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UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO DE QUITO

Coloquio 6 – Grupo 5

Nombre: Katherine Guevara

María Fernanda Quishpe

Le Corbusier y su perfecto equilibrio entre la razón y el sentimiento

En el siglo XX, la arquitectura se centraba en buscar respuestas funcionales para los

edificios, por lo cual se emplearon métodos y sistemas de diseño muy sólidos que funcionaban

a manera de cánones predeterminados para llegar al supuesto esbozo ideal. Los resultados del

uso de estas premisas se las asociaba con la belleza absoluta, ya que al haber sido estudiadas y

analizadas previamente fueron tomados como verídicas; es decir, siguen reglas específicas con

conceptos racionalizados que se adecuaban en el marco social evolutivo. Sin embargo, surgen

personajes que se desligan parcialmente de estas premisas y comienzan a emplear las

emociones como método de diseño y búsqueda de la belleza. El contraste que se forma es algo

fuerte y controversial para la época; sin embargo, Le Corbusier es uno de los propulsores que

aplica ambas concepciones a la par; es decir, mezcla lo racional con lo sentimental.

Entender el porqué de las cosas, anteponiendo la razón sobre cualquier unidad para

obtener una verdad, era lo más importante de la época, es así como nace el racionalismo, una

corriente filosófica que tuvo sus comienzos en siglo XVII y XVIII en Europa y jugó un

importante rol ya que impulsó a la investigación, al uso del pensamiento y raciocinio; dando

como resultado desarrollo, avance y evolución de la sociedad. El racionalismo se basa en el uso

del método científico para buscar una respuesta, mismas que están fundamentadas con las
ciencias básicas como la matemática y la geometría; es decir, “nada se lo da por supuesto, todo

se lo demuestra”. En un ámbito más espiritual, lo definimos como la búsqueda y encuentro del

hombre con el hombre para fortalecer la confianza y fe en sí mismo, puesto que esta corriente

admite también la existencia del ser humano como ser racional que posee ideas innatas, es

decir, el mismo hombre ya predispuso los cánones de belleza basados en la razón en distintas

áreas como el arte, la arquitectura y música; pues para esta corriente el encontrar respuesta a

estos parámetros no se logra mediante la experiencia, sino que ya son parte de nosotros como

seres humanos. “Según el racionalismo, el mundo es lógico, ordenado y racional y todo

conocimiento que se pueda percibir mediante los sentidos serán engañosos; por tanto, habrá

que dudar de ellos” (Maxima, 2019), esta idea también hace alusión a que la experiencia del

hombre no era un método para encontrar la verdad, ya que la misma está basada en los

sentidos, por tanto se argumentaba que “se puede dudar de todo lo que se mira, escucha o

siente, pero no se puede dudar que el ser humano existe. De allí surge la premisa: pienso, luego

existo” (Maxima, 2019).

Le Corbusier se desvincula parcialmente de estas ideas predeterminadas para crear un

equilibrio entre la razón y el sentimiento, evidenciándolos en los 5 puntos de la arquitectura; es

decir, no solo toma la razón, sino que también usa sus sentimientos para crear arquitectura

funcional y sensorial, un lenguaje que mezcla este racionalismo con los sentidos. La manera en

que Le Corbusier ve y siente las cosas, el estar en el presente y en los pensamientos a la vez;

son tópicos que aspiraba evidenciar en sus edificios, es por ello por lo que busca incorporar la

arquitectura emocional a la racional, puesto que es una manera de acercarse a la persona que

está observando o interactuando con la obra arquitectónica. Busca crear emociones basándose

en el ámbito sensorial que, a pesar de que no se le dé tanto enfoque, hace que las obras tengan

sentido. Usualmente los arquitectos utilizan todos sus sentidos para poder trabajar en su obra, y
se conectan física y mentalmente porque quieren transmitir emociones en su proyecto, como es

el caso de Le Corbusier.

En conclusión, decimos que la racionalidad en la arquitectura está ligada a varios

ámbitos que tienen que ver con la razón, ideas basadas en las ciencias exactas.  Por otro lado,

como decía Le Corbusier, “La arquitectura es el arte por naturaleza porque su fin último es

conmover los sentidos” (Cutruneo , 2011), haciendo alusión a que la arquitectura satisface toda

una parte de nuestro espíritu. Por lo que decide involucrar los sentidos a una arquitectura

racional que era lo que se veía en la época.

Para nosotras, el gesto de unir la arquitectura con el arte es lo más adecuado, dado que,

utilizando por ejemplo al mismo Le Corbusier, estas dos ramas se conectan, y de hecho, la

vemos reflejada en la mayoría de sus obras. Utiliza figuras diferentes, formas de composición

fuera de lo común, combina colores en los espacios, juega con las sombras y la luz, y al final es

todo lo que su arte da paso a que las personas puedan emitir emociones sobre la obra

arquitectónica. Un ejemplo muy claro es la Capilla Notre Dame du Haut, un lugar sagrado

sencillo, que carece de detalles tanto en su interior como en el exterior, sin embargo, la esencia

real de esta edificación está en las ventanas de colores que reflejan luz colorida en su interior,

dependiendo del horario. Esta pequeña característica no hace de la capilla un lugar infantil,

sino, según los espectadores, es un lugar que les transmite paz, tranquilidad y además les invita

a conectarse con sus sentimientos, tomando en cuenta de que su construcción partió de u

análisis exhaustivo y racional.


Bibliografía

Cutruneo, J. (14 de junio del 2011). El tema de la razón en las teorizaciones de la arquitectura

moderna. Un recorrido por textos de Viollet-le-Duc, Le Corbusier y Sartoris.

Recuperado el 14 de octubre del 2020 de:

https://revistadearquitectura.ucatolica.edu.co/article/view/769/949

Julia Máxima, J. (25 de julio del 2019). Racionalismo. Recuperado el 14 de octubre del 2020

de: https://www.caracteristicas.co/racionalismo/

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