GUIA 1 El Arte Prehispánico PDF
GUIA 1 El Arte Prehispánico PDF
CARACAS, 2020
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EL ARTE PREHISPÁNICO
En otro orden de ideas, para saber sobre las expresiones artísticas prehispánicas se han
realizado varios análisis mediante la noción de área cultural, es decir, a través de trazos
elaborados por un investigador sobre las culturas de un continente determinado, en este
caso de la América Hispano-portuguesa, para valorar diferentes datos a nivel etnográfico.
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6. El conocimiento de los ciclos de 52 años.
7. La escritura jeroglífica para los códices o libros a modo de biombos.
8. El plantío del maíz y el cacao.
9. El cultivo de maguey para la fabricación del papel.
10. La utilización de lanzas y cerbatanas como armas de defensa.
c) Área circuncaribe: Está ubicado en las tierras del Caribe: las Antillas, los
países meridionales de Mesoamérica (Panamá) y las costas del Caribe de
Colombia y Venezuela. Los principales rasgos culturales de esta área son:
1. La inexistencia de construcciones arquitectónicas en piedra.
2. Los pobladores de esta área trabajan el oro y la tumbaga (aleación de oro
con cobre).
3. El uso de la madera para hacer sillas bajas, asientos con espaldares y
escudillas.
4. El cultivo de la mandioca
5. El carácter nómada de los pobladores
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• Área de los pueblos marginados: eran poblaciones de poca cultura, practicantes
del nomadismo. Entre ellas figuran los otomacos de la depresión llanera
venezolana.
Sub-área mesoamericana
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• Período Posclásico Temprano (1250-1521): Este período comprende desde el
apogeo hasta la caída del imperio azteca o mexica.
Olmecas
Durante el período Preclásico o Formativo (1800 a.C.-200 a.C.), surgió una de las más
antiguas civilizaciones mesoamericanas: los olmecas. Considerada la Cultura Madre del
antiguo México, se ubicaba en las tierras bajas tropicales de la franja costera del Golfo
de México; la palabra olmeca pertenece al náhuatl, lengua utilizada por los aztecas, y
significa habitantes de Olmán o habitantes del país de Hule. Sin embargo, este término
no es el nombre original de dicha civilización y actualmente no se ha descubierto el
verdadero.
Los habitantes de Olmán creían el chamanismo, vinculado a la figura del jaguar. Se dice
que los sacerdotes-chamanes olmecas se ponían en contacto con el mundo sobrenatural,
mediante la utilización de hongos alucinógenos y el tabaco. Asimismo, realizaban
sacrificios humanos y autosacrificios en las partes más apartadas de los templos, la
profundidad de las cuevas o al aire libre pero de noche.
a) Arquitectura olmeca: En las tierras bajas tropicales de la franja costera del Golfo
de México, los olmecas construyeron sus primeros centros ceremoniales,
conformados por edificaciones de naturaleza religiosa, aspecto piramidal y con
plataformas escalonadas dedicadas al culto de dioses, inspirados en la naturaleza
y rodeados de poblados rurales. Los centros ceremoniales olmecas más
relevantes son: San Lorenzo, La Venta, Tres Zapotes y Laguna de los Cerros.
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Pirámide de La Venta, cultura olmeca.
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Cabeza monumental, cultura olmeca.
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Una figurita de un hombre esbelto cultura olmeca.
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Altar 4 de La Venta, cultura olmeca (1200a.C.)
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d) Cerámica olmeca: Esta civilización mesoamericana realizaba figurillas de
terracota y barro con rostros de bebé (baby face), desnudos y asexuados.
También, elaboraban animales acuáticos (peces) y aves con evidente estilización
y abstracción.
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Buitre olmeca, 1200 - 800 a.C.
Zapotecas
Hacia el 600 a.C., floreció un centro de gran relevancia en la zona de Oaxaca: Monte
Albán, hoy considerada la capital de los zapotecas (en lengua náhuatl, significa habitantes
del lugar de Zapoteo o pueblo de Zapote, aunque también traduce Gente de las Nubes).
Este pueblo estaba notoriamente influenciado por la civilización olmeca. Pero, además,
destacaba en la escritura de tipo mixto o logográfico fonético (cuyos glifos de aspecto
temporal y topónimos son los únicos que se han descifrados hasta hoy), los
conocimientos matemáticos y el calendario. Monte Albán logra un mayor desarrollo
durante el período Protoclásico o Temprano (200 a.C. - 250 d.C.) y el período Clásico
(250 d.C. - 950 d.C.) Alrededor del 800 d.C., Monte Albán había decaído y su papel de
capital hegemónica pasó al centro de Mitla, fruto de la unión de la cultura zapoteca con la
mixteca.
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Edificio J, cultura zapoteca.
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Cancha del Juego de Pelota, cultura zapoteca.
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masculinos, de rasgos individuales y desnudos, los cuales representan
posibles hombres ejecutados.
c) Pintura zapoteca: se caracteriza por decorar tumbas del período Clásico con
frescos policromados, donde se observa la presencia de una élite reinante.
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Tumba 104 de Monte Albán, cultura zapoteca (300 / 600).
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Figurilla sedente, cerámica zapoteca, clásico medio (400-600 d.C.).
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Mixtecas
Los mixtecas (significa, en la lengua náhuatl, el Pueblo de las Nubes) era un pueblo
amerindio de lengua otomangue, el cual vivía en Oaxaca (Hoy estados mexicanos de
Oaxaca, Guerrero y Puebla) y Mitla o Mictlán (significa Lugar de los muertos), durante el
período Clásico (alrededor del 800 d.C.). Cabe señalar que originariamente Mitla era un
asentamiento y necrópolis zapoteca, pero hacia el 1000 d.C. se transformó en una
residencia mixteca de los sacerdotes.
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b) Escultura mixteca: Esta población tenía un trabajo estatuario interesante en
materiales delicados como la turquesa, el cristal de roca y alabastro.
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c) Pintura mixteca: Se hacían códices pintados o libros en mampara en piel de
venado o gamuza, cubiertos de yeso, los cuales relataban su historia, dinastías,
mitología y costumbres. Estos códices pertenecen al período comprendido entre
el 700 y el 1200 d.C. El Códice Nuttall en el Museo Británico de Londres es una
muestra de ello.
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Sahumador, civilización mixteca.
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e) Orfebrería mixteca: Esta civilización dominaba magníficamente la metalurgia y la
orfebrería, con obras de gran calidad artística y técnica. Ello se debe a su
contacto con los pueblos de Costa Rica y Panamá. Un ejemplo es el pectoral de
oro de Monte Albán (1300-1400), que representa un posible personaje de la élite
gobernante.
Teotihuacán
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el 725 d.C., para ser abandonada totalmente el 900 d.C. Luego, los chichimecas la
ocuparían parcialmente.
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b) Escultura teotihuacana: Predomina las cabezas de divinidades (Tláloc y
Quetzalcóatl), policromadas y adosadas a la arquitectura religiosa (Templo de
Quetzalcóatl). Asimismo, la escultura teotihuacana presenta relieves abstractos y
figurativos en las fachadas e interiores de las edificaciones (El Palacio de
Quetzalpapalotl o Pájaro-Mariposa). Igualmente, se destaca por la elaboración de
máscaras funerarias, realizadas en piedra o jade con turquesas, piritas y conchas,
para colocárselas en el rostro de los difuntos.
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Palacio de Quetzalpapalotl
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c) Pintura teotihuacana: La arquitectura era decorada con frescos murales de animales
(jaguares, águilas, etc.) y dioses (Tláloc). Una muestra de ello es el Edificio de los
animales mitológicos.
Las edificaciones también se caracterizaban por una vívida policromía en las
esculturas y relieves. Como ejemplo existe el Templo de Quetzalcóatl; otra manera
de apreciar la pintura es mediante su cerámica, poseedora de interesantes diseños
figurativos con aspecto policromado.
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Mural de las diosas verdes, pintura teotihuacana.
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Urna tipo teatro: frente. Teotihuacán, Período clásico 200 a.C.- 650 d.C.
Urna tipo teatro: reverso. Teotihuacán, Período clásico 200 a.C.- 650 d.C.
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Cerámica de Teotihuacán
Esta civilización nació en el período Clásico (250 d.C. -1150 d.C) y estaba ubicada en
la capital de Cempoala (hoy estado de Veracruz, México). Asimismo, su nombre
surgió del principal centro ceremonial llamado El Tajín.
Por otro lado, esta civilización se caracterizaba por la gran cantidad de canchas del
juego de la pelota. No en vano, se dice que este ritual permitió el florecimiento de esta
cultura; a ciencia cierta, se desconoce qué pueblo habitó durante mucho tiempo en
esa región; sin embargo, la teoría más aceptada es la de los totonacas como
pobladores de esta zona, la cual fue abandonada alrededor del año 1150 d.C.
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arquitectónicas totonacas: forma piramidal; base cuadrada; seis cuerpos
superpuestos; paramento exterior en talud, tablero y cornisa; 365 nichos
cuadrados, cuyo significado de índole astronómica hace referencia a los 365 días
del calendario solar; y una enorme escalera adornada con grecas; por otro lado,
los totonacas erigieron más de 17 canchas para el juego de la pelota, deporte de
naturaleza ritual.
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b) Escultura totonaca: Esta civilización hacía figuras femeninas y masculinas con
rostros sonrientes, ojos oblicuos, pómulos sobresalientes, con tocados, vestidos
con trajes adornados y decorados, sedentes o de pie. Además, creaban piezas
que representaban el yugo (cinturón protector de cuero, en forma de “u”, para los
jugadores de pelota), las hachas (los marcadores dentro del edificio del juego de
pelota) y las palmas (a veces son asociadas con el yugo) en piedra, decorados
con motivos zoomorfos, antropomorfos y figuras fantásticas.
Escultura totonaca
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Escultura totonaca
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c) Cerámica totonaca: Se caracteriza por figuras femeninas y masculinas con
rostros sonrientes, ojos oblicuos, pómulos sobresalientes, con tocados, vestidos
con trajes adornados y decorados, sedentes o de pie; la cerámica totonaca
estaba basada principalmente en la técnica del modelado y el material más
utilizado era la terracota.
Los mayas eran politeístas y sus dioses estaban vinculados al sol (Kinich Ahau),
la luna (Ixchel) y la lluvia (Chac). Sin embargo, había un dios supremo, llamado
Itzamná. A estas deidades les ofrecían sacrificios humanos; su organización social
estaba regida por un monarca o halach-uinic, quien designaba a un noble como
jefe de aldea o bataboob. La casta sacerdotal, ah konoob, era constituida por el
ahuacán o señor serpiente y los adivinos, mejor conocidos como chillanes. Por
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debajo de la clase popular de agricultores y artesanos, estaban los esclavos o
pentacoob, usados para los sacrificios humanos.
Para estudiar esta civilización prehispánica, se tiene que dividir su historia en tres
períodos. Ellos son:
3) Período Posclásico (900-1524 d.C.) Entre 978 y 987 d.C., los mayas eran
derrocados totalmente por los itzáes, aliados de los toltecas. Estos impusieron
el culto del dios Quetzalcóatl (Serpiente emplumada, deidad que pertenecería
a los aztecas), sin embargo, se apropiaron de los conocimientos científicos y
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artísticos mayas (Observatorio El Caracol, Chichen Itzá). Desde el 1000 d.C.,
Chichén Itzá se convirtió en la ciudad hegemónica hasta su caída en 1250
d.C., cuando la ciudad de Mayapán la aventajó gracias a la intervención militar
y cultural de los toltecas. En 1524 d.C., los mayas quiché fueron vencidos por
los españoles en la batalla de Utatlán.
a) Arquitectura maya: Los mayas fueron considerados los griegos del Nuevo
Mundo por su progreso en las distintas expresiones artísticas, siendo la
arquitectura una de ellas. Esta última, para ser estudiada, se suele dividir en
dos épocas:
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• Los vívidos colores en las edificaciones.
• Las numerosas escalinatas para las construcciones arquitectónicas,
plazas y acrópolis.
• Las figuras de jaguares, Chac Mooles y serpientes emplumadas, utilizadas
en diversos edificios.
• Las múltiples plazas y acrópolis empleadas dentro de un mismo complejo
urbano.
• Los numerosos mascarones de la divinidad Chac en las construcciones
arquitectónicas.
• El juego de pelota (uno solo por cada centro urbano).
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colorada, la Tumba del gran sacerdote, el Grupo de las mil columnas, el
Templo de los guerreros, el Castillo, el Tzompantli, El gran juego de
pelota y El
Templo de los
jaguares, entre
otras
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Templo del sol, el Templo de las inscripciones, el Gran templo, el Juego
de la pelota y otros.
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• Las obras arquitectónicas de la urbe de Kabáh: El Palacio de los
mascarones, la Casa tercera y el Arco de Kabáh
• Las construcciones de la ciudad de Labná: El Mirador, el Arco de
Labná y el Palacio de Labná.
• El edificio de la urbe de Sayil: El Palacio de Sayil, el cual posee
numerosos mascarones del dios Chac.
• Las obras arquitectónicas del centro de Tulum: El Gran palacio, el
Templo del dios descendente y el Castillo. Estas construcciones son las
únicas encuentran frente al Océano Atlántico.
Del Antiguo Imperio Maya, sobresale los relieves en dinteles, estelas, muros
de palacios y templos. Entre ellos son conocidos las Estelas de Copán; Las
Estelas de Quiriguá; el relieve de Piedras Negras, el cual representa el Dios
del Maíz regando la semilla; el relieve del altar Q del templo 22 de Copán,
que encarna un consejo de astrónomos y el relieve de la Cruz de Palenque,
entre otros. También, destacan las máscaras mortuorias, como la de rey Pacal,
encontrada en la tapa de su sarcófago, en Palenque.
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Con respecto al Nuevo Imperio Maya, la escultura está fundamentada en la
riqueza decorativa en piedra de las paredes de sus palacios y templos, donde
predominan los diseños geométricos, los mascarones y la figura de la
serpiente emplumada; existe el bulto redondo en las figuras de los
Chac Mooles, figuras semirreclinadas y la cara mirando hacia la derecha o la
izquierda.
Si bien es cierto que los mayas utilizaban la piedra como material para realizar
sus esculturas, también utilizaban la madera y el jade. Ejemplo de ello son la
estatuilla de madera del dios Chac y la máscara de jade del rey Pacal.
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Estela A de Copán, molde de Maudslay, maya.
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Retrato del rey K'inich Janaab' Pakal de Palenque, maya.
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La pintura maya utiliza colores primarios que posibilitan una variada gama de
matices. Igualmente, muestra tonos que son regulados según
convencionalismos especiales. Por ejemplo, el agua y los cielos siempre se
pintan en tonalidades azules; las techumbres con amarillo y líneas negras; las
paredes de tonos naranja y blanco; y las columnas de verde.
Otras formas de pintura son los códices, libros con jeroglíficos, de papel
corteza, recubierto de yeso y plegables en acordeón. Se pueden mencionar al
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Códice de Dresde, Códice Peresiano (Códice de París) y Códice Tro-
cortesiano como ejemplo de ello.
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Facsímil del Códice Tro-Cortesiano, o Códice de Madrid, Museo de América,
Madrid, España.
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• Figurilla de terracota: tiene policromía; encarna a un posible noble o
miembro de la corte, perteneciente al Periodo Posclásico.
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Noble, Jaina
Toltecas
Su capital se llamaba Tula o Tollan Xicocotitlán (Lugar de las Cañas), la cual alcanzó su
apogeo durante el Período Posclásico, entre 900 y 1200 d.C. Esta urbe se halla a 65 kms
al noroeste de la actual ciudad de México, en el estado de Hidalgo. Su soberano Ce Acatl
Topiltzin (Literalmente significa Uno Caña, Nuestro Adorado Príncipe) estaba asociado
con la deidad Quetzalcóatl (Serpiente Emplumada), ya que había impuesto a su pueblo el
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culto hacia ese dios de origen teotihuacano, convirtiéndose este monarca en el jefe
teocrático de la nueva religión y como sacerdote adoptó el nombre de la divinidad.
Unos relatos decían que Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl peleó ferozmente con la
divinidad felina de Tezcatlipoca (Espejo Humeante), sin embargo, perdió la batalla,
viéndose obligado a dejar Tula, acompañado de sus seguidores. Otras narraciones
señalaban que Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, hombre honesto y virtuoso, fue atraído por
unos demonios, quienes tenían los mismos nombres de los dioses aztecas. Entonces,
Quetzalcóatl se entregó una existencia orgiástica e ignominiosa, trayendo el infortunio a
su ciudad. Luego, él y sus adeptos fueron obligados a largarse de su ciudad. Se presume
que estas leyendas representaban simbólicamente las guerras existentes entre los
toltecas y los nonoalcas, que habitaban la misma urbe de Tollan. No obstante, Nigel
Davies, especialista en temas toltecas, tiene la siguiente teoría sobre el porqué del
éxodo del pueblo de Quetzalcóatl: los toltecas habían llegado a Tula desde una región
limítrofe septentrional de Mesoamérica, pero fueron los nonoalcas, cuyos orígenes deben
indagarse en las zonas costeras meridionales del Golfo de México y eran poseedores de
una cultura más refinada, ocasionando que estos últimos fueran culturalmente los
regentes de Tollan, obligando a los toltecas a retirarse de ese lugar.
Sea cuál sea las razones, lo cierto fue que Quetzalcóatl se encargaría de dirigir a su
gente desde Tula hacia la ciudad de Chichén-Itzá, en una peregrinación de mil kilómetros,
implantando después el culto de la Serpiente Emplumada, llamada Kukulkán en lengua
maya.
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arquitectónicas se hace alrededor de una plaza cuadrangular. Sin embargo, uno
de los juegos de pelota está en la zona más septentrional de la urbe, detrás del
Palacio quemado y el Templo Tlahuizcalpantecuhtli. Los edificios poseen relieves
policromos, decorados con formas de guerreros, serpientes de cascabel, jaguares,
águilas y esqueletos humanos.
Templo Tlahuizcalpantecuhtli
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Juego de pelota, cultura tolteca
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Destacan también los Chac Mooles, altares monolíticos antropomorfos (figuras
de guerreros toltecas, semirreclinados; la cara mirando hacia la derecha o la
izquierda, de tamaño natural); son de bulto redondo y se piensa que fueron
utilizados como piedras para hacer los sacrificios.
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Coatepantli o Muro de las serpientes
Aztecas o Mexicas
El pueblo mexica creó una compleja organización política, militar y religiosa de clase
piramidal, gobernada por una monarquía, pero dirigida por el tlatoani. También, era
teocrático y guerrero; se entretenía con el juego de pelota, la danza (religiosa o profana) y
la música; su economía se basaba principalmente en el maíz y el cacao. Éste último
servía de dinero.
Los aztecas hicieron dos tipos de calendarios: uno ceremonial (tonalpohualli) y otro solar
(xiuhpohualli) de 365 días. Asimismo, figuraron por su escultura de índole simbolista y
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abstracta, aunque de igual modo hacían obras estatuarias de carácter naturalista.
También, los mexicas desarrollaron la pintura mural, la cerámica, la orfebrería y el arte
lapidario. Además, realizaron una arquitectura inspirada en la de Teotihuacán y la tolteca.
El pueblo azteca utilizó la escritura jeroglífica en códices, poemas, crónicas y otras formas
de manuscritos. Algunos de ellos fueron copiados en caracteres latinos, es decir, náhuatl
y español; en la literatura destacó el poeta Netzahualcóyotl, monarca de Texcoco.
Los mexicas eran politeístas y ejecutaban sacrificios humanos a las divinidades que
estaban vinculadas a la fauna, los fenómenos naturales, las virtudes humanas, el
militarismo y las inmolaciones de las personas. Sus deidades principales eran:
Huitzilopochtli, divinidad del Sol; Tláloc, deidad de la lluvia; Coyolxauhqui, diosa de la
Luna; Xipe Totec (Nuestro señor degollado), divinidad de la fertilidad; Coatlicue, diosa
madre y de la tierra; Quetzalcóatl, divinidad del bien y la vida; y Tezcatlipoca, dios de los
brujos y los jóvenes guerreros, entre otros.
A pesar de que en todo el imperio azteca se hablaron diferentes lenguas, el idioma cultura
era el náhuatl que abarca las lenguas shoshón, pima, papago, tarahumara, tepehua y
huichol y otras.
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Recreación del Templo Mayor
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b) Escultura azteca: Los aztecas hacían sus creaciones estatuarias, colosales o no,
vinculadas a la fauna, los fenómenos naturales, las virtudes humanas, el
militarismo y las inmolaciones de las personas. Asimismo, trabajaban sus obras
en piedra volcánica, pedernal, obsidiana o jade; las piezas podían ser tanto
decorativas como utilitarias. Eran policromas, casi siempre de bulto redondo
(habían también relieves); poseían simetría bilateral aparente y representaban
figuras antropomorfas masculinas (posibles monarcas, guerreros o deidades) y
femeninas (divinidades). Xipe totec, Chac Mool del Templo mayor, la Cabeza de
Coyolxauhqui, la Coyolxauhqui desmembrada, Coatlicue, el relieve de cráneos
del Tzompantli del Templo mayor, la Piedra de Tizoc y el Candelario azteca
(llamada también la Piedra del sol ) son muestras palpables de ello.
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Coyolxauhqui desmembrada Coatlicue, civilización azteca.
con sus colores originales
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Otras formas de pintura eran los códices, especie de libros con jeroglíficos, que
eran llamados anahté. Los mexicas confeccionaban estos códices con largas
tiras de piel de venado o fibra de maguey, recubiertas con una capa de cal y
pintadas por ambos lados, con tonalidades brillantes o en negro y rojo. Asimismo,
eran plegados a modo de biombo y protegidos por una tapa de madera muy
trabajada. También, se representaban las figuras dentro de espacios
rectangulares. El Códice borbónico y el Códice mendocino son un testimonio
tangible del arte pictórico mexica.
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e) Mosaicos aztecas: El pueblo mexica sobresalía en la confección de mosaicos,
hechos de plumas o realizados con diminutas láminas de obsidiana, jade, coral
turquesa, cuarzo y oro, incrustados sobre superficies de madera, hueso o piedra.
Ejemplos: El Escudo de Stuttgart, un mosaico de plumas; y el Cuchillo ceremonial,
decorado con una figura antropomorfa de mosaicos de turquesa y conchas,
utilizado para los sacrificios humanos.
Cuchillo ceremonial
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f) Textiles aztecas: Los mexicas desarrollaron una enorme industria textil. Utilizaban
el algodón, el pelo de conejo o liebre, maguey y palma para hacer las fibras e hilos
de los tejidos. Usaron el telar y creaban los colores empleando materias animales,
vegetales y minerales. El Escudo de plumas, obsequio de Moctezuma a Hernán
Cortés y de éste al emperador Carlos V, constituye un ejemplo de los textiles
aztecas.
Escudo de plumas
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Sub-área andina
Sechín Alto
En la parte alta de una gran estructura con terrazas de doce pisos, se halla una
edificación rectangular constituida por diferentes espacios. Las paredes de esta
construcción arquitectónica están elaboradas en adobe, parcialmente pintadas. El
complejo urbano está cercado por un recinto amurallado cuadrangular, cubierto por una
serie de monolitos decorados con figuras humanas grabadas. Dichas figuras son labradas
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sobre placas megalíticas, de gran colorido. Estos bajorrelieves representan guerreros en
su mayoría, denominados con el nombre de Pontífices del sacrificio, sin embargo,
encarnan también cabezas, extremidades humanas cercenadas, cuerpos despedazados y
vísceras.
Sechín Alto
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Pontífices del sacrificio
Chavín de Huántar
Era un centro ceremonial, cuyo apogeo fue a partir del 900 a.C., localizado a 3.150
metros de altura, en el Callejón de Conchucos, sobre las laderas orientales de la
Cordillera Blanca del Perú; el arte y la arquitectura de Chavín son clasificados en dos
períodos distintos: la primera fase pertenece al Horizonte Temprano (900-500 a.C.) y la
segunda se ubica entre el 500 y 200 a.C.
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Por otra parte, la arquitectura chavín utiliza dinteles alargados, galerías angostas,
laberintos, pilastras cúbicas y obeliscos. Como muestra, destacan el dintel
adornado del Castillo, Los laberintos del centro religioso de Chavín de Huántar,
Las columnas de Chavín Huántar, la Galería de doble repisa del Castillo y otros.
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b) Escultura: La presencia de figuras antropomorfas, zoomorfas (vinculadas a la
divinidad Jaguar) y zoo-antropomorfas (rostros humanos con rasgos felinos) es
notoria en la escultura Chavín. Escultura que tiene aspecto macizo, pétreo,
simétrico y religioso. La cabeza monolítica del Templo nuevo sirve de testimonio
cierto de la estatuaria chavín.
Cabeza clava
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Paracas
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Momia de la Cultura Paracas
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Cerámica paraca con doble pitorro.
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Moche o Mochica
Otra clase de arquitectura la constituye las magníficas sepulturas, adornadas con frescos
y plenas de ostentosos ajuares funerarios, saqueados constantemente por profanadores
de tumbas o huaqueros. La sepultura del Señor de Sipán representa una muestra
tangible de este tipo de construcciones; los sistemas de alcantarillados y de irrigación
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representan un tipo de arquitectura civil y funcional en pro de la agricultura, heredados
quizás de la civilización Gallinazo.
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Muro decorado de la Huaca de la Luna.
La pintura mural mochica poseía personajes de perfil, de contornos muy definidos. Los
colores utilizados eran el blanco, el amarillo y el rojo (Murales del yacimiento de
Pañamarca); la metalurgia de esta civilización presentaba notables avances en el trabajo
con oro, plata y cobre (Máscara de cobre, hallada en un sepulcro de la Huaca de la luna).
La técnica del dorado y la soldadura era las técnicas conocidas. También, el arte textil
mochica mostraba el alto nivel que alcanzó este pueblo.
Con respecto a la cerámica mochica, Rafael Larco definió cinco fases de la cerámica
Mochica tomando en consideración las variaciones en las botellas de asa estribo. Esta
propuesta de Rafael Larco Hoyle en 1946 es aún utilizada por la arqueología moderna.
Las cinco fases son:
• Moche I y Moche II, ubicadas por encima del estrato Gallinazo, en los valles de
Moche, Chicama y Virú.
• Moche III, situada en el Valle de Santa
• Moche IV, localizada en el valle del Nepeña, donde está el magnífico yacimiento
de Pañamarca.
• Moche V, ubicada en Cajamarca, Nievería y Pachacamac.
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La decoración de la cerámica incluye modelados de alto relieve, mediante el estampado
y escenas pintadas sobre superficies sobre superficies planas. Algunos vasos están
elaborados con molde y muchos eran modelados a mano. Sus formas varían, pero a la
mayoría se le colocaba un pitorro (boquilla o pitillo que facilita beber cualquier clase de
líquidos) en estribo. Presentan una amplia diversidad de formas y ornatos. Además,
muestran los mitos y ritos mochicas, incluso escenas eróticas. Como muestra sobresalen
los vasos-retratos o Huacos, de rostros naturalistas, con pitorros en estribo.
Huacos
Nazca
Era tanto una civilización como un estilo artístico que predominó en la costa meridional,
durante el Período Intermedio (730a.C-450 d.C.), derivado del estilo Paracas; la
arquitectura nazca era hecha de adobe si tenía relevancia religiosa y a veces de forma
piramidal-escalonada (Ejemplo: la pirámide escalonada del centro ceremonial de
Cahuachi), pero también se fabricaba viviendas residenciales con cañas atadas. Existían
pocas edificaciones de piedra, aunque habían varios ejemplos de canales de regadío.
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Centro ceremonial Cahuachi.
Cerámicas nazcas
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La civilización nazca realizó una serie de geoglifos (figuras gigantes, abstractas,
antropomorfas y zoomorfas, dibujadas en el suelo) en el valle desértico de El Ingenio,
ubicado en la zona meridional de Perú, al pie de la cordillera andina, durante el Período
Intermedio Temprano (300 a.C.-700 d.C.). Estos geoglifos fueron trazados, cavando en la
capa superficial del suelo y haciendo surcos de una profundidad de 30 a 40 centímetros
en la capa de arena blanca. Miden entre 15 y 300 metros, y sólo pueden ser observados
desde una gran altura (en avioneta). Se han mantenido gracias al clima seco y las pocas
lluvias en la región. De ellos, se conocen actualmente veintiséis geoglifos y son: Orca,
Ala Delta, Bebé cóndor, Alcatraz, Payaso, Espiral, Cocodrilo, Árbol, Manos, Espiral II,
Araña, Flor, Perro, Astronauta, Triángulo, Ballena, Trapecios, Estrella, Pelícano, Cóndor,
Trapezoide, Colibrí, Trapezoide II, Mono, Llama y Trapecios III.
Geoglifos nazcas
Huari o Wari
Es un yacimiento arqueológico, cercano a Huanta, Ayacucho (Perú), cuyos restos
(600-100 d.C.) poseen un estrecho vínculo con la cultura de Tiahuanaco. Abunda las
edificaciones, hechas de piedras irregulares; cerámicas antropomorfas y abstractas;
petroglifos, adornados con diseños zoomorfos, antropomorfos y abstractos; monolitos
(esculturas antropomorfas); los tejidos (fardos funerarios, vinchas para la cabeza, bolsas
para hojas de coca, gorros) y tapices son considerados entre los más interesantes del
Perú precolombino. Recibe el nombre de la cultura homónima, de índole militarista.
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Templo wari
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Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).
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Monolitos wari, en Ayacucho (Perú).
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Gorro wari de cuatro puntas Cerámica wari
Cerámica wari hallada en Aplao, situado en el valle del río Majes (departamento de
Arequipa).
76
Telar wari. 600-800.
77
Tiahuanaco
Este centro ceremonial estaba situado en Akapana, una vasta plataforma recubierta de
piedra, a 21 kilómetros del lago Titicaca y a 4000 metros de altitud sobre el nivel del
mar, en el gran altiplano que se extiende desde Bolivia hasta el sur de Perú. Estuvo
habitado desde el 1500 a.C. hasta el 1200. Su apogeo fue entre los años 500 y 1000 d.C.
Tiahuanaco fue el centro de la civilización tiahuanaco, una cultura preincaica que basaba
su economía en la agricultura, la ganadería y la arquitectura, y que abarcó los territorios
de la meseta del Collao, entre el oeste de Bolivia, suroeste de Perú, el norte de Argentina
y el norte de Chile, regiones desde las cuales irradió su influencia tecnológica y religiosa
hacia otras civilizaciones contemporáneas a ella.
Se han establecido hasta el presente, de acuerdo con las excavaciones realizadas por la
Dirección Nacional de Arqueología y Antropología de Bolivia, la división de la cultura
Tiahuanaco en 3 fases: Aldeano (Épocas I y II; 1500 a. C. - 45 d. C.), Urbano (Épocas III y
IV; 45 d. C. - 700 d. C.) y Expansivo (Época V; 700 d. C. - 1200 d. C.).
Las enormes obras arquitectónicas y algunas de sus estatuas se llevaron a cabo tal vez
antes del 500 d.C. Sin embargo, las investigaciones de los autores María Longhena y
Walter Alva señalan que estas construcciones arquitectónicas no pertenecen a la misma
época. Incluso, algunas de ellas están incompletas, como si repentinamente la población
hubiera desaparecido.
Los arqueólogos opinan que muchas de las edificaciones corresponden al 200 d.C. Para
el año 300 d.C., aproximadamente, la población proyectó la zona ceremonial, donde
había templos de piedra, con patios con patios semienterrados; santuarios amurallados y
puertas megalíticas, con sobrios dinteles, destinadas a exaltar los cultos locales.
78
La técnica para construir la arquitectura tiahuanaca consistía en la distribución de
inmensas piedras o “huanacas” (rocas alargadas, enterradas en la tierra, cuya utilización
se remonta a la prehistoria peruana), hincadas verticalmente a intervalos, generando
espacios que después se rellenaban con piedras más pequeñas.
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Templete semisubterráneo y al fondo el Templo de Kalasasaya.
80
Cerámica tiahuanaca
81
Relieves alados de seres alados de la Puerta del Sol.
82
Chimú (o Chimor)
Era una cultura preincaica peruana, que se asentó entre Piura y Paramonga, desarrollada
entre 1000 y 1470 d.C. Erigió un reino cuya capital era Chanchán o Chan Chan. Además,
destacó por su cerámica negra (de figuras zoomórficas; y antropomórficas con algunas
con representaciones eróticas); esculturas antropomórficas, hechas de madera;
monumentales arquitecturas (el Templo Fortaleza de Paramonga), decorada a veces con
bajorrelieves policromos, de motivos zoomorfos y abstractos (Huaca del Dragón de
Chanchán); los tejidos y la orfebrería en oro y plata (Máscaras funerarias, tumis o
cuchillos ceremoniales, vasos).
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Muros y escultura de Chan Chan, la capital del reino chimú
Vista de uno de los muros de Chan Chan, la capital del reino chimú.
84
Restos de construcciones de la cultura chimú.
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Pared de la Huaca Arco Iris.
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Cerámica negra chimú o chimor El gran tumi o cuchillo ceremonial
(Representación erótica) (Metalurgia chimú)
87
Vaso cerámico negro, chimú Textil de estilo chimú
Inca
Era un pueblo amerindio de lengua quechua, proveniente del lago Titicaca, que durante la
época prehispánica fundó un gran imperio. Este último se extendió desde el Sur de
Colombia, por Ecuador, Perú y Bolivia, al Noroeste de Argentina y el Norte y Centro de
Chile.
Inca también era la denominación del soberano que regía dicho imperio. Esta civilización
formaba clanes (ayllu) y realizaba una agricultura comunitaria (maíz, papa, etc.). La tierra
era propiedad del inca, monarca absoluto y de naturaleza divina, y estaba repartida entre
éste, los sacerdotes y el pueblo; los campesinos recibían terrenos según sus
necesidades.
La religión inca estaba basada en el culto de los dioses Viracocha e Inti (Dios del Sol). El
primero era considerado invisible, eterno, todopoderoso, creador de todo e incluso de
otras deidades. También era apreciado como un héroe cultural, quien educó a los incas
para las artes y le otorgó los conocimientos para elevar su modo de vivir. Sin embargo, no
influía en la vida humana, haciendo que no fuera venerado por el pueblo común. Pero, el
soberano y las clases privilegiadas lo invocaban constantemente, más aún en las
necesidades fundamentales. El segundo era más conocido entre las distintas clases
88
sociales, progenitor y dios totémico de la realeza. Siempre era representado con una cara
humana rodeada de rayos o haces de luz solar.
Mamaquilla, la diosa Luna, era la esposa del Sol y estaba relacionada con el calendario y
las ceremonias vinculadas a su marido. La deidad masculina del Trueno o el Tiempo se le
rendía culto con el fin de que trajera las lluvias. Las divinidades femeninas de la tierra y el
mar (Pacamma y Mamacocha) estaban asociadas con la agricultura y la pesca. Habían
también deidades regionales y familiares.
Entre los cultos religiosos, estaban los sacrificios de animales (llamas o conejillos de
Indias); las oraciones (privadas o ritualistas para la comunidad); el ayuno (renuncia de la
carne, la chicha o las relaciones sexuales); y la confesión de los pecados. Los sacrificios
humanos eran para las ocasiones especiales y se ofrecían niños o niñas de diez años.
Entre los siglos XII y XIII, comenzó un período legendario, que comprendía ocho
monarcas: Manco Cápac, Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, Mayta Cápac, Cápac
Yupanqui, Inca Roca, Yahuar Huacac y Hatun Túpac Inca (Viracocha Inca). Durante 1438,
con Pachacutec Inca Yupanqui (Pachacuti), empezó el imperio histórico. Túpac Inca
Yupanki (1471-1493) siguió la expansión del imperio hacia Ecuador, Chile y Argentina
(Tucumán), y su primogénito Tuti Cusi Hualpa (1493-1525), también llamado Huayna
Cápac, consolidó la estructura administrativa del imperio, conquistado por el conquistador
Francisco Pizarro, quien ejecutó al inca Atahualpa y fundó la Ciudad de los Reyes o Lima
en 1535.
La expresión artística más relevante del imperio inca fue la arquitectura. Sobresale la
ciudad de Cuzco, con el Coricancha y la fortaleza de Sacsahuamán, así como
Ollantaytambo, Písac y Machu Picchu; las edificaciones incas eran fundamentalmente
utilitarias y representaban la asombrosa destreza de este pueblo para trabajar la piedra.
La técnica para construir la arquitectura consistía en la colocación de inmensas rocas,
unas encima de otras; las estructuras arquitectónicas eran religiosas (templos destinados
aI dios Inti) y civiles (fortalezas, palacios, moradas), ubicadas en diferentes niveles y
alturas. Además, tenían plantas rectangulares, cuadrangulares y circulares; muchos
techos de paja; numerosos muros de piedras; múltiples escalinatas, a veces talladas en
roca viva; plazas rectangulares; torreones de función ceremonial y astronómica; murallas
89
de con su peculiar almena; depósitos para almacenar suministros; canales de irrigación,
caminerías múltiples; talleres de artesanías y enormes terrazas agrícolas.
Machu Picchu
90
Machu Picchu
Los incas figuraron en el arte textil y la cerámica, como sucedía en otras culturas y
civilizaciones prehispánicas. El tejido se confeccionaba a gran escala a lo largo de todo el
Tahuantinsuyo. Además de la función doméstica, los textiles tuvieron una función social y
religiosa. El cumbi sirvió para confeccionar la ropa del inca; y la abasca, producto casero
de enorme calidad, se empleaba para ofrendas religiosas. Los insumos que se utilizaron
fueron el algodón y la lana de llama y alpaca. El unku o vestido tradicional Inca con
frecuencia estaba bordado con motivos geométricos y colores vivos.
91
Unku o vestido tradicional Inca Textil inca
Su cerámica fue decorada con figuras geométricas en tonos sepias, rojos, blancos y
marrones, presento formas muy variadas, entre las que destaca el urpu o aríbalo que era
una vasija con motivos de insectos, como libélulas y mariposas; otra cerámica que
destacó fue el quero o vaso ceremonial. Las piezas en serie fueron utilizadas por el
pueblo, mientras que la cerámica de connotación religiosa fue trabajada a mano y
presento acabados muy meticulosos.
92
Urpu o aríbalo
El Paccha Inca de cerámica se utilizaba en los rituales, ya que servía para penetrar la
tierra e irrigarla de sustancias, las cuales se creía que tenían efectos mágicos. Su forma
es muy similar a la chaquitaclla, instrumento de labranza agrícola utilizado por los
antiguos peruanos.
Paccha Inca
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Conopa incaica, con figura de camélido. Quero Inca vaso ritual
Según los cronistas eran también magníficos orfebres. No obstante, quedaron muy pocos
ejemplos de ese trabajo, ya que la avaricia de los conquistadores le llevó a fundir a esas
piezas para convertirlas en lingotes.
94
Metalurgia inca
95
Área circuncaribe
San Salvador
Esta isla, perteneciente a las Bahamas, fue “descubierta” por Cristóbal Colón en 1492. Allí
habitaban los arahuacos, quienes conocían el arte de las plumas y por ende, realizaban
suntuosos accesorios de plumas.
Los arahuacos habían venido a las islas del Caribe durante prolongadas y lentas
migraciones marítimas, que desde Venezuela y vía Trinidad transitaban hacia el Norte.
Restos suyos se hallaron en las Antillas Menores, así como en las islas mayores y más
hacia el Norte las Grandes Antillas (Puerto Rico, Haití, República Dominicana, Jamaica y
Cuba).
Estos indios pescaban con aparejos y arpones. Pero su herramienta más relevante era la
canoa. Ésta servía para las migraciones, el comercio, la caza, las pescas y el forrajeo.
Los arahuacos eran también agricultores y cultivaban maíz, frijoles, batatas, calabazas y
mandioca amarga. También sembraban cacahuetes, pimientos, piñas y otras plantas
frutales.
Los arahuacos producían frutos agrarios no comestibles, tales como las calabazas para
utilizarlas de recipientes, el algodón y las plantas que les servían para las pinturas
corporales. Completaban su provisión alimenticia con cultivos de diversas clases de
plantas en huerto. Hacían ocasionalmente agricultura de regadío. En sus cultivos,
empleaban bastones de madera con el propósito de excavar los suelos y machetes que
les servía para limpiar y plantar, y como arma.
Estos indígenas habitaban en casas con techos de paja y forma de campana. Estas
viviendas rodeaban una plaza pública, que podía ser un claro del bosque, un círculo o
rectángulo con taludes de tierra o piedras salientes, y recubiertos de piedras. Las
moradas de los caciques daban hacia la plaza y tenían cerca varios petroglifos. Las
plazas servían para realizar las danzas y los rituales funerarios, pero también podían
hacerse en recintos cerrados, construidos ocasionalmente con dos taludes paralelos.
96
Pueblo de los arahuacos (1860)
97
Los arahuacos practicaban el juego de pelota, similar a las civilizaciones
mesoamericanas, ya que utilizaban un balón de caucho y el ritual culminaba con
sacrificios humanos; dormían en hamacas. Vestían trajes de algodón y portaban
amuletos de piedra, huesos y conchas; hacían cerámicas finas, adornadas con motivos
variados (barcos, figurillas y máscaras); y alfarería utilitaria como rejillas para cocinar el
pan de mandioca.
Estos indios tocaban diversos instrumentos musicales tales como trompetas de concha de
Strombus, trompetas y tambores de madera, silbatos, flautas de hueso, maracas,
sonajeros y ocarinas de arcilla. Muchos de ellos estaban fabricados con materiales
perecederos tales como madera, fibras y caña.
98
Los arahuacos confeccionaban pendientes oros y cinturones adornados con ese mismo
metal. Igualmente tallaban sillas de madera, recubiertas de pan de oro. Todos esos
objetos eran utilizados por los caudillos o Caciques; y sus hijas usaban narigueras de oro.
No obstante, los arahuacos valoraban más la tumbaga o el guañín, una aleación de oro y
cobre, importada de tierra firme. Apreciaban mucho los objetos, elaborados en este
material, porque quizás venían de las tierras de sus antepasados, poseían un trabajo
metalúrgico hábil y tenían un gran colorido. También, les gustaban los objetos elaborados
en hueso y concha.
Las deidades arahuacas se llamaban zemí. Estaban asociadas a los difuntos, los
poderes del cielo, los ídolos de los dioses, el sol, la luna, el viento y la tierra. Poseían
diferentes formas de representación, esculpidas de manera hábil y refinada. Eran
decoradas con pinturas de tatuajes. Los ídolos de estos dioses se utilizaban en un ritual,
donde el chamán aspiraba un alucinógeno y hablaba con el zemí para adivinar el tiempo y
las cosechas. Los ídolos no sólo eran la imagen de una deidad, sino un intermediario
entre las personas y las divinidades, un oráculo real.
Panamá
Los indios de esta zona sembraban maíz, mandioca y batata, pero además pescaban.
Utilizaban el macro-chibcha, un phylum lingüístico, propio de Colombia, Venezuela y
Nicaragua. Además, trabajaban el oro para hacer medallones circulares, adornados con
figuras antropomórficas y zoomórficas, aunque también fabricaban muchos objetos de
toda clase, con formas delicadas y revestidos de láminas de oro. Los trabajos
99
metalúrgicos más antiguos (sepulcros de Sitio Conte y Playa Venado) pertenecen al 400
a.C. Asimismo, elaboraban cerámicas policromas. Tanto la metalurgia como la alfarería
tenían diseños similares: seres híbridos que ocasionalmente tenían dos cabezas o
parecían estar apareados.
Una gran placa de oro o pectoral, excavado de Sitio Conte por la Universidad de
Pensilvania Museo en 1940.
Una placa más pequeña de oro de Sitio Conte, que se encuentra en el foso de 4,
Tumba 32, Entierro B. De alrededor de 700 dC. Excavado en 1930 por el Museo
Peabody, Universidad de Harvard.
100
Una pieza de museo muestra ideas de cómo fueron usados los artefactos de oro.
Exposición Museo Penn, 2015.
101
Cerámica encontrada en el Sitio Conte. Exposición Museo Penn, 2015.
La cultura del Diquís es una cultura precolombina americana que se desarrolló en Costa
Rica, en el Valle del río Grande de Térraba, llamado por los aborígenes Diquís (Dí´Crí,
agua grande), en lo que actualmente es el cantón de Osa, provincia de Puntarenas, en el
sureste del país. El área del delta del Diquís presenta una historia ocupacional que data
de aproximadamente 1.500 a.C.
102
elaboraban vasos cerámicos, ovoides y policromos, con cabezas de felinos y manos
delanteras en altorrelieve; cultivaban maíz, mandioca y batata, pero también pescaban.
103
Jardín de esferas en el Museo Nacional de Costa Rica.
104
Escultura característica del sitio Barriles.
La cerámica de la cultura del Diquís es de tipo monocromo y bicromo. Tiene preferencia por
las piezas pequeñas con motivos antropomorfos y zoomorfos, principalmente en elementos de
uso doméstico (vasijas, instrumentos musicales). Se caracteriza por la belleza de las piezas,
con fuertes expresiones de movimiento y con estética plástica elaborada y estilizada.
105
A la cultura Diquís se le reconoce también por el trabajo fino, minucioso y delicado del
oro, de figuras zoomorfas y antropomorfas. Destacan los colgantes, brazaletes, tobilleras,
cintillos y pendientes, entre otras prendas áureas.
106
Diorama con una figura de tamaño real mostrando un guerrero con todos los
atuendos y ornamentos de oro exhibido en el Museo del Oro Precolombino, San
José, Costa Rica
107
Eran escasos los centros ceremoniales con esculturas monumentales, sin embargo,
existían columnas monolíticas; crearon asentamientos con montículos calzadas circulares
sobre cimientos de rocas, con plazas y calzadas de piedra, en las tierras altas
costarricenses; construyeron acueductos revestidos de piedra (asentamiento de
Guayabo, Turrialba); y utilizaban las losas como puentes, suelos y cierres de tumbas.
También, las losas de piedras, decoradas con dibujos tallados en el borde podrían servir
de féretros.
108
Maqueta de una interpretación del asentamiento urbano en Guayabo
Colombia
Para estudiar la cultura prehispánica de esta nación, los investigadores han dividido en
tres regiones arqueológicas:
109
Vista del área central de Buritaca o Ciudad Perdida
Los arqueólogos han descubierto unas 260 viviendas, así como 500 kilómetros
de calzadas empedradas, ya que era una intersección de las rutas comerciales,
desde Colombia a Centroamérica, Venezuela y Ecuador. Asimismo, fue un centro
significativo de minas de oro. No era de extrañar que los orfebres taironas
hicieran un trabajo de gran calidad. Trabajaban el oro y la tumbaga (aleación de
oro con cobre); expresaban la complejidad del conocimiento metalúrgico: la
fundición a la cera perdida, uso de moldes abiertos o cerrados, soldadura, dorado
y empleo mixto de técnicas como laminado, martillado y repujado. De la orfebrería
tairona, figuraban los colgantes (antropomorfos, zoomorfos y zoo-antropomorfos),
las narigueras y los pectorales, entre otros.
110
Colgante y Orejeras de tumbaga, tairona.
111
Pectoral de tumbaga. Arriba cuatro chamanes, tairona.
En las tierras bajas occidentales, floreció la cultura Sinú o Zenú, en los valles
homónimos y Magdalena. Los sinúes poseían una economía en la mezcla de la
agricultura, el forrajeo y los recursos provenientes de los ríos, el mar y las tierras
bajas tropicales. Los restos arqueológicos más relevantes de los sinúes son los
adornos de oro fundido y batido; la filigrana la conseguían mediante cera perdida.
112
Orfebrería sinú o zenú
Además de ser grandes orfebres, los sinúes fueron buenos ceramistas, así se
aprecia en el buen desarrollo de la técnica alfarera. Entre las formas más
abundantes de la cerámica sinú de esta zona figuran los idolillos; ollas con bases
anulares, adornadas con personajes sedentes; y las copas, cuya pata es una
figura de mujer o de hombre que, parada en un pedestal, sostiene en la cabeza el
tazón de la copa.
113
Madre e hijo en terracota. Olla de cerámica sinú
Cultura sinú o zenú. con base anular
Museo Walters. y figuras sentadas.
114
• Colombia Central: Esta región pertenece a los chibchas o muiscas, un pueblo
amerindio precolombino que moraban en los altiplanos de la cordillera Oriental
de Colombia (departamentos de Boyacá, Cundinamarca y parte de Santander),
pero esta cultura decayó en el siglo XVIII. También representa la familia
lingüística amerindia que se prolonga desde el Sur de Honduras hasta el Norte de
los Andes, incluyendo las mesetas colombianas y peruanas. La integran las
distintas lenguas, habladas en Panamá (guaimí), Oeste de Colombia (cuna y páez)
y Ecuador (cayapa).
Las características físicas de los indios de la Cultura Chibcha aún se conservan
casi intactas hoy en día. Su medida es mediana y robusta, cabello negro y lacio,
nariz corta y ancha, pequeños ojos, boca y dientes bastantes grandes con los
pómulos salientes.
115
y el pueblo. Eran politeístas, pero su principal deidad era Chimichagua, creador de
todo lo existente.
116
Idolillos de orfebrería chibcha
117
Cerámica antropomorfa Ofrendatorio cerámico chibcha
de la cultura chibcha
Los quimbayas era una etnia habitó este territorio selvático y montañoso desde el
año 500 a. C. hasta el 1600 d. C; la historia de la cultura quimbaya suele
estudiarse en base a dos períodos distintos:
118
Los quimbayas se caracterizaron por su gran interés en la fabricación de
grandes objetos, con patrones muy elaborados y finos acabados. Entre estas
creaciones sobresalen los recipientes de oro y tumbaga para el ritual de la coca,
las máscaras, las puntas de lanzas, los aretes con formas de lagartos o cocodrilos
y los yelmos (batidos, repujados, etc.). Muchas de estas exquisitas piezas,
acompañadas de objetos cerámicos, fueron descubiertas en varios sepulcros. La
data de estas obras de la metalurgia quimbaya es del 500 al 1540.
119
“Aviones en oro”, quimbaya. Tocado para la cabeza, quimbaya.
Pectoral, quimbaya
120
dibujos, le añadieron el colorido y por último, les dieron un pulimento que los hace
brillar como si estuvieran vidriados.
Ánforas, vasos triples, casos idénticos unidos en parejas, ocarinas, vasos silbantes
que producen al soplarlos un sonido musical, rodillos para estampar, volantes para
rueca, soportes en que colocar vasijas que tuvieran fondo esférico;
representaciones de rostros humanos, urnas funerarias; vasos naviformes, botijas,
vasos con asas en las cuales hay figuras antropomorfas; copas decoradas,
recipientes, escudillas, figuras de animales como el sapo, la salamandra, la danta,
el mico, en actitudes graciosas; alcarrazas de dos picos y un asa-puente de líneas
perfectas y de extraordinario acabado, son algunos de los elementos más
representativos de la cerámica Quimbaya.
Cerámica quimbaya
121
Otro de ejemplo de magníficos artífices de la orfebrería son los calimas, pueblo
amerindio asentado entre la Cordillera Occidental y las costas que dan al
Océano Pacífico. Se establecieron entre el 1600 a.C. y el siglo VI d.C; elaboraban
pendientes y alfileres adornados con personajes enmascarados. Estos alfileres se
hallaban con frecuencia en este tipo de arte. Otras piezas calimas eran talladas y
repujadas, tales como pinzas, colgantes, pectorales, diademas y narigueras.
122
Narigueras de oro de la cultura Calima
123
Pectoral ornamental Yotoco Calima Figura de Lagarto Calima
124
Finalmente, hay que resaltar las piezas áuricas del estilo Tolima, oriundas del
valle medio de Magdalena. Característico de la metalurgia tolima son los
pectorales aurígeros con motivos particulares, es decir, figuras abstractas de
brazos y piernas, angulosos y extendidos, e incluso con colas ahorquilladas.
“Aviones” de Tolima
125
Orfebrería tolima Pectoral Oro. 0-550 d.C.
Campohermoso, Ataco, Tolima
• Colombia Meridional: Las tierras del suroeste colombiano fueron habitadas por
poblaciones que cultivaban maíz y habitaban en viviendas de índole perecedera,
erigidas sobre terrazas en las pendientes de los valles. Uno de los yacimientos
arqueológicos más fantásticos es la zona de San Agustín, cercana al río
Magdalena, en una serie de valles y montañas exuberantes. Esta cultura se inició
a partir del siglo XXXIII a. C., en el siglo VII a. C.
126
Estatuas en un monumento Tumba policromada
culto indígena de San Agustín
en Colombia.
127
El Morro del Tulcán, que fue una pirámide truncada construida en la época
precolombina, aproximadamente entre los años 500 – 1600 d. C., perteneció al
período que se conoce como "de las sociedades cacicales tardías". Allí surgió la
orfebrería del valle alto del Cauca, la cual se caracteriza por un estilo llamado
Popayán, donde lo más destacado son los pendientes en forma de aves con sus
alas extendidas; dentro de la región de Nariño se ha encontrado colgantes,
discos (de motivos abstractos y rostros en relieve) y aretes, elaborados de oro.
Los herreros nariños y tumacos usaban platino, oro, cobre y plata; la orfebrería
de Tumaco es la más antigua y llega a remontarse al 325 a.C.
128
Venezuela
En el período tardío, los caribes de las Pequeñas Antillas (caribe significa caníbal)
amenazaban a los arahuacos isleños. Además, procedían del Noreste de Suramérica.
Practicaban el canibalismo y eran de naturaleza feroz; pensaban que el estado de
guerra constituía el fundamento primordial de la organización social; siempre estaban
batallando o se preparaban para el combate y las incursiones de castigo. El cacique era
un miembro destacado y una figura enérgica de la comunidad.
Los caribes empleaban tanto arcos y flechas como lanzas arrojadizas; alcanzaron
un progreso menor que los arahuacos; poseían una estructura social menos compleja; y
fabricaban imágenes religiosas de madera y tela; a través del canibalismo, los caribes tal
vez generaron migraciones, matrimonios mixtos (se casaban con indígenas de otras
poblaciones) y préstamos lingüísticos (intercambiaban o utilizaban las lenguas de otras
tribus), porque devoraban a los hombres y se quedaban con las mujeres.
129
remotos, como suceden con las civilizaciones prehispánicas de las sub-áreas
mesoamericanas y andinas.
Además de los caribes, existían los timoto-cuicas que constituían un grupo sedentario de
cultura avanzada, el cual irrumpió en la región andino-venezolana. Tenía afinidades con
los chibchas (no en vano, el macro-chibcha era un phylum lingüístico, que predominó en
Venezuela) y presentaba expresiones artísticas desarrolladas a lo largo de la cordillera.
La enorme cantidad de objetos, piezas cerámicas e ídolos ratifican la opulencia
arqueológica de la zona.
Los timoto-cuicas eran agricultores expertos. Erigieron andenes para cultivos, similares a
los de los incas. También realizaron muros para impedir la erosión, canales de
plantaciones y depósitos de agua, entre otras estructuras arquitectónicas. No hicieron
grandes monumentos de naturaleza religiosa, ya que su mayor interés se centraba en la
agricultura. Sus casas eras monofamiliares, de plantas cuadradas. Para proteger sus
moradas contra la humedad, las paredes eran fabricadas de piedra hasta la techumbre o
con base de piedras de un metro de altura para alzar las paredes y soportar el techo, el
cual era de paja. Las paredes eran de tapia o tierras apisonadas.
Es importante destacar otros tipos de arquitecturas indígenas que han perdurado, con
algunas modificaciones, hasta el presente. Una de ellas son los palafitos, viviendas
erigidas sobre pilotes (columnas), los cuales sitúan las casas por encima del agua. Aún
existen en el Estado Zulia y el Oriente (Bajo Orinoco), pero desaparecieron en el lago de
Valencia (Edo. Carabobo) durante la conquista.
A diferencia de los palafitos, existen las viviendas de los yaruro de los Llanos del Estado
Apure, grupo nómada que vivía de la caza y la pesca. Estas construcciones (trabajadas
quizás desde tiempos inmemoriales) eran de plantas circulares, pobremente techadas y
de índole efímera. Habitaba una sola familia por casa. Estas edificaciones se hacían para
las épocas de lluvia.
Según las tradiciones ancestrales, quizás, el grupo nómada de los guahibo erigen casas
de planta semicircular, con techo de tierra y para una familia grande. Mientras que los
piaroa, de un grado cultural mayor, fabrican las churuatas, viviendas de planta circular,
130
hechas de palmas y con un remate parecido a un pináculo (aguja) en la parte superior.
Además, son casas comunales.
Los panare construyen viviendas tipo comunal, de techo en tierra, forma cónica y con
un acceso proyectado hacia fuera. Caso diferente el de los motilones quienes hacen sus
moradas comunales, de techo en tierra y planta oblonga. Éstas suelen medir más de 50
metros de longitud y 15 metros de altura.
131
• Paleoindio (antes de 5050 a.C.)
• Período I (5050 a.C.-1050 a.C.)
• Período II (1050 a.C-350 a.C.)
• Período III (350 a.C.-1150 d.C.)
• Período IV (1150 d.C.-1500 d.C.)
• Período V (1500 d.C. en adelante)
• La serie tocuyanoide: Pertenece a los Períodos II y III (1000 a.C. -100 d.C.); y
está situada primordialmente en el área de los Estados Trujillo y Lara. Representa
uno de los estilos cerámicos más fantásticos por realización refinada y compleja.
Figuran los boles trípodes o tetrápodes, cuyas patas se prolongan por las panzas
hasta llegar casi al borde. Su decoración tiene dibujos de forma curva, elaborados
con pintura roja y/o negra sobre blanco, con una incisión de línea ancha.
132
• La serie dabajuroide: Corresponde a los períodos I-V (3000 a.C. -1500 d.C.). Se
le considera una de las más antiguas de América y está ubicada en el área de
Coro (Edo. Falcón), desde donde penetra hasta las áreas costaneras (la hoya del
Lago de Maracaibo y la costa del Caribe), e inclusive, a las Antillas. Sus formas
se caracterizan por ser muy tocuyanoides, pero tienen elementos propios de todas
las series. Además, tiene una decoración policroma o monocroma y dibujos
geométricos; de igual modo, muestra una ornamentación punteada. Algunas
piezas poseen engobe blanco. También, resaltan los majaderos rituales, labrados
en piedra verde y cuya parte superior termina en estructuras zoomórficas.
133
Olla con base reforzada para cocinar Bol o Vasija
con borde acintado. Serie Dabajuroide Serie Dabajuroide
600 a 1400 d.C. 600 a 1400 d.C.
134
• La serie barrancoide: Es de los Períodos II al IV (1000 a.C-1500 d.C.); se halla
en dos regiones. La primera corresponde al centro de Venezuela, asentada en la
costa del Estado Carabobo y los complejos de Palito, Taborda y La Cabrera; y la
segunda zona es de la ribera norte del Orinoco, hasta el caño Manamo, Estado
Monagas (Barrancas y Barranco). Destacan los boles con base anular y borde
plano-saliente con incisiones, provistos de patas modelado-incisas.
135
Cerámica Barrancoide
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• La serie valencioide: Pertenece a los períodos IV y V (1000 d.C-1500 d.C.) y se
sitúa cerca del lago de Valencia (Edo. Carabobo). Las vasijas muestran bases
planas o anulares y formas de botija globular. No presenta dibujos pintados, sino
decoraciones toscas de punteado, incisión y aplicación. Asimismo, los motivos
son de aspecto antropomorfo y zoomorfo; la efigie femenina (mejor conocidas
como Venus) denota equilibrio, proporción, esteatopigia y deformación del
cráneo.
Venus
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Otra manifestación artística de la Venezuela prehispánica son los petroglifos, grabados o
dibujos elaborados sobre rocas, pertenecientes a culturas sin escritura o ágrafas. Están
realizadas con las técnicas de abrasión y percusión. Tienen motivos abstractos,
zoomorfos, antropomorfos y fitomorfos.
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fabulosa expresión artística se han encontrado en los Estados Amazonas, Apure,
Aragua, Bolívar, Lara, Monagas y Zulia. Lamentablemente, existe una gran carencia de
información sobre la pintura rupestre nacional debido a las dificultades de acceso a los
yacimientos, los inconvenientes en el relevo arqueológico (no hay continuidad de su
estudio por parte de los expertos) y la falta de suficientes recursos económicos con el fin
de proseguir las indagaciones sobre este tema.
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Área amazónica
La figura del cacique amazónico se destacaba notablemente en cada aldea. Era una
figura reverenciada y sagrada, una especie de dios. Sin embargo, existían divinidades
vinculadas con los fenómenos naturales (el agua, la lluvia, el sol), el tiempo y las
actividades agrícolas. Deidades que se homenajeaban con cabezas trofeos,
ocasionalmente a modo de reducciones de testas y canibalismos;
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En la parte alta del Amazonas, floreció una cultura de selva tropical que tuvo con otras
civilizaciones. Cultura experta en el aprovechamiento de los recursos hidráulicos y la
agricultura, principalmente del cultivo de la mandioca amarga. Civilización productora de
piezas cerámicas de aspecto utilitario (rejillas, trípodes y tinas para fermentar la cerveza),
vinculadas con la preparación de la mandioca. Además de este tubérculo, proporcionado
por las plantas euforbiáceas, existían otros productos básicos tales como el ñame, el
arruruz, la jíquima, la xanthosoma, el cacahuete, las piñas, las nueces brasileñas, los
pimientos y las guindillas. Tampoco podían faltar las palmas para realizar diversos objetos
(esteras, techos, etc.), los árboles frutales, el tabaco, la achira (para las tintas), el algodón
y la calabaza vinatera.
Finalmente, la cultura del alto Amazonas no logró grandes niveles de otros pueblos del
Oeste, sin embargo, pero muchas de sus nociones y motivaciones son similares a las de
otras civilizaciones, aunque surgidas de las selvas.
En el período prehispánico, Ecuador estaba habitado por distintas tribus indígenas que no
pudieron construir un estado unificado. Entre ellas sobresalían los puruhá, quienes vivían
en la actual provincia de Chimborazo, y los quitu en la región de la capital. Estos últimos
fueron sometidos por los cara, quienes fundaron un reino de Quito, invadido a fines del
siglo XV por los incas, mediante la figura de Huayna Cápac, hijo real de Túpac Inca
Yupanqui.
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Durante 1526, el reino incaico de Quito estableció el centro de herencia de Atahualpa.
En ese mismo año, se realizaban las primeras exploraciones españolas de la costa
ecuatoriana. Siete años más tarde, el conquistador Sebastián de Belalcázar o Benalcázar
dominó la ciudad indígena de Quito, donde instauró la capital colonial.
Por otro lado, Ecuador presenta triunfos notoriamente tempranos en muchos sectores
culturales. Por ejemplo, Las Vegas es una cultura, perteneciente a la península de Santa
Elena, se desarrolla entre el 10000 y 6600 a.C.; y el yacimiento de El Inga (en las tierras
altas y Quito) se data hacia el 9000-8000 a.C.
El territorio ecuatoriano creó algunas de las cerámicas, textiles y orfebrerías más antiguas
de América. No en vano, el uso de moldes de cerámica es más antiguo allí que en
cualquier otra región. Asimismo, Ecuador es literalmente una intersección para las
corrientes oceánicas tanto del Norte como del Sur, y para los valles montañosos del
Norte y del Este. Pero, igualmente, es una encrucijada artístico-cultural de las regiones
arqueológicas septentrionales ecuatorianas con los yacimientos arqueológicos
meridionales colombianos. Este cruce artístico se lograba mediante una calzada a lo largo
de la costa pacífica. En este sentido, no es de extrañar que la cerámica ecuatoriana tenga
formas, colores y diseños similares a las de regiones colombianas. Por ejemplo, la cultura
carchi de Ecuador tiene una cerámica parecida a la de la cultura nariño, en particular las
vasijas con pedestal y las figuras que mascan coca, sentadas en banquillos. Otra
muestra es la metalurgia ecuatoriana, en especial la de La Tolita, presenta rasgos muy
parecidos a la fundición septentrional del Perú. Las máscaras áuricas con pendientes y
narigueras de la cultura Tolita son un testimonio tangible de las semejanzas formales con
la alfarería peruana del Norte.
Otro aspecto relevante de esta intersección artística está basado en los vínculos entre
Ecuador y Mesoamérica. En ambas zonas hay artefactos y caracteres muy parecidos: las
clases de vestimentas, las sepulturas de pozo, los campos elevados, las hachas de cobre
y las vasijas en forma de zapato.
A través del comercio, especialmente del Spondylus (un molusco bivalvo, de las costas
ecuatorianas, muy solicitado), Ecuador logró establecer vínculos con la cerámica y la
cultura Chavín, ya que esa almeja aparece como un diseño constante en las mismas.
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Situación semejante sucede con el arte chimú, respecto a ese molusco bivalvo. Este
último se le representa entre seres sobrenaturales, pertenecientes a las expresiones
artísticas chimor.
Ecuador presenta yacimientos precerámicos donde figuran restos de los postes de casas
con techo de paja. También, existen algunos indicios sobre la agricultura, sustentada en
el cultivo del maíz, y las calabazas vinateras antes del 6600 a.C.
Para el período de desarrollo regional (500 a.C.-500 d.C.), surgen diferentes estilos
locales por la costa, las sierras y la región amazónica. Muy importantes son las culturas
costeras (de Norte a Sur) de La Tolita, Jama-Coaque, Bahía, Guangala, Guayaquil y
Jambeli. De estas culturas, las más septentrionales desarrollan la metalurgia empleando
el oro, el platino y el cobre. Asimismo, prosperan nuevas formas de cerámica como los
vasos multípodos, las vasijas con pedestal con sonajeros y restos de cráneos.
La fase Bahía, situada desde la isla de La Plata al norte hasta la Bahía de Caráquez,
logró un gran progreso sociopolítico. No en vano, se han descubierto montículos con
plataformas rectangulares, a veces recubiertas de piedras sin tallar y poseían rampas o
escalinatas. Caso distinto la isla de Plata que era un sitio de peregrinaje, donde no
existen evidencias de estructuras arquitectónicas civiles. De igual modo, Jama-Coaque y
La Tolita obtuvieron grandes niveles de progreso.
Con el período de integración (500-1535 d.C.), surgieron las fases de Manteño y Milagro-
Quevedo en el Ecuador oriental, abarcando regiones más vastas de las que habían
logrado los estilos preliminares. La cultura de Manteño o Manteño-Huancavilca sometió
la región central desde la costa hasta el río Guayas. Era una sociedad agrícola y de
marinos, experta en el cultivo de maíz, mandioca dulce, frijoles, patatas, pimientos y otros
frutos; criaba conejillos de Indias y patos. También, navegaba en gigantescas barcazas
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con velas de algodón. La cultura de Manteño utilizaba piedras tanto para las estructuras
arquitectónicas como para las esculturas, y hacía finos artefactos de oro, plata y cobre.
En las tierras altas, los estilos tardíos se mezclaron con los abundantes restos de la
invasión inca, que comenzó hacia 1463. Muchos objetos, descubiertos en Ecuador,
forman el bastión más septentrional del imperio incaico, los cuales muestran formas y
diseños peruanos, aunque transformados por tradiciones locales. Los incas nunca
lograron integrar la costa ecuatoriana a su imperio. Por este motivo, no existían artefactos
de estilo incaico en Ecuador.
El territorio ecuatoriano no poseía una arquitectura extraordinaria, anterior a los incas. Sin
embargo, hay indicios de movimientos de tierras y de estructuras o recubrimientos de
piedra, generalmente sobre colinas o cimas de montañas, cerca de asentamientos
aldeanos. Estas labores indican un cambio del ambiente por motivos cosmológicos.
Durante el contacto virulento con los conquistadores españoles, existían informes de los
invasores hispánicos sobre ritos de solsticio, y los alineamientos de algunas edificaciones
señalaban que anteriormente se daban a conocer nociones de la misma clase. Los
primeros cronistas españoles, como Cieza de León, apreciaban que el pueblo de la
costa ecuatoriana adoraba los sacrificios y los rituales. Hay constancias escritas sobre la
adoración de los ecuatorianos al cielo, los volcanes y las montañas. A similitud de sus
vecinos peruanos, los ecuatorianos prehispánicos poseían un sentimiento de huaca o
sacralidad de aspectos de la naturaleza, y acorde con este huaca modificaron su hábitat.
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REFERENCIAS
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