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Las Cualidades Morales que debe manejar el orador tienen decisiva importancia,

por lo tanto, hay que resaltar las siguientes:

1. Probidad: La principal condición de todo discurso debe ser la honradez, no


solo por su cualidad de obligación moral, sino como cualidad elocuente. El orador
no solamente debe ser moral en el fondo, sino moral, decente y honrado en la
forma y hasta en los más insignificantes pormenores de las partes del discurso. La
honradez y la nobleza, tienen una estrecha relación con el discurso.
2. Sinceridad: Como requisito indispensable, ya que un orador que no está
convencido de la verdad que preconiza, que no es sincero consigo mismo ni con el
público que lo escucha, ni con quienes le dieron la oportunidad de expresar un
criterio, jamás podrá ser convincente, por mucho que alce la voz o acompañe sus
palabras con enérgicos ademanes.}
3. Modesta: El orador debe seguir una técnica, un método no solo en la
planificación del discurso, sino en la exposición del mismo, además debe de
reconocer tanto sus propias virtudes, sus defectos y errores con humildad, para
tener el éxito que se propone.
4. Prudencia: Actitud de una persona mediante la cual prevé y reconoce un
riesgo o un peligro posible en una actividad o en un acontecimiento y toma las
precauciones necesarias para enfrentarlos o modifica su conducta para eludirlos o
resolverlos sin perjuicio. El orador debe saber actuar ante el público, es decir tener
la prudencia al expresarse, para no causar un agravio involuntario. El orador al ser
prudente es precavido, es decir que tiene la conciencia de los múltiples riesgos,
inconvenientes e imprevistos de toda clase que puede darse en la presentación en
público, por lo que tiene que anticiparse a ellos sin alarma ni pánico, conociendo
cuando hablar y callar y abstenerse de actuar. Para que un orador sea prudente
requiere que sea discreto, que no hable más de la cuenta en ninguna
circunstancia, debe pensar antes de actuar.

Cualidades morales de un orador.


Esta cualidad es el mejor perfil de un orador. Este debe ser un hombre Íntegro una
de las bases de la oratoria es formar un hombre probo para hacerlo diestro en el
arte de hablar.
El orador debe proceder, con la verdad no debe por ningún concepto defraudar a
su auditorio, ya que la primera virtud del orador es veraz. Si la pieza oratoria trata
un tema científico, debe prevalecer en todo el discurso la verdad.
Si el tema es moral, con mayor razón debe enaltecer en todo el discurso la verdad
y los conceptos claros. La virtud no es innata, se adquiere a través del ejercicio
serio y duradero de acciones buenas. La virtud es permanente, pero si se le frena,
entonces se corre el riesgo de caer en lo opuesto, el vicio.
Las cualidades morales del orador son:
 Honradez.
la honradez es la primera virtud que debe cultivar un orador; aunque hubo
famosos oradores que no lo poseían; es indudable que, en igualdad de
circunstancias, el orador virtuoso aventajase al que tiene que simular dicha virtud
porque la ficción nunca iguala a la realidad.
 Serenidad.
-es de suma importancia que el orador se ejercite en la práctica de la serenidad
hasta lograrlo al grado máximo.
 Sensibilidad.
- es necesario tener una sensibilidad, pero no muy suave ni flaquear sino
fuerte y profunda, buscando la vehemencia que debe infiltrar en los oyentes
Modestia.
- es necesario la humildad en el orador, pero no debe confundirse con
dignidad, mucho menos que resulte contrario la confianza y la firmeza de
sus convicciones.

 Probidad: La principal condición de todo discurso debe ser la honradez, no solo


por su cualidad de obligación moral, sino como cualidad elocuente. El orador no
solamente debe ser moral en el fondo, sino moral, decente y honrado en la forma
y hasta en los más insignificantes pormenores de las partes del discurso. La
honradez y la nobleza, tienen una estrecha relación con el discurso.

 Sinceridad: Como requisito indispensable, ya que un orador que no está


convencido de la verdad que preconiza, que no es sincero consigo mismo ni con el
público que lo escucha, ni con quienes le dieron la oportunidad de expresar un
criterio, jamás podrá ser convincente, por mucho que alce la voz o acompañe sus
palabras con enérgicos ademanes
.
 Prudencia: Actitud de una persona mediante la cual prevé y reconoce un riesgo o
un peligro posible en una actividad o en un acontecimiento y toma las
precauciones necesarias para enfrentarlos o modifica su conducta para eludirlos o
resolverlos sin perjuicio. El orador debe saber actuar ante el público, es decir
tener la prudencia al expresarse, para no causar un agravio involuntario. El orador
al ser prudente es precavido, es decir que tiene la conciencia de los múltiples
riesgos, inconvenientes e imprevistos de toda clase que puede darse en la
presentación en público, por lo que tiene que anticiparse a ellos sin alarma ni
pánico, conociendo cuando hablar y callar y abstenerse de actuar. Para que un
orador sea prudente requiere que sea discreto, que no hable más de la cuenta en
ninguna circunstancia, debe pensar antes de actuar.
Cualidades del Orador

El orador apegado a sus recursos para ejercer un buen discurso, dominio y


ejecución de su función social o buen líder de opinión dentro de su auditorio, no
sólo valora la aptitud para el desempeño de las funciones como expositor, sino
también la idoneidad a través de una serie de cualidades que ha de poseer el
buen orador de éxito, detalladas a continuación:

a)      CUALIDADES FÍSICAS:

La cualidad física, tienen que ver con la apariencia personal del orador, esto no
quiere decir que el orador sea hermoso o de físico impresionante; sino más bien
Implica el cumplimiento de una serie de pautas sencillas que le permitan resaltar
su personalidad, de tal forma que constituya un conjunto armonioso y estético ante
los ojos de los demás.

Es la limpieza, cuidado, compostura y buena disposición de nuestro cuerpo. Con


esto el orador transmite una agradable impresión a través del sentido visual y
olfativo. El acicalamiento en nuestro peinado, maquillaje y hasta perfume permiten
un buen acercamiento de los oyentes hacía nosotros. Es recomendable el baño
diario, el cambio de ropas con la misma frecuencia, el corte de uñas y de cabello
en forma periódica.

Es la cubierta que nos ponemos en el cuerpo para abrigo o adorno. Involucra el


conjunto de piezas que sirven para cubrir nuestro cuerpo, pueden ser formales o
informales según la ocasión en la que tengamos que utilizarlo, en el caso de los
oradores constituye su uniforme de trabajo; esta vestimenta debe ser la adecuada
para cada reunión oratoria debiendo primar los principios de elegancia, limpieza y
una correcta combinación de prendas y/o colores. Recordemos que el vestido
resalta nuestra personalidad, formalidad y pulcritud.

3.      La actitud mental positiva:

Es la condición subjetiva de nuestra mente; ésta nos permite tener una actitud
mental positiva que nos impulsa a realizar lo anhelado o en su defecto, una actitud
mental negativa que sólo apunta a buscar excusas para no realizar lo deseado.
Estas actitudes tienen que ver, principalmente, con nuestros pensamientos ya que
nuestras acciones son el reflejo de ellos. Por ello, todo orador debe estar imbuido
de actitud mental positiva para realizar sus exposiciones con entusiasmo y mucho
optimismo; ello se logra a través de la autosugestión y del correcto uso de las
técnicas de respiración y de relajamiento.

4.      Gozar de buena salud física:


Un orador con dolor de muela, dolor de cabeza o fuerte dolor de vientre, no podrá
realizar con eficacia sus exposiciones, el dolor lacerante lo pondrá de mal humor o
lo indispondrá para sus tareas. La labor un tanto estresante, conlleva a padecer de
una serie de dolencias que al no ser atendidas o al ser mal curadas, pueden
convertirse en crónicas y mortales.

5.      Gozar de buena salud psíquica:

La mente también se enferma y puede producir lamentables estados de distorsión


de la personalidad; paranoia, esquizofrenia y aún, psicopatía. Una visita al
psicólogo o psiquiatra es recomendable, pues a diferencia de las enfermedades
físicas estas no se manifiestan pasivamente, sino a través de un accionar
desequilibrado que perjudica el buen desempeño del orador.

CUALIDADES MORALES:

La moral está relacionada a las costumbres y a las normas de conducta de una


determinada sociedad. Por extensión, podemos decir que es el conjunto de
normas de comportamiento que debe cumplir un orador, para que exista
congruencia entre lo que predica y hace, en el ejercicio de su labor profesional.

1.      Honradez:

Es una cualidad que involucra un proceder recto y honesto de parte de un orador.


Actuar con honestidad significa, no apartarnos de los cánones morales
establecidos por la profesión ya que muchas veces suelen presentársenos
oportunidades o propuestas nada decentes, que bien podríamos aprovechar en
beneficio nuestro. Un orador que no sea honrado, poco tiempo durará en su
trabajo, pues las exigencias de su labor demandan de él, un proceder recto y
honesto.

2.      Puntualidad:

Es la cualidad de hacer las cosas con prontitud, diligencia y a su debido tiempo.


Es ser exactos en hacer las cosas a su tiempo y de llegar a los sitios convenidos
en la hora establecida. Napoleón Bonaparte solía decir: «la hora es la hora... cinco
minutos antes de la hora, no es la hora... cinco minutos después de la hora
tampoco es la hora.» y concluía diciendo: «puedo perder una batalla, pero nunca
un minuto; las batallas se recuperan, el tiempo jamás» La puntualidad es en
esencia, una cualidad que todo orador debe practicar e interiorizar en su
subconsciente.

3.      Sinceridad:
Es el modo de expresarse libre de fingimiento y mentiras. Involucra hablar con
veracidad y sin doblez. En la boca del mentiroso todo se hace dudoso; en cambio,
en los labios de una persona sincera, todo es creíble y aceptado con confianza.
Un orador debe ser sincero tanto en lo que dice como en lo que hace; existen
ocasiones en las que se ve al orador fingiendo, descaradamente, estados de
ánimos que no siente para tratar con personas o públicos que no les agrada.
Piensa que el fingimiento no se nota, pero es evidente y causa serios problemas
en la interrelación con nuestros semejantes.

4.      Congruencia:

Es la relación que existe entre «el pensar» y «el actuar», relación que muchas
veces no es armoniosa, pues a menudo no hacemos lo que predicamos. Un
orador puede manifestar en una exposición empresarial, que los cigarrillos son
perjudiciales para la salud y que por consiguiente no debemos fumar, pero al
terminar su exposición, en el hall del auditorio, compra una cajetilla para fumarlos
delante de su sorprendido público. Todo lo que decimos debe tener su contraparte
en la acción, caso contrario corremos el riesgo de caer en la demagogia o
cháchara barata.

5.      Lealtad:

Es la cualidad de ser leal; es decir, convertirse en una persona incapaz de


traicionar la confianza depositada en uno, o ser incapaz de engañar a quien le ha
brindado su consideración. Se entiende por leal a la persona que pese a los
graves problemas que se suscitan, no abandona jamás al compañero, jefe o
institución para la que trabaja. Más que una cualidad, es una virtud que todo
orador debe practicar a diario como parte de su comportamiento ético y moral

Conclusiones

1. La oratoria implica el arte de hablar en público, el orador es el autor de ese arte,


sus buenos recursos amplifican las opciones de la exposición de sus ideas y
conocimientos, y sus cualidades fortalecerán el desarrollo y la obtención de
utilidades sobre el tema a exponer.

2. El dominio del público, no será transmitido de forma auditiva, sino también de


manera visual, el auditorio siempre va a espera la elocuencia del orador, pero
también procura recibir una buena presentación del orador, tanto mental, Moral y
físicamente.

3. La cualidad física del orador, no implica que tenga que tener cuerpo esbelto o
atlético, sino tan solo una excelente presentación de vestuario de acorde a la
ocasión, su aseo y salud física como mental, serán reconocidos por el auditorio.
4. La cualidad intelectual del orador, permitirá el desarrollo de sus conocimientos
propios de la actividad mental, implican un conjunto de características inherentes
que todo orador debe desarrollar y utilizar con eficacia (conocer, comprender y
razonar);

5. La Cualidad moral, simplemente es la aplicación de costumbres y normas de


conducta y la ética profesional que debe cumplir un orador, con el fin de
corresponder lo que dice con lo que hace. 

CUALIDADES MORALES DEL ORADOR


 
La moral está relacionada a las costumbres y a las normas de conducta de una
determinada sociedad. Por extensión, podemos decir que es el conjunto de
normas de comportamiento que debe cumplir un orador, para que exista
congruencia entre lo que predica y hace, en el ejercicio de su labor
profesional. 
Es cierto que la doble moral está de moda, porque se dice una cosa, se cree en
otra y se actúa de otra manera, por esta razón entre las más importantes, la
oratoria debe reflejar coherencia moral y en el fondo el orador u oradora debe
hablar con honestidad, modestia, serenidad y sensibilidad mínimas.
 
LA HONRADEZ 
Es una cualidad que involucra un proceder recto y honesto de parte de un
orador. Actuar con honestidad significa, no apartarnos de los cánones morales
establecidos por la profesión ya que muchas veces suelen presentársenos
oportunidades o propuestas nada decentes, que bien podríamos aprovechar en
beneficio nuestro. La falta de honradez significa una falta moral hacia nuestra
profesión y el desprestigio para nuestra persona.
 
LA PUNTUALIDAD 
Es la cualidad de hacer las cosas con prontitud, diligencia y a su debido
tiempo. Es ser exactos en hacer las cosas a su tiempo y de llegar a los sitios
convenidos en la hora establecida. Napoleón Bonaparte solía decir: «la hora es la
hora... cinco minutos antes de la hora, no es la hora... cinco minutos después de la
hora tampoco es la hora.» y concluía diciendo: «puedo perder una batalla, pero
nunca un minuto; las batallas se recuperan, el tiempo jamás».
 
LA SINCERIDAD 
Es el modo de expresarse libre de fingimiento y mentiras. Involucra hablar con
veracidad y sin doblez. En la boca del mentiroso todo se hace dudoso; en cambio,
en los labios de una persona sincera, todo es creíble y aceptado con confianza.
Un orador debe ser sincero tanto en lo que dice como en lo que hace; existen
ocasiones en las que se ve al orador fingiendo, descaradamente, estados de
ánimos que no siente para tratar con personas o públicos que no les agrada.
Piensa que el fingimiento no se nota, pero es evidente y causa serios problemas
en la interrelación con nuestros semejantes.
 
LAS BUENAS COSTUMBRES 
A través de los tiempos hemos evidenciado que las relaciones humanas son la
base de toda sociedad organizada, pero para poder aspirar a este tipo de sociedad,
tienen que haber ciertas reglas o lineamientos que rigen las relaciones
interpersonales estas reglas son el respeto, el saludo, la cordialidad, la
cooperación y consideración entre los individuos.

Por lo tanto, las buenas costumbres son todos aquellos aspectos que enmarcan el
respeto por los demás y hacia nosotros mismos, por ejemplo; sorber la sopa, poner
los codos en la mesa, limpiarse la nariz o los ojos en público son señas de mala
educación e irrespeto por los demás. 
 
EL CARÁCTER 
El carácter de una persona se compone de un conjunto de rasgos o expresiones
que se manifiestan en su forma general de actuar. Nos habla a aquello que lo
individualiza, así que puede decirse que son aquellos componentes que expresan
de una manera particular y distintiva su modo de ser y comportarse. 
se conoce como carácter al conjunto de cualidades o rasgos que distinguen o
individualizan a una persona de las demás, fundamentalmente en lo que se
refiere a su modo de ser y de reaccionar frente a distintas circunstancias.
 
El carácter no es más que el conjunto de cualidades que posee cada ser humano,
y estas cualidades se encargaran de apreciar o desestimar al orador por parte del
público.
 
LA LEALTAD 
Es la cualidad de ser leal; es decir, convertirse en una persona incapaz de
traicionar la confianza depositada en uno, o ser incapaz de engañar a quien le ha
brindado su consideración. Se entiende por leal a la persona que pese a los
graves problemas que se suscitan, no abandona jamás al compañero, jefe o
institución para la que trabaja. Dícese, que la lealtad inspira la realización de
acciones nobles, altruistas y hasta de sacrificio. Más que una cualidad, es una
virtud que todo orador debe practicar a diario como parte de su comportamiento
ético y moral.

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