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El culteranismo: Origen e historia.

El término culteranismo poseyó en su origen un carácter burlesco, formado a partir de la


palabra culto (“cultivado”) y que, de hecho, supone la fase final de la evolución de la poesía
renacentista española, instaurada por Garcilaso de la Vega, mezclado con luteranismo
(como deformación de “luterano”) por parte de sus opositores para presentarlo como herejía
estética, frente al estilo llano de Lope de Vega.

“Las características externas del cultismo –el neologismo, el hipérbaton y la metáfora– las
dominó Góngora como ningún otro poeta. Góngora lleva a sus últimas consecuencias el
enriquecimiento del lenguaje por la inventiva; es el proveedor de los máximos
neologismos, que sorprenden y que con fusionan. Su hipérbaton es más violento y atrevido
que el de todos sus predecesores –Herrera y Carrillo especialmente–, llegando al abuso
cuando se trata de colocar el verbo al final de las oraciones o de separar los elementos
lógicamente encadenados por el sentido y la concordancia. Del uso y aun del abuso de la
metáfora hace Góngora su máxima virtud. Todo lo que en la Naturaleza existe se realza
nítido y se intensifica en el juego metafórico del cordobés insigne. ¿Se puede aludir más
bellamente a un pájaro llamándolo «la cítara de pluma»? ¿No son «áspides volantes» las
flechas disparadas?

Las características internas del cultismo de Góngora son: la melancolía y el gusto por el
contraste. «Goces interrumpidos, dicha perturbada, impedido deleite, placer torturante,
dádivas de amor enfadosas, embarazosos beneficios», cree Vossler que fueron los
determinantes de su aridez y de su melancolía.” (Saiz de Robles, Federico Carlos: Historia
y antología de la poesía española, Madrid: Aguilar, 1967, vol. I, p. 123)

El culteranismo aspira a crear un mundo de valores sensoriales de belleza absoluta. Para


ello se vale de los mismos recursos de la poesía renacentista de origen clásico e italiano,
pero sometiéndolos al proceso de distorsión o exageración típico de estilo barroco. Al igual
que la lírica del siglo XVI, utiliza metáforas, neologismo, hipérbatos, alusiones mitológicas,
etc., pero con gran profusión e intensidad.

El culteranismo intensifica los elementos sensoriales preocupados por el preciosismo y la


artificiosidad formal a través de la metáfora, la adjetivación, el hipérbaton forzado o los
efectos rítmicos y musicales del lenguaje.

Los rasgos esenciales del culteranismo se hallan vinculados al sentir estético del sur de
España. Así tenemos tres grandes poetas andaluces: Mena en el siglo XV, Herrera en el
XVI y Góngora en el XVII.

“El uso audaz de la metáfora responde a un febril anhelo de esquivar los aspectos
desagradables o neutros de la realidad cotidiana, para atender tan sólo a los que ofrecen
algún valor estético. El procedimiento no era nuevo, pero así como el poeta renacentista se
limitaba a utilizar la lengua figurada como recurso frecuente, el culterano hará uso de él
como forma casi exclusiva de expresión. Gracias a le metáfora, la miel se convierte en
“oro”, los labios en “puertas de rubíes”, los pájaros cantores en “inquietas liras”. [...] El
poema queda reducido a una brillante sucesión de imágenes, expuestas en un estilo afectado
y difícil pero espléndido y magnificente, el que, no obstante, falta a menudo la vibración
cordial de la poesía del Renacimiento.” (José García López: Historia de la literatura
española, Barcelona, 1962, p. 246-247)

Góngora formó bien pronto escuela, pero pronto se suscitó una viva polémica sobre su
reforma. Juan de Jáuregui, notable poeta sevillano, compuso varios escritos contra
Góngora, pero poco a poco fue dulcificando el tono y casi acabó por hacerse culterano.
Lope de Vega y sus amigos se dedicaron a zaherir al autor de Soledades, e igualmente
Francisco de Quevedo, que se burló de los culteranos en su La culta latiniparda y en La
aguja de navegar cultos. Otros muchos mostraron su oposición a la escuela culterana. Pero
Góngora también tuvo numerosos defensores y comentadores.

El culteranismo fue revalorizado por los poetas franceses Paul Verlaine (1844-1896) y
Stéphane Mallarmé (1842-1898), que vieron en esta corriente estética del barroco español
un precedente del simbolismo poético francés (escuela poética aparecida en Francia a fines
del siglo XIX, que elude nombrar directamente los objetos y prefiere sugerirlos o
evocarlos).

En España, ya en el siglo XX, un grupo de poetas redescubrió el culteranismo con motivo


del homenaje a Luis de Góngora al cumplirse el tricentenario de su muerte en 1927, de ahí
que esa generación se llame la Generación del 27. Los poetas del 27 verán en Góngora un
precursor de lo que serían las tendencias de la poesía contemporánea.

El Culteranismo – características.

Durante el movimiento cultural del Barroco (siglos XVII y XVIII), durante el siglo XVII,
se van complicando las formas que habían distinguido el arte y la cultura europea durante el
Renacimiento. Se sitúo en el sur de España (El Sur de España es una gran zona que engloba
Andalucía, Ceuta y Melilla) geográficamente hablando.
Dentro de la literatura barroca se pueden distinguir dos estilos o tendencias: el
culteranismo o gongorismo y el conceptismo, si bien el culteranismo es una
manifestación o aspecto del conceptismo. Este movimiento fue generado por el poeta
perteneciente al siglo de oro de origen español Luis de Góngora y Argote.
Se caracteriza por un vocabulario muy ornamentado y ostentoso a la vez que transmite un
mensaje complicado por un mar de metáforas y un orden sintáctico complejo. El nombre es
una mezcla de culto y luteranismo y fue acuñado por sus oponentes para presentarlo como
una herejía de la verdadera poesía.
Los críticos literarios reconocen varios rasgos claves en el culteranismo. Las expresiones
extensas, el uso del hipérbaton y de perífrasis y la intertextualidad son algunas de las
particularidades de las obras que se encuadran en este grupo.
Por sus peculiaridades, los trabajos que forman parte de la órbita del culteranismo son
difíciles de comprender. La complejidad del vocabulario, la sintaxis latinizante y las
intrincadas metáforas demandan un gran esfuerzo al lector, quien además debe contar con
el bagaje cultural (La definición, la historia, la razón de ser de una palabra), necesario para
captar el sentido.
Objetivo:
 Busca crear un mundo de belleza absoluta con valores sensoriales: búsqueda de lo
nuevo y extraordinario para excitar la sensibilidad: recargamiento del juego
metafórico.
Características:
 Centrado en la forma: complejidad en el orden sintáctico (alteración del orden
normal de la colocación de las palabras en la frase, y empleo abundante del
hipérbaton). La palabra está al servicio de un contenido conceptual y emocional.
 Vocabulario muy ornamental y ostentoso, emplean formas cultas del lenguaje:
hipérbaton, imágenes y metáforas, neologismos, alusiones mitológicas, elementos
decorativos y sensoriales para crear una impresión de belleza.
 Juego de palabras, fantasías, sonidos y formas.
 Interesa la belleza de la imagen y la expresión refinada: gusto por los elementos
sensoriales (color, luz, sonido, tacto, olor).
 Se interesa por los valores fónicos, sensoriales e imaginativos del lenguaje.
 Se expresa en la poesía.
 Es un arte de minorías.
 En el culteranismo prima la forma sobre el fondo.

Ejemplo estructural:
 
Era del año la estación = era primavera
florida
en que el mentido Zeus raptó a Europa disfrazándose de toro
robador de Europa
(media luna las armas los cuernos del toro forman como una media luna
en la frente,
y el sol todos los rayos
de su pelo),
luciente honor del cielo,
En campos de zafiro El sol como un toro, simboliza la constelación
pace estrellas. zodiacal Tauro entre 20 de abril y 20 de mayo.

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