El Imaginismo - Eliot Pound
El Imaginismo - Eliot Pound
comprendió que su verdadera vocación era la literatura y ya en 1924 publica su primer poema.
Desde 1925 hasta 1928 pasa en Oxford años decisivos para suformación y para sus contactos
personales. Allí conoce a Spender y a Day-Lewis e intimacon Isherwood, con los que forma el
llamado “Grupo de Oxford”. Además de por laliteratura, se interesa también por los tratados de
psicología y es, por entonces, cuandocomienza a visualizar la figura del poeta en la sociedad como
la de un analista estudioso delos problemas sociales, un observador que percibe los síntomas graves
de nuestraexistencia, que diagnostica nuestra ansiedad y nuestra neurosis colectiva y que ofrece su
poesía como remedio y como bálsamo.En los años 30, Auden se hace consciente de la angustiosa
situación económica y dela complejidad del panorama político, y, al igual que el resto del grupo,
elige la teoríamarxista como la única posible para solucionar problemas acuciantes como el
desempleogeneralizado, la producción en masa, el consumismo, la desorientación y, sobre todo, el
progresivo sentimiento de confrontación entre clases. Auden critica la envidiable posiciónde la
clase media y el descarado privilegio de la élite aristocrática, a la vez que le indigna profundamente
la depauperada situación de la clase trabajadora. No obstante estaindignación, contempla con
disgusto la apatía que el trabajador suele mostrar a la hora deluchar con fe por defender sus
derechos y sus intereses. Auden estaba de acuerdo con losintelectuales de izquierdas del momento
en que la sociedad burguesa había llegado al punto máximo de su decadencia y de que era el
momento del gran cambio.Ya en 1932 publica un poema en la revista
The Twentieth Century
titulado "ACommunist to Others", en el que se destapa como un verdadero poeta de izquierdas.
Anteshabía dado ya muestras de sus ataques a la sociedad burguesa en otras dos
coleccionestituladas
Poems
(1928) y
Poems
(1930). Convencido de que hay que cambiar o morir, sus poemas van dirigidos de forma
sorprendente a la burguesía para que facilite el cambio y noal proletariado para que se rebele.
The Orators
(London: Faber, 1932) constituye su primera obra de envergadura. Setrata de un largo poema pero
con una misma una línea temática, estructurada en torno a dos bloques conceptuales: por un lado, el
trauma de la primera guerra mundial con todassus secuelas; por otro, la sensación de pérdida, de
desconcierto y de falta de creatividad deesa sociedad resultante de la tragedia, algo que ya T.S.Eliot
había diagnosticado diez añosantes en
The Waste Land
(1922). Aunque la idea inicial de Auden fue la de elaborar unestudio sobre la enfermedad de la
sociedad inglesa en parábolas de raíz más bien psicológica, sin embargo, introduce, después todo
tipo de temas: la política, el liderazgo, el poder, la relación grupo/individuo, la sociedad enferma, su
diagnosis y su posible curación.Se hace eco de la incertidumbre política de la Europa del momento
y se apunta tambiéncuál ha de ser la función del poeta en medio de la desorientación y la crisis.
The Dance of Death
(London: Faber, 1933) representa una parábola política enforma dramática en la que Auden se
recrea con ese concepto, central en la teoría marxista,que es el declive inevitable de la burguesía. Es
a la vez una parodia y una representacióncómica de algo que va a ser trascendental en las
convicciones políticas de su generación.Desde este momento hasta su partida hacia América en
1939, escribe otras obras:
Look, Stranger
(1936),
Spain
(1937),
Selected Poems
(1938). Destacaríamos entre todosestos títulos, el poema
Spain
por la trascendencia y la popularidad del mismo.Se trata de un poema inspirado en la guerra civil
española. Su estructura es simple,se basa en tres palabras claves: "yesterday", "today" y
"tomorrow". Una vez más, Auden basa su ideología y su crítica en términos históricos. En el ayer,
en el pasado, el hombre haadquirido importantes cotas en el nivel de su bienestar; el mañana
significa la esperanza denuevas oportunidades pero, en su opinión, ese mañana no es posible si no
sabemossolucionar los problemas y contestar a los interrogantes del hoy. Y uno de los
problemasmás importantes del momento es la guerra civil española, una guerra que determinará,
engran medida, el curso de la historia europea. Inclinar la balanza hacia un lado o hacia otroserá un
hecho crucial no sólo para España sino también para el resto del mundo. Y el autor parece
perfectamente convencido de hacia qué lado ha de inclinarse. No se trata, noobstante, de un poema
de mera propaganda política; es algo mucho más profundo: incita ala reflexión primordialmente. El
tema no es de acción política sino de trascendencia moral.Auden sugiere que se debe actuar cuanto
antes, de otra manera la historia no perdonará y,acompañando a la sugerencia, aparece la persuasión
precedida siempre de unaargumentación sólida. Hay dos mundos en lucha: el mundo del progreso,
del bienestar ydel desarrollo por un lado, y el mundo de la inquisición, la ignorancia y el
subdesarrollo por otro. No se trata de un poema de matiz estrictamente marxista, ya que no se
mencionala lucha de clases, se trata simplemente de insistir en el terrible dilema de la década: elegir
entre el fascismo y "lo otro". Para Auden, en este momento, ese "lo otro" estaba muy claro,aunque
más tarde en su vida cambiaría de opinión.Durante la segunda guerra mundial, nuestro autor pasa la
mayor parte de su tiempoen EE.UU y, además de escribir, ocupa su tiempo como conferenciante y
profesor endistintas universidades americanas. En estos años, comienza su conversión hacia
posturasmenos radicales. Su "huida" hacia EE.UU, dejando huérfanos a sus seguidores,
fueinterpretada por muchos como una escapada cobarde ante el peligro y las dificultades quese
avecinaban. En estos años, publica
Another Time
(1940),
Some Poems
(1940),
y
For the Time Being
(1945). En estos escritos, comienza ya a vislumbrarse una nueva actitudante la vida, una nueva
filosofía. Si en la década de los '30, las personalidades másinfluyentes en la obra de Auden habían
sido Marx y Freud, en los '40 sus preocupacionesvan en otra dirección, y resulta ser el filósofo
danés Kierkegaard el que inspira la nueva postura existencialista de Auden. Le preocupan ahora
temas como la persistenteinseguridad del hombre, su ansiedad, sus preocupaciones religiosas y sus
dilemas morales.Persisten sus preocupaciones sociales y psicológicas pero ahora recubiertas de un
perceptible halo religioso, moral o ético. Ya no le convence la teoría marxista de que esta
vida es un fin en sí misma, prefiere la idea cristiana de que el hombre está, en este mundo,de
camino hacia su verdadera perfección. En consecuencia, la vida no es un fin en símisma sino un
medio.Esta es la problemática que hace su aparición en otro poema largo de finales de ladécada:
The Age of Anxiety
(1948). Se trata de una obra brillante, compleja, de corteexperimental al estilo de
The Waste Land
pero en plan más modesto. Al igual que T. S.Eliot se emplaza a sí mismo ante el desafío técnico de
conseguir "una forma estética" quedetalle y describa los dilemas sociales, morales y psicológicos,
que transmita la variedadde matices, los niveles diversos de sugerencias y tonos cambiantes y que, a
la vez,mantenga una unidad armónica y una forma orgánica.Desde finales de la década de los '40
hasta prácticamente su muerte podemosdestacar
The Shield of Achilles
(1955),
Homage to Clio
(1960),
About the House
(1966) y
City Without Walls
(1969). La producción de Auden, en esta etapa, se caracteriza por lastensiones internas del propio
escritor, tensiones que desgarran su personalidad entre elartista honesto y el creyente que se siente
en el deber de moralizar. Tras el abandono de sugrupo y su asentamiento en América (con
nacionalidad incluida), se encuentra a sí mismocomo desasistido, aislado de su círculo de
admiradores. Advertimos en sus escritos unaintensa urgencia interior por definir el arte y la poesía y
le preocupa profundamente larelación arte/vida. Allá en el fondo de casi todas sus últimas
reflexiones yacen dos preguntas "Who am I?" y "Whom ought I to become?' preguntas que generan
unatremenda lucha dialéctica hacia la búsqueda del conocimiento. En su intento constante por
escapar de la ambigüedad elige la magia de la poesía para bucear en su propia identidad
ydesemboca en el juego mágico de buscar el conocimiento en sí mismo, en el interior de sualma.
(Resumido de los temas del profesor Antonio Rodríguez Celada, en
web.usal.es/~celada/LITSXX/TEMA5.doc)
5.- Otros poetas norteamericanos
La poesía norteamericana ha sido extraordinariamente rica y variada a lo largo y ancho del sigloXX.
Eliot y Pound marcaron una estela definitiva en la poesía occidental, pero no estuvieron solos en
suaventura: una pléyade de grandes poetas compartieron, matizaron o subvirtieron sus
planteamientos. Frentea la tendencia modernista cosmopolita de los dos exiliados aparecen otras
voces que escarban en latradición norteamericana, especialmente representada por los poetas
trascendentalistas del XIX y el viejo bardo Walt Whitman; no tratan tanto de adoptar modelos
foráneos como de indagar en la herencia propia.
William CarlosWilliams
(1883-1963) es uno de los abanderados de esta versión más local delModernismo. De entrada quería
cambiar la desesperación y el fragmentarismo caótico tan vigente allende elAtlántico por el
optimismo típicamente americano y una visión unitaria. Williams deplora la falta deraigambre
americana en la poesía de Eliot y su visión trágica de la cultura.
Primavera y todo
(1923)contiene frecuentes declaraciones sobre la necesidad de un nuevo pacto con la realidad. Tras
una primeraetapa influido por Pound se unió a otros poetas objetivistas partidarios de la separación
del lenguaje por unlado y las asociaciones y significados acumulados por otro.Williams pensaba
que dicha separación seconseguiría mediante el relato directo de lo que veía; no impresiones sino
hechos. De aquí proviene sufamosa frase «no ideas, sino en las cosas».
A Williams solamente le preocupa captar un momento de lavida, dejarnos ver a la persona tal como
es, y su presencia y su acción llenan ese momento. Su libro másambicioso y extenso es
Paterson
(1946-1951), una epopeya personal basada en la experiencia individualdel poeta totalmente
contrapuesta a la épica de los
Canto
s de Pound. Pese a la proliferación de imágenes yepisodios, Williams está muy lejos de
La tierra baldía
porque su mundo continúa siendo unitario.
Wallace Stevens
(1879-1955), otro de los grandes poetas anteriores a la II Guerra Mundial, creeque el hecho de vivir
en mundos físicos diferentes –Europa versus Norteamérica– condiciona unaespecificidad del
lenguaje poético. Sin embargo, no reniega de la poesía francesa ni del Modernismoeuropeo. Si
Williams tendía a la simplificación, Stevens busca los caminos más intrincados. Escribe una poesía
sutil, precisa y de una densa carga filosófica.Los temas obsesivos de Stevens son el límite de
laimaginación en nuestro mundo contemporáneo y la naturaleza de la apariencia y la realidad. El
suyo es otrocaso de poetas como Yeats, Eliot o Valéry para los que la poesía adquiere caracteres
místicos, lo queexplica su afirmación de que «una vez que uno ha abandonado la creencia en Dios,
la poesía es la esenciaque ocupa su lugar como la redención de la vida.» Sus poemarios más
importantes son:
Harmonium
(1923),
Ideas de orden
(1935),
El hombre de la guitarra azul
(1957), en alusión al cuadro de Picasso, y
Poemasescogidos
(1957). Tampoco se puede olvidar su producción ensayística, especialmente
El ángel necesario
(1951), sobre el tema de la realidad y la imaginación
Imaginismo, movimiento poético que floreció en Estados Unidos e Inglaterra entre 1909 y 1917
como oposición al romanticismo. Fue liderado por los poetas estadounidenses Ezra Pound y,
posteriormente, por Amy Lowell. Otros poetas imaginistas fueron los escritores ingleses D. H.
Lawrence y Richard Aldington, y los poetas estadounidenses John Gould Fletcher y Hilda Doolittle.
Todos ellos publicaron manifiestos y escribieron poemas y ensayos para respaldar sus teorías.
Confiaban ante todo en el uso de imágenes precisas e incisivas como medio de expresión poética y
preconizaban la exactitud en la elección de las palabras, la libertad temática y formal, y el uso del
lenguaje coloquial. La mayoría de los poetas imaginistas cultivaron el verso libre, y se sirvieron de
la asonancia y la aliteración, más que de esquemas métricos formales, para estructurar su poesía.