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Historia Económica del Perú y el Mundo

SEPARATA 12.
12. Conceptos de Desarrollo Económico y Definiciones de los
Paradigmas de Desarrollo.

12.1 Conceptos de Desarrollo Económico.

A) El Desarrollo Económico:  es un concepto apuntado a la Calidad de Vida de los


Ciudadanos, es decir el Nivel de Educación, Salud, Servicios, Seguridad, el Incremento
Tecnológico, todo ello pretendiendo la asequibilidad  de todos los habitantes a cada punto
enunciado en el concepto de Desarrollo.

Para que exista Desarrollo Económico es preciso primero incrementar la Riqueza


del País, es decir el PBI, por lo tanto primero llega el Crecimiento Económico para
luego dar paso al Desarrollo Económico.

B) Desarrollo Económico: es el proceso de crecimiento del nivel de producción de


bienes y servicios de la economía, soportado y apoyado por la introducción de mejoras
tecnológicas, y que se ve acompañado por una serie de transformaciones estructurales,
tanto en el ámbito económico como en el social, con la consecuencia de una mejor
distribución de la renta y de la riqueza.

C) Desarrollo Económico y Crecimiento Económico.

¿Por qué unos países se encuentran más desarrollados que otros? ¿Lograrán las
economías menos desarrolladas alcanzar a las que se encuentran en una situación más
favorable? Estas cuestiones han constituido uno de los principales focos de atención de
los economistas. Para poder responderlas, sin embargo, resulta necesario diferenciar tres
conceptos: crecimiento, desarrollo y progreso económico, ya que, aunque históricamente
los tres se han comportado en la misma dirección, desde un punto de vista conceptual
tienen diferentes significados.

D) Crecimiento Económico:
Como tal se entiende el aumento sostenido de la producción total de bienes y servicios de
la economía a lo largo de un plazo de tiempo determinado. Dos son las fuentes de
crecimiento económico: la acumulación de factores productivos (tierra, trabajo y capital), y
las mejoras tecnológicas.
En efecto, si aumenta la cantidad de factor productivo para una tecnología determinada,
también aumentará la producción. Más trabajadores o más máquinas, por ejemplo,
producen más bienes. Con respecto a las mejoras tecnológicas permiten producir de
manera más eficiente; con la misma cantidad de factores productivos se puede producir
más cantidad de bienes y servicios.
12.2 Desarrollo Económico.
Es algo más que crecimiento económico. Para que tenga lugar el desarrollo económico
tiene que haber crecimiento. Es por tanto la condición necesaria pero no suficiente. De
esta manera si dicho crecimiento se viera acompañado por una variación sustancial en las
estructuras sociales, políticas y económicas, estaríamos ante un proceso de desarrollo.

Quizás el ejemplo más clarificador de lo que puede considerarse desarrollo económico


lo constituye la Revolución Industrial Británica (1750-1830). Esta permitió el desarrollo
de Gran Bretaña en la medida en que se tradujo no solo en un crecimiento económico sin
precedentes, sino además, en cambios económicos y sociales nunca vistos hasta
entonces. De esta manera, después de varios milenios la agricultura dejó de ser la
principal actividad del hombre, ocupando el sector secundario o industria dicha posición
(lo que se entiende por un cambio estructural). Paralelamente supuso la aparición de
nuevas clases sociales, la clase obrera y empresarial, cambiando por completo la
estructura social tal y como se había conocido hasta entonces.

Mientras que el crecimiento económico es un proceso reversible, a períodos de


crecimiento le pueden seguir etapas de decadencia, resulta más difícil revertir el
desarrollo. De hecho, cuando esto ocurre es consecuencia de prolongados períodos de
decadencia económica.

Progreso Económico.
Los dos anteriores conceptos se encuentran, en principio, desprovistos de valor, en el
sentido de que pueden describirse y medirse sin referencia a normas éticas. De esta
manera, el empleo de sistemas productivos perjudiciales para el medio ambiente o el
desarrollo de nuevas tecnologías con fines bélicos, podrían ser consideradas
manifestaciones del desarrollo económico, pero no constituyen un progreso para la
humanidad. Por tanto, un mayor bienestar material (desarrollo económico) podría ser
perjudicial para la naturaleza espiritual del ser humano y, por tanto, no se consideraría
progreso.

12.2.1 Factores remotos explicativos del Desarrollo.

Estudiados por los historiadores e historiadores económicos, forman parte de los mismos
las instituciones, ideologías, grupos de presión presentes en la sociedad, accidentes
históricos, así como al orden económico internacional, ideologías exógenas y a las
presiones o perturbaciones de vecinos.

Resulta enormemente difícil cuantificar este tipo de factores, pero de lo que no cabe duda
es que pueden ser determinantes para el desarrollo de la economía. De hecho, multitud
de historiadores económicos han identificado desarrollo con la existencia de instituciones
eficientes en la economía. Se entiende que una institución es eficiente cuando favorece la
libertad y la iniciativa individual, y con ello, indirectamente, permite un mayor desarrollo.
Las instituciones cumplen una labor social y económica muy importante, en la medida en
que dotan de elementos de estabilidad sin los que la sociedad y la economía no podrían
avanzar. Los factores remotos podrían explicar por tanto, por qué China, principal
economía mundial en términos de resultados económicos y tecnología en el año 1500,
pronto se vio superada por Europa occidental. El establecimiento de instituciones
eficientes en Europa y las perturbaciones y presiones que vivió el país asiático en
aquellos años, explicarían el éxito de una economía y el declive de la otra en términos de
desarrollo.

12.2.2 Factores próximos del Desarrollo:


En ellos se incluyen todos aquellos indicadores que tratan de explicar tanto el
crecimiento de la producción, como de la renta per cápita o la productividad.
Los efectos de la acumulación de factores productivos, o las implicaciones del progreso
tecnológico sobre el crecimiento y el desarrollo, se encontrarán dentro de este grupo de
factores. Precisamente el análisis de este último resulta también muy complicado, pues
las mejoras tecnológicas interactúan de mil maneras con todas las facetas de la
economía.

12.3 Los Paradigmas del Desarrollo y su Evolución.

Por: Carlos Iturralde Durán es investigador de la Universidad Politécnica Salesiana


(Ecuador). 2019.

12.3.1 Introducción.

Los motivos que explican el progreso de unas economías y el rezago de otras, las
razones por las que un número significativo de personas vive bajo el umbral de la
pobreza, los medios más efectivos para cerrar la brecha entre ricos y pobres, entre otras
muchas interrogantes relevantes para la prosperidad del ser humano, requieren de la
comprensión de las características y componentes de conceptos como riqueza,
desigualdad, pobreza y desarrollo, constituyéndose en el punto de partida para
formular teorías, modelos, metodologías y políticas que intenten mejorar la calidad
de vida de la población.

Estas teorías mantendrán su validez siempre que expliquen la realidad con un


grado de acierto aceptable, y hasta que nuevas teorías presenten argumentos de
mayor convicción y completitud, dando paso a la acumulación de conocimientos y al
avance de la ciencia. El estudio del desarrollo se formalizó con el surgimiento de la
«Teoría del Desarrollo» como rama de la Economía, que inicialmente tomó elementos
de la macroeconomía, la microeconomía y la Economía Política para sus análisis,
creando un sesgo hacia la dimensión económica que al evidenciarse insuficiente requirió
del apoyo de otras ciencias, creando enfoques multidisciplinarios que continúan en
evolución, situación que se expone en este artículo sustentado en el análisis bibliográfico
que tiene como objetivo presentar de forma resumida las teorías que han tenido
mayor reconocimiento por sus aportes a la comprensión del desarrollo, señalando
los hitos más importantes que marcaron avances en el conocimiento sobre este fenómeno
social.

12.3.2 Revisión teórica.

A lo largo de la historia de la humanidad se encuentran reflexiones sobre la forma de


mejorar el nivel de vida y alcanzar la felicidad, entre las cuales destaca el
pensamiento aristotélico que asoció la vida digna con la producción y el consumo,
incluyendo la importancia del trabajo y el ocio en el bienestar (Martínez-Echevarría &
Crespo, 2011), postura que fue enriquecida con los aportes de la escuela clásica que
marcaron el nacimiento de la Economía como ciencia, señalando que la riqueza es la
producción, mas no los metales preciosos o el dinero como suponían los
mercantilistas, siendo prioritario incrementar la productividad del capital y el trabajo
para aumentarla, y con ello, lograr el desarrollo de la nación, proponiendo al libre
mercado como el mecanismo más eficiente para este fin.

La hegemonía de la tesis clásica duró hasta 1929 cuando sus teorías y políticas
resultaron insuficientes para explicar la «Gran Depresión» y sacar a los países de la
crisis, surgiendo la escuela keynesiana que propuso estimular la demanda agregada
utilizando políticas fiscales y monetarias para reactivar el PIB y generar empleo,
concibiendo al Estado como moderador de los ciclos económicos, pero continuando
con la premisa de que el propósito más importante es el crecimiento.

Durante el periodo de postguerra, en el que Estados Unidos se posicionó como


potencia dominante e implementó el «Plan Marshall» para reconstruir Europa
Occidental, a la vez que robusteció sus relaciones con regiones donde el «fantasma»
del comunismo de la extinta Unión Soviética quería renacer, las desigualdades entre
países desarrollados y subdesarrollados se amplió, tornándose en tema de
investigación académica que se abordó desde la «Teoría del Desarrollo» que se
consolidó como disciplina económica. A continuación se presentan las líneas de
pensamiento que tuvieron mayor aceptación al momento de su difusión, lo que
permite observar la evolución del concepto de desarrollo desde la postura económica
hasta la multidisciplinaria.

12.3.2.1. Teoría de la Modernización.

Esta teoría sostiene que para alcanzar el desarrollo hay que superar varias etapas de
un camino que ya fue recorrido por las grandes potencias cuyos pasos debían ser
imitados por los países subdesarrollados, requiriendo que los valores occidentales
reemplacen a los tradicionales, pues erróneamente los asumieron incompatibles. Los
modelos relevantes de esta vertiente son los siguientes:

• Modelo de sectores duales de Arthur Lewis: Concibe al desarrollo como el


crecimiento per cápita sostenido que transforma una economía tradicional,
caracterizada por el estancamiento y la subsistencia, en una economía moderna,
centrada en la expansión capitalista, considerando fundamental el incremento de la
productividad industrial implementando tecnologías, lo que aumenta la demanda de
mano de obra, y con ello, los salarios del sector, motivando la migración campo-
ciudad. La escasez de mano de obra en el campo provoca el alza de los salarios en el
sector primario presionando a los terratenientes a implementar tecnologías que
incrementen la productividad del trabajador agrícola, dejando la economía tradicional
e incorporándose a la modernidad (Lewis, 1958).

• Debido a la creencia de que sólo las ganancias de los capitalistas eran capaces de
financiar la inversión, pues los ingresos de la clase media y los salarios de
subsistencia de la clase baja resultaban insuficientes para alcanzar un nivel de
ahorro significativo, señalaron que la importancia residía en el crecimiento y no en la
distribución de la renta, pues ésta debía estar sesgada a favor de los burgueses
(Gutierrez, 2007).

• Modelo de las etapas del desarrollo de W. Rostow: Asume al desarrollo como el


eslabón más alto entre cinco etapas progresivas, las cuales se enuncian a
continuación:
i. Sociedad tradicional: La producción es rústica, agrícola y destinada al consumo
más que al comercio, siendo una economía de subsistencia con escasa
acumulación de capital.
ii. Condiciones previas al despegue: El Estado fomenta la modernidad, facilitando
la importación de bienes de capital y creando la infraestructura necesaria.
iii. Despegue: La industria local implementa nuevas tecnologías experimentando
un rápido crecimiento. Requiere que la tasa de inversión supere a la de
crecimiento demográfico apoyándose en el ahorro externo.
iv. Madurez: Los avances tecnológicos se han aplicado con efectividad,
incrementando la productividad del trabajo, los salarios y la renta nacional.
Las economías se proyectan hacia el exterior. Tiene una duración estimada de
sesenta años.
v. Alto consumo en masa: La producción ha crecido significativamente y se ha
diversificado orientándose al sector servicios. El Estado está en capacidad de
aplicar políticas sociales y el país adquiere presencia internacional (Aguilar,
2017).

12.3.2.2. Teoría Estructuralista.


Se gestó en América Latina marcando su inicio en la Conferencia de la Habana de
1947 con el discurso de Raúl Prebish, quien se opuso a la idea de que el
subdesarrollo es una etapa del desarrollo y cuestionó la efectividad de las políticas
neoliberales indicando que los países periféricos se insertan al comercio
internacional exportando materias primas baratas hacia los países desarrollados e
importando de ellos bienes de capital y de consumo con alto valor agregado,
situación que deteriora sus términos de intercambio e impide la implementación eficaz
de nuevas tecnologías en sus procesos productivos, quedando rezagados de los
beneficios del progreso (Rapoport & Guiñazú, 2016).

Con un tinte keynesiano impulsado por la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL), se propuso la industrialización por sustitución de
importaciones (ISI) que requería de la participación activa del Estado como
planificador y direccionador de las actividades económicas, utilizando exenciones
tributarias, subsidios, eliminación de aranceles a bienes de capital, entre otros incentivos
para fomentar la inversión en las industrias nacientes, pero también aplicando
barreras de entrada a los bienes provenientes del resto del mundo que podían
rivalizar en el mercado local con los productos ofertados por la industria nacional
(Ariel, 2015).
12.3.2.3. Teoría de la Dependencia.

Nace en los años cincuenta adquiriendo fuerza en las dos décadas posteriores.
Tomando líneas del neo-marxismo y del pensamiento weberiano, propugna la idea de
que existen grupos de poder nacionales interesados en que América Latina continúe
siendo primario-exportadora, sometiendo a los Estados-nación a una relación donde su
desarrollo depende del progreso de los países hegemónicos (Vergara & Ortiz, 2016).

Los «países periféricos», pese al deterioro de los términos de intercambio,


mantuvieron su oferta exportable consiguiendo competitividad a través de la
explotación laboral, lo que contrajo la demanda interna, a la vez que importaron
bienes con valor agregado y tecnología obsoleta que no les permitió incrementar su
productividad a los niveles de los países del «centro», perpetuando los desequilibrios
internos y externos, y consolidando un modelo dual donde el desarrollo y el
subdesarrollo son caras opuestas de la misma moneda (Gutierrez, 2007).

12.3.2.4. Teoría Neo-Clásica Institucional.

La escuela institucionalista fue fundada en Estados Unidos por Thorstein Veblen y


John R. Commons, cuyos estudios se fijaron en el rol de las instituciones en el
desarrollo, al que consideraron un proceso evolutivo que se apoya en
comportamientos asociados a actividades útiles que crecen conforme se
implementan los progresos tecnológicos, a los que llamaron «valores universales» que
están alineados con la eficiencia y el beneficio económico, encontrando como
resistencia a los «valores culturales» que se asocian a la ética, la moral y la opinión
de la comunidad, revelándose el carácter dual de las personas quienes son finalmente
las que promueven el cambio (Macagnan, 2013).

Esta escuela, a diferencia del pensamiento clásico, cree que los gustos y
preferencias varían y que la racionalidad es limitada pues existe un proceso de
aprendizaje circunscrito a la cultura, normas e instituciones, lo cual liga la conducta
económica al derecho ya que las leyes regulan las transacciones, por lo que el
desarrollo debe estudiarse contemplando además de la dimensión económica, la
social y la política (Commons, 1931).

12.3.2.5. Teoría Neo-Marxista de los sistemas mundiales.

Immanuel Wallerstein, principal teórico del análisis sistema-mundo, reconoció que


estudiar al Estado-Nación de forma aislada sin considerar las condiciones globales
es insuficiente, sugiriendo una visión holística que incluya la dinámica de los sistemas
de comunicación mundial, los sistemas financieros internacionales, la
transformación del conocimiento, la evolución del comercio e incluso los vínculos
militares, para lo cual la Economía debía apoyarse en la Sociología, adaptándose a la
nueva lógica del sistema capitalista que ignoraba las fronteras en búsqueda de
ganancias dentro de un mundo cada vez más integrado al mercado global,
generando diferentes estadios de desarrollo que permitía categorizar a los países en
periféricos, semi-periféricos y del centro, siendo los últimos los mayores
beneficiarios del reparto desigual de la riqueza (González, 2004).

12.3.2.6. Modelo Neoliberal de Apertura y Globalización.

En el contexto de la intensificación de la interconexión entre comunidades


distantes y diversas, que modificaron sus culturas y fortalecieron sus vínculos
económicos, sociales y políticos, producto de los avances en las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) durante los años setenta y ochenta, y la crisis
de la deuda externa que se fraguó en Latinoamérica, la «Escuela de Chicago» gestó
este modelo acusando al proteccionismo como causal de la crisis, priorizando el
desmantelamiento del «Estado del Bienestar» a través de la aplicación de paquetes de
reformas sugeridas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el
Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a las que John Williamson llamó el
«Consenso de Washington». Que iniciaba con la firma de una carta de intención
donde el gobierno se comprometía a contraer el gasto público, sobre todo el gasto
social, a no-intervenir en el mercado monetario para tener un tipo de interés y un tipo
de cambio regidos por la competencia, a eliminar barreras arancelarias y no-
arancelarias al comercio internacional, a abrirse a los capitales extranjeros, a
privatizar las empresas públicas, a respetar los derechos de propiedad, y en
general, a des-regular los mercados, a cambio de acceder a préstamos otorgados
por los organismos multilaterales (Castañeda & Díaz-Bautista, 2017).

La implementación de estas políticas, llamadas inicialmente «de austeridad» y


posteriormente «de ajuste estructural», derivó en el deterioro de la demanda y oferta
agregada que redujo la eficiencia e incrementó la desigualdad y la pobreza,
afectando negativamente al desarrollo de quienes las adoptaron (Casas, 2017).

12.3.2.7. Teorías de Desarrollo Sostenible.

Durante los años cuarenta aparecieron movimientos civiles y estudios académicos que
advertían de la posible crisis ambiental consecuencia de los modelos de desarrollo
que impulsaban la producción industrial y el consumo en masas sin contemplar la
degradación de los ecosistemas y las restricciones que éstos imponen sobre la
calidad de vida actual y futura.

A inicio de los setenta, las Naciones Unidas reconocieron al medio ambiente como
una dimensión del desarrollo, situación que se complementó con la creación del
«Club de Roma» (Gutierrez, 2007), motivando al debate que se cristalizó en diferentes
comisiones y reportes, siendo de particular importancia el informe Brundtland de la
Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo que cuestionó el modelo basado
en el supuesto de una posibilidad ilimitada de crecimiento y elaboró la definición de
«Desarrollo Sostenible». Entendido como aquel que permite satisfacer las
necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer las suyas (CMMAD, 1988), impulsando la
difusión de nuevas teorías de desarrollo, entre las cuales destacan las siguientes:
12.3.2.7.1. Teoría del Decrecimiento.
En 1972, después de la publicación del informe del «Club de Roma» llamado Los
límites del crecimiento cuya principal autora fue Donella Meadows; Herman Daly,
influenciado por el pensamiento de John Stuart Mill, propuso la «Teoría del estado
estacionario de equilibrio dinámico» donde el sistema, a través del accionar político
consciente, se compone de un stock constante de capital y población que se
mantienen por los recursos naturales, existiendo desequilibrios cuando se rebasa la
restricción presupuestaria natural, limitada por las fuentes solar y mineral, sobre-
explotando recursos de escasez absoluta para satisfacer necesidades relativas y triviales
(Daly, 1991).

12.3.2.7.2. Teoría del Crecimiento a Escala Humana.

Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (1986) propusieron la «Teoría de necesidades


humanas fundamentales» compuesta de tres subsistemas que permiten una
comprensión del desarrollo que supera la perspectiva económica, los cuales son:
• Necesidades: que son parte de la interioridad humana, y por ende inmutables,
existiendo nueve de ellos de igual importancia: subsistencia, protección, afecto,
entendimiento, creación, participación, ocio, identidad y libertad. La carencia de una
necesidad por debajo de un umbral mínimo pre-sistémico provoca pobreza.
• Satisfactores: que son el puente que una las necesidades con los bienes, y son
afectados por la cultura y el contexto histórico.
• Bienes: que son materiales y por ende limitados a la biósfera. Su uso potencia los
satisfactores atendiendo necesidades.

12.3.2.7.3. El Desarrollo Humano Sostenible del PNUD.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), formuló una


propuesta multidimensional para abordar el concepto de desarrollo que contempla al
sistema humano a partir de la dimensión económica y social, y al sistema natural
desde la dimensión ambiental; pretendiendo que el crecimiento económico se logre
simultáneamente con la erradicación de la pobreza, el fomento de la equidad, el
incremento de las capacidades y libertades humanas, sin vulnerar el medio
ambiente, para garantizar la extensión de la existencia de la humanidad.

Mientras que las teorías predecesoras se centraron en el fomento a la producción a


partir de la productividad, y en el mejor de los casos consideraron también su distribución,
el desarrollo humano sustentable adoptó el enfoque de Amartya Sen, quien propuso
como medida las capacidades que tienen las personas para lograr funcionamientos
valiosos que les den la libertad de escoger el nivel de vida que tienen motivos para
valorar, de tal manera que existe una correlación positiva entre las capacidades, que
se traducen en libertades, y el desarrollo humano (Iturralde, 2018).

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