Unidad 2 Tarea 3 Sistemas de Salud en Colombia y El Mundo

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Unidad 2: Tarea 3 - Sistemas de

salud en Colombia y el mundo

La salud en los estados unidos

En los últimos años se han propuesto en varios países latinoamericanos


reformas regresivas de los sistemas de salud, inspirados en el modelo
estadounidense. Esto llevaría a que la salud dejara de ser vista como un
derecho humano fundamental para pasar a ser considerada una simple
mercancía, que no estaría al alcance de muchos sectores de la
población. Por ello es necesario conocer el funcionamiento del sistema
de salud de los Estados Unidos y los peligros que traería su
implementación en nuestros países.

El sistema de salud estadounidense es uno de los más avanzados del


mundo en lo que respecta a dispersión, tecnología y formación
profesional. Podemos encontrar clínicas y hospitales en todas partes,
incluso en las zonas rurales y áreas más remotas del país. La mayoría de
estos hospitales son privados, aunque cuenta con subsidios de los
gobiernos locales y estatales. En otros casos figuran como “asociaciones
sin fines de lucro”, a pesar de estar afiliadas a grandes corporaciones
médicas. Los centros de salud disponen de equipos de alta tecnología,
medicamentos y personal profesional con altos niveles de formación. En
2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS) colocó al sistema
estadounidense como el 1º en capacidad de respuesta, pero 37º en
respuesta global. En 2004 se invirtió en investigación biomédica tres
veces más dinero que cualquier país de Europa[1]. El Instituto Nacional
de Salud (National Health Institute, NHI) también ofrece subsidios para la
investigación en el área.
Pero al mismo tiempo es uno de los sistemas más caros del mundo. Se
calcula que en el 2013 se gastó un promedio de 8000 dólares anuales por
habitante en atención de la salud. Por entonces Luxemburgo gastaba
4000 dólares anuales por habitantes y Gran Bretaña -que la OMS
considera el mejor sistema del mundo- solo destinaba 3600 por
habitante[2]. Además es casi el doble de lo que se gastaba en 1998, que
estaba calculado en 4178 dólares por habitante, cuando el promedio de
los países miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) era de 1783 dólares[3]. Es decir que los
costos de la salud en los Estados Unidos no solo superan a los de otros
países, sino que se van incrementando.
Al igual que la mayoría de los países, el sistema de salud de los Estados
Unidos es mixto, existiendo seguros de salud públicos y privados. Lo que
lo diferencia es el predominio del sector privado sobre el público y la
inexistencia de una cobertura universal de salud. En 2011 el 49% de la
población estadounidense recibía un seguro médico privado por medio de
su empleador, el 5% tenía un seguro médico contratado de manera
independiente, el 13% estaba cubierto bajo el programa Medicare, el 18%
bajo Medicaid, y 16% no gozaba de ningún seguro de salud, dejando a 50
millones de personas sin cobertura. Dado los altos costos de la salud en
Estados Unidos, la mayoría de las personas sin cobertura no pueden
pagar los tratamientos más costosos, por lo que deben prescindir de
ellos poniendo en riesgo su vida y su bienestar, o debiendo acceder a
otras formas de atención (automedicación, curanderismo, profesionales
sin licencia).

En marzo de 2010 se aprobó la Ley de Protección del Paciente y Cuidado


Asequible de la Salud, popularmente conocida como Obamacare.
Duramente resistida en el Congreso por legisladores del Partido
Republicano que la acusaban de ser una “medida socialista”, esta ley no
afecta la estructura del sistema de salud estadounidense. La ley obliga a
la inmensa mayoría de los ciudadanos estadounidenses a contratar un
seguro médico bajo pena de multa fiscal, aporta subsidios a quienes lo
necesiten para pagarlo, prohíbe negar la cobertura a personas con una
“condición médica preexistente”, amplia los mínimos que debe cubrir el
seguro médico ofrecido por las empresas y limita el encarecimiento
exigiendo a las aseguradoras que justifiquen públicamente el aumento de
precios[4].En 2012 la Corte Suprema de Justicia ratificó la
constitucionalidad de la ley y comenzó a ser aplicada en la mayoría de
los Estados. Esto permitió reducir a 27 millones el número de personas
sin cobertura, lo que representa un avance pero aún es insuficiente.
Actualmente el gobierno de Donald Trump propone una contrareforma
que podría volver a elevar a 50 millones el número de personas sin
cobertura para el año 2026[5].
Dentro de los segurospúblicos tenemos el Medicare, el Medicaid y otros
programas patrocinados por el Estado Federal. Estos fueron creados
durante la presidencia del demócrata Lyndon Jhonson a partir de la Ley
de Seguridad Social de 1965, y se financia mediante impuestos
establecidos por la Ley de Contribuciones de Seguro y la Ley de
Contribuciones de Empleo por Cuenta Propia de 1954. Los Centros para
Servicios de Medicare y Medicaid (Centers for Medicare and Medicaid
Services, CMS) dependen del Departamento de Salud y Servicios
Humanos (Health and Human Services, HHS), y su función es administrar
los programas Medicare, Medicaid, el Programa de Seguro de Salud
Estatal para Niños, y los Mandatos para el Mejoramiento de Laboratorios
Clínicos. Junto con los Departamentos de Trabajo y Hacienda, el CMS
también aplica las disposiciones de la reforma del seguro de acuerdo a la
Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro de Salud de 1996.
La Administración del Seguro Social es responsable de determinar la
elegibilidad de Medicare y el procesamiento de pagos de primas para el
programa Medicare[6].
Medicare cubre a personas mayores de 65 años y a personas jóvenes
con discapacidades que necesiten tratamiento debido a patologías
graves como el cáncer o la insuficiencia renal. La mayoría de la
población adulta mayor de los Estados Unidos goza de este servicio.
Medicare cuenta con cuatro partes: A) Seguro hospitalario: que cubre la
internación por una noche con servicio de habitación semi-privada,
comida, pruebas y honorarios médicas, y ocasionalmente puede cubrir
estancias breves por convalecencia; B) Seguro Médico: que cubre los
servicios ambulatorios no incluidos en la parte A; C) Medicare Advange:
que permite recibir los servicios de Medicare mediante aseguradoras
privadas; y D) Planes de Medicamentos recetados: incluido en 2006 que
permite el acceso de medicamentos a las personas cubiertas por las
partes A y B.
Medicaid cubre a las familias de bajos recursos económicos. Están
protegidos bajo ley federal las mujeres embarazadas, niños/as, adultos/as
mayores, personas con discapacidad y padres/madres de familia que
califican bajo los estándares de pobreza del país. Las condiciones
impuestas para para poder presentar este “certificado de pobreza” son
tales que miles de personas que cuentan con sus necesidades básicas
insatisfechas no clasifican para este seguro.

Existe también el programa  S-CHIP que ofrece ayuda financiera para


aquellas familias que ganan más del límite para calificar a la ayuda de
Medicaid pero no lo suficiente para obtener un seguro médico privado. La
Veteran´s Administration (VA) también cuenta con un plan de salud para
veteranos de guerra[7].
Sin embargo, estos programas no son suficientes para asegurar el
acceso universal a la salud y la cobertura de todos los servicios.
Medicare no cubre medicina preventiva, odontología y oftalmología.
Medicaid y S-CHIP son constantemente rechazados por los proveedores
privados de salud porque su tasa de reembolso o recupero financiero es
muy baja.

El sector privado tampoco está exento de inconvenientes. Hay dos


formas de obtener un seguro médico privado: por medio del empleador o
contratarlo de manera individual. La primera es la más común. La
segunda presenta grandes dificultades ya que las empresas pueden
negar la cobertura basándose en el estado de salud de la persona o en
condiciones preexistentes. En la película Sicko(2007) de Michael Moore,
un ex empleado de una empresa de seguro de salud le cuenta al director
que podría empapelar completamente una oficina con la cantidad de
hojas necesarias para enumerar el listado de enfermedades
preexistentes que esa empresa no cubría. En esa misma película se
relata el caso de un joven padre que necesitaba una operación de
páncreas para salvar su vida y la aseguradora Humana se negaba a
costearla por estar en el listado de los servicios que no estaban
incluidos. Solo tras una acción de protesta televisada en la puerta de una
de sus filiales lograron que pagara los costos de la intervención y que se
salvara la vida de este hombre. La reforma de Obama puso algunos
límites a esta situación, pero no ha desaparecido completamente.
Como podemos ver, tener un servicio de salud privado no te asegura el
acceso total a la salud, además de los peligros que supone dejar un
derecho humano como es la salud en manos de un sector que no busca el
bienestar general sino la ganancia económica, aun a costa de la vida y
bienestar de sus afiliados. Si a esto sumamos los requisitos impuestos
para clasificar a un plan estatal, explica por qué existen millones de
personas sin cobertura de salud en la principal potencia mundial.

Otra cuestión preocupante es la gran cantidad de personas que quedan


en bancarrota luego de sufrir un accidente o de necesitar un tratamiento
médico prolongado, debido a los costos de salud. En el 2012 el 46% de
las personas que quedaron en situación de pobreza se habían endeudado
para pagar gastos médicos[8]. Los hospitales y clínicas médicas suelen
quedarse con las viviendas, vehículos o negocios de las personas que no
pueden pagar los tratamientos.
Además es el único de los países desarrollados en los que el sector
privado supera al público en la atención de la salud, y que no cuenta con
atención gratuita ni siquiera en los hospitales públicos o de gestión
gubernamental.

Estas situaciones que acabamos de describir parecen más propias de un


país pobre o en vías de desarrollo y no de una superpotencia que tiene
uno de los mayores ingresos por habitante del mundo. De los países de la
OCDE, Estados Unidos es el mayor porcentaje de su PBI destina a salud
(16% en 2017), pero al mismo tiempo ocupa el puesto número 30 en
mortalidad materna, solo superado por México. Entre 1999 y 2015 se
produjo un incremento de la tasa en un 56% pasando de 16,9 a 24,7
muertes cada 100 mil embarazadas[9]. También son preocupantes los
aumentos en las altas tasas de mortalidad y de mortalidad infantil en los
últimos años.
Actualmente algunos gobiernos latinoamericanos han propuesto
reformas a los sistemas de salud que suponen la pérdida de derechos
que el pueblo ha conquistado con sus luchas. El proyecto (mal llamado)
de Cobertura Universal de Salud (CUS) y la degradación del Ministerio de
Salud a la condición de Subsecretaría por parte del gobierno de Mauricio
Macri en Argentina es un ejemplo en este sentido. De triunfar estas
medidas nuestros sistemas de salud se parecerían cada vez al de los
Estados Unidos, con las terribles consecuencias que ello traería. Por ello
es que debemos estar alertas para defender la salud pública como un
derecho humano fundamental.

La salud en chile

Estructura y cobertura
El sistema de salud chileno consta de dos sectores, público y privado. El primero
cubre a 80% de la población. El Fondo Nacional de Salud (FONASA), a través del
Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS) y su red de 29 Servicios de Salud
Regionales, y el Sistema Municipal de Atención Primaria, cubren a alrededor de
70% de la población nacional. Un 3% adicional está cubierto por los Servicios de
Salud de las Fuerzas Armadas y el 7% restante son trabajadores independientes y
sus familias que no cotizan al FONASA y que, en caso de necesidad, utilizan los
servicios del sector público.

El sector privado está constituido por las Instituciones de Salud Previsional


(ISAPRE), que cubren aproximadamente a 17.5% de la población y proveen
servicios a través de instalaciones tanto privadas como públicas. Un reducido sector
de la población paga por la atención a la salud directamente de su bolsillo.

Además del FONASA y de las ISAPRE, tres mutuales ofrecen cobertura exclusiva
para accidentes de trabajo y enfermedades profesionales a los trabajadores
afiliados (sin incluir a sus familias), los cuales representan cerca de 15% de la
población. Estas mutuales prestan servicios dentro de sus propias instalaciones y,
en caso de contar con capacidad ociosa, ofrecen atención a población no afiliada a
cambio de un pago por servicio.

¿Quiénes son los beneficiarios?

El Ministerio de Salud (MINSAL) de Chile tiene la obligación de garantizar a todos


los ciudadanos el acceso libre e igualitario a todos los programas y servicios de
salud. Los ciudadanos tienen la libertad de escoger entre los servicios públicos y los
privados.

Alrededor de 70% de los chilenos -los pobres del campo y las ciudades, la clase
media incluyendo a los profesionales y técnicos de mayores ingresos y los
jubilados- están cubiertos por los servicios de salud del sector público, financiados
con recursos del FONASA. Otro 3% está cubierto por los servicios de salud de las
fuerzas armadas.

Los sectores de mayores ingresos y algunos obreros y empleados en contrato


colectivo dentro de su empresa (17.5% de la población) están afiliados a alguna
ISAPRE, compañías aseguradoras privadas que reciben las cuotas obligatorias de
los trabajadores para administrar diversos planes de salud. Existen 13 ISAPRE que
ofrecen diferentes planes para los afiliados y sus familias, generalmente con
mayores beneficios que lo que ofrece FONASA, mismos que se financian con
cotizaciones suplementarias.

Existen dos tipos de ISAPRE, abiertas y cerradas. La inscripción a las cerradas está
limitada a los trabajadores de una empresa o sector económico. Las abiertas
permiten la inscripción a toda la población con capacidad de pago. En general
operan con prestadores privados de salud, pero pueden hacer convenios con
prestadores públicos para la atención de urgencias, tratamiento intensivo o servicio
pensionado. Este último es un sector especial de un hospital habilitado para atender
pacientes de la modalidad de libre elección que pagan por las prestaciones
recibidas; en general no más de 10% de las camas. En 2009 existían siete ISAPRE
abiertas y seis cerradas.12

También existe un sistema privado paralelo sin fines de lucro compuesto por tres
mutuales que brindan protección contra accidentes laborales y enfermedades
profesionales a dos millones y medio de trabajadores afiliados de manera colectiva
a través de las empresas en que laboran, quienes también están afiliados al
FONASA o alguna ISAPRE. Un importante grupo de trabajadores independientes y/o
de la pequeña empresa que no están afiliados a las mutuales tienen cobertura de
una entidad estatal, el Instituto de Normalización Previsional (INP) y, en caso de
enfermedades profesionales o accidentes laborales, reciben atención en los
hospitales del sector público.

Los miembros de las fuerzas armadas (Ejército, Marina, Aviación y Policía) y sus
familias son beneficiarios de un seguro de salud ajeno al FONASA y las ISAPRE que
brinda atención en instalaciones y con proveedores propios. Este seguro de salud se
financia con impuestos generales.
Finalmente, una pequeña proporción de la población, perteneciente a la clase alta,
compra los servicios de atención a la salud a proveedores privados mediante pagos
de bolsillo sin intermediación de las ISAPRE ni del FONASA.

¿En qué consisten los beneficios?

El Sistema Nacional de Salud (SNS), a través de los 29 Servicios de Salud


Regionales en todo el territorio, provee servicios ambulatorios y hospitalarios para
los afiliados al FONASA. La atención primaria es administrada por los servicios
municipales de atención a la salud bajo la supervisión del MINSAL, el cual establece
las normas técnicas de funcionamiento.

Los beneficiarios del FONASA tienen acceso a dos modalidades de atención: la


atención institucional (MAI) y la libre elección (MLE). La primera comprende la
atención que brindan las instituciones públicas de salud con cierta limitación en la
capacidad de elección del prestador. Al momento de recibir la atención, los usuarios
deben realizar copagos que van de 10 a 20% del precio del servicio fijado por
FONASA de acuerdo con su nivel de ingresos, excepto los más pobres, los mayores
de 60 años y los portadores de algunas patologías específicas. La modalidad
institucional suele afiliar a los ciudadanos de menores recursos y a todas aquellas
personas que se acogen al plan de beneficios del Plan de Acceso Universal con
Garantías Explícitas (AUGE), descrito más adelante.

Cualquier beneficiario de FONASA puede elegir la MLE y, mediando un copago


equivalente a la diferencia entre el precio fijado por los prestadores para cada
prestación y la cantidad fija aportada por FONASA, puede elegir el prestador dentro
del sector privado. Estos copagos se establecen tomando en cuenta el nivel de
calidad del prestador siguiendo una clasificación en tres grupos a los cuales deben
registrarse los proveedores. La MLE también es una opción para los llamados
"pensionados" de los hospitales públicos, previo copago. A esta modalidad suelen
recurrir los beneficiarios del FONASA de mayores ingresos.

Las ISAPRE, que funcionan con la lógica de los seguros y por tanto con primas
según cobertura y riesgo, ofrecen diversos planes de servicios adicionales a cambio
de contribuciones complementarias a la obligatoria. Tienen la obligación legal de
cubrir por lo menos: a) exámenes de medicina preventiva, cuyo contenido y
periodicidad se encuentran claramente definidos pero que sólo se realizan a
solicitud expresa del afiliado, aunque las ISAPRE deben cumplir con un porcentaje
mínimo de estos exámenes; b) seguro de pago del salario del afiliado en caso de
enfermedad, y c) protección para mujeres embarazadas y niños menores de seis
años, que incluye un paquete mínimo predefinido de intervenciones.

Los contratos con las ISAPRE son de por vida y las aseguradoras sólo pueden
rescindirlos cuando el afiliado no cumple con sus obligaciones financieras. Los
afiliados pueden rescindirlo al cumplirse el aniversario del contrato, mediando un
mes de aviso. Las ISAPRE proveen servicios en sus propias instalaciones o
contratan con otros proveedores privados o del sector público. Dependiendo del
tipo de contrato que hayan suscrito, los afiliados pueden o no escoger a los
proveedores.

Los servicios de salud pública (como vacunas y control de la tuberculosis) se


proveen a toda la población sin restricción o discriminación. En el caso de la
tuberculosis, la entrega de los medicamentos es gratuita y se debe hacer en los
establecimientos del sector público bajo supervisión. Las vacunas son entregadas
por el Estado y su aplicación en el sector público es gratuita para toda la población,
aunque en el sector privado la aplicación puede tener un costo.

 
Financiamiento
¿Quién paga?

Los servicios públicos de salud se financian con impuestos generales, aportaciones


de los municipios y copagos hechos por los afiliados al FONASA. Los fondos del
sector privado provienen de las cotizaciones, aranceles y copagos tanto obligatorios
como voluntarios de los afiliados a las ISAPRE y de los pagos de bolsillo que los
usuarios de los servicios privados realizan al momento de recibir la atención. Todos
los trabajadores están obligados a hacer una contribución al sistema de salud
equivalente a 7% de sus ingresos gravables y pueden elegir pagarla al FONASA o a
alguna ISAPRE.13 La contribución es voluntaria para los autoempleados.

En 2003 el gasto total en salud se repartió de la siguiente manera: 27% provino de


impuestos generales, 17% de las cotizaciones pagadas por los trabajadores
afiliados al FONASA, 16% de las cotizaciones pagadas por los afiliados a las
ISAPRE, 7% de las cotizaciones voluntarias, 26% de gastos de bolsillo y 6% de
aportaciones directas de los municipios.

La salud en España

Atención sanitaria pública


 
El sistema de salud público de España es gratuito y universal: las
consultas, el acceso a urgencias y los medicamentos son gratuitos.
Por ello la mayoría de los españoles recurren al sistema público de
salud, el Insalud (Instituto Nacional de Gestión Sanitaria). Cada
comunidad autónoma se encarga de prestar los servicios del Insalud a
través de su propio servicio de salud. 
 
¿Qué atención sanitaria proporcionan dichos servicios? 
Todos los trabajadores por cuenta ajena están obligados a cotizar al
sistema de salud público español. 
Los médicos de la Seguridad Social española son trabajadores
asalariados del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria. No es el
paciente quien paga directamente la atención sanitaria, sino el Estado,
por lo que los ingresos de los médicos son muy homogéneos entre sí.
Las listas de espera para acudir a un especialista son muy largas.
La atención dental y la óptica no están cubiertas por el Insalud. Para
este tipo de atención tendrá que contratar un seguro privado o una
póliza complementaria de salud con una mutua para que los gastos
correspondientes le resulten lo menos caros posible.
 
Qué requisitos tiene que cumplir:
Deberá rellenar una instancia en el centro de salud más cercano para
solicitar que se le asigne un médico de cabecera. La Seguridad Social
española asigna automáticamente un médico de cabecera, aunque el
asegurado puede solicitar un nuevo médico posteriormente, así como
el centro de salud (por lo general el más cercano a su domicilio) al
cual tendrá que acudir para sus consultas. 
En cuanto a la atención especializada, tendrá que acudir
primeramente a su médico de cabecera para que éste le derive con un
especialista en caso necesario.
 

Atención sanitaria privada


 
Afiliarse a una mutua 
En este caso, el trabajador por cuenta ajena cotiza a la Seguridad
Social español y de forma paralela se afilia a una mutua.
Las mutuas poseen su propia red de hospitales, clínicas y laboratorios.
El acceso a la atención sanitaria es más rápido que en el caso del
sistema público.
La afiliación a la mutua es de pago.
Para disfrutar de atención sanitaria gratuita es imprescindible que el
asegurado acuda primero a un médico de la Seguridad Social
española que le derive a un especialista (del sistema público o
privado).
 
Afiliarse a una entidad aseguradora privada 
En este caso el asegurado podrá acudir a cualquier médico y cualquier
clínica. La atención sanitaria que reciba estará totalmente cubierta o
reembolsada con arreglo a los términos de su póliza de seguro.

Salud en Italia
El Servizio Sanitario Nazionale está financiado con impuestos
nacionales y regionales y copagos. Existe un presupuesto específico
para la asistencia sanitaria y Atención Primaria recibe el 50% de este
presupuesto. Todos los ciudadanos italianos y residentes en Italia
tienen derecho a asistencia sanitaria gratuita, aunque existe copago
en pruebas diagnósticas, farmacia, atención especializada y
determinadas urgencias. El copago es diferente dependiendo de la
región. La provisión de servicios es regional, provocando
fragmentación de los mismos e importantes desigualdades. Los
médicos son autónomos y desde el año 2000 hay incentivos para
promover el trabajo en equipos multidisciplinares. El salario está
regulado y es la suma de un pago capitativo e ingresos específicos por
actividades complementarias. Las funciones de los médicos son
similares a las de los profesionales españoles, aunque la atención es
más personal. La relación entre Atención Primaria y Especializada
depende de la afinidad de los profesionales entre sí.
La atención primaria dentro del sistema sanitario: financiación,
provisión de servicios, cobertura…
El gasto sanitario en Italia en 2012 representó el 9,2% del producto
interior bruto. El 78,2% del gasto total está financiado con impuestos y
el 17,8% restante, a través de distintos copagos en pruebas de
imagen y laboratorio, farmacia, visitas a especialistas y visitas a
urgencias no justificadas. Existe un presupuesto específico asignado a
sanidad, y atención primaria (AP) recibe el 50% del total de dicho
presupuesto, aunque existen grandes diferencias porque los
impuestos regionales también son muy diferentes. El gasto sanitario
per cápita en 2012 fue de 3.040$, siendo la media europea de
3.346$3.

La provisión de servicios en AP se realiza a nivel local a través de las


Aziende Sanitarie Locali, que son los equivalentes a nuestras áreas de
salud. Los médicos trabajan en locales profesionales regulados por el
Colegio de Médicos y se encargan de la gestión y financiación de los
mismos. Estos locales tienen que tener unas dimensiones estipuladas
y una serie de equipamiento mínimo imprescindible3–6.

La cobertura es universal y gratuita desde 1978 para todos los


italianos y ciudadanos con residencia legal en Italia. El copago existe
desde 1993, excepto para los mayores de 65 años, los menores de 6,
los desempleados, los discapacitados y las personas con un umbral
de ingresos determinado. Existe copago en visitas a especialistas
(desde 10 a 150€) y en pruebas de imagen (36,15€ por una
resonancia) o de laboratorio (3€ por un análisis de orina), a los que se
añaden 10€ de gastos de prescripción. También existe copago en
algunas especialidades de farmacia; los pacientes que no desean
utilizar genéricos tienen que abonar la diferencia entre el precio de la
marca comercial y del genérico. Desde 2006 existe un copago de 25€
en los llamados códigos blancos de la atención urgente en un hospital,
es decir, en la atención sanitaria que se realiza en un hospital pero se
podría haber resuelto en otro dispositivo sanitario, por ejemplo, un
Aziende Sanitarie Locali3–6,8.

La figura del médico de atención primaria


Los médicos generalistas son la puerta de entrada al sistema (función
de gatekeeper), como en España y Reino Unido. Los pacientes
pueden elegir libremente el médico en la lista de médicos disponibles
que existe en el ayuntamiento y pueden cambiar de médico cada año.
Los profesionales sanitarios pueden rechazar la inclusión de un
paciente en su cupo siempre que existan motivos justificados. El cupo
medio es de unos 1.500 pacientes. Si no hay pediatras disponibles en
el equipo, los niños mayores de 7 años pueden registrarse con el
médico generalista.

Los médicos son profesionales autónomos que trabajan solos o en


cooperativas. Se tiende cada vez más al trabajo en equipo y
actualmente el 60-70% de los profesionales trabajan en grupo. Las
cooperativas, que son el equivalente a nuestros centros de salud,
están formadas en general por unos 4 médicos, 2 enfermeras,
administrativos, especialistas (cirujano, digestivo, etc.) y trabajadores
sociales.

El salario de un médico se fija mediante un Accordo Collettivo


Nazionale («Acuerdo Nacional») y es la suma de una cuota fija por
capitación y de cantidades específicas asignadas por cumplimiento de
objetivos, intervenciones de cirugía menor, porcentaje de gastos del
consultorio, etc. El sueldo bruto de un profesional de AP oscila entre
los 6.500-7.000€/mes, de los que hay que descontar los gastos de
gestión del centro. El salario permanece congelado desde 2010
debido a la crisis.

Las funciones del médico son similares a las españolas: manejo de


enfermedades agudas y crónicas, cirugía menor, programas de
prevención, inmunización, etc. La relación médico-paciente es buena y
no es raro el seguimiento particular de los pacientes cuando estos se
encuentran ingresados en el hospital3–5,7–9.

La jornada laboral se extiende, de lunes a viernes, desde las 8:00 a


las 20:00, y los sábados hasta las 14:00. La atención continuada se
realiza por los medici di continuità assistenziale (médicos de atención
continuada) desde las 20:00 a las 8:00 todos los días, y los sábados
desde las 14:00 en el centro asistencial a través del número de
teléfono 118.

Aproximadamente el 86% de los médicos utilizan el ordenador en las


consultas. En general, el uso de los ordenadores se reduce al acceso
a la información y el registro de la historia clínica básica. Las recetas
electrónicas suponen el 1% del total y el intercambio de información
electrónica entre profesionales apenas llega al 3%. El software lo paga
el profesional y puede elegir entre aquellos que ofrece el estado. En
general son sistemas rudimentarios, distintos en cada consultorio y no
compatibles entre ellos5,6.

Atención primaria y atención especializada. Coordinación, urgencias,


etc.
Ya hemos comentado que los médicos de AP son la puerta de entrada
a la atención especializada (AE), excepto para algunas
especialidades: dentista, ginecólogo, obstetra y pediatra. La relación
con AE es personal y depende en gran parte de la afinidad y la
relación entre los profesionales para conseguir una cita o realizar un
ingreso. La respuesta de los especialistas a las interconsultas y los
informes de urgencias se realizan mediante correo ordinario, que está
garantizado por el director de las azienda ospitalaria (hospitales)
desde 2009 funcionan las Unità Complesse di Cure Primarie, cuyo
objetivo final es establecer la unión entre los servicios sanitarios y los
servicios sociales. Las Unità Complesse di Cure Primarie están
formadas por médicos, pediatras, especialistas, enfermeras,
trabajadores y asistentes sociales y administrativos

https://www.paho.org/col/index.php?option=com_content&view=article&id=1241:perfil-de-
los-sistemas-de-salud-colombia&Itemid=361

https://www.paho.org/chi/

https://www.paho.org/data/index.php/es/analisis/perfiles-de-salud/278-perfiles-nacional-
cobertura-saneamiento-basico.html

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