Preguntas y Respuestas Sobre Bruner.

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SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN NARRATIVA

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LOS TEXTOS DE JEROME BRUNER:

“CULTURA, MENTE Y EDUCACIÓN” Y “LA CONSTRUCCIÓN


NARRATIVA DE LA REALIDAD”.

Ivonne Filigrana

1. Según Bruner, ¿dónde están los significados?  

De acuerdo con mi interpretación de las reflexiones de Bruner, los


significados están en la mente de cada ser humano, pero su origen
cultural, supone también un carácter situado de los mismos. Si bien, cada
individuo realiza su propia interpretación y reinterpretación del mundo, el
lenguaje con el que realiza estas operaciones, así como las
representaciones sobre las cuales opera su pensamiento, están dados por
los sistemas simbólicos de la Cultura. El lenguaje que estructura nuestro
pensamiento es una adquisición cultural e implica negociaciones de tipo
intersubjetivo con los seres humanos que han estado en contacto con
nosotros desde que nacimos. Los significados están en la mente, pero, al
mismo tiempo, la mente es una creación de la cultura.

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2. ¿Dónde se originan los significados?

Es, justamente, en “Cultura, Mente y Educación”, en donde Bruner hace


referencia a la Cultura como un elemento primordial para la evolución de
la mente humana, porque es en ella en donde la realidad se representa a
través de un simbolismo que todos compartimos. Es en la Cultura donde
los significados se originan, permanecen y se transmiten a las
generaciones nuevas. Bruner lo resalta de la siguiente manera: “La
creación del significado supone situar los encuentros con el mundo en sus
contextos culturales” (Bruner; 1991: 21).

3. ¿Qué importancia pueden tener?

Los significados son el sustento de toda cultura, de las sociedades y de la


vida humana en general. Las comunidades elaboran, conservan y
transmiten los significados a través de su cultura particular, con la
finalidad de subsistir y establecer mecanismos de negociación entre sus
miembros. La cultura se convierte, a su vez, en algo que trasciende a todos
los organismos individuales, y se configura como algo superorgánico, pero
es también el mismo agente que da forma a la mente de los seres
humanos. Esto implica que los significados tengan un carácter situado, es
decir, que presenten variaciones importantes dependiendo del contexto
cultural. Dicho carácter situado asegura la comunicabilidad de los
significados. La cultura pone a disposición de los seres humanos una serie
de herramientas que permiten su supervivencia, su organización y su
realización, y los significados juegan un papel preponderante en todo ello.
Bruner afirma que ningún individuo puede prescindir de los sistemas
simbólicos de la cultura.

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4. ¿Qué nos permite la cultura según la visión culturalista de
Bruner?

De acuerdo con Bruner, la Cultura brinda a los seres humanos los


instrumentos y herramientas necesarios para organizarse en sociedades y
ampliar sus mundos con base en la comunicabilidad. La cultura tiene dos
funciones primordiales: es una creación del Hombre y, al mismo tiempo,
da forma a la mente humana. Los seres humanos desarrollan el
pensamiento a partir de su contexto cultural, y es este mismo el que les
permite aprender y expandir sus horizontes. Por supuesto, la
conformación de la mente humana requiere de muchos factores, pero son
los culturales los que le dan un modelaje definitivo y particular. Incluso, la
forma en que experimentamos aspectos tan íntimos de nosotros, como la
autoestima, varía en función de los contextos culturales: “El cómo se
experiencia la auto-estima (o cómo se expresa) varía, por supuesto, con las
formas de la cultura” (Bruner; 1991: 56).

5. ¿Cuál es la diferencia entre la informática o lo computacional y


la postura culturalista de Bruner?

La importancia de diferenciar entre el Computacionalismo y el Culturalismo


radica no sólo en tener claridad respecto de dos concepciones en torno al
funcionamiento de la mente humana, sino, además, en poder rastrear las
diferentes propuestas educativas que se derivan de tales concepciones.
Bruner señala que, mientras el Computacionalismo no reconoce fronteras
disciplinarias (inclusive desconoce la frontera entre el accionar humano y
el funcionamiento de lo no humano), el Culturalismo se concentra en dar
cuenta de la creación y transformación de los significados que realizan los
seres humanos en sus respectivas comunidades culturales.

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Mientras la concepción educativa que se deriva del Computacionalismo ve a
la Educación como un “injerto” de hábitos, la que resulta del Culturalismo
pondrá énfasis en las prácticas educativas que susciten la reflexión y
hasta el diálogo socrático.
Por otra parte, mientras el Computacionalismo trata de adelantarse a los
acontecimientos para prever respuestas ensayadas ante ellos, a pesar de
ser incapaz de predecir la ambigüedad y el desorden en lo que respecta a
la creación de significados, el Culturalismo trabaja con ambos elementos,
porque entiende a ésta desde un referente interpretativo que, en muchas
ocasiones, se realiza cuando los hechos ya han ocurrido.
A pesar de estas diferencias, es importante mencionar que Bruner no está
de acuerdo con las posturas que pelean a muerte a ambas perspectivas.
De hecho, después de señalar estas diferencias, Bruner considera que
ambos enfoques comparten algo: “(…) una familiaridad que es difícil de
ignorar, ya que, una vez que se establecen los significados, es su
formalización en un sistema bien formado de categorías lo que puede ser
tratado con reglas computacionales” (Bruner; 1991: 25), es decir, una vez
que los significados quedan asentados, el Computacionalismo y el
Culturalismo tratan de maniobrar con ellos, como ocurre con las reglas que
vemos en la computación, para hacernos una idea de su significado.

6. ¿A qué se refiere Bruner con multivocalidad cultural y para qué


nos puede servir?

Bruner menciona al término multivocalidad en el postulado perspectivista


(postulado dirigido a mostrar la relatividad de los significados) y se refiere
a ella como la pluralidad de versiones sobre el mundo que todos los seres
humanos realizan al interior de una cultura, es decir, a las
interpretaciones idiosincráticas del mundo que los individuos llevan a cabo
a partir de creencias canónicas producidas por la cultura. Los valores de
una cultura son situados, es decir, dependen de su contexto de origen y
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permanencia, por ello nunca son unívocos, es decir, no hay un acuerdo
general e inmutable sobre ellos. Se expresan a través de sus múltiples
voces (multivocalidad) y se enfrentan, en muchas ocasiones, como
intereses contrapuestos. Para que una sociedad pueda trabajar con esta
multivocalidad, requiere poner en marcha un principio de tolerancia que
permita su coexistencia. Bruner nos alerta sobre los riesgos de discordia
que existen en sociedades que alientan la libre expresión de las diversas
posturas que sus miembros pueden guardar respecto de determinados
valores o sucesos. El conflicto, nos dice, es “el precio de educar a los niños
en sociedades cuyas interpretaciones canónicas del mundo son
multivocales o ambiguas” (Bruner; 1991: 33). No obstante, el camino
opuesto a la multivocalidad es la alienación.

7. ¿Por qué habla Bruner de los universales?

Considero que la idea de los “universales” en Bruner no debe tomarse


como sinónimo de “la cosa en sí”, es decir, de verdades absolutas o de
verdades fuera de todo rango de interpretación, de acuerdo con la
tradición positivista. Es importante no confundir lo que dice Bruner sobre
los universales con estas concepciones.
Lo que Bruner señala respecto de los universales comienza a perfilarse en
el postulado perspectivista, en donde nos aclara que, si bien los
significados están en estrecha relación con el marco de referencia a partir
del cual se construyen, no podemos afirmar que no existan ciertas reglas
(de coherencia, de evidencia y de consistencia) que nos permitan discernir
entre interpretaciones más consistentes que otras: “No todo vale. Hay
criterios inherentes de corrección, y la posibilidad de interpretaciones
alternativas no las autoriza a todas por igual” (Bruner; 1991: 32).
Posteriormente, en el postulado interaccional, Bruner sienta las bases de
su concepto de universales cuando hace referencia a la capacidad de
interacción de los seres humanos y, concretamente, a la habilidad que
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poseemos para la intersubjetividad. Tenemos la posibilidad de diferenciar
los contextos en los que las palabras, los gestos y los actos adquieren
significado. Esto nos permite reconocer las reglas que Bruner mencionó en
el postulado perspectivista (reglas de coherencia, de evidencia y de
consistencia), y, con base en ello, diferenciar qué interpretación resulta
más adecuada para comprender un fenómeno. No es que los universales
tengan validez incontestable en todas las culturas, sino que pueden
reconocerse como significados que han sido negociados entre los miembros
de un contexto cultural determinado.
Hasta aquí, he realizado una interpretación propia de la noción de
universales en el pensamiento de Bruner, y se trata de una interpretación
que me permite comprender de manera más profunda y más compleja lo
que va a exponer en el Capítulo 7 de La Educación, puerta de la Cultura:
“La construcción narrativa de la realidad”, que, a saber, son nueve
realidades narrativas que describen los principios que Bruner identificó en
el acto de narrar. No se trata de nueve axiomas, ni de nueve “leyes”
establecidas como verdades inmutables cuyo valor escapa a cualquier
duda o cuestionamiento. Se trata de nueve postulados que surgen de la
observación que Bruner realizó sobre el fenómeno narrativo y que
interpretó como características de este que se presentaban con frecuencia
y regularidad en el acto de narrar. Estas realidades narrativas son las
siguientes:
 Una narración divide el tiempo a través de acontecimientos
cruciales. Son los significados asignados a los acontecimientos los
que otorgan importancia al tiempo narrativo.
 Las narraciones giran en torno a casos particulares, no obstante,
esa particularidad se inscribe dentro de géneros o tipos, que son
estructuras narrativas más abarcadoras.
 Toda acción narrativa lleva implícito un estado intencional.

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 Toda historia posee una composición hermenéutica, ya que siempre
hay más de una interpretación en ella.
 La realidad narrativa del mundo contiene una canonicidad implícita,
ya sea que la siga fielmente o presente una desviación respecto de
ella.
 Todo acto narrativo está sujeto a cuestionamiento. Siempre hay
ambigüedad en la referencia de las narraciones.
 Toda historia tiene su origen en una problemática. Ésta es el motor
de la narración.
 Toda narrativa posee una negociabilidad inherente.
 Toda narrativa continúa y se expande sobre puntos de inflexión para
dar pie a la historia continuada. (Bruner; 1991/2).

Podemos apreciar aquí estas características que Bruner ha denominado


como universales de la narrativa, que, en pocas palabras, vienen a ser los
significados que él ha construido en torno al fenómeno narrativo, y dicha
construcción se apoya en significados situados en un contexto definido,
que es el de la psicología cultural y el de la literatura narrativa.

8. ¿Cuáles son los 9 postulados y cuál te parece con mayor


sentido?

Bruner describe de la siguiente manera a los nueve postulados que


orientan una perspectiva psico-cultural de la Educación:

 Postulado perspectivista: Sostiene que el significado es relativo al


marco de referencia en el que se construye.
 Postulado de los límites: Plantea que las formas de creación de
significados se ven limitadas porque los seres humanos nos

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experimentamos como invariantes en el tiempo, y también por las
mismas limitaciones que imponen los diversos lenguajes y culturas.
 Postulado del constructivismo: La realidad que le atribuimos al
mundo es una realidad construida.
 Postulado interaccional: La interacción permite a los seres
humanos adentrarse en el mundo cultural. Aquí, la intersubjetividad
juega un papel preponderante.
 Postulado de la Externalización: Toda actividad colectiva tiene por
función producir obras que logren alcanzar una existencia propia.
Estas obras se promueven y dan sustento a la estructura social.
 Postulado del instrumentalismo: La educación no es una práctica
neutral, pues lleva implícitos una serie de significados políticos.
 Postulado institucional: Al institucionalizarse, la Educación
enfrenta los mismos problemas y conflictos que ocurren en todas las
demás instituciones, y tampoco escapa a una característica
primordial de éstas y que consiste en que imponen su voluntad a
través de la coacción.
 Postulado de la identidad y la autoestima: la formación del Yo en
el ser humano es posible gracias a la educación. Por esta razón, la
Escuela debe replantearse su papel en un aspecto tan importante.
 Postulado narrativo: Los seres humanos creamos nuestra propia
versión del mundo: una que nos permita encontrar nuestro propio
lugar dentro de él. Hacemos esto a través de la narración personal
que realizamos cuando producimos nuestras historias.

9. ¿Por qué sería importante la externalización?

Los seres humanos producen obras que, de acuerdo con Bruner,


promueven y dan sustento a la solidaridad de un grupo. Esta

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externalización coloca en la escena pública a la actividad cognitiva y, con
ello, logra hacerla accesible a la reflexión y a la metacognición.
Para los educadores, esta propuesta adquiere especial interés en tanto
plantea nuevas formas de trabajar con un grupo en una situación áulica.
Con base en la idea de la división del trabajo, Bruner propone que seamos
capaces de identificar las fortalezas de todos los miembros de un grupo (de
un equipo de trabajo o en una situación áulica), y, con base en ello, es
posible involucrar a sus miembros en tareas definidas que tengan para
ellos significados más duraderos e importantes.
La propuesta de la externalización hizo que me replanteara mi manera de
dar clases. De alguna manera, yo asumía la mayor parte de la situación de
la responsabilidad en el grupo, preparando los contenidos, exponiéndolos
con ayuda de presentaciones en power point, y evaluando de manera
individual a cada integrante. En realidad, cuando se han logrado
productos en esta forma que tengo de enseñar, han sido productos
individuales. Realmente no he constituido una comunidad de aprendizaje
y ahora, después de revisar la propuesta de Bruner, entiendo que me ha
pasado como a muchos otros educadores: he ignorado, no sólo los
beneficios de la externalización, sino también lo que puede significar
trabajar colectivamente en una obra. No sé por qué no me había dado
cuenta de esto, si, ahora que lo pienso, ya he visto antes esta forma de
trabajar.
En el conversatorio sobre Narrativas y Diálogos que tuvo lugar hace un par
de años en el CRIM, usted hizo lo que Bruner propone: nos motivó a todos
a crear un texto relativo a nuestros diversos proyectos de investigación, y
los compartimos en el conversatorio. Pero, todavía más allá de esto, nos
motivó a incluir estos textos en el libro que coordinó, como una forma de
hacer que nuestras obras pudieran transformarse en algo que adquiriese
una existencia propia y que se pondrá a disposición de una comunidad
mayor. Al mismo tiempo, en aquel conversatorio del CRIM pudimos

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enterarnos de que no estábamos solos, sino que pertenecíamos a una
comunidad con la que compartimos intereses muy similares.
Ahora, después de leer a Bruner y relacionar aquella experiencia en el
CRIM, me he propuesto trabajar de esta manera la próxima vez que
incursione en la docencia, en la medida de mis posibilidades y las de la
institución para la que me encuentre laborando. Quiero hacer una
comunidad de aprendizaje en donde seamos capaces de producir obras
que nos vinculen y, al mismo tiempo, constituyan un producto que
concentre nuestro trabajo y lo ponga a disposición de una comunidad aún
mayor.

Comentario adicional.

Cuando yo terminé la Maestría, había una duda que me motivó a querer


seguir estudiando, y ello fue, en muy buena medida, la razón por la que
entré al doctorado. Yo tenía, en ese entonces, una idea respecto de los
significados que se había formado a partir de los postulados del segundo
Wittgenstein, quien propone -hasta donde entiendo- que existe una
imposibilidad en la comunicación, pues los significados siempre estarán
íntimamente ligados a representaciones personales del mundo. Confieso
que el pensar así me deprimió más de una vez. Pensar así me hizo sentir
sumamente sola: sin nadie que me entendiera y sin nadie a quien entender
“verdaderamente”.
Pero, entonces, me pregunté ¿qué es lo que pasa con los procesos de
intersubjetividad? ¿Cómo es que somos capaces de interactuar con los
demás? Bajo la lógica del Segundo Wittgenstein eso sería una ilusión. Yo
me quedé con la duda.
Es ahora, cuando he concluido el doctorado, que puedo entender, a partir
de los textos de Bruner, una complejidad que no encuentro en los

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postulados de Wittgenstein y que me da una respuesta a la duda que
mantuve durante tantos años.
Esa respuesta comenzó a construirse cuando leí lo siguiente: “La cuestión
no es si existen significados privados; lo que es importante es que los
significados aportan una base para el intercambio cultural. En esta
perspectiva, el conocer y el comunicar son altamente interdependientes en
su naturaleza, de hecho, virtualmente inseparables. Pues por mucho que
el individuo pueda parecer operar por su cuenta la búsqueda de
significados, nadie puede hacerlo sin la ayuda de los sistemas simbólicos
de la cultura” (Bruner; 1991: 21). Me dí cuenta de que es verdad, que
incluso nuestros mismos procesos de pensamiento están construidos a la
base de un lenguaje común, uno que aprendimos gracias a los procesos de
interacción.
Ahora creo que la comunicación no es tan imposible como Wittgenstein la
plantea. Creo que Bruner ha venido a mostrarme que la creación de
significados y su comunicabilidad son procesos mucho más complejos de
lo que yo pensaba. Y, ahora, creo que esa duda que albergué por años, por
fin se disipa. Ahora creo que sí, en efecto, hay posibilidad en la
comunicación. Y he dejado de sentirme sola.

Referencias

Bruner, J. (1991).  “Cultura, mente y educación”. En La educación puerta


de la Cultura. Madrid: alianza. P.p.19-62.

Bruner, J. (1991).  “La construcción narrativa de la realidad”. En La


educación puerta de la Cultura. Madrid: alianza. p.p. 149-169.

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