Curso Cristales Magicos
Curso Cristales Magicos
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Índice:
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1.- La función de los cristales
LOS CRISTALES son seres minerales que han conquistado su luz propia. A
igual de determinados seres humanos que se autoiluminaron se
santificaron, se convirtieron en un ejemplo vivo de luz y verdaderos
maestros de sus semejantes, los cristales también son maestros del reino
mineral, donando su luz a través de la fuerza, el amor y la sabiduría a quien
necesite de ellos.
Desde hace mucho tiempo los cristales fascinan al ser humano con su
resplandeciente luz divina.
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La felicidad, como la luz, es una cuestión de incidencia del ángulo con que
vemos la vida. Podemos verla con los ojos del ego o con los ojos del
Espíritu, y ella nos responderá en la misma proporción, ofreciendo el
destino, el karma, para el Ego, y la libertad para el Espíritu.
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Es la energía de la unión con la vida y con los seres amados. Es
fundamental para la experiencia y la expresión de la felicidad, para el
Sagrado Corazón que late en cada pecho.
SABIDURÍA: Es la manifestación intelectual del Espíritu en la mente. Es la
energía del pensamiento que comprende y conduce los principios teóricos y
prácticos de la propia vida. Es fundamental para la auto-consciencia, el
conocimiento del sí mismo y de los principios y leyes que rigen el Universo.
Cuando digo que los cristales son maestros de fuerza, amor y sabiduría,
quiero afirmar que, como representantes del plano Espiritual, actúan sobre
los otros tres planos de la existencia, o sea: el físico, el emocional y el
mental.
En el plano físico, existen cristales que ayudan a fortalecer la vitalidad, la
fuerza física, la sexualidad, la capacidad de trabajo y de acción, el bienestar
corporal y material, la propia salud física, de modo que podamos construir,
en la práctica, nuestra existencia sobre la Tierra.
En el plano emocional, vemos cristales que ayudan a abrir el corazón hacia
los demás y a la vida, a dar y recibir amor y afecto, a realizar los
verdaderos deseos y sueños según la voluntad del Espíritu, y a sentir la
felicidad real de estar vivo, para que se pueda, así, entrar en contacto y en
unión con la propia alma.
En el plano mental existen cristales que nos ayudan a abrir la mente hacia
el entendimiento de las leyes que rigen el Universo y nuestro verdadero
papel en la vida, a dejar de ser racionales y críticos y a colocar el ego en su
debido lugar. Estos cristales nos ayudan a tener claridad y objetividad para
atraer la prosperidad, a tener voluntad y firmeza de carácter para dirigir el
rumbo de la existencia y para ver la individualidad uniéndose a la
Espiritualidad para realizar su voluntad en la vida.
Por último, existen todavía cristales que nos ayudan a conectar con la
mayor fuente de energía, que es la propia luz del Espíritu y, en acción
conjunta con la meditación, nos ayudan a volver a la luz de donde vinimos,
o a traerla hasta nuestras vidas, transformando nuestro cuerpo en un
verdadero cristal humano.
Los cristales no curan y no resuelven nuestros problemas, si bien a veces
hasta lo hacen. Nos dan la energía necesaria para que, si realmente
queremos y a fuerza de voluntad de nuestro Espíritu, podamos curarnos y
resolver todos los problemas.
Debemos utilizar los cristales, pero no depender de su energía. Hay gente
que dice: «No sé vivir sin mi cristal»; Es importante saber usarlos, sin
apegarse ni proyectar en ellos nuestro éxito y felicidad. El éxito y la
felicidad están en nosotros mismos, lo que falta es la fuerza, el amor y la
consciencia para alcanzarlos.
Cuando queremos brillar en esta vida, pero no tenemos energía suficiente,
los cristales son de excelente valía alimentando nuestra capacidad de
disfrutar todas las posibilidades.
Una persona que busque, de corazón, un compañero, pero no consigue
amarse a sí misma, usando un cuarzo rosa podrá sacar a la superficie
sentimientos y traumas guardados en el inconsciente, para, así, perdonarse,
reconquistar su autoestima y abrirse a las relaciones, atrayéndolas hacia sí.
Sin embargo, si nos mantenemos en la duda, en el «alto del muro», ahora
queriendo crecer, ahora entregándonos a los deseos, ansiedades y miedos
de nuestro personaje, con el alma vacilando entre servir al Espíritu o al ego,
los cristales poco podrán ayudar. Aun así, y hasta en los casos de total
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sumisión al ego, pueden servir como «aspirinas» energéticas, mejorando el
«dolor de cabeza», pero, desgraciadamente, sin resolver el motivo del
mismo.
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La satisfacción de nuestros deseos es importante, sí. La prosperidad y la
riqueza material también son importantes. La salud y la belleza, ¡no
digamos! La cuestión es la forma de cómo trabajamos con ello.
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bien con las manos, debajo del agua, hasta que sienta que están totalmente
limpios de cualquier acumulación energética. A veces, también, se colocan
en un recipiente con agua caliente. El agua caliente es muy eficaz para la
limpieza de las «grasas» energéticas, sin embargo no substituye el lavado
manual.
Siempre que usemos un cristal en alguien o en nosotros mismos para
armonizar un chakra o aliviar un dolor de cabeza, ese cristal debe ser muy
bien lavado después de su uso.
Energización
Energizar es alimentar un cristal con energías favorables para su mayor
desempeño. En la naturaleza, los cristales se energizan espontáneamente;
sin embargo, dentro de ambientes cerrados, en constante contacto con
nosotros y con nuestros problemas, muchas de sus energías se desvanecen
en el intento de armonizar el ambiente y nuestros corazones. Por eso es
necesaria una realimentación energética periódica para que un cristal
permanezca saludable, irradiando luz y belleza, velando por todos nosotros.
Energizamos los cristales siempre después de su limpieza. Los métodos más
conocidos de energización son:
• El agua dulce
• El Sol
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• La Luna
La luz lunar es extremadamente benéfica para las piedras blancas y para las
de colores fríos, pero no ofrece, exactamente, el tipo de energía pedido
para las piedras de colores calientes.
Las lunas favorables para la energización son la Creciente y la Llena. La
Menguante puede ser usada para la limpieza y la Nueva para descanso del
cristal.
• La Tierra
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• El incienso y las hierbas
• Otros cristales
• La intención y el amor
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cristales se deben limpiar y reenergizar enseguida o constantemente si la
situación perdurara.
En el caso de cristales de gran tamaño, deben lavarse con un paño
mojado, embebido en agua, y a continuación energizarlos con la fuerza de
la intención, ya que inciensos y velas pueden sonar un tanto extraño en
ambientes públicos.
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minuciosamente y repuestos en el mandala.
La limpieza y la energización general puede ser mensual o semestral, de
acuerdo con la frecuencia de uso, salvo que los cristales queden
extremadamente cargados durante la terapia, que en ese caso deberán
meterse durante algunas horas en agua con sal y, después de lavados y
energizados, colocarlos de nuevo en el mandala.
• Cristales en Sí
Son aquellos cuya única misión con su usuario es embellecerle y colorearle
la vida. Se usan, de una forma intuitiva y sin pretensiones, en ambientes o
en el propio cuerpo. Están al alcance de todos. Su mantenimiento es a
través del cariño que se tiene por ellos.
La inocencia todavía es el mayor arma y defensa de la humanidad. Anula
los efectos que, en otras circunstancias, serían desastrosos; permite la
libertad de usar y experimentar aquello que se desea. Es como un niño
que no se le puede juzgar ni condenar por sus actos. Sin embargo, la
inocencia cesa en el momento en que se adquiere consciencia. Cuando
tomamos consciencia del uso y el poder de los cristales, sus efectos tanto
positivos como negativos se proyectan en nuestras vidas.
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armonización, promueven el bienestar y la empatía entre las personas
presentes.
Usamos, en los dos casos, cristales de medio a gran tamaño. Para estas
funciones, cantidad y tamaño son factores indispensables, sin descartar, por
supuesto, la calidad. Vemos así, que el trabajo que el cristal tiene que
desempeñar se multiplica para cada persona que entra y, además de eso,
su área de acción abarca todo el ambiente, a veces incluso hasta un salon o
un auditorio. Por eso, es importante que el cristal tenga una estructura
física con capacidad para emitir y absorver gran cantidad de energía.
La drusa es un conjunto de cristales unidos a una base única, son varias
puntas individuales unidas, armónicamente, a la misma base. Existen
grandes drusas de cuarzo blanco, ahumado, citrino, de amatista (las
famosas «capillas») y muchas otras, Esas drusas funcionan corno un filtro
para el ambiente, destilando bienestar y armonía.
Además de las drusas, usamos también piezas de cristal de medio y gran
tamaño con el mismo fin. Se consideran estas piezas a partir de un tamaño
como el de la palma de la mano, generalmente en estado bruto. Las piezas
más usadas son las turmalínas negras, los cuarzos rosa y verde y las
ágatas. Bolas de cristal y obeliscos también pueden ser utilizados para este
fin.
Los cristales para la armonización se pueden colocar en un punto tal que
abarquen todo el ambiente. Puede ser en alto, en un estante o en una
mesa. Por otra parte, los cristales para protección se pueden colocar a la
puerta de los ambientes o en la mesa donde trabaja, o sea, deben estar
próximos de quien entra o de quien desea la protección.
Los cristales más usados para la protección y armonización son:
Cuarzo blanco: transmite luz, paz, armonía y alegría.
Amatista: transmite espiritualidad y trascendencia.
Citrino: transmite prosperidad y claridad.
Cuarzo rosa: transmite amor y equilibrio emocional.
Cuarzo verde: transmite salud y equilibrio emocional.
Turmalina negra y cuarzo ahumado: transmiten protección y estructuración.
Ágata: transmite tranquilidad y bienestar.
Como piezas de uso personal
Cuando elegimos un cristal como compañero de jornada, es fundamental
que esté a nuestro lado el mayor tiempo posible y, sobre todo, en los
momentos en que su energía fuera necesaria. Será nuestra piedra de poder
personal, aquella que compartirá nuestra historia, estimulando energías que
necesitamos incorporar y expresar en la vida, o alejándonos de aquellas que
necesitamos abandonar.
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Rodados, o sea, pulidos naturalmente, a través del proceso de rodamiento
en tambores de agua y arena, exactamente como sucede en los lechos de
los ríos. Solo deben ser evitados cuando el cristal presenta una punta
natural, como el cuarzo blanco, la amatista y el citrino; también cuando
presentan estrías, frisos paralelos que se extienden por su superficie, como
en el caso de las turmalinas, aguamarinas, cuncitas y otras; en esos casos,
el rodamiento interrumpe el mayor flujo energético.
• Ovalados que presenta una cara ovalada y otra achatada. Sigue los
mismos principios de los rodados, sin embargo se producen siguiendo un
patrón con máquinas y manos humanas. Como los pulidos, generalmente se
usan para adornos corporales como anillos, collares y otros. En este proceso
también están incluidas las bolas de cristal y los obeliscos.
• Pulidos en N número de caras para aprovechar al máximo su luminosidad.
Su potencial varía de acuerdo con el talento o el estado de ánimo del
pulidor. El talento es inherente o no al pulidor, sin embargo, el estado de
ánimo puede variar de un trabajo a otro, impregnando el cristal de
emociones positivas o no.
mejor es dejar de usar esa pieza devolviéndola a la naturaleza.
Veremos a continuación las diferentes formas de cómo se pueden usar esas
joyas en el cuerpo y cuáles son sus características y particularidades:
• Anillos
Los dedos son extensores de todas las energías del ser. Son la síntesis de
todos los niveles de percepción de la vida. Pueden tocar y actuar en
cualquier parte del propio cuerpo o de cualquier otro cuerpo. Expresan
aquello que está en la mente y en el alma de cada uno. Con ellos
manoseamos, escribimos, acariciamos y agredimos la propia existencia.
Se pueden usar todos los tipos de cristal en los dedos (abarcan todos los
chakras), siempre que se sigan las especificaciones para cada momento y
que se coloquen en el dedo y la mano correctos.
Trataremos más específicamente este asunto en el capítulo «Los dedos y los
astros».
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• Pulseras
La muñeca es una especie de síntesis de los dedos (le las manos. Las
diferentes energías que corren por los dedos se unen a la muñeca. Es como
si la muñeca fuera su base, de la misma forma que una drusa de cristales,
donde varias puntas se unen en una base única. De este modo, las pulseras
circundando ese portal son, casi, como una compuerta que puede represar
o abrir el flujo energético por el brazo.
Las pulseras son excelentes para la circulación y cambio de energía con las
personas y con la vida. La acción de los cristales abre las muñecas,
permitiendo el flujo de energía, sobre todo aquella energía que el cristal
está dinamizando. Hay que resaltar que la muñeca derecha favorece las
intenciones expansivas, en cuanto que la izquierda son las receptivas (en el
caso de los diestros); por eso, en casos de protección, se recomienda cerrar
la muñeca izquierda.
• Tobilleras
Las tobilleras funcionan exactamente como las pulseras, con la diferencia de
que aquellas están ligadas a las energías densas de la tierra. Son ideales
para cristales negros, marrones y rojos, que atraen las energías densas de
la tierra hacia el organismo, dinamizando la energía vital, la sexualidad, el
poder personal y la fuerza para caminar sobre la tierra.Sirven también como
una toma de tierra para descargar las tensiones psicocorporales y, también,
como un escudo protector contra las energías negativas de ciertas
entidades elementales o con bajo astral, que intentan consumir y
alimentarse con nuestras propias energías.
De la misma manera que en las muñecas, el tobillo derecho está ligado a la
corriente expansiva, mientras que el izquierdo a la receptiva.
• Colgantes y collares
De modo general, llegan hasta la altura del corazón, o como máximo, a la
altura del plexo.
Los que llegan a la altura del corazón, actúan en la vida emocional,
estimulando o reprimiendo, según el cristal, la propia expresión emocional,
o sea, el amor que la persona siente hacia sí misma, hacia los demás y
hacia la vida. Para dinamizar los sentimientos, el amor propio y las
relaciones, podemos utilizar cristales rosas, anaranjados, verdes o blancos.
Los violetas tienen que ver más con el amor espiritual; los amarillos y
azules con la energía mental, pudiendo ser usados, en casos de desapego y
claridad emocional. Los rojos pueden sobreexcitar, aportando irritación y
ansiedad; los negros, cenizas y marrones pueden reprimir aportando
rigidez, pesimismo y melancolía. Se utilizaran solo en casos excepcionales.
Los colocados a la altura del plexo estimulan la actividad mental, la
individualidad y la fuerza de voluntad. En esta parte del cuerpo podemos
usar, sobre todo, los cristales amarillos, los blancos, o incluso todos los
demás, según las circunstancias y necesidades antes descritas.
• Gargantillas
Aunque próximas al corazón, las gargantillas, alrededor del cuello,
estimulan la capacidad de expresión verbal de los sentimientos y la verdad
de cada uno, privilegiando la comunicación entre las personas y con uno
mismo (ver quinto chakra). En esta parte del cuerpo, lo ideal, son piedras
azules, verde-azuladas o blancas.
• Pendientes
Los pendientes son unos de los adornos que se colocan más próximos a
nuestra cima, a las vibraciones más altas del ser y del espectro del arco iris
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(ver sexto y séptimo chakra). Trabajan, principalmente, con las energías del
azul oscuro, del violeta, del morado, del dorado y del blanco.
• Diademas
Aunque poco usadas para llevar cristales, las diademas tocan exactamente
la parte alta de la cabeza, la corona del ser humano (ver séptimo chakra).
Es el punto que tiene la más elevada frecuencia espiritual del cuerpo. Aquí,
el blanco es el color más indicado, pudiéndose utilizar también el dorado, el
violeta y el morado. Los otros colores deben ser muy claros o evitados.
Como canalizadores, transmisores y amplificadores de la intención.
Como canalizadores, transmisores y amplificadores de la intención:
Por canalización entendemos la capacidad de recibir o incorporar energías
de seres distantes y de otras dimensiones. Es lo que ya conocemos desde
hace mucho tiempo por el nombre de mediumnidad. La mediumnidad puede
ser tanto consciente, cuando intervenimos con las energías, como
inconsciente, cuando estamos totalmente poseídos por ellas; incorporativa,
cuando se manifiestan las energías integralmente a través de nuestro
cuerpo y nuestra voz; sensitiva, cuando percibimos las energías en nuestra
consciencia y sensibilidad como una suave comunicación interior.
Por transmisión entendemos la capacidad de enviar nuestras propias
energías a seres distantes o de otras dimensiones.
Nuestra intención se proyecta en el astral y se refleja en el ser deseado.
Son nuestras oraciones, evocaciones, visualizaciones y viajes astrales.
Por amplificación entendemos la capacidad que tiene el cristal de aumentar
el efecto de nuestra intención, ya sea tanto para la canalización como para
la transmisión.
Para esos casos el cristal más indicado es el cuarzo blanco, sobre todo el
cristal generador de cuarzo blanco de terminación única o biterminado. El
generador de cuarzo blanco es una pieza natural de cristal límpido, de diez
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a veinte centímetros, aproximadamente, con una punta y una base
(terminación única) o una punta en cada extremidad (biterminado). En el
caso del generador de terminación única, la energía entra por la base y sale
por la punta; en el biterminado, la energía corre simultáneamente en
ambas direcciones al mismo tiempo.
Cuando queremos enviar o transmitir un mensaje o intención a alguien,
dondequiera que esté, intentamos, inicialmente, visualizar mentalmente lo
que se quiere transmitir. Si es un caso de enfermedad, visualizamos a la
persona fuerte y saludable; si es un problema personal, visualizamos a la
persona con fuerza y claridad para resolverlo; si es un caso de pérdida la
base del cristal sobre la frente, proyectamos esa imagen a través del
mismo, hacia el espacio, en dirección a la meta deseada. La intención
trabajará en el cuerpo astral de la persona, reflejando en ella los deseos
esperados. Ese tipo de transmisión se usa sobre todo para enviar energías
de fuerza, solidaridad y cura, para quien, teniendo necesidad de ellas, se
encuentra a distancia.
En el caso de recepción, de canalización, necesitamos, primero, definir,
transmitir exactamente al Cosmos el conocimiento o las energías que
deseamos recibir, o incluso, los seres con quien queremos entrar en
contacto. Hacemos esto con la base del cristal sobre la frente. A
continuación, invirtiendo la posición, colocarnos la punta vuelta hacia la
frente y esperarnos, con total silencio y vacío mental, la información o
incorporación de la energía que pedimos. Podemos, en esos casos, canalizar
mensajes y energías de desencarnados, de guías o ángeles, tanto del plano
astral como del espiritual, así como también de los elementales e, incluso,
de los seres humanos comunes y de los animales.
En lo tocante a la meditación, que está totalmente desvinculada de
cualquier intención que no sea el propio silencio mental, podernos colocar
algunos cristales a nuestro alrededor o delante, en nuestras manos, o
incluso sobre la frente o el corazón.
AIYAN ZAHCK
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