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2353-Texto Del Artículo-9124-1-10-20120418 PDF
2353-Texto Del Artículo-9124-1-10-20120418 PDF
89-137
Joerg Haeberli**
Resumen
En terminos arqueologicos, los valles del departamento de Arequipa son pobremente conocidos en
c0111paraci()1l call otras regioll es del Pel'll yes de esperar que este articulo ayude a despertar interes pOI' el
lema. Se describiran dos Ilu evas culturas locales recientem ente identificadas en Arequipa, sabre la base de
artelactos recolectados en los valles de Sihuas y Vitor, asi como la temprana presencia de Nasca' en el valle de
Sihuas. Ell el allQ/isis y la discus ion tambiell se hall utilizado artefactos de colecciones e ilustraciones publica-
das. Siguas 1 jlorece durante el Horizonte Temprano y Sig uas 3 durante el Periodo Intermedio Temprano. El
enjasis de alii bas culturas se siliia mas en la textileria que ell la ceramica, posible razon de la om is ion que hall
sufi'ido pOl' parte de los investigadores, ya que las cl'Onologias y seriaciones de los Andes Centrales se basan
ell la cera111ica. Ciertos ceral1lios y textiles de estilo Nasca Temprano, provenientes de Areq uipa, muestran
diferellcias caracteristicas Fente a piezas de la costa sur, 10 cual es intelpretado como manifestaciones de
mallujactura local. Este hecho supone algllllaforma de interaccioll elltre Arequipa y la costa sur. Resultados
prelim ilia res basados en el analisis tecllologico de los textiles indican que la costa del extremo surl del Peru
habrja illjluenciado a la costa sur durallte el Horizollte Temprano. La Iradicion lextil de Siguas 2 combina
elemenlos de Nasca y de Siguas. Par ofra parte, se describirim textiles relacionados COil Pukara del Periodo
Intermedio Temprano, sabre los cuales se afirma algunos provendrian de Arequipa. Estos textiles penniten
seguir la Iwella del Tema de la Deidad Central a traves del estilo Pukara Provincial hasta los ejemplares de
Sigllas I . EI allalisis de la cabeza de la Deidad Central y su corona can apendices sobre la base del material
de diferelltes tradiciolles, sugiere que los temas de Tiwallaku y de Wari Epoca lA ell Con chopata derivall de
dlferentes tradiciones del estilo Pukara.
Abstract
Th e valleys of th e departmelll olArequipa are poorly kllowll archeologically when compared with
mallY other regiolls ojPeru. Hopejidly this paper will stimulate interest. I describe 111'0 newly idenlified local
Arequipa cliitures based 0 11 artilacts collected in the valleys ofSihuas alld Vital; as well as an early Nasca 1
presellce ill th e Sihuas Va/ley. For allalysis alld discussion I employ artIja cts in collections and published
i/lustratiolls. S ig /las 1 fl ourished durillg the Early Horizoll and Sigllas 3 durillg the Early Interm ediate Period.
Buth cliltures placed th eir artistic emphasis all textiles rath er thall pottery, a p ossible reason for their neglect
by scholars s ince Central Andean chl'Onologies and seriations are based on pot/ely. Som e early Nasca style
textiles and pottely./i'olll Arequipa shaH' characteristic differencesji'om actual south coast examples, which is
intelpreted as lo calmanufac/llre. This illlplies some/o/'ll/ oj'interactioll between Arequipa alld the south coast.
Prelimillm y resliits based Oil textile techllologies iII/pi)' that the far south coas t influenced th e south coas t
durillg th e Early Hori:;oll. Th e Siguas 2 textile tradition combines Siguas and Na sca elemellts. III addition, 1
describ e Pukam related textiles dated to th e Early Interm ediat e Period, some allegedly discovered ill Arequipa.
The]' p ermit tmcillg a Celltml Deit)' Th eme back throug h provincial Pukara to Siguas 1 textile designs.
Al1al1'Sis oj'the Cel1tral D eity 's head alld ('1'0 ,,'11 \1'ith appel1dages Fom dif/erent traditiol1s suggests thaI
Ti,,'allaku's alld Wari's 1A COl1chupata th emes "'ere d erived f;'011l differel1t Pukara style traditions .
Introduccion
El interes del autor por los valles del departamento de Arequipa, Peru, se origin6 en 1994
cuando advirti6 por primera vez un particular grupo de textiles clasificados como Nasca, con
proveniencia atribuida al «valle de Sihuas, regi6n de Nazca, Peru, costa sun>. Obviamente, la icono-
grafia de dichos textiles no era del estilo Nasca, sino perteneciente a tradiciones no identificadas,
cuya procedencia mas probable debia corresponder al valle de Sihuas,3 departamento de Arequipa.
Estos textiles despertaron la curiosidad del autor, quien empez6 a dedicar especial atenci6n a texti-
les de estilo semejante, todos clasificados como Nasca en publicaciones, exhibiciones y colecciones.
Los valles de Arequipa han recibido poca atenci6n por parte de los investigadores, con la
excepcion del valle de Acari. Son escasas las publicaciones dedicadas a los otros valles, al menos en
10 que respecta a la literatura especializada a la que el autor ha tenido acceso. Disselhoff (1968)
descubri6 135 fardos funerarios en el sitio Cabezas Achatadas, valle de Camana, asignandolos a
Nasca Temprano. Neira (1990: 97) y Trimborn (1988: 153-171) encontraron ceramica de Nasca Tar-
dio en Pampa Taimara, en las cercanias de Chala. Santos (1976 , 1980), durante una prospecci6n en
el valle de Sihuas, recolect6 ceramica de estilo Wari y defini6 La Ramada, un tipo de ceramica local
no decorada. Quequezana (1997) describe textiles recolectados en cinco cementerios del valle de
Sihuas. Solo se cuenta con reportes de tradiciones Wari y posteriores a Wari, resultados de
prospecciones en los valles de Camana (Valdivia y Cornejo 1990; Malpass, de la Vera Cruz, Lopez,
Linares , Yepez y Gonzalez s.f.), Majes (Garcia Marquez y Bustamante 1990), asi como de Ocona
(Chavez y Salas 1990).
En 1997, Y de nuevo en el ano 2000, el autor viaj6 a Arequipa con el prop6sito de indagar
sobre los textiles no identificados, y establecer si en realidad provenian del valle de Sihuas y de
otros valles del departamento de Arequipa. Tuvo entonces la oportunidad de visitar cuatro sitios
funerarios fuertemente saqueados, acompanado por los arque610gos R6mulo Pari y Marko L6pez,
ademas de los estudiantes Lezly Arana y Rafael Bedregal. Tres de los sitios mencionados se
encuentran en el valle de Sihuas (La Chimba, La Ramada y San Juan), y uno en el valle de Vitor (La
Gamio).
R 24004/ 3 Siguas I 2009 ± 67 a.p. 55 a.C .-76 d.C . 176 a.C.-134 d.C.
Tabla I . (en esla pagina y la siguienle). R es lillados de especlrolll etria de aceleraeion de lIIasa (EAM), Labora-
IOrio Ra/ier de Radiocarbono, Nlieva Z e landa (CO/7 !llllllera R), Bela AnalVlic Inc. (can I1!llIIera B). Todas las
nilles /ras SO Il./ibras de call1elido)' de a lgodon, exceplo R 2606912.1' R 26'16712 qlle son caiias, R2916714 de
Ca rb()ll \·egelal .l' R 24RO 1/ 1 libra " egelal rig ida. Todos los reslillados -can la excepcioll de dos ·_·· hall .l ido
dele rlll inados en los llllilll OS I () ({fI OS e inclllyell lIIedicion es c/38. Las excepciones son los dos fechados de
,II,'IIS('(I Telll/J/W1O sin mllllem (et Diss elllOff 1968: 391 , lIIueslras I J' 3).
92 JOERG HAEBERLJ
Siguas \ (\\ )
Paracas 9 (I)
Paracas \0 (I)
Siguas2 (2)
Siguas 3 (8)
Wari (\)
l .. .. .t .....1..... I.....J..... 1. ... .t .... .I .... .I ..... 1..... 1.. ... 1. .... 1. .... .1 .. ... J
a.C 600 400 200 o 200 400 600 800 d.C.
Tabla 2. Rangos lemporales radiocarb6nicos calibrados con lin 68% de confiabilidad (l a). Los valores entre
pari!nlesis corresponden al numero de las muestras analizadas.
Es prematura aun una seriacion cronologica al interior de estas tradiciones locales. Actual-
mente, debido a la carencia de informacion, no esta claro si las diferencias observadas entre temas,
motivos y disenos especificos pueden ser atribuidas a diferencias temporales 0 espaciales, 0 a
ambas. Es de especial importancia la identificacion y definicion del Tema de la Deidad Central, cuya
cronologia y ramificaciones revisten importantes implicancias para la prehistoria y el arte de Tiwanaku
yWari.
El sitio funerario de La Chi mba se encuentra aguas abajo del pueblo EI Tambillo, en donde
la carretera panamericana cruza el valle encanonado. El sitio se ubica sobre una irregular terraza
aluvial que se localiza a una altura aproximada de 1230 metros sobre el nivel del mar, bajo una fractura
en forma de «v» de la pared del canon. Entre ellecho del rio y la fractura en forma de «V» se puede
observar un muro de contencion, dos cementerios fuertemente saqueados, un petroglifo mirando
hacia el Cementerio 1 y dos areas que muestran huellas de actividad humana, flanqueando los
cementerios .
encontraron esparcidos hues os humanos y otros restos, tales como sogas, ademas de algunas
canas y maderos . Los fragmentos ceramicos son llanos cocidos tanto en atmosfera oxidante como
reductora. Se observo restos de cestos, una cana incisa y un collar de piezas tubulares de llUeso .
Tambien se en contra ron varios textiles: a) una manta listada en cara de urdimbre con dos tipos de
terminaciones : una en anillado cruzado, que presenta un diseno geometrico sencillo, mientras la otra
muestra un borde laterallistado tipo Banda Siguas Listada 1 (a continuacion BSL-I) (Cf mas abajo
para ambos tipos de terminaciones , Fig. 5); b) un fragmento de banda en sprang semicarbonizada,
que remata en flecos, de lana de camelido; c) un fragmento en sprang con diseno geometrico forma-
do por «agujeros» rectangulares , tambien de lana de camelido; d) dos bolsas (chuspas) con as as
listadas en cara de urdimbre; e) fragmento de un tejido llano blanco con siete hileras de pequenas
plumas blancas , y f) un pequeno fragmento en tecnica de urdimbres y tramas discontinuas de enlace
doble; de lana de camelido. Entre el material recolectado, solo este ultimo fragmento textil representa
un tipo observado a menu do en las colecciones (Figs . 12, 13). Las listas en cara de urdimbre de la
chuspa mencionada presentan diferentes matices del algodon y solamente el disefio listado rojo y
negro corresponde a fibra de camelido; sus dimensiones son 18,5 por 15 ,5 centimetros. La trama es
de algodon, con torsion 2Z en S, y las terminaciones en anillado cruzado tubular, con disefios
geometricos en rojo, negro y cafe claro, corresponden a fibra de camelido. La otra chuspa y la cafia
grabada han sido fechadas en 4-121 d.C. Y 183-50 a.c. , respectivamente. En la cana se aprecian
representaciones de pajaros, ubicandose algunos en la punta de objetos que podrian corresponder
a estacas (Fig. I). Cestos bien elaborados y conservados fragmentadamente muestran simples dise-
fios geometricos, uno de ellos con motivos en «S» diagonales. EI petroglifo que mira hacia el Cemen-
terio I representa una serpiente ondulante de 1,25 metros de largo, en estilo Siguas 1, orientada
hacia el cielo.
En mayo del 2000 las dimensiones del Cementerio 2 alcanzaban los 310 por 35 metros. Desde
la visita del autor en abril de 1997 han ocurrido nuevos saqueos aguas arriba del rio . Los contextos
abiertos se parecen a los del Cementerio 1, pero los artefactos encontrados correspondian tanto a
Siguas I como a Nasca Temprano y Siguas 3, ademas de uno 0 dos objetos probablemente del
Horizonte Medio. Entre los artefactos de Siguas 1 hubo dos fragmentos de calabaza pirograbada,
textiles y una momia asignada a Siguas 1 sobre la base de los textiles asociados a ella. Las represen-
taciones grabadas en Ia calabaza incluyen tres pajaros y una linea en zigzag con circulos intercala-
dos (Fig. 2). Entre los textiles cabe mencionar una manta y una chuspa similares a aquellas recolec-
tadas en el Cementerio I, un fragmento en tecnica de tefiido por amarras , y un fragmento tefiido azul
oscuro con el caracteristico borde lateral de tipo BSL-l de Siguas 1 (Fig . 5). Este ultimo fragmento
fue rescatado en 1997, demostrando , por primera vez, que algunos de los textiles que inicialmente
originaron esta investigacion provienen efectivamente del valle de Sihuas . EI fragmento, en tecnica
de tefiido por amarras , muestra rectangulos concentricos , generalmente llamados circulos , en colo-
res rojo y crema sobre un fondo tefiido de azul oscuro. Este fragmento es atribuido a Siguas 1 por su
colorido, ubicacion y disposicion de los rectangulos concentricos respecto a ejemplares publicados
(Koller 1992 : lote 3299 ; Dumortier 1994: 108). La pieza de Koller constituye una manta con el tipico
borde lateral ajedrezado tipo Banda Siguas Ajedrezada I (a continuacion BSA-I) de Siguas I (vease
parrafos inferiores). El ejemplar de Dumortier, en cambio, corresponde a una tunica abierta cuya
abertura para el cuello presenta una terminacion tubular en anillado cruzado; bajo esta ab.ertura se
aprecia el refuerzo del cuello, que remata en prolongaciones y flecos. Ambas piezas son tipicas de
Siguas I. La momia (1997) presenta una deformacion craneana fronto-occipital, asi como un peinado
poco usual. Dos trenzas que parten desde ambos lado s de la cabeza fueron enrolladas en si mismas
y amarradas , produciendo asi una proyeccion parecida a un cuerno sobre la parte superior de la
frente . La manta listada con el borde lateral de tipo BSL-I y la larga banda en sprang rematada en
fleco s (semejante a un ejemplar encontrado en el Cementerio I) , se encontraban cubriendo la espal-
da y los hom bros de la momia mencionada . Cerca se encontro un peine, cuyos dientes no se han
conservado.
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA . PERU 95
Ocho de los fragmentos textiles del Cementerio 2 han sido asignados a Siguas 3. Estos son:
a) una banda en slentre (sarga oblicua manipulada con los dedos), con diseno en zigzag, que fue
fechada en 327-417 d.C., b) una banda con tres franjas de anillos oval ados concentric os en tejido
doble cara en cara de urdimbre, intercaladas con franjas de colores en tejido plano, c) un tejido plano
con tecnica de tenido por amarras, que presenta rectangulos concentric os en color crema sobre un
fondo rojo ladrillo, d) un fragmento de sudario 0 manta de color cafe con sus caracteristicas term ina-
ciones, e) una banda angosta trenzada con un diseno en «V», f) una banda de tejido plano y suelto,
con diseno ajedrezado en rojo, verde y amarillo. Tanto g) como h) son tejidos en cara de urdimbre
con listas en colores de aproximadamente 2,5 y 1 centimetros de ancho, respectivamente. La secuen-
cia cromatica de las piezas a), e), g) y h) es la siguiente: rojo-verde-amarillo-negro cafe; la de la pieza
b) es: rojo-verde-amarillo-cafe oscuro-rojo-verde. Ejemplares semejantes se recolectaron en el ce-
menterio de La Gamio , en el valle de Vitor, sitio con material exclusivamente de Siguas 3 (Cj mas abajo).
Las condiciones de preservacian del material de los cementerios I y 2 van desde excelente
a malo, 0 fuertemente deteriorado. En el Cementerio I un fardo funerario fue descartado y vuelto a
arrojar a la tumba debido a su avanzado deterioro. Entre los restos humanos, las cabezas rara vez
conservaron sus areas faciales; fue posible observar deformacian craneana frontal occipital al igual
que multiples trenzas de cabello humano .
Dos areas asociadas a La Chimba pueden carecer de contextos funerarios, pero si conser-
van indicios de actividad humana. EI area HD exhibe entre nueve yonce depresiones levemente
redondeadas con muchos fragmentos de ceramica no decorada. Se ex cava una pequena trinchera en
HD-2, que dio el hallazgo de un fogan de piedra y argamasa con ramitas carbonizadas en el interior,
a una profundidad media de 19 centimetros. Una muestra de este fogan fue fechada en 894-1013 d.C.
(fechado radiocarbanico 1082 ± 55 a.p.). Cerca del fogan yacian ramitas, fragmentos de dos conchas,
de hueso y de cuero. Seis fechados radiocarbanicos wari provenientes de Cerro Baul caen en el
96 JOERG HAEBERLI
rango de 1070 a.p. hasta 1180 a.p . (Williams 2001; cf Williams et. af. este numero). En consecuencia,
el fog6n HD-2 puede seT asociado al fragmento de calabaza pirograbada Tecolectada en el Cemente-
rio 2. POT otra parte, la banda en trenzado oblicuo podria pertenecer al Horizonte Medio.
Quequezana (1997) menciona dos chuspas encontradas en La Chimba, una con terminacio-
nes tubulares en aniIlado cruzado. Dos chuspas semejantes fueron descubiertas en el sitio de Hor-
niIlos, en el valle de Sihuas. Es preciso atribuir a Sihuas 1 estos cuatro textiles en consideraci6n a
sus terminaciones y diseiios. En relaci6n con La Chi mba dicha aut ora seiiala tambien seis termina-
ciones tridimensionales en aniIlado cruzado con lengiietas.
Las tecnicas textiles observadas son las siguientes: a) urdimbres y tramas discontinuas de
enlace doble (mantas, tejidos rectangulares con amarras en las esquinas probablemente para colgar,
y tunicas); b) tapiceria entrelazada (partes de tunicas, bolsas, fajas 0 bandas, flecadura de hom-
bros); c) anillado cruzado (terminaciones tubulares, bandas de orillas); d) sprang (bandas, gorros,
piezas de uso no determinado); e) tejido plano en cara de urdimbre para tejidos listados y para
simples diseiios geometricos (mantas, textiles rectangulares, bandas, chuspas); f) anillado simple
(bolsas); g) trenzado oblicuo (asas) y h) teiiido por amarras (mantas, tunicas, textiles rectangulares
con amarras en las esquinas). EI autor tambien ha observado el uso de urdimbres y tramas
discontinuas de enlace simple, asi como de tapiceria ranurada. Con la tecnica de urdimbres y tram as
discontinuas de enlace simple s610 se unen campos de un mismo color, contrastando con el uso de
las discontinuas de enlace doble, con las cuales se logran diseiios uniendo areas de diferentes
colores . La tapiceria ranurada hasta aqui es conocida s610 en diseiios de pequeiio tamaiio. Las fibras
utilizadas son de camelido y algod6n; ambas eran usadas para hilados de urdimbre, e hilados dobles
en el caso de la fibra de camelido. No se ha observado diseiio pintado sobre tela ni tapiceria. La
torsi6n detectada en los hilados es 2Z en S, 0 2 (2Z en S) Z. La torsi6n en Z del Horizonte Temprano
es caracteristica de la costa sur (Wallace 1979: 45); por tanto , de ahora en adelante algunos valles del
departamento de Arequipa pueden ser asignados a la tradici6n de la torsi6n en Z de la fase tardia del
Horizonte Temprano.
Los textiles incluyen tunicas, bolsas, mantas y pequeiios gorros (Dumortier 1994: 94; Rose
1999: lote 293), pero debido a que no se tiene informaci6n que provenga de la apertura concreta de
fardos funerarios, el uso especifico de much os textiles sigue siendo desconocido. De este modo, se
cuenta con band as de diferentes anchos y en diferentes tecnicas, con 0 sin decoraci6n. Algunos
textiles rectangulares , de tamaiio variable, presentan amarras en cada esquina. Es dificil imaginar
que hayan podido ser usados como vestimenta, por ejemplo como taparrabos . Con mayor probabilidad
deben haber constituido objetos para colgar, 0 quizas s610 para el entierro .
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA. PERU
Fig. 1. Siguas 1. Resto de una cQ/ia grabada, fechada en 183-50 a.c. Recogido en el Cementerio 1 del sitio
fil11erario de La Chimba, 9 de mayo del 2000.
Hasta el momento, la fecha mas temp ran a para un textil de estilo Siguas 1 en urdimbres y
tram as discontinuas de enlace doble es 200-36 a.c. Los textiles rectangulares con amarras en las
esquinas -estas surgen frecuentemente danadas 0 faltan- con frecuencia son decorados con el
Tema de la Deidad Central de Siguas (Cj mas abajo). Estos y otros textiles semejantes son prueba
que esta tecnica alcanz6 un alto nivel de madurez, y de la notable habilidad de los tejedores de
Siguas 1. Se conocen mas de 70 textiles de Siguas I realizados en esta tecnica compleja. Esto difiere
del reducido numero de los textiles conocidos de la costa sur, incluyendo un ejemplar de Ocucaje 9,
dos de Ocucaje lOy uno de Nasca I (King 1965: 151; Rowe 1972: 67).
Se puede encontrar la tecnica del anillado cruzado entre los textiles mas tempranos de
Siguas 1 -vale decir alrededor del 543-395 a.C.- para el caso de una banda de orilla unida a una
secci6n en tapiceria entrelazada, y de 379-197 a.c. para el caso de una tunica vestida por una momia
rescatada por Marko L6pez en Santa Ana, valle de Sihuas. EI autor tuvo la oportunidad de examinar
la banda de orilla en anillado cruzado -con diseno de «S»- de un textil fechado en 202-53 a.c.,
ilustrado aqui en la Fig. 14. La fibra de camelido en anillado cruzado se ubica sobre una base de
algod6n, 10 cual es posible observar mas tarde en ejemplares de Nasca Temprano. En la costa sur el
anillado cruzado se ha detectado entre el Horizonte Temprano 10 (Anne Paul, comunicaci6n personal
2002) y el Periodo Intermedio Temprano 2 en textiles de estilo Topara con terminaciones de dos a
cuatro puntadas de ancho 0 en aplicaciones (frecuentemente tubulares) de bandas cefalicas y otros
tipos de band as (Kajitani 1982 : Fig. 32; Paul 1990: 60, 1991 : 198-199,204; Frame 1991 : Fig. 4.2). La
tecnica del anillado cruzado alcanz6 su maximo desarrollo durante Nasca 2 y 3, en forma de figuras
tridimensionales (Phipps 1989: Ill, 112, 119; Rowe 1990-1991: 93; Silverman 1991: 386-392; 1993:
266-269).
La iconografia textil del estilo Siguas I es rectangular. incluso en los casos en que es
ejecutada en tapiceria. La angularidad de la tecnica de urdimbres y tramas discontinuas enlazadas
dobles puede haber influido en general el estilo angular de los disenos . EI Tema de la Cabeza Central
TCCS-A TCCS -B TCCS -C L
Cabeza doble 4 12 16
Figuras secundarias:
se rp iente de una cabeza 5 II 12 28
serp iente bicefa la 4 6 2 12
figu ra enigmatica 7 14 7 28
Figura humana 5 5 I II
cabeza humana frontal 3 3
mono 0 hum ano con cola I 3 4
Cranja en zigzag 3 7 II
..... franja ondulante escalerada 2 3
"'-l
<>::
l>.l triagulo ajedrezado 2 5 10 17
C>::l
l>.l
rombo aj edrezado 2 3
~
\::I cruz ajedrezada
<>::
l>.l cruz concentrica
S; cuadrado concentrico 3 4
rectangul o Iistado 2 6 8
rombo con apendices curvos 6 6
L 30 58 52 140
Te rmin aciones 0 bordes laterale s
Banda Siguas Listada (BSL- I) horizontal 10 II
Banda Siguas Ajedrezada (BSA- I y -2) 3 2 I 6
Terminaci6n Tubular Siguas (TTS) 10 3 14
Ejemplares texti les 8 17 15 40
Tab la 3. Frecuencia de fa cabeza doble, fig uras secunda rias, terminaciones 0 bordes de orilla tipicos y el nLimero de ejemplares textiles entre los tipos «A II .
<Xl
0"> «BII y «C II del Tema Ca beza Central Sig uas (TCCS) .
TfEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA. PERU 99
Siguas es de primera importancia en la iconografia de Siguas 1, Y sera descrito mas adelante. Seres
humanos participan en diferentes actividades y sus posturas se encuentran representadas en estilo
naturalista y abstracto, en accion 0 de manera estatica (Fig. 6, tunica abierta, I metro por 99
centimetros; Fig. 7,22 por 12,5 centimetros; Fig. 12). La cabeza es rectangular, constituida por un
numero mayor 0 menor de rasgos faciales, de acuerdo a las siguientes combinaciones: a) solo uno 0
dos ojos; b) ojos y nariz; c) ojos y boca; d) ojos, nariz y boca, y e) un ojo, nariz y boca. En este ultimo
caso, la boca y la nariz se situan en un lado, mientras el ojo es representado de manera frontal y la
boca ensena los dientes, causando la impresion de una cabeza vista de semiperfil (Fig. 6). Solo
ocasionalmente aparece la representacion de orejas . Los ojos tienen con frecuencia adorno ocular
recto 0 escalonado; el cabello puede estar 0 no graficado. Cuando 10 esta, emerge desde la parte
superior de la cabeza y cae a ambos lados de la cara como una franja escalonada, hast a la altura de
los hombros 0 de los pies, rematando a menudo en cabezas de serpientes (Fig. 7, trama y urdimbre en
fibra de camelido, urdimbres dobles). Un pequeno cuello conecta ala cabeza con el cuerpo. Brazos
y piernas son representados en diferentes posturas; los brazos tienden a terminar en manos de tres
dedos. Los objetos sostenidos por las manos aparecen adosados a los dedos; estos ultimos siempre
son graficados horizontalmente orientados en direccion contraria al cuerpo (Fig. 6). Los organos
sexuales pueden 0 no estar indicados; cuando 10 estin, su representacion grafica es un pequeno
rectangulo (pene) en el caso del hombre (Fig. 6), Y dos rectangulos menores (Iabios vaginales) para
la mujer (Fig. 7, 21,5 por 12,5 centimetros, Santa Ana, valle de Sihuas) . En ocasiones, la figura
femenina posee un pequeno rectangulo coloreado en la parte inferior del cuerpo; el mismo color a
veces puede surgir entre los labios vaginales, pudiendo significar respectivamente embarazo 0
parto. La figura masculina puede vestir tunica corta con dis enos (Fig. 6). Las representaciones de
cabezas humanas sin cuerpo no son frecuentes; pueden ocurrir en los siguientes casos: a) como
figuras secundarias asociadas al Tema de la Cabeza Central Siguas; b) pendiendo de un cordel,
portadas por hombres (Fig. 6), y c) como pequenos textiles rectangulares con marc as faciales, adem as
de adorn os oculares, con extensiones horizontales de las urdimbres conformando el cabello (Seiler
1992: Fig. 61).
Las bolsas de esti 10 Siguas I poseen variadas formas y tamanos , a modo de disenos carac-
teristicos. Un grupo de bolsas alargadas en tecnica de anillado simple presenta variaciones del
escalonado 0 meandro semejante a una plataforma escalonada, que fue mencionado mas arriba. En
su decoraci6n, franjas multicolores y superpuestas entre si conforman los peldanos en tlscenso 0
descenso del escalonado, duplicadas 0 no en imagen-espejo (Goodman 1994: lote 31) . EI numero de
los peldaiios varia de uno a tres, mientras que el nlll11ero de las franjas de colores va de Ires a nueve .
Se utilizan entre Ires y seis colores . En ciertos casos el cambio de color se da en el centro del peldano
superior e inferior. Todo ello sugiere un gusto especial por el efecto del contraste entre colores . Una
variante del meandro ya mencionado es una unidad de peldanos en ascenso y en descenso, super-
puestos y en imagen-espejo, aparece sobre un fondo negro. Lo que puede considerarse como primer
peldaiio es mucho 111<IS alto que los demas, y todos contienen un pequeno cuadrado con punto
central dispuesto ala misma altura , 10 que causa la impresion de una cabeza de serpiente con lengua
larga.
100 JOERG HAEBERLI
Las canas grabadas de Siguas I estudiadas por el autor presentan un rango entre 23 y 55
centimetros de largo y entre I a 2,5 centimetros de diametro. Entre tres y seis de los campos 0
espacios delimitados por los nudos de las canas se pueden observar grabados realizados de manera
habil. Una sustancia negra cubre las finas incisiones del grabado. No queda claro si las secciones
donde la capa exterior de la cana fue removida se tomaron cafe-rojizas a causa del paso del tiempo,
o debido a la aplicaci6n de algun colorante. Muchas canas poseen varios orificios ubicados de
manera vertical en hileras, a 10 largo de su secci6n inferior. A menudo aparecen tambien orificios en
ellado opuesto, en ocasiones alineados con los agujeros del frente. Algunos de los orificios fueron
tapados con pedazos de calabaza; tampoco esta claro si originalmente todos los agujeros portaban
tapa 0 no. La abertura del extremo inferior de dos de las II canas -presumiblemente provenientes
del valle de Majes- estaba cubierta con una tapa de calabaza con un pequeno agujero en el centro.
La dataci6n de una de estas canas arroj6 el fechado de 2 a.e.-122 d.e. De nuevo no es posible saber
si cada una de las aberturas inferiores contaban 0 no con tapas semejantes. Una de estas canas
presenta una banda de cana enrollada en su secci6n superior. Aunque se encuentra suelta, hay aun
restos de una materia resinosa adherida a la cana y a su envoltura. Una sustancia parecida fue
detectada en otras canas. La funci6n y el uso de dichas canas permanecen inciertos, aunque su
elaborada iconografia sugiere que tenian una importancia considerable.
A pesar de que estas canas de Siguas 1 son pequenas y modestas, sin lugar a dudas se esta
frente a obras maestras con una iconografia fascinante. Con pocas excepciones, todos los campos
entre nudos presentan decoraci6n grabada. Su iconografia se compone fundamentalmente de seres
humanos, pajaros, algunos cuadrupedos y serpientes, zigzags verticales , circulos, circulos con
punto central del cual irradian emanaciones que en ocasiones se interconectan y, con bastante
frecuencia , grupos de lineas y trazos paralelos. A menudo, los zigzags, se presentan con circulos
intercalados . Algunos campos se dividen horizontalmente por una franja que indica acciones en dos
niveles diferentes (Figs. 8, 9). Las figuras humanas sue len aparecer de modo frontal, con intentos
ocasionales por representar de perfil el cuerpo y las piernas. La cabeza es graficada en forma frontal,
aunque algunos casos no muestran ni nariz ni boca, sino s610 un ojo, 10 que sugiere la representaci6n
de perfil. Los seres humanos present an adornos oculares que sue len prolongarse por sobre los ojos.
Algunos exhiben otras marcas faciales como circulos y Iineas semejantes a bigotes . La regia es no
representar ni nariz ni boca. Tambien parecen haber sido representadas trenzas y tocados asociados
a elementos decorativos como plumas y alfileres 0 tupus de cobre, de forma ondulada terminados en
cabezas de serpientes. En ciertas ocasiones se podria suponer la representaci6n de tunicas . La
postura mas habitual es la de un brazo levantado, mientras eI otro cuelgajunto al cuerpo. EI tratamiento
de las piemas es variado . La ausencia de brazos y piemas podria significar la representaci6n de
cuerpos bumanos que fueron enfardelados (Fig. 9). Hay tambien ocasiones en las cuales la
representaci6n especifica de brazos y piernas de varias figuras humanas yuxtapuestas sugiere la
idea de 1110vimiento, como de danza (Fig . 8). Movimiento y escenas en positivo-negativo surgen al
menos 200 anos antes de su respect iva aparici6n en la iconografia de estilo Moche.
Los animales grab ados en las canas corresponden a pajaros, serpientes y cuadrupedos
(felino, (,zorro?, (, vizcacb a''). Los pajaros estan representados de perfil, con diferentes marcas en la
cabeza y el cuerpo. Algunos de ellos aparecen posados sobre objetos similares a estacas, sobre
objetos triangulares (i,coiinas?) , 0 en vuelo (Figs. 8,9, 10). Un pajaro sostiene en el pico algo que
podria corresponder a un rat6n 0 a una lagartija , y otros lIevan serpienles (Fig. 8). A pesar de que las
cabezas son vistas de perfil, hay algunos pajaros que muestran dos ojos sugiriendo vista frontal , 10
que ha sido la mbien observ ado para los cuadrllpedos. En el campo inferior se aprecia con frecuencia
una franja que se dirige haci a arriba en fo rma de espiral con cuadrupedos 0 pajaro s entrelazados,
ascendiendo en In direccion en que estan o rientadas las cabezas. Da la impresi6n de que los anima-
les se siguiesen 0 se encontra se n en persec llci 6 n los unos de los olros (Fig. 10). Olros tienen algo
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA , PERU 101
saliendo de la boca. Otros miran hacia atTlis al animal que los sigue. Los animales no solo se encuen-
tran conectados a traves de sus extremidades, formando asi la franja ascendente, sino tambien por
una angosta franja que los une de boca a boca.
Desde el punto de vista del estilo, la iconografia de las calabazas se encuentra mas cerca de
la de las canas que de la de los textiles (Fig. 2). Estos grabados ayudan a identificar los petroglifos
de Siguas I. Petroglifos de Arequipa han sido atribuidos al Horizonte Medio y a tiempos aun poste-
riores. Ahora es posible asignar a algunos de ellos a Siguas 1, incluyendo algunos petroglifos de
Toro Muerto en el valle de Majes (Disselhoff 1967: 148, arriba izquierda; abajo izquierda y derecha,
150; Romana, Blassi y Blassi 1987: 8-9; Guffroy 1999: Figs. 29, abajo derecha, 36g, 39f, 43j, 48h).
Entre los objetos de cobre asignados a Siguas I se encontraron tupus en forma de serpiente
ondulada, con un largo aproximado de 30 centimetros.
Se puede diferenciar tres tipos de cabezas. La primera, una cabeza un poco mas naturalista,
tal como fue descrita mas arriba (Fig. 12). La segunda tiene ojos unidos a la parte superior de la nariz,
o tambien adOl'nos oculares que parten de la parte superior de ella: esto ocurre rara vez y solo en
102 JOERG HAEBERLI
relacion con el tipo TCCS-B. El tercer tipo se caracteriza por dos cabezas opuestas, cada una con un
par de ojos unidos por medio de los adornos oculares, y un conjunto de cejas, nariz y boca
representado como una «I» mayuscula (Fig. 13). Estas cabezas son bilaterales tanto horizontal
como verticalmente, un rasgo tambien detectado en la cenimica de estilo Ocucaje y Callango 8
(Rossello 1960: La.m. 1; Menzel, Rowe y Dawson 1964: Fig. 45b-l, Lam. 8b; Sawyer 1966a: Fig. 199),
asi como en una tunica de Ocucaje 9 (Sawyer 1966b: Fig. 2). Tanto en el caso de la tunica de estilo
Ocucaje, como en el de las cabezas opuestas de Siguas, los dos pares de ojos unidos por adornos
oculares tambien pueden ser interpretados como ojos con adorno ocular en forma de serpiente, 0
como serpientes bicefalas.
Se observan similitudes entre la Cabeza Central Siguas y la cabeza sin cuerpo del Ser con
Adornos Oculares (Oculate Being), en particular tal como es representado en un textil
presumiblemente proveniente de Karwa (Kajitani 1982: Fig. 15), en uno de Ocucaje (Goodman 1987,
lote 31, ex Coleccion Soldi), asi como en otro de Paracas-Cavernas (Dwyer 1979: Fig. 11), entre otros.
Entre las figuras secundarias asociadas se cuenta con serpientes de una cabeza y serpien-
tes bicefalas ondulantes 0 en zigzag, seres humanos con brazos levantados -ocasionalmente con
un brazo arriba y el otro abajo, 0 con ambos abajo-, cabezas humanas, simios 0 seres human os de
perfil con un brazo levantado y cola enroscada, representando a un animal «(,felino?, "mono?), una
«figura enigmlitica» y varios disefios geometricos. La Tabla 3 resume la informacion sobre el Tema
de la Cabeza Central Siguas . La cabeza central opuesta fue detectada principalmente asociada al
TCCS-C . Las figuras secundarias mas frecuentes entre los tres tipos son las serpientes con una
cabeza (70%) y la «figura enigmlitica» (70%). Seres humanos y simios aparecen con TCCS-A y
TCCS-B, mientras que las cabezas humanas 10 hacen con TCCS-C. Entre las mas destacadas figuras
de relleno se pueden apreciar zigzag para TCCS-A y TCCS-B, triangulos ajedrezados para TCCS-B y
TCCS-C, un rombo con apendices curvilineos en las esquinas y rectangulo listado para TCCS-C. EI
color de fondo del textil puede ser facilmente identificado con TCCS-A, siendo de preferencia blanco
y, de manera ocasional, rojo. Por el contrario, el color azul de fondo es el preferido de TCCS-B,
aunque de modo eventual puede ser rojo. Debido a la tendencia a llenar el espacio con figuras
secundarias -particularmente en relacion con TCCS-C- el color de fondo puede desaparecer. De
manera invariable, serpientes de una cabeza son dispuestas entre los apendices diagonales y hori-
zontales, mientras que las figuras humanas y las «enigmaticas» aparecen entre los diagonales y los
verticales (Fig. 13). Un textil TCCS-A representa un simio de perfil en lugar de la Cabeza Central. Una
variante del Tema de la Cabeza Central Siguas presenta a la Cabeza Central flanqueada por mujeres
acuc\illadas como figuras secundarias, algunas probablemente dando a luz.
Se cuenta con los siguientes fechados para el Tema de la Cabeza Central Siguas: para el
TCCS-A: 200-36 a.c. y 172 a.C.-23 d.C.; para el TCCS-B: 120 a.c.- 81 d.C., y para el TCCS-C: 55 a.c.-
76 d.C. Aunque, al parecer, se percibe una tendencia temporal, el traslape de los fechados es 10
suficientemente importante como para establecer una seriacion cronologica. Investigaciones futuras
determinaran si las tres variantes poseen caracter temporal, espacial, y/o significan diferencias
simbolicas.
Una cabeza frontal sin cuerpo con ojos rectangulares, adornos oculares escalonados, que
enseiia los dientes y prolongaciones horizontales parecidas a las «bigoteras» (Fig. 14, 55 por 26
centimetros, urdimbres simples en algod6n), puede relacionarse con el Tema de la Cabeza Central
Siguas. Este fragmento de banda en tapiceria entrelazada, areas menores en tapiceria ranurada y con
disenos en cara de trama, asi como con un borde de anillado cruzado sobre una base de algod6n,
presumiblemente proviene del valle de Majes y ha sido fechado en 202-53 a.C. Desde el contorno de
la cara parten ocho apendices escalonados con rectangulos concentricos como figuras de relleno,
ademas de cuatro zigzags, dividiendo de tal forma el espacio en cuatro partes iguales. En el rectangulo
del extrema final de cada apendice se aprecia un ojo con adorno ocular escalonado, 0 una serpiente
en forma de zigzag. Como motivos secundarios hay que mencionar serpientes bicefalas y rombos
concentricos con dos prolongaciones en forma de grecas en cada esquina. A primera vista, da la
impresi6n de que esta cabeza es precursora de la figura principal del Tema de la Deidad Central. Una
tipica figura femenina en cuclillas con dos serpientes como cabello, tambien porta «bigotera» y es
acompanada por dos felinos ubicados entre sus piernas flexionadas. Esto plantea el problema del
sexo de ambas cabezas sin cuerpo de Siguas I.
Mas arriba se hizo referencia a los trabajos arqueol6gicos que han aportado artefactos de
estilo Nasca en sitios de Arequipa. Tal como ha sido mencionado, es posible agregar al Iistado
artefactos de estilo Nasca recolectados en el sitio La Chimba del valle de Sihuas. Alm mas al sur,
Goldstein (2000 : Fig. 15) hall6 un fragmento textil de Nasca Temprano en una tumba del estilo
Huaracane en Omo, valle de Moquegua. Existe informaci6n adicional acerca de tejidos de Nasca
Temprano encontrados en los valles de Ocona y Majes; de otros valles pueden provenir ejemplares
no catalogados.
i,Difieren los textiles de Nasca Temprano de Arequipa de los de la costa sur? El aut or com-
par6 102 bordes de orillas 0 terminaciones con lenguetas, todos ellos de procedencia conocida en
cuanto a valle, y en muchos cas os se conoce el sitio donde fueron encontrados 0 recolectados. La
muestra se compone de un ejemplar de Paracas, 25 de Topara, 34 de Nasca Temprano de la costa sur,
41 de los valles de Arequipa y uno del valle de Moquegua. A continuacion se resumiran algunos de
los resultados obtenidos. Las lenguetas de los textiles de estilo Paracas y Topanl sirven como
terminaci6n , mientras tanto el 89% de las lenguetas de los textiles de Nasca Temprano tienden a
funcionar como conexi6n con el tejido central y su propia tenninaci6n la constituyen flecos . Todas
las representaciones de estilo Topara son bordadas ; en cambio, s610 el 53 % de las piezas de Nasca
Temprano de la costa sur son bordadas, y el resto consiste en anillado cruzado. Todos los ejempla-
res de Arequipa fueron confeccionados con la tecnica del anillado cruzado. De un conjunto de 12
disenos de lenguetas, cinco son unicos de bandas de borde de piezas provenientes de Arequipa (el
Tabl a 4) . Por 10 mismo , el autor las ha denominado «Nasca Temprano Arequipeiio». En cuanto a la
calidad de su ejecuci6n, estas no alcanzan la finura de los especimenes del area nuclear del estilo
104 JOERG HAEBERLI
Ciertos tejidos en tapiceria yen bordura de estilo Nasca -sobre los cuales se afirma provienen
de Arequipa- presentan una iconografia bastante compleja que incluye rayos con elementos
TlEMPO Y TRADICION EN AREQ UlPA , PERU
Fig. 6. Siguas I. Tunica abierta. La tecnica es de urdimbres y tramas discontinuas entrelazadas dobies,
hombreras en tapiz entrelazado y bandas de orillas conjlecadura. Dimensiones: 1 metro par 99 centimetros.
Co/eccion privada.
Fig. 7. Siguas I. Resto de una banda elaborada en tapiceria entre/azada . Los hi/ados de urdimbre son en
dob/es y de jibra de camelido. Dimensiones: J2,5 par 22 centfmetros. Coleccion privada.
JOERG HAEBERLI
Fig. 8. Siguas 1. Dibujos defiguras y diseiios grabados en la parte superior de una caiia. Largo: 9, 4, 8,5 y 8,2
cent/metros, respectivamente. Coleccion privada.
Fig. 9. Siguas 1. Dibujos de figuras y diseiios grabados en la parte inferior de una caiia. Largo: 7,8, 6,6 y 6,4
centimetros, respectivamente. Coleccion privada.
Fig. 10. Siguas 1. Dibujos deiiguras y diseiios grabados en una caiia. Largo: 10,6, 9,8 y 9,1 centimetros,
respectivamente. Coleccion privada.
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA. PERU
a:'sin diseno,
b : diseno «I» mayuscula,
c: diseno de «sapo»,
d: diseno de un peldano,
e: geometrico, distinto a los tipos b, c, d,
f: frijol,
g: pajaro(s) con flores ,
h: pajaro,
i: cabeza humana con pelo negro conformando flecos , brazos , cinta y lengiieta «d»,
j: cabeza humana con pelo negro conformando flecos , brazos, cinta y piernas,
k: cabeza humana con pelo negro conformando flecos que salen de debajo de la cara «rectangular», como una
barba, y sin cejas, cinta y lengiieta,
I: cabeza humana con pelo negro conformando flecos que salen de debajo de la cara «redondeada», como una
barba, y con cejas, cinta y lengiieta,
m: otros.
Cultura Sitio/valle a b c d e f g h k m L
Cahuachi 9 4 2 4 2 2 23
Cantayo
Trancas
Ocucaje 4 2 7
Ocona 2 1 5
Majes 3 6
Camana 2 1 2 2 2 1 4 16
Sihuas 7 1 2 1 14
Moquegua 1
32 10 5 2 16 10 6 7 3 2 4 2 3 102
cuatripartitos, complejos ornamentos de frente 0 diademas, mascaras bucales con muchas cabezas
con elementos parecidos a rayos terminados en volutas. Un numero limitado de textiles semejantes
son ilustrados en la literatura especializada (Bennett 1954: 64; D'Harcourt 1962: Lam. 7;'Berenguer
1996: portada; Frame 1999: Lams. 21, 22; Goodman 1999: lote 214). Estos ejemplares publicados no
tienen procedencia. Sobre la base de su iconografia, estos textiles podrian ser atribuidos al estilo
Nasca Prolifero. Sin embargo, dos de estos textiles presumiblemente provenientes de Arequipa
tienen fechados mas tempranos de 10 esperado.
Las diferencias entre las diademas y mascaras bucales de los estilos Nasca Monumental y
Nasca Prolifero son significativas (Roark 1965). De este modo, las pequeiias cabezas con ojos y
boca indicados por medio de lineas cortas 0 puntos de las diademas y las mascaras bucales del estilo
106 JOERG HAEBERLI
Monumental, durante el estilo Prolifero se convierten en cabezas grandes con ojos abiertos, y los
simples apendices se transforman en rayos terminados en volutas, rayos con elementos cuatripartitos
y en rayos aserrados. Las diademas y mascaras bucales observadas en los textiles mencionados son
aim mas complejas. Como regia general hay tres categorias de cabezas en tamano decreciente,
unidas por medio de apendices. Las cabezas de mayor tamano 0 de la primera categoria poseen
grandes ojos y rayos terminados en voluta, mientras que las cabezas menores 0 de tercera categoria
son como rayos con elementos cuatripartitos, pero con dos pequenos «ojos» en el centro. Las
cabezas de la segunda categoria son parecidas a las de la tercera, aunque presentan ojos mas
grandes, y en general son de un tamano un poco mayor y mas rectangulares. Frame (1999) sugiere
que estos textiles tienen su origen fuera de la zona nuclear del estilo Nasca.
Se volvera ahora a los dos textiles fechados . Uno de ellos fue decorado con una figura
principal duplicada, que se encuentra asociada a figuras secundarias por medio de apendices, to do
en tecnica de bordado (Fig. 19, Cf Frame 1999: Lam. 20). A primera vista, la iconografia de este textil
presenta reminiscencias del tipo de iconografia que se observa en los textiles de Nasca Temprano
del Boston Museum (N .0: 67.313 a-d, Cf Rowe 1972: Fig. 1; Stone-Miller 1992: 89), y del Brooklyn
Museum (N.o: 34.1579, Cf Rowe 1972: Fig. 3; Kajitani 1982: Fig. 43). Una revision mas detallada
demuestra que el textil supuestamente proveniente de Arequipa difiere, de manera significativa, en
muchos detalles de estos dos textiles de la costa sur, asi como de las figuras de Nasca 2 y 3 represen-
tadas en otros textiles (Haeberli 1995; Sawyer 1997). Notable es el tipo prolifero de la mascara bucal
y las bandas de rayos con elementos cuatripartitos que unen a las figuras secundarias; estas ultimas
no tienen parangon en la iconografia de Nasca Temprano de la costa sur. Este textil ha sido fechado
en 144-324 d.C., pero con mayor probabilidad entre 210-261 d.C. EI segundo textil-en tapiceria-
representa a un hombre en vista frontal. Sorprende que todo su cuerpo es negro. Porta una corta
tunica, sus organos sexuales son visibles y no lleva ningun tipo de mascara bucal, sino una diadema
excepcionalmente compleja en estilo Prolifero, comparable a las diademas arriba mencionadas. En
una mana sostiene un «dardo emplumado», que no aparece antes de Nasca 7, en la otra mana lIeva
baculos, a los cuales se asocia una cabeza humana cortada. EI fechado de este segundo textil
corresponde a 329-425 d.C. , 10 cual situa a estos dos textiles en el mismo rango temporal que poseen
las dos bandas de orilla tridimensionales de Nasca Temprano recolectadas en La Chimba, valle de
Sihuas . Estos resultados iniciales de la investigacion realizada sobre un grupo de textiles que se
podrian asociar con el estilo Nasca Prolifero, presentan evidencias de su particular «sabon>. Frame
(1999: 294-298) llego a una conclusion semejante: los llama «aberrantes» y considera que no provie-
nen de la zona Nasca nuclear, ubicandolos en el periodo Nasca Medio . Sin embargo, sobre la base de
dos fechados radiocarbonicos, algunos de estos textiles , sino todos , parecieran surgir en los valles
de Arequipa durante la fase temp ran a del Periodo Intermedio Temprano, probablemente antes que
en la zona nuclear Nasca (Cf mas abajo) . Esta conclusion se encuentra apoyada por un textil Siguas
3-Nasca que presenta rayos con elementos cuatripartitos (Fig. 20, 1,59 por 0,15 metros, detalle),
fechado en 408-541 d.C., vale decir hasta 150 anos mas antiguo que el inicio mismo del estilo Nasca
Prolifero en la costa sur.
del valle que anteriormente no fue utilizado, se encuentran asociados a artefactos de estilo Nasca 5.
El desplazamiento de la poblaci6n indica cambios, 10 que tambien se refleja en la evoluci6n estilistica
experimentada entre el estilo Monumental y el Prolifero en la costa sur durante Nasca 5.
De las tres tradiciones textiles Siguas, Siguas 2 es la menos definida, y parece constituirse
como una reacci6n frente a la presencia del estilo Nasca. El numero de sus textiles es limitado;
existen s6lo dos tipos , ambos realizados en anillado cruzado . El tipo A corresponde a una banda con
largos flecos (aJcanzan el doble del ancho de la banda misma). El tipo B es una banda con flecos y
cinta con lengiietas en uno 0 dos de sus lados. Las lengiietas con flecos son rectangulares 0
trapezoidales, y el fleco es s6lo levemente mas largo que la dimensi6n del ancho de la banda. La
banda de tipo A y de B puede estar unida a un tejido plano de color rojo 0 azul. Las dimensiones de
las bandas - incluyendo tambien las lengiietas- son de 15 a 30 centimetros de ancho (sin flecos)
y 50 centimetros a 1,8 metros de largo. La banda de tipo A presenta a 10 largo entre tres y cinco
franjas con diseno : una 0 dos son angostas, y entre una y tres son mas anchas . La mayor parte de las
franjas angostas exhibe un diseno ajedrezado con colores dispuestos usualmente en forma descen-
dente y escalonada. Los disenos de las franjas mas anchas sue len ser a) franjas verticales multico-
lores , b) variaciones basadas en un escalonado individual con diferentes colores sobrepuestos en
linea ascendente y descendente, c) ajedrezado en zigzag, d) hileras de figuras en forma de «U»
angular, a menudo invertidas, concentricas y multicolores (Dumortier 1994: 95) . Los disenos de las
lengiietas con flecos del tipo B son geometricos y cabezas frontales estilizadas, con adornos ocula-
res (Goodman 2000: lote 214). Los dis enos de la cinta con 0 sin un segundo conjunto de lengiietas
suelen formar un ajedrezado , sobre el cual se ubica un meandro que consiste entre uno y tres
peldanos de varios colores en linea ascendente y descendente. En un caso se pudo apreciar s6lo
peldanos ascendentes , con disenos rectangulares en forma de «U » sobre el peldano. Cambios de
color ocurren con mayor frecuencia despues del primer 0 segundo peldano inferior. Entre los pelda-
nos pueden aparecer figuras angulares intercaladas en forma de «U» invertida y sobre los peldanos
figuras geometricas adicionales . Dos textiles del tipo B han sido fechados : una banda en 135-333
d.C., y una lengiieta con cara frontal estilizada con adorn os oculares y flecos como barba, en 127-241
d.C.
108 JOERG HAEBERLI
Existen bandas de orilla tridimensionales en anillado cruzado que son simi lares a los
ejemplares de estilo Nasca en cuanto a su tamafio, pero cuyo disefio incluye elementos de Siguas 1.
La denominaci6n del autor para este tipo es Siguas-Nasca Temprano. Puede ocurrir que
investigaciones futuras demuestren que Siguas-Nasca Temprano y Siguas 2 en realidad representan
diferentes niveles de interacci6n entre Siguas 1 y Nasca Temprano: el primero representaria la
perspectiva de Siguas 1 de dicha interacci6n y el segundo la visi6n de Nasca Temprano de ella. Las
bandas de orilla Siguas-Nasca Temprano tienden a tener cabezas humanas de estilo Nasca con
flecos simulando pelo y barba, pero algunas como en el caso de Siguas 2 presentan adornos oculares.
En 1997, en el Museo Arqueol6gico Mario Morante, de la Universidad de San Agustin de Arequipa,
habia una pequefia cabeza con adornos oculares realizada en anillado cruzado; esta figuraba entre
otros fragmentos textiles obtenidos por Disselhoff en Cabezas Achatadas. Sobre la base de su
adorno ocular es asignada a Siguas-Nasca Temprano. En otros casos, cabezas de este tipo se
encuentran asociadas a lengiietas con disefio geometrico amilogo a las lengiietas de Siguas 2 de
mayor tamafio. Entre los elementos de la tradici6n Siguas 1 encontrados en piezas de Siguas-Nasca
Temprano, figuran cintas con disefio escalonado de tres peldafios ascendentes y descendentes con
cambios de color. En ciertos casos, bajo el peldafio superior se observa el disefio de «U» angular
invertida, que ya se habia mencionado en relaci6n con las bandas de Siguas 2.
La mezcla de diferentes tradiciones queda demo strada de una manera convincente a traves
del modo secuencial de ordenar los frijoles tridimensionales de estil0 Nasca. Estos poseen un «ojo»
y un motivo compuesto por un peldafio. Todos los ojos miran en la misma direcci6n y todos los
peldafios son ascendentes (Disselhoff 1968: Fig. 5c). En las bandas de Siguas-Nasca Temprano los
ojos estan orientados de forma que se miran entre si, cada segunda prolongaci6n en forma de frijol
presenta un giro en 180 grados. En consecuencia, el peldafio en ascenso se transforma en un disefio
escalonado compuesto por un peldafio ascendente y de otro que desciende, 10 cual corresponde a
un meandro de Siguas 1. El mismo efecto se logra en el caso del disefio «d» de la Tabla 4, referido a
las lengiietas de Nasca Temprano de Arequipa (Cj Sawyer 1997: Fig. 127), del disefio de un peldafio
o del frijol del estilo Nasca sin un ojo.
Arequipa tejidos y ceramios que son equivalentes a los de la costa sur; esto implica comercio 0
copias locales muy fieles. Toda esta nueva informaci6n es incompatible con la idea de los bienes de
prestigio producto de comercio. EI fragmento de Omo, en cambio, tal como Goldstein (2000) argumenta,
si puede ser resultado del intercambio de bienes de.prestigio. EI diseno de sus lengiietas representa
el estilo «Nasca Temprano Arequipeno».
Cabe preguntarse, (,que raz6n hubo para que la gente del departamento de Arequipa produjera
gran cantidad de magnificos textiles de Nasca Temprano? Disselhoff (1968: 390) plantea si la
deformaci6n crane ana descubierta por el en Cabezas Achatadas en el valle de Camami representa
una relaci6n etnica con Nasca 0 mas bien se trata de una practica ampliamente difundida en su
epoca. La deformaci6n craneana fronto-occipital tambien ha sido observada entre los craneos de
Siguas 1 en La Chimba.
Dos momias de Siguas 1, la iconografia de las canas y calabazas de Siguas 1, asi como la
iconografia de la ceramica de estilo Nasca de la costa sur son evidencias que pueden ayudar a
responder la pregunta planteada por Disselhoff. Las dos momias, ambas procedentes del valle de
Sihuas, fueron atribuidas a Siguas 1 en base a los textiles asociados. Lucian un peinado inusual, con
el pelo trenzado atado conformando una protuberancia semejante a un cuerno sobre la frente. Este
peinado aparece en representaciones de canas y calabazas de Siguas 1, proyectandose de la parte
superior de la cabeza (Figs. 8, 10). Con frecuencia se observa un peinado igual en la ceramica
escult6rica de Nasca Temprano (Lavalle 1986: 118, 120, 139; Lavalle 1989: 128, 130; Rickenbach 1999:
Figs. 132, 133, 135, 152), asi como en una cabeza de estilo Nasca (Disselhoff 1967: 66). EI peinado en
cuesti6n no debe ser confundido con las bandas cefalicas de estilo Topara enrolladas en forma de
turbantes y con sus extremos atados sobre la frente para lograr formar una protuberancia (Disselhoff
1967: 66; Frame 1991: Fig. 4.10). Los ejemplares mencionados demuestran que se trata de una forma
de peinado comun tanto en Siguas 1 como en Nasca Temprano. La posibilidad de comprobar cualquier
tipo de relaci6n etnica necesita investigaciones futuras, trabajo de campo y tambien es de esperar el
uso de datos de ADN y del cromosoma Y no recombinante.
La interacci6n entre Arequipa y la costa sur tambien se hace evidente a traves de la difusi6n
de tecnicas textiles. Un textil de Siguas 1, con una banda en anillado cruzado, fue fechado en 543-395
a.c., mientras que la misma tecnica aparece en la costa sur con Topara. Paul (1990) asigna 40 fardos
funerarios de estilo Topara provenientes de Paracas Necr6polis a un rango temporal entre la fase 10
del Horizonte Temprano y la fase 2 del Periodo Intermedio Temprano segun la cronologia del valle de
lca. Tanto Paul (1990, 1991), como Frame (1991) describen tejidos de estos fardos, los cuales exhiben
angostas terminaciones bidimensionales planas, lengiietas tridimensionales y apendices en forma
de «dedos» en tecnica de anillado cruzado. La aparici6n mas temprana del anillado cruzado en la
costa sur se da entre los fardos excavados en Paracas Necropolis en los textiles de estilo Topara de
la fase 10 del Horizonte Temprano (Anne Paul, comunicaci6n personal 2002). Son los tejedores de
Nasca 2 y 3 los que se destacan en el uso de esta tecnica. Actualmente, el fechado mas temprano
para un fragmento de tipo Nasca Tridimensional de banda de orilla en anillado cruzado, proveniente
de Arequipa y recolectado en La Chimba, es de 55-139 d.C. (Fig. 3). Los datos disponibles sugieren
la Ilegada del anillado cruzado bidimensional desde Arequipa a la costa sur durante el.Horizonte
Temprano, 10 cual debio ocurrir en la direccion contraria en el caso del anillado cruzado tridimensional,
alrededor de Nasca 2 y Nasca 3. Actualmente, el textil de estilo Siguas 1 mas temprano con tecnica
de urdimbres y tram as discontinuas de enlace doble se encuentra fechado en 200-36 a.c., mientras
tanto esta tecnica aparece en la costa sur durante Ocucaje 9. A pesar de esto, el total de los ejempla-
res de Siguas 1 llega a mas de 70 piezas, frente a los de la costa sur que aparecen en cantidad
limitada. Uhle recolecto (Garaventa 1981) un fragmento textil en urdimbres y tramas discontinuas de
enlace doble en Yauca, que reviste importancia desde el punto de vista de la interaccion y la direc-
cion del tlujo de intluencias entre ambas zonas. Los detalles iconograficos de este tejido se encuen-
110 JOERG HAEBERLI
tran mas proximos a Siguas 1, que a Paracas Ocucaje. Hay ciertas similitudes en el campo de las
iconografias de Siguas 1 y Paracas, observadas en algunas representaciones de cabezas frontales y
de cuerpos antropomorfos con cabezas frontales con apendices , que merecen especial atencion
porque el Ser Oculado (Oculate Being) surge repentinamente en la costa sur durante Ocucaje 8.
Partiendo de los resultados preliminares mencionados , el autor propone que los valles de
Arequipa y de 1a costa sur estuvieron interrelacionados a traves de ciertas preferencias estilisticas
compartidas y por medio de la difusion de tecnicas textiles , bienes materiales e ideologia. Esto
demuestra alguna forma de interaccion , aunque su caracter no se encuentra definido atm.
Actualmente, el intercambio comercial parece probable, incluyendo cobre hacia la costa sur, pero
tambien otras interacciones pudieron involucrar pequenos enclaves de colonias de la cultura Nasca
que coexistian con la poblacion local. En La Chi mba algunos artefactos de estilo Nasca son mas 0
menos contemponineos con los de Siguas 3. No muy lejos se encuentran los sitios La Ramada y San
Juan con restos de Siguas 3, 10 cual sugiere la presencia de dos poblaciones diferentes habitando en
inmediata cercania. Cualquier tipo de interaccion que haya existido con Nasca no influyo notablemente
-tal como se vera mas adelante- en la iconografia textil y ceramica de Siguas 3. De todos modos,
Siguas 2, Siguas-Nasca Temprano y Siguas 3-Nasca reflejan relaciones entre Siguas y Nasca, cuyo
significado requiere mas investigacion.
Los artefactos que el autor recolecto en los cementerios muy saqueados de La Ramada y
San Juan, en el valle de Sihuas, asi como en La Gamio, en el valle de Vitor, son asignables a Siguas 3.
A continuacion se concentrara la discusion en La Gamio, ya que este arrojo un mayor numero y
variedad de artefactos.
EI cementerio de La Gamio esta situado sobre una terraza aluvial, en el anexo de Tacar,
hacienda La Gamio, frente al camino, al otro lade del rio y casi paralelamente en relacion con algunas
casas ubicadas en la vera del camino . AI contrario de las estrechas camaras mortuorias individuales
de La Chi mba , en La Gamio las estructuras son mas profundas, dejando depresiones conicas de gran
tamano. En este sitio se encontro esparcida una mayor cantidad de artefactos que en La Chimba; no
se observo ningun material tipico de Siguas 1 y 2, Nasca, Pukara Provincial, Tiwanaku 0 Wari . Los
objetos recolectados corresponden a textiles , cestos, bolsas de fibra vegetal , ceramica, un fragmento
de calabaza pirograbada, un collar de cuentas oseas, «deformadores craneanos», dos cabezas humanas
y tres objetos rituales con cabellos humanos.
Se encontro ceramica no decorada del estilo La Ramada 0 Siguas 3 no decorada . Entre las
formas figuran bote lias con una y dos vertederas, jarros y un pequeno cuenco. Las vertederas son
cortas y rectas y, en un caso, evertida. Una botella fragmentada con una vertedera presenta disenos
descuidados de zigzag pintados de negro y ubicados de manera arbitraria sobre la superficie. Algu-
nos ceramios exhiben manchas de cocci on . EI pequeno cuenco tiene paredes verticales y pintura en
engobe; su decoracion se compone de lineas paralelas entrelazadas rojo y crema. En el cementerio
de La Gamio no ha sido detectado ningun ceramio esc ultorico de Siguas 3 (vease parrafos inferio-
res) . Los cestos solo presentan disenos simples, mientras que una bolsa de fibra vegetal1nuestra
disenos geometricos sobre fondo azul eel con Rose 1998: lote 273) . Hubo una gran cantidad de
fragmentos te xtiles: algunos con disenos ajedrezado s en tejido plano balanceado, dos fragmentos
con tenido por amarras ; uno de estos posee varia s hileras de rectangulos 0 «anillos » concentricos
crema «(.amarillo destenido ?), fonnando una franja diagonal sobre un fondo rojo ladrillo. Un fragmen-
to similar de tunica -tambien proveniente de La Gamio que pertenece a una coleccion privada- ha
sido fechado en 235-349 d.C. EI segundo fragment o con tenido por amarras presenta dos hileras
simples en «x » sobre rectangulos alternados en rojo y azul dispuestos en forma ajedrezada (el
Goodman 1998: lote 27). Los patrones tie-dye de La Gamio son diferentes a los patrones de las
TIEMPO Y TRAD/e/ON EN AREQUIPA, PERU 111
tunicas que se observan en la ceramica escult6rica de estilo Wari. Un fragmento listado en cara de
urdimbre exhibe la secuencia cromatica recurrente de rojo-verde-amarillo-azul oscuro. Se pudo reco-
lectar un fragmento similar en el Cementerio 2 de La Chi mba eCI mas arriba el fragmento g) , y
Disselhoff por su parte excav6 otro en Cabezas Achatadas, valle de Camana, el cual se encontraba
en exhibici6n en 1997 en el Museo Arqueol6gico Mario Morante de la Universidad de San Agustin
de Arequipa (CI Lavalle 1986, 1989: 89; Reid 1986: Fig. 66; Rosario 1999: 86). En este punto, es
necesario destacar que el sitio de Cabezas Achatadas tiene un caracter multicultural y no s610 Nasca
Temprano, tal como 10 sugiri6 Disselhoff. Nuevamente se nota la secuencia cromatica rojo-verde-
amarillo-azul muy oscuro, en un fragmento textil con disefio zigzag en urdimbres y tram as discontinuas
de enlace simple. Aunque estos textiles son atribuidos al estilo Nasca, el autor aun no ha encontra-
do ceramica escult6rica alguna de ese estilo representando una tunica con disefio semejante, asi
como tampoco conoce algun fragmento semejante con proveniencia conocida. Un tipo de banda
recurrente en slentre 0 sarga oblicua cuenta con un disefio zigzag en tres 0 cuatro colores atrave-
sando to do el ancho de la pieza. La secuencia cromatica acostumbrada es rojo-verde-amarillo-azul
oscuro 0 rojo-azul-amarillo-cafe. Dos piezas semejantes fueron recolectadas en La Gamio, dos en La
Chimba y otras dos en La Ramada. Uno de los ejemplares de La Chimba ha sido fechado en 327-417
d.C. Dos cordones «peludos» 0 borlas en capas muestran secuencias de colores diferentes, una en
rojo-negro, y la otra en rojo-verde-amarillo-negro. Tambien se encontraron algunos sudarios en
algod6n blanco en tejido plano balanceado con pequefios disefios geometricos simples en tramas
suplementarias compactas en color, predominantemente en rojo con algo de verde. Estos ultimos
disefios, en fibra de came lido, son dispuestos forman do una linea, una «x» 0 un rombo.
Aparte de los textiles, la colecci6n incluye cestos, ceramica de estilo La Ramada, dos cabe-
zas humanas y artefactos rituales. Una cabeza corresponde a un individuo masculino con vella facial
y trenzas , mientras que la segunda es una cabeza ritual cortada, que exhibe la cuerda para portaria
(Fig. 21). Ambos extremos de la cuerda pasan a traves del agujero perforado en la frente, 10 cual
constituye una disposici6n bastante diferente a 10 que se observa en las cabezas cortadas rituales
de estilo Nasca. En la Fig. 21 se aprecian dos artefactos ceremoniales elaborados con pelo humano
trenzado , la mayor parte de las trenzas del artefacto a la derecha alcanzan un largo promedio de 28
centimetros. La preparaci6n de estos objetos ocurri6 de la siguiente manera : en su centro se encuen-
tra una banda de cuero que probablemente fue enrollada en una varilla de madera; luego el pelo
humano fue atado alrededor de la parte superior de la banda de cuero, para finalmente trenzarlo. Las
trenzas fueron embarriladas y fijadas en su posici6n por medio de puntadas con hilo . Es probable
que dos varillas y una cana que se encontraron fragmentadas , enrolladas con lanas de colores
formando diferentes bandas, hay an sido usadas para sostener dichos objetos rituales de pelo trenzado.
tos -y, posiblemente, una sociedad mas fragmentada- son todos factores que pueden formar
parte de la explicacion a la situacion planteada. Se afirma que los artefactos de Siguas 3 provienen de
los valles de Vi tor, Qui1ca, Sihuas, Majes y Ocona; sin embargo, con la excepcion de los valles de
Sihuas y Vitor, esta afirmacion necesita ser verificada en terreno.
Neira (1990: 97, 100) describe la ceramica de estilo La Ramada 0 ceramica no decorada de
Siguas 3. Aunque el autor desconoce descripciones publicadas de la ceramica escultorica de Siguas
3, piezas de esta categoria se encuentran en colecciones (Fig. 22, todas piezas provenientes de La
Gamio; la segunda dellado izquierdo tiene una altura de 11,3 centimetros). Esta ceramica fue realiza-
da tanto en atmosfera oxidante como reductora. Las figuras humanas son muy estilizadas y tienden
a presentar brazos y nariz realizadas con aplicaciones, mientras que los ojos y la boca son incisos.
Una vasija en forma globular tiene indicacion de los senos, collar y lineas verticales debajo de los
ojos (Fig. 23). Algunas piezas escultoricas poseen dos vertederas cortas que emergen de la parte
superior de la cabeza, que son semejantes a vertederas de la ceramica no decorada (Figs. 25, 26).
Otras muestran una boca ampliamente abierta, 0 una abertura en el torax cerrada con una tapa de
fibras organicas, cuyos restos suelen encontrarse en el interior de la vasija (Fig. 24, 27 centimetros
de altura). Lo que parece ser la representacion de un individuo masculino !leva un tocado cefalico y
sostiene las asas de una bolsa que cuelga atras de su espalda con las dos manos (Fig. 22). Las
escasas representaciones de animales incluyen una llama y posiblemente un mono (Figs. 22, 25, 40
centimetros de altura). El repertorio tambien incluye criaturas fantasticas (Fig. 26, 28,5 centimetros
de ancho) con una 0 dos cabezas antropomorfas.
Las tecnicas textiles identificadas son: tejido listado en cara de urdimbre, tejido plano ba-
lance ado con listados cruzados, tejido plano con urdimbres suplementarias, tejido plano balancea-
do con trama suplementaria compacta, tejido doble, s/entre, tapiceria ranurada con tramas horizon-
tales 0 diagonales, urdimbres y tramas discontinuas de enlace simple, cordon <danudo», tenido por
amarras y un menor uso del anillado cruzado. La torsion de los hilados -cuando se Ie ha podido
observar- es 2Z en S.
Fig. 17. Nasca 3. Ceramio presumiblemente proce- Fig. 18. Nasca 3. Ceramio presumiblemente proce-
dente del valle de Sihuas y de manufactura local, tal dente del valle de Sihuas y de manufactura local, tal
como 10 revelan los colores. detalles de decoracion y como 10 revelan los colo res, detalles de decoracion y
la for ma. Museo del colegio Salesiano Don Bosco, la forma. Museo del colegio Salesiano Don Bosco,
Arequipa, 18 de mayo del 2000. Arequipa, 18 de mayo del 2000.
Fig. 19. Nas ca. Textil en tecnica bordado y supuestamente proveniente de Arequipa. Fechado en 144-324 d. C.
EI rayo con elementos cuatripartitos es asociado con Nasca prolflero, mas el fe chado radiocarbonico concuer-
da con Nasca Temprano. Co leccion privada.
JOERG HAEBERLI
Fig. 23. Siguas 3. Vasija enforma globular que repre- Fig. 24. Siguas 3. Ceramica escultorica del valle de
senta una mujer. Tiene indicae ion de brazos, «pier- Sihuas enforma humana con una abertura en eltorax.
nas», senos, collar y lineas verticales debajo de los Museo del Colegio Salesiano Don Bosco, Are-quipa, 6
ojos. Altura : 10,5 centimetros. Museo del colegio de mayo del 2000.
Salesiano Don Bosco, Arequipa, 5 de mayo del 2000.
Fig. 25. Siguas 3. Vasija enforma globular que repre- Fig. 26. Siguas 3. Ceramica escultorica, con la repre-
senta a un humano 0 mono. La vasija posee dos sentacion de una criaturafantastica. Ancho: 28,5 cen-
vertederas cortas emergiendo de la parte superior de timetros. Museo del Colegio Salesiano Don Bosco,
la cabeza que son semejantes a vertederas de la cera- Arequipa, 5 de mayo del 2000.
mica de Siguas 3 no decorada 0 La Ramada. Altura:
40 centimetros. Museo del Colegio Salesiano Don
Bosco, Arequipa, 5 de mayo del 2000.
114 JOERG HAEBERLI
En la actualidad resulta posible asignar algunas piezas de plumeria a Siguas 3, gracias a una
corona de plumas que tiene una tipica cinta de Siguas 3 en sientre, con un diseno en zigzag en la
secuencia de colores rojo-verde-amarillo-azul (Seiler 1992: Fig. 26). EI trabajo en pluma de esta pieza
presenta tres hileras de plumas de colores, concretamente primero pequenas plumas azules y luego
rojas forman las dos primeras hileras, mientras que la tercera hilera se compone de grandes plumas
amarillas. EI autor tuvo la oportunidad de observar algunos ejemplares de un tipo especial de arte-
sania en pluma, al cual la corona mencionada podria pertenecer. Plumas de menor tamano y otra
mayor fueron atadas con hilos a una cara de canas partidas, 0 a ambas caras de elias. EI numero de
las plumas menores va desde dos a cinco, traslapadas entre si. Los colores que se han podido
apreciar son rojo, amarillo , verde, diferentes matices del azul , cafe y negro. EI uso del cabello humano
en la parte inferior de los atados fue, al parecer, opcional y a veces muestran tinte rojo. Una corona
con 45 canas emplumadas exhibe pelo humano atado al extremo inferior de cada una de ellas . EI pelo
esta trenzado formando una banda que incluye amarras . La secuencia de los colores de las plumas
menores es azul-amarillo-rojo; en cambio, las plumas largas son amarillas, con la excepcion de cuatro
plumas rojas en cada extremo. Las canas partidas se encuentran atadas entre si por medio de un
cordon torcido. Ciertas tunicas que muestran un tipo diferente de trabajo plumario, tambien podrian
pertenecer a Siguas 3 (Lavalle 1988: 151 , 159, 171).
flanqueada por diseiios geometricos con frecuencia entrelazados. La figura principal del Tema de la
Figura de Brazos Flexionados (TFBF) es un ser humano con los brazos en alto (Fig. 28, detalle;
Lavalle 1986; 1989: 92; Goodman 1996: lote 22, 29 centimetros por 2,2 metros). Los rasgos faciales a
veces aparecen, a veces no. El ser humano mencionado frecuentemente tiene color rojo 0 amarillo. EI
fechado de uno de estos textiles es 658-775 d.C. Aunque se trata de un fechado tardio, algunos de
sus diseiios geometricos aparecen en un textil tipo «B» del Tema del Rectangulo con Apendices
(TRA-B), el cual cuenta con un fechado mas temprano (el mas abajo), evidenciando la prolongada
supervivencia temporal de Siguas 3. En el caso del Tema del Rectangulo con Apendices, la figura
principal es un rectangulo concentrico 0 un rectangulo que contiene un rombo concentrico, de los
cuales surgen apendices horizontales, verticales y diagonales (Fig. 29, 25 centimetros por 2,8 me-
tros, detalle). Los apendices diagonales terminan con frecuencia en «pies» 0 «manos» con tres
«dedos», orientados hacia el centro de la banda. Se puede dividir este tema en TRA-A, TRA-B Y
TRA-C, segun los diseiios secundarios que usa cada uno. EI tipo «A» tiene solo diseiios geometricos
angulares, en cambio el tipo «C» se basa, de manera exclusiva, en diseiios angulares enroscados en
forma de S, S-es entrelazadas y motivos semejantes a una guirnalda (Lavalle 1986, 1989: 60; Goodman:
lote 25; Mayo 1995: 17). En el caso del tipo «B», en un mismo textil se encuentran tanto diseiios
angulares, como curvilineos (Fig. 29). El fechado de un textil de este tipo, con muchos motivos
curvilineos, es de 429- 597 d.C. Ambos temas de Siguas 3 pueden aparecer en el mismo textil (Goodman
2001: lote 414). Caracteristicos diseiios geometric os asociados a ambos temas son motivos semejan-
tes a un peine de una 0 dos hileras de dientes y ganchos -representados en cintas de tejido doble
(Fig. 27)-, Y bandas con aspas, «pies» 0 triangulos desplazados mirando en direcciones opuestas
(Figs. 28, 29). Solo existen textiles con diseiio geometrico angular (Goodman 1994: lote 29).
Muchos textiles asignados a Siguas 3 poseen variaciones del zigzag en varios colores. Las
bandas fabricadas con la tecnica slentre, recolectadas en cementerios y encontradas en coleccio-
nes, significan una de estas variaciones. Una segunda variante se aprecia en un grupo de tapicerias
que representan una cabeza humana frontal con adorn os oculares, la cualluce un tocado con diseiio
zigzag vertical. Hay patrones en la secuencia de los colores del zigzag, pero no son constantes.
Todas estas cabezas humanas poseen pelo humano unido a la parte inferior de las mismas por medio
de una cinta en anillado cruzado, de manera analoga a las cabezas de Nasca Temprano, Siguas-Nasca
Temprano y Siguas 2, que presentan flecos simulando cabello, tal como ya fue mencionado. Se
aprecian diferencias de tamaiio entre las cabezas: las menores corresponden a ejemplares de Nasca
Temprano y Siguas-Nasca temprano, las mas grandes a Siguas 3; en cambio, las cabezas de Siguas
2 tienen un tamaiio medio respecto a las anteriores. Las cabezas de Siguas 3 probablemente repre-
sentan cabezas de antepasados 0 cautivos de guerra, con su cabello pasando a formar parte del
textil. Las as as que se pueden observar adosadas a sus esquinas superiores, sugieren que estas
«cabezas textiles» pudieron haberse usado 0 portado durante rituales, 10 cual recuerda el rito
«Masoma» descrito en el Manuscrito de Huarochiri (Salomon y Urioste 1991: 120-121). Una tercera
variante la constituyen los peines de pequeiias dimensiones, cuyos dientes sirven como urdimbres
de la banda textil con diseiio en zigzag, que mantiene en su lugar a los mismos. Una cuarta variacion
se compone de textiles rectangulares en tapiceria ran urad a con tram as diagonales y multiples as as a
10 largo de sus dos costados. Estos textiles son esplendorosos y unicos por el uso de sus diseiios
zigzag policromos y, con frecuencia irregulares (Goodman 2000: lote 27). Un textil semejante ha sido
fechado en 144-343 d.C. Un textil de pequeiias dimensiones con diseiio zigzag mas regular en tecnica
de tapiceria ranurada con tramas diagonales y de uso desconocido, tiene un fechado de 437-610 d.C.
Siete bolsas alargadas captaron la atencion del autor, dos de las cuales presumiblemente
provienen del valle de Siguas. Este tipo de bolsas tienden a atribuirse al estilo Nasca, pero Siguas 3
es mas adecuado como asignacion; son denominadas «tlecheros», debido a que algunas de ellas
contenian tlechas. Aparte de su forma alargada, se caracterizan por presentar urdimbre de fibra
vegetal relativamente rigida, asi como por su particular decoracion en franjas horizontales. Fueron
realizadas en tapiceria entrelazada, en tejido tubular y la fibra de camelido presenta torsion 2Z en S
116 JOERG HAEBERLI
y nO es llevada con el resto del tejido. Una parte inferior de menor tamaiio fue elaborada en torzal con
algodon sin teiiir. Dos bandas angostas muestran el mismo diseiio , enmarcando la franja central mas
ancha. EI diseiio de las bandas angostas consiste en dos hileras de triangulos concentricos con un
singular delineado hasta en cinco colores, creando un motivo zigzag vertical u horizontal. EI diseiio
de la franja central es geometrico: una bolsa enseiia figuras semejantes a un peine de doble hilera,
dos bolsas enseiian rombos concentricos, otra un zigzag escalonado con la secuencia cromatica
rojo-verde-blanco-azul oscura y una quinta bolsa tiene un ajedrezado con la misma secuencia de
colores (Rickenbach 1998: Fig. 63) . La franja central de una de las bolsas, fechada en 318-420 d.C.,
muestra rombos concentricos en verde 0 azul con el centro en rojo sobre amarillo. Esta y otra franja
de un complejo textil de estilo Pukara Provincial, comparten rasgos comunes. Los rombos concentricos
del textil de estilo Pukara Provincial son rojos y verdes con centro amarillo, to do dispuesto sobre
fondo amarillo (Conklin 1983). Un diseiio geometrico procedente del sitio-tipo Pukara es una hilera
de triangulos concentricos en crema 0 negro con centro rojo (Chavez 1992: Fig. 349 0) . Surge
entonces la pregunta: i.,se puede detectar una influencia del estilo Pukara? Ellimitado numero de los
textiles de estilo Pukara Provincial identificados es mas exuberante en cuanto a colores y menos
rigidamente estandarizado en cuanto a iconografia, que la ceramica del mismo sitio de Pukara (lease
parrafos inferiores).
Hay textiles que combinan motivos de Siguas 3 con diseiios de Nasca Prolifero, como el
rayo con elementos cuatripartitos . Uno de estos textiles realizado en tapiceria ranurada con el mismo
motivo ha sido fechado en 408-541 d.C. (Fig. 20,0,15 por 1,59 metros, detalle). Otro ejemplar presenta
el mismo diseiio, sus rayos en lugar de dos ojos, con mas frecuencia poseen solo uno 0 ninguno, tal
como fue mencionado anteriormente (Lavalle 1986; 1989: 54). Ciertos tejidos incluyen formas que
sugieren miembros humanos cortados; un ejemplar bastante especial es el que aparece ilustrado por
Lavalle (1988: 133).
Pukara Provincial
Materiales de estilo Pukara fueron encontrados en Arequipa (Mujica 1991: 290) . AI parecer,
Jose Antonio Chavez encontr6 ceramica del estilo Pukara en los sectores de Las Salinas y Chiguata,
en donde realizo excavaciones (Pari y Perez, comunicaci6n personal abril 1997). Su trabajo no ha
sido publicado, con la excepcion de un parrafo breve de su tesis de maestria (1992 : 55 ; Cardona,
comunicacion personal enero 200 I), Y la ubicacion actual del material excavado es desconocida.
Augusto Cardona Rosas recolecto en 1994 una cabeza ceramica de felino hembra de estilo Pukara en
el sitio de Sonqonata, asignado al Formativo Tardio, fase Socabaya (Cardona 2002 : 61). En el
departamento de Moquegua, Feldman (1990: 69-72, Fig. 3) identifico ceramic a de estilo Pukara en el
sitio Trapiche, y Goldstein (1990: 82; 2000: Figs. 15, 16) encontro fragmentos textiles de estilo Nasca
Temprano (con lengiietas decoradas con diseiio de «I» mayuscula) y de estilo Pukara en un entierro
Huaracane, en Omo.
AI autor Ie interes6 un grupo de tejidos catalogados como de estilo Tiwanaku y, bas andose
en un estudio comparativo de su iconografia, lIego a la conclusion de que estos no son ni i:le estilo
Tiwanaku ni Pukara del sitio-tipo. Mas bien, estan relacionados con Pukara, ubicandose entre estas
dos tradiciones, debido a 10 cual se ha elegido la denominaci on Pukara Provincial para ellos . EI autor
usa el termino «provincial» porque tres de estos textiles presumiblemente provienen del valle de
Majes, departamento de Arequipa. Existen dos tipos de tejidos con iconografia relacionada, nomi-
nalmente: secciones de hombros y bandas de tunicas (0 quizas tambien mantas) elaborados en
tapiceria entrelazada usando fibra de camelido tanto para trama como para urdimbre; esta ultima,
cuando pudo ser observada, es simple 0 doble. Algunos tejidos presentan una terminacion en
anill ado cruzado que se ubica sobre el tejido y no sobre una base de algodon. La torsion de los
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA, PERU 117
El grupo «A» consiste en dos ejemplares pnicticamente iguales, salvo diferencias de color.
Su imagen principal es una cabeza frontal con adornos oculares y corona compuesta por un marco
con apendices radiados que rodea la cabeza. EI disefio del marco de la corona es semejante a una
voluta «S», la cual en la iconografia del sitio-tipo Pukara tiene connotaci6n mas cuI ina (Chavez 1992:
470). Sin embargo, las cabezas humanas frontales son femeninas (Chavez 1992: 212-215), y masculi-
nas las de perfil (Chavez 1992: 232-237, 504-507). Tres cabezas semejantes, aunque menores en
tamafio, se ubican a ambos lados de la cabeza principal dispuestas en hileras verticales formando
pares. Debajo de la cabeza principal se situa una plataforma de tres peldafios; el primer peldafio es
flanqueado en ambos costados por cabezas humanas de perfil con adornos oculares y coronas
radiadas. Dentro de la plataforma y tambien en el centro de la nariz de la cabeza principal, se puede
apreciar una pequefia cabeza femenina. Su relaci6n con la cabeza principal ofrece mas de una inter-
pretaci6n. Una secci6n de hombros, el cual se supone proviene del valle de Majes, arroj6 una fecha
de 138-265 d.C. (Fig. 30, 59 por 75 centimetros). Mientras tanto, una tunica completa fue fechada en
240-400 d.C. Tres bandas de tunicas exhiben representaciones de cabezas frontales semejantes a las
cabezas secundarias que se vieron anteriormente (Bergh 1999, parte 1: Fig. 136, abajo; Goodman
1995: lote 15).
EI grupo «B» se compone de cinco secciones de hombros. Estos tambien cuentan con una
figura principal flanqueada por figuras secundarias (Brinckerhoff 1999: N.o: 29; Rosenbaum 1997:
Fig. 99). La figura principal es una cabeza frontal con adornos oculares y corona radiada, que carece
de cuerpo (Bergh 1999, parte 1: Fig. 136, arriba). Figuras secundarias de perfil acompafian a la figura
principal (Bergh 1999, parte 1: Fig. 137); algunas se encuentran de pie 0 caminando, y otras arrodilla-
das 0 corriendo hacia la figura principal. Las cabezas de las figuras secundarias son de pajaros,
seres humanos, venado y pez; presentan adornos oculares y alas. S610 las representaciones del pez
y de uno de los venados son antropomorfizadas. EI ser humano sostiene un objeto, concha 0
caracol, mientras el venado antropomorfizado sostiene algo que puede ser un baculo. Con las excep-
ciones del pez y el venado, todas las otras figuras ensefian un apendice ados ado 0 surgiendo del
t6rax, que termina en una cabeza de animal de dificil identificaci6n. Todas las figuras secundarias
carecen de corona, pero tienen dos apendices angulares -terminando en rectangulo, en triangulo 0
en un anillo del mismo ancho que el apendice- que emergen de sus cabezas (Fig. 30). Los mismos
rasgos se pueden apreciar en la cenimica del sitio-tipo Pukara (Rowe y Brandel 1969-1970: Figs. 30,
31,33,35). Algunos apendices de cabezas del sitio-tipo Pukara y todos los apendices analogos de
Tiwanaku terminan en anillos mucho mas gran des (Chavez 1992: Fig. 449; Eisleb y Strelow 1980:
Figs. 16, 25b, 119a, 140). La frecuencia de aparici6n de los cuatro tipos de figuras secundarias en
secciones de hombros es variable. En un ejemplar se apreciaron cuatro pares de pajaros simi lares y
un ser humano alado; en otra pieza hay dos pares de aves similares, un par de seres humanos alados,
un par de peces antropomorfizados alados y un par de venados alados (taruga). En todos los casos,
la figura principal se encuentra sobre la plataforma de tres peldafios. Dentro de la plataforma hay un
rectangulo concentrico conectado con la misma a traves de cuatro franjas dispuestas en cruz. Cabe-
zas con lenguas bifidas flaquean el primer peldafio de la plataforma. Desgraciadamente, .no existen
fechados radiocarb6nicos ni datos de proveniencia conocida para estos textiles. El autor sospecha
que provienen de Arequipa. Las variaciones entre textiles estilo Pukara Provincial «A» y «B» pue-
den ser atribuidas a diferencias temporales y/o espaciales. Es de esperar, que investigaciones futu-
ras esclarezcan el significado de dichas diferencias.
La iconografia que aparece en las bandas de orilla de textiles de Pukara Provincial se en-
cuentra relacionada con la cenlmica del sitio-tipo, pero no tiene contrapartida exacta. Un inventario
de figuras que aparecen en estas bandas incluye los siguientes motivos: a) cabezas frontales con
coronas similares a la descrita mas arriba, b) cabezas de perfil, sin cuerpo, con marcas faciales
complejas debajo de los ojos, c) cabezas de perfil sin cuerpo, con marcas facial~s simples, que se
alternan con bandas de corona con tres apendices (Bergh 1999, parte I: Fig. 140, arriba; Goodman
1996: lote 21), d) un motivo de voluta «S» angular con cabezas de aves , y e) felinos de perfil. Una
banda completa de tipo b) posee 10 cabezas con orejeras y algo parecido a una corona de plumas . De
estas, seis se destacan por las singulares marc as faciales que se observan a traves de la cara, debajo
de los ojos, y cuatro forman pareja con colores identicos . Las cabezas que se encuentran en el
centro de la banda se miran entre si, mientras que las laterales se orientan en la misma direcci6n,
dividiendo asi la banda en dos mitades. Cabezas ligeramente parecidas pueden apreciarse en Bergh
(1999, parte I: Fig . 138, arriba a la izquierda) y tambien en Conklin (1983: 28, cabeza inferior). Un
segundo fragmento de una pieza de tipo c) -posiblemente parte de la misma banda y con termina-
ci6n en anillado cruzado- ha sido fechado en 240-406 d.C. EI diseiio geometrico con cabezas de
aves -orillado con anillado cruzado- de una banda de tipo d), tambien se deriva de un motivo de
estilo Pukara en forma de «S», el cual evidencia connotaciones masculinas en el sitio-tipo mismo
(Chavez 1992: 348 H-L) . Los felinos de perfil del tipo e) derivan del motivo felino de estilo Pukara
clase III, grupo «B» de Chavez (1992) , aunque difieren en detalles y en el uso del color con ellos. EI
color de su cuerpo es azul y verde con cruces ajedrezadas -diseiio relacionado con 10 femenino-,
frente al color negro para la hembra y crema para el macho , en el caso de los felinos Pukara.
Una calabaza pirograbada, proveniente quiza del valle de Majes, muestra tres felinos con
caras frontales y cuerpos de perfil (Fig. 31). Son identificados como tales por sus orejas. Los ojos se
dividen de manera vertical, con la mitad negra mirando hacia la nariz. La boca sonrie y los labios
presentan una forma con connotaci6n masculina (Chavez 1992: 771, Fig. 8a, 772, Fig. II b) . En el
centro de la parte superior de la cabeza se levanta un elemento triangular invertido entre dos apendices
curvos que rematan en motivos a la altura del ment6n. El felino, cuyos apendices terminan en
cabezas de camelidos, posee un cuerpo abreviado, sin cola, y se encuentra parado s610 en una pata.
Los otros dos felinos se encuentran erguidos en cuatro patas y sus elementos de apendices y de
cola terminan en cabezas de pez. Estos felinos presentan marcas faciales parecidas a adornos oculares,
las que tambien rodean a los ojos y se proyectan por sobre ellos. E1 cuerpo de estos animales es
rectangular y en forma de «S» , de color negro y cubierto con motivos. En un caso se us6 el motivo
en forma de «S», y en el otro caso es dificil interpretarlo. EI cuerpo de color negro posee connotaciones
femeninas, mientras que el motivo «S» corresponde a 10 masculino. Nuevamente, se esta frente a
una mezc1a de motivos de connotaci6n femenina y masculina, 10 cual es ajeno al arte del sitio-tipo
Pukara. Se pueden detectar tres matices : el color natural de la calabaza, el negro del pirograbado y un
tercero que se encuentra entre los dos anteriores . Sergio Chavez sugiere que el tercer matiz
correspondi6 originalmente al color rojo, ya que la ceramica de estilo Pukara fue pintada con engobe
crema, negro y rOJo.
EI icono considerado como representaci6n c1asica del Tema de la Deidad Central se encuen-
tra en la parte central superior del friso que adorna una cara del Portal Monolitico de Tiwanaku,
Bolivia (Posnansky 1945, Vol. I: Lam. 45). Este tema basicamente tiene dos tipos de protagonistas,
una figura principal sobre una plataforma escalonada, fl anqueada por figuras secundarias; estas
ultimas son secundarias porque son menores en tamaiio y miran hacia la figura principal. Esta es
representada en una posicion total mente frontal , sostiene un baculo en cada mana y porta una
corona . Las 30 figuras secundarias son aladas, presentan baculo y corona, y sus cabezas son
retratadas de perfil. Se encuentran dispuestas en tres hileras de 10 figuras cada una, cinco a cada
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA, PERU
Fig. 29. Siguas 3. Detalle de una banda en tapiceria ranurada can el Tema del Rectangulo can Apendices.
Dimensiones: 2,79 metros par 25 centimetros. Coleccion privada.
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Fig. 30. Pukara Provincial. Fragmento de una seccion de hombros en tapiceria entrelazada./echado en 138-265 d.C. La iconografia corresponde a unos de
los pasos intermedios de la evolucion del Tema de la Deidad Central durante el Periodo Intermedio Temprano. Dimensiones: 75 por 59 centimetros.
Coleccion privada.
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA, PERU 119
Fig. 31. Pukara Provincial. Dibujo de felinos pirograbados en una calabaza. Son identificados como felinos
pOI'sus orejas. Coleccion privada.
lado de la figura principal. Causan la impresion de correr hacia la Deidad Central, 0 de estar de
rodillas frente a ella. La figura principal ha sido interpretada por algunos como una deidad solar
semejante a Inti, mientras que otros -entre ellos Menzel (1977: 55), Demarest (1981: 54-62)-la
consideran como personificacion de fenomenos metereologicos y celestiales, como es el caso de
Tunupa. Las figuras secundarias se llaman «acompafiantes» 0 «angeles». EI consenso general
ubica a este portal en la Epoca 2 del Horizonte Medio, que pertenece a los momentos tardios de
Tiwanaku Clasico.
Es la cabeza tridimensional la que llama la atencion cuando se observa el friso del Portal
Monolitico (Rowe 1985: Fig. 404). Esta cara ensefia marc as faciales complejas en forma de adornos
oculares y una corona rodea su cabeza. La corona esta compuesta por un marco que rodea la cabeza,
con apendices radiados. EI marco de la corona fue decorado con un disefio de meandro y en el
extremo de los apendices se aprecian diferentes elementos. 20 de estos 24 elementos son equivalentes
a los elementos representados en los textiles de Pukara Provincial «B»: en ambos casos se ubican
alrededor del marco de la corona siguiendo la misma secuencia y el disefio del marco es el mismo
meandro. Aunque los adornos oculares del sitio-tipo Tiwanaku y de los ejemplares de Pukara
Provincial «B» son diferentes en detalles, todos portan un mensaje similar. La diferencia basica entre
la figura principal de Tiwanaku y las figuras principales de los textiles de estilo Pukara Provincial
«B», es la ausencia de cuerpo en las representaciones de Pukara Provincial. Cabezas sin cuerpo
similares a la de la figura principal del Portal son retratadas en la ceramica y las estelas de piedra de
Tiwanaku; estas cabezas tambien se parecen a las cabezas principales de Pukara Provincial «B».
Estas semejanzas han sido la razon por la cual se ha limitado a tratar solo las cabezas de figuras
centrales 0 principales, y cabezas semejantes, aunque las comparaciones entre figuras secundarias
se hicieron cuando se consideraron necesarias.
Cuarenta ejemplares de cabezas frontales con coronas fueron consideradas con fines com-
parativos, II son de estilo Pukara Provincial «A», cinco de Pukara Provincial «B», 14 de Tiwanaku
y 16 de Wari. Entre los ejemplares de estilo Wari, tres pertenecen a Wari Medio Horizonte I A estilo
Conchopata, tres al estilo Wari Medio Horizonte IB estilo Conchopata, seis al estilo Pomacanchi del
Horizonte Medio I B y cuatro al estilo Robles Moqo de Pacheco, del Horizonte Medio I B de la costa
sur. Todos estos ejemplares, con las excepciones de cuatro tejidos de Pukara Provincial «A» y tres
de Pukara Provincial «B», han sido publicados y sus referencias se encuentran compiladas en la
Tabla 5. Hay que sefialar que las representaciones de cabezas frontales con coronas de estilo sitio-
tipo Pukara no son numerosas.
120 JOERG HAEBERLI
De acuerdo con la tabla, las coronas de estilo Pukara Provincial «A», las de Robles Moqo de
la costa sur, y particularmente las de Conchopata del Horizonte Medio 1A, difieren del resto. Pukara
Provincial «B» parece estar mas cercano a Tiwanaku que Pukara Provincial «A». Hay una diferencia
visual que se puede advertir entre las coronas de los estilos Wari y Tiwanaku, especialmente
destacan las de Conchopata lA del Horizonte Medio. EI numero de los apendices es muy variable
entre las distintas tradiciones. Todas las coronas de Pukara Provincial «A» y «B» exhiben 16 y 24
apendices, respectivamente; mientras tanto, las coronas de Tiwanaku 10 hacen con 12, 16 y 21, y la
mitad de la muestra con 24 apendices. En terminos comparativos, las coronas de estilo Wari difieren
de manera radical por tener menos apendices y aparecer principalmente en numeros impares. Las
cabezas de Conchopata del Horizonte Medio 1A y 1B poseen 7 y 13 apendices respectivamente,
Pomacanchi del Horizonte Medio 1B posee 11, 12, 13, 15 y 16, mientras que Robles Moqo del
Horizonte Medio IB de la costa sur tiene 13, 14 Y 17. Las implicancias de esta preferencia manifesta-
da por los numeros impares no son evidentes, pero deben ser culturalmente significantes. Se ob-
servara que la mayor parte (75%) de las coronas de estilo Wari cubren solo un 75% de la circunferen-
cia de la cabeza, 10 cual es la causa del numero inferior de los apendices; en cambio, en el caso de las
coronas de estilo Tiwanaku esto ocurre solo de manera ocasional. Las coronas de estilo Pukara
Provincial de la muestra rodean completamente la cabeza. La tradicion Pukara Provincial «A» y «B»
de presentar en las esquinas de la corona apendices rematados en cabezas de animal, continua en
Tiwanaku y Wari. De manera notable, las cabezas de felino de perfil de Wari, estilo Conchopata del
Horizonte Medio lA enseiian dientes. En las figuras Pomacanchi del Horizonte Medio IB, algunos
tienen dientes y otros no. Las cabezas de perfil de las demas tradiciones muestran las bocas cerra-
das.
La Tabla 8 contiene las diferencias observadas en el diseiio del marco de la corona, asi como
en los rasgos de las cabezas y caras entre los ejemplares de la muestra. La Tabla 9 presenta los
patrones de diseiios 0 rasgos contenidos en la Tabla 8. Diferencias y semejanzas notables surgen
entre las distintas tradiciones. Solamente las cabezas Pukara Provincial portan algo que es inferpretado
mas como adorno labial inferior que barba. En la muestra, las orejas son representadas entre las
cabezas de estilo Pukara Provincial y Tiwanaku; en ambos casos de una forma distinta. Los colmillos
se aprecian en el caso de las principales cabezas frontales de estilo Wari, con la excepcion de los
ejemplares del estilo Conchopata del Horizonte Medio lB. Existen importantes variaciones entre los
colmillos que se proyectan por encima de los labios y aquellos que no 10 hacen. En el caso de los
colmillos de Conchopata del Horizonte Medio IA y de uno de los 23 ejemplares frontales en estilo
Pomacanchi del Horizonte Medio 1B, se proyectan por sobre los labios. Este tipo de colmillo rara vez
ocurre en Pukara (Mujica 1991: Fig. 219), y tampoco existe en la iconografia de estilo Tiwanaku. Las
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA , PERU 121
Tabla 5. Referencias bibliograjicas para la comparacioll de las corollas portadas par cabezas front ales.
EI ojo dividido de manera vertical aparece s610 en piezas de estilo Pukara Provincial,
Conchopata I A y Robles Moqo de Pacheco de la costa sur. La mitad negra mirando hacia la nariz
puede ser observada en Pukara Provincial y en el caso de tres de un total de cuatro ejemplares del
estilo Robles Moqo del Horizonte Medio 1B de la costa sur. La mitad negra mirando en direcci6n
contraria a la nariz se ha detectado en dos piezas de un conjunto de tres del estilo Conchopata del
Horizonte Medio lA , y en una de un total de cuatro piezas del estilo Robles Moqo de la costa sur;
en cambio, los ojos de una cabeza en estilo Conchopata del Horizonte Medio 1A no presentan la
mitad en negro . EI tipo de adorno ocular, la nariz y cejas en forma de «Y» y la boca abierta ensenando
los dientes con stituyen importantes similitudes entre el estilo Conchopata del Horizonte Medio IB
y Tiwanaku . Con la excepci6n del estilo Pukara Provincial «A », el diseno de meandro es igual para
todo s los marcos de corona de la muestra , salvo su direcci6n de rotaci6n. Todos los meandros
Pukara Provinc ial «B» giran hacia la derecha, al igual que en el61 % de las coronas de Tiwanaku. La
particularidad de los l11eandros de estilo Wari es la c0l11binaci6n de al11bas direcciones de rotaci6n
122 JOERG HAEBERLI
lA 1B
+ Elemento tripartito V
o Anillo V V V V V
Iilil Desconocido I V
.. Maiz V
* Flor V
Tabla 6. FreclIel1cia de los elemelltos observados ell el extrema de los apendices radiados de las coronas de
cabe::.asFontales elltre ejemplares de estilo Pukara Provincial (22), de Tiwanaku (14) y de Wari (16).
dentro del mismo marco (Chavez 1984-1985: Figs. 6a, 8, 16; Rowe 1976: Fig. 10, derecha). Una divi-
sion intencional en dos mitades segun la direccion de la rotacion del meandro del marco se ve en dos
piezas de estilo Pomacanchi del Horizonte Medio 1B (Chavez 1984-1985: Figs. 2, 18), 10 cual podria
sugerir complementariedad.
La informacion ofrecida en las Tablas 7 y 9 se aplico a una placa de oro atribuida al Horizonte
Medio 2, con el fin de establecer si su cabeza de Deidad Central es obra de un artesano Wari 0
Tiwanaku (Rowe 1985: 340, Fig . 409) . EI numero de los apendices de corona es 15, numero impar
TIEMP O Y TRA DIC ION EN AREQUIPA , PER U 123
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20 ~ 1'001'001' ...... . .. . ... 001' ~
Tahla 7, Pa rrolles constituidos par los elem elltos observados en los extrem os de apendices de co ronas en las
cabe=asfi'oillales de 17 ejel11plares de eslilo Pukara Provincial «A» (I -5) , cin co ejemplares de Pukara Provincial
«8 » (6- I O) , 14 ejell/plares de Till'alla ku ( lJ -24), Ires ejell/pfares Wari de eSlifo Conchopata del Hori::ol1fe
Media 1A (25-27), Ires ejelllplares Wari de eSlilo COllchopala del Hori=olll e Media 18 (28-30) , seis ejel11p lares
Wa ri del es rifa POlllacall chi del Hori=ollle Media f 8 (31-36) Y Clia lro de l eS Ii/o RoMes Moqo del Hori=o nle
Medio 18 de 10 cosla sur (37-40) , Los 11I1II/ eros corresp oll de ll a las re/erell cias de fa Ta bla 5,
124 JOERG HAEBERLI
observado en la muestra de Pomacanchi, y los elementos en que terminan los cuatro apendices de
esquina son cabezas de fetino mostrando los caninos . Ambos son atributos del estilo Wari , pero las
orejas son representadas a la manera del estilo Tiwanaku . En la muestra, las cabezas principales de
Wari carecen de orejas, 10 cual sugiere que la placa de oro bien puede provenir de una region que se
encontraba bajo la influencia de Tiwanaku, siendo una posibitidad la zona sureste de Cuzco.
De 10 anterior se desprende que la figura principal frontal de pie del Tema de la Deidad
Central puede reemplazar a la cabeza principal frontal sin cuerpo. Esto estaria sugiriendo que las
cabezas de estilo Pukara Provincial del Periodo Intermedio Temprano son precursoras de las cabezas
principales del Horizonte Medio y que el estilo Conchopata del Horizonte Medio 1A evoluciono de
manera diferente a como 10 hizo el estilo Tiwanaku, aunque el estilo Conchopata I B muestra alguna
influencia de Tiwanaku . Esta influencia, que se puede apreciar en los detalles de la iconografia,
particularmente en la perteneciente a los «acompanantes», parece ser indirecta. Un escenario proba-
ble es la derivacion de Conchopata IA de Pukara Chumbivilca (Cuzco), mientras tanto Tiwanaku
provendria de Pukara sur (sur dellago Titicaca).
Las figuras principales del Tema de la Deidad Central de Pukara «A» y «B», del Portal de
Tiwanaku y de Conchopata del Horizonte Medio IB se encuentran erguidas sobre una plataforma de
tres peldanos, a diferencia de la figura principal de Conchopata lA, 10 que sugiere una distinta linea
de derivacion. Senales adicionales de una derivacion diferente del Tema de la Deidad Central de
Conchopata del Horizonte Medio I A Y de Tiwanaku son las diferencias significativas en el numero
de los apendices de corona, en el numero par 0 impar de los apendices de corona, en la presencia 0
ausencia de dientes para el caso de las cabezas de fetino de perfil que forman el elemento del
apendice de corona, en la presencia 0 ausencia de colmillos en la boca de la figura principal y,
finalmente, en los diversos tipos de baculos sostenidos por las figuras principales.
Parece improbable que la iconografia del sitio-tipo Pukara haya desaparecido sin dejar
huellas. En este punto se pueden citar tres ejemplares. Primero, la corona, el cinturon y el mango del
hacha del Hombre Felino de Pukara con frecuencia exhiben un diseno en zigzag, con triangulos
intercalados 0 con lineas cortas, indistintamente. Una variac ion entre los marcos de corona la com-
ponen secciones del diseno en zigzag con dos anillos intercalados. Estos dis enos se pueden apre-
ciar en las bandas cefalicas, baculos y fajas en los relieves de Kantatayita y calle Linares, en las
tabletas de rape de San Pedro de Atacama, en el textil proveniente de la quebrada Victoria, cerca de
lquique, en las ofrend as ceramicas del estilo Conchopata del Horizonte Medio IA (1942 Y 1999a) y
IB (1977).
Tercero, en la iconografia de la cenimica del sitio-tipo Pukara solo el Tema del Hombre Felino
ensena un conjunto de caninos, que no se proyectan por encima de los labios. Caninos no salientes
son representados en los dinteles de Kantatayita y calle Linares, en las tabletas de rape de San
Pedro de Atacama, en el textil de la quebrada Victoria, en la ceramic a de estilo Wari en el caso de los
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA. PERU 125
*
Ojos
indi cado 17 5 6 4 32
® pupila 7 3 6 16
t di v idida , la do ne g ro hac ia la nariz 17 5 3 25
•
!:::,.
dividida . lado negro opuesto ala nariz
di v idida , nada en ne g ro
2 2
x nin g uno 2 2
L en forma de letra «L »
a'"
banda bajo el ojo 5 2 2 5 14
banda bajo y so bre e l ojo 17 17
+ banda bajo , sobre y en torno al ojo 10 3 3 16
.... banda terminada en c lemento 2 2 9 3 2 18
~ pcqucii a ala junto a l ojo 10 3 3 16
.... romb os a c ad a lado , ju s to debajo del ojo 2 2
Nariz y ceja en forma de «v»
<l pa rtiendo del borde exte ri or del ojo 17 5 6 3 32
I> partiendo dcl borde interior del ojo 2 2
Nariz
~ en e l ce ntro pequeii a eabcza femcnina 2 2
0 en el cc ntro un cuadrado 15 15
Boca
8 ce rrada 3 2 5 10
0 abierta si n dientes I
abierta co n dicntcs 14 13 2 3 22
II abierta ca n colmi ll os 8 8
....... abicrta co n colmil los pOl' so brc la boca 3 4
*
Orejas
d c prcs io n para incru s ta c ione s 5 5
r 17 5 8 30
Menton
... adorno labial 0 b,Hba 17 5 22
Tahla 8 . lilriahilit/ad clII,.e los cle//lclllos de diSC/IV de lIIarcos dc corolla), enl,.e los rasgvs de las cahe::as
./ivII IlI/es (, lIlre 22 eje//lil/ares d e eSfi /0 PlIka,.a Pro\·illcia/. 13 eje/lll>/ares de TilrallllkllY 16 eje/llp/ares de Wari .
126 JOERG HAEBERLI
1,2 S
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38 +-
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39. 40 +-
to + .. ~ II
-+
*
Tabla 9. Patrolles cOl1stituidos por los elemelltos de marcos de corollas y par rasgos de cabezas frontales
observados elltre 22 ejenrplares de estilo Pukara Provill cia l, 13 ejemplares de Tiwallaku y 16 ejenrplares de
Wari. Los nunreros correspondel1 a las referell cias de fa Tabla 5.
TIEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA. PERU 127
«acompanantes B y D» del estilo Conchopata del Horizonte Medio I A (1942 Y 1999 A), en los «acom-
panantes» del estilo Conchopata del Horizonte Medio IB, en el caso de las figuras principales del
estilo Robles Moqo del Horizonte Medio 1B de la costa sur, asi como las plumas ornamentales del
estilo Pomacanchi del Horizonte Medio I B. Sin embargo, caninos salientes que se pueden apreciar
en una estela del estilo Pukara aparecen tambien en la iconografia del estilo Conchopata Horizonte
Medio IA (1942 y 1999A), nominalmente en el caso de la figura principal frontal y de los «acompa-
nantes «A» y «E». Es sorprendente la distribuci6n geognifica, al parecer bastante casual, de ciertos
elementos de estilo Pukara en la iconografia del Horizonte Medio, y ello requiere mas analisis.
Tanto el Tema de la Deidad Central de Tiwanaku y la figura central de Pukara Provincial «A»
y «B» , como la pequena estatuilla de estilo Pukara que representa una figura sobrenatural
antropomorfa femenina con alas y baculos, exhiben un apendice 0 banda bajo los ojos conteniendo
varios anillos 0 circulos. Estos han sido interpretados por algunos como lagrimas al interior de
lineas de lagrimas. En consecuencia, 10 mas probable es que las marcas de ojos de la Cabeza Central
Siguas I tambien representen lineas de lagrimas. Lo mismo es extensible para la iconografia del estilo
Wari. Es preciso destacar que las marcas de ojos abundan en la iconografia de Siguas 1 y constituyen,
hasta el momento, la mas temprana evidencia del uso extensivo de lineas de lagrimas 0 marcas de ojos.
intervalo de tiempo se encuentra una amplia distribuci6n de cabezas centrales sin cuerpo con apen-
dices radiados, constituyendo imagenes imponentes cargadas de significados simb6licos. La esen-
cia de este tema debi6 evolucionar de un nueleo comun y luego experiment6 desarrollos locales
expresados en variantes de acuerdo con la regi6n y tradici6n, tal como fue discutido mas arriba.
Cabezas frontales sin cuerpo y con apendices radiados ocurren en tres diferentes disposiciones. En
primer lugar, como cabezas principales solas 0 con figuras secundarias sin ineluir cabezas secunda-
rias. Se cuenta con los siguientes ejemplares: el Tema de la Cabeza Central Siguas (Figs. 12, 13) Y la
cabeza ilustrada en la Fig. 14, las secciones de hombros de Pukara Provincial «B», los relieves de
Chiripa (Chavez y Mohr 1975: Figs. 9, 10), la Placa Oberti, de plata (Rowe 1976: Fig. 4), Y tambien
ejemplares de la ceramica de estilo Pukara (Eisleb y Strelow 1980: Fig. I; Chavez 1992: Figs. 172-175),
artefactos de estilo Paracas (Rosse1l6 1960: Lam. I; Menzel, Rowe y Dawson 1964: Figs. 43c, 45 b-l,
Lam. 8b; Lapiner 1976: Figs. 146, 148, 150; Dwyer 1979: Fig. 11; Kajitani 1982: Fig. 13, 15; Massey
1991: Fig. 8.4), «mascaraS» y plumas de oro, y textiles de estilo Nasca (Sawyer 1997: 44, 65, 66, 23). En
segundo lugar, se tienen cabezas secundarias con apendices, no asociadas a cabezas principales.
Entre los ejemplares de este tipo se pueden mencionar: textiles de estilo Paracas (Kajitani 1982: Fig.
25), Topara (Peters 1991: Fig. 7.85), Nasca (Sawyer 1997: 60) y estelas de la tradici6n religiosa Yaya
Mama (Chavez y Mohr Chavez 1975: Figs. 2, 4d, 5a). En tercer lugar, las cabezas secundarias se
encuentran asociadas a cabezas principales. Los ejemplares de este tipo ineluyen el Tema de la
Cabeza Central Siguas (Cj arriba) y secciones de hombros del estilo Pukara Provincial «A» (Fig. 30).
Entre las cabezas frontales sin apendices -de interes para el presente trabajo- se cuentan las
diademas de oro y plata presumiblemente provenientes de la costa del extremo sur (McEwan y
Haeberli 2000), y un textil del estilo Pukara Provincial (Conklin 1983: Fig. 2, Cj arriba).
Conclusiones
Las informaciones arqueologicas de la costa del extremo sur, particulannente de los valles
de Arequipa, son escasas comparadas con muchas otras regiones de Peru. Para ello pueden existir
seis razones: primero, la escasez de arquitectura monumental. Segundo, la escasez de ceramica
decOI'ada, especialmente la clase que ha servido como base de las seriaciones cronol6gicas del
Horizonte Temprano y del Periodo lntermedio Temprano, en los valles de mas al norte. Tercero, salvo
los diademas, no se encuentran artefactos llamativos de oro. Cuarto, existe un concepto generaliza-
do, segun el cual esta region no estuvo densamente poblada y que habria quedado al margen de las
corrientes importantes de la vida cultural de los Andes. Quinto, por otra parte, la mayoria de los
investigadores no esta adecuadamente entrenada para describir y analizar textiles. Sex to, finalmen-
te, tal como sucede en muchos otros casos, ha habido pocas fuentes de financiamiento. Una excep-
cion reciente frente a la situacion general es el valle de Moquegua, que esta siendo investigado de
manera intensa, inicialmente gracias al apoyo financiero privado y, de modo subsecuente, debido a
los impresionantes hallazgos de los estilos Tiwanaku y Wari.
TfEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA , PERU
Fig. 32. Diadema de oro laminado, repujado y cortado de/onna excepcional. Su asociacion cultural /10 se ha
es/ablecido de manera definitiva. Una diadema parecida /ue descubierta en 1824 en el valle de Camana. La
icollografia COil mucha probabilidad corresponde a unos de los pasos intermedios de la evolucioll del Tema de
la Deidad Cen/ral. Coleccioll privada.
TfEMPO Y TRADICION EN AREQUIPA . PERU 129
Nuevos hallazgos excluyen la idea de que los artefactos de estilo Nasca provenientes de
Arequipa hayan sido productos del intercambio de bienes de prest igio . Mas bien, sugieren la posi-
ble existencia de pequeiios y dinamicos enclaves de la cultura Nasca en la costa del extremo sur.
Tam bien existen tejidos en los cuales es evidente la mezcla de las tradiciones Siguas y Nasca. EI
grado de la mezcla varia , de tal fonna que el autor ha propuesto tres designaciones: Siguas 2 y
Siguas 3-Nasca, para indicar respectivamente textiles que evidencian con mayor fuerza la tradicion
Siguas , y textiles de Siguas-Nasca Temprano donde la tradicion Nasca es preponderante. Sin embar-
go, esta division puede ser arbitraria y requiere una mejor definicion.
Alrededor de la misma epoca, cuando la influencia de Nasca arribo a la costa del extremo sur
y Siguas I desaparecia, aparecieron otras dos tradiciones: la local Siguas 3 y otra que, al parecer, es
Pukara Provincial. La iconografia y los disenos de Siguas 3 son mas variados y complejos que los de
Siguas I . Se requiere mayor investigacion para determinar si esto se debe a diferencias temporales y/
o espaciales, 0 a otros factores . Frente a Siguas 1, cuya ceramica es conocida solo por fragmentos,
la cenimica no decOl'ada de Siguas 3 esta bien definida . A pesar de ello, la ceramica escultorica de
Siguas 3 es desconocida por los investigadores, razon por la cual se ha descrito brevemente algunos
ejemplares en este trabajo . Al parecer, Siguas 3 manifesto preferencia por el uso del cabello humane
en varios de sus artefactos. La iconografia textil del estilo Pukara Provincial de Arequipa se relacio-
na con las representaciones ceramicas del sitio-tipo Pukara, pero al mismo tiempo difiere de elias.
Puede ser mas compleja, mezcla atributos femeninos y masculinos dentro del mismo motivo , usa un
mayor numero de colores ·- Io cual puede ser producto de las diferencias de soporte- y 10 que es
mas importante, aparece el nue vo Tema de la Deidad Central. Estos tejidos y artefactos descritos
mas arriba sugieren una penetrac ion en direccion Oeste por parte de Pukara a Arequipa, de manera
analoga a su penetracion en Cu zco (Chumbivilcas) y en la zona surena dellago Titicaca.
La identificacion del nu evo Tema de la Deidad Central permite seguir la pista a este tema,
remontandolo hasta Siguas I, hasta ciertas variantes del Tema de la Cabeza Central Siguas. Esto no
significa necesariamente que el Tema de la Deidad Central tenga sus origenes en Siguas I, peru
del11uestra que su antigliedad se remonta hasta el Horizonte Temprano. Una comparacion entre las
representaciones de la cabeza central de la deidad y los apendices de corona del Tema de la Deidad
130 JOERG HAEBERLI
Central sugiere que las variantes de Tiwanaku y de Wari del Horizonte Medio lA, se originaron en
fuentes diferentes, aunque Tiwanaku pudo haber influido indirectamente en la variante de estilo
Wari del Horizonte Medio lB.
EI fragmento de una tunica de estilo Wari recuperada en Cornejo, en el valle de Sihuas, fue
fechado en 630-669 d.C. EI disefio de las franjas verticales de la tunica es la «cabeza/peldano
escalonado» 0 «franja con cara dividida diagonalmente», una variante que es posible apreciar en la
cenlmica de ofrend a de Conchopata del Horizonte Medio I A, excavada por Tello en 1942. EI fechado
concuerda con el marco cronologico generalmente propuesto para Wari del Horizonte Medio I A,
pero no coincide con fechados radiocarb6nicos procedentes de Conchopata (Isbell y Cook 2000) y
de Cerro Baul (Williams 2001) . En ambos sitios fueron encontradas ofrend as de los siglos IX y X, en
el sitio de Conchopata con ceramica de estilo Conchopata del Horizonte Medio I A Y en el sitio del
valle de Moquegua con ceramica de estilo Chakipampa del Horizonte Medio lB. Varias explicaciones
han sido propuestas y otras tambien seran tomadas en consideraci6n debido a la presencia de este
tipo de ceramica en un contexto mucho mas tardio de 10 esperado. La cIarificacion de este punto, sin
duda, es necesaria.
Los espectaculares restos arqueol6gicos de los valles de Arequipa cIaman por exploracio-
nes arqueol6gicas, excavaciones y publicaciones a tiempo. Todo esto se hace aun mas urgente
porque los restos del pasado estan siendo devastados por dos actividades humanas. Primero, el
saqueo ha sido tan extensivo que puede dejar poco por descubrir a los arque610gos profesionales,
especialmente en 10 que respecta a las tum bas y sus ricas ofrend as. Segundo, progral11as de irriga-
cion a gran escala estan alterando de manera dral11atica las condiciones aridas que preservaron los
l11aravillosos tejidos de estas culturas antiguas de la costa del extremo sur. EI agua de lo s canales
que irrigan las pampas es absorbida por el suelo para emerger mas tarde en las paredes de los valles.
En ciertos lugares , las paredes comien zan a desl110ronarse y el nivel de agua pronto alcanza ra los
sitios arqueol6gicos. Los arqueologos debenin actuar rapidamente en los valles de Arequipa , 0
despues ya sera demasiado tarde para conocer las culturas del Horizonte Temprano y del Periodo
Intermedio Temprano de la costa del ex trema sur, a no ser por via de las colecciones de artefactos
saqueados.
TfEMPO Y TRADlelON EN AREQUIPA . PERU 131
Agradecimientos
Expreso mis agradecimientos especiales a R6mulo Pari por hacer posible la inspecci6n de
los sitios en los valles de Sihuas y Vi tor; a Luis A. Sardon, del Instituto Nacional de Cultura, filial de
Arequipa, por autorizar a R6mulo Pari para realizar exploraciones en sectores del distrito de San Juan
de Sihuas; a William H. Isbell y a Peter Kaulicke por hacer realidad la publicaci6n de este articulo; a
Nobuko Kajitani, por la informaci6n de algunas tecnicas textiles, y a Donald A. Proulx por compartir
la dataci6n segun fases y analisis de la ceramica de estilo Nasca proveniente de los valles de
Arequipa.
Agradezco, asimismo, a Jorge Atarama y Gillett Griffin por facilitar el acceso a colecciones
de los museos del Colegio Salesiano Don Bosco y de la Princeton University, respectivamente. A
Augusto Cardona, Sergio J. Chavez, Mary Frame, Dorothy Menzel, Karen L. Mohr Chavez, Donald
A. Proulx, Ann Pollard Rowe y Helaine Silverman por las informaciones ofrecidas, y a Rafael A.
Bedregal, Marko Lopez, Jose Ochochoque, R6mulo Pari y Gustavo Quequezana, por la invaluable
ayuda entregada. A Helena Horta, por traducir el articulo del ingles al espano!. Expreso mi enorme
gratitud a todos por permitirme inspeccionar y fotografiar los materiales, a todos aquellos que
contribuyeron con el financiamiento de los fechados y compartieron informes radiocarb6nicos, asi
como a mi hijo Eric, quien financi6 mis investigaciones del ana 2000 en Arequipa. Aprecio especial-
mente el interes manifestado por William H. Isbell por mi trabajo y por abrir el camino hacia la
publicacion de los resultados contenidos en este articulo, asi como la cordialidad de R6mulo Pari y
su familia.
Notas
INasca, escrito con «S», sera usado para designar la cultura del Periodo Intermedio Temprano,
mientras que Nazca con z designara su area geogrcifica.
2La franja de tierra entre los valles de la costa de Mala y Yauca es conocida comunmente como costa
sur. Se usara el termino «costa del extremo sum para la regi6n ubicada entre los valles de Yauca y la
frontera con Chile.
3Se usara la forma mas reciente de escribir el nombre de Sihuas con h para indicar el area geografica
y la forma mas antigua de Siguas con «g» para las antiguas tradiciones culturales.
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