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Mi padre y el alcohol

por:jessy19lover Pues esto ocurrió cuando yo tenía 15 años,y fue la mejor experiencia de mi
vida.

Ese día mi madre salió ha una cena con unas amigas y mi hermano mayor salió de fiesta,por lo
que mi padre y yo nos quedamos solos.
Yo siempre había tenido fantasías sexuales con mi padre,me excitaba muchísimo verle cuando
se tocaba sus partes (manía que tiene muchos hombres),y me masturbaba pensando en
chupársela y que me la metiera,como es obvio no era virgen por aquellos entonces,ya había
tenido algún que otro novio.

Ese día estaba sentada viendo la tele en el sillón,cuando llegó mi padre del trabajo a eso de las
10:00 de la noche cuando ya mi hermano y mi madre habían salido.Llegó borracho,le puse la
cena se comió lo que su embriaguez le permitió, y se fue a la cama a ver la tele que tenían mi
madre y el allí.Cuando de repente comenzó a llamarme,y yo fui-
-Ven cielo,ven aquí,sientate...-me indico que me sentara sobre sus piernas,nunca fui una chica ni
alta ni gorda,con lo que con gran facilidad me senté,aunque me pareció claramente extraño,pues
desde hacía tiempo mi padre no me pedía eso-Cariño ya estas muy grande...estas muy guapa...-
dijo mientras alzaba una mano y me tocaba un pecho,me quedé tan sorprendida que no supe
que decir,aunque me empecé ha excitar mas que cuando imaginaba mis fantasías con el.Me
tocaba los pechos sin ningún reparo y yo me dejaba,mientras sentía que bajo mi trasero y tras su
pantalón del pijama-Si estas muy guapa... déjame verte... quítate la camiseta déjame verlas...-sin
pensármelo dos veces acedi,estaba muy cachonda y húmeda,me volví a sentar en sus
piernas,solo me quedaba puesto el sujetador,el siguió tocándolas y lo bajo de un tirón y dejo al
descubiertos mis blancos y grandes pechos,(uso una 95C),y comenzó a chuparlos,y
pellizcaros,se me escapaban los gemidos y estaba muy,muy caliente,quería mas.Derrepente
paró y creí que había recobrado la cordura,pero no fue así-Cariño,no me puedes dejar así,no
esta bien dejar a un hombre con necesidades-entonces lo supe tenía que entrar por fin en
acción,hasta entonces no me había atrevido,pero sin dudarlo saque su ... dura y grandes y
comencé a mover mi mano haciendo que terminara de ponerse erecta,sin dudarlo me la metía
en la boca,quedando abierta de piernas por enzima de su cabeza,pues el ya se había
tumbado,note su mano rozar mi pantalón vaquero y frotar fuertemente mientras se me
escapaban algunos gemidos,mientas tenía sus miembro en la boca,derrpente me indico que
parar-Así no quier terminar, quítate los pantalones y ábrete de patas,que tu madre hace mucho
que no me satisface.a ver que tal lo hace su hija,ya vas bien,ella jamás me la ha chupado-dijo
con una risilla,yo rápidamente hice lo que quería quería sentir ese miembro dentro,y saber que
mi madre no le satisfacía me ponía aún más,estaba completamente desnuda,me coloque sobre
el,tenía los ojos entreabiertos y la boca también,baje y de un golpe me metí su ... en mi
vagina,subía y bajaba tanto como mi cuerpo me pedía,lo estábamos haciendo sin
protección,pero eso no me importaba,eso me excitaba mil veces más,estaba casi por venirme,el
placer era inmenso,derrpente el se giro tirándome en la cama y empezó a asestar estocadas
fuertes y muy rápidas,seguro que el también estaba por venirse,agarre sus nalgas y me
enrosque alrededor de su cintura,mientras las estocadas eran mas intensas,quería que se
viniera dentro,sentir su caliente leche llenándome.A los pocos minutos se vino,note como su
pene se contraía dentro y soltaba todo su jugo.Se quito de encima y sin decir nada comenzó a
bajar por mi cuerpo y comenzó a juguetear con mis clítoris, succionaba y lamía haciéndome
gritar de placer,notaba como poco a poco llegaba al orgasmo,para que no parara agarre su
cabeza y le obligué a que chupara hasta que yo me vine,grite de placer y me retorcí,después se
hecho en la cama y se quedó dormido,yo cogí mi ropa y me fui a duchar,para limpiar los fluidos
mezclados con el semen que goteaban de mi vagina.
Por suerte no quedé embarazada y creo que mi padre cree que fue un sueño,pues no volvió a
comentar nada,yo simplemente siempre disfruto de ese recuerdo cada vez que me masturbo.

Relato: Mi bella hijita de 12

Este relato que presento a continuación narra la apasionante


vida que llevo con mi hermosa hijita de 12 añitos y de la excitación que siento
cuando veo que otro hombre abuse de ella.

Todo comienza hace unos dos años cuando mi hijita apenas


tenia 10 añitos; en aquellos días mi vida era un terrible martirio de soledad ya
que me acababa de divorciar de mi esposa porque la descubrí engañándome en mi
propia casa. Debido a tal situación me empecé a convertir en un alcohólico ya
que cada vez que podía llevaba a compañeros del trabajo a mi casa para
embriagarnos, pero claro yo era un padre celoso que cuidaba a mi hijita de que
no saliera de su cuarto cuando alguien se encontraba en casa. Ella ya lo sabia
que no debía salir cuando alguien llegaba.

Antes de continuar describiré como era hace dos años y como


es ahora mi bella hijita:

Su nombre es Leydy, desde sus 10 añitos mostraba la bella


mujer que seria de grande, es preciosa de pelo ondulado negro hasta los hombros,
de piel bronceada, cara delgada angelical, pero una combinación de niñita tímida
y claro hasta la fecha es muy tímida, de ojos negros y labios encantadores con
una sonrisa tímida que a todo hombre excitaba desde los 10 añitos, en aquellos
días tenia la altura y cuerpo de una señorita de 14 años, con pechos ligeramente
notables, y piernas esculturales debido a las clases de ballet que ha tomado
desde los 8. Mostraba una cintura encantadora que a lejos parecía una verdadera
mujer, ahora imagínense como esta ahora con un poco mas de pechos. Por todo lo
anterior que describí, simplemente ahora no parece de 12 sino de 17 con carita
de angel.

Continuando con el relato,

Como mencione antes, cuando me divorcie, me gane el derecho


de ser el único responsable de Leydy, pero en aquellos días, para mi Leydy era
solamente mi inocente bebe y no me importaba verla a veces solo con su ropa
interior antes de que me divorciara, yo estaba acostumbrado a verla a veces
andar en la sala con sus panteletitas y corpiños de niña, nunca le mencione que
no debería salir del baño así. Pero si le decía que entrara a su cuarto cuando
mis amigos se encontraban en casa.

Todo se preparo para un buen día:

Una tarde mi amigo Antonio que era bien conocido por fama de
mujeriego, acosador sexual y lleno de aventuras con prostitutas, me pidió que lo
acompañe a casa de una amante, cuando nos sentamos en la sala de aquella casa
para esperar una bebida, sus ojos de Antonio se alegraron cuando vio venir a una
tierna niñita como de 7 años, era la hija de aquella mujer, la jalo hacia sus
piernas, y entre juegos de cosquillas el aprovechaba para manosearla
discretamente, y al mismo tiempo frotarla hacia su miembro, yo sentía
repugnancia por esa acción, pero no podía mostrarle mi enojo. En ese momento
descubrí que a Antonio le excitaban las niñitas.

El tiempo paso y olvide ese momento......hasta un buen día

Un fin de semana por la noche, cuando mis amigos se habían


retirado de mi casa, yo me encontraba terriblemente borracho y decepcionado de
mi, ya que estaba destruyendo mi vida y la de mi hijita amada, en ese momento
lloré y caí al piso, de pronto mi Leydy salió a mi auxilio, estaba muy
preocupada de mi situación, y al verme se puso a llorar desconsoladamente, ella
trataba de calmarme diciéndome que ya no tomara mas........

de pronto estando entre mis brazos, me di cuenta de que


solamente tenia sus panteletitas con su corpiño, y mis brazos le frotaban la
espalda, en ese momento me empecé a excitar ya que hacia varios meses que no
tenia relaciones sexuales, ella llorando entre mis brazos y yo sentado en el
piso, le puse una mano entre sus piernas y me sentía muy excitado al tocar esas
piernitas tan duras y tiernas, de pronto, recapacite, me pare de golpe y me
retire para entrar al baño, me tenia que dar un baño frio para apagar mi
excitación con mi hijita.

Entré al baño y mis pensamiento me atormentaban por la


excitación que había sentido con mi tierna hijita, así que para acabar con esos
pensamientos me masturbe hasta no poder.

Cuando salí del baño me sorprendí tremendamente ya que Leydy


me esperaba a la puerta del baño con muchas lagrimas en los ojos, me abrazo y me
acompaño a mi cuarto como queriéndome proteger, esperó a que me acostase en la
cama, pero las lagrimas en sus ojos no las podía ocultar y me conmovía esa
imagen, así que la abrase de nuevo estando en la cama y la recosté en mi pecho
descubierto.

Estando así la abrase mientras le prometía que ya no seguiría


tomando mas y le decía que de ahora en adelante seria un mejor padre. Ella se
ponía feliz, y permanecía en esa posición, en la que jamás habíamos estado
juntos después del divorcio. Yo tiernamente le acariciaba su cabello y la
espalda, hasta que después de un rato se durmió, pero nuevamente mis
pensamientos lujuriosos regresaron a mi. Nuevamente me estaba excitando mi
hijita dormida, y es cuando me acordé de aquella escena que alguna vez mi amigo
Antonio hizo con la niñita, así que decidí solamente tocarle las piernas para
saber que se sentía y nada mas. Empecé a tocarle las piernas lentamente para
evitar que se despertara, pero la excitación se apoderaba mas de mi, le empecé a
frotar las piernas y era una experiencia que jamás había sentido con ninguna
mujer, era sensacional, así que saque mi miembro lentamente y me masturbe con
sus rodillas que rozaban mi miembro, así permanecí masturbándome toda la noche
hasta que me dormí.

Al día siguiente los pensamientos de culpa me hacían sentir


mal padre, pero al mismo tiempo me sentía justificado por no tener una mujer.

Así que decidí emprender una nueva vida con mi bella


hijita...

Por la tarde espere a que se metiera al baño mientras la


espiaba bañarse y mis ojos recorrían su bello cuerpo, a partir de ese día el
baño se convirtió en mi mejor pasatiempo para observar su virginal cuerpo.

Cuando entre al baño busque sus pantaletitas sucias y me


encantaba sentir el aroma.

Así que pensé elaborar un plan:

De ahora en adelante le empezaría a comprar ropa mas sexy y


pataletitas mas bellas.

Ese mismo día tome alcohol nuevamente para agarrar valor y le


pedí que nuevamente durmiera conmigo porque me sentía muy triste, a lo que ella
me respondió:
-Siiiii, esta bien papi.

Solo que esta vez me quite el pantalón y solo me quede con mi


trusa, lo malo es que ella si tenia ropa, pero empezamos a jugar de cosquillitas
en la cama.....

Retomando el contacto de manera muy especial12 de agosto de 2012 por Equipo Marqueze.net
Resulta que soy separado y una de mis hijas a la que no veia despues de tener cuatro meses
con sus 20 años regresó al pais para vivir y estudiar ademas de trabajar. Me contactó para que le
proveyera algun suministro de dinero. A todo esto, habiamos chateado algunas veces y en una
de esas veces me dijo que habia empezado a coger a joven. Tambien su hermana me habia
dicho por chat que Gaby en realidad no tenia novio, sino que eran ocasionales y solo para coger,
y que a algunos los habia conocido “jugando” por internet. Así las cosas, cuando llega la voy a
buscar a Ezeiza, lucía como cualquier mujer, vestida normalmente con jean y remera. Como no
tenia en principio donde vivir, salvo el departamento del novio al que habia dejado caliente hacia
dos meses en su estadia de casi un año segun despues me enteré, porque además pensaba
cogerselo un par de veces y dejarlo, o sea, no tenia otro sitio. Asi fué que gustosos decidimos
que viviria en mi casa. Aclaro que soy casado y mi mujer estaba de acuerdo. El asunto fue que
mi mujer viajó y quedamos solos los dos. Yo, trabajaba de noche, con lo cual estaba
acostumbrado a dormir bastante durante el día, y Gaby quedaba durante toda la noche a solas t,
a sabiendas le dejaba la computadora a su total disposicion. Al dia siguiente de estar en casa,
cuando regréso del trabajo, la encuentro vestida pero dormida en la cama de dos plazas, ya que
estaba preparandole una habitación y no tenia mucho tiempo para hacerlo. Me desvisto
dejandome solamente el boxer ( hacia calor en Diciembre) y me acuesto. Me acuesto boca arriba
cubriendome solamente el boxer con la sábana y ella se acerca y me da un beso en la mejilla. se
acurruca y paso mi brazo izquierdo por debajo de su cabeza para abrazarla en un acto
totalmente paternal y ella pasa uno de sus brazos por sobre mi pecho y, levantando una de sus
piernas la pone sobre mi pubis, lo que hizo que me sintiera extraño pero no molesto y como
apenas excitado y mi poronga reaccionó apenas. Cierro los ojos y comienzo a acariciarle la
pierna que estaba situandose muy sutilmente sobre mi verga. Le acaricio la parte exterior de su
muslo y ella se aprieta más contra mí. Siento un imperceptible movimiento de su pelvis contra mi
muslo que estaba, dada la forma en que ella se habia puesto, justo sobre su conchita, mi Gaby
estaba caliente y se estaba haciendo una paja con su papi. Así las cosas mi excitación comienza
a hacerse presente mientras ella me decia entre gemidos: “sos mi papá”…..Se movia un poco
más apretada cada vez su conchita contra mi muslo y volvia a repetir: “sos mi papá”…. Esas
palabras hacian el doble juego de aclarar algo de lo que no había dudas, pero era a la vez
diciendo: mi papá me calienta, estas con tu hija que quiere que la cojas. Lentamente voy yendo
con las caricias de mi mano derecha, hacia la parte interior de sus muslos. Ella sube la pierna y
apoya completamente su conchita cubierta por una pequeña bombachita contra mi muslo. Mi
mano, a todo esto estaba ya muy cerca de su tanguita, y ella estaba gimiendo muy, muy
despacito. Siento como se acomoda para poder pajearse mejor y al notarlo subo mi mano para
acariciar sus nalgas y la raya de su hermoso culo por sobre la tanguita sin llegar al agujerito de
su ortito y la voy bajando hacia la conchita de mi hija que ya gemia abiertamente al tiempo que
se movia arriba y abajo usando mi muslo para pajearse. Le hago a un lado la tanguita y le
acaricio los labios de su conchita totalmente mojada ya. Ella me decía:sos mi papá,….sos mi
papá. Eso, mas que serenarme o llevarme a reflexionar me calentaba aun más y sé que a ella
todavía más. Entonces después de acariciarle la conchita totalmente depilada, y, mientras ella se
frotaba contra mi verga, comencé a meterle un dedo entre los labios y cada vez que le recorria la
conchita le ponia mas profundamente el dedito. Ella alcanzó un orgasmo hermoso y yo retiré mi
dedo, le acomodé la tanguita y abrazandola como estabamos me quedé dormido. Al levantarme,
ella debia hacer unas cosas para sus estudios y yo prepararme para ir a trabajar. Durante todas
las horas de trabajo me acordaba de lo sucedido y sabía que al llegar podia suceder que
cogieramos ya directamente. Ella me mandaba mientras tanto mensajitos: como estas papi ?….
queres que te espere despierta ?? y cosas por el estilo. Cuando llego, a la mañana del trabajo,
entro a la pieza y la veo dormida ( o fingiendo estarlo) con una mini de jean, y una remerita. Voy
al baño a ducharme y me pongo un boxer que igual que todos los que uso me marca muy bien
todo. Me acuesto y ella que se viene para mi lado, me besa el pecho y abraza. Yo, estaba boca
arriba. Se acurruca y pasa nuevamente su pierna izquierda sobre mi cuerpo y la deja esta vez
directamente sobre mi verga. Se apoya totalmente y la siento desnuda bajo la mini, sin tanguita.
La abrazo igual que el dia anterior y con la otra mano comienzo a acariciarle la pierna que estaba
sobre mi verga. Le presiono el muslo y con la punta de mis dedos acaricio la parte interna del
muslo y llevo muy despacito mi mano más y más hacia su hermoso culo. Le acario las nalgas
una y otra vez. Regreso a la parte interna de su muslo. Ella entre tanto gemía y abria apenas las
piernas y sentia su conchita totalmente caliente y mojada. Sentía su clítoris afuera del capuchón
bien duro ya. Repetía una y otra vez: “..sos mi papá,…..sos mi papá”…. Y cada vez que decía
eso se frotaba con un poquito más de presión la conchita contra mi muslo. Mi verga estaba
totalmente dura pero contenida por el boxer. Giro mi torso para asi llegar mejor con mi mano a su
conchita y le presiono el muslo con la mano y comienzo a acariciarle la concha. La tenía
totalmente mojada. Le pongo un dedo apenas y ella gime ya abiertamente. Se lo voy metiendo
más y mas y moviendolo y ella comienza a frotarse pajeandose el clítoris contra mi muslo. Con
un dedo totalmente adentro de la conchita pongo otro dedo a acariciarle el ortito y se acurruca
más, con lo cual deja abierto totalmente su hermoso orto y la conchita a mis dedos. Le acaricio la
roseta del ortito y le sacudo suavemente la conchita. Ella mientras tanto presionaba mi verga y la
acariciaba al mismo tiempo con el muslo. Dejo de meterle los dedos y le apoyo bien fuerte mi
muslo asi se pajea a su antojo para acariciarle las tetas, que son chiquitas, y presionarle los
pezones por sobre la remera, y esto la saca totalmente y comienza a gemir totalmente
emputecida. Giro la cabeza y bajo hasta sus pezones que chupo y muerdo sutilmente por sobre
la remera. Ella con una de sus manos se sube la remera y me entrega sus pezones totalmente
paraditos. A todo esto no dejaba de pajearse repitiendo: “sos mi papá…..” Le acaricio el vientre
mientras le chupo los pezones y ella llega a un orgasmo divino y sique calentita dandome a
chupara cada pezón. Saca la pierna de arriba mio y apoya su mano en mi verga y comienza a
cariciarla. Yo, mientras le chupaba los pezones y pasaba un dedo a todo lo largo de so conchita
empapada y aun caliente. Me dice: la ginecóloga me dijo que no puedo más de cinco
centímetros de ancho cuando toma conciencia que mi verga es bastante gruesa y larga ( 22 x
7) . Le respondo que la concha se expande y se puede comer hasta la verga de un caballo si se
hace suavemente. Me dice: sacate el boxer. Me lo saco y me acaricia la verga totalmente dura.
“Pápi, nunca me comí una verga tan grande” “es hermosa y la quiero adentro” ¿tenes forros? Le
respondo que sí y me dice: te gustaria embarazarme? Le dije que sólo queria que goce sin
temores y que para su tranquilidad esta vez usariamos forro. Papá hay forro para tu vergota? Lo
saco de un cajo y me acuesto boca arriba y le doy el forro para que ella lo coloque. Me agarra la
verga y la acaricia, me hace una suave paja y cuando está bien dura comienza trabajosamente a
ponerle el forro. Cuando termina la tarea , mientras yo estaba pajeandola de nuevo, se pone
boca arriba y abre totalmente de piernas y termina de desnudarse. Papí no me hagas doler si?
Le apoyo la cabeza de la verga en la conchita caliente y le flexiono las piernas contra mi pecho.
Da un leve gritito de dolor cuando entra totalmente la cabeza. Le chupo los pezones y se los
presiono entre mis labios. Con las manos le abro el culo y le voy dando poco a poco mas verga a
mi amada hija. Cuando siento que ya no le duele y que saca sus manos de entre nosotros y me
abraza la tomo entre mis brazos y le beso la frente, mientras ella gemia una y otra vez. Paso mi
mano por su orto hermoso y apoyo un dedo en ese agujero que noto ya tuvo muchas raciones de
verga porque estaba dilatado. Le meto un dedo bien adentro de golpe y ella me dice: damela
toda, metemela toda, cogeme el culo y la concha papi. Que hermosa verga tenes papá.
Dedeame así el culo. Yo le hacia todo lo que ella quería y yo queria hacerle. Le pregunto: ¿te
gusta que te rompan el orto gaby? Sí pá, mi novio me pone contra la pared y me lo coge. ¿Te
gusta que lo tenga roto pá? Me encanta que tengas el culo asi de rotito. Senti como papi te mete
tres dedos. Tenes tres dedos en el orto Gaby y la verga de papi llenandote toda la conchita. ¿Te
gusta estar asi con papi? Me encanta, dame mas verga pá, la quiero toda. Me duele la concha
pero me gusta, me estas haciendo acabar más y más. Me tenes toda abierta. Siento el culo
hermosamente roto ahora y la gineco se equivoco no papi? Me estoy comiendo toda tu vergota
de 7 cm de ancho. Me abris toda la concha,…. Sacudime así papi,…..que guacho que sos, como
me la pones y sacas…..siento el aire cuando la sacas pa. La tomé con el dedo bien adentro de
su orto hermoso y la levanté contra mi verga y me quedé quieto para que se sintiera totalmente
llena. Tu concha es un guante hermoso para mi verga. Si pa, y me encanta porque siento toda mi
concha como me la acaricias. Le comienzo a dar más y mas verga y ella orgasma una y otra vez.
Sus jugos bañaban mi mano que estaba entretenida en su orto. La saco y le muestro como me
bebo sus jugos, eso hizo que comenzara a moverse solita. Yo decido quedarme quieto y dejarla
hacer. Se presiona los pezones y me pide que se los muerda, cosa que hago. Le hago levantar
las piernas y apoyarlas en mis hombros y esto la emputece totalmente. Comienza a subir y bajar
ella solita. Papi dame la leche, quiero tu leche papi. Espero su nuevo orgasmo y la acuesto a mi
lado me quito el forro y le muestro como me pajeo para ella, para darle su leche. Ella baja una de
sus manos y comienza a cariciarme los huevos mientras me besa el pecho y mordiquea una
tetilla. Quiero tu leche papi, damela. Acerca sus pechos a mi verga sin dejar de acariciarme los
huevos con sus uñas y mordisquearme las tetillas. “Me gusta como te haces la paja papi” “Así,
hacete asi la paja pá, me encata la vergota que tenes, me rompes la concha pero me gusta, me
haces muy puta sabias papi?” “Me dejaste el orto mas roto de lo que lo tenia y eso que todavía
no me lo hiciste con la verga pa “ Ya sale el juguito previo de tu verga pa” “Me gusta como se te
moja la cabecita” Yo, mientras ella decia esto entre mordida y mordida a mis tetillas, la tenia
abrazada y le metia un dedo en el orto y otro en la conchita desde atrás, haciendo forma de
candado y sacudiendola en uno y otro lado. “Dame la leche en las tetas papi” “Así pa. Que
hermosa paja te haces para mi “ . Cuando senti que venía la leche,: “Papi te da tu lechita, toda tu
lechita caliente, tenela toda”. Y ella acerco sus tetas justo cuando salí el primer chorro que dio de
lleno contra uno de sus pezones y ella no dejaba de acariciarme los huevos e imprimia mayor
vigor a las caricias al ver que estaba dandole “su lechita” Justo cuando empiezo a acabar ella lo
hace tambien y me dice: “dame toda mi leche pa, damela toda, no le dejas nada a ninguna mina,
es toda mia tu leche, me tenes toda tu puta papi, rompeme toda, me gusta que me cojas el culo y
la concha asi, dame mas lechita”. Y yo seguia dandole leche, aclaro que siempre fui de tener
mucha leche y puedo acabar hasta cinco veces en un termino de hora a hora y media, y muchas
me dijeron que es muy raro que se tenga tanta leche. Cuando terminé de bañarla en leche saque
mi dedo de su orto y comencé a acariciarle suavemente los labios de la conchita. Ella me besaba
el torax y agarraba la verga entre sus dedos y bajaba a los huevos apoyando toda la mano. Nos
pusimos frente a frente y, ella con sus mano en i verga y yo con mi mano en la conchita
empapada nos dormimos.

Bailando con mi madre


Mi madre y yo siempre hemos sido muy unidos. Pero una cosa es ser muy unidos y otra muy
diferente terminar teniendo relaciones sexuales. Primero que nada les cuento que ella es una
mujer muy hermosa que está en sus cincuenta y tantos años. Por favor no le digan que les
comenté sobre su edad, porque ella siempre anda diciendo que tiene menos de 50. Y es que de
verdad se ve como de 45.
Tan solo verla caminando es todo un espectáculo. Antes de convertirla en mi amante me
incomodaba mucho cuando íbamos caminando juntos y pasábamos por una obra o por algún
mercado y todos los barbajanes comenzaban a decirle las cosas más obscenas que se puedan
imaginar. Ahora las cosas son diferentes, ya no me molesta que le griten esas cosas, hasta me
siento orgulloso porque sé que la hembra que esos hombres desean, es para mí solito.
Sus caderas son espectaculares por decir lo menos; sus nalgas son perfectas, redondas, firmes
y enormes. Pero nada se compara a sus hermosas y gigantescas tetas. Y no crean que por ser
una mujer madura la fuerza de gravedad las ha hecho caer. No señor, mi madre cuida tanto su
cuerpo que uno no imagina los años que llevan esas enormes tetas sosteniéndose de forma
perfecta.
Así es más o menos físicamente mi madre, para que se la vayan imaginando y me empiecen a
envidiar. Una mujer de piel clara y cabello negro, ojos cafés y siempre con una hermosa sonrisa
en los labios. Porque además de su cuerpo soñado tiene un carácter simplemente encantador,
ella es siempre amable y juguetona.
Yo soy su hijo mayor, aparte tengo una odiosa hermana que se fue a vivir con mi papá cuando
nuestros padres se divorciaron. Así que mi mamá y yo vivimos solitos en una casa en las afueras
de la ciudad, muy tranquilos y siempre muy unidos. Desde que mi estúpido padre la dejó, mi
madre ha salido adelante y nunca se ha deprimido. Al contrario, el día que se separó de él se fue
de fiesta, y se la terminó follando el primero de muchos hombres que mi madre usaría para
consolarse en su soledad. Ella decidió vivir la vida alocadamente durante algunos años, y yo lo
tomaba como algo normal. Después de todo, me decía a mí mismo, es una hembra igual que
todas y necesita exactamente lo mismo que las otras. Una buena verga. Más cuando su inútil
esposo le tenía tan descuidada por tantos años. Y pensar que en aquel entonces yo no creí
poder ser la persona que llenara sus necesidades, así que no me oponía a que otros hombres la
usaran y la complacieran. Hoy ni de broma dejo que otro hombre se le acerque a ese culo de
madre que tengo.
Con el paso de los años me acostumbré a verla salir de noche con sus tacones altos, su liguero
y sus vestidos muy cortos; bien maquillada y perfumada, consciente de que dejaría a muchos
tipos babeando por ahí y que alguno terminaría metiéndole la verga esa noche. Yo no me
acomplejaba con eso, al contrario siempre la felicitaba por lo bien que se veía y lo único que le
pedía era que se cuidara. También me hice a la idea de que no se volvería a casar con otro
hombre, pues a partir de su divorcio todo hombre que se cruzaba en su camino no era más que
un objeto sexual que ella usaba hasta aburrirse. Al menos eso me platica ella, pues
afortunadamente nunca llevó un hombre a la casa.
Mi confianza con ella era a prueba de todo, y ella confiaba en mi de la misma forma, con decirles
que le contaba todas mis aventuras amorosas con las chicas de la escuela y ella encantada me
daba consejos de como enamorarlas y hasta de como complacerlas en la cama. Para mi ese tipo
de pláticas se volvieron de lo más normal con mi mamá. Llegó a pasar que cuando no tenía
condones ella me prestaba los que siempre llevaba consigo en su bolso de mano.
Así pasaron los años. Mi madre con sus aventuras y yo con las mías. Siempre muy unidos y con
entera confianza uno en el otro. Hasta que algo pasó que mi mamá cambio sus costumbres de
un día para otro. Así sin avisar mi mamá dejó de salir con tanta frecuencia. Cada día pasaba
menos tiempo con sus amantes hasta que de plano dejó de verlos por completo. Antes era
imposible sentarse a cenar con ella porque su teléfono sonaba una y otra vez. Todos sus
amantes y pretendientes solicitaban su compañía para la noche y ella rara vez se hacía del
rogar.
Poco a poco todo eso terminó, no quise hacer preguntas incomodas así que cuando por fin caí
en la cuenta de lo mucho que habían cambiado los hábitos de mi madre me quedé callado. Al
principio quise averiguar por mi cuenta que se traía entre manos. Así que un día que estaba yo
solo en la casa me metí a hurgar entre sus cosas con la esperanza de encontrar alguna pista.
Descubrí muchas cosas interesantes, cosas increíbles como su lencería y sus juguetes sexuales.
Pero lo que más llamó mi atención fueron la gran cantidad de revistas y películas pornográficas
que había en una caja al fondo de su ropero.
Todas las revistas trataban del mismo tema. Mujeres maduras teniendo sexo con hombres
mucho más jóvenes que ellas. La mayoría tenía como tema el incesto entre madre e hijo. Sabía
que mi madre tardaría un par de horas más en llegar a la casa así que me di a la tarea de
averiguar más sobre esas revistas. Las empecé a hojear una tras otra con mucho cuidado; todas
tenían bellas mujeres de entre 40 y 60 años teniendo sexo con uno o varios jóvenes. De repente
noté que tenía una erección, de esas que uno siente que el pantalón va a reventar en cualquier
momento. Pero mi erección no era por las mujeres que veía en las revistas, sino que por primera
vez en mi vida pensar conscientemente en mi madre me producía una erección así. En mi mente
me imaginaba a mi madre hojeando las mismas revistas que tenía yo en mis manos ahora y
soñando como se la cogían tipos de la misma edad que yo. Quería que ella ocupara el lugar de
esas mujeres en la revista y ver como la follaban otros hombres, o mejor aún, ser yo el que la
penetraba. El pensamiento me causo mucho conflicto, creía que estaba mal pensar siquiera en
una relación sexual con mi madre. Pero a mi libido poco le importaba eso, mi verga estaba tiesa
y mis testículos ardían de ganas de liberarse de la leche que producían a mil por hora en honor a
la mujer que me vio nacer. Las películas rondaban el mismo tema, el incesto entre madre e hijo.
Ahí estaban las legendarias películas de Kay Parker y muchas más del mismo estilo.
Al fondo de la caja debajo de las revistas y las películas había un pequeño libro de bolsillo viejo y
amarillento y un sobre de manila. Saqué el libro y leí el título en voz alta: “Mom’s in the Mood”.
Algo así como “Mamá está de humor”. El autor era un tal Kevin Sellers y el libro venía en inglés.
La portada mostraba a una mujer casi completamente desnuda acostada sobre su cama con las
piernas hacia arriba y una expresión lujuriosa. Al fondo en la puerta de la recamara se veía un
hombre joven con intención de quitarse el pantalón de la pijama.
Sabía que no me daría tiempo de leerlo todo así que decidí simplemente hojearlo y dejar la
lectura para otro día. Al momento de pasar las páginas noté que había algo entre algunas de
ellas. Mi sorpresa fue mayor cuando vi que lo que había entre las páginas eran fotos de mi
madre. Eran por lo menos una docena de ellas, en casi todas aparecía completamente desnuda,
en otras llevaba un poco de lencería. Solamente pensaba en lo afortunado que debía de ser el
tipo que le tomó las fotografías a mí madre. Las vi con calma una por una, la última de ellas, una
foto donde mi madre estaba casi en la misma posición que la portada del libro tenía una
dedicatoria en la parte de atrás que decía solamente: “Para mi hijo”.
Cuando leí eso sentí que a mi espina dorsal la recorría una corriente eléctrica, mis manos
hormigueaban y me faltaba el aire ¿Esa foto me la dedicaba a mí? No lo podía creer, debía de
estar soñando pero era verdad, ahí estaba la fotografía en mis manos, con las palabras escritas
con su propia letra. Vi la esquina de la foto, ahí estaba la fecha de cuando la tomaron, no tenía
más que unos meses de antigüedad, justo el tiempo que llevaba mi madre alejada de sus novios
y amantes.
Todo me daba vueltas. Las sorpresas no terminaban en ningún momento y aún faltaba más por
descubrir. Aún faltaba revisar el sobre que estaba al fondo de la caja, no lo pensé más y me
decidí a descubrir que otra sorpresa mi madre me tenía preparada. El remitente era una tal
Dolores Álvarez y estaba dirigida a mi mamá. La dirección de Dolores estaba cerca de nuestra
casa, cosa que anoté junto con todos sus datos personales. El sobre tenía solamente una carta
que le escribió Dolores a mi mamá. Decía lo siguiente:
“Querida amiga.
Te envío el libro que te prometí regalarte la última vez, espero te guste y lo encuentres
interesante. Es uno de mis favoritos así que te lo recomiendo mucho.
También incluyo copia de las fotos que te tomé esa noche. Salieron hermosas. Te felicito pues
eres una hermosa mujer.

Piensa mucho en todo lo que platicamos y en lo afortunada que eres al tener un hijo así. No lo
dejes pasar o te arrepentirás toda tu vida. Él entenderá tus deseos, así que no te quedes callada.

Te lo dice tu verdadera amiga.

Dolores”

Al terminar de leer la carta me zumbaban los oídos, la cabeza me daba vueltas y un sudor frío
recorría todo mi cuerpo. Devolví todo a su lugar con sumo cuidado sin dejar rastro de mi
intrusión.

Busqué la libreta de direcciones de mi madre y en la “D” no encontré el nombre de Dolores, pero


sí encontré en la letra “A” el teléfono de la “Señorita Álvarez” junto con la dirección, que resultó
ser la misma que la de la carta.

Salí al teléfono público y marqué el número. Contesto una mujer, su voz se oía como la de una
mujer bastante mayor, yo le calculé unos 60 años o más. Pregunte por la señorita Dolores
Álvarez a lo que ella me contesto que efectivamente era ella y pregunto quién llamaba. Yo
colgué, ya tendría ocasión de saber quién era yo.

Una fiebre se apoderó de mí, regresé a casa y me metí en mi recamara. Lo primero que hice fue
masturbarme en honor a mi madre, con la imagen de esa foto dedicada a mí en la cabeza fue
como eyaculé como pocas veces lo había hecho en mi vida. Para aumentar la tensión justo
cuando me terminaba de limpiar mi madre iba entrando a la casa. Solamente me preguntaba una
cosa ¿Cómo podría mirarla a los ojos ahora que sabía lo que sabía? Ya no volvería a ver a mi
madre de la misma forma. Me acababa de masturbar en su honor, y la deseaba, pero quería
saber de qué se trataba todo esto. No quería cometer un error. Mi madre me llamó y me saludó
con un beso en la mejilla, su piel se sentía tan tibia, tan suave. Mi cuerpo tan cerca al suyo, el
mismo que había tenido junto al mío por tantos años y nunca me había sentido así. Mi pene aun
escurría leche en su honor y ella a centímetros. Yo temblaba pero afortunadamente ella no lo
notó. Definitivamente ya no era la misma mujer, ahora era mucho más que mi madre, ahora la
veía como una presa.

Pasaron pocos días y decidí ir a hablar con la señorita Álvarez. Tomé un taxi hasta su casa y fui
directo a su puerta. La casa era bastante grande, y estaba en la calle más lujosa de la zona.
Esperaba que alguna empleada doméstica abriera la puerta, pero no, una mujer demasiado
elegante para ser la ama de llaves fue la que abrió la puerta. Ella era muy delgada y muy alta.
Rubia, de piel blanca y ojos claros. Vestía un vestido primaveral color blanco con flores rojas y
zapatos blancos de tacón. A leguas se veía que era una mujer refinada y de buen gusto. Me
presenté sin dar rodeos, le dije mi nombre y de quien era hijo y que venía con ella por consejo y
ayuda.

Su cara pasó de la elegancia a la sorpresa en un segundo, sus ojos se abrieron como platos y su
boca se abrió casi hasta el suelo mientras me miraban de arriba abajo. Después de ese descuido
Dolores recuperó la compostura y me dijo que ahora entendía porque mi madre tenía los
problemas que tenía. Ella me hizo pasar a su casa, había otra mujer en la casa, que resultó ser
algo así como su asistente y Dolores le pidió que cancelara todas sus citas y que nadie la
molestara, pues estaríamos muy ocupados por un buen rato.

Nos sentamos en su sala y le conté todos lo que había descubierto, ella no me quitaba los ojos
de encima ni un momento y tenía toda su atención puesta en mí, así como yo en ella. Para la
sorpresa que le había dado hace unos momentos ella se comportaba sumamente amable
conmigo. Se podría decir que incluso cariñosa. Me escuchó hasta que termine sin interrumpirme
ni un momento. Cuando por fin me quedé callado ella me contó la historia de mi madre que yo
desconocía.

Mi madre efectivamente llevaba una vida disoluta. Sin exagerar, cada año se acostaba con cerca
de cien hombres diferentes, cosa que no me sorprendía. Pero hace poco más de un año las
cosas empezaron a cambiar.

Dolores conoció a mi mamá ya que compartían el mismo amante y él las convenció de dejarse
coger juntas. Con lo que terminaron por convertirse en intimas amigas y después en amantes. Si
la vida de mi madre era desenfrenada, la de Dolores lo era mil veces más. Dolores resultó ser
una terrible influencia para mi madre que lo único que hacía era cambiar amantes uno tras otro.
Con su nueva amiga ahora participaría en todo tipo de perversiones. Desde intercambio de
parejas, dominación, baños dorados, y sobre todo muchas orgías y “gangbands”. Dolores le
abriría los ojos a mi madre a muchas formas nuevas de placer. Pero había algo que a mi madre
le costaba más trabajo aceptar y es que Dolores le presentó a su hermano a mi madre, y quedó
pasmada cuando terminaron teniendo sexo los tres. Mi madre nunca había considerado el
incesto como una posibilidad y ver a su amiga siendo penetrada por su propio hermano
cambiaría por completo los paradigmas que ella misma se había formado desde su divorcio.
Dolores me contó como mi madre se transformó desde ese día. Ya no iba a las fiestas
orgiásticas a las que acostumbraba ir, y de plano se alejó de los hombres. La causa, fui yo. Me
enteré que mi madre empezó a considerar el incesto como algo normal, después de todo su
mejor amiga lo hacía con su hermano y según Dolores, lo hacían desde que eran adolescentes.
Mi madre sin embargo aún estaba atada a las formas y las costumbres que le hacían ver el
incesto como un tabú. Dolores decidió ayudarla a enfrentar sus miedos haciendo crecer en ella el
deseo e incluso planeando con ella alguna forma de seducirme sin correr el riesgo de que la
mandara al manicomio o algo peor.

Pero ningún plan parecía servir ni convencerlas, así que mi madre llevaba meses insatisfecha
sexualmente, alejada de todos los otros hombres ya que el único al que deseaba
desenfrenadamente estaba prohibido para ella. Ambas mujeres estaban algo desesperadas por
una solución y Dolores jamás imagino que una feliz coincidencia fuera la respuesta. La amiga de
mi mamá estaba feliz, porque se daba cuenta de que para mí mi madre también era objeto de
mis deseos sexuales, por lo que nuestra unión como amantes no sería algo imposible.

Dolores me habló por horas de las cosas que tendría que hacer para satisfacer a mi madre en la
cama y como convencerla. No llegaría simplemente a decir que me la quería follar. Tendríamos
una cita romántica primero y después las cosas pasarían naturalmente. Pero Dolores no nos
estaba ayudando solo por amistad. Al final de nuestros planes se levantó y se quitó el vestido en
un segundo. Sin decir nada se quedó de pie frente a mí, solo con sus bragas y sus zapatos de
tacón. Ella era increíblemente esbelta, sus tetas eran pequeñas pero muy hermosas y en ese
momento su mirada solo expresaba lujuria. “Déjame sentir un poco de lo que vas a darle a tu
mamita” me dijo. No hubo más palabras, esa tarde me la pasé follando a la mejor amiga de mi
mamá. Sería un bello preludio de lo que pasaría el fin de semana.

Llegue de noche a la casa. Mi mamá me recibió como siempre con un beso en la mejilla. Esta
vez la recibí con más entusiasmo y la tomé de la cintura mientras le pegaba mi miembro, el
mismo que hacía menos de una hora había penetrado a su mejor amiga. A pesar de haberme
venido como 6 veces en casa de Dolores mi verga se puso dura al instante cuando sentí a mi
madre pegada a mi cuerpo. Pero tendría que resistir. El gran día llegaría después, muy pronto.

Nos sentamos a cenar y le comenté a mi madre lo extraño que se me hacía que ya no saliera
como antes. Por lo que le propuse ir a un nuevo salón de baile que estrenarían el fin de semana
en la zona más “in” de la ciudad. Le dije que me preocupaba que estuviera encerrada todo el día
y que no iba a permitir que se quedara sin hacer nada el próximo viernes, las reservaciones ya
estaban hechas. La cara de mi mamá se iluminó de alegría y aceptó sin más preámbulos. Le dije
que se vistiera lo más sexy que pudiera ese día porque no sabíamos si algún súper galán se le
aparecería esa noche y lo tendría que aprovechar. Mi mamá casi muere de la risa con mi
comentario pero me dijo que no me preocupara. Que su atuendo me dejaría sorprendido.

Los días más largos de mi vida pasaron hasta que llegó el viernes. Pero por fin el gran día había
llegado. Mi madre se encerró en su recamara y no la vi en horas hasta que por fin salió ya lista
para salir a bailar. Ella no se equivocó con su pronóstico, al ver como se había vestido quedé
más que sorprendido. Gratamente sorprendido.

Solo imagínensela y entenderán porque casi se me cae la baba al piso cuando la vi. Tenía
puesto un minivestido de una sola pieza color negro semitransparente. Completamente entallado
y con un escote sumamente revelador al frente y atrás. Debajo del vestido traía una pequeña
tanga de hilo dental y un liguero sujetando sus media negras, además de sus zapatos de tacón
alto. La vi y le pedí que se diera una vuelta lo cual hizo completamente feliz de complacerme. Al
darse la vuelta pude oler su perfume y me sentí transportado al cielo. Me imaginaba que en un
par de horas tendría ese cuerpo y sus olores pegados al mío completamente desnudos y unidos.

Llegamos al salón de baile y nos dispusimos a pasarla lo mejor posible. Nos dieron una mesa
cerca de la pista de baile y no tardamos mucho en levantarnos a bailar un poco de salsa y
cumbia. Ya había visto a mi madre bailar un par de veces, pero nunca había bailado con ella. Se
notaba lo mucho que ardía en deseos de mover su cuerpo y yo estaba hipnotizado con el
movimiento de sus caderas. Si bailaba era más como un reflejo que algo que hacía
conscientemente.

Así pasamos horas bailando, muchos hombres llegaron a la mesa con intenciones de sacar a mi
madre a bailar, cosa que ella rechazó una y otra vez con la misma frialdad. Diciendo solo una
frase a cada pretendiente. “Lo siento, esta noche tengo pareja y soy solo para él”. Me entraba un
orgullo enorme cada que ella decía eso y no podía ocultar mi satisfacción.

Pasaron casi cuatro horas, ya era de madrugada y ya habíamos bailado como para todo el año.
Mi madre no se cansaba nunca. Pero ya era hora de irnos, así que le pregunté si ya había tenido
suficiente. En ese momento comenzó a sonar una balada muy romántica, por lo que ella de
inmediato me dijo que no, que aun quería bailar una última pieza. Nos levantamos y nos
dispusimos a bailar al ritmo de esa lenta balada. Abrazados y sudorosos, con su cara en mi
pecho, sus manos sobre mis hombros y mis manos alrededor de su cintura. Poco a poco fui
bajando mis manos hasta tomar por completo su trasero. Ella no protestó ni un poco, solo la
sentía suspirar sobre mi pecho mientras nos movíamos lentamente. Deseaba que la canción
durara toda la vida para poder sentirme así al lado de mi madre por siempre y al mismo tiempo
quería que terminara para poder llevar a mi madre a casa y meterla a la cama. Así que ni un
segundo después de que terminó la canción pedí la cuenta y salimos como rayo de regreso al
hogar.

Todo el camino mi mamá me iba agradeciendo que le hubiera hecho pasar una noche tan
formidable. Yo solamente deseaba que la noche mejorara mucho más en cuento llegáramos a la
casa. Me detuvo el alto un semáforo antes de llegar a casa cuando sonó su celular. Era un
mensaje que ella leyó y soltó una pequeña risa. Le pedí que me lo dejara ver y me dijo que no
entendería, aun así me lo enseño. Era de Dolores y decía: “Esta es tu noche!!!!”. Claro que lo
entendía, pero de todos modos me hice el desentendido.

Llegamos a casa casi a las 2 de la madrugada en punto. Mi madre entró primero y yo detrás de
ella después de estacionar el coche. Cuando entré la vi parada en la puerta de su recamara
dándome la espalda. Ya lo había decidido, nada me iba a detener. Me abalancé sobre ella y la
abracé por la cintura. Mi mano izquierda se metió debajo de su vestido entre sus piernas
mientras la otra la apoyaba sobre su vientre pegándola a mi cuerpo. Me sentía tan extraño
pensando que en ese vientre ella me había gestado y que entre esas piernas yo había salido al
mundo.

Mi verga estaba dura como el acero y caliente como la lava. Ella jadeaba y suspiraba mientras
yo la tocaba y la besaba en el cuello y la cara. No se dijo una sola palabra, todo lo decían
nuestros cuerpos. Ella entonces se dio la vuelta y me dio un beso en la boca tan intenso que aun
hoy en día me quema los labios. Nuestras lenguas se unían y jugueteaban mientras nuestras
manos exploraban todo nuestro cuerpo. Yo le dejé al descubierto las tetas, las apretujaba y las
chupaba como si fuera ambrosia. Después ella me despojó de mi saco y camisa, mientras yo le
bajaba la tanga al piso y me sacaba la verga del pantalón para restregarla al cuerpo de mi
mamá.

Después de unos segundos así, ella se puso de rodillas frente a mí y empezó a comerme la
verga. Yo estaba en la gloria mientras mi madre comenzaba a besarme mi miembro lentamente
para luego irlo lamiendo completamente desde la punta hasta los testículos. Después ella me
desabrochó el pantalón y me ayudó a despojarme completamente de toda mi ropa mientras
seguía chupándome la verga. Una vez que me quedé desnudo ella se metió mi verga completa
en su boca y me la chupo así un buen rato mientras yo acariciaba su cabello y la dejaba tomar el
control.

Cuando sentí que me vendría la detuve, no quería darle mi leche todavía. La levante y la llevé a
su recamara. Sin quitarle el vestido la recargué contra la cómoda y me hinqué detrás de ella y le
empecé a lamer su vagina. Seguía pensando en lo maravilloso que era lamer el lugar por donde
yo salí al mundo y dentro de poco iba a penetrar con mi verga y llenar con mi leche. También
pasaba mis dedos sobre su ano y cada cierto tiempo le daba besos negros que la hacía gemir
con fuerza. Ella no paraba de suspirar, gemir y hasta gritar a ratos. Por fin después de varios
minutos comiéndome a mi madre sentí que ya estaba lista para penetrarla.

Le quité por completo el vestido dejándola solamente con el liguero y los zapatos. La tome entre
mis brazos y le dije “Mamita, hoy te vas a convertir en mi mujer”. A lo que ella contestó “Sí bebé.
Hazme tuya hijito hermoso”. Obedecí sin titubear, la puse boca arriba en su propia cama, esa
cama en la que nunca se había acostado ningún hombre y me coloque encima de ella, entre sus
piernas. Nos besamos con pasión y ternura mientras acomodaba la punta de mi miembro para
penetrarla. Ella repetía entre susurros y suspiros una sola palabra “Sí”.

La penetré lo más despacio posible, quería disfrutar de ese momento y hacerlo durar toda la
vida. La hice mía así, lentamente, conteniendo mis deseos de follarla salvajemente. Ella lo
disfrutaba también, sabía que los consejos de Dolores que había puesto en práctica pocos días
antes surtirían frutos. La empecé a coger así, con mucha suavidad, con mucho amor,
repitiéndole palabras cariñosas, siempre diciéndole que era mi madre amada, mi mamita
querida.

Entonces cambiamos de posición, la puse en cuatro patas para cogérmela de a perrito. Pero ya
no podía seguir conteniéndome. Ahora subí la intensidad al máximo y me la empecé a coger con
todas mis fuerzas. Sus suspiros se convirtieron en gemidos y alaridos. Pero pedía más y más.
Dejo de ser mi mamita linda, mi madre adorada. Ahora le decía que era mi puta, mi madre la
zorra, mi mamita la puerca. Y mi verga la penetraba con frenesí, cada vez más rápido. Sentí que
me vendría en cualquier momento y le dije que me vendría adentro de ella en cualquier
momento.

Mi madre me detuvo un segundo, me dijo al oído que sí quería mi leche adentro de ella. Pero
quería cambiar de posición. Me recostó sobre su cama y se sentó encima de mí. Así empezó a
cabalgarme, y la tomaba de la cintura y las nalgas y la ayudaba a subir y bajar. Por fin sentí que
no resistiría ni un segundo más y me vine. Sentí como salían chorros y chorros de semen para
depositarse dentro de la vagina de mi madre. Sentí que la vida se me iba por un momento, mi
madre disfrutaba como loca mientras sentía mi leche tibia, cálida y pegajosa inundándole las
entrañas. Fueron unos segundos que se sintieron como horas. Miré a mi madre a los ojos, ella
sonreía complacida y me dijo: “Gracias hijo adorado, llevaba meses sin hacer el amor con otro
hombre. Desde ahora soy solamente tuya. Te amo” Yo apenas si pude juntar aliento suficiente
para decirle que la amaba también.

Así fue nuestro primer encuentro sexual. Esa madrugada no dormimos, yo perdí la cuenta de las
veces que me vine, adentro de su culo y su vagina, en sus tetas, en su espalda y en su cara.
Quedé completamente secó por dentro, pero ella también quedo harta de verga pues al final
apenas si le respondían las piernas, le temblaban como si fueran de hilo y yo tenía que
sostenerla para que no se desplomara en el piso.

A los pocos meses nos mudamos lejos, sin avisarle a mi padre ni a mi hermana. Mucho menos a
sus viejos amantes de mi madre. Solamente Dolores siguió en contacto con nosotros, alternando
como amante de los dos. De día somos madre e hijo, tan normales que nadie se imagina como
nos transformamos en la noche. Todas las noches sin falta ella se convierte en todo a la vez, mi
amante, mi puta, mi esclava, mi reina, mi esposa y sobre todo mi madre.
Perdiendo el control con mi hermano
Tras que mi hermano mayor sufriera un accidente, mis vacaciones de verano tomaron un giro
inesperado.
Aquel verano, cumplidos ya los 18 años, pintaba bien para mí. Luego habérmelo currado mucho
convencí a mis padres para que me dejaran ir a un viaje al mar con dos de mis entonces mejores
amigas. A tres semanas vista, no tenía otra cosa en la cabeza que los preparativos del viaje y
pasaba horas haciendo y deshaciendo la maleta, o acumulando en una interminable lista mental
las cosas que sentía me hacían falta. De ahí que la tarde en que Ramón, apenas un año mayor
que yo, sufrió el accidente y todos los demás entraron en revolución, yo apenas me di por
enterada. Una semana antes, para su cumpleaños, mis padres le obsequiaron un monopatín que
promocionaba no-se-qué niño prodigio y que era el ídolo de mi hermano. Loco de contento,
sabiéndose la envidia de sus amigos, apenas lo veíamos durante el día pues se lo llevaba en la
calle o en el parque. A mí me daba igual. Nos llevábamos bien, pero no compartíamos muchas
cosas en común, y esa edad cada cual tenía su mundo a años luz del otro.

El caso es que Ramón, intentando hacer una pirueta “extrema”, se cayó, resultando con ambos
brazos y varias costillas rotas. Por poco no lo cuenta. Esa noche, recibí una tremenda sorpresa
cuando mis padres llegaron con mi hermano con el torso y ambos brazos envueltos en vendaje
enyesado. Luego de que lo instalaron en su cuarto, mamá habló conmigo y me pidió ir a una
para que Ramón estuviera lo más cómodo posible y le ayudara en cuanto pudiera. No era para
menos, al pobre se le había acabado el verano y le esperaban largas semanas de fastidios. Más
tarde hablé con él y me sentí tranquila cuando me confesó que lo que más le dolía era su
maltrecho orgullo al haber hecho el papelón delante de los otros chicos. Le reproché su
temeridad y el día terminó cuando entre mis padres y yo transformamos su habitación en una
suerte de salita de recuperación. Los días siguientes fueron una verdadera procesión de
amistades y familiares que no perdían oportunidad para chancear a Ramón o dejar sus
ocurrencias y buenos deseos sobre el yeso. Yo me limité a encerrarme en mi habitación y
continuar con los preparativos del viaje.

Tiempo después, cuando volvió la calma y Ramón ya podía levantarse y caminar por la casa, no
pude menos que sentir admiración por lo bien que se lo estaba tomando; casi no se quejaba y a
menos que fuera absolutamente necesario pedía ayuda para algo, y solo aceptaba asistencia de
papá para el enorme engorro que era ducharse e ir al baño. Yo no perdía oportunidad para
hacerle bromas pesadas y amenazarlo con sacarle fotos “íntimas” para mostrárselas a todo
mundo. Él se limitaba a refunfuñar maldiciones y decirme “maruquita”, como me llamaba papá
cuando era pequeña y que yo detestaba. Así estuvieron las cosas, hasta que poco más de una
semana antes de mi tan ansiado viaje ocurrió lo inimaginable.

Era media tarde y me estaba despertando de una siesta. Mientras me desperezaba, descubrí
que la casa estaba particularmente tranquila; la cálida brisa hacía danzar las cortinas y de la
lejanía apenas llegaba un susurro de la jornada que acababa. Me levanté de la cama y me
asomé al pasillo; nada. Lo mismo en el resto de la casa y nadie tampoco en el patio. Pensé que
mis padres habrían llevado a Ramón al médico o a pasear un poco por el parque, ya lo habían
hecho antes. Ante la perspectiva de tener la casa para mi sola regresé a mi habitación y decidí
darme un largo baño de tina escuchando a todo volumen mi música favorita. Ya para entrar al
baño, me di cuenta que la puerta de la recámara de Ramón estaba entreabierta y alcancé a
percibir movimiento en su habitación. Me acerqué lo más sigilosamente que pude. No veía nada,
por lo que empujé un poco la puerta y fue entonces que alcancé a ver a mi hermano, de
espaldas a mí, viendo vídeos porno. Primero, la sorpresa; mi hermano por supuesto que no era
ningún santo, pero aunque lo suponía, jamás lo había visto en tal circunstancia. Luego, el
desconcierto; ¿para qué hacía eso si no podía tocarse? Y por último, vergüenza por haber
invadido la intimidad de Ramón; yo no habría querido que me espiara mientras me masturbaba.
Fue entonces que me di cuenta que el muy listo se las había ingeniado para colocarse muy
cerca de una de las patas de su escritorio y con rítmicos movimientos frotaba suavemente su
pene. Contrariada como estaba, decidí quedarme para ver cómo concluía aquello. Pero al cabo
de varios minutos, jadeando y todo, Ramón no parecía haberse corrido. Apagó el ordenador y al
ver sus intenciones de ponerse de pie, casi de un salto llegué al baño y me puse a salvo.

Esa noche fui al cine con mis amigos, pero no hacía más que revivir la escena de la
tarde, preguntándome por qué Ramón no terminó. La explicación más simple apuntaba a la
higiene, pues imaginarlo rezumando semen a la espera de que mis padres lo ayudaran a
cambiarse, aun suponiendo que aquello les resultara normal, lo encontraba muy fuerte y de pena
ajena. En el fondo, no podía sacudirme la sensación de que había algo más. De vuelta en casa
decidí que a la primera oportunidad se lo preguntaría de la manera más amable posible. Empezó
así un compás de espera durante el cual descubrí cuán dura era la situación para Ramón, pues
desde que lo instalamos en casa había perdido casi por completo su intimidad. Además de las
visitas, mis padres lo chequeaban intermitentemente para ver si necesitaba algo. Caí en cuenta
que a la primera oportunidad que le dieran intentaría retomar sus hábitos tanto como le fuera
posible. Una noche mis padres anunciaron que saldrían a cenar con amigos, por lo que me
pidieron que permaneciera en casa para estar al pendiente de mi hermano. Supuse que no
intentaría nada sabiéndome atenta de él, por lo que le dije que si necesitaba algo me gritara
pues estaría encerrada en mi habitación. Esperé por media hora. Tan sigilosamente como pude
me acerqué a su puerta; lo escuché conversando por teléfono animosamente con alguno de sus
colegas, así que regresé sobre mis pasos. Casi una hora después lo intente de nueva cuenta, y
esta vez tuve suerte. Ahí estaba por completo entregado a esa extraña forma de aliviarse.
Consideré sorprenderlo infraganti, pero me reprimí. Así que me resigné a observar. Ramón
seguía patrones regulares frotación, tras los cuales se detenía y luego de un par de minutos
continuaba. Así estuvo por casi media hora. Más intrigada que nunca, regresé a mi habitación.

Pasado un rato, Ramón me llamó; quería ver una película que de pequeños nos gustaba mucho
y me invitó a quedarme. Acepté. A media película no pude contenerme más y le pregunté qué
hacía al tocarse así. Lejos de apenarse o cortarse, Ramón estalló en carcajadas que tuvo que
contener porque empezó a dolerle. Ya repuesto, me explicó que lo que hacía era masturbarse sin
eyacular, para así tener varios orgasmos, y que lo lograba ejercitando ciertos músculos de la
zona pélvica; me confesó que hacía más de un año que había comenzado el “entrenamiento”,
consiguiendo según él muchos progresos. Todavía sorprendida por la revelación, le pregunté si
siempre se frotaba. De nuevo las risas, pues era obvio que tuvo que usar su ingenio para
solventar su imposibilidad de tocarse. Ya para entonces, completamente fascinada, le pregunté
cuanto hacía que no eyaculaba, y me dijo que aproximadamente 3 meses, y que aquello había
influido en el fracaso de su última relación pues su ex nunca comprendió de que iba aquello e
interpretaba el hábito de Ramón como una muestra de que no le gustaba follar con ella. Luego
se hizo un breve silencio que rompió él diciendo: “Pero ¿sabes? Ahora mismo extraño la
sensación de correrme”. Hasta hoy no comprendo qué fue lo que me sucedió y me hizo
pronunciar aquel “¿Quieres que te ayude?” Ramón estaba en pleno shock; yo misma caí en
cuenta de lo que estaba proponiendo y para ocultar mi vergüenza fingí una entereza que para
nada sentía señalando que no era para tanto, que no era nada del otro mundo ni algo que no
hubiera hecho antes, que lo considerara un favor familiar para aliviar su situación “¿O prefieres
pedirle el favor a mamá?”, le dije. Pero la actuación se fue al diablo cuando, viéndome directo a
los ojos, Ramón accedió.

Se colocó frente a mí, y sin que me indicara nada bajé su pantaloncillo; no llevaba ropa interior.
Le pregunté si quería hacerlo mientras veía porno, pues pensaba yo que sería más fácil así. “Sí
– me dijo – pero por favor ponte a un lado”. Dispuesto todo, no tomó mucho tiempo para que su
pene estuviera totalmente duro; nada del otro jueves, pero el grado de excitación de mi hermano
era mucho y la polla le palpitaba. “¿Ya estás listo?”, pregunté, y cerrando los ojos asintió. Apenas
disimulando el temblor de la mano tomé su pene; estaba durísimo y caliente. Comencé a
manipularlo muy suavemente; no pasó mucho tiempo para que Ramón comenzara a jadear,
primero de forma leve y después más fuerte. Estaba realmente excitada y sentía como me hervía
el cuerpo como nunca antes. Tal y como me lo había explicado, de repente sentí un intensa
contracción en su pene, al tiempo que me pidió que parara. Pude ver entonces en su rostro un
gesto de intenso placer. “Va el primero”, advirtió. No pude evitar reírme. “Ya puedes seguir, María
Eugenia”, dijo entrecortadamente. En la vida mi hermano me había llamado por mi nombre
completo y para mi sorpresa – como si no hubiera tenido ya suficientes – me sonó de lo más
cachondo. Retorné a lo mío; y sin que me viera comencé a tocarme por arriba del pantalón.
Estaba vuelta loca. Estaba masturbando a mi hermano. Su pene comenzó a secretar líquido
preseminal, que salía casi a borbotones, mojando mi mano. Así seguimos durante más de media
hora, hasta que alcanzó cuatro orgasmos más. Para entonces, fuera de mí por completo, me
tragué su cacho tanto como me cupo. Aquello fue demasiado. Explotó en mi garganta
espectacularmente. Jamás había visto – ni vi después – una eyaculación así: los chorros no
pararon por más de 10 segundos y mojaron todo a nuestro alrededor. Sus gritos intensificaron al
máximo mí ya de por sí extraordinaria excitación; metí mi mano por debajo de la ropa para aliviar
la terrible urgencia de mi coño y bastó tocarme unos segundos para correrme a mares. Terminé
en el suelo, retorciéndome como una posesa. Luego, recuerdo que fui hundiéndome en un
delicioso sopor hasta quedarme dormida.

No sé cuánto tiempo había pasado cuando desperté. El ordenador seguía encendido y Ramón,
al igual que yo, se había dormido, reclinado en su silla. Calada por dentro y por fuera, me puse
de pie con dificultad y le desperté. Me atacó la ansiedad de que llegaran mis padres y nos
descubrieran. Limpié a conciencia, le ayude a cambiarse y me indicó donde esconder la ropa.
Pasé al baño y me duché por lo que parecieron horas. Era increíble – lo recuerdo tan bien – que
a pesar de lo que acabábamos de hacer no me sintí “sucia”, ni culpable, ni nada por el estilo.
Había sido una experiencia maravillosa. Y quería más. Cuando por fin llegaron mis padres e
hicieron su rutina de enfermeros, yo estaba planeando qué hacer.

No bien comprobé que mis padres dormían, me escurrí en la habitación de Ramón. Estaba
despierto y leyendo frente al ordenador. Casi salta del susto al verme. Su mirada me sugirió que
quería decirme algo pero yo no lo dejé. Lo amordacé con una mascada y lo sujeté a la silla con
otras más. Una vez que lo tuve donde y como quería, me quité el albornoz y me paré
decididamente desnuda frente a él. “Lo siento, hermanito… pero necesito que juguemos otra
vez”, le dije. El pobrecito me miraba con ojos desorbitados. Sin perder más tiempo me recosté
frente a él con las piernas bien abiertas y comencé a tocarme; mi clítoris estaba hinchadísimo,
palpitante, ya estaba empapada incluso antes de comenzar. “¡Mírame bien, Ramón, mírame
bien!”, repetía una y otra vez. Entonces alcancé el vibrador que llevaba en la bolsa del albornoz y
sin misericordia comencé a atacar mi vagina; “¡Mírame bien, Ramón!”, repetía sin cesar. No
sabía que era más difícil: detenerme o aguantar la tentación de gritar de placer. Mi hermano
impotente pero ni siquiera parpadeaba; estaba jadeando y respiraba agitado, bañado en sudor.
En medio de mi frenesí alcancé el albornoz y lo mordí con toda mis fuerzas mientras me corría
con el cuerpo tensado al máximo. Ramón intentaba llamar mi atención; su afán era por demás
elocuente. Aún sin recuperarme del todo me acerqué para bajar su pijama. Su pene saltó como
resorte, escurriendo líquido intensamente. Se lo chupé hasta que se me entumió la quijada, pero
aguantó sin problemas. “¡Ah, no, cabrón, – le dije al oído – te corres porque te corres, hijoputa!”.
Aprovechando al máximo su inmovilidad, me monté sobre él y comencé a frotarme con su pene.
Nuestras humedades combinadas despedían un fuerte olor que no hizo más que provocarme
más. Mi pelvis se movía frenéticamente y la tentación de clavarme su pene se estaba haciendo
casi insoportable, por lo que decidí cambiar de estrategia. Me tiré frente a él de nuevo y con mis
pies atenacé su pene para pajearlo, mientras que yo hacía otro tanto con mi mano. Todos los
músculos de mi cuerpo estaban tensados al máximo. “¡Córrete ya, joder!”, le dije entre dientes;
Ramón soportaba como campeón, pero no para siempre, pues luego de unos minutos mis
esfuerzos tuvieron su premio: una intensa lluvia de leche que me baño literalmente de pies a
cabeza, para acabar chupando hasta la última gota que pude sacar de sus castigados cojones.

A partir de ahí, ni Ramón ni yo intentamos hablar sobre el asunto; a veces nos dirigíamos
miradas cómplices, pero nada más. Como dije, no se volvió a tocar el asunto. Unos días más
tarde partí hacia mi viaje y al retornar era como si nada hubiese pasado. En el fondo, lo
agradecía y no sé cómo hubiese reaccionado de haberme pedido hacerlo otra vez. Con el tiempo
cada uno tomó su camino y si bien nos vemos en casa de nuestros padres de tanto en tanto, la
lujuria que me poseyó ese verano no se ha vuelto a manifestar. Y no puedo evitar pensar que tal
vez la intensidad de lo que hicimos fue tanta que estuvimos a punto de quemarnos. Tal vez, ya
es hora de hablar con Ramón sobre ello.

La noche que folle a mi hermana


Bueno esto viene pasando desde mas de un año, ella en este momento tiene 19 años y yo
acabo de cumplir 18, nuestra madre , que es viuda, le habia prohibido salir sola con su novio
porque siempre llegaba pasada de copas, asi que aquel día salió, pero conmigo de chaperon.
La verdad de nada sirvió porque esa noche hasta yo tomé, de regreso a la casa nos trajo su
novio en taxi, que tambien venia hasta las chanclas.
Ya en el camino, el la venía agasajando metiendole mano por todos lados y como venía vestida
se le veía todo, hasta yo me venía calentando y Reina (asi se llama mi hermana) le decia:
” Quique, esperate que nos ve luis (yo)”
” No dice nada el wey, verdad que no?” me pregunta
“No, yo no se”
El le sigue, pero casi llegando a la casa, se vomita encima de ella, aquella se enoja y se baja, sin
despedirse , del taxy . ya en el patio de la casa me dice en forma de susurro :
” Dejame dormir en tu cuarto”
su recamara quedaba arriba y enfrente a la de mi mama ademas, su puerta hacia mucho ruido y
yo dormía en el cuarto de abajo . Sigue diciendo: “Si mi mama me ve asi se va a enojar” de
inmediato pensé, no se si eran por las copas que tome, lo que podria pasar ademas, todavia
andaba caliente por lo que habia visto
” Andale no seas malito” siguio diciendo. “Bueno, pero te vas a quitar toda la ropa porque me vas
a apestar la cama” “Ay, si esta bien, pero cierras los ojos y sin tocar nada eeh” “No mas tantito ja
ja”"Calmate, calmate – se rie y me empuja con el hombro. Así que fuimos a mi cuarto, despacio
por que iba medio mareada y ya adentro se empezo a desnudar, pero me dice que me voltee, la
pendeja no habia visto que al otro lado había un espejo . Veo que ya se va acostar en ropa
interior y le digo:
“eeh quedamos que toda, o me vas a dejar apestosa la cama” “ok ok” batallando por que seguia
tomada
aprovecho y me desnudo rapidamente, nos metemos casi al mismo tiempo a la cama
cubriendonos con la sabana diciendo:
” Y tu para que te desnudas?”" Pues para estar iguales” y ella se rie
ella esta acostada boca arriba me acerco a ella de lado, le pongo la mano en el vientre y le
pregunto:
“Que onda con tu novio, como se puso?”"Si verdad?, no aguanta nada”" y tu igual”"Nada mas
para divertirme ja y tu”"Nada mas poco ” si, yo no andaba muy tomado.
” Oye y que onda, ya te venia calentando verdad?”"Nos viste?”"Si, hasta mi me prendieron”
“Si, nada mas prende el boiler el wey y no se baña”
Sin pensarlo dos veces, rapidamente me subo arriba de ella, metiendo mis piernas en medio de
las de ella, abriendoselas, meto mis brazos bajo su espalda y empiezo a frotarle todo mi palo en
su panocha desde mis huevos hasta la cabeza, ella solamente me aprieta la cintura con sus
manos y me dice, como susurro, sin hablar fuerte:
“Noooo Luis, no, somos hermanos”
“Andale, reinita, nada mas por encimita, si, andale” le decia pero no dejaba de frotearle mi palo
“Es que mmm, esta mal somos hermanos” me decia y se estaba empezandose a agitar y a
mover su pubis al mismo ritmo que yo.
“No seas malita, por encimita si” – le digo besando su cuello
“mmm luis es que mmmmmm bueno, nada mas por encimita, si?”
Sigo frotando y siento como sus jugos mojan toda mi reata, en ese momento bajo la punta de mi
pene en su clitoris y la empiezo a masturbar con la puntita y siento como ella se mueve mas,
bajo mas mi pene, encuentro la entradita de su vagina y hago como que quiero meterla, me
vuelve apretar de nuevo mi cintura y dice:
” No Luis”
y empiezo a darle besos en el cuello, detras de su oreja, en sus hombros, tambien sigo dandole
pequeños empujonsitos con la cabeza de mi pene
“No Luis, no”
“Andale nada mas la cabecita” le beso de un lado a otro su cuello
“Ay luis es que …”
“Shhhh… nada mas la cabecita” ella respiraba mas profundo
“Buueeno”
No terminaba de decirlo y ya se la habia metido 2, 3, 4 a la 5a vez se la deje ir toda e hizo un
sonido como de descanso, entonces me abrazo, yo bese sus mejillas, ojos , nariz, y ella busco
mis labios dandonos un beso apasionado de lengua, jalo con mis manos su cabello, siento que
acaricia mis muslos con sus pies, se empieza a mover mas duro, mas rapido hasta que termina
en un orgasmo.
Veo que respira hondo y me hago a un lado me ve y me dice riendo
r”No que nada mas la cabecita”
“y te gustó?” -asiente con la cabeza riendo,me acerco a besarla y pone su mano en mi boca y
dice
“ya no ” me acerco a abrasarla y
“Andale regalame esta noche” se rie, me abraza, me besa
“Ok ya soy tuya” -y le volví a hacer el amor y nos quedamos dormidos
por la mañana despierto y ya no estaba, se habia levantado para ir a la prepa, veo que entra al
cuarto por sus cosas, ya trae puesto su uniforme, mientras ella busca debajo de la cama
rapidamente me paro cierro la puerta con llave y le pregunto:
” Y mi mama?”

“ya se fue al trabajo ” seguía hincada

al pararse intento darle un beso y ella me intenta rechazar, sigo insistiendo y topamos con la
esquina de la cama, caigo encima de ella, casi quedamos en la misma posicion de anoche,
vuelvo a frotarle mi pene, ahora sobre su panti busco de nuevo su boca y esta vez no me
rechaza bajo mi mano y hago a un lado su panti y se la dejo ir de nuevo y de nuevo lo volvemos
a hacer y terminamos en un beso

asi empeze a cogerme a mi hermana, ella se casa en unos meses con su novio, pero ya me
prometio que no va a dejar de visitarme y claro que la voy a recibir con gusto.

Un gran amor de hermanos


Hola mi nombre es yudi Lorena, aunque todos me llaman Lore la verdad nunca pensé en relatar
mi historia porque no me sentía cómoda con lo que estoy viviendo ya que al avista de todos se
que lo nuestro nunca podrá ser, pero luego de leer mucho me di cuenta que no soy la única, así
que decidí relatar mi historia.

Bueno tengo 19 años y vivo en Colombia soy morena no muy alta jajajaja siempre me he
considerado enana ya que mido 1.60, tengo unos pechos grandes y una colita redondita que
herede de mi madre, mi cabello es largo y negro, mis ojos son cafés soy un poco acuerpada pero
no soy gorda, soy la menor de la casa ya que mi hermanito Fabián tiene 20 años siempre soy la
consentida porque soy mujer y la peque de la casa por lo que acostumbro a hacerle maldades a
mi hermano y con unos cuantos pucheros logro que no me regañen.

Nunca llegue a ver a mi hermano como algo mas a pesar que es muy atractivo y es el tipo de
niño que todas quisieran tener como novio, o al menos en su cama; es alto 1.70 ojos verdes
claros delgado trigueño, ya que mi color de piel lo herede de mi padre y el lo heredo de mi
madre, como decía juega basketball así que tiene un cuerpo bastante atractivo aunque no es
demasiado musculoso.

Estoy en el segundo semestre de mi carrera de veterinaria y mi hermano va en el tercero, cabe


decir que nos encantan los animales, y al ir un semestre adelantado, para mis padres es normal
que me la pase en su habitación rebuscando en sus papeles u ordenador, cosas que necesite
para mis tareas.

- Pero nuestra historia comenzó a finales del año pasado el 28 de noviembre para ser más
exacta.

Mis padres nos habían dejados solos en casa ya que habían ido a visitar a nuestros abuelos a
las afueras de ciudad; y nosotros no habíamos podido ir porque estábamos en los exámenes
finales de la universidad, así que acordamos viajar cuando hubiésemos terminado todo. aunque
para eso faltaban prácticamente dos semanas; al principio todo fue muy normal durante los
siguientes dos días apenas cruzábamos palabra, pero para el sábado primero de diciembre
ambos andábamos un poca mas alivianados de los exámenes.

Al ser fin de semana no me levante temprano como acostumbraba, sino alrededor de las 9:30
AM, y para mi sorpresa mi hermanito ya estaba despierto.

- aun pienso que todo lo tenía planeado porque estaba en la sala acostado en el sofá con su
pantalón de dormir mirando TV, cuando en su habitación tenía su propio televisor.

Bueno no le preste atención y me dirigí a la cocina a servirme un poco de cereal.

- llevaba un short muy corto con una blusa de tiritas muy pegadita, ya que siempre acostumbro
a dormir así.

Cuando me disponía a servirme un poco de cereal sentí como alguien me abrazaba y me decía

_ ¿Por qué no me saludas hermanita acaso yo he dormido con tigo???

_ yo sonreí porque no era su costumbre saludarme de esa manera, pero le dije - ¡¡hola!!

_ Pero dame un beso –me dijo

Yo un poco extrañada le dije -dame permiso y suéltame, ¿a ti que bicho te pico? A lo que me
sonrió

Se sirvió una taza de cereal y empezamos a charlar sobres las cosas de la u y cosas por el
estilo hasta que me comento que sus amigos,(los cuales conozco porque son de la universidad y
ademes vienen a menudo a casa) le habían pedido que les ayudar con migo ya que había
bateado al bobo de mi novio, pero que obviamente el se había negado diciendo que las
“hermanas eran sagradas”.

Luego de terminar mi cereal me levante y me dirige a la sala a mirar TV y me tumbe en el lugar


donde que antes estaba Fabián, en un momento llego mi hermano y empezó a molestarme para
que le cambiara, como me negué se tiro encima mío y me dijo
_ cámbiale peque consentida si no queres que te reviente a cosquillas mira que no están mis
padres para que te defiendan.

Yo le respondí riendo - no me importa – ¡ha no te importa vamos a ver!! Y me empezó ha hacer


cosquillas yo le pedía que se detuviera porque ya me dolía el estomago de tanto reírme, pero
luego sus cosquillas se convirtieron en toqueteos descarados así que le dije Fabián que te está
pasando?? Quítate de encima, pero el no lo hiso lo que si hiso fue responderme

_ ¿Qué que me está pasando? – que no lo entiendes me gustas, ¿Por qué crees que no
soportaba al bobote de tu novio, o que no le ayude a ninguno de mis amigos? Ahhh porque me
encantas y no puedo sacarte de mi mente y no tolero ver que ningún tío con tigo.

Al oír esto quede en shock como podía ser que le gustaba a mi hermano, pero también un
cosquilleo recorrió desde mi estomago hasta mi cabeza, y sin darme cuenta me había empezado
a mojar, mi hermano por su parte me miraba como esperando una respuesta, y como no le
conteste quiso darme un beso, pero yo no se lo correspondí y un poco atontada le dije fabi
somos hermanos por favor!!

_ Pero peque… - peque nada y haciéndolo a un lado me retire a mi habitación. Decidí darme
una ducha para aclarar mi mente un poco, pero al entrar al baño me di cuenta que estaba
totalmente mojada no se si por el morbo de la situación o simplemente que en el fondo me
gustaba mi hermano…

Luego de ducharme y con la cabeza más relajada, llegue a la conclusión de que mi hermano era
muy guapo y que aunque me odiara por lo que había sentido, eso no lo podía evitar. No se,
sentía las típicas maripositas en el estomago al pensar en el , tal vez siempre me había gustado
solo que nunca lo había querido aceptar; así que me arregle me puse un vestido color blanco
muy pegadito que termina en tres capitas y que además tenia un gran escote que dejaba ver
muy bien mis pechos, luego Salí a hablar con mi hermano que estaba en su habitación, toque su
puerta al o que me respondió

_ pasa está abierto

_ hola Fabián

_ hola princesa que bien te vez!!

_ gracias, oye podemos hablar??..

_ claro nena ven siéntate - haciéndome un gesto con su mano para que me sentara en su
cama.

_ facho eres mi hermano y te quiero dime desde cuando sentís eso por mi??..

_ hay hermanita mi amor por ti empezó cuando tu tenias 16 y estábamos en la piscina de mis
tíos, al verte con tu traje de baño no pude evitar ver que estabas re buena y que ya no eras mi
hermanita menor si no que eras toda una mujer.

_ ump!! Y que si te dijera que tu también me gustas??..- le respondí,

_ sería el hombre más feliz del mundo

Y pude ver el brillo en sus ojos, esos ojos que siempre había envidiado y que ahora me volvían
loca y sin decir nada más se me acerco y me dio un beso en los labios al principio fue muy suave
y tierno pero a medida de que se lo correspondía se volvía mas apasionado.
Luego me tumbo en su cama se puso encima mío y empezó a recorrer mis piernas con sus
manos y aprovecho que llevaba vestido para tocar mis nalgas y mi conchita mientras me besaba
el cuello, yo me estaba volviendo loca estaba sumamente mojada, y sentí como mi hermano
apoyaba su bulto en mi entrepierna mientras con su mano me frotaba el clítoris y me besaba el
cuello, así que mis manos se deslizaron por su abdomen hasta lograr meterse en su pantalón y
para mi sorpresa mi hermanito no llevaba bóxer, así que me encontré directamente con su polla
la cual estaba supremamente dura, como mejor pude la tome con mi mano derecha a lo que mi
hermanito respondió con un gemido…

Luego de eso se me olvido todo y mi mente se centro en ese gran miembro, y haciendo que mi
hermanito se tumbara bocarriba en la cama empecé a hacerle una paja, la verdad tenía muy
poca experiencia ya que ah mi novio solo se lo había hecho un par de veces y no paso de allí.

la verdad ser la peque de la casa tenía sus desventajas, mis padres solo me permitieron tener
novio hasta los 17 y con eso de que tenia a mi hermano vigilándome no podía hacer mucho, y
con el que más llegue fue con Jonatán, a quien le llegue a hacer una paja un par de veces pero
nada más.

_ pero bueno continuando empecé a subir y bajar suavemente mi mano a lo que mi hermanito
respondía con grandes gemidos que me ponían mas caliente aun y sin pensarlo lo lleve a mi
boca su sabor era delicioso, intente meterlo todo pero no podía ya que era muy grande y
además nunca había tenido uno en mi boca, pero aun así empecé a subir y bajar suavemente
llegando a la cabeza y jugando con mi lengua luego bajaba y lamia hasta la base y jugueteaba
con sus bolas para luego subir nuevamente, hasta que lo metí casi por completo en mi boca y
empecé a saborearlo como una paleta luego sentí como la mano de mi hermano se posaba en
mi cabeza y empezaba a marcar el ritmo que a el le gustaba así transcurrieron unos minutos
hasta que escuche que Fabián me decía entre jadeos

_ uffffff que bien se siente tu lengua hermanita eres toodaa una profesional me encantas, no
sabes me imagiine este momento oohhhhhh me llevas al cieloooo oooohhhhh me corro Lore me
corro.

De pronto sentí como tensaba su cuerpo y su pene crecía en mi boca parecía que iba a estallar
hasta que sentí el sabor de su leche, trague toda la que pude pero mucha se me escapaba por
las comisuras de la boca y caían sobre mis tetas. Nunca antes había probado el semen ya que
me daba un poco de asco, pero con mi hermano fue distinto no se si fue por la calentura o el
morbo lo que si se fue que me encanto el sabor de su leche

Luego mi hermanito me dijo eres grandiosa y ahora te voy a demostrar que en esta familia
todos somos buenos para el sexo, dicho esto me dio un beso y empezó a bajar por mi cuello y
me incorporo para sacarme el vestid, luego mis braguitas y mi corpiño dejándome desnuda
completamente, empezó a besarme todo el cuerpo hasta que llego a mi conchita la cual estaba
encharcada por mis jugos y empezó a juguetear con su lengua limpiando y sorbiendo mis jugos
muy gustoso luego empezó a succionar mi clítoris yo estaba en el cielo y no paraba de gemir
hasta que sentí que uno de sus dedos empezaba ha abrirse paso atreves de mi conchita, pero
paro luego de unos momentos al igual que su boca yo solo levante la cabeza y le pregunte

_ pasa algo fabi?..

_ princesa eres virgen?. Me pregunto

Yo un poco apenada conteste que si moviendo la cabeza a lo que mi hermanito respondió

_ no quiero que tu primera vez sea así quiero que sea algo lindo y especial que nunca olvides
princesa pero lo que si no voy a hacer es dejarte así iniciada dicho esto siguió jugando con su
lengua hasta hacerme explotar en un gran orgasmo delicioso.

Continuara…

Gracias a todos por leer mi relato es la primera vez que escribo y no se que tal lo he hecho se
que me extendí un poco pero quería que supieran como empezó todo, agradezco que por favor
me dejen sus comentarios y me digan si quieren que continúe narrando mi historia chau un beso
a todos

La cabaña donde mi madre se convirtió en mi esposa


Girllover([email protected]) [ Amor filial ]
Fecha: 03-Abr-13
Accesos: 81.329
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 14 min. ]

Un viaje aburrido de vacaciones termina en una experiencia incestuosa sublime entre madre e
hijo.
Al fin he reunido el valor para contar lo sucedido hace unos años cuando mi madre y yo vivimos
una experiencia que paso de ser algo sombrío y desagradable a algo sublime y hermoso y que
ahora nos tiene más unidos que nunca.

Primero les contaré que mi nombre es Gerardo, en aquel entonces tenía yo 25 años, mi mamá
se llama Lourdes, o Lulú para los amigos, en esas fechas ella contaba con 46 años de edad. Ella
es una mujer bajita, no muy entrada en carnes, con un culo y unas tetas enormes y muy bonitas,
se le nota muy bien su cintura pues su cuerpo tiene esa silueta divina con forma de reloj de
arena.

Sin embargo en aquel entonces no me hubiera atrevido a hablar así de ella, ni por error.
Recuerdo que era el mes de Julio, cuando más calor hace. Estábamos de vacaciones en el sur
del país y decidimos visitar a unos tíos de mi mamá en provincia. Pasamos dos semanas con la
familia sin que nada extraordinario sucediera, de hecho fueron unas vacaciones harto aburridas.

Al fin íbamos de regreso a casa por la carretera, el calor era infernal y estúpido de mí, decidí
seguir el consejo que el tío de mi mamá nos dio al despedirnos de él y tomar un atajo por en
medio de la nada que supuestamente nos llevaría en menos tiempo a nuestro destino.
Posiblemente así hubiera sido de no ser porque el auto se arruinó a medio camino, al parecer el
calor sofocante amoló el radiador o algo por el estilo, la verdad mis conocimientos de mecánica
dejan mucho que desear hasta la fecha. Así que mi mamá y yo estábamos completamente solos
en medio de la nada, sobre un camino de terracería que no transitaba ni un alma.

El calor dejaba de ser un problema pues empezaba a atardecer y no podía dejar sola a mi madre
para ir a buscar ayuda, nuestra preocupación iba creciendo conforme se ocultaba el sol. No
sabíamos que podría pasar si pasábamos la noche en medio de ese camino olvidado.

De repente nuestra salvación apareció en forma de dos faros que se iban acercando a nuestra
ubicación. Más fue nuestro regocijo al ver que lo que se acercaba era una grúa. Hicimos mil
señas diferentes para que se detuviera la grúa, lo cual hizo sin titubear. Pude notar que en la
grúa iban 2 personas. En la ventana había una señora mayor, pelirroja y bastante llenita de unos
50 y pico de años. El que manejaba era un tipo pelirrojo también, que desde donde yo estaba se
veía que era un hombre bastante grande de tamaño.

La mujer se bajó de la grúa y nos saludó con mucha efusividad, se llamaba Penélope, pero nos
pidió que le dijéramos Penny. Se ofreció a remolcarnos hasta el siguiente pueblo, pero no
podrían llevarnos hoy pues era bastante tarde y era mejor manejar de día por esos rumbos. Así
que en lugar de eso, Penny nos ofreció alojarnos en su casa esa noche y llevarnos a primera
hora del día siguiente.

Mi mamá no cabía de la felicidad, repetía que estábamos salvados mientras íbamos en el auto
remolcado por el conductor que resultó ser el hijo de Penny. Sin embargo yo presentía algo malo
y estaba bastante inquieto y nervioso. Tendría que estar alerta.

Al llegar a casa descubrimos que el hijo de Penny no era hijo único, sino que tenía un gemelo
idéntico que estaba en la cabaña esperando. Ambos era unos verdaderos gorilas, cada uno
debía de medir por lo menos 2 metros y pesar como 150 kilos. Sin embargo también noté que no
hablaban para nada y de hecho parecía que tenían algún tipo de retraso mental.

Penny nos invitó a entrar, era la mujer más alegre del mundo, así que confiados entramos sin
saber que en esa cabaña nos pasarían las cosas más surrealistas y que no saldríamos de ella
sin sufrir una transformación en todos nuestros paradigmas.

Penny se puso a prepararnos una cena, que por cierto olía delicioso, y por más que mi mamá se
ofrecía a ayudar a preparar la comida, Penny la rechazó tajantemente diciendo que éramos
visitas y no debíamos intervenir en las labores del hogar.

Mi mamá estaba encantada, ni siquiera parecía intimidarse con la presencia de los dos gigantes
que no paraban de mirarla con la mirada extraviada y la boca abierta. Por pura educación no nos
atrevimos a preguntarle a Penny nada sobre ellos, pero cada vez más se notaba que estaban un
poco trastornados.

Penny sirvió al fin la cena, que tenía un sabor tan delicioso como olía, así como el agua de alfalfa
que preparó para refrescarnos. Sin embargo pude notar que el agua tenía un extraño sabor a
medicina, pero cuando quise hacer el comentario ya era tarde, mi mamá balbuceó unas palabras
justo antes de caer al piso completamente inconsciente, al querer levantarme a ayudarla me vino
un mareo y las piernas se me aflojaron como si fueran de chicle. No alcancé a decir nada cuando
todo se puso negro frente a mí.

Lo primero que recuerdo después de eso fue abrir los ojos y ver todo muy borroso, sin embargo
sentía una mano acariciándome el cabello. De inmediato reconocí la voz de Penny diciendo que
ya me estaba despertando. Me costó trabajo enfocar la mirada, pero en cuanto lo logré pude ver
que Penny estaba totalmente desnuda y sentada en mis piernas, yo también estaba totalmente
desnudo. Volteé a un lado y lo que vi me dejó helado. Sobre la mesa donde habían servido la
cena estaba mi madre boca abajo y completamente desnuda, atada de forma que sus rodillas y
su cintura estaban unidas y no podía separarlas, sus manos estaban atadas también a su
espalda y sus tobillos y rodillas estaban atados a una estructura hecha con tubos de metal que le
impedía cerrar las piernas y una mordaza “ball gag” en la boca que le impedía articular palabra.

Quise moverme, pero fue ahí donde descubrí que yo también estaba atado a la silla donde me
encontraba sentado. Mis pies y manos estaban completamente inmovilizados y no pude hacer
nada más que mirar el espectáculo que se me ofrecía.

Al lado de mi madre estaban los dos gorilas desnudos, con sus vergas tiesas y listas para violar
a mi madre, no me cabía duda de eso, me trate de librar desesperadamente, pero era inútil, las
ataduras estaban perfectamente hechas. Yo no estaba amordazado así que pude decirle a
Penny que liberara a mi madre de inmediato. Penny solo se rio, me dijo que no había otra opción
y que mejor aceptara mi destino. Entonces Penny hizo una señal y uno de sus hijos se paró
detrás de mi madre y la atravesó de un solo golpe con su verga. Mi madre quiso gritar pero la
mordaza solo le permitió soltar un terrible gemido de dolor. El gorila siguió violando a mi madre
frente a mis ojos, yo le gritaba que parara, que no fuera cobarde, pero él no escuchaba nada. Mi
madre solo lloraba y gemía. Tenía los ojos cerrados, no quería verme mientras la violaban, pero
al final se rindió, dejó de gemir y me volteó a ver, yo la miraba a los ojos, estupefacto de ver así a
mi madre.

El primer gorila terminó y se vino en la espalda y las manos de mi mamá, Penny llamó al
segundo hijo que repitió exactamente la operación que su otro hermano acababa de realizar.
Cuando él terminó también, mi madre ya no gemía, ni lloraba, estaba como resignada, incluso en
mi imaginación creía que a veces suspiraba de placer mientras la penetraban.

Penny me tomó por descuido y me sujeto la verga, que para mi sorpresa estaba totalmente tiesa.
No podía creer que el espectáculo de la violación de mi madre me hubiera excitado tanto, pero
no podía ocultarlo, ahí estaba mi miembro palpitante entre las manos de esa perversa mujer que
reía como satisfecha.

Entonces ella ordenó que me soltaran, sabía que si intentaba algo me iría muy mal en contra de
esos dos monstruos, así que al desatarme me quedé quieto. Penny me dijo que era mi turno y
señaló a mi madre. Yo no podía creer lo que me pedía, imaginé que quería que me la cogiera a
ella pero nunca a mi mamá ¿En serio esperaba que violara a mi madre como lo habían hecho
sus hijos? Creía que estaba loca, pero entonces fue cuando sacó una pistola de la alacena y la
apuntó contra mi mamá. Me dio a escoger, o la penetraba o la veía morir. Mi mamá volvió a llorar
y me miró a los ojos, pude ver que con la mirada me decía que aceptara, que no era mi culpa lo
que estaba pasando.

Entonces acepté, me coloqué detrás de mi mamá y me dispuse a cogérmela. No podía negarlo,


estaba sumamente excitado, mi verga palpitaba de emoción y algo muy dentro de mí me pedía
que lo hiciera, que follara a la mujer que me había parido y la hiciera mi mujer. Un pensamiento
fue el que me convenció de hacerlo. Mejor yo que la amo a esos gorilas que son menos que
animales.

Eso fue lo que pensé cuando le metí la verga a mi mamá, en ese momento Penny le quito la ball
gag pero mi madre se quedó callada, solo suspiraba cada vez que le empujaba mi miembro
hasta el fondo. Penny se paró detrás de mí y me acarició las nalgas y el pecho. Me decía que
era yo todo un macho, que hiciera lo que deben de hacer los machos y me cogiera a mi madre.
Yo obedecía, pero no lo hacía porque ella lo ordenara, sino porque en realidad me había dado
cuenta, deseaba mucho a mi madre.

Sentí que estaba a punto de venirme y se lo hice saber a Penny, esperando que me dijera que le
sacara la verga y me viniera en la espalda de mi madre, o tal vez quisiera que se los echara no a
mi madre, sino a ella. Pero me equivoqué, me dijo que me quedara adentro y que le echara toda
mi leche al coñito de mi mamá. Entonces mi mamá habló por fin, rogando que no fuera cruel, que
podría quedar embarazada. Pero Penny tomó nuevamente el arma de la mano de uno de sus
hijos y simplemente le ordenó con voz tranquila que se callase. Yo tuve que seguir las órdenes y
le eché toda mi leche adentro. Lo confieso, yo estaba emocionado y feliz por lo que había hecho,
y Penny lo notó, vio mi sonrisa y ella me sonrió.

Nos llevaron a un cuarto en el sótano de la cabaña. Era diminuto, medía alrededor de 2 metros
por 2, y solo tenía una plancha de metal para dormir y al lado otra habitación más pequeña con
un escusado y un lavabo. Mi mamá y yo estábamos desnudos, no había más que una sábana
que no era suficiente para soportar el frío que hacía allí abajo. Penny nos habló al otro lado de la
puerta. Nos dijo que todo tenía un precio, la comida, las cobijas y nuestra ropa y la libertad nos
costarían. La única forma de pago era depositando mi leche adentro de mi mamá, si no lo hacía
nos quedaríamos ahí muertos de frío y hambre. Se despidió y nos dijo que esa noche
tendríamos que dormir muy pegaditos para sentir algo de calor. Se fue riendo a carcajadas.

Pero tenía razón, sería imposible que yo me durmiera en el piso sin ropa y sin cobijas, así que
nos acomodamos los dos en la plancha y nos cubrimos como pudimos con la sabana. Yo estaba
nervioso y confundido, me acababa de coger a mi mamá, y ahora estaba desnudo con ella
dándome la espalda y pegándome su trasero a mi verga. Ese pensamiento tuvo el efecto lógico y
provocó que mi pene se pusiera nuevamente tieso, mi madre lo sintió de inmediato y saltó del
susto. Se dio la vuelta para estar frente a mí y me abrazó con fuerzas. Nos quedamos dormidos
entrelazados y desnudos. Ella no paraba de llorar.

Algo me despertó en la madrugada, sentía un cosquilleó entre las piernas que poco a poco
descubrí era la mano de mi mamá. Mi verga estaba totalmente tiesa y ella la estaba acariciando,
yo me hice como si siguiera dormido para ver hasta donde llegaba mi madre en ese momento.
Casi no me pude contener cuando sentí como me acercaba su coñito para rozarlo con mi verga,
pocos segundos después me vine y no pude seguir fingiendo que dormía. Mi madre me susurró
al oído que me amaba, que la perdonara por lo que había hecho, yo solamente le dije que estaba
bien, que lo hiciera más seguido, después nos volvimos a dormir, esta vez ella me dejo su culo
pegado a mi miembro.

Amaneció al día siguiente y nos despertó Penny que había entrado con una charola con comida,
detrás de ella estaban sus horrendos hijos para intimidarnos. Nos dijo que si queríamos comer
ya sabíamos que tendríamos que pagar de la forma indicada. Mi mamá aceptó primero y se
recostó boca arriba en la plancha, abrió las piernas para recibirme dentro de ella. Yo seguí su
ejemplo y me subí entre sus piernas, mi pene reaccionó en un segundo y ya estaba totalmente
duro como piedra. No me costó ningún trabajo penetrar a mi madre por segunda vez, ella estaba
bien húmeda y al sentirme dentro de ella me decía que “sí” y me pedía “más y más”. Yo estaba
súper excitado, tanto que no tardé mucho en deslecharme adentro de ella. Al momento en el que
me venía nos dimos un beso apasionado y después mientras le sacaba mi miembro lechoso le
dije que la amaba, ella me correspondió de la misma forma.

Penny tenía una sonrisa de oreja a oreja, nos felicitó y dijo que hacíamos una pareja muy tierna,
nos ganamos la comida de la mañana y del medio día así como un par de cobijas más gruesas,
pero amenazó con quitárnoslas si no me venía adentro de mi madre por lo menos una vez al día.

El día se nos hacía eterno, encerrados en ese cuarto diminuto, sin nada que hacer, mi madre y
yo nos mirábamos mucho y hablábamos poco. Por fin me animé y me senté a su lado sobre la
plancha. Le dije que no nos quedaba otra cosa que hacer más que acostumbrarnos a las locuras
de esta familia, y a falta de otra cosa que hacer distraernos con más sexo, pues al fin y al cabo
no sabíamos cuánto tiempo pasaríamos encerrados ahí.

Ella me dio la razón, tal vez nos estábamos volviendo locos, pero ahí, en esa situación era lo
más lógico que podíamos hacer. Esta vez ella se puso en 4 patas en el piso, sobre las cobijas
que recientemente nos habíamos ganado, me monté en ella y le hice el amor por tercera vez, y
sin necesidad de que Penny me lo ordenara me vine adentro de mi madre nuevamente.

Resulta que Penny no se perdía cada movimiento nuestro, al parecer tenía algún micrófono
escondido cerca porque sabía exactamente lo que hacíamos. En cuanto terminé de cogerme a
mi mamá, Penny entró satisfecha y para mi sorpresa estaba sola. No se veían a los gorilas por
ningún lado.

Nos dijo que quería platicar con nosotros, que fuéramos amables y la escucháramos. Aceptamos
pues sospechábamos que la resistencia era inútil y que cualquier desaire nos pondría en
números rojos con ella. Penny nos contó su historia. Ella siempre había vivido aislada del resto
de la sociedad, con sus padres, hermanos, tíos y primos. La cabaña donde estábamos era solo
una de sus propiedades de la familia que estaban regadas por todo el estado, pero todas igual
de aisladas que esa. En su familia eran normales dos cosas, que las hijas fueran vendidas como
ganado a cierta edad o en el “mejor” de los casos se usaban para perpetuar a la familia. Ella
había sido elegida por su propio padre para perpetuar sus genes y la había embarazado con los
dos hijos que tenía ahora. Para ella era un gran privilegio haber sido elegida para ser la esposa
de su padre, pues aparte del estatus de señora de la casa, era heredera de todo lo que su padre
tenía.

Su padre murió poco después de que nacieran sus hijos, pero ahí empezaban sus desgracias,
pues ella deseaba más que nada en el mundo embarazarse de ellos para así perpetuar su
familia incestuosa. Sin embargo ambos eran estériles, ya lo habían intentado todo, y nada había
resultado. Era obvio que para ella eso era desastroso, en todo el tiempo que habíamos estado
ahí, ella había estado jovial y efusiva, ahora estaba seria y al borde de las lágrimas. Nos decía
que su cuerpo estaba ya muy viejo y que jamás lograría preñarse de sus hijos. Pero a cambio
nos regalaría a nosotros, a mi madre y a mí el don que a ella le había sido negado. Tan fácil
como eso, dijo. En cuanto Lulú salga preñada ustedes se irán libres de aquí.

Entonces cambió su carácter de nuevo, se puso contenta y nos dijo que pusiéramos manos a la
obra. Se levantó y nos dejó solos. Mi madre y yo nos quedamos viendo mutuamente, la idea no
terminaba de encajar en nuestras mentes, era algo extraño que nos pidieran eso, pero
¿teníamos otra opción? Sin pensarlo yo tomé de la mano a mi madre y la acerqué a mi cuerpo
desnudo. El relato de Penny me puso nuevamente cachondo y volví a poseer a mi madre, una y
otra vez.

Pasaron varios días, semanas, y nuestra relación mejoro bastante. Penny nos daba cada vez
más privilegios, como una televisión y un reproductor de DVD y una gran colección de películas
pornográficas, principalmente de incesto. Nuestra ropa no regresó, pero sí bastante lencería para
mi mamá. Penny ponía todo de su parte para crear el ambiente ideal. Al final nos cambiaron a
una habitación más grande y con más muebles, pero igual cerrada bajo llave.

No pasaba un día sin que me viniera dentro de mi mamá, por lo menos dos veces, una en la
mañana y otra en la noche. Mi record fue de 8 veces en un solo día, aunque la verga me quedó
adolorida. Al cabo de casi tres semanas en cautiverio mi madre me dijo que ya hacía unos días
le debía de haber bajado la regla. Yo estaba feliz de escuchar eso y Penny lo estuvo aún más, de
inmediato mandó traer una prueba de embarazo y se la dio a mi mamá.

No cabía duda, mi madre estaba preñada de mí, de su propio hijo. Mi madre se abalanzó a mis
brazos y me besó con pasión mientras le escurrían lágrimas de los ojos. Yo no cabía de felicidad,
y no tenía palabras para describir como me sentía. Penny también estaba ahí al lado de nosotros
feliz de que nosotros tuviéramos ese regalo que a ella se le había negado.

Pasamos la noche haciendo el amor, mi mamá me pidió por primera vez que se la metiera por el
ano, ahora que ya no era necesario que me viniera en su coño. Casi no dormimos esa noche
haciendo el amor de mil formas distintas. Por fin pude venirme en su boca y en sus tetas.

Al amanecer descubrimos con asombro que la puerta de la habitación estaba abierta. Me asomé
yo primero y llamé a Penny, no obtuve respuesta. Subimos las escaleras y vimos que estaba
todo desierto, solo había un plato de comida en la mesa, nuestra ropa, las llaves del auto y una
hoja de papel con algo escrito. Era de Penny y decía.

“Mis adorados hijos, les doy mi más sincera bendición, gocen de este don maravilloso que es el
amor de madre e hijo, este amor llevado al plano erótico es el más bello que puede haber.
Cuiden a su bebé y ámenlo mucho. Les dejo comida, su ropa y el auto arreglado y con el tanque
lleno.

Los aman: Penny y sus muchachos”

Mi madre y yo sonreímos al mismo tiempo, entonces antes que nada, tomé a mi madre de la
cintura y la cargué sobre la mesa, le hice el amor una última vez sobre la mesa donde la hice
mía por primera vez. Al venirme dentro de ella le dije que era una pena que Penny no estuviera,
que me había quedado con las ganas de cogérmela a ella también. Mi madre soltó una
carcajada y me dijo que era un puerco. Desayunamos, nos vestimos y nos fuimos de la cabaña
con recuerdos mezclados. Pero satisfechos.

Nos costó mucho explicar nuestra desaparición, al final inventamos que conocimos a unas
personas en el camino y que nos invitaron a pasar una temporada con ellos y como no había
teléfonos no podíamos avisarle a nadie. En cierto modo fue eso lo que paso en realidad
omitiendo algunos detalles. A mi mamá le costó aún más explicar de dónde había salido el bebé
que esperaba. No le quedó más que admitir que había tenido una aventura en las vacaciones y
que lamentablemente el padre estaba ilocalizable. Esa era mitad verdad y mitad mentira.

Ahora mi madre y yo nos mudamos lejos de todos los que nos conocían, cambiamos de vida y
aunque seguimos siendo madre e hijo ante el mundo, en privado somos los amantes más
ardientes sobre la tierra y los padres más orgullosos y felices. Nuestra bebé nació sin
complicaciones, hasta ahora no nos decidimos a hacerle un hermanito, pero eso el tiempo lo
dirá. No puedo esperar a que mi nenita crezca un poco más para llevar a la pequeña “Penny” a
conocer la cabaña donde la concebimos y contarle la historia de cómo fue creada con el amor de
una madre y su hijo.
Misma sangre, mismo deseo
Luly [ Amor filial ]
Fecha: 16-Mar-13
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Tiempo estimado de lectura: [ 18 min. ]

Hola gente bonita para los que no me conoces me llamo Lucia me dicen Luly este relato habla de
cómo conocí a mi primo Agustín y como logre que se acostara conmigo cuando apenas me
faltaban tres meses para cumplir mis 15 añitos espero que lo disfruten.
Misma sangre, mismo deseo

Hace apenas dos años que nos conocemos porque la familia de mi papá no es muy unida,
entonces cuando me entere que tenía un primo enseguida busque su facebook para poder
conocerlo y fue grande mi sorpresa cuando vi sus fotos, mi primo era hermoso y todavía lo es
pero cuando comenzamos a charlar y a conocernos más, también me di cuenta lo divertido y
bueno que era conmigo. En tan poco tiempo llegue a tenerle mucha confianza y a contarle todos
mis secretos y él también me contaba sus problemas con su novia.

Soy rubia oscura, de pelo lacio hasta mitad de la espalda, ojos color entre miel y verdoso, tengo
un buen culo y un par de tetas que llaman mucho la atención, piernas bien formadas y largas,
muy flaquita, de pancita chata pronto con un pirsin en el ombligo, soy de tés clara y trato de tener
siempre mi vagina sin ningún pelo, en mis muñecas tengo tatuajes, uno tiene los nombres de mis
abuelos y otro el nombre de mi mamá y de mi papá de corazón (un hombre que me crio de
pequeña, aunque lo quiero mucho mi mamá ya no está con él sino con un tipo que no lo puedo
ver ni en fotos) en mi vestimenta soy algo descuidada, esto hace que viva paliando con mi mamá
porque quiere que use vestidos, minifalda y tacones hasta en invierno.

Debo decir que soy de carácter muy fuerte y que me enamoro fácil, no soy una nena caprichosa
porque no me dieron motivos para serlo, me gusta escuchar los problemas de la gente y
aconsejarlos, soy algo perezosa jaja, está bien, muy perezosa, me gusta tocar el bajo y también
estoy aprendiendo a manejar, en resumen… soy una típica adolescente perezosa, Rastone, que
no puede vivir sin su bajo ni su computadora.

Bueno hablemos un poco de mi primo… en realidad es el primo de mi papá, tiene el pelo algo
ondulado, morocho y sus ojos son de un color marrón oscuro, con una linda sonrisa amplia que
deja ver sus blancos dientes hermosísimos, tiene un buen cuerpo por trabaja todo el día en el
campo y lo que más me gusta de él es que es muy buena persona, siempre perdona a todos los
que le hacen daño, y al tener mucha plata por la quinta y sus campos esta algo rodeado de
gente falsa aunque había muchos que lo quieren por su bondad y amabilidad.

En ese tiempo yo andaba saliendo con un chico que me gustaba, se llamaba Juan, era muy alto
1,80 morocho ojos verdosos, era de verdad un sueño y mi primo ya estaba de novio hace dos
años con una chica llamada Roció, era rubia clara, tenía el cabello muy largo pero todo pajoso,
ojos miel, un poco más alta que yo (todos son más altos que yo apenas mido 1,63cm) aunque
era un palo vestido, la pobre no tenía ni culo ni pechos, además que tenia nariz de ganso. Nunca
pude entender como mi primo, un chico que podía tener a cualquier mina que quisiera, estaba
con esa inútil fea, pero bueno dicen que el amor es ciego ¿no? y mi primo sí que la amaba, se lo
demostraba siempre comprándole regalos, haciéndole poemas, llevándola a cenar y todas esas
cosas que hacen los novios.
En fin… un día estaba en el facebook y quise ponerle algo tierno en el muro de Juan porque
cumplíamos los dos meses y yo nunca le escribía nada lindo en el facebook, le puse algo como
“bonito mío, ya hace dos meses que estamos juntos y para mi fueron unos de los mejores, ojala
duremos muchísimo más… bla bla bla”, no los voy a aburrir con cursilerías.

Bueno, como a la media hora veo que tenía una solicitud de una chica llamada Araceli que no
conocía, pero había visto que a veces le publicaba cosas a Juan en su muro, por eso la acepte y
adivinen que paso… Juan hacia un mes que me engañaba con esta chica, luego cuando lo
vimos conectado hicimos una conversación y le hablamos las dos juntas.

Yo-Hola “amor” sabias conocí a una chica encantadora se llama Araceli ¿la conoces?-

Juan-No la conozco, nose de quien hablas…-

Araceli-¿Ahora no me conoces Juan? Me parece que te olvidaste que ayer estuviste en mi casa
y más importante aun en mi cama-

Yo-¿Por qué lo hiciste? Sabias que yo te quería y me lo pagas metiéndome los cuernos-

Juan-Nose quién eres tú, mi novia es Araceli- Estas palabras fueron como una estaca en mi
corazón, estuvimos dos meses de novio, viéndonos y aunque no hacíamos nada más que
darnos besos y algunas caricias yo lo quería, y ahora ese hijo de puta lo negaba, si lo hubiera
tenido cerca de seguro lo hubiera matado de la bronca que tenia, pero lamentablemente
estábamos hablando por chat.

Yo-ERES UN MALDITO MENTIROSO, ME DAS ASCO IDIOTA OLVIDATE DE MI PARA


SIEMPRE-

Juan-Vete no me importa puedo estar con quien yo quiera-

Araceli-No le hables así, solo eres un pobre imbécil- Y las dos lo borramos el facebook pero yo
me sentía realmente mal por confiar en esa basura que aunque no fue mi primer novio me
rompió el corazón, por suerte Araceli era muy cariñosa y me daba palabras de aliento, también
me pedía perdón mil veces por lo sucedido, aunque yo sabía que ella no tenía la culpa de nada
porque también había sido engañada como yo.

Al día siguiente me encontraba un poco mejor y cuando me conecte el facebook me encontré


con mi primo conectado y decidí hablarle para saber cómo le estaba yendo en su vida, ya que
hace mucho que no lo veía.

-Hola primito ¿Cómo estás?-

-Hola primita hermosa, ando un poco mejor ahora que me hablaste- Mi primo siempre fue
cariñoso conmigo y a la vez algo celoso, me trataba como a una niña pequeña.

-¿Qué paso primito? No me digas que la Ro fea esa te hiso algo-

-No le digas así, sabes que me molesta-

-Lo siento primito-

-No importa, no puedo enojarme contigo-

-Porque me quieres mucho… pero no me contestaste ¿te hiso algo la Ro fea?-

-Si lindurita, me engaño con su ex y luego me dijo que quería volver con él, no sabes lo mal que
la estoy pasando- Era de esperarse la novia de mi primo siempre lo engañaba o se iba con
alguno y cuando se aburría volvía arrepentida a los brazos de mi primo, y el muy tonto la
perdonaba.

-Uuh primo yo sabía que era una puta, no quiero que vuelvas mas con ella, siempre te lastima
además que es feísima y tú te mereces alguien mejor, eres lindo y muy tierno cualquier chica
estaría contigo si se lo pidieses-

-¿Hasta tu?- Me quede sorprendida con esta pregunta, no sabía muy bien que contestar hasta
que por fin pensé que decir la verdad sería lo mejor.

-Si primo, hasta yo andaría contigo… si no fuera tú prima obvio jeje-

-Yo también andaría contigo sin pensarlo hermosa, dime ¿Qué tal el novio?- Ya me había
olvidado lo que había pasado con Juan, por eso me gustaba hablar con mi primo él me hacia
olvidar de todos mis problemas. Le conté todo lo que había pasado con él aunque omití algunos
detalles innecesarios.

-Bueno como veras primo a mí tampoco me fue muy bien con eso de los novios-

-Pobrecita mi pequeña no te mereces sufrir así, cuando vea a ese gil lo mato-

-No primo, déjalo así, no quiero más problemas por fis-

-Está bien princesa pero siempre recuerda que no debes llorar por ningún hombre, vos sos una
chica muy dulce y tierna, no dejes que nadie te saque eso-

-Eso no es cierto soy fea e insoportable Jaja- Bromee

-No eres para nada fea, ¿piensas que no me di cuenta como se te quedan mirando los hombres
cuando pasas cerca de ellos? Prima tienes una cara angelical y un cuerpo que cualquier hombre
desearía, hasta yo-Pensar que mi primo deseaba mi cuerpo me hiso excitar mucho y a la vez
sentirme algo culpable por eso.

-Primo tú también eres muy lindo y la verdad es que… si no fueras mi primo estaría contigo sin
pensarlo-

-A mi gana no me falta bombón… Este finde no tengo nada que hacer ¿quieres que te pase a
buscar y miremos unas películas en mi casa hermosa? Así nos distraemos un poco y charlamos
más cómodos hace mucho que no nos vemos-

-Está bien primo pasa por mí el sábado a las doce de la medianoche-

-OK cielito me tengo que ir un beso mi princesa te quiero-

-Yo te quiero más bye primo- Estaba muy contenta después de tanto tiempo por fin iba a ver a mi
primo, tenía muchas cosas que contarle.

Estuve un rato mas con la computadora hasta que vi que se iban a ser las once de la noche,
entonces tome una ducha rápida lavando bien mi vagina sin pelos y cuando salí me seque bien
todo el cuerpo poniéndome crema y me puse a cepillar mi lago cabello. Me fui hasta mi pieza
envuelta en la toalla a elegir que ponerme, tome una tanguita muy finita blanca con líneas negras
muy chiquita y un corpiño de encaje. Estuve como quince minutos probándome ropa, hasta que
me decidí por unos sheans bien apretados que me hacia destacar más aun mi gran culo y una
remera que hacia también función de camisa, algo holgada que se ataba adelante. Deje unos
cuantos botones abiertos para que me quedara un buen escote, una vez que termine de
ponerme unas botitas y haberme colocado perfume, me dispuse a esperar mientras mirando
televisión. No pasaron ni 5 segundos que mi primo ya estaba en la puerta de mi casa, me puse la
campera ya que hacía mucho frio y me subí a su auto donde él estaba esperándome.

- Hola primita que linda estas hoy- Me fije en mi primo y la verdad estaba muy lindo también,
tenia puesta una camisa celeste y unos vaqueros rasgados.

-Hola primo mío, tu también estas muy bonito- Le dije sonriendo tiernamente

-A veces hay que arreglarse un poco, más cuando una chica tan linda como vos me viene a
visitar- Mi primo arranco el auto y nos fuimos para su casa hablando de tonterías que se nos
ocurrían.

La casa de mi primo en realidad es como dos casas, la más grande es donde viven mis tíos y mi
primo mas grande, el otro solo consta de tres habitaciones y un pasillo, la cocina comedor, en el
pasillo un baño y seguido la pieza de mí primo. Al lado de la pieza se encuentra la pieza de mi
tíos que no los pude saludar porque ya estaban acostados. Cuando nos metimos a la cocina
comedor pude escuchar que la tele de la pieza de mi primo estaba prendida.

-Primito ¿hay alguien en tu pieza?- Le pregunte asomándome un poco por el pasillo pero la
puerta estaba cerrada.

-Debe ser el rompe pelotas de Daniel que le dije que se fuera ya a su casa pero se nota que ni
me escucho- el chico del que hablaba mi primo era uno de sus mejores amigos prácticamente
vivían juntos aunque no era precisamente el chico más lindo del mundo Daniel no está nada mal.
Es alto como mi primo y casi tan grande como él, tiene el pelo lacio con un flequillo de costado,
rubio ojos marrón oscuro, es un chico muy agradable, se la pasa haciendo bromas y riéndose
por todo.

-¿Podemos ir a saludarlo?- Le dije a mi primo con una carita de ángel que sabía que no se iba a
poder resistir.

-Está bien pequeña- Nos dirigimos a la habitación donde estaba Daniel recostado en la cama de
dos plazas mirando tele, al verme entrar se acomodo un poco quedado sentado con la espalda
apoyada al cabecero de la cama.

-Hola Luly cuanto tiempo sin verte, estas preciosa- Me dijo recorriendo todo mi cuerpo con sus
ojos, esto hiso que me sonrojara un poco porque mi primo se podía dar cuenta de cómo me
miraba su amigo.

-Hola Dani, gracias tu también estas bonito- le conteste con un sonrisa, mirando de reojo a mi
primo que por su cara parecía molesto.

-Vengan chicos recuéstense y miremos una peli- Dijo Dani sin prestar atención a mi primo.

-No me parece buena idea, mejor vete a tu casa- Le contesto mi primo con un tono que mostraba
visiblemente que si estaba molesto.

-BAH, no seas aburrido Agus miremos la película y me iré... ¿Dale?- Dani le hiso un puchero a
mi primo que hiso que yo soltara una leve risita sin poder contenerla.

-De acuerdo, pero luego te vas sino te hecho a patadas- Al oír que mi primo estaba de acuerdo
me saque la campera y las botas para recostarme a lado de Daniel. Mi primo hiso lo mismo
acostándose al lado mío, quedando yo al medio de los dos chicos.

Cuando me saque la campera y deje al descubierto mi escote y pude notar como Daniel me
miraba fijamente los pechos con una sonrisa de lado, en su rostro se podía notar deseo.

-Primita un poco más y se te sale las tetas de la remera, pareces una exhibicionista- Las
palabras de mi primo me molestaron mucho pero justo cuando estaba por defenderme Daniel
hablo por mí.

-Déjala de molestar, yo creo que esta hermosa- Agus lo miro con unos ojos matadores que me
dieron algo de miedo pero Dani ni se fijo en él y dirigiéndose a mi me dijo – Tu no le hagas caso
es que hace mucho que no la pone y anda un poco gruñón- Me guiño el ojo y yo no pude evitar
largar una carcajada, pero me calle de inmediato cuando vi como Agus se abalanzo arriba de él
para golpearlo. Por suerte pude meterme en el medio antes de que empezaran a pelear.

-Primo ¿Cómo se te ocurre golpearlo solo porque te hiso una broma?... y tu- me dirigí a Daniel-
no bromees con eso… si siguen peleando me iré a mi casa ¿está bien?- Dani dijo un leve si y
Agus asintió con la cabeza. Nos acostamos bajo las frazadas porque teníamos mucho frio y
vimos en silencio la película que era algo porno y yo ya me estaba calentando con las imágenes.

-Mira la película que elegiste Daniel, tu siempre con el porno en la cabeza- le dijo mi primo algo
enojado.

-No es nada del otro mundo, no creo que tu primita sea virgen- Me puse roja como un tomate
cuando escuche las palabras de Dani.

-¿Cómo sabes que no es virgen?-Dijo mi primo muy molesto sentándose un poco, yo solo quería
desaparecer de ahí lo más pronto posible.

-Mira el cuerpo que tiene, es muy bella, es obvio que algún chico no se resistió y ya la probo…
además…-Hubo un silencio incomodo hasta que Daniel continuo- Mientras mirábamos la película
estaba tocándose bajo las frazadas… ¿verdad?- Me miraba con una sonrisa traviesa, era
verdad, durante la película había estado tocándome pero no quería que mi primo se enterase.

-No, no es verdad, no mientas Dani-Mi primo me miraba desconfiado y enojado.

-No es verdad... solo bromeaba jaja lo siento, estaba aburrido y quería que Agustín se enojara-
Agustín suspiro resignado y me volvió a sonreír, yo mentalmente le di las gracias a Dani por no
delatarme.

El resto de la película la vimos en silencio solo que cada vez que pasaba una parte caliente Dani
me acariciaba la panza o hasta mi muslo disimuladamente para que mi primo no se diera cuenta,
yo ya me estaba poniendo cachonda, no podía evitar respirar con dificultad. De pronto no pude
evitar un pequeño gemido cuando Dani me agarro con fuerza mi pecho, Agus me miro con
temor en sus ojos y puso una mano en mi frente.

-Tienes las mejillas coloradas y estas ardiendo pequeña, de seguro tienes fiebre. Quédate aquí
iré a buscar un paño húmedo para ponerlo en tu cabeza- Agus salió rápidamente de la pieza
cerrando la puerta fue a buscar un paño en la cocina.

-Al fin nos dejo solos tu guardaespaldas- Dani se puso encima de mí y metió sus manos bajo mi
corpiño.

-Mmmm Dani para, puede venir mi primo- Estaba muy caliente quería que me cogiera en ese
mismo momento pero si nos veía mi primo se nos iba a armar un gran lio.

-No pasa nada linda va a tardar un poco tiene que ir a buscar agua a la otra casa, aquí se la
cortaron porque el muy bobo se olvido de pagarla– Él me saco la remera y me desabrocho el
corpiño dejando mis tetas expuestas con mis pezones duritos. Los masajeaba y los mordía, yo
cerré los ojos para sentir más aun las sensaciones.

-Aaahh- pegue un gritito cuando sentí un inmenso dolor en mi teta izquierda, cuando abrí los ojos
vi que Agus estaba en la habitación y le había pegado una piña a Dani que por la fuerza del
golpe me mordió fuerte el pezón –Auch- Exclame.

-¿Qué haces imbécil? casi me sacas la mandíbula de lugar- Le grito Dani tocándose la boca con
una expresión de dolor en su cara.

-Vete de mi casa Daniel si no quieres que te mate y si te vuelvo a ver con mi prima te juro que la
pagaras caro- Dani miro serio a mi primo y vio que no bromeaba, se puso las zapatillas y se
apresuro a irse de la casa.

Yo intentaba tapar mis pechos con la frazada mientras buscaba mi ropa, me ardía horrores mi
pezón y estaba sangrando un poquito. Levante la vista hacia mi primo que se me acerco con los
ojos clavados en los míos escupiendo unas palabras con bronca.

-Creo que no era fiebre lo que tenias, sino que te habías calentado con MI MEJOR AMIGO- las
últimas palabras las dijo casi gritando y con mucho mas enojo- Pensé que eras diferente a las
otras minas PRIMITA pero eres igual de PUTA que todas- Yo no pude evitar largarme a llorar,
sentía todo el odio de mi primo y pensé que también me iba a echar de su casa.

-Perdona primo perdón no te enojes soy una tonta me deje llevar- El agarro con fuerza mi teta
izquierda y apretó mi adolorido pezón –AAAaahh duele primo suéltame- Lo mire con los ojos
llorosos, mi mirada pedía perdón pero la de él seguía reflejando puro odio. Entonces sin pensarlo
me abalancé a él y le di un fuerte abrazo haciendo que nuestros cuerpos se pegaran contra el
otro, empecé a darle suaves besitos en el cachete, luego en la pera y nos miramos un rato en
silencio hasta que me anime y junte mis labios con los suyos, nos devorábamos la boca con
lujuria y peleábamos para ver quien podía meter más la lengua en la boca del otro, pero en un
momento se separo de mí y me miro sonriendo con dulzura como antes.

-Ya estas perdonada princesa- me paso su mano por mi pezón haciéndome dar un gritito de
dolor-te voy a curar esa lastimadura- agarro el paño húmedo que había traído antes y me lo paso
suavemente por mi pezón haciéndome dar un respingón, luego agarro un pote de crema y
poniéndose un poco en el dedo me dijo –Esto te ardera al principio pero intenta aguantar
hermosa, veras como luego no te duele más- Y haciendo movimientos circulares coloco la
crema, soplando un poco para aliviar el ardor.

-Gracias primito- y le di otro beso en la boca. Él empezó a morderé y besarme el cuello


haciéndome gemir como perra en celo –Shhh prima nos pueden escuchar mis papás acuérdate
que su habitación está al lado de esta hermosa- Luego bajo a mis pechos y me deposito un
suave beso en mi pezón lastimado.

Empezó a chupar con fuerza mis tetas hasta que una de sus manos bajó a mi pantalón,
tocándome el culo sobre la tela, yo le saque despacio la remera dándole pequeños besitos en su
bien formado pecho.

-Aaahh primito estoy muy caliente- no sentía remordimiento, lo único que podía sentir era morbo
porque estábamos manoseándonos y en la otra habitación estaban mis tíos pero eso me
excitaba mucho más aun.

De pronto mi primo empezó a sacarme mi pantalón mientras dejaba un recorrido de besos desde
mis pechos hasta mi ombligo. Por instinto abrí mis piernas y le di paso a que siguiera su
recorrido al lugar tan deseado por los dos, me empezó a dar lamidas en mi clítoris que ya estaba
muy hinchado.
-Mmmm bebita estas realmente mojada- froto con sus dedos mi chochito húmedo –Vamos a
comprobar si mi dulce primita aun es virgen pero por lo que eh visto de virgen no tiene nada-
Mientras decía esto me metió fuerte dos dedos que resbalaron sin problema en mi interior.

-Aaahh primo no, no soy virgen, dame duro- Dije conteniendo unos gemidos de placer.

-Ya lo veo princesa, ¿a qué edad te desvirgaron?- me puse algo roja por esa pregunta.

-A los catarse años y seis meses primo-

-Mmmm ósea que todavía no eres del todo experta ¿no?-

-No- dije en un susurro- hay muchas cosas que aun no eh hecho- Mi primo frunció el seño y me
dijo algo que no me esperaba.

-Estas siendo muy egoísta primita- me dijo sin dejar de chuparme mi clítoris- ¿no crees?-Yo no
entendía a que se refería con eso y lo mire algo descolocada.

-¿A qué te refieres con egoísta?- dije algo extrañada.

-Tu sola estas disfrutando ¿Qué hay de mi amiguito? Mira como esta, el también quiere atención-
Baje un poco la vista a su pantalón y pude notar un gran bulto que sobresalía, ahora entendía a
que se refería. Le sonreí angelicalmente y con una cara de niña buena le dije.

-¿Qué atención quiere tu amiguito? Se la daré gustosa-

-Valla que si eres puta jaja- Que mi primo me llamara puta hiso que me excitara más aun-
¿Alguna vez has hecho un 69?- Como respuesta negué con la cabeza y mi primo puso una
sonrisa picara –Pues ahora sabrás lo que se siente-

Mi primo se saco toda la ropa que le quedaba quedando completamente desnudo ante mis ojos,
tenía un buen pene, el grosor era normal pero lo compensaba su largor, me encantaba y ya
quería sentirlo en mi vagina húmeda. Me subí arriba de él como había visto en películas porno
con mi vagina expuesta para su boca, agarre su pene con una mano y empecé a chuparle la
cabeza mientras movía suavemente la mano y con la otra tocaba sus huevos.

-MUY BIEN PUTITA MIA, LO ESTAS HACIENDO GENIAL- mi primo metía su lengua a más no
poder en el interior de mi coñito haciendo estremecer de placer.

Pase la lengua por el largo de la verga hasta los huevo donde me los metí uno a uno enteros en
mi boca, luego de nuevo mi lengua recorrió el tronco pero esta vez yendo hacia su cabeza para
meter todo lo que podía su verga en mi boca, intentaba meterla enterita pero era tan larga que
me hacia un poco de daño. Agus me masturbaba con dos dedos sacándolos y metiéndolos,
mientras con su otra mano apretaba y agarraba mi clítoris.

-Oohh prima me voy a correr- Yo apresure mas mis lamidas, pero Agus me hiso a un lado sin
dejarme sacar su verga de mi boca, me agarro de la nuca y me empujo más aun hacia su verga
asiendo que me la comiera enterita por unos segundos, hasta que la saco bruscamente y
empezó a despedir semen por todos lados derramando la mayoría en mi cuello y en mis pechos.

-¿Te gusto primo?- Pregunte con una gran sonrisal sin molestarme en limpiar el semen de mi
pecho, aunque yo todavía no había acabado estaba muy satisfecha con mi “trabajo”.

-Uff valla que si prima, mira nomas todo el semen que eh derramado- Con un dedo junte un poco
y lo lleve a mi boca chupándolo sensualmente, volviendo loco a mi primo- Se me va a parar de
nuevo de solo verte. Ven te llevo hasta el baño así te limpias un poco-
Ya en el baño el me ayudo a limpiarme entre besos y caricias y luego nos volvimos a acostar en
la cama los dos desnudos y abrazados. Cuando nos quedamos callados pudimos escuchar que
en la pieza de al lado se escuchaba una televisión prendida, seguro eran mis tíos viendo tele
pero en eso escuchamos jadeos y gemidos casi inaudibles, yo mire a mi primo y largamos una
leve risita, mis tíos si que se estaban divirtiendo.

De pronto sentí como mi primo volvía a meterme un dedo en mi vagina y chupaba mis pezones,
estire mi mano bajo las sabanas y palpe el erecto pene. Empecé a tocarlo y a hacerle una buena
paja, con lo lubricada que estaba de mis jugos mi primo pudo lograr meter tres dedos en mi
interior haciéndome gemir fuertemente.

-Shhh mis papás están despiertos y si sigues gritando así pueden descubrirnos- Me dijo sin dejar
de tocarme

-Entonces deja de tocarme porfavor- Mi primo sonrió acelerando sus movimientos, yo me mordía
fuerte el labio pero no servía de nada, no podía ahogar mis gemidos, hasta que sentí algo en mi
boca.

-Chúpalo pero no me muerdas eehh- Agus me había puesto un dedo en mi boca y sin pensarlo
más lo chupe como si fuera su verga pasándole la lengua y devorándomelo todo. Sus carias no
cesaban y yo ya estaba a punto de correrme en su mano.

-Me corre Agus me corro- Gemí desesperada.

-Si hermosa dame tus jugos, córrete en mis manos putita mía- No aguante mas la excitación y
me derretí en su mano pegando un gran grito que si no fuera porque Agus me tapo la boca con
su mano libre se hubiera escuchado en toda la casa. Cuando me fije en el pude ver como
saboreaba mis jugos de sus dedos, esa imagen me encanto.

Aunque el orgasmo fue brutal no odia evitar seguir cachonda. Nos seguimos besando y
acariciando los dos con una gran sonrisa en el rostro, pero de pronto mi primo se me acerco al
oído y suavemente mordiéndome la oreja me dijo –Ahora te cogeré hasta que me supliques que
pare primita mía-

Continuara…

Hola gente lamento cortar el relato en esta parte pero se estaba haciendo demasiado largo,
espero que les allá gustado y que comenten si tienen alguna sugerencia o duda

BESOS Y ABRAZOS A TODOS


Marina llega borracha
calisto([email protected]) [ Amor filial ]
Fecha: 28-Feb-13
Accesos: 62.570
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Tiempo estimado de lectura: [ 4 min. ]

Marina, mi madrastra, llega borracha de una cena de empresa


Años después de la muerte de mí madre, mi padre se había casado con Marina de treintaicinco
años, cinco años menos que él. Yo estaba a punto de llegar a la mayoría de edad, mi padre era
camionero y se pasaba casi toda la semana fuera de casa, solo pasaba con nosotros los fines de
semana en casa. Marina y mi padre deseaban con todas sus fuerzas tener otro hijo, para eso los
días que se encontraba en casa, aprovechaban cualquier momento para tener relaciones.

Desde mi cuarto los escuchaba hacer el amor, oiga la cama crujir, los golpes del cabecero contra
la pared y a ella gemir. Después de casi un año, nada, ella no se quedaba embarazada y la
pobre se iba desesperando, “se me va a pasar el arroz” decía cada vez más apesadumbrada.
Una noche que mi padre estaba de viaje, ella quedó con sus amigas para ir a una cena con sus
compañeras de trabajo para celebrar no se qué. Mi padre no se opuso, ya que a ella solo irían
las empleadas y un par de “chicos”, que según decía Marina, “no eran peligrosos” y guiñaba un
ojo.

Ya era más de la una de la madrugada, cuando oí que un coche paraba enfrente del adosado
donde vivimos. Me asome y vi un taxi, de el salieron cuatro mujeres a cual más borracha y
haciendo un escándalo que lo oyeron en todo el vecindario. Salí corriendo para abrir la puerta de
la calle, cuando las mujeres me vieron empezaron a silbar. Algunas luces se encendieron en las
casas vecinas y alguien grito para que nos callásemos.

- Mira que tío mas bueno nos sale a recibir, Guapo dame un achuchón.

- Dejadle, zorras, dijo Marina con voz pastosa, es joven para vosotras.

- Shhh, callaros ¡joder!, qué vais a despertar a todo el barrio, dije.

- Bueno ahí te la dejamos, a ver qué hacéis. Y empezaron a reírse todas como locas.

Yo cogí a Marina, y con mucho trabajo la introduje en casa, la tumbe en una silla para poder
cerrar la puerta. Cuando volví, vi que se acababa de vomitar.

- Ay qué mala estoy, me va a estallar la cabeza

- Ahora quéjate, si no hubieras bebido tanto…

- Llévame a la cama, cariño

- Antes tienes que ducharte, para que se te quite el pestazo.


La prepare la ducha, y la metí vestida. Ella se quejaba, la ropa se le pego a su cuerpo. La
camisa blanca se le transparentaba y dejaba ver un sostén blanco que a su vez dejaba entrever
unos pezones oscuros. Ella empezó a desnudarse, y tuve que ayudarla porque ella sola no
podía, se quedo con el sostén, las braguitas y los pantis negros pegados a sus muslos.

- Tengo ganas de hacer pis, me dijo

- Espera que te llevo a la taza

- No, no aquí. Ayúdame.

Yo lo hice, procurando no mirar. Pero no pude evitarlo, tenía el coño rasurado y el tatuaje de un
corderito en la ingle. Después de enjabonarla y aclararla, la seque con la toalla, y la lleve a su
alcoba. Allí la tumbe en la cama, la quité la toalla en la que estaba envuelta. Estaba desnuda
sobre las sabanas, cuando fui a taparla un impulso me hizo no hacerlo y me quede extasiado
viéndola, estaba dormida profundamente. En ese momento tuve un impulso incontrolable, me
puse a sus pies y besándola los muslos fui lentamente subiendo hasta su coño. La abrí las
piernas, ella no se resistía. Empecé a lamerle el coño y ella daba unos pequeños gemidos, seguí
hasta sus pechos y se los chupe, viendo que no se despertaba, me envalentone y poniéndome
sobre ella, lentamente la penetre.

Yo bombeaba despacio, intentando que no se despertara. Ella seguía dormida, pero aun así
daba gemidos. Como veía que no se despertaba, fui aumentando el ritmo y la fuerza de las
embestidas, yo resoplaba por el esfuerzo. El ruido de la cama que tantas veces había oído
desde mi alcoba, ahora era yo el que lo producía con mis embestidas, y eso me producía una
mayor excitación. Ella tuvo un orgasmo, pero no se llego a despertar. Yo estuve un rato mas
bombeando hasta que con un ronquido me corrí dentro de ella. Me quede a su vera sudoroso,
recuperando el aliento. Entonces con una toallita la limpie lo mejor que pude los restos de semen
de su vagina.

Al dia siguiente, se levanto a las tantas, yo estaba temeroso que recordara algo de lo sucedido
esa noche. Pero no, ella no dijo ni hizo nada que diera a entender tal cosa. Pasado un mes y
medio de aquella noche, Marina vino toda feliz y exultante, nos reunió a mi padre y a mí en el
salón.

- Vengo del médico, estoy embarazada.

- Amor mío, dijo mi padre abrazándola y besándola apasionadamente, soy muy feliz

- Felicidades Marina, dije abrazándola y la bese.

- Esto hay que celebrarlo, dijo mi padre voy a por una botella de vino.

Cuando mi padre fue a la cocina a por el vino, Marina se acerco a mí y dándome un fuerte beso
me dijo:

- Muchas gracias, cariño. Me has hecho la mujer más feliz del mundo.
Chantaje a mi prima Diana
ronny([email protected]) [ Amor filial ]
Fecha: 28-Feb-13
Accesos: 36.999
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 16 min. ]

Luego de encontrar unas fotos comprometedoras de mi prima Diana en la memoria de su


cámara me hace descubrir un nuevo sentimiento en mi interior hacia ella, el cual me obliga ha
hacer cosas impensadas, aunque me averguence decirlo la chantajeé para que tenga sexo
conmigo
Chantaje a mi prima Diana

Todo comenzó cuando fui de visita a casa de una tía muy cercana, hermana de mi padre.
Mientras platicábamos, salió a la luz en la conversación que su pequeño niño, en una de sus
travesuras había borrado todas las fotos de su cámara digital de su viaje a Máncora, una de las
playas más hermosas del país. Ella estaba disgustada con él, resignada a no guardar ningún
recuerdo de su encantador paseo familiar. Recordé que en mi pc tenía un programa para
recuperar datos borrados.

-No te preocupes tía en mi compu tengo un programa para recuperar información.

-¿En serio?-dijo emocionada.

-Por supuesto tía-respondí-solo tienes que darme la memoria de tu cámara digital.

Ella accedió y me la entregó. Cuando se hizo tarde me disculpe con ella y me marché a casa,
prometiendo que al día siguiente le entregaría las fotos en un USB.

El viaje a casa fue largo, hubo mucho tráfico en la autopista, finalmente llegue a casa pasada la
medianoche. Muy cansado me dirigí a la pc a recuperar la información. Después de esperar
como cuarenta minutos mientras procesaba la máquina finalmente recuperó los datos de la
memoria. Con mucho sueño me puse a observar las fotos, eran muchísimas, el programa
recuperó todas las fotos desde la vida útil de la memoria.
Me puse a mirar las fotos, como estaba cansado lo hice rápido, hasta que al fin llegué a las de su
viaje, en muchas se podía apreciar a toda la familia en la playa, en otras solo estaba Diana, la
hija de mi tía, mi prima, estaba en bikini, se veía preciosa posando para la cámara, seguí
pasando las fotos, había más de ella, en distintas posiciones, en unas se podía observar su
culito, en otras sus senos bien paraditos, me quedé embobado viendo las fotos de mi prima, sin
querer queriendo me estaba gustando mi prima Diana, y no es que antes no me gustara lo que
pasaba era que la veía con otros ojos, la veía bonita y nada más, pero al verla así, en bikini otros
sentimientos se estaban apoderando de mí.

Separé las fotos del viaje y continué mirando las demás fotos que se recuperaron tratando de
buscar fotos de Diana, el sueño se me había ido al mirar a mi prima. La lista de fotos era
inmensa, tenía fotos que se había tomado en el baño, en la universidad, en su casa, en fin eran
muchas. Yo sabía que mi prima era una chica recatada, a sus dieciocho años solo se le conoció
un solo novio, con el cual ya tenían casi tres años de relación, y como toda chica de su casa le
gustaba tener una buena reputación.

Seguía mirando las fotos hasta que me encontré una que me sorprendió, ella traía puesto un
pequeño top y un cachetero, ella misma se había tomado la foto mandando un beso a la cámara.
Esa foto me puso a mil por hora, continué mirando las fotos, en ellas había seis más con la
misma vestimenta, solo que con distintas posiciones, la que más me sorprendió fue una en la
que estaba encima de su cama a cuatro patas como una perrita. Me calentó mucho, pues ver
esas fotos sabiendo que ella era una chica muy recatada y más aun sabiendo que esa nena era
mi prima me ponía mucho.

Continué observando las fotos hasta que me detuve en una que me dejo helado, mi dulce y
tierna prima estaba con un consolador en la mano dándole un beso a la puntita del falo. Les juro
que si me lo hubiesen contado no lo hubiera creído pero era ella, era Diana la que estaba en esa
foto, continúe con mi búsqueda y encontré otra en la que estaba desnuda, esa fue la gota que
derramo el vaso, no lo podía creer, tenía una foto donde mi prima estaba como dios la trajo al
mundo, tenía unas tetitas preciosas, y ni que decir de su cintura era espectacular, en general
toda su figura era magnifica, la foto era de cuerpo entero, se había hecho dos coletas a los
costados como si fuera una niña, se veía exquisita, su piel clara combinada con sus ojos
marrones y sus cabellos castaños las hacían ver espectacular, estaba en un sueño. Continué
mirando más fotos, en más de diez ella estaba desnuda y en otras tres traía en la mano el
consolador que antes la había visto. La última foto fue sin duda la mejor de todas, en ella se
podía apreciar a Dianita con las piernas abiertas y en su cosita tenía incrustado ese juguetito
color piel en lo más profundo de su ser, su rostro lucía coqueto como simulando que le gustaba
lo que traía entre las piernas.

No pude más y me saque la verga de mis pantalones y me hice una paja en su nombre. En toda
la noche no pude pegar los ojos pensando en cómo sería ver a mi hermosa prima desnuda, en
vivo y en directo. Poco a poco me vinieron ideas a la cabeza en cómo aprovecharme de la
situación, se me ocurrió chantajear a mi prima para hacer cumplir mi sueño, pero
inmediatamente borré de mis pensamientos esa idea. El día transcurrió y no me podía sacar a mi
prima de la cabeza ni la idea de chantajearla. Ese día no fui a la casa de mi tía.

Al día siguiente ya lo había decidido, tenía que chantajearla, aprovecharme de la situación, sabía
que estaba mal pero los deseos por verla desnuda eran mucho más. Al salir de la universidad fui
directamente a casa de Diana, estaba decidido, no podía haber marcha atrás, toque el timbre de
esa hermosa residencia, salió a recibirme mi tía, la saludé y pregunte por Diana, me dijo que
estaba en la universidad que pronto llegaría, y en efecto fue así después de entregarle las fotos
a mi tía y mientras almorzábamos llegó mi prima, estaba hermosa, traía puesto un vestido de
verano, era blanco con bordados de flores con unos lentes oscuros que combinaban con su piel
clara, un hermoso cinturón grueso marrón y un bolso con diseño de flores también, parecía una
Barbie, simplemente preciosa.
-Hola hija-dijo sonriendo mi tía-mira Diana, Rony ya recuperó las fotos que había borrado tu
hermano.

Al escuchar eso mi prima me miro muy asustada, parecía que ella sabía que yo había
recuperado sus fotos comprometedoras.

-Que bien-dijo secamente.

Se sentó a almorzar con nosotros sin decir palabra alguna, por momentos me miraba tratando de
que no me diera cuenta, su expresión era de miedo y angustia a la vez.

-lo siento chicos, tengo que ir al salón de belleza, es que en la noche tengo una fiesta muy
importante- expuso pícaramente mi tía- Diana cuando terminen recoges la mesa, nos vemos
después.

Se puso de pie dejando su almuerzo a medio comer y luego se marchó, me quede mirando a mi
prima, era el momento, pero me faltaba valor, ella me miraba sin decir nada, finalmente dijo:

-Rony ¿y recuperaste todas las fotos?

No sabía que decirle, un gran escalofrío se apoderó de todo mi cuerpo.

-Si Dianita, recupere todas las de tu viaje.

-¿en serio?-dijo dudosa-¿solo las de mi viaje?-interrogó tartamudeando.

Era el momento preciso para hacer cumplir mi plan debía de hacerlo ¡ya! Pero me faltaba valor.

-No también recuperé todas las que se borraron-ni bien le respondí puso un gesto de susto de
angustia, ambos sabíamos el porqué pero ninguno se atrevió a decir nada hasta que finalmente
fue ella quien tomo la iniciativa.

-¿las viste todas las que recuperaste?

-si de hecho las vi todas, no se me escapó ninguna-dije desafiante, esto era el comienzo de mi
chantaje, los nervios fueron desapareciendo poco a poco.

-¿Si?-intervino con un miedo que se le notaba en la cara.

-Sí, de hecho hubo algunas de tus fotos que me llamaron mucho la atención-dije una vez más
desafiándola, con una sonrisa en mi rostro-de hecho algunas las he guardado de recuerdo en mi
celular-dije mientras se las enseñaba, ella al verlas me miró muy atentamente, sus ojitos
marrones se veían espectaculares.

-Oye, por favor no le digas nada a nadie, mucho menos a mamá ¿sí? Te lo suplico por favor, ella
me matará y me sacara de la universidad, por favor...

-Eso depende de ti-mientras hablé le toque su mejilla derecha, fue una suave caricia.

-¿a qué te refieres?

-si haces lo que yo digo quizá no le diga a nadie pero sino…

-¿Me estas chantajeando?-dijo mientras se ponía de pie.


-¿tú que crees?-una sonrisa de oreja a oreja se me salió inevitablemente.

-y ¿Qué cosas tendría que hacer?-me miró con un odio que jamás le había visto antes.

-Bueno pues Dianita lo primero que tienes que hacer es…-puse mi mano en la barbilla como
simulando que estaba pensando, en ese momento me entro un miedo por todo el cuerpo, lo que
le iba a decir era muy fuerte y quizá marcaría el fin de nuestra buena relación familiar, respire
profundo y lo dije sin tartamudear- es quedarte desnuda, así como estas en estas fotos…

Tan solo escucharme hizo que se enfurezca e inmediatamente después me soltó una cachetada
que me dolió en el alma, me hizo reflexionar, quizá era la última oportunidad que el destino me
ponía para evitar que suceda el chantaje.

-Eres un cerdo-dijo muy enfadada-que clase de persona eres tú que le dice a su prima esas
cosas-nuevamente su mirada me fulminó y recibí otra cachetada.

-Bueno, tú lo quisiste así-dije mientras me levante me limpié la boca con la servilleta y me


acercaba a la puerta para marcharme-hoy mismo le mandaré estas fotos a todos tus amigos y a
tus padres para que vean que clase de perra tienen como hija-al escucharme me agarró del
brazo fuertemente para evitar mi huida.

-Eres un pervertido-me apretó el brazo muy fuerte mientras sus espectaculares ojitos se le
empezaron a colorear-está bien-dijo al fin-pero júrame que jamás le mostraras esa fotos a nadie.

-Ya te dije que eso depende de ti

-Maldito puerco…

-Ya princesa, cumple mi primera orden.

La zorrita de mi prima estaba muy molesta, pero sabía que no tenía otra opción, me llevó de la
mano hacia su sala, allí me hizo sentar en el imponente sofá negro.

Se puso en frente de mí y comenzó a desabrocharse la correa de su vestidito, acto seguido se


me acerco y me dijo al oído:

-Rony, bájame el cierre de mi vestido-inmediatamente después me dio la espalda dejándome


muy cerca su hermoso culo a mi disposición.

-Lo que digas perrita-acto seguido le baje el cierre y luego le di una nalgada por encima del
vestido.

Giró sobre su eje y dejo caer su linda prendita blanca, ante mis ojos vi el cielo en forma de una
espectacular figura, esos muslos, esa cinturita, esas piernas, esos pechos, toda ella era perfecta,
traía puesta una diminuta tanga color blanco y un brasier del mismo color.

-Estas muy rica Dianita-dije mientras me puse de pie, me pegué mucho a su cuerpo, nuestros
rostros estaban casi a un centímetro, no resistí más y le di un apasionado beso que ella, ante mi
asombro lo correspondió.

Continué besándola, mientras mis manos empezaban a tocarla, las coloque en su culo, estaba
muy durito, los duros trabajos en el gimnasio sí que habían dado frutos para ella. Puse ambas
manos a sus costados y fui bajándole su tanguita, la nena al principio trató de soltarse pero al ver
que la tenía bien sujetada no le quedó más que dejarse. Su tanguita calló al suelo, me aleje de
ella para contemplarla, al ver esa conchita en vivo y en directo me quedé estupefacto, se veía
deliciosa y jugosita, estaba totalmente depilada, era muy bonita, sin duda la más encantadora
que había visto. No dude en meterle la mano a su cosita, cosa que hizo que mi prima diera un
salto al no esperarse mi accionar.

-Tienes tu cosita muy jugosa-dije bromeando, tratando de romper el hielo-creo que tu amiguita
quiere conocer a Ronycito-la miré a los ojos, ella al contrario de molestarse sonrió
coquetamente.

-Eres un cochino aprovechador-dijo guiñándome el ojo, al parecer Diana estaba disfrutando el


momento.

-Es verdad, soy un aprovechador pero tú eres una perrita que se arrecha cuando su primo lo
chantajea-dije ya en broma-ahora si putita, quítate el sostén y échate en el sofá.

La zorrita de mi prima sin protestar lo hizo, cuando se sacó el brasier salieron a la luz sus dos
melones, era espectaculares, muy redonditos y sus pezoncitos lo eran todo, estaban duritos por
lo arrecha que estaba. Se acostó en el mueble mirándome muy sumisamente esperando su
próxima orden.

-Bueno perrita quiero que te abras de piernas lo más que puedas, así como sales en esa foto
con el consolador en tu concha.

Me miró furiosa, pero detrás de ese gesto pude observar que le gustaba lo que le estaba
pidiendo, ya no tenía vergüenza ni nada, ella estaba como yo la quería, sumisa esperando
órdenes.

-te gusta verme así con las piernas abiertas ¿no marrano?-inmediatamente despúes abrió sus
piernas de lado a lado, su cosita lucia espectacular, en verdad es muy difícil describir lo que
sentía en ese momento, una mezcla de sensaciones, emoción, lujuria, deseo, perversión. Me
sentía en las nubes mi verga estaba a punto de explotar, ya quería follarla y dejarle todo su
interior lleno de mi leche, pero me contuve, tenía que ir paso a paso.

-estas rica zorrita y esa cosita que tienes entre las piernas se ve que está muy jugosa-dije
mientras pase uno de mis dedos por su rajita-lo probaré.

Me agaché para estar cerca de su cuevita, mi boca estaba casi pegada a sus labios vaginales,
un dedito se lo fui introduciendo por esa conchita mientras que mi lengua por fin pudo probar ese
manjar, la metí por toda su ranura, le daba piquitos, la lamía, le mordía el clítoris, ella se retorcía
del placer, ya no podía más o eso se sobreentendía.

-Ohhh…que rico-gemía ante mis caricias-no pares por favor.

La obedecí, fui lamiendo toda su cuevita mientras le iba metiendo tres dedos a toda velocidad
por su cuquita, luego me dirigí a su monte de venus, lo acaricie, lo sobes, su clítoris estaba
durito, ya no podía más se iba a correr la nena agarró mi cabeza y la apretó contra su vagina.

-Ohhh…Ohhh…Ahhh…sigue…sigue…no pares por favor…Ahhh…-gemía con todas sus fuerzas


ante mis caricias-Uuuu…que rico que rico…-grito mientras me llenaba toda la cara con sus
jugos.

Me dirigí a su rostro, y así con sus líquidos en mis labios, la besé, quería que sintiera su néctar,
que lo probara, que sintiera su textura, ella me besaba apasionadamente, me lamía la cara,
realmente estaba arrecha.

-Sabes Rony-me dijo al oído mientras transpiraba-nunca me habían hecho sexo oral- su
confesión me dejo perplejo, pero me gusto ser el primero en probar su conejito.
-estas que ardes Diana-me miraba con dulzura, con agradecimiento-¿quieres pinga? ¿Quieres la
verga de tu primo entre tus piernas?-le dije invitándola a que me bajara el pantalón, sabía que
estaba aún muy exitada y también sabia lo que rrespondería.

-sí, por supuesto que si primito-dijo mientras se ponía en cuatro y con ambas manos separo sus
nalgas invitándome a que la follara-dame tu pinga, dámela por favor.

-ruégame perrita, quiero que me supliques que te la meta…

-Ven fóllame primito, quiero sentir tu vergota en mi conchita, quiero que me des tu lechita no
seas malito y complace a esta perrita-en verdad estaba en otro mundo, su posición así de
provocativa y lo que me decía me prendió muchísimo más, ya quería follarla. Me baje los
pantalones y lo calzoncillos y me dirigí tras ella, mi verga salió disparada al sacarme el bóxer.

-Pero que cosota-mencionó asombrada al ver el tamaño de mi pija-y apenas tienes dieciséis, que
será cuando tengas veinte-dijo coquetamente-eso no creo que me entre-su vos sonó algo
preocupada-ven papito méteme tu vergota por mi vagina.

Estando tras ella apunté mi pene contra su vagina, el solo contacto hizo que casi me corriera,
verla allí a mi prima como una perrita esperando que la penetre me puso a mil por hora, no lo
podía creer ¡me iba a follar a mi prima! Empuje más fuerte y sentí como la cabecita se iba dando
paso entre su pliegues vaginales, se sentía calientito y mojadito, la sensación era deliciosa, iba
empujando más y más, la cabeza ya la tenía adentro cuando por toda la casa se escuchó un
grito enloquecedor.

-Ohhh…-gimió Diana-Ohhh…Ohhh…por dios que rico…

No paraba de gemir, el tronco ya lo tenía adentro, se sentía muy apretado allí adentro, como si
solo ese huequito había sido utilizado pocas veces. Comencé a bombear lentamente, quería
hacerla disfrutar del momento, y valla que lo estaba logrando, la nena se retorcía del placer,
quizá por el sexo, o porque estaban que la chantajeaban o por el hecho de que estaba siendo
follada por su primo, lo que si sabía era que mi primita la estaba pasando bien.

-¿te gusta que te den pinga no perrita?

-SI papi me gusta tu pinga…no pares…dame más…dame más…Ohhh…-la nena no paraba de


gemir.

Pronto empeñe a follarla más rápido, mis envestidas eran violentas, sentía como su conchita se
tragaba cada centímetro de mi falo, la perrita estaba en las nubes, y yo ni que decir, estaba que
no me lo podía creer.

-No tan duro…no tan duro…Ohhh…dameee…asii…Ahhh…que rico

-Que zorra eres Diana-aumenté el ritmo de mis envestidas

-Si papito soy una puta Ohhh…complace a tu puta…si así…ufff…

-Ohhh…

-como me gusta tu verga…Ahhh-la pobre no paraba de gemir.

-di que eres una perra…que eres mi perra

-Soy tu puta…Ufff…métemela más fuerte…ya…ya…ya…Ohhh…


Mi primita Diana parecía una ninfómana, y pensar que para todo el mundo ella era una chica
ejemplo, incluso yo hubiera jurado que era virgen, pero como las apariencias engañan, Dianita
era tremendo putón.

-Ohhh…Ufff…si…si…si…como me gusta tu verga papito…Ohhh-parecía que un nuevo orgasmo


estaba a punto de venirle-siento que me pasa corriente ¡Uuuuu!-al terminar de gritar sentí como
su cuquita se mojo con una gran cantidad de fluido que incluso mancho mi ingle. Después de su
corrida la seguí follando como si no hubiera pasado nada, el ritmo que tenía era extremo, sus
nalgas rebotaban contra mi cuerpo, de vez en cuando le daba unas nalgas.

-Ohhh…Ohhh…me vengo otra vez…ya…uuuu…-de tanto follar hizo que le vinieran orgasmo
seguidos-Ahhh…ya no aguanto…Ohhh…que placer…me hago pis…uuu…que rico por dios…
Ahhh…

Su conchita estaba empapada, mi verga entraba y salía en su totalidad, quería cambiar de


posición así se lo hice saber. La coloque boca arriba echadita con las piernas abiertas, agarré un
de ellas y la puse en mi pecho, de manera que su pie quedo a la altura de mi hombro, se la metí
de uno solo y continúe bombeando, era mi turno de correrme y quería disfrutarlo al máximo.

-Te gusta follar no perrita, te gusta que te la metan hasta el fondo-dije mientras jadeaba para
tratar de mantener la velocidad.

-Si Rony me gusta que tú me la claves Ufff…que placer…Ohhh…me muero me muero…-gritaba


mi prima cada vez más-Ahhh…más duro…así…más…más…más…

-toma puta toma-la agarré de las dos piernas y las puse sobre mi pecho, de manera que la planta
de sus pies quedaron sobre la boca de mi estómago, esa posición hizo que la penetración sea
profunda, sea total lo que ocasionó que Diana gritara del placer.

-Auuu…no tan duro para…para…para…Ahhh…-gemía descontroladamente-me rompo…me


rompo…siii…

--Diana eres mi putita preferida...me corro…me corro

-Si córrete adentro…Ahhh…Ahhh…así…más duro…sigue…sigue…sigue…

La sensación fue extraordinaria, sentí como mi leche inundaba toda la cuevita de mi Dianita ella
por su parte no paraba de gemir.

El placer fue indescriptible, maravilloso, ambos caímos rendidos al sofá exhaustos, ella se
desenganchó de mi verga para luego darme una mamada de agradecimiento, verla como me
chupaba la pija lo fue todo, mi semen combinado con sus jugos eran tragados por su boquita
mientras me hacia la paja, mi verga seguía erecta, quería otro polvo más:

-Primita si por mi fuera te follaría todos los días-dije muy cansado-vamos por el segundo raund.

-Sera después papi porque mamá no tarda en llegar-dijo pícaramente mientras me dio un tierno
pero fugaz beso en los labios-Vamos a bañarnos mi amor, quizá allí podría haber segundo raund.

Me tomó de la mano y me llevó al baño, regreso para traer nuestras ropas y ambos nos metimos
a la tina de baño, verla allí con ese cuerpito mientras le chorreaba agua por todo ese monumento
de hembra me puso a mil de nuevo, mi verga se puso tiesa en segundos lista para la guerra.
La apoyé contra la pared y traté de meterle mi verga, ella al entender el mensaje tiró su culo para
atrás para que la penetración se más rápida.
-Lo siento nena pero Ronysito quiere entrar de nuevo a tu cuevita-le susurré al oído.
-Dile a Ronysito que gustosa lo recibiré-mientras hablaba con una mano acomodó mi verga en la
entradita para que la ensartara como a ella le gustaba. Se la incrusté de un solo tirón, ella
comenzó a mover sus caderas circularmente, lo hacía delicioso, yo por mi parte la taladraba lo
más rápido que podía.
-Ohhh….si papito dame más…Ufff…que cosota más rica la que tienes entre las piernas…Ahhh…

Estábamos en el clímax, en lo más alto de la excitación de la lujuria cuando repentinamente


escuchamos que la puerta principal se abrió.
-Hola ¿hay alguien en casa? Diana ya llegué-era la mamá de mi prima...

Si quieren que continúe escribiendo lo que pasó háganmelo saber con sus comentarios, es muy
importante para mi saber su opinión de lo que escribo, no olviden valorar el relato.

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