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¡r,
EL KERO josé sabogal
Vaso de libaciones
cusqueño
de madera
pintada

José
Sabogal

instituto nacional de cultura


obra auspiciada por el concytec
1 ra . e d ic ió n : ] 952
2da . edi i ó n : 198

copyright de esta edición instituto nacional de cultur:1


:Incash 390
lima I I'l'ríl
cuidado ele la ediciún juana iglesias
jaime urco
carátula octavio santa cruz
Colección de don José Orihuela.- Cusco

VASO DE LIBACIONES CUSQUEÑO EN


MADERA PINTADA
En el antiguo Tahuantinsuyu los vasos para las lihaciones
de chicha, la legendaria bebida de maíz, llegaron a la catego-
ría de obras de arte. En cerámica y hasta en piedra, los arcai-
cos tiahuanacus lograron formas puras y severas que han con-
tinuado reproduciéndose con ligeras variantes en toda la in-
mensa extensión del imperio. En madera también ensayaron,
usando de las duras del algarrobo, de la ühonta, del huayacán,
del chachacomo y de otras muchas.
También de los frutos de la tierra, de los de la calahacera,
el redondo "puru" de deigada y resistente corteza, se hicieron
posiblemente los primeros vasos en los lugares donde esta
planta prudigana sus fruLOS no sólo para utilizarlos como ta-
les, sino en general como recipientes de líquidos y, biparti-
dos, como platos para los alimentos, los "mates ", de larga tra-
yectoria y vinculación con el pueblo peruano hasta nuestros
días. La det:oración del mate alcanzó alto grado de refina-
miento con dibujos incisos o pirograbados representando cria-
turas de su mundo circundante, del mar, del aire y de la tie-
rra, con dibujo de admirable sencillez; hubo mates suntuosos
de tamaÍ'1o menor como para beber de una sola vez, salpica-
dos con discos de turquesa, de láminas de oro y de concha-
perla blanca y coralina, tal vez para ser usados en las mágicas
ceremonias nocturnas ofrendadas a la Luna, diosa de los "yun-
cas", la divinidad de las mareas, de tremenda influencia en los
frutos de la tierra.
La chicha fue la bebida única generalizada en todas las co-
marcas del antiguo Tahuantinsuyu y cada región producía su
bebida adecuada a su gusto, imprimiéndole cuerpo y fuerza
embriagante o dándole suavidad refrescante. La elaboración
~omenzaba con la selección dtÜ maíz para la jora y ésta des-
pués de ser impregnada por los rayos del padre sol, pasaba al
molido de batanes o de mandíbulas humanas, como hasta
hoy se practica en lugares de tradición indígena; después el
cocimiento en grandes pailas de barro cocido, durante mu-
chas horas, manteniendo un hervor constante y removiendo
la mezcla para extraer al divino grano sus mejores jugos.
La legendaria bebida peruana necesitó de innumerables re-
cipientes de variados tamaños, desde los enormes tinajones
hasta los ornamentados vasos de beber y entre éstos, tinajas,
vasijas, cántaros de mano, "pullus" de transporte sobre las
espaldas con asas para las cuerdas y los recipientes de los ca-
minantes a manera de cantimploras, etc. La chicha ha sido la
impulsora en el extraordinario de~arrollo logrado por los an-
tiguos peruanos en el arte de la cerámica. T)os tipos de únfo-
ras o vasijas grandes quedan como obras de arte producidas
por el culto a la bebida sagrada, una es el "aryhalo" cusqueño
con base cónica combada como seno de mujer, cuerpo ovoi-
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de, alto cuello y boca rematada en gracioso perfil saliente,
con asas o con insinuación de ellas y decorado con elegante
sobriedad. La otra es una amplia tinaja de gordas paredes Có'
nico-curvadas de la costa iqueña (llamadas de "Pacheco") de
epidermis rojo indio éon hermoso decorado ejecutado, al pa-
recer, después de la cochura por hábiles pintores. Estos dos
prototipos de ánforas serían de uso real, de las mansiones in-
cas, o de los príncipes yuncas esta última, o usada en las ac-
tuaciones ceremoniales, pues su rango estético es tan alto que
nos sugiere estas conjeturas.
En esta región iqueña que contiene tantas denominaciones
de ~ulturas superpuestas, las artes de la cerámica alcanzaron
altísimos niveles de artesanía y en el decorado se manifiestan
maestros expresivos en el dibujo y certeros en la coordinación
de sus colores. En la dilatada etapa del proceso de experien-
cias se advierte una serie de ensayos que finalmente los ha
conducido a la refinada expresión de la última etapa En algu-
nos ejemplares existentes en el Museo Nacional de Antropolo-
gía, de ceramios de Ocucaje y de Paracas, se evidencia un cu-
rioso procedimiento empleado por los .pintores. Sobre la pie-
za formada y aún blanda trazaron los dibujos con una estaca
o punzón y después de someterlos a cochura reemprendían el
trabajo de la pintura con colores muy molidos y probable-
mente usando algún mordiente; después de pintada-:: es posi-
ble que hayan sido sometidas a un calor discreto para fijar los
colores. Otro procedimiento es el de la elaboración ornamen-
tal sobre la pieza ya cocida, grabando las decoraciones en sus
contornos y ahondando las sJperfi.:ies que recibían capas'de
color. Creemos que en esta fase del proceso cerámico no se
tenía aún plena seguridad en la alteración de color por el fue-
go y que se ingeniaron para fijar los colores en frío sobre la
tierra cocida (El "equipo de laqueador", de lca, descrito por
Erland Nordenskiold, aclara en mucho este procedimiento).
Los vasos para libar la chicha son de una forma generaliza-
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da en todos los pueblos antiguos de la costa a base del cilin-
dro que levemente se ensancha en la parte de la boca o que
adquieren sus lados inclinaciones cónicas. Los "muchicas" V
los "chimus", de temperamento plástico, hicieron vasos para
la bebida representando cabezas humanas que parece fueron
retratos por el carácter individual de cada uno de ellos. Todas
estas esculturas huecas, de menor tamaño que el natural, se
abren en boca de vaso sobre el cráneo; es posible que hayan
sido copas de exclusiva propiedad de los retratados, que sola-
mente ellos podían beber en su propia efigie. Existe una serie
con diferentes expresiones: astutos, serenos, plácidos, alegres
\" jocundos con ancha y buena risa como corresponde a los
buenos bebedores. Entre esta serie de vasos para líquidos
existen unos con blanduras femeninas de forma e insinuación
de decorado doral, coquetones, que bien pueden haber sido
para el uso de las altas damas de los clanes chimus. También
hay las grandes vasijas para contener buena cantidad de bebi-
da para varias personas, de cuerpo esferoide y bordes aplana-
dos inclinados hacia afuera. El rojo arcilla y blanco marfil son
los tonos principales en esta fina cerámica decorada en buen
dibujo de línea con algunas superficies entintadas, describien-
do truculentas y feroc2s est:enas de guerreros prisioneros sa-
crificados o batallas contundentes, con un fondo donde aves
de rapiña revolotean en torno a estas extrañas figuras de la
muerte.
Sobre la antigua cerámica peruan:1 se ahre un inquietante
campo de investigación artesana llen;1 dI' innumerahles sorpre-
sas y encuentros, que por ahora sólo 10 insinuamos, pues nues-
tro propósito va enderezado hacia el vaso de madera llamado
·'kero" el que, en su procedimiento pictórico, trae una gran
semejanza con el procedimiento empleado en la cerámica d(·
Ocucaje y de Paracas.
Los vasos de oro :V" de plata de los finos orfebres yuncas de
"Batán Grande" y de "Chan-Chan", debieron haber sido para
10
ceremonias rituales ofrendadas al Sol, a la Luna y a todo su
olimpo; los hay en formas cónicas de boca más ancha que la
base con decoraciones incisas y relievadas con ligero repuja-
do; hay una serie de plata con ornamentos de fauna y f10rél
marina procedentes de los "chimus"; raros porque no pueden
contener líquidos, los vanos de los motivos ornamentarios
son calados, probablemente servirían como estuches de los
vasos que contenían el elixir y que se cuidara de no ser toca-
do por las manos de los oficiantes.
Los "mates" mantienen su prestancia en todos los tiempos
a pesar de la buena cerámica y metales finos empleados en
"keros" para la chicha. Entre las agrupaciones contemporá-
neas de solera indígena yunca, el "mate" reina como el insus-
tituible cuenco para la tradicional bebida, no solamente en el
"puru" que sirve de copa, el llamado "coJLldito", sino tam-
bién en la vasija grande donde se sirve la chicha para varias
personas, en el "poto", que es presentado con su correspon-
diente patito flotando en la superficie de la parduzca bebida.

Procede de la Revista del Museo Nacional


11
Para el hombre quechua de las comarcas cusqueñas, la chi-
cha debió haber tenido fuerte significado telúrico; en los cam-
pos de esas ricas tierras sobre laderas, llanuras y empinadas
montañas contenidas con elaboradas terracerías, los quechuas,
innatos agricultores, lograron producir el mejor maíz del
mundo, de innumerables variedades, clasificados para diferen-
tes aplicaciones alimenticias y el grano seleccionado para la
bebida dorada debió haber sido muy especial. Estos extraor-
dinarios agricultores de la antigüedad cuando bebían los jugos
de la "sara", se sentían en trance de vinculación con la madre
tierra; hasta nuestros días los indios cusqueños, antes de libar,
practican el rito ancestral de la "t'inca". Es la aspersión de
gotas de chicha al aire, a las misteriosas fuerzas de la naturale-
za, a los "auquis"; la realizan con reverente actitud, mojando
los tres primeros dedos de la mano derecha sólo en las puntas.
los contraen y, enérgicamente los desprenden rociando el ám-
bito con las chispas del líquido.

Colección Museo del Cusco

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Los vasos de cerámica inca cónico-acilindrados muy bien
(ormados son de tono rojo cobrizo intenso con sobria orna-
mentación como la que pusieron en sus bellos "arybalos".
Existen extraños recipientes en piedra que se supone fueron
para la bebida tradicional, en forma acilindrada con relieves
de "amarus", la lagartija y otros elementos; también hay blo-
, ques de granito en los cuales se han cavado laberintos como
para que discurra un río, con su conveniente declive, suave y
con mayores gradientes que, finalmente, conducen a un apén-
dice donde los bebedores aplicaban los labios. Estos artefac-
tos tan pesados, es probable que desempeñaran funciones
precisas en relación con la chicha, tal vez en actos de vatici-
nios.
Los "keros" de oro incaicos dicen los cronistas que fueron
de hoja gruesa, muy hermosos y que llegaron a un peso de
más de dos kilogramos. Los que se capturaron con la conquis-
ta fueron fundidos y los que se salvaron deben permanecer
ocultos bajo tierra o en poder de los clanes nobles que aún
subsisten.
Los vasos de madera son los más característicos del pueblo
quechua, lograron en ellos una perdurable obra de arte: estos
son los "keros", realizados en duras maderas y ornamentados
con sólida pintura~ Es sobre este "kero" quechua que ensaya-
mos este ~rabajo desde el ángulo de su valor artístico.

13
Propiedad del Sr. Truman Bailey.- Lima
Colección Museo de Cusco

EL "KERO" INCAICO

~l "kero", "keru" O "queru", que significa madera, es el


\ ~ ubilete
para la bebida de la chicha; desde muv lejos viene
con la palabra "keru" y se refiere espec íficamente al de carác-
ter inca en formas derivadas del cono truncado, a los que son
escultóricos y especialmente a los de madera con decoracio-
nes pintadas. Es un vaso de rica madera de paredes espesas y
con los caracteres propios de la estética inca en la sede del im-
perio; es una pieza de arte quechua inconfundible con los
otros "keros" de arcilla o de madera de otros grupos étnicos
del gran Tahuantinsuyu.
Sus caraderÍsticas son marcadas: proceden de la misma ve-
ta de los homhres que levantaron las extensas terracerÍas has-
ta las cumbres de los cerros; de los que alzaron los ciclópeos
bloques de granito en las fortalezas y resolvieron en admira-
ble arquitectura las cresterías rocosas de Machu Picchu, coro-
nándolo con un recinto de belleza bravía y tres ventanas co-
mo muestra de su estética para todos los tiempos.
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El genio quechua que, en la cerámica, cristaliza la pureza
de la forma y la sobriedad del decorado en la maravillosa án-
fora inca que se ha dado en llamar "arybalo", por su estrecha
semejanza de alto tono estético con la forma creada por los
griegos, en el vaso de libaciones de madera llamado "kero",
logra la forma definitiva en el propio lenguaje del material y
de la función .
El proceso debió haber sido largo; al comienzo predomina-
ba la visión y la técnica del granito, desde los simples tacos
ahuecados, los "keros" que ostentan anchas fajas salientes
.iunto a la boca y los que tienen espesas salientes rectangulares.
'Vienen luego los que sólo llevan una aplicación escultórica,
lagartija o felino, con la cabeza agazapada mirando al interior
del vaso; los que de la forma en camino de encontrarse, sur-
gen a un lado cabezas humanas o de felinos, ambas simples y
hermosas. El vaso funcional aparece por fin con líneas sim-
ples y graciosas en dos tipos de ligeras variantes, los que en
sus líneas de contorno vertical se curvan hacia dentro ·y los
que acusan ligera curva hacia afuera; estos últimos tal vez son
más plásticos, más quechuas; la comba es leve, es en la sec-
ción del vaso donde se aplican ambas manos para beber, al-
zando la forma como en caricia de turgentes caderas de india
joven; esta curvadura se repliega con gracia y levemente hacia
dentro, en los bordes de la boca, donde converge el plano in-
terior perfilando un espesor apto para el suave verter de la be-
bida legendaria.

16
Propiedad del Sr. Enrique Camino Brent
Formas de "keros"

Los indios quechuas llamados keros, fueron los hábiles ar-


tistas que dieron con esta forma en el labrado de duras y ricas
maderas producidas en sus comarcas y en la selva próxima. La
durísima "chonta", de fibras elásticas muy apropiada para ar-
cos de flecha y para lanzas fue empleada en primitivos "ke-
ros"; el compacto "huayacán", de mucho peso, empleada en
contundentes "cachiporras" y otras clases de maderas precio-
sas cuyos nombres ignoramos, hasta que se hizo más corriente
la madera "chachacomo", compacta y de denso color pardo
rojizo, inmune a la polilla y con la virtud maravillosa de hacer .
18
evidente la ponzoña por alguna extraña reacción de la chicha
Lon el tanino, según consigna un viejo cronista, referente a la
preferencia del "chachacomo", para beber la bebida de maíz.
Estos vasos de madera cusqueña de los indios keros de Pau-
cartambo fueron decorados con vivos colores en predominan-
le de rojo cinabrio podero amente adheridos a la superficie
vegetal por medio de una especial resina encontrada en la sel-
va de aquellos sus dominios keros. E una pintura de alta cali-
dad y muy resistente, cono ida hasta hoy como esmaltes" o
" lacas".

Fragmento. Propiedad del Sr . Manuel Valle .- Lima

LA PINTURA DE LOS "KEROS"

Los artistas de las culturas costeñas ensayaron diferentes


géneros de pintura sobre varios aparejos; en la madera de alga-
rrobo en combinación con interesantes tallas decorativas en
bastones ceremoniales, en remos ornamentarios, en esculturas
achatadas, lograron aplicar un rojo de cinabrio muy sólido,
tal vez con aglutinante de la resina. Extendían los colores so-
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lamente en superficie plana usando el cinabrio, un ocre y un
negro, también lo aplicaban a máscaras de madera para las
momias, las que, al excavarse, mantienen su color, pero en las
láminas de oro no se han adherido con perfección. En las te-
las de algodón parece que se valieron de un temple a base del
jugo de la paleta de ,,¡ tuna y de cactus, en estas telas desarro-
llaron una gama más rica de tonos y lograron realizar magnífi-
cas representaciones muy sueltas de factura que nos llegan co-
mo un buen mensaje de belleza. Sobre aparejos de arcilla en
los muros de adobe y con el procedimiento de este temple
que es conocido hasta hoy en muchos lugares peruanos, de-

Museo Nacional de Antropologia.- Fragmento

coraron paños grandes a la manera de sus huacos pero no con


el refinamiento que en ellos pusieron.
Los artífices quechuas del "kero" persiguieron ahincada-
mente una pintura impermeable y sólida tanto como la que
conquistaron en la cerámica, para ornamentar los vasos de
madera y en los mismos bosques donde se proveyeran de esta
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madera dieron con la preciosa resina, noble para el laboreo y
muy adhesiva ; resistente a los destructores rayos del sol, a los
líquidos, a los fregados del lavado y a los bruscos choques in-
cidentales. Con la emulsión ohtenida al calor de brasas mez-
daron los pigmentos en escrupuloso molido y como la resina
tiende a secarse con cierta rapidez, es lógico que estos hábiles
artesanos, ricos en recursos, recurrieran al manipuleo en ca-
liente, en pequeños cazos de metal o de arcilla, cada uno con
su color respectivo y con espátulas de cobre y aun con pince-
les, aplicaban la pasta a sus campos ornamentales previamente
preparados en grabados meticulosos hechos a buril, rayando
las superficies para el mejor agarre del color y ahuecando con
gubia cortes en canal donde debería cargarse espesas capas de
color.
De los "keros" hemos extraído los colores de la paleta que-
chua: bermellón de cinabrio, amarillo claro, ocre claro y os-
curo, verde turquesa, verde oscuro, azul lapislázuli, blanco y
negro. El negro debe ser carbón vegetal o animal, los otros ca·
lores todos son de procedencia mineral muy decantados por
los diligentes artesanos; hay un azul lapislázuli que puede ha -
ber sido obtenido por trituración de este mineral o por mez-
cla. La parte pictórica usada en los vasos de madera acusa un
laboreo muy escrupuloso en la selección de los pigmentos, en
el molido y en el temple conveniente de los ingredientes. Es-
tos hombres ya traían mucha experiencia de la tintorería; en
sus refinados tejidos lucen hasta hoy los hermosos tonos ex·
tra:dos de minerales, animales y vegetales.
Los asuntos o temas puestos en ornamentación por los aro
tistas pintores se refieren a representaciones relevantes de la
vida incaica; existen "keros" que debieron haber sido usados
por las altas jerarquías del imperio, en los que figura el Inca
con bellas vestimentas y tocados con altos ramilletes de visto-
sas plumas sobre la "mascaypacha" imperial, seguido de ore-
jones y gente de guerra; coyas y ñustas protegidas por quita-

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soles vistosos, sostenidos por jorobados ("cumillos"); en el
cielo cruzan las aves simbólicas, el cóndor, el korekenke; hay
campos con los emblemas: la pica imperial con "conopa",
plumas y enorme borla grana; fortalezas, soldados con diver-
sas indumentarias, arqueros "antis", etc. Todos estos orna-
mentales desfiles se desarrollan en buena composición dI'
campos limitados por el arco iris que surge de cabezas de pu-
mas -la tierra- intercalando con gracia flores como la "chin-
chircuma", la "cantuta", la rucsia y la l'legante "capac-ñuc-
cho", esbelta como el cuello del "amafu" y roja como la san-
gre, flor considerada sagrada, así como si fuera el loto de los
egipcios.

Fragmento.- Museo del Cusco

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Fragmento.- Museo del Cusco

Hay los "keros" de la serie de la cacería -o "chaco"- con


hombres y "aleas" entre tupida arboleda persiguiendo y aco-
rralando a las "tarucas". y los de guerra, con sendas batallas
de soldados incas contra los belicosos "antis", los fieros habi-
tantes de la selva que parece que les daban que hacer a los
quechuas, por el buen número de "keros" que existen con es-
tas escenas.
Hay "keros" ornamentados solamente con la elegante flor
encarnada del "ccapac-ñuccho" sobre el rojipardo de la made-

Flores de chinchircuma. Cantuta y ñuccho


Tomado de la Revista del Museo Nacional

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ra como si fuera un "uncu" imperial, de refinada belleza.
En los vasos de la serie bucólica que podrían haber sido
destinados a jerarquías más numerosas por ser el incanato
esencialmente agrícola, las tiernas escenas expresan la corrien-
te alegre de la vida del campo en las variadas faenas; de la
siembra, cultivo y cosecha, con la descripción de un paisaje
sintético, con casitas donde no falta la buena tinaja de chicha
a la puerta, tapada con frescas hojas de maíz y las mujeres
ofreciendo los vasos llenos a los sedientos trabajadores, con
ternura y con gracia. La siembra con el arado de pie, con la
pesada "taclla", por hombres fuertes ayudados por mujeres
y las sembradoras que van depositando el grano con unción
sagrada como en un rito; y el campo con sus flores roji-blan-
. cas-amarillas y rojas encendidas.
El "kero" incaico contiene valor esencial en el encuentro
de su forma y en la ornamentación pintada con tanto acorde
y carácter que le hacen especialísima obra de arte, además de
contener el" ritmo de una vida que fue muy elaborada, esfor-
zada y de poderoso acento plástico. Por medio de las pinturas
de estos hermosos vasos nos orientamos hacia una apreciación
más acertada sobre el desarrollo de los hijos del Sol. Estos va-
sos de libaciones han sido acariciados por millares de manos
de hombres y mujeres que con unción los alzaban hasta los
sedientos labios; en el fondo ennegrecido de estos "keros",
se agitan las sombras de los fuertes hombres que levantaron
monumentales obras de granito y que en las delicadas obras
pequeñas nos dejaron esta muestra de arte.
La fuerte vitalidad del arte del vaso pintado permanece in-
conmovible durante las inquietantes primeras fases de la inva-
sión conquistadora. Cuando los barbudos centauros penetran
por las conmovidas comarcas indias como extrañas criaturas
caídas de otro mundo, la impresión de estas fieras figuras Sp
dibujan netas en la sensibilidad de los artífices, quienes ensa-
yan de representarlos sobre los "muros" de sus "keros" cap-
24
Propiedad del Sr. Aurelio Montoya Arias.- Lima

tando bien las actitudes briosas de los corceles de guerra con


su caballero en acción de batalla y los infantes arcabuceros
con su continente y movimientos vistos a fondo, con andares
que les corresponden, y los bizarros caballos representados
también en entero, sin los arreos de guerra, desfilando en oe-
llos frisos luciendo coloraciones de luminosos bermellones,
turquesas, dorados de ocre, negros cálidos y blancos marfili-
nos. Caballeros y caballos campean en los cuadros de estos va-
sos de madera, los que por su vigorosa forma llegan a empa-
rentarse con los vasos de los pueblos antiguos del Mediterrá-
neo; especialmente cuando los corceles lucen en ellos sus her-
mosas líneas tienen un fuerte acento arcaico tal como los va-
sos pintados de egipcios y cretenses.
Por primera vez en tierras de los "Mares del Sur", los hom-
bres y caballos del mundo mediterráneo entran a los escena-
rios artísticos indios, dando principio a la tremenda transfor-
mación estética en estas tierras en las que cumplieron una di-
latada etapa artística de fuerte carácter, en un mundo de ais-
lamiento. Desde ese momento se establece así como un ínti-
mo entendimiento de ritmos y rumbos de simpatía y de re-
chazo, pero siempre de profunda comprensión, como lo va
manifestando la producción artística popular en sus produc-
25
ciones genuinas, que dicen de las predominantes culturale's
que encierran y con las cuales van vertiendo figuras con otro
devenir, pn d amplio cauce de los dos aportes sanguíneos y
espiritualps.
El toro, de brava y majt'stuosa estampa, transformador de
las sementeras americanas, llegó después que su Iwrmano el
caballo de' gUe'rra hahía recorrido y trasmontado los Andes y
los llanos en todas direcciones; llegó veinte años después, fue
una hermosa yunta que por primera vez roturara las tierras
quechuas en pleno corazón de la ciudad del Cusca, en los te-
rrenos que hoy ocupa el convento y templo de San Francisco.
Garcilaso de la Vega hace de este suceso un fuerte y sabroso
relato, con ese su alto don de escritor y de testigo infantil de
este acontecimiento.
El toro no fue entonces representado en las pinturas de los
"keros", porque en este momento es indudable que los artis-
tas ya estarían forzados a otras ocupaciones en los obrajes, re-
pmtimientos y tal vez en el fondo de las minas. Parece que
durante el período de conquista y en el de peleas entre los es·
pañales, estos artistas pudieron continuar sus tareas más o
menos tranquilos allá en sus comarcas de Paucartambo y fu('
entonces cuando impresionados por las figuras nuevas, pudie-
ron vertirlas con gran rango en sus "keros"; pero cuando el
virrey Toledo puso en marcha la maquinaria colonial, el arte
organizado desapareció.
En pleno coloniaje apare.::en brotes de buenos "keros" de
artistas herederos de los procedimientos; entonces el toro se
hace presente en la ornamentación pintada. De aquella etapa
son las escenas de marca de ganado y otros temas agrarios. Es-
tos toros o bueyes, ya no tienen ese nervio artístico que im-
primieron en los caballos sus ilustres antecesores.
Pero en plena vida colonial y en los páramos ccollas, les to-
ca a los indios de tradición alfarera expresar en barro a la bella
estampa del Tauro, con tal fuerza que hasta nuestros días lle-
gan los toritos "ccollas" con variada calidad expresiva.
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La tradición artesana no se extinguió, continuaron produ-
ciéndose vasos influenciados por las formas importadas, ensa-
yando líneas de -:álices y de las copas de vidrio, posiblemente
porque los bebedores preferían la madera por sus virtudes de
tradición, 10.4 chicha, en "chachacomo".
En la etapa republicana continuaron elaborando copas los
obstinados indios keros, con decoraciones alusivas a nuestr'l
emancipación; con la figura simbólica de la Péltria, tocada ne
gorro frigio, que ellos lo traducen al habitual "chullo ", con
figuras de próceres de la Independencia y con nuestra bande-
ra bicolor distribuida sobre el rectángulo en campos triangu-
lares (como fue la bandera original). Los colores son los mis-
mos, continúan la tradición, pero su paleta se ha reducido
manteniendo siempre ese hermoso cinabrio de los antiguos.
En nuestros días labran en su roja madera del "chachaco-
1110", bateas, cucharas y variados objetos de uso casero, ade-
nlás de algunas piezas de talla artística, en las cuales aún aflo-
ran las condiciones ancestrales.
En las márgenes de los ríos Pampas, Tambo y Mantaro
oriental, donde abundan bosques de "chachacomo", los in-
dios, además de objetos de utilidad, labran preciosas piezas
·~omo los pavos "zahumadores" ahuecados y con tapa, pati-
lIos silvestres y otras aves en las cuales demuestran esa recón-
dita s~nsación de forma y el acabado gracioso y hábil de los
artistas "abuelos".

Propiedad del Sr. Manuel Valle.- lima 27


Tomado de la Revista del Museo Nacional

ESMALTES, LACAS, ENCAUSTICA

La calidad de pintura de los "keros" es tersa, brillante y de


solidez comprobada por el uso y por el tiempo. Por lo menos
cinco siglos largos tienen de duración estos pesados y bellos
vasos y su decoración pintada continúa resplandeciendo; se
sabía que fueron colores a base de aglutinante resinoso y por
razón de este elemento y la resistencia y belleza de epidermis,
se dice "keros laqueados" y también "keros esmaltados".
Max Uhle, el notable arqueólogo alemán iniciador de -los
estudios arqueológicos en el Perú, habla de una resina usada
por los indios de Pasto en Colombia, para decorar madera, re-
latando la manera como hacen la aplicación de la resina, en
caliente, valiéndose de fuego de carbón y calentando la pieza
a decorar para conseguir. una perfecta adherencia.
28
Ccapac-ñuccho.
Tomado de un "kero"
Erland Nordenskiold habla del hallazgo de un "equipo de la-
queador" encontrado por el doctor Geheimvat Gafron, en
una tumba de lea, conteniendo colores en bolsas de cuero, los
que los hizo analizar. El análisis mostró que ellaqueador usa-
ba cinabrio, un verde oscuro del hidrocarbonato de cobn'
(malaquita) y un verde grisáceo de obsidiana finamente pulve-
rizada, además arena oscura, polvos de piedra caliza y tam-
bién habla de aglutinantes, pero no dice de la técnica de apli-
cación.
Como los "nazcas" emplearon rojo de cinabrio y verdes
turquesas en objetos de su fina suntuaria sobre madera, con-
('has, marfil de lobo y las máscaras de oro y madera para la~
momias, se supone que este "equipo" corresponde a los artis-
tas locales. Sobre los colores, son muy importantes los análi-
sis y nos afirma en la consideración que tenemos sobre el uso
generalizado del cinabrio en el antiguo Tahuantinsuyu.
Los esmaltes se originaron en el ladrillo quemado de los an-
tiguos pueblos orientales; la vitrificación de colores minerales
sobre arcilla en hornos con altas temperaturas. Después vino
la aplicación del esmalte sobre láminas de cobre, oro y tam-
bién fierro. Para evitar la fusión de los diferentes colores en el
horno o al soplete, se les ltaja con tabiques metálicos. Estos
valiosos esmaltes de los orientales combinados con la orfebre-
ría pasaron a Europa, en donde llegó a alta perfección técnica
y artística. Los árabes la llevaron a España yen el azulejo es-
maltado lograron la perfección de los antiguos persas. Existen
en la pen Ínsula talleres Lontinuadores del valioso y bello es-
maltado oriental.
"Laca. Trae su nombre de la palabra persa lac, el árbol de
la India que produce resina de sus ramas picadas por un insec-
to parecido a la cochinilla. La laca es sustancia aluminosa co-
lorida que se emplea en la pintura, de color amarilla, carmina-
da, verde, de Venecia".
La resina empleada por los laqueadores chinos es de color
30
Prop.edad del Sr. Truman Bailey.-Lima

parduzco, disuelta en el aceite volátil "tung", es transparente,


de una coloración como la miel de caña. Este barniz es el in-
grediente fundamental para el laqueado; los pigmentos colo-
rantes se involucran para realizar la obra decorativa; el cina-
brio se asimila con esta emulsión con mucha simpatía produ-
ciendo ese rico bermellón que se ha hecho famoso y es cono-
cido como bermellón de la China.
Los colores predominantes en las piezas de laca de la China
antigua, son un verde denso profundo, un negro muy negro
y el rojo de cinabrio en variadas intensidades. A estos colores
clásicos se le han agregado un rico anaranjado y también ho-
jas de oro y plata en partículas aprisionadas entre las transpa-
rentes capas de laca que logran producir un buen efecto orna-
mental. El blanco es empleado en objetos que sólo son blan-
cos, marfilinos. Sobre una base de madera blanqueada, los
chinos obtienen por sucesivas manos de barniz impregnado de
caolín, cuerpos espesos sobre los que realizan formas escultó-
ricas y relieves muy finos con cortes tan limpios que más pa-
recen hechos sobre marfil o maderas duras que sobre cuerpo
de la laca.
Los chinos aplican la laca no solamente a la madera sino al
31
Tomado de la Revista del Museo Nacional

marfil y al bronce. En el decorado, con su proverbial fantasía,


obtienen aspectos artísticos exquisitos y riqueza de materia
perfecta. Hay lacas chinas en combinación con metales pre-
ciosos y con aplicaciones de concha perla y marfil. Sobre la
técnica del laqueado chino se sabe del aceite volátil "tung"
que es el disolvente de la resina, pero en el laborioso proceso
también usan finísimos aceites extraídos de la amapola y del
girasol y, que para lograr obras perfectas es necesario gusto y
paciencia, aplicando capa tras capa, asegurándose de un buen
secamiento en cada una hasta llegar a espesores que en mu-
chos casos llegan a un centímetro.
Las antiguas lacas japonesas son admirables de factura y ar-
tísticas como la de los chinos. La tónica es más cálida, em-
plean fondos en gamas rojizas como hojas de cobre reluciente.
Los japoneses con su expansión comercial industrializaron sus
objetos laqueados en escalas de variadas calidades y con nove-
dades en los fondos aplicando rociaduras de polvo de plata
generalmente sobre las tintas cobrizas produciendo vibracio·
nes de buen efecto.
32
Propiedad del Sr. Au~sto Benavides Canseco

Las lacas indostanas, siamesas y de todo ese mundo asiáti-


co de tradición refinada, se asientan en la misma técnica, va-
riando el carácter decorativo y la tónica de acuerdo a sus mo-
dalidades nacionales.
Todas estas lacas son obtenidas con resina vegetal y aceites
volátiles, trabajados en frío, aplicando sucesivas capas que en
muchos casos llegan hasta sesenta manos cuando son destina-
das al labrado ornamental. La resistencia e impermeabilidad
es famosa en la laca oriental.
Lacas americanas. Las culturas indígenas de la vieja Améri-
ca, inquietantes e interesantes cuando nos asomamos a inves-
tigar sus hermosas producciones de arte, en este aspecto del
33
laqueado, aparecen con magníficas obras de pintura sobre
madera involucradas a la denominación de "esmaltes' o "la-
cas" por razón de su calidad, impermeabilidad y persistente
duración como son las lacas y esmaltes orientales y europeos.
Los indios tarascos de Michoacán en México y los indios ke-
ros de Paucartambo en el Perú, lograron sus propios descubri-
mientos de materias oleaginosas y resinas y sus pigmentos co-
' Iorantes animales y minerales cuando Cristóbal Colón aún no
había nacido.
Los "esmaltes" de Michoacán son elaborados a base de una
grasa oleaginosa extraída de los insectos llamados "aje".
"Axin" es la grasa producida por el coccus axin, insecto he-
míptero que vive sobre el jobo, el ciruelo, el palo mulato, llo-
ra sangre, colorín, etc. Se desarrolla principalmente en los es-
tados de Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Yucatán y
Campeche. Además de este principalísimo ingrediente usan
aceite de "chicolete" o aceite de Chía, proveniente de semi-
:las de plantas indígenas.
La técnica de los "esmaltes" de Michoacán, es laboriosa y
requiere paciencia india para lograr esa exquisita belleza de
las obras antiguas de la etapa india y de la colonial.
Aunque el "aje" de procedencia animal se parece por sus
condiciones adhesivas y tránsparentes a la resina laca de pro-
cedencia vegetal usada por los artífices de Asia, el proceso
técnico en la manipulación es muy diferente y no puede ser
aplicado por capas sucesivas cubriendo las decoraciones para
ser vistas por transparencia. Las "lacas" o "esmaltes" de Mi-
choacán son pinturas incrustadas sobre un preparado muy
tenue y luego bruñidas valiéndose del "aje" como charol de
muñeca. Es pintura y no laca, hecha tal vez con alguna seme-
janza a la de los esmaltes, pero elaborada en frío.
Los indios keros de Paucartambo emplearon resina vegetal
en la preparación de colores para "esmaltar" sus hermosos
vasos de madera. Con esta resina en solución obtenida al ca-
34
lor, posiblemente con algún otro ingrediente graso, o que la
misma resina contenía en ¿Í, molían sus colores y los aplica-
ban a la obra dibujada a punta de metal valiéndose del fuego
de brasas para lograr una temperatura conveniente para el
buen manejo de la pasta.
Los "keros" incaicos y las "jícaras" tarascas por la belleza
y solidez de la pintura fueron llamados o "lacas" o "esmal-
tes". Los artistas de Michoacán y los del Cusco encontraron
materias y técnica que los pusieron en condiciones de reali-
zar obras de gran duración coincidiendo en muchos aspectos
con las conquistas del mundo antiguo. La pintura de los "ke-
ros" peruanos es muy distinta a la de los tarascos, y las dos
no pueden ser ni lacas ni esmaltes, pero el encuentro del pro-
cedimiento quechua tiene sí mucho de semejanza con la anti-
gua pintura a la encáustica usada por los viejos pueblos del
Mediterráneo oriental.

Propiedad del Museo de Cusco

35
"Kero", propiedad del Sr. Manuel Valle.- LI ma

ENCAUSTO O ENCAUSTICA

La pintura de los "keros" incaicos no es al temple, no pue-


de ser esmalte y no es laca. Es una sólida pasta compuesta
con resinas de los bosques cusqueños, dura pero flexible a la
presión, ligeramente grasosa y de color ambarino al disolverse
al calor de las brasas. Con esta resina derretida los artífices in-
caicos molieron los pigmentos colorantes ya previamente re-
ducidos a finísimo polvo y con esta pasta ligeramente blando-
na, en un pocillo de arcilla o de metal y un brasero a la mano
para derretir el color a la densidad necesaria, aplicándolo con
espátulas de cobre y también con pinceles resistentes.
36
El procedimiento que se parece asombrosamente al sistema
indio es el de la eucáustíca o encausto, usado en las pinturas
murales y sobre marfil y madera por los antiguos pueblos del
Mediterráneo oriental, por egipcios, helenos y también por
los romanos.
Este proceso pictórico fue investigado en el curso de las
dos últimas centurias por artistas y por químicos. La fórmula

Propiedad del Sr . José Orihuela.- Cusco

moderna encontrada después de largas esperiencias fue em-


,pleada en América por los pintores mexicanos en la primera
etapa iniciadora de la pintura mural en su país, a comienzos
de la tercera década de nuestro siglo.
En los murales del edificio de la "Escuela Preparatoria",
37
Propiedad del Sr. Manuel Valle .- lima

fue el proceso a la encáustica el empleado. Encontrándome


entonces en este interesante momento en Ciudad de México,
en contacto con los artistas promotores del movimiento del
"reencuentro ", aprendí el procedimiento y poco tiempo des-
pués lo practiqué en Guadalajara, junto al pintor mexicano
Carlos Orozco Romero; después hice ensayos murales y sobre
madera en nuestro país. En la manipulación moderna entra el
soplete a gasolina para calentar los muros; un ayudante del
pintor se encarga de esta tarea continuada. Los antiguos pin-
tores del Mediterráneo se valieron de braseros portátiles para
rescaldar los muros de piedra o de estuco de cal y arena. En
los aparejos de madera y de marfil procedieron de parecida
38
manera y también calentando los recipientes que contenían
los colores para hacer la materia maJlejable con pinceles o con
finas espátulas. Como el proceso de laqueado no requiere ele·
var las temperaturas en el aparejo ni en el barniz, para ser
aplicadas sobre la madera más como película transparente de
protección que como factura de pintor, se advierte claramen-
te que es otro muy diferente el carácter de pintura de los "ke-
ros". y en cuanto al proceso de esmalte o esmaltado es aUL
más distante del empleado por los artistas keros de Paucartam-
bo, como se ve más arriba en la técnica de esmaltes.
Por la belleza de epidermis de la pintura de los "keros",
tersa, brillante, vigorosa y persistente en su duración, mante-
niendo estas señaladas cualidades después de más de cinco
centurias; por el ingrediente básico de composición, la resina
grasa y por la manera de aplicarla a la madera, comprobada
en los indios contemporáneos que aún la practican, bien pue-
de llamarse encausto quechua a la pintura de los hermosos
"keros" cusqueños.

Museo Nacional de Antropología


39
FralJ'Tlento.- Propiedad Museo de Cusco

Los mexicanos antiguos de la meseta central, como los ma-


yas de las selvas tropicales, encontraron el proceso de pintura
al fresco. Sobre muros lisos o esculpidos y sobre estelas de re-
lieves planos, previamente estucadas, emplearon la cal con el
jugo del agave para pintar sus brillantes frescos. Los peruanos
del incanato encontraron también la cáustica cal, pero sólo
la usaron como reactivo para "armar" el bollo de la coca; no
llegaron a combinarla con la arena para el mortero de sus
construcciones de piedra, tal vez no lo encontraron indispen-
sable, pues sus paramentos de pesados bloques graníticos tan
..admirablemente ensamblados sin ninguna mezcla, se mantie- .
nen firmes, quizá por milenios, habiendo vencido a la destruc-
tora invasión de la vegetación selvática y a las tremendas sa-
cudidas de los terremotos.
Las dos antiguas entidades culturales de América india, am-
bas de claro rumbo artístico, en el dilatado proceso de su evo-
40
lución, operado en un extraño mundo de aislamiento, logra-
ron maravillosas conquistas en las artes de la edificación ar-
quitectónica, en perfeccionamientos agrícolas, sistemas inge-
niosos de irrigación; encontraron su calendario con exactitud
admirable_ En las artes textiles yen la tintorería se ubicaron a
la par, o más, con los viejos pueblos del Oriente, que siempre
intercambiaron influencias y conocimientos. En la cerámica
lograron alta calidad artística y técnica. En las artes de la pin-
tura directa sobre diferentes aparejos, recorrieron larga senda
de búsquedas y experiencias para fijar los colores hasta que
dieron con el fresco entre mayas y aztecas, y con la encáusti-
ca, los "quechuas" del sur.
Es así como en un camino muy elaborado, los dos focos
culturales de la vieja América coincidieron ~n el encuentro de
dos magníficas técnicas pictóricas conquistadas por las cultu-
ras del arcaico Mediterráneo, por medio de las cuales nos han
trasmitido el esplendoroso momento de su arte, así como los
aztecas y mayas, sus hermosas y extrañas pinturas, y nuestros
quechuas, la belleza de sus "keros" pintados.

41
Propiedad de un Museo de Estados Unidos de N.A .

OBJETOS DE MADERA ORNAMENTARIOS


DERJV ADOS DEL ARTE DEL" KERO"

Lo,:, artistas escultores de la época incaica ensayaron en ma-


dera las formas que hicieron en granito; con sólido concepto
de la forma realizaron variadas obras de utilidad y puramente
de ornato artístico. Conocemos por reproducciones dos pie-
zas muy buenas que se encuentran en un Museo de Estados
Unidos de Norte América. Una es una silla cuyo asiento leve-
mente ahuecado reposa en los lomos de dos pumas; parece
42
"Kero", en madera de palma.- Procede de la Costa Sur.
Propiedad del Sr. Armando Macedo.- Lima

que es obra realizada en una sola pieza, en la troza de un ár-


bol corpulento. La otra pieza es un grupo de dos hombres
sosteniendo con manos y cabezas una taza en un solo bloque,
y las dos son pintadas a la manera de los "keros".
Durante el coloniaje la pintura del "kero" entró a las obras
de la ebanistería, exornando alhajeros, costureros, arquetas,
etc., con un resultado magnífico, pues con la pintura al óleo
que trajeron los españoles, esa calidad de apariencia esmalta-
da no podía realizarse con este resultado. En ese tipo de de-
coración pintada al encausto quechua, del periodo colonial, la
madera queda completamente cubierta de pintura, sin mos-
trar su calidad desnuda como lo hicieron en los "keros". Se
advierte modelos propuestos en estas piezas y se refieren mu-
cho a versiones del taraceo puestas en pintura. El señor Ma-
nuel Valle, inteligente coleccionista y hombre de estudio sa-
o. bre el pasado peruano, posee entre su importante colección
de "keros", una caja-estuche colonial, muy rara y curiosa,
"laqueada" totalmente con el encausto quechua.
Propiedad de un Museo de Estados Unidos de Norteamérica
Tomado de un "Kero".- Museo de Cusco

,-
Hay un ancho campo de investigación en este aspecto de
los "keros" cusqueños, pero sería necesario reunir las repro-
ducciones de estas piezas que andan dispersas por el mundo,
y estudiar y dibujar las que aún se encuentran en el Perú, para
tener una apreciación más honda sobre muchos puntos que
nos ofrece el vaso pintado como cual si fuera así como un có-
dice peruano, de una larga etapa histórica.
En este cuaderno del Instituto de Arte Peruano ensayamos
una visión referente a su contenido plástico y nos referimos
de manera especial al proceso de la pintura, que creemos es
un avance muy notable entre los procedimientos técnicos lo-
grados por los antiguos peruanos.
Esta visión tiene antecedentes desde los primeros "keros"
que admiré en La Paz-Bolivia. En la Universidad y Museo del
Cusco, en propiedad de algunas personas en Cusco, Arequipa
y Lima y las dos notables colecciones de don José Orihuela
de Cusco y de don Manuel Valle de Lima.

45
En las investigaciones sobre lacas, esmaltes y las propieda-
des de la resina usada por los artistas de Paucartambo, he te-
nido la colaboración abierta y competente del señor Truman
Bailey, poseedor de esta resina y conocedor experto de laG
técnicas orientales sobre lacas y esmalte.
Sobre el procedimiento a la encáustica he tenido mi peque-
ño aporte por haber preparado y practicado en muro y en
madera el viejo procedimiento que lo aprend{ en México.
El Instituto de Arte Peruano, del Museo de la Cultura, se
complace en ofrecer este cuaderno a la consideración de to-
das las personas interesadas en el conocimiento del arte anti-
guo del Perú.

46
Este libro se termin6 de imprimir
en el mes de Octubre de 1988
en los talleres de
SelVicios de Artes Gráficos S.A.
. (SAGSAI
Av. Petit Thouars 1440
Tel ,f.: 723682· Santa Beatriz
Lima· Perú

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./ obra auspicia 9P por el concytec

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