Positivismo e Idea E-B PDF
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POSITIVISMO E IDEALISMO
EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE
UNA INVESTIGACIÓN
LINGÜÍSTICO-FILOSÓFICA
Edición de
MARÍA ROSARIO MARTÍ MARCO
POSITIVISMO E IDEALISMO
EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE
UNA INVESTIGACIÓN LINGÜÍSTICO-FILOSÓFICA
Verbum Mayor
Dirigida por: Pedro Aullón de Haro
Serie Clásica
Positivismo e Idealismo
en la Ciencia del Lenguaje
Una investigación lingüístico-filosófica
Fotocopiar este libro o ponerlo en red libremente sin la autorización de los editores
está penado por la ley.
Prefacio............................................................................................................ IX
ESTUDIO PRELIMINAR
1. Introducción......................................................................................... XI
2. A modo de biografía............................................................................. XVI
3. El pensamiento metodológico idealista en la ciencia del lenguaje... XXI
4. Los argumentos centrales de Positivismo e Idealismo............................ XXVIII
4.1 Introducción................................................................................... XXVIII
4.2 El análisis del Positivismo: los argumentos................................... XXX
4.3 El sistema Idealista en la ciencia del lenguaje.............................. XXXV
5. La bibliografía citada en Positivismo e Idealismo................................... XXXVI
6. Positivismo e Idealismo en la correspondencia de Vossler con Croce.. XLI
7. Sobre la traducción.............................................................................. XLIX
8. El manuscrito........................................................................................ LIII
9. Algunos escritos de Vossler.................................................................. LV
10. La Escuela Idealista.............................................................................. LX
11. Bibliografía sobre Vossler en español.................................................. LXIV
12. Crítica a la metodología idealista en la ciencia del lenguaje............. LXV
13. Vossler y un Premio.............................................................................. LXX
14. Documentación adicional sobre la obra y figura de Karl Vossler...... LXXI
1. Nota introductoria............................................................................ LXXI
2. F acsímil de la reseña de Benedetto Croce a la obra Positivismo e
Idealismo en la Lingüística.................................................................. LXXI
3. Iconografía de Karl Vossler.............................................................. LXXIV
4. La tumba y el epitafio....................................................................... LXXVI
Bibliografía citada........................................................................................... LXXIX
Karl Vossler es una figura fundamental del último gran estadio de la Filolo-
gía de Alemania, una filología que alcanzó, avanzado el siglo XIX, un momento
cardinal e irrepetible de la cultura intelectual y científica de la Europa moderna
y que décadas después produjo nuevamente frutos extraordinariamente valio-
sos y singulares. Vossler, además de gran romanista e hispanista, ha de perdu-
rar sobre todo en tanto creador de una escuela lingüística de sentido idealista
durante la primera mitad del siglo XX, cuando todo se acabaría encaminando
hacia una suerte de suplantación de la naturaleza propia de las ciencias huma-
nas. El pensamiento lingüístico de Vossler, vinculado estrechamente a la Estética
de Benedetto Croce, significa hoy, a comienzos del siglo XXI, no sólo el necesa-
rio y justo reconocimiento histórico del saber, sino la posibilidad de reinicio o
recuperación de una visión humanística cercenada un siglo antes por el triunfo
depredador de un estructural-formalismo en nuestro tiempo ya por completo
desintegrado. Nos es dada, pues, la gran oportunidad de contribuir a una resti-
tución y a un reencuentro. Y esto desde la lengua alemana, en este caso como
relación románica privilegiada, y desde la lengua española, lo cual significa para
Vossler volver a su propia casa, una casa que él contribuyó a construir con sus
propias manos afanosamente y de la cual nunca debió salir.
No es nuestro cometido describir la extraña marcha de la ciencia del len-
guaje a lo largo del siglo XX hasta las diseminaciones actuales, aunque inevita-
blemente habremos de introducirnos e interpretar algunos de sus momentos
extremadamente críticos, como para empezar el representado por la propia
obra que aquí se edita. Los historiadores de la lingüística y de la crítica literaria
son quienes habrán de reexaminar sistemática y pormenorizadamente la rele-
vancia del proyecto filológico de Vossler, su idea lingüística y la realización de la
misma practicada sobre los textos, en el pleno marco de la historia moderna de
la Ciencia del lenguaje y las ciencias humanas. El proyecto filológico vossleria-
no representaba una romanística por naturaleza comparatista y de perspectiva
filosófica, una riquísima Filología de cuerpo entero crecientemente sepultada
durante el siglo XX.
Ciertamente ha existido una cadena de errores. Es preciso empezar por
reconocerlo a fin de que el orden de las cosas se compadezca con el verdadero
orden intelectual e histórico.
Mª Rosario Martí Marco
Grupo de Investigación Humanismo-Europa
IX
1. INTRODUCCIÓN
como ciencia de la expresión y lingüística general, trad. de Ángel Vegue i Goldoni, Málaga, Ágora,
1997, p. XLI.
2 Carta de Vossler a Croce, fechada en Munich, a 20 de marzo de 1940. En Epistolario
Croce-Vossler (1899-1949), prólogo de Guerardo Marone, trad. de Elsa Manassero, Buenos Aires,
Guillermo Kraft, 1956, pp. 293-294.
XI
XII KARL VOSSLER
3 Hugo Friedrich, “Nachwort”, en Karl Vossler, Die romanischen Kulturen und der deutsche
Geist, introducción de Benedetto Croce y posfacio de H. Friedrich, Stuttgart, Ernst Klett, 1948,
p. 74.
4 K. Vossler, “Der Kampf gegen den Abstraktismus in der heutigen Sprachwissenschaft”,
Die neueren Sprachen. Zeitschrift für den Unterricht im Englischen, Französischen, Italienischen
und Spanischen, Marburg, N. G. Elwert’sche Verlagsbuchhandlung, 1928, p. 329.
5 Ibid, p. 322.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XIII
de lingüística de Saussure. Una crítica fuerte e incisiva a este problema y todo el proceso que
representa puede verse en P. Aullón de Haro, Escatología de la Crítica, Madrid, Dykinson, 2013,
pp. 35 y ss.
9 J. Trabant, Ob. cit., pp. 293 y 298.
XIV KARL VOSSLER
cosa, al igual que en consecuencia teoría del lenguaje y filosofía del arte; que
lingüística y estética son pues idénticas y la lingüística, en cuanto filosofía, ha
de fundirse en la estética10.
Por otra parte, es un hecho a reconocer que la huella lingüística de
Vossler ha quedado impresa en la historiografía y sobre todo en los tratados
manuales alemanes y españoles, al menos en lo que se refiere a los sectores de
la lingüística románica y la historia de la lengua. Podemos afirmar que en éstos
queda manifiesto el mejor aprecio de su aportación, subrayada la evidencia de
que la filología idealista procuró avances importantes a la investigación del len-
guaje. Vossler, que nunca dudó del rigor de los principios de la interpretación
idealista, exigió un conocimiento más filosófico y profundo de la esencia del
lenguaje11.
Según Christmann12, la concepción del sistema del lenguaje en Vossler
era mucho más profunda que la de Saussure, aparte el hecho de que algunos
lingüistas encontraron en Croce ciertos principios de la lingüística saussurea-
na13. En Fonética ha parecido a algunos que la lingüística se movió también
en la dirección señalada por Vossler14. Éstas han sido afirmaciones aun dentro
del panorama científico convencional de los años setenta. Incluso ciertos estu-
diosos de la cultura francesa han querido, desde cierto positivismo posibilista,
subrayar la cercanía real entre estructuralistas e idealistas a pesar de que los
primeros nunca se percataron de ello15.
Cabe añadir que las posturas idealistas han adquirido una actualidad
impensable hace años, incluso en España. Así se reconoce con naturalidad algo
que no tendría que causar dificultad alguna y, además, el hecho de que el idea-
lismo lingüístico, que disfrutó de importante implantación en España e Italia
y siempre ocupó un lugar marginal dentro de la ciencia convencional, conoce
“un resurgimiento (Schmidt, Anttila, Itkonen), ya preparado por la obra de
Coseriu, al que no es ajena la renovación filosófica (Ascombe, von Whright)
que se ha producido en este campo, ni la vuelta de los estudiosos alemanes a los
lugares punteros de la investigación lingüística”16. En la actualidad, la evalua-
Meno Blanco, Madrid, Gredos, 1985, p. 27 (Idealistische Philologie und moderne Sprachwissenschaft,
1974).
13 Ibid, p. 12.
14 Ibid, p. 136.
15 Ibid, p. 147.
16 Véase la exposición de Manuel Martí Sánchez, “Acerca de la relación entre lingüística
y su atmósfera filosófica y científica”, en Verba, Anuario galego de filoloxia, 20 (2003), pp. 7-27.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XV
“Tras la crisis sufrida por el positivismo clásico a fines del siglo XIX, unos filósofos y científi-
cos, en su mayoría de nacionalidad alemana (Dilthey, Simmel, Windelband, Rickert, Collin-
gwood,…), defendieron la distinta naturaleza de las ciencias de la materia y las de la cultura,
con la peculiaridad de sostener que no hay ciencias de primera clase (las de la materia) ni de
segunda (las de la cultura), que han de imitar a las primeras. Para ellos, ambas son igualmente
científicas pero con métodos y fines; no solo objetos diferentes. Es el dualismo metodológico.
Esta reacción positivista no tardará en llegar a la lingüística con el idealismo lingüístico, movi-
miento que urge como reacción al hastío y los límites producidos por los neogramáticos. Este
idealismo lingüístico, cuyos antecedentes más directos hay que buscarlos en W. von Humboldt y
el filósofo italiano B. Croce, tiene como fundador al alemán K. Vossler” (p. 21).
17 K. Vossler, “Der Kampf gegen den Abstraktismus in der heutigen Sprachwissenschaft”,
Curtius, L. Spitzer, E. Auerbach, W. Krauss), Munich, Carl Hanser Verlag, 2002, pp. 24-48.
XVI
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XVII
24 Cf. F. R. Hausmann, “Vom Strudel der Ereignisse verschlungen”. Deutsche Romanistik im
Dritten Reich, Frankfurt, Analecta Romanica, 61, Kostermann (2000) pp. 119-120 y F. R.
Hausmann, Aus dem Reich der seelischen Hungersnot. Briefe und Dokumente zur Fachgeschichte der
Romanistik im Dritten Reich, Würzburg, Königshausen & Neumann, 1993.
25 H. H. Christmann, “Im Mittelpunkt der deutschen Romanistik seiner Zeit: Karl
Hausmann, F. Rutger, “Auch im Krieg schweigen die Musen nicht”. Die Deutschen Wissenschaftlichen
Institute im Zweiten Weltkrieg, Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 2001, pp. 211-237.
XX KARL VOSSLER
28 Ulrich Muhlack, “Nekrolog, Otto Vossler”, en Historische Zeitschrift, vol. 247 (1988),
pp. 214-216.
29 Cf. Schalk, Fritz, “In memoriam Karl Vossler”, en Deutsche Vierteljahrschrift für Literatur-
wissenschaft und Geistesgeschichte, 23 (1949), pp. 127-142. Otro recuerdo en su memoria se encu-
entra en Rohlfs, Gerhard, “Zur Erinnerung an Karl Vossler”, Zeitschrift für Romanische Philologie,
66 (1950), pp. 456-464.
3. EL PENSAMIENTO METODOLÓGICO
IDEALISTA EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE
comienzos hasta el presente, trad. de Raimundo Lida y Elsa Tabernig, Buenos Aires, Losada, 1955.
32 Karl Vossler, Filosofía del lenguaje, trad. de Amado Alonso y Raimundo Lida, Prólogo de
Amado Alonso, Madrid, Senén Martín, 1940. (Reeditado en 1943, 1968 y 2008, Buenos Aires,
Losada).
33 Karl Vossler, Espíritu y cultura en el lenguaje, trad. de Aurelio Fuentes, Madrid, Cultura
Hispánica.
XXI
XXII KARL VOSSLER
Frankreich und verwüsteten Deutschland. Wer weiss, was ohne den Geist des Sosiego, ohne das
spanische Morphium aus dem fiebernden Europa geworden wäre?” (p. 39).
35 H. Friedrich, Ob. cit., “Länder der reicheren Farbigkeit und der glücklicheren
der Wissenschaften, vol. I, Frankfurt, Peter Lang, 2001, pp. 484-491. Ahí se encuentra una inte-
resante bibliografía sobre Vossler desde 1949, año de su muerte, hasta 1974.
37 Cf. B. Croce, Ob. cit, p. 149. “la imposibilidad de traducir verdaderamente una
palabra en otra, del llamado dialecto a la llamada lengua, de la llamada lengua materna a la
llamada lengua extranjera”. K. Vossler, Positivismus und Idealismus in der Sprachwissenschaft,
Ob. cit. p. 65. “La traducción es siempre recreación”.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XXIII
diferente del título en esta edición. Existe una traducción de 1917 al catalán,
de Manuel de Montoliu38, tampoco reeditada. La elección del título de la obra
no es evidentemente baladí. Vossler define la lingüística del siglo XIX como
“ciencia positivista”, mientras que califica la emergente filología de principios
del XX como “ciencia idealista”. Con ello no pretendía sustituir una por la otra
sino complementarlas, perfeccionarlas y convertirlas en verdadero punto de
partida para la filología del siglo XX. Se puede afirmar que Vossler aventajaba
desde la perspectiva teórica a los positivistas. El servicio del lenguaje a la comu-
nidad es patente en la medida que ningún elemento, palabra, sonido o sílaba,
existe sólo por sí mismo sino que todos dependen y se dedican a los demás. El
lenguaje se transmite de un pueblo a otro, de generación en generación, desde
las expresiones de sentimiento o deseo hasta la designación de fines elevados,
desde el lenguaje del corazón hasta el lenguaje del tráfico internacional39.
Spitzer llega a decir de Vossler que posee una formación positivista40
como efectivamente fue. Vossler se había formado con los grandes maestros
positivistas, como Gröber y Meyer-Lübke, de quienes, antes de rebatirlos, recibe
gran parte de sus ideas y aprende a emplear su metodología, adaptándola pos-
teriormente a las ideas. Vossler afirma que “todos necesitan de los conceptos
flexibles e inconstantes de los auxiliares de la gramática, del concepto de forma
interna, de las categorías para investigar”41. En 1928, en el escrito Der Kampf
gegen den Abstraktismus in der heutigen Sprachwissenschaft, descubre y reubica los
peligros del positivismo y da indicaciones para continuar su teoría idealista.
Vossler se refiere al proceder de la lingüística de su momento y emplea los
términos “contra” y “lucha”.
Cuando se trabaja en la lingüística con abstracciones, cuando se entresa-
can y se aíslan ciertas formas lingüísticas o categorías gramaticales como verbos,
pronombres, nexos, para estudiarlos mejor, se hace de una vez y con todas las
reservas, para después volverlos a integrar en su contexto. Si éstos permanecen
aislados en la abstracción gramatical y no se penetra en el estudio de la vida activa
38 Karl Vossler, Positivisme e Idealismo en la ciencia del llenguatge: investigació lingüístico-filosó-
fica, trad. de Manuel de Montoliu, Barcelona, Quaderns d’Estudi, 1917. Montoliu (1877-1961)
que se había formado unos años en Alemania, tradujo también al castellano la obra de Vossler,
Historia de la literatura italiana, Barcelona-Buenos Aires, Labor, 1925; reeditada en 1941. Monto-
liu piensa que la doctrina de Croce es una amplificación de la de Humboldt, que a su vez será
punto de partida para Vossler, pero para él, la identidad de lenguaje y estética no es adecuada,
como apunta en su obra El lenguaje como fenómeno estético (1926).
39 K. Vossler, „Der Kampf gegen den Abstraktismus in der heutigen Sprachwissenschaft“,
Para Vossler, el lenguaje oscila entre el orden y la libertad. Las reglas, las
tipologías y las normas se insinúan en la lengua, la lengua misma las acecha y las
significa, las desarrolla en largos trayectos para después abandonarlas de nue-
vo al desorden. Se hacen abstracciones, se construyen ecuaciones analógicas,
leyes fonéticas y similares cuya explicación pone a prueba el ingenio individual.
Vossler, que se sumerge en el secreto de la creación lingüística hasta las pro-
fundidades, no necesita de leyes, gramáticas ni abstracciones; nada le impide
ver la evidencia. Los conceptos abstractos podrán serle útiles como asistentes
abnegados y dóciles43. Croce aceptaba la gramática constituida en disciplina
empírica, pero le negaba cualquier valor teórico44, y cuando piensa la gramá-
tica en su papel de disciplina empírica lo hace como una función puramente
práctica o didáctica, como “conjunto de esquemas útiles para el aprendizaje
de las lenguas, sin pretensión alguna de verdad filosófica”. Si bien Vossler la
reubica en su lugar. “Lo específicamente lingüístico en el lenguaje es su norma
lingüística y se llama gramática. Lo específicamente hablante en el hablar es su
autocreación y se llama poesía”45.
Vossler se vale de diversos puntos de anclaje, entre los que se encuen-
tra la filosofía del lenguaje de Wilhelm von Humboldt, la reflexión teórica de
Heymann Steinthal (1823-1899), la orientación de Franz Misteli (1841-1903) y
Georg von der Gabelentz (1840-1893), y por supuesto Benedetto Croce (1866-
1952).
La dedicatoria del libro a Croce se encuentra en el inicio de una larga y
fecunda amistad intelectual. Con los años se convirtieron en amigos íntimos, en
interlocutores eruditos que debatían y se escuchaban con admiración. Ambos
colaboraron en la redacción y publicación de reseñas y dedicaron mucho tiem-
po a la difícil búsqueda conjunta de buenos traductores al alemán, italiano,
francés o español para sus obras. Incluso es constatable la recíproca traducción
de obras como Historia de Europa en el siglo XIX46 o Antihistorismus47, que el mis-
p. XXX.
45 Karl Vossler, Espíritu y cultura en el lenguaje, trad. de Aurelio Fuentes, Madrid, Cultura
lona, Ariel, 1996. (Geschichte Europas im 19. Jahrhundert, aus dem italienischen von Karl Vossler
und Richard Peters, 1993).
47 B. Croce, Antihistorismus, übersetzt von Karl Vossler, München, R. Oldenburg, 1931.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XXV
II, Napoli, 20 marzo (1905), pp. 150-153. Reseña en la que alaba las teorías revolucionarias de
Vossler sobre la métrica y despliega una alabanza por la identificación de la filosofía del len-
guaje, filosofía del arte, lingüística filosófica y estética. Croce resalta la investigación de estética
pura en obras monografías artísticas que propone Vossler, en las que se estudia el lenguaje
en su individualidad y, en segundo lugar, la investigación histórico-estética en donde se aplica
el método positivista en las coordenadas de épocas y lugares. Por otra parte Croce critica a
Wechssler y más duramente a Wundt por su confusión entre lenguaje y mito-costumbres en el
marco de la demopsicología.
49 B. Croce, “K. Vossler, Der Kampf gegen den Abstraktismus ecc.”, La Critica, Rivista di
Croce, posfacio de Hugo Friedrich, Stuttgart, Ernst Klett, Anker-Bücherei, 1948. En donde
Croce se pregunta en el prefacio, si el hombre de investigación y ciencia no debería ser el
sacerdote de la edad contemporánea, con similares obligaciones. “Sollte dann der Mann der
Forschung und Wissenschaft als ein Priester des modernen Zeitalters etwa nicht die nämlichen
Pflichten haben? (p. 8).
51 Benedetto Croce, Estética como ciencia de la expresión y lingüística general, ed. cit. (Estetica
52 P. Aullón de Haro y J. García Gabaldón, “Introducción”, en Croce, Estética…, ed. cit,
p. XXXII.
53 Ibid, p. XXXVII.
54 K. Vossler, Die romanischen Kulturen und der deutsche Geist, Ob. cit., “Es hat in der
Tat noch etwas anderes mitgewirkt: ein Gedanke, der weder romanisch noch germanisch,
d.h. ebensogut germanisch wie romanisch, nämlich übernational und übernatürlich ist, die
Freiheit des subjektiven Geistes. Augustin hatte sie im Namen der Kirche gelehrt und gefordert,
Luther im Namen des Gewissens, Descartes im Namen der Wissenschaft und nun, da die
Aufklärung im Zuge war, forderte und predigte sie der Schweizer Protestant Rousseau im
Namen der Gesellschaft. Seit Rousseau gibt es im Bewusstsein der europäischen Menschheit
ein soziales Gewissen” (pp. 43-44).
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XXVII
del arte y la historia del lenguaje son idénticas. Quien habla actúa en el fondo
como un artista creador. La lingüística es estilística y estética y por tanto perte-
nece a la historia del arte.
El lenguaje no es para Vossler exclusivamente creación, sino también vin-
culación a lo existente, tendencia a una cierta uniformidad que ha de consi-
derarse como pasividad, para lo cual introduce el concepto de evolución. En
cambio desde la perspectiva práctica de la comunicación es una necesidad. El
lenguaje en cuanto que se utiliza para las relaciones prácticas de los individuos
entre sí, ya no es creación individual, sino colectiva. El acaecer lingüístico no
es solo asunto del individuo, sino también de la colectividad. El lenguaje tiene
pues un carácter social. Aquí se observa la importancia que Vossler otorgaba
a la comunidad lingüística frente al individuo. El lenguaje es algo individual
y activo y en el momento del estancamiento y de la fijación es algo pasivo,
es actividad espiritual colectiva pero es evolución. Además se encuentra otra
idea humboldtiana en Vossler, en el nexo entre lenguaje y peculiaridad del
espíritu de un pueblo, que precisamente en Humboldt poseen una unión ínti-
ma. Vossler deduce que existe una interacción entre cada lengua particular en
cada época y cultura de sus hablantes, esto es, que existe una relación entre la
mentalidad de los hablantes y las formas lingüísticas que emplean. Pero “de
ninguna manera la historia intelectual o del espíritu (Geistesgeschichte) o histo-
ria de la cultura (Kulturgeschichte) de un pueblo es idéntica a la historia de su
lengua”. “Hay muchas cosas que no se reflejan en la lengua de un pueblo sobre
su espíritu y su destino, hay otras cosas que la lengua ilustra sólo parcialmente
o de forma fragmentaria, otras que traiciona indirecta o vagamente o que deja
reconocer ambiguamente”55.
Positivismo e Idealismo fue el punto de partida de una amarga guerra, si
bien las críticas al positivismo se habían iniciado mucho antes. Actualmente,
el pensamiento lingüístico de Vossler se considera sobre todo patrimonio de la
Filología Románica. Las últimas décadas del siglo XX vieron renacer disputas
similares o de contendientes simétricos, entre las reimpulsadas escuelas neo-
neopositivistas, entonces aún vigentes, y posturas críticas que apelaban al rigor
filosófico frente a un tecnologismo antihumanístico que había confundido tan-
to el objeto como el alcance del método. En gran medida, puede decirse que
persistió el debate entre una filología del espíritu y una filología de la letra, o
bien, según más globalmente cabría pensar, entre un pensamiento de tradición
humanística y una rearmada tradición cientificista que quiso trasladar al mun-
do de las ciencias humanas un criterio, por completo ajeno, de métodos que en
nada corresponden a los objetos de éstas.
55 K. Vossler, “Der Kampf gegen den Abstraktismus in der heutigen Sprachwissenschaft”,
4.1 Introducción
56 Carlo Tagliavini, Einführung in die romanische Philologie, aus dem Italienischen von
ción, intuición y creación estética, y por ello el modo de expresarse es tan per-
sonal. A todo ello se añade que el lenguaje es alógico, y por ello aduce el ejem-
plo de que para el hablante en lengua romance, el sol es masculino, y femenino
para el hablante en lengua alemana. El idealista quiere descubrir las causas del
empleo frecuente de las expresiones. “La razón es que una ha correspondido
mejor que la otra a las necesidades espirituales y tendencias de la mayoría de los
individuos. Quiere ser comprendida desde el fondo del `espíritu de la lengua’”.
Las lenguas evolucionan por un orden sólido y racional de ideas y con
una tendencia lógica y económica a colocar las palabras. El espíritu creador
del lenguaje (schaffender Geist) se mueve con tendencias de uniformización,
nivelación, diferenciación o individualización en la creación de palabras. Por
ello, para estudiar cada cambio lingüístico, hay que reunir la gran multitud de
causas condicionadas, los fenómenos concomitantes, la causa principal y los
resultados secundarios. Los cambios lingüísticos aparentemente accidentales
tienen siempre una causa estética que es inmanente al espíritu de quien habla.
El arte del lenguaje consiste precisamente en saber unir los más finos matices
fónicos, flexivos, sintácticos y lexicológicos.
Vossler traza ejemplos con los que va señalando los errores de la escuela
positivista. Denuncia que el positivista sólo entiende los conceptos empíricos
como científicos, por ello incurre en graves errores. “Debemos protestar con
energía contra el error fundamental del positivismo metafísico que confunde y
mezcla causas condicionadas e incondicionadas”. Cuando se refiere al género
de los nombres encuentra poca razón lógica; por ello afirma que, a veces, la
analogía fónica es el motivo del cambio de género. En este sentido, realiza un
estudio de los sufijos (como en la deformidad de Männin) para afirmar que
la división lingüística en femenino y masculino no tiene que ver con la divi-
sión zoológica sino que la determinación del género en la lengua es simbólica,
metafórica o antropomórfica. Tampoco la fonética ni la sintaxis ofrecen moti-
vos para esclarecer el empleo unilateral de los posesivos tónicos en el italiano
moderno ni en el portugués moderno, sino que sólo son posibles aclaraciones
estilísticas. Alude a la imaginación plástica e intuitiva del italiano con su ten-
dencia a concretar e individualizar las cosas y a la predisposición del francés a
la abstracción.
En el segundo apartado sobre la sintaxis, se realiza una crítica ácida con
afirmaciones tales como que la gramática positivista está muerta, que la sintaxis
descriptiva es una ciencia de cementerio o que la filología positivista sólo hace
“recolección de materiales”.
Según la definición de Vossler, la esencia de la estilística está en la funda-
mentación idealista de la expresión lingüística como creación genuinamente
individual, por lo que repite varias veces la idea de que toda expresión lingüísti-
XXXII KARL VOSSLER
ca es una creación espiritual individual, que hay tantos individuos como estilos,
además de que el lenguaje es siempre imagen e intuición y nunca abstracción.
Subraya que para la Filología se necesita obviamente de una aptitud. El
fundamento de la comunicación es el talento lingüístico y no la agrupación de
convenciones ni de material lingüístico. El ingenio estético-crítico es un don,
de la misma manera que lo son el estético-productivo, el lógico y el matemático.
El poeta no debe seguir las intuiciones del crítico, sino el crítico las del
poeta, para mostrarnos dónde y por qué el poeta entra en contradicción con
su propia intuición y es infiel a su musa. Este método crítico es el método
de toda la crítica idealista. Vossler vuelve a subrayar en este contexto que la
ciencia del lenguaje es Estilística y que ésta pertenece a la Estética, que la
ciencia del lenguaje es Historia del arte y que hay tantos ideales de belleza
como obras de arte.
En realidad para Vossler no existen las comunidades lingüísticas ni los
dialectos o similares. Para él, estos conceptos se han aprobado mediante agru-
paciones más o menos arbitrarias que son un nuevo error del positivismo. Y lo
explica con el siguiente ejemplo: si se encierran juntos dos o más individuos
pertenecientes a comunidades lingüísticas muy heterogéneas, y entre ellos no
se halla ninguna convención lingüística común, pronto se entenderán gracias
a su talento lingüístico. De esta manera se han formado muchas lenguas y así
se desarrolla toda la evolución lingüística. Cada individuo aporta su pequeña
contribución, cada uno participa creativamente, dado que el lenguaje es una
creación espiritual. Por ello una lengua no puede ser enseñada (gelehrt) en el
sentido propio de la palabra, sino que, como dice Humboldt, sólo puede ser
“despertada” (geweckt). Considerar una lengua como convención y regla equi-
vale a considerarla como acientífica.
Repetir lo que otros dicen es cosa de loros. Por ello el loro no tiene ningún
estilo. El loro es la convención lingüística personificada, es la pura pasividad. Imita
la lengua por instinto pero no se comporta de forma creativa. En cada persona
se esconde ciertamente algo de loro. Es el déficit o el pasivo de nuestro talento
lingüístico. Donde empieza el déficit, acaba el talento lingüístico. Y allí también se
encuentra el límite de la lingüística.
hedor corrupto de esta filología positivista?”. “Así pues, tender un puente desde
la sintaxis hacia la Estilística es como querer resucitar a los muertos. Se puede
matar a golpes a los vivos y enterrarlos”. “Eso es lo que se practica diariamente
en las lenguas vivas por muchos centenares de maestros de escuela de todas
partes”. En ninguna otra disciplina, dentro de la lingüística, se revela tanto la
insuficiencia del positivismo como en la semántica. Del positivismo se encuen-
tran elaboraciones débiles, pequeñas e inútiles, afirma Vossler, para cuya diso-
lución tan sólo se necesitan algunas dosis de ingenio. “Cuanto más se asciende
en la gramática, más puro es el aire y con más dificultad respira el positivista”.
Cuando se investigan las acepciones de significación de una palabra hay
que remitirse a las conexiones en las que aparece. Ahí se establece inmediata-
mente la relación con la estilística, porque el lenguaje no tiene conceptos, sino
intuiciones, cada una de las cuales tiene validez propia, individual e inmediata.
Y ya que el lenguaje no es nunca lógico, no podrá someterse por tanto a un
tratamiento lógico.
Vossler insiste en que el lenguaje es el síntoma del espíritu, no a la inver-
sa. Los órganos de la voz no son idénticos al talento del lenguaje. La esencia
del lenguaje es actividad interior, intuición, primacía de lo psíquico frente a
lo físico. La energeia del lenguaje se adquiere al nacer, se posee, se ejercita y
se educa, pero nunca se aprende. Según Vossler el lenguaje no es una acti-
vidad instintiva, sino un movimiento voluntario, una actividad espiritual. Es
la primera garantía de cultura, el primer acto de libertad y de emancipación
intelectual. Toda lengua, incluso el dialecto más primitivo y salvaje, es lengua
literaria en el auténtico sentido de la palabra. La lengua no es autónoma, sino
el espíritu que la crea, que la forma, mueve y condiciona. El espíritu humano
con sus intuiciones individuales, inagotables, sería la única causa activa de
todas las formas de lenguaje. “La reina absoluta de la Filología es la Estética.
¡Si no fuera así, hace tiempo que yo verdaderamente ya habría colgado los
hábitos de filólogo!”.
Piensa Vossler que el positivismo sabe cómo funciona el engranaje del
lenguaje, pero no se plantea su esencia ni su origen, ocultando este problema
bajo un puente psicológico-asociativo. En el dialecto se avanza con lentitud y
uniformidad. En la lengua literaria, a saltos y de forma poco uniforme, ya que
se producen progresos gracias a la iniciativa individual, a la libertad, que es el
principio de vida espiritual. Vossler propone hablar menos de los dialectos y
más bien del predominio de determinados sonidos. Sigue a Gröber en que “la
no comprensión de una lengua por otra o una comprensión facilitada por la
reflexión son, sin duda, el distintivo de una segunda lengua, y allí donde cesa
la comprensión inmediata de la otra lengua, debido al sonido variante de las
palabras, ahí, se presenta una lengua o un dialecto aparte”.
XXXIV KARL VOSSLER
57 Cf. reseña de Wechssler en: Literarisches Zentralblatt für Deutschland, Leipzig, 21 de ene-
ro (1905), pp. 137-140.
58 Cf. Wilhelm Meyer-Lübke, Introducción al estudio de la lingüística romance, trad. de Amé-
30, ed. Gustav Gröber, Halle, Max Niemeyer, 1906, pp. 472-484. Tras la reseña de Positivismus
und Idealismus se encuentra la reseña a Wundt por Völkerpsychologie.
XXXVIII KARL VOSSLER
muy cortés con Croce. Vossler aparece sólo en la primera y en la última página.
En esta interesante recensión de Positivismus und Idealismus se considera brusco
el tono empleado por Vossler; se le reprocha su subordinación a la estética de
Croce. El joven profesor Diettrich, que acaba de habilitarse, acusa a Vossler de
haberse dejado convencer, de apropiarse de las teorías de Croce y de no haber
expuesto en toda la obra una opinión desviada, contraria o una crítica a Croce.
Por ello, en el epílogo, se consideran los fundamentos teóricos de las refor-
madoras declaraciones lingüísticas como demasiado arriesgadas (bedenklich)
y vacilantes (schwankend). Si bien Diettrich reconoce la energía dedicada por
Vossler a la investigación del significado y de la fonética, una disciplina aban-
donada por la que Vossler rompe una lanza, y la atención singular que brinda a
los problemas ontogenéticos. El cuerpo de la reseña se dedica expresamente a
criticar la determinación conceptual empleada por Croce. Destaca la galería de
antepasados (Ahnenreihe) en los que se fundamentan las ideas de Croce y afirma
que se trata de teorías psicológicas y de valores ya superadas que Croce utiliza y
Vossler hereda y acepta: Vico, Schleiermacher, Humboldt, De Sanctis, Konrad
Fiedler, Steinthal. La crítica a la constelación terminológica se inicia en los
conceptos esenciales de Estética y Lingüística, para los que apunta la necesidad
de coordenadas psicológicas modernas, en referencia a sí mismo (Grundzüge
der Sprachpsychologie, 1904, y Die Grenzen der Sprachwissenschaft, 1905) o a Wundt
con el concepto central de “apercepción”. De interés es el elenco de términos
especializados que Croce emplea y que Diettrich considera de cuño aristotélico
y no suficientemente modernos: expresión (Ausdruck), sentimiento (sinnliches
Gefühl), formación espiritual (geistige Formung), psique (Seele), espíritu (Geist),
hecho psíquico (seelische, psychische Tatsache), emociones, afectos y pasiones
(Gemütsbewegungen, Affekten, Leidenschaften), impresiones (Eindrücke), el hom-
bre en cuanto animal y el hombre en cuanto hombre, la actividad espiritual
(geistige Aktivität), sensaciones (Empfindungen), el sentimiento como un tipo de
sexto sentido, materia informe (ungeformtes Material), la claridad del espíritu
contemplativo (zur Klarheit des anschauenden Geistes), la intuición (Anschauung o
anschauliche Erkenntnis), representación (Vorstellung), la actividad espiritual, la
síntesis espiritual (geistige Synthese), el hecho estético (ästhetische Tatbestand), el
placer estético (ästhetischer Wohlgefallen), los sueños, tonos, movimientos, la idea
de que cada hombre es un artista (homo nascitur poeta), etc.
En la obra de Hermann Osthoff sobre la naturaleza supletiva se estudia el
cambio flexivo o la formación de las palabras. Vossler hace varias veces autocrí-
tica en su estudio sobre la Vita de Cellini al comparar los trabajos de Gröber y
Osthoff, quienes de alguna manera intentan dar un nuevo sentido a las reglas
lingüísticas. La idea fundamental de la teoría de Gröber era similar a la del tra-
bajo de Osthoff, que por cierto entonces todavía no se había publicado.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XXXIX
cit., p. 33.
XL KARL VOSSLER
62 Giacomo Devoto, Vossler und Croce. Ein Kapitel aus der Geschichte der Sprachwissenschaft,
(…) Muchas gracias por la amable idea de haber enviado aquella traducción que
compendia mi articulito sobre los orígenes, pues, de otro modo, por cierto, habría
pasado inadvertida. Agradecería gustosamente al autor si conociese su dirección.
El ser divulgado resulta siempre grato. Mi librito sobre el positivismo e idealismo
en la ciencia del lenguaje se terminó de imprimir hace ya tiempo y espero de un
día para otro la publicación. Se entiende que le mandaré enseguida un ejemplar.
Ha salido ahora otro pequeño volumen, no muy concluyente, sobre la Lautge-
setzfrage: Eugen Herzog, Streitfragen der Romanische Philologie, Halle, Niemeyer, 1904,
del cual desgraciadamente no he podido ocuparme ahora en mi librito. Ahora me
ocupo de relatos franceses. (…).
En las cartas, Vossler manifiesta desde el principio que está ocupado con
un trabajo de investigación en el que quiere lograr acercar y hacer apeteci-
ble las consecuencias inevitables de su Estética a los especialistas en gramática.
Realmente Vossler quería proveer sus consideraciones metodológicas con un
rico aparato de ejemplos típicos que fueran de utilidad a los especialistas.
lleno en una serie de investigaciones fonológicas. De ellas podría salir otro librito
que se agregaría a éste como segunda parte64.
Muchísimas gracias por la hermosa reseña que ha escrito sobre mi librito. Le agra-
dezco especialmente las observaciones contra la crítica de Wechssler. Justísima su observa-
ción del final. El término “estético-histórico” está mal elegido, puesto que en la segunda
parte Wechssler no agrega nada a la primera. He tomado la palabra “histórico” en un
sentido sencillo y popular. Podía decir naturalista o evolucionista. Tiene razón también en
64 Carta de Vossler a Croce, en Heidelberg, a 8 de diciembre de 1904. Cf. Epistolario, ed.
cit., p. 52.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE XLVII
poner la categoría de los homónimos entre las cosas inexistentes, aunque yo en mi librito
haya omitido hacerlo. Volveré más tarde sobre este punto para mostrar cómo a la infinita
variedad de intuiciones individuales corresponde una infinita variabilidad articulatoria
o fónica. Mi reseña del libro de Samson Himmelstjerna (Rhythmik-Studien, Riga, 1904) es
anterior a mi librito. 65
marzo (1905), pp. 150-153. Existe otra temprana recensión, de 1906, en la revista Zeitschrift für
Romanische Philologie, 30, pp. 472-484. Son las únicas reseñas que Vossler guardó entre sus mate-
riales de trabajo y se encuentran en su legado.
66 Carta de Croce a Vossler, 12 de septiembre de 1908. Cf. Epistolario, ed. cit., p. 96.
67 Carta de Vossler a Croce, en Roma, a 24 de abril de 1905. Ibid., p. 56.
XLVIII KARL VOSSLER
Gracias por el nuevo libro. Pasé todo el día de ayer en compañía de usted,
leyéndolo con mucha atención. He admirado en especial la segunda parte del
libro por la justeza y penetración de las polémicas y por los excelentes análisis que
se aducen como ejemplo. También la tercera parte tiene observaciones polémicas
muy buenas contra Wundt, Wechssler, etc. Y un ensayo importante de historia de
la lengua francesa. Muchas páginas las he releído con viva admiración y deleite. Lo
que no me convence del todo es la primera parte, o sea, la introducción. Me pare-
ce que usted no ha definido el concepto de historia con exactitud y, tal vez, la obra
de Rickert ha ejercido sobre usted, para esta parte, una influencia no benéfica.
(…) Yo creo que lo que importa es 1) dilucidar cada vez mejor la nueva filosofía
del lenguaje (estética) para destronar la psicología del lenguaje; 2) difundir una
nueva crítica (historia) que estudie las obras literarias y por consiguiente el estilo,
la lengua, etc. de acuerdo con la enunciada filosofía70.
58-60.
71 Carta de Vossler a Croce, Múnich, 20 de marzo de 1940. Ibid., pp. 293-294.
7. SOBRE LA TRADUCCIÓN
Verlag, 1931.
74 Karl Voβler, Positivismus und Idealismus in der Sprachwissenschaft. Eine sprach-philosophi-
75 Briefwechsel Benedetto Croce-Karl Vossler, traducción al alemán y prefacio de Otto Vossler,
77 José Luis Varela, Vossler y la ciencia literaria, Madrid, Ateneo, 1955, p. 29. Excelente
den Anfängen bis zur Gegenwart, 2ª edición ampliada, Heidelberg, Carl Winters Universitätsbuch-
handlung, 1929.
79 Karl Vossler, Cultura y lengua de Francia. Historia de la lengua literaria francesa desde los
comienzos hasta el presente, trad. de Raimundo Lida y Elsa Tabernig, Buenos Aires, Losada, 1955.
80 Carta incluida en K. Vossler, Algunos caracteres de la cultura española, trad. de Carlos
Clavería, Madrid, Espasa-Calpe, 1941 (1ª ed.). Otros textos que se incluyen son: “La fisionomía
LV
LVI KARL VOSSLER
buchhandlung, 1925.
82 Karl Vossler, Espíritu y cultura en el lenguaje, traducción de Aurelio Fuentes, Madrid,
Lida, prefacio de Amado Alonso, Buenos Aires, Losada, 1943, p. 11 (Prefacio). Esta traducción
se había editado anteriormente en 1940 (Madrid, Senén Martín). Posteriormente se reeditó en
1968 y 2008 (Buenos Aires, Losada).
85 Ibid, p. 33.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE LVII
de original solo se puede explicar partiendo del genio. Todos, en cuanto que
creamos formas de lenguaje, somos poetas y artistas, aunque en la vida corrien-
te no pasamos de artistas mínimos, mediocres y faltos de originalidad86. En el
capítulo sobre “Historia de la lengua e historia de la literatura” asegura Vossler
que todo lingüista sabe que su tarea pertenece a la historia de la cultura o a la
del estilo (arte), o a ambas, y sabe que su tarea tiene un valor científico pro-
pio. La historia lingüística y la historia literaria son miembros subordinados de
la historia cultural. La historia de la cultura es sencillamente la historia de la
humanidad o la historia del espíritu87. Las obras idiomáticas son estudiadas por
el historiador de la literatura y de la lengua como documentos y monumentos.
“La historia de la literatura debe valer como introducción óptica, especialmen-
te sinóptica, a la historia de la lengua. Y ésta como un enriquecimiento en
fuentes, analítico y explicativo, de la historia literaria”88.
De 1936 es La poesía de la soledad en España (Poesie der Einsamkeit in Spa-
nien), una obra de bibliografía amplísima que refleja la sensibilidad artística y el
equilibrio del autor. En esta original obra, diríamos tematológica, reeditada en
2000 con el título algo trastocado La soledad en la poesía española89, como es sabi-
do analiza el término y el concepto castellano de soledad, con aproximación
a sosiego90 en español y saudade en portugués, para conducirse entre la poesía
popular y trovadoresca hasta el siglo XVII, en que se “suaviza” y desciende su
uso. Dedica capítulos a Ausias March, Raimundo Llull, Góngora, Quevedo, San
Juan de la Cruz, Calderón, Gracián, a los que se acerca con matizadas miniatu-
ras biográficas, con “Los malhumorados y desengañados”, “Los extravagantes,
los parias y perseguidos”, “El hombre solitario en las artes plásticas”. Vossler
penetra en el alma española a través de los grandes textos; se acerca al perfil
de conquistadores, descubridores, misioneros, santos perseguidos, anacoretas
y eruditos.
En 1944 Carlos Clavería tradujo una selección de ensayos de Aus der roma-
nischen Welt (1940-1942) en cuatro volúmenes con el título Escritores y poetas de
España. Contiene breves ensayos como “Los grandes escritores españoles”91.
Libros, 2000.
90 Cf. también la explicación que ofrece Vossler del término sosiego como Gelassenheit
o “ruhige Feierlichkeit im Gehaben”, rasgo del carácter español (“mit sosiego grüssen”, “kein
rasches Wort”, “sosiego wenn man sich kleidet”). En K. Vossler, Frankreichs Kultur und Sprache, ob.
cit., 1929, p. 317.
91 Karl Vossler, Escritores y poetas de España, Madrid, Espasa-Calpe, 1944. Cf. la edición en
alemán, K. Vossler, Aus der romanischen Welt, Leipzig, Koehler & Amelang, 1940.
LVIII KARL VOSSLER
En Die Romanischen Kulturen und der deutsche Geist (1948) Vossler explica,
intentando encontrar una causa histórica objetiva, algunos de los capítulos más
difíciles de la historia de España, como el que en algunos territorios, tras una
guerra de siete siglos contra el islam y los árabes, se haya llegado a la amarga
experiencia de que la propia fe sólo puede salvarse con virtudes como la valen-
tía, la obediencia y el sentimiento del honor. De ahí que las cuestiones interio-
res de la fe, la duda filosófica, la necesidad de certezas subjetivas se callaran y
se situaran en un segundo lugar, en cuanto que peligraba la misma herencia de
la fe de padres a hijos. La obra fue traducida al español por José Luis Varela en
195692 con el título Romania y Germania. Es de reseñar en especial el capítulo
dedicado a “Las culturas románicas y el espíritu alemán”, sobre la cristiandad
española que creció frágil, alerta, a la defensiva, intolerante hacia fuera, pero
aproblemática, natural y descomplicada en su interior; lo que más importaba
era la paz y la tranquilidad en el alma93. Vossler desmenuza las notas estridentes
del carácter español, analiza su lengua y se admira ante su literatura.
Como obra póstuma se publicó España-Europa (1951), inacabada y en la
que no hay mención del traductor94. Contiene una síntesis que engarza los
grandes personajes españoles de las diversas épocas (romana, visigótica, islá-
mica, renacimiento, modernidad) y expone la singularidad de la aportación
cultural española.
92 K. Vossler, Romania y Germania, trad. de J.L. Varela, Madrid, Rialp, 1956, pp. 186-187.
93 K. Vossler, Die romanischen Kulturen und der deutsche Geist, ob. cit. “In einem sieben-
hundertjährigen Kampf gegen die Araber und Islam haben die Spanier die bittere Erfahrung
gemacht, dass der eigene Glaube, die eigene Fasson selig zu werden nur durch militärische
Tugenden gerettet und bewahrt werden kann. Tapferkeit, Ehrgefühl und Gehorsam. Die inne-
ren Fragen des Glaubens, der philosophische Zweifel, die subjektiven Gewissensnöte müssen
zurücktreten und schweigen, solange der Glaube in seinem äusseren Bestand, in seinem Fortle-
ben und seiner Überlieferung vom Vater auf den Sohn gefährdet ist. Von den drohenden und
verführerischen Elementen des Islam täglich umgeben, musste das spanische Christentum zu
einem „noli me tangere“ werden: jungfräulich, spröde, wehrhaft und unduldsam nach aussen,
unproblematisch und selbstverständlich in seinem Inneren” (pp. 37-38). En cambio, describe
el espíritu germánico en estos términos: “dass die Germanen, wie wir gesehen haben, unreif
und spät in die Weltgeschichte eingedrungen und durch Aneignung und Überwindung von
fremden Kulturgütern nur langsam in ihr gross geworden sind, und dass sie seither immer erst
nehmen bevor sie schenken, zerstören bevor sie bauen, denken und sinnen bevor sie sprachen
und handeln, und dass sie diese Art für ihre Tugend halten, daher ihnen das Werden für wich-
tiger gilt als das Sein, das Wandern für besser als das Stillsitzen” (pp. 57-58).
94 Carlos Vossler, España-Europa, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1951. El epílogo
de su viuda dice así: “En este punto, el 18 de mayo de 1949, la muerte, que no perdona, cortó
cruelmente la vida del hombre bueno, del padre y marido ejemplar, el maestro guía de sus discí-
pulos, el erudito de las lenguas romances, que sintió especial amor por los valores de la cultura
española. Las últimas palabras que pronunció fueron dichas en la sonora lengua de Castilla. En
su memoria, lectores españoles, dedicadle una oración”.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE LIX
95 Cf. “No puede imaginarse mayor libertad de composición artística dentro de una uni-
dad más rigurosa de intención ética”, en la carta contenida en K. Vossler, Algunos caracteres de la
cultura española, trad. de Carlos Clavería, Madrid, Espasa-Calpe, 1941, p. 12.
10. LA ESCUELA IDEALISTA
96 H. H. Christmann, “Im Mittelpunkt der deutschen Romanistik seiner Zeit: Karl
Vossler”, p. 501, en: Ob. cit.
97 W. Theodor, “Lerch, Eugen”, en Neue Deutsche Biographie 14 (1985), pp. 310-311.
98 Carta de Vossler a Croce, en Munich, 19 de octubre de 1919, en Epistolario, ed. cit.,
p. 186.
LX
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE LXI
Vossler zum 6. September 1922, Heidelberg, Carl Winter’s Universitätsbuchhandlung, 1922, Colec-
ción Romanischer Elementar- und Handbücher dirigida por Wilhelm Meyer-Lübke. En el
prefacio, “Wir sind die ersten unter Ihren Schülern, denen die Ehre und Verantwortung
akademischer Lehrtätigkeit zuteil geworden ist“.
100 Ibid, pp. 148 y 156.
101 Christmann, Ob. cit., pp. 39-40.
102 Cf. H.-U. Gumbrecht, Ob. cit., pp. 175-208.
LXII KARL VOSSLER
como había sido para Humboldt, el lenguaje es energeia, actividad libre, creado-
ra, con perspectiva finalista. El individuo aprende una lengua como un saber
hacer, la lengua que es un sistema técnico, culmina en su evolución y la gramá-
tica en su historia. Coseriu abrió otra vía de entrada de las ideas lingüísticas y
estéticas de Croce, especialmente en España.
En cuanto al ámbito hispano, Vossler y Croce es sabido que influyeron
en algunos de los mayores representantes de la estilística y la filología españo-
la e hispanoamericana, en especial Amado Alonso, Dámaso Alonso y Alfonso
Reyes103. La influencia de Croce en España fue más bien escasa y se canalizó a
través de Coseriu y de su relación de amistad con Miguel de Unamuno, quien
escribió el prólogo a la traducción española de la Estética. Amado Alonso (1896-
1952) fue también discípulo de Vossler. Lector de español en la Universidad
de Berlín en 1922, investigador en la Universidad de Leipzig (1935) y años
después catedrático en la Universidad de Buenos Aires y en la de Harvard,
entendió su pensamiento de modo penetrante e impulsó su herencia con la
traducción de diversos escritos junto con Raimundo Lida, entre ellos Filosofía
del lenguaje y el artículo “Formas gramaticales y psicológicas del lenguaje”104. Su
labor se enmarca, en primer lugar, en que durante la segunda mitad del siglo
XIX había en España una tendencia general a razonar la lingüística como cien-
cia del espíritu y a considerar integralmente el estudio lingüístico y el literario,
que tendrá carácter sobresaliente en la primera mitad del siguiente siglo105. En
segundo lugar, es de recordar la creación de la Sección Filológica, dirigida por
Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos (1910), dependiente de la
Junta para la Ampliación de Estudios, creada en 1907. Y el hecho es que la pos-
tura idealista se advierte en algunos de los trabajos de Amado sobre estilística
literaria. El viejo positivismo se superó pronto en España en tanto que teoría
restrictiva y tanto el mensaje vossleriano como especialmente la estilística de
Spitzer tuvieron gran peso. Ahora bien, pasados los años, Dámaso Alonso, en
su época de dominio, ejecutó un giro lamentable en favor de los checos nortea-
mericanos, mediante lo cual dio al traste con la gran excepción y posibilidad
española, siendo por lo demás él mismo triste víctima de su propia decisión106.
103 Cf. la Introducción de P. Aullón de Haro y J. García Gabaldón a B. Croce, Estética como
ciencia de la expresión y lingüística general, ed. cit., p. XLV.
104 K. Vossler, “Formas gramaticales y psicológicas del lenguaje”, en K. Vossler, L. Spitzer,
H. Hatzfeld, Introducción a la Estilística romance, trad. y notas de Amado Alonso y Raimundo Lida,
Buenos Aires, Instituto de Filología, 1932, pp. 1-70.
105 Mª Teresa Echenique Elizondo, “Influencia y recepción de la filología hispánica de
los países de lengua alemana en España (1859-1945)”, en: VVAA, La aportación del hispanismo
alemán y su recepción en España, Madrid, Instituto Cervantes, 1997, p. 36.
106 Una descripción e interpretación severa de estos problemas, de primer orden para el
107 Karl Vossler prologó la obra de Manuel Criado del Val 1944 Atlántico. Ensayo de una
Valero Moreno, Juan Miguel, “Karl Vossler en español: bibliografía analítica”, pp. 139-
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109 Juan Miguel Valero Moreno, “Karl Vossler en español: bibliografía analítica”, pp. 139-
LXIV
12. CRÍTICA A LA METODOLOGÍA IDEALISTA
EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE
111 Hans Helmut Christmann, Filología idealista y lingüística moderna, versión española de
Francisco Meno Blanco, Madrid, Gredos, 1985. (Idealistische Philologie und moderne Sprachwissen-
schaft, 1974).
112 Christman, p. 61.
113 H. H. Christmann, Ob. cit. p. 10.
LXV
LXVI KARL VOSSLER
el escrito de Gerhard Rohlfs Sprache y Kultur, que comienza con un duro ataque
al idealismo, está dedicado a la memoria de Heinrich Morf, el mismo romanista
a quien Vossler dirigía su Sprache und Schöpfung114.
Vossler afirma en su conferencia Der Kampf gegen den Abstraktismus (1928)
que “se continúa luchando en ambas facciones, en simulacros de batalla, por-
que solo tienen el eco de polémica científica, en palabrerías terminológicas en
torno a detalles nimios y en disputas inútiles que no vienen al caso”115. A partir
de 1930, Vossler ya no trabajaría más directamente en el campo de la consi-
deración del lenguaje desde una perspectiva idealista. Pero esto no significa
que Vossler abandonara ese modo de pensar, ya que en los años 1930-1940 se
tradujeron muchos de sus escritos con su consentimiento y colaboración, como
ocurrió en España, y siguió aplicando su metodología al ámbito literario, ya no
tan directamente al ámbito lingüístico.
Los esfuerzos idealistas por explicar la historia de la lengua por medio de
la historia de la cultura han sido destacados como una iniciativa metodológica
fructífera116. Ernst Robert Curtius deploraba en 1944 la división de la romanís-
tica en ciencia del lenguaje y ciencia de la literatura y tachaba este retroceso
como “ruina de la auténtica filología”. A las valoraciones positivas de la filología
idealista se contraponen otras negativas, en especial, contra la identificación
de lenguaje y arte, contra el paralelismo entre lenguaje y cultura y el residuo
romántico de lenguaje y carácter de la nación, como hemos visto anteriormen-
te. Y se continúa con la descalificación de estos textos. Generalmente se les des-
acredita como textos especulativos y subjetivos; se les acusa de contener exage-
raciones y parcialidad en lo que se refiere a la fase de los inicios, no ya tanto al
periodo posterior. Se ataca a la escuela con calificaciones cientificistas relativas
a la carencia de una adecuación relativa a los estándares científicos y emplear
una metodología insegura117. Incluso hubo quienes achacaron a la enseñanza
idealista un retraso en la implantación de la escuela estructuralista.
Hubo encendidas polémicas como la de Karl Jaberg y Gerhard Rohlfs.
Uno de los puntos clave que no entienden los positivistas es el hecho de que el
objeto de la lengua es una instancia del individuo que la habla. En efecto, se tra-
ta de una idea humboldtiana pero en cierta manera negada por los neogramá-
ticos (Junggrammatische Schule). Por ello se estima un factor de complicación el
114 H. H. Christmann, Ob. cit., pp. 40-43.
115 K. Vossler, “Der Kampf gegen den Abstraktismus in der heutigen Sprachwissen-
schaft”, pp. 322-333, Die neueren Sprachen. Zeitschrift für den Unterricht im Englischen, Franzö-
sischen, Italienischen und Spanischen, Marburg, N. G. Elwert’sche Verlagsbuchhandlung, 1928.
116 H. H. Christmann, p. 56.
117 Wolf Dieter Stempel, “Idealistische Sprachwissenschaft”, pp. 189-207, en: G. Holtus,
M. Metzeltin, C. Schmitt, Lexikon der Romanistischen Linguistik, vol. I,1, Tübingen, Max Niemeyer
Verlag, 2001.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE LXVII
cognoscitivo, “das Wesen der Sprache ist die innere Tätigkeit”, siguiendo a Vossler
(1904). Por consiguiente, asistimos a una convivencia entre computacionalis-
mo, última fase simplificadora de los neopositivismos, y la caída de todo funda-
mento neopositivista de cualquier orden a manos de una sociologización que
todo lo tiñe constituyéndose en un a priori generalizado. Y con todo, parece
adquirir cierta actualidad, quizá fruto sobre todo de cierto mecanismo pendu-
lar, al menos en Alemania, el pensamiento de Vossler127 acerca de la necesidad
de considerar la filología como una ciencia de la cultura, combinar el estudio
lingüístico con el cultural, la historia de la lengua con la historia de la cultura y
la filosofía del lenguaje, la estética y la estilística.
En alguna medida, como se apuntó anteriormente, cupiera considerar
ciertas líneas de investigación que resitúan el objeto de estudio entre la psi-
cología, el lenguaje, la literatura y la estética. Objeto de estudio del cual se
ocupan los análisis de las secuencias lingüísticas de los fenómenos psicológi-
cos del hombre, esto es el lenguaje de las emociones y afectos, expresiones
de facetas interiores o espirituales de la condición humana. Ello también en
relación a los diferentes estratos literarios. Hoy se indaga en el lenguaje íntima-
mente ligado a las emociones (Emotion Turn) de identidad o alteridad. Incluso
se traza el estudio de los sentimientos relativos a las coordenadas geográficas
(Spatial Turn, Raum) de un hogar o patria (Heimat) o al mosaico de lugares que
se habitan en un mundo globalizado de migraciones y desplazamientos que
adquieren policromía y multiplicidad de significados. De nuevo reaparece, un
siglo después y con fuerza mejor o más débilmente trazada, como si se tratara
de un horizonte inédito, la problemática corriente psicológica que se dirige
a procesos psíquicos, síntomas subjetivos, los valores transubjetivos, impresio-
nes y representaciones literarias. El hecho estético y su placer, la memoria, los
lugares y la topografía de la melancolía se indagan nuevamente en un mundo
heterogéneo.
des Idealismus? Max Weber und Karl Vossler“, pp. 279-300, en: Kay Waechter, Grenzüberschreiten-
de Diskurse. Festgabe für Hubert Treiber, Wiesbaden, Harrassowitz Verlag, 2010.
13. VOSSLER Y UN PREMIO
128 La lista de galardonados es como sigue: 1984 - Prof. Dr. Hubert Markl – Biólogo;
1986 - Prof. Dr. Josef Isensee – Jurista; 1988 - Prof. Dr. Wolf Lepenies – Sociólogo; 1990 - Prof.
Dr. Friedrich Cramer – Bioquímico; 1992 - Prof. Dr. Harald Weinrich – Lingüista; 1994 - Prof.
Dr. Hans-Martin Gauger - Romanista, Lingüista; 1996 - Prof. Dr. Arnold Esch – Historiador;
1998 - Prof. Dr. Peter Gülke – Musicólogo; 2000 - Prof. Dr. Dieter Borchmeyer - Germanista y
especialista en teatro; 2002 - Prof. Dr. Otfried Höffe – Filósofo.
LXX
14. DOCUMENTACIÓN ADICIONAL SOBRE LA OBRA Y
FIGURA DE KARL VOSSLER
1. Nota introductoria
A fin de contribuir a una futura y completa biografía de Karl Vossler, se
presenta a continuación una serie de documentos a los que se ha tenido acceso
mediante el legado del autor en la Staats- und Universitätsbibliothek de Múnich.
Algunos de los documentos ya los hemos presentado con anterioridad, como es
el caso de los manuscritos autógrafos del autor.
Las fotografías son todas de la autoría de quien esto suscribe. El falleci-
miento de los hijos del autor sin duda ha condicionado los límites de la posible
documentación. Otto Vossler falleció en 1987 en Frankfurt am Main; el segun-
do hijo, durante la II Guerra Mundial.
Gustav Gröber, 30. Band, Halle, Max Niemeyer, 1906, pp. 472-484.
LXXI
LXXII KARL VOSSLER
Son las únicas reseñas que Vossler guardó entre sus materiales de trabajo y se
encuentran en su legado de Múnich.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE LXXIII
LXXIV KARL VOSSLER
4. La tumba y el epitafio
131 Palabras del epitafio que se encuentran en: Dante Aliguieri, Die Göttliche Komödie,
Paradies, Dritter Band, Gesang XXXIII, Deutsch von Karl Vossler, mit farbigen Illustrationen
von Monika Beisner, Leipzig, Verlag Faber & Faber, 2001, p. 175.
132 Dante Aliguieri, La Divina Comedia, Paraíso, ed. bilingüe, trad., prólogo y notas de
estrofa termina con la palabra estrellas, quizás, piensa Crespo, porque es lo más
alto que puede verse en la vida.
En segundo lugar, tras los versos en alemán, aparecen en letras también
capitales y esculpidas en la piedra, con gran claridad, los nombres de las perso-
nas enterradas. Los restos de Vossler y de su primera esposa italiana, Esterina
Vossler, condesa de Gnoli, hija del conde Doménico Gnoli, historiador de la
literatura y relevante poeta, se encuentran aquí. No aparece pues alusión a los
restos de su segunda mujer, fallecida más tarde. El tercer elemento lo confor-
ma el bajorrelieve, que se encuentra en la parte superior y recoge una escena
singular. Sobre una columna suponemos que se halla el busto de Dante con la
corona de laurel, según la pintura de Boticelli, frente a un escribano sentado,
en una escena cuya composición y por los ropajes se diría medieval. El escri-
bano lleva una túnica larga y envolvente y, como un San Jerónimo, tiene un
animal debajo del amplio taburete sobre el que se sienta. En vez de tratarse de
un león, como ocurre en la iconografía jeronimiana, aparece un gato acurruca-
do. El personaje escribe con pluma en una gran mesa en forma de atril. En la
escena destacan las manos del escribiente, centro geométrico del bajorrelieve.
El hecho de que toda la escena esté cincelada superficialmente, sin manifesta-
ciones de detalles singulares, nos puede aproximar a la idea de la muerte, la
vida que trascurre y desaparece poco a poco. El escribiente podría ser Vossler
con ropajes medievales o bien podría tratarse de una figura-homenaje a todos
los traductores que realizan un trabajo escondido, de escaso reconocimiento e
incluso a veces prácticamente anónimo…, o quizás a los autores que se inspiran
en los clásicos.
Existen en este cementerio 26 tumbas honoríficas (Ehrengräber), financia-
das por el municipio de Múnich por tratarse de destacadas personalidades de
la ciudad. Recordemos que Vossler fue designado Rector de la Universidad
de Múnich en 1946 por el gobierno militar de ocupación americana tras fina-
lizar la II Guerra mundial y tras habérsele prohibido seguir ejerciendo como
profesor emérito. Cada año, en la festividad de Todos los Santos (Allerheiligen),
se coloca en cada una de estas tumbas honoríficas una corona de flores en su
recuerdo y homenaje. Los datos existentes en el cementerio de Múnich son las
siguientes:
Nombre: Univ. Prof. Karl Voßler
Nacimiento: 06.09.1872
Muerte: 18.05.1949 (Múnich)
Profesión: Romanista
Cementerio: Waldfriedhof - Alter Teil (parte antigua)
Calle del cementerio: Fürstenrieder Straße 288
Lugar de enterramiento: 210-W-22
Karl Voßler murió con 77 años.
LXXVIII KARL VOSSLER
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LXXIX
LXXX KARL VOSSLER
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POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE LXXXI
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ed. de Pedro Aullón de Haro y Jesús García Gabaldón, trad. de Ángel Vegue i Goldoni, Málaga,
Ágora, 1997].
5
6 KARL VOSSLER
Critica. Revista di letteratura, storia e filosofia, dirigida por B. Croce, vol. II, Nápoles, 1904, pp. 309
y siguientes.
7
8 KARL VOSSLER
“metafísica”, resulta que la negación de la metafísica es también una metafísica, así como el
ateísmo puede ser una religión.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 9
simpatiza tanto con los materialistas y positivistas como los místicos y farsan-
tes. Nuestra vida cultural actual lo demuestra perfectamente.
Aquellos a quienes les importe el progreso de la Ciencia se impondrán
como deber luchar en todas las esferas contra la pseudo-ciencia del Positi-
vismo radical. Para ello es necesario que se desenmascare y condene el Posi-
tivismo hasta en sus formas más veladas, inocentes y aparentemente insig-
nificantes. Y que se le venza en aquellos ámbitos en los que la lucha por la
cosmovisión es menos violenta y parece agitarse menos categóricamente.
Un ámbito así es la Ciencia del Lenguaje, en donde gentes que en sus
convicciones metafísicas no quieren confesar su positivismo consecuente, tra-
bajan y juegan de manera despreocupada con fórmulas y conceptos falsos
procedentes del Positivismo radical. Para estas gentes su ciencia especial es
algo distinta a su cosmovisión. Tienen la misma relación casual con su profe-
sión que con sus convicciones.
Por el contrario, en cada línea del presente ensayo se halla el conven-
cimiento de que fe y ciencia están íntimamente enlazadas, que aquélla ha de
resolverse en ésta y que, según el concepto que se desarrolle de cosmovisión,
cambiará la idea de mundo en todos los mínimos detalles. No se puede, si
no es con una cabeza confundida, creer en Filología en las leyes fonéticas y
permanecer en Filosofía en las tesis del Idealismo crítico.
A partir de ahora nos esforzaremos en distinguir meticulosamente el
Positivismo radical del puramente metodológico, el autocrático del modesta-
mente auxiliar. Al Positivismo metodológico lo admitiremos y aprobaremos,
pero con el Positivismo radical seremos inflexibles.
II. LA DIVISIÓN POSITIVISTA DE LA CIENCIA DEL LENGUAJE
10
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 11
7 La equiparación del lenguaje con un organismo se ha criticado muchas veces con fun-
dada razón. Somos conscientes del valor sencillamente metafórico de nuestro ejemplo.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 13
el curioso huebos < opus, en vez del natural huebra < opera.
14
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 15
el 63% en todos los ejemplos, en el Roland un 42%, en el Caballero del León un 38%, en Joinville
un 11%. También la prosa del siglo XVI presenta estos porcentajes a pesar de los latinismos.
Meyer-Lübke, Ob. cit., vol. III, p. 799. L. Wespy, Zeitschrift für Neufranzösisch, VI, p. 150 y ss.
16 KARL VOSSLER
***
Sprachen, II, § 89, así como B. Wiese, Altitalienisches Elementarbuch, Heidelberg, 1904, p. 122.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 19
formas femeninas minha, tua, sua, otras formas (ma, ta, sa) que difícilmente
podrían representar algo distinto que las formas protónicas11.
La Fonética no ofrece ningún motivo para esclarecer el empleo unila-
teral de los posesivos tónicos en el italiano moderno y en la lengua literaria
portuguesa moderna.
Quizás pueda ayudarnos la Sintaxis en ello. Al menos es llamativo que
tanto en portugués como en italiano rija la misma regla sintáctica por la que
los adjetivos posesivos (besitzanzeigenden Beiwörter) suelen ir acompañados del
artículo determinado. Se prescinde del artículo solamente delante de nom-
bres de parentesco (padre, madre, hermano, sobrina, etc.) y en la alocución
vocativa. Asimismo, se prescinde del artículo cuando el posesivo tiene fun-
ción predicativa12. Es significativo que en los artículos que anteceden al pose-
sivo, el pronombre generalmente recibe un acento más intenso que cuando
va solo delante del nombre.
1) bevo birra
2) bevo la birra
3) bevo della birra
11 Cf. Jules Cornu ”Die portugiesische Sprache”, en G. Gröber, Ob. cit., I, p. 794.
12 Cf. Sauer-Kordgien, Portugiesische Konversationsgrammatik, lección 14. Mussafia, Italieni-
sche Sprachlehre, ed. 25, p. 17.
20 KARL VOSSLER
13 Meyer-Lübke, Ob. cit., III, §167, quiere explicar la ausencia del artículo en los nom-
bres de parentesco como una generalización de la alocución vocativa. A esto se puede objetar
que la alocución ¡mio padre! es inusual y que la forma predominante es ¡padre mio! La hipótesis
de Meyer-Lübke no está en condiciones de explicar la reincorporación del artículo al añadírsele
un adjetivo: il mio buon padre.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 21
***
16 Cf. G. Prezzolini, Il linguaggio come causa d´errore, Florencia, Biblioteca del Leonardo, y
***
Así como la persona percibe con los ojos corporales con agudeza particular
lo más próximo espacialmente, así, con los ojos del alma, cuyo espejo es el lengua-
je, comprende las cosas del mundo de las ideas con más agudeza e individualidad
cuanto más se acercan a las sensaciones y pensamiento del individuo que habla
(…). Cuando en alemán se dice, por ejemplo, con radical distinción, Sohn (hijo)
18 Hermann Osthoff, Vom Suppletivwesen der indogermanischen Sprachen, Discurso rectoral,
Heidelberg, 1899.
26 KARL VOSSLER
y Tochter (hija), así como Knabe (muchacho) y Mädchen (muchacha), Hengst (caba-
llo) y Stute (yegua), se acentúa enérgicamente la diferencia individual, pero falta la
expresión de la unión de los sexos interdependientes del mismo género.
3.2 Sintaxis
Los propios errores son siempre los más aleccionadores, al menos para
el interesado. Puesto que el mío tuvo lugar en el camino entre la Sintaxis y la
Estilística y hasta aquí sólo hemos tratado con preferencia las relaciones entre
la Teoría de la flexión (Flexionslehre) y la Estilística, la autocrítica saludable nos
lleva ahora a dar un paso más allá en nuestra investigación.
Durante mi tiempo de estudiante en Estrasburgo me sentía especial-
mente atraído por los ejercicios sobre sintaxis francesa que organizaba enton-
ces mi estimado profesor Gustav Gröber en el Seminario de Románicas. La
idea fundamental de su teoría, si no me equivoco, era similar a la del trabajo
de Osthoff que, por cierto, entonces, todavía no se había publicado.
Así como ocurre en la formación de grupos flexivos, también en la for-
mación de grupos sintácticos se mezclan dos tendencias principales: la nivela-
dora y la individualizadora, o como Gröber explicaba, la objetiva-intelectual
y la subjetiva-intuitiva. Cuanta más pasión despierte una serie de ideas en el
interés personal del que habla, cuanto con más intensidad se matice lo afecti-
vo, tanto más se diferenciará también sintácticamente. Así, se distinguen dos
grupos típicos de medios de expresión sintáctica: la Sintaxis regularis objetiva
y la Sintaxis irregularis subjetiva, que se entremezclan continuamente en el len-
guaje, pero que en la Gramática pueden diferenciarse con bastante exactitud.
¿Cuál es el criterio de esta distinción?
1) El uso del lenguaje sintáctico verificado estadísticamente en tiempo
y lugar, en donde ha surgido el monumento lingüístico.
2) Un experimento. Para decidir si una expresión tiene o no contenido
subjetivo-afectivo se la intenta llevar a una forma objetiva-intelectual, es decir,
se sustituye el afecto “por la palabra que lo designa”. En donde es posible tal
permuta lingüística, habrá una forma sintáctica afectiva. Donde no pueda
verificarse, faltará a la lengua una palabra calificativa de afecto (…), o se
habrá elegido una expresión común en la lengua didáctica (objetiva)19.”
Por ejemplo:
a) P
lût à Dieu ! Forma objetiva. - Je voudrais qu´il plût à Dieu. Elipsis afec-
tiva.
b) A
llez, allez ! Forma objetiva. - Allez tout de suite. Pleonasmo afectivo.
c) L
e traître, je le punirai ! Forma objetiva. - Je punirai ce traître. Inversión
afectiva.
d) S i je le voyais, je l´invitais ! Forma objetiva. - Si je l´eusse vue, je l´aurais
invité certainement. Permutación afectiva.
20 Como lo acepta Meyer-Lübke bajo influjo alemán. Meyer-Lübke, Ob. cit., III, p. 781.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 29
pero que jamás son idénticas. El uso sintáctico y las reglas lingüísticas son
conceptos toscos e imprecisos, originados por el estudio empírico, positivis-
ta y externo, que no pueden subsistir frente a una ciencia lingüística riguro-
samente idealista y crítica. Que las personas se entiendan hablando tiene su
fundamento en la agrupación de talento lingüístico y no en la agrupación
de convenciones lingüísticas, material lingüístico o de la construcción de
la frase. En realidad, no existen las comunidades lingüísticas, los dialectos
o similares. Estos conceptos se han aprobado mediante agrupaciones más
o menos arbitrarias y son un nuevo error del Positivismo. Si se encierran
juntos dos o más individuos pertenecientes a comunidades lingüísticas muy
heterogéneas y entre ellos no hay ninguna convención lingüística común,
pronto se entenderán gracias a su talento lingüístico. De esta manera se
formó el inglés y otras muchas lenguas. De esta manera se desarrolla toda
evolución lingüística, toda vida lingüística. Cada uno aporta su pequeña
contribución, cada uno participa creativamente. El lenguaje es una crea-
ción espiritual. Una lengua no puede ser enseñada en el sentido propio
de la palabra, sino que, como dice Wilhelm von Humboldt, sólo puede ser
“despertada”. Repetir lo que otros dicen es cosa de loros. Por ello el loro no
tiene ningún estilo ni es un centro de idiomas (Sprachzentrum). Por decirlo
de alguna manera, el loro es la convención lingüística personificada, es la
pura pasividad. Imita la lengua por instinto pero no se comporta de forma
creativa. Ciertamente en cada persona se esconde algo de loro. Es el déficit
o el pasivo de nuestro talento lingüístico. Nada positivo, nada existente,
ningún principio independiente sobre el que pudiera fundarse una cien-
cia. Donde empieza el déficit, acaba el talento lingüístico. Y allí también
se encuentra el límite de la Ciencia del Lenguaje. Considerar una lengua
como convención y regla equivale a considerarla como no científica. En
consecuencia, la Sintaxis no es en absoluto una ciencia, como tampoco lo
son la Teoría de la flexión ni la Fonética. Este amplio campo de disciplinas
gramaticales es un inmenso cementerio construido por incansables positi-
vistas, donde yacen enterrados con orden, en fosas comunes e individuales,
toda suerte de fragmentos lingüísticos muertos. Las tumbas están provistas
de inscripciones y están numeradas. ¿Quién no se ha sentido oprimido por
el hedor corrupto de esta filología positivista?
Tender un puente desde la Sintaxis hacia la Estilística es como querer
resucitar a los muertos. Se puede matar a golpes a los vivos y enterrarlos. Y
eso es lo que se practica diariamente en las lenguas vivas por muchos cente-
nares de maestros de escuela de todas partes. Pero el procedimiento de Grö-
ber equivaldría a una cura milagrosa, siendo fiel a la imagen empleada hasta
aquí. Así es en la realidad. Y ahí no veo su debilidad, sino su mérito.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 31
Tanto Osthoff como Gröber se atienen ante todo a las reglas lingüísti-
cas, a las clases tradicionales o creadas por el Positivismo de expresión posi-
tivista y extraen de este material muerto ciertos grupos, a los cuales intentan
dar de nuevo sentido y vida por medio de una interpretación idealista.
Pero nosotros hemos sostenido que a cada expresión le corresponde un
contenido espiritual especial e individual. ¿Cómo se puede entonces buscar
una raíz psíquica común a grupos de expresión diferente, si cada expresión
posee una raíz propia? Hay que objetar que las diferencias individuales de
expresión y contenido permiten una muy buena similitud general. Es más,
contenidos espirituales similares tienen también que producir por necesidad
formas de expresión similares, o todo el principio idealista de causalidad
sería falso.
Estas investigaciones generales llamadas “lingüístico-psicológicas” se
fundan en la hipótesis de que la relación entre el espíritu y la forma lingüís-
tica no es casual, sino rigurosamente causal. Parten de las reglas positivistas
del lenguaje, las destruyen y las sustituyen, no por reglas nuevas, sino por
máximas generales y amplias, desde las que se puede entender la vida de la
lengua desde dentro hacia fuera.
Animado por esta manera profunda y liberadora de considerar el len-
guaje, tal y como lo aprendí en las enseñanzas de Gröber, resolví ponerlo en
práctica en una monografía estilística sobre la Vita de Benvenuto Cellini23.
Cambié su procedimiento sintáctico-estilístico general en una investigación
puramente estilística y especial, que, por su naturaleza, hubiera exigido un
riguroso tratamiento individual. Esta era su primera inexactitud.
El estilo de Cellini había de ser comparado en este caso consigo mismo
y no con la Gramática de su tiempo. En vez de esto, machaqué la unidad espi-
ritual de la Vita y la desmembré, desde el punto de vista sintáctico-formalista,
en: régimen, construcción de periodos, orden de las palabras y oraciones,
permutaciones, pleonasmos y elipsis, y puse en contacto cada una de estas
categorías con una raíz psíquica. Con ello, espero haber prestado al menos
algún servicio a la ciencia de cementerio de la Sintaxis descriptiva con una
nutrida colección de materiales, pero la interpretación psicológica, como se
llama ahora, no fue suficiente. Los matices más finos del estilo se perdieron
cuando todo se redujo a dos elementos principales: el intelectual-lógico y
el intuitivo-afectivo. Para la explicación de la muerta Gramática positivista
de todos los tiempos y de los autores del material lingüístico acumulado, es
decir, para la investigación lingüística general, significa una inestimable con-
23 K. Vossler, “Benvenuto Cellinis Stil in seiner Vita”, Beiträge zur romanischen Philologie,
quista haber fijado los dos polos de la facultad humana de hablar: concepción
individualizadora y concepción agrupadora, y haber mostrado uno a uno los
efectos contrastivos. Sin embargo, la investigación especial de Estilo debe
exigirse menos cuantitativamente y más cualitativamente. Tal investigación
debería esmerarse en realzar los grados intermedios y todos los rasgos minús-
culos y particulares de la fisonomía espiritual del individuo aislado.
Sin embargo, no solo se desatendió el detalle, sino también el conjunto.
El espíritu de la Vita, su composición, sus principales ideas, sólo podían ser
comprendidas de manera fragmentaria y muy poco segura por medio de un
estudio sintáctico.
Pero todavía cometí un error más grave al poner en relación causal
lo que Gröber llama la Sintaxis intelectual y regular con el “intelecto lógi-
co-analítico” del escritor, y la “sintaxis afectiva” con el “intelecto artístico-
sintético”. Como si el lógico riguroso debiera expresar siempre sus ideas
sin pasión y de forma general, y el artista genial siempre las suyas de forma
afectiva e individual. Como si hubiera dos formas esencialmente distintas de
lenguaje: el lenguaje lógico y el artístico. Como si la bipartición de la razón
teórica en intuición y abstracción fuese válida en la lingüística. Como si la
interpretación agrupadora pudiera identificarse con la formación lógica de
los conceptos.
Aunque se analice y generalice tanto como se quiera la imagen de perro,
incluyendo las razas más raras y diferentes por agrupación extensa, esta ima-
gen no podrá convertirse por ello en un concepto. El concepto se forma por
deducción y definición, es decir, por derivación y por delimitación de otros
conceptos. La imagen general procede de la dilatación y sublimización de la
impresión sensible. El concepto sólo está completo cuando está edificado el
sistema total de los conceptos en la Filosofía. La imagen general consiste para
sí en su valor individual propio e inmediato y en su independencia. Pensar en
forma de imágenes generales significa ver las cosas con grandes contornos y
desde la lejanía, con una perspectiva de pájaro. Pensar en conceptos significa
reconocer las invisibles relaciones entre las cosas.
El lenguaje es siempre imagen e intuición, nunca abstracción. Incluso
cuando hablamos de conceptos y de cosas abstractas permanecemos siem-
pre con el lenguaje en el ámbito de la intuición más o menos concreta. Los
conceptos sirven para pensar, no para hablar. Allí donde comienza la lógica,
lenguaje y pensamiento se separan y empieza la guerra de la Filosofía contra
los errores del lenguaje. Una guerra que no puede continuar con otra arma,
sino que con el lenguaje mismo.
Cometí así un error con el lenguaje. Interpreté con falsedad el tér-
mino de Gröber de la expresión intelectual como expresión de la razón y
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 33
3.3 Semántica
En ninguna otra disciplina de la Ciencia del Lenguaje se revela la insu-
ficiencia del Positivismo de un modo tan evidente y múltiple como en la lla-
mada Semasiología o Semántica o Teoría del significado (Bedeutungslehre).
Aquí encontramos las elaboraciones más débiles, modestas e inútiles del Posi-
Estética de Croce.
34 KARL VOSSLER
tivismo. Para disolverlas tan sólo necesitamos una pequeña dosis de ingenio.
En cuanto más se asciende en la Gramática, más puro es el aire y con mayor
dificultad respira el positivista.
El papel absoluto del factor psíquico aflora tan abiertamente en la
Semántica pura que se excluyen todos los intentos de una clasificación super-
ficial y cuando, a pesar de todo, ésta se hace, nunca puede causar gran daño.
Incluso puede sostenerse que cuanto más superficial es el principio de clasi-
ficación, tanto menos peligroso resulta.
Cuando se investigan las diferentes acepciones y matices de significa-
ción de una palabra singular, nos remitimos enseguida a las conexiones en las
que aparece. Y se establece, pues, la relación con la Estilística. El significado
“usual” de la palabra se explica desde sus significados “ocasionales”.
No es significativo para los filólogos si se ordena el material de las pala-
bras según el alfabeto o si, en razón de ciertos propósitos especiales (quizás
histórico-culturales), se separan ciertos grupos conceptuales y, por ejemplo,
se tratan en su conjunto los nombres de animales, nombres de plantas, nom-
bres que designan el estado espiritual, valores morales, etc.
La cuestión ya es algo más delicada cuando en vez de tomar como base
del principio de clasificación la forma ortográfica o el significado aproxima-
do de la palabra, se toma la naturaleza del proceso psíquico por el que tiene
lugar el cambio semántico (Bedeutungswandel). Así, por ejemplo, se han inten-
tado clasificar todos los movimientos de significado (Bedeutungsverschiebun-
gen) en: determinación, translación y sustitución, o en cambios semánticos
por especialización y generalización, atenuación y refuerzo, desvaloración y
valoración y similares. En tales clasificaciones subyace siempre el peligro de
atribuirles un valor científico que efectivamente no pueden tener. Basta con
citar un ejemplo.
Cuando el término hostis, que originariamente significaba “extranjero”,
se convirtió poco a poco en el significado “enemigo”, se pudo distinguir en
esta transformación, según las relaciones psíquicas en las cuales tuvo lugar,
una especialización o restricción de significado (Bedeutungsverengerung) o
“determinación”, una transmisión de significado (Bedeutungsübertragung) o
“traslación”, y una extensión de significado (Bedeutungserweiterung) o “susti-
tución”. Restricción, precisamente, en cuanto se considera “enemigo” a una
parte de los pueblos “extranjeros”, es decir, ser enemigo como un caso espe-
cial de ser extranjero. Transmisión, en cuanto se comprende que lo extran-
jero es similar o comparable a lo enemigo. Extensión, en cuanto se presenta
lo extranjero como un caso especial de lo enemigo. Todas estas relaciones
psíquicas pueden haber intervenido en el cambio semántico “extranjero-
enemigo” y, por ello, es arbitrario encasillarlo en la primera en vez de en la
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 35
Por lo que sé, la teoría de las leyes fonéticas en ningún sitio ha sido
mejor defendida, con gran despliegue de sagacidad y erudición, que en el
trabajo de Eduard Wechssler Gibt es Lautgesetze?27. Observemos con ojo crítico
los argumentos de Wechssler en sus líneas cardinales.
En primer lugar, el erudito se esfuerza por ilustrar la esencia y origen
del lenguaje. El lenguaje, dice, es un “movimiento de la expresión”. Pero no
todo movimiento expresivo es lenguaje. Distingue entre movimientos reflejos
y movimientos voluntarios. Aquellos son movimientos sintomáticos de expre-
sión y éstos son simbólicos. El tránsito de aquellos a éstos es una historia
muy sencilla. “Imaginémonos un gesto determinado, por ejemplo, sacudirse
la cabeza como movimiento reflejo de contrariedad y con un sonido reflejo
de aversión, y pensemos lo mismo reproduciéndose con frecuencia dentro de
una comunidad social. Los miembros de esta comunidad harían la experien-
cia sencilla y trivial de que un gesto similar repetido muchas veces o un soni-
do similar continuo se vincularían con este mismo contenido de conciencia.
Ahora bien, algunos y, en primer lugar, sólo los más capacitados, dieron el
pequeño paso de reproducir deliberadamente como movimiento arbitrario
el gesto asociado o el sonido respectivo, para dar a conocer a otros una expe-
riencia determinada. Tan pronto como se generalizó esta práctica, se crearon
movimientos de expresión simbólicos o voluntarios. Para ello no era indis-
pensable un mayor esfuerzo psíquico. Todo se explica por mera psicología de
asociación y, en consecuencia, también se encuentra en algunos animales”28.
Puede ser que haya sucedido así. La exposición es bastante correcta. Se
dota al hombre primitivo o al animal de movimiento reflejo, de intención o
voluntad, de un contenido de conciencia, de gestos y de cuerdas vocales y,
entonces, ya puede hablar. Se le cuelga a alguien un salvavidas, se le lanza al
agua y entonces ya puede nadar. Wechssler y todas las autoridades que men-
ciona, Wilhelm Wundt, Hugo Münsterberg, entre otros, nos explican cómo
se hace el lenguaje, bajo qué condiciones y en qué situaciones se produce el
lenguaje de la manera más sencilla y, por así decir, más natural. Nada más. No
se plantea la cuestión de la esencia y el origen del lenguaje. Se oculta el pro-
blema bajo el puente psicológico-asociativo tendido desde el movimiento de
expresión sintomático al simbólico. El positivista se contenta con esto. Ahora
sabe cómo funciona el engranaje. Por esto es tan difícil también abrirle los
ojos sobre un problema que no quiere ver en absoluto. A quien le basta con
esta explicación puede irse a dormir y proseguir en su sueño positivista.
27 Eduard Wechssler, “Gibt es Lautgesetze?“, Forschungen zur romanischen Philologie, Halle,
no tuviéramos que leer más sobre el `acto puramente fisiológico´ del lengua-
je y sobre otros equívocos materialistas similares. Incluso considerando solo
la parte fonética, el lenguaje es una función esencialmente psíquica del ser
humano”31. Lamentablemente esta valiosa verdad, subrayada por el mismo
autor, ha quedado estéril en la orientación de su investigación. Además, en
otros pasajes, Wechssler emplea el lenguaje más favorable y claro del Idealis-
mo. Pero, ¡ay! mientras tanto, su argumentación se arrastra por los senderos
lóbregos del Positivismo. Por sus frutos los reconoceréis.
Después de haber enseñado con mucha agudeza y criterio unos intentos
más o menos ingeniosos que explican el cambio fonético por “causas gene-
rales” (clima, comodidad, negligencia, etc.), empieza a hablar de las “causas
especiales” del cambio fonético. Y en primer lugar, por cierto, de las causas
del cambio fonético espontáneo.
Como es sabido, se denomina cambio fonético espontáneo al que no
se verifica por asimilación, disimilación o contaminación ni por ningún otro
influjo manifiesto de los sonidos próximos. Este cambio fonético espontáneo
puede tener, según Wechssler, diversas “causas especiales” que reaccionan sin
excepción. ¡Obsérvese, de paso, la lógica de los términos! Semejante causa
principal es la alteración de la “base de articulación”. Y el primer resultado
principal se expresa así: “Todas las alteraciones fonéticas producidas por alte-
raciones de la base de articulación, el llamado cambio fonético espontáneo o
incondicional, lo son sin excepción”32.
¿Qué es la «base de la articulación»? Es un concepto empírico de la
fonética creado por Eduard Sievers. “La posición de reposo de los órganos
del lenguaje es la base natural para cada uno de los movimientos de articu-
lación que conducen a la formación de los sonidos lingüísticos33”. En otros
términos, la base de la articulación es la única posición de los órganos de la
voz que ha dado pruebas de ser la más idónea para la producción regular del
sistema completo de sonidos de una lengua determinada. Por así decir, es la
disposición de nuestros órganos de la voz, por la que se condiciona la tona-
lidad uniforme de la pronunciación. La base de la articulación, en primer
lugar, no es naturalmente innata, sino que se adquiere por el hablar conti-
nuado dentro de un mismo sistema fonético. No sabemos hasta qué punto se
heredan las facultades adquiridas. Sea como fuere, la base de la articulación
engloba la totalidad de los sonidos presentes en una lengua, en tanto que
éstos “se hallan en mutua relación o, como también podría decirse, son corre-
lativos entre sí”34. Cuando se ha aprendido perfecta y exactamente cualquier
31 Ibid., p. 378 y ss.
32 Ibid., p. 470.
33 Sievers, Phonetik, 4. edición, pág. 20, citado en Wechssler, Ob. cit., p. 440.
34 Wechssler, Ob. cit., p. 440.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 43
Figura 5: Reverso. Hoja empleada por Vossler para el manuscrito. Ana 350. M
46 KARL VOSSLER
curre otra línea que separa para amavit el perfecto en a, amát, del perfecto
en e, amet41.
Todo esto es pedagógicamente muy bello. Pero el pensador crítico no
puede ocultar que la decisión sobre si es “importante” este cambio fonético o
aquel otro, sobre si constituye o no una barrera lingüística, se adopta siempre
por razones más o menos arbitrarias. El positivista riguroso debería hablar
realmente tan poco de los dialectos como el idealista, tan sólo de regiones
con predominio de ca o de cha, etc. Pero ya que por motivos prácticos hay
que agrupar y clasificar las lenguas, pienso que para una finalidad claramente
práctica debería introducirse un procedimiento claramente práctico. Por eso
me parece que la modesta propuesta de Gröber hoy sigue siendo la mejor.
“La no comprensión de una lengua por la otra, o una comprensión facilita-
da por la reflexión son, sin duda, el distintivo de una segunda lengua, y allí
donde cesa la comprensión inmediata de la otra lengua por la propia lengua,
debido al sonido variante de las palabras, ahí, se presenta una lengua o un
dialecto aparte42”.
Al desaparecer la realidad científica de las barreras lingüísticas ha caído
el último rodrigón de las leyes fonéticas. Aunque negar la ley fonética no sig-
nifica afirmar la arbitrariedad del cambio fonético. Arbitrariedad y azar son
quimeras. No son simplemente conceptos no filosóficos, sino conceptos no
filosóficos por excelencia. Lo contrario de la ley no es azar ni arbitrio, sino
libertad. Es libre quien es autónomo, quien obra según leyes propias y deter-
minación propia. La causalidad y la autodecisión se alzan como enemigas del
Positivismo; para el Idealismo se condicionan. Porque para los positivistas,
como se dijo anteriormente, las cosas mismas son las que representan el prin-
cipio de causalidad. El cambio fonético es ya la ley fonética.
No se acomoda de ningún modo con las percepciones del Positivismo
monista (y sólo de éste se trata aquí) que la ley sea una fuerza externa, un
tipo de hado que rige el mundo y, por ello, también, los sonidos. Más bien
son los sonidos los que constituyen la ley. Esta no es una abstracción, sino que
es inmanente a los sonidos y se revela mediante la vibración de los sonidos.
La evolución fonética es la manifestación de la ley fonética. La misma esencia
de la lengua exige, y no una esencia externa, que la lengua evolucione en
una dirección u otra. Esto es, la lengua con sus sonidos no está subordinada
a ninguna ley externa, sino a la propia. ¿Es decir, es autónoma? ¿Verdadera-
mente la ley fonética en sentido positivista indica la libertad del lenguaje?
En efecto, así se comporta. Para los positivistas estos mismos fenómenos son
41 Cf. los mapas III, V y VIII, diseñados por Suchier, en Gröber, Grundriss, I.
42 Gröber, Ob. cit., p. 418.
50 KARL VOSSLER
los señores autónomos del mundo. La piedra que cae y la tierra que la atrae
son los dioses que conforman la ley de la gravedad. Y la lengua hace su ley
lingüística o, mejor dicho, ella es su ley. Por supuesto que el positivista se aver-
güenza de hablar de la autodeterminación de las cosas, porque supone, con
razón, en esta afirmación un elemento antropomórfico. Su idea, reproducida
en términos exactos, es que los sonidos y, respectivamente, los instrumentos
vocales, se transforman y se mueven. No porque les gusta o porque estén
determinados, sino simplemente porque se transforman y se mueven. Así se
presenta el Positivismo en su extrema desnudez. ¡Ese es el profundo sentido
de la ley fonética!
Pero, para nosotros, la lengua con sus sonidos no es autónoma, sino el
espíritu que la crea, forma, mueve y la condiciona en todas sus particulari-
dades más pequeñas. La tarea de la Ciencia del Lenguaje es por todo ello la
de demostrar que el espíritu es la única causa activa de todo el conjunto de
formas de lenguaje. ¡Ni el menor matiz acústico, ni la metátesis fonética más
insignificante, ni el germen vocálico más inofensivo, ni el sonido parásito más
pobre, pueden abandonarse a la Fonética, a la acústica o a la aislada teoría
de los sonidos como su única explicación! Fonética, acústica, fisiología de los
órganos de la voz, antropología, etnología, psicología experimental, lleven
el nombre que sea, tan sólo son disciplinas auxiliares descriptivas que nos
pueden mostrar las condiciones en las que la lengua evoluciona, pero nunca
su causa.
La causa es el espíritu humano con sus intuiciones individuales inagota-
bles, con su αϊσθησις. Y la reina absoluta de la Filología es la Estética. ¡Si no
fuera así, hace tiempo que yo verdaderamente ya habría colgado los hábitos
de filólogo!
Personas de alta intelectualidad del mundo no especializado han cali-
ficado con el título de “especulador fonético”43 a estos representantes de la
filología, que con su “estricto empirismo” creen haber “consolidado una cien-
cia autónoma” y les han colgado el epíteto de “estúpidos”, que en este caso
no es una metáfora ni una ofensa, sino únicamente el término exacto que
les representa. Por fortuna, realmente, hay muy pocos filólogos de esta cla-
se, como los no especialistas se los representan, y por ello haríamos bien en
comprender el malicioso término del no especialista, no en el sentido de una
crítica, sino en el sentido de una advertencia.
43 [N. del T.- También se podría traducir por chanchullero o estraperlista].
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 51
nes del aire, ya que no son partes integrales del lenguaje. Lo que queda,
pues, es la sombra del lenguaje, que yo no sabría comparar mejor que con
las personas del infierno de Dante o también del purgatorio. No tienen cuer-
po pero tienen una forma tan plástica, tan individual y expresiva como no
podrían tener si estuvieran provistas de carne y hueso. La palabra acentuada
como imagen sonora es el espejo más puro del espíritu. Si las ondas sonoras
pueden añadir algo será para complicarla no para esclarecerla. El objetivo
de la destreza técnica de la articulación es reducir al mínimo esta concreta
perturbación acústica. La buena pronunciación es siempre y sólo, en último
término, la pronunciación nítida y no debe confundirse con el buen acento
que significa siempre y sólo, en último término, la interpretación adecuada
de un contenido espiritual.
Así pues, el “acento” es espíritu y sólo espíritu, como también lo es el
“significado” (Bedeutung). En ninguna otra lengua puede observarse mejor
que en nuestra querida lengua alemana, cuyo carácter extraordinariamente
íntimo y espiritual podría basarse, en primer término, en la formación con-
secuente del acento radical (Stammaccent). Las diferencias entre übersetzen y
übersétzen, entre dúrchgehen y durchgéhen nos han proporcionado a todos moti-
vos de risa y han originado juegos de palabras. ¡Cuántos disparates se pueden
producir cuando al poner un solo acento en falso se leen erróneamente los
versos alemanes más bellos! ¡Qué escándalo si una persona híper-inteligente
declamara el Taucher44 con acento equivocado!
44 [N. del T.- Balada de Friedrich Schiller, Der Taucher (El buceador), 1797, versos 35- 36].
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 53
45 Alfred Risop, Begriffsverwandtschaft und Sprachentwicklung (Beiträge zur Morphologie des
Figura 7: Reverso. Hoja empleada por Vossler para el manuscrito. Ana 350. M
56 KARL VOSSLER
latín: recipere > francés receivre, recipere habeo > recevrai, pero no receivrai.
latín: amare hábeo > italiano amerò, rara vez amarò;
andare habeo > andrò, rara vez anderò.
Pero,
Zeitschrift für romanische Philologie, VIII, 1884, p. 243 y ss., p. 363 y ss.
58 KARL VOSSLER
47 Gustav Gröber, “Eine Tendenz der französischen Sprache”, Miscellanea lingüística in
(pé-tto, fré-ddo). Casos antagónicos como fémina > femmina se pueden aclarar
con el auxilio de la evolución hereditaria (fémina > fem´na) y después una
reconstrucción culta (fémmina). En otros términos, en italiano, la geminación
siempre se presentaría allí donde no pudiera prolongarse una sílaba tóni-
ca breve de otro modo que mediante alargamiento de una consonante de
duración (o fricativa) o mediante alargamiento de la oclusión que precede
a la consonante explosiva. La tendencia común que quizás podría explicar-
lo todo sería formulada de la siguiente manera: la sensibilidad fuertemente
rítmica del italiano aspira a una convergencia de intensidad y duración de
sonido, mientras que evita todas las sílabas tónicas incoherentes, como hace,
por ejemplo, el alemán del norte.
En la misma medida en que los tonos agudos se incrementan de forma
progresiva en un discurso afectivo, también lo harán las consonantes dobles.
Un Áve María se convertirá en un ávémmaría y al final en un ávvémmáría. Natu-
ralmente estas breves sugerencias sólo son una propuesta de explicación, nin-
guna explicación definitiva.
Una vez reconocida la unidad y el dominio absoluto del acento estilís-
tico en el ámbito de la Fonética, se originan, en consecuencia, los resultados
más importantes con evidencia y necesidad.
El estilo es un uso individual del lenguaje. El acento estilístico es acento
individual, es decir, que varía de un individuo a otro. Pero en tanto que el
estilo representa un uso y una costumbre, ya no podrá ser individual. El estilo
que se ha convertido en costumbre es un “protocolo” y se transforma en pasi-
vidad. El individuo empieza a imitarse a sí mismo. Aquí vuelve a inmiscuirse
la ciencia positivista al investigar el estilo de un escritor no por el estilo en
sí, sino en tanto que convención, protocolo o sintaxis. En este sentido se ha
investigado el estilo en la Canción de Roldán, Christian de Troyes, Rabelais,
La Fontaine, Molière, Zola, Dante, Marini y otros muchos. Yo mismo no he
tratado de modo muy distinto las formas expresivas de Cellini.
La auténtica Estilística orientada idealísticamente tiene que seguir sien-
do consciente de la doble individualidad del Estilo. Ha de exponer cómo las
formas lingüísticas son condicionadas: 1° por la individualidad del artista y 2°
por la individualidad de sus intuiciones. Entre las tragedias de Voltaire y sus
novelas hay un abismo estilístico.
Por ello emplea un individuo en sus discursos acentos desiguales, según
cambian sus intuiciones.
Después de haber colocado el acento y el cambio fonético en una
relación causal incondicionada, se sigue de ello necesariamente que todo
cambio fonético se origina siempre de forma individual, no solo en relación
con el hablante, sino también con la palabra. No es preciso someter al cam-
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 63
48 Hermann Paul, Prinzipien der Sprachgeschichte, 3 edición, Halle, 1898, p. 63.
64 KARL VOSSLER
1888, p. 18 y ss.
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 65
aisladas los versos que el poeta ha unido espiritualmente, sin prestar atención
a que la unidad verdadera y orgánica sólo y siempre puede ser apreciada
desde la poesía completa.
Después se desmiembra cada verso en hemistiquios (Halbverse), pies o
compases, sílabas tónicas (Tonsilben) o sílabas átonas (Senkungssilben), etc. Se
constata que el número y ordenación de estas unidades parciales es constan-
te hasta cierto grado en ciertos versos. Así, todos los versos que tienen doce
sílabas y la cesura en medio, se reúnen con el nombre de “alejandrinos”.
Aunque en algún momento un poeta significativo como Víctor Hugo decide
faire basculer la balance hémistiche y esparce entre los versos alejandrinos bipar-
titos, algunos versos tripartitos. El antiguo esquema se adapta todavía, pero
con reticencias:
o también:
58 K. Vossler, “Stil, Rhythmus und Reim in ihrer Wechselwirkung bei Petrarca und Leo-
pardo”, Miscellanea di studi critici edita in onore di Arturo Graf, Bergamo, 1903.
IV. EL SISTEMA IDEALISTA DE LA CIENCIA DEL LENGUAJE
No es preciso ser Goethe ni Schiller. Basta con que nos esforcemos con
seriedad y esmero, pero sin especial pretensión estética, por expresar los pro-
pios pensamientos lo más clara y adecuadamente posible. Y sentiremos el
exceso de la opresión de las convenciones lingüísticas y la insuficiencia de
los medios lingüísticos a nuestro alcance. Quien nunca ha sentido esta resis-
tencia, nunca ha dicho algo propio, sólo ha jugado con el lenguaje en vez de
trabajarlo y su nivel espiritual se encuentra por debajo de su nivel lingüístico,
es decir, es un diletante, como lo describe Schiller61:
¿Cómo es, pues, que todos nosotros, unos más y otros menos, luchamos
con el lenguaje? Queremos hacernos comprender, pero nuestro entorno sólo
entiende el alemán y tenemos que hablar o escribir en alemán. Pero ¿quién
constituye entonces el “alemán”? El idioma alemán no se verifica por la teo-
ría de la pasividad ni por la limitación espiritual de los alemanes. Si fuera
correcta la tesis de la pasividad, la comunidad lingüística alemana tendría que
disolverse y evaporarse en la medida en que progresara la vitalidad y la acti-
vidad de la expresión lingüística de los alemanes. Pero la experiencia enseña
Así, pues, hemos descubierto dos momentos distintos en los que el len-
guaje debe ser estudiado y por lo tanto juzgado de manera diferente:
El primer estudio sólo puede ser monográfico para investigar las for-
mas de expresión en sí e independientes unas de otras, en su caracterización
peculiar, en su capacidad propia. El segundo estudio ha de contribuir sintéti-
camente y agrupando. Ha de investigar las formas lingüísticas de los pueblos
y periodos, por una parte, cronológicamente, por épocas y periodos; por otra
parte, geográficamente, por naciones y razas, y, finalmente, por “individuos
de la etnia” y parentesco espiritual. Aquí, en la interpretación agrupadora del
material de este segundo estudio, es donde quiere instalarse el método posi-
tivista con gran fuerza, exactitud y escrupulosidad. Que se quiera clasificar
el material lingüístico en Fonética, Teoría de la flexión y Sintaxis es sencilla-
mente una cuestión de oportunidad y solo puede resolverse en consideracio-
nes prácticas y no teoréticas.
Nuestra clasificación en estudio estético e histórico del lenguaje no pre-
tende en modo alguno introducir un nuevo dualismo en la Filología. Estético
e Histórico no son antónimos según nuestra acepción. Se comportan de for-
ma análoga entre ellos a cómo se comportan las etapas fijadas en el sistema
62 Wilhelm von Humboldt, Über die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbaues, §1. [N.
del T.- La traducción magistral al castellano de Ana Agud ha omitido el primer párrafo, que es
donde se halla esta cita, por causas que explicita. Wilhelm von Humboldt, Sobre la diversidad de la
estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad, traducción
y prólogo de Ana Agud, Madrid, Anthropos, 1990].
POSITIVISMO E IDEALISMO EN LA CIENCIA DEL LENGUAJE 75
Esta tercera etapa es el punto muerto que no existe. Existe sólo una
pasividad parcial, pero no una pasividad perfecta. Y esta pasividad parcial es
precisamente la limitación del individuo por la comunidad o viceversa. El
estadio de la absoluta estabilidad de la lengua es, pues, ilusoria. Sólo existe
un estadio de estabilidad relativa y éste coincide naturalmente con el del pro-
greso relativo o la evolución, sin más.
Permítanme recordar en este contexto un pasaje de la obra de Fichte
Grundlage der gesamten Wissenschaftslehre. El filósofo habla de la relación entre
el yo y el no-yo y la ilustra con extrema claridad de la siguiente manera:
64 J. G. Fichte, Grundlage der gesamten Wissenschaftslehre (1794), parte II, § 4. [N. del T.-