Autoestima Limpieza Emocional 21744 PDF
Autoestima Limpieza Emocional 21744 PDF
Autoestima. Limpieza
emocional
Autor: Gisela Carmona
Da igual con lo que estés tratando: una separación, una estafa, un boicot, una
muerte injusta. Realmente da igual. Aquí no interesa cuánto daño te han hecho,
cuánto estás sufriendo y ni mucho menos quién tiene razón. Aquí interesa que
quieres ser más feliz y en eso es en lo que nos vamos a centrar. Si te quieres
sentir bien, realizad@ y feliz es imprescindible centrarse en el presente y buscar
soluciones de reparación.
En muchos casos, especialmente muertes y traiciones graves, puede que
necesites un tiempo de duelo para expresar libremente tus sentimientos de
tristeza y rabia. Tú te conoces y sabes tus tiempos mejor que nadie. Sabes que
para un plantón de una amiga, puedes permitirte sentirte frustrada media tarde;
para la pérdida de un trabajo que te encantaba, puedes tirarte todo un fin de
semana encerrada en casa, para un divorcio quizás tendrás que darte todo un
año. Sea lo que sea no va a ser el fin del mundo, ni tu fin tampoco. El primer
paso es adoptar una posición más objetiva. Cómo si te salieras de la película y la
vieras desde fuera. ¿Qué opinarías si en lugar de tu historia, se tratara de la
historia de otra persona? Observa tus sentimientos y ponte un plazo para pasar a
la acción y empezar tu limpieza emocional. Date un tiempo breve para llorar y
compadecerte de ti mism@ si lo necesitas, pero una vez concluido ese margen
ponte en marcha inmediatamente.
Revolcarte en la depresión sólo hace aumentar la densidad negativa y hace que
te sientas peor, aunque a veces puede que no te des cuenta. Por ejemplo,
cuando les cuentas tus desgracias a alguien, te prestan atención y por lo tanto tu
niñ@ interior herid@ tiene sus tres minutos de gloria. Esto puede parecer bueno,
pero si lo alargas, harás que las personas positivas huyan de ti y sólo encuentres
personas que te compadezcan haciendo que cada vez te sientas más impotente.
La carga negativa que llevas se acumula y puede llegar a ser tan grande
(imagínatela como una mochila llena de piedras que cada día pesan más) que si
no la vacías en un ambiente controlado cualquier pequeño malentendido la hará
derramarse cual una taza rebosante, muchas veces en el peor momento para ti,
como con tu suegra, en una reunión de trabajo etc, y muchas veces de forma
violenta como si realmente estuvieras tirando pedradas con las cargas de tu
mochila, haciendo que te sientas culpable por el malestar que has causado a
otros y creando un círculo vicioso que hará sentirte cada vez peor. Si, por el
contrario, quieres salirte del lío, y volverte a sentir bien, tu simple intención,
atraerá los recursos y situaciones que necesitas y con un par de ejercicios fáciles
recuperarás enseguida tu paz interior.
El problema da lo mismo, incluso si has actuado deshonestamente o has causado
algún daño a propósito puedes arreglarlo; si es una situación de vacío
irreversible puedes encontrar otras cosas que le den sentido a tu Vida; si luchas
con patrones de conducta muy reiterativa y no sabes qué hacer con ellos puedes
buscar ayuda y solucionarlos. No tienes por qué hacerlo todo tu sol@. Pero sea lo
que sea, nadie puede decidir por ti y mucho menos hacer tu limpieza por ti y tú
no te vas a sentir bien hasta que actúes con coherencia interna.
EJERCICIO: ¿Prefieres ser feliz o tener razón? ¿Estás dispuesto a dejar marchar
el pasado? ¿Estás dispuesto a entender que todo es un aprendizaje y que todo el
mundo actúa lo mejor que puede con la información que tiene? ¿Puedes
comprometerte a un espacio de trabajo personal diario durante algún tiempo?
Escoge cuánto rato y con que frecuencia te vas a dedicar a tu limpieza emocional
y actúa según tu plan de acción a partir de ahora.
El enfado es quizás la emoción más peligrosa porque puede tener efectos muy
destructivos. Puede que seas un/a drama queen y llores y/o grites a todo el
mundo, puede que seas del tipo frío y te pases días sin hablar con alguien por lo
que te ha hecho. Puede que no te atrevas a expresar tu enfado nunca porque
comprobaste una vez te acaba trayendo consecuencias todavía más negativas.
Si perpetúas tus enfados y no los expresas debidamente irán ganando
proporciones mayores y finalmente se convertirán en resentimiento. El exceso de
enfado acumulado te llama la atención de que necesita ser liberado utilizando tu
cuerpo. Primero te causará migrañas y malestares simples; si no les haces caso,
se empezará a comer tejidos y puede incluso desembocar en un cáncer en
situaciones extremas. Si no expresas tu enfado de forma reiterada y, por el
contrario, te lo tragas y lo vuelcas hacia dentro, se convertirá en una depresión
existencial sin motivo aparente y puede que también se manifieste en tu cuerpo
en las partes que tienen que ver con la expresión como por ejemplo la garganta.
La intensidad también puede ir en aumento (desde una simple afonía hasta un
cáncer de laringe) y consecuentemente no abordar tus emociones tan pronto las
sientes es poner tu bienestar físico en peligro. Es importante que expreses como
te sientes y tus necesidades en todo momento.
Ahora bien, es importante que aprendas a hacerlo de una manera respetuosa
contigo mism@ y con los demás. Si trabajas tu autoestima, aprenderás a
entender a tu cuerpo, a hablar por ti y a decir las cosas en su justo momento con
firmeza pero con tono amable. Si todavía no es el caso y el desastre ya está
causado y no te ves con ánimo de hablar con la persona implicada en un tono
adulto y de respeto, mejor no lo hagas. Hay otras técnicas que funcionarán para
ti y te garantizan la cordialidad en la relación.
EJERCICIO: LA CARTA DE RABIA
Puedes escribir una carta de rabia expresándole a la persona con quién estás
enfadada como te sientes. Dile de todo, en el tono en que te apetece decírselo
(puedes utilizar calificativos despectivos si te apetece, ya que esta información
no le llegará). Date al menos veinte minutos para escribir sin parar. Luego lee
esa carta frente a un espejo o un amigo que quiera ayudarte. Habla como si
realmente tuvieras delante la persona con quién estás enfadado y dile todo lo
que necesitas sacar. Y si te apetece llorar o gritar, hazlo. Cuando termines,
destruye la carta. Deja pasar unos días y escribe otra carta. Puede que el tono
sea ya más suave, o no. Exprésate, deja que tu enfado salga, y no dejes
tampoco de comunicarle a esa persona como te sientes a causa de su
comportamiento.
Quizás dentro de un tiempo puedas plantearte escribir una carta de perdón, pero
haz siempre lo que sientas y guárdalo para ti. No compartas nada de esto con la
persona implicada, aunque estate abiert@, porqué puede que notes cierta mejora
en la relación, si todavía mantienes el contacto. O que la Vida te regale una
oportunidad de dialogo por sorpresa con esa persona para que puedas sanar la
relación.. Escribe tantas cartas como sea necesario, dejando días de por medio
hasta que sientas que la hostilidad que sentías hacia esa persona ha disminuido y
puedes plantearte una relación diferente.
Puedes hacer también este ejercicio con personas que ya han fallecido. No te
plantees si tiene sentido o no, te dará equilibrio a nivel energético que de
momento es lo único que necesitas. Si, mientras escribes cartas, descubres que
estás enfadad@ con otras personas y que tu enfado actual sólo es un reflejo de
esa situación, dedica también algunas cartas a esas personas. Deja que surja
todo tu dolor, es como una masa energética acumulada en tu cuerpo y necesitas
hacer espacio para emociones nuevas y más positivas.
HABLAR EN EL ESPEJO. Otro ejercicio que puedes hacer es hablar con la persona
con quien estás enfadada delante de un espejo. Mejor siéntate y cógete una caja
de pañuelos. Oblígate a darte mínimo media hora para evitar la tentación de salir
corriendo. Date la paciencia de expresar tus sentimientos y escuchar, en tu
imaginación, que te responde esa persona. Juega con el diálogo hasta que
consigas que esa persona te diga lo que necesitas oír y tú te sientas en paz. Y a
partir de ahí libérala de tu vida, dile que la perdonas, si así lo sientes, y que
ahora podréis construir una relación diferente.
EL TEATRO. Puede que creas que si no le haces pagar a quién te ha hecho daño,
nunca podrás perdonarlo. Si es así, date un tiempo para hacer este ejercicio.
Coloca a la persona con quien estás enfadada en el escenario de un teatro y
siéntate de espectador. Haz que le pasen todas las cosas malas que tú quieras.
Inflígele el castigo que tú creas conveniente en tu imaginación. Haz si quieres,
que esa persona te pida perdón y te explique sus razones para haber actuado
haciéndote daño. Cuando sientas que toda tu rabia y necesidad de castigo ya no
son tan intensas, visualiza a esa misma persona disfrutando de cosas buenas.
Imagínatela disfrutando de una vida maravillosa. Pon en su Vida todo lo mejor.
Luego separa el escenario en dos, y colócate tú también en él y crea también
para ti la Vida maravillosa que quieres tener y obsérvalas a la vez. Date cuenta
que todos somos iguales y sólo queremos sentirnos bien y que a veces todos nos
equivocamos. Cuanto sientas que se ha despertado en ti una sensación de
comprensión y te sientas tranquil@ interiormente, abandona el teatro de tu
imaginación.
DESCARGA FÍSICA. Muchas veces necesitarás buscar una manera física de
expresar tu enfado. Puedes hacerlo golpeando cojines, corriendo a velocidad
límite, bailando encima de tu cama, machacándote en una clase de aerobic,
haciendo limpieza general etc. Date un tiempo límite para sacar a nivel físico
toda la rabia que llevas dentro y busca una manera que te resulte agradable y no
sea peligrosa ni para ti ni para los demás. Esto crea espacio para emociones
nuevas y es un acto simbólico que indica que ya estás preparad@ para cosas
diferentes. Muchas veces te darás cuenta que no llegas ni a aguantar el límite
que te has marcado y toda la rabia que tenias era más sufrimiento (que es igual
a ficción mental de dolor auto-fabricado) que sentimientos reales. Puedes utilizar
estos ejercicios tantas veces como necesites para hacer limpieza emocional. Si
sientes que llevas una carga muy pesada, recuerda que a veces pedir ayuda es lo
que demuestra que uno es más fuerte. Encontrarás mil talleres, y terapias
individuales donde trabajar con estos sentimientos de forma profesional y
sacando el mayor partido al aprendizaje. En cualquier caso, un proceso de
enfado y rabia nunca queda concluido si no hay un acto de PERDÓN.
7. Perdón
8. Miedo
Otra de las emociones que nos puede dar muchos problemas es el miedo. El
miedo sólo tiene sentido como un mecanismo corporal de defensa que dispara la
adrenalina en situaciones de peligro inminente como si por ejemplo te está
persiguiendo un tigre. Todo el otro miedo es irracional, creado a petición propia
por nuestra mente.
El miedo mental es una excusa que da permiso a nuestra mente para hacer lo
que quiera y llevar ella el control de nuestra Vida. La mente es a veces como un
caballo desbocado que necesita un jinete, tú, para ponerle disciplina y poderla
utilizar de maneras útiles. El miedo nos bloquea o paraliza haciendo que
posterguemos decisiones que son buenas para nuestro crecimiento personal,
profesional y/o interior con una excusa que nos parece razonable o justificable.
Vamos a poner un ejemplo. En tu actual trabajo tu jefe hace un comentario de
algo que has hecho supuestamente mal y tú enseguida piensas que te van a
despedir y fantaseas con ello tanto como puedes, comentándoselo a medio
departamento. Aquí tu miedo puede tener un sentido práctico, quizás te está
avisando de que puedes actuar con más atención y ese es lo que necesitas
integrar.
Todo lo siguiente, que es sufrimiento mental auto-impuesto, tiene que ver con tu
baja autoestima que hace que te lo tomes todo como personal y enseguida veas
tus capacidades comprometidas. Ni por un momento se te pasa por la cabeza que
quizás tu jefe simplemente haya tenido un mal día o te paras a ver lo bueno de
la situación. En el peor de los casos si perdieras el trabajo podrías encontrar otro
¿no? Pero esto supone de entrada un nuevo esfuerzo, adentrarse en lo
desconocido, y peor aun una nueva oportunidad de rechazo si intentas algo que
no te sale. Aquí tu miedo te paraliza de nuevo y fíjate que es a través de la
mente. Escúchate. Seguro que salen frases del tipo: "No lo vas a conseguir". "¿Y
qué va a decir tu padre cuando sepa que has perdido el trabajo y ahora quieres
trabajar de esto?", "Si no tienes nada de formación para esto" etc. Todo el
mundo tiene miedo. Desengáñate. Tu miedo no es especial y peor que el del
resto de personas. Hay gente que parece absolutamente capaz, relajada e
incluso luminosa, pero también tiene miedo cuando afronta sus retos. Acuérdate:
"todos somos humanos".
Lo que les hace diferentes es que ell@s evalúan cada situación lo justo, cogen a
su miedo de la mano y se lanzan a perseguir sus sueños. La manera que el
miedo de hacer algo desaparece más rápido es haciendo dicha cosa. Qué hace
mil años que no conduces y no sabes si te acordarás de cómo van los pedales,
cógete el coche y date una vuelta. Que has trabajado veinte años de lo mism@ y
ahora estás en paro y te aterra la primera entrevista, prográmate una ya. Qué te
sientes sol@ y te da un miedo terrible que te rechacen, coge el teléfono e invita a
alguien a hacer algo. Puede que el resultado de tu acción cumpla tus
expectativas, puede que no, pero en cualquier caso ganarás un buen aprendizaje
y tu autoestima se fortalecerá. Y siempre puedes intentarlo tantas veces como
necesites hasta que consigas el resultado que tú esperabas. Si Edison se hubiera
rendido en sus trescientos intentos fallidos de hacer una bombilla, ahora no
disfrutaríamos tan cómodamente de luz eléctrica. Vale la pena el intento. Lo
importante no es el resultado, si no que tú te has atrevido a apostar por tu
9. Tristeza
Si no haces ninguna actividad para conectar con tu esencia más auténtica: jugar,
reír, divertirte etc. y especialmente si no las haces porque tu mente te está
diciendo que estás tonterías no son para ti, tu niñ@ interior caerá enfermo y tú
te convertirás en una persona apagada y gris.
Tu niño interior tiene sus mecanismos para llamarte la atención, pero escuchar
depende exclusivamente de ti. La primera manera de hablarte es a través de tu
cuerpo. ¿Vas a trabajar y te arde el estomago?, ¿Quedas con unos amigos muy
aburridos y te sientes mareado? Tu niñ@ interior te está avisando de que no te
apetece estar ahí y te invita a que hagas algo al respecto. Si no le haces caso,
intentará la técnica del auto-sabotaje. Por ejemplo te has apuntado a un
gimnasio por qué crees que es importante para ti y tu apariencia física, pero tu
niñ@ interior preferiría que pasaras ese rato en casa descansando y disfrutando
de tu familia. Curiosamente en tus tres primeros días de gimnasio no consigues
llegar. El primero tu jefe te entretiene, el segundo quedas atrapado en un atasco
y el tercero directamente no puedes arrancar tu coche que tiene una avería en
el motor. La sutileza irá disminuyendo y cada vez la señal será más clara hasta
que lo pilles y te des por enterad@. Tu niñ@ interior actuará a través de ti de las
mismas formas que tu utilizabas cuando eras pequeñ@ para llamar la atención
de tus padres. Se irritará por cualquier cosa, hará que se originen peleas sin
motivo y que pierdas el control, se estará días sin hablar con alguien etc. No lo
hace a próposito, es el único mecanismo que tiene para defenderse y ayudarte a
recuperar el equilibrio. Metafóricamente es como si tuvieras a un niñ@ pequeñ@
encerrado en una habitación y es tu responsabilidad encauzar su energía para
que no se sienta sól@. Si haces por quererla y mimarla, esa parte de ti te dará
las claves para tu bienestar total: ideas mágicas para que todo en tu vida sea un
éxito y consigas todo lo que necesitas, a nivel personal, familiar y profesional.
EJERCICIOS. Hay muchísima información de ejercicios para hacer con el niñ@
interior, pero la idea básica es hacer como si lo adoptarás. Imagínate que te
adoptas a ti mismo cuando tenías unos siete u ocho años y a partir de aquí, la
felicidad de ese niñ@ depende de ti y necesitáis establecer una relación de
comprensión y confianza mutua. Tu objetivo es convertirte en el padre más
amoroso que puedas ser. Le hablas, haces cosas que le gustan, le creas un lugar
seguro para cuando no puedas estar por él etc. Puedes mantener diálogos
utilizando las dos manos: con la que escribes normalmente le preguntas, con la
que no escribes normalmente dejas que te responda. Cinco minutos al día de
esta comunicación serán suficientes para que recuperes todo tu brillo interior y
los beneficios colaterales te sorprenderán muy gratamente. Si no sabes por
dónde empezar, hay muchos talleres vivenciales donde puedes reactivar esta
conexión de una forma muy entrañable. Tú y tu niñ@ interior os merecéis un
reencuentro poderoso.
Otra emoción autodestructiva es la culpa. La culpa tiene muchísimo que ver con
tu nivel de exigencia personal y lo crític@s que eran en tu hogar de infancia.
Ponerse retos como técnica de superación está bien, pero si tus expectativas son
irracionales o se contradicen con tu naturaleza innata serán la causa de una
insatisfacción continuada, cada vez que no cumplas tus expectativas.
La culpa normalmente busca castigo (hiciste algo mal y tu mente justiciera cree
que debes pagar por ello) y si no la liberas, te lo hará notar a través de
enfermedades que serán un auténtico auto-castigo de dolor tipo la artritis, la
artrosis, el dolor de huesos etc. Es importante saber que el objetivo de la vida es
ser feliz y aprender a amar. A partir de aquí cada uno se pone sus normas de
auto-exigencia y sus "deberías": "debería ser ordenada", "debería dejar de
fumar", debería estudiar derecho", "debería ser mejor madre" etc. Algunos son
tuyos, otros no. Corresponden a las expectativas de otras personas sobre ti, tú
simplemente les has dado poder para que te afecten y te sientas inadecuad@ si
no los conviertes en realidad. Pero todavía estás a tiempo de elegir. Escoge
solamente "deberías" que te hagan sentir bien y mejor aún, substitúyelos por
"podría": "si quisiera podría ser ordenada", "si quisiera podría estudiar derecho"
etc. Para ver si eres demasiado duro contigo mism@, haz el siguiente
experimento. Imagínate que tu hij@ o pareja te fallan en algo. ¿Cuál sería tu
reacción? Aunque inicialmente te enfadarías y lo expresarías es muy probable
que los perdonaras rápido porque los quieres. Ahora imagínate que tú haces lo
mism@ y te fallas a ti o peor aún a una persona a la que quieres. ¿Cómo
reaccionas? Probablemente tu bronca hacia ti mism@ tendrá unas proporciones
algo mayores. Para saber si te estás tratando como te mereces, aplícate la
misma medida que le aplicas a la persona que más quieres en este mundo. Esa
persona deberías ser tú, pero si no lo eres intenta al menos acercarte a la
medida que puedas tener por otra persona. Tú también te lo mereces. Y tú
también lo haces todo lo mejor que puedes. La culpa no ayuda a nadie. Nada que
sea sentirse mal ayuda nunca a nadie. Si realmente has hecho algo que
consideras muy malo, arréglalo si se puede y luego libéralo y perdónate. La culpa
reiterada se convierte en odio a un@ mism@ y si pierdes tu conexión interior
todo se estanca en tu vida. El amor mueve el mundo; si no hay amor nada se
mueve en tu Vida.. EJERCICIO. Haz una lista de todas las peores cosas que has
hecho. Anota también tus adiciones y los comportamientos que ahora no
encuentras para nada justificables. No vayas rápido, ponte música y deja que
vayan saliendo. Cuando acabes observa tu lista. Si alguna cosa todavía se puede
reparar, arréglala. Si no se puede, mira si la puedes equilibrar en otra situación
parecida aunque sea ayudando a otras personas en la misma situación. Si no
encuentras ninguna manera, prométete que actuarás diferente la próxima que
vez que la vida te presente una oportunidad parecida. Reconoce que lo hiciste
todo tan bien como pudiste con la consciencia que tenías entonces y perdónate.
Cuando acabes el análisis rompe la lista y olvídate de todas esas acciones.
Comprométete contigo mism@ a que a partir de ahora vas a actuar de forma
más consciente y ponlo por escrito en una carta a ti mism@. Llévala contigo
encima a todas partes, para si te surgen dudas la tengas a mano. Recuerda que
la coherencia interna es lo que le da la felicidad a tu espíritu.
Las personas muy ordenadas tienen una técnica que es que cuanto menos se
ensucia, menos se tiene que limpiar luego. Esto aplica igual a las cargas
emocionales. Hábitos preventivos de autoestima, pensamiento positivo y amor
incondicional hacia un@ mism@, los demás, y la Vida, te convertirán en una
persona con muchas más herramientas para afrontar los retos diarios y
consecuentemente con muchos menos problemas y estallidos emocionales.
Lo primero es convertirte en tú propia "cheer leader". Cógete tu vida como tu
propio proyecto personal y no pares hasta que sea tan maravillosa como puede
ser. Anímate a ir a por tus sueños (puedes y hay técnicas muy sencillas, aunque
esto seria tema para otro curso) y a ofrecer al mundo todas tus mejores
cualidades. Si te parecía que tu Vida no tenía sentido y era gris, que mejor que
ayudar e inspirar a otras personas. Una Vida así llena a cualquiera de felicidad y
traerá muchas cosas buenas a tu plano de existencia. A partir de ahí, no dejes
que nadie decida por ti. Tú pones el qué y los cómos. Trabaja en lo que te guste,
lleva el estilo de vida que va contigo y trata a los demás como te gusta que te
traten a ti. Mantén un diálogo interior y exterior positivo, abstente de chismes,
críticas y desgracias y céntrate en disfrutar y ser feliz, enfocándote siempre en el
momento presente. Trata al miedo y la duda como amig@s que te ayudan a
crecer y no sufras por los resultados tangibles y mucho menos por lo qué van a
decir los demás, si vas a tener su aprobación o te van a rechazar. En el momento
en que actúes con coherencia interna según tu propia sabiduría interior, serás la
típica persona que tiene algo especial y a quien todo el mundo aprecia. Claro que
de vez en cuando todavía te encontrarás a quién no le caes bien, pero te va a
dar igual, porqué tendrás la única aprobación que necesitas que es la tuya.
Aprende a poner límites saludables. Haz sólo lo que te apetezca y comunica tus
sentimientos de forma adulta.
Date cuenta que las experiencias son simples aprendizajes y no tienen tanta
importancia como les solemos dar. Seguirán habiendo cosas que no te saldrán
como esperabas y seguirás teniendo problemas, pero lo importante es que los
afrontarás de forma diferente y sacarás cosas buenas de cada situación.
Proclama una amnistía internacional y estate preparado para perdonar y sobre
todo perdonarte a cada malentendido que surja. Date permiso para aprender y
descubrir tus propios tesoros interiores y la gran riqueza de tu mundo emocional.
Y recuerda que no tienes por qué hacerlo todo sól@. En el mundo hay miles de
personas y grupos haciendo el mism@ trabajo. Date la oportunidad de abrirte a
explorar nuevos horizontes y disfrutar.
EJERCICIO Escríbete una carta de apoyo a ti mism@, dándote las gracias por el
trabajo que has hecho siguiendo este curso y en la vida en general. Reconócete
todos tus méritos, resalta todas tus cualidades positivas. Reconoce todo el
potencial que hay en ti y todo lo que puedes ofrecer al mundo. Dite que estás ahí
para ti, que vas a ser su primer punto de apoyo y vas a tomar las riendas de tu
mundo interior y en consecuencia de tu mundo exterior y que no vas a parar
hasta que seas del todo feliz. Te lo mereces y sabes que puedes hacerlo. Y a
partir de aquí, haz como si ya fueras la persona que quieres ser. Actúa como tu
nuevo yo en toda ocasión que se presente, y, super importante, no olvides de
sonreírte en cada espejo con que te cruces.
Para obtener una visión más amplia de qué pueden aportarte los trabajos de
autoestima puedes consultar nuestro blog: www.dreamsmataro.blogspot.com o
contactar a través del mail [email protected]