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12/08/2020

Reporte de lectura del texto “Evolución del cuento hispanoamericano hasta el siglo
XX” de Karla Gabriela Nájera Ramírez.

Los géneros literarios no son puros sino potencias genéricas, la pertenencia de un


texto a cualquier género literario es una invención académica, porque los géneros no son
puros estos se contaminan, se comunican, se contagian y se toman material prestado uno
de otro. Tomando esto en cuenta a nivel narratológico se puede afirmar que hay
características del cuento que perduran desde la prehistoria hasta hoy día y que fueron
indispensables para distinguirlo del resto de los géneros literarios. Algunas otras se han
modificado en el transcurso del tiempo, pero la naturaleza del cuento mismo se conserva.

Una de las características que se mantiene es la brevedad, pues en ella recae la


esencia del cuento. La misma permite al autor lograr el efecto buscado, es decir, un fin
preconcebido para el cual trabajan los elementos de la narración. La brevedad en la
narración ayuda a que el alma del lector quede sometida o inmersa en la trama sin que
intervengan influencias externas, como el cansancio o las interrupciones. Cabe resaltar
que las descripciones de los escenarios también deben ser concisas. El cuento no necesita
de escenarios bien definidos, como ocurre con la novela o la novela corta. Aunque no es
una regla general, pero el buen uso de estas técnicas literarias da al escritor dimensiones
universales.

Otra característica imprescindible es que el cuento no puede incluir muchos


personajes y debe procurar que las acciones y la narración estén centradas en uno o dos
de ellos, los cuales configurarán su personalidad mediante diálogos, acciones y
argumento, y no gracias a su descripción física y psicológica.

A finales del siglo XIX, los escritores comenzaron una fase de renovación
estructural que derivó en el siglo XX en la forma abierta del género, la cual permite textos
aparentemente sin estructuras y, por ende, nuevas manifestaciones literarias que podrían
ser consideradas híbridos o anticuentos. Esta apertura, es parte de un proceso natural de
evolución del género y representa la experimentación con el lenguaje y con las técnicas
narrativas. Aquí la esencia del cuento se encuentra en la posición del cuentista frente a su
texto, el narrador conocer la narrativa, pero no la moraleja. El significado o los posibles
significados del cuento no deben ser establecidos, sino que será labor del lector
reconocerlos.

Por: Ismael Marte Tejeda.


12/08/2020

Esto no quiere decir que no exista uno o varios desenlaces factibles o que el
escritor no los haya pensado para su historia, sino que no fueron expresados por el
narrador y se mantienen en lo no dicho hasta la intervención del receptor. Por eso, no
resolver la historia o dejarla trunca parece una de las características del cuento moderno.
También la ausencia de introducción tiene una función similar; abre la interpretación del
desarrollo de la trama y contribuye a la elección del final si éste fuera abierto.

Durante las últimas décadas del XX hubo un cambio estructural en el que el


narrador y el personaje dejaron de ser el punto céntrico alrededor del cual giraban el resto
de los componentes del cuento. Este cambio también se experimentó en el resto de
Hispanoamérica, aunque con variantes temporales, y es el resultado de un proceso de
reestructuración que se gestó desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del
XX.

El autor que logró consolidarse como el primer cuentista moderno fue José María
Roa Bárcena (México, 1827-1908), marcó el desarrollo del cuento e influyó en las
siguientes generaciones de cuentistas. Durante los últimos veinticinco años del siglo XIX
surgió el modernismo que representó la primera emancipación hispanoamericana en las
letras y fue la base del desarrollo literario en el siglo posterior. Posteriormente surgieron
nuevas tendencias literarias en las que se reflejó un mundo irracional, onírico e ilógico.
A este cuento se le conoce como posmodernista.

Las nuevas tendencias filosóficas y los cambios sociales que se suscitaron poco
antes de la Primera Guerra Mundial provocaron en Europa cambios estéticos en las artes
que influyeron en América en una reacción contra el realismo, el naturalismo y el
modernismo: las vanguardias. Cabe resaltar que el desarrollo del cuento
hispanoamericano estuvo vinculado a los procesos históricos y a las condiciones sociales,
aspectos que lo han dotado de carácter de género y han determinado también las
estructuras de pensamiento del hombre hispanoamericano.

Por: Ismael Marte Tejeda.

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