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INSTITUCIÓN EDUCATIVA SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

LA LITERATURA BARROCA EN AMÉRICA: SU ORIGEN, CARACTERÍSTICAS, GENEROS, TEMAS Y


AUTORES

El Barroco en América se ve influenciado por los escritores europeos durante el tiempo de la


colonia. En la época que España y otros países europeos comenzaron a explorar el nuevo
continente impusieron una nueva cultura y arte, en este caso el Barroco, especialmente el Barroco
español.

Barroco es un término que procede del francés baroque y que permite nombrar a un movimiento
cultural y estilo artístico desarrollado entre el siglo XVII y mediados del siglo XVIII en Europa y
posteriormente en la colonia americana. El barroco alcanzó diversas disciplinas (la arquitectura, la
pintura, la música, la literatura, etc.) y se caracterizó por la ornamentación excesiva.

Contexto histórico:
El siglo XVII fue por lo general una época de depresión económica, consecuencia de la prolongada
expansión del siglo anterior causada principalmente por el descubrimiento de América. Las malas
cosechas conllevaron el aumento del precio del trigo y demás productos básicos, con las
subsiguientes hambrunas.

El comercio se estancó, especialmente en el área mediterránea, y solo floreció en Inglaterra y


Países Bajos gracias al comercio con Oriente y la creación de grandes compañías comerciales, que
sentaron las bases del capitalismo y el auge de la burguesía.

La mala situación económica se agravó con las plagas de peste que asolaron Europa a mediados
del siglo XVII, que afectaron especialmente a la zona mediterránea.

Otro factor que generó miseria y pobreza fueron las guerras, provocadas en su mayoría por el
enfrentamiento entre católicos y protestantes, como es el caso de la Guerra de los Treinta Años
(1618-1648).

Todos estos factores provocaron una grave desesperación de la población; en muchos países, el
número de pobres y mendigos llegó a alcanzar la cuarta parte de la población.

A fines del siglo XVII, se observará un barroco Rico y Refinado y Detallista. Luego se dará paso a un
Barroco más exuberante, con mayor decoración en sus columnas, agregando elementos como
flores y frutas con abundante oro como demostración de la riqueza y opulencia de los criollos.

Características generales:

– Su principal característica es la forma rebuscada y la abundancia de ornamentación en el


lenguaje. Los artistas barrocos utilizaron diversidad de recursos que buscaban embellecer sus
obras artísticas a través metáforas cultas y juegos de palabras.

– La poesía barroca es culta, llena de contrastes, de angustia y de pesimismo. Mezclando lo irreal


con lo real, lo feo y lo bello, entre otros contrastes ingeniosos que lograron alcanzar.
– Complejidad del fondo y forma, retorno a los temas clásicos grecolatinos. Complejidad en la
manera como presentan los temas a través del lenguaje rebuscado, en otras palabras, cual es el
tema y como se dice.

El Barroco en la Literatura:

La literatura del Barroco trajo consigo una renovación de técnicas y de estilos.

Los poetas barrocos del siglo XVII, mezclaron estrofas tradicionales con las nuevas, así cultivaron el
terceto, el cuarteto, el soneto y la redondilla. Se sirvieron las figuras retóricas, buscando una
disposición formal recargada de ornamentos.

Características de la literatura Barroca en América

Características en la literatura latinoamericana:

– La importancia del adorno. Uso de recursos fónicos y metáforas sensoriales para mejorar y
embellecer la expresión.

– La abundancia de elementos para impresionar. A través de los recursos léxicos y de mezcla del
habla local de América.

– Creación de contrastes entre lo serio y lo vano, lo bello y lo feo, lo ideal y lo real. Búsqueda de


mejorar los contrastes literarios.

– Tendencia a embellecer la realidad vulgar con vocabulario enriquecido o lenguaje culto.

incorporó elementos americanos, tales como un lenguaje enriquecido, con


expresiones del habla local, la exaltación y vitalidad de lo nuevo, imágenes
verbales, descripciones artificiosas y metafóricas comparando los
materiales preciosos.
El Teatro
Los misioneros introdujeron el teatro en lenguaje castellano con fines de
evangelización, adaptando pequeñas piezas llamadas autos
sacramentales. Las primeras representaciones se realizaron durante la
Conquista y durante la primera parte de la Colonia. El teatro profano se
introdujo a finales del siglo XVI. En Centroamérica la figura de Sor Juana
de Maldanodo y Paz (1598-1666) se vincula al teatro colonial con autos
sacramentales. 

Entre los escritores más destacados de la literatura Barroca en América están:

Bernardo de Balbuena: “Grandeza mexicana”,

Sor Juana Inés de la Cruz, llamada en su época la “Décima musa”, y


Carlos Sigüenza y Góngora, escritor polifacético, que escribió: poemas, ensayos y crónicas.

Sor Juana de Maldonado, poemas más destacados:

Letra con estribillo a la Inmaculada Concepción.

A los santos reyes

Al divino esposo

Para las despedidas

Versos para la pascua

Para el Día de los Inocentes

Oda a San Antonio

Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, Obras que escribió «Los favores del mundo», «La industria y la
suerte», «Las paredes oyen», «El semejante a sí mismo», «La cueva de Salamanca», «Mudarse por
mejorarse», «Todo es ventura» y «El desdichado es fingir».

Autores del barroco en América Latina

Sor Juana Inés de la Cruz


Su nombre real es Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana. Nació en San
Miguel Nepantla, el 12 de noviembre de 1651 en la ciudad de México y murió el 17
de abril de 1695, a la edad de 43 años.

Fue una religiosa y escritora novohispana del Barroco en el Siglo de Oro. Cultivó la
lírica, el auto sacramental y el teatro, así como también la prosa.

Aprendió todo cuanto era conocido en su época, leyó a los clásicos griegos y
romanos, y la teología del momento. 

Para Juana era tanto el deseo de aprender, que le propuso a su madre disfrazarse
de hombre para asistir a la universidad.

Escribió por encargo de la corte de Madrid tres autos sacramentales, que hablan
sobre el descubrimiento, la conquista y la evangelización de América; entre ellos
destaca el Divino Narciso, nombrado así en alusión a los autos de Pedro Calderón
de la Barca. 
osas que escribió por gusto propio es un poema filosófico llamado Primero sueño, llamado
así como una manifestación de su admiración a Luís de Góngora y Argote y sus Soledades.
Trata de varios cientos de versos, con forma de silva, a propósito del ansia de saber, vuelo
del pensamiento y su consecuente trágica caída. Tiene pasajes líricos de gran descripción
como el inicial, que usa más de cien versos para narrar la caída de la noche y el sueño de
los seres, como el gran colorido de la parte final, donde se escribe del triunfo del Sol sobre
la noche.

Poemas
La sentencia del justo

Firma Pilatos la que juzga ajena

Sentencia, y es la suya. ¡Oh caso fuerte!

¿Quién creerá que firmando ajena muerte


el mismo juez en ella se condena?

La ambición de sí tanto le enajena


Que con el vil temor ciego no advierte
Que carga sobre sí la infausta suerte,
Quien al Justo sentencia a injusta pena.

Jueces del mundo, detened la mano,


Aún no firméis, mirad si son violencias
Las que os pueden mover de odio inhumano;

Examinad primero las conciencias,


Mirad no haga el Juez recto y soberano
Que en la ajena firméis vuestras sentencias

A una rosa
Rosa divina, que en gentil cultura
Eres con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,


Ejemplo de la vana gentileza, 
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida


soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.

De tu caduco ser das mustias señas!


Con que con docta muerte y necia vida,
Viviendo engañas y muriendo enseñas.

Hernando Domínguez Camargo


Nació en Bogotá a finales del siglo XVII.

Aunque es uno de los poetas más importantes de la colonia americana, sólo se tienen noticias
aisladas de su vida. Se sabe que estudió en el Colegio de San Luis de Quito, donde los jesuitas y
que fue compañero de Antonio Bastidas con quien hizo honda y estrecha amistad. En dicho
centro encontrarían un ambiente propicio al cultivo de las bellas letras dentro del culteranismo
de entonces. Allí escribió un poema al Salto del Chillo y posteriormente logró el ambicionado
título de doctor.

Es posible que viajara a Lima y asistiera a la Asamblea de los Ingenios del Virrey del Perú,
como afirma Gustavo Otero Muñoz en una nota erudita a la Historia de la Literatura en Nueva
Granadade José María Vergara y Vergara (edición del Banco Popular, Bogotá, 1974).

Domínguez Camargo debió de tener algunas contiendas literarias en su tierra, pues sus obras
fueron desdeñadas y aún zaheridas. Finalmente, dictó en Tunja en 1659 su testamento, en el
expresaba su voluntad de que sus libros que tenía publicables y de estudio y sus papeles se
dieran al Colegio de la Compañía de Jesús de Tunja, y falleció poco después.

Corre arrogante un arroyo,


por entre peñas y riscos,
que, enjaezado de perlas,
es un potro cristalino.
Es el pelo de su cuerpo
de aljófar, tan claro y limpio,
que por cogerle los pelos,
le almohazan verdes mirtos.
Cíñele el pecho un pretal
de cascabeles tan ricos,
que si no son cisnes de oro,
son ruiseñores de vidrio.
Bátenle el ijar sudante
los acicates de espinos,
y es él tan arrebatado,
que da a cada paso brincos.
Dalen sofrenadas peñas
para mitigar sus bríos,
y es hacer que labre espumas
de mil esponjosos grifos.
Estrellas suda de aljófar
en que se suda a sí mismo,
y atropellando sus olas,
da cristalinos relinchos.
Bufando cogollos de agua,
desbocado corre el río,
tan colérico, que arroja
a los jinetes alisos.
Hace calle entre el espeso
vulgo de árboles vecino,
que irritan más con sus varas
al caballo a precipicio.
Un corcovo dio soberbio,
y a estrellarse ciego vino
en las crestas de un escollo,
gallo de montes altivo.
Dio con la frente en sus puntas,
y de ancas en un abismo,
vertiendo sesos de perlas
por entre adelfas y pinos.
Escarmiento es de arroyuelos,
que se alteran fugitivos,
porque así amansan las peñas
a los potros cristalinos.

Poesía
A la muerte de adonis (fragmento)

En desmayada beldad
De una rosa, sol de flores,
Con crepúsculos de sangre
Se trasmonta oriente joven.

Cortóla un dentoso arado


Que, a no ser de ayal torpe,
Por la púrpura que viste,
Le juzgara marfil noble.

Cerdoso Júpiter vibra


Rayos, marfil, sobre Adonis,
Y el alma que trae de Venus
Hiere más, mientras más rompe.

Espumoso coral vierte


Que en verde esmeralda corre,
Mar de sangre en quien a Venus
Naufragio prepara Jove.

Verdugo monstruo ejecuta


De inflexible Dios rencores,
Y siendo amor el vendado,
Son cadahalsos los montes.

«¡Ay!, fiera sangrienta, dice,


Si asegundarte dispones,
Advierte que en la de Venus
No en mi vida, has dado el golpe.

Y matar una mujer


Con hazaña tan enorme,
Más para escupida es,
Que para esculpida en bronce».

Con esto se vino a tierra


Esta hermosura Faetonte,
Y exhala beldad, ceniza
Del sol que agoniza ardores.

De la herida a la ventana
El alma, al golpe, asomóse
Y aunque halló en la sangre escalas
Saltó atrancando escalones.

Cuando de cansar las fieras,


Ciudadanos de los bosques,
Venía la diosa Venus
Guisando a su amante amores.

Perlas desata en la frente,


Y su cuerpo exhala olores,
Que en amorosa porfía
Mejillas y aire recogen.

Juega la túnica el viento


Y entre nube holanda expone
Relámpagos de marfil,
Migajas de perfecciones.

Arroyo de oro el cabello,


Libre por la espalda corre,
De la cual pende un carcaj,
Vientre de dardos veloces.

Duplica en la espalda flechas,


Rigores ostenta dobles,
Bruñido dardo a las fieras,
Sutil cabello a los hombres.
Al pequeño pie el coturno
Le pone armiñas prisiones,
blando muro a dura espina
Que a tanta beldad se opone.

Fuentes le abrió de coral,


Quizá previniendo entonces,
Que tanto fuego tuviese
Por la sangre evacuaciones.

Hilos de rubí desata


Para que su nieve borden,
Con que en la tez de las rosas
Lácteos purpureó candores.

Ramos de sangre en tal cielo


Fueron cometas atroces
Que le escribieron desastres
En tan sangrientos renglones.

Espoleóle a su desgracia
Con la espina y arrojóse
Desde el risco del amor
Al zarzal de confusiones.

Trajinaria de distancias,
La vista escudriña el orbe,
Ve un atleta con la muerte
Luchando en rojas unciones.

A Adonis vio, jaspe yerto,


Por lo manchado y lo inmoble,
Y por dudar lo que ve,
Adrede le desconoce.

Asómase toda el alma


A los ojos, conocióle,
Y por dudar y engañarse,
Con engaños se socorre.

Beber la muerte en sus labios,


Cervatilla herida, escoge,
Muerte bebe en barro y vida
En boca rubí propone.

A voces le encaña el alma


Y a la de Adonis, sus voces,
Como se va por la herida,
Son a su prisa empellones.

Mira al cielo de su rostro,


Que alumbraban zarcos soles,
Y halla que a eclipsarlos vino
La luna de su desorden.
De las mejillas, que en rosas
Desabrocharon botones,
Si bordados, no alelíes,
Cárdenas violetas coge.

El panal dulce del labio,


Que entre ambrosia daba olores
Si es ámbar flor maltratada,
Hiel al néctar corresponde.

Mas las víboras de sangre,


Que se arrastran por las flores,
Nueva Eurídice, la muerden,
Miembros de mármol la ponen.

Rabiosamente se arroja,
Y es el remedio que escoge,
Beberle en la boca el mismo
Veneno que la corrompe.

La boca avecina al labio,


A heredarle el alma, adonde
Como llegó Venus muerta,
Alterna muerte matóles.

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