04 - Lo Que Dios Quiere para Su Iglesia
04 - Lo Que Dios Quiere para Su Iglesia
04 - Lo Que Dios Quiere para Su Iglesia
Introducción
Al niño le gustaba construir castillos en la arena. Vivía cerca de la playa, así
que podía darse el gusto de hacerlo con mucha frecuencia. Un día, llegó un
grupo de niños mayores que empezaron a reírse de sus esfuerzos y
tumbarlos a patadas. El niño sufrió al ver la destrucción gratuita de tanto
esfuerzo.
Cuando lo mismo sucedió durante varios días seguidos, el niño decidió que
era hora de tomar acción. Al día siguiente, cuando empezó a construir sus
castillos de arena, escondió primero en sus fundamentos bloques de
concreto, piedras y tabiques.
Cuando llegaron los valentones para destruir sus obras, el niño se escondió
mientras ellos se percataban de que las cosas ya no eran como antes. Sus
pies descalzos pronto descubrieron que los castillos no consistían
solamente en suave arena, y ahora a ellos les tocaba sufrir.
Hoy en día, hay muchos que también atacan a la Iglesia. Frente a los
matones del pecado, el materialismo y las falsas religiones, parece que la
Iglesia será destruida. Lo que se nos puede olvidar, sin embargo, es que la
Iglesia está construida sobre una roca. Jesús dijo: "Sobre esta roca edificaré
mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo
16:18).
La Iglesia de Jesucristo está respaldada por todo el poder de Dios. La Iglesia
no es simplemente otra institución humana, que avanza con esfuerzo
humano y que puede caer por la debilidad humana. La Iglesia de Dios tiene
una fortaleza divina, la del Espíritu Santo.
Dios nos ha dado el 100% de su apoyo. Ahora nos corresponde a nosotros
poner de nuestra parte, porque somos colaboradores de Dios. Nos toca
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trabajar juntos para levantar la Iglesia que Dios desea. Ahora bien, si vamos
a trabajar para levantar la Iglesia, tenemos que saber qué estamos
construyendo. Una obra sin planillas pronto se convierte en confusión.
Por este motivo, hoy vamos a considerar lo que Dios quiere para su Iglesia.
En su Palabra, Dios nos ha dicho lo que El desea para nosotros como pueblo
suyo. En primer lugar,
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En el principio, el propósito de Dios en formar un pueblo para sí era que lo
alabara. En 3.500 años, las cosas no han cambiado. Dios aún desea que su
Iglesia lo alabe. Cuando la Iglesia deja de adorar a su Señor, empieza a
perder el rumbo.
Aquí hay una gran ironía. Cuando vamos caminando por la calle,
tenemos que mirar hacia abajo para no tropezar. Sin embargo, como
Iglesia, ¡tenemos que mirar hacia arriba para no tropezar! Cuando la
Iglesia empieza a mirar solamente al mundo, o solamente hacia
adentro, empieza a desequilibrarse.
Podemos ver un ejemplo de esto en el llamado de Pablo a servir como
misionero. ¿Cuándo llamó Dios a Pablo de una forma específica para ser
misionero? Vamos a ver la respuesta en Hechos 13:2: "Ministrando éstos al
Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo
para la obra a que los he llamado". El llamado de Dios para Pablo vino
mientras participaban en el culto al Señor - es decir, ¡mientras adoraban a
Dios!
Ahora bien, ¿cómo vamos a ser una Iglesia que alaba? déjenme decir sólo
una cosa: tenemos que valorar la adoración. Tenemos que venir a la
Iglesia deseosos de estar en la presencia de Dios y preparados para darle
el honor que se merece.
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Por eso, te pregunto: ¿valoras la alabanza? ¿Te sientes parte de LA Iglesia
que alaba? EN este tiempo, Dios quiere que aprendamos de corazón a
alabarle. Jesús lo dijo: "Pero la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque
ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren" (Juan 4:23). ¿Quieres
ser uno de esos adoradores?
Dios quiere tener una Iglesia que alaba. En segundo lugar,
Amar cuesta. Amar duele. C.S. Lewis lo expresó así: "El amor significa ser
vulnerable. Si amas algo, tu corazón seguramente será retorcido y
posiblemente sea quebrantado. Si quieres estar seguro de mantener tu
corazón intacto, no puedes darle tu corazón a nadie... . Envuélvelo
cuidadosamente con pasatiempos y pequeños lujos;... enciérralo
seguramente en el cofre o el ataúd de tu propio egoísmo. Pero en ese cofre
- seguro, oscuro, inmóvil, ahogado - tu corazón cambiará. No será
quebrantado; se volverá inquebrantable, impenetrable, irredimible... . El
único lugar fuera del cielo donde puedes estar a seguro de todos los peligros
del amor... es el infierno. "
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Pocos de nosotros queremos correr el riesgo de amar. Pocos queremos
exponernos a que nos rechacen, a que se aprovechen de nosotros.
Preferimos vivir nuestra propia vida y que los demás vivan su vida, y no
mezclarnos en los asuntos de los demás, ni dejar que ellos se acerquen a
nosotros.
Conclusión
Ronald Reagan, el expresidente de los Estados Unidos, alguna vez contó
de algo que le sucedió en su niñez. Su tía lo llevó al zapatero para que éste
le hiciera un par de zapatos nuevos. El zapatero le preguntó al joven Reagan
si los quería con punta cuadrada o redonda, pero el futuro presidente se
mostró indeciso.
Algunos días después, el zapatero le volvió a hacer la pregunta, y Reagan
nuevamente se declaró indeciso. Por fin, le dijo que los zapatos estarían
listos dentro de un par de días. Cuando Reagan fue a recoger los zapatos,
¡uno tenía punta cuadrada, y el otro, redonda!
Reagan luego comentó: "Allí mismo aprendí que, si no tomo mis propias
decisiones, otra persona las tomará". ¿Sabes qué? Es hora de tomar una
decisión. ¿Quieres formar parte de una Iglesia que alaba, una Iglesia que
ama y una Iglesia que alcanza? Si quieres hacerlo, toma hoy la decisión de
comprometerte ante Dios en trabajar para que así sea.
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