Alberto Montaner - Materiales para Una Poética de La Imaginación Emblemática
Alberto Montaner - Materiales para Una Poética de La Imaginación Emblemática
emblemática*
MATERIALES PARA UNA POÉTICA DE LA IMAGINACIÓN
EMBLEMÁTICA
Abstract: This paper offers a first approach to the procedures of emblematic imagi-
nation through medieval and, in some cases, early modern heraldic examples.
Both the creative role of the productive imagination and the imitative role of the
reproductive one are analyzed through the study of some specific cases: canting
arms, heraldic monsters and grotesque figures, pointing out the role that facetious
wit play in the composition of new heraldic devices. The way in which the inven-
tiveness works in the emblematics matches with conceptist poetics.
Key words: poetics, imagination, Emblematics, Heraldry, creativity, imitation, canting
arms, Maza de Lizana, Padilla, Trolle, heraldic monsters, troll, man-lion, Alfonso
* El presente trabajo se enmarca en las actividades del Proyecto de I+D del Programa Esta-
tal de Generación de Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Ministerio de
Ciencia, Innovación y Universidades (cofinanciado por la Unión Europea a través del FEDER)
PGC2018-095757-B-I00: MEHHRLYN_02.
** Catedrático de la Universidad de Zaragoza y miembro de su Instituto de Patrimonio y
Humanidades, Secretario Científico de la Cátedra de Emblemática «Barón de Valdeolivos» de la
Institución «Fernando el Católico». Correo electrónico: [email protected]. Agradezco a Emilio
Blanco, Arístides F. Gil Fatás, Ralf Hartemink y César Ibáñez París su útil cooperación biblio-
gráfica; a Jesús Cardiel Lalueza, Martina Clemen, Javier Delgado (†), J. H. Dimítrios de Regt,
Ganna Goncharova, Daniel Gutiérrez Vesga O.Cist., David Hook, Diego Navarro y Serafín Olcoz
su amable atención a mis diversas consultas y a Ricardo Gixá su siempre eficaz auxilio con el
aparato gráfico.
I. IMAGINACIÓN Y POÉTICA
El libre vuelo de la imaginación, como el de las aves, tomadas tan a menudo
como poético parangón del discurrir sin trabas de la mente humana, tiene sus
reglas. Ni se imagina en el vacío ni se fantasea al puro arbitrio, del mismo
modo que las evoluciones de los pájaros no pueden sustraerse a los principios
de la aerodinámica. Lo señaló ya Hume:
No hay combinación de ideas –sin la cual no hay conocimiento– a menos
que haya la facultad de la imaginación. Ello no significa que se pueda dar a
la imaginación rienda suelta. En efecto, no podría explicarse la operación de
la imaginación si ésta no estuviese «guiada por ciertos principios universales,
los cuales la hacen, en cierta medida, uniforme consigo misma en todos los
momentos y lugares» 1.
1
Ferrater Mora (2001: II, 1767a). La cita entrecomillada procede de David Hume, A Treatise
of Human Nature: Being an Attempt to introduce the experimental Method of Reasoning into Moral
Subjects (1739-1740), I, i, 2.
2
Compárese la equiparación hecha por Aristóteles, por ejemplo en Metaphysica, IX.2,
1046b2-4: «διὸ πᾶσαι αἱ τέχναι καὶ αἱ ποιητικαὶ ἐπιστῆμαι δυνάμεις εἰσίν· ἀρχαὶ γὰρ
μεταβλητικαί εἰσιν ἐν ἄλλῳ ἢ ᾗ ἄλλο» = ‘Por eso todas las artes y las ciencias poéticas [i. e. los
conocimientos productivos] son potencias, pues son principios de cambio en otro o [en sí mismo]
en tanto que otro’.
3
Véane la introducción de Redondo, Montaner y García López (2004). Procedo, no obs-
tante, a adoptar «signo representativo» donde la formulación original decía «representación sim-
bólica», a fin de subrayar la diferente naturaleza del emblema (como tipo de signo) y del símbolo,
aunque el mismo elemento pueda desempeñar ambas funciones en numerosas ocasiones. Véase
al respecto Montaner (2004 y 2010), así como las consideraciones hechas más abajo.
4
Baste recordar, ya desde su título, el clásico tratado del marqués de Avilés, Ciencia Heroyca
reducida a las leyes heráldicas del Blasón (1725; reed. póstuma 1780). Véase particularmente el cap. iii
del tratado II del segundo tomo: «De las leyes heráldicas y sus excepciones» (vol. II, pp. 212-225;
ed. rev., vol. II, pp. 242-256).
5
Ferrater Mora (2001: 1767b). Las citas proceden de Immanuel Kant, Kritik der reinen Ver-
nunft (= Crítica de la razón pura, 2.ª ed., 1787).
6
Menéndez Pidal de Navascués (1999: 16). Del papel de la imitación se ocupa también
en varios pasajes de (1993c). Estudian varios ejemplos concretos Pardo de Guevara y García
González-Ledo (1997) y López-Fanjul (2008:101-127).
7
Vitales, Registro de las armas y divisas del Reyno de Aragón, f. 23r (véase abajo la figura 19
para una reconstrucción gráfica de estas armerías). Las armas de los Lizana con ricahombría las
blasona así: «De oro, con cuatro barras [i. e. palos] de goles y orla de ocho arminios. También
traen la orla sola, sin los bastones [i. e., de oro, bordura de armiños]. Es linage de ricoshombres
de naturaleza, y d’él se originan los Fortunes y Mazas» (f. 18r; cf. Montaner 2017: 140-41).
8
Vitales, Registro, f. 21v. Se refiere a la batalla de Alcoraz, como deja claro la versión de
Zurita, Anales de la Corona de Aragón, I, xxxii (vol. I, p. 103). Sobre esta leyenda (documentada
desde el siglo XIV, pero que solo incorpora el elemento heráldico en el siglo XV), véase Utrilla
(2008: 815-16) y Maza de Lizana (2017: 35-43). Dicho sea de paso, la elaboración de este tipo de
leyendas etiológicas, constituye otra manifestación de la imaginación emblemática, muy vincu-
lada con la aparición de la heráldica escenográfica (sobre la cual, véase abajo la nota 193) y que
bien merecería la pena estudiarse desde la perspectiva aquí propuesta.
9
Sobre esta labra, véase Cardiel (2011 y 2017: 211). En el primer trabajo data la pieza en el
siglo XVII y señala que «El escudo de los Maza de Lizana de casa Trujano de Santa Olaria ya no
está en su lugar original; se encuentra en Aínsa, en el barrio de Banastón. Allí podemos contemplar
la portalada en una vivienda nueva que muestra en una de sus fachadas una placa en la que se
lee «calle La Fueva»». Sobre el linaje titular de estas armerías, véanse, Cardiel (2013 y 2015)..
10
Véanse otros ejemplos coetáneos de rastrillo (en inglés, portcullis) en Howard de Walden
(1904: 99, 185-86 y 227-28).
11
Para las armas de la figura 5, véase la nota 95. La fuente de la figura 4 corresponde al
grupo de los Arlbergbücher o ‘libros (del hospicio) de Arlberg’ (un paso alpino en el Tirol aus-
triaco) formado por los interesantísimos armoriales de la Bruderschaft St. Christoph auf dem
Arlberg o Cofradía de San Cristóbal de Arlberg, los cuales recogen las armas de los benefactores
de dicho hospicio. Los más importantes, que se encuentran digitalizados en <http://bilderserver.
at/>, son los cuatro siguientes: El Tiroler o Innsbrucker Handschrift, también conocido como Codex
Figdor (por su propietario durante el siglo XIX), realizado entre 1394 y 1407, con una adición de
1436; muy bien editado por Widmoser y Köfler (1976). El Wiener Handschrift comprende entradas
desde 1394 a 1430, aproximadamente, con adiciones del siglo XVII, del cual hay una edición
completa (pero sin imágenes) con amplio estudio de Ledel (2019). El Münchener Handschrift, con
entradas desde 1396 a 1407, que luego perteneció a la Haus-Ritterorden vom Hl. Georg u orden
bávara de San Jorge; de este códice y los dos precedentes hay una edición miscelánea y parcial
por Hupp (1937-1939), reseñada por Henggeler (1938). El Weimarer Handschrift, también conocido
como Vigil Rabers Wappenbuch, por el pintor que hizo la copia entre 1522 y 1548 a partir de tres
originales conservados en el hospicio de Arlberg y que, según su información, se hallaban en
mal estado. Es este el manuscrito del que procede la figura 4 (p. 116, fila 3.ª, núm. 1). No está
publicado, pero hay un estudio específico de Fischnaler (1909).
12
Véase Cardiel (2013 y 2017: 209-213), quien, considerando que la figura representa con-
juntamente ambas partes del apellido, la describe como una «maza enmarcada en dos lizas (hilo
grueso de cáñamo)». Sin embargo, ya se ha visto que esta figura representa solo a los Lizana y,
por lo tanto, es únicamente la liza. En cambio, en el soberbio ejemplar de Casa Polo, en Peralta
de Alcofea, y en el de Casa Cavero, en Laperdiguera (ambas localidades del Somontano de Bar-
bastro), esta figura adopta la forma de la esportiella evolucionada o «rastrillo»; Santiago Sánchez
Buatas (2001: 139 y 155) y Cabañuz (2003: 207). A los ejemplares consignados por Cardiel ha de
añadirse la labra de Casa Superio (en Puértolas), que el mismo autor recoge como armas anóni-
mas en (2017: 371), donde la liza aparece como dos palos inscritos en un trechor de dos órdenes.
Aunque la figura es apenas reconocible, su identificación queda asegurada por la inscripción
situada sobre el escudo: «M de L», es decir, Maza de Lizana.
13
Esta última podría provenir de las armas de los Cavero (como apunta Cabañuz 2003:
207), que son las heredadas de los Ahonés, quienes originalmente traían, de gules, campana de
oro, y luego, de gules, dos campanas de oro sin badajo, puestas en faja, y bordura de argén con
la leyenda en letras capitales de sable campanas de ahonés, / ya non çumbarén mes (cf. Luis
Acín y Pallares 1988: 42-43) y Lizana Salafranca (1998).
14
Los documentos más antiguos del antropónimo, los relativos a «Petro Ortiz de Lizana» en
1128, son copias tardías (una del siglo XIV y otra del siglo XVII), por lo que su grafía es dudosa
(aunque hay que recordar que la escritura visigótica no distingue entre z y ç); en el escatocolo
de ambos documentos figura solo como «Petro Ortiz in Anguas» (ed. Lema 1990: 85-287, docs.
194-95). En una donación de Ramiro II de octubre de 1134 aparece «don Petro de Lizana», vid.
Balaguer (1951: 363, doc. I), quien considera que se refiere al mismo personaje, lo que es proba-
ble, y que el texto es original o copia coetánea, lo que la aparición del tratamiento de don hace
discutible.
15
Se trata de uno de los participantes en la batalla de Muret y protagonista de la primera
revuelta nobiliaria contra Jaime I el Conquistador, en 1220, junto a Pedro Ferrándiz de Azagra,
señor de Albarracín. El rey (de once años a la sazón) hizo sus primeras armas en la toma de
Lizana, ese mismo año. Don Rodrigo participó en la defensa del castillo de Moncada contra el
rey en 1223, pero en 1225 ya actuaba a su lado, en el que permaneció durante la tercera revuelta
nobiliaria (1226-1227) provocada por la muerte de Pedro de Ahonés. Colaboró con el rey en las
primeras etapas de la guerra de Urgell (1228), en las negociaciones con Navarra (1231) y en las
etapas finales de la campaña de Mallorca (1230). Lo acompañó en su tercer viaje a la misma y
visitó Menorca (1232). Actuó intensamente en conquista de Valencia, tomando parte en las tomas
de Burriana (1233), Valencia (1238), Játiva y Biar (1245). Fue padre de Ferriz de Lizana, quien
participó en la cuarta revuelta nobiliaria contra Jaime I, en 1267, durante la cual el castillo de
Lizana fue de nuevo asediado y tomado con notables daños. Vid. Coll i Alentorn (1976a-b).
16
Vid., en Alvira Cabrer (2010), los docs. 853 (de 1209, p. 929), 1036 (de 1210, p. 1098), 1053-
1054 (de 1210, p. 1110-11), 1081 (1210, p. 1139), 1214 (de 1211, p. 1282), 1231 (de 1212, p. 1302);
en los docs. 1081 y 1214 consta junto a Marcos de Liçana, que aparece solo en los docs. 1196 (de
2011, p. 1264), 1201 (de 1211, p. 1268) y 1274 (de 1212, p. 1343), y en Cabanes (2009), los docs. 22
(de 1227, p. 50), 30 (de 1229, p. 58), 38 (de 1233, p. 67), 63 (de 1249, p. 93), 72 (de 1251, p. 100); en
los docs. 55 (de 1247, p. 85), 134 (de 1259, p. 150), 143 (de 1261, p. 157), 172 (de 1264, p. 178), 209
(de 1269, p. 203) y 220 (de 1270, p. 220) aparece como suscriptor su hijo «Ferricius de Liçana»
(véase la nota precedente). Se trata del Ferriç de Liçana que la Crónica general de Pedro IV sitúa
anacrónicamente en la conquista de Huesca (1096), aunque diferenciándolo de Fortuño Maza,
con quien confluirá en las leyendas posteriores, basadas ya en el apellido compuesto (vid. caps.
18 y 20, pp. 41 y 53, y cf. Maza de Lizana 2017: 36-38 y 61-62). La misma Crónica, cap. 20, p. 53,
cita a Ferriç de Liçana entre los caballeros y ricoshombres decapitados en el legendario episodio
de la Campana de Huesca, pero no hay ningún coetáneo con ese nombre. Podría tratarse de una
confusión con Ferriz (de Huesca), personaje bien conocido del reinado de Alfonso I (vid. Lema
1990: xxxiv), que Balaguer Sánchez (1951: 358) considera emparentado con los Lizana, aunque
sin aportar, a mi juicio, pruebas concluyentes.
17
El origen del topónimo parece ser una raíz íbero-aquitana afín al vascuence l(e)izar
‘fresno’ (Montaner 2017: 140). Era una población de la taifa de Saraqusṭah dotada de un impor-
tante castillo (vid. Escó y Sénac 1991). Fue conquistada posiblemente antes de 1101 por el rey
Pedro I, quien en dicho año concede a Santa María de Alquézar «ecclesiam de Lizana, cum
ecclesiam de Pertusa, cum decimis et primiciis integre» (ed. Ubieto 1951: 343, doc. 95). Su editor
señala que el documento es falso (p. 201), pero, por lo que hace a las localidades mencionadas,
es coherente con las fechas de la conquista aragonesa del Somontano (aproximadamente 1080-
1100). Alfonso I la asediaba en 1134, año en el que expide un documento «in mense augusto, in
illa assessione de Lizana, era M.C.LXX.II» (ed. Lema 1990: 444, doc. 281; vide etiam Balaguer 1951:
357). No se sabe si estaba entonces de nuevo bajo control almorávide, como Fraga, o si el asedio
se debía a otra causa.
18
DCECH, vol. III, p. 673a; para la voz francesa, véase además DMF, s. v. «lice1», que lo
define como «Palissade, barrière, clôture servant à délimiter un espace ; p. méton. cet espace
lui-même (ou ce qui s’y déroule)». Etimológicamente, la ‹ç› de liça, grafema de la dorsoalveolar
africada sorda [ts], la separa del aragonés liza, con ‹z› = [dz], procedente del latín līcĭa (afín al
castellano lizo < latín līcĭum) ‘hilo grueso de cáñamo’ (cf. DCECH, vol. III, p. 673b-674a).
Vós guardaredes aquesta ordenança; car vós ternés convusco mill cavalleros
combatientes con todos los peones d’esta ciudat et estaredes çerca las liças de
los griegos, esto es, aquellas que d’ellos son más luenye. Et allí demora<re>des
avisadament et cauta, que ninguno non presuma ixir fuera de las dichas liças
sinon la hora quando yo mandare 19.
Mas quando vido que los de Mode començavan ya a crebantar las liças e las
paliçadas de sus tiendas por el grant esfuerço de Eneo, desesperose del todo e
dixo que más se querié matar él mismo, que no sey [lege ser] vençido por su
enemigo assí vituperosament e desondrada 20.
En el siglo XV, el vocablo se especializó para designar las «empalizadas
que cierran un palenque de justas» 21, es decir, las vallas que limitaban el
espacio cerrado en el que se practicaban los deportes caballerescos de justas
(combate singular o de uno por uno) y torneos (combates colectivos o de
dos cuadrillas de caballeros). A esta empalizada la llama liça o raya Valera
en su Tratado de las armas(1458-1467): «Grínpola deve poner todo cavallero o
gentil onbre sobre su sepultura e puédela meter en la liça o raya, aviendo de
conbatir o fazer armas» (ed. Penna 1959: 132b). Sin embargo, en el siglo XVI
el sentido ya casi único era el metonímico del campo cercado por la liza y no
esta misma. La indeterminación entre ambos sentidos se aprecia ya en otro
pasaje del citado tratado de Valera:
Las liças manda fazer el rey de ochenta passos de largo e sesenta de ancho,
e altura acostumbrada de un codo 22. A la una parte de la liça se hace un gran
cadahalso de tres órdenes; en la primera e más baxa están los ofiçiales d’armas,
en la segunda el condestable e los mariscales, y en la tercera está el rey, con él
los duques, condes e barones e cavalleros. Tiene la liça dos puertas, la una a
oriente, la otra a occidente. (ed. Penna 1959: 120a)
19
Fernández de Heredia, Crónica troyana, p. 99 (f. 127ra); la enmienda entre antilambdas y
las cursivas son mías.
20
Fernández de Heredia, La Grant Crónica de Espanya, I, f. 347v; el subrayado es mío.
21
DCECH, vol. III, p. 673a. Adviértase que palenque significaba originalmente la propia
valla (como derivado que es de palo, aunque a través del occitano o catalán palenc) y solo por
metonimia pasó a designar el recinto que delimitaba (DCECH, vol. IV, p. 356b).
22
El passo equivalía a dos pies y medio (697 mm) y el codo a pie y medio o media vara (418
mm). Así pues, as lizas medían 55,76 m de largo por 41,82 m de largo.
23
Compárense las definiciones del primer diccionario académico: «ESTACADA. La obra y
reparo hecho con estacas clavadas en la tierra, o ya sea para encerrarse y pertrecharse con ellas:
como sucedía en las guerras y milicia antigua, o para cerrar los huertos, detener la corriente de
las aguas, y otras obras. […] Es también el palenque, valla o plaza llamada liza, que se hace para
estaba hecha de palos o estacas, es decir, de postes unidos entre sí por plan-
chas o listones de madera horizontales, como puede apreciarse en la figura 7 24.
A la vista de esta clase de representaciones, se comprende la definición que
da Rietstap: «Estacade. Travail de fortification, composé de trois pals réunis
au moyen d’une poutre horizontale» (Rietstap 1861: xa = 1884-1887: I, xxiib).
A este diseño corresponden los testimonios heráldicos documentados, que no
muestran las estacas puntiagudas (como en la liza exterior de la figura 6), sino
con remate cuadrangular (como en la liza interior de esa misma miniatura),
forma en la que la traza también Xavier García (2015) en su Blog sobre el diseño o
dibujo heráldico. De este modo aparece en las armas de los Pallavicini genoveses,
las cuales traen cinco puntos de oro equipolados de cuatro de azur y jefe de
oro cargado de una estacada de gules 25, según se aprecia en las figuras 8 a 11.
Está claro que la liza hispánica, aunque se refiere al mismo objeto, no
se corresponde con el diseño de la estacade (en italiano, stecconata) de otras
algún festejo público, y antes se hacía para los desafíos públicos y solemnes. Latín, Palaestra»
(Autoridades, vol. III, p. 621a).
24
Pueden verse otros ejemplos semejantes en Barber y Barker (1989: 117, 133, 178-179 y
182-183) y en Fallows (2010: 51, 91, 93 y 199).
25
La rama de Cremona traía cinco puntos argén equipolados con cuatro de gules y jefe del
Imperio (de oro, águila de sable). Vid. Rietstap (1884-1887: II, 377b), Bascapè y Del Piazzo 1999:
215, 311, 374, 646); Araldica Vaticana: Cardinali, s. vv. «Pallavicini, Gentile Antoniotto», «Pallavicini,
Giovanni Battista», «Pallavicini, Lazzaro Opizio (+ 1680)», « Pallavicini, Lazzaro Opizio (+ 1785)»,
«Pallavicini, Opizio (+1700)» y «Pallavicini, Ranuccio».
Figura 9. Retrato y armas de Giovanni Figura 10. Armas plenas del conde Gian Luca
Battista Pallavicini, cardenal-presbítero de Pallavicini [de Brannenburg] (1697-1773),
San Apolinar (1489-1524), en el año de su gentilhombre y consejero imperial, ministro
elevación al cardenalato por el papa León plenipotenciario y comandante general de las
X. Grabado calcográfico de 1517. tropas austriacas en el Milanesado (1745-1746)
y lugarteniente, gobernador y capitán general
de la Lombardía austriaca (1750-1753). Grabado
calcográfico de 1745.
26
Vid. Barber y Barker (1989: 123); otro ejemplo en Fallows (2010: 193), que reproduce una
figura del Armorial de Steve Tamborino.
27
Pueden verse este y otros ejemplos en Barber y Barker (1989: 42, 80, 109, 133 y 182-183).
28
La tela (llamada así porque a menudo se hacía con una pieza textil sostenida por varios
pequeños postes; véase Barber y Barker 1989: 109 y 139) servía para separar a los justadores.
Como en los otros términos aquí considerados (liza, palenque, estacada), acabó por designar al
conjunto de la palestra: «TELA. Se toma assimismo por el sitio cerrado, y dispuesto para fiestas,
lides públicas, y otros espectáculos» (Autoridades, vol. VI, p. 236b).
Figura 11. Armas plenas del margrave Figura 12. Liza formada por postes verticales
Alfons Pallavicini [de Brannenburg] Sr., y tablones transversales y horizontales.
consejero imperial y caballero del Toisón Miniatura en The Chronicles of England (ca.
de Oro. Remate de bronce (parcialmente 1495) que representa las justas celebradas en
sobredorado) en la fachada del Palacio Smithfield (Londres) ante el rey Ricardo II en
Pallavicini de Viena (ca. 1847). 1394 (Londres, Lambeth Palace Library, MS
6, f. 233).
29
Quijada de Reayo, Doctrina del arte de la cavallería, cap. IV, f. A5v; ed. bilingüe español-in-
glés, Fallows (2010: 363-378); la cita, en p. 374, con adición de que entre «tengas» y «poner», que
no da buen sentido.
30
Fray Diego de Ocaña, Fiestas de Potosí en la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe [1601].
Se trata de un extracto de la Relación de su periplo americano (entre 1599 y 1605) conservada en
la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, ms. M-215, f. 193v, obra editada como Un viaje fasci-
nante por la América Hispana del siglo XVI, p. 331, y de nuevo, como Viaje por el Nuevo Mundo: De
Guadalupe a Potosí, 1599-1605, p. 286.
31
La figura 15 procede de Wirri, Ordenliche Beschreibung, lám. entre los ff. R2 y R3. Cf. Barber
y Barker (1989: 203), Fallows (2010: 41, 147, 129).
Figura 13. Cadahalsos sobre armazones de madera Figura 14. Justa con tela y contratela
al fondo del palenque. Miniatura de una justa celebrada en la Piazza della Loggia
entre Pierre de Courtenay y Guy de la Tremouille, de Brescia. Detalle de uno de los
señor de Clary, en un manuscrito de las Chroniques nueve frescos pintados por Floriano
de Jean Froissart copiado e iluminado en Brujas a Ferramola en el Palazzo Calini de
finales del siglo XV (Londres, British Library, MS Brescia hacia 1511.
Harley 4379, f. 19v).
32
Oudin, Thresor, f. T3va. En francés, la tela se llamaba lice à courir la lance (f. 2Rra, s. v. «tela
de justar»).
33
Montaner (2017: 150). De la capilla citada pueden verse imágenes en <http://www.
romanicoaragones.com/0-Jacetania/34-SanJuanPena09.htm>. La misma disposición adopta el
marco en las armas parlantes de los March catalanes (de gules, un marco de oro; ocho, en dos
palos, en las versiones posteriores), vid. Riquer (1983: I, 289; II, 404 y 546), quien lo confunde con
un tipo de moneda.
Figura 15. Justa con tela y contratela celebrada el 29 Figura 16. Las armas de la
de agosto de 1571 en Viena para celebrar las bodas del ciudad de Innsbruck, capital
archiduque Carlos (hermano del emperador Maximiliano del Tirol, pintadas en un
II) con la duquesa María de Baviera. Grabado xilográfico manuscrito de ca. 1530, con la
incluido en Wirri, Ordenliche Beschreibung (ejemplar acotación Innſprůg.
coloreado del Österreichisches Museum für angewandte
Kunst, Viena).
Figura 17. Dos armerías en las que campean sendas variantes del banco de descarnar (a y a’) y
el mismo objeto visto en perspectiva (b).
34
Neubecker (1976: 138), de quien tomo la figura 17.
35
Puede verse la ficha técnica en <https://www.museunacional.cat/ca/colleccio/retaule-
de-sant-vicenc/mestre-destopanya/003940-cjt>.
36
Puede verse al respecto la síntesis de Rego (2018), que en muy buena parte refleja lo que
podría considerarse la vulgata actual sobre esta pieza.
37
Se ha planteado la duda de si el fraile podría ser cisterciense, pero en la Edad Media
su hábito era solo una túnica de tela cruda, usualmente representada mediante el blanco, como
puede apreciarse en la escena de la lactatio Bernardi reproducida en la figura 145. El actual escapu-
lario negro sobre la túnica blanca (que no puede confundirse con el manto que lleva el personaje
descrito, nunca usado por el Císter) no se adoptó hasta el siglo XIV, pero precisamente en esa
época los monjes de Poblet se resistieron con contumacia a aceptarlo, logrando finalmente del
papa Nicolás V la exención de su empleo, por el breve Apostolicæ servitutis, de 13 de octubre de
1447 (Doménech 1925: 75-78, Masoliver 1971: 314-16).
Figura 21. El donante religioso de la tabla Figura 22. El donante laico de la tabla central
central del retablo de san Vicente de del retablo de san Vicente de Estopiñán.
Estopiñán.
jefe de gules (repintado sobre otro anterior, un poco más grande y desplazado
hacia la derecha, en el que parece que el jefe era de sable) y el de su derecha,
que trae, de argén, un trifolio de sinople; bordura jaquelada de oro y sable 38.
El donante que aparece a la derecha es un caballero, revestido de loriga y
sobreveste o perpunte, cubierto de un capacete y cuyo escudo se apoya en su
pierna izquierda (figura 22). Lo representado en el mismo resulta, a primera
vista, difícil de identificar. Hasta donde me consta, el único intento de blaso-
narlo ha sido el de Sánchez: «un escut de gules amb el que sembla una serra
tallant una estructura que pot ser una torre o castell» (2014: 16)
Aunque hasta hace poco todo eran dudas sobre el origen de este retablo,
los estudiosos, como suele ocurrir, no se habían detenido en las armerías de
los donantes. Ciertamente, en este caso, la rareza de los emblemas no facili-
taba la identificación de sus titulares, pero ni siquiera se intentó localizarlas.
38
Sánchez los blasona, con alguna incorrección, así: «el de l’esquerra duu un blasonament
que podem descriure com truncat, al primer de gules (vermell) i al segon d’argent o blanc; el de
la dreta, un escut d’or amb un arbre al mig, de sable (negre), amb una bordura amb escaquejat
del mateix color de sable» (2014: 16). El primer blasonamiento debería decir partit en faixa (cf.
Riquer 1983: I, 298), aunque en realidad es d’argent i un cap de gules (cf. Riquer 1983: I, 104 y II,
772). En cuanto a la figura del segundo, es sin duda una fulla de sinoble, no un arbre de sable. Sobre
su posible identificación, véase abajo.
Figura 23. Detalle de las armas del Figura 24. armas de los lasierras. Piedra
donante laico del retablo de san Vicente de armera de fines del siglo XVII o principios
Estopiñán. del siglo XVIII en su casa solariega de Blecua
(provincia de Huesca).
39
Para la sierra como figura heráldica, vid. Cadenas (1976: 117 y fig. 1090) y García (2016). Al
parecer, es una figura característica de la heráldica oriental hispánica (véase la nota sieguiente),
Figura 25. Armas de la abadía de Montserrat Figura 26. Lauda sepulcral del siglo XV
talladas en uno de los capiteles del claustro de los Montserrat en la parroquial de la
gótico construido en 1476 por Jaume Alfons y Asunción de Catí (Castellón). (Fotografía
Pere Basset, por iniciativa del entonces abad de Alfonso Boix, por cortesía del autor).
comendatario del monasterio, Giuliano della
Rovere (desde 1503, el papa Julio II).
pues no aparece recogida por Fox-Davies (1909), Neubecker (1976) ni Pastoureux (1993 y 1996);
tampoco por Riquer (1986) para la heráldica castellana, ni por Menéndez Pidal y Martinena (2001)
para la navarra. Renesse (1892-1903: IV, 758-759) recoge, además de ejemplos catalanoaragoneses
(Serra, Montserrat, Laseras) algunos más, la mayoría franceses (Alessier, Chirat, Langlois, Mes-
sier, entrer otros) y centroeuropeos (Hock, Malkas, Schellmann, Simmern, etc.), pero, al no estar
incluida esta figura en las láminas, no se puede comprobar si esta figura tiene la misma forma
que la sierra hispánica.
40
Para las catalanas, véase Riquer (1983: I, 288, y II, 790), de quien tomo la terminología
antigua, y para las aragonesas, Valero de Bernabé (2002: 321 y 658) y Montaner (2017: 226-227).
cas + serres, cuyo segundo elemento ha pasado al singular, serra, para la con-
figuración de las armerías, según un procedimiento habitual en estos casos
(cf. Montaner 2012: 52-53). En cuanto al primer término, la solución más obvia
sería una paronomasia cas ≅ casa, según el modelo de las bien conocidas armas
de Montserrat, que traen, de gules, un monte de oro (o al natural) aserrado
por una sierra de lo mismo (figura 25), aunque en este caso se trata de autén-
tica composición y no de un calambur.
Lo mismo se aprecia en el caso de varios linajes de apellido Mon(t)serrat
de la Corona de Aragón, entre ellos uno valenciano del cual se conserva una
lauda sepulcral del siglo XV en la parroquial de la Asunción de Catí (actual
provincia de Castellón), cuyas armas traían, [de azur], un monte aserrado por
una sierra, superado de cuatro estrellas, [todo de argén] y campaña cargada
de otro monte (figura 26) 41.
Frente a esa solución obvia, parece que aquí cas se ha tomado en su sentido
de ‘cazo’, compartido con cassa, ant. caça, del que aquella es forma apocopada
(DCVB, s. v.«cas3» y «cassa1»), dando lugar a esas esferas que, en términos
heráldicos, se traducen en sendos roeles jaquelados. Por tanto, el escudo del
guerrero del retablo de san Vicente puede blasonarse así: de gules, una sie-
rra de oro cuyo bastidor remata en cuatro roeles jaquelados de oro y sable.
En suma, constituyen unas armas parlantes que garantizan que el personaje
pintado representa a Guillem Ramon de Casserres, el promotor del priorato.
Por otro lado, la presencia de idéntico jaquelado en la bordura de una de
las armas que acompañan al clérigo donante sugieren la existencia de algún
tipo de relación, familiar o feudal, entre ambos personajes, mediante un pro-
cedimiento de fusión de armerías como los estudiados por Pardo de Guevara
y García González-Ledo (1993 y 1997) y que en este caso hace pensar en el
bien conocido jaquelado de los condes de Urgel, igualmente de oro y sable
(cf. Riquer 1983: I, 191-201), habida cuenta de que Estopiñán del Castillo esta
a solo 35 km de la Seo de Urgel, sin que, por el momento, se pueda precisar
nada más. Tampoco puede identificarse, como propone Sánchez, con «l’abat
de Poblet Arnau d’Eixamús, amb l’escut de Valls, d’on era originari, amb blasó
truncat de primer de gules i de segon de blanc (o argent) i l’altre escut que,
tal vegada, pertanyeria al seu senyal familiar» (2014: 18), por varias razones.
Ante todo, porque el personaje no es un cisterciense, sino un dominico,
como revela su hábito 42. En segundo lugar, porque esas armas no correspon-
41
Sobre esta lauda, véase Sanz Lacorte, Libro de armoria, s. v. «Montserrat». Suplo entre
corchetes los esmaltes (menos los de la campaña) por comparación con los de los Monserrat de
Fonz (Huesca) y Torre del Compte (Teruel), atestiguados por sus pruebas de ingreso en la Orden
de Malta (apud García-Menacho 1995: 113 y Valero de Bernabé 2002: 504a-b), amparándome en la
cercanía de estos últimos, pues Torre del Compte se encuentra a unos 90 km al norte de Catí.
42
Esto no es óbice, por cierto, para su adscripción al priorato de San Vicente de Estopiñán,
ya que los demás datos onomásticos, heráldicos y cronológicos concuerdan. Para la presencia
de dominicos en piezas cistercienses coetáneas, por ejemplo, en el retablo y frontal de altar del
den, que se sepa, a ningún linaje de ese apellido. Finalmente, porque la utili-
zación, en un contexto como este, de unas armas locales (en caso de coincidir
con ellas, lo que no sucede 43, y de existir ya entonces, lo que es improba-
ble) sería completamente ajena a los usos del momento. Respecto del primer
escudo, el más parecido de entre los registrados pertenece al linaje nava-
rro-aragonés Funes, cuyas armas traen, de armiño, un jefe de gules (Armorial
de Aragón, f. 281r; Blancas, Aragonensium rerum commentarii, p. 338; Riquer
1983: I, 95 y 104). En cuanto al segundo, la única pista con la que contamos
por el momento es la hoja representada en sus armas, que parece ser de lúpulo
(Humulus lupulus) 44. La elección de una planta tan concreta apunta, una vez
más, hacia unas armas parlantes, pero el conjunto de sus denominaciones
vernáculas, tanto en catalán como en aragonés, es tan amplio que llevará
tiempo desarrollar esa línea de indagación 45.
Si una simple herramienta de menestral como la sierra de carpintero o la
hoja de una planta rastrera como el lúpulo o espárrago de culebra pueden
incorporarse sin complejos a unas armerías, resultan no menos ilustrativas
a este respecto las armas de los Padilla, que traen como figuras parlantes
unas padillas, es decir, unas humildes sartenes de freír 46, según explicaba ya
Covarrubias en su Tesoro, de 1611: «PADILLA, un género de sartén pequeña,
del nombre lat. patelli 47. El nombre de Padilla es muy ilustre en España. Traen
estos caballeros por armas cinco padillas» (p. 1334a). No obstante lo señalado
por Covarrubias, las representaciones y blasonamientos conocidos traen úni-
camente tres padillas 48. de este modo las describe Garcí Alonso de Torres en
su Blasón d’armas: «Traen por armas un escudo azul con tres sartenes» 49 y así
se las representa (colocadas en palo y puestas en faja) en el folio 181r de un
Corpus Christi (ca. 1335-1345) del monasterio femenino de Santa María de Vallbona (hoy en
Barcelona, MNAC, núm. de cat. 009920-000), estudiado por Melero (2002-2003) y Favà (2017: I,
357-358 y II, 433-453).
43
Las armas de Valls traen, de gules, una faja de argén (GEC, s. v.).
44
Agradezco esta sugerencia a mi llorado amigo Javier Delgado, estudioso de la botánica
representada en la plástica medieval (cf. Delgado y Lario 1998), quien falleció mientras concluía
estas páginas.
45
Véase la entrada «Nombres vernáculos de Humulus lupulus (Fam. Cannabaceæ) y táxones
infraespecíficos», en el Proyecto Anthos, del Real Jardín Botánico, accesible en línea en <http://
www.anthos.es/>.
46
Según expresaba Vittori en su Tesoro, de 1609: «Padilla, une poisle à frire, la cazza, o pade-
lla, o fretiera da frigere» (p. 454b).
47
Léase patella ‘cazuela o plato pequeños’, de donde, en efecto, viene padilla, así como
paella, en este caso a través del catalán valenciano, en el que originalmente designaba la paellera
(DCECH, IV, 339b-340b, s. v. «paila»).
48
Vid. Valverde (2001: 1234-1235). En todo caso, esa alternancia numérica de las figuras
heráldicas es frecuente (Montaner 2012).
49
Apud Riquer (1986: 217) y Valverde (2001: 1234); también en la Descripción del convento y
castillo de Calatrava la Nueva (ms. RAH B-82), al describir el sepulcro de Garci López de Padilla
(apud Valverde 2001: 1235).
Figura 27. De los Padilla (de azur, tres padillas Figura 28. Armas de los Padilla según el
de argén), miniatura de Armas de Reynos y de grabado xilográfico estampado en la Nobleza
apellidos, y armas de linages de españoles (ms. del Andaluzía (f. 95r) de Argote de Molina.
BNE 11728, f. 181r).
En el texto propiamente dicho no hay mención de autoría; en el tejuelo del lomo consta,
50
en capitales doradas de palo seco (por lo tanto, muy recientes) la mención gratia dei. Según
una nota escrita en el recto de la cuarta hoja de guarda volante inicial: «Esta copia se sacó de un
libro del duque de Villahermossa y aunque se pretende que es de Gracia Dei, pero por lo que
dize en alfunas partes dél, más parece el libro de los linages de Sotomayor. […] De donde parece
que deste linaje adelante será de Sotomayor y lo anterior de Gracia Dei». Se refiere a Antonio de
Sotomayor, al parecer, rey de armas de Felipe II y autor de un nobiliario inédito (Ceballos-Es-
calera 1993: 262, pero las cotas de la BRAH que ahí se recogen no son correctas), refundido a su
vez por Juan Pérez de Vargas en De los linages de España (ms. BNE 3009, otra copia en el ms. BNE
18468). En realidad, la obra contenida en el ms. BNE 11728 no es una unitaria, sino toscamente
compilatoria, como se apreciará por la cita inserta un poco más abajo. En el caso de los Padilla,
se basa en el Libro de armería de Diego Hernández de Mendoza, que dedica un detallado capítulo
a este linaje (pp. 988-989, cf. Valverde 2001: 619-624), aunque el anónimo compilador amplía
bastante los detalles heráldicos.
por armas tres padillas de argén en campo azul y en torno dellas nueve medias
lunas de argén, como se ve en este escudo [= figura 28]. Y estas mismas armas
trae la Casa de Olaerreta, que es en la anteiglesia de Axpe de Busturia, en el
Señorío de Vizcaya. (Nobleza del Andaluzía, I, xc, f. 93r).
De este blasonamiento podría deducirse que las nueve lunas iban en orla,
pero en realidad adoptan una disposición bastante peculiar, como puede
apreciarse en la xilografía inserta en el f. 95r de la misma obra (figura 28),
a cuyo tenor, su blasonamiento preciso sería: de azur tres padillas de argén
colocadas en palo y puestas en faja, cada una de ellas superada, sostenida
y adiestrada de una luna de lo mismo, representadas como menguantes o
crecientes ranversados las del jefe, montantes o crecientes las de la punta y
crecientes contornados las de las respectivas diestras.
Los esmaltes son los mismos citados por Gracia Dei en su Vergel, f. 35b:
Pocas armas en Castilla
tenía Fernán González,
quando venció la rencilla
en Padilla y con padillas,
al capitán Armentales,
capitán de las fortunas
que las padillas y lunas
blancas vi [sic pro vio?] en el claro cielo,
a los moros venció en yelo
en Hitero [= Fitero] sus colunas.
La versión de los mss. BNE 3564, f. 80v, y 3231, f. 59r-v, como es frecuente
en las coplas de Gracia Dei, ofrecen un texto bastante diferente, aunque, por
lo que hace al blasonamiento, no lo altera:
Pocos tales en Castilla
tenía Fernán González,
quando venció la rencilla
con padillas en Padilla,
con el buen Fernán Menteles,
capitán de las fortunas
quien son padillas y lunas
blancas bien en claro cielo,
puso moros por el suelo
y dio con ellos atrás
y quitando sus columnas,
dieron tan alto su vuelo
que adelantados verás 51.
51
Alude a la patrimonialización en los descendientes de Juan López de Padilla († 1468) del
cargo de adelantado mayor de Castilla.
52
Se refiere a Fernando de Padilla, maestre electo de la Orden de Calatrava en 1443 (Val-
verde 2001: 621).
53
Se trata de la iglesia de Santa María de la Sisla, centro de la comarca toledana de La Sisla
(cf. Jiménez de Gregorio, 1996: 9).
54
Reproduce el pasaje casi a la letra Garci Alonso de Torres en su Blasón y recogimiento de
armas y su Espejo de nobleza (cf. Riquer 1986: 217 y Valverde 2001: 1235); para su dependencia de
Hurtado de Mendoza, vid. Valverde (2001: 638-639 y 680). La redacción A del Libro de armería es
más escueta, pero recoge el componente parlante: «Estos traen por armas un escudo azul con
tres padillas o sartenes blancas y, sobre cada padilla, una luna blanca, y a los costados dellas y
debaxo a los cabos, en cada otra luna» (cap. LVIII, f. 55vb). La miniatura adjunta (figura 29) es la
única representación que conozco en la que las padillas están puestas dos y una, en lugar de en
faja.
55
Es decir, los Gutiérrez de Padilla, diferenciados así de la rama de los adelantados de
Castilla, cuyo patronímico es López, como indica a continuación. Para las armas de Gutierre de
Padilla, vid. Valverde (2001: 1235).
56
En efecto, ese era el nombre primitivo de dicha localidad giennense, llamada en las
fuentes andalusíes Qalˁat Banī Saˁīd (Cano Ávila 1999).
Figura 30. Armas de los Padilla miniadas Figura 31. armas de los padilla || de
en el Vergel de nobles y de linajes de España al|hama. Piedra armera del palacio de Padilla,
(ms. BNE 3564, f. 80v) de Pedro Gracia Dei. Alhama de Aragón (Zaragoza), labra de ca. 1650
(fotografía de Ganna Goncharova).
que aquí está señalado. […] Las armas que trahen los de este appellido son tres
sartenejas de argén, como están aquí; otros las llaman paellas.
La miniatura que acompaña a los versos de Gracia Dei en el ms. BNE 3564
(figura 30), la cual puede relacionarse con la que ofrece Argote de Molina
(figura 28), representa las padillas de una forma irreconocible; no así la piedra
armera del palacio de Padilla en Alhama de Aragón (Zaragoza), donde se
identifican perfectamente (figura 31).
57
Cf. Pastoureau (2009: 179-92), quien considera que este recurso de creación de armerías
se da sobre todos en los países germánicos (p. 189), apreciación que hay que poner en suspenso
mientras no se haga una cuantificación mínimamente rigurosa, la cual tiene como obstáculo la
dificultad (ejemplificada por algunos de los casos aquí analizados) de reconocer unas armas
parlantes, a lo cual alude el mismo autor, con apreciaciones bastante certeras (pero dejando de
lado, como de costumbre, la heráldica hispánica), en las pp. 185-86, como ya había hecho antes
en su célebre Traité d’héraldique (Pastoureau 1993: 251-52).
Figura 32. Armas de los Trolle en el registro de Figura 33. Armas de la familia Trolle
matrícula de la Universidad de Heidelberg, asiento en la reja de su capilla funeraria (ca.
del 24 de junio de 1658 (Universitätsmatrikel, Band 1700) en la iglesia de Näs, en Trollenäs,
IV, Cod. Heidelberg. 368, 51.ª, f. 175v). provincia sueca de Escania. (Fotografía
de David Castor, bajo licencia Creative
Commons).
58
Vid. Hiort-Lorenzen y Thiset (1900: 468), Von Irgens-Bergh y Bobé (1926: 413) y Raneke
(1982-1985: I, 412-13). Por su parte, Rietstap (1884-1887 II, 941a), recoge, junto a las armas primi-
tivas, las más complejas de las tres ramas con sendos títulos de barón (los daneses creados en
1672 y en 1701, el sueco en 1816). En todos los casos, considera al trol como un diablo sin cabeza
y con la cara en el pecho.
59
La figura 32 acompaña a la mención de tres miembros de la familia Trolle (llamados
Burger, Olger y Herolovius), con la indicación latina Dani (‘daneses’), en el registro de matrícula
núm. 175, con fecha de 24 de junio de 1658, durante el rectorado del conde Federico de Nassau
y el vicerrectorado del doctor Jacob Israel; vid. Toepke (1884-1886: II, 330). Dicho autor también
identifica al «nackter, haariger, enthaupteter, rother Mann […] mit langem Schweif» de estas
armas con un Teufel o ‘diablo’ (n. 6, pp. 330-31).
Figura 34. Los blemios en el Libro del conosçimiento Figura 35. «Come Alexandre trouva gens
de todos los rregnos, según el ms. Z, de ca. l450-l475 sans teste», encuentro de Alejandro con
(Munich, Bayerische Staatsbibliothek, Cod. los blemios en el Roman d’Alexandre en
hisp. 150, f. 5rb). prose. Miniatura de ca. 1445 del Talbot
Shrewsbury Book (Londres, British Library,
Royal 15 E vi, f. 21v).
cia perjudican a la gente. En el folclore danés y sueco la palabra troll sirve para
designar en general a los seres intermedios mitológicos. (Martínez Maza 2000).
In Scandinavian mythology, one of a race of supernatural beings formerly
conceived as giants, now, in Denmark and Sweden, as dwarfs or imps, suppo-
sed to inhabit caves or subterranean dwellings. […]
1856 R. W. Emerson Eng. Traits v. 81 The Scandinavian fancied himself
surrounded by Trolls,–a kind of goblin men, with vast power of work and
skilful production. […]
1867 W. T. Brande & G. W. Cox Dict. Sci., Lit. & Art (new ed.) III. 860/1
These Trolls are superior to man in strength and stature, but far beneath him
in mind. (OED, s. v. «troll2»)
Es el nombre genérico del pueblo encantado y de los duendes en los países
escandinavos. La palabra significa sencillamente «espíritu malvado, demonio
o monstruo». […] Su aspecto a menudo es poco agraciado: las más de las veces
son enanos, con joroba y la nariz larga; visten de gris, con la clásica gorra roja de
los seres encantados. Sin embargo, en los mitos más antiguos los mismos eran,
en cambio, gigantes. [Ambos] pertenecen, en efecto, a un nivel de estructura
simbólica en el que la fluctuación dimensional es simplemente indicativa de
un status extrahumano. (Izzi 2000: 477a-b).
60
El artista que pintó la figura 33 olvidó incluir la cara, pero está aparece en todas las
fuentes mencionadas en la nota 58.
61
Así aún en los Gesta Romanorum, 175: «In Libia sunt alique femine sine capite, os et oculos
habentes in pectore»(p. 574).
62
Vid. Lacarra, Montaner y Lacarra (1999: 35a-b y 87a-b), Izzi (2000: 80-81) y Bovey (2002:
8, 20-21 y 51).
63
Para la iconografía del demonio, véase Duchet-Suchaux y Pastoureau (1996: 134-35), Izzi
(2000: 135b-137b) y Le Goff (2009: 108-109, 170-179).
Esto revela que, al dotar de forma plástica a un ser que carecía de iconogra-
fía propia, se recurrió a una combinación del blemio peludo y del demonio, lo
que permitía representar, de forma coherente con las creencias tradicionales,
a la especie de ogro que constituía el trol.
El diseño de estas armerías es, por cierto, un buen ejemplo de cómo los
emblemas en general y los heráldicos en particular no tienen de suyo un
componente simbólico, sino que se rigen por el principio de identificación,
en virtud del cual la homofonía total o parcial que está en la base de las
armas parlantes resulta de mayor importancia (al menos en principio) que
las posibles connotaciones negativas de las figuras adoptadas en aplicación
de aquella (vid. Montaner 2010: 60-61 y 2012: 48-49). Se expresa en sentido
contrario Pastoureau, L’art héraldique du Moyen Âge, cit. en n. 50, p. 192, quien
señala la renuencia a adoptar «la figure qui aurait pu constituer un emblème
[…] par trop péjorative» y, en particular, de animales «prenant place dans le
bestiaire du diable». Sin negar que en ocasiones las connotaciones ligadas a
las figuras hayan influido en su selección o rechazo (compárese lo dicho sobre
los Maza de Lizana y los Martel, pero, ex contrario, lo relativo a los Padilla), no
parece que ese aspecto haya sido determinante. En todo caso, la incidencia de
dicho factor (nada fácil de determinar, por otro lado) sin duda ha sido variable
según épocas y lugares. A este respecto, considero mucho mejor fundada una
apreciación previa del mismo Pastoureau, antes de que se dedicase de lleno
al simbolismo medieval, en su Traité d’héraldique (1993: 157):
Le contraste entre l’immense vogue de la légende de la licorne à la fin
du Moyen Âge et sa rareté dans les écus souligne, une fois encore, les faibles
influences que les traditions religieuses, symboliques et folkloriques ont exercé
sur les armoiries, ou du tout du moins sur les armoiries véritablement portées.
64
Es decir, una guía de viaje a Escandinavia e Islandia.
65
No en vano, el ya clásico libro de Dennys, The heraldic imagination (1976), trata básica-
mente de los que en inglés se denominan más a menudo heraldic monsters que chimerical creatures
o beasts.
66
Desde obras seminales como la del padre Menestrier si, La Méthode du Blason, p. 33, pero
sobre todo en la edición refundida Nouvelle méthode du Blason raisonnée, ou de l’Art Héraldique,
pp. 165-69. Para España han de mencionarse las de Aldazával y Murguía, Compendio heráldico,
lib. I, cap. xvii, pp. 162-165, y el marqués de Avilés, Ciencia Heroyca, vol. I, tratado IV, cap. iv, pp. 417-
421. Entre las obras contemporáneas pueden citarse Fox-Davies (1909: 218-32), Neubecker (1976:
114-117, 122-126 y 130); Pastoureau (1993: 154-58), o Messía de la Cerda (1990: 156-57).
67
Como la ya mencionada de Dennys (1976) o la de Montells (1999) Añádase la sección
correspondiente del clásico estudio de Pastoureau de sobre el bestiario heráldico (1972: 332-344),
o la del repertorio de Nigg (1999: 203-14). Véase, además, en este mismo número de Emblemata,
la contribución de Juan José González.
68
Hay también una supuesta referencia a este emblema, que sería igualmente el de la mili-
cia de la ciudad de León, en los versos 88-90 del Prefatio de Almaria o Poema de Almería, un poema
épico latino en hexámetros compuesto alrededor de 1150. Sin embargo, lo más probable es que
se esté refiriendo ahí a una cruz procesional, objeto que, además de poderse dorar (literalmente),
corresponde mejor al uso apotropaico allí descrito; vid. Gil (2013: § 77).
Figura 37. Dinero de vellón de Alfonso Figura 38. Dinero de vellón de Alfonso
VII, que trae, en el anverso (a), dos leones VII, que trae, en el anverso (a), un león
afrontados, con sus cabezas formando una monstruoso coronado, con la leyenda leon
sola, sobre una cruz patada, con la leyenda y, en el reverso (b), una cruz patada con la
l i l (?) y en el reverso (b), una cruz patada leyenda toelta (sic pro toleta).
con la leyenda inpepatoi (sic pro imperator). Dibujo de Heiss (1865-1869: I, lám. 2, núm. 8
Ceca de León, hacia 1150-1155. de dicho rey).
das aparecen también los que son probablemente los primeros «monstruos»
heráldicos. Uno es un león bicorpóreo, formado por dos leones rampantes
afrontados que comparten una cabeza (figura 37); el otro es un león pasante
con cabeza de hombre coronado (figura 38) 69.
La primera figura no es fácil de explicar. Podría pensarse que los dos leo-
nes aluden a los reinos de Castilla y León, unidos bajo el caput regni de don
Alfonso 70, pero este simbolismo, aunque aceptable a primera vista, implica
el uso del león no como emblema del reino homónimo, sino como símbolo
de la noción misma de reino, lo que no solo carece de paralelos, sino que
supone un grado de abstracción en la concepción institucional de los reinos
difícilmente compatible con la visión patrimonial que preside el reparto hecho
por el emperador a su muerte en 1157, legando Castilla a Sancho III y León a
Fernando II 71. En todo caso, Fernando II acuñó dineros con una composición
relacionada, a saber, dos leones de tronco unido (figura 39) 72, lo que no puede
relacionarse con los dos reinos y deja claro que el león es solo el emblema
69
Para las acuñaciones de Alfonso VII, véanse Heiss (1865-1869: I, 7-17 y láms. 1-3); Gil
Farrés (1976: 315-22) y Roma Valdés (2000: 55-81). La figura 37 la incluyen Roma Valdés y Rodrí-
guez Prados (2012), quienes señalan que la leyenda del anverso muestra «una L invertida, una
I y una L» y apostillan que «Carecemos de datos para interpretar las letras de la parte superior
de este tipo».
70
Esta interpretación queda implícita en el comentario de Roma Valdés y Rodríguez Prados
(2012): «La presencia de dos leones en el mismo tipo es un tipo que apreciamos en las monedas
de los años anteriores a 1157, cuando el reino de Castilla anticipa su escisión del reino de León».
71
Para la diferencia entre el reino como patrimonio del monarca y como institución presi-
dida por la corona, véase García-Pelayo (1968).
72
Heiss (1865-1869: I, 19-20 y lám. 3, núms. 3 y 5), Gil Farrés(1976: 319 –lám. L, núm. 199,
con dudas sobre su atribución– y 324; Roma Valdés (2000: 79), quien los atribuye a Alfonso VII,
sin explicar la causa; cf., en sentido contrario, Roma Valdés y Rodríguez Prados(2012): «Cono-
cemos monedas con dos leones separados por una cruz o a los lados de un árbol, por otra parte
propio de los dineros del rey leonés de 1200».
Figura 39. Dinero de vellón de Figura 40. Hombre tigre (man-tiger) en el standard
Fernando II, que trae, en el anverso o gonfalón de sir Anthony Babington. Dibujo a
(a), una cruz patada con la leyenda pluma de Thomas Willement, entre 1830 y 1832,
leo civita<s> y, en el reverso (b), dos copiado de un códice original de ca. 1531-1532
leones pasantes unidos por la cintura, conservado en Londres, College of Arms, MS I-2.
acompañados, encima, de un creciente
y cuatro puntos y, debajo, de una roseta
y un objeto irreconocible. Dibujo de
Heiss (1865-1869: I, lám. 3, núm 5 de
dicho rey.
parlante del rex Legionis, frente al castillo del rex Castellæ (compárese la figura
44). A la luz del tipo monetal de Fernando II, parece que la presencia de dos
leones constituye una simple variación gráfica del emblema parlante, carente
de capacidad distintiva.
En cuanto al león monstruoso 73, ofrece un precedente (pero no un antece-
dente, ya que no existe, hasta donde sabemos, filiación entre ellas) de figuras
quiméricas bien conocidas, como la mantícora (un león con cabeza humana y
cola con púas de puercoespín, o de escorpión, o bien formada por una serpien-
te) 74 y el hombre tigre (un tigre con cabeza humana y manos y pies de mono),
como el llevado en su enseña por sir Anthony Babington: un hombre tigre de
púrpura con cabeza de anciano al natural (rostro de carnación y cabello gris),
acollarado y encadenado de oro, acompañado de siete dragones exployados
de gules movientes de sendos bureletes de argén y sable (representaciones de
su cimera) y del lema foy est tovt, todo ello sobre paño blanco (figura 40) 75.
El hombre tigre es, históricamente, una mera variante de la mantícora,
con el nombre cambiado (por etimología popular en inglés) de manticore ~
mantycore ~ mantycor, a través de formas como mantigora y mantegre, a manty-
gre ~ mantyger > man-tiger (OED, s. vv. «†mantegar», «manticore» y «man-ti-
73
En el sentido de que «tiene figura o cara humana y el resto de animal» (Cadenas 1976:
96a, cf. Pastoureau 1993: 157).
74
Este animal fabuloso procede, a través de las novelas y los bestiarios, de la tradición
clásica; vid. Dennys (1976: 114-117) y Nigg (1999: 42-48, 74 et passimk).
75
Sobre este emblema, véase Howard de Walden (1094: 240). Dadas las fechas presumibles
del códice (hacia 1530), se trata de un homónimo del personaje más conocido de ese nombre y
miembro de la misma familia, el aristócrata inglés que conspiró con la reina María I de Escocia
en el conocido como complot de Babington contra Isabel I de Inglaterra, siendo ejecutado por
alta traición el 20 de septiembre de 1586.
76
Recogido en su muro de Facebook, accesible en línea en <https://www.facebook.com/
photo.php?fbid=1089115262354&set=a.1089110022223&type=3&theater>. La opinión a la que se
refiere la había expresado Medvédev en (2012: 101): «Los elementos de la técnica moderna pue-
den quedar justificadas en heráldica por todas las razones formales, pero no por el buen gusto.
No se trata de una condición ocasional y vana, sino que (como es habitual en las normas de
civilidad) tiene una razón profunda: las formas técnicas nuevas envejecen con más rapidez que
las viejas. La rueda será reconocible por siempre; el más reciente gadget puede ser irreconocible
mañana mismo. Así pues, ¿por qué debemos representar las tecnologías digitales por un orde-
nador, si podemos usar flores de dedalera (en alusión a lo digital) o una araña con su red (en
referencia a la web)?».
77
«Pulicane (ant. pullicané), sm. Letter. Mostro fantastico per metà uomo e per metà cane.
– […] Andrea da Barberino, 1II-326: […] uno che aveva in prigione, chiamato Pulicane, il quale era
mezzo uomo e mezzo cane: cane era dal mezzo in giù, e dal mezzo in su era uomo; e correva
tanto forte che non era altro animale ch’egli non giugnesse a correre e parlava molto bene; ed era
figliuolo d’uno cane e d’una cristiana, la quale fu gentile donna» (GDLI, vol. XIV, p. 918a).
78
Para la interpretación de esta figura, cf. Menéndez Pidal (1982: 24, 2011: 29-31) y Moralejo
(1992: 140).
79
Vid. Heiss ((1865-1869: I, 66 y lám. 3, núms. 13 y 14), Gil Farrés (1976: 154-55), De Francisco
(2014: 231-32). Para su interpretación, cf. Menéndez Pidal de Navascués (1982: 52 y 2011: 64).
80
Vid. Kantorowicz (1957: 256), citando a san Bernardo de Claraval: «Hoc dictat ratio natu-
ralis, cum dictat quod omnia membra dirigantur a capite, subserviant capiti et pro capite se
exponant. […] Caput autem regni rex est». Una formulación más amplia es la del jurisconsulto
Lucas de Penna, quien habla del princeps como «caput reipublicaae, et res publica eius corpus»
(cit. en p. 216). Otro jurisperito, Oldrado de Ponte, apela al mismo concepto en la transición del
corpus mysticum de la Iglesia a la universitas de las agrupaciones humanas: «Et quod unum tantum
sit caput, prout probatur primo ex corporis mystici ad corporis veri similitudinem. Sicut enim in
corpore naturale unum est caput, […] sic in corpore mystico […]. Constat autem quod universitas
et religio unum corpus repræsentat» (cit. en p. 209).
El monarca referido es, según la numeración actual, Alfonso VIII, por com-
putarse a menudo entonces entre los reyes castellanoleoneses a Alfonso I de
Aragón, tal y como habían hecho los cronistas alfonsíes en su Estoria de España
(vid. Gimeno Casalduero 1960). Los autores allegados en el pasaje preinserto
refieren cómo el conde don Manrique de Lara y sus hermanos «regem pue-
rum Sorie dimiserunt sub fideli custodia in parrochia Sancte Crucis» 82. Pese
a lo que señala Martel, la estancia soriana del rey niño fue bastante breve,
entre 1162 y 1163 (Martínez Diez 2007: 30-33), aunque ello no obsta para que
en Soria la situación se recordase de otro modo y se quisiese aludir a ello con
el citado «rostro coronado de Rey». Esto, sin embargo, plantea al menos tres
problemas: uno es que el citado tipo monetal de Alfonso VIII fuese conocido
en la ciudad e identificado con dicho monarca; otro es que tal explicación
exige ya la concepción moderna del origen conmemorativo de las armerías,
y finalmente, que el diseño original de esas armas era distinto.
En efecto, como recoge el propio Martel, la versión ofrecida por el sello
medieval del concejo que representa la muralla de la ciudad, por cuya puerta
sale un rey a caballo, con corona y espada alzada, con la leyenda, en torno,
+ soria ~ pura ~ + ~ cabeça ~ de ~ estremadura 83. Así se aprecia en el
81
Martel, De la fundacion de Soria, ff. 112v-113r. Sobre la autoría de esta obra, véase Ayuso
(1922; 8-13; en las pp. 159-60, transcribe un pasaje, distinto del aquí citado, del capítulo dedicado
al escudo soriano), así como los apuntes de Almazán (2015a y b), quien la data entre julio de 1591
y marzo de 1593.
82
Rodrigo Ximénez de Rada, Historia de rebus Hispanie siue Historia Gothica, VII, xvi, p. 238.
El capítulo aducido por Martel (VI, xv) se refiere al exilio de Alfonso VI en Toledo tras la batalla
de Golpejera (pp. 195-196). Zurita, Anales de Aragón, II, xxi, lo refiere así: «Y recolándose el conde
don Malrique y sus hermanos del rey de León [sc. Fernando II], pusieron al rey don Alonso en
buena guarda en la ciudad de Soria» (vol. I, p. 241).
83
Leyenda a cuyo sentido aún se sigue dando vueltas, pese a que la dejó bien explicada,
hace siglo y medio, Paredes (1886: 20-21): «Otra duda puede resolverse fácilmente, encontrado
el verdadero origen del nombre Extremadura, la cual se refiere a la leyenda del escudo o armas
de la ciudad de Soria, que ha dado bastante que pensar, y originado en parte el que se creyera
que Extremadura venía de los estremos del Duero. En dicho escudo se ostentaba una inscripción
en que se leía «Soria pura cabeza de Extremadura». Soria se titulaba cabeza de Extremadura,
porque de las cuatro cuadrillas, la de Soria era la que presidía los concejos de las Extremaduras y
los de Sierras». La interpretación «pastoril» de Caffarena (1958) carece de fundamento filológico
e histórico. En cuanto a la aportación de Palacios (1960), aunque sus precisiones geográficas
son correctas, la etimología tradicional Extremadura < extrema Dorii es insostenible fonética y
morfológicamente, mientras que no admite duda su derivación de extremo como nombre común
aplicado al territorio fronterizo (vid. DCECH, vol. II, p. 829a).
84
Vid. Martín de Marco (1999: 327-36). Pese a su título, el artículo de Caffarena (1958), no
trata del escudo de Soria; solo se ocupa, de forma poco feliz, además, del lema puesto en bordura.
En cuanto al artículo de Rubio Giménez (1954) constituye una especulación carente de base.
85
Para todo lo relativo a los emblemas municipales de Núremberg, véase Sello (1902: 247-
250), Schaffer (1937), que sigue siendo el trabajo fundamental; Schneider-Hiller (1984), que es
un breve prospecto, no un catálogo, de la exposición celebrada ese año por el Stadtarchiv Nür-
nberg, y SLN, s. vv. «Wappen und Siegel» y «Wappendreipaß», ambas entradas redactadas por
Michael Diefenbacher. Para la formación del Jungfrauenadler, puede verse también Neubecker
(1976: 125a-b).
86
Meyer-Schlenkrich (2017: 75). Compárese con las leyendas de las acuñaciones nurem-
burguesas: «Der Verweis auf die Stadt und die Bürgergemeinschaft ist bei beiden Umschriften
gegeben: moneta civitatis nurenbergensis auf den Sebaldmünzen, sowie moneta communis
nurembergis auf den Lorenzgulden» (Kah 2017: 139; para el sello, vid. pp. 141-143).
87
Sigmund Meisterlin, Nierombergensis cronica, III, 12; cito por Die Chroniken der fränkischen
Städte: Nürnberg, vol. III, p. 244. Donde el texto latino dice Swanfeld, el alemán dice «Schwanfelt
[var.: Schwabenfelt] (das vor alter Swabfelt)» (ibidem, vol. III, p. 153). La primera forma es el nom-
bre de una localidad de la Baja Franconia, hoy en el estado de Baviera, pero en realidad se refiere
a Suabia (en alemán, Schwaben). Según Kahn (2017: 144), la identificación de ese cuartel como
como Schwabfelder Wappen es un error debido a que Meisterlin habría supuesto que Núremberg
se consideraba una propiedad regia por parte del ducado de Suabia bajo los Hohenstaufen.
88
Sobre el grabado de la figura 50, véanse Kahn (2017: 145-46) y Smith (2009: § 8). Sobre
la miniatura de la figura 51, véase, además de la propia edición del Wappenrolle de Sturm, Ströhl
(1889: lám. I, fig. 5).
89
Sigmund Meisterlin, Chronik der Reichsstadt Nürnberg [1488], III, 18; cito por Die Chroniken
der fränkischen Städte: Nürnberg, vol. III, p. 153.
90
Sobre el grabado de la figura 53, véase Ströhl (1889: lám. XIV, fig. 5) y Fox-Davies (1909:
439-40), quien remite a una edición de 1537, lo que no desdeciría del estilo del grabado. No obs-
tante, el De humani corporis fabrica de Vesalio solo vio la luz, en Basilea, en 1547, lo que no impide
que este taco xilográfico no se haya reutilizado de alguna impresión anterior.
91
La figura 54 procede del SLN, p. 1158. La figura 55 reproduce una fotografía de Uwe
Gaasch realizada en 2012 para la Deutsche Digitale Bibliothek, accesible en línea en <https://
www.deutsche-digitale-bibliothek.de/>.
Figura 52. Der Wappendreipaß Figura 53. Der Wappendreipaß formado por el
sostenido por dos ángeles, bajo las águila imperial cargada de un escusón del
personificaciones de la Justicia y la archiduque de Austria (partido de Castilla y
Caridad, sobre las que una cartela lleva Austria), sosteniendo con sendas garras los dos
la inscripción sancta | ivsticia | 1521. escudos de las armas de Núremberg. Xilografía
Grabado xilográfico de Albrecht Dürer estampada en la portada de Anatomia, Deudsch
como frontispicio de Reformacion der Stat Ein kurtzer Auszug der beschreibung aller glider
Nürmberg mit eins Erbern Rats daselbst menschlichs Leybs (versión alemana de la obra
endrungen und besserungen, Nürnberg, de Andrea Vesalio), Nürnberg, Julius Paulus
Friedrich Peypus, 1522. Fabricius, 1551.
92
El nombre de la ninfa procede de una interpretación de Nürnberg (en las fuentes más
antiguas Nǒrenberc y Norenberg) como Noris castrum, tomando el primer elemento como el nom-
bre propio del epónimo de la localidad, variamente interpretado como el de un legendario hijo
de Hércules, una alusión al emperador Nerón o de otras formas; vid. Von Reitzenstein (2009:
164a-165b). La intuición de los cronistas medievales no era falsa, pues el topónimo deriva de
un antropónimo germánico *Nōrū (quizá afín al gentilicio galo nerios y al nombre de la diosa
germánica llamada Njǫrðr en nórdico antiguo y latinizada por Tácito como Nerthus,) combinado
con el sustantivo Berg ‘monte’; vid. Bammesberger (2000).
93
Para el uso de (h)arpía en el blasón, cf. Menestrier, Nouvelle méthode du Blason, p. 166, con
ejemplos de armerías francesas, de los Boudrac, «d’or à une harpie de gueules», y de los Calois
de Mesville, «de gueules semé de fleur-de-lys d’argent, à une harpie de même».
94
Cf. Dennys (1975: 125‐128; Nigg (1999: 210-211, 281-284 y 352), Izzi (2000: 46a-b), Muñiz
(2000) y Olivares (2014). La figuración de estos seres ha variado históricamente. En las pinturas
griegas sobre cerámica a menudo aparecen como mujeres aladas y no como aves con cabeza de
mujer, caracterización más propia entonces de las sirenas-pájaro. En la Edad Media triunfó esta
segunda versión, pero con cola de serpiente, hasta que las sirenas fijaron su figura con cola de
pez, con lo que las dos variantes de mujer-ave se atribuyeron indistintamente a las arpías.
95
Milde et al. (1856-1874: 6, 101 y lám. 11, núms. 157 y 158). Ninguna de estas armas coin-
cide con las de la familia homónima de Westfalia y Baja Sajonia, que traen, de gules, un rastrillo
de oro (Rietstap 1884-1887: II, 692b, Siebmachers Old, 10b-11a); los barones von Schele zu Schelen-
burg traen estas últimas cuarteladas (primero y cuarto) con tres Wolfsangeln o crampones para
cazar lobos de sable en campo de oro (segundo y tercero); cf. Siebmachers SchlA3, p. 149a, y Behr
(1990: 252); véase aquí la figura 5.
96
La existencia de este grupo heráldico-sigilográfico fue detectada ya por Milde et al. (1856-
1874: 6, 98), vide etiam Sello (1902: 249) y Plöhn (1956: 215-216).
97
Sobre esta familia y sus armas véanse Siebmachers MeA, p. 79b y lám. 44, y Plöhn (1956)
Se desconoce el grado de parentesco de los últimos citados con los anteriores.
Otto von Plön, del que se conocen improntas de 1303 y de 1315 (figura 59). Las
mismas armas, pero en un sello circular, empleaba su hermano, Siegfried von
Plön, en 1309, 1340 y 1343, así como los milites Lüder y Sigfried von Plön en
1336 y 1360, respectivamente 98. Este último podría ser el mismo que suscribe
un diploma de 1356 junto con su padre Johann y su hermano Henneke (aun-
que estos constan como famuli), con sendos sellos, el de este último en forma
de escudo y los otros dos redondos, todos con la arpía 99. El mismo Johann
sella otros dos diplomas de 1362 y 1363 junto con otro Otto von Plon 100.
98
Milde et al. (1856-1874: 6, 100 y lám. 11, núms. 155 y 156), Crull (1887: 140, núm. 419). Aun-
que se desconoce el posible parentesco, se ha de consignar que los Plöhn de Rendsburg (también
en Schleswig-Holstein) traían por armas, hacia 1580, de azur, una Fortuna con su vela al natural,
sostenida por una bola alada de oro (Siebmachers Bg10, p. 48 y lám. 54). Lo muy inusitado de esta
figura sugiere que se trata de una reinterpretación renacentista de la versión desmembrada de la
arpía. De ser correcta esta hipótesis, las armas de los Von Plön podrían blasonarse con esmaltes
así: de azur, una arpía de oro con cabeza o busto de doncella al natural [coronada de oro].
99
MUB, vol. XIV, p. 108, núm. 8294; los editores identifican la figura con un águila contor-
nada, lo que podría ser una variante a modo de brisura.
100
MUB, vol. XV, p. 212, doc. 9062, núms. 26 y 27 (de nuevo la figura se identifica con un
águila contornada), y vol. XVI, p. 464, doc. 9938, núms. 16 y 19 (aquí sí se señala que ambos sellos
traen el Jungfrauenadler).
101
Milde et al. (1856-1874: 6, 98-99, y lám. 11, núm. 153); MUB, vol. XVI, p. 282, doc. 9730
(de 1368), núm. 21: «im Schilde der gekrönte Jungfrauen-Adler». Nótese que el sello más antiguo
documentado de un miembro de esta familia, el de Johann von Riekelkestorpe, de 1349, trae las
mismas armas que el ya citado de Markward Schele de 1342, esto es, un gran yelmo con dos
cuernos de búfalo (Milde et al. 1856-1874: 98 y lám. 10, núm. 152).
102
Distintos de los señores o condes de Wildberg, en Franconia, sobre los cuales puede verse
Heusinger y Solf (2007).
103
Milde et al. (1856-1874: 6, 101-102, y lám. 11, núm. 159), MUB, vol. XVI, p. 281, doc. 9730
8de 1368), núm. 16: «im Schilde der gekrönte Jungfrauen-Adler». Una familia de dicho nombre
radicada en Macklemburgo (s. XV), luego asentada en Brandemburgo (s. XVII), traía por armas,
en campo de gules, tres bustos femeninos de argén (Siebmachers MeA, p. 116 y lám. 66). Dada la
precedencia del linaje de Holstein y que el desplazamiento migratorio es el mismo que el de los
Von Plön, cabe conjeturar que estas armas sean una evolución del Jungfrauenadler original. En
tal caso, las primitivas armas de los Wildberg habrían traído, de gules, arpía de argén [coronada
de oro]. De ser correcta esta hipótesis y la planteada en la nota 98, las armerías de este grupo se
diferenciarían (como era lógico suponer) por los esmaltes.
104
Sobre esta familia y su emblemática, me baso en Esselborn (1945), Kappelhoff (1982:
35-44, 62-64 y 67-69) y, con las reservas que iré apuntando, Van Lengen (2018), teniendo también
en cuenta la síntesis de Deeters (1997), que no contiene información heráldica. Respecto de sus
armas, véase además Siebmachers FstA, vol. II, pp. 205a-207b y láms. 252-256.
105
El antropónimo adopta las variantes gráficas Cirk, Cirik, Cyrk, Tzirk, Tzirek, Sirck, Sir(i)k
y Syrk, con latinizaciones Ciricus y Syricus (OUB, vol. I, pp. 776, 798 y 811; vol. II, p. 838-839), ya
que las grafías ‹tz› y ‹c› correspondían en frisón antiguo al mismo sonido alveolar africado sordo
[ts] (cf. Heuser 1903: 21), que en frisón moderno confluyó con la fricativa [s] (cf. Doornkaat Kool-
man 1879-1884: I, 269 y III, 78 y 583). La alternancia con ‹s-› ante vocal anterior se aprecia también
en el caso de Cirquerum ~ Cyrcwe<r>um ~ Sirquerum ~ Syrcwerem ~ Sijrcwerum, variantes
del mismo topónimo, actualmente Cirkwehrum (OUB, vol. I, p. 798, y vol. II, p. 823), el cual se
compone del mismo antropónimo Cir(i)k y de were ‘propiedad; hacienda, fundo’ (Harkenroth,
Oostfriesse oorsprongkelykheden, p. 63; HOO, s. v. «Cirkwehrum»; para el segundo elemento, que
está en dativo plural con sentido locativo, vid. Remmers 2011: 38, 40 y 102). Según Brons (1877: 19)
y Esselborn (1945: 16), Sirk resultaría de una contracción de *Sirik < *Sigirik, equivalente al visigó-
tico Sigerico, compuesto del germánico *segu(z) ‘victoria’+ *reiki(z) ‘poderoso, rico, afortunado’,
con el sentido de ‘poderoso / afortunado en la victoria’. Sin embargo, Cirk ~ Tzirk presupone
una forma germánica con k- ante vocal anterior, como en frisón ant. tzin < germ. *kinnu(z) > alto
al. ant. kinni = al. mod. Kinn, ingl. chinn ‘barbilla’ o frisón ant. sprētze < germ. *sprēkjō > alto al.
ant. sprāhha = al. mod. Sprache ‘lengua(je)’, ingl. speech ‘habla; discurso’ (cf. Heuser 1903: 1-2 y
21).
106
Etimológicamente, como es habitual en estos casos, se trata de una forma de genitivo:
«die Endung -ena des altfries. schwachen Genitivs Plural ange-hängt worden. Die daraus ents-
tandene Kombination –s(e)na entwickelte sich später zu einer selbständigen Namensendung»
(Remmers 2011: 4, cf. 17, 26, 74, 97-98). Por tanto, todas las formas en -na son alomorfos del mismo
sufijo (Brons 1877: 116 y 146-148). Son ejemplos de la forma básica (siempre tras vocal): Eckena
> Ecko, Ennona < Enno, Fockena ~ Fockana < Focko, Gaykena < Gayko, Hockena < Hocko,
Ockana < Ocko, Ukena < Uko. Ambos alomorfos (con y sin –s) alternan en el caso de Sybena
~ Sybesna < Sybo (OUB, vol. II, p. 838). La forma -sna puede ir precedida indistintamente por
consotnante o por vocal, caso en el cual la -o final se cambia usualmente en -e- u, ocasionalmente,
-i, como en Ykesna < Yko (OUB, vol. I, p. 348 o Ytzena < Ytzo (vol. II, p. 822), frente a Folkersna
< Folkar(d) ~ Folkert (p. 786), Gherlifsna < Gherleff (p. 788), Lutatsna < Lutat ~ Lutad ~ Lutet
(p. 801), Mertisna ~ Mertsna < Merten (p. 802), Redertsna < Redert (pp. 777 y 783), Sybrandsna
< Sibrand ~ Sybrant (vol. II, p. 838) o Wiltetsna ~ Wyltzsna < Wiltet (vol. II, p. 847). No obstante,
hay ejemplos de adición del infijo -i- tras consonante, como Lyuardisna < Lyuward(us) (vol. I,
p. 783), Syboldisna < Sibolt (vol. II, p. 838) o Wyardisna < Wyard (vol. I, pp. 783 y 788), así como
casos de alternancia, como Edzardsena ~ Edtzarsna (véase abajo la nota 112).
107
El parentesco queda confirmado por la suscripción «Enno Attenna hovetling in die
Greed» = ‘Enno Attena, caudillo de Greetsiel’, en una carta de Enno Edzardsena el Joven al
concejo de Groninga en 1429, de la que, por desgracia, solo se conserva el regestum (OUB, vol. I,
El primero, que vivió en la segunda mitad del siglo XIV, era hijo de Edzard,
señor de Appingen, y Etta von Visquard (casados antes de 1373) y casó a su
vez con Adda Beninga, señora de Groothusen. El segundo, que ocupa la pri-
mera mitad del siglo XV (murió en 1450), era el tercer hijo de Edzard (hijo de
Enno el Viejo), señor de Greetsiel, y de Doda tom Brok, y contrajo matrimonio
con Gela von Manslagt(véase la figura 61) 108.
p. 328, doc. 374). Según Salomon (2007: 18), este Enno era biznieto de Edzard, tío o tío abuelo del
primer miembro destacado de la familia, el capitalis Hylo Attana o Ettena, documentado entre
1347 y 1385 (cf. OUB, vol. I, p. 776). Ese Edzard ha de ser, por la cronología, el padre de Enno
Edzardsena el Viejo, que florecía a mediados del siglo XV, por lo que correspondería mejor a un
tío paterno de Hylo Attana.
108
Nuestro personaje está atestiguado por primera vez, como señor de Norden, con sus her-
manos mayores Imel, señor de Eilsum, y Haro, señor de Greetsiel, el 24 de febrero de 1400, «Imelo
Edzardisna hovetling to Edelsum, (Haro) Ed(zar)disna hovetlink in der Greet, Enno hovetlinc to
Norden», en el pacto suscrito por los Ostfriesische Häuptlinge o caudillos frisios orientales (véase
la nota 113) con las ciudades de la Liga Hanseática para combatir las bandas de piratas conoci-
dos como Vitalienbrüder o fratres Vitalienses (OUB, vol. I, p. 144, doc. 169). Consta de nuevo en
1401, aliándose con los Vitalienbrüder contra los holandeses, como «Enne Edzerdesna hovetling to
Norden» (p. 158, doc. 186) y, a partir de entonces simplemente como Hauptlig de Norden:«Enne
(hofling) to / van Norden» (p. 163, docs. 191 y 193, de 1403 y 1404, respectivamente; p. 172, doc.
206, de 1407; p. 181, doc. 215, de 1408, que es el segundo tratado con Hamburgo para combatir
a los Vitalienbrüder). En el tratado de 1 de febrero de 1422 entre los caudillos frisios, en el que
aparece en segundo lugar, tras Focko Ukena, consta al inicio como señor de Greetsiel, «Enno
Edtzarsna tho Greetzill», en el ms. a, pero como «Enno Ydzards van Norden» en los mss. b, c, d y
e (p. 268, doc. 302) y simplemente como «Enno Edzaerds ~ Ydzards» al final (pp. 270-271). Desde
1426 se lo registra ya claramente como señor de Greetsiel, mientras Udo Fokena pasa a señorear
Norden: «Ennen Edzerdes hoveding in der Greet» (p. 304, doc. 338, de 1426), «Uden to Norden,
[…] Ennen in der Greed hovetlinge» (p. 313, doc., 348), «Ude(n) t(h)o Norden, […] Enne(n) in der
Greed» (pp. 313-314, docs. 348-349; p. 316, doc. 351; p. 321, doc. 356), «Enno Edzardes to Gretzijl,
hovetling» (p. 315, doc. 350), «Enne in de Greet hovetling » (p. 323, doc. 358; p. 325, doc. 261;
p. 365, doc. 365). Los documentos 348 a 365 son todos de 1427 y en ellos Enno aparece, como en
el pacto de 1422, entre los socii o partidarios de Focko Ukena, frente al grupo acaudillado por su
sobrino segundo, Ocko II tom Broke, sedicente «hovetling in Oestfreslande» (p. 324, doc. 359, de
1427). Lo mismo se aprecia en el documento de 9 de abril de 1428, conocido como Focko Ukena’s
Willküren, esto es, ‘las libertades (o arbitrariedades) de Focko Ukena’, establecido con las comu-
nidades del entorno de Groninga por «Focko Ukens to Hlere, Hisseke provest tho Emede, Enne
in der Gred und Imele tho Grimessum und Hlerlte» (p. 333, doc. 367). En 1429 aparece, excep-
cionalmente, la ya vista suscripción «Enno Attenna hovetling in die Greed», en carta al concejo
de Groninga (p. 328, doc. 374). En 1437, una carta suya al concejo de Bremen lleva la siguiente
suscripción: «By my Enno Edzerdisna hovetling in der Greet vruntlike ghescreven» (p. 354, doc.
383). Aquí se queja Enno sobre el maltrato a sus veteranos, lo que puede relacionarse con el tra-
tado contra Bremen suscrito el 24 de mayo de ese mismo año entre el conde Johann von Hoya y
la facción de Focko Ukena, en la que se encuentran Enno y sus hijos «Enno in de Grietha, Edzardt
und Ulrick syne soehns» (p. 354, doc. 384). El 15 de junio los tres se sitúan ya al frente de una
facción propia: «Wy Enno Edzardsna, Edzard unde Ulrick syne zoens hofftlynge to Greedsiil»,
integrada además por los caudillos de Eilsum, Uphusen, Esens y Stedesdorf y las comunidades
de Emsiger, Brokmerland, Neu-Norderland y Harlingerland, que sellan un pacto de amistad con
Imelo y Friedrich de Larrelt, tras la conquista de Osterhusen (p. 356, doc. 385). El enfrentamiento
con Uko Fockena queda patente en otro documento de 5 de noviembre de dicho año, encabezado
por «Wi Edzardt Ennen soen, Eppe Gowkingha und Haie Ripperda, Ailko und Ippo Walsena,
hoevetlingen tho Greetzyll, Westerbroeck, Farmsum, tho der Munte und tho Amdorpe» (p. 360,
doc. 389). Cinco días después, «Enno Edzarsna hoevetlinck tho Greetzill» aparece de nuevo al
frente de los aliados del doc. 385 y algunos más (pp. 361-362, docs. 390-391). Su hijo mayor sigue
apareciendo como señor de Greetsiel «Edzardt tho Greetsyll hoevetlinck» (p. 364, doc. 303, de
1430), pero también como Vormund o ‘protector’ de Brockmerland: «Edzard, Ennen soen, hovet-
ling tho Gredzyl, vormunder in Broeckmerlant» (p. 367, doc. 396, de 1431), funciones que en
1434 se reparten entre padre e hijo: «Enno hoevetlinck tho Greetzill, […] Edzart vormunder des
Broeckmerlandes» (p. 392, doc. 428). En mayo de 1433, Enno, tras la derrota de Udo Fockena,
suscribe dos cartas al concejo de Bremen como «Enno Edzardesna / Izardissone van Norden,
hoftling to Gredsyl», actuando como uno los garantes del trato entre las comunidades de Frisia
Oriental y Hima Itzinga, la viuda de Udo Fockena (p. 380, docs. 411-412). Esta es la última men-
ción de Enno en activo y ambos territorios aparecen bajo el control de su primogénito a partir
de 1436: «Edzerde, in der Gred und in Norder nyelande hofftling» (p. 412, doc. 451; p. 416, doc.
456; similar en p. 444, doc. 499, de 1439) y de él y su hermano Ulrich en 1438: «Edzarde, Ulrike
broders, hovetlinge to […] Norderlande unde to Gretziil» (p. 440, doc. 493). Al año siguiente, el
primogénito aparece como señor de Norden y el menor, de Ense: «Idzerd to Norden unde Olric,
desulven Idzerdes broder, to Ezense hovetlinghe», en el documento que relaciona las localidades
recibidas de Hamburgo, entre ellas la importante plaza de Emden (p. 452, doc. 509). Enno no
reaparece hasta un diploma de 1447 en que consta como «Enne hovetlingk» (p. 512, doc. 586), con
un dictado genérico que, a estas alturas, parece ser esencialmente honorífico. La última mención
en vida corresponde a una compra de 1449, en que repite la intitulación de 1433: «Enno Edzards
van Norden, hovetling tho Greetsyel» (p. 541, doc. 618).
109
Es lo que suponía Esselborn: «Beide Geschlechter müssen also aus einer Wurzel ens-
tanden sein. Die Trennung muss schon in sehr grüher Zeit erfolgt sein, denn die uns bekannten
älteren Mitglieder des Hause Cirksena seigen, soweit uns die dürftigen Nachrichten ein Urteil
erlauben, nirgends ein näheres verwandtschaftliches Verhältins zu den gleichzeitigen Syertza
von Berum» (1945: 16).
110
Así lo explican Deeters (1997: 60) y Van Lengen (1997: 376 y 2018: 25b-30a), quienes
consideran que Gela von Manslagt, hija de Affo Beninga y de Tiadeka Syrdza, era heredera por
su padre de los señoríos de Pilsum y Manslagt y, por su madre, del de Berum. Este último, sin
embargo, continuó en la línea agnaticia con Martin Sydzena II, cuya hija Frowa Sydzena von
Berum casó con en segundas nupcias con Ezdard Cirksena (Esselborn 1945: 24 y 26), mientras que
Pilsum estaba bajo el señorío de un homónimo de Enno Edzardesna el joven, como consta por
el tratado de 1404 en el que aquel aparece, con sus hermanos, entre los partidarios de su primo
Keno tom Brok: «Ymelo Ydzardis, Hare in der Greeth, Enne to Norden, Enne to Pilsům» (OUB,
vol. I, pp. 163 y 165, doc. 193). La pertenencia de este último a dicha familia consta por el regestum
de un documento de 31 de mayo de 1438, tratante «de hereditate Taetkae Fockena, quam illa
legaverat ecclesiæ in Plegewerdt», donde se menciona su apellido: «Enno Syardsna tho Pilsum»
(OUB, vol. I, p. 442, doc. 495). La homonimia y una visión preconcebida de esta genealogía han
llevado a Salomon (2007: 18) y a Van Lengen (2018: 26, 29 y 41) a establecer la errónea ecuación
Enno Attena = Syardsna, lo que falsea toda la explicación del segundo sobre el origen del apellido
Cirksena y sobre el origen de las armas de Manslagt (vide infra).
111
Eminentemente en la historiografía, pues en la documentación recogida en el OUB solo
se documenta Syardsna (véase la nota precedente).
112
Syrtza [sirtsa] ¿o [tsirtsa]? provendría del precitado Sirk más el morfema de genitivo -a
(sobre el cual vid. Brons 1877: 116, cf. Heuser 1903: 26), con dentalización de la velar: *Sirksa >
Sirtza; cf. el caso de «thredzia Verwandtschaft 3. Grades (= aus thred-knia, thredkia, threggia)» (Heu-
ser 1903: 21). La forma Sydzena [sitsena] ¿o [tsitsena]? procedería de *Sirksna, compuesto de Sirk
y -sna, con metátesis de -e- y doble asimilación, -rks- > -rtz- > -dz-, aunque este último paso es
muy dudoso, pues la -r- nunca se pierde, en situación análoga, en las variantes de Edzardsena:
Edtzarsna ~ Edzerdisna ~ Edzardts ~ Edzaerds ~ Idzaerdt ~ Ydzards ~ Ydzardes (cf. OUB,
vol. I, pp. 268, 270 y 354) ni tampoco en Lyuwerdisna ~ Liursna ~Liuwerdesna ~Lyuwersna
~Luwertsna < Liudward ~ Liuward (Rimmers 2011: 58 y 60). Por otro lado, las formas Syertza y
Syardsna presuponen una base Syert ~ Syerd, con diptongo (cf. Syarda < Syard, en Brons 1877:
115), que resulta imposible de relacionar con Cirk y que más bien se pueden conectar con nombres
como Siart y Zyardt (cf. OUB, vol. II, pp. 838 y 848, respectivamente). Finalmente, el hecho de que
la supuesta forma primitiva, Cirksena ~ Sirksena, se documente después que las evolucionadas
plantea la notable incógnita de cómo se recuperó aquella. Si a ello se suma la cuestión de la s-
inicial (vista en la nota 105), queda claro que esta etimología plantea gravísimos problemas.
Figura 63. Mapa de Frisia Oriental en la época de los Häuptlinge o caudillos locales (siglos
XIV-XV), en el que se han marcado en azul, los territorios bajo dominio directo de los Cirksena
en 1433. La línea de puntos marca la actual línea costera (adaptado de Onno Gabriel, bajo
licencia Creative Commons).
113
Los Friesische Häuptlinge, «Old West Frisian: haedlingen; Old East Frisian: haudlingar;
Middle Low German: hovetlingen; [Medieval] Latin: capitales or capitanei; German: ‘Häuptlinge’;
Dutch: ‘hoofdelingen’» (Vries 2015: 231, n. 11), eran los antiguos caudillos de las comunidades
locales frisias, luego transformados en una pequeña nobleza territorial autónoma, hasta la crea-
ción del condado (Esselborn 1945: 6-15, Schmidt 1972: 543-44 y 2001, Vries 2015: 231-32 y 237-38).
Para el alzamiento contra Focko, vid. Schmidt (2001: 301)
segundas nupcias con Theda, nieta de Focko Ukena, por lo que, tras acabar
con las últimas resistencias, logró la supremacía sobre toda Frisia Oriental:
«juncher Ulrike to Berum, Norden, Ezense, Emeden, Aurike, Brokmerlande
etc. hovetlinghe» (OUB, vol. I, p. 512, doc. 586, de 1447), «Oelrick to Grietziil,
Norden, Aurigke, Emeden etc., in Oestvrieslande hovetlingk» (p. 698, vol.
806, de 1464). Para asentar definitivamente su poder, se declaró formalmente
feudatario del Imperio, al que hasta entonces Frisia Oriental había pertene-
cido solo de forma virtual, lo que quedó establecido por Lehnbrief o carta de
infeudación de 1 de octubre de 1464 promulgada por el emperador Federico
III, en virtud de la cual, Ulrich y sus descendientes fueron nombrados «gra-
ven und grefin zu Norden, Emeden, Emesgonien, in Ostfriesland» = ‘condes
y condesas de Norden, Emden y Emsgau, en Frisia Oriental’ (OUB, vol. I,
pp. 698-700, doc. 807) 114, además de recibir la dignidad caballeresca, junto a
«Dowa Ziarda, baronem in Franeka […] necnon viginti personas alias ad hoc
meritas», por decreto imperial de 5 de octubre de 1464 (OUB, vol. I, pp. 701-
702, doc. 809), ceremonia que se llevó a cabo el domingo 23 de diciembre de
1464 en la iglesia franciscana de Emden (OUB, vol. I, p. 702, doc. 810; Van
Lengen 1997: 681).
Un nuevo Lehnbrief fue emitido por el mismo emperador el 27 de julio de
1468 a favor de los hijos de Ulrich (fallecido en 1466), Enno, Ezard y Uko,
en los mismos términos: «graven zu Norden, Emeden und Emsgonien […],
mit den slossen Gretzil, Berum, Aurik, Lerort und Stickhusen mit allen iren
zugehorungen» = ‘condes de Norden, Emden y Emsgau, con los castillos de
Greetsiel, Berum, Aurich, Leer y Stickhausen con todas sus pertenencias»
(OUB, vol. I, p. 750, doc. 862). El 5 de abril 1495, siendo rey de Romanos, Maxi-
miliano I, al renovar el Lehnbrief o carta de infeudación otorgada en 1464 (en
la versión manipulada datada en 1454), crea oficialmente, a favor de Ezdar y
Uko (Enno había fallecido en 1491), el «graffschafft Ostfriessland» o condado
de Frisia Oriental (OUB, vol. II, pp. 446-447, doc. 1433), título que Edzard
empleaba desde un tiempo antes 115. Con la entronización de Carlos V se hizo
114
Existe un documento supuestamente previo, datado el 30 de septiembre de 1454, en el
que el Emperador nombra a Ulrich y a sus descendientes «graven und gravin zu Oistfrieslandt»
= ‘condes y condesas de Frisia Oriental’ (OUB, vol. I, pp. 590-593, doc. 677), pero se trata de
una versión manipulada del documento de 1464, hecha seguramente para la confirmación de
Maximiliano I en 1495; cf. OUB, vol. II, p. 446, n. 3; Van Lengen (1997) ni siquiera lo cita. Ham-
conius, advirtiendo ya algún problema, lo zanjó de modo salomónico, anotando al margen de
su panegírico de Vlricus: «Comes a Cæsare constitutus anno 1454. Inauguratus vero anno 1464»
(Frisia, f. D4v; 2.ª ed., f. 34r).
115
Así lo recoge la leyenda de su sello: S. Edzardi comitis Phrisie Orientalis (OUB, vol. II,
p. 390, doc. 1361, de 1493; p. 416, doc. 1395, de 1494; p. 425, doc. 1409, de 1494). Usaba esta
intitulación tanto a solas, «Wy Edzardt, greve to Oestvreislande» (p. 384, doc. 1356, de 1493;
p. 427, doc. 1411, de 1494), como con su hermano: «Wij Edzard unnd Uko, gebroder, grevenn in
Ostfresland» (p. 387, doc. 1361, de 1493); «Wy Edtzart und Uko gebruder, gravenn und herenn
van Oestfrisslande» (p. 424, doc. 1409; p. 426, doc. 1410, ambos de 1494).
Figura 64. Mapa del condado de Frisia Oriental, con las armas imperiales (a la izquierda) y las
de los Cirksena (a la derecha), trazado por Ubbo Emmius en 1595 y regrabado para el Atlas
Novus o Maior de Willem y Joan Blaeu.
116
OUB, vol. II, p. 446, n. 3; Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. VII, pte. iv. § 3, en vol. II,
pp. 315-316.
117
Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. XXI, pte. iii. § 1, en vol. V, pp. 239-240-
118
Hamconius, al tratar en 1609 de los primeros comites Frisiæ Orientalis, atribuyó errónea-
mente, la concesión de armas al mismo acto de nombramiento condal de Ulrich I por el empera-
dor Federico III en 1464: «Austriaci nutu Frederici Cæsaris, Arma / Clara illa, et Titullum Frisiæ
suscepit Eoæ» (Frisia, f. D4v; 2.ª ed., f. 34r; cf. la figura 62). Van Lengen (2018: 41), en el árbol
heráldico-genealógico de la fig. 49, le atribuye la adopción a Edzard, el padre de Enno el Joven,
pese a que él mismo reproduce en su fig. 9 un sello suyo de tipo mariano, igual al llevadopor su
hijo Imel, como ahora veremos.
119
Un fragmento del mismo sello, con pérdida de la leyenda, se conserva en otro documento
suscrito por Imel Edzardesna de Eilsum (OBU, vol. I, p. 165, doc. 193).
120
Véase –por desgracia, sin ilustraciones– OBU, vol. I, p. 144, doc. 169, según cuya descrip-
ción (seguida por Klinkenborg 1902: 152), las lises flanquean el escudo, no la arpía (según se ve
en la figura 65), al igual que las coronas en el sello de Ocko I tom Brok de 1388 (figura 68). Existe
otra impronta fragmentaria de 1433, en que solo se aprecia el escudo con la arpía, vid. p. 380,
doc. 411; lo mismo sucede en una de su hijo Edzard, de 1436 (p. 416, doc. 456). Se mencionan
otros sellos de Enno, sin describirlos, en la p. 163, doc. 191, y en la p. 271, doc. 302. Da cuenta
de otra impronta de la misma matriz Klinkenborg (1902: 152), quien señala que el mismo Enno
empleó otro sello con un águila contornada en las armas y una lis por cimera, armerías que, con
un águila por cimera y un antílope y un dogo por tenantes, empleó su sobrino Siebrand II de
Eilsum en 1427, por lo que considera que estas eran las armas primitivas de los Cirksena, de lo
que no hay prueba alguna (más bien, por lo visto en la nota 107, serían de los Attena, pero véase
la nota ¡Error! Marcador no definido.). En cambio, Sello (1902: 246) considera que ese sello (que
él atribuye a Ulrich I) se debe al dominio de Brokmerland, por lo que sería el águila de los tom
Brok. Sin embargo, la adscripción del sello está garantizada por el fragmento de leyenda Edels y
la suscripción del documento por «Siberen to Edelsum» (OUB, p. 320, doc. 354).
121
Véanse, respectivamente, OUB, vol. I, p. 80, doc. 87 (de 1359), p. 147, doc. 171 (de 1400),
p. 303, doc. 336 (de 1426); p. 321, doc. 355 (de 1427), y p. 144, doc. 169 (de 1400); compárese ade-
más el final de la nota precedente.
122
Retomando, a su manera, la hipótesis de Sello, y sin intentar conciliar esta explicación
con la alegórica que acaba de exponer, Van Lengen plantea que «Die somit ursprünglich nicht
als “Jungfrauenadler”, sondern als Königs- bzw. Kaiseradler zu betrachtende Wappenfigur der
Cirksena wäre also zu verstehen als Sinnbild für ihren (und ihre friesischen Standesgenossen)
von König und Reich angeblich schon seit Karl dem Großen anerkannten und verbrieften spezi-
fisch friesisch-freien Adelsrang, der in nichts dem feudalen nachsteht» (2018: 17a-b). Sin embargo,
como se ha visto, para esas fechas la Königskopfadler había perdido completamente su sentido
original.
123
Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte. iv, § 23, en vol. I, p. 466; véanse además Kappel-
hoff (1982: 68) y, sobre todo, Van Lengen (2018: 23a-25a).
Figura 67. Armas atribuidas a Magnus Fortema (a) y a Julius Dekema (b), respectivamente
la primera y la última de las potestates Frisiæ, según Hamconius. Detalles de las láminas
calcográficas correspondientes, en su Frisia, 2.ª ed., ff. 35v y 47v.
124
Vid. Reimers (1927: 100) y Van Lengen (2018: 24, fig. 30). Reimers reproduce además otras
representaciones de las mismas armas en otro sello del hijo de OckoI, Keno II, en el documento
de 1400 que estoy comentando (1929: 182), y en la lauda sepulcral de su viuda Foelke, de 1414,
según la inscripción, aunque dicho autor la fecha entre 1417 y 1419 (1927: 105). El primer sello
de los tom Brok recogido en el OUB es el mismo de Keno II en 1400 (vol. I, p. 144, doc. 169), el
cual reaparece en un diploma de 1404 (p. 166, doc. 194).
125
No es seguro que el águila fuese adopción suya, aunque al parecer sí las coronas. Según
Van Lengen, «Mit der nicht zu übersehenden Platzierung der Kronenfigur hat Ocko wohl ein
bedeutsames Zeichen setzen und zum Ausdruck bringen wollen, dass es der Kaiser und König
gewesen sei, der ihm das Recht verliehen habe, die Krone in Verbindung mit seinem Wappen
zu führen» (2018: 24b, cf. también p. 17a), pero no aduce ninguna prueba. En general, la corona
es una figura más del repertorio heráldico y por si sola no atestigua ningún tipo de concesión
regia o imperial. Más probable, en ese contexto histórico, es que quisera sugerir con su adopción
la supremacía que ejercía sobre los demás caudillos frisios. No obstante, bien pudo influir en su
incorporación la citada disposición de la apócrifa bula áurea de Carlomagno que otorga a los
caballeros frisios el derecho a incorporar una corona a sus armas.
126
Lo señalaba ya Emmius, Rerum Frisicarum historia, lib. XIV, p. 211 en el pasaje transcrito
arriba. Véanse además Schmidt (1972: 543, 2001: 293 y 295) y Vries (2015: 233).
127
Esta conformación, con dos leones como tenantes, aparece por primera vez en un sello
de Ocko II tom Brok del primero de septiembre de dicho año (OUB, vol. I, p. 262, doc. 299) y
se repite en 1426 (p. 303, doc. 336), 1427 (p. 320, doc. 354) y 1432 (p. 374, doc. 405). Existe una
versión intermedia en la que el águila del escudo está coronada, mientras que la cimera pasa a
ser una cabeza de águila coronada, atestiguada por primera vez en el sello de Keno II de 1412
(OUB, vol. I, p. 192, doc. 230) y continuada en el de su hijo Ocko II usado en 1418-1419 (pp. 221
y 226, docs. 262 y 267) y de nuevo en 1428 (p. 332, doc. 366).
128
«Das Siegel ist nicht mehr vorhanden; doch hat sich das fettige Wachs auf dem in Brie-
fform zusammengefalteten Papiere so abgedrückt, dass man in den Umrissen das Bild einer von
zwei Lilien begleiteten Harpyie noch zu erkennen vermag» (OBU, vol. I, p. 158, doc. 186). Esta
descripción refleja un uso de la arpía como señal, sin escudo de armas, acostada en el jefe por
las dos lises, lo que concuerda con la acuñada por Edzard I todavía en 1491 (figura 69).
129
Ficha accesible en línea en <https://ikmk.smb.museum/object?id=18211356>. Aquí se
identifica esta moneda con Kappelhoff (1982: núm. 97), pero en el anverso de esta acuñación
aparece la arpía cantonada de cuatro estrellas y no de dos lises. Tampoco coincide la leyenda,
que en el ejemplar reproducido por Kappelhoff reza: X edzard · comes * fri * orie’ta’. Puede
que el ejemplar berlinés corresponda una emisión previa del mismo año, basada en un modelo
más antiguo.
130
Las lises, que aparecen por primera vez cantonando una cruz en acuñaciones de prin-
cipios del siglo XV, imitadas de monedas francesas, se vinculan a la familia extendida de los
Abdena y así aparecen representadas en la torre de la iglesia de Suurhusen. El lirio se combina
con el león tradicional de su familia en las acuñaciones de Imelo Abdena en Emden desde 1430
(Kappelhoff 1982: 67).
Figura 69. a) La arpía de los Cirksena con la cabeza flanqueada por dos lises en el anverso del
Halber Krummsteert acuñado por el conde Edzard I en 1491, con la leyenda X edzard · comes *
fri * oi’e’ta’ = Edzard, comes Frisie Orientalis. b) Detalle del motivo. Ejemplar conservado en el
Tresor del Münzkabinett de los Staatliche Museen zu Berlin (N.º Inv. 18211356).
un uso antiguo, es que las lises remitan a las armas de los Visquard, familia a
la que pertenecía Etta, la abuela de Enno (véase la figura 61), las cuales traían,
de azur, una rosa de gules acompañada de dos lises de oro en los cantones del
jefe (Siebmachers FstA, vol. II, p. 209b y lám. 264; cf. p. 206b, nota *; Esselborn
1945: 232).
En el sello usado por Enno en 1427, la arpía campea sola en el escudo,
mientras que la lis sustituye al águila en la cimera, marcando así quizá su
alejamiento de los tom Brok en esa época (OBU, vol. I, pp. 314-315, docs. 349
y 350) 131. Según Van Lengen, que desconoce las posibnilidades ya apunta-
das, se trata de un símbolo mariano: «Die goldene Lilie als Helmzier bezog
sich auf die Jungfrau Maria, die Schutzpatronin des Stammhauses» = ‘La lis
dorada como cimera se refería a la Virgen María, la santa patrona de la casa
troncal’ (2018: 19a), de lo que no da prueba algun ni yo la encuentro, más allá
de los sellos hagiográficos del padre y los hermanos de Enno, que respon-
den a motivos sigilográficos bastante comunes. Noobstante, al margen de la
dudosa alusión mariana, podría apoyar la idea de una señal familiar el que su
pariente Sibet Attena el Joven usase la misma cimera en sus armas, según se
documenta en sus sellos de 1453 a 1473 132, pero, dadas las fechas, seguramente
se trata de una imitación directa de la traída por los Cirksena, como rama más
poderosa de la familia, en cuyas armas será ese timbre el que se estabilice en lo
131
El mismo diseño empleó su hijo Ulrich en su sello de 1439 con la leyenda S. Ulrici de
<Norda> capitalis in Esense (OUB, vol. I, p. 454, doc. 509).
132
OUB, vol. I, p. 730, doc. 842, de 1453; p. 637, doc. 734, de 1458; p. 661, doc. 763, de 1460;
p. 730, doc. 842, de 1466; p. 767, doc. 888, de 1470, y vol. II, p. 19, doc. 920, de 1473.
Figura 70. Schaf o ‘cordero’ del conde Enno I batido en 1529. En el anverso (a), un yelmo de
rejilla visto de frente, con lambrequines, timbrado de una corona abierta con una lis por cimera,
y la leyenda X enno * co(mes) * et * d(omi)n(u)s *phri(si)e * oriental(is). En el reverso (b),
una tarja en la que campea la arpía coronada y cantonada de estrellas, con el año entre el borde
superior de la misma y la grafila y, en torno, la leyenda X in * deo * speravi n(on) ti(m)ebo *
q(uid) * faci(a)t * m(ihi) *h(omo) [= Sal 55 (56), 11] (apud Kappelhoff 1982: fig. 160).
133
Para la cronología de las claves de bóveda y los sitiales de la iglesia de Norden (figuras
76 y 72), véase HOO, s. v. «Norden».
Figura 74. Krummsteert de Ulrich I como señor de Emden. En el anverso (a), una arpía
cantonada de cuatro estrellas, con la leyenda X vlricvs ª·capital ª tre ªemdenis = Ulricus,
capitalis Terre Emdensis. En el reverso (b), una cruz de extremos patados cantonada de cuatro
estrellas, con la leyenda monet|a : nova | de : emd|ensis| (apud Kappelhoff 1982: fig. 70).
134
Se aprecian ya, no obstante, senos de formas bastante redondeadas en acuñaciones de
1529-1530 (vid. Kappelhoff 1982: figs. 160, 170, 178, y aquí la figura 70), pero se trata de ejem-
plares bastante desgastados, por lo que, a la vista de otros modelos parecidos, pero en los que
claramente se trata de la pechuga del águila (cf. Kappelhoff 1982: fig. 187), resulta difícil tener
certeza al respecto.
Figura 76. Armas de los Cirksena Figura 77. Doppeltaler de 1564 de los condes
(representadas como un águila con cabeza Edzard II, Christoph y Johann de Frisia
de grifo de oro, cantonada de cuatro rosetas Oriental, con la arpía coronada cantonada
de espuela de lo mismo, en campo de sable) de cuatro rosetas de espuela, rodeada por
talladas en piedra policromada en la clave la leyenda ªª mo ª edz ª cr ª io ª c ªe
de bóveda oriental del coro alto de la iglesia ª d ª p ª o ª da ª pa ª d ª i ªde ª
de San Ludgero de Norden, esculpidas no = Moneta Edzardi, Christophori, Iohannis,
hacia 1480. comitum et dominorum Phrisiæ Orientalis. Da
pacem, Domine, in diebus nostris [≈ 2 Re 20, 19 ]
(apud Kappelhoff 1982: fig. 206).
135
Vid. Pastoureau (1993: 166), quien considera que la molette (nombre de la estrella hora-
dada en el blasón francés) no es una rondelle d’eperon, sino una mera variante de la estrella. Esto
podría explicar la alternancia en el caso de las armas de los Cirksena, pero, si bien es cierto que
en el blasón primitivo estoile y molet eran, al menos aparentemente, sinónimos, se diferencian de
la molete perciee, mientras que no había una *estoile perciee (cf. Brault 1997: 198a-b, 244b y 245b).
En todo caso, la sinonimia parece haber ido en sentido contrario, porque mollette significaba de
suyo «1. Petite meule. […] 3. Partie extrême de l’éperon en forme de roue étoilée qui sert à piquer
le cheval» (DMF, s. v. «molette1»), lo cual es acorde a su etimología: un de meule ‘muela’ con el
sufijo diminutivo sufijo -ette (TLFi, s. v. «molette1»), de modo que posiblemente las estrellas de
espuela se representaban originalmente como rosetas (molet), estrelladas, o rodajas (meulet), cir-
culares, con o sin su orificio central. Como señala Fox-Davies (1900: 296), «As a mullet is really
the «molette» or rowel of a spur, it certainly could not exist as a fact unpierced». De todos modos,
téngase en cuenta que aquí estamos tratando de un período muy posterior.
esta y que aquella es una trivialización, por asimilación de la forma más rara
a la más frecuente. Así, en el informe sobre las armas del principado de Frisia
Oriental redactado por el historiador Coldewey por encargo de la administra-
ción prusiana, a raíz de la anexión de 1744, se señalaba que el primer cuartel
de las armas frisias traía la arpía acompañada de güldene Sterne oder vielmehr
Sporn-Räder = ‘estrellas de oro o, más bien, rosetas de espuela’ 136.
Este fue el planteamiento prevalente durante el siglo XIX y parte del XX,
de modo que, por ejemplo, las actuales armas de la ciudad de Norden traen,
de azur, tres rosetas de espuela de oro (figura 78), mientras que las del Lan-
136
«Das Fürstlich Ostfriesische in 6 Feldern abgetheilete Wapen hat. Im rechten oberen
schwartzen Felde eine güldenen Adler mit einem Menschen-Kopfe oder sogenannte Harpyie,
welche eine Krone auf dem Haupte, od. 4 güldene Sterne oder (nach denen ältesten Müntzen
zu rechnen) vielmehr Sporn-Räder auf denen beiden Flügen, und unter beyden ausgestreckten
Füssen hat» (Coldewey, Nachricht und Erläuterung über das fürstlich ostfriesische Wappen, p. 238).
Figura 80. Sello de cera de la ciudad de Figura 81. Reverso de un Goldgulden o florín
Norden en 1498, con las armas de la ciudad de oro de Udo von Norden, con la efigie
(tres estrellas de oro en campo de azur) de san Ludgero revestido de pontifical,
sostenidas por san Andrés (apud Van Lengen sosteniendo un escudo con las armas de
2018: fig. 21). Norden (de azur, una estrella de oro), que se
repite como señal en su pecho, con la leyenda
*sanctvs : l|vdger’*. Ejemplar conservado
en el Münzenreich del Historischen Museum
Frankfurt (Neubau, Ebene 1, Vitrine F08;
N.º Inv. M27025) = Kappelhoff (1982: núm. 51).
dkreis o distrito de Aurich (al que pertenece Norden) traen la arpía de los
Cirksena flanqueada de rosetas en el jefe y bellotas en la punta (véase abajo
la figura 134) y, dentro de este, las del Samtgemeinde o mancomunidad de
Brookmerland, con las armerías históricas de los tom Brok, el águila con tres
coronas, con cambio del campo de gules original a azur, más dos rosetas en
la punta (figura 79), en ambos casos posiblemente por influencia de las armas
de Norden o las modernas del distrito de Aurich.
No obstante, como todos los principios de base probabilística, el de la
preferencia por la lectio difficilior solo establece una tendencia, no una norma.
En este caso, los datos históricos permiten establecer, sin la menor duda, que
la figura original es la estrella, emblema de Norden documentado ya en el
«sigillum terre nostre Nordensis» apuesto en un documento de ca. 1290, que
muestra a san Ludgero obispo sedente en su sitial y flanqueado de sendas
estrellas, con la leyenda S. advocatorom et consulum terre Norde (OUB, vol. I,
p. 36, doc. 37), y luego en el sello de la ciudad de 1498 (figura 80), en el que
aparecen tres en un escudo sostenido por san Andrés, con la leyenda, en tex-
tura quadrata o gótica textual, «Sigillū : Ciuita|tis : Nor∂enſis :» (OUB, vol. II,
p. 575, doc. 1580; Van Lengen 2018: 18b, fig. 21). Aunque en la versión como
sello de placa de 1619 aparecen como rosetas de espuela (Van Lengen 2018:
28220#>.
138
«Focko Ukens Wappen ist ein silberner Löwe im blauen Felde. Dieses Wappen stehet auf
seinem Portrait ihm zur Seite. Auch unter dem gröninger Laudum von 1427 hängt sein Siegel,
ein springender Löwe» (Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte. iv, § 23, en vol. I, p. 466). Para
más detalles sobre estas armerías, véase abajo.
139
Ficha accesible en línea en <https://ikmk.smb.museum/object?id=18206241>.
140
En la p. 20b plantea un posible criterio (que luego desecha, sin más explicaciones) para
diferenciar ambas, el número de rayos: «Dieser Befund könnte darauf hindeuten, dass hier
zweierlei Beizeichen vorliegen: Himmelssterne (mit fünf Strahlen) und Sporenräder (mit sechs
Zacken)». Obviamente, se trata de un mero elemento de representación que carece de relevancia
alguna (cf. Neubecker 1976: 141-42). En ese mismo pasaje dice que «Sello [1902] sah hier deshalb
auch zwei verschiedene Figuren», pero, como se verá a continuación, dicho autor niega taxati-
vamente que se trate de Sporenräder.
141
La cronología lo deja claro. Atribuyen la integración de las estrellas de Norden a un
primer matrimonio de Enno Edzardsena el Joven con «Idsinga, Herrschaft Norden», Siebmachers
FstM, p. 45b, y Siebmachers FstA, vol. II, p. 205a. Sin embargo, quien casó con Him(b)a Itzinga ~
Idzinga von Norden fue Udo Fockena (Esselborn 1945: 12; Kappelhoff 1982: 60). Por su parte,
Van Lengen (2018: 21a-22a) atribuye esas armas, no a la ciudad, como evidencia el sello de 1290,
sino a los Itzinga, como señores suyos, basándose en un supuesto sello de Evenhard II († 1414), el
padre de Hima, lo que le permite justificar su identificación de las estrellas con rosetas de espuela
en tanto que atribuyo nobiliario y caballeresco. Sin embargo, los Itzinga traían por armas un león
contornado, como se documenta en el sello de Liward Itzinga van Emden, caudillo de Norden,
en 1400 (OUB, vol. I, p. 147, doc. 171).
142
Vid. Kappelhoff (1982), con estrellas en las figs. 61, 68-74, 77-78, 82-84, 88-92, 95-98, 100,
114-16, 142-143, 154, 156, 159-60, 164-65, 169-70, 174, 177-78, 182-84, 210, 214-15, 218-19, 223,
225-26, 233, 247, 250, 268, 303, 343, 346, 352 y 360; con rosetas de espuela en las figs. 101, 106,
185, 188-89, 193-95, 198-202, 204-6, 228, 251, 255-56, 258, 273, 318, 325, 327-28, 354 y 457; la arpía
sola en las figs. 182, 175, 306, 314 y 320; en todos los casos, he eliminado los ejemplos demasiado
dudosos, por el mal estado de los especímenes reproducidos.
En razón de dos a uno, según los datos de la nota 142 (estrellas = 66,7 %, rosetas = 33,3%).
143
en <https://www.heraldik-wiki.de/wiki/Datei:Coacirksena.jpg>.
Figura 85. Armas plenas de los Cirksena en el anverso de un Reichstaler o tálero imperial batido
en 1570 por los condes Edzard II y Johann II, con la leyenda edz(ardus) · e(t) · ioh(annnes) ·
co(mites) · e(t) ·d(omini) · phrisı(æ) · o(rientalis); en el reverso, el águila imperial cargada de
un orbe, con la leyenda da · pacem · domine · in · diebvs · nos(tris) · ×. Grabado xilográfico
de 1596 en el Vortzeichnus und Gepräge der groben unnd kleinen Müntzsorten, lám. 48, fila 1 =
Kappelhoff (1982 núm. 233).
Oriental
Tras la consolidación de la arpía, se aprecia, desde fines del siglo XVI, un
proceso de combinación armera que desembocará en la creación de las armas
mayores del condado y luego principado de Frisia Oriental. Primeramente,
los Halbwitten o medias blancas emitidas a nombre de los condes Edzard II,
Christoph y Johann, llevan cuatro escudos formando una cruz. El superior
Figura 87. Escudos de Cirksena, tom Brok, Ukena Figura 88. Armas de los condes de Frisia
y Norden dispuestos en cruz en el anverso de los Oriental, Edzard y Johann, en 1599,
Halbwitten de los condes Edzard II, Christoph y en un escudo cuartelado del águila de
Johann (adaptado de Van Lengen 2018: 22, fig. 28; Tom Brok y el león de Ukena, más, en
cf. Kappelhoff 1982: núm. 190). escusón sobre el todo, la arpía de los
Cirksena (según Siebmachers FstA, vol. II,
lám. 256; cf. Kappelhoff 1982: núm. 92).
145
Vid. Kappelhoff (1982: 68-69) y núms. 190, para el primer diseño, y 89-92 y 100, para
el segundo. Dada la mala calidad de las reproducciones de Kappelhoff para estas monedas,
la figura 87 sigue las reconstrucción gráfica de Gerhard Kronsweide (en Van Lengen 2018: 22,
fig. 28), pero eliminando el busto femenino de la arpía y recuperando las estrellas que apare-
cen en el original, en lugar de las rosetas de espuela, mientras que la figura 88 reproduce la
versión de Siebmachers FstA, vol. II, lám. 256. Existe una variante de esta última combinación
en la que la arpía pasa al primer cuartel y se suprime el escusón sobre el todo (Kappelhoff
1982: núm. 99).
Figura 91. Las armas mayores del principado de Frisia Oriental timbradas de corona de
príncipe imperial y acoladas a un trofeo de banderas y armas. Bajorrelieve en el tímpano
que corona la galería superior de las caballerizas del castillo de Aurich, construida en 1731-
1732 por el maestro de obras Anton Heinrich Horst por orden del príncipe Georg Albrecht.
Actualmente es la sede del NLBV (Niesersächsisches Landesamt für Bezüge und Versorgung)
y del Informatikzentrum Niedersachsen.
146
Sobre estas armas, véanse Harkenroth, Oostfriesse oorsprongkelykheden, 2.ª ed., pp. 447-
448; Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. I, pte. iv, § 24, en vol. I, pp. 467-68, y lib. XII, pte. ii, § 2,
en vol. III, pp. 354-56; Siebmachers FstA, vol. II, pp. 205a-207b y láms. 252-53 y 255-56; Esselborn
(1945: 235-241), Kappelhoff (1982: 69 y figs. 329, 332, 348) y Van Lengen (2018: 9-41).
147
Vid. Berlien (1846: 76, 87 y 93) y Esselborn (1945: 237), que omite al conde Christian
Eberhard.
148
Harkenroth, Oostfriesse oorsprongkelykheden, p. 101; 2.ª ed., p. 447. En la actualidad, el
escudo de esta localidad (hoy en día, un agregado del municipio de Krummhörn, en el distrito
de Aurich) coincide con el tercer cuartel de las armas mayores condales (HO, s. v. «Manslagt»).
149
Tanto el escudo de armas como la bandera heráldica medieval de Frauenfeld, capital del
cantón suizo de Turgovia (en alemán, Thurgau), traen, de argén, una dama al natural, vestida
de gules, atraíllando de oro a un león de gules acollarado de oro con cadena de lo mismo (HW,
s. v.). La composición incluye una mujer (Frau) como elemento parlante, mientras que el león
enlazado, siendo de gules, posiblemente represente a la casa de Habsburgo (cf. Neubecker 1976:
108). Presenta un diseño parecido, pero sin la cadena, la enseña de la Doncella de Gante pintada
por Agnes van den Bossche entre 1481 y 1482 y conservada en el Bijlokesite del Stadsmuseum
Gent (vid. Wolfthal 1985).
150
Por línea paterna, este personaje es un Attena, hijo de Sibo o Sibet, el unificador de
Harlingerland, pero eligió como patronímico el de su abuelo materno Hero Omken I († 1429),
señor de Stedesdorf (cf. Kappelhoff 1982: 64). En cambio, aunque se titulaba señor de Esens y
Wittmund, como proclama en sus sellos (figuras 93 y 94), adoptó el dictado paterno von Dornum,
como se aprecia en los diplomas citados.
Figura 94. Armas plenas de Hero Omken Figura 95. Armas plenas de Balthasar
von Dornum, señor de Esens, Stedesdorf y von Esens, señor de Esens, Stedesdorf y
Wittmund, en una impronta en cera de su Wittmund, rodeadas por una filacteria con la
sello en 1497 (Niedersächsische Landesarchiv leyenda, en textura quadrata o gótica textual,
Aurich, Rep. 1, núm. 436). «Balthaʒa2 | ◦ | Hee2 ◦ tho ◦ Eeʒens ◦ un
◦ tho |◦ | witmun∂», en una impronta en
cera de su sello en 1538 (Niedersächsische
Landesarchiv Aurich, Rep. 1, núm. 443).
Una impronta más completa del mismo sello pende del tratado de amistad
entre los condes Edzard I y Uko de Frisia Oriental y Hero Omken von Dor-
num, de 21 de octubre de 1497 (figura 94).
Esta será la disposición que mantenga el citado sello de Balthasar von
Esens, salvo que añade sobre el todo un escusón de Oldemburgo (de oro, dos
fajas de gules), incorporado por línea materna. En esta impronta los látigos,
de dos colas en el escudo y de tres en la cimera, se aprecian con absoluta
nitidez (figura 95).
En cuanto al origen de los látigos, el mismo Kappelhoff (1982: 69), pese
a su interpretación, sugiere que podrían ser un símbolo de señorío político
y jurisdiccional, mientras que Van Lengen (2018: 38b-39b) se pregunta por
una posible y totalmente indocumentada herencia heráldica que marcaría
una lejana sucesión legitimadora de su dominio. Dado que, obviamente, se
trata de una invención armera de Hero Omken von Dornum, una opción, a
mi juicio, más acorde con la poética de la imaginación emblemática es que se
trate de armas semiparlantes, a partir del frisón antiguo wīte > moderno wît(e)
‘castigo, pena’ (cf. Doornkaat Koolman 1879-1884: III, 565b), que es, además,
lo único que justifica la tradicional adscripción a Wittmund, mientras que el
oso, emblema originalmente familiar, pasaría –por exclusión– a asociarse a
Esens y, subsidiariamente, a Stedesdorf.
151
Para la especificación de las zonas de influencia, me baso en Van Lengen (2018: 40a-b);
compárese el mapa de la figura 63.
Consanguineidad
Norden
Brookmerland-Auricherland
2 tom Brok Brookmerland
(Frisia central)
3 Beninga (?) Manslagt Norderland oriental
Leer, Moormerland, Süderland
4 Ukena
Oldersum
5 Esen-Stedesdorf Harlingerland
Attena Afinidad
6 Wittmund
A juicio de Van Lengen (2018: 40b), esta combinación armera refleja una
especie de unión personal del condado, con diferencias graduales en la legiti-
midad del señorío para cada una de sus partes y, por lo tanto, representa una
fuente reveladora de la construcción del señorío por parte de los Cirksena. Si
bien la conclusión es correcta, las premisas no lo son. Sin duda, la incorpora-
ción en unas solas armerías de las precedentes refuerza la legitimación de su
titular, pero esto se logra por la doble vía de marcar los vínculos genealógicos
que la sostienen, por un lado, y de identificar los territorios sobre los que se
ejerce la potestad condal, por otro.
Se trata de un fenómeno común en la Europa Moderna, debido en buena
parte al creciente componente de armas de dignidad y luego territoriales de
lo que originalmente eran armas familiares, lo que en este caso queda patente
por la marginación de las armas concejiles de Norden, pese a que habían
aparecido, como se ha visto, en alguno de los ensayos previos (figura 87).
Este proceso queda perfectamente ejemplificado por la coetánea evolución
de las armas de la Monarquía Hispánica, desde la incorporación del entado
en punta de Granada con los Reyes Católicos hasta la reorganización del
escudo grande de Carlos III (cf. Menéndez Pidal 2004). En cuanto al vínculo
jurídico-político, depende de cada caso concreto. En el de las armas de Frisia
Oriental la unión dinástica y no política queda clara para el caso de Harlin-
gerland, pero no puede hacerse extensiva al resto de los territorios. En cuanto
a las graduelle Unterschiede in der Legitimation der Herrschaft, estas pudieron
darse quizá en origen, pero, desde luego, no en las fechas de estas armerías
compuestas, cuando el condado llevaba siglo y tercio establecido de iure y
centuria y media de facto.
La nueva conformación armera afectó también al timbre, que, siguiendo
un modelo típicamente centroeuropeo, incorpora tres yelmos con sus respec-
tivas cimeras: el central con la lis y dos plumas de los Cirksena (véase arriba
la figura 70), el de la diestra con la lis y los látigos de Wittmund y el de la
siniestra simplemente con un plumero que, en ausencia de representaciones
Figura 96. Armas mayores de los condes Figura 97. Labra con la arpía cantonada de
de Frisia Oriental timbradas tres yelmos estrellas y, al timbre, tres yelmos con sendas
sendas cimeras: los látigos de Wittmund, cimeras: los látigos de Wittmund, la lis de los
la lis de los Cirksena y un plumero, Cirksena y un plumero, y sostenido por dos
Superlibros dorado en la cubierta de leones, con la inscripción Georg Albrecht
Dominicus van Hottinga, Polygraphie ou ·| Fůrst zů Ost Friesland | Herr zů Esens
Methode universelle de l’Ecriture Cachée, Stedesdorf | Vnd Wittmund · Anno 1712.
Groningue, Jean Sas, 1620 (ejemplar de la Labra en piedra en una fachada (construida en
Landschaftsbibliothek Aurich, sign. Rara: 1570) del castillo de Stickhausen (actualmente,
Q 359). una localidad adscrita al municipio de Detern,
distrito de Leer, estado de Baja Sajonia).
Figura 98. Armas mayores o escudo grande Figura 99. Armas mayores del condado de
del rey de Prusia. Lámina cromolitográfica Frisia Oriental, basadas en una representación
«Königreich Preußen – großes Wappen» de 1626 (según Siebmachers FstA, vol. II,
(estampada por A. Gatternicht), en el lám. 252).
Deutsche Wappenrolle de Ströhl (1897: lám. II).
152
Vid. Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. XII, pte. ii, § 2 (en vol. III, p. 356) y Ströhl (1897:
18b).
153
Sobre estas armerías, véase Ströhl (1897: 6a-8b y 19a).
154
Se trata de un modelo de 1611 reproducido en la lám. 256 (véase aquí la figura 121), que
corresponde en realidad a los condes de Rietberg y no a los de Frisia Oriental (vide infra).
155
Sobre las armas del Ostfriesland Landschaft, una institución muy vinculada a la tradición
de las libertades frisias, véase Van Lengen (2018: 42-51).
156
Hay un facsímile digital desde 1884 a 1915, más un número suelto de 1940, acce-
sible en línea en <http://ostfriesen.advantage-preservation.com/search?t=29193&i=t&-
d=01/01/1884-12/31/1969&bcn=1>. No hay que confundir este periódico con los Ostfriesische
Nachrichten que han venido publicándose en Aurich desde 1864 hasta el día de hoy.
Figura 101. Variante de la composición de la figura 100, con las armas mayores de Frisia
Oriental en el centro, rodeadas, de izquierda a derecha en sentido levógiro, de las del
Ostfriesland Landschaft y las localidades de Emden, Aurich, Norden, Esens, Wilhelmshaven y
Leer. Tarjeta postal cromolitográfica decimonónica, impresa en Hamburgo por M. Glückstadt
& Münden, [s. a.] (ejemplar enviado en 1921).
Figura 102. Armas mayores de Frisia Oriental, que reproducen el modelo de la figura 99, en
la mancheta de los Ostfriesische Nachrichten publicados en Breda (Iowa, EE. UU.), del 1 de
enero de 1912.
Figura 103. Armas mayores de Frisia Oriental en la mancheta de los Ostfriesische Nachrichten, ahora
con el subtítulo de Heimatblatt der Ostfriesen in Amerika, en el número de 20 de marzo de 1940.
157
Los datos de localización de la figura 104 son los facilitados por el proveedor y no he
tenido ocasión de corroborarlos. Ignoro qué hace esta representación en la plaza del mercado de
una localidad bávara. En cuanto a la figura 106, debo los detalles al respecto a la amabilidad del
autor de la fotografía, quien me informa de que, actualmente, el edificio es propiedad particular
de la familia Peters. Seguramente, la labra, fijada al muro de ladrillo mediante anclajes metálicos,
procede del edificio al que sutituye, en la calle An der alten Schule, núm 8.
158
«eala od. ealâ, êla ist demnach dieselbe Interjection wie unser êlá hêlá hôlá u. da nun auch
im ags. die Interjection lâ (engl. lo) vorkömmt, so wird eala, êla wahrscheinl. aus ea, ê u. lâ zusam-
mengesttet sein» (Doornkaat Koolman 1879-1884: I, 376a). Algunos relacionan e(a)la con el frisón
antiguo elle ‘todo’ < germ. *alla(z) > ingl. all, con el sentido de ‘todos [vosotros], frisios libres‘
(compárese el verso 3 del poema de la figura 109), pero tal interpretación carece de base.
159
Según lo habitual en las interjecciones, el sentido es difuso y depende bastante de la situa-
ción pragmática. Como una marca de vocativo lo interpretó Wiarda, Alt friesisches Wörterbuch,
p. 94: «eala, ela ein Ausrufungswort, “hier! o!” Eala frya Fresa, “o du freier Friese!”, so pflegten
sich die Friesen vormals zu begrüssen. […] So auch im angelsächs: Eala licetere! Tuci aerest thone
beam of tinum eage, “O du Heuchler!, zieh zuerst den Balken aus deinem Auge”, Luc. 6, v. 42». Esto
resulta acorde con el paralelo con el inglés lo visto en la nota precedente: «lo or loo represents […]
Middle English lǭ < Old English lá, an exclamation indicating surprise, grief, or joy, and also used
(like O!) with vocatives» (OED, s. v. «lo1»). Por su parte, Doornkaat Koolman (1879-1884: I, 376a)
rechaza que sea una forma de saludo como Heil o Gruss, «sodass eala (od. früher êla) fria fresena»
eigentlich bedeutete: «auf (od. “erhebe dich” – “komm” etc.) freier Friese». Bestätigt wird dies
durch die ags. Bibelübersetzung, wo in Luc. 7, Vers 14 Christus dem Jüngling von Nain bei der
Auferweckung zuruft: “eala geonge aris”, d. h. “auf! Jüngling, erhebe dich”». Se ha de notar, no
obstante, que el pasaje evangélico citado carece de interjección en griego, «νεανίσκε, σοὶ λέγω,
ἐγέρθητι» = ‘joven, a ti te digo, levántate’; en latín: «Adulescens, tibi dico, surge!», y en la tra-
ducción de Lutero: «Jüngling, ich sage dir, stehe auf!», por lo que eala podría ser perfectamente
una marca de vocativo o, en todo caso, una expresión de ánimo muy genérica, como ‘¡ea!’.
160
Para el concepto de fry fresa o ‘frisio libre’ y el alcance histórico de la Frisonica libertas,
más su parcial mitificación, pueden verse Schmidt (1972 y 2001) y Vries (2015) Según Schmidt
(1972: 518, 526 y 531-35; 2001: 289-90), seguido por Van Lengen (2018: 17a), el Karlsprivileg o Frei-
heitsprivileg se falsificó probablemente a mediados del siglo XIII. Investigaciones más recientes
establecen como termini a quo y ad quem 1297 y 1319, respectivamente (Vries 2015: 232).
161
Vid. Maza (2004). Para la imagen de la institución en el Aragón decimonónico pueden
verse varias de las contribuciones al volumen presentado por García Vicente (2001).
Figura 107. Las armas de Frisia Oriental con el lema Eala frya Fresena, acompañadas del
Ostfriesenlied de Enno Wilhelm Hektor. Tarjeta postal cromolitográfica impresa en Emden, por
W. Schwabe, en 1925 (reimpresión de un modelo anterior, documentado al menos desde 1919).
menos cargada de acentos patrióticos, fue compuesta en 1850 por Enno Wil-
helm Hektor 162. Originalmente se titulaba Sehnsucht nach der Heimat = Anhelo
de la patria, aunque se hizo más conocida como Ostfriesenlied. Actualmente es
el himno de la región de Frisia Oriental 163, pues, no en vano el sujeto lírico
se muestra dispuesto a todo por ella: «Vör Oostfreesland, vör Oostfreesland
/ Laat ick Bloot un Leven gern» = ‘Por Frisia Oriental, por Frisia Oriental, /
con gusto daré yo sangre y vida’ (figuras 107 y 108) 164.
Hay un tercer Lied, este en alemán, que puede formar parte de estas com-
posiciones, «Gruss die und sei gepriesen» = ‘Saludos y alabado sea’, cuyo
tercer verso, «Heil allen freien Friesen», es una de las versiones dadas, como
se ha visto, a Eala frya Fresena (figura 109) 165.
162
Según Böger (1993), se trata de una composición paródica: «Im Februar 1850 entstand
in Dernau das bei erstem Lesen sentimental klingende Lied “Sehnsucht nach der Heimath”, mit
dem heute in erster Linie der Name Hektors verbunden wird. Das so genannte “Ostfrieslandlied”
ist dagegen eher als Parodie des Deutschlandliedes [i. e. Hoffmann von Fallerslebens Lied der
Deutschen] zu verstehen». De ser así, está claro que no fue recibida como tal.
163
Pueden verse la letra y la música de Die Ostfriesland-Hymne en la página web de la orga-
nización Böskupp van Oostfreesland, accesible en línea en <https://www.botschaft-ostfriesland.
de/kulturelles/ostfriesland-hymne/>.
164
Puede verse la ficha técnica de la figura 107 en la base de datos Historische Bildpostkarten,
núm. de ref. 8034.
165
Puede verse la ficha técnica de la figura 109 en <https://www.booklooker.de/B%C3%B
Ccher/G-Kistenmacher+Eala-frya-Fresena-Weiter-Blick-in-die-friesische-K%C3%BCstenlands
Figura 108. Las armas de Frisia Oriental con el lema Eala frya Fresena, acompañadas del
Ostfriesenlied de Enno Wilhelm Hektor. Tarjeta postal cromolitográfica impresa en Soltau, por
Frieser Verlag, sin fecha, pero posterior a 1874.
Figura 109. Eala frya Fresena!, texto del Lied «Gruss die und sei gepriesen», bajo las armas
de Frisia Oriental, acompañada de las de Aurich (bajo ellas), Emden y Leer (a la izquierda),
Norden y Esens (a la derecha), entre los retratos de los condes de Frisia Oriental Ulrich I y
Edzard I, y los reyes Federico II de Prusia, Ernesto Augusto I y Jorge V de Hannover. Mitad
superior de una lámina cromolitográfica de 450 × 345 mm realizada por Gottlieb Kistenmacher
y publicada por la editorial e instituto litográfico de August Reyer, de Leer, ca. 1864.
167
Ficha técnica e ilustración accesibles en línea en <https://www.antiquarisch.de/giaq/
article/32972963-eala-frya-fresena-unterhaltungs-u-mitteilungsblatt-fr-die>.
168
Se trata de los colores presentes ya en los
lambrequines del modelo de 1626 (Esselborn 1945:
236; Van Lengen 2018: 50a-b). Para la historia de
esta bandera, que, a diferencia del escudo, posee
Figura 111. Ejemplares de la reconocimiento oficial como enseña de la Ostfrie-
revista Eala frya Fresena (Hannover, sische Landschaft, véase Albrecht (2018).
Landsmannschaft Hannover,
169
La figura 113 corresponde al diseño habi-
1938-1941). tual actual y está tomada de Wikimedia Commons,
estando accesible en línea en <https://commons.
wikimedia.org/wiki/File:Ostfriesland_Flagge_
mit_Wappen.0.2.svg>. La figura 114 procede de la
página web de Böskupp van Oostfreesland y está
accesible en línea en <https://www.botschaft-ost-
friesland.de/kulturelles/ostfriesland-wappen/>.
sión, polícroma, sobre diversos soportes como yeso, resina epoxi o plástico
pintado a mano (figura 115) 170. Salvo algunos pequeños detalles, como el cam-
bio de azur a argén en el cuartel de Wittmund y la incoherencia de representar
sus figuras como látigos en el escudo y grímpolas en la cimera, amén de la
ocasional desaparición del collar del león de los Ukena, la ejecución puede
considerarse, en términos heráldicos, bastante buena.
Ahora bien, como suele pasar en todo el mundo con la difusión comercial
de los emblemas heráldicos, se pueden ver ejemplares plagados de anomalías,
como el de la figura 116, pese a que lo comercializa nada menos que la Ostfrie-
sische Landschaft – Regionalverband für Kultur, Wissenschaft und Bildung
= ‘Región de Frisia Oriental - Asociación regional de cultura, ciencia y edu-
cación’ 171, la principal entidad cultural frisia de la actualidad. Como puede
apreciarse, la arpía de los Cirksena está membrada de gules; el águila de los
ter Brok carece de coronas; los esmaltes de Manslagt están completamente
170
El ejemplar de la figura 115 está accesible en línea en <http://view.stern.de/de/rubri-
ken/still/buttfarken-eala-frya-fresena-original-3162451.html>. Pueden verse ejemplares con el
león acollarado de oro (ambos en imágenes de escasa resolución) en <https://images.lottissimo.
com/?253,70,2828098,d> (en yeso) y <http://www.ostfriesenwappen.de/> (en plástico pintado
a mano, según la información aneja).
171
Accesible en línea en <https://www.olv-gmbh.de/epages/78852503.sf/de_DE/?Object
Path=/Shops/78852503/Products/203010>. En la imagen original se muestra el anverso, por lo
que la he invertido especularmente, a fin de que se aprecie la disposición correcta de los cuarteles.
Figura 114. Ostfrieslandwappen según el Figura 115. Las armas de Frisia Oriental, con
Böskupp van Oostfreesland. el lema lema Eala frya Fresena en un listel a
modo de timbre. Réplica actual en resina epoxi
coloreada de la labra de la figura 106.
alterados, además de haberse perfilado la faja con unos dobles filetes esmal-
tados, al parecer, aleatoriamente; el león de los Ukena es ahora un leopardo
leonado emasculado de argén, lampasado de sable, que ha perdido el collar
en cualquiera de sus formas; la anilla del collar del oso de Esens ha pasado
de oro a sable y, finalmente, los látigos de Wittmund son dos pendones, ni
siquiera de dos farpas. En suma, ni un solo cuartel resulta inalterado en esta
«adaptación» que, si no fuese porque puede atribuirse a la incompetencia
antes que a la malicia, cabría calificar de dolosa.
No obstante, para hacer justicia a la actual cultura del merchandising o
merchantería, es preciso señalar que existe también una colección de pro-
ductos (figura 118) y en particular camisetas (como puede apreciarse en la
figura 119) que han desglosado los cuarteles de las armas mayores de Frisia
en una serie llamada Häuptlingsfamilien Ostfriesland (figura 117), desarrollada
por Werbung & So en cooperación con la agencia oficial Ostfriesland Touris-
mus 172. El conjunto ofrece unas interesantes variaciones de dichas armerías,
con ciertas cualidades totémicas, en la línea de una estética heavy metal que,
a mi parecer, ha sabido mantener el espíritu original de estas armerías, con
intencionadas y expresivas variaciones de diseño (especialmente notables
en el caso de las armas de Manstagt), mucho mejor que las reproducciones
imperfectas o anodinas de la configuración de 1626. Es de señalar que, en
estos modelos, al vincular los emblemas a los linajes de los caudillos frisios
172
Véase la información disponible en lína en <https://timbruns.de/liebt/ostfriesland-tou
rismus-metal-merchandising/>.
173
Sobre la cual puede verse el artículo de Celia Delgado incluido en este mismo monográ-
fico de Emblemata.
Figura 118. Productos de merchantería con los látigos de Wittmund, en Metal-Stil, con adición
de un bucráneo y atribuidos a los Omken de Stedendorf.
Figura 119. Camisetas (del tipo T-shirt) de la serie Häuptlingsfamilien Ostfriesland, con los
emblemas (de izquierda a derecha) de los Cirksena, el conde Huno (lege Udo, por los Fokena),
los Omken (en realidad, los Attena de Wittmund) y los tom Brok.
174
Se compone de te (手 ‘mano’), ura (裏 ‘espalda’) y ken (剣 ‘(hoja de) espada, cuchilla’),
con el sentido de ‘cuchilla de mano [puesta] en la espalda [= escondida]’. Se trata de un arma
arrojadiza metálica en forma de disco, cruz o estrella de tres a ocho puntas, variedad conocida
en japonés como shashuriken (車手裏剣 ‘shuriken [en forma de] rueda’), hirashuriken (平手裏剣
‘shuriken plano’) o shaken (車剣, también pronunciado kurumaken, ‘cuchilla redonda’), la cual,
frente a la versión hoy popularizada, no formaban parte del arsenal ninja ni poseían los efectos
letales que se les atribuyen en el actual imaginario de las artes marciales (vid. Mol 2003: 159-160
y 165-184).
175
Sobre estas armas, véanse Wiarda, Ostfriesische Geschichte, lib. XII, pte. ii, § 2 (en vol. III,
p. 356); Siebmachers FstA, vol. II, lám. 256, y Esselborn (1945: 243).
176
Se trata del cuartelado introducido por Hero Omken von Dornum en su sello de 1488,
modificado en 1489 para enderezar los osos, como se ha visto arriba.
177
Los nenúfares de argén (a menudo, arrancados, es decir, con los rizomas visibles) son las
armas privativas de los Kaunitz, mientras que las rosas de azur en campo de oro corresponden al
señorío de Landstein (propiamente, son las armas de la familia morava de Sesina-Austi). Sobre
estas armerías, véase Siebmachers FstM, pp. 43a-45a y láms. 96-100.
Figura 123. Armas del conde Dominik Figura 124. Armas mayores de los príncipes
Andreas von Kaunitz-Rietberg-Questenberg. de Liechtenstein. Lámina cromolitográfica
Labra polícroma en la iglesia parroquial de «Souveraines Fürstenthum Liechtenstein»
Kaunitz, en checo Kounice (fotografía de (estampada por Haufler, Schmutterer & Co),
Athde, bajo licencia Creative Commons). en el Oesterreichisch-ungarische Wappenrolle de
Ströhl (1900: lám. XIX).
Sobre estas armerías, véanse Siebmachers 1.3.3A: Fürsten, vol. I, p. 140a-b y láms. 166-67,
179
180
Utilizo, por similitud formal, la designación de pelta (cf. Fatás y Borrás 1990: 187b y lám.
42) para blasonar la figura cargada sobre el pecho y las alas del águila de Silesia, así como las
del Tirol, Postdam y Prusia, que recibe en el blasón alemán el nombre de Kleestängel o ‘tallos de
trebol’ cuando remata en trifolios (como en esta representación) y de Brustmond ‘luna pectoral’
o Brustspange ‘cierre pectoral’, cuando carece de dicho remate. En el caso de Silesia su origen es
una luna sumada de una cruz patada (vid. Ströhl 1897: 16a, 1899: lám. IX, fig. 6, y 1900: 7a).
181
Supuestamente la casa de Liechtenstein procedía de dicha Ministerialgeschlecht o ‘familia
menestral’ austriaca. Las armas documentadas de la misma, según el Bärenhaut o Liber fundatorum
Zwetlensis monasterii (ca. 1310-1314), f. 8r, traen un burelado (de diez piezas) de oro y sable,
mientras que las llamadas Wappen der Chuenringe del segundo cuartel de las armas mayores de
Liechtenstein, al añadirse el crancelín de sinople, pasan a coincidir las armas de Sajonia (véase
el cuarto cuartel de las armas mayores del rey de Prusia, en la figura 98), aunque estas se repre-
sentan más comúnmente como un burelado (de diez piezas) de sable y oro.
182
Las descripciones de estas armas suelen atribuir este cuartel al condado o, indebidamente
(dadas las fechas), al principado de Frisia Oriental, pero los príncipes de Liechtenstein carecían
de cualquier derecho sobre este territorio y, como queda dicho, incorporaron estas armas por
herencia familiar, sin sentido territorial alguno.
183
Adviértase que el águila no lleva corona(s), por lo que, o bien la matriz es anterior a 1419,
o bien adopta un diseño muy conservador (vide supra nota 127).
184
OUB, vol. II, p. 460, doc. 1450; una versión modernizada en Sello (1902: 244-245), véase
además Kappelhoff (1982: 70).
Figura 128. Armas de Emden según la Figura 129. Armas de Emden con la arpía
concesión de 1495, pero en las que la arpía representada como una mujer alada.
presenta pechos de mujer, con la leyenda Lámina de 100 × 80 mm, dibujada a tinta
X sigill(um) · reip(ublicæ) · embd(ensis) . y pintada a la acuarela por Adalbert Král
adcavs(as) · oldersvmanas, en el sello del von Dobrá Voda (en checo, Vojtěch Král z
concejo de Emden en 1631 (grabado de Sello Dobré Vody), hacia 1870, con la leyenda
1902: lám. I, fig. 5, a partir de un original del «Die Städtewappen des deutschen Reichs.
Staatsarchiv zu Emden). Königreich Preußen: 12. Provinz Hannover.
170. Emden».
Este texto es importante porque deja claro que, si, por las mismas fechas,
en Núremberg aún se dudaba en la identificación de esta figura como un
Königskopfadler o un Jungfrauenadler, en su nueva zona de aclimatación solo se
consideraba la segunda opción. Al blasonamiento precitado le acompañaba
un dibujo polícromo, en el que las armas traían, de sable, una arpía coronada
de oro moviente de un lienzo de muralla de gules sobre ondas de agua de
azur (figura 127) 185.
Este es el diseño que ha pervivido desde entonces, aunque a menudo,
durante los siglos XVII a XIX, con busto femenino (vid. Sello 1902: lám. I, fig. 5;
lam. II, figs. 2-4; HW, s. v. «Emden»), como puede apreciarse en la figura 128 y,
de modo especialmente marcado, en la figura 129 186, en una configuración que
185
Cf. Sello (1902: 244, fig. 3). La representación de la figura 49, que, como puede apreciarse,
sigue muy de cerca la miniatura de la patente de armas imperial de 1495 (figura 128), corresponde
al ángulo superior derecho del plano de Emden con la leyenda «Emvda, vulgo Embden Vrbs
Frisiæ orientalis primaria» grabado por Franz Hogenberg como lám. 32 del vol. II de las Civitates
Orbis Terrarum, de 1575.
186
Para el sello de la figura 128, véase Sello (1902: 279). La figura 129 y una sucinta ficha técnica
están accesibles en línea en <https://www.zvab.com/kunst-grafik-poster/EMDEN-Wappen-
St%C3%A4dtewappen-deutschen-Reichs-K%C3%B6nigreich/22298899066/bd>.
187
El ejemplar de la figura 130 y las demás tarjetas postales de las que no se indica proce-
dencia, pertenencen a mi colección particular.
188
«Dass wir die Sporenräder auf der an sich trefflichen Darstellung des Emder Wappens
in des gut gräflich gesinnten Gnapheus Lobgedicht auf die Stadt Emden (1557) finden, ist nicht
auffällig; wir bemerken sie aber auch an einer Anzahl öffentlicher städtischer Gebäude, an dem
Hafenthor (1635), dem Portal der Neuen Kirche (1645), der Hauptwache (1692), ja sogar auf
den beiden jüngsten Formen des Stadtsiegels, deren letzteres noch heute in Gebrauch ist» (Sello
1902: 246).
189
Para estas armerías, véase HW, s. vv. «Aurich (kreis)», «Berum», «Greetsiel» y
«Krummhörn».
190
Existen otras armerías centroeuropeas (fundamentalmente germánicas) que también
traen la arpía, unas vinculadas igualmente a los Cirksena (Esselborn 1945: 242-243) y otras de
orígenes diversos (Renesse 1892-1903: III, 127; Peter 2008-2009), en las que sería interesante
profundizar.
191
La fuente de la figura 136 corresponde a uno de los armoriales de la Cofradía de San
Cristóbal de Arlberg (Austria), de los que ya se ha hablado en la nota 11. En este caso, pertenece
al conocido como Wiener Handschrift o Códice vienés. Para estas armas en concreto, véase la edición
parcial anotada por Hupp (1937-1939: 114), y el estudio y edición de Ledel (2019: I, p. 39 y [131],
núm. 011v-03).
192
La vidriera procedía a un taller que operaba en los cantones argoviano y zuriqués; a
principios del siglo XX formaba parte de la colección particular del Dr. Hans Meyer-Rahn, en
Zúrich (Lehmann 1906: 211-212).
193
Ströhl las blasona así: «In Rot ein aufwärts fliegender, weisser Fisch. Der Stechhelm trägt
als Kleinod eine wachsende, schwarz-bekleidete Mohrin mit ablatternder, rot-weisser Kopfbinde,
an Stelle der Arme schwarze Löwenfüsse aufweisend. Das Kleinod geht direkt in die schwarz-
weisse Helmdecke über» (1899: lám. LXXII, fig. 1). En cuanto al pez volador, se trata de una
figura inusitada, aunque, en principio, no quimérica, al menos, de representarse con las aletas
propias de los exocétidos (cf. Cadenas 1976: 246, fig. 672). Sin embargo, en casos como este el
asunto no está tan claro, pues sus alas son como las de murciélago, con lo que guarda la misma
relación de desemejanza que el delfín heráldico y el real (sobre el cual, cf. Fox-Davies 1909: 252-53
y Pastoureau, 1993: 153).
Figura 136. Armerías de Peter Tungast Figura 137. Armas plenas del linaje Von
zum Klebstein recogidas, hacia 1409, en Lüttishofen en una vidriera suiza de finales
el Hauptbuch der Bruderschaft St. Christoph del siglo XV (apud Ströhl 1899: lám. LXXII,
auf dem Arlberg (Viena, Haus-, Hof- und fig. 1).
Staatsarchiv, Ms. Weiss 242, f. 11v).
194
Tampoco se relaciona, a mi entender, con la imaginación heráldica barroca, que va por
derroteros más narrativos, dando lugar a lo que Woodcock y Robinson (1990: lám. 5) han deno-
minado landscape heraldry y López-Fanjul (2008: 20 y 74), «escenas heráldicas» y «armerías escé-
nicas», género para el cual yo optaría por «heráldica escenográfica», con un adjetivo que cuadra
bien a su barroquismo. Estas manifestaciones, muy influidas por las empresas artístico-literarias
del período, han gozado de amplio descrédito entre los heraldistas: «Puis entrent dans les écus
[…] même de veritables scènes transformant certaines armoiries en petits tableaux, illisibles et
contraires à l’esprit du blason» (Pastoureau 1966: 52-53). Purismos aparte, se trata de un campo
fascinante para el estudio de la imaginación emblemática, sobre el que ya hizo un interesante
apunte Pardo de Guevara (1987: 70) y en el que se han detenido, por ejemplo, Amerlinck (1978 y
1993), en el terreno de la heráldica hispanoamericana criolla y mestiza (sobre la cual, cf. también
Solano 1993 y Elokhin 2007), y el propio López-Fanjul (2008: 75-100 y 243-246), pero en el que
está aún casi todo por hacer y que además se podría relacionar de modo muy fructífero con las
leyendas etiológicas heráldicas mencionadas en la nota 8.
195
Vid. Rimša (1998: 139-140), así como el artículo de Juan José González en este mismo
volumen de Emblemata.
196
Recogido en su muro de Facebook, accesible en línea en <https://www.facebook.com/
photo.php?fbid=10217318480888279&set=a.1089110022223&type=3&theater>. La suitsupääsuke
‘golondrina’ (Hirundo rustica) fue elegida como rahvuslind o ‘ave nacional’ de Estonia en la reu-
nión de la Sociedad de Naturalistas de Estonia celebrada en Tartu el 26 de noviembre de 1962 y
Figura 139. Armerías de los Müris en el Zürcher Wappenrolle, de ca. 1330-1345 (Zúrich,
Schweizerisches Nationalmuseum, AG 2760, f. 2r, fila 2, núm 48 = s2f8b).
la versión actual del emblema fue dibujada por la artista letona Maris Strazds en 1994 (Talivee y
Uustal 2011-2012). Las armas estatales de Estonia traen, de oro, tres leopardos de azur puestos en
palo y se rigen por la vigente «Riigivapi seadus» o «Ley de las armas nacionales» (Riigi teataja, I
[2001], 65, 376), aprobada el 13.06.2001 y en vigor desde el 01.01.2002.
197
Zürcher Wappenrolle, f. 2r; ed. Runge 1860: tabla VII, núm. 161), ed. Clemmensen (2009b:
48, núm. 161).
198
Los cuales pueden verse en línea en <https://commons.wikimedia.org/wiki/File:5Re-
liekhoorns01.jpg> y un detalle (correspondiente a la figura 140) en <https://commons.wikime-
dia.org/wiki/File:5Reliekhoorns03.jpg?uselang=de>.
199
Ficha descriptiva accesible en línea en <https://commons.wikimedia.org/wiki/File:-
Trinkhorn_KGM_K4178.jpg?uselang=de>.
200
Ficha catalográfica accesible en línea en <https://historiska.se/upptack-historien/
foremal/arkeoteket-dryckeshorn/>.
201
Se trata de otro caso de un animal real convertido en figura, no ya estilizada (como el
león o el águila), sino cuasi quimérica, por el alejamiento de su referente, como sucede con el
pez volador o el delfín (véase la nota 192). En este caso, la figura parece haber intentado repre-
sentar originalmente un castor: «Sea-Dogs, are drawn in shape like the talbot, but with a tail like
that of the beaver; a scalloped fin continued down the back, from the head to the tail; the whole
body, legs, and tail, scaled, and the feet webbed» (Edmondson, A complete body of heraldry, vol. II,
«Glossary», s. v.). A juicio de Fox-Davies, «there is very little doubt that the seadog is really the
early heraldic attempt to represent a beaver, and I am confirmed in that opinion by the arms of
the city of Oxford. There has been considerable uncertainty as to what the sinister supporter was
intended to represent. A reference to the original record shows that a beaver is the real supporter,
but the representation of the animal, which in form has varied little, is very similar to that of
a seadog» (1904: 145b = 1909: 205, cf. 256). Para otra figura relacionada, el león marino, esta ya
conformada claramente como una figura quimérica, véase el caso de las armas de Manila en el
artículo de Juan José González en este mismo volumen de Emblemata.
202
Blasono directamente a partir del registro de armas reproducido en la figura 143, en el
que la cimera aparece pintada de un tono broncíneo, a partir de la combinación de marrón y
amarillo; he añadido entre corchetes las indicaciones verbales que el pintor no tuvo en cuenta.
Para las versiones manuscritas de estas armas en el College of Arms, vid. Cutter (1908: I, 223b),
donde se cita un blasonamiento de época de Carlos II (1660-1685) en el que el pecho y la leche
se esmaltan al natural (proper), versión seguida por Edmonson, A complete body of heraldry, vol.
II, «Alphabet of Arms», s. v.; Ormerod (1819, ed. 1882: III, 838) y Fox-Davies (1909: 205 y 256).
Estos mismos autores, más Burke (1884: 289b) blasonan el lobo marino de azur, con aletas de oro
y acollarado de lo mismo, mientras que en la Visitations of Cheshire de 1613, se colorea de sable,
pero con idénticos atributos (ms. BL Harl. 1070, f. 134, ed. Armytage y Rylands 1909: 85).
203
La censura parece haber afectado también al propio diseño, pues existe una variante con
un ojo de argén lloroso de oro en lugar de un pecho goteante, registrada por Burke (1884: 289b).
Sin embargo, no se trata de un posible «adjustment of an immodest mediaeval charge to better
please Victorian morality», según recoge Martin Goldstraw en la entrada «The Armorial Bearings
of Peter Dodge» de su sitio web Cheshire Heraldry, accesible en línea en <http://cheshire-heral-
dry.org.uk/dodge.html>. En efecto, un siglo antes que Burke, Edmonson blasonaba ya así las
armas de los Dodge de Suffolk, «Barry of six or and sa[ble]. on a pale gu[les]. an eye ar[gent].
weeping and dropping or», mientras que mantiene «a woman’s breast distilling drops of milk»
al blasonar las de los Dodge de Kent y de Mannington, en Norfolk (A complete body of heraldry,
vol. II, «Alphabet of Arms», s. v.). Resulta posible, por tanto, que no se trate de una alteración
censoria, sino de una simple lectio facilior. Lo que sí revela la mojigatería victoriana es que Burke,
que claramente sigue a Edmonson, funda las dos variantes en una, eliminando la que contiene
el pecho goteante.
204
British Library, Harleian MS. 1070, f. 134 (ed. Armytage y Rylands 1909: 85). Aquí trick
no tiene nada que ver con el sentido usual del término, pues en lenguaje heráldico significaba
«A sketch in pen and ink of a coat of arms; in trick, sketched in pen and ink.» (OED, s. v. «trick»,
§ 11).
205
Las variantes en uso de dog entre los siglos XV y XVII fueron dogge, doggue y dogue (MED,
s. v. «dogge»; OED, s. v. «dog1»).
206
De hecho, las formas Dogge y Dogget están documenttadas como apellidos de linajes
armígeros, aunque con distintas armerías (vid. Edmondson, A complete body of heraldry, vol. I,
«Ordinary of Arms», p. 42b), como veremos más abajo. En tal caso, la transformación en Dodge
podría ser eufemística, dado que dogge y otros términos afines «were stylistically marked in Old
English, i.e. considered non-literary or informal» (OED, s. v. «dog»1) y, en particular, «In early
ME dogge is usually depreciatory or abusive» (MED, s. v.).
207
Pueden verse la página completa y la ficha técnica de la figura 145 en Digital Bodleian,
accesible en línea en <https://digital.bodleian.ox.ac.uk/inquire/Discover/Search/#/?p=c+0,-
t+,rsrs+0,rsps+10,fa+,so+ox%3Asort%5Easc,scids+,pid+4eb290ef-8a15-41b5-9046-ce355de-
de25e,vi+9469af3f-517f-476f-9f27-61597a914da3>
208
Vid. Duchet-Suchaux y Pastoureau (1996: 66) y Carmona (2003: 55-56). Existe también
una lactatio cuyo protagonista es san Pedro Nolasco, pero en la única representación que conozco,
pintada por Ignacio Chacón en el siglo XVIII y situada en la entrada del claustro llamado de
las Escrituras del convento de la Merced de Cuzco (Perú), el santo mama directamente del seno
derecho de María, mientras Jesús lo hace del izquierdo. El cuadro puede verse reproducido en
<http://paseoinca.blogspot.com/2015/08/cusco-y-el-polemico-lienzo-de-la-virgen.html>.
Figura 147. · charitatis · virtvs· Calcografía Figura 148. Armas de Caminreal (Teruel),
de HsP = Sebald Beham, anterior a según su actual diseño oficial (adaptado de
1532 (colección particular, disponible en Redondo, Montaner y García López 2007: 149).
Wikimedia Commons).
209
Sobre el fresco de Lippi, que sincretiza elementos cristianos y paganos, bajo la inspiración
general del arco de Constantino en lo formal y del neoplatonismo renacentista en lo conceptual,
véase Winternitz (1965). En cuanto al grabado de Beham, tiene que ser anterior a 1532, por el uso
de su monograma con P en lugar de con B (cf. Stewart 2012: 1-2).
210
Decreto 207/1996, de 19 de noviembre, del Gobierno de Aragón, por el que se autoriza
al Ayuntamiento de Caminreal, de la provincia de Teruel, para adoptar su escudo y bandera
municipal (Boletín Oficial de Aragón, núm. 144, de 4 de diciembre, p. 5472).
211
Clemmensen (2009a: 92, núm. 248), blasona esta figura como un cabrio recortado ebran-
cado ranversado, rematado por dos cabezas humanas. Sin embargo, la forma curva de los lados
indica que realmente se trata de un vegetal y no de una pieza heráldica.
Figura 149. Armas atribuidas al rey de Etiopía en Das Wappenbuch Conrads von Grünenberg,
Ritters und Bürgers zu Constanz: a) Ms. GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 7v [= 16]; b) Ms. BSB Cgm
145, p. 54; c) Ms. BSB Cgm 9210, f. 62v.
Figura 150. Armas atribuidas al duque de Bossen (¿Bosnia?), en Turquía, en Das Wappenbuch
Conrads von Grünenberg: a) Ms. GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 17r [= 35]; b) Ms. BSB Cgm 145,
p. 73; c) Ms. BSB Cgm 9210, f. 83r.
Figura 151. Armas del barón de Pera, según Das Wappenbuch Conrads von Grünenberg: a) Ms.
GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 118r [= 237]; b) Ms. BSB Cgm 145, p. 212; c) Ms. BSB Cgm 9210,
f. 206v.
del barón de «Pera im Land von Märchern», es decir, Prerau (en checo Pře-
rov) 212, antiguamente perteneciente a Mähren o Moravia y en la actualidad
a la región de Olomouc, en la República Checa. Las mismas traen, de azur,
cabeza barbada al natural con alas y patas de águila de sable, membrada de
oro (figura 151).
Como ya advirtió Seyler, estas armas pueden relacionarse con Jungfrauad-
ler, aunque sería más exacto decir que se sitúan en la estela del Königskopfadler.
Además, a su juicio, están basadas en las armas del rey de Kathaclysyo des-
critas en el poema del siglo XIII Wigamur (Siebmachers Ge, p. 158a, seguido por
Clemmensen 2009a: 196, núm. 1099). El pasaje aludido (vv. 4786-4788) reza así:
Der kunig von Kathaclysyo tugenhaft ‘El virtuoso rey de Kathaclysyo
füret ainen schilt von lasur pla, traía un escudo de lapislázuli
dar an ain haubt und ains greyffen kla. en el que [había] una cabeza y una garra de
grifo’.
La semejanza entre el poema y el armorial es clara y, si bien no es suficiente
para probar una dependencia directa, sí que muestra la, por lo demás previ-
por su parte, Clemmensen (2009a: 196, núm. 1099), anota: «Pera von Marâdros, not identified».
Král von Dobrá-Voda (1904) no recoge ninguna familia con este dictado, aunque sí unos Von
Přerav checos (p. 201a), que podrían estar quizá en la base de la atribución.
Figura 152. Armas atribuidas al rey de Oderdallach, en la India, en Das Wappenbuch Conrads
von Grünenberg: a) Ms. GStA PK, VIII. HA, II 21, f. 8r [= 17]; b) Ms. BSB Cgm 145, p. 55; c) Ms.
BSB Cgm 9210, f. 64r.
Ge, p. 141b, seguido por Clemmensen 2009a: 93, núm. 254). Se trata del Herzos
Ernst, un poema muy legendario sobre Ernesto II de Suabia († 1030), com-
puesto hacia 1180. En el pasaje aludido no se menciona Ordallach ni se bla-
sonan armas algunas, pero se presenta a «der rîche künec von Grippiâ» = ‘el
poderoso rey de Grippia’ (v. 2913) 213, cuyo pueblo, conocido como los agripia-
nos, vivía cerca de la India (v. 2895) y tenía esta singularidad (vv. 2853-2859):
sie wæren junc oder alt, ‘eran, tanto los jóvenes como los viejos,
schœne unde wol gestalt hermosos y bien formados
an füezen und an henden de pies y manos,
und in allen enden y en todas las extremidades
schœne liute und hêrlich, una gente hermosa y señorial,
wan hals und houbet was gelich pero el cuello y la cabeza estaban hechos
als den kranichen getan. semejantes a los de las grullas’.
La versión latina de este relato, la Hystoria Hernestis ducis, también cita la
cabeza de grulla: «gentis mirabilis ambos prospiciunt sexus, in quis collote-
nus omnem formauit natura hominem, sed degenerante a membris capite hic
formam gruis addidit illis» (apud Bartsch 1869: 155), aunque lo más habitual
en las referencias a los agripianos es que solo lo sea el cuello (ibidem, p. cxliv-
cxlv; Izzi 2000: 15a-b), menos en los Gesta Romanorum, que añaden expresa-
mente el pico, aunque no los sitúan en Oriente: «In Europa sunt homines
formosi sed capite et collo gruico cum rostris» (cap. 175, p. 1576). En una de las
tavole acquerellate autógrafas de Ulisse Aldrovandi (1522-1605) se les atribuyen
rasgos combinados de grulla y gallo (figura 153).
El pie de la imagen ofrece la siguiente explicación:
Nelle ultime parte de Fricana 214, al fine della terra, sono tal forma de huo-
mini tutti humani, exceto hanno el collo de grua, el capo bestiale, li occhi <ed>
el naso humano, el becco elle barbole come galli. Vesteno di pelle e lavorano
la terra, e fano gran guera con li ucelli grifoni, per modo che ne moreno gran
numero de l’uno e del altro. Le loro donne sono a sua simiglianza, ma non
hano barbole e hano el becco largo, e non beve [lege bevono] vino. Quelli che
moreno nela bataglia sono tenuti si come sancti et le loro donne non se lasano
mai piu veder da huomini.
213
El topónimo presenta las variantes Kipriâ y Agripp(i)a (Bartsch 1869: cxliv)
214
¿Deformación de Grip(i)ana? Compárese la nota precedente.
Figura 153. Los uomini con collo de grua según Figura 154. Homo, ore & collo Gruis. Xilografía
Ulisse Aldrovandi (lámina a la acuarela con estampada en la Monstrorum historia (p. 14)
texto autógrafo, Biblioteca Universitaria di de Ulisse Aldrovandi.
Bologna, Fondo Aldrovandi, Tavole 006-2,
lám. 53).
215
Teget-Welz (2008: 149) blasona estas armas así: «In Gold aus einem Lorbeerkranz
wachsend nach rechts ein schwarz Wilder Mann mit Krone; auf einem Patrizierhelm mit gol-
Para evitar conclusiones erróneas, antes de comentar con más detalle estas
armerías es preciso explicar la estructura de este Wappenbuch der Goldschmie-
demeister. Se trata de un códice de papel en el que los perfiles de los escudos
(ojivales) y los yelmos (de tipo gran yelmo o Topfhelm) con lambrequines están
impresos mediante tacos xilográficos, a cuatro por plana, hallándose los de la
izquierda contornados por cortesía. Cada una de estas plantillas se ha com-
pletado con dibujos a tinta pintados a la aguada de las armas de cada uno
de los maestros orfebres de Ulm, suscritas con el nombre correspondiente, a
menudo sin data (figura 158). Al parecer, los asientos se realizaban al alcan-
zar la maestría y, cuando la fecha es simultánea a la inscripción, parece ser
la de su obtención, pero en otros casos la fecha está añadida y no está claro a
qué suceso corresponde 216. Incluso en ocasiones, como en el asiento de Janus
den-schwarzer Decke und Lorbeerkranz ein wachsender schwarz Wilder Mann mit Schnabel».
Se atribuyen aquí a las armas de Peter Rauchschnabel rasgos de las de Erasmus Rauchschnabel,
de las que hablaré luego. El yelmo, por supuesto, no es particularmente de patricio, ni hay razón
alguna para identificar la especie de zarzal del que emerge el salvaje con una corona de laurel.
216
Por ejemplo, en el caso de Marx o Markus Eekirch el Viejo (p. 25, vid. figura 158), la fecha
que se reparte a ambos lados de la punta del escudo, «15|03», se incluyó a la vez que el asiento
y, en efecto, corresponde a la de obtención del título de maestro (cf. Häberle 1934: 79). No es así,
en cambio, en el caso de Peter Rauchschnabel, en cuyo asiento la fecha de 1473 está añadida,
mientras que él consta en los registros del gremio como Lehrnherr o maestro de aprendices desde
1470 y de nuevo en 1473, 1477 y 1479 (vid. Häberle 1934: 30). En su caso, no se incluyó la fecha de
fallecimiento, que se ha de situar entre 1499, año al que corresponde la última noticia conocida, y
1507, en el que se menciona a su viuda (vid. Rieber y Schwalger 1941: 172; cf. Häberle 1934: 30).
217
Lo advirtió ya Seyler en Siebmachers Ge, p. 141a, pese a lo cual ha prevalecido su blaso-
namiento como un salvaje con pico de ave (Siebmachers Bg3, p. 52; Ströhl 1899: lám. XL, fig. 6;
Teget-Welz 2008: 148-149).
218
Usual, aunque incorrectamente, conocido como Hans Sebald Beham: «Sebald’s mono-
gram may unwittingly have supported the modern misunderstanding of his name. […] The «H»
appears to indicate the second syllable of his last name (Beham), in the manner of the «G» in
the «AG» monogram of his contemporary Heinrich Aldegrever (1502–1561), who was active in
Westphalia. It is also possible that Beham wanted to create a monogram that was clearly distinct
from the «BB» of his brother Barthel» (Stewart 2012: 2, cf. SLN, s. v. «Beham, Sebald»).
219
La imagen y la ficha catalográfica de la figura 159 están accesibles en línea en <https://
skd-online-collection.skd.museum/Details/Index/963953>.
220
«Because the Franconian dialect of his hometown of Nuremberg pronounced a «b»
as «p,» he used the monogram «HSP» until 1531. After moving to Frankfurt, he used «HSB»»
(Stewart 2012: 2).
221
Esta es la verdadera naturaleza de lo que en el armorial ulmiense parecía una mata o seto
y corresponde a la iconografía del salvaje. Un panorama de su presencia en la heráldica y una
aproximación a su tipología ofrecen Merino de Sedano y Díaz de Sarabia (1983). Para su figura
en general, véase Bartra (1996).
222
Sobre esta leyenda, además del propio Izzi (2000: 385b-386a), pueden verse Lacarra, Mon-
taner y Lacarra (1999: 38a-39a y 87b-88a), sobre su difusión literaria e iconográfica, y Ovadiah y
Mucznik (2017), quienes señalan el plausible trasfondo histórico de la leyenda original griega.
223
El texto de Plinio, que es muy escueto, no menciona la India: «Super hos extrema in
parte montium Trispithami Pygmæi que narrantur, ternas spithamas longitudine, hoc est ternos
dodrantes, non excedentes, salubri cælo semper que uernante montibus ab aquilone oppositis,
quos a gruibus infestari Homerus quoque prodidit» (Naturalis historia, VII, 26).
224
Vid. Rieber y Schwalger (1941), quienes consideran a Erasmus hijo del orfebre de Ulm
Peter Rauchschnabel, aunque reconocen que esta filiación no está documentada (p. 171). En
cambio, según Jürgensen (2002: I, 41), Erasmus era un mercader natural de Núremberg que se
trasladó más tarde a Ulm. Es cierto que la familia Rauchschnabel estaba radicada en Núremberg,
según Siebmachers Bg3, p. 52, pero sus datos son ya del siglo XVII, por lo que seguramente se trata
de los descendientes de Heinrich, uno de los hijos de Erasmus, casado allí en 1556 y miembro
del concejo entre 1560 y 1562 (vid. Rieber y Schwalger 1941: 177-78). En cuanto a la filiación de
Erasmus, dado que no hay documentos que lo vinculen directamente a Peter, podría quizá no ser
hijo, sino sobrino suyo. En todo caso, obtuvo la maestría como orfebre en Ulm en 1510 y aparece
como Lehrnsherr del gremio en 1518 y de nuevo en 1522 (Häberle 1934: 33 y 79), por lo que su
procedencia nuremburguesa puede descartarse. Finalmente, ha de señalarse que, sin duda, el
supuesto «Asimus Rauchschnabel» que consta como Ratsherr o edil en 1525 (Häberle 1934: 85)
es sin duda una mala lectura de nuestro Erasmus.
225
Landesarchiv Baden-Württemberg, Abt. Staatsarchiv Ludwigsburg, B 177 S U 183. Acce-
sible en línea en <http://www.landesarchiv-bw.de/plink/?f=2-2426895-1>.
welche der altt Merttin Schafner nach seinem gutt beduncken gemachet» =
‘una copia de la patente de armas y también tres bocetos que el viejo Martin
Schaffner hizo a su mejor entender’ 226. Se trata del afamado pintor de Ulm
Martin Schaffner, nacido hacia 1478 (de ahí el apelativo de altt) y muerto des-
pués de 1546, en el que sería el último encargo documentado al artista Teget-
Welz (2008: 645). Como explica este autor, lo que hizo Schaffner fue un pro-
yecto (Entwurf) de representación de las armerías descritas en la patente de
armas, mediante un triple Fiessierung o, en grafía actual, Visierung ‘boceto’ 227
o Ausführung ‘modelo, variante’ 228. El tenor de la carta de Erasmus el Joven se
puede entender, pues, considerando que el Wappenbrief o su copia contenían
solo un blasonamiento (Wappenbeschreibung) y que el pintor realizó, a partir
del mismo, tres paráfrasis plásticas en sendos bocetos (3 Fiessierung), como
mejor pudo o supo (seinem gutt beduncken), propuestas que Erasmus el Joven
le enviaba a su padre, sin duda, para que eligiese el que más le convenciera.
Esto mismo revela la novedad del diseño y, con ello, la de la propia patente
de armas, que hubo de librarse en fechas próximas a las de la precitada carta.
Por desgracia, no se conservan ni el Wappenbrief ni los bocetos de Schaffner,
que habrían permitido reconstruir la concesión hecha en aquel. No obstante,
aciertan Rieber y Schwalger (1941: 171) y Teget-Welz (2008: 149) al considerar
que el contenido de la patente de armas, dado que estas ya existían, tuvo que
ser un aumento o modificación de las mismas. En efecto, como ya advirtió
Dodgson (1904: 178b) a propósito del grabado de Beham, la versión original
difiere de las posteriores en la aparición de una doble corona, una sobre la
cabeza del personaje y otra que sustituye al primitivo taparrabos vegetal. Así
se aprecia en el asiento correspondiente a nuestro personaje en el armorial del
gremio ulmiense de orfebres (figura 163), acompañado de un resumen de su
cursus honorum: «Erasmus Růchschnabel | Zanfttmaister, dess Ratt, | Richer
und Kaimer Rett» = ‘Erasmus Rauchschnabel, prior del gremio, [miembro]
del concejo, juez y jurado del concejo’, más la correspondiente anotación obi-
tuaria «Gonad dier Gott 1552» = ‘Dios se apiade de ti, 1522’ (Wappenbuch
226
Citada por Rieber y Schwalger (1941: 176) y, a partir de ellos, por Teget-Welz (2008: 645-
46, núm. 16), quien señala que la carta se encuentra hoy en paradero desconocido.
227
El término es hoy un tecnicismo histórico-artístico y tuvo una acepción heráldica especí-
fica: «visierung eines wappens, kunstgerechte beschreibung (ursprünglich kunstgerechter entwurf) eines
wappens: in der visirung der wapen Harsdörfer gesprechsp. 3, 158; regeln, die … bei der … visi-
rung … eines wapens erforderlich sind Hippel kreuz- u. querzüge (1793) 1, 197» (DWB, s. v., § 3)
228
Teget-Welz (2008: 148-149 y 645). En otros momentos, este autor parece atribuir el diseño
de las armerías al propio pintor: «Hinzu müssen weitere, kleinere Arbeiten aus dem nichtsakra-
len Beschäftigungsfeld gekommen sein, wie die 1544 vorgenommene Wappenbesserung für den
Ulmer Ratsherrn Erasmus Rauchschnabel» (p. 231), «Einem Brief aus dem Jahr 1544 ist zu entne-
hmen, der jetzt alte Meister habe ein Wappen für den Ulmer Ratsherrn Erasmus Rauchschnabel
angelegt» (291-292). Es cierto que los artistas heráldicos podían crear armas personales motu
proprio, pero en este caso, la constancia de una patente de armas, que exige un emisor legalmente
capacitado, deja claro que la otra explicación es la correcta.
229
Vid. Rieber y Schwalger (1941: 173 y 178). Häberle (1934: 33), quien confunde a dos
personajes homónimos, de modo que todos los datos que le atribuye a aquel (salvo el de 1518)
corresponden en realidad a este. Se trata, al parecer, de un tercer Erasmus Rauchschnabel, prior
del Schlosserzunft o gremio de cerrajeros en 1567 y fallecido el 29 de octubre de dicho año.
230
La imagen y la ficha catalográfica de la figura 164 están accesibles en línea en <https://
skd-online-collection.skd.museum/Details/Index/967031>. Sobre este exlibris, véanse además
Siebmachers Bg3, p. 52 y lám. 55; Ströhl (1899: lám. XL, fig. 6), Leiningen-Westerburg (1901: 126),
Jürgensen (2002: I, 41), O’Dell (2003: 76a, núm. 316) y Baujean (2005: 3, 240, núm. 973), quien es
el único, además de la ficha precitada, que se lo atribuye expresamente a Erasmus el Joven.
231
Sobre la adopción de los soportes, entre ellos el salvaje, vid. Fox-Davies (1909: 407-33) y
Pastoureau (1993: 212-13). Para ejemplos de tenantes salvajes, pueden verse Neubecker (1976:
196-99), Bartra (1996: 2, 12-14, 134, 137, 174, 261) y, sobre todo para la heráldica la española,
Merino y Díaz de Sarabia (1983).
232
Como a veces parece sugerir Pastoureau, aunque el estudioso francés tiene toda la razón
en señalar que las armerías atribuidas suelen responder a un simbolismo más claro que las real-
mente adoptadas, es decir, las históricamente usadas, «à l’intérieur desquelles les faits de vogue
et de mode jouent un rôle plus grand que les enjeux proprement symboliques» (1996: 87). El papel
tanto del posible simbolismo como del prestigio social u otros elementos conexos se explica mejor
apelando a contenido connotativo o evocador de las armerías (cf. Montaner 2010), que se conecta
con otro aspecto importante, pero en el que es imposible entrar aquí, que es el de la variable
relación entre designio y diseño de los emblemas. Baste, de momento, con recoger lo que señala
Celia Delgado en su contribución a este mismo monográfico de Emblemata: «Teniendo en cuenta
que los elementos que procedemos a analizar pertenecen a obras ficticias, el significado evocador
será especialmente importante, puesto que las referencias que despierten los emblemas en relación
con sus titulares resultarán esenciales en el desarrollo de las obras. […] al tratarse de un análisis
de obras literarias, la elección de un emblema u otro viene dado según una serie de referencias
que pretenden despertar juicios del público y que, al interrelacionarse, crean un universo propio
y cerrado en el que estos símbolos cobran sentido. Estas referencias son creadas de forma inten-
cionada por el autor de la obra, de tal forma que muchos de los emblemas creados para una obra
en particular se diseñan en función de las características internas de los personajes a los que se
adhiere, además de sus funciones. La connotación, por lo tanto, es mucho más profunda».
233
Se denomina así a una «escena de fantasía más o menos cómica […] incluida en la deco-
ración» (Ostos, Pardo y Rodríguez 1997: 135b-136a, núm. 512.16). Se trata de un «término francés
admitido internacionalmente en lenguaje artístico» (Riesco 2003: 129b), por lo que no posee un
equivalente usual en español, si bien se lo ha intentado adaptar como bufonería, término aceptable,
pero aún no comúnmente aceptado. Respecto del conjunto de estas peculiares manifestaciones,
véanse Wirth (2008), que se ocupa de la dimensión cómica especialmente en las pp. 135, 185, 196-
197, 209, 220, 253, 298 y 412, y Villaseñor (2009), sobre el mismo tema, pp. 27, 39, 73 o 108-109.
234
Este asunto enlaza con uno de los campos más fructíferos de la imaginación emblemática,
que es el de las armas ficticias y literarias (dos categorías a menudo indebidamente confundidas,
de lo que algo se dice en la introducción a la presente sección monográfica de Emblemata), campo
en el cual no es posible entrar aquí. Véase, por el momento, Pastoureau (1983, ed. rev. 2006; 1993
258-261 y 345-346; 2009: 192-198), Riquer (1980, reed. 1987: 165-180), Contreras (1999), Lacarra,
Montaner y Lacarra (1999: 49-69), José Sales Dasí (2003). Para las interrelaciones de la heráldica
que en el caso de los Doget las fuentes dan como talbots (una raza de sabuesos hoy extinta) y en
el caso de los Dogget(t), como grayhounds ‘galgos’; de atender a estas especificaciones, estaríamos
ante armas semiparlantes. Adviértase que todos los linajes de Norfolk llevan variantes de un
mismo apellido y de unas mismas armas, aquellas puramente gráficas y estas debidas en parte
a blasonamientos maximalistas, con detalles irrelevantes, desde el punto de vista del diseño o
conformación, como la posición saltante o rampante de los animales.
236
El DWB, s. v. «Schnabel», no recoge esta equiparación como lexicalizada, solo la de
‘pico’ = ‘boca’: «schnabel, in derber und komischer rede, für den menschlichen mund» (§ 3). Sin
embargo, la transparencia de la metáfora la revela otro uso translaticio: «schnabel, pflugnase,
nase, ein theil des kehrgestells des Göttinger pfluges» (§ 5.t).
decir que tales composiciones sean refractarias al símbolo o, quizá más bien, a
la alegoría, como muestran el león monstruoso de las monedas de Alfonso VII
o el primitivo Königskopfadler de Núremberg, si bien la transformación de este
último en una pura figura quimérica, el Jungfrauenadler, revela igualmente
que ese componente original no es indispensable en la lectura del emblema.
Desde esta perspectiva, puede apreciarse que, de acuerdo con lo que apun-
taba al inicio de estas líneas, la imaginación emblemática, aunque muy libre,
según puede apreciarse por los casos analizados, no carece de constricciones.
Una de ellas es la necesidad de identificar al titular, lo cual puede hacerse
mediante una adopción al menos aparentemente inmotivada, pero que en
muchos casos viene condicionada por algún tipo de homofonía, como en el
caso de las numerosas armas parlantes o semiparlantes aquí analizadas, o por
el designio de caracterizar socialmente al titular, como en el de las grandes
armas de la Reichsstadt Nürnberg. En todo caso, la imaginación emblemática
tampoco queda coartada por el origen de los emblemas, puesto que, una vez
que la función identificativa queda establecida por el uso, el emblema puede
reinterpretarse, como sucede con estas últimas armerías, y dar con ello pie
a nuevos emblemas inspirados en ellas que no guardan ya relación con su
primitivo simbolismo.
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