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ARTÍCULOS

DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO:
UN EJEMPLO DE APLICACIÓN
RODRIGO MALAVER RODRÍGUEZ*
1
DOCENTE UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, DEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL, DEPARTAMENTO DE LENGUAS ESPAÑOL-INGLÉS
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

Resumen Hoy más que nunca es urgente problematizar lo


La urgencia de revaluar paradigmas como el de que en Occidente se vino a llamar "selva", dada la
selva es vital en la cultura. Un ejemplo de esta ne- relevancia ecológica que este espacio tiene para la
cesidad se ilustra a través de Un viejo que leía no- humanidad. Por esto en las líneas que siguen se
velas de amor de Luis Sepúlveda por medio de un señala otra visión de la novela de la selva llevando
proceso, el cual se puede inscribir dentro de los de lado un proceso de secularización en el tema,
Estudios Culturales y con el que también se lleva es decir, no perder de vista las huellas del pasado
de lado un proceso de secularización, denominado en el presente, y para tal fin nos valemos de un
de la oraiitura al etnotexto. Este autor hace ecolo- enfoque cercano a los Estudios Culturales y de la
gía a través de su novela registrando la cultura del novela Un viejo que leía novelas de amor (1998) del
pueblo shuar, pueblo que es parte de la selva y chileno Luis Sepúlveda', obra que sirve, por un
además la protege. El conocimiento del registro de lado, para ilustrar tal visión al ser aplicado dicho
esta cultura por medio de la corriente del enfoque y, por otro, para resaltar la obra como
investinvolucramiento que incluye la oraiitura y el documento o memoria cultural que penetra en la
etnotexto, los cuales a su vez dan origen al ecotexto narrativa y la crítica mundial.
enmarcado dentro de la ecoliteratura, acerca al
lector hacia una visión más objetiva de dicho am- Con los Estudios Culturales se observa la obra
biente y, por supuesto, de tal paradigma. en sus fases de producción y comprensión de ma-
nera interdependiente: la primera se refiere a las
Palabras clave: selva, oralitur¿t, etnotexto, - condiciones políticas, históricas, económicas, socia-
ecotexto, ecoliteratura, discurso; intertexto, les y, en fin, culturales que van paralelas al autor
narracion, parodia. en el momento de la escritura del hecho artístico;
y la segunda, a las estructuras verbales presentes
Abstract en la misma, pues como señala Tim O'Sullivan:

The urgency of reassessing paradigms like forest Los estudios culturales se han ocupado de los
is vital in the culture. An example of tiis necessity nexos entre relaciones sociales y sentidos; (...)
is illustrated through An old man who read love En términos generales, la cultura se ve como
stories of Luis Sepúlveda that impli p i s a process la esfera en la que se naturalizan y se repre-
which can be inscribed inside Cultural Studies and
also is related with a secularizatión process,
denominated from oraliterature to eino-text. The
author makes ecology through his novel studying
,

the culture of Shuar town, a part of the forest which * Magíster en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana
he also protects. The knowledge of this culture 1Al citar o hablar de la novela de este autor, siempre está referida
origins the eco-text, frarned into the eco-literature, a: Sepúlveda, Luis (1998), Un viejo que leía novelas de amor, 38° ed.,
it approaches the reader towards a more objective Colección Andanzas, n. 180, TusQuets, Barcelona.

vision of this atmosphere. ARTÍCULO RECIBIDO FEBRERO 12 DE 2003. ACEPTADO JUNIO 26 DE 2003 -

[ 27 I
A, IRTÍCU LOS

sentan las desigualdades de clase, género, ...la "lógica" del capitalismo tardío continúa
raza, entre otras, de una manera que desune constituyendo un desafío que difícilmente pue-
(hasta donde es posible) la conexión existente da asumirse sin un cierto grado de universa-
entre esas desigualdades y las desigualdades lismo estratégico, sin un sentido aunque sea
económicas y políticas. En sentido inverso, la operativo de totalidad que sólo puede recupe-
cultura es también el medio por el cual, y a, rarse a partir de la reconstitución de posicio-
través del cual, los diferentes grupos subordi- nes de lucha que permitan contrarrestar des-
nados viven y oponen resistencia a esa subor- de la acción social las nuevas formas de
dinación. Así, la cultura es el terreno donde se hegemonía —económica, política y cultural- en
lucha por la hegemonía y se establece, se la el contexto de la globalidad. (Ibid: 10).

considera entonces el territorio de las "luchas
culturales". (O'Sullivan et al, 1995:143). Ante tal urgencia, los Estudios Culturales per-
miten echar mano de algunas corrientes de inves-
Para el caso, la visión de cultura 2 de selva que tigación, como la que promueve el involucramiento
muestra Luis Sepúlveda en su novela, es el terre- del investigador con su objeto, comunidad, movi-
no ideal donde se puede evidenciar la lucha por la mientos sociales, el cual es integradó también en
hegemonía (entendida ésta como el dominio en el negociaciones textuales por trato directo o indirecto.
liderazgo tanto en lo social como en lo cultural) de Tal corriente se patenta en la denominada vigoro-
un espacio vital para la humanidad. Ilustrar esta sa tendencia del investinvolucramiento (Niño, 1997:
lucha exige una característica que cumple los Es- 34), ilustrada a través de dos etapas: la oraiitura y
tudios Culturales ya que en ellos se rompe la fron- el etnotexto (conceptos que se desarrollan a lo lar-
tera entre teorías, dando paso a la interdisciplina- go del presente estudio). Estos términos 4 sirven
riedad que un estudio requiere: "una variedad de base para conceptualizar otra visión de la selva
temática y metodológica que manifiesta los cruces en la literatura latinoamericana planteada en la.
transdisciplinarios que caracterizan este campo de novela de Sepúlveda. Dichos términos son ilustra-
estudios" (Moraña, 2000: 9). Esto significa un aná- dos en el texto Poética étnica: mitos del Litoral Pa-
lisis literario, donde están presentes conocimien- cífico y Amazonía (1997), de los editores Nina S.
tos de la sicología, antropología, filosofía, lingüísti- De Friedemann y Hugo Niño, texto que es memo-
ca, semiología y otras', que sirven, para este caso,
como:
Por cultura se entiende "el conjunto aprendido de tradiciones y
...apropiaciones teóricas diversas acerca de las estilos de vida, socialmente adquiridos de los miembros de una
sociedad, incluyendo sus modos pautados y repetitivos de pensar,
complejas relaciones entre cultura, política e
sentir y actuar (es decir, su conducta)". (Harris, 1990a: 20).
historia, tal como éstas se vislumbran desde el
'En los Estudios Culturales, la novela es medio expresivo de la
horizonte de los debates actuales y ante la cri- cultura en la cual se hallan presentes todas sus manifestaciones.
sis de los grandes paradigmas que guiaron, Así lo observaba el Walter Mignolo de la década de los setenta, hoy
perteneciente a la corriente de los Estudios Culturales a lo largo de
hasta hace varias décadas, la crítica de la cul-
Elementos para una teoría del texto literario: "el texto se configura
tura dentro del campo del latinoamericanismo. al proyectarse unas estructuras verbales organizadas en discurso
(Ibid: 9). sobre una cierta trama de realidades culturales en cuyo ámbito se
les otorga una función y sobre un sistema social de normas de
comunicación que les asigna un valor". (Mignolo,1978). Aquí ya se
Estos paradigmas de Occidente (positivismo, encuentran algunas luces de algo que no se desconoce en esta
corriente.
estructuralismo, racionalismo, entre otros) propa-
garon desde sus mismas tecnologías escriturarias 4 Con respecto al etnotexto, éste tiene su antecedente —y Hugo Niño
lo reconoce— en Martín Lienhard, q...tien en su libro La voz y su
(el diccionario, por ejemplo), la connotación del huella desarrolla el concepto de etnoficción (cuyo origen viene de
concepto de selva (también paradigma), sinónimo Europa y se puede ver, por ejemplo, en El diario de Colón) como
una de las prácticas por las cuales el escritor o antropólogo convier-
de caos y peligro, sin que nos diéramos cuenta que
te su experiencia en escritura. Lienhard define etnoficción como
detrás de estos discursos que encarnan la "fe en el "...la recreación "literaria" del discurso del otro, la fabricación de un
progreso", se escondía la hegemonía de un poder discurso técnico artificial, destinado exclusivamente a un público
ajeno a la cultura "exótica" (...) En la etnoficción, en efecto, surge
económico y político que se evidenció a través de una contradicción entre las características "occidentales" del texto
la historia desde el descubrimiento de América y literario (escritura, idioma, forma global, libro-mercancía) y un dis-
curso narrativo que aparenta ser "indígena" y "oral". El autor en la
su posterior conquista. En las últimas dos décadas
etnoficción se coloca la máscara del otro ...". (Lienhard, 1990: 289-
la hegemonía del poder económico, fenómeno de 291). La máscara del otro y aún este otro mismo, sirve como pretex-
la globalización, exige revisiones urgentes de las to para expresar con cautela una verdad peligrosa a quienes
detentan el poder. La etnoficción, como práctica, no es reconocida
experiencias concretas, pues como señala Mabel como tal por Europa, pues no está dentro de los cánones literarios
Moraña: específicos. •

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DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

ria de seis ensayos de diferentes autores, produc- mecanismos discursivos como la metáfora con la
to de una serie de encuentros a partir de un colo- cual se puede develar tanto el proceso como a la
quio interdisciplinario (antropología, literatura) del cultura en cuestión. La segunda, el etnotexto, que
mismo nombre, realizado en la VIII Feria Inter- contiene a la primera, es la que concibe al texto,
nacional del Libro (1995) en Bogotá. Allí las discu- además de memoria cultural, como producto y lu-
siones giraron en torno a la palabra como magia gar donde se plasma la transgresión fronteriza de
de vida y su concreción en la literatura, en la orali- disciplinas, pues éste es el resultado de los discur-
dad, en la eternidad del presente, así como SU sos del saber (etnografía, antropología, ecología y
manejo etnográfico y literario en ámbitos interdis- otras) y del suponer (la literatura con recursos del
ciplinarios (Bernal, 1997: 7); preocupación que va- lenguaje como la evocación y la parodia) que ma-
rios de estos ensayistas comparten desde los años neja el escritor-investigador.
sesenta, época en la cual se discutía el protagonis-
mo de las expresiones del conocimiento científico, El resultado del proceso de investinvolucra-
la literatura y las artes plásticas en la búsqueda de miento en el caso de Luis Sepúlveda, ilustra cómo
remedios para la solución de los problemas socio- su novela es un intertexto sobre la selva, resultado
económicos y conflictos político-culturales, por ello, de la negociación directa por la convivencia del
científicos, escritores, artistas y otros, parecían autor con los indios shuar del Ecuador en un pro-
rastrear con' más fortaleza que en el presente, el yecto de la UNESCO, e indirecta al tomar como
reconocimiento de el otro como un camino hacia el intermediario a "(...) Miguel Tzenke, síndico shuar
encuentro de utopías, afirmando y protegiendo de de Sumbi en el alto Nangaritza (...)" (Sepúlveda,
paso su propia identidad. (Ibid: 7-8). 1998: 11), de quien el autor saca excusa y motivos
para su novela (1989). El mismo escritor lo anota
Este reconocimiento del otro, que protege de en la dedicatoria que le hace a este hombre: "En
paso la identidad latinoamericana, se da en un es- una noche de narraciones desbordantes de magia
pacio revalorizado, la selva, a partir del proceso me entregó algunos detalles de su desconocido
de investinvolucramiento que el autor hace y que mundo verde, los que más tarde, en otros confi-
es un aspecto central de la novela Un viejo que leía nes alejados del Edén ecuatorial, me servirían para
novelas de amor, obra en la cual está presente y construir esta historia". (1989: 11).
vigente "la palabra como magia de vida y su con-
creción en la literatura, en la oralidad, en la eterni- Este producto de intertexto hoy es extraño en
dad del presente, así como su manejo etnográfico la recepción de algunos literatos que no pueden
y literario en ámbitos interdisciplinarios". (Ibid: 7). ubicarlo dentro de una determinada corriente, por
En la novela se evidencia este proceso en dos eta- ejemplo dentro de la concepción estilística de La
pas discursivas. La primera comprende el paso de novela de la selva hispanoamericana (1971) expuesta
fò oral a lo escrito, que en términos de Nina S. de por Lydia de León Hazera o por el investigador de
Friedemann se llama oralitura, entendida como un este trabajo, que no sólo lo mira como una novela
sistema de conocimiento y de transmisión de co- de la selva que presenta inversión de valores
nocimientos en expresiones orales en los ámbitos occidentales plasmados en el plano literario, sino
de las tradiciones (De Friedemann,1997: 94), en también como trabajo etnográfico y ecológico ubi-
otras palabras, es el proceso de traducción de lo cándola así, en la actualidad, como novela de van-
oral a lo escrito con todo su tejido y carga significa- guardia.
tiva que se encierra en una cultura, por medio de
Por fortuna, este tipo de trabajos que rompen
las fronteras entre una disciplina y otra, como la
novela de Sepúlveda, tiene referencia en Julio
Quiñones con En el corazón de la América virgen
(Francia,1924), resultado de la convivencia y ne-
gociación directa en el Putumayo, trabajo que se
recibió por los literatos como etnografía y por los
etnógrafos como literatura; y, en Mario de Andra-
de con Macunaíma (1922), cuya producción se hizo
por negociación indirecta a través de un interme-
diario Teodor Koch Grunberg, autor de Zwei Jahre
unter den Indianern (1967), de donde Andrade ex-
trajo pretexto y motivo para su novela (Niño, 1997:

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ARTÍCULOS

33). Esta última obra tuvo mejor suerte al ser re- la idea de la Weltlitelatur, literatura universal
valorada más tarde como pieza clave en la van- de Goethe. Literatura que, desde luego, sólo
guardia brasileña, sin embargo, en su tiempo, para goza de la aceptación a partir del canon occi-
algunos resultó extraña esa intertextualización de dental de sello norteño. Significa también un
materiales del corpus investigativo del etnólogo autorreconocimiento a partir de su relación con
Teodor Koch-Grünberg levantado a comienzos de el texto del otro. Autorreconocimiento que pasa
siglo entre etnias de la Orinoquía y la Amazonía, por la acogida del placer como una de las ins-
con mitos de evidente origen africano (De Friede- tancias dominantes del texto. Estética y cono-
mann y Niño,1 997: 13). En esta búsqueda de inte- Cimiento; placer y conceptualización, no pade-
gración de mapas culturales vendrían a continua- cen oposiciones.
ción los derroteros trazados por Arguedas, Esta posición (...) constituye también un
Asturias y Guimaraes Rosa (Niño, 1997: 33). desordenamiento taxonómico en busca de lo-
grar una mejor traducción cultural que trate
Estos textos que irrumpen en territorios cul- de dar cuenta de las múltiples instancias signi-
turales más allá de los límites, como en nuestro ficativas de etnotextos donde lo verbal es ape-
caso la novela de Sepúlveda, son una expresión de nas uno de sus componentes. El desordena-
contestación frente a la noción de "unidad" cultu- miento pasa también por desconocer las
ral, de "identidad" nacional (Niño, 1997: 34), no- fronteras del Great Divide de la Modernidad
ción que se sitúa en Latinoamérica desde media- entre High Culture y Low Culture.a (Ibid: 35).
dos de 1920 con América virgen (1924). Al hablar
de irrupción, Niño se refiere "a textos que se apar- Lo anterior es demostrable a partir de un in-
tan de la territorialización taxonómica que oponía fatigable cuestionamiento que se hace en dos fa-
etnografía a literatura, asignando a la primera la ses, una de producción y otra de comprensión de
condición de discurso del saber, y a la segunda a la lo que se establece como real en la sociedad, pre-
del discurso de suponer" (Niño, 1997: 34), sentes en tres momentos indisolublemente ligados
territoriali-zación que se evidencia en estudios de entre sí en la vida y obra de Sepúlveda: en el plano
estilística como el de La novela de la selva hispano- personal, su vida comprometida de vanguardia
americana (1971), donde se cree que la literatura
es lo que dicta el canon de Occidente: alta literatu-
ra. Hoy reiteramos con Hugo Niño, que "por for- Cuando se habla de etnotexto, el concepto implica: "productos
culturales con características de arraigo, temática, producción, adop-
tuna para el conocimiento, para la cultura en ge- ción y transformación que para Hugo Niño recibe la denominación
neral y para la autocomprensión en particular, la de etnotexto, Nina Friedemann señala especificidades que van de
tendencia al desconocimiento de esas fronteras se la tradición oral a la oralitura, según Yoro Fall (1992) antes de llegar
al etnotexto". (Friedemann y Niño, 1997: 24). Es decir, parafraseando
convierte en una actitud investigativa, cultural y a De Friedemann y Niño, el etnotexto es un conjunto de significantes
artística". (Ibid. 34). alternativos para denominar un tipo de texto cuya afiliación tam-
bién es oral y cuyos territorios de origen y circulación corresponden
a la baja cultura de acuerdo con el canon. Además, las lenguas de
De a acuerdo con lo anterior, a la novela de expresión del etnotexto no son las de la literatura universal. Este
Sepúlveda se le puede aplicar la vigorosa tenden- término alude también a un tipo de texto en cuya realización se
observan intervenciones extraverbales por lo que no son produc-
cia del "investinvolucramiento", junto con sus con- tos estrictamente literarios en ese sentido preceptivo, mucho me-
ceptos de oralitura y etnotexto 5 de los cuales sur- nos en el letrado. Siguiendo a De Friedemann y Niño, tanto oralitura
como etnotexto "sirven para marcar actitudes culturales frente a
gen los ecotextos 6, inscritos en la ecoliteratura que manipulaciones teóricas hegemonizantes. Es una actitud contesta-
tampoco tienen demarcación de fronteras entre taria frente a los colonialismos culturales de diverso signo que se
estética y funcionalidad, naturaleza y cultura, lite- arrogan el derecho de decir qué es literatura y qué no, sobre todo
a partir de su unción en alguna lengua universal como el inglés, el
ratura y etnografía, y entre literatura y ecología, lo alemán o el francés...(el etnotexto y la oralitura responden a la
que convierte a la novela de Sepúlveda en un tex- pregunta) cómo desplegar estrategias narrativas para construir nue-
vos significantes que se restituyan a la fuerza experiencial del diá-
to con una visión de ruptura interdisciplinaria. logo adelantado con la comunidad y el medio ambiente que legiti-
man la tremenda deformación que implica toda traducción cultural"
Los rasgos que distinguen esta actitud del pro- (25-27). La traducción busca, a través de diferentes mecanismos,
mantener el efecto oral que identifica una cultura ágrafa y que se
ceso de la oralitura al etnotexto y que sirven para expresa necesariamente por medio de otra que tiene alfabeto.
aplicarlos del etnotexto al ecotexto dentro de la
6El término ecotexto, propuesto por el autor de este estudio, surge
corriente de la ecoliteratura, son: del etnotexto y hace referencia al proceso de transgresión fronteri-
za que hay entre ecología y literatura, gracias a su combinación en
Que el don de recrear el universo no es priva- la novela Un viejo que leía novelas de amor, término que da origen a
otro, propuesto también por el autor de este estudio, la ecoliteratura:
tivo de los llamados pueblos de Occidente (...), corriente donde la novela es un medio para hacer ecología a través
es no sólo una posición contestataria frente a de la expresión literaria.

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DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

frente al abuso cometido a la selva, objeto de ex- El reto primordial era demostrar que era po-
presión en su posición como intelectual; en el pla- sible que la literatura iberoamericana tuviera
no literario, donde es más demostrable la maes- un espacio propio, que no puede ser en ningu-
tría de su trabajo en la concreción del otro frente no de nuestros países por problemas cultura-
al tema de la selva; y, en el plano del investigador, les. Hemos demostrado que era posible tener
el desdoblamiento que hace del mismo, para pro- un espacio en donde mostrar nuestro queha-
poner una ruptura interdisciplinaria (etnografía, cer editorial y nuestra literatura sin inhibicio-
literatura y ecología) en Un viejo que leía novelas nes y sin complejos, donde era posible esta-
de amor. blecer un gran diálogo con nuestros padres
españoles para crear el concepto de la iberoa-
mericanidad. Estamos generando un senti-
LUIS SEPUIVEDA Y SU CAUSA miento de justa valía de nuestro trabajo, sobre
En el primer plano, su biografía ilustra a un autor todo, estamos terminando con el odioso tópico
que ha hecho de la palabra escrita un acto funcio- de que las literaturas del tercer mundo nece-
nal en varios campos como en la literatura y el cine sariamente tienen que ser anecdóticas y en
en los cuales se proponen mundos cuestionables ningún caso pueden tocar temas de profundi-
de lo reaP. El compromiso del autor con la palabra dad (...). (González, 1999).
como elemento de unión, se patenta al observar la
entrevista que concede a Lupercio González, quien Con respecto al papel del intelectual y el oficio
señala: "a través de la literatura, el escritor Luis de escritor, incluso para el mismo escritor espa-
Sepúlveda, afincado en Gijón, quiere hacer reali- ñol, señala que:
dad su viejo sueño de arquitecto y construir un
puente con la palabra entre América y Europa, en Los españoles han y hemos entendido que el
donde el Atlántico no sea ya motivo de separación" compromiso es una palabra muy complicada,
(González,1999). En esta entrevista, Sepúlveda molesta y simple, porque te comprometes y
deja en claro varias posiciones con respecto al pa- descom-prometes con igual facilidad con lo co-
pel del intelectual trabajador de la literatura y el yuntural, y en cambio, es mucho más dificil,
papel de la literatura iberoamericana en el pre- más noble y más digno mantener una postura
sente ante los interrogantes que se le formulan. ética contra viento y marea. En ese sentido,
Por eso es conveniente citar su opinión a cerca del los escritores españoles, por lo menos los que
papel de la literatura iberoamericana de cara al yo conozco y con los cuales me llevo bien, son
mundo, en el Segundo Salón del Libro Iberoameri- terriblemente críticos con el poder. Ese es el
cano en Guijón, España: único papel del intelectual: una pulga en la oreja
del Estado (...). Es tan digno ser escritor como
médico o fontanero, pero nunca existió en Es-
paña el deseo de considerar el arte y la crea-
ción literaria como un oficio digno que se pue-
da ejercitar en la vida. (González, 1999).

7 Luis Sepúlveda nació en °valle, Chile en 1949. A los 17 años


escribió su primer libro de poesía. Trabajó en Brasil, Uruguay,
Paraguay y Perú. Vivió en Ecuador entre los indios shuar en un
proyecto de la UNESCO. Después se trasladó a Alemania, donde
comienza a gozar de prestigio. En 1992, a partir de la publicación de
su novela El viejo que leía novelas de amor, alcanza la consagración
total, ya que fue uno de los éxitos más vendidos y traducidos del
ario. Luego vinieron otros éxitos como Mundo del fin del mundo, un
libro entre investigación y denuncia; Nombre de torero, su particu-
lar novela negra; Patagonia express, un libro autobiográfico, la re-
ciente Historia de la Gaviota y el Gato que le enseñó a volar, traslada-
da al cine en forma de largometraje de animación, Desencuentro
recopilación de todos los cuentos predilectos del autor anteriores a
"Un viejo...", y Diario de un Killer sentimental seguido de Yacaré sus
dos últimos relatos publicados por entregas. En la actualidad resi-
de en Gijón. Filmografía básica Historia de la Gaviota y el Gato que
le enseñó a volar, Tierra de fuego, de Miguel Littin. Filmografía como
guionista de Tierra de fuego, 1999. Filmografía como músico Histo-
ria de una gaviota (y el Gato que le enseño a volar), 1999. (Unión
Cine Ciudad, 2000).

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ARTÍCULOS

Para corroborar sus declaraciones en una pos- Al identificar esta estructura narrativa se pue-
tura estética y ante todo ética desde su papel como de señalar que el narrador en los dos primeros
intelectual comprometido con la palabra y con los capítulos muestra el ambiente del Idilio, un mue-
movimientos sociales en Un viejo que leía novelas lle fronterizo con la selva donde viven un puñado
de amor, denuncia en su nota de autor el vil asesi- de colonos aventureros, el alcalde apodado La
nato de Chico Mendes, uno de "los más preclaros Babosa, ser despreciado por los habitantes por su
defensores de la Amazonia, y una de las figuras ineptitud y continuo abuso de autoridad y, el viejo
más destacadas y consecuentes del Movimiento José Antonio Bolívar Proaño, el protagonista. A
Ecológico Universal" (Sepúlveda,1998a: 9). Tam- este lugar confluyen de paso, además, buscadores
bién resalta y dedica esta obra a personas que aún de oro, cazadores, gringos, jíbaros rechazados de
continúan en defensa del ecosistema de la selva: su tribu shuar que mendigan un chorro de aguar-
"A mi lejano amigo Miguel Tzenke, síndico shuar diente y, un dentista que odia cualquier forma de
de Sumbi en el alto Nangaritza y gran defensor de gobierno, y que va dos veces al año en el Sucre,
la Amazonia. (Ibid: 11). barco viejo y único medio de contacto con el mun-
do exterior.

2. LA CONCRECION DEL OTRO Del tercer al cuarto capítulo se describe la his-


DESDE LA LITERATURA toria del viejo y su esposa Dolores Encarnación del
En el piano literario, la novela de Sepúlveda no es Santísimo Sacramento Estupiñán Otávalo, histo-
sólo el argumento o asunto configurado de deta- ria que empieza desde su matrimonio arreglado.
lles en torno a Antonio José Bolívar Proaño quien La infertilidad de la mujer es el hecho que da mo-
vive en el Idilio, un remoto pueblo de la amazonía tivo para el viaje de estos a la selva en calidad de
ecuatorial de la región donde viven los shuar o colonos a ese ambiente. La convivencia del viejo
jíbaros con los que ha aprehendido a conocer la con los indios shuar surge a raíz de la pérdida de
selva y sus leyes (respeto por la vegetación, los su esposa a causa de la malaria y priñéipalmente
animales e indígenas que la pueblan) (Sepúlveda, por la mordida de una serpiente de la que salió
1998, portada); es también memoria cultural, re- bien librado gracias a esta tribu, lo cual contribuyó
actualización y re-conocimiento del otro; en este a formar su respeto y aprecio por este espacio. En
caso, de un espacio en peligro, la selva, que un día esta convivencia con los indios, el viejo toma por
pierde su armonía por la intrusión del hombre compadre a Nushiño, cuya muerte a manos de
blanco, quien no mide las consecuencias depreda- buscadores de oro es causa de la salida del viejo
doras de sus actos por el desconocimiento de las de ese pueblo por desconocer las leyes de la lucha
leyes que dicta este sabio ambiente, conocido por de esa tribu.
indígenas que lo habitan y por Antonio Bolívar
Proaño, el protagonista. Para expresar dicha te- En estos capítulos también se muestra el pro-
mática recrea elementos reales como el dentista, ceso de lectura de las novelas de amor que sigue
el alcalde, las novelas de amor, la tigrilla, entre José Antonio Bolívar Proaño, la cual inicia con la
otros; y ficticios como el idilio, el dorado, la tigrilla segunda llegada ya viejo al Idilio. Su primer acer-
enloquecida. Elementos estos del asunto en un camiento con la lectura en este lugar fue a raíz de
contexto, la selva, entretejidos en situaciones in- unas elecciones presidenciales donde se dio cuen-
ventadas para dar una forma definitiva al texto. ta que sabía leer, con lo cual descubre el pasaje
para su vejez. La curiosidad y el deseo de leer,
Lo anterior es apreciable en la estructura de además de la soledad, llevan al protagonista a via-
la obra de Sepúlveda, la cual se divide en ocho ca- jar hacia El Dorado, una ciudad pequeña donde
pítulos solidarios entre sí y en los que se distribu- una maestra le permite revisar la biblioteca de la
yen los acontecimientos que se van narrando de la escuela. Allí encuentra lo que buscaba, novelas de
siguiente manera: amor y contento regresa al Idilio.

Capítulos Capítulos Capítulo 4- ■ Capítulos Capítulo


El quinto capítulo, de transición, continúa na-
1-2 3-4 5 6=7 8
rrando algunos pasajes de la vida del protagonista
alrededor de la lectura de las novelas de amor, para
Protagonista Transición Muertes
'lluego devolverse al inicio de la obra y situarnos
Historia Expedición
nuevamente en el muelle con la llegada de otro
Desarrollo Desenlace
muerto, Napoleón Salinas, un buscador de oro a
Introducción
manos de la tigrilla.

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DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN,

En los capítulos seis y siete la tranquilidad del miento final que desemboca con la muerte de la
pueblo y las lecturas de amor del viejo se rompen tigrilla a raíz de un disparo. El viejo llora ante este
por dos hechos importantes: la llegada al Idilio de hecho, arroja maldiciendo el arma al río y a todos
una acémila mal herida por el ataque de la tigrilla, los que prostituyen la selva. Herido se va en pos del
acémila propiedad de Alkaseltzer Miranda, y la Idilio y de sus novelas de amor, las cuales "le hacían
expedición de este para indagar sobre su suerte. olvidar la barbarie humana". (Ibid:137).
Durante el viaje son reiterativas las torpezas del
alcalde y el malestar que provoca en sus compa- Con esta estructura se observa dos posturas
ñeros, sobre todo en el viejo. Ya en predios de la frente a la selva: una representada por el alcalde y
choza del colono, encuentran a Miranda y a un los colonos y otra por el protagonista José Antonio
buscador de esmeraldas llamado Plascencio Bolívar Proaño. La primera obedece a un desco-
Puñán, muertos por la tigrilla. nocimiento de dicho espacio calificado por estos
como "incivilizado" (visión moderna occidental de
El último capítulo es el desenlace que sucede la selva) y como objeto posible de ser sometido para
con el enfrentamiento entre el protagonista y la los diversos intereses del blanco. La segunda po-
tigrilla, pues los demás integrantes de la expedi- sición evidencia la defensa de la selva, reconocida
ción, encabezados por el alcalde, regresan al Idilio como un ambiente armónico regido por leyes que
para "proteger" del peligro a sus habitantes de la ella misma dicta, incluso al indígena, quien tam-
tigrilla. En este capítulo son importantes los monó- bién se somete a dichas leyes. Así, estas dos pos-
logos del viejo a partir del miedo y el sueño. En el turas hacen que la obra catalogue al Otro como
primero, en la oscuridad de la noche y en la choza otra visión de la selva que cuestiona lo establecido
de Miranda, el viejo recuerda a los shuar y a por Occidente.
Nushiño, con los cuales diferencia lo que verdade-
ramente es un cazador occidental y un cazador abo-
rigen. En el segundo, que sucede después del en- 2.1 La orafitura como estratega
cuentro del viejo y el tigre mal herido, encuentro narrativa a partir de la metáfora
inducido por la hembra para que le diera el tiro de La oralidad no es sólo un modo de mirar el pasa-
gracia, el viejo sueña debajo de una canoa con todo do, sino un sistema y transmisión de conocimien-
su pasado y entiende que la muerte de la tigrilla es tos históricos dentro de la cultura y su historia oral,
ahora un acto de piedad, pero no la piedad que pue- que sirve, adecuando formas lingüísticas para la
de dar cualquiera, sino un miembro más de la sel- traducción de lo oral8 a lo escrito, para expresar
va. El viejo despierta a tiempo para evitar que el de igual manera a la escritura literaria. La estética
animal se meta en la canoa y le dé un zarpazo a sli de la oralidad, aplicable a leyendas, mitos, cuen-
pierna. Ambos están heridos antes del enfrenta- tos, epopeyas, cantos y poemas, incluye olores,

8 Es necesario tener en cuenta algunas precisiones acerca de la


oralidad y su esencia para comprender por qué la oralitura es parte
de un proceso estratégico narrativo al interior del texto. Carlos
Pacheco en La comarca oral, ilustra algunas de estas precisiones:
"...la oralidad no puede (...) concebirse sólo como el predominio de
una modalidad comunicacional ni, en términos negativos, como
privación o uso restringido de la escritura ni, finalmente, como una
suerte de subdesarrollo técnico o atraso cultural sino como una
auténtica economía cultural, relativamente autónoma, que implica
—en relación directa con ese predominio o exclusividad de la pala-
bra oral- el desarrollo de peculiares procesos poéticos, concepcio-
nes de mundo, sistemas de valores, formas de relación con la comu-
nidad, con la naturaleza, con lo sagrado, usos particulares del
lenguaje, nociones de tiempo y espacio y, por supuesto, ciertos pro-
ductos culturales con características específicas que difieren en
mayor o menor grado, pero de manera siempre significativa, de sus
equivalentes en culturas dominadas por la escritura, la imprenta o
los medios electrónicos" (Pacheco, 1992:35). Lo anterior es perfec-
tamente entendible, según Pacheco, si se tiene en cuenta la historia
desde el mismo encuentro de una cultura europea letrada frente a
una amerindia oral. Por el hecho de haber contado desde el co-
mienzo con una élite intelectual letrada, los grupos sociales que
desde la conquista y sucesivamente durante los periodos colonial y
republicano detentan el poder económico y político, son también
dominadores del espacio cultural, desconociendo «otras alternativas
planteadas por culturas orales (13-17).

[ 33
ARTÍCULOS

sabores, colores que no están presentes en una lado, se dio a la fuga transformado en perezoso
primera mirada en el piano visual de la escritura tzanza, y como los micos son tan parecidos es
literaria, pero que se suplen a través del uso de la imposible saber cuál de ellos esconde al shuar
metáfora como una de las formas, según Friede- condenado. Por eso hay que matarlos a todos.
mann, para captar, interpretar y transmitir la esen- - Así dicen que ha sido- dirá escupiendo por
cia del otro y para involucrar al investigador-na- última vez el compadre Nushiño antes de mar-
rrador que antes estaba al margen del texto charse, porque los slimar se alejan al finalizar
recogido al utilizar un discurso convencional o ca- una historia, evitando las preguntas engendra-
nónico de su disciplina9. La oralitura, al hacer uso doras de mentiras (Sepúlveda,1998a. 123-124).
de la metáfora como estrategia de traducción na-
rrativa de lo oral a lo verbal a través de las relacio- La evocación del protagonista en la cual está
nes simbólicas que encarnan las referencias de la presente un mito de enseñanza, se ilustra a partir
realidad, se basa en ella misma para su explica- de la metáfora, metáfora que consiste en la trans-
ción". Por eso es importante interpretarla en la pa- formación de un hombre malo en un animal que
labra como una estrategia de ocultamiento cultural, esconde esa maldad. Este relato se cuenta escu-
y en el silencio_ como metáfora de enmascaramien- piendo al empezar y terminar la narración para
to del narrador (De Friedemann, 1997:93-94). Este reforzar que se dice la verdad ante un amigo y para
enmascaramiento le sirve al auto-rin-vestigador ayudar a la palabra, además largando un sonoro
para encarnarse en la figura del narrador y a partir pedo para que ningún perezoso tzanza lo escuchen.
de este narrador, involucrarse y mostrar un conoci-
miento del objeto de estudio, además de plasmar
9 Antes de la década de los arios sesenta, el investigador para regis-
un estilo propio en la narración. trar su sentir y sus observaciones personales lo hacía aparte en su
diario de campo o al margen del corpus de investigación.

En la novela este concepto se presenta a tra- " Incluso, la representación de un referente como la selva, por
vés no de los indios shuar, sino del trabajo del na- medio de la palabra hablada o escrita, ya es una 'metáfora. Así por
ejemplo, la expresión "perro" en el plano escrito u oral no es igual al
rrador y la voz que este le da al protagonista José
objeto físico representado. De esta forma "perro" o "selva", como
Antonio Bolívar Proaño, quien por medio de la signos, son metáforas directas o literales al ser representaciones
evocación da a conocer cuentos y leyendas de la mentales que mediatizan estas realidades, pasando un objeto físico
o abstracto de un estado natural a un estado cultural; en términos
tradición shuar. En un monólogo, donde se pre- de Piaget esta representación mediadora de la realidad se denomi-
gunta el protagonista qué le está sucediendo fren- na función simbólica, "pues la formación de los símbolo (semiosis)
se basa en una configuración significativa que los hombres realizan
te al caso de la tigrilla, recuerda que:
del mundo y de sí mismos mediante la socialización del conocimien-
to que se construye, hacen que los símbolos signifiquen algo de
... Los shuar no cazan tigrillos. La carne no es alguien sobre algo con destino a alguien" (Niño, 1998a: 11).

comestible y la piel de uno sólo alcanza para 11Las acciones de escupir y emitir pedos plasmadas en el texto, son
hacer cientos de adornos que duran genera- características del pueblo shuar. La primera indica que quien ha-
bla dice la verdad, la segunda es un mecanismo para evitar que lo
ciones. Los shuar; ¿te gustaría tener uno de
que se habla no sea escuchado por representaciones del mal. En el
ellos contigo? Desde luego, a tu compadre pueblo achuar, familia de los shuar, "la saliva de los hombres, bajo
Nushiño. la forma de largos escupitajos elegantemente dirigidos por dos de-
dos posados sobre los labios, constituye un contrapunto de todos
- Compadre, ¿me sigues el rastro? los diálogos y conversaciones. Dando ritmo a la conversación, la
El shuar se negará. Escupiendo muchas veces cadencia de las emisiones es tanto más acelerada cuanto que la
tensión entre los interlocutores más se manifiesta. Principio de
para que sepas que dice la verdad, te indicará
transformación alimenticia y lubricante fónico, la saliva es una sus-
desinterés. No es su asunto. Tú eres él caza- tancia corporal a la vez instrumental y altamente socializada, pues-
dor de los blancos, el que tiene una escopeta, to que ayuda a la palabra" (Descola, 1998:189-190). En cuanto a la
cacería de los animales, respecto a la tigrilla, los tzanza y micos con
el que viola la muerte emponzoñándola de do- referencia a su carne, es bueno anotar:" Al contrario, la mayor
lor. Tu compadre Nushiño te dirá que los shuar parte de los predadores tienen costumbres nocturnas y cuando los
hombres interrumpen la cacería antes de la puesta del sol, son rele-
sólo buscan matar a los perezosos tzanzas.
vados por competidores animales que persiguen a sus presas en las
-¿,X7 por qué, compadre? Los tzanzas no ha- tinieblas. La oposición animales diurnos/animales nocturnos es así
cen más que dormir colgados de los árboles. parcialmente equivalente a la oposición animales cazados/animales
cazadores, estos dos pares siendo a su vez recordados por la dicoto-
Antes de responder, tu compadre Nushiño se mia animales comestibles/animales no comestibles, puesto que la
largará un sonoro pedo para que ningún pe- caza comestible es diurna, mientras que los predadores nocturnos
son decretados incomestibles por los achuar. La clase de los animales
rezoso tzanza lo escuche, y te dirá que hace no comestibles (yuchatai) excede ampliamente la categoría de los
mucho tiempo un jefe shuar se volvió malo y predadores puesto que encontramos en ella en desorden tanto a los
sanguinario. Mataba a buenos shuar sin tener animales cuya carne es dicha "nauseabunda" (mejeaku), como aque-
llos sobre los que pesa una prohibición alimenticia general porque
motivos y los ancianos determinaron su muer- son considerados reencarnaciones del espíritu de los muertos"
te. Tñaupi, el jefe sanguinario, al verse acorra- (Ibid: 129).

34 1
DE LA ORALITÚRA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

La puesta en escena de la metáfora en este caso Algunas situaciones cotidianas que se imbrican
no se da en planos retóricos en la linealidad lexical en un hecho particular de los indígenas shuar a
denotativa de la escritura (en el canon de la litera- través de la metáfora oral de la selva, son: palmo-
tura), sino en el plano del lenguaje connotativo que teos para hacer comprender al viejo; colores pro-
encierra afecto, sentimiento, enseñanza, tradición, pios de la selva; transformación de dioses meno-
presentes en una cultura, resolviéndose en la ex- res y mayores en elementos propios de este espacio
presión "Así dicen que ha sido -dirá...", intertexto como animales, insectos, plantas, donde cada uno
transmitido de generación en generación como se de ellos puede contener un alma. Estas situacio-
percibe en lo dicho por Nushiño. Lo anterior im- nes caracterizan la creencia de una selva personi-
plica que la oralitura capta procesos culturales sig- ficada en reencarnaciones, una selva viva con el
nificativos del relato oral traducibles a la literatu- poder de aceptar o expulsar al hombre y, además,
ra, es decir, en el momento de hablar es más que enseña conocimiento 12 .

importante escupir, hecho que permite hacer una


traducción cultural, donde escuchar estaría en lo La importancia e implicación del lenguaje
oral y ver en el registro escrito de la literatura. connotativo en la oralitura, representado en la
metáfora, con el cual se puede captar más clara-
Otro ejemplo donde se aprecia la oralitura, a mente la esencia de la selva desde la visión abori-
través del uso de la metáfora utilizada por el na.- gen, se puede señalar a través de la narración he-
rrador oculto, muestra al viejo como parte inte- cha por quien cuenta el episodio de Nushiño: éste
grante de la selva después de ser curado por los en su agonía a causa de los disparos de cinco blan-
indios shuar de la mordedura de una serpiente cos aventureros buscadores de oro, le -pide al viejo
equis y la aprobación de los dioses que rigen este ayuda para que su alma no quede perdida en un
espacio: animal sin valor en su cultura:

Al verlo totalmente repuesto, los shuar se le Todo ocurrió muy rápido. Los blancos, nervio-
acercaron con obsequios. Una cerbatana, un sos ante la llegada de más shuar, dispararon
atado de dardos, un collar de perlas de río, un alcanzando a dos indígenas y emprendieron la
cintillo de plumas de tucán, palmoteándolo fuga en su embarcación.
hasta hacerle comprender que había pasado Él supo que los blancos estaban perdidos. Los
por una prueba de aceptación determinada shuar tomaron un atajo, los esperaron en un
nada más que por el capricho de dioses jugue- paso estrecho y desde ahí fueron presas fáci-
tones, dioses menores, a menudo ocultos en- les para los dardos envenenados. Uno de ellos,
tre los escarabajos o entre las candelillas, cuan- sin embargo, consiguió saltar, nadó hasta la
do quieren confundir a los hombres y se visten orilla opuesta y se perdió en la espesura.
de estrellas para indicar falsos claros de selva. Recién entonces se preocupó de los shuar caí-
Sin dejar de homenajearlo, le pintaron el cuer- dos.
po con los colores tornasolados de la boa y le Uno había muerto con la cabeza destrozada pol-
pidieron que danzaran con ellos. la perdigonada a corta distancia, y el otro ago-
Era uno de los contados sobrevivientes a una nizaba con el pecho abierto. Era su compadre
mordedura de equis, y eso había que celebrar- Nushiño.
lo con la fiesta de la serpiente. - Mala manera de marcharse- musitó, y en una
Al final de la celebración bebió por primera mueca de dolor, Nushinño, y con mano tem-
vez la natema, el dulce licor alucinógeno pre- blorosa le indicó su calabaza de curare -. No
parado con raíces hervidas de yahuasca, y en me iré tranquilo, compadre. Andaré como un
el sueño alucinado se vio a sí mism¿ como par-
te innegable de esos lugares en perpetuo cam-
bio, como un pelo más de aquél infiiiito cuerpo "En los achuar, una de las cuatro familias dialectales que forman la
verde, pensando y sintiendo como un shuar, y etnia shuar, Descola observa que: un consenso parece desprender-
se acerca del hecho de que ciertas partes del cuerpo del difunto se
se descubrió de pronto vistiendo 1s atuendos vuelven autónomas (ankan) después de su muerte y ,que se encar-
del cazador experto, siguiendo las huellas de nan en especies animales. Así, los pulmones se convierten en mari-
posas (wampishuk), la sombra se convierte en venado Mazama
un animal inexplicable, sin forma ni tamaño, americana (iwianch japa), el corazón en un pájaro pico gordo
sin olor y sin sonidos, pero dotado de dos bri- (iwianch chinki) y el hígado en búho (ampush) (...) Estas especies
llantes ojos amarillos. 1 entran dentro de la categoría genérica de los iwianch, una variedad
de espíritus sobrenaturales vagamente maléficos. Los iwianch son
Fue una señal indescifrable que le ordenó que- la materialización en una forma animal o casi humana del alma
darse, y así lo hizo (47-48). (wakan) de un muerto (...). (Descola,1988: 130-131).

35
AIRTICULOS

triste 'pájaro ,ciego, a (choques con los árboles al ver el cadáver del buscador de oro irrum-
mientras su cabeza no ,cuelgue de una rama pieron en un llanto desconsolado que no atinó
seca. Ayúdeme, compadre. a explicarse.
Los shuar 10 rodear.on. Él conocía las costum- :No lloraban por el extraño. Lloraban por él y
bres de los blancos, y las débiles palabras de por Nushiño.
Nushiño leldeCian (que Regába d momento de El no era uno de ellos, pero era como uno de
:pagar la Ideada ,contraída cuando lo salvaron ellos. En consecuencia, debió ultimarlo con un
Jugo de )1a mordedurá, de la 'serpiente. dardo envenenado, dándole antes la oportuni-
Le pareció justo pagar la ,deuda, y armado de dad de luchar como un valiente; así, al recibir la
una ceilbattana cruzó 'el río :, lanzándose por pri- Fi arálisis del curare, todo su valor permanece-

mara 'vez a la caza (d'él hombre G..) ría en su expresión, atrapado para siempre en
Era un ;hombre fuerte, pero finalmente„ tras su cabeza reducida, con los párpados, nariz y
'!forcejear, logró arrehatade la escopeta,. boca fuertemente cosidos para que no escape.
Nunca tuvo antes »un arma de fuego en sus ¿Cómo reducir aquella cabeza, aquella vida
manos, pero ;al ver como el hombre echaba detenida en una mueca de espanto y dolor?
mano :al machete intuyó , e1 lugar :preciso don- Por su culpa, Nushiñ no se iría. Nushiño per-
de debía poner ,e1 dedo . y la detonación provo- manecería csmo apagayo ciego, dándose
có un revoloteo de pájaros asustados. golpes contra los árboles, ganándose el odio de
Asombrado ante la potencia dei (disparo :, se qui nes no I e, conocieron al chocar contra sus
acercó al :hombre. Bahía recibido la doble cuerpos, molestando el sueño de las boas dor-
perdigonada en pleno vientre y se revolcaba nús as, ahuyentando las presas rastreadas con
de dolor. Sin hacer caso de los alaridos le ató su revoloteo sin rumbo.
por los tobillo; loarrastró hasta la orilla del Se había deshonrado, y al hacerlo era respon-
río, y al dar las primeras brazadas sintió que sable de la eterna desdicha de su compadre
el infeliz ya estaba muerto. (Sepúlveda, 1998°: 54-57).
En la ribera opuesta lo esperaban los shuar.
Se Apresuraron en ayudarle a salir del río, mas El indígena con sus tradiciones culturales que-
da plasmado en este relato a través del narrador
(que no se involucra) en la metáfora de la reencar-
nación, que para el caso, ilustra la pérdida del alma
atrapada en un animal de este entorno. Por consi-
guiente, los muertos en esta cultura pueden que-
dar por siempre en los elementos de la selva, lo
cual lleva a un conocimiento religioso de esta et-
nia. Recuperar el alma de un miembro de la tribu
como Nushiño en la de un agresor como la del bus-
cador de oro y capturar su valor en una lucha dig-
na por otro miembro de la tribu y por medio del
curare" para poder reducir la cabeza" del agre-
sor donde va a quedar confinada la gallardía de
este oponente, es el camino para la salvación de
quien la recupera y para quien es recuperada, así

13Descola llama la atención sobre el curare cuando anota: "como lo


indica Lévi Strauss, en efecto, el veneno de caza es pensado en las
culturas amerindias como una intrusión de la naturaleza en la cul-
tura, por lo que es un producto natural haciendo posible una acti-
vida'd cultural y al igual que la cerbatana es percibido por los ashuar,
como un ser autónomo, de comportamiento a veces caprichoso (...)".
(Descola, 1988: 310-311).

14La tribu shuar del Amazonas, al igual que algunas tribus de Bor-
neo, es reconocida en el mundo por la práctica de reducir cabezas
de guerreros enemigos tomándolas como objetos religiosos. Es así
como el escritor guatemalteco Augusto Monterroso toma este he-
cho para crear un cuento llamado Míster Taylor en donde se refiere
a los shuar como "... una tribu que cuyo nombre no hace falta
recordar". (Monterroso, 1995: 14).

[ 36 1
DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

como sinónimo de prueba de aceptación social y fino y rectilíneo formado por dos medios tubos del
conocimiento de las leyes tradicionales shuar de la corazón de la palmera de la chonta, cuya longitud
muerte y del más allá. aproximada es de tres metros de largo. Con este
instrumento se proyectan dardos ligeros y aguza-
Los hechos que rodean y componen la metá- dos de treinta centímetros con la punta envenena-
fora, presentes en la cita anterior, son parte de la da de curare, veneno que paraliza la presa en
oralitura (la cual se basa en la escucha), que luego menos de diez minutos. Cada hombre de la tribu
quedan plasmados en la escritura. Así, términos sabe hacerla, pero su fabricación encierra secre-
léxicos en la construcción del relato lineal, guar- tos como la selección de la palmera y su corte, la
dan silencios que desenmascaran la cultura shuar forma de ligarla y recubrirla, así como su poste-
a través del narrador. No es casual la oración rei- rior utilización en la lucha y en la caza de acuerdo
terativa que al ser recurrente en el relato de éste, con la escogencia de las presas, pues no todos los
matiza la diferencia del protagonista José Antonio animales se pueden cazar con esta arma (306-309).
Bolívar Proaño con el pueblo Shuar: "él no era uno
de ellos, pero era como uno de ellos" (56). Se concluye que la metáfora, como ocultación
no verbal en la oralitura y en la cual también se
En el relato, las expresiones léxicas encarnan esconde un narrador enmascarado, sirve para
silencios intertextuales que van más allá de la pa- hacer la traducción cultural de lo oral (tradición
labra y descubren significados relacionales, cons- oral) a lo escrito (lo visual) en pueblos ágrafos, re-
titutivos de una cultura. Es el caso del curare y la gistrando una nueva forma de conocimiento
cerbatana utilizados para la caza de presas y para connotativo y a su vez de expresión estética en la
la guerra, que entrañan tradiciones culturales pro- narración, prestándose como herramienta para el
fundas desconocidas por el mundo occidental, pues re-conocimiento del otro y su inscripción en la cons-
son objetos propios ritualizados en el momento de trucción de la historia como ocurre en los tres ejem-
su elaboración como en su funcionalidad. Así, para plos anteriormente analizados.
el curare "cada hombre posee su fórmula propia,
generalmente heredada en línea agnática, y los que
fabrican el curare más eficaz conservan celosamen- 2. 2 EH etnotexto como concreción
te el secreto de su composición" (Descola,1988: del otro
309). Descola nos dice que para la elaboración del
curare, actividad exclusivamente masculina reali- Niño define el etnotexto como "tipologías de pro-
zada en la selva, las mujeres y los niños deben es- ductos culturales con características de arraiga,
tar alejados del sitio de su elaboración. Una vez producción, adopción y transformación" (Friede-
reunidos los ingredientes necesarios, se cuecen a mann y Niño, 1997: 24), es decir, son etnotextos
fuego lento mientras que los hombres van ento- aquellas tipologías que rompen fronteras entre
nando anents" (cantos) especiales destinados a for- oralidad y escritura, entre hisioria y - literatura,
tificar el curare. Estos encantamientos van direc- entre etnografía y estética. Esto indica que por
tamente al curare pidiéndole que beba la sangre medio del etnotexto se transita por las orillas del
de los animales contra los cuales se empleará, nom- conocimiento. Orillas en las que se conectan cam-
brando cada especie de caza, una tras otra. Con pos comunes en la concreción del otro para la in-
respecto a la cerbatana, esta es un arma de un tubo vestigación. Tal concepción valida que dentro de*
este concepto se inserte el ecotexto corno texto.de
transformación y proceso de trasgresión fronteri-
za que hay entre ecología y literatura en ésta no-
vela y que el ecotexto esté inscrito en la corriente
de la ecoliteratura, pues en esta corriente como lo
ilustra tal obra se va más allá al hacer ecología a
través de la expresión literaria.

15 Niño señala que "los cantos anent establecen comunicación con


la naturaleza y el mundo sacro, teniendo como función la influencia
sobre el curso de los acontecimientos (...) El canto tiene una función
cosmofáctica. Hablar es ver anticipadamente. Se ve para vivir".
(Niño, 1997: 36).

[ 37
ARTÍCULOS

Con el etnotexto se precisa la relación Yo-Otro cristiana y, otra amerindia, ambas con estéticas y
en la novela. El yo, Luis Sepúlveda, a través del éticas diferentes frente al mismo espacio de la sel-
narrador registra al otro, la selva, por medio del va. Esta diferenciación plasmada en el texto, im-
pueblo ágrafo shuar en la diacronía de la historia plica que el escritor-narrador puede ser etnógrafo
del texto escrito y en la sincronía de la simultanei- y por consiguiente su trabajo, que también se pre-
dad del relato en el presente del tema de la selva. senta como documento histórico, está en la orilla
de esta disciplina y en la de la literatura, situación
Sepúlveda al esconderse en la figura del na- que rompe barreras canónicas entre ficción y ver-
rrador y al ir registrando la cultura de la selva, va dad, entre objetividad y subjetividad, entre estéti-
re-conociendo su cultura, la de Occidente, a partir ca y funcionalidad, lo cual pone en evidencia que
de la selección de hechos significativos de la cultu- por las márgenes de las disciplinas se pueden co-
ra del otro (la del indígena). Así, este autor opone nectar campos comunes y preocupaciones que se
literariamente dos visiones del mundo en un mis- traslapan en éstas para la aprehensión del otro.
mo sitio, la selva, donde el protagonista de su no- En la realización de esta labor, Sepúlveda hace
vela es el centro del drama en el que confluyen acopio de su conocimiento y versatilidad para mo-
estas dos visiones que desembocan en una trage- verse en dos culturas plasmándolas en el plano li-
dia: la muerte y devastación de los elementos que terario de la narración desde las diversas proble-
conforman la selva y la selva misma. máticas que surgen por la irrupción de un mundo
en otro, el mundo de los blancos en el mundo de la
selva, lo cual es aprovechado por este autor para
2. 2. 1 Simbolismos encontrados invertir los valores de este ambiente en la literatu-
Las dos visiones en conflicto se observan a partir ra, pues aquí el blanco es el `otro" 6 maligno que
de varios elementos simbólicos que caracterizan altera la selva".
tanto la cultura de occidente como la de la selva.
En lo referente a Occidente, encontramos en la
novela a un viejo que en su juventud de campesi- 2. 2. 2 Oposición de personajes
no nace en una cultura cristiana, es obligado a un A partir de la irrupción de este 'otro' maligno, Luis
matrimonio por conveniencia de otros y no puede Sepúlveda por medio del narrador describe, evo-
engendrar hijos, hecho que lo obliga a salir de su ca, hace diálogos, da la voz a personajes y con es-
pueblo con su mujer, para convertirlos en colonos; tos mismos recursos manifiesta literariamente
un pueblo-muelle llamado el Idilio, cuya actividad oposiciones entre personajes, quienes además re-
comercial es característica de Occidente; un alcal- presentan sus culturas respectivas, las cuales es-
de déspota y corrupto en quien se representa toda tán reflejadas en la novela. Por ejemplo, presenta
la autoridad marrullera en contra de los habitan- un viejo' que su físico particular y sabiduría la ad-
tes de dicho pueblo; armas de fuego utilizadas para quiere por haber vivido con los indios shuar pues
la cacería de animales salvajes o muchas veces en
contra de los indígenas; novelas de amor y su lec- ...la vida en la selva templó cada detalle de su
tura en las que la acción sólo ocurre en grandes cuerpo. Adquirió músculos felinos que con el
ciudades como Venecia y el amor es exclusivo de paso de los años se volvieron correosos. Sabía
grandes personajes. tanto .de la selva como un shuar. Era tan buen
rastreador como un shuar. Nadaba tan bien
Respecto a los símbolos de la cultura aborigen, como un shuar. En definitiva, era como uno de
en la selva se encuentra la anaconda, representa-
ción de uno de los grandes dioses de ese "mundo;
la tigrilla, representante de la fuerza, valor e in-
16 Este 'otro' representa a los blancos quienes sirven para mostrar la
teligencia de los animales de la selva; el Chamán,
visión del otro, la selva.
viejo que por su sabiduría y poder es respetado por
su pueblo; la cerbatana junto con el curare, elemen- " Así, no es extraño que el narrador cada vez que presenta a los
blancos, la figura que destaca es el gringo, porque es quien busca el
tos que sirven para la lucha y muerte digna de un petróleo, organiza cacerías armado hasta los dientes, matando cuan-
hombre o animal. Los anteriores son símbolos de to animal se le aparece, trae el whisky -licor desprovisto de ritual
diferente al natema, trago ritualizado de los shuar- y cuando no
un espacio que tiene su lógica aprehendida y difun-
viene de cacería, viene armado pero de cámaras fotográficas per-
dida en la tradición oral milenaria por un pueblo. turbando la tranquilidad de la selva. En seguida de los gringos,
están los buscadores de oro cuya característica principal en la nove-
la es la de ser personajes destructores y ruines. Por último, el na-
Tales rasgos simbólicos distintivos definen y rrador destaca la figura del alcalde, ser ignorante, torpe, cobarde y
caracterizan dos culturas: una occidental y además sinónimo de autoridad corrupta.

[ 38
DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

ellos, pero no era uno de ellos (Sepúlve- — ¿Ve las carnes abiertas en filas? ¿Ve cómo
da,1998a: 50). en la quijada son más profundas y a medida
que bajan se vuelven más superficiales? ¿Ve
Esta convivencia del viejo con los indígenas lo que no es uno, sino cuatro tajos?
acerca a la cultura de la selva a pesar de pertene- —¿Qué diablos quieres decirme con eso?
cer al mundo occidental. En contraposición está el —Que no hay machetes de cuatro hojas. Zar-
alcalde cuyo físico, actuación y torpeza representa pazo. Es un zarpazo de tigrillo. Un animal adul-
al clásico occidental común: to lo mató. Venga. Huela (25-26).

El alcalde, único funcionario, máxima autori- De esta manera se evidencia en personajes


dad y representante de un poder demasiado como el alcalde que aún están presentes rasgos de
lejano como para provocar temor, era un indi- la cultura de Occidente, donde se ve y se vive la
viduo obeso que sudaba sin descanso. selva con arquetipos creados desde tiempos inme-
(...)ganándose el apodo de la Babosa (...) a cau- moriales, pues, en este relato entran términos des-
sa de un desfalco lo enviaron a ese rincón per- pectivos que usa este personaje con frecuencia a
dido del oriente como castigo. lo largo de la novela cuando se refiere a los ele-
Sudaba, y su otra ocupación consistía en ad- mentos constitutivos de este espacio: selváticos o
ministrar la provisión de cerveza. Estiraba las indios en pelotas, cuando se refiere a los indíge-
botellas bebiendo sentado en su despacho, a nas; bichos, refiriéndose a los animales de ese lu-
tragos cortos, pues sabía que una vez termi- gar; salvajes, porque andan semidesnudos, no ha-
nada la provisión la realidad se, tornaría más blan el español y no son cristianos (recuérdese que
desesperante... desde la Conquista, el sólo hecho de que los indios
Llegó con la manía de cobrar impuestos por no hablaran el castellano era sinónimo de barba-
razones incomprensibles. Pretendió vender rie y barbarie es sinónimo de andar sin Dios ni ley,
permisos de pesca y caza en un territorio in- tradición heredada de los griegos, para quienes no
gobernable. Quiso cobrar derecho de usufruc- hablar la misma lengua era igual a un ser bárba-
to a los recolectores de leña que juntaban ma- ro). Tal situación sirve para mostrar que en la mis-
dera húmeda en una selva más antigua que ma obra se puede observar un proceso de secula-
todos los estados, y en un arresto de celo cívi- rización, es decir, se desmitifican mitos o contenidos
co mandó construir una choza de caña para religiosos de la tradición que continúan viviéndose
encerrar a los borrachos que se negaban a como huellas o como modelos encubiertos y
pagar las multaá por alteración del orden pú- distorsionados aún profundamente presentes (Vat-
blico. timo,1996:128-129). El narrador ilustra este fenó-
Su paso provocaba miradas despectivas, y su meno oponiendo visiones de personajes. Por un
sudor abonaba el odio de los lugareños (23-24). lado, está el alcalde, quien en estas épocas contem-
poráneas ve a los indios como salvajes y la selva
La contraposición en cuanto a sabiduría y co- como sinónimo de peligro; y por otro, el viejo que
nocimiento del mundo de la selva de estos dos per- tiene las dos vivencias de la cultura y ha experi-
sonajes, se puede observar en el primer capítulo mentado este proceso completo: es de Occidente y
de la novela con la llegada del gringo muerto traí- &arda huellas de esta vida, luego, vive en la selva
do por los indios al muelle. El alcalde; en uso de su con los indios y tiene huellas de este mundo, hue-
autoritarismo, acusa directamente a los indios llas que aplica a la lectura de sus novelas de amor,
shuar de haber asesinado a machete al gringo, para relacionar y comparar su existencia pasada
apuntándoles con el arma y propi+ndo golpes, con la actual.
mientras que el viejo, comprendiendo y explican-
do la causa de la muerte, desacreditá al alcalde: En el diálogo entre el viejo y los shuar se ve la
secularización, proceso que pone de manifiesto dos
—Disculpe. Usted está cagando fi era del ties- formas antitéticas de ver y vivir la vida en la cotidia-
to. Esa no es una herida de macliete. —Se es- nidad cultural de dos mundos frente a la libertad, el
cuchó la voz de Antonio José Bolívar. trabajo, la solidaridad, la compañía, la jovialidad:
El alcalde estrujó con furia el paikuelo.
—Y tú ¿qué sabes? • —¿Cómo somos? —le preguntaban.
—Yo sé lo que veo. —Simpáticos como una manada de micos, ha-
El viejo se acercó al cadáver, se inclinó, le mo- bladores como papagayos borrachos, y gritones
vió la cabeza y abrió la herida con los dedos. como los diablos. •
ARTÍCULOS

Los shuar recibían las comparaciones con car- siones que el viejo no logra comprender desde su
cajadas y soltando sonoros pedos de contento. lectura ingenua, para tratar de solucionar esta de-
—Allá, de donde vienes, ¿cómo es? ficiencia hace acopio del diálogo de su pasado con
—Frío. Las mañanas y las tardes son muy he- el texto que lee, lo cual convierte estas lecturas en
ladas. Hay que usar ponchos largos, de lana, y un intertexto de las dos culturas presentes en la
sombreros. novela de Sepúlveda:
—Por eso apestan. Cuando cagan ensucian el
poncho. "Paúl la besó ardorosamente tanto el gondo-
—No. Bueno, a veces pasa. Lo que ocurre es lero, cómplice de las aventuras de su amigo
que con el frío no podemos bañarnos como us- simulaba mirar en otra dirección, y la góndo-
tedes, cuando quieren. la, provista de mullidos cojines, se deslizaba
—¿Los monos de ustedes también llevan pon- apaciblemente por los canales venecianos".
cho? Leyó el pasaje varia veces, en voz alta.
—No hay monos en la sierra. Tampoco saínos. ¿Qué demonios serían las góndolas?
No cazan las gentes de la sierra. Se deslizaban por los canales. Debía tratarse
--¿Y qué comen, entonces? de botes y canoas, y, en cuanto a Paúl, queda-
—Lo que se puede. Papas, maíz. A veces un ba claro que no se trataba de un tipo decente,
puerco o una gallina, para las fiestas. O un cuy ya que besaba "ardorosamente" a la niña en
en los días de mercado. presencia de un amigo, y cómplice por añadi-
- qué hacen, si no cazan? dura.
—Trabajar. Desde que sale el sol hasta que se Le gustó el comienzo.
oculta. Le pareció muy acertado que el autor definie-
—iQué tontos!, ¡qué tontos! -sentenciaban los ra a los malos con claridad desde el principio.
shuan De esa manera se evitaban complicaciones y
A los cinco años de estar allí supo que nunca simpatías inmerecidas.
abandonaría aquellos parajes. Dos colmillos se- Y en cuanto a besar, ¿cómo decía? "Ardoro-
cretos se encargaron de transmitir el mensaje. samente". ¿Cómo diablos se haría eso?
De los shuar aprendió a desplazarse por la Besar ardorosamente. Besar. Recién descubrió
selva pisando con todo el pie, con los ojos y los que lo había hecho muy pocas veces y nada
oídos atentos a todos los murmullos y sin de- más que con su mujer, porque entre los shuar,
jar de balancear el machete en ningún momen- besar era una costumbre desconocida (81-82).
to (Sepúlveda 1998a: 45-46).
El viejo representa al lector ideal de la cultura
occidental escrita frente a una ágrafa amerindia.
2. 2. 3 La lectura como re descubninniento
- Lector de un género narrativo al que pertenece la
Otro aspecto donde se aprecia la cultura de Occi- novela rosa, género definido socarronamente por
dente, lo representa la novela en el mismo título el dentista Rubicundo Loachamin cuando "Pensa-
Un viejo que leía novelas de amor, pues efectiva- ba en que haría el ridículo entrando a una librería
mente el protagonista en su vejez hace "el descu-
brimiento más importante de toda su vida. Sabía
leer. Era poseedor del antídoto contra el ponzoño-
so veneno de la vejez" (Sepúlveda,1998a: 62), si-
tuación que lo lleva a reconocer "cuán hermoso
podía ser también el lenguaje humano" (37). La
lectura, característica de Occidente, pues en ella
ha guardado su memoria a través de su historia,
es para el viejo un medio de redescubrimiento de
su pasado en un proceso de comparación e
intertextualización: "Leía lentamente, juntando las
sílabas, murmurándolas a media voz como si las
paladeara, y al tener dominada la palabra entera
la repetía de un viaje. Luego hacía lo mismo con la
frase completa, y de esa manera se apropiaba de
los sentimientos e ideas plasmados en las páginas"
(37). De estos sentimientos e ideas, existen expre-

40
DE LA ORALFTURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

de Guayaquil para pedir: "Déme una l novela bien Babosa" (Sepúlveda,1998a: 23); "Gozaban viéndo-
triste, con mucho sufrimiento a causa del amor, y lo sudar como a un oxidado grifo interminable (...)"
con un final feliz" (33). Este lector ideal es quien (96); con respecto a la forma de expresión del al-
vivencia y aprehende la lectura confrontándola.. calde se observa: "... pero somos amigos, y, así como
desde sus recuerdos y aplicándola a su cotidiani- una mano lava a la otra y las dos lavan el culo te-
dad pues no es coincidencia que el viejo bautice su nemos que ayudarnos" (90); y, en lo que se refiere
canoa con un nombre extraído de las lecturas, "La al comportamiento torpe, El alcalde en medio de
Góndola del Nangaritza", o que contraponga re- su ignorancia dispara a un oso mielero creyendo
cuerdos de las dos culturas en las que ha vivido. que es una fiera, ante tal error lo recriminan: "-Es
un oso mielero. ¿Por qué no mira antes de dispa-
Es en este proceso de lectura donde la con- rar con su maldito juguete? Trae mala suerte ma-
fluencia de dos culturas frente a un sentimiento tar a un oso mielero. Eso lo saben todos, hasta los
inherente al hombre, el amor, se percibe de ma- tontos. No existe otro animal más inofensivo en
nera diferente. Para Occidente ha triunfado la ló- toda la selva" (107).
gica del amor basado en el sufrimiento, la intriga,
los celos, los cuales indican posesión y en últimas Los anteriores ejemplos son literariamente
la práctica de la monogamia; tal situación la ilustra reveladores en elementos de la otra cara del po-
la opinión que tiene el viejo acerca de Paúl, prota- der en Occidente. Tal poder se representa en el
gonista de la novela que en ese momento lee. En 'otro', el figurón del alcalde, quien cada vez que
contraste, la cultura shuar practica la poligamia, irrumpe en ese otro mundo, la selva, desde los
llegando incluso a ofrendar mujeres al visitante recursos del discurso paródico que desembocan
como muestra de amistad. El amor es, para esta en humor, es puesto en ridículo evidenciando y
cultura, un amor como lo define el narrador: " desenmascarando el poder real en esta cultura de
puro sin más fin que el amor mismo. Sin posesión manera amena para el lector que lo intertextualiza
y sin celos" (52). con sus propias experiencias.

Así, todo lo que se ha demostrado en la con-


2. 2. 4 La evocación y la parodia creción del otro desde el piano literario, se resu-
En la misma estructura de la novela se puede ilus- me en el siguiente esquema:
trar la evocación como forma lingüística recursiva
narrativa, la cual se utiliza para entretejer la tra-
ma de la novela a través del narrador quien da la
voz a los personajes como en los ejemplos anterio- INVES11NVOLUCRAMIENTO
res. La parodia, otro recurso narrativo en esta
novela, consiste en "... el discurso que mejor pone
en escena la alteridad, pues su sentido último, tal Autor-investigador-narrador 4—> Objeto de estudio (Realidad)
como lo ha demostrado Bajtin, es develar la duali-
dad del mundo: frente a la ley, la risa; frente a la
seriedad, la irrisión; frente al rostro, la máscara" Oralitura
(Bravo,1988: 45). De acuerdo con esta definición,
la novela de Sepúlveda "... pone en escena lo Discurso del saber +—a> Etnotexto Discurso del suponer o
o
paródico a través, fundamentalmente de dos pro-
cedimientos de la semántica del discurso: la hipér-
bole y lo escatológico" (49) en la figura signfficativa
U
1
Etnografía
1
Ecotexto Literatura
E
N
S
que representa en la novela el alcalde. La gordura o
N
o
y el sudor constante, además de la tor p i eza del al- N
calde, le da un centro a la hiperboliza cl ión: la pri- Ecologia Novela
mera hipérbole es la del cuerpo y esa razón hi-
perbólica introduce un nuevo sentido, lo grotesco
y lo escatológico, que supone una expresión "rea-
1
Historia
1.
Ecoliteratura Evocación Parodia
lista" que llega al límite en el discurso paródico.
Varios ejemplos ilustran tales situaciories: con res-
pecto al físico, "El alcalde, único funcionario, máxi-
ma autoridad (...) era un individuo obeso que su- INVESTINVOLUCRAMIENTO
daba sin descanso (...) ganándose el ápodo de la

[ 41 1
ARTÍCULOS

2. 3 Autor corno ejemplo tos términos, a lo largo de la obra, se aplican con


de investigador propiedad como se ha demostrado en páginas an-
Para finalizar, los aspectos emic y etic de la antro- teriores. Estos mismos conceptos, en una cultura
pología refuerzan el trabajo de Luis Sepúlveda en ágrafa como la shuar, muy seguramente no se co-
el plano del investigador, autor que es un ejemplo nocen con la certeza de sus implicaciones desde el
de desdoblamiento en los discursos del saber y el manejo que representan en la cultura de la cual és
suponer en su obra. Siguiendo a Marvin Harris en nativo el investigador Sepúlveda.
la Antropología cultural (1990), ante la pregunta
de cómo describir adecuadamente una cultura en En este sentido, se puede resumir que en lo
su totalidad, este anota que el investigador al estu- emic está inmerso y activo con su cultura el escri-
diar una cultura, puede optar por dos formas de tor-narrador con el objeto de estudio; mientras que
,acercamiento para la comprensión y producción en lo etic, Sepúlveda toma cierta distancia de la
de conocimiento frent&al objeto de estudio: desde cultura que estudia, la shuar, y a partir de esta hace
lo emic, el investigador trabaja con la conducta y teoría de la selva con su trabajo. Lo anterior se
pensamientos de la propia cultura en cuestión y, puede observar en el siguiente esquema:
desde lo etic trabaja sólo con teorías y conceptos
de la ciencia en la cual está inmerso (Harris, 1990:
32-34).

Luis Sepúlveda como investigador, se enmar-


ca dentro de tales conceptos. En lo referente a lo
emic, el escritor es narrador, hecho que se eviden-
cia cuando reconoce que Miguel Tzenke "en una
noche de narraciones desbordantes de magia me
entregó algunos detalles de su desconocido mun- Sepúlveda
do verde, los que más tarde, en otros confines ale- Autor
jados del edén ecuatorial; me servirían para cons- Investigador
truir esta historia" (Sepúlve4,1998a: 11). Tal Narrador
situación queda plasmada a lo largo de la obra
cuando el narrador, al relatar la historia, se con-
vierte en un indígena shuar asumiendo sus cos- Este esquema ilustra, por una parte, cómo en
tumbres y reglas en el modo de sentir y pensar la lo emic se produce, gracias a la empatía investiga-
selva, situación que requiere haber vivido, como dor-objeto de estudio, conocimiento vivencia' y con-
Luis Sepúlveda lo hizo durante algún tiempo, con creto desde y con la oralidad de una cultura, la
esta tribu al trabajar para la UNESCO. En la no- shuar, pues tal efecto se evidencia en la novela de
vela también existen otras situaciones que ilustran Sepúlveda al mostrar el sentir y pensar de esa tri-
y explican categorías utilizadas por este pueblo: bu frente a la selva; por otra parte, cómo en lo etic,
anents, cerbatana, curare, jíbaro, natema, nanga- desde la escritura y la ficción, se recrea otro mun-
ritza, las cuales son registradas con propiedad des- do diferente de la visión occidental de la selva (p.ej.
de el sentir de esta cultura. la de progreso), que induce a pensar (analizar) a
esta misma cultura la urgencia de su protección.
Tal registro necesita conocer a fondo una cultu-
ra para poder plasmarla de esta manera: a través Como conclusión a toda esta reflexión, se pue-
del arte se deja conocer las costumbres de una tri- de señalar que siguiendo un proceso dé seculari-
bu en sus más altas expresiones socio-culturales. zación a partir de otra visión de la selva desde un
hecho literario que la recrea, Un viejo que leía no-
Frente a lo etic, Luis Sepúlveda en el mismo velas de amor, de Luis Sepúlveda, el escritor gene-
inicio de su trabajo, en la nota del autor, señala que ra la posibilidad de hacer otra lectura de este es-
es una novela ganadora del premio Tigre Juan, y pacio con fines estratégicos, los cuales sirven para
la dedica a Chico Mendes "una de las figuras más confrontar un viejo paradigma en la crítica: la vi-
destacadas y consecuentes del Movimiento Ecoló- sión que persiste en imponerse de caos y salvajis-
gico Universal", quien fue asesinado por los que mo en contraposición a otra de armonía y sabidu-
"dicen actuar en nombre del "progreso" (9). Tér- ría, lectura de la cual se infiere un claro mensaje
minos como novela, ecología y progreso son reco- proteccionista de este ambiente vital para la hu-
nocidos en Occidente desde diversas teorías. Es- manidad, hoy al borde de la extinción.

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DE LA ORALITURA AL ETNOTEXTO: UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

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