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Universidad Industrial de Santander

Escuela de Idiomas

Julio Cortázar y la cotidianidad de lo fantástico

Por Miguel Castillo Fuentes


Resumen

En el presente texto se busca analizar los elementos fantásticos en dos cuentos que forman

parte del libro “Bestiario”, del autor argentino Julio Cortázar. La razón de esto, es para

poder hallar una posible respuesta del por qué este autor se vale constantemente de lo

fantástico en su obra narrativa, en especial en el género cuento. Julio Cortázar, como

ningún otro autor de su generación, es un escritor dedicado de manera especial al cuento

(recordemos que el “Boom latinoamericano” es recordado especialmente por lo escrito en

el género de la novela); teniendo como fundamento la importancia que da el autor a este

género, el libro “Bestiario” es de vital importancia, ya que es el primer libro de cuentos

publicado por Julio Cortázar1 y también es el libro que marcaría el uso de lo fantástico en la

obra futura del escritor argentino.

1
Aquí hay que aclarar que Julio Cortázar ya había escrito un libro de cuentos titulado “La otra orilla”, y
aunque también cuenta con elementos fantásticos que se repetirían en su obra, este primer libro no
mereció el valor, por parte del autor, de ser publicado.
Introducción

El libro “Bestiario” fue publicado por primera vez en 1951. Desde esa época hasta

hoy, han sido múltiples las veces que los cuentos que conforman el libro se han reeditado

para nuevas ediciones. La obra del escritor argentino no solo fue amplía (conformada por

siete novelas y dieciséis libros de cuentos), sino que también admirada por lo que significó

para el mundo de las letras de Latinoamérica; su novela “Rayuela” es de las principales

obras escritas durante el “Boom latinoamericano” y aun hoy es considerada como una

novela de culto. Pero posiblemente donde Cortázar tiene mayor cantidad de lectores en el

mundo contemporáneo es el cuento. De las siete novelas que conforman su obra solo

“Rayuela” sigue teniendo una importancia literaria indiscutible. Sin embargo, de su obra

como cuentista, cada vez más se reconoce como un camino bellamente labrado para la

narrativa contemporánea. Varios de sus cuentos forman parte de lo mejor de la literatura

latinoamericana del siglo XX, y esto no es por azar. Julio Cortázar es un escritor para

escritores, no para críticos. Aquello que nos dice Julio Cortázar en sus cuentos no es otra

cosa que el tema principal de la literatura: el hombre2.

2
“Nada interesa al hombre más que el hombre mismo. El mejor tema para un cuento será siempre un hecho
humano, o por lo menos relatado en términos esencialmente humanos”. BOSCH, Juan: El tema en el cuento,
en: Teoría del cuento. Tres ensayos, p.11.
Problema

Lo fantástico siempre ha acompañado a la literatura. Homero, los mitos griegos, la

Biblia y El libro de los muertos, son solo ejemplos de diferentes épocas y sitios del mundo

donde la creación de una cultura, y por lo tanto de una literatura que la explicara, está

completamente ligada a lo fantástico. Han sido cientos los autores que han dedicado su

estudio en ese campo, pero es con el mismo Julio Cortázar donde vamos a encontrar un

significado preciso sobre qué es lo fantástico para Julio Cortázar:

“(…) en vez de buscar una definición preceptiva de lo que es lo fantástico, en la

literatura o fuera de ella, yo pienso que es mejor que cada uno de ustedes, como lo hago yo

mismo, consulte su propio mundo interior, sus propias vivencias, y se plantee

personalmente el problema de esas situaciones, de esas irrupciones, de esas llamadas

coincidencias en que de golpe nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad tienen la

impresión de que las leyes, a que obedecemos habitualmente, no se cumplen del todo o se

están cumpliendo de una manera parcial, o están dando su lugar a una excepción.”3

A estas “irrupciones” de lo fantástico en la vida, reciben el nombre, por parte de

Julio Cortázar, de “Sentimiento de lo fantástico”.

“Ese sentimiento, que creo que se refleja en la mayoría de mis cuentos, podríamos

calificarlo de extrañamiento; en cualquier momento les puede suceder a ustedes, les habrá

sucedido, a mí me sucede todo el tiempo, en cualquier momento que podemos calificar de

prosaico, en la cama, en el ómnibus, bajo la ducha, hablando, caminando o leyendo, hay

3
Cortázar, Julio: “El sentimiento de lo fantástico”, En: Conferencia dictada en la U.C.A.B. Cuba.
como pequeños paréntesis en esa realidad y es por ahí, donde una sensibilidad preparada a

ese tipo de experiencias siente la presencia de algo diferente, siente, en otras palabras, lo

que podemos llamar lo fantástico.”4

Como vemos, para Julio Cortázar lo fantástico es algo común, algo que puede

suceder en cualquier instante. Por esto mismo, lo fantástico es un elemento de vital

importancia en su obra, especialmente en sus cuentos. El libro “Bestiario”, al ser el primer

libro de cuentos publicado por Julio Cortázar, es la obra que marca el camino del autor

como cuentista. Aquí el uso de lo fantástico adquiere nuevos contrastes para la narrativa

latinoamericana, pero especialmente, es el primer libro en el que el autor logra enlazar lo

fantástico con lo cotidiano, convirtiendo esto como elemento principal de su futura obra.

Comprendido el significado de lo fantástico para Cortázar, el deber de este texto es

el de comprender ese “Sentimiento de lo fantástico” en los cuentos del libro “Bestiario”,

saber cuándo suceden las “irrupciones” de lo fantástico y también cuándo desaparecen, si

que lo hacen.

4
Ibíd.
“Bestiario”, dos cuentos.

Para poder definir con mayor claridad las “irrupciones” fantásticas en la obra

de Julio Cortázar, se ha decidido tomar los dos primeros cuentos del libro “Bestiario”. Estos

cuentos son: Casa tomada, y Carta a una señorita en París.

La razón de esta elección es porque en estos dos cuentos lo fantástico sucede de una

forma mucho más definida que en los demás cuentos del libro. Hay que recordar aquí que

esa claridad de lo fantástico es precisamente una de las virtudes de varios de los mejores

cuentos escritos por Julio Cortázar en los años posteriores a “Bestiario”5.

5
Algunos de esos cuentos son: Cartas de mamá; Las babas del diablo; Continuidad en los parques; Una flor
amarilla; La noche boca arriba; Historias de cronopios y de famas (libro); La autopista al sur; Segundo viaje.
Julio Cortázar y la cotidianidad de lo fantástico

“En mi caso, la sospecha de otro orden más secreto y menos comunicable, y el fecundo

descubrimiento de Alfred Jarry, para quien el verdadero estudio de la realidad no residía en las

leyes, sino en las excepciones a ese leyes, han sido algunos de los principios orientadores de mi

búsqueda personal de una literatura al margen de todo realismo demasiado ingenuo.”

Julio Cortázar en La Nación, Buenos Aires, 1963.

Indiscutiblemente, toda obra literaria, sin importar lo fantástica de la misma,

está basada, en algún punto, en la realidad. Es por esto que cuando leemos “Don Quijote de

la Mancha” leemos no solo la historia de un hombre viejo y loco que combatía contra

gigantes, sino que también leemos sobre esa España ignorante por culpa del oscurantismo.

Es por esto mismo que cuando leemos “El mundo alucinante”, de Reynaldo Arenas, no solo

leemos la historia de un cura también demente, sino que también conocemos la historia de

Cuba y la Revolución con la imagen de Fidel Castro. Esto mismo pasa con la narrativa de

Julio Cortázar, la búsqueda del mundo tal cual es. Al respecto, la investigadora chilena Ana

Pizarro dice que esa “búsqueda permanente de la esencia de lo real, intentando encontrar

ejes explicativos del mundo”6, es precisamente la manifestación del papel jugado por el

intelectual y el escritor en América Latina en el siglo XX.

Cortázar decide entonces centrarse en lo cotidiano, en personajes en apariencia

comunes, como es el caso de los personajes de los cuentos “Casa tomada” y “Carta a una

señorita en París”; incluso, si pensamos en el espacio en el que transcurren estos dos

6
PIZARRO, Ana: “Cultura y Prospectiva: el imaginario del futuro en la cultura latinoamericana”. En Diseños
para el cambio. Modelos socioculturales, Caracas: Editorial Nueva Sociedad y UNITAR/PROFAL, 1987, p. 54.
cuentos, vemos también una inclinación a uno de los lugares más comunes en la vida de

una persona: el hogar. En “Casa tomada” los personajes han vivido allí siempre:

“Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casa

antiguas sucumben a las más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los

recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.”7

Como podemos leer, lo cotidiano envuelve la casa donde sucederá la historia. Los

personajes mismos forman parte de esta cotidianidad, por lo tanto la irrupción de lo

fantástico en este cuento debe suceder de una forma abrupta, clara para el lector.

Igual sucede en “Carta a una señorita en París”:

“Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No

tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado,

construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la

música de la lavanda, el aletear de un cisne en polvos, el juego del violín y la viola en el

cuarteto de Rará.”8

Aparte de la descripción poética de lo que siente el personaje, nada nos dice aun

que la historia es fantástica.

En estos dos cuentos parece que Julio Cortázar crear un espacio limitado (una casa),

para que con este espacio fácil de reconocer por el lector, la irrupción de lo fantástico

suceda con la claridad necesaria para ser comprendida. En “Casa tomada” lo fantástico no

7
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 107.
8
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 112.
surge en las primeras líneas; en “Carta a una señorita en París” tampoco pasa, pero ya se

nos advierte claramente sobre el elemento fantástico: “los conejitos”.

Pero ¿cómo sucede entonces la “irrupción” de lo fantástico en estos dos cuentos? La

respuesta es sencilla, solo recordemos la anécdota que cuenta Julio Cortázar cuando es

entrevistado por Joaquí Soler en el programa de Televisión Española A Fondo, y él relata

su primer contacto con lo fantástico. Allí dice que fue una de sus “primeras tristezas de

niño”, porque leyó una novela de Julio Verne llamada “El secreto de William Storitz”, una

novela fantástica donde trata el tema del hombre invisible, y se la pasó a un compañero que

también era lector. La tristeza aparece cuando el compañero se la devuelve diciéndole que

la novela era algo “demasiado fantástico”. Al respecto Julio Cortázar dice:

“Ése día, sin poder racionalizarlo (…), yo me di cuenta juramente que mi noción de

lo fantástico no tenía nada que ver con la noción que tenía mi madre, mi hermana, mi

familia y mis condiscípulos. (…) Descubrí que yo me movía con naturalidad en el territorio

de lo fantástico sin distinguirlo demasiado de lo real.”

Entonces, en Julio Cortázar y lo fantástico y lo real subsisten en un mismo plano.

No hay diferencias entre uno y el otro, y por esto mismo, la “irrupción” de lo fantástico en

los cuentos de Cortázar se da en una absoluta normalidad, sin cuestionar nunca la lógica de

lo que está sucediendo. Veamos a continuación cómo lo fantástico sucede con total

naturalidad en los dos cuentos ya mencionados:

Casa tomada
“Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba
tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la
pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al
codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venia
impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de
conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que
traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tire contra la pared antes de que fuera demasiado
tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y
además corrí el gran cerrojo para más seguridad.

Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:

-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.”9

“Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas
cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca.
Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente
sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.

-No está aquí.

Y era una cosa más de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.”10

Carta a una señorita en París

“Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una
pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal
de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca,
y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un
conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejillo de chocolate pero
blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una
caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi
piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel
de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las
afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a
propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz
molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta
a la de tantos que compran sus conejos en las granjas.”11

“Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol en el
balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando
sospechaba que de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de
Molina, que creía en un hobby y se callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y
propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en que la cosquilla de una pelusa subiendo me

9
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 108, 109.
10
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 109.
11
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 115.
cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y las costumbres del
anterior.”12

Como podemos ver, ninguno de los personajes demuestra una actitud de alerta

especial por lo que sucede, aun viendo claramente que no es algo normal, o al menos no lo

es para el lector. Esta es precisamente la capacidad narrativa de Julio Cortázar. Él

comprende un fenómeno del hombre moderno y lo lleva a sus personajes: la locura.

En el mismo año en que nace Julio Cortázar, Sigmund Freud empieza a

conmocionar los fundamentos del psicoanálisis. Al tiempo que crece Julio Cortázar, las

teorías de Sigmund Freud sobre el comportamiento humano, abarcando cualquier posible

respuesta desde el sexo hasta los sueños, cobran una importancia tal que son en parte

responsables de la creación de la Escuela de Frankfort. Los mundos del subconsciente se

vuelven válidos gracias a Sigmund Freud, y Julio Cortázar, como otros tantos ya lo habían

hecho13, comprende que existen “otros caminos de la lógica.”

Sobre esta relación entre lo fantástico, lo real y el imaginario de cada individuo (para no

decir locura) el mismo Julio Cortázar dice:

“Lo fantástico y lo misterioso no son solamente las grandes imaginaciones del cine, de la literatura,
los cuentos y las novelas. Está presente en nosotros mismos, en eso que es nuestra psiquis y que ni
la ciencia, ni la filosofía consiguen explicar más que de una manera primaria y rudimentaria.”14

12
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 115, 116.
13
Aquí hay que mencionar, en el plano del arte, a los surrealistas, movimiento fundamental en el desarrollo
del arte en el siglo XX.
14
Cortázar, Julio: “El sentimiento de lo fantástico”, En: Conferencia dictada en la U.C.A.B. Cuba.
Esto por esto mismo que en sus cuentos, Julio Cortázar no resuelve lo fantástico; en

ningún momento, después de que “irrumpe”, lo fantástico desaparece. Está allí y no es

posible borrarlo, como si siempre hubiese estado allí. Veamos cómo este aspecto se cumple

en los dos cuentos seleccionados:

Casa tomada

“No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel,
sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían mas fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras.
Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.

-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la
cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido
sin mirarlo.

-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.


-No, nada.

Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era
tarde ahora.

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura
de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima,
cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que algún pobre diablo se le
ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.”15

Carta a una señorita en París

“He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela
roída, encerrarlos de nuevo en el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño
que no me importe verlos brincar en busca de juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando
llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento que compré en una casa
inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al once hay como un
hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas
pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que
serán trece. Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos,
usted y acaso tantos más. Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la
ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se

15
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 111.
fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los
primeros colegiales.”16

Lo fantástico existe, nos dice Julio Cortázar. Es tan común que su objetivo es

enseñárnoslo. Como podemos ver, en los cuentos de Julio Cortázar la realidad y lo

fantástico se juntan y a partir de esa unión es imposible comprender una lógica diferente.

16
CORTÁZAR, Julio: “Cuentos completos/1”, Colombia: Alfaguara, S.A., 2004, p. 118.
Bibliografía

CORTÁZAR, Julio. “Cuentos completos/1”, Alfaguara S.A., Colombia, 2004.

Bosch, Juan. “Teoría del cuento. Tres ensayos”, Universidad de los Andes, Colombia,

1967.

PIZARRO, Ana. “Cultura y Prospectiva: el imaginario del futuro en la cultura

latinoamericana”. En Diseños para el cambio. Modelos socioculturales, Caracas: Editorial

Nueva Sociedad y UNITAR/PROFAL, 1987.

Cortázar, Julio: “El sentimiento de lo fantástico”, En: Conferencia dictada en la U.C.A.B.

Cuba, 1982.

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