Culler Jonathan, Qué Es La Literatura-13-26
Culler Jonathan, Qué Es La Literatura-13-26
las canciones, la transcripción de una conversación o las ratura considerada en sus relaciones con las instituciones socia-
autobiografías? les Pero incluso si nos limitamos a los dos últimos siglos, la
ca¡~goría de literatura escapa a nuestra definición: ¿aca~o
ciertas obras que hoy consideramos literatur~ -poe~as srn
Perspectiva histórica rima ni metro aparente, escritos en ellengua¡e prop10 ?~ la
conversación ordinaria- hubieran cumplido los reqmsttos
Basta con contemplarla bajo una ligera perspectiva histórica para que Madame de Staellos calificar~ de «~teratura»? Y de-
para que la cuestión se nos complique más. LI:.9 que hoy lla- beríamos dar entrada en nuestras constderactones a las cultu-.
mamos literatura se ha venido escribiendo desde hace más de ras no europeas, lo que complica todavía m~s la cuest~ón. Uno
veinticinco siglos, pero el sentido actual de la palabra litera- siente la tentación de abandonar y conclmr que es literatura
tura se remonta a poco más allá de 1800. Antes de esa fecha, lo que una determinada sociedad considera literatura; un con-
literatura y términos afines en otras lenguas europeas signifi- junto de textos que los árbitros de esa cultura reconocen
caban «escritos» o «conocimiento erudit~». j Todavía hoy se como pertenecientes a la literatura.
conserva en inglés o alemán la acepción común de «biblio- Desde luego, una conclusión como esta es totalmente
grafía» o «estudios» para litterature y Literatur, e incluso en insatisfactoria. No resuelve la cuestión, sólo la desplaza; en
español cabe esa acepción cuando se habla, por ejemplo, de lugar de preguntarnos qué es la ~teratura, debemos pregun-
«literatura médica». Las obras que hoy se estudian como lite- tarnos ahora qué es lo que nos rmpulsa (a nos~tros, o a l?s
ratura inglesa, española o latina en las escuelas y universi- miembros de otra sociedad) a tratar algo como literatura. ~rn
dades antes se consideraban sólo ejemplos excelsos del uso embargo, lo mismo ocurre en otras categorías, q~e n.o se ref~e
posible del lenguaje y la retórica, y no un tipo particular de ren a propiedades específicas sino sólo a. los cntenos, vana-
escritura. Eran muestras de una categoría mayor de prácticas bies, de cada grupo social. Tómese por e¡~mplo una pre~un
ejemplares de la escritura y el pensamiento, que incluía el dis- ta como «¿ Qué es una mala hierba_?». ¿Extste ~a ~sencta de
curso retórico, los sermones, la historia y la filosofía. No se la «malayerbidad», un algo espee1~l, .un no se que, que las
pedía a los estudiantes que los interpretaran, en el sentido en malas hierbas comparten y que las dtstmgue de las otras plan-
que se interpretan hoy las obras literarias, procurando explicar tas? Quien con su mejor voluntad se haya puesto. a escardar
«de qué tratan en realidad». Se llevaban a cabo otras tareas; un jardín sabe cuánto cuesta distinguir una mala hter~a de las
los estudiantes memorizaban las obras, estudiaban su gramá- otras plantas, y se preguntará cuál es el secr~to. ¿Que puede
tica, identificaban sus figuras retóricas y las estructuras o pro- ser? ¿Cómo se reconoce una m:Ja hierba? Bte?, el secreto es
cedimientos de la argumentación. Una obra como la Eneida que no hay secreto. Las malas. hterbas son sencillament~ pl~n
de Virgilio, que hoy se estudia como literatura, recibía un tra- tas que los jardineros no qmeren que c~ezca? en su _Jardm.
to muy diferente en las escuelas de antes de 1850. Quien tenga curiosidad por ellas perd~ra el ttempo st b~sc.a
lE! sentido moderno de literatura en Occidente, entendi- la naturaleza botánica de la «malayerbtdad», las caractenstt-
da como un escrito de imaginación, tiene su origen en los teó- cas .físicas o formales que hacen que una planta se~ un~ m_al.a
ricos del Romanticismo alemán de la transición de los si- hierba. En lugar de eso hay que emprender es~udtos htston-
glos XVlli y XIX y, por buscar una fuente concreta, en el libro cos, sociológicos y quizá psicológicos sobre lo~ tlpos de planta
que publicó en 1800 la baronesa francesa Madame de Stael, que se consideran indeseables por parte de diferentes grupos
muy cercana a los primeros románticos alemanes: De la lite- en diferentes lugares.
34 Breve introducción a la teoría literaria ¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 35
Quizá la literatura es como las malas hierbas. Pero esta tiene utilidad práctica evidente, pero ¿podemos conseguir ese
respuesta no elimina la pregunta; la reformula de nuevo: ¿qué mismo efecto si sacamos otras frases del contexto en que se
elementos de nuestra cultura entran en juego cuando trata- . clarifica su función? Tomemos una frase de un libro de ins-
mos un texto como literatura? trucciones, un prospecto, un anuncio, un periódico, y escri-
bámosla aislada sobre el papel:
Tratar textos como literatura Agítese enérgicamente y déjese reposar cinco minutos.
Supongamos que nos encontramos con una frase como la ¿Es literatura? ¿Lo he convertido en literatura al sacarlo
siguiente: del contexto práctico de unas instrucciones? Tal vez sí, pero
no está muy claro que lo haya logrado. Parece que nos falta
We dance round in a ring and suppose, algo: la frase no tiene recursos que nos permitan trabajar so-
But the Secret sits in the middle and k nows.
bre ella. Para que fuera literatura necesitaríamos, acaso, in-
(Bailamos en círculo y suponemos, ventar un título cuya relación con el <<Verso» creara problemas
Pero el Secreto sabe, sentado en el centro.) y obligara a ejercitar la imaginación: «El secreto», por ejem-
plo, o «La esencia de la compasión».
Bueno, ¿de qué se trata, y cómo lo sabemos? Dependerá No obstante, sería bastante más fácil si la frase sonara algo
en gran parte de dónde encontremos este texto. Si aparece en así como «Una nube de azúcar al alba, en la almohada», que
el apartado de horóscopo de un periódico, no será más que parece tener más oportunidades de ser literatura, pues no
una redacción in usualmente enigmática; pero si tiene valor de puede ser nada más que una imagen, lo que invita a un cier-
ejemplo, como en esta ocasión, podemos indagar las diversas to tipo de atención, invita a pensar. Eso sucede con los textos
posibilidades que nos ofrecen los usos corrientes del lengua- en los que la relación entre forma y contenido puede dar que
je. ¿Es quizá una adivinanza, y nos toca adivinar el Secreto? pensar. En esta perspectiva, la frase que abre un libro de filo-
O tal vez se trate de publicidad de un producto nuevo, el sofía como el de W. O. Quine, From a Logical Point o/View,
Secreto, pues es frecuente que la publicidad recurra a la rima podría ser considerada un poema:
-«Winston tastes good, like a cigarette should», «Recuérda-
Una cosa extraña
lo: con agua sólo cueces, con Avecrem enriqueces>>--- y se ha sobre el problema ontológico es su
ido volviendo progresivamente más enigmática, para intentar sencillez.
impactar a un público cada vez cansado. Aun así, esta frase
parece desligada de todo contexto práctico imaginable, in- Dispuesta en la página en esas tres líneas y rodeada de
cluida la venta de un producto. Si añadimos que el texto rima intimidatorios márgenes de silencio, la frase puede despertar
y que, tras las dos primeras palabras, sigue un esquema rít- una forma de atención que podríamos llamar «literaria»: un
mico regular de alternancia de sílabas átonas y tónicas (róund- interés por las palabras, por cómo se relacionan entre sí, qué
in-a-ríng-and-sup-póse), surge la posibilidad de que este texto implican, y especialmente un interés por saber cómo se rela-
pueda ser poesía, una muestra de literatura. cionan lo dicho y la manera en que se dice. Es decir, por es-
Algo no cuadra del todo, sin embargo; lo que origina la tar escrita de esa manera, la frase parece capaz de responder
posibilidad de que estemos ante un texto literario es que no a la idea moderna de poema y al tipo de atención que se aso-
36 Breve introducción a la teoría literaria ¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 37
vención fundamental: los participantes cooperan unos con un objetivo comunicativo superior.)!..a «literatura» es una eti-
otros y, por tanto, se comprometen a intercambiarse infor- queta institucionalizada que nos permite esperar razOnable-
mación relevante para la conversación. ISi le pregunto a al- mente que el resultado de nuestra esforzada lectura «valdrá la
guien si Manuel es un buen estudiañte' y me responde que pena»; y gran parte de las características de la literatura se
«suele ser puntual», interpretaré la respuesta presuponiendo deriva de la voluntad de los lectores de prestar atención y ex-
que mi interlocutor coopera conmigo y que lo que me dice es plorar las ambigüedades, en lugar de correr a preguntar «¿qué
relevante; de modo que no me quejaré de que no me haya res- quieres decir con eso?» ~
pondido, sino que entenderé que la respuesta está implícita La literatura, podríamos concluir, es un acto de habla o un
y se quiere decir que, aparte de la puntualidad, poco más se suceso textual que suscita ciertos tipos de atención. Contrasta
puede añadir de positivo sobre Manuel como estudiante. con otras clases de actos de habla, como es el transmitir infor-
Mientras no se demuestre lo contrario, un hablante presupo- mación, preguntar o hacer .una promesa.LE_n la mayoría de ca-
ne que la persona con la que habla coopera con él. sos, lo que como lectores nos impele a tratar algo como litera-
_En cuanto a la narración literaria, considerémosla parte . tura es, sencillamente, que lo encontramos en un contexto que
de una clase mayor de textos, los «textos expositivos narra- lo identifica como tal: en un libro de poemas, en un apartado
tivos»; la relevancia de estos enunciados no depende de la de una revista o en los anaqueles de librerías y bibliotec_as.j
información que aportan a su oyente o lector, sino de su «ex-
plicabilidad». iTanto si explicamos una anécdota a un amigo
como si escribimos una novela para la posteridad,: lo que ha- Una incógnita pendiente
cemos es muy diferente de lo que se hace, por ejemplo, al tes-
tificar en un juicio: intentamos crear una historia que «valga Nos queda todavía una incógnita por resolver. ¿Hay acaso
la pena» para el oyente; que tenga al ún tipo de finalidad o maneras especiales de manejar el lenguaje que nos indiquen
de sentido, que divierta o entretenga. Lo que distingue a los que lo que leemos es literatura? ¿0, por el contrario, cuando
textos literarios de otros textos expositivos igualmente narra- sabemos que algo es literatura le prestamos una atención di-
tivos es que han superado un proceso de selección: han sido ferente a la que damos a los periódicos y, en resultas, encon-
publicados, reseñados e impresos repetidamente, de modo tramos significados implícitos y un manejo especial del len-
que un lector se acerca a ellos con la seguridad de que a otros guaje? La respuesta más factible es que se dan ambos casos;
antes que a él les ha parecido que estaban bien construidos y a veces el objeto tiene características que lo hacen literario y
«valían la pen~»- 1 Por tanto, en la comunicación literaria, el otras veces es el contexto literario el que motiva la decisióp.. ¡
principio de cooperación está «hiperprotegido». Nos hare- Que el lenguaje esté estructurado de forma rigurosa no es su-
mos cargo de las oscuridades o irrelevancias manifiestas que ficiente para convertir un texto en literario; no hay ningún
encontremos, sin suponer que carecen de sentido. El lector texto más estructurado que la guía de teléfonos ... Y no po-
presupone que las dificultades que le causa el lenguaje litera- 'demos tampoco convertir el primer texto que se nos ocurra
rio tienen una intención comunicativa y, en lugar de imaginar en literario con solo aplicarle ese calificativo; no puedo tomar
que el hablante o el escritor no está cooperando en la comu- mi viejo manual de química y leerlo como una novela.
nicación (como podríamos pensar en otros contextos), se Por una parte, entonces, la literatura no es un mero mar-
esforzará por interpretar esos elementos que incumplen las co en el que quepa cualquier forma de lenguaje, y no todas las
convenciones de la comunicación eficiente integrándolos en frases que dispongamos en un papel como si fueran un poe-
40 Breve introducción a la teoría literaria
¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea ? 41
ma lograrán funcionar como literatura. A su vez no obstante La disposición lingüística pasa a primer término (escú-
la literatura es más que un uso particular del l~nguaje, pue~ chese la repetida presencia de las erres, además del ritmo
~uchas ?bras no hacen ostentación de esa supuesta diferen- acentual o la rima) , y aparecen imágenes de objetos inusuales
Cia; funciOnan de un modo especial porque reciben una aten- como «un dentro sin luz»; todo indica que estamos ante un
ción especial.
manejo especial del lenguaje que quiere atraer nuestra aten-
Nos las vemos con una estructura complicada. Las dos ción hacia las propias estructuras lingüísticas.
perspectivas se superponen parcialmente, se entrecruzan, pero Pero es igualmente cierto que la mayoría de lectores no
no par~ce q~e se derive una síntesis. Podemos pensar que las perciben los patrones lingüísticos a no ser que algo aparezca
~br~s hteranas son un lenguaje con rasgos y propiedades dis- identificado como literatura. Al leer prosa corriente no esta-
tmtlVas, o que son producto de convenciones y una particular mos escuchando. El ritmo de mi frase anterior, por ejemplo,
manera de leer. Ninguna de las dos perspectivas acoge satis- no habrá dejado huella en el oído del lector; pero si asoma
factoriamente a la otra, y tenemos que conformarnos con saltar una rima, el lector ya no escatima su atención y se aproxima ...
de una a otra. Apuntaré a continuación cinco consideraciones a escuchar atentamente. La rima, que es una señal conven-
que la teoría ha propuesto sobre la naturaleza de la literatura: cional de literariedad, nos hace percibir el ritmo que previa-
~n cada una partimos de un punto de vista razonable, pero al mente ya estaba en la frase. Cuando el texto que tenemos
fmal debemos hacer concesiones a las otras propuestas. delante se etiqueta como literario, estamos dispuestos a pres-
tar atención a cómo se organizan los sonidos y otros elementos
del lenguaje que generalmente nos pasan inadvertidos.
La naturaleza de la literatura
. ~Se suele decir que la «literariedad» reside sobre todo en la La literatura es un lenguaje en el que los diversos componen-
org~~ación del lenguaje, en una organización particular que t es del texto se relacionan de modo complejo. Si me llega una
lo d1stmgue del lenguaje usado con otros propósitos. La lite- carta al buzón pidiéndome colaboración para una causa no-
rat~ra es un !~nguaje que trae «a primer plano» el propio len- ble, ifícilmente encontraré que su sonido sea un eco del sen-
guaJe; lo ra~1flca, nos lo lanza a la cara diciendo « ¡Mírame! tido; pero en literatura hay relaciones -de intensificación o
¡Soy lenguaJe!», para que no olvidemos que estamos ante un de contraste y disonancia- entre las estructuras de los dife-
lenguaje conformado de forma extraña. La poesía, de modo rentes niveles lingüísticos: entre el sonido y el sentido, entre
quizá más evidente que los otros géneros, organiza el sonido la organización gramatical y la estructura temática. 1Una rima,
corriente del lenguaje de forma que lo percibamos. Veamos el al unir dos palabras (h elada/mirada), nos lleva a relacionar su
comienzo de un soneto de Miguel Hernández: significado (la «mirada helada» podría resumir la actitud que
el yo poético percibe en su amada).
Tu corazón , una naranja helada Pero ninguna de las dos propuestas vistas hasta ahora, ni
con un dentro sin luz de dulce miera ambas en conjunto, nos definen qué es la literatura. No toda
y una porosa vista de oro: un fuera la literatura trae a primer término el lenguaje como se sugiere
venturas prometiendo a la mirada. en la consideración 1, pues muchas novelas no lo hacen:
' · ta lo que sea? 43
¿Qué es la literatura, Y que zmpor
42 Breve introducción a la teoría literaria
. d la literatura que se consideran
Una muralla de piedra, negruzca y alta, rodea a Urbía. Esta ·' Jetermmados aspectos e literatura nos dicen estas
muralla sigue a lo largo del camino real, limita el pueblo por 1·senct.al es. L eer un texto
. como do la organizacton
' . , d ellen-
el norte, y al llegar al río se tuerce, tropieza con la iglesia, a la
. .
•1proxrmactones,
es mtrar ante . , de la psique de1 autor o
to
que coge, dejando parte del ábside fuera de su recinto, y des-
. . es leerlo como expreston .
uaje, no . d 1 . dad que lo ha productdo.
pués escala una altura y envuelve la ciudad por el sur. ·omo refleJO e a socte
de si originan alguno d
.u;
podemos definir las buenas h a .vanedad de efectos, pero no
Is ~nas, en general, dependiendo
posibilidades se encuentran al representar y dar forma o sen-
tido a nuestra experiencj~ ¡ Desde esta perspectiva, Madame
e estos e1ectos. Bovary se puede leer como la exploración de las relaciones
entre la «vida real» de Emma Bovary y la manera en que tan-
to las novelas románticas que ella lee como la propia novela de
5.
La literatura ~s una construcción intertextua1 Flaubert dan sentido a esa experiencia. Siempre podemos pre-
o autorreflexiva guntar a una novela (o a un poema) cómo lo que deja implíci-
to sobre la construcción del sentido es un comentario a la
lLa teoría reciente ha defendid l manera en que lleva a cabo la construcción del sentido.
crean a partir de otras obr o qu~bts obr~s literarias se En la práctica literaria, los autores persiguen renovar o ha-
teriores que las nuevas int:s,r:~n ~O~I es gracias a obras an- cer avanzar la literatura y con ello, implícitamente, reflexionan
illan. Esta noci , d . g , piten, rebaten o transfor- sobre ella. Pero de nuevo, hallaremos que esta característica
on se esigna a veces con 1 . b
de «intertextualidad» Un b . e cunoso nom re se da por igual en otras formas: el significado de un adhesivo
través de las relacion~s ca~ ~llra existe ettre otros ~extos, a de coche, como el de un poema, puede depender de losad-
es considerarlo un suceso lin ?,~· . eer a go como literatura hesivos anteriores: el eslogan reciente «Nuke a W,Pale for }e-
relación .con otros di' gms~Ico que cobra sentido en sus!» («¡Haga estallar una ballena, por Dios! ») no ttene senti-
. scursos: por eJemplo e d
Juega con las posibilid d ' uan o un poema do sin sus precedentes «No nukes» («Armas nucleares no»),
a es creadas por los poemas .
o una novela escenifica y critica la t , . 1' . previos, «Save the Whales» («Salvemos las ballenas») y «Jesus saves»
tiempo. El soneto de Sh k re O~Ica po Itica de su («Jesús te salva»), y se podría decir, sin duda, que «Nuke a
thing like the sun» («Lo: OeJ.~eJere,:~My_mistress' eyes are no-
bl 1S senara no son comp
d es ca~ e al») recoge las metáforas de la tradici , ar~-
HJ..l
Whale for Jesus» trata en realidad de los adhesivos. La ínter- Las funcion es de la literatura
textualidad y la autorreflexividad de la literatura, por tanto;
no son un rasgo distintivo, sino el llevar a primer plano cier- , l d , s que la teoría literaria
tos aspectos del uso del lenguaje y ciertas cuestiones sobre la Al comienzo de ~ste ca_?ttu o hecta:~entrado sus análisis en
representación que se pueden observar también en otros de los últimos vemte anos no. a e~ no literarias. Lo que
textos. la diferencia entre las ob.ras ltterana::flexión sobre la litera-
han emprendido lc:s teÓ~lCt ~d:~gica, sobre las funciones
tura como ca~egona soCla .e, realizaba ese algo llamado
¿Propiedades o consecuencias? políticas y soctales quel se crel~ fu~ lo XIX la literatura surgió
«literatura~> . En la Ing ate: ~ ~tgportan'cia, un tipo especial
En los cinco casos hemos encontrado la situación quemen- como una tdea de extraor d.ana tmfunciones. Se convirtió en
. cargado de 1versas . , .
cionábamos más arriba: estamos ante lo que podemos descri- d e escntura en l l · s del Imperio Bntam-
. d . t ción en as co anta d
bir como propiedades de las obras literarias, ante caracterís- un su¡eto ~ ~s ruc los nativos apreciaran la grandeza e
ticas que las señalan como literarias, pero que podrían ser co, con la mtston de que . amo artícipes agradecidos,
consideradas igualmente resultado de haber prestado al tex- Inglaterra y se cot??~odetterd~~cancephistórico. En la metró-
to determinado tipo de atención; otorgamos esta función al en una empresa ctviliza ora , el materialismo fomen-
lenguaje cuando lo leemos como literatura. Ninguna de estas poli debía contrarrestar el e?otsmp~t~lista ofreciendo valores
d la nueva economta ca ' d
perspectivas, se diría, puede en lobar al resto para convertir- ta os por 1 d' y los aristócratas y espertan-
se en la perspectiva exhaustiva. Los rasgos propios de la lite- alternativo: a las e ases ~e tas or la cultura que, material-
ratura no se pueden reducir ni a propiedades objetivas ni a do el interes de los traba¡ador~s Y b d' da De una ta-
1 b a una postcton su or ma · d
meras consecuencias del modo en que enmarcamos el lengua- mente, los re ega ~ - 1 apreciación desinteresa a
je. Hay para ello una razón fundamental , que ya vimos en los cada, la literatura tba a ens.en~r ta de grandeza de la patria,
pequeños experimentos mentales al comienzo de este capítulo: del arte, despertar. un senttmtlen olases y en última instancia,
añensmo entre as e ' ,
. el lenguaje se resiste a los marcos que le imponemos. Es difí- generar comp . d l li ión que ya no parecta ca-
funcionar como sustttuto e a ~e g ,
cil convertir el pareado «We dance round in a ring ... »en un
horóscopo de periódico, o la instrucción «Agítese enérgica- paz de mantener unida a la soc;eda~e pueda conseguir todo
mente» en un poema que agite nuestro ánimo. Al tratar algo Cualquier conjunto de tex ~
0
j ·Qué hay en la literatura
como literatura, al buscar esquemas rítmicos o coherencia, el eso sería, desde l~ego, muy es~:c~;cfa todo eso? En ella en-
lenguaje se nos resiste; tenemos que trabajar en él, trabajar jun- para que se pudtera P:~d~ental y singular: ejemplaridad.
to a él. En definitiva,\la «literariedad» de la literatura podría con tramos algo a la ve di , ticamente -tomemos Ham-
residir en la tensión que genera la interacción entre el material Una obra .liter~ria es, para ~~:ficticio: se presenta, en cier-
lingüístico y lo que el lector, convencionalmente, espera que let- , 1~ htstona d~ un ):~s~i ¿o fuera así, ¿por qué la leería-
ta medtda, como e¡emp . ( def' · 1ámbito de alcance de
sea la literatura Pero lo afirmo no sin precaución, pues en las 1 vez se restste a 1n1r e ,
cinco aproxini.aciones anteriores se ha visto que todos los ras- mas? ) , pero~ a , l f ilidad con la que lectores y cn-
gos identificados como características in1ponantes de la litera- esa ejemplandad; de a<~Ul a ilici d> de la literatura. La estruc-
tura han acabado por no ser un rasgo definitorio, ya que se ticos hablan de ~a «~tversal a > ulta más sencillo tomar el
tura de la obra literana es t que res
observa que funcionan por igual en otros usos del lenguaje.
¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 5I
5o Breve introducción a la teoría literaria
t~~er de la miseria de su condición a los trabajadores, ofre- ratura se ha considerado peligrosa: impulsa a cuestionar la
Ciendoles acceso a esta «región superior»; pues, como dice autoridad y las convenciones sociales. Platón expulsó a los
Terry Eagleton, «si no se arroja a las masas unas cuantas no- poetas de su república ideal, porque sólo podían ca~sar daño;
velas, quizás acaben por reaccionar erigiendo unas cuantas y las novelas han tenido la fama durante much~ tlempo de
barricadas». Sin embargo, en nuestro examen de qué se afir- crear insatisfacción en los lectores para con la v1da que han
~a que .hace la literatura, de cómo funciona en tanto que prác- heredado y despertarles el anhelo de algo nuevo, ya sea la vida
uca soc1al, nos encontraremos con argumentos varios que no en la gran ciudad, el amor o la revolución. Al hacer posible
será fácil cohonestar. que nos identifiquemos con gente de nuestra clase, sexo, raza,
Se ha concedido a la literatura funciones diametralmen- nación o edad, los libros promueven un compañerismo que
te opuestas. ¿Es acaso la literatura un instrumento ideológi- disuade de la lucha; pero también pueden transmitir con vi-
co, un conjunto de relatos que seducen al lector para que vacidad una sensación de injusticia que posibilite el progreso
acepte la estructura jerárquica de la sociedad? Si las novelas ·social. Históricamente, se ha atribuido a la literatura la capa-
dan por sentado que la mujer debe alcanzar su felicidad , en cidad de producir cambios: La cabaña del tío Tom, de Harriet
el supu.esto de que deba, en el matrimonio; o si aceptan con Beecher Stowe, fue un best-seller en su día y ayudó a extender
naturalidad las clases sociales explorando cómo una doncella la repugnancia por la esclavitud que hizo posible la guerra
virtuosa puede casarse con un lord , están operando con ello civil americana.
una leg.itimación de acuerdos históricos contingentes. ¿O tal En el capítulo 8 volveremos sobre las cuestiones de la
vez la hteratura es, por el contrario, la plaza en que se revela identificación y sus efectos: ¿qué papel desempeña la identi-
la ideología, se expone como algo cuestionable? La literatura ficación del lector con los personajes o narradores? De mo-
repr~senta , ~o~ ejemplo, de modo potencialmente intenso y mento , notemos sobre todo la complejidad y diversidad de la
afecuvo, la lim1tada variedad de opciones que históricamente literatura en cuanto institución y práctica social. espués de
s.e ha ofrecido a las mujeres y, al evidenciarlas, crea la posibi- todo estamos ante una institución que se funda en la posi-
. lidad de no aceptarlas. Ambas afirmaciones son perfectamen- bilid~d de decir todo lo imaginable. Esto es esencial en li-
te plausibles: que la literatura es vehículo de la ideología o teratura: frente a cualquier ortodoxia, cualquier creencia o
que es un instrumento para desarmarla. De nuevo, hallamos cualquier valor, la literatura puede imaginar una ficción di-
a~uí una co~plicada oscilación entre «propiedades» poten- ferente y monstruosa, burlarse, pa:odia::) J?esde las, novel~s
Ciales de la literatura y la atención que hace resaltar esas pro- del Marqués de Saqe, que p retend1an avenguar que ocurn-
piedades. ría en un mundo en el que las acciones correspondieran a
La relación entre literatura y acción también se ha con- una naturaleza entendida como apetencia inmoderada, hasta
templado con enfoques contrarios. Unos teóricos han mante- Los versos satánicos de Salman Rushdie, que ha causado tan-
nido que la literatura fomenta, como instrumentos de nuestro to escándalo por su uso de nombres y motivos sagrados en
compromiso con el mundo, la lectura y la reflexión en solita- un contexto de sátira y parodia, la literatura ha sido siempre
r~o y, por tanto, contrarresta las actividades sociales y polí- la posibilidad de exceder ficcionalmente lo que se ha escrit?
tlcas que pueden ocasionar un cambio. En el mejor de los o pensado con anterioridad. Cualquier idea que tenga senti-
cas~s pr?mueve la objetividad y una apreciación positiva de do, la literatura puede convertirla en sinsentido, dejarla atrás,
la divers1dad, en el peor genera pasividad y aceptación de lo transformarla de modo que cuestione su legitimidad y ade-
existente. Pero hay que destacar que, históricamente, la lite- cuación.
¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 55
54 Breve introducción a la teoría literaria
La literatura ha sido la actividad de una elite cultural y lo mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba .. .•
que ~e ha denominado en ocasiones «capital cultural>>: apren-
der ~teratura es una inversión en cultura que se rentabilizará
La pregunta de qué es literatur~ no surge, según sugerí
de d1versas maneras, por ejemplo ayudándonos a integrarnos
más arriba, porque se tema confundir una novela con un es-
entre personas de un estatus social más elevado. Pero la lite-
ratura no puede reducirse a esta función social conservado- tudio histórico o el horóscopo semanal con un poema. Ocu-
rre más bien que los críticos y teóricos tiene? la esperanza ?e
ra: provee escasamente de «valores familiares», pero muestra
que, al definir de una manera concreta la h~eratura, ~dqut~
la seducción de toda clase de crímenes, como la revuelta de
ran valor los métodos críticos que ellos consideran mas perti-
Satán contra Dios en El Paraíso perdido de Milton o el asesi-
nentes y lo pierdan los que no tienen en cuenta es.os rasgos su-
nato ~e un.a vieja. por Raskólnikov en Crimen y castigo de
puestamente fundamentales y distintivos de la lit.erat~ra. En
Dost01esvki. Nos unpele a resistirnos a los valores capitalis-
el contexto de la teoría reciente, esta pregunta uene unpor-
tas, a los aspectos prácticos de ganar y gastar. La literatura es
tancia Rorque ha desvelado la literariedad de toda clase de
tanto el ruido como la información de la cultura. Es una fuer-
textos. Pensar la literariedad, entonces, es mantener ant~ no-
za de entropía a la vez que capital cultural. Es escritura, exi-
sotros 'Como recursos para el análisis de esos discursos, Cl.ertas
ge una lectura y compromete al lector en los problemas del
prácti~as que la literatura s~scita: la susp.~nsión de la ;~iger:
cia de inteligibilidad inmediata, la reflexwn so~re que, lffipli-
significado.
can nuestros medios de expresión y la atencion a como se
La paradoja de la literatura producen el significado y el pla~er.J