Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 42

ALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA

Departamento de Ciencias de la Educación


Sección Filosofía y Teología

Guía didáctica

REESTRUCTURA MATERIA LIBRE


CONFIGURACIÓN

FAMILIA Y EDUCACIÓN: RETOS Y


DESAFÍOS
CARRERAS CICLO
VARIAS VARIAS

Autores:
Miury Placencia Tapia.
María Elizabeth Matute
Víctor Serrano Cueva

La Universidad Católica de Loja


2. Índice

2. Índice

3. Información general para la realización de la Jornada

4. Introducción

5. Bibliografía

6. Orientaciones generales para el estudio


6.1 Ubicación y duración del componente educativo
6.2 Aspectos metodológicos generales
6.3 Asistencia de la Jornada Presencial y forma de evaluación
6.4 Interacción en el Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA)
6.5 Planificación del tiempo

7. Proceso de enseñanza-aprendizaje para el logro de competencias


7.1 Planificación para el trabajo del alumno
7.2 Sistema de evaluación
7.3 Orientaciones específicas para el aprendizaje por competencias

8. Desarrollo de los contenidos

Tema 1: Familia y formación de valores.

1.1 Justificación del Tema.


1.2 Los valores y las relaciones familiares.
1.3 Familia – Escuela – Sociedad ¿excluyentes o complementarios?
1.4 Pasos para la acción.

Tema 2: Familia y educación en la fe.

2.1 Justificación del tema


2.2 Breve análisis de la realidad.
2.3 Brevísimo marco teórico referencial.
2.4 Cuestiones para el estudio.
2.5 Actividades sugeridas para trabajar el tema.
9. Actividades para el día de la Jornada Presencial

9.1 Indicaciones generales


9.2 Cronograma

10. Documentos y materiales que debe llevar el estudiante el día de la jornada


presencial

11. Anexos
3. Información general para la realización de la Jornada

Titulaciones Ciclos

Ciencias de la Educación (menciones en:


Tercero y Cuarto
Educación Básica, Químico-Biológicas, Físico-
Matemáticas, Lengua y Literatura, Inglés y
Ciencias Humanas y Religiosas).

Economía Cuarto

Ciencias Jurídicas Cuarto

Informática Cuarto

Contabilidad y Auditoría Tercero

Administración en Banca y Finanzas Séptimo

Administración de Empresas Tercero

Administración de Empresas Turísticas y


Cuarto
Hoteleras

Educación Infantil Tercero

Psicología Cuarto

Gestión Ambiental Cuarto

Gestión Pública Cuarto


4. Introducción

Esta asignatura en esta oportunidad se orienta a investigar la temática “La familia educadora
en valores”; la misma, ha sido seleccionada por su importancia en un proceso de formación
humana, en especial en el ámbito axiológico del “ser persona”.

En los momentos actuales es importante facilitar orientaciones y procesos a las familias con
la finalidad que sus integrantes puedan descubrir las posibilidades de actitud y acción que
centre su atención en definir su proyecto de vida familiar que les facilite superar dificultades y
así en unidad poder desarrollar una vida sustentada en la unidad, en la solidaridad y en la
esperanza de vivir en armonía.

La jornada considera dos aspectos que se complementan entre sí:

1. Reflexionar sobre la concepción de la familia y su misión, reconocer el papel


fundamental de la familia y su capacidad formadora de valores a través de la
convivencia, tomando una actitud protagónica ante los cambios ocurridos en la
vivencia de valores hoy y finalmente vivenciar el sentido pleno de familia acompañado
de los textos del magisterio en la educación de la Fe.

2. Para su estudio se tomará como referencia básica el libro del Padre Ramón Rivas “La
familia como primera y principal escuela de la vida”, del cual estudiaremos el tema 4
y 5.

3. Otro aspecto que se pretende recoger en esta jornada es el de poder construir en el


transcurso de los temas un “Proyecto Familiar”, donde se incluirá el plan estratégico
para fortalecer el rol que usted dentro de la vida familiar pueda llevar ya sea de padre,
hermano o hijo y formar con ello una familia sana y unida en el AMOR.

Los pasos a seguir según el desarrollo de los temas son los siguientes:

En el Tema Familia y formación de valores: Iniciaremos el proyecto familiar analizando su


situación familiar, para detectar las luces o aspectos positivos de su vida familiar y como
sombras o aspectos a mejorar, las falencias que encuentre en su convivir.

En el Tema Familia y educación en la Fe: Luego de detectar las luces y sombras usted se
planteará objetivos a mediano y largo plazo para potenciar las sombras encontradas en
las siguientes relaciones:
a. Relación de pareja
b. Relación de padres e hijos
c. Relación de hermanos
d. Convivencia en comunidad (para el caso de una vida religiosa)

Los animamos a construir cada día un hogar estable en el que realmente vivamos ese calor
de hogar, en el que cada noche alcemos la voz a nuestro Creador, para dar gracias por la
bendición de ser familia.

En las actividades de esta jornada les pedimos sinceridad en la realización del trabajo en las
distintas actividades propuestas, así como también llevar los conceptos teóricos a la vida
diaria de tal forma que puedan abstraer sus propias conclusiones, a partir de unos principios
básicos que serán enfocados al interior de sus contenidos.

Esperamos que disfruten del estudio y la reflexión necesarios para el buen desarrollo y
aprendizaje de aquellas potencialidades en relación a la convivencia con su familia; es
necesario tomar consciencia de que el rol de padres es de vital importancia para la plena
formación de sus hijos, para la felicidad que indudablemente anhelamos para ellos y por
supuesto para una sociedad que necesita urgentemente de familias fortalecidas por el amor
y la entrega mutua.

5. Bibliografía

 Rivas, R. (2016) “La familia como primera y principal escuela de la vida”,


Universidad Técnica Particular de Loja. Loja-Ecuador.

 Suárez, F., Placencia ,M., Matute, M., Serrano, V. (2010), Guía didáctica Educar
desde el Hogar. Ed. Ediloja. Loja-Ecuador

 Buele, M.(2016) “Guía Jornada de formación Religiosa ,adaptada para los


estudiantes de Modalidad Abierta y a Distancia del curso virtual Educar desde el
Hogar”, Ed. Ediloja. Loja-Ecuador
6. Orientaciones generales para el estudio

Subraye las ideas principales y resalte las frases del libro o de la guía que tienen mayor
significado para usted. Si en el contenido encuentra interrogantes, no dude en detenerse un
momento y darles respuesta. Además busque en el diccionario las palabras que no conozca,
con ello entenderá mejor el tema.

Tanto en el contenido del Texto como en el de la Guía se resaltan algunas ideas importantes
para tomar conciencia de ellas y tomar posturas en la vida diaria.

6.1 Interacción en el Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA)

Para ayudarle en el desarrollo del aprendizaje de ESTA ASIGNATURA, usted contará con
asesoría general a través de orientaciones académicas o anuncios que se publicarán en el
EVA y podrá hacer consultas mediante la Red Social que se habilitará debajo de cada
anuncio.

6.2 Planificación del tiempo

Usted dispone de un tiempo aproximado de un mes para realizar la tarea expuesta en esta
Guía. Nuestra recomendación, insistimos, es que lea los primeros epígrafes de la misma, que
le dará una idea de cómo avanzar en su estudio y en el trabajo que se le solicita realizar.
Después, puede hacer una lectura rápida por capítulos de la guía y el libro, y luego, ya de
forma más pausada, vuelva a leer siguiendo las indicaciones de la guía para contestar a las
preguntas y realizar el trabajo. Le aconsejamos se tome esta tarea con una dedicación diaria
desde el momento que se matricule, pues, si bien no es difícil es amplia y necesita su tiempo.
7. Proceso de enseñanza-aprendizaje para el logro de
competencias

7.1 Planificación para el trabajo del alumno

COMPETENCIAS CONTENIDOS CRONOGRAMA ACTIVIDADES DE


ESPECÍFICAS Unidades /Temas OPERATIVO APRENDIZAJE
Tiempo Estimado

1. Identificar el papel Tema 1: Familia y Semana 1 1. Lectura global del


fundamental de la formación de valores. primer tema.
familia y su 18 horas de autoestudio 2. Lectura
capacidad del tema 4 del texto comprensiva
1.1 Justificación del básico.
formadora de (analítica,
Tema.
valores a través de 6 horas de interacción subrayado…).
1.2 Los valores y las
la convivencia. en el EVA y con 3. Elaboración de
relaciones familiares.
1.3 Familia – recursos online. esquemas,
2. Aplicar las pautas de resúmenes,
Escuela – Sociedad Semana 2
formación organizadores
¿excluyentes o
educadora en 18 horas de autoestudio gráficos, etc.
complementarios?
valores para tomar del tema 5 del texto 4. Estudio individual
1.4 Pasos para la
una actitud básico. o en grupo.
acción.
protagónica ante los 5. Interacción en el
cambios ocurridos. 6 horas de interacción
EVA.
en el EVA y con
Tema 2: Familia y 6. Inicio del
3. Identificar la misión recursos online.
educación en la fe. desarrollo de la
de la familia y los evaluación a
valores distancia.
2.1 Justificación del
indispensable de 7. Lectura global del
tema
cara a los segundo tema.
2.2 Breve análisis
desajustes sociales 8. Lectura
de la realidad.
que debe enfrentar comprensiva
2.3 Brevísimo marco
la familia. (analítica,
teórico referencial.
2.4 Cuestiones para subrayado..).
4. Reconocer la 9. Continuar con el
el estudio.
importancia de desarrollo de la
2.5 Actividades
vivenciar el sentido evaluación a
sugeridas para trabajar el
pleno de familia distancia.
tema.
acompañado de los 10. Finalizar el
textos del desarrollo de la
magisterio. evaluación a
distancia.
11. Revisión general
de la evaluación a
distancia.
12. Envío de la
evaluación a
distancia a través
del EVA, en la
fecha establecida
por la Universidad.
13. Preparación para la
evaluación online.
7.3 Orientaciones específicas para el aprendizaje por competencias

Para el estudio de esta jornada es importante que empiece a leer el libro base “La familia
como primera y principal escuela de la vida “. Haga una revisión total del tema 4 y 5 del libro
en primera instancia. Posteriormente proceda a revisar tema por tema, conforme a la guía
entregada y a las semanas correspondientes a cada uno de los temas. Únicamente debe leer
los dos temas señalados y que corresponden en el libro base a:

Tema 4: Familia y formación en valores.


Tema 5: Familia y educación en la fe.

Le sugerimos que lea atentamente cada actividad mencionada en el libro base; señale las
que puedan ayudarle en su vida familiar y por último puede desarrollarlas o aplicarlas.

Muchos de ustedes tienen trabajos que les llevan a estar ausentes de su hogar, de la ciudad.
Esta guía impresa le brinda facilidades, como por ejemplo llevarla con usted junto con el libro
base.

Es interesante que su actitud sea de apertura hacia nuevos conocimientos, dejando de lado
prejuicios existentes. Piense que ningún estudio nos forma definitivamente, pero son medios
que nos abren las puertas a una forma distinta de pensar, reflexionar, amar lo que hacemos,
en definitiva de dirigir nuestra vida. Vale la pena mencionar que nuestra formación debe ser
continua.

Por último, las indicaciones de estudio que le hemos dado a conocer, son para cualquier curso
o asignatura. Para ésta en particular, recomendamos que siga atentamente la Guía, aunque
es bastante breve en esta ocasión; se plantean aquellos aspectos claves que le ayudarán a
una mayor comprensión en el desarrollo de esta jornada.

Las actividades propuestas en la evaluación a distancia serán en su mayoría prácticas por lo


que les solicitamos poner mucho énfasis en hacer partícipe a su familia en la realización de
las mismas.

Esperando aprender en conjunto iniciaremos este curso con el primer tema:


8. Desarrollo de Contenidos

Tema 1: Familia formación en valores


“La forma de relación amorosa que los padres establezcan
con el niño en las primeras etapas de su vida decidirán el
grado de madurez afectiva que pueda llegar a alcanzar,
facilitando o entorpeciendo el proceso de personalización y
socialización” . ( Fernando Rielo Pardal)

Objetivos Específicos:

 Reflexionar sobre la concepción de la familia y su misión.


 Reconocer el papel fundamental de la familia y su capacidad formadora de valores
a través de la convivencia.
 Tomar una actitud protagónica ante los cambios ocurridos.

Los temas a tratar en el tema cuarto del libro base y que constituyen en el contenido del
Tema1 de la presente guía son:

1.1 Justificación del tema.


1.2 La Familia como escenario de construcción de valores
1.3 Los Valores y las relaciones familiares
1.4 Familia-Escuela-Sociedad ¿excluyente o complementario?
1.5 Pasos para la acción

En cada subtema se plantea actividades para que las desarrolle desde su hogar, las mismas
que serán realizadas en el transcurso de dos semanas donde podremos compartir
aprendizajes.

1.1 Justificación del tema

La familia indiscutiblemente “constituye la primera y primordial escuela de aprendizaje


para la vida del ser humano”. Ser “persona” hace referencia a un ser único, irrepetible y
relacional, con consciencia crítica, honesta y capaz de recibir el aprendizaje de cada día y de
reaccionar ante el mundo con asombro y curiosidad, de tal forma que logre una integración
suficientemente creadora para la sociedad.

Frente a estas grandes verdades, la familia no puede relegar de ninguna manera esta
importante y primordial misión, para lo cual requiere de mayor integración, participación e
incorporación a las demás instituciones de la sociedad, en especial al Sistema Educativo, a
fin de promover un “Proyecto Familiar” , indispensable para no ser presa fácil de anti-valores
reinantes en la sociedad, que neutralizan los verdaderos valores, del relativismo y la
confusión, provocados por una progresiva incapacidad educativa de los padres o por una
crisis interna.

“La situación histórica en que vive la familia se presenta pues como un conjunto de luces y
sombras” (Familiaris Consortio)

En el seno familiar es importante y fundamental la vivencia de los valores, aquellos valores


entendidos desde las diferentes definiciones pero vivenciados día a día desde el hogar, desde
aquel tiempo compartido en familia.

¿A qué definimos como valores?

 Son metas u objetivos de carácter general que permanecen estables a


través de las distintas situaciones.

 Guían la conducta de los seres humanos.

 Nos permiten definir con claridad los objetivos de la vida.

 Se nos presentan algunos como compatibles y otros como incompatibles


entre sí.

 Existe prioridad de unos valores sobre otros.

 Están vinculados con el mundo social, con la historia, con la subjetividad


de las personas.

 Se pueden definir como “hábitos operativos positivos”, en contraste con


los defectos que son “hábitos operativos negativos”.

Ahora tratemos de identificar cuáles son los valores que priman en nuestra familia a
través de la siguiente actividad:

Actividades propuesta 1:

1. Revise el anexo 1 “Valores”.


2. Lea en libro base “II. Breve análisis de la realidad” del tema 4 del texto base y de
respuesta a las tres primeras preguntas.
3. Una vez que realizó las Actividades 1 y 2. Identifique y dimensione tres valores
destacados en cada uno de los miembros de su familia incluido usted y preséntelo en
el formato de una tabla.

Por ejemplo:

Rol en la familia valores


Yo (madre) solidaridad,
respeto, honestidad

Juan (esposo)

Rosa (hija)

Recuerde que las actividades propuestas son parte de la TAREA

Continuemos con el subtema 1.2.

1.2 La Familia como escenario de construcción de valores

En medio del clima afectivo familiar el niño, niña y adolescente se nutre de los conceptos que
lo proyectan a enfrentar la realidad social, de tal forma que la familia cumple dos tareas:

 Proceso de Personalización
 Proceso de Socialización
Los valores que los hijos adquieren pueden ser similares a los paternos, pero nunca idénticos.

4.3. Los valores y las relaciones familiares

La familia constituye un espacio privilegiado para las relaciones inter-generacionales; puede


brindar la oportunidad para escuchar, ensayar, aprender, usar lo útil y constructivo de una
generación y aportar lo novedoso y arriesgado de la siguiente.

La escala de valores que los padres escogen para sus hijos está también en función de otras
variables (cultura, edad de los padres, edad y sexo de los hijos…, entre otras), pero es un
hecho fundamental la intención de los padres y su actuación congruente.
Les invitamos a leer con atención lo que nos dice Pedro-Juan Viladrich en su libro “El valor
de los amores familiares”:

“¿Cuál es el escenario real de los valores familiares? Estos valores, que somos, tienen como
escena natural la vida cotidiana, la corriente y ordinaria, el sencillo discurrirnos en el día a día.
Es muy importante comprender este escenario real de los valores familiares. Lo que somos,
en cuanto familiares, no espera a serlo en situaciones grandiosas, extraordinarias, al modo
espectacular y excepcional de las grandes hazañas bélicas, históricas…o cinematográficas
(…)lo grande y profundo está en lo pequeño, cotidiano y corriente”.

De manera estimados estudiantes, que los valores los llevamos dentro de nuestro “ser
persona” y el lugar inmediato de su praxis: “la familia”.

“Se trata de una tarea capaz de mover


nuestra ilusión y nuestro esfuerzo por
conseguir un resultado verdaderamente
importante: amar a los nuestros y ser amado
por ellos con más verdad, bondad y belleza”
Pedro-Juan Viladrich

4.4. Familia – Escuela – Sociedad ¿excluyentes o complementarios?

Los contextos enunciados influyen en la formación de los hijos, pero vale la pena destacar
una vez más, el papel primordial de la “familia” a fin de favorecer la educación integral,
personal y social de los hijos a través de un ambiente familiar animado por el amor.

A este respecto pongamos atención a lo que nos dicen los autores Jorge Miras y Juan Ignacio
Bañares en su libro “Matrimonio y familia”:

“De ahí que la tarea educativa requiera la colaboración de toda la sociedad: “La familia es la
primera, pero no la única y exclusiva comunidad educadora; la misma dimensión comunitaria,
civil y eclesial, del hombre exige y conduce a una acción más amplia y articulada, fruto de la
colaboración ordenada de las diversas fuerzas educativas. Estas son necesarias, aunque
cada una puede y debe intervenir con su competencia y con su contribución propias”. Familiaris
Consortio.

Esa necesaria intervención comunitaria en la educación se rige por un principio fundamental,


que trata de armonizar la relación entre persona y sociedad, poniendo límites a la intervención
de los poderes públicos y evitando el riesgo de un colectivismo contrario a la dignidad
humana. Se trata del principio de subsidiariedad, según el cual “una estructura social de orden
superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior (como, por
ejemplo, la familia), privándola de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en
caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes
sociales, con miras al bien común”. Gravissimum educationis.

Continuamos con los contenidos expuestos en el texto básico…

Dos aspectos importantes en la formación de valores son:

 Estilo Parental
 Ejemplo

Otros mediadores que influyen en la eficacia de la socialización de valores son:

 Legibilidad del mensaje por parte de los hijos


 Legitimidad percibida tanto del emisor como del mensaje
 Intencionalidad atribuida
 Coherencia parental
 Disponibilidad

Estos mediadores deberán guardar relación estrecha con el clima afectivo, comunicación
familiar y la coherencia parental, según se describe en el libro base

Haciendo un análisis de cada estilo, se puede mencionar:

 Autoritario: Implica moldear, controlar y evaluar el comportamiento y actitudes de los


hijos de acuerdo a normas específicas. Existe por lo general una excesiva valoración
de la obediencia, para lo cual se promueven medidas punitivas y fuertes cuando las
acciones van en contra de la norma. Si bien a través de este estilo educativo se intenta
promover el respeto a la autoridad, se valora el trabajo y el orden, todos estos
aspectos positivos; no se toma en cuenta otros aspectos importantes como por
ejemplo: no se busca en el educando ningún tipo de respuesta de opinión, no se
promueve en los hijos toma de decisiones haciendo uso de sus criterios y su libertad
y sobre todo no se fomenta confianza en el diálogo, siendo este un aspecto muy
importante para ayudar a formar criterios. Los hijos tienen tendencia a ser ansiosos,
aislados y no tienen una disposición feliz.

 Permisivo: Algo característico en este estilo parental es una aceptación total a todos
los impulsos, deseos y acciones del hijo-a; existen pocas demandas en cuanto a
responsabilidades y comportamientos ordenados; no se anima al niño a obedecer
reglas definidas. Los hijos formados con este estilo educativo por lo general muestran
poco control emocional, son desafiantes con aquellos que contradicen sus deseos y
pueden exhibir un comportamiento antisocial.

 Democráticos: Tratan de llevar a cabo la formación de sus hijos en una forma racional
y guiada. Reconocen sus derechos y responsabilidades en la delicada tarea de la
formación, pero también reconocen en el hijo un ser irrepetible, digno de ser amado y
respetado, encaminándolo hacia el bien a través de una exigencia amorosa. Los niños
tienden a una disposición feliz.

Padres autoritarios

Padres permisivos

Padres democráticos

ESTILOS PARENTALES

Actividades propuestas 2:

4. Después de leer y entender el cuadro de “Estilo Educativo”, del libro base, de


respuesta a la siguiente pregunta: ¿A qué grupo cree pertenecer?, justifique su
respuesta.

4.5 Pasos para la acción

Los valores, las buenas costumbres, los principios éticos, se entienden y asimilan mejor
cuando se basan en la práctica diaria y en el trato con otras personas, se aprenden en la
“Familia”.

Es importante que luego de conocer todos estos aspectos importantes tomemos parte activa
los padres a fin de dar a la sociedad nuestro aporte a través de los siguientes pasos para la
acción, según nos dice el padre Ramón Rivas:

 Toma de conciencia
 Implicación Vivencial
 Auto-competencia
 Asunción del compromiso

Es importante mencionar que todos estamos llamados a aportar, desde nuestra riqueza
personal, y por supuesto desde el lugar en el que nos ubicamos en nuestro entorno familiar:
padres, hijos abuelos, etc., todos ponemos un granito de arena para la armonía familiar, y
desde ella, enriquecemos a la sociedad de la que formamos parte.

“Así la familia, en virtud de su naturaleza y vocación, lejos de encerrarse en sí misma, se


abre a las demás familias y a la sociedad, asumiendo su función social”

(Familiaris Consortio)

1.4 Construcción del Proyecto Familiar.

Las herramientas que cada padre proporcione a sus hijos deben ir reforzadas con las
enseñanzas que en la institución educativa les trasmitan, por lo que dicha institución debe ser
cuidadosamente seleccionada para que haya una coherencia entre la misión que persiga la
entidad educativa, con las aspiraciones que vivimos o intentamos vivir en nuestros hogares.
Así, se hace posible plasmar los conceptos teóricos de Valores en la vida de familia, para que
se vuelva una realidad el trinomio “Escuela, Familia y Sociedad.

Al educador se le pueden exigir ideas claras y actitudes de acuerdo con ellas, esto en la
medida en que nosotros seamos parte del desempeño que lleva la escuela o institución
educativa. Es importante tener claro que el niño no es un robot al que se programa para vivir
determinados valores o reaccionar de tal o cual manera, es por esto que impera la necesidad
de un acompañamiento y seguimiento amoroso por parte de los padres, en el proceso de
adquisición y vivencia de los valores.

Al educador no se le pueden pedir cuentas de los frutos, pero sí de su dedicación, de su


coherencia, del esfuerzo por clarificar objetivamente sus ideas. Esta tarea, o mejor, este
conjunto de tareas, son muy complejos. Por ello y también debido a los cambios que tienen
lugar en nuestra sociedad, con sus ventajas e inconvenientes, se hace necesaria una mayor
colaboración escuela-familia con la finalidad última de favorecer una educación para el
desarrollo equilibrado y coherente de los hijos.

Es importante que los padres adopten actitudes positivas: toma de decisiones apoyadas
también en las aspiraciones de sus hijos, compartan con ellos tiempo y actividades y
sobretodo proporcionen un entorno rico en posibilidades con seguridad, amor, comprensión
y por supuesto normas. Si no sienten y viven calor de hogar irán a buscarlo fuera donde serán
otros los que eduquen y les muestren cualquier horizonte a sus hijos.

Aprender a analizar y mejorar situaciones familiares concretas: detectar problemas; formular


objetivos; aportar posibles soluciones. Es por esto que vemos necesario y de fundamental
importancia realizar un Proyecto Familiar, que no es más que la elaboración de un plan de
acción para potenciar sus relaciones a través del análisis, proyección y puesta en marcha de
estrategias y actividades que fomenten la convivencia y armonía en su hogar.

Dentro de ese Proyecto Familiar no solo se debe tener en cuenta lo que esperamos de
nuestros hijos, sino también lo que esperamos de nuestro cónyuge e incluso de nosotros
mismos. También esto debe ser explicitado, buscando el mejor momento, ya que esto no
debe ser causa de fricciones sino de tranquilidad.

Muchas veces puede suceder que los esposos llegan al matrimonio con un proyecto que
incluye la propia felicidad, y a los hijos como parte de esa realización personal. Deberíamos
tener en cuenta que nuestros hijos son personas distintas y libres, con capacidades e
inclinaciones propias que debemos respetar encaminándolas hacia el bien.

Nuestras esperanzas con respecto a los hijos y aquello que nosotros queremos de nuestra
esposa o esposo, siempre debe ser “flexible”, dentro de lo mejor y el mayor bien posible.
Estamos ante personas únicas, irrepetibles, poseedoras de una libertad.

Como mencionamos al inicio de este curso es fundamental que usted socialice este Proyecto
Familiar con sus seres queridos y les haga conocer la importancia de saber hacia dónde
queremos ir y hacia donde estamos yendo como familia, pues como su nombre lo indica es
en familia donde debemos construirlo.

Le animamos a poner toda la ilusión desde el inicio hasta el final del proyecto; por cierto, ante
más dificultades encontradas mayor deberá ser la ilusión y perseverancia ejercitadas. Al
respecto menciona Fernando Rielo, fundador de las Misioneras-os Identes “Empezar un bien
es hermoso, consumarlo sublime”.

Recuerdo que si aún no ha formado una familia, puede realizar las actividades
propuestas desde su realidad familiar, en comunicación cercana con los otros
miembros de su familia, se verá enriquecido!

“La misión de la familia ante un mundo en permanente cambio es proporcionar a


los hijos sentimientos de arraigo y seguridad, elevar su autoestima y sentimiento
de competencia, ofrecerles ejemplos y modelos dignos de imitar, ser una escuela
de aprendizaje en el amor, la comprensión, el esfuerzo y la solidaridad donde cada
miembro sepa aceptar y acoger las diversidades de los demás, desarrollar
convenientemente su singularidad e integrarse en una sociedad plural”.

Bernabé Tierno
AUTOEVALUACIÓN 1

Busquemos un espacio de tiempo para revisar los aspectos importantes que


corresponden al TEMA 1. Muy bien estamos listos (as) para resolver la
autoevaluación, procedamos a leer cada pregunta y procedamos a dar una respuesta
sin consultar ninguna fuente. Adelante y éxitos.

1. Los “Valores” se pueden definir como “Hábitos operativos ( )


negativos”.

2. La escala de valores que los padres escogen para sus hijos está también en ( )
función de variables como: cultura, sexo de los hijos, edad de los Padres,
etc.

3. El Padre Democrático es aquel que cede a todos los impulsos, deseos y ( )


Acciones del hijo.

4. Es deber da la escuela trabajar sobre la “materia prima ética” que cada ( )


individuo trae de su hogar.

5. Los valores tienen una configuración sistémica, algunos se nos presentan ( )


compatibles y otros contradictorios entre sí.

6. Los factores de disgregación que vive la familia muchas veces sirven para ( )
fortalecer y consolidar los valores de sus integrantes.

7. Vivimos en un mundo muy dinámico, pero los valores sociales no afectan en ( )


nada a la psicología familiar.

8. Un estilo educativo Autoritario en la familia favorecen valores deterministas y ( )


de conformidad.

9. La sociedad cumple dos tareas importantes en el niño y su formación de ( )


valores: el proceso de personalización y el proceso de socialización.

TEMA 2: FAMILIA Y EDUCACIÓN EN


LA FE
"¡Qué precioso es el valor de la familia,
como lugar privilegiado para transmitir
la fe!” (Papa Francisco).
Objetivos Específicos:

 Conocer los diferentes tipos de familia y su papel en la sociedad


 Vivenciar el sentido pleno de familia acompañado de los textos del magisterio

A continuación presentamos los contenidos que dentro de este apartado estudiaremos.

2.1. Justificación del tema

2.2. Breve análisis de la realidad

2.3. Brevísimo marco teórico referencial

2.4. Cuestiones para el estudio

2.5. Actividades sugeridas para trabajar el tema

2.1.- Justificación del tema.

Es importante partir desde algunas consideraciones sobre lo que es la familia y los tipos de
familia. Puede darse el caso que esos tipos que a continuación se presenta no correspondan
a nuestra realidad, o que en ella se manifiesten otros tipos de estructuras familiares. (Álvarez,
2003) específica los siguientes tipos de familia así:

1. Familia nuclear.- formada por la pareja de origen y sus hijos. Espacio y patrimonio
son comunes y adoptan compromiso de familia (2003)
2. Familia extensa.- troncal o múltipla.- designa al grupo en que conviven varias
generaciones bajo un mismo techo (padres, hijos, abuelos). Es uno de los modelos
que tradicionalmente, ha experimentado más difusión en las distintas sociedades.
3. Cohabitación o “parejas de hecho”.- Se denomina de esta forma a la pareja formada
exclusivamente por vínculos afectivos.

4. Familia agregada consensual o consensuada.- En este tipo de familia sus


miembros viven sin certificación oficial de su unión. En la mayor parte de las
sociedades desarrolladas, su funcionamiento tiende a asimilarse al de las familias
legalizadas.
5. Familia monoparental.- este tipo de familia puede establecerse por diversas razones,
entre las más frecuentes: el fallecimiento o separación de uno de los miembros de la
pareja. La forman un padre o madre y, al menos un hijos menor de dieciocho años.
También puede darse el caso de que en estas familias convivan con otras personas
bien sea familiares o amigos.
6. Familia reconstituida.- Es la formada por un padre o una madre con algún hijo que
proceden de un núcleo familiar anterior, ya disgregado, y que establecen una nueva
familia con una nueva pareja.
7. Familia poligámica.- Es aquella en la que un miembro de la pareja convive con más
de un cónyuge. La modalidad de un hombre casado con varias mujeres se denomina
poliginia, una mujer con varios hombres se llama poliandria, en la mayor parte de las
sociedades actuales no suelen tener estatus de legalidad.
8. Hogares unipersonales.- Se producen por diversas causas, envejecimiento, libre
opción del individuo y con frecuencia desaparición de uno de los miembros de la
pareja, independencia de los hijos, etc.,
9. Familia adoptiva.- Son aquellas en la que los padres y los hijos están unidos por
vínculos legales y no biológicos. La situación de adopción puede ser permanente o
transitoria, en este último caso suele hablarse de acogimiento familiar.
10. Familia sustitutoria.- Es la familia que acoge a un niño de forma transitoria debido a
alguna circunstancia de su ambiente familiar de origen que lo hace inadecuado
(violencia, carencia extrema, desastres naturales, etc.,)

En esta apartado veremos como la religión es el soporte familiar, su papel ha sido clave en el
desarrollo de las civilizaciones, la ciencia y el conocimiento. Algunos desguardos de la ciencia
y la fe son consecuencia de la falta de testimonio, y la indiferencia religiosa que han minado
la vida de nuestra época, en la que prima el utilitarismo y el consumismo. Consideramos que
se hace imprescindible que los que decimos creer, empecemos a VIVIR.

De acuerdo a los acontecimientos mencionados en el texto básico, la influencia de la religión


ha sido fuerte, y eso se ha verificado especialmente en el campo de la educación (más fuerte
en el área rural).

A mediados del siglo pasado era muy común que sea la madre quien inicie la educación en
la fe, la TAREA era continuada por la Iglesia, las escuelas, colegios, claro está centros con
alguna concepción o apego religioso, era muy común la influencia de los religiosos en la
educación.

SECTOR PROFESOR
RELIGIOSO

ESCUELA
En algunas oportunidades y dentro de la educación formal, se cree que cualquiera que tenga
alguna noción sobre religión podía ser un eficiente profesor, pero se necesita algo más que
nociones, es preciso escuchar y vivenciar aquello que voy a enseñar, si en este caso voy a
mostrar la fe debo tener experiencia de Dios, que es lo me convierte en su testigo verdadero.

Esa educación en la fe debe partir primeramente desde el ambiente familiar, en el que años
atrás ha sido la madre la que inculca en sus hijos los valores religiosos, dejando al padre el
encargo de mantener la economía de la casa. Hoy esa “organización” ya no es tan común, se
habla de economía compartida por cuanto los dos salen a trabajar, y la pregunta que sale a
la vista es ¿ahora quién es el encargado de la educación en general y sobre todo de la
educación espiritual?

2.2 Breve Análisis de la realidad.

Para todos es conocido que la estructura familiar actual, moderna es algo muy diferente a lo
que nuestros padres y abuelos vivieron, esto puede ser uno de los efectos negativos de la
globalización; esta estructuración nueva puede provocar en algunos casos que el hogar como
tal manifieste una falta de fortaleza en lo que a formación del ser humano se refiere, y es
preciso retomar el cuestionamiento de si en esos ambiente ¿la transmisión de la fe es posible?

En los documentos de la Iglesia católica denominan a la familia “Iglesia doméstica” y se la


llama continuamente a cumplir con la misión que como tal le corresponde.

El texto base del presente curso, señala algunas pautas que pueden considerarse como
ayuda para ayudar a la familia en el cumplimiento de su llamado, más es preciso recordar que
en este campo, no se pueden brindar o despachar recetas, que solucionen todo, sino que es
la experiencia de encuentro con Dios, lo que en verdad nos muestra camino acertado.

Actividades propuestas:

- Como “recomendación” le sugerimos que lea la exhortación apostólica “La alegría del
Amor “, Capítulo 9 : Familia y Espiritualidad (Anexo 3 )

2.3 Brevísimo marco teórico y/o referencial.

Desde el magisterio de la Iglesia católica son muchos los documentos que tratan de rescatar
el verdadero sentido familiar desde la óptica de la fe, que es esencialmente la óptica de la
vida. Estos nos proporcionan algunas consideraciones sobre la temática familia, dejando en
claro que no son recetas, sino más bien reflexiones que nos pueden ayudar a formar una
familia, Iglesia doméstica, en la plenitud de su significado.

Entre los documentos que en este apartado se estudiaran, tenemos:

- El Concilio Vaticano II

Este documento recoge lo más importante de la reunión del magisterio eclesiástico reunido
entre los años 1962-1965, en el Vaticano, siendo convocado y presidido los papas de turno.

Las declaraciones en los textos que componen los documentos del concilio se enfocan en el
papel primordial de los padres en la transmisión de la fe para con los hijos.

Esa transmisión debe ser transparente, partir primero desde la experiencia de encuentro de
los padres, pues no se puede hablar de lo que no se conoce, porque caeríamos en la
transmisión teórica de contenidos pero sin implicaciones vitales.

Este concilio se mueve desde la óptica práctica, es decir realiza el acercamiento Iglsia-
sociedad actual, haciendo hincapié en lo importante de formarnos al interior de la familia, para
luego ir hacia fuera.

- Papas posteriores al Concilio

Antes de ingresar a éste tema es importante recordar que quien convocó al concilio fue Juan
XIII, el motivo era renovar la Iglesia. Posterior a la muerte de éste surgen personalidades
inundados de la presencia de Dios que continúan la renovación. a continuación
proporcionaremos algunos datos sobre ellos.

a. Paulo VI

Lo primordial es que en la Familia todos evangelicen y sean evangelizados; ella es la que


proclama Dios, y es en lugar en que la catequesis es mucho más efectiva, porque todo se
recibe de primera mano, la vida, de fe.

“No se puede expresar con más claridad la doble función de educadora de la fe que tiene la
familia cristiana, es decir la función de educar a los miembros de la familia, tanto los padres a
los hijos, como estos a los padres en la fe, siendo evangelizada; y al mismo tiempo se
evangelizadora de las demás familias y del ambiente en el que viven”

b. Juan Pablo II.

Recalca en su exhortación apostólica familiaris Consortio, la función educadora de los padres,


acotando que la evangelización futura depende en gran parte de la Iglesia doméstica, la
misión de transmitir la fe, de santificar y transformar la sociedad según el plan de Dios.
En la Chistifidelis Laici reafirma su posición que en la evangelización y la catequesis los
padres son los primeros maestros. Tan importante es el papel de la familia en la transmisión
de la fe que el Papa señala que la catequesis familiar precede a todas las demás catequesis.

En la Catechesi Tradendae, el Papa señala y hace un llamado a todas las personas y a las
instituciones para que con toda clase de medios ayuden a los padres en la formación de los
hijos.

- El Episcopado Latinoamericano.

En esta sección estudiaremos algunos de los documentos, de los obispos latinoamericanos,


se han realizado algunos encuentros, pero no es posible estudiar en este curso todos ellos
por lo que nos detendremos solo en algunos de ellos.

a. Puebla.

La conferencia episcopal latinoamericana reunida en Puebla (México) recalca nuevamente


que la familia es la primera RESPONSABLE, de la educación, por ello los pastores deben
colocar especial atención e interés en fomentar la responsabilidad familiar, en todos los
aspectos que ésta incluya.

Y al igual que el magisterio universal, insiste en que la familia es el primer centro


evangelizador, es por tanto además, el sujeto y el objeto de la evangelización.

La misión como se está manifestando en todos los documentos eclesiales debe empezar por
casa y luego si extenderse hacia fuera.

b. Santo Domingo.

Insiste en el carácter primario que la familia tiene en la formación de seres humanos nuevos
que construyan una nueva sociedad, más fraterna, más humana porque todo el futuro de la
humanidad se fragua en el seno familiar.

Podemos suponer lo que sucederá, si no existen familias cristianas, humanas, qué futuro nos
espera, por ello el episcopado y magisterio latinoamericano hace votos por formar una
sociedad en la que prime la hermandad guiada por el amor de Dios.

Actividades propuestas 2:

1. Reúnase con su familia y coménteles lo que la Exhortación Apostólica “La alegría del
Amor”, Capítulo 7 acerca del tema Trasmitir la Fe. (Anexo 2) Le sugerimos que elija
lo más importante para usted, y en base a ello entable un diálogo con su familia,
buscando un momento propicio, como podría ser luego de la cena o en una salida de
campo de tal manera que la conversación sea amena. Registre en base a la actividad
anterior algunas actividades que puedan plasmar en su vida familiar la vivencia de
momentos de oración y educación en la fe como propuesta familiar.

2.4 Cuestiones para el estudio.

- Las posibilidades de la familia.

Todo el transcurrir de este curso y en especial del presente apartado, se manifiesta el total
interés por la formación del ser humano, estamos conscientes que la estructura familiar actual,
difiere en mucho, con la que se tenía hasta mediados del siglo pasado, en la actualidad tanto
papá como mamá o los tutores salen a trabajar, y los hijos quedan al cuidado de personas
contratadas, vecinos, o en algún centro de cuidado infantil, o el algunos casos quedan en su
cuarto encerrados con llave.

La globalización lleva consigo un efecto negativo, que es el “Abandono” físico de los hijos
para que los padres puedan desenvolverse en su trabajo. Según Christine de Vollmer
presidenta de la Organización mundial de la familia, dice que es más beneficioso quedarse
con los hijos porque de esa manera el desarrollo emocional de ellos es mucho más efectivo.
Es importante, por tanto, que se analice adecuadamente los pro y contra de una o de otra
opción. Conozco padres (también madres) que salen de casa cuando los hijos aún no se han
despertado (por la mañana) y regresan (por la noche) cuando ya se han dormido. ¿Qué
tenemos que hacer frente a esta realidad?

Se recalca que la mejor educación en la fe debe llevar consigo experiencia de encuentro con
Dios, en el que el amor es el prima por sobre todas las cosas, no es que con ello los problemas
van a desaparecer, pero se tiene mejores perspectivas para afrontarlos y enfrentarlos,
dándoles adecuado tratamiento, y evitando que progresen y destruyan el hogar.

Rescatemos la sabiduría popular cuando manifiesta que en todo momento y lugar debemos
ser familia, con nuestra familia, no sólo al llegar a casa sino durante todo el día, durante toda
la vida, a tal punto que cuando lleguemos a casa sigamos siendo familia. No se trata de la
discusión de dar cantidad o calidad de tiempo, porque eso para los hijos, es algo sin
importancia, ellos quieren disfrutar con los padres sin importar tiempo o espacio. Un hogar
“IDEAL” es cuando los padres se quieren y todos los que viven cerca de ellos (hijos, parientes)
lo notan y lo saben.

- La educación en la fe dentro del hogar

El referente que tiene el niño que asiste a la catequesis o a algún institución de educación
religiosa es que cuando regrese a casa en ella Dios debe ser también importante, porque “el
clima familiar es absolutamente necesario para interiorizar el mensaje religioso que el niño
recibe en la catequesis o en el centro escolar” (P. Ramón Rivas, texto básico), el niño en
mención necesita vivir la experiencia de encuentro y ser creyente dentro de un mundo o
sociedad descristianizada, EL PAPEL DE LOS PADRE SERÁ POR TANTO, transmitir la
experiencia religiosa como tal, dejando las teorías a un lado, recodando que lo que los niños
ven, eso es lo que aprenden.

Los padres son los primeros educadores de sus hijos, y si hablamos en término de fe son los
primeros que deben mostrar a sus hijos el verdadero rostro de Dios, para ello son los padres
quienes deben transmitir la EXPERIENCIA religiosa, y no hablar solo de ideas y doctrinas.

Son los padres (papá y mamá) quienes deben estar atentos a los contenidos que sus hijos
reciben, ya sea en el colegio o en la catequesis. Los padres deben ir creciendo junto con sus
hijos, porque no es lo mismo tratar con niños que hacerlo con adolescentes, cada uno necesita
una metodología propia para su edad.

- La catequesis familiar.

Este tipo de catequesis como su nombre mismo lo indica tiene su fundamento en la familia
por lo que es el sostén o fundamento de cualquier otra catequesis.

Pero en este momento es importante recordar que no todas las familias tiene una misma
estructura, y que son muchos los tipos con los que se cuenta en la actualidad, incluso en
algunos de esos tipos la figura materna/paterna no la proporcionan los progenitores sino
terceras personas, que asumen la educación de los pequeños, esto representa algunas
inquietudes, y algunos retos, como el de llevar a toda la familia a una transmisión y vivencia
efectiva de la fe.

La familia es la Iglesia Doméstica, que está llamada a alcanzar un nuevo protagonismo y a


desencadenar una dinámica misionera en el seno de esa comunidad de comunidades que es
la gran Iglesia (P. Ramón Rivas, texto básico).

2.5 Actividades sugeridas para trabajar el tema.

Es el momento propicio para retomar algo que se ha venido diciendo, en esto de la fe y de la


vida no existen las pócimas mágicas que con el decir “abra cadabra” se soluciona todo, no
nada de eso, al contrario, lo que aquí se proponen son actividades que han ayudado a algunas
familias a trabajar adecuadamente en su formación, son herramientas que pueden ayudarle.

Actividades propuestas:

- Se le sugiere que lea atentamente cada actividad del libro base Pág.42 2.7. La
verdadera escuela primaria, las compare y señale, luego elija tres de su interés para
realizarlas, al final pemita un informe detallado de las actividades que ha realizado, los
frutos que ha producido y que nuevas actividades puede sugerir a otras familias.

¡Felicitaciones ha culminado sus actividades propuestas que son la TAREA¡

Hasta aquí hemos llegado con las tareas a realizar para esta asignatura .

AUTOEVALUACIÓN 2

Busquemos un espacio de tiempo para revisar los aspectos importantes que


corresponden al TEMA 2. Muy bien estamos listos (as) para resolver la
autoevaluación, procedamos a leer cada pregunta y procedamos a dar una respuesta
sin consultar ninguna fuente. Adelante y éxitos.

1. La catequesis familiar es la primera de todas las catequesis, por ser la familia el


lugar en el que los hijos se nutren del aprendizaje y aprenden a vivir. ( )

2. En los documentos de la Iglesia Católica denominan a la familia “Iglesia doméstica”


y se la llama continuamente a cumplir con la misión que como tal le corresponde.
( )
3. En toda la historia postconciliar, los pontífices señalan que la educación en la fe
debe darse exclusivamente desde los ritos litúrgicos. ( )
4. Los documentos del CELAM manifiestan como solución a la problemática mundial
la imposición de la fe católica. ( )
5. Juan Pablo II, dedicó toda una encíclica para hablar sobre familia. ( )
6. El decreto magisterial de la Iglesia Católica Apostolican Actuositatem recalca la fe
y la importancia del apostolado familiar en la educación. ( )
TAREA

1. Revise el anexo 1 “Valores”.


2. Lea en libro base “II. Breve análisis de la realidad” del tema 4 del texto base y de respuesta
a las tres primeras preguntas.
3. Una vez que realizó las Actividades 1 y 2. Identifique y dimensione tres valores destacados
en cada uno de los miembros de su familia incluido usted y preséntelo en el formato de
una tabla.

Por ejemplo:

Rol en la familia valores


Yo (madre) solidaridad,
respeto, honestidad

Juan (esposo)

Rosa (hija)

4. Reúnase con su familia y coménteles lo que la Exhortación Apostólica “La alegría del
Amor”, Capítulo 7 acerca del tema Trasmitir la Fe. (Anexo 2) Le sugerimos que elija lo
más importante para usted, y en base a ello entable un diálogo con su familia, buscando
un momento propicio, como podría ser luego de la cena o en una salida de campo de tal
manera que la conversación sea amena. Registre en base a la actividad anterior algunas
actividades que puedan plasmar en su vida familiar la vivencia de momentos de oración y
educación en la fe como propuesta familiar.
5. Se le sugiere que lea atentamente cada actividad del libro base Pág.42 2.7. La verdadera
escuela primaria, las compare y señale, luego elija tres de su interés para realizarlas, al
final pemita un informe detallado de las actividades que ha realizado, los frutos que ha
producido y que nuevas actividades puede sugerir a otras familias.
11. Anexos

Anexo1 : Valores
La familia, agente de educación; crisis de valores.

Juana Sánchez-Gey Venegas.

Universidad Autónoma de Madrid.

a) La familia, primera socialización.

"La familia-decía Hegel- es la ventana por donde el hombre se asoma definitivamente a su


propia vida personal y social”. Y nos parece que sus palabras están cargadas de razón, de tal modo que
actualmente hemos caído en la cuenta, de forma casi generalizada, que muchos de nuestros errores
en la educación actual no se encuentran tan sólo en las aulas, sino de manera primordial en las familias.
Gadamer en una de sus últimas intervenciones, en una conferencia que tituló La educación es educarse
defiende la experiencia que surge primoridialmente en el ámbito familiar y reconoce, por tanto, el
valor de la familia pues nos proporciona la formación más básica y fundamentante. "Allí donde el hogar
ya haya fracasado por completo, normalmente tampoco el maestro tendrá mucho éxito"1. Aquí radica
la importancia de la educación en la familia.

En la familia se genera el primer aprendizaje de modo natural pues es el primer núcleo vital y,
sobre todo, porque este espacio afectivo hace posible la primera socialización del niño. Los gestos, las
actitudes, las palabras... constituyen el soporte que permite su desarrollo intelectivo, emocional y
personal posibilitando la educación y el crecimiento. Y deja una enorme huella, por ser la primera y
por ser tan cercana, que bien podemos decir que somos lo que fuimos en nuestros primeros años y
vamos percibiendo, incluso, según vamos creciendo, que estos primeros momentos dejaron en
nosotros las pistas de nuestras actuales preferencias y también de nuestros rechazos.

La familia, pues, es nuestro originario espacio social porque es también nuestra primera
posibilidad personal. Es el punto de partida de nuestro humanarnos. Y humanarse es socializarse,
sabiendo que la socialización sólo se posibilita desde el amor. Amar y sentirse amados es nuestra
socialización y es, además, la experiencia radical, nuclear, básica del ser humano.

Consideramos que la socialización es el germen capaz de hacernos ir aprendiendo, permitiendo


el desarrollo emocional, potenciando nuestra educabilidad. Sin esta experiencia radical que nace de la
confianza básica, que es sentirse seguro en brazos de otro, acariciado, en su compañía o ante su rostro,

1 Gadamer, H-G La educación es educarse. Madrid, Paidós, 2000, pág 21.


sea nuestra madre o de alguien humano que hace de madre, sin esta experiencia, decimos, el ser
humano ni podría crecer ni desarrollarse emocionalmente de forma natural y progresiva.

En la familia, como primera sociedad a la que se pertenece, se aprende a descubrir el mundo


que nos rodea, a sentir, a percibir lo que se dice y, especialmente, lo que no se dice. La calidad de estos
silencios, la bondad o receptividad de los mismos es nuestra herencia. De ahí que engendrar unos
hijos, crear una familia sea uno de los valores más enriquecedores de las personas. La paternidad
responsable no puede reducirse al cálculo de traer o no hijos al mundo, sino que supone valorar la
formación personal de cada progenitor, porque éstos son conscientes del capital que transmitirán a
sus hijos2. Y esta herencia tiene que ver con la calidad de sus gestos, sus actitudes, sus creencias... un
amor que está entretejido de una verdad vivida.

Como vemos, este núcleo familiar está alentado, al mismo tiempo, por valores. En la familia,
ante todo, se viven afectos, se comprende y se acepta mejor los defectos de sus componentes y se
contagian, de forma natural, las creencias y convicciones... En la familia se generan momentos
educativos en cuanto que se transmiten las valoraciones de forma natural. En ella se aprenden valores
básicos, como los buenos modales, no molestar a los demás, hablar bien, respetarnos, convivir
miembros de distintas generaciones, saber estar con los iguales y con los mayores o con los menores
... Por ello, Kant advertía que la educación moral exige la mayor ilustración por parte de los padres y
de los maestros3. Pues la omisión también educa.

Es cierto, que en el proceso natural de la relación familiar se viven varias etapas, una la de
sobrevaloración que es la propia de la infancia; otra, la del distanciamiento que se origina en la
adolescencia y juventud, por fin, en la madurez, se valora y se ama más a la familia. Pues bien, en
todas estas etapas se requiere de unos padres amorosos y al mismo tiempo receptivos de este
proceso, capaces de una buena asimilación y curados de espantos. Pero también, conocedores y con
la autoridad de quien sabe el valor de lo que se trae entre manos. Al ser la familia generadora y
consecuencia del amor se le pide que aprenda un solo arte, el de amar. Este se aleja por igual de la
indiferencia y la posesión, extremos tan difíciles de esquivar y, sin embargo, tan necesarios para vivir
el amor verdadero.

Este amor calibra su veracidad en la comunicación diaria. En el vivir familiar, que es vivir
cotidiano, no hay ocultaciones pues cualquier acción se hace expresiva ya que el roce diario, no
permite evasivas. De ahí que se requiera una vivencia del amor creciente, porque cualquier carencia
o ausencia suma en negativo. Ej: la expresión de las emociones es siempre educativo, permite la
comunicación con los demás, la puesta en común de lo que sentimos, incluso su corrección, todo ello
supone el enriquecimiento de descubrir la necesidad de nuevas transformaciones... La familia genera,
así, un espacio afectivo, sano en su espontaneidad, sensible a superaciones. Lo contrario es lo
negativo, lo oscuro y, en muchas ocasiones, frustrante.

2 Recomendamos el interesante artículo que trata de la preparación permanente de los padres. Riesgo Méndez, L
y Pablo de Riesgo, C. “Sobriedad en la educación” Educadores, nº 189, enero-marzo, 1999, pág 19.
3 Kant, I. Pedagogía, Ed Akal, Madrid, 1983, pág 72.
Cuando tratamos de describir el entorno familiar caemos en la cuenta que estamos hablando
de una familia "ideal" que ya poco tiene que ver con muchas de las familias actuales. Pues, hoy apenas
se vive con tiempo, sin prisas, este entorno educativo familiar y tampoco se dedica atención al entorno
educativo escolar. Actualmente se reciben muchas quejas por parte de los profesores porque los
padres se empeñan en no trabajar en común con los maestros, en quitarles autoridad, parecen que
sólo sirven -dicen- para llenar de regalos a los hijos... Nuestra pregunta se refiere a por qué y cómo se
ha podido generar esta situación.

b) La educación desde el ejemplo.

La etapa escolar, en todos sus niveles, desde la infancia a la universidad es un camino


inmejorable para compartir y participar con los hijos de su vivir diario. Este camino pone en evidencia
que el amor es generoso, servicial, lo espera todo, lo cree todo... como dice San Pablo. El amor excluye
la indiferencia y la obsesión. De ahí que participar del crecimiento educativo de los hijos, que integra
la formación moral y la académica, rechace la dejación de responsabilidades o desidia, pero también
una forma de competitividad rivalizadora en la que los padres quieren imponer sus propios deseos.

En los últimos tiempos se ha vivido un deterioro de la educación en dos sentidos: se ha dejado


de creer en su excelencia y se ha optado más por los aspectos cuantitativos, por su mera expansión.
Así dice Patricia de Urcelay “Tan nefasto es ser padres permisivos como padres obsesivos, haciendo
de nuestros hijos fieles réplicas de nuestros deseos... Se trata de potenciar lo psicológico-espiritual a
una cima de máxima dignidad”4. Lo importante es educar según un centro claro, hablaremos más
adelante, que no se refiere ni a los caprichos de los niños ni a las posibles obsesiones de los padres.

Esta etapa que posibilita a los hijos la formación personal y la posterior salida profesional ha de
potenciar el encuentro y, de ningún modo, las rivalidades o las dejaciones entre padres e hijos. Es
decir, es una etapa en la que ambos están abiertos a un mundo, que irán descubriendo poco a poco.
Los padres deben participar del descubrimiento intelectual de sus hijos y compartir con ellos los
primeros razonamientos, la búsqueda de argumentaciones, gustos e inclinaciones. Al mismo tiempo,
se genera también una fuente inagotable en el mundo social, el encuentro con los primeros amigos.
¡Qué lamentable panorama cuando los padres no conocen el espacio escolar, donde sus hijos viven
tantas horas, no intercambian opiniones con los profesores, los cuales tienen tantas responsabilidades
con sus hijos, no conocen ni los rostros ni los nombres de los amigos que irán tejiendo cada vez más
los lazos de afectos más apreciados por los hijos! Entonces esta relación familia-escuela que es
generadora del crecimiento personal no propicia encuentros.

Por el contrario, a veces se suscitan algunas de estas formas de relación: la imposición familiar;
la dejación de responsabilidades por parte de los padres que no conocen ni atienden a las
preocupaciones, ni alegrías que atraviesan los hijos o, finalmente, la complicidad con los hijos frente

4 Urcelay, P. de Los hijos no son cuestión de suerte. Alfa y Omega, 07.03.02


a los profesores, quitándoles a éstos toda su autoridad que va minando la propia autoridad
paterna/materna, los padres viven en una casi permanente desautorización.

Esta última circunstancia es la raíz de algunos problemas actuales que, como hemos
mencionado, han abandonado de la condición humana la dimensión de excelencia y el resultado ha
sido el aumento de fracaso escolar en los hijos y la imposibilidad formativa tanto en el ámbito escolar
como, consecuentemente, en el familiar.

El abandono actual de la excelencia, como virtud, es un retroceso porque, estimada ya por los
griegos, constituye siempre una aspiración y un ejemplo a imitar. Los seres humanos somos seres
deseantes, es cierto, que, por una parte, tenemos carencias, pero aspiramos a completarnos, a
alcanzar una cada vez mayor plenitud. Por tanto, admiramos lo bueno y desearíamos alcanzarlo.
Cuando no encontramos esta excelencia, no sólo nos estancamos sino que retrocedemos,
disminuimos, fracasamos, porque nos frustramos en los mejores deseos, que es lo mejor que
poseemos.

Y en el actual fracaso escolar reconocemos que algunos de los problemas más graves provienen
de no haber sabido apreciar la educación como excelencia. Por una parte, porque la administración
apostó por la cantidad de alumnos, por la obligatoriedad de una enseñanza que, afortunadamente
deben recibir todos los niños y jóvenes, pero que además ha de ser impulsada no como algo fácil de
acceder y en la que todo vale, sino que ha de ser presentada como una excelencia, algo importante
que requiere prepararse y que, por tanto, comporta exigencias y esfuerzo.

Desde la familia tampoco se ha prestigiado la educación, más aún, ya hoy es voz unánime, que
se le ha hecho vejación de su reconocimiento y de su autoridad. Los estudios de Hanna Arendt, y
posteriormente, los de Savater nos han recordado algo obvio que, sin embargo, se ha hecho necesario
traer a nuestros ojos. Esto es, que es preciso distinguir entre autoridad y autoritarismo. Autoritarismo,
no; pero tampoco se puede hacer dejación de la autoridad5. Entendiendo por autoridad la necesidad,
más aún, la imprescindible tarea de trasmitir a los más jóvenes, a los que tienen menos experiencias,
algunas claves que les ayuden a interpretar la realidad que les rodea. Vivimos las consecuencias de
una generación que hizo dejación de la responsabilidad en la autoridad y que, siendo adultos, no han
sabido conservar y transmitir lo mejor de la tradición. Sino que creyeron que los niños elegirían cuando
fueran mayores, sin reconocer que los adultos tenían la responsabilidad de enseñarles y ponerles las
mejores condiciones para elegir no cualquier cosa, sino lo mejor6.

La autoridad significa que alguien que es ya adulto se hace responsable de una tradición y de un
saber del que puede dar cuenta y que puede transmitir. Y, además, esta autoridad viene reconocida
por los demás, por su saber, al que debería acompañar un talante personal que hace deseable y

5 “El modelo autoritario era inhumano, pero el modelo permisivo es un desastre”. Mª.J. Mardomingo Sanz,
“Familia y escuela: interrogantes y controversias”. Educadores, nº 189, enero-marzo, 1999, pág 13.
6 A este respecto y sobre uno de los temas que preocupan a los adolescentes existe un buen libro Pochet, M. Sexo,
!qué me vas a contar!. Ciudad Nueva, Madrid, 2001.
beneficiosa su trasmisión. Lo contrario significa abandono de responsabilidades, vagancia o lo que es
peor detracción de nuestra propia humanidad.

Sin embargo, desde las familias se ha entendido en los últimos tiempos primero que no se debe
y, lamentablemente, más tarde, que no se puede, influir, orientar o ejercer la autoridad como un saber
que se adelanta, que prevee, que señala pautas. El motivo de esta exclusión se ha argumentado en
razón de que cualquier valor o pretensión que se pudiera adelantar a los hijos ya era coacción.

Esta ignorancia en el acto educativo, que es justamente orientar a otros, convivir con otros a fin
de desbrozar juntos el camino, o lo que es igual, esta ignorancia en el saber como el tesoro que los
mayores, nuestros maestros, han acumulado y que trasmiten porque lo humano es enseñarse unos a
otros... este olvido o exclusión ha llenado de indiferencia y de violencia la educación, la vida familiar
y, por tanto, nuestra forma de comportarnos.

Probablemente, como señala Mercedes Ruiz en su obra Los limites de la educación, en nuestro
entorno cultural se ha dado una generación de padres que han entendido autoridad con coacción y
han estado imposibilitados, por tanto, de entender y de beneficiarse del significado de la autoridad,
del bien que ellos comporta7. Durante los años del autoritarismo familiar se ha discutido tánto y, sobre
todo, se ha desmantelado tanto aquélla postura que nos hemos pasado a la otra sin sopesar, sin
calibrar el justo medio, aquello que conviene de verdad a nuestra naturaleza.

Hace muchos años oí decir a un ya maduro catedrático de universidad que él no había tenido
maestros. Entonces yo era una joven profesora universitaria, necesitada de maestros que me guiaran
en esta difícil y delicada profesión, y sentí pena, pues aquél no había podido estimar el valor de un
maestro que transmite su saber y una forma singular personal de ejercer su vida intelectual. Cuando
conocí más de cerca a aquél catedrático creí entender por qué no había podido reconocer en su vida
el magisterio de nadie, y hoy temo que los padres tampoco han enseñado a sus hijos a apreciar estos
valores. Si los padres no calibran la excelencia de la educación, ni de la autoría o autoridad, entonces
ni la reconocen en otros ni la pueden ejercer en sus propias familias.

Por eso creemos que el déficit familiar ha irrumpido de forma corrosiva en la educación. Pues la
educación necesita modelos vivos, textos vivos, como se decían de los krausistas en el XIX español, y
la familia no los ha propiciado. Sin modelos no es posible la educación. Si la educación no es una
excelencia que hay que prestigiar y, por tanto reconocer entonces sucede que se devalúa desde el
abandono y la ignorancia. Pero todo ello ha despotenciado la vida familiar, hoy también desvalorizada.

Han pasado ya aquéllos años en que algunas ideologías pretendían "superar" la institución
familiar8, pues, actualmente, desestructurada, más bien buscamos aliento y recuperación de nuevos

7 Ruiz Paz, M. Los límites de la educación. Unisón, Madrid, 1999, pág 49.
8 Martínez Cortés, J. ¿Qué hacemos con la familia? Fe y Secularidad, Sal Terrae, 1991, pág 12.
valores, de renovados aires que propongan rutas deseables. Vivimos con asombro ciertos problemas
de los mayores de modo que algunos estudiosos no han dudado en admitir que "muchos de los
problemas del hijo son los problemas de los padres"9.

Es decir, lo importante de la institución familiar es su carácter de nido afectuoso posibilitador


de valores, generadora de experiencias de amor, de fe, y sucede que si la familia, como era no vale,
como ahora es, tampoco. Pues tendría que comportar un bienestar cultural, moral, humano... que
ahora no se vive. Es cierto, que en muchas encuestas y tets de valores la estimación sobre la familia
sale muy favorecida, pero tendríamos que preguntarnos si la razón se debe a que se viven valores a la
baja. Pues parece que la familia actual resulta un refugio de muchas tormentas exteriores, pero no
llega, sin embargo, a constituirse en aliento de renovados valores. Así, mientras que en los años 60
fue un tema de contestación social, ahora significa, las más de las veces, un modo de aparcamiento;
pero no constituye un empuje renovador sino que es un refugio, como otras tantas instituciones
sociales, de nuestro paso cansino, de nuestra sociedad cada vez un poco más des-humanizada. Para
que la familia tenga verdadera potencia tendría que creer en valores y proyectarlos... Si nada se desea,
si tampoco se posee algo valioso, entonces ¿qué es lo que queremos transmitir?

Es más, podríamos decir que aunque, en la actualidad, se valore la familia, no se refiere más que
a un sentimiento facilón e interesado porque no se ha valorado desde una significación profunda. Más
bien se responde a un criterio utilitarista tanto personal como colectivamente pero, en pocas
ocasiones, se mira desde una generosidad propicia a acoger una nueva vida como don y esperanza, a
desarrollar unas relaciones de hospitalidad y acogida, potenciando una razón compasiva, cercana a
todos, a nuestros familiares, a los que sufren, a los que envejecen... De todas estas vivencias
integradoras a veces no se tienen ejemplo en la vida familiar, por lo cual no están integradas en
nuestro modo de ser moral, ni las vivimos desde nuestra creencia religiosa y ello indica, de nuevo, que
se piensa desde el tener y poco desde el ser.

También lamentamos la falta de valores cívicos y pedimos la necesidad de concienciarnos de


una mayor participación en la sociedad, de una escuela más comunicativa... ¿pero lo es acaso la
familia? ¿o no es más que un lugar donde dejar mis trastos, dejarme y dejar mis cansancios...y
encontrarme a lo sumo con una compañía o una tolerancia pasiva?

Los valores se contagian si están actualizados en una persona. Por eso se necesitan modelos,
que encarnen estilos de vidas, porque hablar de valores no es suficiente, pensarlos tampoco. Si están
realizados en las personas, si los vemos vividos en nuestros mayores entonces se transmitirán. La
familia, pues, requiere que existan adultos que se comporten como verdaderos modelos, ello no
quiere decir que sean intachables, sin error alguno, sino que sean humanos, sensibles, dialogantes,
comprensivos, exigentes... Lo humano, que contiene aspiraciones y fallos que se desean superar, es
lo realmente valorable.

c) Desde la "crisis de valores y/o valoración".

9 Ibidem, pág 14.


Algunos autores afirman que "estamos ante la necesidad de un salto moral", y éste podría venir
de la familia. De un nuevo modo de entender la familia con nuevos valores para ser más cooperativos,
más participativos, más compasivos, más atentos a los demás, más austeros, más desprendidos.

Venimos afirmando que la familia es el pimer espacio generador de valores, los términos “papá”
y “mamá” responden a contenidos valorativos, pues significan: ternura, cuidado, amor,... Los padres
transmiten valores con sus gestos, sus conversaciones,... y los hijos aprenden qué es el bien y el mal y
cuál es la posición en la que sus padres se encuentran. Por tanto, el día en el que el padre o la madre
se acercan al hijo para dirimir con ellos una conducta equivocada que, tal vez, a los padres les
sorprende, en realidad se sientan ante un desconocido y, sin embargo, los padres son unos seres que
el hijo conoce bien. En primer lugar, porque los niños y los jóvenes tienen una especial sensibilidad
para intuir los defectos de los adultos y, además, porque desde niños han ido recibiendo pasivamente
la expresión de sus actitudes, sus creencias, sus convicciones... De aquí, una advertencia: ¿Los padres
han sido conscientes de ello? ¿O se han dejado llevar de forma irreflexiva y han vertido sus opiniones
de forma atolondrada sin percatarse de cómo las han ido recibiendo los hijos? Este tiempo, en el que
los hijos no tienen recursos para expresar su aceptación o rechazo de los valores que van recibiendo
es, sin embargo, el puente que les une a los padres o que les separa. La adolescencia será la expresión
de este acuerdo o rechazo que se vive de niño.

Si durante este tiempo, al hijo no se le ha tenido suficientemente en cuenta, no se han acercado,


no le han hablado, no le han escuchado en sus necesidades, en su preocupaciones.. entonces cuando
a los 12 ó 13 años, los padres quieren sentarse con el hijo, es cierto, que se encuentran ante alguien
que desconocen.

Entre todos los períodos de falta de sincronización, el más fuerte es el de la adolescencia, como
si la distancia que separa a padres e hijos aumentase de manera exponencial con la edad de
éstos10.

Por ello, decíamos que somos lo que fuimos en los primeros años, durante esa etapa más pasiva,
sobre todo más receptiva, acogemos los valores que se nos transmiten. La adolescencia pone al
descubierto una adaptación difícil para los hijos, pero si viene arropada por el amor expresado de sus
padres, entonces los conflictos de adaptación serán menores que si los hijos se han sentido solos,
desprotegidos,... porque entonces los conflictos se producen pero desde una situación más difícil de
componer.

Los padres aparecen como incompetentes o caducos ante los hijos y sólo los amigos son los que
saben y pueden comprenderles. Esta es una etapa deseable para la autonomía y crecimiento personal
de los hijos. Por parte de los padres se requiere presencia activa, disponibilidad para hablar y para
escuchar, la paciencia como virtud creadora y no como indolencia. Y me atrevería a señalar que la
delicadeza, los buenos modales... nunca pueden perderse, aún menos, en los adultos, pues son valores
que sirven como claves a los hijos que, junto a sus incomprensiones y rebeldías, también lanzan un
S.O.S, gritos de ayuda para poder interpretar de la mejor manera el mal que les amenaza. Porque la
oposición que viven tiene mucho de simbólica y de transitoria. Los buenos modos tan poco usados
entre los jóvenes y, a veces, repetitivos de las conductas que observan de los padres, ayudan a entablar
una buena comunicación, mientras que los malos modos engendran violencia. Gadamer en la obra
mencionada La educación es educarse dice: "... los modales exigen que uno no piense sólo en sí mismo

10 Chalon, P y Curtet, F. El oficio de ser padres. Mensajero, 2002, Bilbao, pág 80.
sino tamién en que se molesta a alguien..."11. Más aún, "Obviamente, sabemos que esto llega a ser un
arduo problema en las familias en las cuales no es posible que el crecimiento de los niños se produzca
precisamente bajo un gran cuidado de los padres. Y justamente allí el tener buenos modales alcanza
un altísimo valor social"12

Los padres, además, han de vivir como adultos, han de comportarse como padres, pues el riesgo
que corren aquéllos que sólo quieren ser amigos de sus hijos es que, al final, los hijos acumulen a sus
conflictos personales los de sus padres. Los adultos han de vivir sus responsabilidades y entre éstas
han de enseñar a los hijos a cumplir las propias. Ser responsables es un acto de libertad, por tanto, es
transmitir los más altos valores y, al mismo tiempo, es una cualidad del amor verdadero. Porque la
falta de exigencia origina en el niño insatisfacción “Y cuando un hijo se imagina que sus padres no se
interesan ya por él, se camina hacia conductas catastróficas”13.

Pues los adultos no deben privar a los hijos de la enseñanza y el cuidado que como padres han
de ejercer sobre ellos. Cuidarles y enseñarles no significa absorberles ni “dirigirles”, pero hacer
dejación de estas tareas, supone una sequedad que impide la enriquecedora comunicación de ser
modelo para los hijos y sentirse, al mismo tiempo, transformado por ellos. Hanna Arendt rechaza en
su obra La condición humana la actitud de algunos adultos a “... resistirse a madurar y a enseñar los
contenidos de la propia experiencia que, irremediablemente,... debería ser más rica que la de los
niños”. Por tanto, hay que renunciar a esa actitud desesperanzada de sentirse desautorizados ante los
hijos, pues los autores, los ricos en experiencia son los adultos y de ello deben siempre responder ante
los hijos.

Encontrar la medida no es tarea fácil14. Sólo desde el afecto, desde la solidaridad reconciliadora,
desde el desarrollo de un cáracter afable y amable, desde el amor que engendra cuidado, atención,
responsabilidad, respeto puede originarse el encuentro de unas relaciones que suponen mucha
confianza. Desde la confianza se crece emocionalmente tanto en el entorno familiar como en el
escolar. Saber y reconocer este equilibrio es una tarea amorosa que sólo se alimenta de una verdad:
el amor es lo único infalible.

d) Algunas reflexiones finales.

“El hombre no puede vivir sin amor. El permanece para sí mismo un ser incomprensible, su
vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo
experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente”15.

Juan Pablo II expresa la condición humana y centra el motivo que ha de impregnar las relaciones
sociales en el amor, como generador de lo mejor del ser humano. La familia debiera ser el primer
germen del amor, si no existe o escasea, entonces trasmitiremos otros intereses, siempre más cortos
y menos completos, que el amor verdadero y éste sólo se aprende en el verdadero amor a Dios. Por

11 Gadamer, H-G. La educación es educarse, op. cit, pág 24


12 Ibidem.
13 Chalon, P y Curtet, F. El oficio de ser padres. op. cit., pág 91.
14 Recomendamos un estudio sobre los valores y la familia desde perspectivas psicológicas, sociológicas, morales
y desde la vivencia de la fe. VV.AA. Crisis de valores y familia. Instituto Universitario de Matrimonio y Familia.
Universidad Pontificio de Comillas, Madrid, 1991.
15 Juan Pablo II. Redemptor hominis, pág 10.
ello, la felicidad guarda una relación estrecha con el amor auténtico que hemos de vivir, si no hay
amor tampoco habrá felicidad.

Juan Pablo II subraya también que en la familia “todo hombre es “amado por sí mismo” por lo
que es y no por lo que 'tiene' ”. Estas palabras suponen que el amor, la fe del confiarse plenamente al
otro y la verdad de una entrega incondicional ha de comenzarse a vivirse en la familia. Pero, la familia
generará estas experiencias si ha aprendido a mirar y dirigir su vida en Dios. Necesitamos pues
descubrir cómo ha de ser la familia desde las palabras del Evangelio:

a) “Bajó con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto” (Lc 2, 51). Estas palabras nos advierten
que es necesario transmitir el tesoro de la vida familiar. Que es un valor que hay que apreciar de los
padres entre sí y de los padres a los hijos y de éstos a los padres. Ni puede darse la familia autoritaria
ni la libertaria, pues ambas falsean la verdadera imagen de Dios que es Amor, que es misericordia y
cuidado hacia todos16.

Educar este sentimiento de aprecio a la vida familiar y en este sentimiento supone una riqueza
personal y crecer en un mundo de valores que engendran lo mejor de nuestra humanidad. Sustraernos
a este valor conlleva a deshonrarnos como personas, pues no nos entregamos la máxima dignidad,
que significa ser persona. Lo cual nos lleva a un mundo de frustraciones o fracasos que conducen a
caminos de infidelidad, de pseudolibertad, de más o menos violencias... itinerarios que no nos hacen
mejores ni más felices.

“Honrar a padre y madre” significa desarrollar este sentimiento familiar generador de buenos y
bellos valores que son la verdadera herencia que recibimos en la familia frente a otras tormentas de
la vida, más ingratas y menos acogedoras.

b) El Evangelio nos hace una advertencia: “Aquel que ame a su madre o a su padre más que a
mí, no puede ser mi discípulo...” (Lc 14,26). Esta exhortación de Cristo resulta, a menudo, muy
olvidada. Cuánto crecería el Reino de Dios si se viviera el Amor divino desde la familia como centro
generador de vida y de luz. Pues minusvalorado el sentido familiar se devalúa también el centro, que
da vida, el origen de este amor que es Dios mismo.

Alimentar desde la familia la vida de fe supone engendrar valores y principios morales, difíciles
de destruir y sobre todo abiertos y generadores de nuevos y plenos sentidos. Por otra parte, olvidar la
excelencia que significa la vida religiosa, volver la vista a un lado cuando en una familia un hijo propone
su vocación significa una pérdida de tal naturaleza, que se vuelve insípida la sal de la comunicación
humana y religiosa. Si enseñamos a descubrir el lenguaje de Dios, entonces habremos transmitido el
mayor don de la vida porque desde la familia se aprenderá a vivir y descubrir juntos “los signos de la
Providencia”. La pérdida de esta sensibilidad nos impide reconocer para bien de todos cuál es el norte
que guía nuestros pasos, consuela nuestras desdichas y alienta todas nuestras esperanzas.

Sería, en fin, deseable, que se viviera:

16 de Gregorio García, A. Educación familiar y valores de sentido. Deusto, Bilbao, 1992, págs 139-147.
* Un proyecto familiar de participación común tanto en el interior como en acciones extra
familiares. Habría que recordar aquellos slogans de finales de los 50 "La familia que reza unida....
permanece unida", la que comparte su fe, la que participa en Escuelas de Padres en los centros
educativos de los hijos, actividades solidarias, convivencias,... la que conoce a los amigos de los hijos
y los atrae a la vida familiar, ... La familia que se une en una apertura que la perfecciona se enriquece
y crece eniqueciendo a otros.

* Alentar el gusto por la lectura, el cine, los ideales... desde la familia o desde la escuela hacia la
familia....

* Conviene también identificar al adversario, evitar la televisión o el internet como juegos


constantes y solitarios... potenciar una enseñanza crítica que sepa mostrar las insuficiencias de las
modas actuales, de los medios de comunicación, aprender a distanciarse de todo lo que impide ser
mejores, ser críticos y autocríticos a fin de generar una convivencia en la que comprendiendo los
defectos de cada uno podamos dialogar y mejorarnos los unos a los otros. "Sólo los que se aman se
transforman" (Aristóteles) y sabemos que sólo podemos superarnos a base de transformarnos,
mediante la amonestación o corrección del amigo, que amonesta, pero nunca ásperamente y esta
amonestación es recibida con paciencia por el amigo, como señala Ciceron en su tratado De amicitia.

* Alentar los valores ideales sabiendo que también se necesitan vivir los valores instrumentales.
Caminamos fuera de camino cuando nos proponemos la solidaridad, pero en modo alguno
practicamos la austeridad; cuando nos proponemos valores ecológicos y, al mismo tiempo, se
propician las drogas y el botellón. “Lo que vale, cuesta. Una de las grandes claves de la vida buena
consiste justamente en saber aplazar la gratificación, porque eso es lo que convierte el deseo en
voluntad”17. El bienestar moral, cultural y humano se inicia en la vida familiar. Necesitamos volver a la
evangelización de la familia como transmisión viva de la tradición cristiana.

Nos gustaría terminar con la carta que Albert Camus dirige a su maestro, tras la entrega del
Premio Nobel18. Habla por sí misma.

19 de noviembre de 1957

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle
de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero
cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano
afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese

17 Cortina, A. “Educar en la contrariedad”.Vida Nueva, 16. diciembre de 2000.


18 Camus, A. El primer hombre. Tusquets, Barcelona, 1994, pág 295
sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero
ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de
corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello
continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado
de ser su alumno agradecido.

Lo abrazo con todas mis fuerzas.

Albert Camus.

Anexo2: Exhortación Apostólica “La Alegría del Amor”. Capítulo Séptimo.


Trasmitir la Fe.

Transmitir la fe

287. La educación de los hijos debe estar marcada por un camino de transmisión de
la fe, que se dificulta por el estilo de vida actual, por los horarios de trabajo, por la
complejidad del mundo de hoy donde muchos llevan un ritmo frenético para poder
sobrevivir[306]. Sin embargo, el hogar debe seguir siendo el lugar donde se enseñe a
percibir las razones y la hermosura de la fe, a rezar y a servir al prójimo. Esto comienza
en el bautismo, donde, como decía san Agustín, las madres que llevan a sus hijos
«cooperan con el parto santo»[307]. Después comienza el camino del crecimiento de
esa vida nueva. La fe es don de Dios, recibido en el bautismo, y no es el resultado de
una acción humana, pero los padres son instrumentos de Dios para su maduración y
desarrollo. Entonces «es hermoso cuando las mamás enseñan a los hijos pequeños
a mandar un beso a Jesús o a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en ello! En ese momento
el corazón de los niños se convierte en espacio de oración»[308]. La transmisión de
la fe supone que los padres vivan la experiencia real de confiar en Dios, de buscarlo,
de necesitarlo, porque sólo de ese modo «una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas» (Sal 144,4) y «el padre enseña a sus hijos tu fidelidad»
(Is38,19). Esto requiere que imploremos la acción de Dios en los corazones, allí donde
no podemos llegar. El grano de mostaza, tan pequeña semilla, se convierte en un gran
arbusto (cf. Mt 13,31-32), y así reconocemos la desproporción entre la acción y su
efecto. Entonces sabemos que no somos dueños del don sino sus administradores
cuidadosos. Pero nuestro empeño creativo es una ofrenda que nos permite colaborar
con la iniciativa de Dios. Por ello, «han de ser valorados los cónyuges, madres y
padres, como sujetos activos de la catequesis [...] Es de gran ayuda la catequesis
familiar, como método eficaz para formar a los jóvenes padres de familia y hacer que
tomen conciencia de su misión de evangelizadores de su propia familia»[309].

288. La educación en la fe sabe adaptarse a cada hijo, porque los recursos aprendidos
o las recetas a veces no funcionan. Los niños necesitan símbolos, gestos,
narraciones. Los adolescentes suelen entrar en crisis con la autoridad y con las
normas, por lo cual conviene estimular sus propias experiencias de fe y ofrecerles
testimonios luminosos que se impongan por su sola belleza. Los padres que quieren
acompañar la fe de sus hijos están atentos a sus cambios, porque saben que la
experiencia espiritual no se impone sino que se propone a su libertad. Es fundamental
que los hijos vean de una manera concreta que para sus padres la oración es
realmente importante. Por eso los momentos de oración en familia y las expresiones
de la piedad popular pueden tener mayor fuerza evangelizadora que todas las
catequesis y que todos los discursos. Quiero expresar especialmente mi gratitud a
todas las madres que oran incesantemente, como lo hacía Santa Mónica, por los hijos
que se han alejado de Cristo.

289. El ejercicio de transmitir a los hijos la fe, en el sentido de facilitar su expresión y


crecimiento, ayuda a que la familia se vuelva evangelizadora, y espontáneamente
empiece a transmitirla a todos los que se acercan a ella y aun fuera del propio ámbito
familiar. Los hijos que crecen en familias misioneras a menudo se vuelven misioneros,
si los padres saben vivir esta tarea de tal modo que los demás les sientan cercanos y
amigables, de manera que los hijos crezcan en ese modo de relacionarse con el
mundo, sin renunciar a su fe y a sus convicciones. Recordemos que el mismo Jesús
comía y bebía con los pecadores (cf. Mc 2,16; Mt 11,19), podía detenerse a conversar
con la samaritana (cf. Jn 4,7-26), y recibir de noche a Nicodemo (cf. Jn 3,1-21), se
dejaba ungir sus pies por una mujer prostituta (cf. Lc 7,36-50), y se detenía a tocar a
los enfermos (cf. Mc 1,40-45; 7,33). Lo mismo hacían sus apóstoles, que no
despreciaban a los demás, no estaban recluidos en pequeños grupos de selectos,
aislados de la vida de su gente. Mientras las autoridades los acosaban, ellos gozaban
de la simpatía «de todo el pueblo» (Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13).

290. «La familia se convierte en sujeto de la acción pastoral mediante el anuncio


explícito del Evangelio y el legado de múltiples formas de testimonio, entre las cuales:
la solidaridad con los pobres, la apertura a la diversidad de las personas, la custodia
de la creación, la solidaridad moral y material hacia las otras familias, sobre todo hacia
las más necesitadas, el compromiso con la promoción del bien común, incluso
mediante la transformación de las estructuras sociales injustas, a partir del territorio
en el cual la familia vive, practicando las obras de misericordia corporal y
espiritual»[310]. Esto debe situarse en el marco de la convicción más preciosa de los
cristianos: el amor del Padre que nos sostiene y nos promueve, manifestado en la
entrega total de Jesucristo, vivo entre nosotros, que nos hace capaces de afrontar
juntos todas las tormentas y todas las etapas de la vida. También en el corazón de
cada familia hay que hacer resonar el kerygma, a tiempo y a destiempo, para que
ilumine el camino. Todos deberíamos ser capaces de decir, a partir de lo vivido en
nuestras familias: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene» (1 Jn 4,16). Sólo a
partir de esta experiencia, la pastoral familiar podrá lograr que las familias sean a la
vez iglesias domésticas y fermento evangelizador en la sociedad.

Anexo3: Exhortación Apostólica “La Alegría del Amor”. Capítulo Noveno.


"Espiritualidad matrimonial y familiar".

366.La caridad adquiere matices diferentes, según el estado de vida al cual cada uno
haya sido llamado. Hace ya varias décadas, cuando el Concilio Vaticano II se refería
al apostolado de los laicos, destacaba la espiritualidad que brota de la vida familiar.
Decía que la espiritualidad de los laicos « debe asumir características peculiares por
razón del estado de matrimonio y de familia ».

367. Las preocupaciones familiares no deben ser algo ajeno « a su estilo de vida
espiritual».368 Entonces vale la pena que nos detengamos brevemente a describir
algunas notas fundamentales de esta espiritualidad específica que se desarrolla en el
dinamismo de las relaciones de la vida familiar.

369. Una comunión familiar bien vivida es un verdadero camino de santificación en la


vida ordinaria y de crecimiento místico, un medio para la unión íntima con Dios.
Porque las exigencias fraternas y comunitarias de la vida en familia son una ocasión
para abrir más y más el corazón, y eso hace posible un encuentro con el Señor cada
vez más pleno. Dice la Palabra de Dios que « quien aborrece a su hermano está en
las tinieblas» (1 Jn 2,11), «permanece en la muerte »Juntos en oración a la luz de la
Pascua .Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida
familiar. Los dolores y las angustias se experimentan en comunión con la cruz del
Señor, y el abrazo con él permite sobrellevar los peores momentos. En los días
amargos de la familia hay una unión con Jesús abandonado que puede evitar una
ruptura. Las familias alcanzan poco a poco, « con la gracia del Espíritu Santo, su
santidad a través de la vida matrimonial, participando también en el misterio de la cruz
de Cristo, que transforma las dificultades y sufrimientos en una ofrenda de amor».

374 Por otra parte, los momentos de gozo, el descanso o la fiesta, y aun la sexualidad,
se experimentan como una participación en la vida plena de su Resurrección. Los
cónyuges conforman con diversos gestos cotidianos ese « espacio teologal en el que
se puede experimentar la presencia mística del Señor resucitado».

375 . La oración en familia es un medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe


pascual.376 Se pueden encontrar unos minutos cada día para estar unidos ante el
Señor vivo, decirle las cosas que preocupan, rogar por las necesidades familiares,
orar por alguno que esté pasando un momento difícil, pedirle ayuda para amar, darle
gracias por la vida y por las cosas buenas, pedirle a la Virgen que proteja con su
manto de madre. Con palabras sencillas, ese momento de oración puede hacer
muchísimo bien a la familia. Las diversas expresiones de la piedad popular son un
tesoro de espiritualidad para muchas familias. El camino comunitario de oración
alcanza su culminación participando juntos de la Eucaristía, especialmente en medio
del reposo dominical. Jesús llama a la puerta de la familia para compartir con ella la
cena eucarística (cf. Ap 3,20). Allí, los esposos pueden volver siempre a sellar la
alianza pascual que los ha unido y que refleja la Alianza que Dios selló con la
humanidad en la Cruz.377 La Eucaristía es el sacramento de la nueva Alianza donde
se actualiza la acción redentora de Cristo (cf. Lc 22,20). Así se advierten los lazos
íntimos que existen entre la vida matrimonial y la Eucaristía.378 El alimento de la
Eucaristía es fuerza y estímulo para vivir cada día la alianza matrimonial como «iglesia
doméstica ».379 Espiritualidad del amor exclusivo y libre 319. En el matrimonio se
vive también el sentido de pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos
asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos y así reflejan la
fidelidad de Dios. Esta firme decisión, que marca un estilo de vida, es una « exigencia
interior del pacto de amor conyugal»,

380 porque « quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de
veras un solo día ».381 Pero esto no tendría sentido espiritual si se tratara sólo de
una ley vivida con resignación. Es una pertenencia del corazón, allí donde sólo Dios
ve (cf. Mt 5,28). Cada mañana, al levantarse, se vuelve a tomar ante Dios esta
decisión de fidelidad, pase lo que pase a lo largo de la jornada. Y cada uno, cuando
va a dormir, espera levantarse para continuar esta aventura, confiando en la ayuda
del Señor. Así, cada cónyuge es para el otro signo e instrumento de la cercanía del
Señor, que no nos deja solos: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo» (Mt 28,20). Hay un punto donde el amor de la pareja alcanza su mayor
liberación y se convierte en un espacio de sana autonomía: cuando cada uno
descubre que el otro no es suyo, sino que tiene un dueño mucho más importante, su
único Señor. Nadie más puede pretender tomar posesión de la intimidad más personal
y secreta del ser amado y sólo él puede ocupar el centro de su vida. Al mismo tiempo,
el principio de realismo espiritual hace que el cónyuge ya no pretenda que el otro sacie
completamente sus necesidades. Es preciso que el camino espiritual de cada uno —
como bien indicaba Dietrich Bonhoeffer— le ayude a « desilusionarse » del otro, 382
a dejar de esperar de esa persona lo que sólo es propio del amor de Dios. Esto exige
un despojo interior. El espacio exclusivo que cada uno de los cónyuges reserva a su
trato solitario con Dios, no sólo permite sanar las heridas de la convivencia, sino que
posibilita encontrar en el amor de Dios el sentido de la propia existencia. Necesitamos
invocar cada día la acción del Espíritu para que esta libertad interior sea posible.
Espiritualidad del cuidado, del consuelo y del estímulo. «Los esposos cristianos son
mutuamente para sí, para sus hijos y para los restantes familiares, cooperadores de
la gracia y testigos de la fe ».

383 Dios los llama a engendrar y a cuidar. Por eso mismo, la familia «ha sido siempre
el “hospital” más cercano».384 Curémonos, contengámonos y estimulémonos unos a
otros, y vivámoslo como parte de nuestra espiritualidad familiar. La vida en pareja es
una participación en la obra fecunda de Dios, y cada uno es para el otro una
permanente provocación del Espíritu. El amor de Dios se expresa « a través de las
palabras vivas y concretas con que el hombre y la mujer se declaran su amor
conyugal».385 Así, los dos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la
palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, « querer formar una familia
es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con él, es animarse
a construir con él, es animarse a jugarse con él esta historia de construir un mundo
donde nadie se sienta solo».386 322. Toda la vida de la familia es un «pastoreo»
misericordioso. Cada uno, con cuidado, pinta y escribe en la vida del otro: «Vosotros
sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones […] no con tinta, sino con el Espíritu
de Dios vivo» (2 Co 3,2-3). Cada uno es un «pescador de hombres» (Lc 5,10) que, en
el nombre de Jesús, « echa las redes» (cf. Lc 5,5) en los demás, o un labrador que
trabaja en esa tierra fresca que son sus seres amados, estimulando lo mejor de ellos.
La fecundidad matrimonial implica promover, porque « amar a un ser es esperar de él
algo indefinible e imprevisible; y es, al mismo tiempo, proporcionarle de alguna
manera el medio de responder a esta espera ».387 Esto es un culto a Dios, porque
es él quien sembró muchas cosas buenas en los demás esperando que las hagamos
crecer.

323. Es una honda experiencia espiritual contemplar a cada ser querido con los ojos
de Dios y reconocer a Cristo en él. Esto reclama una disponibilidad gratuita que
permita valorar su dignidad. Se puede estar plenamente presente ante el otro si uno
se entrega «porque sí», olvidando todo lo que hay alrededor. El ser amado merece
toda la atención. Jesús era un modelo porque, cuando alguien se acercaba a
conversar con él, detenía su mirada, miraba con amor (cf. Mc 10,21). Nadie se sentía
desatendido en su presencia, ya que sus palabras y gestos eran expresión de esta
pregunta: «¿Qué quieres que haga por ti?» (Mc 10,51). Eso se vive en medio de la
vida cotidiana de la familia. Allí recordamos que esa persona que vive con nosotros lo
merece todo, ya que posee una dignidad infinita por ser objeto del amor inmenso del
Padre. Así brota la ternura, capaz de «suscitar en el otro el gozo de sentirse amado.
Se expresa, en particular, al dirigirse con atención exquisita a los límites del otro,
especialmente cuando se presentan de manera evidente ».388 324. Bajo el impulso
del Espíritu, el núcleo familiar no sólo acoge la vida generándola en su propio seno,
sino que se abre, sale de sí para derramar su bien en otros, para cuidarlos y buscar
su felicidad. Esta apertura se expresa particularmente en la hospitalidad,389 alentada
por la Palabra de Dios de un modo sugestivo: «no olvidéis la hospitalidad: por ella
algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles» (Hb 13,2). Cuando la familia acoge y
sale hacia los demás, especialmente hacia los pobres y abandonados, es «símbolo,
testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia ».390 El amor social, reflejo
de la Trinidad, es en realidad lo que unifica el sentido espiritual de la familia y su
misión fuera de sí, porque hace presente el kerygma con todas sus exigencias
comunitarias. La familia vive su espiritualidad propia siendo al mismo tiempo una
iglesia doméstica y una célula vital para transformar el mundo.

También podría gustarte