2278-Texto Del Artículo-5799-1-10-20190910 PDF
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Resumen
El artículo presenta los avances de una investigación en curso sobre el pensamiento y la
práctica del educador francés Fernand Deligny (1913-1996), quien fue reconocido por su
trabajo con niños autistas fuera de todo paradigma médico, psiquiátrico y pedagógico.
A partir de la tentativa llevada a cabo durante los años 70 y 80 en las Cevenas con
niños que vivían en la “vacancia del lenguaje”, se desarrolla una etapa filosófica del
pensamiento deligniano ligada a la creación de conceptos cartográficos. La perspectiva
metodológica que asumimos en esta investigación pone en juego una estrategia de
lectura afectiva de la obra de Deligny (Meschonnic, 2015) en la que ya no se trataría de
esclarecer e interpretar los posibles sentidos del texto siguiendo la práctica académica
habitual, sino de identificar aquellos afectos presentes en su pensamiento. En este
trabajo se realiza una breve presentación del autor y de su obra, para luego recuperar
algunas consideraciones específicas sobre las nociones de “red” y “trazar”. Por último,
a partir de ciertas reflexiones sobre el pensamiento del autor, se analiza si existe la
posibilidad de pensar en una territorialización diferente del campo de la pedagogía,
tomando los conceptos aportados por Deleuze y Guattari (2010, 2015, 2018) cuando
proponen pensar en términos de geofilosofía.
Abstract
The article presents the progress of an ongoing investigation into the thinking and practice
of the French educator Fernand Deligny (1913-1996), who was recognized for his work
with autistic children outside all medical, psychiatric and pedagogical paradigms. From
the attempt carried out during the 70s and 80s in the Cevenas with children living in
the “vacancy of language”, a philosophical stage of delignian thought linked to creation
develops of cartographic concepts. The methodological perspective that we assume in this
investigation puts into play a strategy of affective reading of Deligny’s work (Meschonnic,
2015) in which it would no longer be a question of clarifying and interpreting the possible
senses of the text following the usual academic practice, but of identify those affections
that are present in your thinking. In this work a brief presentation of the author and
his work is made, and then recover some specific considerations about the notions of
“network” and “plotting”. Finally, based in certain reflections about the author’s thinking,
it is analyzed whether there is the possibility of thinking about a different territorialization
of the field of pedagogy, taking the concepts contributed by Deleuze and Guattari (2010,
2015, 2018) when they propose to think in terms of geophilosophy.
Recibido: 22-04-2019
Aceptado: 23-08-2019
INTRODUCCIÓN
El primer interrogante que surge y sobre el que vale la pena detenerse es: ¿por qué ir
(o volver) a Deligny en la actualidad? Hay varias razones que sostienen esa búsqueda.
Más allá de toda distancia en el tiempo, en el espacio y en la lengua, encuentro en
Deligny una inquietud compartida respecto a lo que no cambia en el modo de ver, de
pensar y de relacionarse con esos niños (llamados “inadaptados”, “autistas”, “locos” o
“excluidos”, según el lenguaje de la época).
Deligny me dio una pista y decidí seguirla: el cambio vendría de adoptar un nuevo “punto
de ver”3 sobre la situación. Habría que tratar de percibir “lo que pasa en lo que pasa”
y replantear desde allí un nuevo espacio estratégico para las prácticas educativas. Al
mismo tiempo, considero que Deligny ha construido un saber pedagógico desde la
experiencia que se aparta del lugar prescriptivo de la teoría pedagógica al uso, para
desarrollar una etapa filosófica del pensamiento, es decir, una instancia de creación
conceptual. Estos conceptos fecundos y singulares constituyen, en mi opinión, un legado
fundamental para la pedagogía.
Una gran parte del legado deligniano aún permanece poco visibilizada en el campo
pedagógico. Posiblemente, el hecho de que una considerable cantidad de su obra no se
encuentre traducida al español contribuye a su desconocimiento en nuestros ámbitos
académicos, aunque seguramente este no sea el único motivo. Dos de sus obras
traducidas han sido recientemente publicadas en nuestro país: Lo arácnido y otros textos
(Editorial Cactus, 2015) y Semilla de Crápula (Editorial Cactus y Tinta Limón, 2017).
Los libros Vagabundos eficaces y Permitir, trazar, ver han sido traducidos y editados
en España, pero todavía no fueron publicados en la Argentina. El resto de la obra se
encuentra en francés, lo cual vuelve difícil su circulación y apropiación. En 2007 se
publicó una compilación en francés de las obras de Deligny que reúne alrededor de 1.845
páginas, entre textos e imágenes. Esta edición permitió un redescubrimiento importante
del autor. Asimismo, en París, el Instituto Memorias de la Edición Contemporánea (IMEC)
cuenta con material de archivo de gran relevancia, por ejemplo, manuscritos inéditos y
correspondencia producida por Deligny después de 1960. Parte de este acervo ha sido
publicado recientemente por la Editorial L´Arachnéen, en una compilación que reúne las
cartas vinculadas a la tentativa de las Cevenas (1968 - 1996).
2. Presentación de la investigación
Figura 1. Mapa de Le Serret trazado por Jean Lin. 28 de junio de 1975. 52 x 63 cm.
Fuente: (Alvarez de Toledo, 2013, p.254 y 255. © Éditions L’Arachnéen, Paris).
-- El primer gesto político que me interesa destacar es que la red no viene dada ni
está garantizada de una vez y para siempre. A la red hay que crearla, trazarla y
tramarla, es decir, ella es el fruto de una acción creadora. Se trata de un tramar
en obra que está obrando sin plan ni arquitecto. La forma que tomará la trama es
inmanente al proceso de su construcción, por eso es una creación que rechaza
cualquier modelización externa por improcedente.
-- Es, también, una estrategia de afirmación del derecho a existir y a vivir fuera de
los abusos del lenguaje, de las instituciones y de los poderes concentracionarios.
Deligny piensa la red como una experiencia de lo humano, la cual no está
relacionada con los humanismos ni con la idea de “Hombre” que han edificado
nuestras sociedades modernas. Para él, la red es un espacio vital hecho de
gestos, trazas, líneas de trayectos, emociones y silencios. Es el espacio donde
puede existir y aflorar un “lenguaje no verbal” (Deligny, 2017a) como experiencia
común, primordial y constitutiva. Lo humano está ahí, en ese actuar despojado
de finalismos, sujeciones y obediencias. Tramar, balancear, mamar, vagar, trazar
y ver son lugares de ser y no del “Ser”, otro de los residuos conceptuales de la
Modernidad. La red existe en cada uno de los lugares donde esas actuaciones
pueden alojarse y persistir.
-- Por último, otra característica del espacio en red es que este se trama con lo
azaroso y lo fortuito creando una ocasión ahí donde todavía no existía. Se trata de
un espacio de libertad conquistado, nunca donado. Así, la red sería un esquema
que se crea a partir de cierta “vacancia”, la cual puede darse en el pensamiento,
en el lenguaje, en el sujeto, en el espacio o en el tiempo. Un espacio vacante o
disponible se ocupa y se crea allí una red, donde antes no había nada. Se crea
en “atracción de lo vago” (Deligny, 2015b). El desafío, entonces, radica en abrir
un plano de existencia donde aparezca una cierta vacancia posibilitante, es decir,
permitir que un modo de ser -que no depende de ninguna instancia previa del
querer ni de la conciencia- exista y se experimente como forma de vida entre
unos y otros.
Figura 2. Trazados de Janmari, unidos por Fernand Deligny a la carta que envió a Françoise
Dolto el 12 de enero de 1973.
Fuente: (Fernand Deligny, 2018, pp. 188-189. © Éditions L’Arachnéen, Paris).
Deligny emplea el “trazar” como verbo en infinitivo y, por lo tanto, como una forma
impersonal. Esa acción de producir un trazo aflora como un gesto de ser ahí donde no
es posible fiarse del lenguaje y deviene en un gesto humano cuyo proyecto se escapa
y no pertenece a nadie. De esta manera, “trazar” es realizar un gesto inútil, anónimo e
involuntario, el cual consiste en dejar marcas o huellas en el espacio partiendo de una
exploración abierta del territorio.
A lo largo de sus textos, el autor va a elaborar al menos tres usos diferentes -aunque
estrechamente relacionados- del concepto “trazar” que, en líneas generales, responden
a diferentes momentos y experiencias realizadas. Sin embargo, estos usos tienen en
común la evocación de un gesto reiterado de la mano de alguien9. El “yo” del sujeto
que realiza el trazo es irrelevante, ya que esta acción se diferencia del dibujo y de la
Desde este enfoque, la traza es lo que le permite al niño tomar una iniciativa y dejar
caer las etiquetas sociales que pesan sobre él (Miguel Cardoso Pinto, 2017). Así, este
niño mútico, psicótico, que no habla, en retraso, es un niño que traza durante horas y
días esos galimatías asignificantes que, para Deligny, evocan lo humano que preludia
al lenguaje. Es en esas trazas donde el orden simbólico queda suspendido y algo de
un “nosotros” puede encontrarse casi inadvertidamente. Por eso, se trata siempre de
permitir la traza y de permitir su movimiento errático, dejando que aflore la línea y sus
desvíos, el gesto amplio y el garabateo que no es palabra y que no hace signo.
CONCLUSIONES
Para finalizar este trabajo, presento una serie de reflexiones -no cerradas ni acabadas-
sobre la propuesta deligniana. Algunas de las hipótesis analíticas surgieron de esta
particular idea de educación ligada al territorio y a la creación de modos de vida que
presenta el autor francés. Con este posicionamiento pedagógico, Deligny se distancia
tanto de aquellos enfoques terapéuticos y/o asistenciales como también de aquellos
posicionamientos que asimilan la educación con la mera transmisión de contenidos.
Para él, se trata siempre de intervenir sobre las circunstancias y no sobre el niño,
sus síntomas o comportamientos. De esta manera, educar estaría relacionado con la
creación de circunstancias y la intervención sobre el medio para permitir la existencia de
un modo de vida conjunto.
Deligny se rebela frente a aquellas prácticas que condenan a los niños al encierro,
a la medicalización o a la institucionalización siempre avalada por algún diagnóstico
dispuesto a actualizarse. Si bien no niega que puedan existir determinadas patologías,
no coloca allí su atención ni asume esos diagnósticos como determinantes. Su interés
está en el medio, es decir, en la creación de un medio propicio para que el niño pueda
realizar una exploración abierta de sus potencias y no renunciar a la posibilidad de
una vida en común y de la formación de lazos. Por ello, insistentemente, las diferentes
tentativas delignianas van a intentar despejar el contexto institucional (ya sea que se
trate de la escuela, del hospital psiquiátrico o de la red) de sanciones, disciplina y/o
lecciones morales. Según esta propuesta, entonces, la educación debe despojarse de
todo aquello que le sobra para así evitar esos excesos que muchas veces se cometen,
por eso que comúnmente se conoce como “el bien de la infancia” y que llevan a confundir
educación con reforma moral, ayuda social o tratamiento.
Otro de los principios en los que se apoyan estas tentativas es la “iniciativa popular”
(Deligny, 2017a, p.885). Para Deligny, el medio social del que proviene el niño debe
tomar en sus manos las diferentes tentativas y hacer proliferar las redes en los territorios.
Él concibe el medio social del niño como un partisano, esto es como un partidario o
aliado para organizar con ellos otros dispositivos de existencia que pudieran jugar a
favor de los niños. Hay un sentido muy fuerte de un obrar colectivo y de solidaridad
popular presente en las tentativas (Moreau, 1978). Por ello, Deligny nunca intentó crear
una institución modélica apartada y recortada del medio social. Muy por el contrario, es
un hecho conocido que prefería reclutar educadores entre los obreros desempleados
de un barrio antes que rodearse de profesionales titulados. Su paso por diferentes
instituciones lo había hecho desconfiar de los profesionales y de las ideologías de la
infancia (Moreau, 1978) con las que ellos trabajaban. Prefería, en cambio, educadores
del medio social del niño, desprovistos de los prejuicios de las ideologías profesionales
y dotados por una pertenencia de clase social popular.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Álvarez de Toledo, S. (2013). Cartes et lignes d´erre. Maps and wander lines. Traces du
réseau de Fernand Deligny 1969-1979. París: L´Arachnéen
Cardoso Pinto Miguel, M. (2017). Pour une autre école. Fernand Deligny, l’éducation en
marge. Les chemins de la Philosophie. Discussion avec Adèle Van Reeth. France
Culture. Recuperado de: https://www.franceculture.fr/emissions/les-chemins-de-la-
philosophie/pour-une-autre-ecole-24-fernand-deligny-leducation-en-marge
Deligny, F. (2017b). Semilla de crápula. Consejos para los educadores que quieran
cultivarla. Buenos Aires, Argentina: Editorial Cactus / Tinta Limón ediciones.
Deligny, F. (2015b). Lo arácnido y otros textos. Buenos Aires, España: Editorial Cactus
Deligny, F. (2009). Permitir, trazar, ver. Barcelona, España: Museu d’ Art Contemporani.
García, Ana Laura (2018) El concepto de red en la cartografía de Fernand Deligny y sus
contribuciones a la pedagogía social. Disponible en: https://www.anudamientospsi.
com.ar/el-concepto-de-red-en-la-cartografia-de-fernand-deligny-y-sus-
contribuciones-a-la-pedagogia-social2
Guattari, F. (2013). Líneas de fuga: por otro mundo de posibles. Buenos Aires, Argentina:
Cactus.
Planella, J.; Gallo, L.E. y Ruiz, L.A. (2019). Fernand Deligny: mapas, cuerpos y
pedagogías. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 15(1), 50-67.
1
Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación (UBA). Docente- investigadora de la Universidad
Nacional de Quilmes y de la Tecnicatura Superior en Pedagogía y Educación Social del ISTLyR.
2
Título de la tesis: “Líneas de fuga: el pensamiento de Fernand Deligny a la luz de la axiomática educativa
actual”. Directora: Dra. Senda Inés Sferco. Doctorado en Educación, UNER, Argentina.
3
Deligny realiza una diferenciación entre el “punto de vista” del sujeto hablante y consciente de Ser, y el
“punto de ver” del niño autista, que se caracterizaría por una percepción a-subjetiva y a-consciente. El punto
de ver, nuevamente Deligny emplea acá el verbo en infinitivo, permite ver aquello que no nos concierne
desde el punto de vista de la cultura y del lenguaje, ver lo que no nos mira y que permanece refractario a
nuestra mirada.
4
Entre 1909 y 1963, en Francia, las “clases de perfeccionamiento” donde trabajó Deligny matriculaban
a los alumnos calificados como alumnos con dificultad (personas con diferentes discapacidades, retraso
intelectual o conductas refractarias). Luego, estas clases pasaron por sucesivas modificaciones de
denominaciones y estructuras, pero manteniendo el rasgo de clases diferenciadas para poblaciones
específicas. Las “clases de perfeccionamiento” fueron modificadas por “clases de transición”, “clases de
reagrupación” y, posteriormente, por “clases de inclusión” destinadas a recibir alumnos con discapacidades.
Como en la Argentina no tenemos el mismo recorrido en cuanto al desarrollo del sistema educativo común/
especial y ya que “perfeccionamiento” o “inclusión” hacen alusión a otras significaciones, preferimos
traducir por “educación especial”, ya que creemos que es el término más próximo al de estas “clases de
perfeccionamiento”.
5
Deligny emplea esta expresión para referirse al modo de existencia de los niños múticos o autistas que
viven en “ausencia del lenguaje” (Deligny, 2017a, p.943 y ss.), que habitan la falla o la vacancia del orden
simbólico y se rigen por otra gravedad. Para él, se trata de tomar el lenguaje en su falta, en su vacuidad y
no de salir a su rescate tapando las fallas ahí donde lo simbólico flaquea. Asumir la perspectiva del “punto
de ver” consiste en considerar al lenguaje desde la posición del niño mútico.
6
Sandra Alvarez de Toledo, editora de la obra de Deligny, ha dado cuenta en varias presentaciones e
introducciones a los escritos del autor publicadas en las Oeuvres (2017a), de este rasgo a “contracorriente”
de su pensamiento que siempre parece ir a contramano del clima intelectual de la época.
7
“Costumbrero” es una palabra que pertenece al argot deligniano. Deligny emplea esta palabra para
referirse a las maneras habituales de ser, las actitudes, las presencias próximas, las tareas y los objetos que
organizan la vida cotidiana en las áreas de residencia de la red.
8
Retomo en este apartado los aspectos de la red que señalé en un trabajo previo (García, 2018).
9
En un trabajo reciente, Planella, Gallo y Ruiz (2019) acuñaron la expresión “corpo-cartografía” para
referirse a esta presencia del cuerpo, del gesto y de la traza en la cartografía deligniana.