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Crisorio, Ricardo Luis

La enseñanza del
Básquetbol

Educación Física y Ciencia


2001, año 5, p. 7-36

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Cita sugerida
Crisorio, R. L. (2001) La enseñanza del Básquetbol. [En línea]
Educación Física y Ciencia, 5. Disponible en:
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LA ENSEÑANZA DEL BASQUETBOL

Ricardo Luis Crisorio es Profesor en deporte a los niños. Los conceptos aludi-
Educación Física (U.N.L.P.). Ha dos han arraigado insensiblemente en el
egresado de la Maestría en Investigación discurso de entrenadores y profesores de
Educativa (PIIE, Chile). Se ha desem- educación física con la misma fuerza que
peñado como Director del Departamen- el mini-básquetbol se ha constituido en una
to de Educación Física (F.H.C.E.). Ac- práctica inobjetable. Sin embargo, el con-
tualmente es profesor titular ordinario cepto de iniciación deportiva, las clasifi-
de Educación Física I (U.N.L.P.) e inte- caciones de los juegos para su utilización
grante del Programa de Incentivos. Ha en la enseñanza y el mini-básquetbol mis-
sido Coordinador de Educación Física mo, responden a una idea tecnocrática de
para los CBC y la transformación la enseñanza que puede y debe cuestio-
curricular-Programa de CBC y de narse, tanto desde el punto de vista edu-
Transformación Curricular del Minis- cativo como desde el punto de vista de-
terio de Cultura y Educación de la Na- portivo.
ción. En esta primera parte, discutiré bre-
vemente el concepto de iniciación depor-
tiva, la clasificación de los juegos para su
Toda vez que uno quiere decir algo utilización en la enseñanza de los depor-
acerca de la enseñanza de un deporte, o tes y, finalmente, el mini-básquetbol como
de los deportes, se encuentra inevitable- forma de adaptación del básquetbol a los
mente con una serie de conceptos -inicia- niños.
ción deportiva, juegos pre-deportivos, de
iniciación, fundamentadores- y con el he- 1. La iniciación deportiva
cho del mini-deporte. Este último aparece
en nuestro caso bajo la forma del mini- Aunque solemos estar dispuestos a ju-
básquetbol, forma pionera de adaptar el rar que el concepto de iniciación deporti-

Escribí este artículo tomando como base una conversación con el profesor Javier Orlando-
ni, que él grabó y transcribió para que yo la corrigiera y aumentara, trabajos por los cuales
le estoy vivamente agradecido.

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va es, desde siempre, naturalmente inhe- como la forma de ver las cosas aquello
rente a la enseñanza de los deportes, la que apenas es el producto de una forma
idea de planificar la formación deportiva de ver las cosas.
desde las edades tempranas es bastante En el caso de la iniciación deportiva,
nueva; de hecho, la infancia no fue parte la forma de ver las cosas que se acepta
de esta formación en nuestro país hasta la como universal es la de la teoría del en-
década de los setentas. Por esos años se trenamiento deportivo, producto de una
importó de los países del Este (o de Cuba, mirada interesada exclusivamente en el
que la importó de esos mismos países junto rendimiento y basada en las ciencias bio-
con la estructura de escuelas deportivas) lógicas, particularmente en la fisiología,
esta idea de fabricar atletas y deportistas y en la psicología experimental conduc-
aplicando los estímulos apropiados en tista; ambas comparten una visión restrin-
cada etapa de la vida, de acuerdo con las gida de los seres humanos: los consideran
prescripciones de la teoría “científica” del como organismos individuales que actúan
entrenamiento deportivo. Hasta entonces respondiendo automáticamente a los estí-
las federaciones y asociaciones deporti- mulos del medio en que viven, desenten-
vas, todavía no imbuidas de semejante diéndose de estudiarlos como seres socia-
“cientificidad”, se despreocupaban de pre- les cuyo accionar construye todo un uni-
parar sistemáticamente a los futuros de- verso cultural en el que esas respuestas
portistas a partir de la infancia. Antes de adquieren sentido y significación.
los setentas, prácticamente no existían “es- La creencia de que hay que iniciar a
cuelitas” de voleibol, rugby, tenis o atle- los niños en el deporte de un modo pla-
tismo y el potrero era todavía el mejor neado y sistemático, de acuerdo con nor-
maestro de fútbol para los chicos argenti- mas supuestamente científicas, ha tenido
nos (las escuelitas de fútbol son muy pos- efectos tanto sobre la enseñanza de los de-
teriores). Sólo el mini-básquetbol repre- portes como sobre la formación de los
sentaba entonces una organización “mini- deportistas
deportiva”, aunque sin el rigor “científi- Respecto de la enseñanza, el concepto
co” que exige la iniciación deportiva. de iniciación deportiva implica una visión
Me ocupo de ubicar el concepto ini- de la educación fragmentada y utilitaria.
ciación deportiva en la historia con el úni- Centra el interés educativo en los apren-
co fin de mostrar que ella no es un fenó- dizajes estrictamente relacionados con la
meno natural sino que ha sido “naturali- práctica deportiva y subordina todo lo que
zada” por ciertos discursos y prácticas en se enseña al objetivo de moldear un de-
los últimos treinta años. La naturalización portista de rendimiento. De este modo, la
de los conceptos y de las rutinas deriva- enseñanza se limita a una instrucción es-
das de ellos tienen el efecto de estrechar pecífica, el aprendizaje se reduce al apren-
nuestra mirada y logran que aceptemos dizaje motor también específico, la infan-

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cia se convierte en una etapa instrumen- los mejores basquetbolistas del planeta
tal, cuyo valor se limita al de los aprendi- mientras que apenas algunos de nuestros
zajes que sirven para el rendimiento de- futbolistas están entre los mejores del
portivo posterior; el sujeto se pierde tras mundo; son también, en general, profe-
la imagen del campeón deportivo. sionales universitarios, mientras que la
Paradójicamente, la iniciación depor- mayoría de nuestros futbolistas apenas
tiva, como forma planificada y sistemáti- cuentan con educación básica y para no-
ca de introducir a los niños en la práctica tarlo basta escuchar hablar con la prensa
de los deportes para transformarlos lo a unos y otros, o comparar los destinos
antes posible en deportistas de rendimien- posteriores a la práctica deportiva de ren-
to, se vuelve no sólo contra la verdadera dimiento de unos y otros.1 Las causas de
educación de los chicos sino contra el mis- estas diferencias son, sin duda, múltiples
mo propósito que la inspira. Un efecto y de distintos signos -sociales, culturales,
estudiado de la iniciación deportiva tem- económicas, políticas, históricas-; sin em-
prana es la temprana saturación que pro- bargo, no me parece una razón menor el
voca. Las estadísticas muestran, por ejem- hecho de que la formación deportiva en
plo, que los chicos, abandonan el básquet- Estados Unidos esté integrada en el siste-
bol masivamente entre los 13 y 15 años, ma de educación general. Hay que decir,
probablemente seducidos por alguna niña también, que los norteamericanos no se
más cariñosa y menos exigente que su preocupan de planificar la iniciación de
entrenador, seguramente más dispuesta a los infantes en los deportes -aunque tie-
algunas prácticas menos metódicas y con nen ligas infantiles de todo tipo- pero se
más variantes; más dramático aún es el ocupan muy bien de organizar la compe-
caso de la natación. Este fenómeno se tición deportiva en la escuela media y en
suma a otros para reducir la base de prac- las universidades; es decir, los niños nor-
ticantes que podrían eventualmente con- teamericanos pueden jugar verdaderamen-
vertirse en deportistas de rendimiento; por te con los deportes imitando a sus ídolos
otra parte, muchos de los que continúan en los playgrounds y en los parques (la
dan por finalizado su aprendizaje cuando imitación, la mímesis, es característica del
llegan a la primera división, empobrecien- verdadero juego) mientras que los adoles-
do tanto el deporte que practican como centes y jóvenes pueden practicarlos com-
sus propias posibilidades de crecer en él. pitiendo en ligas independientes de la éli-
Para ilustrar los efectos de una forma- te (regidas por asociaciones diferentes y
ción deportiva separada de la educación con reglas diferentes) pero de gran impor-
bastará comparar brevemente a los bas- tancia e interés. Y hay que decir, final-
quetbolistas de la NBA con nuestros fut- mente, que no puede discutirse el interés
bolistas de primera división. Hay que de- de los norteamericanos por educar a sus
cir lo obvio: ellos son indiscutiblemente jóvenes (aunque sostengan una educación

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funcional a su estilo de vida y éste no nos de iniciación deportiva por los de ense-
guste) y porque ellos dominen todos los ñanza de los deportes. La enseñanza de
aspectos del deporte que hayan elegido. los deportes, como cualquier otra enseñan-
Cito como ejemplo sendas declaraciones za, implica considerar una dimensión di-
de Kareen Jabbar y de Michael Jordan. dáctica que, en mi opinión, debe compren-
El primero dijo a la revista Gigantes del der: el análisis de los contenidos que se
Básquetbol que, entre todos los entrena- quieren enseñar, la articulación de ese
dores que tuvo en su carrera, recuerda es- análisis con el análisis de las formas de
pecialmente a Jack Donahue, quien lo di- enseñar y aprender (lo que implica, a su
rigió en su equipo de secundaria, porque vez, considerar los intereses y posibilida-
le enseñó a “jugar bien” ganaran o per- des de aprendizaje de los aprendices, cual-
dieran; les decía que lo peor que les podía quiera sea la etapa evolutiva a la que per-
pasar era dejar en la cancha la impresión tenezcan: infancia, adolescencia, juventud,
de que eran malos jugadores (la idea de adultez) y la articulación de estos análisis
jugar bien, en el sentido que le dan los con el de los marcos político-contextua-
norteamericanos, implica no sólo el do- les en que la enseñanza se desarrollará.
minio de los aspectos técnicos y tácticos Trataré la cuestión de la enseñanza de los
sino también el respeto por las reglas, el deportes, con particular referencia a la
juego en equipo, el esfuerzo, la coopera- enseñanza del básquetbol, cuando aborde
ción, la inteligencia, etc.). Jordan, por su los principios pedagógicos que en mi opi-
parte, declaró a ESPN (cable recogido por nión deben guiarla.
Clarín) que estaba agradecido a Dean Como me será imposible evitar nue-
Smith, su entrenador en la universidad de vas referencias a la cuestión de la inicia-
Carolina del Norte, porque lo reemplaza- ción deportiva, dada la cercanía que ella
ba cuando convertía más de 20 puntos en tiene con los distintos tópicos que tocaré
un partido; dijo que, de ese modo, él apren- en adelante, prefiero conformarme con lo
dió a jugar en equipo (probablemente nos dicho hasta ahora y pasar al siguiente
deslumbre la capacidad física de Jordan, tema, aunque es mucho más lo que puede
pero lo que efectivamente lo llevó a ser el decirse acerca de los orígenes y consecuen-
mejor de todos fue su gran inteligencia del cias del uso de este concepto en la forma-
juego en equipo). ción de deportistas y sujetos.
Como dije antes, soy consciente de las
múltiples diferencias que separan a un país 2. La clasificación e instrumentación de
de otro y no estoy proponiendo aplicar me- los juegos
cánicamente aquí lo que da resultado allá;
sólo estoy comparando estructuras y re- En el ámbito de la educación física ha
sultados para reflexionar sobre la posibi- habido muchos intentos de clasificar los
lidad de cambiar el concepto y la práctica juegos con el objeto de usarlos como re-

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cursos para la enseñanza, como “recur- aquéllos que se supone sirven para ense-
sos didácticos” como se dice habitualmen- ñar o practicar los fundamentos técnicos
te. Se ha hablado de “juego-tarea” para la y/o tácticos básicos del deporte de que se
enseñanza en el Nivel Inicial (sin advertir trate. En el básquetbol, particularmente:
que juego y trabajo son conceptos opues- juegos de driblear, de pasar, de lanzar, de
tos y contradictorios); se han propuesto, marcar, de ayudar, de bloquear, de saltar,
también, juegos “cooperativos”, grandes etc.
y pequeños juegos, juegos de interior (para Deporte reducido se dice de todas aque-
instrumentar en los días de lluvia), juegos llas actividades o juegos planeados en base
para conocer el propio cuerpo, juegos para a situaciones del deporte que se quiere
reconocer el espacio, e infinitos más. enseñar o entrenar y que se realizan con
No extraña, entonces, que también se menos jugadores que los que implica la
haya intentado clasificarlos en relación totalidad del equipo, y en espacios redu-
con la enseñanza de los deportes. Primero cidos respecto de la totalidad del campo
apareció el concepto “juegos pre-deporti- de juego. En el básquetbol son típicas las
vos” para designar aquellos juegos que actividades o juegos 1 vs. 1 y 2 vs. 2 en
contienen habilidades y capacidades simi- un cuarto de cancha, o 3 vs. 3 y 4 vs. 4 en
lares a las de los deportes y permiten ejer- media cancha, pero también pueden ar-
citarlas de manera global. Luego, la cla- marse situaciones 4 vs. 3, 3 vs. 2 o 2 vs.1,
sificación se hizo más detallada y se dife- etc., en un cuarto, media e, incluso, en toda
renciaron juegos “de iniciación”, “funda- la cancha.
mentadores” y “deporte reducido”. Así como la iniciación deportiva, es de-
Los primeros señalan juegos fabrica- cir, la planificación de la práctica depor-
dos a partir de la simplificación del de- tiva infantil, no puede inspirarse sino en
porte que se quiere enseñar pero que guar- la idea de formar deportistas de rendimien-
dan la esencia del mismo; por ejemplo, el to (¿quién se tomaría el trabajo de siste-
básquetbol de 5 reglas: no correr con la matizar los estímulos físicos y motrices
pelota en las manos; no intervenir física- de acuerdo con criterios supuestamente
mente sobre el oponente; la pelota puede científicos, fases supuestamente sensibles,
pasarse libremente en todo el terreno; el estadios evolutivos, etc., para que los ni-
gol se marca cuando la pelota atraviesa el ños aprendieran a recrearse y gozar con
cesto de arriba hacia abajo; el oponente la práctica deportiva?), la clasificación de
repone la pelota cuando ésta sale fuera de los juegos no puede tener otro propósito
los límites del campo. Este “juego” con- que el de utilizarlos para conseguir con
tiene globalmente las reglas esenciales del ellos algún fin u objetivo (¿quién se to-
básquetbol y prácticamente todas las si- maría el trabajo de clasificar los juegos
tuaciones sustantivas que lo caracterizan. nada más que para que los niños jue-
Se llama juegos fundamentadores a guen?). En el caso de la enseñanza de los

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deportes el objetivo no puede ser otro que ria. Por otra parte, si se la mira desde la
el de lograr que los niños aprendan mejor infancia, la clasificación que analizamos
el deporte que se quiere enseñar, así como resulta manifiestamente arbitraria. Las ob-
en el caso de los juegos cooperativos el servaciones de los juegos que hemos rea-
objetivo es que los niños aprendan a co- lizado en nuestras investigaciones no per-
operar. miten suponer que existen, en el universo
Ahora bien, si en algo coinciden las lúdico infantil, juegos pre-deportivos, de
teorías serias acerca del juego -Freud, Pia- iniciación o fundamentadores: en el mun-
get, Winnicott- es en que los juegos no do de los chicos existen, sencillamente,
responden a ninguna finalidad exterior a juegos que ellos practican por el puro pla-
ellos, no son útiles, en el sentido de servir cer de jugar, sin preocuparse de que sir-
para algo concreto: toda vez que una acti- van para la práctica posterior de distintos
vidad se vuelve útil, o se subordina como deportes o de uno de ellos, o para domi-
medio a un fin, pierde el carácter de jue- nar determinado fundamento técnico o
go. Coinciden también en que, por lo mis- táctico.
mo, el juego no produce aprendizajes es- Quienes clasifican los juegos infanti-
pecíficos; y es preciso reconocer que es les en el marco de la iniciación deportiva
evidente que nadie juega para aprender, cometen el mismo error que todos los que
conceptualizar o ser más bueno, moverse han intentado clasificarlos: miran la in-
mejor o pasar mejor la pelota. Finalmen- fancia con ojos de adulto y suponen que
te, coinciden en que, en los juegos, las re- los niños son como ellos los imaginan. El
glas son intrínsecas, no externas o pues- resultado de todo esto salta a la vista de
tas desde afuera sino establecidas por el cualquier observador agudo: los niños no
sujeto o los sujetos involucrados en la ac- aprenden, o aprenden poco o mal, y, so-
tividad. Nuestras observaciones e inves- bre todo, no juegan. La utilización de jue-
tigaciones coinciden con estas teorías. gos en el proceso de iniciación deportiva
Si prestamos atención veremos que no ha detenido el éxodo adolescente de las
estas tres coincidencias señalan la incom- filas del deporte institucionalizado. No
patibilidad entre aprendizaje y juego (el obstante, todo esto no significa que no pue-
juego tiene el fin en sí mismo y no produ- da incluirse verdaderamente el juego en
ce aprendizajes) y la dificultad de instru- la enseñanza de los deportes; sólo pone al
mentar juegos en la enseñanza (toda acti- descubierto la improductividad de clasi-
vidad que se subordina como medio a un ficarlo y utilizarlo de esta manera. Inten-
fin pierde el carácter de juego; las reglas taré reflejar una forma más fecunda de
son establecidas por los que juegan). De incluir el juego más adelante, en el apar-
modo que, tal como se plantea habitual- tado correspondiente a la enseñanza de los
mente la utilización de juegos para iniciar deportes.
o fundamentar en los deportes2 es iluso-

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3. El mini-básquetbol las; esto, como vimos, es contrario a la
índole del juego y, sobre todo, del juego
Es muy fácil criticar el mini-básquet- infantil. En el mini-básquetbol, como en
bol 38 años después de su creación, con los deportes, nada queda librado a la ini-
la ventaja que supone toda la experiencia ciativa de los jugadores, todo está prees-
y el conocimiento acumulado en esos años. tablecido: la oportunidad del juego (la
Pero hay que situarse a principios de los asociación fija la fecha y la hora); el tiem-
sesentas, estudiar el estado del conoci- po de juego y el de descanso (cuatro cuar-
miento y la educación en ese entonces, las tos de 10 minutos); quienes juegan y con
cosas que se creían verdaderas, las ideali- quienes (tal institución con tal otra); quién
zaciones y las representaciones sociales es el capitán de cada equipo; cómo deben
que eran posibles en esa época y resultan vestirse los jugadores; qué edades deben
irracionales en ésta, para ver que su crea- tener; y así, de seguido, todas y cada una
dor, Anselmo López Martín, español, te- de las reglas, las cuales, además, no son
nía las mejores intenciones y estaba a tono administradas por los jugadores sino por
con el pensamiento de su tiempo respecto los árbitros, anotadores, etc. Contraria-
del deporte, el cual, por otra parte, ni si- mente a lo que ocurre en los juegos, en el
quiera en Europa había llegado a los ni- mini-básquetbol las reglas son fijas, no
veles de comercialidad que hoy tiene. No pueden cambiarse por acuerdo de los ju-
obstante estas consideraciones, estamos gadores. Es imposible que, en un encuen-
obligados a formular la crítica correspon- tro de mini-básquetbol, los capitanes de
diente si queremos realmente que la ense- ambos equipos acuerden permitir deten-
ñanza de los deportes progrese. ciones en tres tiempos o realizar doble dri-
El mini-básquetbol se inscribe, antici- bling, o intercambiar jugadores para em-
padamente, en la línea de la iniciación de- parejar el juego porque un equipo es su-
portiva; es decir, comete el señalado error perior al otro, o que un jugador pida “gan-
de superponer los modos de vida adultos cho” para evitar que un oponente le quite
en la vida de los niños. Esto se ve fácil- la pelota o porque tiene sed. Las únicas
mente cuando se analizan sus caracterís- concesiones que el mini-básquetbol hace
ticas. En primer lugar, en su momento fue a los niños son de orden mecánico o físi-
presentado por su creador y auspiciantes co: la cancha y la pelota son más chicas,
como un “juego pedagógico”, asignándo- los cestos más bajos, las reglas son me-
le desde el principio un fin que los juegos, nos y se excluyen las más complejas, el
y sobre todo los infantiles, no pueden te- tiempo de juego de cada jugador se redu-
ner sin perder el carácter de juego. En se- ce a la mitad. Todas estas adaptaciones
gundo lugar, institucionaliza las reglas, las dan cuenta de una preocupación por los
determina externamente, dejando a los ju- aspectos orgánicos e intelectuales de los
gadores sin otra alternativa que aceptar- chicos pero no por su subjetividad, sus

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deseos, sus intereses o sus formas de ju- con lo aprendido, sino también las de los
gar. entrenadores de enseñarles de una mane-
Muchas veces me han dicho, y se dice, ra más libre y creativa.
que el espíritu del mini-básquetbol es de No estoy diciendo que los niños, antes
juego y de camaradería, no de competen- de los 13 o 14 años, no pueden, o no de-
cia, y que son los entrenadores los que lo ben, jugar al básquetbol; estoy diciendo
desfiguran y lo tornan competitivo. Pero que no deberían hacerlo con reglas insti-
no es así: el mini-básquetbol es efectiva- tucionalizadas, inamovibles, sino con re-
mente competitivo porque la regla insti- glas puestas por ellos mismos, que ellos
tuida especifica la habilidad y permite es- mismos puedan cambiar de acuerdo con
tablecer el tipo de rendimiento y los mo- su dominio del juego, aún con la ayuda o
dos de conseguirlo. Los entrenadores no el asesoramiento de sus entrenadores, de
introducen la competitividad en el mini- modo que las reglas acompañen sus pro-
básquetbol sino que la encuentran en él; gresos en lugar de obstaculizarlos. Esto
los problemas del mini-básquetbol no son no debe confundirse con jugar sin reglas;
consecuencia de la mala práctica de una en verdad, no se puede jugar sin reglas
buena idea por parte de los entrenadores, porque no hay juegos sin reglas; las re-
sino de que el mini-básquetbol encarna una glas hacen el juego, son el juego. Cuando
mala idea: la de fijar las reglas antes de los niños, en sus juegos, encuentran un
tiempo o, lo que es lo mismo, la de intro- obstáculo, una dificultad que les impide
ducir a los niños en el deporte antes de continuar jugando -por ejemplo, una al-
tiempo. La práctica deportiva introduce tura demasiado alta para saltarla o una
el concepto y la práctica del entrenamien- distancia demasiado larga para correrla-,
to deportivo especializado y esto puede lle- sencillamente bajan la altura o acortan la
var a entrenadores y niños a posiciones distancia, es decir, cambian las reglas,
más cercanas a la rivalidad que a la com- adaptan el juego a sus posibilidades. No
petición, a la obsesión que al placer, par- hay ninguna razón para no permitir que
ticularmente en la sociedad de nuestro hagan lo mismo con el básquetbol cuando
tiempo. Y por más que se adapten las co- sus reglas se convierten en un obstáculo
sas “físicas” a la medida de los chicos, la que les impide jugarlo, salvo que pense-
regla fija establece obstáculos y limitacio- mos que jugar es perder un tiempo valio-
nes que conspiran contra la creatividad so que deberíamos dedicar a la enseñanza
propia de los niños y centra la cuestión de los fundamentos técnicos individuales.
más en el rendimiento y la repetición que Muchos entrenadores y dirigentes de-
en la enseñanza y la invención. A partir portivos, animados por la idea de una ini-
de la inmovilidad de sus reglas, el mini- ciación deportiva minuciosamente plani-
básquetbol estrecha no sólo las posibili- ficada desde las edades más tempranas,
dades de los chicos de aprender y de jugar piensan que todo aquello que se salga de

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esa planificación hace perder el tiempo. ble cambiar todo el sistema de la forma-
Pero lo cierto es que el mini-básquetbol, ción deportiva o basquetbolística, no pue-
si nos atenemos a su reglamento, presen- do pretender que se elimine el mini-bás-
ta más problemas que ventajas, no sólo quetbol ni los torneos institucionalizados
para los niños sino también para las insti- para menores de 12 años, aunque sí in-
tuciones deportivas e, incluso, para el de- cluirlos en una perspectiva más amplia,
sarrollo del deporte nacional. En primer en la que el propósito sea formar depor-
lugar, porque implica la selección de 12, tistas para la primera división y no pe-
15 o 20 jugadores, lo que obliga a dejar queños campeones de divisiones menores.
de lado a muchos otros, en una edad en la Si éste fuera el interés, si la formación de
que el desarrollo, tanto físico como psí- los deportistas pudiera extenderse hasta
quico, es todavía incierto y puede deparar los 18 o 20 años sin selecciones y espe-
muchísimas sorpresas -por ejemplo, el es- cializaciones tempranas, el tiempo de que
tancamiento de un chico seleccionado o el se dispondría sería suficiente y las proba-
estirón impresionante de un chico no se- bilidades de éxito mucho mayores. Entien-
leccionado-. En segundo lugar, porque la do que una propuesta de trabajar en mini-
competición institucionalizada exige, más básquetbol procurando que todos tengan
allá de las buenas intenciones de muchos la posibilidad de jugar, que nadie quede
entrenadores que procuran enseñar a ju- afuera, que no haya selecciones ni espe-
gar en todas las posiciones, cierta espe- cializaciones apresuradas, puede signifi-
cialización que, en estas edades, resulta car un esfuerzo muy grande para las ins-
apresurada. En tercer lugar, porque la tituciones, en términos de trabajo, orga-
competición institucionalizada, las presio- nización y economía, pero creo que el re-
nes que comporta y el entrenamiento que sultado que puede esperarse de una ade-
requiere, no siempre es tolerada de buena cuación más real del deporte al niño, en
manera y, en muchos casos, satura a los lugar de la adaptación del niño al depor-
jugadores, haciendo que abandonen tem- te, vale, por lo menos, el riesgo de inten-
pranamente la práctica deportiva. Por todo tarlo; creo que vale la pena formar varios
esto, en una perspectiva radical, quiero equipos de mini-básquetbol para que más
decir, si fuera posible cambiar todo el sis- niños participen y, al mismo tiempo, rea-
tema, mi posición es contraria al mini-bás- lizar encuentros frecuentes entre las es-
quetbol y postularía que se lo reemplace cuelas de distintas instituciones deporti-
por una organización de encuentros más vas, para que participen todavía más ni-
libres y masivos, que permitan una ma- ños. Esto tampoco significa que en el pro-
yor participación de los chicos y una me- ceso no se practiquen selecciones y espe-
jor inclusión del juego; podrían llamarse, cializaciones sino que propongo realizar-
por llamarlos de alguna manera, Sábados las más tarde, cuando el desarrollo y el
de Básquetbol. Pero, en tanto no sea posi- crecimiento permitan que sean más segu-

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ras y los jóvenes estén más preparados que provean soluciones prácticas viables.
para aceptarlas de buen grado. Creo que La primera consideración que haré se
es posible, aún con esfuerzo, manejarse refiere al hecho de que el básquetbol, como
con libertad y flexibilidad en un sistema cualquier otro deporte, no se reduce a la
que se muestra ahora demasiado rígido, suma de una serie de fundamentos técni-
para buscar entre todos formas de orga- cos bien ejecutados, sino que constituye
nización que den oportunidad de jugar y una configuración de acciones que se en-
de aprender a todos los chicos. cadenan unas con otras en función de las
situaciones a resolver en las distintas ins-
4. La enseñanza del básquetbol tancias del juego. Esta sola reflexión in-
dica que la enseñanza de los fundamentos
La propuesta de articular el mini-bás- técnicos sin relación con las situaciones
quetbol en la perspectiva de una forma- del juego resulta tan abstracta y sin senti-
ción deportiva a largo plazo, en la que el do como enseñarlos sin conexión con otros
objetivo sea la formación de buenos bas- fundamentos que, necesariamente, se en-
quetbolistas para las primeras divisiones, cadenan en la resolución de tales situa-
va de la mano con una propuesta de cam- ciones. Pero las situaciones del juego no
bio, ahora sí radical, en la enseñanza del se dan de manera casual ni caprichosa sino
básquetbol. Si he efectuado la crítica de que están determinadas, en última instan-
la iniciación deportiva, de la utilización cia, por el objetivo más general del juego,
de los juegos y del mini-básquetbol, no ha que se define en la primera regla y que
sido por criticar sino porque entiendo que dice, aproximadamente, que el básquet-
esos conceptos y organizaciones consti- bol es un juego en el que dos equipos de
tuyen obstáculos ciertos a una propuesta cinco jugadores procuran introducir la
de enseñanza no sólo más respetuosa de pelota en el cesto del oponente y evitar
las posibilidades e intereses de los niños que el oponente haga lo propio, sujeto a
sino, a la vez, más provechosa para las las siguientes reglas; es así que tanto el
instituciones deportivas que decidan adop- objetivo general como los objetivos par-
tarla y más satisfactoria para los entrena- ciales (negar buenos tiros al oponente, re-
dores que se dispongan a llevarla adelan- cuperar la pelota, pasar rápido de una fase
te. De lo dicho hasta aquí no debiera con- a otra del juego, organizar el ataque, con-
cluirse que se trata sólo de jugar y de fa- seguir buenos tiros, etc.) como las accio-
vorecer una mayor participación de todos nes de los participantes, quedan sujetos a
los chicos en la competición porque, en las reglas, que determinan las formas líci-
verdad, se trata de pensar y actuar críti- tas de conseguirlos. La relación, lógica,
camente para resolver los problemas que por la cual las reglas determinan objeti-
expuse, los cuales, en mi opinión, mere- vos y formas legales de conseguirlos, ge-
cen consideraciones teóricas escrupulosas nerando y permitiendo ciertas situaciones

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y no otras y, consecuentemente, ciertas 4.1. Punto de partida
acciones y no otras, constituye lo que lla-
mo la lógica interna del básquetbol (y tam- En un artículo anterior3 tomé como
bién de los demás deportes). propia una creencia de Hegedüs y supuse
En la pedagogía del básquetbol que que el proceso de iniciación deportiva co-
propongo, la enseñanza está orientada por menzaba con el nacimiento; la investiga-
esta lógica; quiero decir que la enseñanza ción me mostró cuán estrecha era esa pers-
progresa en dirección a que los jugadores pectiva organicista, “física”, con que en-
comprendan esta lógica y sepan actuar en tonces miraba la enseñanza. Hoy creo que
consecuencia, lo cual requiere articular, el proceso de enseñanza de los deportes
por un lado, los distintos elementos que la comienza, para cada niño, en el momento
componen y, por el otro, la teoría con la en que decide jugar un deporte determi-
práctica. Se advierte fácilmente, entonces, nado, no importa si más o menos influen-
que no es el dominio de fundamentos téc- ciado por el medio en que vive. Con esta
nicos aislados lo que importa y regula el definición tomo distancia de aquélla creen-
proceso de enseñanza, sino la construc- cia de hace quince años, que algunos to-
ción de una inteligencia del juego que per- davía sostienen, pero también de los que
mita a los jugadores seleccionar, en cada piensan que los niños no deben jugar de-
situación del juego, la acción más eficaz portes sino juegos “infantiles”, como al-
en función de los objetivos y dentro de las gunas corrientes de la psicomotricidad. La
reglas; esto último es esencial, tanto por primera posición se equivoca al suponer
los valores educativos que implica actuar que todo es deporte y que los niños son
de acuerdo a reglas, como porque violar- adultos en miniatura, la segunda idealiza
las significa la menos inteligente de las los juegos infantiles imaginando que se or-
acciones posibles en tanto implica perder ganizan independientemente de la cultura
la pelota, es decir, el elemento con el cual en que los niños viven. Si en tiempos de
se consigue anotar puntos y contribuir al nuestros padres o abuelos los juegos in-
logro del objetivo final. Éste es el propó- fantiles no tenían que ver con los depor-
sito, a saber, construir una inteligencia del tes, ello obedecía únicamente a que éstos
juego a la vez teórica y práctica, y se es- últimos no formaban parte de la vida co-
pera lograrlo, según he dicho antes, alre- tidiana, pero actualmente las prácticas de-
dedor de los 18-20 años de edad. Cabe portivas se han extendido a toda la socie-
preguntar, no obstante, cuándo comienza dad y los medios de comunicación los po-
el proceso y cómo se desarrolla, qué eta- nen constantemente al alcance de todos.
pas contiene, qué principios lo organizan. Los juegos infantiles están regidos estruc-
turalmente por el deseo de ser como los
adultos; por ende, al cambiar las prácti-
cas adultas han cambiado también los mo-

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tivos de juego de los niños. Todo esto para de los participantes, permitiendo que ellos
decir que los niños pueden jugar deportes siempre puedan jugar, pero si están insti-
a cualquier edad, a condición de que se tucionalizadas los participantes no tienen
los deje jugar, efectivamente, como ellos otro remedio que adaptarse a ellas, lo que
quieran y puedan, sin aprovechar, con el para muchos significa no poder jugar. No
apuro que nos caracteriza, para iniciarlos se trata, entonces, de que los niños jue-
deportivamente; en adelante diré jugar guen sin reglas (lo que es imposible por-
deportes para referirme a la relación pro- que, como dije, no hay juego sin reglas),
pia de los niños respecto de ellos y practi- sino de desinstitucionalizar las reglas, per-
car deportes para aludir al vínculo que los mitir que los chicos las pacten y las cam-
adolescentes y jóvenes establecen con bien según sus intereses y posibilidades,
ellos; es preciso interpretar el deseo de los aún con la ayuda de sus entrenadores. En
niños de jugar al fútbol o al básquetbol Estados Unidos, los niños juegan en los
con las claves de su lenguaje y no con las playgrounds tal como nuestros chicos jue-
del nuestro: cuando los niños dicen “ju- gan, o jugaban, en los potreros: lanzan o
gar” quieren decir exactamente eso, jugar. juegan 2 vs. 2 o 3 vs. 3 del mismo modo
El juego es siempre representación, fic- que los nuestros patean penales o juegan
ción que permite resolver lo que no puede “picones”. Creo que se puede, y que es
resolverse en la realidad; el juego permite necesario, recuperar esta idea de los pla-
ser lo que en la realidad no se es, o hacer ygrounds y los potreros. Es cierto que aquí
lo que no se puede. La institucionaliza- no hay cestos en los baldíos, como en Es-
ción de las reglas, propia, como hemos tados Unidos, pero hay clubes, que pue-
visto, de los deportes, elimina del juego la den constituir lugares de encuentro para
ficción que permite resolver la realidad los chicos, y entrenadores, que pueden
porque hace del juego mismo la realidad aprovechar para enseñarles sin ponerles
a resolver. Siguiendo la distinción que obstáculos en forma de técnicas o de se-
planteé en el párrafo anterior: jugar al lecciones apresuradas, sin hacer valer más
básquetbol permite e implica la represen- a los más hábiles, a los más altos o a los
tación de una situación cotidiana y hacer- menos gordos. Los clubes y los entrena-
se dueño de ella, mientras que practicar dores pueden constituir la puerta de en-
básquetbol obliga a resolver eficazmente trada a un deporte capaz de abrirse a la
las situaciones reales que éste presenta, diversidad y de sostener la base que le
correspondiendo, como dije, a los niños dará, más adelante, mejores oportunida-
lo primero y a los adolescentes, jóvenes y des de seleccionar y especializar a sus
adultos lo segundo. Las reglas juegan un deportistas.
papel esencial en esta diferencia en tanto De este modo, el proceso de enseñan-
si no están institucionalizadas pueden za podrá continuar con progresivas espe-
cambiarse y adaptarse a las posibilidades cializaciones, que traerán seguramente se-

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lecciones, a partir de los 13 o 14 años; tes desde el principio, y por el otro, su
hacia los 15, se puede estar razonablemen- refinamiento debe hacerse en relación a
te seguro de las elecciones de los jóvenes, los problemas a resolver, es decir, a la tác-
quiero decir que recién a esta edad los tica. La táctica, más precisamente, el pen-
muchachos están en condiciones de elegir samiento táctico, o la inteligencia del jue-
por sí mismos en lugar de hacerlo por las go, se organiza en relación con las situa-
presiones de los demás (padres, profeso- ciones que generan las reglas y los objeti-
res, entrenadores, adultos en general). vos pero, a la vez, depende de las habili-
Enseguida trataré con más detalle las cues- dades técnicas necesarias para llevar a
tiones relativas a las distintas etapas en cabo lo que se piensa. La enseñanza no
que organizo la enseñanza, pero antes diré puede progresar en uno solo de estos ele-
todavía algo respecto de la lógica interna mentos, mucho menos en el más instru-
de los deportes en relación con la infan- mental de todos ellos, porque cada uno se
cia. relaciona con los otros de un modo lógi-
Como he dicho, la lógica interna de los co; sirve de tan poco dominar técnicamente
deportes relaciona cuatro elementos, a un lanzamiento, si no se tiene la capaci-
saber: las reglas, los objetivos, las situa- dad de seleccionar el momento de utili-
ciones y las acciones (R-O-S-A), o, lo que zarlo, como imaginar el pase más efecti-
es lo mismo, las reglas, los objetivos, las vo si no se tiene la capacidad de ejecutar-
tácticas y las técnicas (R-O-Ta-Té), pero lo. Por el contrario, los componentes de
es preciso definir qué entiendo por cada la lógica interna de los deportes deben evo-
una de estas cosas, dado que son térmi- lucionar articuladamente. Al principio, las
nos por demás usados y, en consecuencia, reglas debieran adaptarse de manera que
tergiversados las más de las veces. Lejos los chicos puedan jugar, lo que les permi-
de ser fines en sí mismas, como se las suele tirá comprender los objetivos del juego y
enseñar en la práctica, o formas perfectas el tipo de situaciones a resolver; cuando
de movimiento, como se las suele consi- fuese necesario, el objetivo también de-
derar en teoría, las técnicas son herramien- biera allanarse, por ejemplo, asignando 2
tas, instrumentos, medios para resolver puntos cada vez que la pelota toca el aro
problemas, que pueden perfeccionarse in- de arriba hacia abajo y 5 cada vez que se
definidamente; esta definición deja sin introduce en el cesto; las situaciones se
efecto la discusión acerca de en qué mo- simplifican como consecuencia de la dis-
mento debe incluirse la enseñanza de las minución y simplificación de las reglas, y
técnicas en el proceso general de la ense- pueden facilitarse también, por ejemplo,
ñanza de los deportes, pues, así entendi- reduciendo el número de jugadores; pero,
das, ellas no deben introducirse en un mo- a medida que los niños adquieren la capa-
mento dado sino que, por un lado y aun- cidad técnica para no violarlas, las reglas
que en forma rudimentaria, están presen- deben aproximarse a las reglas del bás-

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quetbol, lo que hace que los objetivos y cir a los niños en la vida, no en el de-
las situaciones también se identifiquen porte.
paulatinamente y al mismo tiempo que, No obstante, diré algo acerca de este
sin prisa pero sin pausa, se perfeccionan período, dado que niños cada vez más pe-
las técnicas pertinentes, haciéndolas cada queños concurren a las escuelas deporti-
vez más eficaces en su papel de instru- vas empujados por una posición general
mentos para la resolución de las situacio- de nuestra sociedad respecto de la espe-
nes del juego de acuerdo con las reglas. cialización de los aprendizajes, que se
particulariza en posiciones familiares co-
4.2. Etapas múnmente apresuradas respecto del éxito
deportivo y que borra la dialéctica entre
Antes de referirme a las etapas en aprendizaje y juego, entre escuela y bal-
que organizo la enseñanza del básquet- dío o patio del fondo. En esta etapa debe-
bol quiero advertir: primero, que es- ría tratarse, más que en ninguna otra, de
tas etapas, como cualquier otra indi- recuperar esa dialéctica del juego y de lo
cación que imponga divisiones o cla- real, en la que los niños juegan espontá-
sificaciones en el proceso de desarro- neamente con las habilidades y las destre-
llo de los niños y jóvenes, son apenas zas a medida que las aprenden, apropián-
referencias teóricas que no reempla- dose así de aprendizajes que, si no se jue-
zan la observación atenta y rigurosa ga con ellos, refuerzan la obediencia al
de cada niño o joven por parte de los orden de los adultos pero no se incorpo-
entrenadores (en todo caso la ordenan ran de manera efectiva.
o le sirven de referencia teórica) por- Los profesores de educación física y
que los seres humanos somos, antes entrenadores que trabajan con niños me-
que nada, únicos e irrepetibles, y los nores de 9 años deberían proponer la ma-
niños y jóvenes contradicen a diario yor y más diversa cantidad de situaciones
todo intento de encasillarlos en cate- de aprendizaje que les sea posible en fun-
gorías fijas y uniformes; segundo, que ción de las instalaciones, materiales y
excluyo ahora una primera etapa que tiempos de los que dispongan, con el pro-
incluía hace unos años y que se exten- pósito de dotar a los niños de las más
día desde el nacimiento hasta los 8 o amplias, ricas y variadas experiencias de
9 años porque, contrariamente a lo que movimiento, pero deberían:
pensaba entonces, este período no tie- Cuidarse de transformar sus propo-
ne nada que ver con el básquetbol ni siciones en expectativas. Quiero decir que
con ningún otro deporte, ni correspon- considero apropiado plantear a los chicos
de considerarlo dentro de la iniciación casi cualquier situación de aprendizaje,
deportiva sino que es una etapa gene- aún si ellos nos parecen pequeños o la ta-
ral cuyo principal objetivo es introdu- rea nos parece difícil, a condición de no

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esperar que la resuelvan efectivamente; las chicos no aprenden jugando sino que jue-
expectativas suelen convertirse en exigen- gan con lo aprendido; pero jugar con lo
cias silenciosas ejercidas con la mejor in- aprendido es condición necesaria para
tención y el mejor trato. Si un niño al que aprender verdaderamente, quiero decir que
se propone, o que se propone, por ejem- el juego no produce aprendizajes sino que
plo, deslizarse por un tobogán, saltar al permite apropiarse de ellos, incorporar-
agua desde un trampolín o realizar un giro los, encarnarlos, personalizarlos.
invertido, no puede o no se anima a ha- Hacer lugar al juego propio o juego
cerlo y persiste en su imposibilidad o ne- de rol. A partir de los 6 o 7 años, el juego
gativa aún si se le brindan las condicio- infantil asume como forma principal la de
nes suficientes para intentarlo, el profe- los juegos de reglas, pero el juego, diji-
sor o entrenador debería renunciar a su mos, es siempre ficción, representación;
pretensión y esperar una nueva oportuni- aún en el juego con otros hay espacio para
dad mientras plantea otros aprendizajes. los matices individuales, para que cada
Hacer lugar a la relación entre apren- jugador juegue su “rol”, su personaje.
dizaje y juego. Toda propuesta de apren- Cuenta Magic Johnson que, de niño, cuan-
dizaje plantea a los niños un problema que do jugaba con sus amigos en el barrio,
les lleva tiempo explorar, comprender y decía “Bing” cada vez que encestaba, alu-
resolver, pero que, apenas resuelto, se diendo a Dave Bing, que era su ídolo. Es
convierte en materia de juego; si no se les preciso aceptar que los niños jueguen sus
da el tiempo que necesitan para explorar roles, aún si ellos van contra el objetivo
el problema antes y para jugar con lo colectivo, si se quiere que, más tarde, ellos
aprendido después, los niños repiten la ac- comprendan cabalmente las funciones que
tividad mecánicamente, sin comprender el equipo les requiere; Johnson ha dado
por qué ni para qué, sin otra motivación sobradas pruebas de comprender las fun-
que satisfacer a sus maestros, sin apro- ciones propias de un guardia a lo largo de
piarse de ella ni poder transferirla a otras toda su carrera: fue bautizado Magic en
situaciones. Pongamos por ejemplo el de la escuela secundaria cuando convirtió su
un niño que aprende a andar en bicicleta: primer triple-doble.
le lleva tiempo explorar el equilibrio, ad- Respetar los modos de pensar y mo-
quirir la habilidad de conducir el manu- verse de los niños. El pensamiento infan-
brio, pero, apenas resuelve estos proble- til se rige por una lógica distinta de la que
mas, su rostro se ilumina de placer y, casi gobierna el pensamiento adulto, que es
inmediatamente, comienza a explorar nue- preciso aceptar y, a la vez, corregir; quiero
vas posibilidades, andar más rápido, sol- decir que nada se logra contrariándola,
tar una mano, pararse sobre los pedales, pero tampoco aprobándola, y que cam-
etc. Contrariamente a lo que se piensa, a biarla requiere entenderla. La lógica in-
lo que yo mismo he pensado y dicho, los fantil se rige por el éxito, no por la ver-

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dad, haciendo que carezca de sentido tra- presan con palabras distintas, las cua-
tar de cambiar, por incorrecto, un movi- les, si se saben interpretar, implican
miento exitoso. Difícilmente puede lograr- prácticas distintas.
se con razonamientos que cambie su tiro
un niño que encesta lanzando defectuosa- 4.2.1. 9-12 años
mente; es necesario esperar a que falle o
ponerlo en situaciones propias del juego Esta etapa, en la que se organiza el
en las que su forma de lanzar no pueda mini-básquetbol, ha sido señalada como
tener éxito, por ejemplo, colocando o acer- la edad de oro del aprendizaje motor e in-
cando marcas, variando distancias, cam- dicada, en contra de él, como de inicia-
biando ángulos y, aún así, tener pacien- ción deportiva general y multilateral. Es-
cia. La motricidad infantil tampoco es tas indicaciones provienen, como creo
igual a la de los adultos. Por el contrario, haber dicho, de experiencias de enseñan-
es global, masiva, inespecífica, pero no za deportiva realizadas en los países del
por eso ineficaz; si no se les piden deta- Este antes de la caída del Muro de Berlín
lles minuciosos los niños pueden apren- (1991), o en Cuba en la misma época, en
der casi cualquier movimiento, por difícil las llamadas Escuelas de Iniciación De-
que parezca. Por esto digo que las técni- portiva (EIDE). En nuestro país, este con-
cas no se incluyen en un momento dado cepto de multilateralidad llevó, incluso me
de la enseñanza sino que se refinan, o per- llevó, hacia la segunda mitad de los ochen-
feccionan, en relación con la maduración ta y primera de los noventa, a sostener
y el desarrollo, por un lado, y con la ex- que, en este período, los chicos debían
periencia construida en la resolución de practicar la mayor cantidad de deportes
situaciones motrices, por el otro; todo lo posible, si bien de un modo global y gene-
cual requiere tiempo y trabajo. ral; pero esto no es posible en Argentina,
De estas recomendaciones se sigue cuya tradición y organización en la for-
que el contenido principal de esta eta- mación de deportistas es por completo
pa, tal como la considero actualmen- distinta a la de la ex República Democrá-
te, no es el deporte sino el juego, y tica Alemana, o a la de la Cuba actual,
que su objetivo no es apurar el paso por ejemplo, ni cuenta con instalaciones
hacia el deporte sino enseñar a jugar multideportivas suficientes. En La Plata,
y a aprender. Quizás los lectores in- capital de la provincia más grande y rica
terpreten que digo las mismas cosas del país, realizar esta idea significa -lo sé
con palabras diferentes o, lo que es por propia experiencia- trasladar hijos de
peor, con palabras más difíciles, pero un lado a otro: de básquetbol a natación,
que, en definitiva, no cambio nada en de natación a fútbol, de fútbol a gimnasia
la práctica; pero las prácticas encar- artística, como suele decirse.
nan ideas y las ideas distintas se ex- La imaginación puede ayudar a pen-

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sar una propuesta deportiva multilateral practicar destrezas no estrictamente bas-
en las instalaciones con que se cuente; sin quetbolísticas, como saltos diversos, ca-
embargo, la tradición en la formación de- rreras rápidas, destrezas en colchoneta y
portiva y la consecuente forma de ofer- otras, lo cual permite, además, un mejor
tarla de las instituciones argentinas, por aprovechamiento del espacio.
especialidades, probablemente conspire En mi consideración actual, los conte-
contra ella. En distintas instituciones de- nidos principales de esta etapa continúan
portivas e, incluso, escolares, los propios siendo los juegos, aunque incluyendo más
niños me han reclamado mayor especifi- juegos deportivos, o con base en los de-
cidad en la enseñanza; es cierto que ese portes, los cuales especifican los compor-
pedido puede responder a una identifica- tamientos lúdicos hacia códigos reglamen-
ción con el deseo de los padres pero no es tarios más precisos; también el objetivo
menos cierto el valor que esta identifica- principal sigue siendo dotar a los niños de
ción tiene en las edades tempranas. Esta las más ricas, amplias y variadas expe-
experiencia me ha llevado a organizar pro- riencias en la resolución de situaciones
puestas centradas en la práctica de un motrices, si bien éstas, en esta etapa, se
deporte, por caso el básquetbol, en las que, refieren más estrechamente al básquetbol.
no obstante, con cierta frecuencia inserto No obstante, conservo la movilidad de las
otros deportes con carácter recreativo; en reglas y la globalidad de las técnicas de
una cancha de básquetbol se puede jugar movimiento, evitando las estereotipias rí-
fútbol reducido, gimnasia artística, atle- gidas que suele producir la enseñanza tra-
tismo de pista, handbol, voleibol, y una dicional. Una experiencia puede resultar
larga lista de juegos que contribuyen a ilustrativa: jugadores de mini-básquetbol
ampliar el universo lúdico, táctico y mo- bastante experimentados fracasaron cada
triz de los chicos. También suelo incluir vez que se facilitó la marcación de puntos
bicicleteadas, caminatas y otras activida- asignando 3 cuando la pelota tocaba el
des que no requieren instalaciones espe- aro de arriba hacia abajo y 5 cuando se
ciales. Las clases de gimnasia formativa, introducía en el cesto; invariablemente lan-
tal como las ha diseñado Mariano Giral- zaban para encestar sin advertir que la
des, que utilizo para el desarrollo general regla y su experiencia les permitían ano-
de las capacidades y habilidades motoras, tar puntos más fáciles. Mientras tanto,
constituyen una herramienta invalorable según Larry Bird, el Dream Team invir-
para incluir las más variadas actividades4. tió, en los juegos olímpicos, apenas los
Finalmente, suelo organizar clases en las tres primeros minutos de su primer parti-
que los chicos practican distintas habili- do en adaptarse a las reglas FIBA. Aún
dades en distintos sectores (dribling, lan- considerando la enorme distancia que se-
zamientos, pases, 1 vs. 1, 2 vs. 2, defen- para ambos casos, quiero significar las di-
sa, etc.) e incluyo en ellas sectores para ferencias entre uno y otro modo de ense-

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ñar. Si, por un momento, se deja de lado no advierte el verdadero problema tal
la rutinaria enseñanza de las técnicas para como he tratado de reflejarlo aquí. No son
pensar en la lógica del juego, se ve inme- los resultados los que exacerban la com-
diatamente que el básquetbol admite infi- petitividad en el mini-básquetbol; es más,
nitas maneras de lanzar, de pasar, de dri- utilizados con criterio pedagógico, los re-
blear, que no autoriza una única manera sultados pueden constituir un parámetro
de realizar el doble ritmo sino muchas, que de evaluación interesante. En algunas ex-
cada situación permite distintas solucio- periencias con mini-basquetbolistas hemos
nes. Esto no significa cuestionar técnicas registrado los resultados para plantear a
que han probado largamente su eficacia los chicos objetivos concretos, para moti-
pero significa, en cambio, cuestionar su varlos; por ejemplo, convertir un gol más
enseñanza apresurada y estereotipada, rí- y permitir uno menos en el próximo en-
gida, que no considera los encadenamien- cuentro con el equipo con el que se había
tos que el juego requiere ni pone en juego perdido por 30 puntos; de este modo, los
la inteligencia táctica. resultados se relativizan: se puede ganar
Sostengo, además, que puede enseñar- al perder y perder al ganar. Por otra par-
se de esta manera aún si se participa en te, no propongo envolver a los chicos en
ligas de mini-básquetbol, en las cuales los algodones; creo que deben aprender a eva-
jugadores no pueden adaptar las reglas a luar sus actuaciones con objetividad; pero
sus posibilidades. Más allá de los proble- la posición de los entrenadores frente a la
mas que presenta, entrenadores y dirigen- victoria y la derrota, a la competición, a
tes pueden adoptar una posición diferente la enseñanza y a los niños, resulta crucial
respecto de él con sólo esforzarse para que para que todo esto sea posible. Apartar a
todos los chicos puedan competir, y no los chicos de la lógica victoria/derrota para
sólo los más hábiles, considerar la com- introducirlos en la lógica de la construc-
petencia como un momento de la enseñan- ción de aprendizajes significativos requie-
za, disponerse a perder ahora para ganar re que los entrenadores se aparten tam-
más tarde. Sostengo, incluso, que la or- bién y se sitúen en la lógica de la ense-
ganización del mini-básquetbol puede po- ñanza, que incluye enseñar a querer ga-
nerse al servicio de la enseñanza, a condi- nar y a aceptar perder; preparar para vi-
ción de asumir una actitud verdaderamente vir en un mundo competitivo no quiere
crítica en relación con él y con nuestras decir preparar para ganar a cualquier pre-
propias actitudes. Muchos entrenadores cio sino enseñar a ganar y a perder dentro
tienden a creer que la presión que el mini- de las reglas, lícita y lealmente. A los chi-
básquetbol ejerce sobre los aprendizajes cos, como a cualquiera de nosotros, les
infantiles puede alivianarse con sólo no gustaría ganar sin esmerarse, atacar sin
llevar el tanteador en los partidos. Pero esforzarse para recuperar la pelota; cuan-
ésta es una mirada apenas superficial, que do pierden, suelen excusarse de muchas

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maneras: culpando a los jueces, al mal decisiones adecuadas, articular su acción
tiempo, a que faltó Ramón, a que se res- individual en el objetivo grupal, dominar-
balaban, a que ellos eran más grandes; se a sí mismo. En esta enseñanza del bás-
también suelen dejar de jugar para pro- quetbol como totalidad, como juego, los
testar los fallos, acusar faltas que no han fundamentos técnicos constituyen elemen-
recibido, quejarse de que no les pasan la tos de la lógica interna que deben apren-
pelota sin hacer lo necesario para recibir- derse en relación con las situaciones que
la, no ayudar a sus compañeros. Todo esto contribuyen a resolver y con el encadena-
debe constituir materia de diálogo entre miento de situaciones que el juego impli-
el entrenador y los jugadores porque todo ca, porque ninguna acción se presenta ais-
esto hace a la lógica del juego; sin embar- lada del juego en el juego; por el contra-
go, el diálogo no debería conducirse en rio, todas se conectan unas con otras, tanto
los términos del bien y del mal sino en la las acciones parciales -la acción de saltar
lógica de lo verdadero y lo falso; los com- al rebote se encadena con la del bloqueo
portamientos no son buenos o malos pero previo y la del pase posterior; la acción
tienen mejores o peores consecuencias: de pasar con la de correr, cortar, bloquear;
ayudar a los compañeros, defender, blo- la de lanzar con la previa de fintear y la
quear la carga al rebote, cargar al rebote, posterior de cargar al rebote o marcar, etc.-
son acciones que se corresponden con la como las grandes fases del ataque, la de-
lógica del juego, mientras que no ayudar, fensa y la transición de una a otra. Todas
no defender, no bloquear, no cargar al re- y cada una de estas acciones implican de-
bote, significan ventajas para los oponen- cisiones, que deben tomarse, en centési-
tes, del mismo modo que no estar física- mas de segundo, en relación con otras
mente preparados o no poner las ganas decisiones propias, de los oponentes, de
suficientes. Se trata de analizar con los los compañeros, con las circunstancias del
chicos cada situación y colocarla en la juego, con los planes trazados.
perspectiva de la enseñanza; las fallas, los La institucionalización de la regla que
errores, cuando se los analiza en lugar de caracteriza al mini-básquetbol apresura la
criticarlos o castigarlos, pueden constituir enseñanza de los fundamentos técnicos en
un incentivo poderoso para aprender y detrimento de la enseñanza de todas estas
entrenar. Enseñar el básquetbol en esta relaciones, cuya construcción por parte de
etapa implica enseñar todo esto articulán- los niños y jóvenes requiere un tiempo que
dolo en la enseñanza de la lógica del jue- el mini-básquetbol acorta sensiblemente.
go, porque un buen jugador de básquet- Es cierto que esta forma de enseñar es más
bol necesita conocer todos los aspectos del lenta que la tradicional pero, en contra-
juego y no sólo algunos, comprender el partida, el aprendizaje que promueve es
juego en su totalidad y en cada una de las incomparablemente más sólido. También
situaciones que plantea, saber tomar las es cierto que esta forma de enseñar no se

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traduce en victorias inmediatas, aunque Ya he dicho que toda práctica deporti-
la experiencia señala que, al cabo del tiem- va institucionalizada anterior a la puber-
po, asegura mejores rendimientos; lo cual tad/adolescencia constituye un apresura-
plantea la necesidad de optar entre la pro- miento estéril, improductivo. En cambio,
ducción de campeoncitos de 11 o 12 años la práctica deportiva institucionalizada me
y la construcción de deportistas adultos, parece no sólo apropiada sino necesaria,
inteligentes, sujetos de sí mismos, capa- a partir de los 13 o 14 años de edad, para
ces de decidir las acciones apropiadas en todos los jóvenes que tengan vocación de-
todas las instancias del juego. portiva. Tal como la considero ahora, la
iniciación deportiva propiamente dicha
4.2.2. 13-15 años debe comenzar en esta etapa. Entre las
numerosas causas del éxito indudable del
En 1985, siguiendo a de Hegedüs, ca- básquetbol estadounidense hay que con-
ractericé esta etapa como de iniciación ge- tar, sin duda, las de orden social y econó-
neral-específica y admití, con mi limitada mico, pero también el gran conocimiento
criticidad de entonces, la necesidad de es- que tienen del juego y su forma de organi-
tablecer áreas de especialidad deportiva - zar la enseñanza, la cual permite a los ni-
respecto de las cuales el básquetbol se ños jugar e identificarse con los ídolos de
ubicaría entre los deportes de equipo con la NBA, por intermedio de la televisión, a
pelota-; a partir de ese concepto, desta- la vez que ofrece competencias interesan-
qué la importancia de continuar promo- tes, de carácter incluso nacional, a los ado-
viendo la práctica simultánea de distintos lescentes y jóvenes, primero en las escue-
deportes, reduciendo la oferta, para el caso las medias y después en las universida-
del básquetbol, a los deportes colectivos des, con reglas diferentes para cada nivel.
con pelota. Ya he hecho la crítica a esa Más allá de las enormes diferencias entre
propuesta advirtiendo las dificultades que un país y otro, este modo de organizar la
implica para las condiciones de organiza- enseñanza del básquetbol muestra resul-
ción de la enseñanza deportiva en nuestro tados más sólidos y respeta mejor las po-
país, pero quiero señalar, además, que los sibilidades e intereses de niños y jóvenes
parámetros que considero ahora para or- que los procesos rigurosamente planifica-
ganizar la enseñanza son bien distintos de dos que caracterizaron la formación de-
aquéllos. Procuro presentar propuestas portiva en los países del Este y en Cuba.
adecuadas a la organización de la forma- En orden a estos cambios en mis con-
ción deportiva nacional pero teniendo pre- cepciones acerca de la enseñanza del bás-
sentes, a la vez, a los jóvenes, sus intere- quetbol, actualmente concibo la Forma-
ses, problemas y realidades, en lugar de ción General Específica como una prácti-
considerarlos objetos de una política de- ca específicamente basquetbolística, que
portiva o meros organismos adiestrables. no prohibe la práctica simultánea de otro

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u otros deportes si los jóvenes tienen el otra parte, las respuestas motoras se ha-
deseo y la posibilidad de hacerlo, pero que cen más específicas, más económicas, más
no implica como exigencia la práctica mul- técnicas si se quiere; la motricidad se es-
tideportiva por áreas de especialidad que pecializa, los movimientos se depuran,
caracterizaba la etapa en mi artículo an- sobre todo si los contenidos de las etapas
terior. Mantengo, no obstante, que en este anteriores fueron enseñados y aprendidos
período los jóvenes deberían adquirir las correctamente. La enseñanza debe acom-
habilidades y destrezas de todas las dis- pañar, entonces, ese proceso de especifi-
tintas funciones propias del básquetbol, cación y refinamiento de los movimien-
es decir, deberían aprender a trasladar la tos, de conversión de la motricidad gene-
pelota y a distribuirla, a lanzar de cerca y ral característica de la infancia en una
de lejos, a penetrar, a jugar de espaldas y motricidad progresivamente más eficaz:
de frente al cesto oponente, a rebotear, a debe introducir, en concepto y en acto, el
defender en todas las situaciones, a reali- ahorro de energía, el control de las siner-
zar todas las ayudas, etc., con indepen- gias musculares, la regulación del tono
dencia del puesto en que jueguen. Asimis- muscular, pero no debe confundir este
mo, debería incrementarse la exigencia control de que hablo con una rigidización
respecto de la depuración y definición de del movimiento en función de modelos téc-
las técnicas de movimiento ofensivas y nicos estereotipados; el aprendizaje de las
defensivas, es decir, respecto de la reso- técnicas motoras debe incluir una activi-
lución progresivamente más eficiente de dad de construcción por parte de los jóve-
las situaciones del juego. El incremento nes, de modo que ellos realicen inteligen-
en la exigencia técnica, sin embargo, no temente las adecuaciones necesarias de los
debe confundirse con una tecnificación de modelos técnicos a sus propias posibili-
la enseñanza o con la posibilidad de in- dades biomecánicas, a su biomecánica
cluir en ella cierta dosis de adiestramien- particular y a su particular modo de re-
to; por el contrario, se apoya en las posi- solver las situaciones que enfrentan; las
bilidades que otorga la adquisición del técnicas de movimiento, como he dicho y
pensamiento abstracto por parte de los no dejaré de repetir, carecen de sentido
jóvenes. A diferencia del pensamiento con- tanto si se las aísla de las situaciones mo-
creto, el pensamiento formal se rige me- trices que contribuyen a resolver como de
nos por el éxito y se interesa más en la los sujetos que las emplean. El trabajo
verdad, penetra más allá de las eviden- sobre el plano técnico en esta etapa debe
cias y las conveniencias, y se preocupa hacerse en el marco de un trabajo general
por las formas correctas de los movimien- que continúe promoviendo la sustitución
tos; en cuanto a las reglas, posibilita la de los comportamientos infantiles por una
comprensión y aceptación de reglamen- cultura de la autonomía y la responsabili-
tos externos, inmóviles y complejos. Por dad, sin que esto signifique adelantar exi-

- 27 -
gencias y obligaciones que los adolescen- ga física ceden paso a la inteligencia del
tes no están en condiciones de asimilar juego, la valoración se vuelve cualitativa,
todavía; en esta etapa, quizás más que en el eje de apreciación éxito/fracaso-victo-
las otras, conviene caminar paso a paso, ria/derrota, se relativiza en el concepto de
dada la magnitud de las apuestas que se “jugar bien”, pero este concepto no refie-
juegan, proponiendo más que exigiendo, re únicamente a la capacidad orgánica o
enseñando a pensar más que a obedecer: motriz sino que comprende aspectos téc-
la mejor preparación para las etapas sub- nicos, tácticos y éticos que hay que saber
siguientes consiste en enseñar lo más po- aprovechar y desarrollar.
sible en la presente. En cuanto al entrena-
miento de las capacidades motoras, es 4.2.3. 16-17 años
preciso abandonar la errónea creencia de
que los cambios corporales que acompa- En estas edades, la enseñanza debe
ñan a la adolescencia debilitan y vuelven invertir progresivamente la relación
torpes a los chicos; por el contrario, tanto entre lo general y lo específico, es de-
la fuerza como la resistencia física aumen- cir, evolucionar hacia una mayor es-
tan en esta etapa y resulta prioritario en- pecificidad tanto en los aspectos tác-
trenarlas tanto como a la movilidad arti- ticos como técnicos; quiero decir que,
cular; si es cierto que los púberes mani- gradualmente, los jóvenes deben ir
fiestan cierta disminución en la actividad encontrando la función, el puesto, en
corporal, ello es debido a mecanismos más la que se sienten más cómodos y rin-
psíquicos que físicos: hay que pensar que den mejor, lo que debe traducirse en
el cuerpo de los púberes no sólo se “esti- una mayor carga de entrenamiento y
ra” o cambia de dimensiones sino que tam- práctica en las destrezas, habilidades
bién cambia de forma y se vuelve sexual- y capacidades propias de la función
mente atractivo. elegida. Esto no significa que deben
La introducción en la especificidad del abandonar totalmente el entrenamien-
deporte, finalmente, tampoco debe signi- to de las otras funciones ni de las des-
ficar el olvido del juego. Aún consideran- trezas y habilidades correspondientes
do las diferencias que he señalado entre el pero en este período los jóvenes afian-
juego y el deporte, es preciso sostener el zan la capacidad de decidir por sí mis-
espíritu lúdico también en las prácticas mos y de valorar con mayor objetivi-
deportivas si se quiere propiciar una rela- dad sus gustos y desempeños perso-
ción perdurable de los jóvenes con el de- nales haciendo posible dominios y en-
porte; pero es necesario saber que el modo trenamientos cada vez más específicos
de jugar es distinto del de la infancia: el en una función particular; es un mo-
placer se hace menos físico, la actividad mento en el que se pueden diferenciar,
más económica, el despliegue y la entre- por lo menos, los guardias de los ale-

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ros y los delanteros, aunque probable- prácticas, son imprevisibles e impredeci-
mente no sea necesario ni aconsejable bles en muchos de sus aspectos constitu-
diferenciar entre el 1 y el 2 o entre el tivos, y cualquier intento de dar una vi-
4 y el 5. sión teórica de ellas no hace sino reducir-
las y estereotiparlas. Es lo que hacen los
4.2.4. 18-19 años manuales cuando proponen, sin conside-
rar la oposición entre el tiempo de la teo-
En esta etapa se continúa progresando ría y el tiempo de la acción, modelos (me-
hacia la especificidad con el propósito de todologías o progresiones) para enseñar
lograr jugadores plenamente capaces en en la práctica; sólo consiguen destruir la
funciones especializadas; la diferenciación práctica imponiéndole el tiempo intempo-
de funciones y dominios se profundiza de ral de la teoría.
manera que el 1 sea 1, el 2 sea 2; el 3, 3, y Muchos profesores y entrenadores de-
así el 4 y el 5. Los deportistas han llegado portivos me han preguntado con insisten-
al umbral de su rendimiento deportivo más cia cómo planificar la enseñanza, supo-
específico; sin embargo, lo han hecho con niendo que la planificación puede resol-
una apropiación del juego y de las distin- ver la incertidumbre propia de las prácti-
tas funciones que los vuelve capaces de cas; pero las recetas, que son el resultado
comprender sus diversos aspectos y, en práctico de lo que expuse antes, obtienen
muchos casos, también de dominarlos, lo como único resultado una enseñanza in-
que los aproxima a la polifuncionalidad. dustrializada por patrones ordenados su-
De todos modos, esto tampoco significa puestamente ordenadores. Trato, por el
el fin del aprendizaje; si se han educado contrario, de cambiar los patrones por
bien tendrán claro que el aprendizaje nun- principios, advirtiendo que cualquier pa-
ca termina, que siempre habrá un aspecto saje del principio práctico al esquema teó-
conocido que reforzar u otro nuevo que rico y, lo que es peor y suele ocurrir más a
incorporar. menudo, cualquier lectura de este esque-
ma como plan o como método de ense-
5. Principios que orientan la enseñanza ñanza, deja escapar todo lo que constitu-
ye la realidad de las prácticas en su desa-
La teoría, en general, y la teoría de la rrollo. Por esto, en lugar de transcribir una
enseñanza, en particular, no tiene el po- receta de pasos simplificados, que sólo
der de dar cuenta, cabalmente, de la prác- conseguiría simplificar la complejidad real
tica. La práctica, en general, y la práctica de la práctica de la enseñanza del básquet-
de la enseñanza, en particular, desborda bol, prefiero referir algunos principios que
siempre todo lo que se escribe acerca de he construido en mis propias prácticas,
ella, por meticulosa y detalladamente que previniendo, otra vez, que no constituyen
se lo haga; la práctica o, dicho mejor, las sino eso, es decir, apenas reglas que orien-

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tan la acción pero que deben adecuarse a profundidad los contenidos a enseñar, y
la acción. los modos y momentos más adecuados
Lo primero que quiero decir es que, para enseñarlos, creo que todo entrena-
como he tratado de reflejar en estas pági- dor debe ser capaz, o debe capacitarse, en
nas, soy contrario a las planificaciones cada uno de los aspectos del básquetbol y
uniformes, excesivamente detalladas y a en el conjunto articulado de todos ellos;
corto plazo: los planes uniformes tienden en pocas palabras, creo que todo entrena-
a uniformizar las prácticas desconocien- dor de básquetbol debe conocer todo el
do que todos los niños y jóvenes, y todos básquetbol detalladamente y todos los
los grupos de niños y jóvenes, así como detalles que hacen a su enseñanza. Las
todos los contextos y situaciones de ense- metodologías rígidas, los modelos teóri-
ñanza, son diferentes y requieren planes cos que se sobreimponen a las prácticas,
diferentes; los esquemas excesivamente simplificándolas y reduciéndolas a esque-
detallados tienden a estrechar el margen mas invariables de pasos sucesivos, se
de maniobra y la inteligencia de las situa- elaboran a partir de considerar y procu-
ciones, aunque probablemente los entre- rar suplir la supuesta falta de conocimien-
nadores y profesores novatos las necesi- to de entrenadores y profesores; pero sólo
ten; los programas a corto plazo obstacu- consiguen anular el saber, sea poco o
lizan la visión del proceso en su conjunto. mucho, que los profesores y entrenadores
Obviamente, soy partidario de las plani- tienen.
ficaciones diferenciadas, flexibles y a lar- El primer principio refiere, precisa-
go plazo, no obstante ser consciente de mente, al análisis del contenido, en este
las dificultades que implica mi propues- caso, del básquetbol en sus expresiones
ta, sobre todo considerando que difícil- de excelencia (recomiendo analizar el
mente un entrenador o profesor está a car- modelo del básquetbol estadounidense
go de la totalidad del proceso de forma- profesional o universitario); este análisis
ción; sin embargo, creo que existen y de- debe ser tan riguroso como exhaustivo,
ben buscarse instancias de solución si se de modo que asegure el conocimiento
quiere escapar de las prácticas vacías, amplio y profundo de la lógica interna del
reiteradas y rutinarias. En cuanto a los deporte, de cada uno de los elementos que
plazos de un programa de formación lle- la componen y de cada una de las articu-
vado adelante por distintos entrenadores, laciones que se dan entre ellos, y posibili-
las instituciones deberían brindar los es- te la construcción de herramientas de aná-
pacios (y los entrenadores aprovecharlos) lisis aplicables en las prácticas concretas
para diseñar articuladamente los distin- que los entrenadores y profesores desa-
tos momentos y objetivos que se conside- rrollan en su actividad profesional. El es-
ren pertinentes; en lo que hace a la necesi- tudio del básquetbol como contenido debe
dad de que cada entrenador conozca en comprender el de las reglas, las fases del

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juego, los objetivos y situaciones propias sencillamente, copian globalmente lo que
de cada fase, las acciones más adecuadas ven, que hay otros que necesitan desme-
y efectivas en cada situación, las infinitas nuzar los movimientos, otros que requie-
posibilidades tácticas y técnicas que pre- ren tiempo o condiciones facilitadas, otros
senta, etc., con el propósito de tener, como que comprenden por medio de la palabra,
suele decirse, “todo el juego en la cabe- otros aún que son dispersos, etc. La expe-
za”. riencia muestra consistentemente, tam-
El segundo principio hace referencia a bién, la aludida dialéctica entre el apren-
la articulación del análisis del conteni- dizaje y el juego.
do con el análisis de los problemas teó- El tercer principio se inscribe en la ne-
ricos y prácticos de la enseñanza y el cesidad de articular los análisis preceden-
aprendizaje, es decir, la articulación de tes con el análisis del marco político con-
los contenidos que conforman el básquet- textual en que las prácticas de enseñanza
bol con los resultados de la reflexión crí- se desenvuelven; por supuesto, en este ar-
tica sobre las teorías y prácticas de ense- tículo me he referido únicamente a la en-
ñanza, y sobre las teorías y prácticas de señanza del básquetbol en instituciones
aprendizaje; es preciso contemplar, en este deportivas, no escolares, de modo que el
principio, las características comunes que marco al que me refiero ahora es el que
presentan los niños y jóvenes pero tam- proporciona el campo deportivo. La lógi-
bién, y muy especialmente, la diversidad ca del campo deportivo, por lo menos en
de motivos, medios, habilidades, capaci- la actualidad, tiene su génesis en la oposi-
dades y comportamientos que manifies- ción victoria/derrota. Más allá de otras de-
tan. Entre todas las teorías de aprendizaje terminaciones que puedan adjudicárseles,
que he puesto en práctica, la práctica me es concluyente que las instituciones de-
ha demostrado que muy pocos de sus portivas actuales responden al imperati-
enunciados tienen verdadero valor; entre vo de ganar en las ligas en que participan
ellos, sin duda, el que postula que no hay y que esto determina más de lo que esta-
dos niños iguales y la proposición de Bru- mos dispuestos a considerar la actuación
ner acerca de que se puede enseñar cual- de los entrenadores y profesores que tra-
quier cosa a cualquier edad, a condición bajan en ellas; la experiencia muestra, por
de encontrar el canal de comunicación ejemplo, cómo las victorias determinan la
adecuado, es decir, a condición de hallar estabilidad de los puestos de trabajo y
la manera de enseñar a cada uno de los cómo las derrotas continuadas los hacen
chicos en orden a su deseo, sus miedos, tambalear: es preciso admitir que éstas son
sus necesidades, sus capacidades, de plan- las reglas del juego, cuando menos por
tear la exigencia adecuada en función del ahora, si se quiere incidir positivamente
conocimiento de que dispone, de esperar sobre ellas. El problema, de todos modos,
el momento, de saber que hay niños que, tal vez no sea ése sino si esta lógica es

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contraria a una lógica que contemple la fícilmente, además, una organización de-
igualdad de oportunidades para todos los portiva sea más equitativa en la confor-
niños y jóvenes que juegan, o practican, mación de los equipos y en casi ningún
deportes en la institución, y la posibilidad lugar se levantan, como allí, tantas voces
de educarlos; creo que la lógica de las ins- en contra de la compra de lugares en los
tituciones deportivas en nuestro país no drafts o del reclutamiento de jugadores de
es necesariamente contraria a estas otras secundaria para las ligas profesionales; y
lógicas, en principio por la tradición de es preciso tener claro el papel de forma-
instituciones civiles que caracteriza a los dor para sentar en el banco a Michael Jor-
clubes, que en otras épocas se llamaron dan cada vez que convertía más de 20
“sociales y deportivos”, y en segundo puntos nada más que para enseñarle a ju-
término porque una verdadera formación gar en equipo, como hacía Dean Smith en
para la competición deportiva requiere, Carolina del Norte. El análisis del marco
más allá de ciertas teorías al respecto, de político-contextual no se agota, como sue-
una ancha base de practicantes y de un le proponerse, en el mero diagnóstico ins-
tiempo de práctica prolongado. La cues- titucional sino que debe incluir y articu-
tión que debe tratarse con energía, no obs- lar las distintas dimensiones que afectan
tante, es la de la posición de los entrena- las prácticas de enseñanza que se llevan
dores, profesores y dirigentes deportivos adelante: desde la trama interna de la ins-
en relación a esta lógica de victorias y titución y su posición en el contexto so-
derrotas; mi experiencia y la de otros co- cial y deportivo hasta la cultura deporti-
legas con quienes hemos trabajado en clu- va local, regional y del país. Por otra par-
bes y colegios que participaban en ligas te, la posición frente a la lógica de las ins-
deportivas me permite sostener que es tituciones deportivas debe observar cues-
posible ganar dando oportunidades a to- tiones éticas no sólo respecto de los niños
dos los jugadores y educándolos al mis- y jóvenes sino también respecto de la pro-
mo tiempo, a condición de conocer las pia institución; hoy es frecuente que los
reglas del juego del deporte instituciona- entrenadores soliciten largos plazos para
lizado y de animarse a apostar en él con realizar trabajos sólidos y perdurables,
postura de educadores. Con independen- para elaborar la base que permitirá el éxi-
cia de la opinión que nos merezca el estilo to, es decir, la victoria, que es el medio de
de vida americano, no hay duda de que valoración por excelencia de la lógica de-
los entrenadores de colegios y universi- portiva, pero entonces es necesario ser
dades estadounidenses cumplen con el consecuentes y alcanzar los objetivos pro-
mandato social de introducir a los jóve- puestos en los tiempos prometidos. Parti-
nes que entrenan en la cultura de su país, cularmente, planteo a los dirigentes y he
y tampoco de que su sistema deportivo insistido aquí en la necesidad de dar tiem-
prácticamente no conoce la violencia; di- po a la formación de los deportistas; ar-

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gumento que no se trata sólo de hacer lu- caso de niños sin experiencia basquetbo-
gar a la función social y educativa sino de lística recomiendo comenzar proponién-
cumplir también con la lógica deportiva doles jugar al básquetbol con seis reglas,
de la mejor manera, es decir, procurando a saber: 1. La pelota se juega con las ma-
la victoria no en las divisiones formativas nos; 2. La pelota puede pasarse en cual-
sino en las divisiones mayores; pero en- quier dirección en toda la superficie del
tonces me comprometo a lograr victorias campo de juego; 3. Se anotan puntos cuan-
en un tiempo pactado, que en mi propues- do la pelota se introduce en el cesto de
ta se cumple alrededor de los 15 años si el arriba hacia abajo (en caso de ser necesa-
proceso ha comenzado en mini-básquet- rio puede adjudicarse puntos cuando la
bol, o luego de 4 o 5 años de trabajo a pelota toca el aro de arriba hacia abajo);
partir del inicio. 4. No se puede correr con la pelota; 5. No
El orden en que he expuesto estos prin- se puede jugar la pelota fuera de los lími-
cipios no implica que, en la práctica, de- tes del terreno; 6. No se puede intervenir
ban ejecutarse en orden sucesivo (ésta es físicamente sobre el adversario. Este jue-
una de las limitaciones de la teoría res- go constituye la primera síntesis del bás-
pecto de la práctica) o en momentos pre- quetbol y en él está representada, desde el
determinados; por el contrario, cumplir principio mismo, la lógica interna del de-
con ellos requiere su realización constan- porte, en tanto posee reglas, objetivos y
te, simultánea y articulada a lo largo de modos de lograrlos, situaciones y accio-
todo el proceso de enseñanza, puesto que nes. Para jugar este juego, los niños de-
su relación es dialéctica y dinámica, y ben resolver las situaciones que plantea,
afecta de modo continuo la marcha de la lo que seguramente los enfrenta con difi-
práctica de la enseñanza. cultades sin que pueda determinarse a
El cuarto principio, y último que refe- priori cuáles; de modo que es necesario
riré aquí, puede denominarse de la confi- estar preparados para proponerles practi-
guración espiralada de la enseñanza o car la situación o la acción que ellos (y el
de la sucesión continua de análisis y sín- entrenador) determinen como el problema
tesis; ambas denominaciones son apropia- que limita el progreso en el dominio del
das y procuran sugerir que la enseñanza juego: si la dificultad está en el traslado
encadena de modo continuo y perpetuo de la pelota será necesario practicar dri-
unidades de síntesis y análisis que acre- bling, si el problema son los pases, pases,
cientan cada vez su amplitud y profundi- etc.; de todos modos, aunque esta prácti-
dad. La elección de las actividades con ca aislada de determinada acción facilita
que iniciar la enseñanza depende, por su- las condiciones de práctica, tales condi-
puesto, de un diagnóstico de las compe- ciones no son las que el juego plantea, por
tencias y habilidades que disponen los lo que es necesario volver al juego inicial
alumnos en el momento del inicio. Para el o juego-síntesis, en el cual los aprendiza-

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jes parciales deben integrarse y, a la vez, mantener el juego en un nivel de dificul-
evaluarse. Este juego de básquetbol bási- tad acorde con las capacidades y habili-
co se constituye así en el generador de dades de los alumnos, lo cual es impres-
problemas que, mediante la reflexión en cindible para mantener el interés por el
la práctica, compartida por el entrenador juego, y convertirlo progresivamente, tam-
y los alumnos, dan lugar a situaciones bién según las posibilidades de los chi-
analíticas que, a su vez, una vez resueltas cos, en el básquetbol propiamente dicho.
en condiciones facilitadas, se ponen en Se consigue, además, hacer lugar a que
juego en el juego-síntesis, y así sucesiva- los niños construyan activamente las re-
mente en una espiral sin fin; sin embargo, glas en lugar de aceptarlas pasivamente;
no conviene plantear situaciones analíti- en el ejercicio de la negociación, del acuer-
cas demasiado aisladas de las situaciones do, los niños tienen la oportunidad de com-
del juego porque ello las aleja de las con- prender la necesidad y el espíritu de la
diciones objetivas del juego-síntesis; por regla, que es fijar condiciones de igual-
ejemplo, si los defensores roban fácilmente dad para todos. Este proceso de asimila-
la pelota a los atacantes por defecto de ción, de comprensión de la función de la
éstos en el dribling, conviene plantear si- regla, que hace que los niños requieran
tuaciones de 1 vs. 1 en las que, en todo cada vez menos de los controles externos
caso, los defensores mantengan las ma- para regular sus comportamientos socia-
nos en su espalda, en lugar de proponer les permite, en la adolescencia, aceptar de
un ejercicio de dribling sin oposición ni buen grado las reglas instituidas, es decir,
cambios de dirección. Según esto, los aná- prepara el terreno para la práctica de la
lisis se realizan primero en condiciones si- competición institucionalizada.
milares a las del juego y sólo si la dificul- Si bien la enseñanza del básquetbol que
tad persiste se aísla progresivamente la propongo no se basa en un elemento par-
acción de la situación; de lo contrario, es ticular de la lógica interna sino en la arti-
decir, si la acción mejora, se vuelve al jue- culación lógica de todos y cada uno de
go-síntesis. ellos, la resolución de situaciones, la tác-
A la vez, a medida que los niños pro- tica, merece aquí un apartado. Ante todo
gresan en la comprensión de la lógica in- porque hay que saber que la transferencia
terna del juego-síntesis e incrementan su de aprendizajes no procede entre movi-
dominio táctico y técnico del mismo, es mientos o técnicas de movimiento simila-
preciso hacer evolucionar el propio jue- res sino entre situaciones tácticas; entre
go; por ejemplo, una vez que los chicos movimientos no hay transferencia sino
dominan las detenciones en uno y dos tiem- contratransferencia; lo que verdaderamen-
pos, la regla que prohibía correr con la te se transfiere son ciertas construcciones
pelota se cambia por la que prohibe cami- espaciales y temporales elaboradas en la
nar con ella; de este modo se consigue resolución de situaciones de juego, es de-

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cir, se transfiere la inteligencia del juego. tema defensivo que niegue las penetracio-
En segundo lugar porque el pensamiento nes hacia el cesto, o los tiros de 3 puntos,
táctico se relaciona con la vida: actuamos etc. La enseñanza de la táctica permite,
siguiendo reglas y en el marco que las re- además, que los jugadores adviertan el ad-
glas establecen, pensamos y decidimos no venir del juego, es decir, lo que vendrá, lo
según lo que vemos sino según lo que pre- que está viniendo, y decidan y actúen en
vemos (pre-vemos), lo que anticipamos función de las probabilidades objetivas,
desde el presente que percibimos, como en función de una apreciación global e ins-
cuando el basquetbolista pasa la pelota no tantánea del conjunto de los adversarios y
al punto en que se encuentra su compañe- del conjunto de los compañeros tomados
ro sino al punto que éste alcanzará -antes en su devenir potencial, en la dinámica
que el adversario- en un instante siguien- temporal y espacial de la situación de jue-
te. Le Boulch ha dicho, en una de sus apre- go. Estas apreciaciones permiten a los ni-
ciaciones más acertadas, que el pensa- ños y jóvenes comprender que el básquet-
miento táctico es un elemento del juego bol no es un juego estático sino radical-
muy poco enseñado ya que no se lo ense- mente dinámico, que en él no hay lugar
ña a los niños porque son niños y no se lo para la quietud, que las acciones deben
enseña a los jóvenes y adultos porque, en encadenarse unas a otras, articularse unas
lugar de enseñárselo, se les imponen sis- con otras, que toda acción debe continuar-
temas tácticos elaborados por los entre- se en otra, que la finta precede al lanza-
nadores5, y esto es así, en efecto; sin em- miento y el lanzamiento se sigue en la car-
bargo, la enseñanza de la táctica tiene un ga al rebote o en la toma de una marca,
gran valor desde el principio, por lo dicho que el pase es precedido por la finta y se-
y porque compromete activamente la in- guido por una carrera, un corte, un blo-
teligencia de los jugadores. La enseñanza queo. Y que ninguno de estos encadena-
de la táctica y el consecuente desarrollo mientos está, de antemano, bien o mal,
de la inteligencia táctica comprende des- sino que son el producto de sus anticipa-
de la resolución espontánea de las situa- ciones y decisiones respecto de las situa-
ciones del juego-síntesis y la presentación ciones del juego; la reflexión acerca de
de situaciones sencillas extraídas de ese estas apreciaciones y decisiones posibili-
mismo juego (situaciones 2 vs.2, 3 vs.3, ta afianzar los aciertos y aprender de los
etc.) hasta la elaboración por los jóvenes errores.
de sistemas de juego ofensivos y defensi- Resta decir que, en la enseñanza del
vos de acuerdo con ciertos planteos; por básquetbol que propongo, todo el empeño
ejemplo, un sistema en el que cada juga- de los entrenadores y profesores debería
dor tenga una posibilidad de tiro u otro en ponerse, en primer lugar, en erigirse ellos
el que cada jugador pueda tirar desde la mismos en estrategas (para el caso, de la
posición en que es más efectivo, o un sis- enseñanza) y en escapar de las rutinas, de

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las recetas, de los automatismos, para co hay actividades mejores o peores, sino
hacerse dueños de sus propias prácticas, que hay disposiciones, que hay que saber
es decir, de sí mismos en la práctica; en encontrar, y oportunidades, que hay que
segundo lugar, deberían empeñarse en saber elaborar, para proponer juegos, dri-
observar a sus jugadores, en conversar con les, ejercicios o repeticiones, pues ningu-
ellos, en encontrar los canales de comuni- no de ellos es bueno o malo por sí sino en
cación con cada uno y con todos. En la relación con su inclusión en la enseñanza;
enseñanza es preciso hablar, comunicar- señala que no hay edades establecidas para
se con los aprendices, dialogar acerca de la incorporación, por ejemplo, de la téc-
los contenidos, en este caso, acerca del nica, sino procesos grupales e individua-
básquetbol. La recuperación crítica de las les que es preciso interpretar para ofrecer
prácticas por parte de la investigación a cada uno lo que requiere para continuar
muestra, como dije, que la práctica no es aprendiendo, sea estabilizar una destreza
previsible ni predecible, y también que los o enseñarle otra más compleja; muestra
niños no aprenden, en las situaciones de que si es cierto que es necesario progre-
enseñanza, según las teorías del aprendi- sar de lo fácil a lo difícil, de lo sencillo a
zaje, sino según se les enseña; revela que lo complejo, ni lo fácil y lo sencillo ni lo
no hay talentos innatos ni torpezas inna- difícil y lo complejo son invariantes, que
tas (salvo en los casos de insuficiencias lo que en una situación es difícil es fácil
orgánicas) sino deseos, motivos, intereses, en otra, que lo que para un chico es senci-
experiencias, tiempos y modos de apren- llo es complejo para otro; expone, en fin,
der diferentes; indica que no hay edades que la enseñanza del básquetbol, como la
ni fases sensibles para el aprendizaje de de cualquier deporte, no es sino a través
tal o cual acción o situación como tampo- nuestro y es como nosotros la hacemos.

Notas
1
Los deportistas norteamericanos no caen es- acerca del uso de juegos en la iniciación de-
trepitosamente de las alturas de la fama; no portiva puede verse en Blázquez, D., 1987, Ini-
cayó O. J. Simpson, tras el juicio por el asesi- ciación a los deportes de equipo, Barcelona,
nato de su esposa, ni Magic Johnson tras con- Martinez Roca.
3
traer sida, ni cayó todavía Mike Tyson pese a Iniciación al deporte, 1985.
4
golpear algunas mujeres y comerse algunas ore- En Metodología de la Educación Física
jas. En el deporte norteamericano no hay los (1972) y La Gimnasia formativa en la niñez y
Gatica, Monzón y Maradona que caracterizan la adolescencia (1985), ambos de Editorial
al deporte argentino. Debe haber, sin duda, ra- Stadium, los lectores interesados pueden en-
zones de tipo social y cultural que expliquen la contrar todo lo referente a esta propuesta.
5
diferencia, pero no es azaroso pensar que el Conferencia dictada en un simposio realiza-
grado de educación particular de los deportis- do por los Centros de Entrenamiento en Mé-
tas les hace más llevadero el retiro. todos de Educación Activa (C.E.M.E.A.), en
2
Un ejemplo del planteo habitual que se hace 1973.

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