, objeto que, además de poderse dorar (literalmente),
corresponde mejor al uso apotropaico allí descrito; vid. Gil (2013: § 77).

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Figura 37. Dinero de vellón de Alfonso Figura 38. Dinero de vellón de Alfonso
VII, que trae, en el anverso (a), dos leones VII, que trae, en el anverso (a), un león
afrontados, con sus cabezas formando una monstruoso coronado, con la leyenda leon
sola, sobre una cruz patada, con la leyenda y, en el reverso (b), una cruz patada con la
l i l (?) y en el reverso (b), una cruz patada leyenda toelta (sic pro toleta).
con la leyenda inpepatoi (sic pro imperator). Dibujo de Heiss (1865-1869: I, lám. 2, núm. 8
Ceca de León, hacia 1150-1155. de dicho rey).

das aparecen también los que son probablemente los primeros «monstruos»
heráldicos. Uno es un león bicorpóreo, formado por dos leones rampantes
afrontados que comparten una cabeza (figura 37); el otro es un león pasante
con cabeza de hombre coronado (figura 38) 69.
La primera figura no es fácil de explicar. Podría pensarse que los dos leo-
nes aluden a los reinos de Castilla y León, unidos bajo el caput regni de don
Alfonso 70, pero este simbolismo, aunque aceptable a primera vista, implica
el uso del león no como emblema del reino homónimo, sino como símbolo
de la noción misma de reino, lo que no solo carece de paralelos, sino que
supone un grado de abstracción en la concepción institucional de los reinos
difícilmente compatible con la visión patrimonial que preside el reparto hecho
por el emperador a su muerte en 1157, legando Castilla a Sancho III y León a
Fernando II 71. En todo caso, Fernando II acuñó dineros con una composición
relacionada, a saber, dos leones de tronco unido (figura 39) 72, lo que no puede
relacionarse con los dos reinos y deja claro que el león es solo el emblema

69
Para las acuñaciones de Alfonso VII, véanse Heiss (1865-1869: I, 7-17 y láms. 1-3); Gil
Farrés (1976: 315-22) y Roma Valdés (2000: 55-81). La figura 37 la incluyen Roma Valdés y Rodrí-
guez Prados (2012), quienes señalan que la leyenda del anverso muestra «una L invertida, una
I y una L» y apostillan que «Carecemos de datos para interpretar las letras de la parte superior
de este tipo».
70
Esta interpretación queda implícita en el comentario de Roma Valdés y Rodríguez Prados
(2012): «La presencia de dos leones en el mismo tipo es un tipo que apreciamos en las monedas
de los años anteriores a 1157, cuando el reino de Castilla anticipa su escisión del reino de León».
71
Para la diferencia entre el reino como patrimonio del monarca y como institución presi-
dida por la corona, véase García-Pelayo (1968).
72
Heiss (1865-1869: I, 19-20 y lám. 3, núms. 3 y 5), Gil Farrés(1976: 319 –lám. L, núm. 199,
con dudas sobre su atribución– y 324; Roma Valdés (2000: 79), quien los atribuye a Alfonso VII,
sin explicar la causa; cf., en sentido contrario, Roma Valdés y Rodríguez Prados(2012): «Cono-
cemos monedas con dos leones separados por una cruz o a los lados de un árbol, por otra parte
propio de los dineros del rey leonés de 1200».

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Alberto Montaner Frutos

Figura 39. Dinero de vellón de Figura 40. Hombre tigre (man-tiger) en el standard
Fernando II, que trae, en el anverso o gonfalón de sir Anthony Babington. Dibujo a
(a), una cruz patada con la leyenda pluma de Thomas Willement, entre 1830 y 1832,
leo civita<s> y, en el reverso (b), dos copiado de un códice original de ca. 1531-1532
leones pasantes unidos por la cintura, conservado en Londres, College of Arms, MS I-2.
acompañados, encima, de un creciente
y cuatro puntos y, debajo, de una roseta
y un objeto irreconocible. Dibujo de
Heiss (1865-1869: I, lám. 3, núm 5 de
dicho rey.

parlante del rex Legionis, frente al castillo del rex Castellæ (compárese la figura
44). A la luz del tipo monetal de Fernando II, parece que la presencia de dos
leones constituye una simple variación gráfica del emblema parlante, carente
de capacidad distintiva.
En cuanto al león monstruoso 73, ofrece un precedente (pero no un antece-
dente, ya que no existe, hasta donde sabemos, filiación entre ellas) de figuras
quiméricas bien conocidas, como la mantícora (un león con cabeza humana y
cola con púas de puercoespín, o de escorpión, o bien formada por una serpien-
te) 74 y el hombre tigre (un tigre con cabeza humana y manos y pies de mono),
como el llevado en su enseña por sir Anthony Babington: un hombre tigre de
púrpura con cabeza de anciano al natural (rostro de carnación y cabello gris),
acollarado y encadenado de oro, acompañado de siete dragones exployados
de gules movientes de sendos bureletes de argén y sable (representaciones de
su cimera) y del lema foy est tovt, todo ello sobre paño blanco (figura 40) 75.
El hombre tigre es, históricamente, una mera variante de la mantícora,
con el nombre cambiado (por etimología popular en inglés) de manticore ~
mantycore ~ mantycor, a través de formas como mantigora y mantegre, a manty-
gre ~ mantyger > man-tiger (OED, s. vv. «†mantegar», «manticore» y «man-ti-

73
En el sentido de que «tiene figura o cara humana y el resto de animal» (Cadenas 1976:
96a, cf. Pastoureau 1993: 157).
74
Este animal fabuloso procede, a través de las novelas y los bestiarios, de la tradición
clásica; vid. Dennys (1976: 114-117) y Nigg (1999: 42-48, 74 et passimk).
75
Sobre este emblema, véase Howard de Walden (1094: 240). Dadas las fechas presumibles
del códice (hacia 1530), se trata de un homónimo del personaje más conocido de ese nombre y
miembro de la misma familia, el aristócrata inglés que conspiró con la reina María I de Escocia
en el conocido como complot de Babington contra Isabel I de Inglaterra, siendo ejecutado por
alta traición el 20 de septiembre de 1586.

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Figura 41. Manticore según Topsell. Xilografía


incluida en The History of the Four-footed Beasts and
Serpents, p. 344.

Figura 42. Armas del general Pavel A.


Labutin, en las que campea un polkán,
pintadas al guache por Mixaíl Ĭu.
Medvédev (reproducidas por cortesía
del autor).

ger», §§ 3-4). En razonable opinión de Dennys, The heraldic imagination, cit.


en n. 62, p. 117, es necesario «to separate the Manticore from the Mantyger,
the former name being applied only to the creature described in the bestiaries
and illustrated by Topsell [figura 41]. The Mantyger would then be the crea-
ture depicted by the late fifteenth and early sixteenth century heralds, which
was inspired by the ‘Babyon’ or baboon of natural history». Esto, por cierto,
sugiere que la singular enseña de Babington tenga en realidad un origen par-
lante, mediante un calambur Babin – gton y una paronomasia babin- ≅ babyon
~ babwyn ~ baboyn ~ babon (para estas formas, véase OED, s. v. «baboon»).
Un interesante caso de poligénesis se aprecia en otra variación sobre este
tipo icnográfico, el polkán de las armerías personales del general del ejército
ruso Pavel A. Labutin, diseñadas y ejecutadas por el prestigioso heraldista
Mixaíl Ĭu. Medvédev (figura 42), las cuales traen, de gules, un polkán o león
centauro de argén, revestido de coraza y brazales de oro, sosteniendo en la
diestra una cimitarra de argén y en la siniestra un diploma enrollado de oro
con sello de gules pendiente de lemnisco de oro, y surmontado de tres estre-
llas de cinco puntas de oro. Al timbre, yelmo con almófar de argén y lambre-
quines de oro y gules, con capirote del segundo en cuyo vértice confluyen, por
cimera, tres flechas abajadas de oro, de las que la central lleva una grímpola
palada de azur y oro. Bajo la punta del escudo, listel de gules con el lema en

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Alberto Montaner Frutos

Figura 44. Dinero de vellón de Alfonso


VIII, que trae, en el anverso (a), una cruz
cercenada con la leyenda anfvs rex y, en
el reverso (b), un castillo sumado del busto
Figura 43. El bogatyrʹ (héroe épico folclórico de un rey coronado flanqueado por dos
ruso) Bova Korolévič lucha con Polkán. Lubok estrellas, con la leyenda <ca>ste<l>a.
(tipo de estampa popular rusa) xilográfico Dibujo de Heiss (1865-1869: I, lám. 4, núm 13
coloreado a mano, del siglo XIX. de dicho rey).

capitales cirílicas de oro · семья ·друзья победа · (semʹĭa, druzʹĭa, pobeda =


‘familia, amigos, victoria’).
El polkán tradicional es un tipo de centauro, como explica Afanasʹev
(1865-1869: I, 625): «Полканъ съ головы по поясъ человѣкъ, а туловище
лошадиное; въ одинъ скокъ дѣлаетъ онъ семь верстъ; на картинкахъ
изображаютъ его съ лукомъ и стрѣлами, или съ вырваннымъ изъ земли
деревомъ» = ‘El polkán es, desde la cabeza a la cintura, un hombre, pero el
cuerpo es de caballo; de un salto cubre siete leguas; en las estampas se lo puede
ver con un arco y flechas, o con un árbol arrancado del suelo’ (figura  43).
Sin embargo, en este diseño, el torso de hombre se ha sumado a un cuerpo
de león, debido a las especiales connotaciones del mismo, que Medvédev
explica así: «Initially General Labutin could not imagine his arms without a
tank machine but he learned my disapproving opinion with resolution – and
accepted a funny folklore monster (a polkan) instead» 76. Claro está que, para
hacer que el polkán aludiese a un tanquista y no a un jinete, era conveniente
sustituir el caballo por el león. Esta adaptación es tanto más aceptable cuanto

76
Recogido en su muro de Facebook, accesible en línea en <https://www.facebook.com/
photo.php?fbid=1089115262354&set=a.1089110022223&type=3&theater>. La opinión a la que se
refiere la había expresado Medvédev en (2012: 101): «Los elementos de la técnica moderna pue-
den quedar justificadas en heráldica por todas las razones formales, pero no por el buen gusto.
No se trata de una condición ocasional y vana, sino que (como es habitual en las normas de
civilidad) tiene una razón profunda: las formas técnicas nuevas envejecen con más rapidez que
las viejas. La rueda será reconocible por siempre; el más reciente gadget puede ser irreconocible
mañana mismo. Así pues, ¿por qué debemos representar las tecnologías digitales por un orde-
nador, si podemos usar flores de dedalera (en alusión a lo digital) o una araña con su red (en
referencia a la web)?».

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

que, etimológicamente, el polkán (del


italiano pulicane) 77 tendría que haberse
asimilado a un perro (it. cane), pero en
ruso se asoció a un caballo (rs. konʹ) por
etimología popular (Vasmer 1964-1973:
III, 311).
La semejanza formal de estas figu-
ras no puede ocultar, por otra parte, las
enormes diferencias funcionales con la
singular creación acuñada por Alfonso
VII, en la que el contenido del emblema
(su capacidad para transmitir el retrato
social del titular) se equipara a su sen-
tido (su capacidad para identificarlo).
En este caso, el emblema parlante adop-
tado como rex Legionis se combina con su
propia cabeza como caput regni, creando
un símbolo de su dignidad de rey de
León y, al mismo tiempo, de rey como
león, el rex ferarum 78. El caso equivalente
respecto de las armas del rex Castellæ lo
constituye el castillo del que surge un
busto regio en las monedas de Alfonso
VIII (figura 44) 79. Figura 45. Armas de la ciudad de
Tanto el león monstruoso de Alfonso Burgos (un busto de rey barbado y
VII como el castillo sumado de busto coronado, portando un manto cargado
regio de su nieto homónimo comparten de tres castillos y flanqueado de otros
dos), sostenidas por un heraldo o
la equiparación del caput regis o cabeza
macero con dalmática sembrada de
física del rey con el caput regni o cabeza Castilla y, en un listel, el lema capvt
del cuerpo político del reino, según la caste<lle>. Grupo escultórico de
bien conocida concepción medieval del Ochoa de Arteaga en el Arco de Santa
doble cuerpo del rey 80. La misma concep- María de Burgos, entre 1536 y 1553.

77
«Pulicane (ant. pullicané), sm. Letter. Mostro fantastico per metà uomo e per metà cane.
– […] Andrea da Barberino, 1II-326: […] uno che aveva in prigione, chiamato Pulicane, il quale era
mezzo uomo e mezzo cane: cane era dal mezzo in giù, e dal mezzo in su era uomo; e correva
tanto forte che non era altro animale ch’egli non giugnesse a correre e parlava molto bene; ed era
figliuolo d’uno cane e d’una cristiana, la quale fu gentile donna» (GDLI, vol. XIV, p. 918a).
78
Para la interpretación de esta figura, cf. Menéndez Pidal (1982: 24, 2011: 29-31) y Moralejo
(1992: 140).
79
Vid. Heiss ((1865-1869: I, 66 y lám. 3, núms. 13 y 14), Gil Farrés (1976: 154-55), De Francisco
(2014: 231-32). Para su interpretación, cf. Menéndez Pidal de Navascués (1982: 52 y 2011: 64).
80
Vid. Kantorowicz (1957: 256), citando a san Bernardo de Claraval: «Hoc dictat ratio natu-
ralis, cum dictat quod omnia membra dirigantur a capite, subserviant capiti et pro capite se
exponant. […] Caput autem regni rex est». Una formulación más amplia es la del jurisconsulto

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Alberto Montaner Frutos

Figura 46. Armas de la ciudad de Burgos y, en un listel, el lema


insinia civitatis, esculpidas en el cimborrio de la catedral,
erigido bajo la dirección de Juan de Vallejo, a partir de un diseño
de Juan de Langres, entre 1539 y 1568.

tualización jurídico-política fundamenta también las armas de la ciudad de


Burgos, lo que se hace especialmente evidente en las labras del Arco de Santa
María, en las que la capitalidad del reino, expresada por la leyenda capvt
castelle, corresponde a la figura del escudo, un busto de rey con un manto
con las armas de Castilla y acostado él mismo de sendos castillos (figura 45).
Las mismas armas (un busto de rey barbado y coronado, portando un
manto con una franja sembrada de castillos y flanqueado de otros dos) cam-
pean, timbradas por una vista de la ciudad amurallada (que actúa a modo de
corona mural), sostenidas por dos leones, en el cimborrio de la catedral, esta
vez con la expresiva leyenda insinia [sic] civitatis (figura 46).
Ninguno de los precitados motivos numismáticos ha dejado descendencia
emblemática directa. Podrían serlo, quizá, indirectamente las armas de Soria,
las cuales, como apunta Menéndez Pidal (1982: 52 y 2011: 64), parecen ins-
pirarse en la composición acuñada por Alfonso VIII. Esto podría encontrar
refrendo en lo que escribía el historiador Miguel Martel a fines del siglo XVI:
la ciudad de Soria trahe por armas un Alcázar y sobre la Torre del omenaje un
rostro coronado de Rey, y en algunos sellos de la ciudad está el Rey a cavallo
a la puerta de la fortaleza; por orla del escudo tiene estas letras: «Soria pura,

Lucas de Penna, quien habla del princeps como «caput reipublicaae, et res publica eius corpus»
(cit. en p. 216). Otro jurisperito, Oldrado de Ponte, apela al mismo concepto en la transición del
corpus mysticum de la Iglesia a la universitas de las agrupaciones humanas: «Et quod unum tantum
sit caput, prout probatur primo ex corporis mystici ad corporis veri similitudinem. Sicut enim in
corpore naturale unum est caput, […] sic in corpore mystico […]. Constat autem quod universitas
et religio unum corpus repræsentat» (cit. en p. 209).

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

cabeça de estremadura». Y no puedo declarar los colores ni los metales de


que se compone, porque los mismos a quien les toca no lo saben. […] El Rey
coronado sobre la torre de omenaje es el Rey don Alonso el noveno, que se
crio en la ciudad de Soria, de cuya crianza escriven de propósito el Arçobispo
don Rodrigo lib. 6 de su Chronica, c. 15; la Historia General, 4. p., c. 8; Gerónimo
Çurita. lib. 2 de los Anales de Aragón, c. 21 81.

El monarca referido es, según la numeración actual, Alfonso VIII, por com-
putarse a menudo entonces entre los reyes castellanoleoneses a Alfonso I de
Aragón, tal y como habían hecho los cronistas alfonsíes en su Estoria de España
(vid. Gimeno Casalduero 1960). Los autores allegados en el pasaje preinserto
refieren cómo el conde don Manrique de Lara y sus hermanos «regem pue-
rum Sorie dimiserunt sub fideli custodia in parrochia Sancte Crucis» 82. Pese
a lo que señala Martel, la estancia soriana del rey niño fue bastante breve,
entre 1162 y 1163 (Martínez Diez 2007: 30-33), aunque ello no obsta para que
en Soria la situación se recordase de otro modo y se quisiese aludir a ello con
el citado «rostro coronado de Rey». Esto, sin embargo, plantea al menos tres
problemas: uno es que el citado tipo monetal de Alfonso VIII fuese conocido
en la ciudad e identificado con dicho monarca; otro es que tal explicación
exige ya la concepción moderna del origen conmemorativo de las armerías,
y finalmente, que el diseño original de esas armas era distinto.
En efecto, como recoge el propio Martel, la versión ofrecida por el sello
medieval del concejo que representa la muralla de la ciudad, por cuya puerta
sale un rey a caballo, con corona y espada alzada, con la leyenda, en torno,
+  soria ~ pura ~ + ~ cabeça ~ de ~ estremadura 83. Así se aprecia en el

81
Martel, De la fundacion de Soria, ff. 112v-113r. Sobre la autoría de esta obra, véase Ayuso
(1922; 8-13; en las pp. 159-60, transcribe un pasaje, distinto del aquí citado, del capítulo dedicado
al escudo soriano), así como los apuntes de Almazán (2015a y b), quien la data entre julio de 1591
y marzo de 1593.
82
Rodrigo Ximénez de Rada, Historia de rebus Hispanie siue Historia Gothica, VII, xvi, p. 238.
El capítulo aducido por Martel (VI, xv) se refiere al exilio de Alfonso VI en Toledo tras la batalla
de Golpejera (pp. 195-196). Zurita, Anales de Aragón, II, xxi, lo refiere así: «Y recolándose el conde
don Malrique y sus hermanos del rey de León [sc. Fernando II], pusieron al rey don Alonso en
buena guarda en la ciudad de Soria» (vol. I, p. 241).
83
Leyenda a cuyo sentido aún se sigue dando vueltas, pese a que la dejó bien explicada,
hace siglo y medio, Paredes (1886: 20-21): «Otra duda puede resolverse fácilmente, encontrado
el verdadero origen del nombre Extremadura, la cual se refiere a la leyenda del escudo o armas
de la ciudad de Soria, que ha dado bastante que pensar, y originado en parte el que se creyera
que Extremadura venía de los estremos del Duero. En dicho escudo se ostentaba una inscripción
en que se leía «Soria pura cabeza de Extremadura». Soria se titulaba cabeza de Extremadura,
porque de las cuatro cuadrillas, la de Soria era la que presidía los concejos de las Extremaduras y
los de Sierras». La interpretación «pastoril» de Caffarena (1958) carece de fundamento filológico
e histórico. En cuanto a la aportación de Palacios (1960), aunque sus precisiones geográficas
son correctas, la etimología tradicional Extremadura < extrema Dorii es insostenible fonética y
morfológicamente, mientras que no admite duda su derivación de extremo como nombre común
aplicado al territorio fronterizo (vid. DCECH, vol. II, p. 829a).

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Figura 48. Armas modernas de la ciudad de Soria, con la


leyenda en bordura soria pvra cabeça de estremadvra,
Figura 47. Sello bajomedieval sostenidas por dos querubines. Detalle del frontispicio
del concejo de Soria troquelado calcográfico grabado por Francisco Heylan para La
en la falda broncínea de la numantina (1612) de Mosquera de Barnuevo.
campana grande de la iglesia
de San Gil, hoy en Santa María
la Mayor (Soria), fundida hacia
1525 (apud Martín de Marco
1999: 333).

único ejemplo conocido, la impronta troquelada en el bronce de la campana


grande de la parroquial de San Gil (figura 47), con la que se convocaba a con-
cejo abierto 84. Aunque dicha pieza se fundió hacia 1525, el estilo tanto gráfico
como epigráfico indica que la matriz era de pleno siglo XV.
Hay que esperar a fines de la siguiente centuria para encontrarse con des-
cripciones (como la de Martel) o representaciones (como la de la figura 48)
acordes al diseño que ha pervivido hasta nuestros días: un castillo cuyo home-
naje central está sumado de un busto o cabeza de rey coronado, y bordura
con la leyenda soria pura cabeza de extremadura. Dicha configuración fue
muy probablemente inducida por la inscripción sigilar (finalmente integrada
en las armerías como lema heráldico en bordura), en lugar de a la inversa,
como podría parecer a primera vista.

III.2. De arpías germánicas


La heráldica alemana ofrece un buen paralelo de estas figuras híbridas
en forma de ave con cabeza humana, lo que en el blasón, al menos desde
el siglo XVI, se conoce como arpía, aunque, como vamos a ver, su origen
nada tiene que ver con esta figura mitológica. Por orden cronológico, hay tres
núcleos de expansión de este «monstruo» heráldico: el de origen, bávaro o
más específicamente franconio; luego la región del Mar Báltico (Ostseeraum)
y, finalmente, la de Frisia Oriental (Ostfriesland).

84
Vid. Martín de Marco (1999: 327-36). Pese a su título, el artículo de Caffarena (1958), no
trata del escudo de Soria; solo se ocupa, de forma poco feliz, además, del lema puesto en bordura.
En cuanto al artículo de Rubio Giménez (1954) constituye una especulación carente de base.

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

III.2.a. La virgen de Núremberg


La figura prístina y la que más rela-
ción guarda con el león monstruoso
de Alfonso VIII es el Jungfrauenadler o
‘águila doncella’ de las grandes armas
de Núremberg, que es propiamente el
águila del Sacro Imperio Romano Ger-
mánico con una cabeza humana coro-
nada, por lo que, en rigor, ha de desig-
narse como Königskopfadler o, en denomi-
nación mucho menos frecuente, Kaiser-
hauptadler 85. Esta singular composición Figura 49. Das Großes Wappen der
está vinculada a la condición de ciudad Reichsstadt Nürnberg o Grandes armas
imperial (civitas Imperii, Reichsstadt) de la de la ciudad imperial de Núremberg,
que gozaba Núremberg, lo que en térmi- trayendo el Königskopfadler o ‘águila
nos institucionales significa que depen- con cabeza de rey’, rodeada por la
leyenda X sigillvm vniversitatis
día directamente del rey de Romanos o civivm de nvrenberch, en el sello
emperador del Sacro Imperio, sin la exis- mayor de la ciudad, en su versión de
tencia de un poder señorial intermedio 1368 (Stadtarchive Nürnberg, A1).
(dicho en términos hispánicos coetáneos,
una ciudad realenga). Ahora bien, Núremberg no fue una ciudad imperial
más, sino, por así decir, la predilecta, de modo que cada nuevo emperador
coronado entre 1050 y 1571, sin excepción, pagó visita a la ciudad, que se con-
sideraba a sí misma aula regia y caput regni (vid. Meyer-Schlenkrich 2017). La
condición de ciudad imperial justifica la presencia del águila, como emblema
expresivo de ese vínculo privilegiado (Kah 2017, Meyer-Schlenkrich 2017: 82),
mientras que su consideración como caput regni explica la sustitución de la
cabeza del ave por la testa coronada que le otorga su peculiar configuración.
Como en el caso de otras muchas armas municipales, estas surgieron pri-
mero como un emblema sigilar, en el campo del sello mayor de la ciudad,
documentado desde 1240, aunque solo conocido por improntas a partir de
1254, y con un nuevo modelo grabado, con mínimas diferencias respecto del
anterior, en 1368 (figura 49). Su adopción corresponde al momento en que la
autonomía ciudadana respecto del poder regio o imperial se manifiesta en
el surgimiento de un concejo que rige la localidad junto al comes o burgrave
(el gobernador nombrado por el emperador), razón por la que, en la leyenda

85
Para todo lo relativo a los emblemas municipales de Núremberg, véase Sello (1902: 247-
250), Schaffer (1937), que sigue siendo el trabajo fundamental; Schneider-Hiller (1984), que es
un breve prospecto, no un catálogo, de la exposición celebrada ese año por el Stadtarchiv Nür-
nberg, y SLN, s. vv. «Wappen und Siegel» y «Wappendreipaß», ambas entradas redactadas por
Michael Diefenbacher. Para la formación del Jungfrauenadler, puede verse también Neubecker
(1976: 125a-b).

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sigilar, la ciudad se presenta como uni-


versitas civium de Nuremberch, ‘el conjunto
o ayuntamiento (en su sentido etimoló-
gico) de los ciudadanos de Núremberg’ 86.
Hacia 1350 se introdujo el empleo de
un sello menor, con función de contrase-
llo, que ostentaba unas armerías propia-
mente dichas, que traen de oro, un águila
de sable picada y membrada de oro, lam-
pasada de gules, dimidiada con un ban-
dado de seis piezas de gules y argén. Se
trata de una combinación de las armas y
de la enseña imperiales. Esta disposición
llevó en fechas cercanas a acomodar el
emblema primitivo a las pautas herál-
dicas, quedando conformado como un
águila de oro con cabeza de rey (y, al cabo,
Figura 50. Der Wappendreipaß de muchacha) al natural, con el cabello
flanqueado por los dos santos rubio y coronada de oro. Ambos escu-
patronos de la ciudad, san Sebaldo de dos se combinan, desde el reinado del
Núremberg y san Lorenzo. Grabado
emperador Carlos IV (1355-1378), con el
xilográfico de Michael Wolgemut
como frontispicio de Die Reformacion Reichswappen o armas imperiales, según
der Statut und gesetze, die ein erber Rate refiere el cronista Sigmund Meisterlin:
der Stat Nüremberg, Nürnberg, Anton
Carolus […] condicciones pacis cum dedi-
Koberger, 1484
tione acceptavit certaque statuta dedit […]
secretumque sigillum pro consulibus determi-
navit speciale. Nam triplicibus armis civitas utitur: integra nigra aquila more
aliarum imperialium civitatum bicipiti; alia arma sunt media aquila, reliqua
parte sumptis coloribus albo et rubro de provincia Swanfeld insigniis; et tercia
aquila aurea cum capite virgineo corona aurea ornato 87.

La triplex arma descrita conforma el conocido como Wappendreipaß o Wappen-


dreiheit y consiste en la representación de los tres escudos de armas asociados

86
Meyer-Schlenkrich (2017: 75). Compárese con las leyendas de las acuñaciones nurem-
burguesas: «Der Verweis auf die Stadt und die Bürgergemeinschaft ist bei beiden Umschriften
gegeben: moneta civitatis nurenbergensis auf den Sebaldmünzen, sowie moneta communis
nurembergis auf den Lorenzgulden» (Kah 2017: 139; para el sello, vid. pp. 141-143).
87
Sigmund Meisterlin, Nierombergensis cronica, III, 12; cito por Die Chroniken der fränkischen
Städte: Nürnberg, vol. III, p. 244. Donde el texto latino dice Swanfeld, el alemán dice «Schwanfelt
[var.: Schwabenfelt] (das vor alter Swabfelt)» (ibidem, vol. III, p. 153). La primera forma es el nom-
bre de una localidad de la Baja Franconia, hoy en el estado de Baviera, pero en realidad se refiere
a Suabia (en alemán, Schwaben). Según Kahn (2017: 144), la identificación de ese cuartel como
como Schwabfelder Wappen es un error debido a que Meisterlin habría supuesto que Núremberg
se consideraba una propiedad regia por parte del ducado de Suabia bajo los Hohenstaufen.

66 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


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a la ciudad imperial de Núremberg. En


la parte superior el Reichswappen; en la
inferior, a la diestra las armas proceden-
tes del sello mayor, con el Jungfrauenad-
ler, y a la siniestra, las adoptadas para
el sello menor o contrasello (figuras 50
a 54) 88.
Mientras que en la crónica latina de
Meisterlin la descripción de la figura
corresponde al Jungfrauenadler «cum
capite virgineo», en el pasaje paralelo
del texto alemán sigue siendo un Königs- Figura 51. Der Wappendreipaß formado
kopfadler: «ein guldner Adler mit einem por las armas bordadas en el tabardo
Menschenhaubt, gekrönt mit einer gul- del Reichsherold o heraldo imperial
den Cron» = ‘un águila dorada con Caspar Sturm y por los escudos de la
ciudad de Núremberg, a los que aquel
una cabeza humana, coronada con una sirve de tenante. Autorretrato incluido
corona dorada’ . Esto revela que el sen-
 89
como frontispicio de su Wappenbuch,
tido original del emblema se estaba per- de 1537.
diendo ya por esas fechas, por lo que la
media melena de amplios bucles pasó a interpretarse como marca de género
e hizo que el rey se transformase en una doncella. Esta modificación fue al
principio únicamente conceptual, de águila con cabeza de rey a águila don-
cella, pero desde principios del siglo XVI se advierte también una modifi-
cación formal, que convierte la cabeza en un busto con los senos expuestos,
subrayando de este modo la feminidad de la composición (figuras 52 y 53) 90.
Esta reinterpretación gráfica se fue expandiendo (figuras 54 y 55) 91, de
modo que, como señala Diefenbacher, «der Königskopfadler künstlerisch zu
einem Jungfrauenadler mutierte, wobei dessen Rumpf fortan mit teilweise
rechtüppigen weiblichen Attributen versehen wurde» (= ‘el águila con cabeza
de rey mutó artísticamente en un águila doncella, cuyo tronco, desde enton-
ces, quedó provisto en parte de muy opulentos atributos femeninos’, SLN,
s. v. «Wappendreipaß»).

88
Sobre el grabado de la figura 50, véanse Kahn (2017: 145-46) y Smith (2009: § 8). Sobre
la miniatura de la figura 51, véase, además de la propia edición del Wappenrolle de Sturm, Ströhl
(1889: lám. I, fig. 5).
89
Sigmund Meisterlin, Chronik der Reichsstadt Nürnberg [1488], III, 18; cito por Die Chroniken
der fränkischen Städte: Nürnberg, vol. III, p. 153.
90
Sobre el grabado de la figura 53, véase Ströhl (1889: lám. XIV, fig. 5) y Fox-Davies (1909:
439-40), quien remite a una edición de 1537, lo que no desdeciría del estilo del grabado. No obs-
tante, el De humani corporis fabrica de Vesalio solo vio la luz, en Basilea, en 1547, lo que no impide
que este taco xilográfico no se haya reutilizado de alguna impresión anterior.
91
La figura 54 procede del SLN, p. 1158. La figura 55 reproduce una fotografía de Uwe
Gaasch realizada en 2012 para la Deutsche Digitale Bibliothek, accesible en línea en <https://
www.deutsche-digitale-bibliothek.de/>.

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Figura 52. Der Wappendreipaß Figura 53. Der Wappendreipaß formado por el
sostenido por dos ángeles, bajo las águila imperial cargada de un escusón del
personificaciones de la Justicia y la archiduque de Austria (partido de Castilla y
Caridad, sobre las que una cartela lleva Austria), sosteniendo con sendas garras los dos
la inscripción sancta | ivsticia | 1521. escudos de las armas de Núremberg. Xilografía
Grabado xilográfico de Albrecht Dürer estampada en la portada de Anatomia, Deudsch
como frontispicio de Reformacion der Stat Ein kurtzer Auszug der beschreibung aller glider
Nürmberg mit eins Erbern Rats daselbst menschlichs Leybs (versión alemana de la obra
endrungen und besserungen, Nürnberg, de Andrea Vesalio), Nürnberg, Julius Paulus
Friedrich Peypus, 1522. Fabricius, 1551.

La definitiva conversión del emblema en el águila doncella trajo consigo


su equiparación, a partir de los medios humanistas, bien con una ninfa, bien
con una arpía. Aunque la primera identificación ha pervivido en la cultura
alemana, donde la ninfa Noris constituye una personificación de la ciudad 92,
en la terminología heráldica ha prevalecido la segunda 93, lo que es coherente

92
El nombre de la ninfa procede de una interpretación de Nürnberg (en las fuentes más
antiguas Nǒrenberc y Norenberg) como Noris castrum, tomando el primer elemento como el nom-
bre propio del epónimo de la localidad, variamente interpretado como el de un legendario hijo
de Hércules, una alusión al emperador Nerón o de otras formas; vid. Von Reitzenstein (2009:
164a-165b). La intuición de los cronistas medievales no era falsa, pues el topónimo deriva de
un antropónimo germánico *Nōrū (quizá afín al gentilicio galo nerios y al nombre de la diosa
germánica llamada Njǫrðr en nórdico antiguo y latinizada por Tácito como Nerthus,) combinado
con el sustantivo Berg ‘monte’; vid. Bammesberger (2000).
93
Para el uso de (h)arpía en el blasón, cf. Menestrier, Nouvelle méthode du Blason, p. 166, con
ejemplos de armerías francesas, de los Boudrac, «d’or à une harpie de gueules», y de los Calois
de Mesville, «de gueules semé de fleur-de-lys d’argent, à une harpie de même».

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Figura 54. Der Wappendreipaß en un dibujo a


tinta y coloreado de hacia 1700.

Figura 55. Das Großes Wappen der Stadt


Nürnberg o Grandes armas de la ciudad de
Núremberg, con el Jungfrauenadler o ‘águila
doncella’, formando perfectas armerías (de
azur, águila de oro con busto de muchacha
rubia al natural, coronada de oro). Labra
en piedra policromada en la fachada
norte del ala este de la Bismarckschule de
Núremberg, construida hacia 1904.

Figura 56. Dos arpías frente a frente; parte


inferior de un ánfora ática con figuras negras
que representa la lucha de Aquiles con Héctor
y Eneas sobre el cadáver de Troilo en presencia
de Hermes y Atenea, ca. 550 a. C. (Múnich,
Staatliche Antikensammlungen).

con la tradicional representación de estos seres mitológicos grecolatinos como


aves de presa con cabeza de mujer (figura 56) 94.

94
Cf. Dennys (1975: 125‐128; Nigg (1999: 210-211, 281-284 y 352), Izzi (2000: 46a-b), Muñiz
(2000) y Olivares (2014). La figuración de estos seres ha variado históricamente. En las pinturas
griegas sobre cerámica a menudo aparecen como mujeres aladas y no como aves con cabeza de
mujer, caracterización más propia entonces de las sirenas-pájaro. En la Edad Media triunfó esta
segunda versión, pero con cola de serpiente, hasta que las sirenas fijaron su figura con cola de
pez, con lo que las dos variantes de mujer-ave se atribuyeron indistintamente a las arpías.

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III.2.b. Las arpías de Holstein


Esta figura reaparece en un cierto número de armerías germánicas sin
un vínculo directo con Núremberg. Es más, la expansión de esta figura ni
siquiera corresponde a Franconia, sino, como ya he avanzado, a Holstein
(actualmente parte del estado federal de Schleswig-Holstein) y a Frisia Orien-
tal (en alemán Ostfriesland, actualmente integrada en el estado federal de Baja
Sajonia), muy al norte de su lugar de origen. Esta difusión permite apreciar el
paso de la imaginación productiva o creadora a la reproductiva o imitadora,
mediante el concepto, ya comentado, del impacto o capacidad de impresio-
nar de un determinado diseño (en este caso tanto sigilar como heráldico).En
estos y otros casos semejantes, la figura ya no guarda mayor relación con el
Königskopfadler que el mantenimiento de la corona, por lo que, incluso aun-
que no muestre expresamente el busto femenino, es preferible interpretarla
como un Jungfrauenadler o, en términos del blasón general, como una arpía
coronada (vid. Dennys 1975: 128 y Peter 2008-2009). Esta era la interpretación
generalizada fuera de Núremberg ya en el siglo XV, como veremos luego, al
hablar del caso frisio.

Figura 57. El Wendischer Städtebund, en torno a Lübeck, a principios del siglo XV.


Detalle del mapa «Ausbreitung der Hanse um das Jahr 1400», del Allgemeiner
historischer Handatlas de Droysens (1886: lám. 28).

El área donde antes se aclimató la nueva figura el ámbito del Wendischer


Städtebund o federación de ciudades vendas, a orillas del Bático y en el marco
de la Liga Hanseática (figura 57), territorio luego integrado en el condado y
luego ducado de Holstein.
El testimonio más temprano corresponde a un sello del Ritter o caballero
Volrad Schele, de 1302 (figura 58). Sin embargo, en 1342 un pariente suyo,

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Markward Schele, traía por armas un


gran yelmo (Topfhelm) con dos cuernos
de búfalo 95.
Este sello es el primero de una serie
de ejemplares parecidos usados por
diversos titulares pertenecientes a las
familias Schele, Plön, Rixdorf, Wildberg
y Owe 96, los de principios del siglo XIII
en forma de escudo ojival, con la leyenda
situada a modo de bordura, y el resto en
sellos redondos con un escudo ojival en
el que campea la arpía (en algunos casos,
desmembrada). Se cumple aquí una vez
más la observación sigilográfica (exten-
sible a la heráldica) de Menéndez Pidal
de Navascués (1993: 72): Figura 58. Sello de 1302 con las
armas de Volrad Schele y la leyenda
La misma existencia de estos grupos
X · s’ <domin>i · folradi schele <·
[de sellos] se fundamenta en la tan efec- militis?> (litografiado por J. C. Milde
tiva actitud de imitación, causa de que a partir de una impronta conservada
se transmitan los modelos de unos sellos en el Archiv der Hansestadt Lübeck).
a otros, siempre, evidentemente, dentro
de un mismo entorno temporal y geográfico y para sellos de una misma clase
de titulares. Esta actitud imitativa aparece bien clara, por ejemplo, en la con-
tinuidad de los tipos en las sucesivas generaciones de un linaje y en la rápida
propagación de ciertos modelos o modas.
Las principales armerías de este grupo corresponden a la familia Von Plön 97,
que toma el nombre de la villa y castillo homónimos (hoy en Schleswig-Hols-
tein), si bien no fueron nunca sus señores, por lo que se supone fuesen ini-
cialmente sus gobernadores (Vögte) o burgraves por cuenta de los condes
de Holstein. Documentados desde fines del siglo XII, a fines del siglo XIII
o principios del XIV se extendieron también al ducado de Mecklemburgo,
extinguiéndose por línea masculina a fines del XV. Sus primeros sellos cono-
cidos son de principios del siglo XIII, correspondiendo el más antiguo al Ritter

95
Milde et al. (1856-1874: 6, 101 y lám. 11, núms. 157 y 158). Ninguna de estas armas coin-
cide con las de la familia homónima de Westfalia y Baja Sajonia, que traen, de gules, un rastrillo
de oro (Rietstap 1884-1887: II, 692b, Siebmachers Old, 10b-11a); los barones von Schele zu Schelen-
burg traen estas últimas cuarteladas (primero y cuarto) con tres Wolfsangeln o crampones para
cazar lobos de sable en campo de oro (segundo y tercero); cf. Siebmachers SchlA3, p. 149a, y Behr
(1990: 252); véase aquí la figura 5.
96
La existencia de este grupo heráldico-sigilográfico fue detectada ya por Milde et al. (1856-
1874: 6, 98), vide etiam Sello (1902: 249) y Plöhn (1956: 215-216).
97
Sobre esta familia y sus armas véanse Siebmachers MeA, p. 79b y lám. 44, y Plöhn (1956)
Se desconoce el grado de parentesco de los últimos citados con los anteriores.

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Figura 60. Sello de 1389 con las armas (arpía


coronada desmembrada) de Markward von
Owe y la leyenda s’ marqvardi · d’ · ovwe ·
(litografiado por J. C. Milde a partir de
Figura 59. Sello de 1303 con las armas de una impronta conservada en el Archiv der
Otto von Plön y la leyenda X sigill(um) · Hansestadt Lübeck).
domini · ottonis · de · plone (litografiado
por J. C. Milde a partir de una impronta
conservada en el Archiv der Hansestadt
Lübeck).

Otto von Plön, del que se conocen improntas de 1303 y de 1315 (figura 59). Las
mismas armas, pero en un sello circular, empleaba su hermano, Siegfried von
Plön, en 1309, 1340 y 1343, así como los milites Lüder y Sigfried von Plön en
1336 y 1360, respectivamente 98. Este último podría ser el mismo que suscribe
un diploma de 1356 junto con su padre Johann y su hermano Henneke (aun-
que estos constan como famuli), con sendos sellos, el de este último en forma
de escudo y los otros dos redondos, todos con la arpía 99. El mismo Johann
sella otros dos diplomas de 1362 y 1363 junto con otro Otto von Plon 100.

98
Milde et al. (1856-1874: 6, 100 y lám. 11, núms. 155 y 156), Crull (1887: 140, núm. 419). Aun-
que se desconoce el posible parentesco, se ha de consignar que los Plöhn de Rendsburg (también
en Schleswig-Holstein) traían por armas, hacia 1580, de azur, una Fortuna con su vela al natural,
sostenida por una bola alada de oro (Siebmachers Bg10, p. 48 y lám. 54). Lo muy inusitado de esta
figura sugiere que se trata de una reinterpretación renacentista de la versión desmembrada de la
arpía. De ser correcta esta hipótesis, las armas de los Von Plön podrían blasonarse con esmaltes
así: de azur, una arpía de oro con cabeza o busto de doncella al natural [coronada de oro].
99
MUB, vol. XIV, p. 108, núm. 8294; los editores identifican la figura con un águila contor-
nada, lo que podría ser una variante a modo de brisura.
100
MUB, vol. XV, p. 212, doc. 9062, núms. 26 y 27 (de nuevo la figura se identifica con un
águila contornada), y vol. XVI, p. 464, doc. 9938, núms. 16 y 19 (aquí sí se señala que ambos sellos
traen el Jungfrauenadler).

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La figura irradió desde la ciudad de Plön, solar del linaje homónimo,


siendo adoptada (por simple imitación o por relaciones de vínculo o depen-
dencia no documentadas) por otras familias de la zona a lo largo del siglo
XIV: los Rixdorf (Rickstorp o Rickelkestorp en grafía antigua, documentados
desde 1222), en los sellos del Knappe o escudero Heinrich von Rixdorf en 1353,
de Heinrich Rixdorf, famulus, en 1366, de Volrad Rixdorf, famulus, en 1366, y
su homónimo armiger en 1385, y de Wolf(ard) Rixdorf en 1368, 1384 y 1385 101;
los Wildberg (atestiguados desde 1271) 102, en los sellos de Gottschalk von
Wildberg, miles, entre 1364 y 1373, de Otto von Wildberg, Knappe, en 1391, y
de otro del mismo nombre y condición de 1469 103, y los Owe (documentados
desde 1306), en los sellos de Ludolf (o Lüder) von Owe en 1364, Markward
von Owe en 1389 (figura 60) y Hartwig von Owe en 1391 (Milde et al. 1856-
1874: 6, 99 y tabla 11, núm. l54).
No parece casual que la aparición de esta figura a la otra orilla del Elba se
documente por primera vez en 1400, justo después del apogeo de las arpías
de Holstein. Pero este es un caso complejo, que requiere capítulo aparte.

IV. ARPÍAS Y OTRAS RAZAS FRISONAS


En cuanto al ámbito frisón, esta figura fue llevada por la importante fami-
lia de los Cirksena, señores de Appingen y más tarde de Greetsiel y, desde
1464, condes y finalmente, a partir de 1662, príncipes de Frisia Oriental 104.
A su influencia se debe la adopción de dicho emblema en armas distintas
de las suyas familiares: las dinástico-territoriales del Frisia Oriental, las de

101
Milde et al. (1856-1874: 6, 98-99, y lám. 11, núm. 153); MUB, vol. XVI, p. 282, doc. 9730
(de 1368), núm. 21: «im Schilde der gekrönte Jungfrauen-Adler». Nótese que el sello más antiguo
documentado de un miembro de esta familia, el de Johann von Riekelkestorpe, de 1349, trae las
mismas armas que el ya citado de Markward Schele de 1342, esto es, un gran yelmo con dos
cuernos de búfalo (Milde et al. 1856-1874: 98 y lám. 10, núm. 152).
102
Distintos de los señores o condes de Wildberg, en Franconia, sobre los cuales puede verse
Heusinger y Solf (2007).
103
Milde et al. (1856-1874: 6, 101-102, y lám. 11, núm. 159), MUB, vol. XVI, p. 281, doc. 9730
8de 1368), núm. 16: «im Schilde der gekrönte Jungfrauen-Adler». Una familia de dicho nombre
radicada en Macklemburgo (s. XV), luego asentada en Brandemburgo (s. XVII), traía por armas,
en campo de gules, tres bustos femeninos de argén (Siebmachers MeA, p. 116 y lám. 66). Dada la
precedencia del linaje de Holstein y que el desplazamiento migratorio es el mismo que el de los
Von Plön, cabe conjeturar que estas armas sean una evolución del Jungfrauenadler original. En
tal caso, las primitivas armas de los Wildberg habrían traído, de gules, arpía de argén [coronada
de oro]. De ser correcta esta hipótesis y la planteada en la nota 98, las armerías de este grupo se
diferenciarían (como era lógico suponer) por los esmaltes.
104
Sobre esta familia y su emblemática, me baso en Esselborn (1945), Kappelhoff (1982:
35-44, 62-64 y 67-69) y, con las reservas que iré apuntando, Van Lengen (2018), teniendo también
en cuenta la síntesis de Deeters (1997), que no contiene información heráldica. Respecto de sus
armas, véase además Siebmachers FstA, vol. II, pp. 205a-207b y láms. 252-256.

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otros importantes linajes relacionados con ellos y las de diversas entidades


territoriales de frisias orientales e incluso occidentales, es decir, actual y res-
pectivamente, alemanas y holandesas.

IV.1. La arpía estrellada de los Cirksena


IV.1.a. Un apellido con problemas
El apellido Cirksena es un patronímico frisón formado por el nombre de
varón Cirk ~ Tzirk 105 y el sufijo de filiación -sena 106. La adopción, por causas no
bien determinadas, de este patronímico y, con ello, la fundación de la dinas-
tía como tal, se atribuye diversamente a dos homónimos, Enno Edzardsena,
abuelo y nieto, respectivamente, que procedían del tronco de los Attena 107.

105
El antropónimo adopta las variantes gráficas Cirk, Cirik, Cyrk, Tzirk, Tzirek, Sirck, Sir(i)k
y Syrk, con latinizaciones Ciricus y Syricus (OUB, vol. I, pp. 776, 798 y 811; vol. II, p. 838-839), ya
que las grafías ‹tz› y ‹c› correspondían en frisón antiguo al mismo sonido alveolar africado sordo
[ts] (cf. Heuser 1903: 21), que en frisón moderno confluyó con la fricativa [s] (cf. Doornkaat Kool-
man 1879-1884: I, 269 y III, 78 y 583). La alternancia con ‹s-› ante vocal anterior se aprecia también
en el caso de Cirquerum ~ Cyrcwe<r>um ~ Sirquerum ~ Syrcwerem ~ Sijrcwerum, variantes
del mismo topónimo, actualmente Cirkwehrum (OUB, vol. I, p. 798, y vol. II, p. 823), el cual se
compone del mismo antropónimo Cir(i)k y de were ‘propiedad; hacienda, fundo’ (Harkenroth,
Oostfriesse oorsprongkelykheden, p. 63; HOO, s. v. «Cirkwehrum»; para el segundo elemento, que
está en dativo plural con sentido locativo, vid. Remmers 2011: 38, 40 y 102). Según Brons (1877: 19)
y Esselborn (1945: 16), Sirk resultaría de una contracción de *Sirik < *Sigirik, equivalente al visigó-
tico Sigerico, compuesto del germánico *segu(z) ‘victoria’+ *reiki(z) ‘poderoso, rico, afortunado’,
con el sentido de ‘poderoso / afortunado en la victoria’. Sin embargo, Cirk ~ Tzirk presupone
una forma germánica con k- ante vocal anterior, como en frisón ant. tzin < germ. *kinnu(z) > alto
al. ant. kinni = al. mod. Kinn, ingl. chinn ‘barbilla’ o frisón ant. sprētze < germ. *sprēkjō > alto al.
ant. sprāhha = al. mod. Sprache ‘lengua(je)’, ingl. speech ‘habla; discurso’ (cf. Heuser 1903: 1-2 y
21).
106
Etimológicamente, como es habitual en estos casos, se trata de una forma de genitivo:
«die Endung -ena des altfries. schwachen Genitivs Plural ange-hängt worden. Die daraus ents-
tandene Kombination –s(e)na entwickelte sich später zu einer selbständigen Namensendung»
(Remmers 2011: 4, cf. 17, 26, 74, 97-98). Por tanto, todas las formas en -na son alomorfos del mismo
sufijo (Brons 1877: 116 y 146-148). Son ejemplos de la forma básica (siempre tras vocal): Eckena
> Ecko, Ennona < Enno, Fockena ~ Fockana < Focko, Gaykena < Gayko, Hockena < Hocko,
Ockana < Ocko, Ukena < Uko. Ambos alomorfos (con y sin –s) alternan en el caso de Sybena
~ Sybesna < Sybo (OUB, vol. II, p. 838). La forma -sna puede ir precedida indistintamente por
consotnante o por vocal, caso en el cual la -o final se cambia usualmente en -e- u, ocasionalmente,
-i, como en Ykesna < Yko (OUB, vol. I, p. 348 o Ytzena < Ytzo (vol. II, p. 822), frente a Folkersna
< Folkar(d) ~ Folkert (p. 786), Gherlifsna < Gherleff (p. 788), Lutatsna < Lutat ~ Lutad ~ Lutet
(p. 801), Mertisna ~ Mertsna < Merten (p. 802), Redertsna < Redert (pp. 777 y 783), Sybrandsna
< Sibrand ~ Sybrant (vol. II, p. 838) o Wiltetsna ~ Wyltzsna < Wiltet (vol. II, p. 847). No obstante,
hay ejemplos de adición del infijo -i- tras consonante, como Lyuardisna < Lyuward(us) (vol. I,
p. 783), Syboldisna < Sibolt (vol. II, p. 838) o Wyardisna < Wyard (vol. I, pp. 783 y 788), así como
casos de alternancia, como Edzardsena ~ Edtzarsna (véase abajo la nota 112).
107
El parentesco queda confirmado por la suscripción «Enno Attenna hovetling in die
Greed» = ‘Enno Attena, caudillo de Greetsiel’, en una carta de Enno Edzardsena el Joven al
concejo de Groninga en 1429, de la que, por desgracia, solo se conserva el regestum (OUB, vol. I,

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El primero, que vivió en la segunda mitad del siglo XIV, era hijo de Edzard,
señor de Appingen, y Etta von Visquard (casados antes de 1373) y casó a su
vez con Adda Beninga, señora de Groothusen. El segundo, que ocupa la pri-
mera mitad del siglo XV (murió en 1450), era el tercer hijo de Edzard (hijo de
Enno el Viejo), señor de Greetsiel, y de Doda tom Brok, y contrajo matrimonio
con Gela von Manslagt(véase la figura 61) 108.

p. 328, doc. 374). Según Salomon (2007: 18), este Enno era biznieto de Edzard, tío o tío abuelo del
primer miembro destacado de la familia, el capitalis Hylo Attana o Ettena, documentado entre
1347 y 1385 (cf. OUB, vol. I, p. 776). Ese Edzard ha de ser, por la cronología, el padre de Enno
Edzardsena el Viejo, que florecía a mediados del siglo XV, por lo que correspondería mejor a un
tío paterno de Hylo Attana.
108
Nuestro personaje está atestiguado por primera vez, como señor de Norden, con sus her-
manos mayores Imel, señor de Eilsum, y Haro, señor de Greetsiel, el 24 de febrero de 1400, «Imelo
Edzardisna hovetling to Edelsum, (Haro) Ed(zar)disna hovetlink in der Greet, Enno hovetlinc to
Norden», en el pacto suscrito por los Ostfriesische Häuptlinge o caudillos frisios orientales (véase
la nota 113) con las ciudades de la Liga Hanseática para combatir las bandas de piratas conoci-
dos como Vitalienbrüder o fratres Vitalienses (OUB, vol. I, p. 144, doc. 169). Consta de nuevo en
1401, aliándose con los Vitalienbrüder contra los holandeses, como «Enne Edzerdesna hovetling to
Norden» (p. 158, doc. 186) y, a partir de entonces simplemente como Hauptlig de Norden:«Enne
(hofling) to / van Norden» (p. 163, docs. 191 y 193, de 1403 y 1404, respectivamente; p. 172, doc.
206, de 1407; p. 181, doc. 215, de 1408, que es el segundo tratado con Hamburgo para combatir
a los Vitalienbrüder). En el tratado de 1 de febrero de 1422 entre los caudillos frisios, en el que
aparece en segundo lugar, tras Focko Ukena, consta al inicio como señor de Greetsiel, «Enno
Edtzarsna tho Greetzill», en el ms. a, pero como «Enno Ydzards van Norden» en los mss. b, c, d y
e (p. 268, doc. 302) y simplemente como «Enno Edzaerds ~ Ydzards» al final (pp. 270-271). Desde
1426 se lo registra ya claramente como señor de Greetsiel, mientras Udo Fokena pasa a señorear
Norden: «Ennen Edzerdes hoveding in der Greet» (p. 304, doc. 338, de 1426), «Uden to Norden,
[…] Ennen in der Greed hovetlinge» (p. 313, doc., 348), «Ude(n) t(h)o Norden, […] Enne(n) in der
Greed» (pp. 313-314, docs. 348-349; p. 316, doc. 351; p. 321, doc. 356), «Enno Edzardes to Gretzijl,
hovetling» (p. 315, doc. 350), «Enne in de Greet hovetling » (p. 323, doc. 358; p. 325, doc. 261;
p. 365, doc. 365). Los documentos 348 a 365 son todos de 1427 y en ellos Enno aparece, como en
el pacto de 1422, entre los socii o partidarios de Focko Ukena, frente al grupo acaudillado por su
sobrino segundo, Ocko II tom Broke, sedicente «hovetling in Oestfreslande» (p. 324, doc. 359, de
1427). Lo mismo se aprecia en el documento de 9 de abril de 1428, conocido como Focko Ukena’s
Willküren, esto es, ‘las libertades (o arbitrariedades) de Focko Ukena’, establecido con las comu-
nidades del entorno de Groninga por «Focko Ukens to Hlere, Hisseke provest tho Emede, Enne
in der Gred und Imele tho Grimessum und Hlerlte» (p. 333, doc. 367). En 1429 aparece, excep-
cionalmente, la ya vista suscripción «Enno Attenna hovetling in die Greed», en carta al concejo
de Groninga (p. 328, doc. 374). En 1437, una carta suya al concejo de Bremen lleva la siguiente
suscripción: «By my Enno Edzerdisna hovetling in der Greet vruntlike ghescreven» (p. 354, doc.
383). Aquí se queja Enno sobre el maltrato a sus veteranos, lo que puede relacionarse con el tra-
tado contra Bremen suscrito el 24 de mayo de ese mismo año entre el conde Johann von Hoya y
la facción de Focko Ukena, en la que se encuentran Enno y sus hijos «Enno in de Grietha, Edzardt
und Ulrick syne soehns» (p. 354, doc. 384). El 15 de junio los tres se sitúan ya al frente de una
facción propia: «Wy Enno Edzardsna, Edzard unde Ulrick syne zoens hofftlynge to Greedsiil»,
integrada además por los caudillos de Eilsum, Uphusen, Esens y Stedesdorf y las comunidades
de Emsiger, Brokmerland, Neu-Norderland y Harlingerland, que sellan un pacto de amistad con
Imelo y Friedrich de Larrelt, tras la conquista de Osterhusen (p. 356, doc. 385). El enfrentamiento
con Uko Fockena queda patente en otro documento de 5 de noviembre de dicho año, encabezado
por «Wi Edzardt Ennen soen, Eppe Gowkingha und Haie Ripperda, Ailko und Ippo Walsena,

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Figura 61. Árbol genealógico de los Cirksena, de elaboración propia, a partir,


fundamentalmente de Kappelhoff (1982: 61-63), pero teniendo en cuenta también Klinkenborg
(1902: 153), Esselborn (1945: 20-22) y Van Lengen (2018: 26 y 41). Habida cuenta de las
contradicciones entre ellos, el resultado es inevitablemente provisional.

La explicación más aceptada es que Cirksena es una variante de Syrdzena


o Syardsna, apellido de los señores de Berum, el cual procedería de un lejano
parentesco, en el caso de Enno Edzardesna el Viejo 109, o bien se debería a una
relación cognaticia con esta familia, a través de su esposa, Gela von Manslagt,

hoevetlingen tho Greetzyll, Westerbroeck, Farmsum, tho der Munte und tho Amdorpe» (p. 360,
doc. 389). Cinco días después, «Enno Edzarsna hoevetlinck tho Greetzill» aparece de nuevo al
frente de los aliados del doc. 385 y algunos más (pp. 361-362, docs. 390-391). Su hijo mayor sigue
apareciendo como señor de Greetsiel «Edzardt tho Greetsyll hoevetlinck» (p. 364, doc. 303, de
1430), pero también como Vormund o ‘protector’ de Brockmerland: «Edzard, Ennen soen, hovet-
ling tho Gredzyl, vormunder in Broeckmerlant» (p.  367, doc. 396, de 1431), funciones que en
1434 se reparten entre padre e hijo: «Enno hoevetlinck tho Greetzill, […] Edzart vormunder des
Broeckmerlandes» (p. 392, doc. 428). En mayo de 1433, Enno, tras la derrota de Udo Fockena,
suscribe dos cartas al concejo de Bremen como «Enno Edzardesna / Izardissone van Norden,
hoftling to Gredsyl», actuando como uno los garantes del trato entre las comunidades de Frisia
Oriental y Hima Itzinga, la viuda de Udo Fockena (p. 380, docs. 411-412). Esta es la última men-
ción de Enno en activo y ambos territorios aparecen bajo el control de su primogénito a partir
de 1436: «Edzerde, in der Gred und in Norder nyelande hofftling» (p. 412, doc. 451; p. 416, doc.
456; similar en p. 444, doc. 499, de 1439) y de él y su hermano Ulrich en 1438: «Edzarde, Ulrike
broders, hovetlinge to […] Norderlande unde to Gretziil» (p. 440, doc. 493). Al año siguiente, el
primogénito aparece como señor de Norden y el menor, de Ense: «Idzerd to Norden unde Olric,
desulven Idzerdes broder, to Ezense hovetlinghe», en el documento que relaciona las localidades
recibidas de Hamburgo, entre ellas la importante plaza de Emden (p. 452, doc. 509). Enno no
reaparece hasta un diploma de 1447 en que consta como «Enne hovetlingk» (p. 512, doc. 586), con
un dictado genérico que, a estas alturas, parece ser esencialmente honorífico. La última mención
en vida corresponde a una compra de 1449, en que repite la intitulación de 1433: «Enno Edzards
van Norden, hovetling tho Greetsyel» (p. 541, doc. 618).
109
Es lo que suponía Esselborn: «Beide Geschlechter müssen also aus einer Wurzel ens-
tanden sein. Die Trennung muss schon in sehr grüher Zeit erfolgt sein, denn die uns bekannten
älteren Mitglieder des Hause Cirksena seigen, soweit uns die dürftigen Nachrichten ein Urteil
erlauben, nirgends ein näheres verwandtschaftliches Verhältins zu den gleichzeitigen Syertza
von Berum» (1945: 16).

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

en el caso de Enno Edzardesna el Joven, reforzada por el matrimonio de su


hijo Edzard (habido de un primer matrimonio) con la sobrina de aquella,
Frauwa o Frowa 110. Independientemente de este problema de adscripción,
hay que señalar que el patronímico de los señores de Berum aparece regis-
trado como Tzyerza o Sy(e)rtza y luego como Syardsna o Sydzena 111, nunca
Cirksena, ni el de esta familia (que posee también las grafías Sirksena y Zir-
kzena) aparece con aquellas formas, cuya relación fonética es muy problemá-
tica 112. Tampoco se ve una razón para adoptar un apellido que no era en ese
momento nada relevante, a juzgar por el OUB; no más, en todo caso, que el
suyo propio de Attena (cf. Kappelhoff 1982: 61) y ambos mucho menos que
los de Beninga (cf. OUB, vol. I, p. 777) o tom Brok (cf. OUB, vol. I, pp. 798 y
804), que, según la justificación cognaticia, podrían haber llevado igualmente
y este último incluso con mayor razón, por razones no solo de parentesco,
sino también políticas (cf. Kappelhoff 1982: 114), reflejadas en la propia emble-
mática de los Cirksena, como se verá luego. Por otro lado, hasta donde se me
alcanza, la documentación coetánea disponible relativa a Enno Edzardsena

110
Así lo explican Deeters (1997: 60) y Van Lengen (1997: 376 y 2018: 25b-30a), quienes
consideran que Gela von Manslagt, hija de Affo Beninga y de Tiadeka Syrdza, era heredera por
su padre de los señoríos de Pilsum y Manslagt y, por su madre, del de Berum. Este último, sin
embargo, continuó en la línea agnaticia con Martin Sydzena II, cuya hija Frowa Sydzena von
Berum casó con en segundas nupcias con Ezdard Cirksena (Esselborn 1945: 24 y 26), mientras que
Pilsum estaba bajo el señorío de un homónimo de Enno Edzardesna el joven, como consta por
el tratado de 1404 en el que aquel aparece, con sus hermanos, entre los partidarios de su primo
Keno tom Brok: «Ymelo Ydzardis, Hare in der Greeth, Enne to Norden, Enne to Pilsům» (OUB,
vol. I, pp. 163 y 165, doc. 193). La pertenencia de este último a dicha familia consta por el regestum
de un documento de 31 de mayo de 1438, tratante «de hereditate Taetkae Fockena, quam illa
legaverat ecclesiæ in Plegewerdt», donde se menciona su apellido: «Enno Syardsna tho Pilsum»
(OUB, vol. I, p. 442, doc. 495). La homonimia y una visión preconcebida de esta genealogía han
llevado a Salomon (2007: 18) y a Van Lengen (2018: 26, 29 y 41) a establecer la errónea ecuación
Enno Attena = Syardsna, lo que falsea toda la explicación del segundo sobre el origen del apellido
Cirksena y sobre el origen de las armas de Manslagt (vide infra).
111
Eminentemente en la historiografía, pues en la documentación recogida en el OUB solo
se documenta Syardsna (véase la nota precedente).
112
Syrtza [sirtsa] ¿o [tsirtsa]? provendría del precitado Sirk más el morfema de genitivo -a
(sobre el cual vid. Brons 1877: 116, cf. Heuser 1903: 26), con dentalización de la velar: *Sirksa >
Sirtza; cf. el caso de «thredzia Verwandtschaft 3. Grades (= aus thred-knia, thredkia, threggia)» (Heu-
ser 1903: 21). La forma Sydzena [sitsena] ¿o [tsitsena]? procedería de *Sirksna, compuesto de Sirk
y -sna, con metátesis de -e- y doble asimilación, -rks- > -rtz- > -dz-, aunque este último paso es
muy dudoso, pues la -r- nunca se pierde, en situación análoga, en las variantes de Edzardsena:
Edtzarsna ~ Edzerdisna ~ Edzardts ~ Edzaerds ~ Idzaerdt ~ Ydzards ~ Ydzardes (cf. OUB,
vol. I, pp.  268, 270 y 354) ni tampoco en Lyuwerdisna ~ Liursna ~Liuwerdesna ~Lyuwersna
~Luwertsna < Liudward ~ Liuward (Rimmers 2011: 58 y 60). Por otro lado, las formas Syertza y
Syardsna presuponen una base Syert ~ Syerd, con diptongo (cf. Syarda < Syard, en Brons 1877:
115), que resulta imposible de relacionar con Cirk y que más bien se pueden conectar con nombres
como Siart y Zyardt (cf. OUB, vol. II, pp. 838 y 848, respectivamente). Finalmente, el hecho de que
la supuesta forma primitiva, Cirksena ~ Sirksena, se documente después que las evolucionadas
plantea la notable incógnita de cómo se recuperó aquella. Si a ello se suma la cuestión de la s-
inicial (vista en la nota 105), queda claro que esta etimología plantea gravísimos problemas.

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el Joven y a sus hijos (incluidos los diplomas imperiales que se mencionan


abajo) nunca los denomina Cirksena (véase la nota 108). Del dudoso origen
de esta denominación y de la irrelevancia de los Sy(e)rtza en este contexto,
junto a la indudable preponderancia de los tom Brok, se percató ya el gran
historiador frisio Ubbo Emmius (1547-1625):
Sed præter Emdenses, quos iam dixi, et Edonem Rustrum, supra reliquas
familias nobiles, quarum annales meminerunt, in Cisamasana se extulere Idsin-
gii apud Nordanos, Sircsenij (sic enim à plerisque nominari eos uideo, nescio
quam recte) Greetsila, Allenii Osterhusæ, Beningii Grimershemi et Grothusæ,
in Harlingia Cankenii, Larletani et Valderani Emdanis uicini, et his omnibus
potentiores Brokii, quibus Broecmeria sedes hoc cognomen dedit. (Rerum Fri-
sicarum historia, lib. XIV, p. 211)

A continuación, menciona como por-


tador del sobrenombre únicamente a
«Vlricus Sircsenius Greetsilanus Edsardi
filius», con un error de filiación que hace
sospechar que los hijos de Enno hubiesen
mantenido el patronímico Edzardsena
como apellido familiar. Sea como fuere,
Hamconius, al tratar en 1609 de los pri-
meros comites Frisiæ Orientalis, también
le aplica el apellido o sobrenombre solo
a Ulrich, como primer conde: «Vlricus,
Frisiæ Dinastis, Sircsena, longo / San-
guine Gretanis et Pilsumensibus ortus»
(Frisia, f. D4v; 2.ª ed., f. 34r; figura 62).
No son, pues, de extrañar los recelos
de Harkenroth: «Of egter deeze eerste
Figura 62. Comites et Domini Friſiæ Heeren van Grietzijl haar eigen Fami-
Orientalis | vlricvs sircsena | comes lie Naame Sirksena op ziju oud Fries,
frisiæ orientalis | primvs. Efigie geiweest zy, vind men nergens in oude
del conde Ulrich I con las armas de
Bewijsstukken aangeteekent» = ‘Pero
los Cirksena, lámina calcográfica
estampada en la segunda edición de la que estos primero señores de Greetsiel
Frisia de Hamconius (f. 53v). tuviesen como apellido propio Sirksena
en frisón antiguo no se encontrará en
ningún lugar de los documentos antiguos’ (Oostfriesse oorsprongkelykheden,
2.ª ed., p. 442)

IV.1.B. La creación de una dinastía


Fue, en todo caso, Enno Edzardsena el Joven quien protagonizó el ascenso
de la familia, junto con sus hijos Edzard y Ulrich, señores de Greetsiel, al acau-

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 63. Mapa de Frisia Oriental en la época de los Häuptlinge o caudillos locales (siglos
XIV-XV), en el que se han marcado en azul, los territorios bajo dominio directo de los Cirksena
en 1433. La línea de puntos marca la actual línea costera (adaptado de Onno Gabriel, bajo
licencia Creative Commons).

dillar en 1430 el alzamiento de los Häuptlinge 113, con el apoyo de Hamburgo,


contra el dominio de Focko Ukena, que culminó en 1433 con la conquista de
Emden, capital económica de Frisia Oriental, y la victoria de Bargebur, con
lo que lograron el control de los territorios de Brokmerland, Auricherland y
Norderland (figura 63). Esta situación se consolidó con el fallecimiento de su
primo Ocko tom Brok en 1435, puesto que Edzard y Ulrich se convertían en
herederos, por extinción de la línea agnaticia, de los derechos de dicha casa,
cuya política continuaron, a pesar de haber contribuido al derrocamiento de
Ocko (Kappelhoff 1982: 114).
A la muerte sin descendencia de Edzard en 1441, su hermano Ulrich reu-
nió todos los derechos de iure y el poder de facto, que consolidó al casarse en

113
Los Friesische Häuptlinge, «Old West Frisian: haedlingen; Old East Frisian: haudlingar;
Middle Low German: hovetlingen; [Medieval] Latin: capitales or capitanei; German: ‘Häuptlinge’;
Dutch: ‘hoofdelingen’» (Vries 2015: 231, n. 11), eran los antiguos caudillos de las comunidades
locales frisias, luego transformados en una pequeña nobleza territorial autónoma, hasta la crea-
ción del condado (Esselborn 1945: 6-15, Schmidt 1972: 543-44 y 2001, Vries 2015: 231-32 y 237-38).
Para el alzamiento contra Focko, vid. Schmidt (2001: 301)

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segundas nupcias con Theda, nieta de Focko Ukena, por lo que, tras acabar
con las últimas resistencias, logró la supremacía sobre toda Frisia Oriental:
«juncher Ulrike to Berum, Norden, Ezense, Emeden, Aurike, Brokmerlande
etc. hovetlinghe» (OUB, vol. I, p. 512, doc. 586, de 1447), «Oelrick to Grietziil,
Norden, Aurigke, Emeden etc., in Oestvrieslande hovetlingk» (p.  698, vol.
806, de 1464). Para asentar definitivamente su poder, se declaró formalmente
feudatario del Imperio, al que hasta entonces Frisia Oriental había pertene-
cido solo de forma virtual, lo que quedó establecido por Lehnbrief o carta de
infeudación de 1 de octubre de 1464 promulgada por el emperador Federico
III, en virtud de la cual, Ulrich y sus descendientes fueron nombrados «gra-
ven und grefin zu Norden, Emeden, Emesgonien, in Ostfriesland» = ‘condes
y condesas de Norden, Emden y Emsgau, en Frisia Oriental’ (OUB, vol. I,
pp. 698-700, doc. 807) 114, además de recibir la dignidad caballeresca, junto a
«Dowa Ziarda, baronem in Franeka […] necnon viginti personas alias ad hoc
meritas», por decreto imperial de 5 de octubre de 1464 (OUB, vol. I, pp. 701-
702, doc. 809), ceremonia que se llevó a cabo el domingo 23 de diciembre de
1464 en la iglesia franciscana de Emden (OUB, vol. I, p. 702, doc. 810; Van
Lengen 1997: 681).
Un nuevo Lehnbrief fue emitido por el mismo emperador el 27 de julio de
1468 a favor de los hijos de Ulrich (fallecido en 1466), Enno, Ezard y Uko,
en los mismos términos: «graven zu Norden, Emeden und Emsgonien […],
mit den slossen Gretzil, Berum, Aurik, Lerort und Stickhusen mit allen iren
zugehorungen» = ‘condes de Norden, Emden y Emsgau, con los castillos de
Greetsiel, Berum, Aurich, Leer y Stickhausen con todas sus pertenencias»
(OUB, vol. I, p. 750, doc. 862). El 5 de abril 1495, siendo rey de Romanos, Maxi-
miliano I, al renovar el Lehnbrief o carta de infeudación otorgada en 1464 (en
la versión manipulada datada en 1454), crea oficialmente, a favor de Ezdar y
Uko (Enno había fallecido en 1491), el «graffschafft Ostfriessland» o condado
de Frisia Oriental (OUB, vol. II, pp.  446-447, doc. 1433), título que Edzard
empleaba desde un tiempo antes 115. Con la entronización de Carlos V se hizo

114
Existe un documento supuestamente previo, datado el 30 de septiembre de 1454, en el
que el Emperador nombra a Ulrich y a sus descendientes «graven und gravin zu Oistfrieslandt»
= ‘condes y condesas de Frisia Oriental’ (OUB, vol. I, pp.  590-593, doc. 677), pero se trata de
una versión manipulada del documento de 1464, hecha seguramente para la confirmación de
Maximiliano I en 1495; cf. OUB, vol. II, p. 446, n. 3; Van Lengen (1997) ni siquiera lo cita. Ham-
conius, advirtiendo ya algún problema, lo zanjó de modo salomónico, anotando al margen de
su panegírico de Vlricus: «Comes a Cæsare constitutus anno 1454. Inauguratus vero anno 1464»
(Frisia, f. D4v; 2.ª ed., f. 34r).
115
Así lo recoge la leyenda de su sello: S. Edzardi comitis Phrisie Orientalis (OUB, vol. II,
p.  390, doc. 1361, de 1493; p.  416, doc. 1395, de 1494; p.  425, doc. 1409, de 1494). Usaba esta
intitulación tanto a solas, «Wy Edzardt, greve to Oestvreislande» (p.  384, doc. 1356, de 1493;
p. 427, doc. 1411, de 1494), como con su hermano: «Wij Edzard unnd Uko, gebroder, grevenn in
Ostfresland» (p. 387, doc. 1361, de 1493); «Wy Edtzart und Uko gebruder, gravenn und herenn
van Oestfrisslande» (p. 424, doc. 1409; p. 426, doc. 1410, ambos de 1494).

80 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 64. Mapa del condado de Frisia Oriental, con las armas imperiales (a la izquierda) y las
de los Cirksena (a la derecha), trazado por Ubbo Emmius en 1595 y regrabado para el Atlas
Novus o Maior de Willem y Joan Blaeu.

necesaria la promulgación de una nueva carta de infeudación, que fue emi-


tida el 31 de mayo de 1521 a favor Edzard I (Uko había muerto en 1501), a
quien se le renovó el título de Reichsgraf o conde imperial de Frisia Oriental
(figura 64) 116. La transformación del condado en principado, por Fürstenbrief
del emperador Leopoldo I de 18 de abril de 1662 a favor del conde Georg
Christian 117, no supuso ningún cambio real en la soberanía. A la muerte sin
descendencia de su bisnieto, el príncipe Karl Edzard, el 25 de mayo de 1744,
se extinguió la casa de Cirksena por vía agnaticia y Frisia Oriental se convirtió
en una provincia prusiana, aunque, de resultas del congreso de Viena (1813-
1815), fue adscrita en 1823 al reino de Hannover, hasta que este, a su vez, fue
anexionado por Prusia en 1866, quedando Frisia Oriental como parte de la
provincia prusiana de Hannover.

116
OUB, vol. II, p. 446, n. 3; Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. VII, pte. iv. § 3, en vol. II,
pp. 315-316.
117
Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. XXI, pte. iii. § 1, en vol. V, pp. 239-240-

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IV.1.c. El despegue de la arpía


Fue el mismo Enno Edzardsena el Joven quien adoptó como emblema
la figura de la arpía 118. Su padre Edzard, empleaba en 1370 un sello de tipo
hagiográfico, con la Virgen y el Niño y un personaje con ropas talares arrodi-
llado ante ellos, junto a otro de pie que actúa como presentador y que, según
este modelo inconográfico, tendría que ser un ángel o un santo, todo ello bajo
un dosel gótico (cf. Van Lengen 2018: 13, fig. 9). En el ya citado documento
de 24 de febrero de 1400 (OBU, vol. I, p. 144, doc. 169; vide supra n. 108), que
Enno suscribe con sus hermanos Imel de Eilsum y Haro de Greetsiel, apare-
cen sendos sellos, de los que los de ambos hermanos mayores son también
de tipo hagiográfico. El de Imelo es semejante al de su padre Edzard, con un
Geistlicher o clérigo (según Friedländer en el OUB) arrodillado ante la Virgen
con el niño, en un nicho 119. El de Haro representa una Virgen de la Leche bajo
un baldaquino flanqueado por dos dragones, que en su sello de 23 de mayo
de ese mismo año pasa a ser una Virgen con el niño entronizada entre un
dragón y un águila (OUB, I, 147, doc. 171; Van Lengen 2018: 13, fig. 8), lo que
revela el carácter ornamental y no emblemático de las figuras laterales. En
cambio, el de Enno, con la leyenda S. Ennonis capitalis in Norda, es heráldico
y trae, por primera vez, la arpía en un escudo timbrado de un yelmo con un
águila por cimera y acostado de dos lises, que posteriormente flanquearán
directamente a la arpía (figura 65) 120.

118
Hamconius, al tratar en 1609 de los primeros comites Frisiæ Orientalis, atribuyó errónea-
mente, la concesión de armas al mismo acto de nombramiento condal de Ulrich I por el empera-
dor Federico III en 1464: «Austriaci nutu Frederici Cæsaris, Arma / Clara illa, et Titullum Frisiæ
suscepit Eoæ» (Frisia, f. D4v; 2.ª ed., f. 34r; cf. la figura 62). Van Lengen (2018: 41), en el árbol
heráldico-genealógico de la fig. 49, le atribuye la adopción a Edzard, el padre de Enno el Joven,
pese a que él mismo reproduce en su fig. 9 un sello suyo de tipo mariano, igual al llevadopor su
hijo Imel, como ahora veremos.
119
Un fragmento del mismo sello, con pérdida de la leyenda, se conserva en otro documento
suscrito por Imel Edzardesna de Eilsum (OBU, vol. I, p. 165, doc. 193).
120
Véase –por desgracia, sin ilustraciones– OBU, vol. I, p. 144, doc. 169, según cuya descrip-
ción (seguida por Klinkenborg 1902: 152), las lises flanquean el escudo, no la arpía (según se ve
en la figura 65), al igual que las coronas en el sello de Ocko I tom Brok de 1388 (figura 68). Existe
otra impronta fragmentaria de 1433, en que solo se aprecia el escudo con la arpía, vid. p. 380,
doc. 411; lo mismo sucede en una de su hijo Edzard, de 1436 (p. 416, doc. 456). Se mencionan
otros sellos de Enno, sin describirlos, en la p. 163, doc. 191, y en la p. 271, doc. 302. Da cuenta
de otra impronta de la misma matriz Klinkenborg (1902: 152), quien señala que el mismo Enno
empleó otro sello con un águila contornada en las armas y una lis por cimera, armerías que, con
un águila por cimera y un antílope y un dogo por tenantes, empleó su sobrino Siebrand II de
Eilsum en 1427, por lo que considera que estas eran las armas primitivas de los Cirksena, de lo
que no hay prueba alguna (más bien, por lo visto en la nota 107, serían de los Attena, pero véase
la nota ¡Error! Marcador no definido.). En cambio, Sello (1902: 246) considera que ese sello (que
él atribuye a Ulrich I) se debe al dominio de Brokmerland, por lo que sería el águila de los tom
Brok. Sin embargo, la adscripción del sello está garantizada por el fragmento de leyenda Edels y
la suscripción del documento por «Siberen to Edelsum» (OUB, p. 320, doc. 354).

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

La identificación de la figura con un


Jungfrauenadler y no con un Königskopfad-
ler viene garantizada por la descripción
de esta figura en la concesión de armas a
la ciudad de Emden en 1495, como vere-
mos luego. En cambio, es muy dudoso
que en el momento de su adopción se la
identificase ya con la mitológica arpía.
Podría citarse, además de dicho Wappen-
brief, el regestum de una carta de Enno
al concejo de Groninga, de 1 de abril de
1429, autenticada con su sello: «Sigillum
habet scutum parvum cum harpya», Figura 65. Armas de Enno Cirksena,
pero esta descripción se halla en una a partir de un sello de 1400 (según
Siebmachers FstA, vol. II, lám. 254; en el
compilación documental del ya citado
original, las lises estsin duda, la arpía
historiador Ubo Emmius, cuya Rerum presentaba solo cabeza y no busto de
Frisicarum Historia data de 1616 (OUB, doncella).
vol. I, p. 328, doc. 374). Sea como fuere,
la adopción del Jungfrauenadler no tiene nada que ver, sin duda, con las alego-
rías religiosas como la Madonna delle Arpie de Andrea del Sarto y una supuesta
Madonna-Adler que propone Van Lengen (2018: 11b-15b) y que no puedo dete-
nerme a analizar aquí.
Según los mecanismos habituales de la imaginación emblemática, lo más
probable es que haya surgido por imitación del grupo de armerías similares
que habían florecido en el ducado de Holstein, pues Plön dista de Norden
menos de 400 kilómetros, mientras que los esmaltes constituyen una inver-
sión de las armas imperiales. De hecho, según Sello (1902: 249), la adopción
de la arpía sería el fruto híbrido de la popularidad del motivo en tierras
vecinas y del deseo de diferenciarse, sin desvincularse del todo, del águila
traída por otros linajes de la zona. Entre ellos pueden señalarse los señores
de Pilsum, Osterhusen, Loquard o Stedesdorf y, en particular, sus parientes y,
a partir de ca. 1420, rivales políticos, los tom Brok 121. A juicio de Sello (1902),
esta abundancia de águilas se debería a la leyenda de que Carlomagno había
concedido a los frisios, junto con su carta de libertades (vide infra), el derecho
a usar las armas imperiales 122. En realidad, la apócrifa bula áurea se refiere

121
Véanse, respectivamente, OUB, vol. I, p. 80, doc. 87 (de 1359), p. 147, doc. 171 (de 1400),
p. 303, doc. 336 (de 1426); p. 321, doc. 355 (de 1427), y p. 144, doc. 169 (de 1400); compárese ade-
más el final de la nota precedente.
122
Retomando, a su manera, la hipótesis de Sello, y sin intentar conciliar esta explicación
con la alegórica que acaba de exponer, Van Lengen plantea que «Die somit ursprünglich nicht
als “Jungfrauenadler”, sondern als Königs- bzw. Kaiseradler zu betrachtende Wappenfigur der
Cirksena wäre also zu verstehen als Sinnbild für ihren (und ihre friesischen Standesgenossen)
von König und Reich angeblich schon seit Karl dem Großen anerkannten und verbrieften spezi-

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solo a la corona, como insignia caballe-


resca: «Qui Frisones signum suæ militiæ
a dicta Potestate recipere debent, in quo
corona Imperialis in signu suæ liberta-
tis a nobis concesæ debeat esse depicta»
(Hamconius, Frisia, f. T1v; 2.ª ed., f. 119r).
No obstante, el mismo autor presenta al
emperador como insignium modernorum
Frisiæ dator en la lámina correspondiente
(figura 66).
Cierto que, en los hexámetros ilustra-
dos por la efigie preinserta, Hamconius
explica que las insigniæ a las que se refiere
(y que aparecen en el cuartel inferior del
escusón acolado al águila imperial en la
lámina adjunta) son los leopardos del
señorío (y hoy provincia holandesa) de
Figura 66. CAROLVS MAGNVS, Frisia (Occidental): «Arma dedit, gemi-
Author Potestatum | libertatis et nos, illis præclara Leones; / Bella truces
insignivm | modernorvm frisiæ
dator. Lámina calcográfica estampada
ungues, palmam color indicat auri». Sin
en la segunda edición de la Frisia de embargo, añade en nota al margen: que
Hamconius (f. 34v). «Insignia Frisiæ moderna, duo fului Leo-
nes, ad pugnam expediti. Frisii clypeis
suis et insignibus dimidiatas hinc aquilas plerunque adiciunt» (f. C3r = 2.ª ed.,
f. 35r) y, en efecto, así muestra, en las láminas sucesivas, las armas atribuidas
a las sucesivas potestates Frisiæ, como un dimidiado del águila imperial y las
supuestas armas privativas de tales personajes, como puede apreciarse en la
figura 67. No obstante, por más que la bula citada se había falsificado al filo
de 1300 (vide infra n. 159), con los datos disponibles no es posible tener certeza
sobre la influencia de estas creencias en la proliferación de águilas frisonas
y, dado que el apócrifo carolingio no se refiere a ellas, el movimiento podría
habrse dado en sentido contrario.
En cuanto a la cimera del águila, corresponde, sin duda, al emblema de
los ya mencionados tom Brok: «Das Wappen des Brockischen Hauses war ein
gekrönter Adler mit aus gebreiteten gekrönten Flügeln» = ‘Las armas de la
Casa de Brock traían un águila coronada con alas exployadas y coronadas’ 123.
Estas armerías poseen una de las documentaciones más antiguas entre las

fisch friesisch-freien Adelsrang, der in nichts dem feudalen nachsteht» (2018: 17a-b). Sin embargo,
como se ha visto, para esas fechas la Königskopfadler había perdido completamente su sentido
original.
123
Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte. iv, § 23, en vol. I, p. 466; véanse además Kappel-
hoff (1982: 68) y, sobre todo, Van Lengen (2018: 23a-25a).

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Figura 67. Armas atribuidas a Magnus Fortema (a) y a Julius Dekema (b), respectivamente
la primera y la última de las potestates Frisiæ, según Hamconius. Detalles de las láminas
calcográficas correspondientes, en su Frisia, 2.ª ed., ff. 35v y 47v.

frisias orientales, pues aparecen ya en un sello de 1388 de Ocko I (figura 68) 124,


el tío materno de Enno Cirksena. En esta composición, mantenida en el sello
de su hijo Keno II en 1400, el águila no está coronada y las tres coronas carac-
terísticas de estas armerías aparecen fuera del escudo, una timbrando y dos
flanqueando el yelmo 125, una composición parecida a la que adoptan las lises
en el sello de Enno, que sin duda lo imita, lo que explica también que el
águila de la cimera no presente corona. El empleo de esta cimera por parte
de Enno no responde solo a un vínculo de parentesco, sino que constituye
un emblema político, dado que los tom Brok eran en ese momento la familia
más influyente entre los Häuptlingen frisios 126, de quienes, por estas fechas, los

124
Vid. Reimers (1927: 100) y Van Lengen (2018: 24, fig. 30). Reimers reproduce además otras
representaciones de las mismas armas en otro sello del hijo de OckoI, Keno II, en el documento
de 1400 que estoy comentando (1929: 182), y en la lauda sepulcral de su viuda Foelke, de 1414,
según la inscripción, aunque dicho autor la fecha entre 1417 y 1419 (1927: 105). El primer sello
de los tom Brok recogido en el OUB es el mismo de Keno II en 1400 (vol. I, p. 144, doc. 169), el
cual reaparece en un diploma de 1404 (p. 166, doc. 194).
125
No es seguro que el águila fuese adopción suya, aunque al parecer sí las coronas. Según
Van Lengen, «Mit der nicht zu übersehenden Platzierung der Kronenfigur hat Ocko wohl ein
bedeutsames Zeichen setzen und zum Ausdruck bringen wollen, dass es der Kaiser und König
gewesen sei, der ihm das Recht verliehen habe, die Krone in Verbindung mit seinem Wappen
zu führen» (2018: 24b, cf. también p. 17a), pero no aduce ninguna prueba. En general, la corona
es una figura más del repertorio heráldico y por si sola no atestigua ningún tipo de concesión
regia o imperial. Más probable, en ese contexto histórico, es que quisera sugerir con su adopción
la supremacía que ejercía sobre los demás caudillos frisios. No obstante, bien pudo influir en su
incorporación la citada disposición de la apócrifa bula áurea de Carlomagno que otorga a los
caballeros frisios el derecho a incorporar una corona a sus armas.
126
Lo señalaba ya Emmius, Rerum Frisicarum historia, lib. XIV, p. 211 en el pasaje transcrito
arriba. Véanse además Schmidt (1972: 543, 2001: 293 y 295) y Vries (2015: 233).

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hermanos Edzardsena eran aún aliados,


bajo la égida del cuñado de Enno, Keno
II, como revela el mismo documento del
que penden los sellos comentados (véase
la nota 124). A partir de 1421 127, las tres
coronas se integraron en el campo del
escudo, quedando, de gules, un águila
de oro con la cabeza y las alas coronadas
de lo mismo y, por cimera, una cabeza
de águila coronada. En cambio, en la
versión recuperada más tarde por los
Cirksena, esta última se perpetuaría sin
Figura 68. Sello de Ocko I tom Brock corona, como se comprobará luego.
en 1388 con sus armas plenas rodeadas Respecto de las flores de lis, acom-
por la leyenda | s(igillum) do(mi) pañaban también a la arpía en su sello
ni : ockonis | militis | in : broke.
de 1401, a juzgar por los restos conser-
Grabado a partir de un original del
Staatsarchiv Hamburg (apud Reimers vados 128, y todavía en el anverso del
1929: 100). Halber Krummsteert de Edzard I acuñado
en 1491 campea una arpía con la cabeza
acostada de dos lises (figura 69) 129. Este uso podría quizá relacionarse con la
adopción de las lises por los Abdena por esas mismas fechas 130, por lo que
podría marcar la pertenencia de Enno a la Großfamilie Abdena, aunque no
consta ninguna relación con ella. Otra opción, de confirmarse que se trata de

127
Esta conformación, con dos leones como tenantes, aparece por primera vez en un sello
de Ocko II tom Brok del primero de septiembre de dicho año (OUB, vol. I, p. 262, doc. 299) y
se repite en 1426 (p. 303, doc. 336), 1427 (p. 320, doc. 354) y 1432 (p. 374, doc. 405). Existe una
versión intermedia en la que el águila del escudo está coronada, mientras que la cimera pasa a
ser una cabeza de águila coronada, atestiguada por primera vez en el sello de Keno II de 1412
(OUB, vol. I, p. 192, doc. 230) y continuada en el de su hijo Ocko II usado en 1418-1419 (pp. 221
y 226, docs. 262 y 267) y de nuevo en 1428 (p. 332, doc. 366).
128
«Das Siegel ist nicht mehr vorhanden; doch hat sich das fettige Wachs auf dem in Brie-
fform zusammengefalteten Papiere so abgedrückt, dass man in den Umrissen das Bild einer von
zwei Lilien begleiteten Harpyie noch zu erkennen vermag» (OBU, vol. I, p. 158, doc. 186). Esta
descripción refleja un uso de la arpía como señal, sin escudo de armas, acostada en el jefe por
las dos lises, lo que concuerda con la acuñada por Edzard I todavía en 1491 (figura 69).
129
Ficha accesible en línea en <https://ikmk.smb.museum/object?id=18211356>. Aquí se
identifica esta moneda con Kappelhoff (1982: núm. 97), pero en el anverso de esta acuñación
aparece la arpía cantonada de cuatro estrellas y no de dos lises. Tampoco coincide la leyenda,
que en el ejemplar reproducido por Kappelhoff reza: X edzard · comes * fri * orie’ta’. Puede
que el ejemplar berlinés corresponda una emisión previa del mismo año, basada en un modelo
más antiguo.
130
Las lises, que aparecen por primera vez cantonando una cruz en acuñaciones de prin-
cipios del siglo XV, imitadas de monedas francesas, se vinculan a la familia extendida de los
Abdena y así aparecen representadas en la torre de la iglesia de Suurhusen. El lirio se combina
con el león tradicional de su familia en las acuñaciones de Imelo Abdena en Emden desde 1430
(Kappelhoff 1982: 67).

86 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 69. a) La arpía de los Cirksena con la cabeza flanqueada por dos lises en el anverso del
Halber Krummsteert acuñado por el conde Edzard I en 1491, con la leyenda X edzard · comes *
fri * oi’e’ta’ = Edzard, comes Frisie Orientalis. b) Detalle del motivo. Ejemplar conservado en el
Tresor del Münzkabinett de los Staatliche Museen zu Berlin (N.º Inv. 18211356).

un uso antiguo, es que las lises remitan a las armas de los Visquard, familia a
la que pertenecía Etta, la abuela de Enno (véase la figura 61), las cuales traían,
de azur, una rosa de gules acompañada de dos lises de oro en los cantones del
jefe (Siebmachers FstA, vol. II, p. 209b y lám. 264; cf. p. 206b, nota *; Esselborn
1945: 232).
En el sello usado por Enno en 1427, la arpía campea sola en el escudo,
mientras que la lis sustituye al águila en la cimera, marcando así quizá su
alejamiento de los tom Brok en esa época (OBU, vol. I, pp. 314-315, docs. 349
y 350) 131. Según Van Lengen, que desconoce las posibnilidades ya apunta-
das, se trata de un símbolo mariano: «Die goldene Lilie als Helmzier bezog
sich auf die Jungfrau Maria, die Schutzpatronin des Stammhauses» = ‘La lis
dorada como cimera se refería a la Virgen María, la santa patrona de la casa
troncal’ (2018: 19a), de lo que no da prueba algun ni yo la encuentro, más allá
de los sellos hagiográficos del padre y los hermanos de Enno, que respon-
den a motivos sigilográficos bastante comunes. Noobstante, al margen de la
dudosa alusión mariana, podría apoyar la idea de una señal familiar el que su
pariente Sibet Attena el Joven usase la misma cimera en sus armas, según se
documenta en sus sellos de 1453 a 1473 132, pero, dadas las fechas, seguramente
se trata de una imitación directa de la traída por los Cirksena, como rama más
poderosa de la familia, en cuyas armas será ese timbre el que se estabilice en lo

131
El mismo diseño empleó su hijo Ulrich en su sello de 1439 con la leyenda S. Ulrici de
<Norda> capitalis in Esense (OUB, vol. I, p. 454, doc. 509).
132
OUB, vol. I, p. 730, doc. 842, de 1453; p. 637, doc. 734, de 1458; p. 661, doc. 763, de 1460;
p. 730, doc. 842, de 1466; p. 767, doc. 888, de 1470, y vol. II, p. 19, doc. 920, de 1473.

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Figura 70. Schaf o ‘cordero’ del conde Enno I batido en 1529. En el anverso (a), un yelmo de
rejilla visto de frente, con lambrequines, timbrado de una corona abierta con una lis por cimera,
y la leyenda X enno * co(mes) * et * d(omi)n(u)s *phri(si)e * oriental(is). En el reverso (b),
una tarja en la que campea la arpía coronada y cantonada de estrellas, con el año entre el borde
superior de la misma y la grafila y, en torno, la leyenda X in * deo * speravi n(on) ti(m)ebo *
q(uid) * faci(a)t * m(ihi) *h(omo) [= Sal 55 (56), 11] (apud Kappelhoff 1982: fig. 160).

sucesivo (vid. Kappelhoff 1982: figs. 116,


131, 135, 140, 169, 177, 188, 189, 200, 202,
225, 226, 228, 233 et passim). Incluso, a
partir de 1529, aparece en el anverso de
varias monedas el yelmo con la lis por
cimera, quedando la arpía cantonada de
estrellas en el reverso (figura 70).
Al pasar la lis a la cimera, la arpía
se quedó inicialmente sola, como se
encuentra en la primera acuñación de
los Cirksena en Norden (de ca. 1435),
un Krummsteert (similar al doble gros de
Figura 71. Reverso de la primera plata) cuyo reverso lo ocupa una cruz
moneda, un Krummsteert, acuñada cantonada de cuatro estrellas (figura 71
en Norden por los Cirksena, que = Kappelhoff 1982: núm. 58), según un
muestra una cruz de extremos patados
modelo empleado ya por Udo Fockena
cantonada de cuatro estrellas, con
la leyenda X mone|ta · nov|a · (núm. 49). Sin embargo, en las siguien-
nord|ensis| (apud Kappelhoff 1982: tes acuñaciones (un Witte o blanca y otro
fig. 58). Krummsteert) las estrellas aparecen tam-
bién en el anverso, cantonando la arpía,
con la leyenda X edsard’ · capitalis · t’re · nordensis = Edsardus, capitalis
Terre Nordensis (núms. 59-60).
Este nuevo diseño pasa también al sello de Edzard documentado en 1439,
con la leyenda S(igillum) Idzerdi, capitalis in Norda (OUB, vol. I, p. 454, doc. 509).

88 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

De este modo figuran también las armas


de los Cirksena en las representaciones
correspondientes al gobierno de Enno I,
como las talladas en madera en 1481 en
los Grafenstühle o asientos condales que
integran el mobiliario de la iglesia de
San Ludgero en Norden (figura 72) 133, las
representadas en su sello de 1483 (OUB,
vol. II, p.  194, doc. 1116) o las ostenta-
das en sus monedas batidas entre 1483
y 1488 (Tergast 1925: 36-41; Kappelhoff
1982: núms. 84 y 88-92; figura 73).
Existe, no obstante, una duda sobre
las figuras que cantonan la arpía, dado
Figura 72. Armas de los Cirksena
que, en el reverso de las acuñaciones de talladas en madera en los sitiales de
Ulrich, el segundogénito de Enno, tanto los condes en San Ludgero, la iglesia
en Emden como en Norden, las estrellas mayor de Norden, en 1481.
presentan una perforación (Kappelhoff
1982: núms. 69-72 y 74), lo que las con-
vierte en rosetas o rodajas de espuela
(Sporenräder), como puede apreciarse en
la figura 74.
Aunque, como muestra la misma
figura  74, en esas mismas monedas la
arpía, cuando no campea sola, está can-
tonada de estrellas (Kappelhoff 1982:
núms. 68-74 y 77-78), en otras represen-
taciones la acompañan las rosetas. Así
aparece en el sello de Ulrich de 1464, en
un escudo timbrado de un yelmo con la
lis por cimera, rodeado por la leyenda
Figura 73. Anverso del Doppelgrote o
S. Ulrici capitalis in Norda et alias (OUB,
doble gros del conde Enno I de Frisia
vol. I, p. 695, doc. 802); véase la figura 75. Oriental, con la arpía cantonada de
A este diseño se atiene también la pri- estrellas y al pie dos escudos acolados,
mera representación polícroma de la que uno con las mismas armas (por la línea
hay constancia (con las figuras de oro y paterna de los Cirksena) y otro con
un león (por la línea materna de los
el campo de sable), correspondiente al
Ukena), con la leyenda * enno : co’ fri
gobierno conjunto (1481-1483) de la con- * sie · oi’ge’tal’ = Enno, comes Frisie
desa Theda, viuda de Ulrich I, y su hijo Origentalis [sic] (apud Tergast 1925 38,
Enno I, en la clave de bóveda oriental núm. 10 = Kappelhoff 1982: núm. 90).

133
Para la cronología de las claves de bóveda y los sitiales de la iglesia de Norden (figuras
76 y 72), véase HOO, s. v. «Norden».

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Figura 74. Krummsteert de Ulrich I como señor de Emden. En el anverso (a), una arpía
cantonada de cuatro estrellas, con la leyenda X vlricvs ª·capital ª tre ªemdenis = Ulricus,
capitalis Terre Emdensis. En el reverso (b), una cruz de extremos patados cantonada de cuatro
estrellas, con la leyenda monet|a : nova | de : emd|ensis| (apud Kappelhoff 1982: fig. 70).

del coro alto de la iglesia de San Ludgero


de Norden (figura  76), donde la arpía
presenta erróneamente cabeza de grifo,
diferenciada de la de águila por sus ore-
jas (cf. Fox-Davies 1909: 222 y fig. 421;
Pastoureau 1993: 154 y figs. 177 y 281).
También se adscribe a esta variante la
primera representación de la arpía de los
Cirksena en su versión más feminizada,
o, en palabras de Kappelhoff, «die Har-
pyie mit stark ausgeprägten weiblichen
Brüsten» = ‘la arpía con senos femeninos
muy pronunciados’ (1982: 203) 134, en el
anverso de un Doppeltaler o doble tálero
de los condes Edzard II, Christoph y
Figura 75. Armas del conde Ulrich I, Johann batido en 1564.
a partir de un sello de 1464 (según
En heráldica, las rosetas de espuela
Siebmachers FstA, vol. II, lám. 255; cf
OBU, vol. I, p. 695, doc. 802), en el que constituyen una lectio difficilior, es decir,
la arpía presentaría solo cabeza y no la variante más improbable y, por tanto,
busto de doncella. la menos susceptible de aparecer de

134
Se aprecian ya, no obstante, senos de formas bastante redondeadas en acuñaciones de
1529-1530 (vid. Kappelhoff 1982: figs. 160, 170, 178, y aquí la figura 70), pero se trata de ejem-
plares bastante desgastados, por lo que, a la vista de otros modelos parecidos, pero en los que
claramente se trata de la pechuga del águila (cf. Kappelhoff 1982: fig. 187), resulta difícil tener
certeza al respecto.

90 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


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Figura 76. Armas de los Cirksena Figura 77. Doppeltaler de 1564 de los condes
(representadas como un águila con cabeza Edzard II, Christoph y Johann de Frisia
de grifo de oro, cantonada de cuatro rosetas Oriental, con la arpía coronada cantonada
de espuela de lo mismo, en campo de sable) de cuatro rosetas de espuela, rodeada por
talladas en piedra policromada en la clave la leyenda ªª mo ª edz ª cr ª io ª c ªe
de bóveda oriental del coro alto de la iglesia ª d ª p ª o ª da ª pa ª d ª i ªde ª
de San Ludgero de Norden, esculpidas no = Moneta Edzardi, Christophori, Iohannis,
hacia 1480. comitum et dominorum Phrisiæ Orientalis. Da
pacem, Domine, in diebus nostris [≈ 2 Re 20, 19 ]
(apud Kappelhoff 1982: fig. 206).

forma casual. Es un principio metodológico bien asentado que, de entrada,


la lectio difficilior es preferible a la lectio facilior desde una perspectiva genética.
Es decir, aquella tiene más probabilidades que esta de ser la forma prístina.
En el caso que nos ocupa, dada la muy superior frecuencia de las estrellas y
la relativa rareza de las rosetas de espuela 135, amén de la pequeñez del rasgo
que las distingue, sería lógico pensar, de entrada, que la versión original es

135
Vid. Pastoureau (1993: 166), quien considera que la molette (nombre de la estrella hora-
dada en el blasón francés) no es una rondelle d’eperon, sino una mera variante de la estrella. Esto
podría explicar la alternancia en el caso de las armas de los Cirksena, pero, si bien es cierto que
en el blasón primitivo estoile y molet eran, al menos aparentemente, sinónimos, se diferencian de
la molete perciee, mientras que no había una *estoile perciee (cf. Brault 1997: 198a-b, 244b y 245b).
En todo caso, la sinonimia parece haber ido en sentido contrario, porque mollette significaba de
suyo «1. Petite meule. […] 3. Partie extrême de l’éperon en forme de roue étoilée qui sert à piquer
le cheval» (DMF, s. v. «molette1»), lo cual es acorde a su etimología: un de meule ‘muela’ con el
sufijo diminutivo sufijo -ette (TLFi, s. v. «molette1»), de modo que posiblemente las estrellas de
espuela se representaban originalmente como rosetas (molet), estrelladas, o rodajas (meulet), cir-
culares, con o sin su orificio central. Como señala Fox-Davies (1900: 296), «As a mullet is really
the «molette» or rowel of a spur, it certainly could not exist as a fact unpierced». De todos modos,
téngase en cuenta que aquí estamos tratando de un período muy posterior.

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Figura 79. Armas actuales de la mancomunidad de


Figura 78. Armas actuales de la Brookmerland (distrito de Aurich, región de Frisia
ciudad alemana de Norden (distrito Oriental, estado de Baja Sajonia), traen, de azur,
de Aurich, región de Frisia Oriental, águila coronada de oro con las alas superadas de
estado de Baja Sajonia), que traen, sendas coronas de lo mismo y acostada en punta
de azur, tres rosetas de espuela de de dos rosetas de espuela de lo mismo (ilustración
oro, timbradas de corona abierta y procedente de Wikimedia Commons).
sostenida por san Andrés, acolado a
su aspa, todo al natural (ilustración
procedente de Wikimedia
Commons).

esta y que aquella es una trivialización, por asimilación de la forma más rara
a la más frecuente. Así, en el informe sobre las armas del principado de Frisia
Oriental redactado por el historiador Coldewey por encargo de la administra-
ción prusiana, a raíz de la anexión de 1744, se señalaba que el primer cuartel
de las armas frisias traía la arpía acompañada de güldene Sterne oder vielmehr
Sporn-Räder = ‘estrellas de oro o, más bien, rosetas de espuela’ 136.
Este fue el planteamiento prevalente durante el siglo XIX y parte del XX,
de modo que, por ejemplo, las actuales armas de la ciudad de Norden traen,
de azur, tres rosetas de espuela de oro (figura 78), mientras que las del Lan-

136
«Das Fürstlich Ostfriesische in 6 Feldern abgetheilete Wapen hat. Im rechten oberen
schwartzen Felde eine güldenen Adler mit einem Menschen-Kopfe oder sogenannte Harpyie,
welche eine Krone auf dem Haupte, od. 4 güldene Sterne oder (nach denen ältesten Müntzen
zu rechnen) vielmehr Sporn-Räder auf denen beiden Flügen, und unter beyden ausgestreckten
Füssen hat» (Coldewey, Nachricht und Erläuterung über das fürstlich ostfriesische Wappen, p. 238).

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Figura 80. Sello de cera de la ciudad de Figura 81. Reverso de un Goldgulden o florín
Norden en 1498, con las armas de la ciudad de oro de Udo von Norden, con la efigie
(tres estrellas de oro en campo de azur) de san Ludgero revestido de pontifical,
sostenidas por san Andrés (apud Van Lengen sosteniendo un escudo con las armas de
2018: fig. 21). Norden (de azur, una estrella de oro), que se
repite como señal en su pecho, con la leyenda
*sanctvs : l|vdger’*. Ejemplar conservado
en el Münzenreich del Historischen Museum
Frankfurt (Neubau, Ebene 1, Vitrine F08;
N.º Inv. M27025) = Kappelhoff (1982: núm. 51).

dkreis o distrito de Aurich (al que pertenece Norden) traen la arpía de los
Cirksena flanqueada de rosetas en el jefe y bellotas en la punta (véase abajo
la figura  134) y, dentro de este, las del Samtgemeinde o mancomunidad de
Brookmerland, con las armerías históricas de los tom Brok, el águila con tres
coronas, con cambio del campo de gules original a azur, más dos rosetas en
la punta (figura 79), en ambos casos posiblemente por influencia de las armas
de Norden o las modernas del distrito de Aurich.
No obstante, como todos los principios de base probabilística, el de la
preferencia por la lectio difficilior solo establece una tendencia, no una norma.
En este caso, los datos históricos permiten establecer, sin la menor duda, que
la figura original es la estrella, emblema de Norden documentado ya en el
«sigillum terre nostre Nordensis» apuesto en un documento de ca. 1290, que
muestra a san Ludgero obispo sedente en su sitial y flanqueado de sendas
estrellas, con la leyenda S. advocatorom et consulum terre Norde (OUB, vol. I,
p. 36, doc. 37), y luego en el sello de la ciudad de 1498 (figura 80), en el que
aparecen tres en un escudo sostenido por san Andrés, con la leyenda, en tex-
tura quadrata o gótica textual, «Sigillū : Ciuita|tis : Nor∂enſis :» (OUB, vol. II,
p. 575, doc. 1580; Van Lengen 2018: 18b, fig. 21). Aunque en la versión como
sello de placa de 1619 aparecen como rosetas de espuela (Van Lengen 2018:

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19b, fig. 24), Harkenroth las identificaba


aún, en 1712, como Drie Steernen = ‘tres
estrellas’ (Oostfriesse oorsprongkelykheden,
p. 115).
Una disposición similar a la del sello
de la ciudad en 1498 había aparecido ya
en el reverso de varios Gulden o florines
de oro acuñados por Udo von Norden
(1421-1433), aunque en ellas el tenente es
san Ludgero obispo, cuya sola efigie de
pie y bendiciendo constituye el sello más
antiguo de la ciudad, documentado en
Figura 82. Anverso del Goldgulden
1255 (cf. OUB, vol. I, p. 20, doc. 26), mien-
o florín de oro de Udo von Norden, tras que en el escudo campea una única
con sus armas familiares (el león de estrella, que aparece también sobre su
los Ukena) y señoriales (la estrella de propio pecho (Kappelhoff 1982: núms.
Norden), con la leyenda * mone(ta) * 50-52), como muestra la figura 81 137.
vdon(is) * * d(e) · nor(da) *. Ejemplar
hallado en Fulda y conservado en el
En el anverso de esos mismos flori-
Münzkabinett de los Staatliche Museen nes aparecen las armas de los Ukena (de
zu Berlin (Room 242, BM-053/52; azur, león de argén) 138 acompañadas de
N.º Inv. 18206241) = Kappelhoff (1982: tres escusones con sendas estrellas de
núm. 50). seis puntas (figura 82) 139, expresivas de
su condición de Hauptlig de Norden.
Aquí no cabe duda de que se trata de estrellas y no de rosetas de espuela,
pese a la identificación de todas ellas con Sporenräder que hace Van Lengen
(2018: 10a, 11a, 18a-22b) 140. Esto lo confirma, no tanto la ausencia del agujero
habitual en estas últimas (pues tampoco es indispensable, véase la nota 135),
sino una cuestión de consistencia emblemática. El hecho de que los emblemas
sean signos indica que no existe una motivación intrínseca para su adopción,
es decir, no hay una conexión necesaria entre el significante y el significado,

Ficha accesible en línea en <https://www.historisches-museum-frankfurt.de/node/


137

28220#>.
138
«Focko Ukens Wappen ist ein silberner Löwe im blauen Felde. Dieses Wappen stehet auf
seinem Portrait ihm zur Seite. Auch unter dem gröninger Laudum von 1427 hängt sein Siegel,
ein springender Löwe» (Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte. iv, § 23, en vol. I, p. 466). Para
más detalles sobre estas armerías, véase abajo.
139
Ficha accesible en línea en <https://ikmk.smb.museum/object?id=18206241>.
140
En la p. 20b plantea un posible criterio (que luego desecha, sin más explicaciones) para
diferenciar ambas, el número de rayos: «Dieser Befund könnte darauf hindeuten, dass hier
zweierlei Beizeichen vorliegen: Himmelssterne (mit fünf Strahlen) und Sporenräder (mit sechs
Zacken)». Obviamente, se trata de un mero elemento de representación que carece de relevancia
alguna (cf. Neubecker 1976: 141-42). En ese mismo pasaje dice que «Sello [1902] sah hier deshalb
auch zwei verschiedene Figuren», pero, como se verá a continuación, dicho autor niega taxati-
vamente que se trate de Sporenräder.

94 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

pero esto no implica que no se dé una motivación extrínseca, sobre todo en


algo tan dependiente del contexto cultural como los signos emblemáticos. En
el presente caso, como en casi todos los que estamos viendo, existe una cierta
coherencia, casi nunca de base simbólica, entre el emblema y su titular, que
resulta obvia para las armas parlantes. En el caso de las armerías concejiles
o municipales de Norden, resultan difíciles de entender unas espuelas (aun-
que sea por sinécdoque), cuando estas, especialmente las doradas (goldene
Sporen), se consideraban en la Edad Media una insignia de la caballería, las
Rittensporen (DWB, s. v. «Sporn», § 4.d, y «Rittersporn«, § 1). En cambio, la
originalmente única estrella de Norden resultaba perfecta para identificar una
localidad cuyo nombre designa el norte, ya que aquella es, por antonomasia,
la estrella polar, llamada en alemán Nordstern, como ya advirtió Sello (1902:
246). Está claro, pues, que las de Norden constituyen unas armas semipar-
lantes, esto es, aquellas en las que el nombre del titular no remite a la figura
misma, sino a una que incluye o evoca a aquel (cf. Montaner 2012: 54-55), en
este caso, obviamente, la estrella que marca el norte.
Dado que las armas de los Cirksena incorporan esa figura como emblema
territorial, precisamente tras haber derrotado a Udo Fokkena 141, no cabe duda
de que se trataba inicialmente de estrellas y no de rosetas de espuela. Pese
a las vacilaciones, que se aprecian en las acuñaciones a lo largo de todo el
período 142, es así también como las describen Harkenroth en 1731: «in’t Eerste
quartier een Gouden Harpuy met vier Steernen, in een swart veld» = ‘en el pri-
mer cuartel, una arpía de oro con cuatro estrellas en campo de sable’ (Oostfriesse
oorsprongkelykheden, 2.ª ed., p. 447), y Wiarda en 1791: «Die Cirksenaen führten
eine gekrönte Harpie zwischen vier goldenen Sternen im schwarzen Felde.
Die noch häufig vorhandene Siegel von Enno und dessen Söhnen Edzard
und Ulrich bewähren dieses» = ‘Los Cirksena traen una arpía coronada entre
cuatro estrellas de oro en campo de sable. Los sellos aún conservados de Enno

141
La cronología lo deja claro. Atribuyen la integración de las estrellas de Norden a un
primer matrimonio de Enno Edzardsena el Joven con «Idsinga, Herrschaft Norden», Siebmachers
FstM, p. 45b, y Siebmachers FstA, vol. II, p. 205a. Sin embargo, quien casó con Him(b)a Itzinga ~
Idzinga von Norden fue Udo Fockena (Esselborn 1945: 12; Kappelhoff 1982: 60). Por su parte,
Van Lengen (2018: 21a-22a) atribuye esas armas, no a la ciudad, como evidencia el sello de 1290,
sino a los Itzinga, como señores suyos, basándose en un supuesto sello de Evenhard II († 1414), el
padre de Hima, lo que le permite justificar su identificación de las estrellas con rosetas de espuela
en tanto que atribuyo nobiliario y caballeresco. Sin embargo, los Itzinga traían por armas un león
contornado, como se documenta en el sello de Liward Itzinga van Emden, caudillo de Norden,
en 1400 (OUB, vol. I, p. 147, doc. 171).
142
Vid. Kappelhoff (1982), con estrellas en las figs. 61, 68-74, 77-78, 82-84, 88-92, 95-98, 100,
114-16, 142-143, 154, 156, 159-60, 164-65, 169-70, 174, 177-78, 182-84, 210, 214-15, 218-19, 223,
225-26, 233, 247, 250, 268, 303, 343, 346, 352 y 360; con rosetas de espuela en las figs. 101, 106,
185, 188-89, 193-95, 198-202, 204-6, 228, 251, 255-56, 258, 273, 318, 325, 327-28, 354 y 457; la arpía
sola en las figs. 182, 175, 306, 314 y 320; en todos los casos, he eliminado los ejemplos demasiado
dudosos, por el mal estado de los especímenes reproducidos.

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Figura 84. Armas plenas de Edzard I,


conde de Frisia Oriental, rodeadas por una
Figura 83. Las armas de los Cirksena, condes filacteria con la leyenda, en textura quadrata
de Frisia Oriental, en una labra policromada o gótica textual, «S (igillum) | | | Edʒar∂i
de 1530, correspondiente al gobierno de | comit(is) | phriſiæ | o|rientalis :», en
Enno II (1528-1540). una impronta en cera de su sello en 1497
(Niedersächsische Landesarchiv Aurich,
Rep. 1, núm. 436).

y sus hijos Edzard y Ulrich a menudo lo demuestran’ (Ostfriesische Geschichte,


lib. I, pte. iv, § 23, en vol. I, p. 467). Por ello, sostiene justificadmente Sello
que «die sog. “Sporenräder” im Wappen der Cirksena sind ursprünglich eben
auch nur symmetrische Vervielfältigung des Sterns vom Norderland» = ‘las
llamadas «rodajas de espuela» en las armas de los Cirksena son original-
mente también una duplicación simétrica de la estrella de Norderland’ (1902:
246, n.  2), opinión que comparte Kappelhoff (1982: 67-68). Finalmente, son
las estrellas las que preponderan 143, trayendo las armerías definitivas de los
Cirksena, de sable, una arpía coronada de oro cantonada de cuatro estrellas
de lo mismo (figuras 62, 64, 83 y 85) 144.
En cuanto a las armas plenas, manitenen, como queda dicho, la cimera de
la flor de lis, y se conforman como un escudo (a veces terciado a la valona)
timbrado de yelmo con lambrequines y corona abierta (parecida a la posterior
de marqués) y, por cimera, una flor de lis flanqueada de dos plumas. Así se
aprecia ya en el sello del conde Edzard I que pende del tratado firmado entre
él, su hermano el conde Uko y su pariente, Hero Omken von Dornum, señor
de Esens, Stedesdorf y Wittmund, el 21 de octubre de 1497 (figura 84).

En razón de dos a uno, según los datos de la nota 142 (estrellas = 66,7 %, rosetas = 33,3%).
143

La base de la figura 83 (lamentablemente, con escasa resolución) está accesible en línea


144

en <https://www.heraldik-wiki.de/wiki/Datei:Coacirksena.jpg>.

96 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


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Figura 85. Armas plenas de los Cirksena en el anverso de un Reichstaler o tálero imperial batido
en 1570 por los condes Edzard II y Johann II, con la leyenda edz(ardus) · e(t) · ioh(annnes) ·
co(mites) · e(t) ·d(omini) · phrisı(æ) · o(rientalis); en el reverso, el águila imperial cargada de
un orbe, con la leyenda da · pacem · domine · in · diebvs · nos(tris) · ×. Grabado xilográfico
de 1596 en el Vortzeichnus und Gepräge der groben unnd kleinen Müntzsorten, lám. 48, fila 1 =
Kappelhoff (1982 núm. 233).

La misma disposición mantiene en


un Reichstaler o tálero imperial batido en
1570 por los condes Edzard II y Johann
II, durante su duunvirato de 1561 a 1591
(figura 85).
Así se aprecia igualmente en el enca-
bezamiento de la sección dedicada a los
Comites Frisiæ Orientalis en la primera
edición de la Frisia de Hamconio, de
1609 (figura  86), aunque en las lámi-
nas de la segunda aparece solo la arpía
cantonada de estrellas (véase arriba la
figura 62). Figura 86. Armas plenas de los
Cirksena, Comites Frisiæ Orientalis.
Grabado xilográfico en la cabecera del
IV.2. Las armas mayores de Frisia f. D4v de la Frisia de Hamconius.

Oriental
Tras la consolidación de la arpía, se aprecia, desde fines del siglo XVI, un
proceso de combinación armera que desembocará en la creación de las armas
mayores del condado y luego principado de Frisia Oriental. Primeramente,
los Halbwitten o medias blancas emitidas a nombre de los condes Edzard II,
Christoph y Johann, llevan cuatro escudos formando una cruz. El superior

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Figura 87. Escudos de Cirksena, tom Brok, Ukena Figura 88. Armas de los condes de Frisia
y Norden dispuestos en cruz en el anverso de los Oriental, Edzard y Johann, en 1599,
Halbwitten de los condes Edzard II, Christoph y en un escudo cuartelado del águila de
Johann (adaptado de Van Lengen 2018: 22, fig. 28; Tom Brok y el león de Ukena, más, en
cf. Kappelhoff 1982: núm. 190). escusón sobre el todo, la arpía de los
Cirksena (según Siebmachers FstA, vol. II,
lám. 256; cf. Kappelhoff 1982: núm. 92).

trae la arpía de Cirksena; el de la diestra, las estrellas de Norden; el de la


siniestra, el águila de tom Brok y el inferior, el león de Ukena (figura  87).
Los ducados emitidos tras la muerte de Christoph a nombre de los herma-
nos supérstites, Edzard y Johann, traen un escudo cuartelado del águila de
Tom Brok y el león de Ukena, más, en escusón sobre el todo, la arpía de los
Cirksena (figura 88) 145.
La situación descrita cambió con la incorporación de Harlingerland, un
territorio en el centro de la costa de Frisia que comprendía los señoríos de
Esens, Wittmund y Stedesdorf, unificados por Sibet Attena en 1454-1455
(véase la figura  63). Desde entonces, Harlingerland gozó de una situación
autónoma frente al resto de Frisia Oriental, unificada bajo los Cirksena. En
1540, a la muerte sin herederos de Balthasar von Esens, el señorío de Har-

145
Vid. Kappelhoff (1982: 68-69) y núms. 190, para el primer diseño, y 89-92 y 100, para
el segundo. Dada la mala calidad de las reproducciones de Kappelhoff para estas monedas,
la figura 87 sigue las reconstrucción gráfica de Gerhard Kronsweide (en Van Lengen 2018: 22,
fig. 28), pero eliminando el busto femenino de la arpía y recuperando las estrellas que apare-
cen en el original, en lugar de las rosetas de espuela, mientras que la figura 88 reproduce la
versión de Siebmachers FstA, vol. II, lám. 256. Existe una variante de esta última combinación
en la que la arpía pasa al primer cuartel y se suprime el escusón sobre el todo (Kappelhoff
1982: núm. 99).

98 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 89. Las armas del condado de Frisia


Oriental, timbradas de corona abierta y acoladas
a un aspa de san Andrés (de estilo borgoñón), en
el reverso del Schilling de Enno III, con la leyenda
× mo(neta) | no(va) · enn(i) |co(mitis) · et | Figura 90. Das große Wappen des
do(mini) · fri(sie) | ori(entalis) (apud Kappelhoff Fürstenthums Ostfriesland o armas
1982: fig. 329). mayores del principado de Frisia
Oriental. Labra policromada
(Wappenstein) procedente del cuerpo
de guardia del palacio fortaleza de
Aurich, hoy encastrada en la fachada del
Forschungsinstitut der Ostfriesischen
Landschaft (fotografía de Matthias
Süßen, bajo licencia Creative Commons).

lingerland recayó en los condes de Rietberg, por el enlace de su hermana


Onna, de la que era nieta Walburgis von Rietberg, cuyo matrimonio con Enno
III supuso la unión dinástica, pero no política, entre Harlingerland y Frisia
Oriental, sancionada por el tratado de Berum, firmado en dicha localidad el
28 de enero de 1600 (vide infra). Esta unión pervivió hasta la extinción de los
Cirksena y la anexión de Frisia Oriental por Prusia en 1744.
Para representar emblemáticamente esta nueva realidad política, Enno III,
a partir de 1612, acuña Goldgulden o florines de oro con la misma composi-
ción de los Halbwitten o medias blancas de su padre y sus tíos, pero con las
siguientes armas: el escudo superior trae la arpía de Cirksena; el de la diestra,
el león de Ukena; el de la siniestra, el oso de Esens, y el inferior, los látigos de
Wittmund, marcando así la vinculación dinástica del señorío de Harlinger-
land y el condado de Frisia Oriental (Kappelhoff 1982: 69 y figs. 339 y 341).
De aquí surge finalmente escudo de armas del Reichsgrafschaft Ostfriesland

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 99


Alberto Montaner Frutos

Figura 91. Las armas mayores del principado de Frisia Oriental timbradas de corona de
príncipe imperial y acoladas a un trofeo de banderas y armas. Bajorrelieve en el tímpano
que corona la galería superior de las caballerizas del castillo de Aurich, construida en 1731-
1732 por el maestro de obras Anton Heinrich Horst por orden del príncipe Georg Albrecht.
Actualmente es la sede del NLBV (Niesersächsisches Landesamt für Bezüge und Versorgung)
y del Informatikzentrum Niedersachsen.

o condado imperial de Frisia Oriental 146, habitualmente atribuido al conde


Rudolf Christian (1625-1628), hijo y heredero de Enno III, pero adoptado ya
por este. Dichas armerías aparecen por primera vez acuñadas en su Schilling
o chelín, por valor nominal de seis Stüber (figura 89), batido en 1612, según
Kappelhoff (1982: 307), o en torno a 1615, en opinión de Van Lengen (2018: 9a).
Las armas diseñadas para el condado no experimentaron cambios, salvo
en los ornamentos exteriores (corona y manto de príncipe del Imperio), al
erigirse Frisia Oriental en principado, como puede apreciarse en las figuras
90 y 91, la primera de las cuales muestra las armerías correspondientes a
uno de sus tres últimos titulares, todos ellos agraciados con la Orden del
Elefante danesa: Christian Eberhard (3.11.1682), Georg Albrecht (8.03.1722) y
Karl Edzard (5.06.1734) 147.
Formalmente, se trata de un escudo terciado en faja y partido, que trae,
primero, de sable, arpía coronada de oro cantonada de cuatro estrellas de lo
mismo; segundo, de gules, águila de oro con la cabeza y las alas coronadas
de lo mismo; tercero, de argén, faja de gules cargada de losanges alternados
de argén y oro y acompañada de tres crecientes de azur, dos en jefe y uno en
punta; cuarto, de gules, león de argén acollarado de una corona ranversada de
oro; quinto, de oro, oso rampante de sable acollarado del campo con argolla de
lo mismo, y sexto, de azur, dos látigos de oro de varias colas, puestos en sotuer.

146
Sobre estas armas, véanse Harkenroth, Oostfriesse oorsprongkelykheden, 2.ª ed., pp. 447-
448; Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte. iv, § 24, en vol. I, pp. 467-68, y lib. XII, pte. ii, § 2,
en vol. III, pp. 354-56; Siebmachers FstA, vol. II, pp. 205a-207b y láms. 252-53 y 255-56; Esselborn
(1945: 235-241), Kappelhoff (1982: 69 y figs. 329, 332, 348) y Van Lengen (2018: 9-41).
147
Vid. Berlien (1846: 76, 87 y 93) y Esselborn (1945: 237), que omite al conde Christian
Eberhard.

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Antes de comentar el sentido (en términos heráldicos) de esta composi-


ción, es preciso realizar algunas indicaciones respecto de las armerías aquí
combinadas, excepto las dos primeras, que corresponden a los Cirksena y a
los tom Brok, pues ya se han visto en detalle. El cuartel más problemático es,
sin duda, el tercero. Se desconoce la antigüedad de estas armas, que apare-
cían ya en los sitiales condales (destruidos en los bombardeos de 1943) de la
iglesia mayor de Emden, erigidos a mediados del siglo XVI, donde se habían
representado las armas familiares en tiempos del conde Enno II († 1540): la
harpía de los Cirksena por su padre, Edzard I; el águila contornada de los
condes de Rietberg por su madre, Elisabeth von Rietberg (para estas armas,
véase abajo el § IV.4.a); el león de los Ukena por su abuela Theda y la faja
losangeada con tres lunas por su bisabuela Gela (Van Lengen 2018: 30a-31a).
También las empleaba la localidad de Manslagt al menos desde el siglo XVII, a
tenor de lo señalado por Harkenroth en 1712: «Manslagt, het welke op heden
deezen sag nog Drie halve Maanen in haare Waapen voert» = ‘Manslagt, que
hasta el día de hoy todavía trae tres medias lunas en sus armas’ 148. Esta adscrip-
ción queda justificada por el carácter parlante de las tres lunas, debido a la
siguiente interpretación: «Edog deeze benaaminge zoude ik liever heerhalen
van Maane Luna» = ‘Sin embargo, preferiría derivar este nombre de Maane
[= lat.] Luna’ (ibidem, p. 100; 2.ª ed., p. 447). Más concretamente, se parte de
una consideración del topónimo como un compuesto frisón de mâns (gen. de
mân(e) < frisón ant. mōna) y lecht < frisón ant. liācht ‘luz de luna’, aunque en
realidad lo sea de mana ~ mona ‘comunidad, municipio’ y slacht ‘empalizada
o andamio (a orillas de un río)’, es decir, un puerto fortificado (HOO, s. v.
«Manslagt», § 3).
Van Lengen (2018: 28b-29a) rechaza esta atribución alegando la falsedad
de la etimología, lo que revela un completo desconocimiento del funciona-
miento de las armas parlantes. Basándose en esta premisa falsa y en un árbol
heráldico-genealógico pintado en el Rathaus o casa consistorial de Emden en
la última década del siglo XVII, concluye que el escudo es la fusión de las tres
lunas azules en campo de plata supuestamente traídas por los Martenesna y
la faja de gules cargada de losanges alternos de oro y plata en campo de oro
que serían las armas primitivas de los Tzyerza ~ Syardsna ~ Sirtzena. La poca
fiabilidad de esta fuente tan tardía la demuestra el hecho de que a Gela von
Maslagt se le atribuya solo la faja, mientras que a su sobrina Frauwa y esposa
del hijastro de aquella, Edzard Cirksena, se le adjudican las lunas. Dado que el
padre de Gela y abuelo de Frauwa, Affo Beninga von Pilsum, traía en realidad
por armas un águila (OUB, vol. I, p. 80, doc. 87, de 1359; p. 113, doc. 133, de
1378; p. 147, doc. 171, de 1400; Esselborn 1945: 26), caben dos posibilidades: o

148
Harkenroth, Oostfriesse oorsprongkelykheden, p.  101; 2.ª ed., p.  447. En la actualidad, el
escudo de esta localidad (hoy en día, un agregado del municipio de Krummhörn, en el distrito
de Aurich) coincide con el tercer cuartel de las armas mayores condales (HO, s. v. «Manslagt»).

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bien la ignorancia de las armas familiares de Gela hizo que se le atribuyesen


las armas parlantes de Manslagt, o bien, por alguna razón desconocida, Gela
adoptó estas armas parlantes como expresión de su señorío. Esto último no
sería extraño, a la vista del cambio de armas de la rama menor de los Attena,
que se verá al comentar el quinto cuartel.
Respecto del cuarto, se trata del ya visto león de los Ukena, pero el origen
y la forma misma de su collar son problemáticos. En cuanto a aquel, según
Kappelhoff, Focko Ukena traía un león de argén acollarado de una corona,
pero su hijo Udo lo usaba sin ella (1982: 67 y figs. 49-54). Sin embargo, no se
aprecia el collar ni en el sello de Focko de 1427 ni en su florín de oro de 1430
(Van Lengen 2018: 34a y 35a, figs. 39 y 41), mientras que las armas de los
Ukena aparecen así descritas en un traslado del tratado de 9 de abril de 1428
(vide supra n. 108). «Primum Fockonis erat in cuius scuto leo visebatur erectus,
cum circumscriptione “S. Fockonis cap.”; alterum Hisconis, in cuius scuto leo
quoque erectus et ut videbatur coronatus cum circumscriptione, quantum
eins legi poterat “H. præposit. et capital. Emed”» (OUB, vol. I, p. 343, n. 82).
Esto concuerda con el hecho de que el león sí presente la corona como collar
en el florín de oro de su otro hijo, Udo von Norden (véase arriba la figura 82).
Parece, pues, que el león eran las armas originales y la corona (acollarada)
constituye una adición (cf. Tergast 1925: 15-16), quizá originalmente una espe-
cie de brisura. En todo caso, el sello de Focko en 1434 ya traía el león acolla-
rado (OUB, vol. I, p. 387, doc. 420), así como el de su hija la condesa Theda en
1473 (vid. Van Lengen 2018: 35b, fig.42). Respecto del collar en sí, normalmente
se lo representa como una corona ranversada, pero podría tratarse de la defor-
mación de algún tipo de collar propiamente dicho (cf. Van Lengen 2018: 34b,
fig. 40). Tampoco es infrecuente que adopte formas diversas, en particular,
la de un lambel de tres pendientes, o incluso que desaparezca; sobre todo,
aunque no solo, en representaciones de pequeño tamaño (por ejemplo, en las
figuras 89 y 90).
En cuanto a su adopción, Van Lengen (2018:3 5a-36b) aduce, como de cos-
tumbre, un factor alegórico-político. A su juicio, la corona ranversada podría
reflejar la victoria de Focko sobre Ocko II tom Brok, cuya definitiva derrota en
la Schlacht auf den Wilden Äckern o batalla de los Campos Salvajes (28.10.1427)
quedaría reflejada por la inversión del atributo más característico de sus arme-
rías, las tres coronas (cf. figura 68), a la vez que supondría una reivindicación
de la Frisonica libertas, frente a la corona como símbolo de dominación feudal.
Esto plantea diversos problemas: en primer lugar, que la corona fue adoptada
primero por sus hijos, lo que no concuerda con esta hipótesis; en segundo
lugar, que el collar de un animal es en sí mismo marca de sujeción (como
puede apreciarse en los emblemas de Frauenfeld, figura 92) 149, de modo que,

149
Tanto el escudo de armas como la bandera heráldica medieval de Frauenfeld, capital del
cantón suizo de Turgovia (en alemán, Thurgau), traen, de argén, una dama al natural, vestida

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por muy ranversada que esté la corona,


seguiría estrangulando al león; en ter-
cer lugar, que, como se ha visto, la apó-
crifa bula áurea carolingia convertía la
adopción de la corona en un privilegio
de los caballeros frisios y, por tanto, en
un símbolo de la propia Frisonica libertas;
finalmente, la actitud política de Focko
no parece la más adecuada para sugerir
una ruptura de la dominación, cuando
claramente aspiraba a implantar la suya,
aunque esto podría soslayarse con la
pertinente dosis de maquiavelismo.
El quinto cuartel trae el conocido
como león de Esens, que son, en origen,
las las armas familiares de los Attena
de Dornum, como señala Van Lengen
(2018: 38a-39b). Los Attena traían prime-
ramente un león, como muestra el sello Figura 92. Enseña heráldica del siglo
XV de la ciudad suiza Frauenfeld,
de 1400 de Hero von Dornum el Viejo
con una mujer (Frau) sujetando por
(OUB, vol. I, p. 147, doc. 171), el cual fue una correa a un león acollarado
sustitido por un oso contornado, con una (Historisches Museum Thurgau,
lis por cimera, por Sibet Attena von Dor- Frauenfeld).
num a partir de su sello de 1453 (OUB,
vol. I, p.  576, doc. 658). Sibet mantuvo este diseño en sus sucesivos sellos
(enumerados en la nota 132), incluso cuando, a partir de 1455, pasó a ser
«Sibo, to Dornum, Esenze, Stedestorpe unde Witmunde hovetlinghe» (OUB,
vol. I, p. 637, doc. 734). Fue su hijo Hero quien, en su sello de 1489 (OUB, vol.
II, p. 303, doc. 1254), enderezó el oso, dándole su conformación actual (véanse
las figuras 93 y 94).
Por lo que hace al sexto cuartel, hay que señalar que los Wittmunder Peits-
chen = ‘látigos de Wittmund’ (como los llama Wiarda, Ostfriesische Geschichte,
lib. I, pte. iv, § 24, en vol. I, p. 468) aparecen a menudo representados como
pendones o grímpolas de dos farpas. Esta era, según Kappelhoff (1982: 69)
su forma original, posteriormente desfigurada. Sin embargo, el látigo o mar-
tinete constituye una lectio difficilior visual y, en este caso, el principio resulta

de gules, atraíllando de oro a un león de gules acollarado de oro con cadena de lo mismo (HW,
s. v.). La composición incluye una mujer (Frau) como elemento parlante, mientras que el león
enlazado, siendo de gules, posiblemente represente a la casa de Habsburgo (cf. Neubecker 1976:
108). Presenta un diseño parecido, pero sin la cadena, la enseña de la Doncella de Gante pintada
por Agnes van den Bossche entre 1481 y 1482 y conservada en el Bijlokesite del Stadsmuseum
Gent (vid. Wolfthal 1985).

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Alberto Montaner Frutos

claramente de aplicación. Por su parte,


en Siebmachers FstA, vol. II, p. 207a-b, se
blasonan también como Peitschen o láti-
gos, pero en la lám. 257 se representan
como manguales o mazas de cadena,
en su variedad de rompecabezas (con
dos bolas). Sin embargo, las representa-
ciones coetáneas no muestran cadenas,
sino correas, ni incluyen ningún tipo de
esfera al final de las mismas. Además,
las proporciones tanto de la vara como
de las correas son completamente dife-
Figura 93. Armas plenas de Hero rentes de las propias del mangual o el
Omken II von Dornum, señor de rompecabezas, pues la vara o mango de
Esens, Stedesdorf y Wittmund, en una estos medía un codo, es decir, 418 mm,
impronta en cera de su sello en 1492,
y la cadena, más o menos la mitad de
en un escudo terciado a la valona
con el cuartelado de los látigos de la vara (cf. Leguina 1912: 626-627 y 761).
Wittmund y el oso de los Attena von Por otro lado, Kappelhoff (1982: 69, n.
Dornum; al timbre, yelmo con una lis 193) señala que los látigos están presen-
acostada de dos látigos por cimera. En tes ya en el sello de Balthasar von Esens
torno al escudo, una filacteria con la
apuesto al tratado de 3 de mayo de 1538
leyenda, en textura quadrata o gótica
textual: «hero | her | von | eeʒenſ entre él y Maria von Jever contra los
un|∂ witmun∂» (Niedersächsische condes de Frisia Oriental. En realidad,
Landesarchiv Aurich, Rep. 1, el origen es medio siglo anterior y puede
núm. 432). fijarse con bastante precisión, pues, como
ha señalado Van Lengen (2018: 39a), la
aparición de esta figura corresponde a los sellos del padre de Balthasar, el
Ritter Hero (Attena) Omken II von Dornum, señor de Esens y Wittmund 150.
El primer testimonio es el de un sello pendiente de un diploma de 1488,
con un escudo cuartelado los dos látigos en sotuer del nuevo emblema y
del oso contornado de sus armas paternas; al timbre, una lis (de nuevo de
herencia paterna, véase la nota 132), flanqueada por un látigo y el oso (OUB,
vol. II, p. 278, doc. 1221). Al año siguiente cambiaría el diseño, enderezando o
adiestrando el oso y dejando por cimera la lis flanqueada por los dos látigos
(OUB, vol. II, p. 303, doc. 1254), como se aprecia en una impronta de 1492
(figura 93) pendiente del tratado firmado entre Hero Omken II von Dornum,
Edo Wiemken y la ciudad de Hamburgo (OUB, vol. II, p. 368, doc. 1335).

150
Por línea paterna, este personaje es un Attena, hijo de Sibo o Sibet, el unificador de
Harlingerland, pero eligió como patronímico el de su abuelo materno Hero Omken I († 1429),
señor de Stedesdorf (cf. Kappelhoff 1982: 64). En cambio, aunque se titulaba señor de Esens y
Wittmund, como proclama en sus sellos (figuras 93 y 94), adoptó el dictado paterno von Dornum,
como se aprecia en los diplomas citados.

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 94. Armas plenas de Hero Omken Figura 95. Armas plenas de Balthasar
von Dornum, señor de Esens, Stedesdorf y von Esens, señor de Esens, Stedesdorf y
Wittmund, en una impronta en cera de su Wittmund, rodeadas por una filacteria con la
sello en 1497 (Niedersächsische Landesarchiv leyenda, en textura quadrata o gótica textual,
Aurich, Rep. 1, núm. 436). «Balthaʒa2 | ◦ | Hee2 ◦ tho ◦ Eeʒens ◦ un
◦ tho |◦ | witmun∂», en una impronta en
cera de su sello en 1538 (Niedersächsische
Landesarchiv Aurich, Rep. 1, núm. 443).

Una impronta más completa del mismo sello pende del tratado de amistad
entre los condes Edzard I y Uko de Frisia Oriental y Hero Omken von Dor-
num, de 21 de octubre de 1497 (figura 94).
Esta será la disposición que mantenga el citado sello de Balthasar von
Esens, salvo que añade sobre el todo un escusón de Oldemburgo (de oro, dos
fajas de gules), incorporado por línea materna. En esta impronta los látigos,
de dos colas en el escudo y de tres en la cimera, se aprecian con absoluta
nitidez (figura 95).
En cuanto al origen de los látigos, el mismo Kappelhoff (1982: 69), pese
a su interpretación, sugiere que podrían ser un símbolo de señorío político
y jurisdiccional, mientras que Van Lengen (2018: 38b-39b) se pregunta por
una posible y totalmente indocumentada herencia heráldica que marcaría
una lejana sucesión legitimadora de su dominio. Dado que, obviamente, se
trata de una invención armera de Hero Omken von Dornum, una opción, a
mi juicio, más acorde con la poética de la imaginación emblemática es que se
trate de armas semiparlantes, a partir del frisón antiguo wīte > moderno wît(e)
‘castigo, pena’ (cf. Doornkaat Koolman 1879-1884: III, 565b), que es, además,
lo único que justifica la tradicional adscripción a Wittmund, mientras que el
oso, emblema originalmente familiar, pasaría –por exclusión– a asociarse a
Esens y, subsidiariamente, a Stedesdorf.

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 105


Alberto Montaner Frutos

En la combinación de estas seis armerías se ha reconocido desde antiguo


la presencia de las correspondientes a los principales Häuptlinge frisios, como
ya señalaba Wiarda: «Diese sechs Schilde [i. e. Felder] sind bloß wappen ost-
friesischer Häuptlinge» = ‘Estos seis escudos [i. e. cuarteles] son simplemente
las armas de los caudillos frisios orientales’ (Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte.
iv, § 24, en vol. I, p. 468), aunque, como tales, tenían también implicaciones
territoriales. El mismo Wiarda, luego seguido por Esselborn (1945: 235-236)
y Kappelhoff (1982: 69), explicaba a continuación el criterio de selección,: los
cuatro cuarteles superiores corresponden a los Cirksena y a sus alianzas a la
altura de la primera generación condal, la de Enno I y Edzard I: primero, la
arpía familiar de los Cirksena; segundo, el águila de la bisabuela Doda tom
Brok; tercero, la faja de losanges con tres lunas de la abuela Gela von Mans-
lagt, y cuarto, el león de la madre, Theda Ukena (véase arriba la figura 81).
En la campaña se combinan, por su parte, el oso de Esens y los látigos de
Wittmund, traídos con valor territorial, por la incorporación de Harlingerland
bajo Enno III.
Se puede afinar aún más señalando que este terciado en faja y partido
corresponde, conceptualmente, a un cuartelado y a una campaña partida
(para este planteamiento, cf. Pardo de Guevara 1987: 100). Los cuarteles del
jefe y la faja corresponden al statu quo establecido por el Lehnbrief de Maximi-
liano I de 5 de abril 1495, por el que se erigía Frisia Oriental en Reichsgrafs-
chaft o condado imperial, mientras que los de la punta adecuan las armerías
al estado de cosas fijado por el tratado de Berum de 28 de enero de 1600. En
este sentido, los cuatro cuarteles superiores indican un vínculo por consan-
guineidad (los ascendientes de Enno I) y los dos inferiores uno de afinidad
(por la esposa de Enno III). En aquellos predomina el carácter familiar, aun-
que también tenían implicaciones territoriales, mientras que en estos es a la
inversa. En este último caso, la conexión familiar era con los Attena, de los
que procedían los Cirksena por línea agnaticia (véase la nota 107) y Theda
Ukena por parte de madre (véase la figura 61), aunque estas armas corres-
pondían a una rama diferente, como se ha visto. Todo ello puede expresarse
en la siguiente tabla 151:

151
Para la especificación de las zonas de influencia, me baso en Van Lengen (2018: 40a-b);
compárese el mapa de la figura 63.

106 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Cuartel Linaje Señoríos Zonas de influencia Vínculo


Appingen, Greetsiel, Norderland occidental
1 Cirksena

Consanguineidad
Norden
Brookmerland-Auricherland
2 tom Brok Brookmerland
(Frisia central)
3 Beninga (?) Manslagt Norderland oriental
Leer, Moormerland, Süderland
4 Ukena
Oldersum
5 Esen-Stedesdorf Harlingerland
Attena Afinidad
6 Wittmund

A juicio de Van Lengen (2018: 40b), esta combinación armera refleja una
especie de unión personal del condado, con diferencias graduales en la legiti-
midad del señorío para cada una de sus partes y, por lo tanto, representa una
fuente reveladora de la construcción del señorío por parte de los Cirksena. Si
bien la conclusión es correcta, las premisas no lo son. Sin duda, la incorpora-
ción en unas solas armerías de las precedentes refuerza la legitimación de su
titular, pero esto se logra por la doble vía de marcar los vínculos genealógicos
que la sostienen, por un lado, y de identificar los territorios sobre los que se
ejerce la potestad condal, por otro.
Se trata de un fenómeno común en la Europa Moderna, debido en buena
parte al creciente componente de armas de dignidad y luego territoriales de
lo que originalmente eran armas familiares, lo que en este caso queda patente
por la marginación de las armas concejiles de Norden, pese a que habían
aparecido, como se ha visto, en alguno de los ensayos previos (figura  87).
Este proceso queda perfectamente ejemplificado por la coetánea evolución
de las armas de la Monarquía Hispánica, desde la incorporación del entado
en punta de Granada con los Reyes Católicos hasta la reorganización del
escudo grande de Carlos III (cf. Menéndez Pidal 2004). En cuanto al vínculo
jurídico-político, depende de cada caso concreto. En el de las armas de Frisia
Oriental la unión dinástica y no política queda clara para el caso de Harlin-
gerland, pero no puede hacerse extensiva al resto de los territorios. En cuanto
a las graduelle Unterschiede in der Legitimation der Herrschaft, estas pudieron
darse quizá en origen, pero, desde luego, no en las fechas de estas armerías
compuestas, cuando el condado llevaba siglo y tercio establecido de iure y
centuria y media de facto.
La nueva conformación armera afectó también al timbre, que, siguiendo
un modelo típicamente centroeuropeo, incorpora tres yelmos con sus respec-
tivas cimeras: el central con la lis y dos plumas de los Cirksena (véase arriba
la figura 70), el de la diestra con la lis y los látigos de Wittmund y el de la
siniestra simplemente con un plumero que, en ausencia de representaciones

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Alberto Montaner Frutos

Figura 96. Armas mayores de los condes Figura 97. Labra con la arpía cantonada de
de Frisia Oriental timbradas tres yelmos estrellas y, al timbre, tres yelmos con sendas
sendas cimeras: los látigos de Wittmund, cimeras: los látigos de Wittmund, la lis de los
la lis de los Cirksena y un plumero, Cirksena y un plumero, y sostenido por dos
Superlibros dorado en la cubierta de leones, con la inscripción Georg Albrecht
Dominicus van Hottinga, Polygraphie ou ·| Fůrst zů Ost Friesland | Herr zů Esens
Methode universelle de l’Ecriture Cachée, Stedesdorf | Vnd Wittmund · Anno 1712.
Groningue, Jean Sas, 1620 (ejemplar de la Labra en piedra en una fachada (construida en
Landschaftsbibliothek Aurich, sign. Rara: 1570) del castillo de Stickhausen (actualmente,
Q 359). una localidad adscrita al municipio de Detern,
distrito de Leer, estado de Baja Sajonia).

polícromas, resulta imposible de ascribir. Esta conformación del timbre se


produjo en torno a 1620 (Van Lengen 2018: 9a), como se aprecia en el super-
libros o exlibris de cubierta estampado en las tapas de algunos ejemplares de
la biblioteca condal (figura 96).
Excepcionalmente, se pueden encontrar configuraciones en las que se
mantiene únicamente la arpía con estrellas de los Cirksena, pero en las que
el timbre reúne los emblemas representativos de la nueva situación. Así, en
una labra del penúltimo príncipe, Georg Albrecht, fechada en 1712, con su
intitulación oficial de príncipe de Frisia Oriental y señor de Esens, Wittmund
y Stedesdorf, las armerías dinásticas aparecen timbradas de los mismos yel-
mos y ccimeras (figura 97). Ahora bien, como señala Van Lengen (2018: 9a), la
versión definitiva de este timbre incorporaría el águila de tom Brok a la dies-
tra, pasando los látigos a la siniestra de Wittmund, disposición que tendría en
el futuro notables repercusiones, como veremos a continuación.

108 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 98. Armas mayores o escudo grande Figura 99. Armas mayores del condado de
del rey de Prusia. Lámina cromolitográfica Frisia Oriental, basadas en una representación
«Königreich Preußen – großes Wappen» de 1626 (según Siebmachers FstA, vol. II,
(estampada por A. Gatternicht), en el lám. 252).
Deutsche Wappenrolle de Ströhl (1897: lám. II).

IV.3. Armerías regionales y Lieder patrióticos


En el siglo XVIII, siendo ya provincia prusiana, el principado de Frisia
Oriental quedó representado en las armas mayores del rey de Prusia inicial-
mente por las armas completas del principado, como escusón sobre el todo
(Mittelschild), con un valor puramente territorial 152, pero al reincorporarse el
antiguo principado a Prusia, tras la anexión del reino de Hannover (1866),
permaneció solo la arpía de los Cirksena, que ocupa el vigésimo octavo cuar-
tel (figura 98) 153.
Paralelamente, al menos desde mediados del siglo XIX, durante la adscrip-
ción de Frisia Oriental a Hannover, las armas mayores del antiguo principado
se han venido empleando de manera oficiosa con un valor ya estrictamente
territorial, al igual que sucedió en la misma época con el escudo de Aragón
(cf. Redondo, Montaner y García López 2007: 47a-b), solo que en el caso frisio
a menudo con connotaciones nacionalistas más marcadas. La configuración
adoptada de forma consuetudinaria se basa en un modelo de 1626 usado por

152
Vid. Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. XII, pte. ii, § 2 (en vol. III, p. 356) y Ströhl (1897:
18b).
153
Sobre estas armerías, véase Ströhl (1897: 6a-8b y 19a).

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Alberto Montaner Frutos

el conde Rudolf Christian y reproducido


por Siebmachers FstA, vol. II, lám. 252
(figura 99), en el que el escudo aparece
timbrado de tres yelmos, el primero con
la cimera del águila de oro de los tom
Brok (ya usada, como se ha visto, por los
Cirksena en 1400), el segundo con la lis
de oro con plumas de sable de los Cir-
ksena y el tercero con otra lis, pero de
azur, con los látigos de oro de Wittmund,
los cuales, por influencia de otra figura
de la misma obra 154, se suelen sustituir
por pendones o grímpolas, tanto aquí
como en el sexto cuartel, salvo escasas
excepciones (como la de las figuras 104
y 106).
Además de compartir casi todos
Figura 100. Armas mayores de Frisia estos rasgos, las representaciones basa-
Oriental, que reproducen el modelo das en el diseño de 1626 pueden presen-
de la figura 99, acompañadas, de tar otras particularidades. Así, el collar
izquierda a derecha en sentido
en forma de corona invertida del león de
dextrógiro, por las armas de
Wilhelmshaven, Esens, el Ostfriesland los Ukena es a veces es de argén, como el
Landschaft o Región de Frisia Oriental, mismo león (figura 107), e incluso puede
Emden, Leer (en el modelo anterior desaparecer (figuras 100, 102 y quizá
a la reforma de 1959), Aurich y 104). También son variantes habituales
Norden. Tarjeta postal cromolitográfica
el uso de las rosetas de espuela por las
decimonónica, impresa en Emden por
W. Schwalbe, [s. a.] (ejemplar datado el estrellas en las armas de los Cirksena, en
12.10.1901). el primer cuartel (figuras 100, 102 y 104)
y la aparición de las coronas laterales
superando y no coronando las alas del águila de los ter Brok, en el segundo
cuartel (figura 105). Tampoco es raro que las coronas lleguen a omitirse (figu-
ras 102 y 106), aunque a veces se conserva la de la cabeza (figura 100) 155.
De esta forma llegó incluso al otro lado del Atlántico, como se aprecia
en los Ostfriesische Nachrichten 156, un periódico quincenal, luego trimensual,
de emigrantes frisios publicado entre 1882 y 1971 (desde 1944 con el título

154
Se trata de un modelo de 1611 reproducido en la lám. 256 (véase aquí la figura 121), que
corresponde en realidad a los condes de Rietberg y no a los de Frisia Oriental (vide infra).
155
Sobre las armas del Ostfriesland Landschaft, una institución muy vinculada a la tradición
de las libertades frisias, véase Van Lengen (2018: 42-51).
156
Hay un facsímile digital desde 1884 a 1915, más un número suelto de 1940, acce-
sible en línea en <http://ostfriesen.advantage-preservation.com/search?t=29193&i=t&-
d=01/01/1884-12/31/1969&bcn=1>. No hay que confundir este periódico con los Ostfriesische
Nachrichten que han venido publicándose en Aurich desde 1864 hasta el día de hoy.

110 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 101. Variante de la composición de la figura 100, con las armas mayores de Frisia
Oriental en el centro, rodeadas, de izquierda a derecha en sentido levógiro, de las del
Ostfriesland Landschaft y las localidades de Emden, Aurich, Norden, Esens, Wilhelmshaven y
Leer. Tarjeta postal cromolitográfica decimonónica, impresa en Hamburgo por M. Glückstadt
& Münden, [s. a.] (ejemplar enviado en 1921).

Figura 102. Armas mayores de Frisia Oriental, que reproducen el modelo de la figura 99, en
la mancheta de los Ostfriesische Nachrichten publicados en Breda (Iowa, EE. UU.), del 1 de
enero de 1912.

de Ostfriesen-Zeitung) en la pequeña ciudad de Breda (condado de Carroll,


estado de Iowa, Estados Unidos), fundada en 1877. Desde su aparición hasta
1911, dicha publicación usó una cabecera puramente tipográfica, que fue sus-
tituida por la mancheta aquí reproducida a partir del número 1 del año 31,

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Figura 103. Armas mayores de Frisia Oriental en la mancheta de los Ostfriesische Nachrichten, ahora
con el subtítulo de Heimatblatt der Ostfriesen in Amerika, en el número de 20 de marzo de 1940.

correspondiente al 1 de enero de 1912 (figura 102). Posteriormente adoptó una


variante, que puede verse en la figura 103, que pertenece al número 9 del año
51, correspondiente al 20 de marzo de 1940.
A esta composición, como se aprecia en la figura 101 se añadió como nove-
dad el lema o grito de guerra Eala frya Fresena, normalmente en letras góticas
de tipo Fraktur (figuras 104, 105 y 108) y a menudo sin listel (figuras 104 y
107-109) 157. Este lema (sobre el cual puede verse Sipma 1948) está en frisón
y su sentido literal es ‘¡Ea / Oh, frisio libre!’ 158, pero la interjección inicial se
ha tomado como un saludo, equivalente a Heil, o bien como una llamada a
la acción, con el sentido de ‘¡Vamos, frisio libre!’, que algunos interpretan
directamente como ‘¡Álzate, frisio libre!’ 159.

157
Los datos de localización de la figura 104 son los facilitados por el proveedor y no he
tenido ocasión de corroborarlos. Ignoro qué hace esta representación en la plaza del mercado de
una localidad bávara. En cuanto a la figura 106, debo los detalles al respecto a la amabilidad del
autor de la fotografía, quien me informa de que, actualmente, el edificio es propiedad particular
de la familia Peters. Seguramente, la labra, fijada al muro de ladrillo mediante anclajes metálicos,
procede del edificio al que sutituye, en la calle An der alten Schule, núm 8.
158
«eala od. ealâ, êla ist demnach dieselbe Interjection wie unser êlá hêlá hôlá u. da nun auch
im ags. die Interjection lâ (engl. lo) vorkömmt, so wird eala, êla wahrscheinl. aus ea, ê u. lâ zusam-
mengesttet sein» (Doornkaat Koolman 1879-1884: I, 376a). Algunos relacionan e(a)la con el frisón
antiguo elle ‘todo’ < germ. *alla(z) > ingl. all, con el sentido de ‘todos [vosotros], frisios libres‘
(compárese el verso 3 del poema de la figura 109), pero tal interpretación carece de base.
159
Según lo habitual en las interjecciones, el sentido es difuso y depende bastante de la situa-
ción pragmática. Como una marca de vocativo lo interpretó Wiarda, Alt friesisches Wörterbuch,
p. 94: «eala, ela ein Ausrufungswort, “hier! o!” Eala frya Fresa, “o du freier Friese!”, so pflegten
sich die Friesen vormals zu begrüssen. […] So auch im angelsächs: Eala licetere! Tuci aerest thone
beam of tinum eage, “O du Heuchler!, zieh zuerst den Balken aus deinem Auge”, Luc. 6, v. 42». Esto
resulta acorde con el paralelo con el inglés lo visto en la nota precedente: «lo or loo represents […]
Middle English lǭ < Old English lá, an exclamation indicating surprise, grief, or joy, and also used
(like O!) with vocatives» (OED, s. v. «lo1»). Por su parte, Doornkaat Koolman (1879-1884: I, 376a)
rechaza que sea una forma de saludo como Heil o Gruss, «sodass eala (od. früher êla) fria fresena»
eigentlich bedeutete: «auf (od. “erhebe dich” – “komm” etc.) freier Friese». Bestätigt wird dies
durch die ags. Bibelübersetzung, wo in Luc. 7, Vers 14 Christus dem Jüngling von Nain bei der
Auferweckung zuruft: “eala geonge aris”, d. h. “auf! Jüngling, erhebe dich”». Se ha de notar, no
obstante, que el pasaje evangélico citado carece de interjección en griego, «νεανίσκε, σοὶ λέγω,

112 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


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Figura 105. Armas mayores de Frisia Oriental,


con el lema Eala frya Fresena, en un ejemplar
decimonónico de metal policromado fijado en una
fachada de la Marktplatz de Gräfenberg, distrito
de Forchheim, estado de Baviera (fotografía de
Helmut Meyer, licenciada por Alamy).
Figura 104. Armas mayores de Frisia
Oriental, junto con el lema Eala frya
Fresena, en una tarjeta postal de finales
del siglo XIX.

La adopción de este lema concuerda plenamente con el espíritu romántico.


Por un lado, se hacía remontar a la antigua «libertad» frisia, atribuida una
bula áurea de Carlomagno del año 802, en realidad un apócrifo bajomedie-
val 160, cuyo texto reza:
Nos itaque considerata horum Frisonum fidelitate, dexteritate et audacia‚
[…] ipsis Frisonibus et imperio fidelibus gratiam uolentes facere, […] autho-
ritate Regia indulsimus eisdem, ut cum omni sua prole, nata uel nascitura, in
perpetuum liberi permaneant, et a seruitute proprietaria penitus sint absoluti.
Statuimus etiam, ne quis eis dominetur, nisi sit ex eorum uoluntate et consensu
(ed. Hamconius, Frisia, ff. S4v- T1r).

ἐγέρθητι» = ‘joven, a ti te digo, levántate’; en latín: «Adulescens, tibi dico, surge!», y en la tra-
ducción de Lutero: «Jüngling, ich sage dir, stehe auf!», por lo que eala podría ser perfectamente
una marca de vocativo o, en todo caso, una expresión de ánimo muy genérica, como ‘¡ea!’.
160
Para el concepto de fry fresa o ‘frisio libre’ y el alcance histórico de la Frisonica libertas,
más su parcial mitificación, pueden verse Schmidt (1972 y 2001) y Vries (2015) Según Schmidt
(1972: 518, 526 y 531-35; 2001: 289-90), seguido por Van Lengen (2018: 17a), el Karlsprivileg o Frei-
heitsprivileg se falsificó probablemente a mediados del siglo XIII. Investigaciones más recientes
establecen como termini a quo y ad quem 1297 y 1319, respectivamente (Vries 2015: 232).

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Por otro, el lema se asimilaba al grito


moderno de libertad de inspiración ilus-
trada y revolucionaria. Por ello, como
comentaban, no sin ironía, los parti-
cipantes frisios en la Märzrevolution o
Revolución de Marzo (1848-1849): «Mit
dem Wahlspruch Eala frya Fresena haben
unsere Väter manchen schweren Kampf
ausgekämpft und wir manche fröhli-
che Stunde vertrunken» = ‘Con el lema
Eala frya Fresena, nuestros padres lucha-
ron muchas luchas difíciles y nosotros
hemos pasado bebiendo muchos bue-
nos momentos’ (apud Bischoff 1937: 26,
cf. et. 24 y 30). De este modo, mediante
una invención de la tradición típica del
Figura 106. Armas mayores de Frisia período (cf. Hobsbawm y Ranger 2002),
Oriental, con el lema Eala frya Fresena la mitficación de las históricas libertades
en un listel a modo de timbre, en una
frisias satisfacía igualmente al romanti-
labra tallada en piedra, de ca. 1900,
en la fachada de la antigua escuela de cismo conservador de nostalgias medie-
Wirdum, distrito de Aurich, estado vales y al romanticismo liberal de aspi-
de Baja Sajonia (fotografía de J. H. raciones democráticas, siempre bajo la
Dimitrios de Regt, por cortesía del égida del nacionalismo burgués, de un
autor).
modo no muy distinto al que en Aragón
despertaba por esas mismas fechas la
institución del Justiciazgo, en la cual, por cierto, fijaron su atentamente su
mirada los intelectuales alemanes durante el Vormärz o período previo a la
revolución de 1848 161.
La difusión del lema Eala frya Fresena corrió a cargo de varios Lieder o com-
posiciones líricas cantadas que lo emplearon como título y cuyo texto aludía
de un modo u otro a este asunto (vid. Lüpkes 1907: 239). El primero, que
comienza «Auf den meerentrung’nen Wiesen», fue publicado como un frie-
sische Volkslied o ‘canción popular frisia’ por Rudolf Justus Ihnen en el primer
número de la revista Frisia, de 1842, y se convirtió durante el siglo XIX en una
suerte de himno nacional oficioso de Frisia Oriental, entonado por «wir freie
Friesen, / stolz auf unser Vaterland» = ‘nosotros, frisios libres, / orgulloso
de nuestra patria’ (vv. 3-4). Sin embargo, en las composiciones heráldicas es
más frecuente encontrar otro Lied similar, pero en frisón, «In Oostfreesland is’t
am besten» (aunque también hay una versión en alemán), que se canta con la
melodía del Volkslied «Weißt Du wieviel Sternlein stehen?», y cuya letra, no

161
Vid. Maza (2004). Para la imagen de la institución en el Aragón decimonónico pueden
verse varias de las contribuciones al volumen presentado por García Vicente (2001).

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 107. Las armas de Frisia Oriental con el lema Eala frya Fresena, acompañadas del
Ostfriesenlied de Enno Wilhelm Hektor. Tarjeta postal cromolitográfica impresa en Emden, por
W. Schwabe, en 1925 (reimpresión de un modelo anterior, documentado al menos desde 1919).

menos cargada de acentos patrióticos, fue compuesta en 1850 por Enno Wil-
helm Hektor 162. Originalmente se titulaba Sehnsucht nach der Heimat = Anhelo
de la patria, aunque se hizo más conocida como Ostfriesenlied. Actualmente es
el himno de la región de Frisia Oriental 163, pues, no en vano el sujeto lírico
se muestra dispuesto a todo por ella: «Vör Oostfreesland, vör Oostfreesland
/ Laat ick Bloot un Leven gern» = ‘Por Frisia Oriental, por Frisia Oriental, /
con gusto daré yo sangre y vida’ (figuras 107 y 108) 164.
Hay un tercer Lied, este en alemán, que puede formar parte de estas com-
posiciones, «Gruss die und sei gepriesen» = ‘Saludos y alabado sea’, cuyo
tercer verso, «Heil allen freien Friesen», es una de las versiones dadas, como
se ha visto, a Eala frya Fresena (figura 109) 165.

162
Según Böger (1993), se trata de una composición paródica: «Im Februar 1850 entstand
in Dernau das bei erstem Lesen sentimental klingende Lied “Sehnsucht nach der Heimath”, mit
dem heute in erster Linie der Name Hektors verbunden wird. Das so genannte “Ostfrieslandlied”
ist dagegen eher als Parodie des Deutschlandliedes [i. e. Hoffmann von Fallerslebens Lied der
Deutschen] zu verstehen». De ser así, está claro que no fue recibida como tal.
163
Pueden verse la letra y la música de Die Ostfriesland-Hymne en la página web de la orga-
nización Böskupp van Oostfreesland, accesible en línea en <https://www.botschaft-ostfriesland.
de/kulturelles/ostfriesland-hymne/>.
164
Puede verse la ficha técnica de la figura 107 en la base de datos Historische Bildpostkarten,
núm. de ref. 8034.
165
Puede verse la ficha técnica de la figura 109 en <https://www.booklooker.de/B%C3%B
Ccher/G-Kistenmacher+Eala-frya-Fresena-Weiter-Blick-in-die-friesische-K%C3%BCstenlands

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Figura 108. Las armas de Frisia Oriental con el lema Eala frya Fresena, acompañadas del
Ostfriesenlied de Enno Wilhelm Hektor. Tarjeta postal cromolitográfica impresa en Soltau, por
Frieser Verlag, sin fecha, pero posterior a 1874.

Un último ejemplo de composición heráldico-poética es el que muestra las


armas frisias según el diseño de 1626 junto al Friesensang (ca. 1860) del com-
positor Hermann Ludwig Allmers 166. En este caso, no se incluye el lema Eala
frya Fresena, pero los versos 17-18 parecen hacerse eco del mismo: «Heil dir,
o Heimat, mit Weib und Kind! / Hurra hoch! Wir sind stolz, daß wir Friesen
sind!» = ‘¡Salve, oh hogar, con esposa e hijo! / ¡Hurra! ¡Estamos orgullosos
de ser frisios!’ (figura 110).
Se puede señalar también el papel difusor de determinadas publicaciones
de línea nacionalista y en particular de una revista homónima del lema, con
el subtítulo de Unterhaltungs- und Mitteilungsblatt für die Landsmannschaft der

chaft-im-Vordergrund-zwei/id/A01CNp1p01ZZE>. La lámina fue reimpresa mediante cianoti-


pia, en forma de tarjeta postal, añadiendo al pie el Ostfriesenlied en impresión tipográfica, tam-
bién en azul, por Verlag Snock, de Esens, en 1909. Su ficha técnica puede verse en Historische
Bildpostkarten, núm. de ref. 11955.
166
Sobre esta composición, véase la entrada dedicada a Allmers en Deustche Lied: Eine Heimat
für das deutsche Lied und Volkslied, accesible en línea en <http://www.deutscheslied.com/de/
search.cgi?cmd=composers&name=Allmers%2C%20Hermann%20Ludwig>. Este Lied se empleó
también en composiciones heráldicas con las armas de Frisia del Norte, véase Historische Bildpos-
tkarten, núm. de ref. 10062.

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Figura 109. Eala frya Fresena!, texto del Lied «Gruss die und sei gepriesen», bajo las armas
de Frisia Oriental, acompañada de las de Aurich (bajo ellas), Emden y Leer (a la izquierda),
Norden y Esens (a la derecha), entre los retratos de los condes de Frisia Oriental Ulrich I y
Edzard I, y los reyes Federico II de Prusia, Ernesto Augusto I y Jorge V de Hannover. Mitad
superior de una lámina cromolitográfica de 450 × 345 mm realizada por Gottlieb Kistenmacher
y publicada por la editorial e instituto litográfico de August Reyer, de Leer, ca. 1864.

Ostfriesen zu Hannover, es decir Boletín de entretenimiento e información para la


región de Frisia Oriental en Hannover, cuya cabecera incluía además las armas
frisias (figura 111), publicada en Hannover entre 1938 y 1941, con un total de
veintitrés entregas 167.
Actualmente, la región de Frisia Oriental, dado que no posee personalidad
jurídica propia dentro del estado de Baja Sajonia, carece de armas oficiales.
No obstante, ha pervivido de forma oficiosa la composición adoptada en
1612. Estas representaciones se basan claramente, además de en los modelos
anteriores, en el difundido por el prestigioso Meyers Lexikon a partir de su
sexta edición, que incluye en el artículo «Ostfriesland» (vol. 15 [1908], p. 216b)
un escudo (figura 112) basado en otra figura de Siebmachers 1.3.3A: Fürsten,
vol.  II, lám. 253, cuya singularidad consiste en representar pasante el león
rampante de los Ukena.

167
Ficha técnica e ilustración accesibles en línea en <https://www.antiquarisch.de/giaq/
article/32972963-eala-frya-fresena-unterhaltungs-u-mitteilungsblatt-fr-die>.

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Las versiones modernas con frecuen-


cia carecen de timbre o de otro ornamento
exterior, pero usan a menudo como fondo
la bandera, que incluye, en el tercio supe-
rior, el negro del campo de las armas de
los Cirksena; en el central, el rojo de las
de los tom Brok y en el inferior, el azul
de las de los Ukena y de Wittmund
(figura  113) 168. No obstante, también
sigue empleándose la composición vista
en las figuras precedentes (figura 114) o,
al menos, se conserva el lema Eala frya
Fresena 169. El diseño resultante repite e
incluso acentúa algunas peculiaridades
de sus antecedentes decimonónicos Así,
el águila de los ter Brok (segundo cuartel)
aparece a menudo superada de tres coro-
nas, en lugar de coronada en la cabeza y
las alas, mientras que el león acollarado
Figura 110. Las armas mayores de de una corona de los Ukena (cuarto cuar-
Frisia Oriental con el Friesensang de tel) se ha transformado en un leopardo
Hermann Ludwig Allmers. Tarjeta de argén lampasado de oro, cuyo collar
postal cromolitográfica impresa en
Hamburgo por M. Glückstadt &
pasa de ser una corona invertida a una
Münden, [s. a.] (enviada en 1936). especie de lambel de tres pendientes. En
cambio, siguiendo al Mayers Lexikon, se
recuperan como tales los látigos o marti-
netes de Wittmund.
Puede señalarse, además, que el
modelo representado en la figura 106 se
ha popularizado bastante, ahora en ver-

168
Se trata de los colores presentes ya en los
lambrequines del modelo de 1626 (Esselborn 1945:
236; Van Lengen 2018: 50a-b). Para la historia de
esta bandera, que, a diferencia del escudo, posee
Figura 111. Ejemplares de la reconocimiento oficial como enseña de la Ostfrie-
revista Eala frya Fresena (Hannover, sische Landschaft, véase Albrecht (2018).
Landsmannschaft Hannover,
169
La figura 113 corresponde al diseño habi-
1938-1941). tual actual y está tomada de Wikimedia Commons,
estando accesible en línea en <https://commons.
wikimedia.org/wiki/File:Ostfriesland_Flagge_
mit_Wappen.0.2.svg>. La figura 114 procede de la
página web de Böskupp van Oostfreesland y está
accesible en línea en <https://www.botschaft-ost-
friesland.de/kulturelles/ostfriesland-wappen/>.

118 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 113. Bandera y armas de la región de Frisia


Oriental hoy en uso (dibujo de Stefan Schroeder,
bajo licencia Creative Commons).

Figura 112. Armas del principado


de Frisia Oriental, según la sexta
edición del Meyers Lexikon, con la
leyenda: «Wappen des Fürstentums
Ostfriesland (1682). 1 Cirksena, 2 ten
Brook, 3 Manslagt, 4 Ukena, 5 Esens, 6
Wittmund» (vol. 12 [1908], p. 216b).

sión, polícroma, sobre diversos soportes como yeso, resina epoxi o plástico
pintado a mano (figura 115) 170. Salvo algunos pequeños detalles, como el cam-
bio de azur a argén en el cuartel de Wittmund y la incoherencia de representar
sus figuras como látigos en el escudo y grímpolas en la cimera, amén de la
ocasional desaparición del collar del león de los Ukena, la ejecución puede
considerarse, en términos heráldicos, bastante buena.
Ahora bien, como suele pasar en todo el mundo con la difusión comercial
de los emblemas heráldicos, se pueden ver ejemplares plagados de anomalías,
como el de la figura 116, pese a que lo comercializa nada menos que la Ostfrie-
sische Landschaft – Regionalverband für Kultur, Wissenschaft und Bildung
= ‘Región de Frisia Oriental - Asociación regional de cultura, ciencia y edu-
cación’ 171, la principal entidad cultural frisia de la actualidad. Como puede
apreciarse, la arpía de los Cirksena está membrada de gules; el águila de los
ter Brok carece de coronas; los esmaltes de Manslagt están completamente

170
El ejemplar de la figura 115 está accesible en línea en <http://view.stern.de/de/rubri-
ken/still/buttfarken-eala-frya-fresena-original-3162451.html>. Pueden verse ejemplares con el
león acollarado de oro (ambos en imágenes de escasa resolución) en <https://images.lottissimo.
com/?253,70,2828098,d> (en yeso) y <http://www.ostfriesenwappen.de/> (en plástico pintado
a mano, según la información aneja).
171
Accesible en línea en <https://www.olv-gmbh.de/epages/78852503.sf/de_DE/?Object
Path=/Shops/78852503/Products/203010>. En la imagen original se muestra el anverso, por lo
que la he invertido especularmente, a fin de que se aprecie la disposición correcta de los cuarteles.

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 119


Alberto Montaner Frutos

Figura 114. Ostfrieslandwappen según el Figura 115. Las armas de Frisia Oriental, con
Böskupp van Oostfreesland. el lema lema Eala frya Fresena en un listel a
modo de timbre. Réplica actual en resina epoxi
coloreada de la labra de la figura 106.

alterados, además de haberse perfilado la faja con unos dobles filetes esmal-
tados, al parecer, aleatoriamente; el león de los Ukena es ahora un leopardo
leonado emasculado de argén, lampasado de sable, que ha perdido el collar
en cualquiera de sus formas; la anilla del collar del oso de Esens ha pasado
de oro a sable y, finalmente, los látigos de Wittmund son dos pendones, ni
siquiera de dos farpas. En suma, ni un solo cuartel resulta inalterado en esta
«adaptación» que, si no fuese porque puede atribuirse a la incompetencia
antes que a la malicia, cabría calificar de dolosa.
No obstante, para hacer justicia a la actual cultura del merchandising o
merchantería, es preciso señalar que existe también una colección de pro-
ductos (figura 118) y en particular camisetas (como puede apreciarse en la
figura 119) que han desglosado los cuarteles de las armas mayores de Frisia
en una serie llamada Häuptlingsfamilien Ostfriesland (figura 117), desarrollada
por Werbung & So en cooperación con la agencia oficial Ostfriesland Touris-
mus 172. El conjunto ofrece unas interesantes variaciones de dichas armerías,
con ciertas cualidades totémicas, en la línea de una estética heavy metal que,
a mi parecer, ha sabido mantener el espíritu original de estas armerías, con
intencionadas y expresivas variaciones de diseño (especialmente notables
en el caso de las armas de Manstagt), mucho mejor que las reproducciones
imperfectas o anodinas de la configuración de 1626. Es de señalar que, en
estos modelos, al vincular los emblemas a los linajes de los caudillos frisios

172
Véase la información disponible en lína en <https://timbruns.de/liebt/ostfriesland-tou
rismus-metal-merchandising/>.

120 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 117. Los seis cuarteles de las armas


mayores de Frisia Oriental rediseñados en
Metal-Stil por Ostfriesland Tourismus Metal
Merchandising. De izquierda a derecha, el
Figura 116. La bandera y el escudo de Frisia águila de los tom Brok, el león de los Ukena,
Oriental en su uso actual, en un ejemplar que el oso de los Attena (por Esens), las lunas
ondea en la localidad de Aurich. y losanges de Maslagt, los látigos de los
Omken (por Stedendorf, pero en realidad por
Wittmund) y la arpía de los Cirksena.

y no a los territorios, el oso de Esens se ha atribuido específicamente a los


Attena, conforme a su sentido original, mientras que los látigos de Wittmund
lo hacen a Omken, por haberlos adoptado, según se ha visto, Hero Omken
von Dornum, aunque en realidad esta familia eran caudillos de Stedesdorf,
mientras que Wittmund era señorío de los Attena (véase la nota 150). En todos
los casos, la adición del lema Eala frya Fresena añade un toque de rebeldía muy
acorde con el imaginario de la subcultura «metálica» (dicho sea en términos
de pura descripción sociológica, sin minusvaloración alguna).
En conjunto, estas recreaciones muestran una interesante combinación de
la imaginación reproductiva, en tanto que se retoman los modelos del acervo
emblemático tradicional, con cinco siglos de historia (al menos, por separado),
y de la productiva, en la medida en que las antiguas composiciones heráldicas
se han sometido a un libre tratamiento renovador. El resultado es una hibri-
dación, entre el estilo heráldico, en clave goticista, y los actuales iconotipos
(y logotipos, para los nombres de las familias señoriales), con rasgos carac-
terísticos del Metal-Stil, que muestra bastante efectividad, tanto en términos
puramente plásticos, como específicamente emblemáticos.
Un comentario particular merece la variación realizada sobre las armas
de los Cirksena (figura 120). La arpía se ha trazado de una forma más antro-
pomórfica, semejante a la utilizada a veces en las armas de Emden (véanse
abajo las figuras 129 y 132), pero seguramente no reminiscente de ella, sino
poligenética. Además, se le ha dado un tratamiento acorde a la estilística de
la High Fantasy y de los vieojuegos 173, en virtud de la cual, además de los

173
Sobre la cual puede verse el artículo de Celia Delgado incluido en este mismo monográ-
fico de Emblemata.

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 121


Alberto Montaner Frutos

Figura 118. Productos de merchantería con los látigos de Wittmund, en Metal-Stil, con adición
de un bucráneo y atribuidos a los Omken de Stedendorf.

Figura 119. Camisetas (del tipo T-shirt) de la serie Häuptlingsfamilien Ostfriesland, con los
emblemas (de izquierda a derecha) de los Cirksena, el conde Huno (lege Udo, por los Fokena),
los Omken (en realidad, los Attena de Wittmund) y los tom Brok.

caracteres de heroína fantástica del personaje, las estrellas que la acompañan


se han transformado, a partir de su versión como rosetas de espuela, en las
temibles Ninjasterne o ‘estrellas ninja’, arma mejor conocida por su nombre
japonés shuriken (手裏剣, lit. ‘cuchilla de mano oculta’) 174. En este caso, se
trata de un roppōgata shuriken (六方形 手裏剣 ‘hexágono shuriken´), por tener
seis puntas. Como señala Mol, «Without a doubt, the star-shaped shuriken
[…] have become the trademark weapon of the Hollywood ninja» (2003: 165).
De este modo, frente una figura comprensible, pero en cierto modo trivial,

174
Se compone de te (手 ‘mano’), ura (裏 ‘espalda’) y ken (剣 ‘(hoja de) espada, cuchilla’),
con el sentido de ‘cuchilla de mano [puesta] en la espalda [= escondida]’. Se trata de un arma
arrojadiza metálica en forma de disco, cruz o estrella de tres a ocho puntas, variedad conocida
en japonés como shashuriken (車手裏剣 ‘shuriken [en forma de] rueda’), hirashuriken (平手裏剣
‘shuriken plano’) o shaken (車剣, también pronunciado kurumaken, ‘cuchilla redonda’), la cual,
frente a la versión hoy popularizada, no formaban parte del arsenal ninja ni poseían los efectos
letales que se les atribuyen en el actual imaginario de las artes marciales (vid. Mol 2003: 159-160
y 165-184).

122 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

como la estrella, y otra que se había


vuelto semánticamente opaca, como la
roseta de espuela, se ha optado por una
nueva transformación que tiene pleno
sentido en el nuevo imaginario al que
estas recreaciones remiten.

IV.4. Vástagos de la arpía


Además de la difusión de estas arme-
rías como emblema dinástico o territo-
rial de Frisia Oriental, la arpía de los
Cirksena se ha incorporado también a Figura 120. Reinterpretación de la
arpía de los Cirksena y de sus cuatro
otras armas familiares o, más específi- estrellas de acuerdo con la estética del
camente, dinásticas, por medio de alian- Metal-Stil en el marco de referencia de
zas, así como a otras de carácter territo- la High Fantasy.
rial, como marca de pertenencia a Frisia
Oriental, desglosando así el doble sentido que, como suele ocurrir en estos
casos, adoptaron estas armerías.

IV.4.a. Descendencia consanguínea


El primer caso de integración por alianza es el de los condes de Rietberg,
en Westfalia 175. Como se ha visto, Enno III casó en primeras nupcias con Wal-
burgis von Rietberg († 1586), con quien tuvo a Sabina Catharina y a Agnes,
y en segundas nupcias con Anna von Holstein-Gottorp, con quien tuvo a los
futuros condes de Frisia Oriental, Rudolf Christian († 1628) y Ulrich II († 1648),
que heredó el condado a la muerte de su hermano. De resultas del tratado de
Berum, firmado el 28 de enero de 1600, la hija mayor, Sabina Catharina, here-
daba el condado de Rietberg y ambas hermanas cedían Harlingerland a su
padre contra una compensación de 300 000 táleros. Sabina Catharina, casó con
su tíopaterno el conde Johann II en 1601, creando la línea católica de los Cir-
ksena, que rigió Rietberg hasta la muerte de su último heredero varón, el conde
Ferdinand Maximilian, en 1687. Durante este período, los condes de Rietberg
emplearon unas armas que combinaban las propias de la dinastía condal, las
familiares de los Cirksena y las familiares-territoriales de los Attena de Har-
lingerland, en forma de un terciado en palo: primero, de gules, un águila con-
tornada de oro (por Rietberg); segundo, de sable, una arpía de oro cantonada
de cuatro estrellas de lo mismo (por Cirksena); tercero (por Harlingerland),
un cuartelado en cruz, 1.º y 4.º, de azur, dos látigos (a menudo sustituidos por

175
Sobre estas armas, véanse Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. XII, pte. ii, § 2 (en vol. III,
p. 356); Siebmachers FstA, vol. II, lám. 256, y Esselborn (1945: 243).

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 123


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Figura 122. Armas del conde Wenzel Antonin


von Kaunitz. Labra de 1789 en la iglesia de la
Resurrección de Cristo de Austerlitz (actual
Figura 121. Armas de los condes de Rietberg
Slavkov u Brna, en la República Checa),
en 1611 (según Siebmachers FstA, vol. II,
construida entre 1786 y 1789 bajo la dirección
lám. 256).
del arquitecto vienés Johann Ferdinand
Hetzendorf von Hohenberg (fotografía de
Wolfgang Sauber, bajo licencia Creative
Commons).

pendones o grímpolas de dos farpas) de oro, puestos en sotuer (por Wittmund);


2.º y 3.º, de oro, un oso rampante de sable, acollarado del campo, con una anilla
de lo mismo, que a veces falta (por Esens) 176, como se aprecia en la figura 121.
La heredera de Ferdinand Maximilian, la condesa Maria Ernestina Fran-
cisca, se casó con Maximilian Ulrich von Kaunitz en 1699, dando inicio a la casa
Von Kaunitz-Rietberg, cuyas armas (figura 122) incorporan, terciadas en palo,
el águila contornada de los Rietberg, la arpía de los Cirksena (con el busto de la
arpía de carnación) y el cuartelado de Harlingerland (invirtiendo los cuarteles
de Esens y Wittmund, estos con grímpolas o pendones de dos farpas); sobre el
todo de Kaunitz (cuartelado en cruz, primero y cuarto, de gules, dos peciolos
de nenúfar de argén con sus panelas puestos en sotuer, curvados y afrontados;
segundo y tercero, de oro, una rosa de azur botonada de oro) 177.

176
Se trata del cuartelado introducido por Hero Omken von Dornum en su sello de 1488,
modificado en 1489 para enderezar los osos, como se ha visto arriba.
177
Los nenúfares de argén (a menudo, arrancados, es decir, con los rizomas visibles) son las
armas privativas de los Kaunitz, mientras que las rosas de azur en campo de oro corresponden al
señorío de Landstein (propiamente, son las armas de la familia morava de Sesina-Austi). Sobre
estas armerías, véase Siebmachers FstM, pp. 43a-45a y láms. 96-100.

124 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 123. Armas del conde Dominik Figura 124. Armas mayores de los príncipes
Andreas von Kaunitz-Rietberg-Questenberg. de Liechtenstein. Lámina cromolitográfica
Labra polícroma en la iglesia parroquial de «Souveraines Fürstenthum Liechtenstein»
Kaunitz, en checo Kounice (fotografía de (estampada por Haufler, Schmutterer & Co),
Athde, bajo licencia Creative Commons). en el Oesterreichisch-ungarische Wappenrolle de
Ströhl (1900: lám. XIX).

En la variante de estas armas llevada entre 1797 y 1812 por el penúltimo


conde, Dominik Andrea, príncipe de Kaunitz-Rietberg y conde de Questen-
berg, el cuartelado de Harlingerland, en el que los látigos están representados
correctamente, ocupa el palo central (figura 123) 178.
Por su parte, la hija menor de Enno III y Walburgis von Rietberg, Agnes,
casó en 1603 con el príncipe Gundakar von Liechstentstein, lo que supuso
la incorporación de la arpía de los Cirksena a las armas de esta familia
(figura 124) 179. Frente a lo ocurrido con las armas de los condes de Rietberg,
en las cuales se dio la primacía a las armas dinásticas por obvias razones de
legitimación, en el caso de los príncipes de Liechstentstein se prefirió adoptar
las de la línea agnaticia de los Cirksena, que además correspondía al más
prestigioso título de conde imperial de Frisia Oriental, aunque suprimiendo
las estrellas e invirtiendo los esmaltes, quizá para mantener el cromatismo
del primer cuartel, que a su vez corresponde a los colores del Imperio, sable
sobre oro. La combinación resultante trae un cuartelado en cruz, primero, de
oro, águila de sable picada, membrada y coronada del campo, lampasada de

Sobre esta variante, véase Siebmachers FstM, p. 45a-b y lám. 100.


178

Sobre estas armerías, véanse Siebmachers 1.3.3A: Fürsten, vol. I, p. 140a-b y láms. 166-67,
179

y Ströhl (1900: 15a-b y lám. XIX).

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gules y cargada de una pelta trebolado


de argén sumado de una cruz patada
de lo mismo (por Silesia) 180; segundo,
burelado (de ocho piezas) de sable y
oro; brochante un crancelín de sinople
(por Kuenringer) 181; tercero, partido de
gules y argén (por el ducado de Troppau,
incorporado en 1614); cuarto, de oro,
arpía de sable con el busto y rostro de
carnación, membrada y coronada de oro
(por Cirksena, enlace de 1603) 182; entado
en punta, de azur, cuerno de caza de oro
Figura 125. El águila de tom Brok (por el ducado de Jägerndorf, incorpo-
dimidiada con los emblemas locales (la rado en 1623); sobre el todo, cortado de
E sobre ondas de agua), con la leyenda, oro y gules (por Liechtenstein).
en textura quadrata o gótica textual,
«Sigillum · burg<enſ>ium · opidi ·
emedenſis», en el sello del concejo IV.4.b. Adopciones territoriales
de Emden apuesto a un documento
de 10 de junio de 1427 (grabado de Además de esta expansión por razo-
Sello 1902: lám. I, fig. 1, a partir de un
nes familiares, la arpía pasó de las arme-
original del Staatsarchiv zu Bremen =
OUB, vol. I, p. 320, doc. 354). rías señoriales a otras armas territoria-
les y locales (cf. Peter 2008-2009), según
un proceso habitual en estos casos. El ejemplo más antiguo lo proporciona
la ciudad frisia de Emden, cuya evolución traza Sello (1902). El emblema
primitivo de la ciudad fueron unas ondas de agua (que representan al río
homónimo) superadas de la letra capital E, acompañadas de las armas de sus
señores, por ejemplo, el águila de los tom Brok en el sello más antiguo, de 1427

180
Utilizo, por similitud formal, la designación de pelta (cf. Fatás y Borrás 1990: 187b y lám.
42) para blasonar la figura cargada sobre el pecho y las alas del águila de Silesia, así como las
del Tirol, Postdam y Prusia, que recibe en el blasón alemán el nombre de Kleestängel o ‘tallos de
trebol’ cuando remata en trifolios (como en esta representación) y de Brustmond ‘luna pectoral’
o Brustspange ‘cierre pectoral’, cuando carece de dicho remate. En el caso de Silesia su origen es
una luna sumada de una cruz patada (vid. Ströhl 1897: 16a, 1899: lám. IX, fig. 6, y 1900: 7a).
181
Supuestamente la casa de Liechtenstein procedía de dicha Ministerialgeschlecht o ‘familia
menestral’ austriaca. Las armas documentadas de la misma, según el Bärenhaut o Liber fundatorum
Zwetlensis monasterii (ca. 1310-1314), f. 8r, traen un burelado (de diez piezas) de oro y sable,
mientras que las llamadas Wappen der Chuenringe del segundo cuartel de las armas mayores de
Liechtenstein, al añadirse el crancelín de sinople, pasan a coincidir las armas de Sajonia (véase
el cuarto cuartel de las armas mayores del rey de Prusia, en la figura 98), aunque estas se repre-
sentan más comúnmente como un burelado (de diez piezas) de sable y oro.
182
Las descripciones de estas armas suelen atribuir este cuartel al condado o, indebidamente
(dadas las fechas), al principado de Frisia Oriental, pero los príncipes de Liechtenstein carecían
de cualquier derecho sobre este territorio y, como queda dicho, incorporaron estas armas por
herencia familiar, sin sentido territorial alguno.

126 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 126. Armas de la localidad frisia


oriental de Emden en el traslado del
Figura 127. Armas de la localidad frisia
Wappenbrief de 1495 en el Trifolium aureum,
oriental de Emden, calcografía de las Civitates
cartulario compilado por el burgomaestre
Orbis Terrarum, vol. II, lám. 32 (ejemplar
Timon Rudolphi en 1676 (Stadtarchiv
coloreado de la Bayerische Staatsbibliothek
Emden).
de Múnich).

(figura 125) 183, o el león de los Abdena (sin la E) en el sello de 1436, actuando


en este de tenantes los santos Cosme y Damián (OUB, vol. I, p. 320, doc. 354,
y p. 439, doc. 489, respectivamente; Sello 1902: 242 y 278).
Tras la consolidación del dominio de los Cirksena por la creación oficial
del condado de Frisia Oriental en 1495, la ciudad le solicitó ese mismo año al
emperador unas nuevas armerías, que fueron concedidas por Wappenbrief o
patente de armas de 10 de agosto de 1495, otorgando:
ainen schilt in drey teil geteilt, das under mit fliessendem wasser bedeckt,
das mitter ein rote mawr mit funff zynnen, und das oberteil swarz, darinn ein
gelber vogel, harpya genannt, mit einem gekronnten jungkfrawen haubt und
seinen ausgepraiten flugeln 184.
‘un escudo dividido en tres partes, la inferior cubierta con agua corriente;
la mediana con un muro rojo con cinco almenas, y la superior negra, en la cual
hay un ave amarilla, llamada arpía, con una cabeza de doncella coronada y
sus alas desplegadas’.

183
Adviértase que el águila no lleva corona(s), por lo que, o bien la matriz es anterior a 1419,
o bien adopta un diseño muy conservador (vide supra nota 127).
184
OUB, vol. II, p. 460, doc. 1450; una versión modernizada en Sello (1902: 244-245), véase
además Kappelhoff (1982: 70).

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Figura 128. Armas de Emden según la Figura 129. Armas de Emden con la arpía
concesión de 1495, pero en las que la arpía representada como una mujer alada.
presenta pechos de mujer, con la leyenda Lámina de 100 × 80 mm, dibujada a tinta
X sigill(um) · reip(ublicæ) · embd(ensis) . y pintada a la acuarela por Adalbert Král
adcavs(as) · oldersvmanas, en el sello del von Dobrá Voda (en checo, Vojtěch Král z
concejo de Emden en 1631 (grabado de Sello Dobré Vody), hacia 1870, con la leyenda
1902: lám. I, fig. 5, a partir de un original del «Die Städtewappen des deutschen Reichs.
Staatsarchiv zu Emden). Königreich Preußen: 12. Provinz Hannover.
170. Emden».

Este texto es importante porque deja claro que, si, por las mismas fechas,
en Núremberg aún se dudaba en la identificación de esta figura como un
Königskopfadler o un Jungfrauenadler, en su nueva zona de aclimatación solo se
consideraba la segunda opción. Al blasonamiento precitado le acompañaba
un dibujo polícromo, en el que las armas traían, de sable, una arpía coronada
de oro moviente de un lienzo de muralla de gules sobre ondas de agua de
azur (figura 127) 185.
Este es el diseño que ha pervivido desde entonces, aunque a menudo,
durante los siglos XVII a XIX, con busto femenino (vid. Sello 1902: lám. I, fig. 5;
lam. II, figs. 2-4; HW, s. v. «Emden»), como puede apreciarse en la figura 128 y,
de modo especialmente marcado, en la figura 129 186, en una configuración que

185
Cf. Sello (1902: 244, fig. 3). La representación de la figura 49, que, como puede apreciarse,
sigue muy de cerca la miniatura de la patente de armas imperial de 1495 (figura 128), corresponde
al ángulo superior derecho del plano de Emden con la leyenda «Emvda, vulgo Embden Vrbs
Frisiæ orientalis primaria» grabado por Franz Hogenberg como lám. 32 del vol. II de las Civitates
Orbis Terrarum, de 1575.
186
Para el sello de la figura 128, véase Sello (1902: 279). La figura 129 y una sucinta ficha técnica
están accesibles en línea en <https://www.zvab.com/kunst-grafik-poster/EMDEN-Wappen-
St%C3%A4dtewappen-deutschen-Reichs-K%C3%B6nigreich/22298899066/bd>.

128 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 130. El Rathaus o casa consistorial de Emden acompañada, en el ángulo superior


izquierdo, de las armas de la ciudad. Tarjeta postal cromolitográfica impresa en Emden, por W.
Schwabe, [s.a.] (ejemplar enviado el 25.02.1899).

coincide con el blasonamiento de esta figura en Siebmachers St1, p. 137a, como


«eine gekrönte Jungfrau mit Adlersflügeln (sogen. Harpye)» = ‘una mucha-
cha coronada, con alas de águila (llamada arpía)’, así como con la ilustración
correspondiente (Siebmachers St2, lám. 168). Otra versión muy parecida, pero
con el cuerpo y el rostro femeninos de carnación, se estampa en DSW, lám.
[III], s. v. «Emden».
Pese a esta ostentación de atributos marcadamente sexuales (que se apre-
cia también en las figuras 100 y 132), este emblema se conoce popularmente en
frisón como Engelke up de Mür o ‘angelito sobre el muro’ (Sello 1902: 246; HW,
s. v. «Emden»; cf. Doornkaat Koolman 1879-1884: 397b). Como no parece tra-
tarse de una denominación irónica, sino más bien afectiva, puede explicarse
por quedar aquellos rasgos relativamente disimulados en los sellos y timbres,
debido a su pequeño tamaño (como sucede, por ejemplo, en las figuras 101
y 130), mientras que estaban ausentes de otras representaciones (como en la
figura 100) 187.
A veces se incorporaron, por inercia, las estrellas (en su variante de rose-
tas) del escudo condal 188, desaparecidas en las versiones más recientes, en las

187
El ejemplar de la figura 130 y las demás tarjetas postales de las que no se indica proce-
dencia, pertenencen a mi colección particular.
188
«Dass wir die Sporenräder auf der an sich trefflichen Darstellung des Emder Wappens
in des gut gräflich gesinnten Gnapheus Lobgedicht auf die Stadt Emden (1557) finden, ist nicht

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 129


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Figura 132. Armas de Emden en una vidriera


de la iglesia de Todos los Santos del castillo
de Wittenberg, perteneciente al conjunto
realizado por Renate Brömme en 1983.
Figura 131. Armas de Emden, según la
configuración de Sello (1902: lám. III),
adaptación de Anton Gerhard en una tarjeta
postal cromolitográfica impresa en Emden,
por Verlag der «Rhein-Ems-Zeitung», [s. a.],
enviada el 26.02.1904.

que, a cambio, la arpía se esmalta con


el rostro de carnación, rasgo presente ya
en DSW, lám. [III], s. v. «Emden», y Sello
(1902: lám. III) y que puede apreciarse en
las figuras 131 y 132, incluido el actual
modelo oficial (figura 133).
También el primer cuartel de las
armas traídas por la localidad holan-
desa de Delfzijl (provincia de Gro-
ninga), que estuvo bajo control del Figura 133. Armas de Emden, según
conde Edzard I entre 1506 y 1518, trae el modelo oficial vigente (apud Stadler
sus armas, aunque sin las estrellas de la 1970: s. v. «Emden»).
punta, ocupada por un puente de gules
sobre ondas de azur y argén (HW, s. v.). El territorio donde hay más ejem-
plos de esta difusión es el distrito frisio de Aurich (hoy en el estado de Baja

auffällig; wir bemerken sie aber auch an einer Anzahl öffentlicher städtischer Gebäude, an dem
Hafenthor (1635), dem Portal der Neuen Kirche (1645), der Hauptwache (1692), ja sogar auf
den beiden jüngsten Formen des Stadtsiegels, deren letzteres noch heute in Gebrauch ist» (Sello
1902: 246).

130 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 135. Armas, según el diseño oficial


vigente, de la localidad de Greetsiel, distrito
Figura 134. Armas del distrito de Aurich,
de Aurich, estado de baja Sajonia (ilustración
estado de baja Sajonia, en una señalización
procedente de Wikimedia Commons).
actual.

Sajonia), comenzando por las modernas del propio Landkreis, adoptadas


en 1978 (partido de azur y gules y, brochante, una arpía coronada de oro
acompañada en los cantones del jefe de dos rosetas de lo mismo y en los
de la punta de dos bellotas, también de lo mismo; figura 134) y, dentro del
mismo, en las de las localidades de Krummhörn (cortado, 1.º, de sable, arpía
moviente de oro con la cabeza flanqueada de dos rosetas de lo mismo; 2.º, de
gules, león leopardado de argén; brochante sobre la partición, faja ondeada
de lo mismo), Berum (cortado, 1.º, de sable, arpía moviente de oro con la
cabeza flanqueada de dos estrellas de lo mismo; 2.º, de argén, torre de gules)
y Greetsiel (de argén, una nao de tres palos de azur sobre ondas del campo,
sumada en cada palo de una roseta de espuela de la nao, de cuyo palo mayor
pende un escusón de sable cargado de una arpía de oro cantonada de cuatro
estrellas de lo mismo; figura 135) 189.

189
Para estas armerías, véase HW, s. vv. «Aurich (kreis)», «Berum», «Greetsiel» y
«Krummhörn».

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 131


Alberto Montaner Frutos

V. AGUDEZA Y ARTE DE INGENIO


V.1. Cambio de cabezas
Como resultado de la amplia difusión vista en los apartados anteriores 190,
el Jungfrauenadler está probablemente en el origen de otras figuras más o
menos análogas, como el león contornado de sable con cabeza de doncella
rubia al natural, tocada de cofia de argén, traída, en campo de oro, por la
familia bávara Von Tungast ya en torno a 1392, la cual se repite en la cimera,
en la que sostiene un camello con las garras (figura 136) 191.
Una figura muy parecida trae por cimera el linaje suizo Von Lüttishofen,
una familia noble establecida en los cantones de Lucerna (donde eran seño-
res de Merlischachen) y Zúrich, cuyas armas, tal y como se exhibían en una
vidriera de fines del siglo XV (figura 137) 192, blasonan, de gules, un pez vola-
dor de argén colocado en palo; timbradas de un yelmo de justa con lambre-
quines de sable y argén y, por cimera, una mora de su color con brazos de león
de sable, vestida de lo mismo y tortillada de gules y argén 193. No obstante,
es posible que la figura pretendiese ser, como la anterior, una Jungfrauenlöwe,
aunque con busto y no solo cabeza de mujer, pero que su acomodación a las
pautas de sujeción de la cimera al yelmo le haya dado un aspecto más mar-
cado de vestido femenino.
Se aprecia en ambos casos una interesante combinación de la imagina-
ción reproductiva (en la imitación del Jungfrauenadler) y de la productora
(en la creación de un Jungfrauenlöwe). A juicio de Neubecker, las armerías de
Von Tungast, constituyen una muestra de que «the medieval talent for inven-

190
Existen otras armerías centroeuropeas (fundamentalmente germánicas) que también
traen la arpía, unas vinculadas igualmente a los Cirksena (Esselborn 1945: 242-243) y otras de
orígenes diversos (Renesse 1892-1903: III, 127; Peter 2008-2009), en las que sería interesante
profundizar.
191
La fuente de la figura 136 corresponde a uno de los armoriales de la Cofradía de San
Cristóbal de Arlberg (Austria), de los que ya se ha hablado en la nota 11. En este caso, pertenece
al conocido como Wiener Handschrift o Códice vienés. Para estas armas en concreto, véase la edición
parcial anotada por Hupp (1937-1939: 114), y el estudio y edición de Ledel (2019: I, p. 39 y [131],
núm. 011v-03).
192
La vidriera procedía a un taller que operaba en los cantones argoviano y zuriqués; a
principios del siglo XX formaba parte de la colección particular del Dr. Hans Meyer-Rahn, en
Zúrich (Lehmann 1906: 211-212).
193
Ströhl las blasona así: «In Rot ein aufwärts fliegender, weisser Fisch. Der Stechhelm trägt
als Kleinod eine wachsende, schwarz-bekleidete Mohrin mit ablatternder, rot-weisser Kopfbinde,
an Stelle der Arme schwarze Löwenfüsse aufweisend. Das Kleinod geht direkt in die schwarz-
weisse Helmdecke über» (1899: lám. LXXII, fig. 1). En cuanto al pez volador, se trata de una
figura inusitada, aunque, en principio, no quimérica, al menos, de representarse con las aletas
propias de los exocétidos (cf. Cadenas 1976: 246, fig. 672). Sin embargo, en casos como este el
asunto no está tan claro, pues sus alas son como las de murciélago, con lo que guarda la misma
relación de desemejanza que el delfín heráldico y el real (sobre el cual, cf. Fox-Davies 1909: 252-53
y Pastoureau, 1993: 153).

132 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 136. Armerías de Peter Tungast Figura 137. Armas plenas del linaje Von
zum Klebstein recogidas, hacia 1409, en Lüttishofen en una vidriera suiza de finales
el Hauptbuch der Bruderschaft St. Christoph del siglo XV (apud Ströhl 1899: lám. LXXII,
auf dem Arlberg (Viena, Haus-, Hof- und fig. 1).
Staatsarchiv, Ms. Weiss 242, f. 11v).

ting variations on established coat of armas was inexhaustible», en este caso


mediante la inclusión de «a humorous element» (1976: 122). Algo parecido
señala Pastoureau cuando observa que «Dans les armoiries germaniques, la
faune du blason est plus diversifiée qu’en France et en Angleterre et, à la fin
du Moyen Âge y règne un esprit inventif et débridé. Cela annonce déjà l’héral-
dique baroque et il n’est pas rare de rencontrer des compositions étonnantes,
associant des figures animales et des éléments qui leur sont habituellement
étrangers» (1996: 62). Este último texto describe bastante bien la situación que
estamos viendo, aunque esa faceta inventiva no puede restringirse a la Edad
Media, al menos de modo general, como ya he señalado al inicio de estas
páginas 194. Pueden señalarse al respecto ejemplos contemporáneos como el

194
Tampoco se relaciona, a mi entender, con la imaginación heráldica barroca, que va por
derroteros más narrativos, dando lugar a lo que Woodcock y Robinson (1990: lám. 5) han deno-
minado landscape heraldry y López-Fanjul (2008: 20 y 74), «escenas heráldicas» y «armerías escé-
nicas», género para el cual yo optaría por «heráldica escenográfica», con un adjetivo que cuadra
bien a su barroquismo. Estas manifestaciones, muy influidas por las empresas artístico-literarias
del período, han gozado de amplio descrédito entre los heraldistas: «Puis entrent dans les écus
[…] même de veritables scènes transformant certaines armoiries en petits tableaux, illisibles et

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Alberto Montaner Frutos

ciervo marino traído por las armas de la


ciudad lituana de Zarasai, según diseño
de Raimondas Miknevičius de 1969 195 o
algunos de armerías debidas al citado
heraldista ruso Mixaíl Ĭu. Medvédev. A
las armas del general Labutin, ya vistas
(figura  42), pueden añadirse unas que,
aunque de obvio origen poligenético, se
relacionan formalmente con el Jungfraue-
nadler y sus variantes (figura 138).
Se trata de las armerías personales
del ciudadano estonio Sten H. Vihmar,
las cuales traen, de oro, una golondrina
con cabeza de leopardo de azur, lampa-
sada de gules. Al timbre, yelmo de argén
con burelete y lambrequines de oro y
azur y, por cimera, una golondrina con
cabeza de leopardo de azur, lampasada
de gules, sosteniendo con la pata diestra
una cruz ancorada de argén cantonada
de corazones de gules. El propio Med-
védev explica que este diseño se inspira
en los sentimientos patrióticos del armí-
Figura 138. Armas personales de Sten gero, para representar los cuales, «I sug-
H. Vihmar, en las que campea una gested a combination of the lion’s face
golondrina con cabeza de leopardo, guardant as well as the tinctures derived
pintadas al guache por Mixaíl Ĭu.
Medvédev (reproducidas por cortesía
from the [Estonian] state coat of arms,
del autor). and of a barn swallow which constitutes
a statutorily established national badge.
The cross with hearts included into the crest refers to a charitable corporation
the armiger belongs to» 196.

contraires à l’esprit du blason» (Pastoureau 1966: 52-53). Purismos aparte, se trata de un campo
fascinante para el estudio de la imaginación emblemática, sobre el que ya hizo un interesante
apunte Pardo de Guevara (1987: 70) y en el que se han detenido, por ejemplo, Amerlinck (1978 y
1993), en el terreno de la heráldica hispanoamericana criolla y mestiza (sobre la cual, cf. también
Solano 1993 y Elokhin 2007), y el propio López-Fanjul (2008: 75-100 y 243-246), pero en el que
está aún casi todo por hacer y que además se podría relacionar de modo muy fructífero con las
leyendas etiológicas heráldicas mencionadas en la nota 8.
195
Vid. Rimša (1998: 139-140), así como el artículo de Juan José González en este mismo
volumen de Emblemata.
196
Recogido en su muro de Facebook, accesible en línea en <https://www.facebook.com/
photo.php?fbid=10217318480888279&set=a.1089110022223&type=3&theater>. La suitsupääsuke
‘golondrina’ (Hirundo rustica) fue elegida como rahvuslind o ‘ave nacional’ de Estonia en la reu-
nión de la Sociedad de Naturalistas de Estonia celebrada en Tartu el 26 de noviembre de 1962 y

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

V.2. DRÔLE DE MONSTRES!


Más problemática, no obstante, es la afirmación de Neubecker sobre el
componente humorístico, pese a la coincidencia parcial de Pastoureau, cuando
señala que «Dans le blason germanique, on relève quelques cas de grotesques,
associant pièces, meubles et éléments zoomorphes. La Wappenrolle von Zürich
(vers 1335-1345) recense ainsi un écu chargé d’un cor muni de pattes de chien
[…], et l’Armorial de Conrad Grünenberg montre une hache dont le manche est
un poisson» (1993: 157-158). El mismo autor se expresa de modo más directo
en el caso de las armas de Peter Dodge, de Stopford, cuya figura central es un
pecho femenino del que manan unas gotas de leche (figura 143). A juicio de
Pastoureau: «Quant au sein d’où s’echappent quelques gouttes de lait, c’est
un figure exceptionnelle, qui […] souligne comment l’héraldique et l’humour
ont souvent fait bon menage» (1996: 53).
Antes de abordar estos pintorescos casos, es preciso aclarar que el ejemplo
del armorial zuriqués no tiene nada que ver con la cuestión abordada. Se trata
de las armas de la familia Müris, originaria de Wurtemberg, que traían, en
campo de oro, un cuerno de sable con la boca y el pitón de argén, anillado
con dos patas de lo mismo, pero todo ello de oro en la cimera (figura 139).  197

Figura 139. Armerías de los Müris en el Zürcher Wappenrolle, de ca. 1330-1345 (Zúrich,
Schweizerisches Nationalmuseum, AG 2760, f. 2r, fila 2, núm 48 = s2f8b).

En efecto, esta figura no es en realidad un «huchet monstrueux» (como lo


llama Pastoureau 1933: 155), sino un Trinkhorn o cuerno de beber con soporte
(Clemmensen 2009b: 48, núm. 161), lo que se aprecia mejor en la cimera.
Se trata de un modelo muy parecido a los que se custodian en el tesoro de
la basílica de San Servacio de Tongres en Maastricht (figura  140) 198 o a los
de tipo Greifenklaue o ‘garra de grifo’ del Kunstgewerbemuseum de Berlín,
con número de inventario K4178 (figura 141) 199, y del Musée de Cluny, con
número de inventario Cl. 2324 (figura 142). Hay incluso cuernos de este tipo,
con dos patas como soporte, imitados en otros materiales, como el dryckeshorn

la versión actual del emblema fue dibujada por la artista letona Maris Strazds en 1994 (Talivee y
Uustal 2011-2012). Las armas estatales de Estonia traen, de oro, tres leopardos de azur puestos en
palo y se rigen por la vigente «Riigivapi seadus» o «Ley de las armas nacionales» (Riigi teataja, I
[2001], 65, 376), aprobada el 13.06.2001 y en vigor desde el 01.01.2002.
197
Zürcher Wappenrolle, f. 2r; ed. Runge 1860: tabla VII, núm. 161), ed. Clemmensen (2009b:
48, núm. 161).
198
Los cuales pueden verse en línea en <https://commons.wikimedia.org/wiki/File:5Re-
liekhoorns01.jpg> y un detalle (correspondiente a la figura 140) en <https://commons.wikime-
dia.org/wiki/File:5Reliekhoorns03.jpg?uselang=de>.
199
Ficha descriptiva accesible en línea en <https://commons.wikimedia.org/wiki/File:-
Trinkhorn_KGM_K4178.jpg?uselang=de>.

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 135


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Figura 141. Cuerno de beber del tipo


Figura 140. Cuerno de beber usado como Greifenklaue ‘garra de grifo’, hecho de cuerno
relicario, hecho de un cuerno de búfalo y cobre dorado en el Norte de Alemania o
con aditamentos de cobre dorado a finales Escandinavia, en el tercer cuarto del siglo
del siglo XV. Tesoro de la Basílica de San XV (Berlín, Kunstgewerbemuseum Berlin,
Servacio (Maastricht). N.º Inv. KGM K4178).

sueco tallado en madera de abedul entre


1250 y 1349 que se conserva en el Sta-
tens Historiska Museum de Estocolmo
con número de inventario 288 (= SHM
Föremålsidentitet 41500) 200.

V.2.a. La teta, el chucho y la madre


nutricia
Volviendo a las armas de Peter
Dodge, de Stopford o Stockford (hoy
Stockport), traían un burelado de seis
piezas de oro y sable, y brochante un
Figura 142. Cuerno de beber del tipo
Greifenklaue u ongle de griffon ‘garra de
palo de gules cargado de un pecho feme-
grifo’, hecho de cuerno y cobre dorado nino de argén, del que manan gotas de
cincelado en Alemania hacia 1500 leche de lo mismo; al timbre, yelmo con
(París, Musée national du Moyen Âge lambrequines de gules y argén y, por
– Thermes et hôtel de Cluny, N.º Inv. cimera, moviente de un burelete de oro
Cl. 2324).
y púrpura, un lobo marino en su color 201

200
Ficha catalográfica accesible en línea en <https://historiska.se/upptack-historien/
foremal/arkeoteket-dryckeshorn/>.
201
Se trata de otro caso de un animal real convertido en figura, no ya estilizada (como el
león o el águila), sino cuasi quimérica, por el alejamiento de su referente, como sucede con el
pez volador o el delfín (véase la nota 192). En este caso, la figura parece haber intentado repre-
sentar originalmente un castor: «Sea-Dogs, are drawn in shape like the talbot, but with a tail like
that of the beaver; a scalloped fin continued down the back, from the head to the tail; the whole

136 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

[con aleta dorsal de oro], uñado de gules y acollarado de unas gemelas de


oro (figura 143) 202.
Ahora bien, donde Pastoureau (1996: 53) creía reconocer un rasgo humo-
rístico, Fox-Davies deducía, a partir de los motivos alegados en la supuesta
concesión de estas armas (vide infra), que se trataba de una augmentation of
honor de carácter simbólico: «The curious charge of the woman.s breast dis-
tilling drops of milk to typify the nourishment afforded to the king’s army is
at any rate most interesting» (1904: 394a), aunque luego advirtió su verdadera
condición de canting arms (1909: 171 y 205), si bien no explicó en qué consis-
tía el juego de palabras, porque el término concernido resulta malsonante
en inglés moderno 203. Donde sí se declara este es en el blasonamiento de la
Visitation of Cheshire de 1613:
Arms (in trick)– Barry of six Or and Sable, on a pale Gules a woman’s dugg
or breast distilling drops of milk Argent.

body, legs, and tail, scaled, and the feet webbed» (Edmondson, A complete body of heraldry, vol. II,
«Glossary», s. v.). A juicio de Fox-Davies, «there is very little doubt that the seadog is really the
early heraldic attempt to represent a beaver, and I am confirmed in that opinion by the arms of
the city of Oxford. There has been considerable uncertainty as to what the sinister supporter was
intended to represent. A reference to the original record shows that a beaver is the real supporter,
but the representation of the animal, which in form has varied little, is very similar to that of
a seadog» (1904: 145b = 1909: 205, cf. 256). Para otra figura relacionada, el león marino, esta ya
conformada claramente como una figura quimérica, véase el caso de las armas de Manila en el
artículo de Juan José González en este mismo volumen de Emblemata.
202
Blasono directamente a partir del registro de armas reproducido en la figura 143, en el
que la cimera aparece pintada de un tono broncíneo, a partir de la combinación de marrón y
amarillo; he añadido entre corchetes las indicaciones verbales que el pintor no tuvo en cuenta.
Para las versiones manuscritas de estas armas en el College of Arms, vid. Cutter (1908: I, 223b),
donde se cita un blasonamiento de época de Carlos II (1660-1685) en el que el pecho y la leche
se esmaltan al natural (proper), versión seguida por Edmonson, A complete body of heraldry, vol.
II, «Alphabet of Arms», s. v.; Ormerod (1819, ed. 1882: III, 838) y Fox-Davies (1909: 205 y 256).
Estos mismos autores, más Burke (1884: 289b) blasonan el lobo marino de azur, con aletas de oro
y acollarado de lo mismo, mientras que en la Visitations of Cheshire de 1613, se colorea de sable,
pero con idénticos atributos (ms. BL Harl. 1070, f. 134, ed. Armytage y Rylands 1909: 85).
203
La censura parece haber afectado también al propio diseño, pues existe una variante con
un ojo de argén lloroso de oro en lugar de un pecho goteante, registrada por Burke (1884: 289b).
Sin embargo, no se trata de un posible «adjustment of an immodest mediaeval charge to better
please Victorian morality», según recoge Martin Goldstraw en la entrada «The Armorial Bearings
of Peter Dodge» de su sitio web Cheshire Heraldry, accesible en línea en <http://cheshire-heral-
dry.org.uk/dodge.html>. En efecto, un siglo antes que Burke, Edmonson blasonaba ya así las
armas de los Dodge de Suffolk, «Barry of six or and sa[ble]. on a pale gu[les]. an eye ar[gent].
weeping and dropping or», mientras que mantiene «a woman’s breast distilling drops of milk»
al blasonar las de los Dodge de Kent y de Mannington, en Norfolk (A complete body of heraldry,
vol. II, «Alphabet of Arms», s. v.). Resulta posible, por tanto, que no se trate de una alteración
censoria, sino de una simple lectio facilior. Lo que sí revela la mojigatería victoriana es que Burke,
que claramente sigue a Edmonson, funda las dos variantes en una, eliminando la que contiene
el pecho goteante.

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Alberto Montaner Frutos

Crest.–A demi sea-dog rampant guar-


dant Sable, tufted and collared Or 204.

El término dugg, mejor documentado


como dug o dugge, significa ‘mama, ubre’
y hoy no se aplica a personas, salvo con
sentido despectivo, pero sí se usaba
durante los siglos XVI y XVII (OED, s. v.
«dug»). De hecho, como me hace notar
el Prof. David Hook, la misma palabra
puede explicar, al menos desde la grafía,
tanto la figura principal del escudo, por
una paronomasia dugge ≅ Dodge, como
la cimera, mediante otra sea-dogge ≅
Dodge 205. La relación sería aún más obvia
si, como refería Ormerod (1819, ed. 1882:
III, 838), la forma original del apellido
era justamente Dogge: 206
Figura 143. Armas de Peter Dodge, A family named Dodge […], held a small
de Stopford, pintadas en un registro property in Offerton in the reign of Elizabeth,
de armas del siglo XVI conservado en and were of Holiday Hill, in the same towns-
College of Arms de Londres. hip, in the middle of the last century [i. e. ca.
1750]. Dodge Fold is the name of a hamlet in
Offerton, having acquired its name from some yeomen of the family. They are
mentioned here chiefly on account of a very early and uncommon grant of a
coat, which Guillim in his heraldry gives as «Barry of six pieces Or and Sable,
over all a pale Gules charged with a woman’s dug distilling drops of milk pro-
per», granted to Peter Dogge, or Dodge, for his services in divers battles and
sieges, Ap. 8 34 Edw. I [= 8.04.]. Guillim’s authority is very doubtfull, or the
date should rather be 34 Edw. III [= 1360]. The family is frequently met with
in Stockport documents, and they held respectable positions originally in that
town, under the name of Dogge and Doggeson.

204
British Library, Harleian MS. 1070, f. 134 (ed. Armytage y Rylands 1909: 85). Aquí trick
no tiene nada que ver con el sentido usual del término, pues en lenguaje heráldico significaba
«A sketch in pen and ink of a coat of arms; in trick, sketched in pen and ink.» (OED, s. v. «trick»,
§ 11).
205
Las variantes en uso de dog entre los siglos XV y XVII fueron dogge, doggue y dogue (MED,
s. v. «dogge»; OED, s. v. «dog1»).
206
De hecho, las formas Dogge y Dogget están documenttadas como apellidos de linajes
armígeros, aunque con distintas armerías (vid. Edmondson, A complete body of heraldry, vol. I,
«Ordinary of Arms», p. 42b), como veremos más abajo. En tal caso, la transformación en Dodge
podría ser eufemística, dado que dogge y otros términos afines «were stylistically marked in Old
English, i.e. considered non-literary or informal» (OED, s. v. «dog»1) y, en particular, «In early
ME dogge is usually depreciatory or abusive» (MED, s. v.).

138 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

A este respecto, se ha de subrayar que dug(ge) no se registra en el MED


(que abarca desde el año 1175 al de 1500) y su primer testimonio en el OED
es de 1530, mientras que sea-dog se documenta por primera vez en este texto
de 1598: «Wee found great store of Sea wolves, which wee call Sea dogges»
(apud OED, s. v.). Todo ello revela que la adopción de estas armas, al menos
en su forma actual, tuvo lugar en los aledaños de 1600 y que la pretendida
concesión de armas de época de Eduardo III es (como se ha sospechado a
menudo, por razones diplomáticas y heráldicas) una clara falsificación:
There are many gorgeous legends relating to augmentations and arms
which are said to have been granted by William the Conqueror as rewards
after the Battle of Hastings. Personally I do not believe in a single one. There
was a certain augmentation borne by the Dodge family, which, if it be correct,
dates from the thirty-fourth year of Edward I, but whether this be authentic it is
impossible to say. Most people consider the alleged deed of grant a forgery, and
if this be so, the arms only exist by right of subsequent record and the question
of augmentation rests upon tradition. […] The earliest undoubted one in this
country that I am aware of dates from the reign of Edward III. (Fox-Davies
1904: 394a; cf. 1909: 589)

En teoría, el carácter humorístico y el parlante no constituyen opciones


incompatibles, pero no se ve razón alguna para que la adopción de tal clase
de figura apelase a la comicidad, que recaería así indirectamente sobre los
titulares de esas armerías. Puestos a buscar alguna reminiscencia al margen
de lo parlante, parecería más acorde con la mentalidad y la iconografía coe-
táneas pensar en la Virgo lactans seu nutrix
o Virgen de la Leche (cf. Duchet-Suchaux y
Pastoureau 1996: 263), cuyo reflejo paraem-
blemático ya se ha visto en el sello de Haro
Edzardsena en 1400 (OBU, vol. I, p.  144,
doc. 169). Respecto de las armas de Dodge,
esta posible conexión se hace especial-
mente evidente en su advocación como Vir-
gen del Sufragio, en la que María derrama
su leche, entendida como alimento místico,
bien sobre los vivientes en general (en una
variante de Nuestra Señora de los Desam-
parados), bien específicamente sobre las
ánimas del purgatorio, como en el cuadro
homónimo de Pedro Machuca de ca. 1517,
en el que la Virgen, ayudada por su hijo, Figura 144. La Virgen y las ánimas
exprime sus senos para derramar el líquido del Purgatorio o Virgen del sufragio,
salvífico sobre los ansiosos miembros de la pintada en Italia por Pedro
iglesia purgante (figura 144). Machuca hacia 1517 (Madrid,
Museo del Prado).

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Figura 145. La lactatio Bernardi miniada en un


devocionario francés de principios del siglo
XVI (Oxford, Bodleian Library, MS. Douce Figura 146. caritas. Fresco del Filippino
264, f. 38v). Lippi en el lienzo de la ventana de la Cappella
Strozzi, en la basílica de Santa María Novella
(Florencia), pintado hacia 1502.

En esta misma línea se sitúa una escena de mayor popularidad, la lactatio


Bernardi (figura 145) 207, es decir, el episodio hagiográfico en el que la Virgen se
le aparece a san Bernardo de Claraval y le arroja en la boca unas gotas de su
leche antes de su primera predicación, para infundirle elocuencia 208. Se trata
de una escena bastante chocante para un espectador contemporáneo, al que
quizá incluso le puede resultar estrambótica, pero para los coetáneos de esta
adopción armera era claramente mirífica.

207
Pueden verse la página completa y la ficha técnica de la figura 145 en Digital Bodleian,
accesible en línea en <https://digital.bodleian.ox.ac.uk/inquire/Discover/Search/#/?p=c+0,-
t+,rsrs+0,rsps+10,fa+,so+ox%3Asort%5Easc,scids+,pid+4eb290ef-8a15-41b5-9046-ce355de-
de25e,vi+9469af3f-517f-476f-9f27-61597a914da3>
208
Vid. Duchet-Suchaux y Pastoureau (1996: 66) y Carmona (2003: 55-56). Existe también
una lactatio cuyo protagonista es san Pedro Nolasco, pero en la única representación que conozco,
pintada por Ignacio Chacón en el siglo XVIII y situada en la entrada del claustro llamado de
las Escrituras del convento de la Merced de Cuzco (Perú), el santo mama directamente del seno
derecho de María, mientras Jesús lo hace del izquierdo. El cuadro puede verse reproducido en
<http://paseoinca.blogspot.com/2015/08/cusco-y-el-polemico-lienzo-de-la-virgen.html>.

140 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 147. · charitatis · virtvs· Calcografía Figura 148. Armas de Caminreal (Teruel),
de HsP = Sebald Beham, anterior a según su actual diseño oficial (adaptado de
1532 (colección particular, disponible en Redondo, Montaner y García López 2007: 149).
Wikimedia Commons).

Otra posible conexión, dadas las presumibles fechas de creación de esas


armas, es la alegoría moderna de la Caridad (figuras 146 y 147) 209, que com-
bina la iconografía tradicional como virtud teologal cristiana con el recupe-
rado ideal de la caritas Romana, favorecido por su semejanza con la bien asen-
tada iconografía de la Virgo lactans (cf. Revilla 1990: 79a-b).
Esta alegoría, por cierto, también ha tenido su reflejo heráldico, como ocu-
rre en las armas de Caminreal (provincia de Teruel), que, en su diseño oficial,
traen, «En campo de plata, la Caridad (mujer sentada, con cabellos de oro, ves-
tida con túnica de azur y manto de gules), con un niño a su regazo, tomando el
pecho, con cabellos de oro, desnudo y acostada en los flancos diestro y sinies-
tro por dos niños desnudos con cabellos de oro, afrontados» (figura 148) 210.
Estas armerías se basan en el sello municipal adoptado en el siglo XIX, en
cuyas improntas se aprecia la figura de una matrona dando el pecho a un niño,
acompañada a sus faldas por otros dos infantes, composición que el alcalde

209
Sobre el fresco de Lippi, que sincretiza elementos cristianos y paganos, bajo la inspiración
general del arco de Constantino en lo formal y del neoplatonismo renacentista en lo conceptual,
véase Winternitz (1965). En cuanto al grabado de Beham, tiene que ser anterior a 1532, por el uso
de su monograma con P en lugar de con B (cf. Stewart 2012: 1-2).
210
Decreto 207/1996, de 19 de noviembre, del Gobierno de Aragón, por el que se autoriza
al Ayuntamiento de Caminreal, de la provincia de Teruel, para adoptar su escudo y bandera
municipal (Boletín Oficial de Aragón, núm. 144, de 4 de diciembre, p. 5472).

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Alberto Montaner Frutos

Pascual Romero explicaba así en 1876: «representa la Caridad y alude a que


en tiempos antiguos y antes de Caminreal, hubo otra población al poniente de
la que hoy existe, junto a la Ermita de Nra. Sra. de las Cuevas, denominada
Caridad» (apud Clemente y Blanco 2002: 101). Aunque la localidad de Camin-
real está documentada desde 1280, en las Rationes decimarum Hispaniæ, vol. II,
p. 102, es cierto que en el paraje así designado existen los restos de una ciudad
romana de considerable tamaño, fundada en el siglo II a. C. y destruida en el
primer tercio del siglo I a. C, durante las guerras sertorianas (Vicente Redón
1986). Aunque el yacimiento no se catalogó como tal hasta 1977, está claro que
los habitantes de Caminreal ya tenían noticia de su existencia al menos un siglo
antes y que, suponiendo que era el origen remoto de su localidad, emplearon
su topónimo como base de unas armas indirectamente parlantes.
Este último ejemplo permite apreciar que la teta manante y parlante de
Dodge no encierra, en principio, ningún tipo de simbolismo, como tampoco lo
hace el también parlante chucho marinado de la cimera. Aunque, como se ha
visto en el caso del león monstruoso del Emperador y del águila recabezada
de la Ciudad Imperial, el emblema, heráldico o de otro tipo, no es impermea-
ble al símbolo, este es de naturaleza diversa de aquél y no se implican mutua-
mente. Ahora bien, lo que sí demuestran estas referencias al contexto cultural
en que se adoptó un emblema tan singular es que este podía tener connota-
ciones que desbordan su extravagancia y, con ello, su aparente comicidad.

V.2.b. Los exotismos de Grünenberg


Para el otro ejemplo de presunto grotesque, Pastoureau (1933: 158) remite
al armorial del caballero y ciudadano de Constanza Konrad Grünenberg (†
1494). Sin embargo, no he podido localizar esa hacha con mango de pez ni
en la edición de referencia (Von Stillfried-Alcántara y Hildebrandt 1875), en
cuya p. cxxxiv, no hay nada parecido, ni en la nueva edición de Clemmensen
(2009a), que cuenta con un útil «Ordinary of single arms» (pp. 366-396), ni en
los facsímiles digitales realizados por el Geheimes Staatsarchiv Preußischer
Kulturbesitz y por la Bayerische Staatsbibliothek de los manuscritos GStA PK,
VIII. HA, II 21 y Cgm 145 (ambos de ca. 1483, coetáneos de su autor) y Cgm
9210 (ca. 1600). No obstante, dicho armorial contiene muchas otras armerías
en la línea de lo señalado por Pastoureau. Así, las atribuidas al reino de Etio-
pía (figura 149), que habrían sido las de la reina de Saba y corresponderían
también al rey mago Melchor, traen, de argén, dos ramas ebrancadas de sable
formando una horquilla, cada una sumada de una cabeza de moro de sable
coronada de oro (de plata en el códice de Berlín) 211.

211
Clemmensen (2009a: 92, núm. 248), blasona esta figura como un cabrio recortado ebran-
cado ranversado, rematado por dos cabezas humanas. Sin embargo, la forma curva de los lados
indica que realmente se trata de un vegetal y no de una pieza heráldica.

142 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 149. Armas atribuidas al rey de Etiopía en Das Wappenbuch Conrads von Grünenberg,
Ritters und Bürgers zu Constanz: a) Ms. GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 7v [= 16]; b) Ms. BSB Cgm
145, p. 54; c) Ms. BSB Cgm 9210, f. 62v.

Figura 150. Armas atribuidas al duque de Bossen (¿Bosnia?), en Turquía, en Das Wappenbuch
Conrads von Grünenberg: a) Ms. GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 17r [= 35]; b) Ms. BSB Cgm 145,
p. 73; c) Ms. BSB Cgm 9210, f. 83r.

Una variante de estas armas son las asignadas al duque de Bossen, en


Turquía, que probablemente se haya de identificar con Bosnia, incorporada
al imperio otomano en 1463; vid. Clemmensen (2009a: 104, núm. 380). Sus
armerías traen, de argén, un sotuer ebrancado (como el aspa de Borgoña)
de sable, cuyos travesaños están sumados de sendas cabezas de moro de lo
mismo, cuya tez está pintada de forma más naturalista en la miniatura del
ms. Cgm 9210 (figura 150).
A estos claros ejemplos de fantástica atribución armera pueden añadirse
otras armerías de la compilación de Grünenberg que responden a esta misma
pauta quimérica, pero son, al menos aparentemente, históricas, como las

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Figura 151. Armas del barón de Pera, según Das Wappenbuch Conrads von Grünenberg: a) Ms.
GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 118r [= 237]; b) Ms. BSB Cgm 145, p. 212; c) Ms. BSB Cgm 9210,
f. 206v.

del barón de «Pera im Land von Märchern», es decir, Prerau (en checo Pře-
rov) 212, antiguamente perteneciente a Mähren o Moravia y en la actualidad
a la región de Olomouc, en la República Checa. Las mismas traen, de azur,
cabeza barbada al natural con alas y patas de águila de sable, membrada de
oro (figura 151).
Como ya advirtió Seyler, estas armas pueden relacionarse con Jungfrauad-
ler, aunque sería más exacto decir que se sitúan en la estela del Königskopfadler.
Además, a su juicio, están basadas en las armas del rey de Kathaclysyo des-
critas en el poema del siglo XIII Wigamur (Siebmachers Ge, p. 158a, seguido por
Clemmensen 2009a: 196, núm. 1099). El pasaje aludido (vv. 4786-4788) reza así:
Der kunig von Kathaclysyo tugenhaft ‘El virtuoso rey de Kathaclysyo
füret ainen schilt von lasur pla, traía un escudo de lapislázuli
dar an ain haubt und ains greyffen kla. en el que [había] una cabeza y una garra de
grifo’.
La semejanza entre el poema y el armorial es clara y, si bien no es suficiente
para probar una dependencia directa, sí que muestra la, por lo demás previ-

Sigo la identificación de Von Stillfried-Alcántara y Hildebrandt (1875: lxiv, núm. XV.1);


212

por su parte, Clemmensen (2009a: 196, núm. 1099), anota: «Pera von Marâdros, not identified».
Král von Dobrá-Voda (1904) no recoge ninguna familia con este dictado, aunque sí unos Von
Přerav checos (p. 201a), que podrían estar quizá en la base de la atribución.

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

sible, conexión entre el imaginario artístico-literario y el emblemático, como


ya hemos tenido ocasión de apreciar en las armas de los Trolle. Por lo demás,
esta hipótesis es compatible con la precedente identificación de su titular, ya
que la adscripción de armerías imaginarias o, para ser más precisos, apócrifas
a personajes reales y potencialmente armígeros era considerablemente libre,
no digamos ya la atribución a los que no podían serlo, por razones históricas
o geográficas, como en algunos de los ejemplos anteriores. Sin embargo, una
vez más, la realidad, si no supera, como mínimo iguala a la ficción, según
demuestra el caso siguiente, que involucra, entre otros, al rey de un supuesto
territorio indio y a una influyente familia de orfebres y patricios de Ulm.

V.3. El Kranichmensch o agripiano


V.3.a. El rey de Oderdallach
Las armas adjudicadas por Grünenberg al rey de Oderdallach, en la India,
responden a una variante de las hibridaciones que venimos viendo, aunque
en este caso no incluyen un cambio de cabezas. Tales armerías traen, de argén,
un busto de rey al natural con un pico de ave de oro, vestido de azur y argén
(de gules en el códice de Berlín) y coronado de oro, acompañado en el cantón
diestro del jefe de una estrella de lo mismo, que falta en e la versión del ms.
Cgm 9210, en la que además el pico es de carnación (figura 152).
En las miniaturas de los dos manuscritos bávaros, el pico parece de pato,
aunque seguramente pretende ser de grulla, como parece por el códice ber-
linés, pues, como ya advirtió Seyler, la figura representada es propiamente
un Kranichmensch u ‘hombre grulla’, para el que, a su juicio, Grünenberg se
habría inspirado en los versos 2848-2859 del Lied von Herzog Ernst (Siebmachers

Figura 152. Armas atribuidas al rey de Oderdallach, en la India, en Das Wappenbuch Conrads
von Grünenberg: a) Ms. GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 8r [= 17]; b) Ms. BSB Cgm 145, p. 55; c) Ms.
BSB Cgm 9210, f. 64r.

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Ge, p. 141b, seguido por Clemmensen 2009a: 93, núm. 254). Se trata del Herzos
Ernst, un poema muy legendario sobre Ernesto II de Suabia († 1030), com-
puesto hacia 1180. En el pasaje aludido no se menciona Ordallach ni se bla-
sonan armas algunas, pero se presenta a «der rîche künec von Grippiâ» = ‘el
poderoso rey de Grippia’ (v. 2913) 213, cuyo pueblo, conocido como los agripia-
nos, vivía cerca de la India (v. 2895) y tenía esta singularidad (vv. 2853-2859):
sie wæren junc oder alt, ‘eran, tanto los jóvenes como los viejos,
schœne unde wol gestalt hermosos y bien formados
an füezen und an henden de pies y manos,
und in allen enden y en todas las extremidades
schœne liute und hêrlich, una gente hermosa y señorial,
wan hals und houbet was gelich pero el cuello y la cabeza estaban hechos
als den kranichen getan. semejantes a los de las grullas’.
La versión latina de este relato, la Hystoria Hernestis ducis, también cita la
cabeza de grulla: «gentis mirabilis ambos prospiciunt sexus, in quis collote-
nus omnem formauit natura hominem, sed degenerante a membris capite hic
formam gruis addidit illis» (apud Bartsch 1869: 155), aunque lo más habitual
en las referencias a los agripianos es que solo lo sea el cuello (ibidem, p. cxliv-
cxlv; Izzi 2000: 15a-b), menos en los Gesta Romanorum, que añaden expresa-
mente el pico, aunque no los sitúan en Oriente: «In Europa sunt homines
formosi sed capite et collo gruico cum rostris» (cap. 175, p. 1576). En una de las
tavole acquerellate autógrafas de Ulisse Aldrovandi (1522-1605) se les atribuyen
rasgos combinados de grulla y gallo (figura 153).
El pie de la imagen ofrece la siguiente explicación:
Nelle ultime parte de Fricana 214, al fine della terra, sono tal forma de huo-
mini tutti humani, exceto hanno el collo de grua, el capo bestiale, li occhi <ed>
el naso humano, el becco elle barbole come galli. Vesteno di pelle e lavorano
la terra, e fano gran guera con li ucelli grifoni, per modo che ne moreno gran
numero de l’uno e del altro. Le loro donne sono a sua simiglianza, ma non
hano barbole e hano el becco largo, e non beve [lege bevono] vino. Quelli che
moreno nela bataglia sono tenuti si come sancti et le loro donne non se lasano
mai piu veder da huomini.

El mismo Aldovrandi, en la versión impresa (póstuma) de su Monstrorum


historia, p. 14, incluye la imagen de un «Homo, ore & collo Gruis» (figura 154),
que es la representación más cercana a la descripción de los Gesta Romanorum,
por un lado, y a las armas del rey de Oderdallach, por otro.
Aunque posiblemente se trate de una coincidencia de base poligenética,
conviene recordar que, como recoge Izzi (2000), existen varios paralelos orien-
tales de los agripianos. Por un lado, los huan t’ou chinos (驩头 ~讙頭, 驩

213
El topónimo presenta las variantes Kipriâ y Agripp(i)a (Bartsch 1869: cxliv)
214
¿Deformación de Grip(i)ana? Compárese la nota precedente.

146 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 153. Los uomini con collo de grua según Figura 154. Homo, ore & collo Gruis. Xilografía
Ulisse Aldrovandi (lámina a la acuarela con estampada en la Monstrorum historia (p. 14)
texto autógrafo, Biblioteca Universitaria di de Ulisse Aldrovandi.
Bologna, Fondo Aldrovandi, Tavole 006-2,
lám. 53).

兜, 讙朱 o 丹朱, en pinyin, huāntóu, huāndōu, huānzhū y dānzhū, respecti-


vamente), «población fabulosa de los países meridionales de ultramar, com-
puesta por individuos de pico de pájaro (con cabeza de pájaro) y dotados
de alas» (p. 240b, véase la figura 155). Por otro, los umin japoneses (羽民, lit.
‘gente [min] con plumas [u < chino yū]’), «hombres voladores, a veces dotados
de pico de pájaro» (p. 259b), que Joly describe como «Flying men. […] with a
bird’s bill. […] They live between Kaito (East sea) and Nangai (north cliff)»
(1908: 69 y 149). Este mismo autor menciona otro ser mitológico japonés con
pico de pájaro, el tengu (天狗 < chino tiāngǒu ‘perro celeste’): «The Tengu
are mythical dwellers of the forests; gnomes classified amongst the Maya
Rakiyas, and divided into two classes; the ordinary human-shaped Konoha
Tengu, with wings and a nose of inordinate length, and the bird-like Tengu,
with a strong beak, called Karasu Tengu (Crow Tengu)» (Joly 1908: 364).
En suma, la idea de usar la cabeza de un agripiano coronado como
emblema del rey de un territorio indio se ha de relacionar con una variante
de esta leyenda, aunque no necesariamente en concreto con el Herzos Ernst.
Ahora bien, esa misma tradición iconográfica y legendaria está igualmente en
la base de unas armerías históricas, las de los Rauchschnabel, así como en las
cimeras de los Truchsessen y de los Von Hennenberg, precedidas por el sello

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Figura 156. Sello de cera de Bernard


Gnipping von Geispoltzheim, de 1441,
grabado por Gustav Adelbert Seyler a partir
Figura 155. El huāntóu (驩头), hombre de un original del archivo de Estrasburgo
con pico de ave y alas, de la tradición (Siebmachers Ge, p. 141b, fig. 113).
legendaria china. Xilografía de Hú
Wénhuàn (1596-1650) coloreada a mano
en una edición del tratado Shān hǎi jīng
o Clásico de las montañas y los mares.

de Bernard Gnipping von Geispoltzheim, de 1441 (Siebmachers Ge, p. 141a-


b). Este ejemplo (figura 156) es importante, porque anteceder en casi medio
siglo al armorial de Grünenberg e indica, por tanto, que el uso heráldico del
Kranichmensch no fue un invento suyo.

V.3.b. Los burgueses de Ulm


Por lo que hace a las interesantes armas de la familia burguesa Rauchsch-
nabel o, en grafías antiguas, Rawschnabel ~ Ruschschnabel ~ Ruchshnabels,
se documentan en el armorial del gremio de orfebres de Ulm hacia 1473, a
nombre de «Petter Růschschnabel» (figura 157), como recogieron ya Häberle
(1934: 25 y lám. 2, núm. 34), Rieber y Schwalger (1941: 171). Estas armas
pueden blasonarse así: de oro, un salvaje negro picudo y rubio, moviente de
un seto de sinople (cuya verdadera naturaleza se verá luego) y llevando al
hombro diestro una maza o garrote del campo; al timbre, yelmo con lambre-
quines de sable y argén (por oro, seguramente), y por cimera el mismo salvaje
picudo moviente de un seto y armado de porra 215.

215
Teget-Welz (2008: 149) blasona estas armas así: «In Gold aus einem Lorbeerkranz
wachsend nach rechts ein schwarz Wilder Mann mit Krone; auf einem Patrizierhelm mit gol-

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Figura 157. Armas plenas de «Petter


Růschschnabel» en 1473, pintadas en el
Wappenbuch der Goldschmiedemeister de Ulm Figura 158. Plana del Wappenbuch der
(Stadtarchiv Ulm, sign. A [7766/1], p. 11). Goldschmiedemeister de Ulm (p. 25) con las
armas de Marx Eekirch el Viejo (maestro en
1503, fallecido en 1546), Ulrich Ruff (maestro
en 1509, fallecido en 1539), Janus Miller
(prior en 1530, miembro del concejo, fallecido
en 1550) y Peter Hoffherr (fallecido en 1528).

Para evitar conclusiones erróneas, antes de comentar con más detalle estas
armerías es preciso explicar la estructura de este Wappenbuch der Goldschmie-
demeister. Se trata de un códice de papel en el que los perfiles de los escudos
(ojivales) y los yelmos (de tipo gran yelmo o Topfhelm) con lambrequines están
impresos mediante tacos xilográficos, a cuatro por plana, hallándose los de la
izquierda contornados por cortesía. Cada una de estas plantillas se ha com-
pletado con dibujos a tinta pintados a la aguada de las armas de cada uno
de los maestros orfebres de Ulm, suscritas con el nombre correspondiente, a
menudo sin data (figura 158). Al parecer, los asientos se realizaban al alcan-
zar la maestría y, cuando la fecha es simultánea a la inscripción, parece ser
la de su obtención, pero en otros casos la fecha está añadida y no está claro a
qué suceso corresponde 216. Incluso en ocasiones, como en el asiento de Janus

den-schwarzer Decke und Lorbeerkranz ein wachsender schwarz Wilder Mann mit Schnabel».
Se atribuyen aquí a las armas de Peter Rauchschnabel rasgos de las de Erasmus Rauchschnabel,
de las que hablaré luego. El yelmo, por supuesto, no es particularmente de patricio, ni hay razón
alguna para identificar la especie de zarzal del que emerge el salvaje con una corona de laurel.
216
Por ejemplo, en el caso de Marx o Markus Eekirch el Viejo (p. 25, vid. figura 158), la fecha
que se reparte a ambos lados de la punta del escudo, «15|03», se incluyó a la vez que el asiento
y, en efecto, corresponde a la de obtención del título de maestro (cf. Häberle 1934: 79). No es así,

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 149


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Miller que puede verse en la misma figura 158, se indica directamente la con-


dición de Zunftmeister ‘prior o mayoral’ del gremio, lo que es incompatible
con su ingreso como un maestro más y, en cambio, cuadra con la fecha de
1530 que aparece a continuación, frente a las de 1503 y 1509 de sus compañe-
ros de plana. Una vez fallecido el titular, se añadía, a la altura del yelmo, la
expresión pía gonad dier Gott = ‘Dios se apiade de ti’, más, en algunos casos,
la fecha del deceso.
En el caso de Peter Rauchschnabel, puede apreciarse que solo aparece,
añadida tras su nombre, la fecha de 1473, que establece el terminus ad quem de
la representación armera (véase la nota 215). En cuanto a esta, señalan Rieber
y Schwalger que «Sein “redendes” Wappen, das auch sein Sohn Erasmus
wenig abgewandelt geführt hat, ist […] recht kurios» = ‘Su escudo de armas
«parlante», que su hijo Erasmus llevó un poco modificado, es […] bastante
curioso’ (1941: 171). El carácter parlante se origina mediante una descom-
posición del apellido en Rauch ‘humo’ y Schnabel ‘pico’ y en la alusión al
segundo elemento mediante un personaje picudo. Así pues, según el criterio
ya explicado, en lugar de armas parlantes stricto sensu, se trata en realidad
de unas semiparlantes. En este caso, el Schnabel es representado, no por un
pico directamente, sino por una figura picuda, que no es otra, como puede
apreciarse, que nuestro Kranichmensch ‘hombre grulla’ o agripiano 217, en este
caso armado con una maza o garrote.
Aunque la representación del armorial ulmiense es bastante clara, puede
apreciarse mucho mejor la conformación de estas armerías gracias a una
xilografía del pintor y grabador Sebald Beham 218, probablemente un exli-
bris (figura 159) 219, que Dodgson (1904: 178b) sitúa entre 1531, momento en
el que el artista adopta el monograma HsB, en sustitución de HsP, y 1535,
cuando Beham interrumpió definitivamente sus contactos con Núremberg,
tras renunciar a la ciudadanía. En realidad, la primera fecha ha de retrasarse

en cambio, en el caso de Peter Rauchschnabel, en cuyo asiento la fecha de 1473 está añadida,
mientras que él consta en los registros del gremio como Lehrnherr o maestro de aprendices desde
1470 y de nuevo en 1473, 1477 y 1479 (vid. Häberle 1934: 30). En su caso, no se incluyó la fecha de
fallecimiento, que se ha de situar entre 1499, año al que corresponde la última noticia conocida, y
1507, en el que se menciona a su viuda (vid. Rieber y Schwalger 1941: 172; cf. Häberle 1934: 30).
217
Lo advirtió ya Seyler en Siebmachers Ge, p. 141a, pese a lo cual ha prevalecido su blaso-
namiento como un salvaje con pico de ave (Siebmachers Bg3, p. 52; Ströhl 1899: lám. XL, fig. 6;
Teget-Welz 2008: 148-149).
218
Usual, aunque incorrectamente, conocido como Hans Sebald Beham: «Sebald’s mono-
gram may unwittingly have supported the modern misunderstanding of his name. […] The «H»
appears to indicate the second syllable of his last name (Beham), in the manner of the «G» in
the «AG» monogram of his contemporary Heinrich Aldegrever (1502–1561), who was active in
Westphalia. It is also possible that Beham wanted to create a monogram that was clearly distinct
from the «BB» of his brother Barthel» (Stewart 2012: 2, cf. SLN, s. v. «Beham, Sebald»).
219
La imagen y la ficha catalográfica de la figura 159 están accesibles en línea en <https://
skd-online-collection.skd.museum/Details/Index/963953>.

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

a 1532, que es cuando, al mudarse a


Fráncfort del Meno, adoptó el nuevo
monograma 220. En cuanto a la segunda,
se basa en la creencia de que los Rauchs-
chnabel que usaban estas armas residían
en Hamburgo, lo que es cierto para prin-
cipios del siglo XVII, pero no para estas
fechas (véase abajo la nota 223). Como
luego veremos, el terminus ante quem lo
establece la modificación armera intro-
ducida hacia 1544.
Como puede apreciarse, frente al
escudo ojival y al gran yelmo de la
figura  157, aquí se ha empleado una
configuración más propia del gótico fla-
Figura 159. Armas de los
mígero, mediante una tarja a la valona Rauchschnabel grabadas por
y un yelmo de justar con rizados lam- HsB = Sebald Beham, entre 1532 y
brequines. En cuanto a la figura central, 1544. Lámina xilográfica de 138 × 115
la representación del agripiano acentúa mm, con mancha de 135 × 104 mm
tres rasgos peculiares, presentes ya en la (ejemplar del Kupferstich-Kabinett
der Staatlichen Kunstsammlungen
entrada del Wappenbuch der Goldschmie- Dresden, N.º Inv. A 3014).
demeister : la apariencia de homo syluati-
cus o syluestris (con el cuerpo peludo y un taparrabos vegetal) 221, el aspecto
negroide, marcado por el color de la piel y, en este caso, por el pelo ensorti-
jado, y finalmente, el uso de una maza o, más bien, garrote de aspecto rústico,
arma propia del salvaje, la cual adopta también formas que, cuando no son
simplemente un tronco de árbol, resultan más parecidas a un rústico cayado
o a una horca de dos puntas que a la maza herculina (cf. Bartra 1996: 170-71,
174 y 245). La presencia del garrote al hombro del agripiano abona «la idea
de que tal pueblo haya nacido de una deformación de la antiquísima leyenda
de los Pigmeos y las grullas, fundidos en un solo ser de estatura normal» (Izzi
2000: 15b), algo que el precitado texto de Aldrovandi parece apoyar, al narrar
los combates de los agripianos con los grifos. En cuanto a la γερανομαχία o
lucha de los pigmeos y las grullas 222, el Libro del conosçimiento, ms. Z, f. 16vb =

220
«Because the Franconian dialect of his hometown of Nuremberg pronounced a «b»
as «p,» he used the monogram «HSP» until 1531. After moving to Frankfurt, he used «HSB»»
(Stewart 2012: 2).
221
Esta es la verdadera naturaleza de lo que en el armorial ulmiense parecía una mata o seto
y corresponde a la iconografía del salvaje. Un panorama de su presencia en la heráldica y una
aproximación a su tipología ofrecen Merino de Sedano y Díaz de Sarabia (1983). Para su figura
en general, véase Bartra (1996).
222
Sobre esta leyenda, además del propio Izzi (2000: 385b-386a), pueden verse Lacarra, Mon-
taner y Lacarra (1999: 38a-39a y 87b-88a), sobre su difusión literaria e iconográfica, y Ovadiah y

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Alberto Montaner Frutos

Figura 160. Batalla de los pigmeos y las


grullas en el Libro del conosçimiento de todos
los rregnos, según el ms. Z, de ca. l450-l475
(Munich, Bayerische Staatsbibliothek, Cod. Figura 161. Batalla de los pigmeos y las
hisp. 150, f. 16vb). grullas en Le secret de l’histoire naturelle,
miniatura de Robinet Testard, ca. 1480-1485
(Ms. BnF Fr. 22971, f. 47r).

p. 173a, la refería así hacia 1390, situándola también en la India y atribuyén-


doles a aquellos la piel negra:
E sabet que en este reynado Dilini [sc. el sultanato de Delhi] frutifica la
pimienta e gingibre e el lino aloe e otras muchas espeçias; e cogen dellas muy
[grant] muchedunbre que llievan por todo el mundo. E aquí son los omnes
muy pequeños, como de dos palmos en luengo, e estos lidian con las grúas e
vénçenlos. Esta es su figura: [figura 160]. E las gentes deste reynado son muy
negras de color e usan traer todos arcos turquíes.

En esta miniatura los pigmeos no se adecuan apenas a lo que señala el texto,


aunque son rubios como en el armorial de Ulm, mientras que el armamento, en
forma de horca, corresponde a la iconografía del salvaje, como acaba de verse.
No obstante, hay ejemplos más cercanos al de la xilografía de Beham, como la
miniatura de la anónima compilación geográfica Le secret de l’histoire naturelle
contenant les merveilles et choses mémorables du monde, iluminada por Robinet
Testard hacia 1480-1485 y conservada hoy en el Département des Manuscrits
de la Bibliothèque nationale de France con la cota Français 22971 (figura 161),
que ofrece el siguiente texto: «Pigmee est une province en Indee la grant dont
parle Plinius et dit que les pupulaux et habitans de celle province sont de tres
petite estature et corpulance. […] Item dit Plinius que entre ceste gent et les
grues et les sigougnes a mervelleusement grant guerre» (f. 47r) 223. Esta mixtura
de rasgos tanto negroides como asalvajados, más la localización en la India,

Mucznik (2017), quienes señalan el plausible trasfondo histórico de la leyenda original griega.
223
El texto de Plinio, que es muy escueto, no menciona la India: «Super hos extrema in
parte montium Trispithami Pygmæi que narrantur, ternas spithamas longitudine, hoc est ternos

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

abona la citada hipótesis de que los agri-


pianos hayan surgido de la hibridación,
por alguna extraña confusión, de los con-
tendientes de la γερανομαχία.
No se tiene constancia de quién
encargó el preinserto grabado de Beham,
pero, por las fechas, sin duda fue el
miembro más conocido de la familia,
Erasmus Rauchschnabel el Viejo (†
1552), orfebre y prior (Zunftmeister) de Figura 162. Armas de Erasmus
su gremio, en el que alcanzó la maestría Rauchschnabel, Bürger und Rat zu Ulm,
en 1510, y más tarde acaudalado tratante en su sello pendiente de un diploma
de 3 de febrero de 1533 (Stuttgart,
de vinos. Desde la cúpula gremial de los
Landesarchiv Baden-Württemberg,
orfebres ulmienses se integró en el patri- Abt. Staatsarchiv Ludwigsburg, B 177
ciado urbano de Ulm, de cuyo gobierno S U 183).
municipal y magistratura judicial fue un
miembro destacado a partir de 1522. También actuó en misiones diplomáticas,
representando a la ciudad, por ejemplo, en la Dieta de Ausgburgo de 1530 224.
De este período, se conserva un sello con sus armas, como Bürger und Rat
zu Ulm = ‘ciudadano y concejal de Ulm’, apuesto a un documento de 3 de
febrero de 1533 225, en mal estado de conservación, pero en el que se distingue
suficientemente bien el agripiano que campea en una tarja, con la misma
configuración que en el grabado de Beham (figura 162).
En un momento dado, Erasmus Rauchschnabel recibió una patente de
armas (Wappenbrief), cuyo texto se desconoce y, por tanto, también su emisor,
la cual tiene como terminus ante quem una carta dirigida en 1544 por su hijo
Erasmus el Joven a su padre, que entonces se hallaba en la ciudad de Spe-
yer, con la que le envía «ein Coppie des Wappenbrieffs auch 3 Fiessierung,

dodrantes, non excedentes, salubri cælo semper que uernante montibus ab aquilone oppositis,
quos a gruibus infestari Homerus quoque prodidit» (Naturalis historia, VII, 26).
224
Vid. Rieber y Schwalger (1941), quienes consideran a Erasmus hijo del orfebre de Ulm
Peter Rauchschnabel, aunque reconocen que esta filiación no está documentada (p.  171). En
cambio, según Jürgensen (2002: I, 41), Erasmus era un mercader natural de Núremberg que se
trasladó más tarde a Ulm. Es cierto que la familia Rauchschnabel estaba radicada en Núremberg,
según Siebmachers Bg3, p. 52, pero sus datos son ya del siglo XVII, por lo que seguramente se trata
de los descendientes de Heinrich, uno de los hijos de Erasmus, casado allí en 1556 y miembro
del concejo entre 1560 y 1562 (vid. Rieber y Schwalger 1941: 177-78). En cuanto a la filiación de
Erasmus, dado que no hay documentos que lo vinculen directamente a Peter, podría quizá no ser
hijo, sino sobrino suyo. En todo caso, obtuvo la maestría como orfebre en Ulm en 1510 y aparece
como Lehrnsherr del gremio en 1518 y de nuevo en 1522 (Häberle 1934: 33 y 79), por lo que su
procedencia nuremburguesa puede descartarse. Finalmente, ha de señalarse que, sin duda, el
supuesto «Asimus Rauchschnabel» que consta como Ratsherr o edil en 1525 (Häberle 1934: 85)
es sin duda una mala lectura de nuestro Erasmus.
225
Landesarchiv Baden-Württemberg, Abt. Staatsarchiv Ludwigsburg, B 177 S U 183. Acce-
sible en línea en <http://www.landesarchiv-bw.de/plink/?f=2-2426895-1>.

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Alberto Montaner Frutos

welche der altt Merttin Schafner nach seinem gutt beduncken gemachet» =
‘una copia de la patente de armas y también tres bocetos que el viejo Martin
Schaffner hizo a su mejor entender’ 226. Se trata del afamado pintor de Ulm
Martin Schaffner, nacido hacia 1478 (de ahí el apelativo de altt) y muerto des-
pués de 1546, en el que sería el último encargo documentado al artista Teget-
Welz (2008: 645). Como explica este autor, lo que hizo Schaffner fue un pro-
yecto (Entwurf) de representación de las armerías descritas en la patente de
armas, mediante un triple Fiessierung o, en grafía actual, Visierung ‘boceto’ 227
o Ausführung ‘modelo, variante’ 228. El tenor de la carta de Erasmus el Joven se
puede entender, pues, considerando que el Wappenbrief o su copia contenían
solo un blasonamiento (Wappenbeschreibung) y que el pintor realizó, a partir
del mismo, tres paráfrasis plásticas en sendos bocetos (3 Fiessierung), como
mejor pudo o supo (seinem gutt beduncken), propuestas que Erasmus el Joven
le enviaba a su padre, sin duda, para que eligiese el que más le convenciera.
Esto mismo revela la novedad del diseño y, con ello, la de la propia patente
de armas, que hubo de librarse en fechas próximas a las de la precitada carta.
Por desgracia, no se conservan ni el Wappenbrief ni los bocetos de Schaffner,
que habrían permitido reconstruir la concesión hecha en aquel. No obstante,
aciertan Rieber y Schwalger (1941: 171) y Teget-Welz (2008: 149) al considerar
que el contenido de la patente de armas, dado que estas ya existían, tuvo que
ser un aumento o modificación de las mismas. En efecto, como ya advirtió
Dodgson (1904: 178b) a propósito del grabado de Beham, la versión original
difiere de las posteriores en la aparición de una doble corona, una sobre la
cabeza del personaje y otra que sustituye al primitivo taparrabos vegetal. Así
se aprecia en el asiento correspondiente a nuestro personaje en el armorial del
gremio ulmiense de orfebres (figura 163), acompañado de un resumen de su
cursus honorum: «Erasmus Růchschnabel | Zanfttmaister, dess Ratt, | Richer
und Kaimer Rett» = ‘Erasmus Rauchschnabel, prior del gremio, [miembro]
del concejo, juez y jurado del concejo’, más la correspondiente anotación obi-
tuaria «Gonad dier Gott 1552» = ‘Dios se apiade de ti, 1522’ (Wappenbuch

226
Citada por Rieber y Schwalger (1941: 176) y, a partir de ellos, por Teget-Welz (2008: 645-
46, núm. 16), quien señala que la carta se encuentra hoy en paradero desconocido.
227
El término es hoy un tecnicismo histórico-artístico y tuvo una acepción heráldica especí-
fica: «visierung eines wappens, kunstgerechte beschreibung (ursprünglich kunstgerechter entwurf) eines
wappens: in der visirung der wapen Harsdörfer gesprechsp. 3, 158; regeln, die … bei der … visi-
rung … eines wapens erforderlich sind Hippel kreuz- u. querzüge (1793) 1, 197» (DWB, s. v., § 3)
228
Teget-Welz (2008: 148-149 y 645). En otros momentos, este autor parece atribuir el diseño
de las armerías al propio pintor: «Hinzu müssen weitere, kleinere Arbeiten aus dem nichtsakra-
len Beschäftigungsfeld gekommen sein, wie die 1544 vorgenommene Wappenbesserung für den
Ulmer Ratsherrn Erasmus Rauchschnabel» (p. 231), «Einem Brief aus dem Jahr 1544 ist zu entne-
hmen, der jetzt alte Meister habe ein Wappen für den Ulmer Ratsherrn Erasmus Rauchschnabel
angelegt» (291-292). Es cierto que los artistas heráldicos podían crear armas personales motu
proprio, pero en este caso, la constancia de una patente de armas, que exige un emisor legalmente
capacitado, deja claro que la otra explicación es la correcta.

154 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

der Goldschmiedemeister, p. 26). La última


indicación curricular, que equivale a
Kämmerer des Rats (‘jurado del concejo’
o, en términos actuales, ‘concejal de eco-
nomía’) permite fechar estas armerías
hacia 1545-1546, que fue cuando nuestro
personaje ocupó dicho cargo (cf. Rieber y
Schwalger 1941: 175).
Estamos, pues, según todos los indi-
cios, ante la concesión, hacia 1544, de un
aumento honorífico (eine Augmentation
des Wappens), mediante la adición de una
doble corona, una sobre la cabeza del per-
sonaje y otra que sustituye al taparrabos
vegetal. Esto puede seguramente relacio-
narse con el hecho de que, desde ca. 1529,
Erasmus Rauchschnabel se había conver- Figura 163. Armas de Erasmus
tido en gerente del Gasthaus o ‘casa de Ruchschnabel el Viejo, prior del gremio
huéspedes’ oficial del concejo de Ulm, de orfebres de Ulm, así como edil,
llamada, precisamente, Die Krone o La juez y jurado del concejo, fallecido en
1552, pintadas en el Wappenbuch der
Corona, donde, entre otras muchas per- Goldschmiedemeister (Stadtarchiv Ulm,
sonalidades del período, se encargó de sign. A [7766/1], p. 26).
alojar al emperador Carlos V, que visitó
Ulm en cuatro ocasiones, la última en 1550, y de cuyo comité de recepción
formó parte, así como a su hermano Fernando, rey de romanos, durante su
visita de 1542 (cf. Rieber y Schwalger 1941: 174 y 176). A cualquiera de ellos
podría deberse la patente de armas con esa específica adición honorífica.
Las armas de Erasmus Rauchschnabel el Viejo se incorporaron también a
los frescos realizados en el Rathaus o Casa Consistorial para conmemorar el
levantamiento del asedio de Ulm en 1552, el mismo año de la muerte del prócer,
que falleció el 19 de octubre (Rieber y Schwalger 1941: 176). El último ejemplar
documentado de estas armerías y también el más célebre corresponde ya a su
hijo, Erasmus Rauchschnabel el Joven, miembro, como su padre, del gremio
de orfebres, que también llegó a presidir, el cual sucedió a su padre al frente
de los negocios familiares en 1540, al tiempo que contraía matrimonio con la
aristócrata Ursula Gienger von Grienpichel, y, de nuevo al igual que su padre,
fue magistrado, de 1552 a 1557, y concejal de Ulm, en 1558 229. Sus armerías
aparecen en un exlibris calcográfico realizado en 1562 por el prestigioso dibu-

229
Vid. Rieber y Schwalger (1941: 173 y 178). Häberle (1934: 33), quien confunde a dos
personajes homónimos, de modo que todos los datos que le atribuye a aquel (salvo el de 1518)
corresponden en realidad a este. Se trata, al parecer, de un tercer Erasmus Rauchschnabel, prior
del Schlosserzunft o gremio de cerrajeros en 1567 y fallecido el 29 de octubre de dicho año.

ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056 155


Alberto Montaner Frutos

jante y grabador nuremburgués Virgil


Solis (figura 164) 230, donde por primera
vez se incorporan tenantes 231.
En este caso, como ya se apuntaba
en la representación del Wappenbuch der
Goldschmiedemeister, la maza o garrote
posee una apariencia más hercúlea, lo
que no ha de extrañar, pues «Las repre-
sentaciones de Heracles influyeron en la
iconografía medieval del salvaje» (Bartra
1996: 54, cf. también Merino y Díaz de
Sarabia 1983: 626-27). Como se ha visto,
la figura de estas armas se había descrito
hasta ahora casi unánimemente como un
salvaje con pico de ave. Ahora bien, de
acuerdo con los materiales preinsertos,
Figura 164. erasmvs ravchschnabel está claro que este se trata específica-
· 1562. Exlibris heráldico de Erasmus mente de un Kranichmensch o agripiano.
Rauchschnabel el Joven dibujado
En consecuencia, las armas plenas de
y grabado en por vs = Virgil Solis.
Lámina calcográfica de 99 × 75 mm, con los Rauchschnabel, en su versión adicio-
mancha de 98 × 74 mm (ejemplar del nada, pueden blasonarse así: de gules,
Kupferstich-Kabinett der Staatlichen un agripiano de carnación coronado
Kunstsammlungen Dresden, N.º Inv. de oro, llevando al hombro una maza
A 4037).
de lo mismo y moviente de una corona
abierta también de oro. Al timbre, yelmo
con lambrequines de gules y oro, y por cimera el mismo agripiano coronado
armado de maza y moviente de una corona. Como tenantes, un salvaje a la
diestra y una salvaje a la siniestra, ambos de su color.
En definitiva, lo que revelan las armas del rey de Ordallach, por un lado,
y la cimera de Von Geispoltzheim o las armerías de Rauchschnabel, por otro,
es que no se da una diferencia radical entre «les armoiries imaginaires» y «les
armoiries veritables» 232, sino que existe una única comunidad configurativa

230
La imagen y la ficha catalográfica de la figura 164 están accesibles en línea en <https://
skd-online-collection.skd.museum/Details/Index/967031>. Sobre este exlibris, véanse además
Siebmachers Bg3, p. 52 y lám. 55; Ströhl (1899: lám. XL, fig. 6), Leiningen-Westerburg (1901: 126),
Jürgensen (2002: I, 41), O’Dell (2003: 76a, núm. 316) y Baujean (2005: 3, 240, núm. 973), quien es
el único, además de la ficha precitada, que se lo atribuye expresamente a Erasmus el Joven.
231
Sobre la adopción de los soportes, entre ellos el salvaje, vid. Fox-Davies (1909: 407-33) y
Pastoureau (1993: 212-13). Para ejemplos de tenantes salvajes, pueden verse Neubecker (1976:
196-99), Bartra (1996: 2, 12-14, 134, 137, 174, 261) y, sobre todo para la heráldica la española,
Merino y Díaz de Sarabia (1983).
232
Como a veces parece sugerir Pastoureau, aunque el estudioso francés tiene toda la razón
en señalar que las armerías atribuidas suelen responder a un simbolismo más claro que las real-
mente adoptadas, es decir, las históricamente usadas, «à l’intérieur desquelles les faits de vogue

156 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

heráldica, así como una enorme permeabilidad, ya vista en el caso de los


Trolle, entre los diversos ámbitos del imaginario, el literario, el artístico y el
emblemático, que conforman una indudable unidad cultural.

V.4. Svb signo facetiæ


Es difícil saber hasta qué punto composiciones de este tipo se considera-
ban graciosas, pero es poco probable que en una época en la que la comicidad
se ligaba principalmente a lo grotesco pudiera ostentarse un emblema con cla-
ras connotaciones humorísticas. En ese sentido, posiblemente la apreciación
de Pastoureau en los pasajes antes citado peque de anacrónica, aunque sería
preciso disponer de testimonios coetáneos para saber si tales composiciones,
muy infrecuentes por otro lado, podían considerarse grotescas al mismo título
que las drôleries o bufonerías de los manuscritos medievales 233, a las que cier-
tamente recuerdan a veces, como puede apreciarse en las figuras 165 y 166.
En el caso de las armas imaginarias atribuidas a dignatarios etíopes, turcos
e indios en el armorial de Konrad Grünenberg la situación es algo diferente,
ya que, tratándose de territorios exóticos y a menudo paganos, el componente
grotesco no puede excluirse 234. No obstante, el caso de Rauchschnabel, que

et de mode jouent un rôle plus grand que les enjeux proprement symboliques» (1996: 87). El papel
tanto del posible simbolismo como del prestigio social u otros elementos conexos se explica mejor
apelando a contenido connotativo o evocador de las armerías (cf. Montaner 2010), que se conecta
con otro aspecto importante, pero en el que es imposible entrar aquí, que es el de la variable
relación entre designio y diseño de los emblemas. Baste, de momento, con recoger lo que señala
Celia Delgado en su contribución a este mismo monográfico de Emblemata: «Teniendo en cuenta
que los elementos que procedemos a analizar pertenecen a obras ficticias, el significado evocador
será especialmente importante, puesto que las referencias que despierten los emblemas en relación
con sus titulares resultarán esenciales en el desarrollo de las obras. […] al tratarse de un análisis
de obras literarias, la elección de un emblema u otro viene dado según una serie de referencias
que pretenden despertar juicios del público y que, al interrelacionarse, crean un universo propio
y cerrado en el que estos símbolos cobran sentido. Estas referencias son creadas de forma inten-
cionada por el autor de la obra, de tal forma que muchos de los emblemas creados para una obra
en particular se diseñan en función de las características internas de los personajes a los que se
adhiere, además de sus funciones. La connotación, por lo tanto, es mucho más profunda».
233
Se denomina así a una «escena de fantasía más o menos cómica […] incluida en la deco-
ración» (Ostos, Pardo y Rodríguez 1997: 135b-136a, núm. 512.16). Se trata de un «término francés
admitido internacionalmente en lenguaje artístico» (Riesco 2003: 129b), por lo que no posee un
equivalente usual en español, si bien se lo ha intentado adaptar como bufonería, término aceptable,
pero aún no comúnmente aceptado. Respecto del conjunto de estas peculiares manifestaciones,
véanse Wirth (2008), que se ocupa de la dimensión cómica especialmente en las pp. 135, 185, 196-
197, 209, 220, 253, 298 y 412, y Villaseñor (2009), sobre el mismo tema, pp. 27, 39, 73 o 108-109.
234
Este asunto enlaza con uno de los campos más fructíferos de la imaginación emblemática,
que es el de las armas ficticias y literarias (dos categorías a menudo indebidamente confundidas,
de lo que algo se dice en la introducción a la presente sección monográfica de Emblemata), campo
en el cual no es posible entrar aquí. Véase, por el momento, Pastoureau (1983, ed. rev. 2006; 1993
258-261 y 345-346; 2009: 192-198), Riquer (1980, reed. 1987: 165-180), Contreras (1999), Lacarra,
Montaner y Lacarra (1999: 49-69), José Sales Dasí (2003). Para las interrelaciones de la heráldica

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Alberto Montaner Frutos

Figura 166. Hombre con cola de pez,


hilando. Miniatura marginal de uno de los
Figura 165. Híbrido con mitad superior de salmos responsoriales en el Libro de Horas
rey y mitad inferior de ave, tocando un rabel. de Mastrique (The Maastricht Hours), copiado
Miniatura marginal del oficio de difuntos en en Flandes en el primer cuarto del siglo
el Libro de Horas de Mastrique (The Maastricht XIV (Londres, British Library, Stowe MS 17,
Hours), copiado en Flandes en el primer f. 165v).
cuarto del siglo XIV (Londres, British Library,
Stowe MS 17, f. 209r).

es básicamente idéntico a las armas del rey de Ordallach, tampoco permite


aceptarlo sin más.
En todo caso, una cosa es la mera extravagancia y otra la facecia, es decir,
la muestra de ingenio, que en el caso de algunas de estas composiciones
parece bastante obvia, puesto que este sí era un valor positivo en la Edad
Media (al menos desde el siglo XII) y más aún durante la temprana Edad
Moderna, es decir, los períodos renacentista y barroco (cf. Le Goff 1997, Pujol
2003 y Montaner 2007). Seguramente hay casos en los que lo inusitado de las
relaciones parlantes apunta en la misma dirección, como sucede con la mama
láctea de Dodge, sobre todo si se compara con las armas parlantes, basadas
en la paronomasia dogge ≅ Dog(g)et(t), de otros linajes de apellidos fonética-
mente similares, como los Doget, de Kent (de armiño, banda de sable cargada
de tres cabezas de perro de oro o argén), los Dogget, de Norfolk (de gules,
dos perros saltantes afrontados de oro acollarados de sable), los Doggett, del
mismo condado (de gules o sable, dos perros rampantes afrontados de oro o
bien de argén, acollarados de oro) u otros homónimos (de argén, dos perros
corriendo de gules acollarados de oro) 235.

literaria y de la histórica, véanse Menéndez Pidal (1978) y López‐Fanjul (2008: 181-95). De la


perduración de la heráldica imaginaria en la narrativa moderna se ocupa Celia Delgado en este
mismo volumen de Emblemata.
235
Vid. Edmonson, A complete body of heraldry, vol. II, «Alphabet of Arms», s. v.; Burke (1884:
290b). He blasonado como genéricos perros, para mantener la relación parlante con dog(ge), lo

158 ERAE, XXV (2019), pp. 25-183 – ISSN 1137-1056


Materiales para una poética de la imaginación emblemática

Figura 167. Armas de los Schnabel de


Núremberg, ca. 1633-1655 (apud Siebmachers Figura 168. Armas de los Schnabel de
Bg5, lám 37). Gummersbach en el siglo XVIII (apud
Siebmachers Bg7, lám 36).

Algo similar ocurre con las armas semiparlantes de los Rauchschnabel,


aunque en este caso las llevadas por linajes de apellido similar son, por la pro-
pia naturaleza del elemento evocado, un Schnabel = ‘pico’, menos obvias que
los ejemplos británico y recurren también a figuras semiparlantes. En efecto,
los Schnabel documentados en Núremberg durante el siglo XVII traían (según
Siebmachers Bg5, pp. 30b-31a) un escudo cortado de azur y oro, y brochante un
busto de hombre narigudo (metafóricamente, picudo) 236, vestido de una escla-
vina y tocado de un sombrero puntiagudo, del uno en el otro (figura 167).

que en el caso de los Doget las fuentes dan como talbots (una raza de sabuesos hoy extinta) y en
el caso de los Dogget(t), como grayhounds ‘galgos’; de atender a estas especificaciones, estaríamos
ante armas semiparlantes. Adviértase que todos los linajes de Norfolk llevan variantes de un
mismo apellido y de unas mismas armas, aquellas puramente gráficas y estas debidas en parte
a blasonamientos maximalistas, con detalles irrelevantes, desde el punto de vista del diseño o
conformación, como la posición saltante o rampante de los animales.
236
El DWB, s. v. «Schnabel», no recoge esta equiparación como lexicalizada, solo la de
‘pico’ = ‘boca’: «schnabel, in derber und komischer rede, für den menschlichen mund» (§ 3). Sin
embargo, la transparencia de la metáfora la revela otro uso translaticio: «schnabel, pflugnase,
nase, ein theil des kehrgestells des Göttinger pfluges» (§ 5.t).

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Figura 170. Labra con las armas municipales


de Barbastro, en la fachada nororiental de la
catedral barbastrense, edificada entre 1517
y 1533 con financiación del concejo de la
ciudad.

Figura 169. Variante primera de las armas


de los Schnabel de Breslavia en el siglo XVII
(Siebmachers SchlA3, lám. 29).

Por su parte, una familia homónima


residente en el siglo XVIII en Gummers-
bach (localidad de la región de Colonia,
hoy en el estado federado de Renania
del Norte-Westfalia) traía por armas,
sin esmaltes conocidos, drei Störche
‘tres cigüeñas’ (Siebmachers Bg7, p.  36a-
b), como aves especialmente picudas
(figura 168)
Finalmente, otros Schnabel de origen
hamburgués, pero radicados desde 1631
Figura 171. Labra con las armas
en la localidad silesia de Breslavia (hoy municipales de Barbastro, en la fachada
la ciudad polaca de Wrocław), usaban del palacio episcopal de Barbastro
unas armas que no se parecen en nada a (actual Museo Diocesano Barbastro-
las de la figura 167 (Siebmachers SchlA3, Monzón), comprado y acondicionado
p. 49b). Una variante traía, de gules, un por el concejo en torno a 1600 para
residencia del obispo.
hombre de pie, sosteniendo en la diestra
una maza de armas (Pusikan) y apoyando
la siniestra en la cadera, todo en su color (figura 169); otra traía, en campo
de oro, un hombre vestido de azur terrazado de lo mismo, sosteniendo en la
diestra una flecha de argén y apoyando la siniestra en la cadera. En este caso
no se trata ya de armas semiparlantes, sino de lectiones faciliores de las mismas
armas de Rauschshnabel, en las que el agripiano armado con su garrote, que

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

se justificaba por su carácter picudo, se ha transformado en un personaje


inmotivado e incoherente, vestido de civil aunque porta armas ofensivas,
que además también se van alejando de la llevada por su modelo, con el que,
a cambio, comparten un detalle en principio intrascendente, pero que en la
filiación se demuestra relevante, como es el brazo izquierdo puesto en jarra.
En la heráldica hispana tenemos similares ejemplos de adopciones inge-
niosas, a partide del calambur combinado con paronomasia o con homonima
que se traducen en resultados igualmente inesperados, al menos para la men-
talidad actual, como el hombre barbado de Barbastro (figuras 170 y 171) o las
ocas de Daroca, por citar solo otros dos ejemplos coetáneos y bien conocidos
(vid. Redondo, Montaner y García López 2007: 84-85).

VI. HACIA UNA POÉTICA CONCEPTISTA


Lo que manifiestan los ejemplos que hemos visto a lo largo de las páginas
precedentes es que la poética de la imaginación emblemática, al menos en el
ámbito específico de la heráldica, apela de manera reiterada (aunque, desde
luego, no exclusiva) a conexiones sorprendentes, bien entre el nombre del
titular y la figura que lo representa (en el caso de muchas armas parlantes),
bien entre los distintos componentes que se hibridan en la figura (en el caso
de las quiméricas), no siendo ni mucho menos extraños los casos en los que
se actúa así simultáneamente en ambos planos. El establecimiento de estas
correspondencias, a veces insospechadas, constituye un acto de agudeza y
responde a la poética del concepto. No hay lugar aquí para desarrollar esto en
detalle, pero bastarán, para al menos dejarlo planteado, algunos apuntes basa-
dos en las consideraciones de Gracián, el máximo teórico del conceptismo.
Señala el jesuita aragonés que el «Concepto consiste también en artificio,
y el superlativo de todos», es decir, «en una primorosa concordancia, en una
armónica correlación entre los cognoscibles extremos, expresa por un acto
del entendimiento» (Agudeza, II, p. 140). En nuestro caso, esa concordancia o
correlación es la que se da entre el titular del emblema y la figura que lo repre-
senta, mediante dos cognoscibles que son sus respectivos nombres o la parte
de ellos que se elija, mediante el correspondiente artificio, para establecer la
correspondencia. Señala a continuación que «Vuélvese a dividir la Agudeza
incompleja en sus géneros y modos; y redúcese a cuatro raíces y como fuen-
tes. La primera es de correlación y conveniencia de un sujeto con otro, y aquí
entran las proporciones, improporciones, semejanzas, paridades, alusiones,
etcétera» (Agudeza, III, p. 145). La correlación proporcionada o semejante se
manifiesta en los casos más obvios de armas parlantes, quedando aquí la
mayor agudeza en la elección de los elementos puestos en «conveniencia».
La relación de improporción (hoy diríamos desporporción), es, en cambio, la
característrica de los monstruos heráldicos, ya que se hibridan elementos

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Alberto Montaner Frutos

aparentemente incompatibles y, como decía el padre Niéremberg si, «Jun-


tas de animales de diversa naturaleza causan tambien admirables monstros,
principalmente si allega a ayudar la disformidad alguna fuerte aprehensión»
(Curiosa y oculta filosofia, Primera Pte., lib. III, cap. viii, p. 69a).
Por su parte, la alusión, «mediante la cual se evoca una cosa sin decirla,
a través de otras que hacen pensar el ella» (Marchese y Forradellas 1986: 22),
se emplea en el caso de las armas semiparlantes, pues apelan a la evocación
indirecta del nombre del titular mediante una figura que incluye de algún
modo el elemento parlante, como en la estrella (polar) de Norden, los galgos
o sabuesos de los Dogget, las cigüeñas picudas de los Schnabel y, posible-
mente, la mantícora (o babuino) de Babbington y los látigos de Wittmund.
También opera la alusión cuando la figura remite a algún rasgo característico
del titular, como ocurre con el Königskopfadler en la conformación original de
las armerías de la ciudad imperial de Núremberg o en el del polkán en las del
general Labutin. Los dos tipos de alusión se mezclan en las armas de Camin-
real, pues, aunque la alegoría de la caridad es un tipo parlante respecto de
la antigua población, esta se refiere solo por metonimia o contigüidad a la
nueva, que es la titular de las armerías.
Señala, asimismo, Gracián que «Hay Agudeza pura, que no contiene más
de una especie de Concepto, sea reparo [= ‘contradicción, desproporción] o
proporción; y hay Agudeza mixta, monstro [= ‘maravilla’] del Concepto, por-
que concurren en ella a veces dos y tres especies de sutileza, mezclándose
las perfecciones y comunicándose las esencias» (Agudeza, III, p.  144). Apli-
cándolo a nuestro campo, se da agudeza pura en los casos en los en que hay
una correspondencia directa por homofonía, como en las armas de Lasierra,
Martel, Maza, Montserrat o Padilla, o al menos una paronomasia suficiente-
mente obvia. No obstante, como corresponde a una poética conceptista, lo más
habitual es que se de la mixta. Normalmente esta pasa por la descomposición
del nombre, a menudo mediante un calambur, y después por la correspon-
diente homonimia o paronomasia, como la mujer de Frauenfeld o las lunas de
Manslagt. Pero también se puede considerar mixta la que consiste en elegir, a
partir de una correspondencia suficientemente clara, una figura que es en sí
compuesta y, además, por improporción, como es el caso del trol de los Trolle.
A este respecto, como observa Gracián, «hay vitorias en el Ingenio» (Agu-
deza, IV, p. 153), pues « Si sólo el exprimir esta correspondencia y armonía
entre los extremos es sutileza y obra grande del Ingenio, ¿qué será quando
no se contente con eso solo un grande Ingenio, sino que passe a realzarla?
Prodigio es ya del sutilizar» (p. 152). En efecto, no reflejan la misma especie
de sutileza (por seguir con la terminología graciana) una descomposición al
menos aparentemente obvia como las citadas en el párrafo anterior que otra
como Daroca. Sube en la gradación en caso de Lizana, pues demás del calam-
bur necesario para establecer la correspondencia, esta se ha establecido con
un elemento de difícil traducción plástica.

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Materiales para una poética de la imaginación emblemática

En la misma línea, hay un salto cualtiativo entre la elección de una raza


de dogge ‘perro’ por parte de los Dogget y la de un dug ‘teta’ por parte de
los Dodge, a la hora de conformar sus respectivas armas parlantes. Desde
esta perspectiva, las que alcanzan el culmen de la agudeza son las armas de
los Rauchschnabel, ya que, a partir de una descomposición bastante clara
(aunque seguramente no etimológica) en Rauch ‘humo’ y Schnabel ‘pico’, se
ha prescindido del primer elemento (que podría haber llevado al uso de, por
ejemplo, una chimenea troncocónica humeante), para centrarse en el segundo,
que a su vez no se representa directamente, sino de forma alusiva, pero tam-
poco mediante una figura más o menos cotidiana, como una cigüeña, sino
mediante el agripiano, no solo un «monstruo», sino uno relativamente raro,
además. Se cumple aquí lo que ponderaba el mismo Gracián: «También es
grande sutileza ir levantando alguno de los extremos para fundar la propor-
ción, descubriéndole alguna formalidad, o supliendo con su perfección lo que
falta en el nombre, o en la circunstancia, para la ingeniosa correspondencia»
(Agudeza, IV, p. 153).
Lo que revelan estas elecciones es que lo fundamental en las amerías resul-
tantes era su capacidad de evocar al titular, de manera más o menos obvia,
sin que se aprecie un condicionante claro en la naturaleza de la propia figura
representada, ya fuese un sencillo objeto de menaje, como las padillas, o una
figura terrorífica, como el trol. La propia combinación de elementos (cabezas
humanas en cuerpos de águilas o leones, troncos de cuadrúpedo con colas de
pez) no parece tener en lo grotesco un elemento de reticencia, sino, antes bien,
de realce. Lo fundamental es, pues, aquí la «calidad» de la correspondencia,
que es la esencia del concepto, y no la de los cognoscibles correspondidos. En
todo caso, justamente en la improporción de, por ejemplo, elemento humilde
a familia ilustre se podría apreciar una muestra más de agudeza, aunque tam-
poco haya aquí que pecar por exceso en la relación entre designio y diseño,
que conduce fácilmente a la falacia intencional.
De aquí se desprende (como queda dicho) que el simbolismo transmitido,
por ejemplo, por los bestiarios no puede considerarse un elemento fundamen-
tal a la hora de establecer el contenido connotativo de un emblema heráldico,
si bien tampoco ha de prescindirse de ese plano de evocaciones y sugeren-
cias a la hora de explicar el surgimiento de tales figuras, pero esto no puede
hacerse de manera mecánica. Es preciso, pues, atender al contexto cultural
de una manera amplia, como reflejan casos de otro modo irrisorios o icnom-
prensibles como la teta manante de Dodge y el lobo marino de su cimera o
el agripiano de los Rauchschnabel, compartido con un personaje imaginario
como el rey de Oderdallach. Este caso, junto al de Trolle, refleja tanto la uni-
dad conceptual de las armerías, sean o no «reales» (es decir, efectivamente lle-
vadas por un titular histórico), como la del imaginario al que estas pertenecen
y que abarca tanto lo emblemático como lo artístico y literario y responde, a
su vez, en conjunto, a la cosmovisión imperante. Por ello mismo tampoco cabe

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Alberto Montaner Frutos

decir que tales composiciones sean refractarias al símbolo o, quizá más bien, a
la alegoría, como muestran el león monstruoso de las monedas de Alfonso VII
o el primitivo Königskopfadler de Núremberg, si bien la transformación de este
último en una pura figura quimérica, el Jungfrauenadler, revela igualmente
que ese componente original no es indispensable en la lectura del emblema.
Desde esta perspectiva, puede apreciarse que, de acuerdo con lo que apun-
taba al inicio de estas líneas, la imaginación emblemática, aunque muy libre,
según puede apreciarse por los casos analizados, no carece de constricciones.
Una de ellas es la necesidad de identificar al titular, lo cual puede hacerse
mediante una adopción al menos aparentemente inmotivada, pero que en
muchos casos viene condicionada por algún tipo de homofonía, como en el
caso de las numerosas armas parlantes o semiparlantes aquí analizadas, o por
el designio de caracterizar socialmente al titular, como en el de las grandes
armas de la Reichsstadt Nürnberg. En todo caso, la imaginación emblemática
tampoco queda coartada por el origen de los emblemas, puesto que, una vez
que la función identificativa queda establecida por el uso, el emblema puede
reinterpretarse, como sucede con estas últimas armerías, y dar con ello pie
a nuevos emblemas inspirados en ellas que no guardan ya relación con su
primitivo simbolismo.

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20.09.2019, por lo que no indico las fechas de consulta individuales.

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sión en la base de datos Worldcat.org) o de un trabajo mecanografiado inédito. He consultado la
fotocopia que posee la Ostfriesische Landschaftbibliothek (Aurich), sign. XIV F 5 a : y 652.

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Wirth, Jean, Les marges à drôleries des manuscrits gothiques (1250-1350), con la col. de
Isabelle Engammare et alii, Genève, Droz (Materiaux pour l’Histoire publiés
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Ximénez de Rada, Rodrigo: véase bajo Rodrigo Ximénez de Rada.
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