Conceptos de Desarroolo Economico
Conceptos de Desarroolo Economico
SEPARATA 12.
12. Conceptos de Desarrollo Económico y Definiciones de los
Paradigmas de Desarrollo.
¿Por qué unos países se encuentran más desarrollados que otros? ¿Lograrán las
economías menos desarrolladas alcanzar a las que se encuentran en una situación más
favorable? Estas cuestiones han constituido uno de los principales focos de atención de
los economistas. Para poder responderlas, sin embargo, resulta necesario diferenciar tres
conceptos: crecimiento, desarrollo y progreso económico, ya que, aunque históricamente
los tres se han comportado en la misma dirección, desde un punto de vista conceptual
tienen diferentes significados.
D) Crecimiento Económico:
Como tal se entiende el aumento sostenido de la producción total de bienes y servicios de
la economía a lo largo de un plazo de tiempo determinado. Dos son las fuentes de
crecimiento económico: la acumulación de factores productivos (tierra, trabajo y capital), y
las mejoras tecnológicas.
En efecto, si aumenta la cantidad de factor productivo para una tecnología determinada,
también aumentará la producción. Más trabajadores o más máquinas, por ejemplo,
producen más bienes. Con respecto a las mejoras tecnológicas permiten producir de
manera más eficiente; con la misma cantidad de factores productivos se puede producir
más cantidad de bienes y servicios.
12.2 Desarrollo Económico.
Es algo más que crecimiento económico. Para que tenga lugar el desarrollo económico
tiene que haber crecimiento. Es por tanto la condición necesaria pero no suficiente. De
esta manera si dicho crecimiento se viera acompañado por una variación sustancial en las
estructuras sociales, políticas y económicas, estaríamos ante un proceso de desarrollo.
Progreso Económico.
Los dos anteriores conceptos se encuentran, en principio, desprovistos de valor, en el
sentido de que pueden describirse y medirse sin referencia a normas éticas. De esta
manera, el empleo de sistemas productivos perjudiciales para el medio ambiente o el
desarrollo de nuevas tecnologías con fines bélicos, podrían ser consideradas
manifestaciones del desarrollo económico, pero no constituyen un progreso para la
humanidad. Por tanto, un mayor bienestar material (desarrollo económico) podría ser
perjudicial para la naturaleza espiritual del ser humano y, por tanto, no se consideraría
progreso.
Estudiados por los historiadores e historiadores económicos, forman parte de los mismos
las instituciones, ideologías, grupos de presión presentes en la sociedad, accidentes
históricos, así como al orden económico internacional, ideologías exógenas y a las
presiones o perturbaciones de vecinos.
Resulta enormemente difícil cuantificar este tipo de factores, pero de lo que no cabe duda
es que pueden ser determinantes para el desarrollo de la economía. De hecho, multitud
de historiadores económicos han identificado desarrollo con la existencia de instituciones
eficientes en la economía. Se entiende que una institución es eficiente cuando favorece la
libertad y la iniciativa individual, y con ello, indirectamente, permite un mayor desarrollo.
Las instituciones cumplen una labor social y económica muy importante, en la medida en
que dotan de elementos de estabilidad sin los que la sociedad y la economía no podrían
avanzar. Los factores remotos podrían explicar por tanto, por qué China, principal
economía mundial en términos de resultados económicos y tecnología en el año 1500,
pronto se vio superada por Europa occidental. El establecimiento de instituciones
eficientes en Europa y las perturbaciones y presiones que vivió el país asiático en
aquellos años, explicarían el éxito de una economía y el declive de la otra en términos de
desarrollo.
12.3.1 Introducción.
Los motivos que explican el progreso de unas economías y el rezago de otras, las
razones por las que un número significativo de personas vive bajo el umbral de la
pobreza, los medios más efectivos para cerrar la brecha entre ricos y pobres, entre otras
muchas interrogantes relevantes para la prosperidad del ser humano, requieren de la
comprensión de las características y componentes de conceptos como riqueza,
desigualdad, pobreza y desarrollo, constituyéndose en el punto de partida para
formular teorías, modelos, metodologías y políticas que intenten mejorar la calidad
de vida de la población.
La hegemonía de la tesis clásica duró hasta 1929 cuando sus teorías y políticas
resultaron insuficientes para explicar la «Gran Depresión» y sacar a los países de la
crisis, surgiendo la escuela keynesiana que propuso estimular la demanda agregada
utilizando políticas fiscales y monetarias para reactivar el PIB y generar empleo,
concibiendo al Estado como moderador de los ciclos económicos, pero continuando
con la premisa de que el propósito más importante es el crecimiento.
Esta teoría sostiene que para alcanzar el desarrollo hay que superar varias etapas de
un camino que ya fue recorrido por las grandes potencias cuyos pasos debían ser
imitados por los países subdesarrollados, requiriendo que los valores occidentales
reemplacen a los tradicionales, pues erróneamente los asumieron incompatibles. Los
modelos relevantes de esta vertiente son los siguientes:
• Debido a la creencia de que sólo las ganancias de los capitalistas eran capaces de
financiar la inversión, pues los ingresos de la clase media y los salarios de
subsistencia de la clase baja resultaban insuficientes para alcanzar un nivel de
ahorro significativo, señalaron que la importancia residía en el crecimiento y no en la
distribución de la renta, pues ésta debía estar sesgada a favor de los burgueses
(Gutierrez, 2007).
Con un tinte keynesiano impulsado por la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL), se propuso la industrialización por sustitución de
importaciones (ISI) que requería de la participación activa del Estado como
planificador y direccionador de las actividades económicas, utilizando exenciones
tributarias, subsidios, eliminación de aranceles a bienes de capital, entre otros incentivos
para fomentar la inversión en las industrias nacientes, pero también aplicando
barreras de entrada a los bienes provenientes del resto del mundo que podían
rivalizar en el mercado local con los productos ofertados por la industria nacional
(Ariel, 2015).
12.3.2.3. Teoría de la Dependencia.
Nace en los años cincuenta adquiriendo fuerza en las dos décadas posteriores.
Tomando líneas del neo-marxismo y del pensamiento weberiano, propugna la idea de
que existen grupos de poder nacionales interesados en que América Latina continúe
siendo primario-exportadora, sometiendo a los Estados-nación a una relación donde su
desarrollo depende del progreso de los países hegemónicos (Vergara & Ortiz, 2016).
Esta escuela, a diferencia del pensamiento clásico, cree que los gustos y
preferencias varían y que la racionalidad es limitada pues existe un proceso de
aprendizaje circunscrito a la cultura, normas e instituciones, lo cual liga la conducta
económica al derecho ya que las leyes regulan las transacciones, por lo que el
desarrollo debe estudiarse contemplando además de la dimensión económica, la
social y la política (Commons, 1931).
Durante los años cuarenta aparecieron movimientos civiles y estudios académicos que
advertían de la posible crisis ambiental consecuencia de los modelos de desarrollo
que impulsaban la producción industrial y el consumo en masas sin contemplar la
degradación de los ecosistemas y las restricciones que éstos imponen sobre la
calidad de vida actual y futura.
A inicio de los setenta, las Naciones Unidas reconocieron al medio ambiente como
una dimensión del desarrollo, situación que se complementó con la creación del
«Club de Roma» (Gutierrez, 2007), motivando al debate que se cristalizó en diferentes
comisiones y reportes, siendo de particular importancia el informe Brundtland de la
Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo que cuestionó el modelo basado
en el supuesto de una posibilidad ilimitada de crecimiento y elaboró la definición de
«Desarrollo Sostenible». Entendido como aquel que permite satisfacer las
necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer las suyas (CMMAD, 1988), impulsando la
difusión de nuevas teorías de desarrollo, entre las cuales destacan las siguientes:
12.3.2.7.1. Teoría del Decrecimiento.
En 1972, después de la publicación del informe del «Club de Roma» llamado Los
límites del crecimiento cuya principal autora fue Donella Meadows; Herman Daly,
influenciado por el pensamiento de John Stuart Mill, propuso la «Teoría del estado
estacionario de equilibrio dinámico» donde el sistema, a través del accionar político
consciente, se compone de un stock constante de capital y población que se
mantienen por los recursos naturales, existiendo desequilibrios cuando se rebasa la
restricción presupuestaria natural, limitada por las fuentes solar y mineral, sobre-
explotando recursos de escasez absoluta para satisfacer necesidades relativas y triviales
(Daly, 1991).