0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
376 vistas3 páginas
El Gigante prohibió a los niños jugar en su jardín después de la escuela, causando que el invierno permaneciera allí. Un día, el Gigante se arrepintió de su egoísmo y oyó a un pájaro cantar, dándose cuenta de que los niños habían entrado al jardín a través de un agujero, trayendo de nuevo la primavera con flores, pájaros y hojas en los árboles. El Gigante se sintió feliz jugando con los niños en el jardín.
El Gigante prohibió a los niños jugar en su jardín después de la escuela, causando que el invierno permaneciera allí. Un día, el Gigante se arrepintió de su egoísmo y oyó a un pájaro cantar, dándose cuenta de que los niños habían entrado al jardín a través de un agujero, trayendo de nuevo la primavera con flores, pájaros y hojas en los árboles. El Gigante se sintió feliz jugando con los niños en el jardín.
El Gigante prohibió a los niños jugar en su jardín después de la escuela, causando que el invierno permaneciera allí. Un día, el Gigante se arrepintió de su egoísmo y oyó a un pájaro cantar, dándose cuenta de que los niños habían entrado al jardín a través de un agujero, trayendo de nuevo la primavera con flores, pájaros y hojas en los árboles. El Gigante se sintió feliz jugando con los niños en el jardín.
Los niños, cuando salían de la escuela en primavera,
acostumbraban a jugar en el jardín del Gigante.
Un día, el Gigante, que era muy egoísta, tomó la decisión de
prohibir a los niños jugar en su jardín . Pero cuando volvió de nuevo la primavera, toda la comarca se pobló de pájaros y flores, excepto el jardín del Gigante. La Nieve y la Escarcha se quedaron en el jardín para siempre. Así siempre fue allí invierno.
Pero un día el Gigante se arrepintió de haber sido tan egoísta.
Una mañana, estaba todavía el Gigante en la cama, cuando oyó cantar a un jilguero. Los niños habían entrado en el jardín por un agujero, y con ellos volvió la primavera. Los árboles se habían cubierto de hojas, los pájaros volaban piando alegremente, las flores se asomaban entre la hierba verde. Y el Gigante se sentía feliz en el jardín jugando con los niños. Oscar Wilde