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2.- SU OBRA.

- CARACTERÍSTICAS

·influencia latina y renacentista en temas y en formas.Autores como Virgilio,Ovidio,Petrarca o


Sannazaro influyen poderosamente en sus versos.

·Lenguaje poético.Su ideal consistió en lograr transparencia y claridad en las experiones y en huir
de la afectacion rebuscada.

·Tópicos.En sus églogas y en otras composiciones,Garcilaso acuda con frecuencia a tópicos o


lugares comunes,como,por ejemplo:-el locus amoenus,paisaje mitico,bello y estilizado;la bellza
femenina, que corresponde siempre a una cara blanca y sonrosada,piel blanca,ojos azules,largo
cuello y cabello rubio;la idealizacion del tosco y rudo pastor de la realidad;el carpe diem,alude a
la fugacidad de la vida e invita a disfruar mientras se pueda.

3.- TEMAS CENTRALES DE LA POESÍA DE GARCILASO

Los temas que predominan en la poesía de Garcilaso son el amor, la naturaleza y la mitología.

El tema constante de su poesía es el AMOR. Antes de muerta, cantará a Isabel Freire en versos
apasionados y con un tono de desengaño; después de muerta, en versos profundos, sentidos y
llenos de equilibrio y madurez, de dolor contenido y sosegado. Es una poesía plenamente
renacentista en la que el equilibrio aparece siempre como nota fundamental. Como hombre de
su tiempo, muestra una concepción del amor neoplatónica y con huellas de la tradición
petrarquista. Indiferencia de la dama y dolor del amante, oscilación entre la esperanza y la
desesperanza. Todo aparece en la poesía de Garcilaso, que transmite una sensación de
sinceridad que se ha relacionado con el carácter autobiográfico que tienen los poemas del
toledano (aunque era propio de la época la intención de que la poesía transparentara siempre la
idea de verdad). En Garcilaso se combinan ambas cosas: la retórica literaria y sus sentimientos
personales.

En el tema de la NATURALEZA, recibe el influjo de la tradición bucólica grecolatina a través de


Sannazaro. Se trata de una naturaleza que pretende dar impresión de armonía y serenidad.
Aunque Garcilaso fue durante toda su vida un hombre entregado a las armas, su espíritu no era
el de un guerrero. Así, Garcilaso en sus poemas expresa su nostalgia por la vida de la Naturaleza
y su íntima y profunda necesidad de paz y reposo. Y se comunica con la Naturaleza. Y ésta hará
suyo el dolor del poeta, y sus últimos confidentes serán las aguas, las fuentes y los ríos. Esta
comunicación con la naturaleza representa para el poeta no un goce espiritual, sino sensorial: la
contemplación de un paisaje terreno y terrestre. Se dan fuertes contrastes entre la luz, símbolo
de armonía, paz y reposo y la sombra, que simboliza el mal y el dolor. En la Naturaliza los
pastores expresan los sentimientos de Garcilaso.

El tema de la MITOLOGÍA es uno de los temas más importantes de este período, donde se trata
de imitar a los clásicos grecolatinos; renacen los mitos paganos por influencia de Las
metamorfosis de Ovidio. La mitología cumple una función estética en la poesía de Garcilaso. El
poeta emplea muchos de estos mitos para expresar sus propios sentimientos: Orfeo y Eurídice,
Venus y Adonis, Dafne y Apolo…

4.- LAS ÉGLOGAS DE GARCILASO

Constituyen lo mejor de la obra garcilasiana. En ellas logra condensar toda la riqueza de su


mundo poético y en ellas culmina el clímax de su literatura.(Hay que recordar que la égloga es
una composición poética bucólica en la que varios pastores dialogan sobre temas generalmente
amorosos).Además, la poesía de Garcilaso contiene los tópicos de origen clásico: beatus ille, ubi
sunt?, aurea mediocritas, carpe diem, collige virgo rosas…

A)- ÉGLOGA II:

Comenzamos por esta égloga porque se cree que cronológicamente fue la primera que se
escribió. Fue empezada hacia 1533. Es la más extensa composición de Garcilaso y la más
ambiciosa y compleja. Está compuesta por 1885 versos, distribuidos en tercetos y estancias (879
tercetos y 104 estancias).En ella se yuxtaponen una pastoral dialogada y un relato panegírico.

Estructura: Tiene tres partes: una acción dramática y dos extensas narraciones. Las escenas de
mayor dramatismo están colocadas en el centro del poema.
Resumen: Trata de los infortunios sentimentales del pastor Albanio, que encarna la psicología del
amor cortés. Se ha identificado a este pastor con la figura del duque D. Fernando y, por lo tanto,
la égloga se referiría a los amores del duque con su mujer doña María Enríquez. Otros críticos
sostienen que en Albanio, Garcilaso se ha representado a sí mismo. En ninguno de los dos casos
parecen aceptables estas teorías, ya que la figura del protagonista se va degradando poco a
poco.Hay alusiones en la égloga a personajes mitológico, como Orfeo, Eco, las Parcas, etc.,
personajes a los que se dirige el poeta cuando va a contar algo.

Esta obra presenta su originalidad en su movilidad dramática. Nada de esto aparece en las
églogas posteriores, puramente líricas. Esta égloga, pues, se podría representar. (En El Quijote
hay un momento decisivo en el que los personajes se dirigen a la residencia de los Duques y
encuentran a un grupo de mancebos y doncellas que representaban églogas de Garcilaso). Esta
obra también es original por su interpretación del amor, donde no se presenta una pasión
resignada, sino un terrible y fiero desear, un fuego eterno que atormenta el alma y que termina
con la locura del protagonista (probablemente esto refleja una situación anímica por la que él
mismo había atravesado) y por el sentimiento de la naturaleza, que aparece en simbiosis
afectiva con el individuo. El enamorado necesita la soledad. Los únicos testigos del amor
desgarrado del poeta que él desea son los árboles y los elementos naturales. El drama humano
tiene como escenario un paisaje lleno de color y sonido.

En cuanto al panegírico dedicado al duque de Alba, es una de las raras veces que Garcilaso
aborda el tema heroico.

En definitiva, podemos decir que esta égloga presenta ya las características esenciales de lo que
será la poesía de Garcilaso, pero carece de la emoción de otras obras del mismo autor, como por
ejemplo, la Égloga I.

Ocupa en la obra de Garcilaso una posición central, pero presenta las características esenciales
que van a tener posteriormente las otras obras del poeta: creación sabia, llena de reminicencias
cultas y con un exquisito sentido de la plasticidad (a veces parece que el poeta se ha inspirado en
representaciones plásticas de pintura). En esta égloga hay bucolismo, parte dramática (comedia
y tragedia) y poema heroico. Presenta el desconcierto del pastor Albanio, presa de un amor
desordenado y el desvarío como un mal que necesita enmienda, en contraposición con la figura
heroica del joven duque de Alba al que le dedica la égloga por haber sido su protector cuando
cayó en desgracia con el emperador Carlos V y fue temporalmente desterrado a una isla del
Danubio.
B)- ÉGLOGA I:

Fue escrita en Nápoles hacia 1534-35 y está dedicada a don Pedro de Toledo, virrey de Nápoles,
que fue protector del poeta.Consta de 421 versos, distribuidos en 30 estancias. Sus temas
centrales son el canto del desengaño y de la muerte.El patetismo y la vehemencia hacen de esta
égloga una de las obras más conmovedoras de Garcilaso.

Estructura: Tiene dos partes principales. Después de la dedicatoria, hay un desdoblamiento del
poeta en dos personajes: el pastor Salicio se lamenta de la inconstancia de Galatea, que lo ha
abandonado por otro. A continuación, el pastor Nemoroso llora la muerte de Elisa, su amada. (La
lamentación de Nemoroso representa la mejor compenetración de Garcilaso con la poesía
petrarquista).Ambos pastores, Salicio y Nemoroso, representan a Garcilaso en dos diferentes
momentos de su pasión amorosa por Isabel Freire.En este poema, naturaleza y sentimiento
individual van al unísono, pues con el dolor de ambos pastores se altera el curso armonioso de la
naturaleza (simbiosis naturaleza e individuo).La égloga termina con un sentimiento de tranquila
resignación. El poeta ha aprendido a sufrir, a analizar su propio dolor y a declararlo en una
expresión literaria donde lo objetivo y lo subjetivo se equilibran con rara armonía.Una bella
descripción del atardecer, con influencias de Sannazaro y Virgilio pone fin a la égloga. La Égloga I
marca la cima de la poesía garcilasiana, pues en ninguna otra obra ha llegado el poeta a tan
perfecta unión de sentimiento y forma.

C)- ÉGLOGA III:

Escrita en 1536. Consta de 376 versos, distribuidos en 47 estancias. Está dedicada a doña María
Osorio, esposa de don Pedro de Toledo.En la paz absoluta del paisaje aparecen cuatro ninfas que
emergen del río Tajo y que bordan historias de amor y muerte. Tres de ellas tejen tapices con
motivos mitológicos y la cuarta una historia contemporánea.

Filódoce: teje la historia de Orfeo y Eurídice.Dinámene: teje la historia de Dafne y


Apolo.Clímene: teje la historia de Venus y Adonis.Nice: teje la historia de Nemoroso y Elisa. Esta
última historia se refiere a la muerte de Elisa y la pena de Nemoroso.
Estas cuatro ninfas ocultan tras sus nombres a las hijas del virrey de Nápoles, mientras que Elisa
sigue siendo el recuerdo obsesivo de Isabel Freire.

Aunque en las cuatro escenas aparece el dolor, la poesía no está dominada por este sentimiento.
Hay un distanciamiento, logrado por las escenas mitológicas, y la muerte de Elisa es vista por
Garcilaso en perspectiva. El dolor que causa su muerte a Nemoroso pertenece al pasado.

Aquí se ve cómo en Garcilaso la poesía ha llegado a ser un medio para escapar de la realidad.
Todo está situado en la lejanía y envuelto en un halo poético. El sentimiento personal no tiene ya
la intensidad que en la Égloga I y puede encerrarse en moldes más convencionales.

El tema principal de la Égloga III, pues, es el sufrimiento que causa en los amantes la muerte de
la persona amada. Y en el caso concreto de la historia de Garcilaso (historia de Nemoroso y
Elisa), la pena del poeta, su aceptación después del tiempo y su liberación.

Mito de Orfeo y Eurídice: -> El Estrimón es un río de Tracia, en cuyas orillas un errante Orfeo se
lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Orfeo era poeta y músico. Su voz
embelesaba a hombres y dioses. Todas las ninfas lo admiraban y deseaban tenerlo como esposo.
Pero Orfeo prefirió entre todas a la ninfa Eurídice, de quien se enamoró perdidamente y con la
que se casó. Pero poco después, Eurídice fue herida de muerte en el talón por una serpiente.
Orfeo, el de Tracia, fue capaz de descender a los infiernos para implorar a Plutón que le
devolviera a su amada. Su lamento fue tan dulce y enternecedor que el dios le concedió
recuperar a la ninfa bajo la condición de que no volviera la cabeza para mirarla hasta que hubiera
rebasado los confines del reino de los muertos. Pero Orfeo, vencido por la impaciencia de su
pasión, incumple su promesa y la mira. Ella le tiende los brazos, él quiere abrazarla, pero ya sólo
puede escuchar un largo suspiro y un adiós eterno. La perdió en el último momento. En la
égloga, Garcilaso presenta por medio de la ninfa Filódoce el amor trágico de Orfeo y Eurídice.

Mito de Dafne y Apolo: (Se explica en el Soneto XIII, que trata el mismo tema)

Mito de Venus y Adonis:: En la historia de Clímene, Garcilaso desarrolla el mito de Venus y


Adonis.-> Adonis era un apuesto cazador. Venus lo amaba y le daba consejos para que tuviese
cuidado en las cacerías de no ser devorado por las fieras. En una jornada de caza, Adonis hirió a
un jabalí, que se revolvió y lo mató. Venus acudió en su ayuda cuando ya era demasiado tarde.
Entonces, la diosa regó su sangre con néctar y la convirtió en una flor, la anémona. Pero Venus,
incapaz de soportar el dolor por la pérdida de su amado, suplicó a Júpiter, rey de los dioses, que
Adonis volviese a la vida. La ley del destino se opuso a ello y sólo le fue concedido que cada año
viviese seis meses en la tierra y el resto en los infiernos. Para honrar su memoria se construyeron
templos, se lo elevó a la categoría de los dioses y en su honor se instituyeron las adonías, fiestas
que se celebraban durante ocho días: los cuatro primeros dedicados a ceremonias fúnebres y los
otros cuatro a desbordantes alegrías, para conmemorar así la muerte y la apoteosis del favorito
de Venus. Garcilaso refleja aquí el mito centrándose en el dolor de Venus y sin aludir a la
posterior metamorfosis de la sangre de Adonis.

LA ELEGÍA I

Escrita entre 1534- 1536, antes de la Égloga III. Es la obra más ambiciosa después de las Églogas.
Garcilaso quiere ofrecer un nuevo testimonio de afecto al duque de Alba. Va dirigida al duque
como consuelo por la muerte de su hermano.En la Elegía, Garcilaso hace consideraciones sobre
la fortaleza de ánimo, la fama y la inmortalidad.Partiendo de la descripción de dolor, la Elegía I
invita a superarlo elevándose hasta la grandeza del alma imperturbable.Tuvo gran éxito en la
época, pues no sólo exaltaba el sentimiento de la fama, típicamente renacentista, sino que
fundía la idea cristiana de la bienaventuranza con la idea platónica de la serena beatitud.

5 SONETOS Y CANCIONES

Sonetos-->Garcilaso fue el primer gran maestro de una de las composiciones mas


representativas de la poesia española:el soneto.El soneto es una estructura en la que los
contenidos se organizan en bloques relacionados.Garcilaso suele adecuar las oraciones a los
versos;y los bloques de pensamiento,a las estrofs del soneto.En esto muestra su clasicismo y su
forma de buscar la armonia entre forma y pensamiento.A excepcion de dos o tres poemas,el
tema amoroso recorre los endecasilabos de Garcilaso en los que aparecen:el desamor,la
esquivez de la dama, el desden,la ausencia,los celos y el lamento por la muerte de la amada.

Canciones-->Destacan la CancionIII y la CancionV.·CancionIII:la escribe Garcilaso durante su


destierro en una isla del Danubio.Es su primera incursion en el >.Se despierta ya en él el
sentimiento de la naturaleza y se anuncia el sensual mundo de sus églogas.CancionV:titulada
Oda a la flor de Gnido,se aparta de las anteriores tanto por su metrica como por su contenido.A
traves de sus versos, Garcilaso intenta convencer a una dama de Napoles para que acepte el
amor de un amigo poeta.La estrofa utilizada no es la estancia, sino la lira.

ALGUNOS SONETOS CLÁSICOS: X, XI, XIII, XXIII, y XXIX

Domina en ellos la inspiración grecolatina, el sentido pagano de la vida y una ejecución


primorosa y rica en sugerencias sensoriales.

SONETO X:“¡Oh dulces prendas por mí mal halladas…! Se refiere a la muerte de doña Isabel.

SONETO XI: “Hermosas ninfas que en el río metidas…” Nos ofrece el maravilloso espectáculo de
unas ninfas bajo el río.

SONETO XIII: “A Dafne ya los brazos le crecían”. Su origen está en Ovidio. (Dafne, perseguida por
Apolo, solicitó la ayuda de los dioses, que la convirtieron en laurel.)

SONETO XXIII: “En tanto que de rosa y azucena”.La alegría vital del Renacimiento se manifiesta
en él. Por primera vez, los versos del poeta carecen de melancolía. Resucita el tema del “carpe
diem”, con influencias clásicas de Tasso y de Horacio.Tres rasgos imprecisos dejan esfumada la
juvenil imagen femenina: color de azucena y rosa, cuello blanco y elevado; en torno a él, la
cabellera suelta. Invita a gozar de la juventud.

SONETO XXIX: “Pasando el mar Leandro el animoso” El que se refiere al mito de Hero y Leandro.

6.- EL ESTILO E IDEAL ARTÍSTICO DE GARCILASO

Si pudiéramos expresar el estilo de Garcilaso con una serie de notas características, destacarían,
entre otras, las siguientes: musicalidad, elegancia, nitidez, luminosidad, mesura, naturalidad,
selección, precisión, propiedad en el idioma y armonía.
Todas estas notas se comprueban si comparamos las obras del poeta español con aquellas a las
que imita. Podemos decir que Garcilaso no copia, sino que selecciona, reelabora, busca lo
esencial y busca nuevas creaciones de tópicos ya muy usados.

Otra de las notas más destacables en Garcilaso es la adjetivación en el lenguaje. En él predomina


la calidad sobre la cantidad, la exactitud del adjetivo para la expresión de las sensaciones justas;
la nitidez y luminosidad en la adjetivación: abundan los adjetivos expresivos de color y sonido,
que dan sensaciones como el rumor del viento, el agua, el canto de las aves, etc. Destacan tres
adjetivos en cuanto al color (blanco, verde y dorado). Otros adjetivos muy utilizados son: suave y
dulce; blando y delicado. Ninguno de ellos es estridente, sino que constituyen un auténtico
equilibrio. Predomina el tópico del “locus amoenus” o lugar ameno, idealizado, símbolo del
descanso, de la paz y de la huida de la vida agitada de la ciudad.

El genial poeta toledano encarna los ideales de refinamiento y elegancia que caracterizan el
Renacimiento. En una carta a su amigo Boscán le declara que huye de la afectación en el
lenguaje, que su ideal es la naturalidad expresiva y el buen gusto. Y para ello utilizará el lenguaje
normal que emplean los cortesanos educados, pero sin afectación. Se puede decir que Garcilaso,
con su genial instinto, supo elegir lo esencial y permanente del idioma, lo que no cambia.

El lenguaje poético de Garcilaso sirvió de modelo a toda la poesía española del Siglo de Oro.
Precisamente la claridad de su poesía hizo que los enemigos del culteranismo exaltaran al poeta
toledano como modelo frente a la oscuridad de los poetas cultos.

Por los años en que él escribe, el idioma español está experimentando profundos cambios, no
sólo fonéticos, sino también en su morfología y en su vocabulario. En el uso, pugnan formas que
provienen de la Edad Media con otras consideradas preferibles por los jóvenes y los doctos, que
son las que han prevalecido. Garcilaso, con seguro instinto idiomático, adoptó éstas últimas, de
tal modo que apenas un cinco por ciento de su vocabulario no podría emplearse hoy. Ello hace
que podamos considerarlo como nuestro primer clásico y nuestro primer poeta moderno, tanto
por la fuerza del lirismo que imprimió a la poesía española, como por su lenguaje. Los lectores
de los siglos siguientes hemos podido leerlo siempre como actual. La suave musicalidad de sus
versos armoniza maravillosamente con la ternura de sus sentimientos y con la plácida belleza de
sus paisajes.
SONETO X: “¡Oh dulces prendas por mí mal halladas…!

¡Oh dulces prendas por mí mal halladas,

dulces y alegres cuando Dios quería!

Juntas estáis en la memoria mía,

y con ella en mi muerte conjuradas.

¿Quién me dijera, cuando en las pasadas

horas en tanto bien por vos me vía,

que me habíades de ser en algún día

con tan grave dolor representadas?

Pues en un hora junto me llevastes

todo el bien que por términos me distes,

llevadme junto el mal que me dejastes.

Si no, sospecharé que me pusistes


en tantos bienes, porque deseastes

verme morir entre memorias tristes.

SONETO XI: “Hermosas ninfas que en el río metidas…”

Hermosas ninfas que en el río metidas,

contentas habitáis en las moradas

de relucientes piedras fabricadas

y en colunas de vidrio sostenidas;

agora estéis labrando embebecidas,

o tejiendo las telas delicadas;

agora unas con otras apartadas,

contándoos los amores y las vidas;

dejad un rato la labor, alzando


vuestras rubias cabezas a mirarme,

y no os detendréis mucho según ando;

que o no podréis de lástima escucharme,

o convertido en agua aquí llorando,

podréis allá de espacio consolarme.

Las ninfas son personajes mitológicos que personifican la vitalidad y la fecundidad de la


naturaleza. Desnudas o semidesnudas, frecuentan los parajes naturales, grutas, ríos, bosques y
praderas, donde cantan, bailan o hilan. Los hombres les dirigen plegarias para que les sean
propicias. Poseen facultades proféticas y estimulan el valor y la grandeza de espíritu. Se las
encuentra en el cortejo de las diosas, en las orillas de los ríos. Los dioses se suelen enamorar de
ellas. Ellas, a veces, se enamoran de simples mortales. Hay varios tipos de ninfas en la mitología:
las del mar (nereidas), las de los ríos y arroyos (náyades), las de los árboles (hamadríades), las
de las montañas (oréades), etc.

SONETO XIII: “A Dafne ya los brazos le crecían”

A Dafne ya los brazos le crecían,

y en luengos ramos vueltos se mostraban;

en verdes hojas vi que se tornaban

los cabellos que el oro escurecían.


De áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros, que aún bullendo estaban;

los blancos pies en tierra se hincaban,

y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerza de llorar, crecer hacía

el árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, o mal tamaño!

¡Que con lloralla cresca cada día

la causa y la razón porque lloraba!

Este soneto está basado en el mito del dios Apolo y la ninfa Dafne, hija del río Peneo: El dios
Amor, hijo de Venus, se sintió desafiado por Apolo y sacó de su carcaj dos flechas, una de las
cuales terminaba en una punta de oro e infundía el amor, y la otra tenía la punta de plomo e
inspiraba el odio. Cupido dirigió la primera contra Apolo y disparó la segunda a Dafne.
Inmediatamente, el dios sintió una violenta pasión por la hermosa ninfa, y ella, sintiendo odio
por él, lejos de corresponder a sus ternuras, huyó rápidamente y se ocultó a su mirada. Apolo
corre tras ella, a través de la pradera por donde pasa el río, y está a punto de alcanzar a Dafne.
Ésta, rendida por el cansancio, implora ayuda a su padre Peneo, que la transforma en laurel.
Apolo sólo pudo estrechar entre sus brazos un tronco inanimado.

A partir de entonces, este árbol hizo las delicias de Apolo: no podía separarse de él, lo adoptó
como símbolo, arrancó de su tronco algunas ramas y con ellas se hizo una corona, queriendo así,
que en los siglos venideros el laurel fuese la recompensa por la que suspirasen los poetas, los
artistas y los guerreros.

SONETO XXIII: “En tanto que de rosa y azucena”

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena;


coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado

cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,

todo lo mudará la edad ligera,

por no hacer mudanza en su costumbre.

SONETO XXIX: “Pasando el mar Leandro el animoso”

Pasando el mar Leandro el animoso,

en amoroso fuego todo ardiendo,

esforzó el viento, y fuese embraveciendo

el agua con un ímpetu furioso.

Vencido del trabajo presuroso,

contrastar a las ondas no pudiendo,


y más del bien que allí perdía muriendo,

que de su propia vida congojoso,

como pudo esforzó su voz cansada,

y a las ondas habló desta manera,

mas nunca fue la voz dellas oída:

-Ondas, pues no os escusa que yo muera,

dejadme allá llegar, y a la tornada

vuestro furor esecutá en mi vida.-

Este soneto está basado en el mito de Hero y Leandro: Leandro amaba apasionadamente a la
hermosa Hero, joven sacerdotisa. Ambos vivían en dos poblaciones levantadas en el estrecho del
Helesponto, en la costa del mar y frente la una a la otra. Todas las tardes Leandro atravesaba a
nado el estrecho para correr al lado de Hero, que, por su parte, y para guiar la ruta del valeroso
joven, encendía una lámpara en lo más alto de la torre en que moraba. Estos viajes duraron todo
un verano sin tener que lamentar ningún accidente, pero al llegar el otoño la mar se embraveció
y el trayecto se hizo peligroso. Leandro, retenido por las amenazadoras olas, fue retrasando el
viaje durante siete días, pero al octavo no pudo resistir el deseo de ver a su amada Hero y
partió. Se agitaba el vendaval y el cielo se había oscurecido. Leandro luchó contra las impetuosas
olas, pero sus fuerzas se agotaron y no pudiendo sostenerse más a flote, desapareció en el
abismo.Pocos días después las olas arrastraban su cadáver hasta el pie de la misma torre en la
que estaba Hero, esperando atormentada por negros presentimientos. Al ver el cuerpo
inanimado de su amado, no pudo contener su inmensa desesperación y se dio muerte. (Esta
aventura ha sido tema de inspiración de muchos artistas y poetas, como nuestro Garcilaso).

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