Descargar como rtf, pdf o txt
Descargar como rtf, pdf o txt
Está en la página 1de 2

Reseña

Tras la publicación de No amanece el cantor (1992), José Ángel


Valente concibió una suerte de obra poética «abierta», un libro que -como la
parábola cervantina de Ginés de Pasamonte o la novela de Proust- no
acabaría sino con la desaparición misma de su autor. El libro encarna o es la
propia vida, y no puede terminar más que cuando ella lo hace. Sólo la
muerte de su autor, en efecto -ocurrida en julio de 2000-, puso fin a este
conjunto de fragmentos y también a una trayectoria poética particularmente
intensa, una de las más significativas de la poesía hispánica de nuestro
tiempo.
Fragmentos de un libro futuro constituye tanto una especie de
testamento lírico cuanto la culminación de un itinerario poético. Concebido
como un «diario» lírico, la poesía aparece aquí, más que nunca, como
fulguración de la palabra, como repentina iluminación. Los tonos elegiacos
son casi dominantes en estos poemas. Vaciamiento, desnudez y
desagregación o desintegración de la identidad -rasgos que ya aparecían con
frecuencia en esta obra- adquieren aquí un relieve especial, como versiones
últimas o penúltimas de antiguas obsesiones espirituales y morales.
Muertos, durmientes y fantasmas pueblan estos versos. Pero lo hacen, sin
embargo, con la misma intensidad con que escuchamos en ellos la poderosa
afirmación del amor.
La poesía de Valente llega aquí a su punto más alto, a una tensión en
la que, como diría el salmista: «La oscuridad no es oscura ante ti y la noche
ilumina como el día. Oscuridad como luz». Fragmentos de un libro futuro es
uno de los libros mayores del autor y, sin duda, una de las piezas capitales
de la poesía contemporánea.

José Ángel Valente (Orense, 1929-Ginebra, 2000) ha sido


considerado el poeta español más importante de la segunda mitad del siglo
XX. Su obra poética se inició en 1955 con A modo de esperanza (premio
Adonais), al que siguieron Poemas a Lázaro (1960, premio de la Crítica),
La memoria y los signos (1966), Siete representaciones (1967), Breve son
(1968), Presentación y memorial para un monumento (1970), El inocente
(1970), Treinta y siete fragmentos (1972), El fin de la edad de plata (1973),
Interior con figuras (1976), Material memoria (1979), Tres lecciones de
tinieblas (1980, premio de la Crítica), Mandorla (1982), El fulgor (1984),
Al dios del lugar (1989) y No amanece el cantor (1992, premio Nacional de
Poesía), además de la serie de poemas en lengua gallega Sete cantigas de
alén (1981) y sus reediciones ampliadas Cantigas de alén (1984 y 1996). En
dos recopilaciones, Punto cero y Material memoria, reunió su producción
poética hasta 1992. Una extensa selección de esta obra lírica, con el título de
El fulgor. Antología poética (1953-1996), vio la luz en 1998, editada por
Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.
Por otra parte, Valente ha publicado, como crítico y ensayista, Las
palabras de la tribu (1971), Ensayo sobre Miguel de Molinos (1974), La
piedra y el centro (1983) y Variaciones sobre el pájaro y la red (1991), a los
cuales se sumarán en fecha próxima dos nuevas recopilaciones de ensayos,
que versan sobre temas literarios y artísticos y que publicará esta misma
editorial. Ha traducido poemas de J. Donne, J. Keats, G. M. Hopkins, C. P.
Cavafis, E. Montale, B. Péret, P. Celan y E. Jabès, así como el prólogo
griego al Evangelio según San Juan.

También podría gustarte