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El orientalismo de antes y después de Said en Simone y La

inutilidad

Diego Mauricio González Castro1

Las Artes se convierten en instrumentos de


información manipulados y manipuladores.

Martin Heidegger

La historia de las luchas por el poder, y en


consecuencia las condiciones reales de su ejercicio y
de su sostenimiento, sigue estando casi totalmente
oculta. El saber no entra en ello: eso no debe saberse.

Michel Foucault

Hay quienes juegan a ser adivinos intelectuales, creen saber todo de alguien con solo
verlo, el prejuicio les inunda. No creen en el mundo pero no pierden la esperanza de que
mejore algún día. La monotonía es una visita indeseada que siempre llega, pero los
miedos son las cadenas que nos atan cuando queremos huir de la visita. Estos
pensamientos son reflejos de la humanidad actual, que además hallamos en las novelas
La inutilidad (2004) y Simone (2012) de Eduardo Lalo. Así pues, en nuestros tiempos la
información ya no viaja a caballo y aunque sabemos que no siempre llegan las más
verídicas noticias, lo que llega nos sirve para enterarnos de lo aislados que estamos de la
realidad, ya sea por lo mediático o por nuestro propio escepticismo, y ante ello nos
cruzamos de brazos mientras criticamos.

El escritor nacido en Cuba, que desde su infancia vive en Puerto Rico, Eduardo Lalo
(1960), nos presenta en la novela Simone un narrador perceptivo, irónico, meditabundo,
inconforme con la condición de vida propia, esto último va ligado a las experiencias del
mismo. Algunas de estas experiencias son narradas en el escrito. Una idea artística de la
construcción de un collage de historias, donde la imagen principal es la soledad que se
siente en una ciudad ajena, peculiaridad presente en ambas novelas. Agregado a lo

1
Estudiante de la licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del Quindío.
dicho, también se encuentran en la novela comportamientos que hacen referencia al
llamado orientalismo bajo los conceptos de Edward W. Said.

1. Orientalismos

Iniciemos por aclarar el significado de orientalismo que según la RAE lo define como
“el conocimiento de la civilización y costumbres de los pueblos orientales o
predilección por las cosas de Oriente.” Contrastado con “es un modo de relacionarse
con Oriente basado en el lugar especial que este ocupa en la experiencia de Europa
occidental. Oriente no es solo el vecino inmediato de Europa, es también la región en la
que Europa ha creado sus colonias más grandes, ricas y antiguas, es la fuente de sus
civilizaciones y sus lenguas, su contrincante cultural y una de sus imágenes más
profundas y repetidas de 1o Otro.” (Said, 2008: 20); Hasta ahí no tendríamos problema
con aceptar que la admiración por la cultura oriental sea una tendencia positiva, pero
Said cambió dicho concepto al ver un comportamiento ya retorcido y negativo por parte
de Occidente sobretodo en ciertos países (Gran Bretaña, Francia, y Estados Unidos).
Nos dice que “existe, además, la hegemonía de las ideas europeas sobre Oriente, que
reiteran la superioridad europea sobre un Oriente retrasado y normalmente anulan la
posibilidad de que un pensador más independiente o más o menos escéptico pueda tener
diferentes puntos de vista sobre la materia.” (Said, 2008: 27); Sin duda gracias al
etnocentrismo es que nace tal deformidad de pensamiento, la mayor parte de las culturas
es etnocentrica y por ello tendemos a deformar lo que nos rodea, ponemos nuestra
cultura por encima de las demas.

Ahora veamos ambos conceptos en las novelas de Lalo. Empecemos por mencionar
como en La Inutilidad se menciona un personaje femenino europeo que se vio seducida
por lo Oriental. “La menor, que era la más cercana a Simone, se había convertido
sucesivamente al hinduismo y al Islam […]” (Lalo, 2013: 64). Más adelante el
personaje principal se encuentra con Didier Pétrement con quien comparte una
admiracion por un escritor, Plon, quien en su obra “[…] no sólo había creado tratados
para especialistas, sino que había reconstruido el mundo imaginario de los indios,
permitiéndole a sus lectores, que podía ser cualquiera con curiosidad e inteligencia,
adentrarse en una cultura que nos mostraba cuánto habíamos perdido.” (Lalo, 2013:
108); Esto concide con el pensamiento de Said cuando habla de un “orientalismo
academico” que incluiría el acercamiento o estudio por parte de algun especialista de
cualquier disciplina que tenga como objeto de estudio a “Oriente”. Igualmente cuando
vemos un dialogo de Didier:
- Como puede ver Pierre y yo tomamos caminos diferentes. Él fue hacia América, yo hacia
Asia. Estudié en la Escuela de Lenguas Orientales y me especialicé en el extremo Oriente, sobre
todo en las culturas Khermer y vietnamita, aunque estudié originalmente chino y sánscrito.
- Ya lo veo.
- No se sienta defraudado. […] (Lalo, 2013: 111)

Sin duda alguna el personaje llamado Didier Pétrement nos representa ese europeo
interesado en conocer el Oriente, no muestra razgos de querer imponer una superioridad
de parte de Occidente.

Si bien encontramos la primera definición la segunda será citada a partir del siguiente
fragmento “La historia es una especie de lujo que se han permitido las sociedades
occidentales. Es ‘su’ historia. Que ésta parezca desaparecer es una desgracia para
nosotros, pero permite ceder el sitio al destino, que siempre ha sido patrimonio de las
demás culturas […]” De Jean Baudrillard (citado en Lalo, la inutilidad, 2013: 28); Se
reconoce el pensamiento europeo de superioridad del Occidente sobre el Oriente. Es
decir, no hay historia diferente a la Occidental. Luego habla de la posible desaparición
de dicha afirmación abatida por la palabra destino. También en el Orientalismo se habla
de que “El origen de la historia de la humanidad era algo que podían describir en los
mismos términos espléndidos, apasionados y dramáticos que Vico y Rousseau
emplearon para retratar la vida en la tierra en épocas primitivas.” (Said, 2008: 192);
Desde entonces son los occidentales quienes hablan de historia y es escrita y centrada en
Occidente.

Luego en Simone cuando Li Chao se conoce formalmente con el narrador aparece el


siguiente dialogo:
- A mí casi nadie me lee –dije
- A mí casi nadie me ve –contesto li –o si me ven, ven a una china. Pocos pueden darse cuenta
de algo más. (Lalo, 2013: 97)

Reconocemos una inconformidad por parte de Li Chao hacia los prejuicios de los
puertorriqueños de la cotidianidad, pero este comportamiento es de todo Occidente.
¿Quién piensa algo diferente de un chino aparte de que es un chino? No reconocemos
una igualdad, al contrario creemos que son simples inmigrantes que llegaron a un país a
hacer su vida más fácil y en supuestas mejores condiciones. Es típico de un occidental
creer que la vida en su territorio por muy difícil que sea será mejor que la vida en un
país Oriental, después de todo el Oriente que conocemos es inventado en su mayoría por
Occidente. Esto se sigue manifestando en ese mismo dialogo que inicia con palabras de
Li Chao: “- El problema no es la lengua sino la imposibilidad que tienen los demás de
imaginarme. ¿Es posible escribir cuando la identidad no es compartida por nadie,
cuando la inmensa mayoría de la gente no puede ni siquiera concebirte?” (Lalo, 2013:
98); Se trata del impedimento que tiene Li Chao para escribir en San Juan, inseguridad
forjada por los medios y nuestro propio recelo.

2. La lectura y el “instruido”

La importancia de la lectura es totalmente remarcada en ambas novelas de Lalo, en cada


capítulo menciona y reflexiona una y otra vez sobre la diferencia que hay entre los que
leen y los que no lo hacen. Esto lo hace de varias maneras y no hay duda que es otro
punto positivo por parte de Lalo y estos son algunos de las partes de las novelas donde
resalta la importancia y disfrute de la lectura:

“Tenía que leer una larga novela de Paul Neptune que luego de unas páginas se convirtió en el
propósito de mis días” (Lalo, La inutilidad, 2013: 36)

“Salí con textos de Neptune y Plon, una novela de Genet y un volumen ilustrado de etnología
amazónica. Me quedé sin dinero y ese hecho ilustraba tanto mi angustia como mi gozo.” (Lalo,
La inutilidad, 2013: 47)

“Leer no es deletrear, ni arrastrarse sobre la superficie de un mural que no llega a verse de golpe.
Mas allá del alfabeto, del párrado, del artículo breve que todavía se llega a ver como totalidad,
hay analfabetismos funcionales del libro. La gran barrera a la difución del libro está en las masas
de privilegiados que fueron a la universidad y no aprendieron a leer un libro […]” Gabriel Zaid
(citado en Lalo, Simone, 2013: 32)

Pero ¿Hasta qué punto es saludable renegar del sujeto no lector? Sobre todo porque tal
situación también puede causar una antipatía hacia el prójimo. El “Conocimiento
significa elevarse por encima de las contingencias inmediatas, salir de uno mismo y
alcanzar lo extraño y lo distante. El objeto de un conocimiento así está expuesto por
naturaleza a que se proceda a su verificación” (Said, 2008: 59); Hasta ahí se trata de
superar las circunstancias de ignorancia pero seguidamente en el texto dice “Conocer así
un objeto es dominarlo, tener autoridad sobre él, y autoridad aquí significa, para
‘nosotros’, negarle autonomía ‘al país oriental’, porque nosotros lo conocemos, y, en
cierto sentido, existe tal y como nosotros lo conocemos” (Said, 2008: 59); A este punto
ya se ponen turbias las cosas, quiere decir que conocer una cultura les dejará dominarla
y manipularla a su antojo. Peor, no conocerla por completo tampoco se los impide, al
contrario la limitan a lo que se conoce de ella. Llevemos esto a una escala mucho
menor, no hablemos de una cultura sino de una persona, cuando un occidental conoce a
algún oriental o cree conocerlo dicho de mejor manera; ¿Tendría poder sobre él?
¿Podría juzgarlo a mi gusto? Estos temas de la moral son bastante polémicos y mi
propósito es mencionar su aparición en las dos novelas de Lalo. Como lo había
mencionado el narrador en Simone suele marcar una barrera entre él y personas poco
instruidas en el momento que dice “Soy el único en el local con un libro. A esa hora, ya
entrada la mañana, ni siquiera alguien tiene un periódico. Al sentarme y sacar el
volumen de la mochila, sentí una ligera vergüenza. Era como hacer el ridículo en el
patio de la escuela.” (Lalo, 2013: 31); En definitiva el que pone la distancia y se
avergüenza es él mismo, por un prejuicio que él armo desde que en la misma página cita
a Gabriel Zaid quien dice que el que no lee es porque nunca le encontró el gusto. Mi
punto es que el narrador fue un orientalista que además de ello por no ser consciente de
su orientalismo terminó avergonzándose.

Igualmente en Simone aparece una cita que referencia lo que le acontece al narrador
“Un hombre no puede estar contra su época sin sufrir daño de Robert Musil (citado en
Lalo, 2013: 28). Esta la hacen bajo el contexto de la aparición de Simone en la vida del
narrador, pero a su vez cubre mucho de lo que menciono en este apartado anteriormente.
Conclusión

En síntesis el orientalismo nació por el deseo de conocer y fomentar una cultura


diferente, pero termino convertido en una estrategia de dominación por parte de
occidente. Eduardo Lalo un escritor contemporáneo representó el tema en sus novelas y
afirmó la existencia de esa falsa superioridad que algunos occidentales tienen. Agregado
a ello también dejo claro que no todos piensan de la misma manera creando personajes
que representaban el otro lado del orientalismo.

De este modo se puede hablar de una aparición importante del orientalismo en la


literatura contemporánea y esto significa que los medios nos han informado un poco
más, ya sea inconsciente o conscientemente de estas perspectivas prejuiciosas que
suelen en existir en nuestro entorno.

Bibliografía

Said, Edward W. (2008). El orientalismo. Barcelona: DEBOLSILLO.


Lalo, Eduardo (2013). La inutilidad. Buenos Aires: El corregidor.
Lalo, Eduardo (2013). Simone. Buenos Aires: El corregidor.

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