El Idealismo de Platón
El Idealismo de Platón
De
Platón
Eugenio Molera
1.-PLATÓN: BIOGRAFÍA ................................................................................................................................. 3
2.-INFLUENCIAS: ............................................................................................................................................... 4
3.-OBRAS: LOS DIÁLOGOS............................................................................................................................... 5
4.-MOTIVACION FILOSÓFICA DE PLATÓN ............................................................................................... 6
5.-ONTOLOGÍA: TEORÍA DE LAS IDEAS ...................................................................................................... 7
5.1. - CONCEPTO PLATÓNICO DE IDEAS ..................................................................................................... 7
5.2..-TEORÍA DE LAS IDEAS............................................................................................................................. 8
5.3.-NATURALEZA DE LAS IDEAS: .............................................................................................................. 10
6.-EL DUALISMO ONTOLÓGICO .................................................................................................................. 11
7.- TRES IDEAS BÁSICAS EN PLATÓ ........................................................................................................... 12
8.-CRÍTICA ARISTOTÉLICA A LA TEORIA DE LAS IDEAS............................................................................ 14
9.-MITO O ALEGORÍA DE LA CAVERNA (REP. VII) ................................................................................. 16
9.1.-INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA SOBRE LA IDEA DE BIEN ................................................... 20
10.-EPISTEMOLOGIA Y Tª. DEL CONOCIMIENTO (Rep. VI)................................................................... 21
10.1.-QUE ES LA DIALÉCTICA? ..................................................................................................................... 22
11.-EL CONOCIMIENTO DE LAS IDEAS...................................................................................................... 22
11.1-LA TEORIA DE LA REMINISCENCIA: “CONOCER ES RECORDAR” ........................................... 22
11.2.-LA DIALECTICA DE LAS IDEAS (Ver epistemología y teoría del conocimiento). .......................... 23
11.3.-LA DIALÉCTICA EL AMOR .................................................................................................................. 23
12.-ANTROPOLOGIA ....................................................................................................................................... 25
12.1.-RELACIÓN ALMA-CUERPO ................................................................................................................. 27
12.2.-INMORTALIDAD DEL ALMA: ARGUMENTOS ................................................................................. 28
13. - LA ETICA EN PLATÓ .............................................................................................................................. 32
13.1.-LA VIRTUD: CONCEPTO. ...................................................................................................................... 33
14.-DIVISIÓN DE LAS VIRTUDES.................................................................................................................. 35
15.-ETICA Y POLITICA ................................................................................................................................... 36
15.1.-EL ESTADO IDEAL ................................................................................................................................. 36
15.2.-CUANDO TENDREMOS UN ESTADO JUSTO? ................................................................................... 37
15.3.-LAS VIRTUDES QUE DEBE TENER UN GOBERNANTE .................................................................. 37
16.-LA POLITICA .............................................................................................................................................. 38
16.1.-RECHAZO DE LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE GOBIERNO….. .................................... 38
16.2.-LA PROPUESTA POLÍTICA DEL FILÓSOFO REY ............................................................................ 41
16.3.- LA EDUCACIÓ ...................................................................................................................................... 42
16.4.- POLÍTICA, EDUCACIÓN Y CONOCIMIENTO DEL ORDEN .......................................................... 43
17.-.COMPARACIÓN CON LOS SOFISTAS. ................................................................................................. 44
BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL: ................................................................................................................ 44
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1.-PLATÓN: BIOGRAFÍA
Nació en Atenas probablemente en el año 427 a.C. pertenecía a una familia noble y
eran ilustres tanto los ascendientes de sus padres como los de su madre recibió
educación física intelectual de los jóvenes de su época; es posible que haya seguido
las lecciones del heraclitano Cratilo. En el año 407 sobrevino el acontecimiento
capital de la vida de Platón: su encuentro con Sócrates. El maestro tenía entonces
63 y el alumno 20. Platón debió seguir las lecciones de Sócrates durante ocho años.
Poco después de la caída de los Treinta, tres delatores acusan a Sócrates de
corromper a la juventud y de no creer en los dioses de la ciudad; condenado a
muerte, rehúsa evadirse y bebe la cicuta en el 399. Platón no estuvo presente en los
últimos momentos de su maestro, relatados en el Fedón; pero esta escandalosa
injusticia debió ser para él el prototipo del acto inicuo contra cuya repetición debía
luchar todo filósofo.
Puesto que corría el riesgo de ser molestado por su condición de alumno de Sócrates,
se refugió Platón enseguida con alumnos, amigos, en Mégara; allí una célebre
escuela los acogió en ella entraron en relación con Euclides el Megálico. No se sabe
con certeza cuál fue la duración de su estada en Atenas pero alcanzó
presumiblemente a tres años. De ahí Platón partió para Africa: se detuvo en Egipto,
luego en Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de Cirene y el matemático Teodoro.
En este lugar los biógrafos Platón dan diversas versiones del orden de sus viajes.
Para unos habría regresado directamente a Atenas; para otros se habría dirigido a
italia meridional con el fin de conocer a los pitagóricos y en particular a Arquitas de
Tarento. Es probable que en este período de la vida de Platón se sitúa la composición
de las siguientes obras: Hippias menor, Alsibíades, Apología, Eutifrón, Critón,
Hippias mayor, Cármides, Laques, Lisis, Protágoras, Gorgias y Menón.
Alrededor del año 388 abandona Italia (o Atenas según la otra tradición) para
dirigirse a Sicilia. Allí, en Siracusa, reina un griego de modesto origen, Dionisio I el
Anciano, quien tiene en jaque a los cartagineses y se ha convertido en el amo
absoluto de Sicilia. Su carta es fastuosa; los vicios que en ella reinan, numerosos;
mas Dionisio es célebre. Platón intima con Dion, hermano político de Dionisio,
quien tiene pretensiones de filósofo y admira a los Socráticos. ¿Qué sucedió en
realidad?
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Grecia y del mundo mediterráneo concurren alumnos a seguir los cursos de Platón.
En ésta época, sin duda, escribe El Fedón, El Banquete, El Fredo, El Ion, El
Menexeno, El Eutidemo, El Cratilo y comienza La Republica. Hacia el año 367
muere Dionisio I el Anciano, y su hijo primogénito, Dionisio II el joven, asciende al
trono; tiene 30 años y carece de mayor experiencia en los negocios públicos. Dion
llama inmediatamente a Platón haciéndole ver las perspectivas que se ofrecen para
realizar reformas políticas mediante la aplicación de las ideas que le son caras. El
filósofo acude y deja a Eudoxio la dirección de la Academia. Dionisio le acoge muy
bien y parece mostrarse alumno dócil; sin embargo, muy pronto Dionisio ve en Dion
y en el huésped. Destierra a Dion y poco después a Platón, a quien había retenido
algún tiempo en condiciones de prisionero.El monarca promete, no obstante, llamar
pronto a uno y a otro. Vuelto a Atenas Platón permanece en ella seis años, y
compone probablemente el Parménides, el Teeteto, el Sofista, el Político y el
Filevo.En el 361, Dionisio invita nuevamente a Platón. El filósofo retorna con
algunos discípulos, deja a Heráclides del Ponto la dirección de la Academia. Quizá
Platón defendiera la causa de Dion ante Dionisio. Este, lejos de llamar a su pariente,
confiscó sus bienes, obligó a la esposa de éste a casarse con el gobernador de
Siracusa y forzó a Platón a permanecer en la residencia que le había asignado.
Gracias a la intervención de Arquitas, fue liberado y pudo regresar a Atenas.En
cuanto a Dion, termina por reclutar un ejército y embarca con algunos amigos de
Platón para tomar a Siracusa por sorpresa. El éxito le acompaña e instaura una
dictadura que dura tres años, hasta que finalmente es asesinado por su amigo, el
platónico Calipo.El filósofo permaneció en Atenas y debió de morir allí alrededor del
347 a.C. En este período final de su vida continuó al frente de la Academia y escribió
el Timeo, el Critias y Las Leyes que quedaron inconclusas
2.-INFLUENCIAS
A pesar de la indudable originalidad de Platón (427-347 a. C.), no es difícil
encontrar en su pensamiento la huella de ideas y problemas ya tratados por los
presocráticos. La influencia de Parménides y su escuela está clara en muchos de
sus escritos y tesis (a este filósofo dedicó el diálogo Parménides): la concepción del
Ser como inmutable, la división de lo real en dos regiones, el mundo aparente y el
mundo verdadero, en paralelo a la división del conocimiento en dos tipos la ciencia o
verdadero conocimiento, que corresponde al ejercicio de la razón (la llamada por
Parménides “Vía de la verdad”) y la opinión, como conjunto de verdades de rango
muy inferior que se ofrecen a los sentidos (la llamada por Parménides “Vía de la
opinión”) son una muestra de ello. Pero también está presente Heráclito (el diálogo
Crátilo es también un homenaje, con el nombre de uno de los discípulos de
Heráclito). El “río heraclitiano”, la realidad sometida a cambio permanente, aparece
en la filosofía platónica en el concepto de “mundo sensible” o conjunto de entidades
que se ofrecen a los sentidos. De Anaxágoras toma la inteligencia ordenadora
(nous), antecedente del Demiugo, semidiós que construye el Mundo Sensible
imitando al Inteligible y dotándole de finalidad, al contrario de lo defendido por los
atomistas, para los que la Naturaleza era simple expresión del azar y la necesidad.
En uno de sus viajes marchó a Italia Meridional a fin de conocer las ideas
pitagóricas allí presentes y que tanto llegó a estimar: en Menón se prueba la teoría
de la reminiscencia a partir de la demostración de un teorema matemático realizada
por un esclavo; el lema de la Academia “nadie entre aquí que no sepa geometría” nos
muestra su reconocimiento del extraordinario valor de la matemática (en República
la presenta como un grado anterior a la dialéctica). Pero también la reivindicación de
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la razón como instrumento para el conocimiento, la primacía del alma frente al
cuerpo, la teoría de la reencarnación del alma o el hecho de que el Demiurgo crea el
Mundo Sensible a partir de modelos matemáticos, son claros ejemplos de su
influencia. La religión órfica también está presente en su pensamiento,
principalmente en su radical dualismo antropológico, con la sobrevaloración del
alma y desprecio del cuerpo (simple cárcel del alma) y las tesis carácter divino e
inmortal del alma humana, y en su ideal moral de la ascesis, purificación.
Pero, sin duda, el autor que más determinó su pensamiento fue Sócrates, al que
conoció en su juventud y que le inició en la filosofía. La muerte de Sócrates (399 a.
C.) le afectó profundamente, por lo que la figura y pensamiento de su maestro
recorre muchos de sus escritos, principalmente en los llamados “diálogos de
juventud” (Apología, Critón...). Su huella se puede rastrear en toda la filosofía
platónica: consideración del diálogo como la forma adecuada para la investigación
filosófica y de la verdad; primacía del alma frente al cuerpo; necesidad de atender al
cuidado del alma; el intelectualismo moral y político; la creencia en la importancia
de ofrecer definiciones universales y necesarias de los conceptos, creencia que
favorece la tesis de la existencia de las esencias o entidades universales; la teoría de
la reminiscencia, complemento necesario a la mayéutica socrática..
Pero no podemos dejar de lado al movimiento sofista, que, por oposición, también
le influyó: toda la filosofía de Platón es consecuencia de su afán por superar
radicalmente a los sofistas. Por ejemplo en las siguientes cuestiones: frente a la
costumbre sofista de enseñar dando discursos Platón propondrá el diálogo como el
ámbito de investigación filosófica y de descubrimiento de la verdad y exigiendo del
alumno su participación activa; frente al relativismo y escepticismo sofista, Platón
defiende la existencia de realidades absolutas (las Ideas) que serán el fundamento de
la posibilidad del conocimiento objetivo y de su crítica al relativismo moral de los
sofistas; o, finalmente, frente a la concepción sofista del lenguaje y de la razón
como meros instrumentos para la defensa de cualquier interés personal y del
éxito en la polis, Platón quiere ofrecer una concepción del uso del lenguaje y de la
razón como escenario para alcanzar un Bien objetivo y verdades comunes a todos
los seres humanos.
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4.-MOTIVACION FILOSÓFICA DE PLATÓN
Como el mismo Platón nos explica en la Carta VII, ya desde su juventud se interesó
por las cuestiones políticas, pero la política tal como se ejercía en su época le
decepcionó profundamente. Si a esto sumamos la conmoción que le produjo la
condena de Sócrates, podemos entender los motivos que alejaron a Platón de la
carrera política y lo condujeron al campo de la teoría. Esto no significa que la
cuestión política dejara de preocuparle, por el contrario, la búsqueda de la ciudad-
estado (polis) ideal impulsó desde sus comienzos su reflexión; y es esta reflexión la
que le condujo a su famosa teoría de las Ideas.
Para mantener la idea de la ciudad-estado es necesario reformar los fundamentos del
pensamiento político, pero ello requiere también reformar las ideas acerca de la
naturaleza de la realidad y del hombre. La exigencia de buscar un orden justo para
la ciudad implica una nueva fundamentación del hombre. Sin que el hombre se
convierta en virtuoso, no cabe pensar en la areté (virtud) de la ciudad. Y la virtud,
como había enseñado Sócrates, se funda en el conocimiento: el conocimiento de la
verdad posibilita la implantación de un orden justo en el hombre y en la ciudad. Sólo
el que conoce la verdad está capacitado para el gobierno (teoría de los filósofos
reyes). En cuanto a si es posible la verdad, será la teoría de las Ideas o Formas la que
responda a ello.
Además el orden de la ciudad es una parte del gran orden del mundo. El
conocimiento de este orden implica su realización a nivel humano y social (tesis
presente en los pitagóricos). Sólo volviéndonos hacia la verdad podrá la justicia
triunfar. La realización del Bien es una cuestión de conocimiento racional.
La reflexión que nace de estos intereses está inspirada desde sus inicios por la
enseñanza de Sócrates. Platón trata de consolidar las doctrinas de su maestro,
desarrollándolas y defendiéndolas. Los sofistas serán, como para Sócrates, sus
adversarios más directos. Para él el error fundamental de la sofística reside en el
relativismo de Protágoras (el hombre es la medida de todas las cosas) que niega la
existencia de criterios universales y, por tanto, destruye los fundamentos del saber y
la moralidad.
La retórica de los sofistas, como arte de vencer con las palabras, resulta por completo
inservible como método de la filosofía. La auténtica tarea de ésta comienza por
mostrar que sí existe un baremo universal y obligatorio para el pensar y el actuar. En
este punto, Platón continúa la obra de Sócrates. Pero Platón va más allá que su
maestro: en el lugar del «sólo sé que no sé nada» socrático, plantea él la doctrina de
que en la Ideas eternas está puesta para nosotros una medida del pensar y el actuar.
Esta doctrina de la Ideas eternas y permanentes supone, asimismo, un rechazo de la
afirmación heracliteana - recogida también por la sofística- de que todo fluye y nada
permanece. Esa inestabilidad de lo real, del objeto de nuestro conocimiento,
imposibilitaría la verdad.
“Pero es razonable sostener que ni siquiera existe el conocimiento, Cratilo, si todas
las cosas cambian y nada permanece. (...) En cambio, si hay siempre sujeto, si hay
objeto de conocimiento; si existe lo bello, lo bueno y cada uno de los seres, es
evidente, para mí, que lo que ahora decimos nosotros no se parece en absoluto al
flujo ni al movimiento. (Cratilo, 440a-b)
Si para cada uno es verdadero lo que opine por medio de la percepción y una
persona no puede juzgar lo experimentado por otra, ni puede tener más autoridad
para examinar la corrección o la falsedad de la opinión ajena, y, según se ha dicho
muchas veces, sólo puede juzgar uno mismo sus propias opiniones, que son todas
correctas y verdaderas, ¿en qué consistirá, entonces, la sabiduría de Protágoras?
(...) Pues dedicarnos a examinar e intentar refutar los pareceres y las opiniones de
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unos y otros, teniendo en cuenta que son siempre correctas las de cada uno, ¿no es
una tontería de las más grandes y sonadas que puede haber (...)? (Teeteto, 161d-
162a)
Ahora se pone de manifiesto, según parece, que, si todo se mueve, cualquier
respuesta, sobre lo que quiera que sea, será igualmente correcta. Da igual decir que
las cosas son así o que no son así (...).
Pues bien, Teodoro, ya nos hemos librado de tu amigo y, sin embargo, no le hemos
concedido que el hombre sea medida de todas las cosas, a no ser que se trate de un
«Hombre razonable». Tampoco vamos a admitir que el saber sea percepción, al
menos sobre la base de esa doctrina de acuerdo con la cual todo se mueve”.
(Teeteto, 183a-c)
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no hay que olvidar que la motivación más importante es de carácter filosófico
y tiene que ver con, al menos, los siguientes argumentos:
La crítica al conocimiento sensible en el dialogo T e e t e t o Platón mostrará que
el conocimiento sensible no puede dar lugar a evidencias, que la aceptación de dicho
conocimiento conduce al relativismo y que el relativismo es absurdo (crítica al
movimiento sofista). El argumento se completa mostrando que tenemos
conocimientos que no se basan en los sentidos. Conclusión: no es posible la ciencia
(conocimiento estricto) utilizando la sensación como criterio de verdad, no podemos
tener ciencia de lo que aparece a los sentidos (del mundo sensible). La ciencia se ha
de basar en el uso de la razón, que se referirá a la naturaleza de las cosas, a la
esencia ("Ideas", en términos platónicos).
La razón nos conduce hacia las esencias:
- Afirmamos también la existencia de lo bello en sí, e igualmente, para todas las
cosas que decimos múltiples afirmamos que a cada una le corresponde una idea que
es única y que llamamos su esencia.
- Es verdad.
- Y decimos de las cosas múltiples que son el objeto de los sentidos, y no del espíritu,
mientras que las ideas son el objeto del espíritu, y no de los sentidos.
- Perfectamente. “(La República, libro VI)
b) El uso del lenguaje y el problema de la referencia de los términos
universales.
Términos lingüísticos como los nombres comunes ("mesa"), adjetivos ("bueno") y
los Sustantivos abstractos (“belleza") términos de los que se puede mostrar algún
ejemplo, inducen a pensar en entidades distintas a las individuales. El referente de
los nombres propios ("Sócrates", "Napoleón") es una entidad individual; pero
tenemos ciertos problemas para pensar en los referentes de aquellos otros términos
(los nombres comunes, adjetivos y sustantivos abstractos, a los que podemos llamar
términos universales, puesto que pueden utilizarse para referirse a una pluralidad de
objetos). Por ello Platón mantendrá que deben existir unas entidades que sean el
correlato de los términos universales y distintas de los individuos: lo Verde, sería el
correlato de "verde", la Bondad de "bondad", la Belleza de "bello", la Verdad
de "verdad"; a las entidades correlato de los términos universales Platón las llama
Ideas o Formas.
UNIVERSALES
SIGUIENDO A PLATÓN, ARISTÓTELES LLAMA UNIVERSAL A “UN UNO QUE SE DICE DE
MUCHOS”. LOS UNIVERSALES SON LOS TÉRMINOS QUE PUEDEN PREDICARSE DE MÁS
DE UN SUJETO.
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belleza que son bellas todas las cosas bellas. Mientras me mantenga en este
principio, no creo que pueda equivocarme, y estoy persuadido de que puedo
responder con toda seguridad que las cosas bellas son bellas por la presencia de la
belleza. No te parece así también?
Cebes: Perfectamente.
Sócrates: De la misma manera, no son grandes las cosas grandes por la grandeza,
y las pequeñas no lo son por la pequeñez?
Cebes: Sí”. (Fedón, l00a)
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PARTICIPACIÓN
MODO DE VINCULARSE EL MUNDO SENSIBLE CON EL MUNDO INTELIGIBLE GRACIAS
AL CUAL LAS COSAS FÍSICAS GOZAN DE CIERTO SER E INTELIGIBILIDAD.
B) Eros:
Por debajo de la idea de Bien está la ideas de Eros (amor). El amor nos lleva
al conocimiento del Bien porque las ideas son buenas. El amor es la fuerza que
nos lleva al conocimiento y el motor de la dialéctica ascendente. Progresamos
en el conocimiento porque amamos las ideas.
Hay dos tipos de amor diferente:
1 º El amor a los cuerpos; puramente material, este no es el amor auténtico para
que el cuerpo pertenece al mundo sensible y todo lo que pertenece al mundo
sensible es degradado e inferior. Amar un cuerpo resulta insuficiente ( no malo, sino
insuficiente!) porque los cuerpos cambian, mientras que el amor aspira a durar a
estar eternamente con lo que ama.
2 º El amor del alma es el supremo. Es el amor superior para que a través del
amor de las almas que son eternas lleguemos al amor de las Ideas. Las cosas
sensibles manifiestan parte de su belleza que provoca en nosotros la necesidad
de un Eros supremo que sea el amor o la apetencia de la belleza misma. Todas
las cosas aspiran por el Eros su arquetipo o modelo que es la forma pura, es
decir, a la representación ideal de sí mismas.
El alma humana aspira también a la realización de su ideal pero, como que el alma
es de naturaleza espiritual, su máxima perfección (su bien) es la vida intelectual, el
conocimiento y la ciencia.
Esto llena de sentido la etimología de la palabra filosofía / Sofos (amor a la
sabiduría). El amor máximo es el amor a la filosofía. El amor más puro es el amor a
las ideas. En diálogo El Banquete se presenta el proceso ascendente del amor:
empezamos estimando los cuerpos bellos, se pasa del amor de los cuerpos en el
amor a las almas y del amor a las almas al amor a las Ideas.
“Porque el camino recto hacia el amor, tanto si se sigue espontáneamente como
si otro te guía, consiste en comenzar por las bellezas de este mundo y elevarse hasta
la belleza suprema pasando, por así decirlo, por todos los escalones, de un cuerpo
bello a dos, de dos a todos los demás, los cuerpos bellos en las ocupaciones bellas,
de las ocupaciones bellas a las ciencias bellas, hasta que, de ciencia en ciencia, se
llegue a la ciencia por excelencia que no es otra que la ciencia de lo bello en sí, y se
acabe por conocerlo tal como es en sí. Mi querido Sócrates, prosiguió la
extranjera de Mantinea, si hay algo que le dé valor a esta vida, es la contemplación
de la belleza en sí. Y si lo consigues algún día, no te parecerán comparables el oro
ni las vestiduras, ni los chicos y jóvenes bellos, la contemplación de los que ahora
te arrebata hasta tal punto, a ti ya muchos otros, que para contemplar
constantemente a los que amas, por estar sin parar con ellos, si fuera posible,
estaríais dispuestos a privarse de comer y de beber para pasar su vida en su
compañía y contemplación. ¿Qué pensaríamos de un hombre a quien le fuera dado
mirar la belleza en sí, pura, sin mezcla, sin estar revestido de las carnes ni los
colores humanos ni de todas las vanidades perecederas, sino la belleza divina en sí?
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¿Crees que sería una vida miserable tener la mirada fija en ella y disfrutar de la
contemplación y la compañía de un cierto objeto? No crees, al contrario, que este
hombre, siendo el único en este mundo que percibe lo bello por el órgano
mediante el cual es perceptible lo bello, sólo él podrá producir, no imágenes
de las virtudes, porque no se aplica a las imágenes, sino virtudes verdaderas,
porque en la verdad se aplica? Así a aquel que engendra y nutre la verdadera virtud
le corresponde ser querido de Dios. Y si algún hombre debe ser inmortal, éste debe
serlo.” (Banquete)
C) Idea de Unidad:
De origen pitagórico. La Unidad aparece como una característica fundamental de la idea de Bien.
El bien es Uno, si algo es buena es una. Cada idea unifica múltiples cosas, copias de ella. Ahora
bien, las ideas son a su vez múltiples. Por lo tanto, necesitamos la idea de unidad para unificar la
multiplicidad de las Ideas. Por debajo de la idea de unidad están las ideas de polaridad que son
aquellas en que una implica la otra. Ideas de polaridad son por ejemplo: Al igual / desigual,
idéntico / diferente, movimiento/ reposo, Generación / corrupción.
4.Aristóteles considera que la teoría de las Ideas es imposible, ya que establece una
separación entre el mundo visible y el mundo inteligible, es decir, entre la sustancia
y aquello por lo que una sustancia es, su forma o esencia. Las Ideas, en
efecto, representan la esencia de las cosas, es decir, aquello por lo que las cosas son
lo que son.
¿Cómo es posible que aquello por lo que algo es lo que es no resida en el objeto,
sino fuera de él? ¿Cómo es posible que aquello que hace que el hombre sea hombre,
su esencia, la Idea de hombre, no resida en el hombre, sino que exista
independientemente de él? Las formulaciones de Platón para tratar de explicar la
relación entre las Ideas y las cosas, las teorías de la participación y la imitación, por
lo demás, lejos de explicar dicha relación no son más que metáforas.
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9.-MITO O ALEGORÍA DE LA CAVERNA (REP. VII)
MITO CON EL QUE PLATÓN DESCRIBE NUESTRA SITUACIÓN RESPECTO DEL CONOCIMIENTO:
AL IGUAL QUE LOS PRISIONEROS DE LA CAVERNA QUE SÓLO VEN LAS SOMBRAS DE LOS
OBJETOS, NOSOTROS VIVIMOS EN LA IGNORANCIA CUANDO NUESTRAS PREOCUPACIONES SE
REFIEREN AL MUNDO QUE SE OFRECE A LOS SENTIDOS. SÓLO LA FILOSOFÍA PUEDE
LIBERARNOS Y PERMITIRNOS SALIR DE LA CAVERNA AL MUNDO VERDADERO O MUNDO DE
LAS IDEAS.
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-Pues bien, contempla ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que
transportan toda clase de objetos cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de
hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre
estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén
callados.
-Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños pioneros!
-Iguales que nosotros -dije-, porque, en primer lugar ¿crees que los que están así
han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas
por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
-¡Cómo -dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las
cabezas?
-¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
-¿Qué otra cosa van a ver?
-Y, si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar
refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos? Forzosamente.
-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que,
cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba
era otra cosa sino la sombra que veían pasar?
-No, ¡por Zeus! -dijo.
-Entonces no hay duda -dije yo- de que los tales no tendrán por real ninguna otra
cosa más que las sombras de los objetos fabricados.
-Es enteramente forzoso -dijo.
-Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de
su ignorancia y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de
ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a
andar y a mirar a la luz y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de
las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué
crees que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes
y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a
objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los
objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada
uno de ellos?
¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería
más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
-Mucho más -dijo.
II. -Y, si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los
ojos y que se escaparía volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y
que consideraría que éstos son realmente más claros que los que le muestran?
-Así es -dijo.
-Y, si se lo llevaran de allí a la fuerza -dije-, obligándole a recorrer la áspera y
escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol,
¿No crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado y, una vez llegado a la luz,
tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas
a las que ahora llamamos verdaderas?
-No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
-Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo
que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras, luego, las imágenes de
hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos.
Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el
cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el
sol y lo que le es propio
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-¿Cómo no?
-Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni
en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí
mismo, lo que él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
-Necesariamente -dijo.
-Y, después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las
estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible y es, en cierto modo, el
autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
-Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
-¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de
sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber
cambiado y que les compadecería a ellos? Efectivamente.
-Y, si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que
concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las
sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían
pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de
profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia
de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre
aquéllos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría
decididamente «ser siervo en
el campo de cualquier labrador sin caudal » o sufrir cualquier otro destino antes
que vivir en aquel mundo de lo opinable?
-Eso es lo que creo yo -dijo-: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella
vida.
-Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo
asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas como a quien deja
súbitamente la luz del sol?
-Ciertamente -dijo.
-Y, si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido
constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no
habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el
tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él
que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la
pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían, si encontraban
manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?
-Claro que sí-dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh, amigo Glaucón!,
a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la
vista con la vivienda-prisión y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol.
En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste,
si las comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con
respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer y que sólo la divinidad
sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el
mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero,
una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello
que hay en todas las cosas, que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y
al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y
conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en
su vida privada o pública.
-También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo."(República,
VII)
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La descripción del mito tal y como lo narra Platón en “República” se articula en
varias partes:
2. En el mundo exterior.
Si a la fuerza se le arrastrara hacia el exterior sentiría dolor y, acostumbrado a la
oscuridad, no podría percibir nada. En el mundo exterior le sería más fácil mirar
primero las sombras, después los reflejos de los hombres y de los objetos en el agua,
luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo
que hay en el cielo y la luz de los astros y la luna. Finalmente percibiría el sol, pero
no en imágenes sino en sí y por sí. Después de esto concluiría, con respecto al sol,
que es lo que produce las estaciones y los años, que gobierna todo en el ámbito
visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto. Al recordar
su antigua morada, la sabiduría allí existente y a sus compañeros de cautiverio, se
sentiría feliz y los compadecería. En el mundo subterráneo los prisioneros se dan
honores y elogios unos a otros, y recompensas a aquel que percibe con más agudeza
las sombras, al que mejor recuerda el orden en la sucesión de la sombras y al que es
capaz de adivinar las que van a pasar. Esa vida le parecería insoportable.
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2. Burla y persecución.
Si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz se burlarían de él, lo perseguirían y
lo matarían.
III.INTERPRETACIÓN
Comparación de las realidades
-Debemos comparar la región visible con la morada-prisión y la luz del fuego que
hay en ella con el poder del sol.
- Comparación de los procesos.
El ascenso y contemplación de las cosas de arriba es semejante al camino del alma
hacia el ámbito inteligible.
-Valor de la Idea de Bien. Objeto último y más difícil del mundo cognoscible: la
Idea del Bien. Causa de todas las cosas rectas y bellas; en el mundo visible ha
engendrado la luz y al sol, y en el ámbito inteligible es la productora de la verdad y
de la inteligencia; es la realidad que es necesario ver para poder obrar con sabiduría
tanto en lo privado como en lo público.
9.1.-INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA SOBRE LA IDEA DE BIEN
- La Idea de Bien, representa la máxima perfección y la máxima realidad, y
gobierna el mundo de las ideas de la misma manera que el sol y su luz gobiernan el
mundo sensible, “el bien y el sol son dos reyes, uno del mundo sensible y otro del
mundo inteligible”, y en otro lugar dice Platón, “a mi entender, dirás del sol que
no solo procura la facultad de ver los objetos, sino también la generación, el
crecimiento y el alimento” , …”el bien proporciona el ser y la esencia a todas las
cosas” (República, VII).
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estricta entre los distintos niveles y grados de realidad y los distintos niveles
de conocimiento. Fundamentalmente distinguirá. Platón dos modos de
conocimiento: la "doxa" (o conocimiento sensible) y la "episteme" (o
conocimiento inteligible). A cada uno de ellos le corresponderá un tipo de
realidad, la sensible y la inteligible, respectivamente. El verdadero conocimiento
viene representado por la "episteme", dado que es el único conocimiento que versa
sobre el ser y, por lo tanto, que es infalible. Efectivamente, el conocimiento
verdadero lo ha de ser de lo universal, de la esencia, de aquello que no está
sometido a la fluctuación de la realidad sensible; ha de ser, por lo tanto,
conocimiento de las Ideas.
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10.1.-QUE ES LA DIALÉCTICA?
Es el método (ciencia por excelencia), que permite el acceso al Mundo Inteligible,
En principio es un método ascendente, que sigue la misma razón, partiendo de las
realidades sensibles, hasta alcanzar el conocimiento de las Ideas, y de Idea en Idea
hasta la Idea suprema de Bien. Proceso que va de lo múltiple (cosas, Ideas) hasta lo
Uno (El Bien). De este modo afirma Platón, que “el único que tiene una visión de
conjunto y un conocimiento cierto de la autentica realidad es el dialéctico”.
También la dialéctica implica un proceso descendente, proceso inverso que
reconstruye la serie de las ideas sin recurso a la experiencia. La dialéctica es un
proceso estrictamente intelectual.
Pero como llegamos al conocimiento de las Ideas? Platón propone tres caminos, que
son tres teorías expuestas en sus diálogos Menón, Fedón, República y Banquete
En cuanto al marco teórico en el que insertar dicha teoría, lo cierto es que Platón
apenas ofrece referencias; en uno de sus diálogos aparece un mito en el que se
explica cómo el alma, que se encontraba libre en el mundo de las ideas, es
condenada a encarnarse en un cuerpo por algún tipo de falta cometida. Cuando tal
encarnación sucede, el alma olvida todo lo que sabía, de forma que su tarea
mientras se halla encarnada es el recuerdo de la verdad, de las ideas (y en último
extremo de la idea de Bien), con lo cual tendrá lugar su purificación o catharsis.
Cuando el cuerpo muere, el alma es juzgada; si el veredicto es positivo, esto es, si
ha conseguido purificarse, puede permanecer ya para siempre en el mundo de las
ideas. Si, por el contrario, no ha obtenido la purificación, deberá encarnarse en
sucesivos cuerpos hasta que la consiga.
"Las almas humanas, antes de vivir en este mundo y de alojarse cada una de ellas
en un cuerpo de hombre, vivieron en otro mundo, vivieron en el mundo donde no
hay hombres, ni cosas sólidas, ni colores, ni olores, ni nada que transite y cambie,
ni nada que fluya en el tiempo y el espacio. Vivieron en el mundo de puras esencias
intelectuales, en el mundo de las ideas. Ese mundo estaba en un lugar que Platón
llama, lugar celeste "topos uranos". Allí viven las almas en perpetua
contemplación de las bellezas inmarcesibles de las ideas, conociendo la verdad sin
esfuerzo alguno porque la tienen intuitivamente delante; sin nacer ni morir…en
pura eternidad.Pero esas almas, de vez en cuando, vienen a la tierra y se alojan en
un cuerpo humano, dándole vida. Al estar en la tierra y alojarse en un cuerpo
humano, naturalmente tienen que someterse a las condiciones en que se
desenvuelve la vida en la tierra, a las condiciones de la espacialidad, de la
temporalidad, del nacer y del morir, del dolor y del sufrimiento, de la insuficiencia
de los esfuerzos, de la brevedad de la vida, de los desengaños, de la ignorancia y
del olvido. Estas almas olvidan, olvidan las ideas que conocieron cuando vivían en
el "topos uranos", en el lugar celeste donde moran las ideas. Olvidadas de sus
ideas están y viven en el mundo. Pero como han estado antes en ese "topos
uranos", donde están las ideas, bastarán algunas preguntas bien hechas, para que
del fondo del olvido, por medio de la reminiscencia, atisben algún vago recuerdo
de esas ideas.". (Fedón)
11.2.-LA DIALECTICA DE LAS IDEAS (Ver epistemología y teoría del conocimiento).
Hay una dialéctica ascendente que permite el acceso al mundo de las Ideas en un
proceso de ascensión que va de las cosas sensibles hasta las ideas, y luego de idea
en idea hasta la idea suprema que es el bien. La dialéctica posee también un
importante apoyo emocional en el amor "eros”. Y es que, el conocimiento
desarrolla entre el ser humano y el ser en sí (las ideas) una relación no sólo
intelectual sino que también afecta a la voluntad. El tema del amor (eros) se
encuentra expuesto en los diálogos El Banquete y Fedro. El amor es el deseo de
algo que no se posee pero de lo que se siente necesidad. La principal aspiración del
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amor es hacia la belleza. Y la belleza es un bien que se desea porque nos hace
felices. La belleza posee distintos grados por los cuales el ser humano puede
elevarse poco a poco hacia el mundo de las Ideas.
En primer lugar, la belleza de un cuerpo bello atrae a los seres humanos. Por
encima de la belleza de los cuerpos está la belleza Del Alma, de las instituciones,
leyes y ciencias. Y por último, la belleza en sí (la idea de la belleza) que es eterna y
es fuente u origen de belleza de las cosas sensibles.
Y hay también una dialéctica descendente que recorre el camino inverso. Desde la
Idea Suprema del Bien- Belleza, va pasando por las demás ideas, ya que el mundo
de las ideas se encuentra jerarquizado.
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12.-ANTROPOLOGIA
ALEGORÍA QUE UTILIZA PLATÓN PARA DESCRIBIR LAS PARTES DEL ALMA Y EL
AFÁN HUMANO POR EL CONOCIMIENTO Y EL SER.
“Es, pues, semejante el alma a cierta fuerza natural que mantiene unidos un carro y
su auriga, sostenidos por alas. Los caballos y aurigas de los dioses son todos ellos
buenos y constituidos de buenos elementos; los de los demás están mezclados. En
primer lugar, tratándose de nosotros, el conductor guía una pareja de caballos;
después, de los caballos, el uno es hermoso, bueno y constituido de elementos de la
misma índole; el otro está constituido de elementos contrarios y es él mismo
contrario. En consecuencia, en nosotros resulta necesariamente dura y difícil la
conducción.”(Fedro)
En el diálogo “Fedro” Platón trátala cuestión del la esencia y partes del alma.
Comienza señalando que parece más adecuada, dada la dificultad del tema, la
exposición alegórica que la investigación racional e inmediatamente nos presenta el
mito del carro alado. Veamos un resumen literal del mismo: el alma es como una
fuerza natural que mantienen unidos un carro y su auriga, sostenidos por alas. Los
caballos y los aurigas de los dioses son todos ellos buenos; los de los hombres no. En
nuestro caso, el auriga guía una pareja de caballos, uno hermoso y bueno, otro feo y
malo, por lo que para nosotros la conducción resultará dura y difícil.El alma tiene
como tarea el cuidado de lo que es inanimado y recorre todo el cielo. Cuando es
perfecta vuela por las alturas y administra todo el mundo; en cambio la que ha
perdido las alas es arrastrada hasta que se apodera de algo sólido donde se establece
tomando un cuerpo terrestre. A causa de la fuerza del alma, este cuerpo parece
moverse a sí mismo y ambos ―cuerpo y alma― reciben el nombre de ser viviente.
La fuerza del ala consiste en llevar hacia arriba lo pesado, elevándose hacia el lugar
en donde habitan los dioses. Lo divino es hermoso, sabio y bueno y esto es lo que
más alimenta y hace crecer las alas; en cambio lo vergonzoso, lo malo y todas las
demás cosas contrarias a aquellas las consumen y las hace perecer. Dirigidas por
Zeus, las almas de los dioses y las de los hombres marchan por el cielo ordenando y
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cuidando todo. Después de realizar su tarea van a buscar su alimento hacia el mundo
supra celeste, hacia la realidad que se encuentra más allá de la bóveda del cielo. En
ese lugar se halla la justicia, la esencia cuyo ser es realmente ser, el ser incoloro,
intangible, cuya esencia es sólo vista por el entendimiento, piloto del alma, y
alrededor de la que crece el verdadero Saber, pero no la ciencia de lo que nace y
muere, de lo relativo, sino la ciencia de lo que es verdaderamente ser.
Las almas de los dioses, dado que son conducidas por dos caballos buenos y dóciles,
ascienden sin problemas. La mente de los dioses se nutre de un saber y entender puro
por lo que al ver lo que allí se encuentra, se alimenta, se llena de contento y descansa
hasta que el movimiento, en su ronda, la vuelve a su sitio. Las almas de los hombres
suben con dificultad pues el caballo que tiene mala constitución es pesado e inclina y
fatiga al auriga que no lo ha alimentado convenientemente. Así se encuentra el alma
con su dura y fatigosa prueba.
De las almas humanas, la que mejor ha seguido al dios y más se le parece consigue
ver algo, otras no pueden alcanzar la visión del ser, por lo que les queda la opinión
por alimento, “el porqué de todo este empeño por divisar dónde está la llanura de la
Verdad, se debe a que el pasto adecuado para la mejor parte del alma es el que
viene del prado que allí hay, y el que la naturaleza del ala, que hace ligera al alma,
de él se nutre.” Las almas que no han podido vislumbrar nada de lo que allí se
encuentra se van gravitando llenas de olvido y dejadez, pierden las alas y caen a
tierra.
Las siguientes tesis resumen la interpretación más sencilla del mito:
-El alma es el principio de vida gracias al cual los seres vivos pueden realizar los
movimientos que le son propios.
-Las cosas naturales están dirigidas y controladas por la divinidad (hipótesis
providencialista y teleológica que luego encontraremos en gran parte de la filosofía
posterior).
-El alma humana participa de algún modo de la naturaleza divina, pero también
de un principio opuesto que la pervierte y la hace caer al mundo de la finitud,
contingencia y muerte.
-La parte más excelente del alma humana es semejante a la mente de los dioses y,
como la de ellos, se nutre del conocimiento.
-Frente a la realidad física, más allá de la Naturaleza, en el “ámbito supra
celeste”, se encuentra la auténtica realidad, el ser verdadero caracterizado como la
esencia que permanece siempre idéntica a sí misma, que carece de propiedades
físicas (“incolora e intangible”) y se ofrece sólo al entendimiento (dualismo
ontológico).
Nuestro destino está en ese mundo perfecto, mundo al que se llega básicamente
mediante la Ciencia de lo absoluto (la filosofía o dialéctica) no mediante el
Conocimiento de lo relativo y mudable (la opinión);
Cuando se encarna, el alma olvida aquello que ha conseguido vislumbrar en el
mundo supra celeste (rudimentos de la teoría de la reminiscencia); es habitual
también buscar la correspondencia de las partes del alma con los elementos que
aparecen en el mito del carro alado: el auriga representa la parte racional,
destinada a la dirección de la vida humana, al conocimiento y lo más divino que se
encuentra en nosotros; el caballo bueno representa la parte irascible, aquello que
permite al alma la realización de acciones buenas y bellas; el caballo malo y rebelde
representa la parte concupiscible, aquello que fomenta en nosotros deseos y pasiones
y que nos impulsa hacia el ámbito de lo sensible. Este mito resume perfectamente la
propuesta que recorre la totalidad de la filosofía platónica: realizar en esta vida y de
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forma radical la belleza, verdad y bondad (dado que “lo divino es hermoso, sabio y
bueno y esto es lo que más alimenta y hace crecer las alas”.
12.1.-RELACIÓN ALMA-CUERPO
Platón fue un espiritualista al distinguir el alma del cuerpo y considerarla lo más
importante para el hombre, con la principal tarea de orientarse hacia la verdad. La
existencia del alma como principio de movimiento y la subordinación del cuerpo
a ella, se manifiestan categóricamente en el dualismo psicológico de Platón y por
ende en su dualismo metafísico.
De modo que el alma se encuentra en una posición de superioridad con respecto al
cuerpo, ya que es la que hace posible el movimiento del cuerpo y su gobierno.
La verdadera inteligencia está en el alma invisible y no en el cuerpo, aunque Platón
reconozca también la influencia que puede ejercer el cuerpo en el alma. Platón
considera que la educación física es una de las formas de la verdadera educación
pero no cierta clase de música que puede afectar al alma. El alma puede resultar
esclavizada por los malos hábitos y una inadecuada formación física pero acepta
también que las enfermedades del alma se pueden heredar o ser consecuencia del
mal ambiente, ya que todos nacemos buenos. Para Platón el alma no es un ente
aislado que utiliza al cuerpo sino que interactúa con él; y esta interacción no se
puede explicar pero tampoco se puede rechazar.
Platón considera que el alma tiene tres formas de acción, una función racional,
otra irascible y otra apetitiva.
-La función racional del alma es la que permite distinguir al hombre de los demás
animales inferiores y es su principio más elevado, inmortal y divino, aunque Platón
no niega que los animales no la tengan.
-Las otras dos formas no son eternas, como el apetito y la pasión que se refieren a los
deseos del cuerpo, reconociendo los deseos del alma como la tendencia a la verdad.
Según Platón el alma racional se encuentra localizada en la cabeza, la función
irascible o pasional en el pecho y la apetitiva debajo del diafragma. Platón sostiene
que el alma es inmortal aunque no especifica qué ocurre con sus funciones
perecederas de irascibilidad y apetitos. Sin embargo, en los mitos que figuran en “La
República” y en el “Fedro” está implícita la inmortalidad del alma completa, con su
memoria, después de separarse del cuerpo.
Es evidente que Platón parece suponer que el alma conserva la memoria después de
la muerte y que ésta puede conservar también lo que la ha afectado en vida, tanto
para bien como para mal, manteniendo inclusive el poder de sus funciones
pasionales y apetitivas aunque no las pueda practicar con el cuerpo.
Esta idea se relaciona con la forma de pensar de ciertas orientaciones filosóficas
orientales que también suponen que lo que conserva el alma después de muerto el
cuerpo es el estado de aflicción, como dice Krishnamurti, que hace que se vuelva a
encarnar en la forma adecuada para liberarse de ella. Esta división del alma en tres
partes que hace Platón en forma metafórica, explicaría los conflictos internos y la
rivalidad entre los tres distintos motores de acción. La parte reflexiva del alma tiene
el derecho de gobernar por su origen divino, dice Platón, ya que las otras dos formas
están más vinculadas al cuerpo y no pueden conectarse con el mundo de lo
verdadero.
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12.2.-INMORTALIDAD DEL ALMA: ARGUMENTOS
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— Pero observa, que después que el hombre muere, su parte visible, el cuerpo,
que queda expuesto a nuestras miradas, que llamamos cadáver, y que por su
condición puede disolverse y disiparse, no sufre por lo pronto ninguno de estos
accidentes, sino que subsiste entero bastante tiempo, y se conserva mucho más, si el
muerto era de bellas formas y estaba en la flor de sus años; porque los cuerpos que
se recogen y embalsaman, como en Egipto, duran enteros un número indecible de
años; y en aquellos mismos que se corrompen, hay siempre partes, como los huesos,
los nervios y otros miembros de la misma condición, que parecen, por decirlo así,
inmortales. ¿No es esto cierto?
— Muy cierto.
— Y el alma, este ser invisible que marcha a un paraje semejante a ella, paraje
excelente, puro, invisible, esto es, cerca de un Dios lleno de bondad y de
sabiduría, y a cuyo sitio espero que mi alma volará dentro de un momento, si Dios
lo permite; ¡qué!, ¿un alma semejante y de tal naturaleza se habrá de disipar y
anonadar, apenas abandone el cuerpo, como lo creen la mayor parte de los
hombres? De ninguna manera, mis queridos Simias y Cebes; y he aquí lo que
realmente sucede. Si el alma se retira pura, sin conservar nada del cuerpo, como
sucede con la que, durante la vida, no ha tenido voluntariamente con él ningún
comercio, sino que por el contrario, le ha huido, estando siempre recogida en sí
misma y meditando siempre, es decir, filosofando en regla, y aprendiendo
efectivamente a morir; porque, ¿no es esto prepararse para la muerte?...
—De hecho.
— Si el alma, digo, se retira en este estado, se une a un ser semejante a ella, divino,
inmortal, lleno de sabiduría, cerca del cual goza de la felicidad, viéndose así libre
de sus errores, de su ignorancia, de sus temores, de sus amores tiránicos y de
todos los demás males afectos a la naturaleza humana; y puede decirse de ella
como de los iniciados, que pasa verdaderamente con los dioses toda la eternidad.
¿No es esto lo que debemos decir, Cebes?
— Sí, ¡por Júpiter!
— Pero si se retira del cuerpo manchada, impura, como la que ha estado siempre
mezclada con él, ocupada en servirle, poseída de su amor, embriagada en él hasta
el punto de creer que no hay otra realidad que la corporal, lo que se puede ver,
tocar, beber y comer, o lo que sirve a los placeres del amor; mientras que
aborrecía, temía y huía habitualmente ele todo lo que es oscuro e invisible para
los ojos, de todo lo que es inteligible, y cuyo sentido sólo la filosofía muestra.
¿Crees tú que un alma, que se encuentra, en tal estado, pueda salir del cuerpo
pura y libre?
— No; eso no puede ser.
— Por el contrario, sale afeada con las manchas del cuerpo, que se han hecho como
naturales en ella por el comercio continuo y la unión demasiado estrecha que con él
ha tenido, por haber estado siempre unida con él y ocupándose sólo de él.
— Estas manchas, mi querido Cebes, son una cubierta tosca, pesada, terrestre y
visible; y el alma, abrumada con este peso, se ve arrastrada hacia este mundo
visible por el temor que tiene del mundo invisible, del infierno; y anda, como
suele decirse, errante por los cementerios alrededor de las tumbas, donde se han
visto fantasmas tenebrosos, como son los espectros de estas almas, que no han
abandonado el cuerpo del todo purificadas, sino reteniendo algo de esta materia
visible, que las hace aún a ellas mismas visibles.
— Es muy probable que así sea, Sócrates. (Fedón)
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Cuarto argumento. La vida y la muerte son formas contrarias como lo par o lo
impar, o el fuego y el frio. El alma es principio de vida y nada tiene que ver con la
muerte que es su contrario.
“Pero el alma es una forma y no admite la existencia de otra forma contraria, o sea
la muerte, de modo que cuando el cuerpo muere hay que admitir que el alma no
perece, ya que un principio espiritual es inagotable. — Precisamente tiene que
decirse lo mismo de lo que es inmortal. Si lo que es inmortal no puede perecer
jamás, por mucho que la muerte se aproxime al alma, es absolutamente imposible
que el alma muera; porque, según acabamos de ver, el alma no recibirá nunca en sí
la muerte, jamás morirá; así como el tres, y lo mismo cualquiera otro número
impar, no puede nunca ser par; como el fuego no puede ser nunca frío, ni el calor
del fuego convertirse en frío. Alguno me dirá quizá: en que lo impar no puede
convertirse en par por el advenimiento de lo par, estamos conformes; ¿pero qué
obsta para que, si lo impar llega a perecer, lo par ocupe su lugar? A esta objeción
yo no podría responder que lo impar no perece, si lo impar no es imperecible.
Pero si le hubiéramos declarado imperecible, sostendríamos con razón que siempre
que se presentase lo par, el tres y lo impar se retirarían, pero de ninguna manera
perecerían; y lo mismo diríamos del fuego, de lo caliente y de otras cosas
semejantes. ¿No es así?!” (Fedón)
El quinto argumento nos dice que no hay nada que pueda destruir el alma, ni la
injusticia, ni la cobardía, ni la ignorancia, dado que estos males tampoco pueden
destruir al hombre injusto o ignorante, más que al que es justo y sabio.
Hay pasajes en sus escritos donde Sócrates menciona que esta vida es una
preparación para la eternidad; y también observaciones sobre lo que decía
Eurípides, que podría tener razón al afirmar que esta vida en el mundo, en realidad,
es la muerte; y que la muerte es la verdadera vida. Lo cierto es que Platón quería
transmitir que el alma sigue existiendo después de la muerte del cuerpo y tendría una
vida después de la muerte, acorde a como haya sido su conducta en este mundo. La
doctrina de las sucesivas reencarnaciones que Platón propone en los mitos no se sabe
hasta qué punto eran tomadas por él en serio, aunque parece ser que el alma podría
escapar de ese ciclo y también que podrían ser arrojados para siempre al Tártaro, los
pecadores que no se corrijan a tiempo.
A Platón le interesaba la ética, más que la elaboración de una doctrina dogmática.
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14.-DIVISIÓN DE LAS VIRTUDES.
No hay una norma general en Platón para determinar el lugar correspondiente a cada
virtud. Entre las fundamentales, menciona a la Justicia, si se entiende como la
armonía entre las distintas partes integrantes del compuesto humano; mientras que, si
se considera el fin último al que tiende y se orienta la acción virtuosa y la conducta
humana, conforme a su consecución, entonces la Prudencia y la Sabiduría toman
mayor relevancia entre las virtudes. Por tanto, se puede dividir las virtudes de la
siguiente manera:
a) Justicia, que tiene por objeto “poner orden y armonía en el conjunto, asignando
a cada parte la función que le corresponde dentro de la totalidad”. Tal orden es
reflejo del Universo y del mundo de las Ideas.
b) Prudencia o Sabiduría, virtud propia del alma racional, teniendo por objeto las
cosas divinas, además de “poner orden en los pensamientos, disponiendo el alma
para huir del mundo engañoso de las apariencias y prepararla para la
contemplación de las realidades superiores”.
A la doctrina que equipara sabiduría y virtud se la denomina intelectualismo ético y
ya fue formulada por Sócrates, en un intento de superación del relativismo de los
Sofistas. Los conceptos morales no son fruto de una convención o pacto entre
hombres, ya que se refieren a realidades existentes y permanentes (ideas) que son
independientes de la razón y la voluntad humanas. Sin embargo, es a través de la
razón como el hombre puede tomar contacto con la realidad moral, realizándola en
su persona.
A la manera socrática, afirma que sólo el sabio es el virtuoso, porque únicamente
conociendo qué es la virtud, es decir, la idea a la que se refiere el concepto "virtud",
hay posibilidad de serlo en la vida práctica. El saber y la virtud coinciden y se
necesitan recíprocamente
c)) Fortaleza o valor, que regula las acciones del alma de las pasiones nobles y
generosas, “haciendo que el hombre se sobreponga al sufrimiento y al dolor,
sacrificando los placeres cuando es necesario para el cumplimiento del deber”.
d) Templanza. Implica serenidad, armonía, dominio de sí mismo, regulando los
actos concupiscibles, liberando de las bajas inclinaciones naturales y groseras que
perturban la paz del alma, que aprende a liberarse del cuerpo. -La templanza -repuse-
es un orden y dominio de placeres y concupiscencia según el dicho de los que
hablan, no sé en qué sentido, de ser dueños de sí mismos; y también hay otras
expresiones que se muestran como rastros de aquella cualidad. y en otro lugar
dice:”Pero lo que me parece --dije- que significa esa expresión es que en el alma del
mismo hombre hay algo que es mejor y algo que es peor; y cuando lo que por
naturaleza es mejor domina a lo peor, se dice que «aquél es dueño de sí mismo», lo
cual es una alabanza, pero cuando, por mala crianza o compañía, lo mejor queda en
desventaja y resulta dominado por la multitud de lo peor, esto se censura como
oprobio, y del que así se halla se dice que está dominado por sí mismo y que es un
intemperante.”
Platón no logró sistematizar las virtudes y los vicios, como lo hizo Aristóteles, quien
clasifico virtudes intelectuales y morales. Conforme a la división aristotélica, las
virtudes mencionadas por Platón se ordenan de la siguiente manera:
- Virtudes intelectuales: prudencia, conocimiento, conocimiento intelectual,
ciencia, sabiduría, comprensión o hacerse cargo, buen consejo.
-Virtudes morales: justicia, templanza o moderación, fortaleza o valor, dominio de
sí mismo, piedad o justicia para con los dioses; alegría, buen humor, magnificencia,
arte y habilidad industriosa.
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-Vicios: estupidez, ignorancia, intemperancia, injusticia, perjuicio o daño, cobardía,
arrogancia, insolencia o mal humor, bajeza, maldad, adulación, envidia y
descontento o incomodidad.
15.-ETICA Y POLITICA
Hay una relación muy estrecha entre la antropología, la ética y la política en la
filosofía de Platón, en orden a crear un estado justo de individuos que practiquen la
justicia. La división del alma le permitirá justificar la desigualdad social: ésta tiene
un origen natural. Los hombres deben pertenecer a una clase social u otra
dependiendo de la clase de alma predominante en ellos.
15.1.-EL ESTADO IDEAL
El pensamiento político de Platón es:
Estatalista, porque Platón antepone el bien común y la cohesión del Estado al bien
individual.
Organicista, porque el Estado perfecto se asemeja a un organismo vivo, donde cada
órgano o parte tiene una función al servicio del resto.
Comunitarista, en el sentido, de que la vida de un individuo solo tiene sentido en la
medida en que convive en comunidad. Solo así el individuo se realiza y se
perfecciona como tal.
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caso o como auxiliar en el segundo, pues, según un oráculo, la ciudad perecerá
cuando la guarde el guardián de hierro o el de bronce.» (Republica, III)
1.-No todos los ciudadanos son competentes para ejercer funciones públicas, sin
preparación y conocimiento y sin una vida virtuosa, es imposible gobernar con
justicia. ¿Cómo podría un ladrón, gobernar un estado, o un estafador, o alguien que
no tiene conocimiento de la necesidades del país? Como consecuencia, hay que
aprender el arte de la justicia, y son pocas las personas capacitadas. No deberíamos
aceptar un régimen político donde el timón del Estado está en manos de la masa
ignorante y manipulada. o de dirigentes inexpertos o ambiciosos elegidos por el
pueblo ignorante.
“la masa popular (hoi polloi) es asimilable por naturaleza a un animal esclavo de
sus pasiones y sus intereses pasajeros, sensible a la adulación, sin constancia en sus
amores y odios; confiarle el poder es aceptar la tiranía de un ser incapaz de la
menor reflexión y rigor”
“cuando la masa designa sus magistrados, lo hace en función de unas competencias
que cree haber observado -cualidades oratorias en particular- e infiere de ello la
capacidad política”
“En cuanto a las pretendidas discusiones en la Asamblea, no son más que disputas
que oponen opiniones subjetivas inconsistentes, cuyas contradicciones y lagunas
traducen su insuficiencia.” (República VI)
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3.-Pero es que además la democracia es el régimen que ha condenado a muerte a su
maestro, al más justo de todos los hombres.
Sin embargo, la crítica platónica va más allá:
El principio en que se basa el gobierno democrático es, según Platón, absurdo: el
dirigente debe gobernar en función de su conocimiento y este conocimiento debe ser
el de la verdad. El hombre que posee el conocimiento de la verdad es el filósofo
genuino. Platón ilustra este punto mediante el símil del barco, con su capitán y su
tripulación. Se nos pide que imaginemos un barco „cuyo capitán es más alto y más fuerte que
todo el resto de la tripulación, pero es también ligeramente sordo y corto de vista, y su
conocimiento del arte de navegar no es mucho mejor que su vista y oído‟. Los
tripulantes se amotinan y se apoderan del navío y „bebiendo y dándose a la juerga continúan
el viaje, con el resultado que se podría esperar de ello‟. No tienen ni idea del arte de pilotar ni de lo
que debe ser un auténtico piloto. Ésta es según Platón la imagen de la democracia
ateniense: en ella, los políticos no tienen ni idea de lo que se traen entre manos, y
cuando al pueblo le viene en gana se desembaraza de los políticos y se comporta
como si para conducir bien el navío del Estado no hiciesen falta conocimientos
especiales. Esta manera insensata, ignorante, de llevar los asuntos del Estado es la
que se propone sustituir Platón por el gobierno del filósofo-rey, es decir, del hombre
que sepa en realidad cuál es la ruta que debe seguir el navío del Estado y pueda
ayudarle a superar las tempestades y las dificultades de todo género que vaya
encontrando durante el viaje.
5.-Después, lo que caracteriza a ese régimen de gobierno y el modelo humano que genera:
“El que en esa ciudad no haya necesidad de gobernar ni de que se imponga esto a
quien puede hacerlo, como tampoco el ser gobernado, si uno no lo desea, o el no
entrar en guerra cuando los demás así lo hacen, o el mismo hecho de no vivir en
paz, si así lo quieres, a despecho de que la prefieran los otros, e incluso aunque la
ley te prohíba gobernar y juzgar, el prescindir de esas mismas acciones, ¿no te
parece todo ello verdaderamente extraordinario y agradable, ya sin parar mientes
en otras cosas?
¿No resulta admirable la mansedumbre con que se reciben a veces los castigos? ¿O
es que no has visto en un régimen como éste a hombres que, después de haber sido
condenados a muerte o al destierro, permanecen todavía en la ciudad y siguen
paseando por ella cual si fueran héroes, entre gentes que ni les prestan atención ni
se preocupan de mirarlos? ¿Y te has fijado en esa su indulgencia reñida con todo
espíritu mezquino, pero que desdeña cuantas cosas exigíamos nosotros para la
fundación de nuestra ciudad, hasta el punto de que quien no dispusiese de una
naturaleza extraordinaria no podría convertirse en un hombre de bien, de no haber
jugado de niño entre cosas hermosas que le inclinasen luego a otras semejantes?
Parece como si se pisotease todo ello con verdadera generosidad, sin pensar en la
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educación que han recibido los que llegan a detentar los cargos públicos. Muy al
contrario, se prodigan los honores a todo aquel que pregona una sola cosa: su
favorable disposición hacia la multitud. Pues estas y otras análogas son las
características de la democracia.” (República VI.)
7.-Lo que ocasiona que... El joven deja de satisfacer sus deseos necesarios, en los
que había sido inculcado, para volver la vista a la libertad y a la disolución que
suponen los placeres innecesarios e inútiles. No dará crédito, ni dará entrada en su
fortaleza a quien se atreva a decirle que hay placeres de dos clases, unos que son
resultado de deseos hermosos y buenos y otros que responden a deseos perversos;
que deben cultivarse y estimarse los primeros, pero en cambio refrenarse y
dominarse los segundos. Volverá la cabeza atrás en señal de denegación, y dirá, por
el contrario, que todos los placeres son semejantes y que merecen la misma
estimación”.
8.-Y precisamente ahí en ese problema se encuentra la semilla de su final. Porque Platón no
sólo descubre el origen de la democracia sino asimismo su destrucción, de modo
que el mismo germen de esa destrucción se encuentra en ella misma:
“¿No será, pues, el deseo insaciable por parte de la democracia de su propio bien
lo que ocasiona su perdición? - Tendrías que precisarnos cuál es ese bien.- No es
otro que la libertad -añadí-. Oirás decir por doquier en una ciudad gobernada
democráticamente que la libertad es lo más hermoso y que sólo en un régimen así
merecerá vivir el hombre libre por naturaleza... ¿no es el deseo insaciable de
libertad y el abandono de todo lo demás lo que prepara el cambio de este régimen
hasta hacer necesaria la tiranía? - ¿Qué dices? -preguntó.- Pues mira: a mi juicio,
cuando una ciudad gobernada democráticamente y sedienta de libertad cuenta con
unos escanciadores que la derraman más allá de lo debido y sin mezcla alguna,
halla pretexto para reprender a sus gobernantes y calificarlos de malvados y
oligárquicos, si no son enteramente complacientes con ella y no le procuran la
mayor libertad posible.- Eso hace, sin duda alguna -dijo. ¿No resulta, pues,
necesario que en una ciudad de esta naturaleza la libertad lo domine todo? - ¿Cómo
no? - ¡Ah!, querido - dije yo-, pero en tales condiciones la anarquía se adentrará en
las familias y terminará incluso por infundirse en las bestias. Que nace en el padre -
respondí- el hábito de considerarse igual a sus hijos y de temerlos recíprocamente,
en los hijos con respecto al padre, hasta el punto de que ni respetan ni temen a sus
progenitores para dar fe de su condición de hombres libres. Así se igualan también
el meteco y el ciudadano, y el ciudadano y el meteco; y otro tanto ocurre con el
extranjero.- En efecto, así ocurre -asintió.- Pues anota, además de eso -dije yo-,
otras menudencias de que voy a hablar: en ese régimen el maestro teme y halaga a
sus discípulos, los discípulos se despreocupan de sus maestros y menosprecian a sus
ayos y, generalmente, los jóvenes se comparan con los viejos y disputan con ellos de
palabra y de hecho, mientras los ancianos condescienden ante los jóvenes y
remedan su buen humor y sus gracias con gran espíritu de imitación para no
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parecer antipáticos ni despóticos.- Muy cierto es eso -dijo.- Pues bien, querido
amigo -indiqué-, el abuso mayor de libertad se produce en la ciudad cuando los
esclavos y quienes les han comprado disfrutan en este sentido de las mismas
ventajas. Y casi nos olvidábamos de decir qué grado de igualdad y de libertad
preside las relaciones de ambos sexos. Y no te das cuenta -pregunté- de la
consecuencia principal de todas estas cosas? ¿No ves que se ablanda el alma de los
ciudadanos, de modo que a la menor muestra de esclavitud se irritan contra ella y
no la resisten? Ya, por fin, como sabes, dejan de interesarse por las leyes, escritas o
no, para no temer así de ningún modo a señor alguno.- Sí que lo sé -dijo. Parece que
el exceso de libertad no trae otra cosa que el exceso de esclavitud, tanto en el
terreno particular como en el público.- Así es.- Y, naturalmente -dije yo-, la tiranía
no tiene como origen más régimen que la democracia; de éste, esto es, de la más
desenfrenada libertad, surge la mayor y más salvaje esclavitud. En seguida están a
la orden del día las denuncias, los procesos y las disputas entre unos y otros.- En
efecto.- De ahí que el pueblo acostumbre ante todo a elegir un protector, a quien
procura alimentar y hacer poderoso.- Sí, eso tiene por costumbre. Por consiguiente
-dije yo-, se muestra claramente que cuando surge un tirano, brota de esa raíz de
protectores buscados por el mismo pueblo y no de ninguna otra.”
En resumen, la democracia es ingobernable. Su desorden conduce a la tiranía y
fomenta la inmoralidad de cada uno. La argumentación que sostiene esta
refutación plantea un problema político capital: el de la relación entre el Saber y
el Poder
Sócrates: “A menos que los filósofos reinen en los Estados, o los que ahora son
llamados reyes y gobernantes filosofen de manera genuina y adecuada, y que
coincidan en una misma persona el poder político y la filosofía, y que se prohíba
rigurosamente que marchen separadamente por cada uno de estos caminos las
múltiples naturalezas que actualmente lo hacen así, no habrá, querido Glaucón, fin
de los males para los Estados ni tampoco, me parece, para el género humano;
tampoco antes de eso no se producirá, en la medida de lo posible, ni verá la luz del
sol, la organización política que ahora acabamos de describir. Eso es lo que desde
hace un rato vacilo en decir, porque veía que era una manera de hablar
controvertida, y es difícil de advertir que no hay otra manera de ser feliz tanto en la
vida privada como en la pública. "(República, 473d-e)
La propuesta del filósofo gobernante es el resultado de aplicar el intelectualismo
moral de Sócrates al terreno de la política. Nada más pueden ser individuos justos y
buenos quienes conocen la justicia y el bien, y la filosofía es el camino para su
conocimiento, de ahí que los filósofos son los mejor preparados para gobernar con
justicia, buscando el bien social. Conocer la Justicia y el Bien en si (Ideas), nos da
el criterio necesario para distinguir lo justo de lo injusto, lo bueno de lo malo,
tanto para la vida privada como pública. La forma d gobierno que propone Platón
es la aristocracia, es decir el gobierno de los mejores en virtud y en saber. Se trata
de una meritocrácia, en el sentido de que deben gobernar aquellos que mayores
meritos tengan. Para ello hemos de seleccionar las mejores naturalezas, individuos
capaces moral e intelectualmente de gobernar. Para ello es muy importante una
adecuada educación.
16.3.-LA EDUCACIÓ
Una educación estricta, dispensada por el Estado, está destinada a formar esta élite
intelectual. Para conseguir la armonía y la justicia de esta ciudad platónica, es
necesaria una educación gimnástica y musical para la formación del alma. La
educación, especialmente los cinco años que recomienda Platón al estudio de la
Dialéctica, para todos los jóvenes que muestren capacidad para ejercer las funciones
de gobierno, reviste una importancia decisiva en su proyecto político. Platón piensa
en un Estado gobernado por filósofos, es decir, por intelectuales maduros que posean
la ciencia suprema de la dialéctica, la ciencia de las Ideas, cuyo punto culminante es
el conocimiento de la Idea del Bien. La Dialéctica es, como la llamará en el Sofista,
la ciencia de la totalidad que sólo poseen los verdaderos filósofos, que se convierten
así en educadores y son la conciencia crítica de la polis, por su visión abarcable del
mundo y de los hombres, orientada según la verdad, el bien y la justicia. Después de
una selección -que Platón no determina con precisión- se somete a los jóvenes
destinados a guerreros o jefes, a un período de entrenamiento deportivo, de los
diecisiete a los veinte años. De los veinte a los treinta se da a los futuros filósofos
una visión del conjunto de las relaciones que unen las ciencias exactas, con objeto de
hacerles patente el orden ideal que reina en el universo. Entre los treinta y los treinta
y cinco años, por último, se les inicia en la teoría de las ideas; desde entonces
conocerán la esencia del universo, y su conducta podrá fundarse en verdaderas
realidades. Volverán a desempeñar funciones políticas durante quince años,
volviendo, a partir de los cincuenta, a sus estudios. [Los auxiliares reciben la misma
educación hasta los veinte años, pero se detienen ahí. Su educación moral admite la
música, al menos la que educa al alma. Excluye la mayor parte de la poesía, arte de
maléfica imitación.] Por consiguiente, la política es una especialización, ya que no
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debe confiarse más que a gentes preparadas para ello. Pero esta educación, no es, en
realidad, otra cosa que una educación de la razón. La ciencia política es, en muchos
aspectos, la ciencia sin más, la de la verdad y el bien, o sea, la razón iluminada en la
debida forma.
Para garantizar esto se toman precauciones. Deben tomarse dos medidas para
impedir que el individuo se aísle y que se abran paso las divisiones:
1º Según Platón, las mujeres pueden, en la sociedad de los guardianes, tener idéntico
papel en las actividades públicas que los hombres, recibiendo para ello la misma
educación. Se suprimen los vínculos matrimoniales y se instituye la comunidad
mujeres, siendo los magistrados quienes regulan las uniones y fijan el tiempo de
procreación. El Estado educa en común a los niños. Esta tesis es corregida en Las
leyes, pues fue muy criticada por Aristóteles, quien rechaza en todo momento el
comunismo de bienes y mujeres.
2º Los guardianes no tienen derecho de propiedad individual. De este modo la clase
dirigente forma una sola familia. Liberado el individuo de toda atadura personal, se
asocia directamente al Estado. La unificación de la sociedad es total. Este rasgo
termina de dar a la República su carácter utópico
-Se trata, por lo tanto de conocer y comprender el orden eterno de la realidad, para
que el alma del individuo y el Estado se parezcan a este orden. Aquí vemos como la
filosofía en Platón también tiene una función práctica
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17.-.COMPARACIÓN CON LOS SOFISTAS.
-Platón, crítica a los sofistas, ese esfuerzo, de hacer de la política un medio para
lograr el éxito, la fama, el poder, las influencias, a través de convencer y conquistar
el soporte popular, por medio del arte de la palabra, la retórica, la oratoria, que solo
persiguen el engaño y la seducción de la masa.
-Platón critica a su vez, el concepto de educación que defendían los sofistas. Para
Platón la educación, es un proceso dinámico, donde el protagonista es quien se
educa, y requiere de su participación. En los sofistas, la educación es una mera
trasmisión de conocimientos, donde quien se educa adopta una actitud pasiva o
meramente receptiva.
-Por otra parte, para Platón la educación tiene un sentido moral y ascético, no solo
intelectual. El objetivo de Platón, no solo es formar simples técnicos inteligentes,
expertos en el arte del poder, sino gobernantes sabios y justos, capaces de
gobernarse, primero a sí mismos y dignos de asumir los trabajos de gobernar
también la ciudad.
BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL:
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