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Garcilazo de La Vega
Garcilazo de La Vega
- CARACTERÍSTICAS
·Lenguaje poético.Su ideal consistió en lograr transparencia y claridad en las experiones y en huir
de la afectacion rebuscada.
Los temas que predominan en la poesía de Garcilaso son el amor, la naturaleza y la mitología.
El tema constante de su poesía es el AMOR. Antes de muerta, cantará a Isabel Freire en versos
apasionados y con un tono de desengaño; después de muerta, en versos profundos, sentidos y
llenos de equilibrio y madurez, de dolor contenido y sosegado. Es una poesía plenamente
renacentista en la que el equilibrio aparece siempre como nota fundamental. Como hombre de
su tiempo, muestra una concepción del amor neoplatónica y con huellas de la tradición
petrarquista. Indiferencia de la dama y dolor del amante, oscilación entre la esperanza y la
desesperanza. Todo aparece en la poesía de Garcilaso, que transmite una sensación de
sinceridad que se ha relacionado con el carácter autobiográfico que tienen los poemas del
toledano (aunque era propio de la época la intención de que la poesía transparentara siempre la
idea de verdad). En Garcilaso se combinan ambas cosas: la retórica literaria y sus sentimientos
personales.
El tema de la MITOLOGÍA es uno de los temas más importantes de este período, donde se trata
de imitar a los clásicos grecolatinos; renacen los mitos paganos por influencia de Las
metamorfosis de Ovidio. La mitología cumple una función estética en la poesía de Garcilaso. El
poeta emplea muchos de estos mitos para expresar sus propios sentimientos: Orfeo y Eurídice,
Venus y Adonis, Dafne y Apolo…
Comenzamos por esta égloga porque se cree que cronológicamente fue la primera que se
escribió. Fue empezada hacia 1533. Es la más extensa composición de Garcilaso y la más
ambiciosa y compleja. Está compuesta por 1885 versos, distribuidos en tercetos y estancias (879
tercetos y 104 estancias).En ella se yuxtaponen una pastoral dialogada y un relato panegírico.
Estructura: Tiene tres partes: una acción dramática y dos extensas narraciones. Las escenas de
mayor dramatismo están colocadas en el centro del poema.
Resumen: Trata de los infortunios sentimentales del pastor Albanio, que encarna la psicología del
amor cortés. Se ha identificado a este pastor con la figura del duque D. Fernando y, por lo tanto,
la égloga se referiría a los amores del duque con su mujer doña María Enríquez. Otros críticos
sostienen que en Albanio, Garcilaso se ha representado a sí mismo. En ninguno de los dos casos
parecen aceptables estas teorías, ya que la figura del protagonista se va degradando poco a
poco.Hay alusiones en la égloga a personajes mitológico, como Orfeo, Eco, las Parcas, etc.,
personajes a los que se dirige el poeta cuando va a contar algo.
Esta obra presenta su originalidad en su movilidad dramática. Nada de esto aparece en las
églogas posteriores, puramente líricas. Esta égloga, pues, se podría representar. (En El Quijote
hay un momento decisivo en el que los personajes se dirigen a la residencia de los Duques y
encuentran a un grupo de mancebos y doncellas que representaban églogas de Garcilaso). Esta
obra también es original por su interpretación del amor, donde no se presenta una pasión
resignada, sino un terrible y fiero desear, un fuego eterno que atormenta el alma y que termina
con la locura del protagonista (probablemente esto refleja una situación anímica por la que él
mismo había atravesado) y por el sentimiento de la naturaleza, que aparece en simbiosis
afectiva con el individuo. El enamorado necesita la soledad. Los únicos testigos del amor
desgarrado del poeta que él desea son los árboles y los elementos naturales. El drama humano
tiene como escenario un paisaje lleno de color y sonido.
En cuanto al panegírico dedicado al duque de Alba, es una de las raras veces que Garcilaso
aborda el tema heroico.
En definitiva, podemos decir que esta égloga presenta ya las características esenciales de lo que
será la poesía de Garcilaso, pero carece de la emoción de otras obras del mismo autor, como por
ejemplo, la Égloga I.
Ocupa en la obra de Garcilaso una posición central, pero presenta las características esenciales
que van a tener posteriormente las otras obras del poeta: creación sabia, llena de reminicencias
cultas y con un exquisito sentido de la plasticidad (a veces parece que el poeta se ha inspirado en
representaciones plásticas de pintura). En esta égloga hay bucolismo, parte dramática (comedia
y tragedia) y poema heroico. Presenta el desconcierto del pastor Albanio, presa de un amor
desordenado y el desvarío como un mal que necesita enmienda, en contraposición con la figura
heroica del joven duque de Alba al que le dedica la égloga por haber sido su protector cuando
cayó en desgracia con el emperador Carlos V y fue temporalmente desterrado a una isla del
Danubio.
B)- ÉGLOGA I:
Fue escrita en Nápoles hacia 1534-35 y está dedicada a don Pedro de Toledo, virrey de Nápoles,
que fue protector del poeta.Consta de 421 versos, distribuidos en 30 estancias. Sus temas
centrales son el canto del desengaño y de la muerte.El patetismo y la vehemencia hacen de esta
égloga una de las obras más conmovedoras de Garcilaso.
Estructura: Tiene dos partes principales. Después de la dedicatoria, hay un desdoblamiento del
poeta en dos personajes: el pastor Salicio se lamenta de la inconstancia de Galatea, que lo ha
abandonado por otro. A continuación, el pastor Nemoroso llora la muerte de Elisa, su amada. (La
lamentación de Nemoroso representa la mejor compenetración de Garcilaso con la poesía
petrarquista).Ambos pastores, Salicio y Nemoroso, representan a Garcilaso en dos diferentes
momentos de su pasión amorosa por Isabel Freire.En este poema, naturaleza y sentimiento
individual van al unísono, pues con el dolor de ambos pastores se altera el curso armonioso de la
naturaleza (simbiosis naturaleza e individuo).La égloga termina con un sentimiento de tranquila
resignación. El poeta ha aprendido a sufrir, a analizar su propio dolor y a declararlo en una
expresión literaria donde lo objetivo y lo subjetivo se equilibran con rara armonía.Una bella
descripción del atardecer, con influencias de Sannazaro y Virgilio pone fin a la égloga. La Égloga I
marca la cima de la poesía garcilasiana, pues en ninguna otra obra ha llegado el poeta a tan
perfecta unión de sentimiento y forma.
Escrita en 1536. Consta de 376 versos, distribuidos en 47 estancias. Está dedicada a doña María
Osorio, esposa de don Pedro de Toledo.En la paz absoluta del paisaje aparecen cuatro ninfas que
emergen del río Tajo y que bordan historias de amor y muerte. Tres de ellas tejen tapices con
motivos mitológicos y la cuarta una historia contemporánea.
Aunque en las cuatro escenas aparece el dolor, la poesía no está dominada por este sentimiento.
Hay un distanciamiento, logrado por las escenas mitológicas, y la muerte de Elisa es vista por
Garcilaso en perspectiva. El dolor que causa su muerte a Nemoroso pertenece al pasado.
Aquí se ve cómo en Garcilaso la poesía ha llegado a ser un medio para escapar de la realidad.
Todo está situado en la lejanía y envuelto en un halo poético. El sentimiento personal no tiene ya
la intensidad que en la Égloga I y puede encerrarse en moldes más convencionales.
El tema principal de la Égloga III, pues, es el sufrimiento que causa en los amantes la muerte de
la persona amada. Y en el caso concreto de la historia de Garcilaso (historia de Nemoroso y
Elisa), la pena del poeta, su aceptación después del tiempo y su liberación.
Mito de Orfeo y Eurídice: -> El Estrimón es un río de Tracia, en cuyas orillas un errante Orfeo se
lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Orfeo era poeta y músico. Su voz
embelesaba a hombres y dioses. Todas las ninfas lo admiraban y deseaban tenerlo como esposo.
Pero Orfeo prefirió entre todas a la ninfa Eurídice, de quien se enamoró perdidamente y con la
que se casó. Pero poco después, Eurídice fue herida de muerte en el talón por una serpiente.
Orfeo, el de Tracia, fue capaz de descender a los infiernos para implorar a Plutón que le
devolviera a su amada. Su lamento fue tan dulce y enternecedor que el dios le concedió
recuperar a la ninfa bajo la condición de que no volviera la cabeza para mirarla hasta que hubiera
rebasado los confines del reino de los muertos. Pero Orfeo, vencido por la impaciencia de su
pasión, incumple su promesa y la mira. Ella le tiende los brazos, él quiere abrazarla, pero ya sólo
puede escuchar un largo suspiro y un adiós eterno. La perdió en el último momento. En la
égloga, Garcilaso presenta por medio de la ninfa Filódoce el amor trágico de Orfeo y Eurídice.
Mito de Dafne y Apolo: (Se explica en el Soneto XIII, que trata el mismo tema)
LA ELEGÍA I
Escrita entre 1534- 1536, antes de la Égloga III. Es la obra más ambiciosa después de las Églogas.
Garcilaso quiere ofrecer un nuevo testimonio de afecto al duque de Alba. Va dirigida al duque
como consuelo por la muerte de su hermano.En la Elegía, Garcilaso hace consideraciones sobre
la fortaleza de ánimo, la fama y la inmortalidad.Partiendo de la descripción de dolor, la Elegía I
invita a superarlo elevándose hasta la grandeza del alma imperturbable.Tuvo gran éxito en la
época, pues no sólo exaltaba el sentimiento de la fama, típicamente renacentista, sino que
fundía la idea cristiana de la bienaventuranza con la idea platónica de la serena beatitud.
5 SONETOS Y CANCIONES
SONETO X:“¡Oh dulces prendas por mí mal halladas…! Se refiere a la muerte de doña Isabel.
SONETO XI: “Hermosas ninfas que en el río metidas…” Nos ofrece el maravilloso espectáculo de
unas ninfas bajo el río.
SONETO XIII: “A Dafne ya los brazos le crecían”. Su origen está en Ovidio. (Dafne, perseguida por
Apolo, solicitó la ayuda de los dioses, que la convirtieron en laurel.)
SONETO XXIII: “En tanto que de rosa y azucena”.La alegría vital del Renacimiento se manifiesta
en él. Por primera vez, los versos del poeta carecen de melancolía. Resucita el tema del “carpe
diem”, con influencias clásicas de Tasso y de Horacio.Tres rasgos imprecisos dejan esfumada la
juvenil imagen femenina: color de azucena y rosa, cuello blanco y elevado; en torno a él, la
cabellera suelta. Invita a gozar de la juventud.
SONETO XXIX: “Pasando el mar Leandro el animoso” El que se refiere al mito de Hero y Leandro.
Si pudiéramos expresar el estilo de Garcilaso con una serie de notas características, destacarían,
entre otras, las siguientes: musicalidad, elegancia, nitidez, luminosidad, mesura, naturalidad,
selección, precisión, propiedad en el idioma y armonía.
Todas estas notas se comprueban si comparamos las obras del poeta español con aquellas a las
que imita. Podemos decir que Garcilaso no copia, sino que selecciona, reelabora, busca lo
esencial y busca nuevas creaciones de tópicos ya muy usados.
El genial poeta toledano encarna los ideales de refinamiento y elegancia que caracterizan el
Renacimiento. En una carta a su amigo Boscán le declara que huye de la afectación en el
lenguaje, que su ideal es la naturalidad expresiva y el buen gusto. Y para ello utilizará el lenguaje
normal que emplean los cortesanos educados, pero sin afectación. Se puede decir que Garcilaso,
con su genial instinto, supo elegir lo esencial y permanente del idioma, lo que no cambia.
El lenguaje poético de Garcilaso sirvió de modelo a toda la poesía española del Siglo de Oro.
Precisamente la claridad de su poesía hizo que los enemigos del culteranismo exaltaran al poeta
toledano como modelo frente a la oscuridad de los poetas cultos.
Por los años en que él escribe, el idioma español está experimentando profundos cambios, no
sólo fonéticos, sino también en su morfología y en su vocabulario. En el uso, pugnan formas que
provienen de la Edad Media con otras consideradas preferibles por los jóvenes y los doctos, que
son las que han prevalecido. Garcilaso, con seguro instinto idiomático, adoptó éstas últimas, de
tal modo que apenas un cinco por ciento de su vocabulario no podría emplearse hoy. Ello hace
que podamos considerarlo como nuestro primer clásico y nuestro primer poeta moderno, tanto
por la fuerza del lirismo que imprimió a la poesía española, como por su lenguaje. Los lectores
de los siglos siguientes hemos podido leerlo siempre como actual. La suave musicalidad de sus
versos armoniza maravillosamente con la ternura de sus sentimientos y con la plácida belleza de
sus paisajes.
SONETO X: “¡Oh dulces prendas por mí mal halladas…!
Este soneto está basado en el mito del dios Apolo y la ninfa Dafne, hija del río Peneo: El dios
Amor, hijo de Venus, se sintió desafiado por Apolo y sacó de su carcaj dos flechas, una de las
cuales terminaba en una punta de oro e infundía el amor, y la otra tenía la punta de plomo e
inspiraba el odio. Cupido dirigió la primera contra Apolo y disparó la segunda a Dafne.
Inmediatamente, el dios sintió una violenta pasión por la hermosa ninfa, y ella, sintiendo odio
por él, lejos de corresponder a sus ternuras, huyó rápidamente y se ocultó a su mirada. Apolo
corre tras ella, a través de la pradera por donde pasa el río, y está a punto de alcanzar a Dafne.
Ésta, rendida por el cansancio, implora ayuda a su padre Peneo, que la transforma en laurel.
Apolo sólo pudo estrechar entre sus brazos un tronco inanimado.
A partir de entonces, este árbol hizo las delicias de Apolo: no podía separarse de él, lo adoptó
como símbolo, arrancó de su tronco algunas ramas y con ellas se hizo una corona, queriendo así,
que en los siglos venideros el laurel fuese la recompensa por la que suspirasen los poetas, los
artistas y los guerreros.
Este soneto está basado en el mito de Hero y Leandro: Leandro amaba apasionadamente a la
hermosa Hero, joven sacerdotisa. Ambos vivían en dos poblaciones levantadas en el estrecho del
Helesponto, en la costa del mar y frente la una a la otra. Todas las tardes Leandro atravesaba a
nado el estrecho para correr al lado de Hero, que, por su parte, y para guiar la ruta del valeroso
joven, encendía una lámpara en lo más alto de la torre en que moraba. Estos viajes duraron todo
un verano sin tener que lamentar ningún accidente, pero al llegar el otoño la mar se embraveció
y el trayecto se hizo peligroso. Leandro, retenido por las amenazadoras olas, fue retrasando el
viaje durante siete días, pero al octavo no pudo resistir el deseo de ver a su amada Hero y
partió. Se agitaba el vendaval y el cielo se había oscurecido. Leandro luchó contra las impetuosas
olas, pero sus fuerzas se agotaron y no pudiendo sostenerse más a flote, desapareció en el
abismo.Pocos días después las olas arrastraban su cadáver hasta el pie de la misma torre en la
que estaba Hero, esperando atormentada por negros presentimientos. Al ver el cuerpo
inanimado de su amado, no pudo contener su inmensa desesperación y se dio muerte. (Esta
aventura ha sido tema de inspiración de muchos artistas y poetas, como nuestro Garcilaso).