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ELENA VERA

Identifica recursos literarios empleados en el texto


Los recursos identificados han sido la humanización del pez, al expresar
sentimientos humanos como el deseo de salir de las profundidades, su
vulnerabilidad, soledad, sentimientos totalmente humanos.
Exageraciòn dado que el celacanto como pez de las profundidades en
donde el poeta dice: “No tenia que emerger”, muestra un miedo exagerado
a salir de su propia ceguera y oscuridad.

Cuál es el tema del poeta


Las profundidades de la psique humana, los sentimientos mas profundos
que se tienen temor a mostrar por sentirse vulnerable ante un mundo de
sensaciones.

que tipo de versos son


Libres
que sensación te produjo la lectura
Tuve que leer varias veces para entender que es el celacanto, como especie
primitiva que vive en las profundidades del mar y que una vez que emerge
puede encontrar la muerte, como joven se me hace difícil encontrarme en
tan profunda sensación de sentimientos que tenga miedo a ver mas allà de
mi hogar o soledad. Es algo confuso para mi y mi personalidad.

Biografía de Elena Vera


Elena Vera. Caraqueña, hija adoptiva de Guayana. Fue poeta, ensayista y
articulista. Graduada en la especialidad de Castellano, Literatura y Latín. En
la Universidad de Los Andes obtuvo la licenciatura en Letras. Logró su
maestría en Literatura Venezolana e Hispanoamericana. Trabajó en la
Cátedra de Literatura Venezolana del Instituto Pedagógico Universitario de
Caracas.  Fue presidenta de la Asociación de Escritores de Venezuela. Entre
su obra poética tenemos: El hermano hombre y el extraño (1959), El
Celacanto  (1980, Premio José Antonio Ramos Sucre), Acrimonia (1981,
Premio Universidad de Carabobo), De
amantes (1982), Sombraduras (1988), El Auroch (1992).  Ensayo: Coautora
de Cuatro ensayos sobre Ramos Sucre (1980), Flor y canto. 25 años de
poesía venezolana (1986), Inventario del espíritu: el aporte del Instituto
Pedagógico de Caracas a la literatura venezolana y otras literaturas (1996).
Colaboró con importantes revistas de su país, y escribió para el diario El
Nacional. Falleció en 1997.
El celacanto. Cumaná. Universidad de Oriente. 1980. Un poemario donde la figura central, el
celacanto, pez mítico prehistórico de las profundidades abisales de los océanos le sirve a Elena
Vera, para ahondar en las emociones del ser humano.

La voz de las mareas

Un pez crisopterigio se sumerge en el mar poético de Elena Vera. Pez de las profundidades; del
fosforescente silencio marino, albergó en su fragilidad los misterios de las voces abisales que
visitaron a la poeta en sus momentos más oscuros.

La palabra se oculta, rebasa la inmutabilidad de la muerte. Sin embargo, encierra en sus


sonidos la piel que el tiempo le ha ido agregando. La palabra crece o se muere, así el celacanto,
esa bestia aturdida por el sonar de la eternidad.

El mapa de sus andanzas comienza en este libro de Elena Vera, ganador de la V Bienal Literaria
“José Antonio Ramos Sucre”, y que le hizo decir a Manuel Bermúdez el mismo silencio de la
hondura. “Elena Vera se encontró un tema digno de Melville. La historia de un pez que se
escapó de la Eternidad”.

El pez respira fuera del agua la primera impresión de la superficie. Dejó de ser profundo para
encarar la luz, el siempre negador del sol. La voz de la poeta encarna el viaje desde los bajos
marinos. Los ojos del animal son portadores de la maldición: la oscuridad. “No tenías que
emerger / —declinador del sol— / criatura soledosa / de profundidades / abisales / Nadie / te
obligó a ver la luz...”.

Haber descubierto los destellos de las olas convierte al animal en la más solitaria de las bestias.
Su soledad abisal, las más solidaria, se hace ahora un “sí mismo” develador. La soledad es para
que se revele en la misma soledad, no en presencia del “otro”. La poesía desanuda esa
propuesta: para estar solo es necesario vivir con “otro”, estar con el otro desde su mirada. El
Celacanto, en su mar distante, jamás lo estuvo. Estaba sin el otro. Al ser descubierto por la luz,
ya es la soledad.

Su derrota consiste en haber salido del mar y mostrado los ojos. Ya fue mirado, dejó de ser
leyenda.

Elena Vera “inventa” la criatura. Lo ciega con la palabra. La poesía siempre ha servido para
ocultar. Arte poética que contiene el cuerpo hondo de una imagen dotada del misterio:
“Corales retorcidos / putrefactas aguas / mascarones triunfantes al sol / en otros días /
desafiantes quillas y masteleros / chocando con el aire / desafiando la luz...”. Un viaje desde
abajo para reposar en una playa desafiante. El poema se vertebra con el pesimismo atacado
por el tiempo: “Ah / el tiempo / que destruye / y / arruga / y / afea”. Los siglos en la armadura
de la palabra, en las rugosidades de la muerte, en la parsimonia del dolor. Dentro del pez, el
poema, otro pez que no hace preguntas. La crueldad circular de las mareas, de un océano que
cambia de aspecto cada vez que la voz repite los asombros. Hay tantos “otros” en el tiempo. El
infinito en el tono inflexivo del texto: hablar con las fauces del animal. Ser bestia desde el
enigma, pero también bestiario de un océano único. Sólo el Celacanto es él, el solo, el que
existe en la extinción. La palabra olvidada. Pez y voz en desuso. Arcaísmo donde la belleza
recobra el significado del infinito.
Ningún espacio ha sido creado para no recorrerlo. La palabra se extravía, el pez forma parte
del olvido, porque no había voz para definirlo, encontrarlo. Pieza de museo natural. Allá,
escondido, representaba la fórmula de su estudio. Visto o nombrado por ojo y boca humanos
se metamorfosea, desaparece, porque llega a ninguna parte: “Nosotros / los abisales /
solemos perder el rumbo”.

Reconoce en la luna, en los hemisferios (sombra y luz), en el paisaje que recoge en su ojo
oscuro, encerrado por la presencia de quien construye, la voz para exponerlos a los astros de la
noche. Poesía oscura, venida de la noche crosopterigia, limpia el reflujo del mar. Pronuncia el
silencio. Exige la muerte lejos del sol. La poesía pide un poco de silencio, el espacio donde la
luz no haga falta. Elena Vera consiguió en las escamas del Celacanto la profundidad de su
lejanía.

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