5086 27282 1 PB
5086 27282 1 PB
Adriana Camacho2
Francisco Ternera3
SUMARIO
INTRODUCCIÓN
A. Los paquetes normativos contractuales
B. El pago: la muerte proyectada o programada del contrato
II. LAS IMPOSIBILIDADES SOBREVINIENTES: LAS PENAS DE MUERTE SÚBITAS DEL CONTRATO
A. LA TEORÍA DE LOS RIESGOS DE LOS CONTRATOS BILATERALES
i) La extinción de un bien fungible debido
ii) La destrucción de un cuerpo cierto o bien no-fungible debido
a) El riesgo es para el acreedor de la obligación imposible: no opera ninguna norma extintiva del
contrato
b) El riesgo es para el deudor de la obligación imposible: opera una norma extintiva del contrato
Resumen
1
Estas líneas se presentan como un producto del proyecto de investigación “La noción del contrato”,
financiado por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.
2
Abogada de la Universidad del Rosario. Doctorado en Jurisprudencia en la Universitá degli Studi di Milano (Italia).
Maestría en Derecho Laboral y Administración del Personal en la Universitá Cattolica del Sacro Cuore di Milano
(Italia). Profesora de Carrera de la Universidad del Rosario. Dirección: Calle 14 No.6-25 Bogotá D.C.
[email protected]
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Abogado de la Universidad del Rosario. Doctor de la Universidad Alfonso X de Madrid. Maestría en Derecho
Privado General y en Derecho Civil de las Obligaciones en la Universidad de París II. Profesor de Carrera de la
Universidad del Rosario. Dirección: Calle 14 No.6-25 Bogotá D.C. [email protected]
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Palabras clave
Abstract
Key words
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INTRODUCCIÓN
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“No es cierto que todas las palabras son usadas, en todos los contextos, para connotar las mismas propiedades. Si
uno de mis hijos me pregunta: ‘¿Qué quiere decir ‘radio’?’, no tengo más remedio que contestarle con otra pregunta:
‘¿En qué frase u oración?’. Porque en algunas significará algo así como ‘aparato eléctrico que sirve para escuchar
música y noticias’; en otras ‘metal descubierto por los esposos Curie’; en otras ‘la mitad del diámetro’; en otras, cosas
tan poco precisas como las que indicamos al hablar del radio de acción de cierta influencia política, o del radio
céntrico de la ciudad. […][E]l significado de las palabras está en función del contexto lingüístico en que aparecen y la
situación humana dentro de la que son usadas. Claro está que el contexto y la situación, en la generalidad de los
casos, disipan toda posibilidad de confusión. […] Los problemas de este tipo son analizados y estudiados bajo el
rótulo de ‘ambigüedad de los lenguajes naturales’”. Carrió, Genaro (1994). Notas sobre derecho y lenguaje. Buenos
Aires. Abeledo-Perrot,, pp. 28- 29.
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“Ya sabemos lo que quiere decir ‘joven’ o ‘calvo’. No se trata aquí de un problema de ambigüedad. El problema es
este otro: carece de sentido preguntarse a qué precisa edad se deja de ser joven, o cuántos cabellos hay que tener para
no ser calvo, o cuánto hay que medir para ser alto. […] El uso vigente de la palabra no nos suministra una guía
segura, positiva o negativa, para clasificar los casos dudosos, porque ella es deliberadamente usada con imprecisión.
Tales vocablos cumplen una función importantísima en los lenguajes naturales y también en el lenguaje del derecho.
Hablamos corrientemente de plazo razonable, de error sustancial, de culpa o de injuria grave, de peligro inminente, de
velocidad excesiva, etc. […] Para aludir a este fenómeno se habla de la ‘vaguedad de los lenguajes naturales’”.
Carrió, Genaro (1994). Notas sobre derecho y lenguaje. Buenos Aires. Abeledo-Perrot, pp. 31- 32.
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Se suele diferenciar “convención” de “contrato” -por lo menos en materia civil-, y argumenta que la primera palabra
designa el género: el acuerdo de voluntades que crea, modifica o extingue vínculos jurídicos; y la segunda, la especie:
el acuerdo de voluntades que crea vínculos jurídicos. Sin embargo, nosotros preferimos utilizar las dos palabras como
sinónimos, ya que dichas definiciones no parecen corresponder al significado atribuido a las palabras en el Código
Civil, en donde el legislador se sirve expresamente del vocablo “contrato” para referirse a acuerdos que extinguen o
modifican obligaciones. Como, por ejemplo, en el caso de la novación (art. 1689 C.C.) y de la transacción (art. 2469
C.C.).
“Esta distinción entre el contrato y la convención no presenta ningún interés ni teórico ni práctico: esto explica que el
legislador se haya apresurado a olvidarla en la primera ocasión”. Baudry-Lacantinerie, G (1869). Traité théorique et
pratique de droit civil. T. III. París. Recueil Sirey, pp. 6.
7
Véase: Hohfeld, Wesley Newcomb (1997). Conceptos jurídicos fundamentales. México. Fontamara. Col. BÉFDP.
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8
Valga aclarar lo siguiente: no hay una separación total entre los contratos civiles y los contratos mercantiles. En
efecto, existen diferentes “puentes comunicantes” entre los regímenes civiles y comerciales: normas que consagran
incorporaciones (como el artículo 822 del Código de Comercio) y normas que reglamentan interpretaciones
analógicas (como los artículos 2 del Código de Comercio y 8 de la Ley 153 de 1887).
9
Véase al respecto: Mousseron, Jean Marc (2008). Technique contractuelle. París. Francis Lefebvre, pp. 654 a 667.
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5
Interrogante y justificación
10
Véase: Malaurie, Philippe et Aynès, Laurent (1997). Droit civil. Les obligations. París. Cujas, Paris, p. 567.
5
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Metodología
Por lo demás, aclaramos que ciertas referencias a los sistemas y obras no-
hispanos se citan como traducciones libres de los autores.
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7
A. La génesis de la norma
En una palabra, se estimó que una vez incumplida la promesa por uno de los
contratantes, se pierde para éste el derecho de exigir la prestación recíproca
prometida por su contraparte -fragenti fidem non est fides servanda. A partir de
este mismo razonamiento, se concluyó lo siguiente: el contratante que no ha
incumplido, además de no estar compelido a ejecutar su prestación -exceptio
non adimpleti contractus-, también podría solicitarle al juez la destrucción del
convenio –resolución–13.
11
Véase a : Jean-Louis Gazzaniga (1992). Introduction historique au droit des obligations. París. PUF, pp. 137-205).
Sobre el pacto comisorio véase a: C.S.J. Cas. Civ. 05/11/1979 M.P. Alberto Ospina Botero. G.J. Tomo CLIX, No.
2400, pp. 309 a 313 y C.S.J. Cas. Civ. 28/07/1970. M.P. Guillermo Ospina Fernández. G.J. CXXXV, Nos. 2330,
2331 y 2332, pp. 66 y 67.
12
Cavanna, Adriano (1982). Storia del diritto moderno in Europa. Le fonti e il pensiero giuridico. Milán. Giuffré, p.
84.
13
“El concepto de derecho subjetivo presupone, pues, que el titular del derecho tiene también una facultad respecto
de la persona obligada, esto es, que está abierta para él la posibilidad de hacer valer su derecho iniciando una
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8
La medida fue sustentada con argumentos como el siguiente: “las normas del
Código Civil serían mal concebidas, si no las entendiéramos como reglas
elementales de equidad.14” De igual manera se sostendría que “el proyecto del
Code Civil es un verdadero código de moral, perfeccionado por la experiencia
de siglos y especialmente aplicado a los contratos y obligaciones
convencionales en general”15. También, Portalis, uno de los arquitectos del
Código de Napoleón, nos informaba que la libertad contractual “no solamente
está subordinada a las leyes de orden público y a la buenas costumbres, sino
también a la justicia y utilidad pública.” 16
B. La naturaleza de la norma
demanda. Se presupone al mismo tiempo que ninguna otra persona puede iniciar procedimientos. […] Esta potestad,
por supuesto, no consiste en ninguna fuerza mística conferida por el orden jurídico al sujeto del derecho; significa
simplemente que la maquinaria jurídica es puesta en movimiento de acuerdo con la voluntad de aquél. Es como si el
titular del derecho, al iniciar un juicio, apretara un botón que pone en marcha esa maquinaria”. Ross, Alf (1997).
Sobre el derecho y la justicia. Buenos Aires. Eudeba, p. 218.
14
Bigot- Préameneu (1838). Exposición de motivos del título III, libro III del Code Civil. París. Firmin Didot frères,
p. 425.
15
Mouricault (2007). Discurso pronunciado en el Cuerpo Legislativo francés en la fecha de publicación del Code
Civil. Citado por Valérie Lasserre-Kiesow. Contrat et morale. In: Los contratos en el derecho privado. Bogotá. U.
Rosario y Legis. p 1.
16
Portalis (1980). Discours préliminaire, Locré, t. IV. Citado por Jacques Ghestin. Traité de droit civil. Les
obligations. Le contrat. París. L.G.D.J., p. 29.
17
Ripert, George (1927). La règle morale dans les obligations civiles. París. Librarie générale de droit et de
jurisprudence, p. 416.
8
9
i) Un incumplimiento grave
En los arts. 1546 C.C. y 870 C.Co. no se exige el carácter “grave” del
incumplimiento. Sin embargo, en algunos regímenes particulares se hace
alguna referencia a la “gravedad” del incumplimiento. Por ejemplo, en los
regímenes del arrendamiento (arts. 1984 C.C.) y el suministro (art. 973 C.Co.).
18
Véase, en este sentido: C.S.J. Cas. Civ. 28/07/1970. M.P. Guillermo Ospina Fernández. G.J. CXXXV, Nos. 2330,
2331 y 2332, p. 67.
19
Así, por ejemplo, las partes pueden establecer como condición resolutoria (art. 1536 C.C.) de una obligación
cualquiera, nacida de un contrato de suministro, un eventual cambio en las condiciones del mercado o incluso el
matrimonio de una persona determinada.
9
10
Desde luego, el requisito “no haber incumplido” engloba varías hipótesis: por un
lado, puede tratarse de contratantes con obligaciones contractuales no
exigibles al momento del incumplimiento de la contraparte (p. e. obligaciones
20
Véase al respecto: C.S.J. Cas. Civ. 18/12/2009. M.P. Arturo Solarte Rodríguez. Exp. 41001-3103-004-1996-09616-
01., C.S.J. Cas. Civ. 19/10/2009. M.P. William Namén Vargas. Exp. 05001-3103-009-2001-00263-01., y C.S.J. Cas.
Civ. 11/09/1984 M.P. Humberto Murcia Ballén. G.J. Tomo 176, número 2415., p. 237.
21
C.S.J. Cas. Civ. 11/09/1984 M.P. Humberto Murcia Ballén. G.J. Tomo 176, número 2415. p. 237.
22
Véase a: C.S.J. Cas. Civ., exp. 5319, mar. 7/00. M.P. Silvio Trejos, CSJ, S. Civil, nov. 5/79, M.P. Alberto Ospina
Botero. G.J., t. CLIX, n.° 2400, pp. 313 y 314, y CSJ, S. Civil, mar 23/43, M.P. Hernán Salamanca. G.J., t. LV, p. 70
y 71.
10
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23
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 6 de junio de 2012. C.P. Hernán Andrade.
24
Véase, por ejemplo: C.S.J. Cas. Civ. 18/08/1987 M.P. Alberto Ospina Botero. G.J. Tomo CLXXXVIII, No. 2423,
pp. 107 a 116.
25
“[…] [L]as ficciones legales son recursos empleados para extender ciertas consecuencias jurídicas a entidades
distintas de aquellas para las cuales fueron originalmente previstas. La función básica de las ficciones es establecer
que, en ciertos casos, determinadas cuestiones deben ser tratadas, mediante asimilación, según las reglas previstas
para otras cuestiones”. Mendonça, Daniel (2003). Estudio preliminar. In Kelsen, Hans, Fuller, Lon y Ross, Alf.
Ficciones jurídicas.méxico. Fontamara. BÉFDP, p. 17.
Sobre las ficciones jurídicas, recomendamos consultar: Perelman, Chaïm et Foriers, Paul (1974). Les présomptions et
les fictions en droit. Travaux du centre national de recherches de logiques. Bruxelles. Bruylant,.
11
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E. La aplicación de la norma
12
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Sobre la resolución del contrato de seguro, véase: Venegas Franco, Alejandro (1996). Cuestiones de Seguros.
Bogotá. Colombo, p. 100.
En el mismo sentido a: Ordóñez Ordóñez, Andrés (2004). Las obligaciones y cargas de las partes en el contrato de
seguro y la inoperancia del contrato de seguro. Bogotá. Universidad Externado de Colombia, pp. 145 a 150.
El contrato de seguro también puede terminarse sin declaración judicial por: defecto de la notificación de los
cambios del estado del riesgo (art. 1060 C.Co.), contratación de seguros sobre las cuotas o deducibles a cargo del
asegurado (art. 1103 C.Co.), defecto del aviso al asegurador de un seguro coexistente (art. 1093 C.Co.) y la
inhabilitación legal del asegurado (para el seguro de responsabilidad profesional, art. 1130 C.Co.).
31
De manera puntual, en el texto de la Convención se exige un un incumplimiento esencial. Ya sea por parte del
vendedor, (art. 49 C.V.), ya sea por parte del comprador (art. 64 C.V.). El artículo 25 de la Convención dispone: “El
incumplimiento del contrato por una de las partes será esencial cuando cause a la otra parte un perjuicio tal que la
prive sustancialmente de lo que tenía derecho a esperar en virtud del contrato, salvo que la parte que haya
incumplido no hubiera previsto tal resultado y que una persona razonable de la misma condición no lo hubiera
previsto en igual situación”.
Además, en la Convención también se admite una resolución por anticipación (art. 72 C.V.) que permite al acreedor
resolver automáticamente el contrato, en el supuesto de que antes del vencimiento del plazo de ejecución, resulte
claro que el deudor incurrirá en un incumplimiento esencial.
Si bien es cierto esta segunda resolución es de origen anglosajón (anticipatory breach of contract), en la legislación
colombiana contamos con ciertas normas preventivas que presentan grandes similitudes con la resolución por
anticipación. Véase, por ejemplo el artículo 1169 del Código de Comercio, el cual dispone: “Quien prometa dar en
mutuo puede abstenerse de cumplir su promesa, si las condiciones patrimoniales del otro contratante se han
alterado en tal forma que hagan notoriamente difícil la restitución, a menos que el prometiente mutuario le ofrezca
garantía suficiente”.
Además, los artículos 1882 inciso 4 del Código Civil y 926 del Código de Comercio, a pesar de no ser normas
extintivas del contrato, también presentan claros parecidos de familia con esta especie de resolución del convenio de
Viena.
Ahora bien, precisamos que las normas establecidas en el Convenio de Viena tienen una naturaleza
supletiva, toda vez que las partes, en el caso concreto, pueden adoptar excepciones o modificaciones a
cualesquiera disposiciones de la Convención
32
En una fallo reciente encontramos claramente esta hipótesis. Vésea a: C.S.J. Cas. Civ. 30/08/2011. M.P. William
Namén Vargas. Exp. 11001-3103-012-1999-01957-01.
Respecto del controversial pacto comisorio consúltese a: Hernández Villarreal, Gabriel (2009): “Tratamiento procesal
del pacto comisorio expreso previsto en el artículo 1937 del Código Civil colombiano: ¿una garantía inane?”. In
Tapia Rodríguez, Mauricio et. Al. Estudios sobre garantías reales y personales en homenaje a Manuel Somarriva
Undurraga. Bogotá-Santiago. Universidad del Rosario/Universidad de Chile, pp. 849 a 868.
13
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Los fungibles o cosas de género, son aquellos bienes que en la convención son
reconocidos como bienes sustituibles o intercambiables. ¿Por qué? Porque
sencillamente son relacionados en el contrato a partir de características
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Una hipótesis diferente se encuentra en los contratos sometidos a hechos futuros e inciertos –
condiciones-. Concretamente, en los arts. 1869 y 917 C.Co., se condiciona la existencia misma del
contrato de compraventa a la existencia futura de la cosa vendida, salvo que se exprese lo contrario o que se
entienda que se compró la suerte -emptio spei-.
Véase una posición en contra en: Gómez Estrada, César (1999). De los principales contratos civiles. Bogotá. Temis,
pp. 35 y 36.
14
15
En primer lugar, valga aclarar que en los contratos unilaterales (art. 1496 C.C.),
la destrucción fortuita del bien no-fungible tiene los siguientes efectos:
liberación del deudor por el reconocimiento de una causal de exoneración de
responsabilidad,34 sacrificio patrimonial asumido por el acreedor y extinción del
contrato.
15
16
Por un lado, se consagra una norma del riesgo en cabeza del acreedor de la
obligación imposible (a). Por otro lado, se estatuye una norma extintiva del
contrato y el riesgo se le asigna al deudor de la obligación imposible (b).
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Por ejemplo, para la compraventa civil se aclara que la pérdida del cuerpo
cierto la asume el comprador, acreedor de la obligación imposible –la tradición
del dominio sobre el bien–. El acreedor asume la pérdida del bien porque, a
pesar de no poderlo recibir en su patrimonio, continúa obligado a pagar su
precio (arts. 187638 y 2053 C.C.). El comprador civil está obligado a pagar algo
que no va a adquirir.39
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18
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Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 7 de febrero de 2002. M.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez.
19
20
CONCLUSIONES
Por lo demás, según los arts. 1546 C.C. y 870 del C.Co. se ha establecido un
régimen general de resolución mediante declaración judicial. Sin embargo, en
el ensayo también se ventilaron verdaderas hipótesis de resoluciones
extrajudiciales.
42
Véase: Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Tomo I., Madrid, 2001, p. 1958.
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LISTA DE REFERENCIAS
Bénabent, Alain (2001). Droit civil. Les contrats spéciaux civil et commerciaux.
París. Montchrestien, p. 90.
Bigot- Préameneu (1838). Exposición de motivos del título III, libro III del Code
Civil. París. Firmin Didot frères, p. 425.
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22
Malaurie, Philippe et Aynès, Laurent (1997). Droit civil. Les obligations. París.
Cujas, Paris, p. 567.
Portalis (1980). Discours préliminaire, Locré, t. IV. Citado por Jacques Ghestin.
Traité de droit civil. Les obligations. Le contrat. París. L.G.D.J., p. 29.
Ripert, George (1927). La règle morale dans les obligations civiles. París.
Librarie générale de droit et de jurisprudence, p. 416.
Ross, Alf (1997). Sobre el derecho y la justicia. Buenos Aires. Eudeba, p. 218.
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