Dussel La Gramatica Escolar Historia de Los Guardapolvos

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edición del Anuario, hecho que paulatinamente se ha venido produciendo

La gramática escolar de la escuela argentina:


desde la aparición del primer número. . un análisis desde la historia de los guardapolvos
Hasta aquí los logros, lo alcanzado. Pero además, y como todo proyecto
en curso, la dirección y el comité del Anuario se han comprometido para Inés Dussel*
alcanzar metas en el corto plazo. En primer lugar, esperamos incorporar
como colaboradores activos del Anuario a investigadores de la comunidad
académica internacional, así como historiadores del ámbito nacional que se Resumen: , d. d ti
desempeñen en disciplinas diferentes a la educación. Su contribución enri- En este artículo analizaremos cómo emergieron los delantales como co 1go ,e v:s :-
quecerá sin dudas el espectro temático del Anuario, así como nuestra propia menta dominante en las escuelas argentinas, sobre la base de qué discursos: y que practi-
cas y qué ¡·erarquías sociales autorizaron y cuáles excluyeron. Usando d:ve~sos tedxtols
tarea de investigación histórica. En segundo lugar, y de la mano de esta ·
(códigos y reglamentac10nes escolares, libros d e t ex to, biografías y. descripcionesf e a
primera meta, creemos que es preciso profundizar la difusión del Anuario vida escolar y artículos y publicaciones de la época), plantearemos al?unos de sus e e~os
tanto en nuestro país como en el exterior, así como estrechar más los víncu- sobre la ex~eriencia escolar de niños y adultos en las escuelas. Los discursos que ~on u-
los con los países latinoamericanos. Finalmente, una tercer propuesta es yeron en la difusión del guardapolvo como código de vestimenta escolar fueron ~iver~os
incluir un dossier temático en los próximos números, de forma tal de poder y heterogéneos, y conformaron un artefacto con sent~~os múltiples.~ ,contradictorios,
como la mayoría de las formas culturales. Más especific~mente'. qmsieramos ~~stacar
contar con relevamientos bibliográficos actualizados y comprensivos de los
dentro de estos sentidos su incorporación a una construcc10nparticular ~e la nación, un~
temas que nos interesan, así como de las diversas líneas y enfoques de in- construcción que volvió equivalentes a la homogeneidad y la democraci~, Y que ~os~lo
vestigación existentes para abordarlos. ue la igualdad moderna sólo podía realizarse si también se ~stablecian a~anencias
Resta por último realizar un breve recorrido por las temáticas que tratan
los artículos de este nuevo número. Contamos por un lado con dos artículos
~uales o idénticas. Sin embargo, creemos que es importa:1t.e revisa~ es~as eqmvalei~cias
porque ellas tuvieron efectos no tan auspiciosos ni democraticos en termmos de la
política y sl.~1,los tipos de relaciones sociales y conceptualizaciones del cuerpo que ueron
et
tura
que abordan la temática indígena, uno en virtud de analizar su impacto en
el currículum y en los libros de texto del primer peronismo, el otro reconstru- y son aut\jtízados en y por las escuelas.
'/
yendo los conceptos de educación que atravesaron los primeros tiempos de
la colonización del.sur de nuestro territorio. Los otros artículos abordan Abstract: . f
temáticas diversas. El abanico se abre para incluir: un recorrido histórico In this article l will analyze how white smocks emerged as. the sar:onal code .º
por la producción sobre textos escolares en la Argentina, un análisis de las Argentinean schools, on which discourses they were based, and wluch practice~and s~cia~
hierarchies they authorized or excluded. Using different texts (laws and ~o es, se 100
políticas educativas en los '90, y una «arqueología» del guardapolvo en los
textbooks biographiesand descriptions of school life and secondary matenals fro~ that
primeros tiempos de la educación de másas en la Argentina. Finalmente time) I will reflect on sorne of their effects on the school experience of adults and children
contamos también con un trabajo brasileño que aborda los procesos de alike: The discourses that supported the white smocks w~re diverse ~nd heterogeneous
escolarización en ese país. Asimismo, se incluyen reseñas de los últimos and constituted an artifact that had multiple, even contradictorymearungs-as all cu!tu~al
libros aparecidos en el campo como, también, de los congresos y eventos que forms have. More specifically, it will be remarked that they contributed to a particu ar
nos han reunido en el último año, truction of the nation that buílt an equívalence between homogeneity and democracy.
:~~~sthat fixed the idea th;t modern equality could only be realized if it was based on :ual
Esta diversidad temática da cuenta sin dudas de que el campo de la or identical appearances. However, I will claim that it is importa.n~ to mterrogate . ese
Historia de la Educación ha dejado de reconocerse exclusivamente en térmi- · 1 · ces because they had much less democratic effects than it is thought, especially
eqmva en , . li ti f
nos de una historia de las políticas educativas, para incluir en su seno in terms of the political culture and the kinds of social relations and conceptua za ons o
múltiples problemáticas, que dan cuenta de la productividad de esta área the body that were and are a uthorized in and by schools.
de investigación y producción académica.

Doctora Silvina Gvirtz


Directora
· FLACso/Universidad de San Andrés.

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Introducción
turalización se vincula con que los guardapolvos pasaron a ser parte de la
"[Cuando empecé la escuela en 1914, en el barrio de Almagro]
"gramática de la escuela" (Tyack y Cuban, 1995), ese conjunto de reglas que
se ,hablaba de usted a los alumnos en aquella época, y no define las formas en que las escuelas dividen el tiempo y el espacio, clasifi-
usabamos delantal blanco que.nos hiciera, digamos, hasta cierto can a los estudiantes y los asignan a clases, conforman el saber que debe ser
punto anónimos." (Gutiérrez, 1980: 30) ·
enseñado y estructuran las formas de promoción y acreditación. Estas for-
"[En 192.8] íbamos a la escuela de punta en blanco, de acuerdo mas son, según Tyack y Cuban, un sustrato de alta estabilidad en el tiempo
al veredicto de nuestro padre español: el nuevo guardapolvo y el espacio, estableciendo qué se entiende por e.scuela, por buen ~lumno y
es~aba exageradamente almidonado, zapatos domingueros, buen docente, y que resiste a buena parte de los intentos de cambio.
pemado a la gomina (otra tortura), medias tres cuartos, cami-
sa clara y c~rbata floreada. Nuestra madre se ocupaba de que Incluir a los guardapolvos en la gramática escolar implica ensancharlos
no se conociera nuestra pobreza, en detrimento de otras necesi- límÚes de esta noción, más bien pensada desde las reformas macroes-
dades hogareñas." (Del Pino, s/f, p. 229) tructurales, los cambios curriculares y las formas de enseñanza de los do-
centes, y también formulada como una gramática universal, sin considerar
Par~ un observador externo, la visión que ofrece una escuela pública cómo se localizó, se nacionalizó y se adaptó a las épocas.2 En relación con la
a~gentma puede ser sorprendente. Todo el mundo se viste de blanco, estu- primera cuestión, cabe señalar que los eventos, procesos y artefactos que
diantes ~docentes, como albinos (como dice un comentario reciente, cf. ·parecen ser marginales en las escuelas, como las prácticas deportivas, la
Moufoun, 1999). La obligatoriedad de los delantales o guardapolvos blan- vida de los pasillos, las salidas y los uniformes, también son elementos
~os es un :asgo peculiar de nuestras escuelas que, aunque no es original (sin fundantes de la cultura institucional de las escuelas (Symes y Meadmore,
ir muy lejos, por ej~mplo, los alumnos de Bolivia y Uruguay también los
1999). Por ejemplo, las prácticas corporales, las apariencias o la higiene son
usan), se ha convertido en un símbolo de nuestra escuela pública. Por ejem- parte importante de los criterios por los cuales se asigna a los alumnos a
plo, durante la protesta docente organizada alrededor de la Carpa Blanca ciertas clases y no otras, se define su promoción y su calificación, y por sobre
(1997-1999), se entregaban delantales blancos a los visitantes "ilustres" todo sq~{ parte fundamental de la enseñanza de ciertos saberes sobre el
c?mo emblemas de la lucha por la defensa de la escuela pública contra el cuerpo: sobre la sociedad y sobre la autoridad que muchas veces es más
ª!uste estructural menemista. En el mismo sentido de amplio consenso so- efectiva que lo que transmiten las disciplinas escolares. Tomando un caso
cial s~bre su uso, ~ued~ citarse una encuesta reciente realizada por una corriente en nuestras escuelas, puede decirse que sancionar o excluir a un
estu?i~nte de la Universidad de Buenos Aires, que preguntaba personas a alumno porque trae el guardapolvo sucio, roto o desprolijo, enseña muchas
de distinta edad y escolaridad si preferirían otro uniforme, 0 ningún unifor-
cosas sobre el mundo y la escuela en que viven ese chico y ese docente,
me, al delantal blanco; la respuesta fue abrumadora a favor de la continui-
señala lugares respectivos, fronteras, códigos aceptables y no aceptables, y,
dad de los delantales (Fernández, 1999).
lo que es más preocupante, plantea jerarquías sociales, económicas, cultu-
Aun cuando en la Argentina del 2003 los chicos no van a la escuela "de rales, familiares o de estilos de vida que convalidan desigualdades sociales,
p~nta en bla~co''. Y con zapatos de domingo, sino con ropas informales, con económicas y culturales. Todo ello contri bu ye a definir qué es una escuela,
ant~s Y tatuajes, con gorras, jeans o minifaldas, dependiendo del código de
quiénes pueden estar en ella y cómo, esto es, una gramática escolar.

:n
vestimenta de~u escuela, en la mayoría de los establecimientos primarios, y
menor medida en los secundarios, se sigue usando el guardapolvo.1 Lo
interesante es que para la mayor parte de la gente los delantales blancos han
En relación con la segunda ampliación de la noción de gramática esco-
lar, que cuestiona su carácter universal y algo ahistórico, es interesantes~-
ñalar que no todos los sistemas educativos nacionales adoptaron los uni-
:stado a~li desde Sarmiento, que es casi como decir desde tiempos
formes como código de vestimenta en las escuelas, y muchos menos aún los
mmemonales. Pero, como lo señalan las citas iniciales de este artículo, sólo delantales blancos. Esta singularidad argentina podría darnos pistas sobre
separadas por 13 años de diferencia, su emergencia puede ser datada en
la gramática de la escuela en nuestro país y sobre las formas específicas en
fechas no muy lejanas. Empezaron a ser usados en las dos primeras déca-
que esa gramática tomó artefactos, dispositivos e invenciones de otras ~xpe-
d~~ del siglo xx, Y rápidamente colonizaron las formas de vestirse de los
riencias mundiales y los tradujo a una situación particular. Como dice el
runos Y los adultos en las escuelas públicas. Argumentaremos que esta na-
antropólogo Arjun Appadurai, "mientras que la genealogía de las formas

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1. La "invención" del guardapolvo: una producción a coro
culturales se preocupa por su circulación entre regiones, la historia de es tas
formas se preocupa por su permanente domesticación en prácticas locales" "Una causa es siempre la consecuencia de un largo proceso de
(Appadurai, 1996: 17). Analizar la forma cultural "escuela" implica, para composición y una larga lucha por atribuirle responsabilidad a·
nosotros, estudiar también cómo se convirtió en una experiencia nacional y algunos autores," (Latour, 1988: 258),

local.' Los guardapolvos constituyen una puerta de entrada para desplegar


esos procesos de localización que estuvieron en la base de la expansiónde Como se ha dicho, los guardapolvos empezaron a usarse en las escuelas
la escuela argentina. argentinas a principios del siglo xx. Hay vario~ d.ocentes e ins~ectores que
En este artículo, entonces, analizaremos cómo emergieron los delantales dicen haberlos creado, buscando los mismos objetivos: proporcionar un v.e,s-
como código de vestimenta dominante en las escuelas, sobre la base de qué tuatio económico, higiénico y democrático que acompañara la expan~10n
discursos, y qué prácticas y qué jerarquías sociales autorizaron y cuáles de la escuela. Creemos que esta pluralidad de "inventores", más alla ~e
excluyeron. Nos basaremos para ello en un corpus de textos heterogéneos: cuán ciertos sean todos los relatos sobre sus orígenes, habla de dos cuestio-
códigos y reglamentaciones escolares, libros de texto, biografías y descrip- nes: por un lado, la existencia de un consenso generalizado sobre la f~rma
ciones de la vida escolar, y artículos y publicaciones de la época. Nos intere- de regulación de los cuerpos en la escuela, que pe~saba en vestuanos ~
sa sobre todo poder enfocar la atención en algunos de sus efectos sobre la apariencias homogéneas en nombre de la demo~rac~a y la ~alud de los n~-
experiencia escolar de niños y adultos en las escuelas a principios del siglo ños: y por otro, de un momento particular en la historia d:l sistema educati-
xx, que no siempre son considerados por quienes los defienden tan vo argentino en el que muchos educadores estaban expenme~tan~o nuevas
ardientemente. Adelantando algunas de nuestras conclusiones, diremos que técnicas y artefactos. copiando y produciendo ide~s sobre ~ue y como ense-
los discursos que confluyeron en la difusión del guardapolvo como código ñar, cómo Ílevar el trabajo en el aula y cómo organizar la vida de una escue-
de vestimenta escolar fueron diversos y heterogéneos, y que conformaron la. -
un artefacto con sentidos múltiples y contradictorios, lo que, por otra parte, Unop~ los que se postula como inventor de los delanta~es blancos e~
puede decirse de la mayor parte de los productos de la cultura. Más Pablo pfazurno, destacado educador con larga carrera en el s1St:ma educa
específicamente, quisiéramos destacar dentro de estos sentidos su incorpo- tivo, Pizzurno era inspector general de Escuelas para la Capital Federal
ración a una construcción particular de la nación, una construcción que cuando formuló su queja sobre los vestidos lujosos que usaban las alumnas
volvió equivalentes a la homogeneidad y la democracia, y que postuló que para ir a la escuela en 1904.4 Para Pízzurno, reiterando un tem.ª,central de la
la igualdad moderna sólo podía realizarse si también se establ~cían apa- moralidad victoriana (cf. Valverde, 1989), el lujo y la ostentacion en las mu-
riencias iguales o idénticas. Estas equivalencias se consolidaron en las re- jeres eran fuertemente sospechosos, porque se centra~a en la friv?l~dad Y
voluciones burguesas europeas y americanas (cf. Pellegrin, 1989;Peiss, 1998) porque el amor a los vestidos caros potencialmente podía ll~v.ar a oficio~ non
y formaron la base de los sistemas educativos nacionales de fines del siglo sanctas (v.g., la prostitución). Las mujeres, naturalmente débiles de carac~er
xrx y principios del xx. Para muchas generaciones de argentinos, los guarda- y con tendencia a la superficialidad, eran más pasibles de caer en tentacio-
polvos se convirtieron en sinónimo de democracia, salud y decencia, hasta nes que los hombres; y por eso sus apariencias debían regularse con mucho
el punto que es difícil que pueda pensarse en un código de vestimenta dife- más celo, también, por supuesto, para garantizar su" decencia" y su pudor.
rente sin sentir que se están amenazando logros políticos y sociales muy Como vemos, las cuestiones de género estuvieron muy presentes a la hor~
importantes. Sin embargo, creemos que es fundamental revisar estas equi- de pensar un código de vestimenta para las escuelas. La queja sobre la peli-
valencias porque ellas tuvieron efectos no tan auspiciosos ni democráticos grosidad del lujo y la ostentación lo llevó a recomendar el uso del delantal
en términos de la cultura política y de los tipos de relaciones sociales y igualador, tomado al parecer de una clase de trabajos manuales, "c~n- las
conceptualizaciones del cuerpo que fueron y son autorizados en y por las ventajas de todo orden, morales, económicas, higiénicas y hasta estehcas
escuelas. que se le reconocen" (Pizzurno, 1938: 269). Aparentamente, ya que en la
compilación de sus escritos no se señala claramente la fecha del~ propues-
ta, esta recomendación se habría realizado entre 1904 y 1909, mientras fue
inspector jefe.

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Al menos otras cuatro personas se han acreditado la invención de los respecto, debiéndose impedir que lo hagan." (Digesto Escolar, 1920: 91).
delantales, todos ellos egresados de las escuelas normales. Se dice queIulia Otro decreto de 1913 argumentaba que los uniformes no podían ser obliga-
Caballero Ortega, una maestra de trabajo manual, se lo sugirió a sus estu- t~rios porque implicaban una erogación que se convertiría en un obstáculo
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diantes en 1905, en una escuela de Avellaneda. Antonio Banchero, maestro para el cumplimiento de la obligatoriedad escolar: Art. 12. ~os dire~tores
de 6º grado en 1906, informó que promovió el uso de los delantales blancos de escuela deberán cuidar que los alumnos concurran con trajes sencillos y
para el docente y los alumnos en la escuela Presidente Roca, de Libertad y sin atavíos que puedan fomentar emulaciones u ostentaciones de lujo, sin
Tucumán, ciudad de Buenos Aires, para evitar el contraste entre los niños que esto importe autorización para establecer el uso de ui: :in~ fori_ne deter-
1

ricos y los pobres. El profesor Pedro Avelino Torres, egresado del Mariano minado cuya adquisición sea onerosa a los padres de familia. (Circular 67
Acosta, también dice haber conducido una experiencia similar en una es- del CNE, del 16 de abril de 1913, en: Digesto Escolar, 1920: 181).
cuela experimental en Buenos Aires, en los primeros años del nuevo siglo Sin embargo, como se señaló en la biografía de Matilde Filgueira, dos
(para los tres casos, veáse Mayocchi, s.f., p. 228). Finalmente, está la historia años después se promulga otro decreto que no sólo autoriza sino que reco-
de Matilde Filgueira de Díaz, que fue incluida en el "Diccionario de Mujeres mienda el uso de delantales blancos para el personal docente de las escue-
Argentinas" por considerársela la inventora del guardapolvo. La referencia las de la capital. Se lo consideró "buena práctica", porque "además de in-
de este diccionario proporciona un buen ejemplo del tipo de retórica, pasa- culcar en los niños la tendencia de vestir con sencillez, suprimirá la compe-
da y presente, que se ha usado para fundamentar el uso de delantal: tencia en los trajes, etc., entre el mismo personal" (Circular 101 del CNE, 23
de diciembre de 1915, Expediente 19). Es destacable que los primeros objeti-
[La maestra Matilde Filgueira de Díaz] en 1915 se desempeñaba
11 vos de la regulación fueron los docentes y no los alumnos, para quienes sólo
en la escuela 'Camelia Pizarra', de la Capital Federal, cuando ad- fue autorizado. Los docentes debían dar el ejemplo del régimen ético y esté-
virtió que su clase se dividía en dos grupos: el de los niños bien tico que debían adoptar los niños y sobre todo las niñas.
vestidos y el de las familias modestas. Quiso encontrar solución a El camino hacia la uniformización del vestuario ya estaba pavimentado.
tal distingo y tuvo la idea de hacer vestir a todos con delantal en Cuatro aqfls después de este decreto, en 1919, una medida del gobierno de
horas de clase. En una reunión con sus compañeras y padres de Yrigoyefl, otorga un nuevo rol a las cooperadoras escolares, recientemente
alumnos expuso su idea, quedando elegido el blanco como color autorizadas. Después de recomendar el uso de delantales dentro de la es-
de la prenda, y para dar el ejemplo, fue a una gran tienda de la calle cuela o en actos públicos fuera de ella, estableció que se debía:
Florida donde compró con su dinero delantales y tela blanca, que
obsequió a las madres juntamente con las instrucciones pata con- Art. 2º Considerar, dichos delantales y guardapolvos, uniformes
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feccionarlos. Poco después, los-delantales eran estrenados en la característicos del traje escolar y en análogas condiciones a los
escuela de la entonces señorita Filgueira, borrándose las diferen- textos y útiles escolares, a los efectos de la provisión a los niños de
cias económicas y desapareciendo los problemas de aseo. No faltó matrícula gratis.
quien se alarmara por la innóvación considerándolo un uniforme, Art. 3º Solicitar a las Sociedades Cooperadoras para que colaboren
prohibido en las escuelas. Pero un funcionario del Consejo Escolar en la obra de asegurar a todos los hogares, sin violencias de orden
que acudió ante la denuncia anónima se convenció de la eficacia económico, la posibilidad de dotar a sus hijos de ese elemento de
de la iniciativa." (Sosa de Newton, 1986: 237, cit. por Morgade, vida escolar." (Circular del l de noviembre de 1919 del CNE, en:
1997: 98) 5 Digesto Escolar, 1920: 724).

La ley a la que este testimonio se refiere parece ser un decreto no fechado Se va creando de esta manera una.red de apoyo que involucra al Estado,
pero anterior a 1915 de acuerdo con información complementaria, que esta- los maestros normalistas y las asociaciones cooperadoras. Pero la extensión
blecía que "Es prohibido a los directores, vicedirectores y maestros:[ ... ] obli- del uso del delantal se volvería mucho más importante en la década si-
gar a los alumnos a que se presenten en trajes uniformes, cualquiera que sea guiente, con el desarrollo del Estado de Bienestar que distribuía periódica-
el acto escolar a que concurran, y aún dirigirles la menor insinuación a este mente bienes y comida a la población. En un panfleto del Consejo Nacional

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de Ayuda Escolar de 1939, por ejemplo, los delantales figuran entre los social y cultural en una sociedad que valoraba altamente la homogeneidad.
ítems de primera necesidad que se entregaban a los niños de las provincias Si bien puede argumentarse que estos marcadores no desaparecían con los
más pobres (CNE, 1939). Las fotos que ilustran el Monítor de la Educación guardapolvos, ya que seguían presentes en el .lenguaje, ~n l~s consumos y
Común, por otra parte, se van poblando de niños en delantales y guardapol- disposiciones culturales y estéticas, los relatos de estos ínmígrantes y po-
vos entre esas dos décadas (1910-1930), y hacia el final de 1930 ya es muy bres que ascendieron socialmente hablande integración e igualdad, lo cual
raro encontrar imágenes de escolares sin el nuevo uniforme, aun cuando se demuestra hasta qué punto esas operaciones fueron eficaces simbólicamen-
trate depoblaciones rurales o pequeños pueblos. _ te (Sarlo, 1997).
Recapitulando lo señalado hasta ahora, diremos que la invención del En este contexto, Jos delantales blancos se convirtieron en marcadores
guardapolvo no reconoce un "autor" claro sino un "proceso de composi- de Inclusión dentro de grupos particulares del campo social, igualando y al
ción", como decía el acápite de Bruno Latour al comienzo, realizado por mismo distinguiendo de otros no iguales, esto es, excluyendo. El uniforme
varios actores, mayoritariamente maestros de grado de la ciudad de Buenos era un símbolo de distinción, de inclusión en una clase diferente de gente, y
Aires, que dicen haber detectado las diferencias en el vestuario y que propo- en ese sentido fue más fuertemente defendido por quienes han tenido que
nen una medida igualadora e higiénica; y es sobre esta base que empieza a descansar en este capital cultural adquirido que por quienes tenían el éxito
configurarse un soporte legal y económico, vía las cooperadoras escolares, e inclusión asegurados (Bourdieu, 1984). Esto todavía parece ser así hoy.
para su adopción masiva. En las secciones que siguen, trataremos de dar Una alumna de 16 años que vive en una villa dice: "Yo me siento cómoda
cuenta de cómo fue posible pensar que los guardapolvos eran la mejor medi- viniendo con guardapolvo, porque eso quiere decir que sos una persona en
da, la más democrática y la más higiénica, para la expansión del sistema progreso, quiere decir que sos estudiante" (citada por Duschatzky, 1998:
escolar en la Argentina; y por qué la creatividad de docentes e inspectores 82.) Esta estudiante señala el orgullo de caminar por la villa con el delantal,
terminó coincidiendo en guardapolvos y delantales blancos y no en otros porque es un símbolo que la distingue y protege de "los de la esquina" -
vestuarios. Sostendremos que esta masificación estuvo sustentada en va- como los llama ella-.
rias series discursivas diferentes que confluyeron, no sin roces, en un mis-. El igyl~litarismo es un discurso ético-político vinculado con el pensa-
mo entramado~ que volvió equivalentes al guardapolvo, la democracia, la miento'de la ilustración, pero que sufrió grandes transformaciones en su
higiene y la moral; entre ellas, destacaremos tres en especial: el igualitarismo, - articulación como ideología oficial de las repúblicas de fines del siglo XIX
la higiene escolar y una conceptualización y práctica peculiar sobre el cuer- (Nique y Lelievre, 1993), cuando las democracias republicanas se convirtie-
po." De estas series nos ocuparemos en las secciones siguientes. 'ron en regímenes de gobierno en ese siglo. La igualdad ha sido al mismo
tiempo la condición del desarrollo de esas repúblicas y su amenaza más
firme. Decía Tocqueville que el desarrollo de los ciudadanos podía llevarlos
2. El igualitarismoy la construcción a la independencia y eso tenía el riesgo de conducirlos a la anarquía; pero si
de una ciudadanía"con estilo" el otro polo, el de la disciplina y la cohesión, era sobrevaluado, entonces
cabía el peligro del despotismo y la servidumbre (Cruikshank, 1996:243). El
El discurso igualitario ha sido enormemente influyente en la Argentina. principio de la igualdad debía navegar aguas turbulentas, y sólo se llegaría
Según el politólogo Guillermo O'Donnell, es una de las piedras basales de a buen puerto si la autodisciplina y la ilustración se generalizaban, y los
la cultura política y de la construcción institucional en nuestro país, aun- ciudadanos participaban de las actividades de gobierno.
que ese igualitarismo explique también mucha violencia y autoritarismo ( cf. El igualitarisrno entonces implicaba la producción de una ciudadanía.
O'Donnell, 1997). En lo que a este artículo concierne, el igualitarismo es La ciudadanía aquí se entiende como "una tecnología de gobierno que cons-
probablemente uno de los sostenes más importantes para la persistencia del tituye la pertenencia individual a una comunidad política" (White y Hunt,
delantal como código de vestimenta escolar a lo largo del siglo xx. Para 2000: 94), yen ese sentido también involucra tecnologías del yo (Foucault,
muchos inmigrantes y niños de familias pobres, la posibilidad de una igual- 1988), esto es, el trabajo con disposiciones, saberes y estrategias que tienen
dad abstracta y de ocultar la desigualdad era convocante, ya que implicaba que ver con la relación con el sí mismo, en términos modernos, la produc-
un relajamiento (aunque fuera temporal) de los marcadores de diferencia ción del individuo. La ética privada, entonces, se vincula con la política

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w_
pú~l~ca, y viceversa. La ciudadanía no es sólo la práctica de votar o expresar tir la libertad de movimientos). Terminaba sus consejos con una exhortación
opi~10nes sobre asuntos políticos, o la relación entre el sujeto y el Estado a esas "pobres criatu~itas" que no podían costearse vestidos de moda: la
nacional (es to es más bien una articulación histórica particular de la noción moda, les decía, no es importante "si estás limpia y cómoda, y si eres una
de ciudadanía y no su condición universal), sino que involucra una varíe- · buena niña. Uno no juzga a la gente por la ropa que viste". (Pizzurno, 1924:
dad de prácticas en las que uno se vincula con otros como ser público: las 185).
acciones comunitarias, los agrupamientos colectivos, incluso el consumo .. za
Uno no juzga a gente por la ropa que viste: es paradójico que Pizzurno
White Y Hunt dicen que la ciudadanía refleja una serie de relaciones con · afirme eso después de dedicar una lectura a plantear las reglas estéticas y
otros Ciudadanos dentro de la matriz organizada de la esfera pública (White éticas sobre la vestimenta que dan la pauta para ser "buenas niñas". Lejos
y Hunt: 110).
de ser irrelevantes, las ropas, para Pizzumo, informan a los otros sobre la
La ciudadanía implicaba un estilo, formas de presentación del sí mismo. condtción moral de una persona, su sensibilidad y su educación, y por eso
Francine Masiello lo dice así: "Se definió cómo actuar como una persona deben cuidarse tanto las apariencias. Pero esta ética y'esta estética aparecen
moderna en la nación, a través de comportamientos prescriptos y pautas de . corno neutrales, producto de un sentido común natural y sensato, yno de un
vestimenta y de ha~la ... El ciudadano debía tener un estilo". Sigue Masiello.. trabajo sobre sí.
el buen gusto "se convierte en un regulador social, una forma de control d~l Porotra parte, este "buen gusto" se afirma como "el" gusto natural, el
abuso y el exceso". (Masiello, 1997: 220 y 224). El ~stilo era importante para único posible. Tanto como el español estándar que se estableció en las es-
regular la distancia en relación con los otros y la respectiva ubícacíón ert el cuelas contra dialectos y lenguas alternativas, el estilo "medio" y el "buen
orden social. ·
gusto" también fue regulado y prescripto por las escuelas. Una ex alumna
Veamos el ejemplo del "Libro del Escolar" de Pablo Pizzurno. En una de la Escuela Normal de Paraná tiene recuerdos que ilustran la producción
l~ctur~ que se ll~ma ''. Adelita y el vestido", se cuenta en forma de diálogo la de este buen gusto sencillo y austero y del uso del delantal en él:
historia de Adehta, siempre la más inteligente e independiente de las niñas
de su clase, que llega a la escuela con un vestido que aparentemente no está aquellos lejanos años de primer grado, no se usaba el unifor-
a la moda, y que sorprende a sus compañeras porque ella siempre se vestía me y muchos de los niños iban primorosamente arreglados. Nues-
"co~ buen gusto". Adelita responde: "para no tener mal gusto, decidí dis- tra madre, que era muy práctica y que no le daba importancia a las
tanciarme de la moda", en una interesante y original cóntraposición entre paqueterías, me envió un día con un humilde delantal de brin cru-
buen gusto Y moda -y puede verse cómo la idea de monitorearso a sí mismo do con anchos tablones, que iba a ser mi vestimenta diaria. 8 Lleva-
gana espacio, contra la idea de conformarse al patrón de otros, en este caso ba además una cartera nueva, de cuero, más grande que yo. Al
la moda-. Adelita explica que no quiere ser una esclava de sastres y modis- aproximarme a formar fila, al pasar cerca de la maestra, muy orgu-
tas cuando las ropas no son bonitas o contragicen las reglas de la higiene. llosa yo en la modestia de mi atuendo, me dijo en voz alta: "¡Qué
"La gente sensata no sigue la moda cuando va contra el buen gusto o cuan- paqueta que has venido!", expresión que me llenó de satisfacción
do perjudica a la salud .... ¿Ustedes usarían botas de taco alto antes que en mis cinco años." (Perini Oliva, 1971: 30)
zapatos simples pero cómodos y elegantes? ¿Usarían una pollera angosta
que no las deja caminar cómodas antes que una más amplia que libera los Esta combinación de "paquetería" con simplicidad fue importante para
movimientos?¿ Usarían ustedes las polleras largas de la abuela que barrían la adopción de los uniformes, y recoge temas que ya habían sido articulados
toda la suciedad del. suelo y llevaban los gérmenes y microbios a todos por las propuestas estéticas y políticas de la Revolución Francesa y los
lados?" (Pizzurno, 1924: 183). Adelita daba consejos a sus amigas: "La gen- 'revolucionarios del siglo xrx (cf. Pellegrin, 1991; Perrot, 1994). La idea de que
te sensata, educada y con gusto se viste simplemente, tratando de no llamar las apariencias republicanas debían ser austeras, contra la ostentación y el
la atención, y tomando en cuenta, sobre todo, las reglas higiénicas a las que lujo d~ la ~ida cortesana, fue fundamental a la hora de definir uniformes
debe someterse la ropa." (Ídem.) Estas reglas establecían qué tipos de colo- Civiles y militares de las nacientes repúblicas. El cambio en las apariencias
res Y,textiles debían usarse de acuerdo con la estación y la situación social, debía ser tan rotundo como otros cambios; el norteamericano Benjamín
Y que formas eran más convenientes (siempre las más amplias, para permi- Franklin, por ejemplo, sorprendió a todos cuando decidió dejar de usar la

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peluca blanca de los notables y sumarse al pelo descubierto de los "sim- combate a la enfermedad, los preceptos higienistas no eran optativos sino
~les". de la sociedad (P:iss, 1998). En las repúblicas del siglo xx, esta apa- obligatorios; verdaderas campañas de limpieza política, moral y social fue-.
n_encia austera se combmaba con discursos victorianos sobre la moral y la · ron llevadas a cabo en su nombre. Un higienista argentino decía
virtud, y con esta nueva idea de la personalidad como base de la ciudada- elocuentemente que la violencia contra las resistencias individuales a las
n~a, como i:ro~~cto de .un trabajo activo sobre el sí mismo, ayudado por medidas higiénicas estaban fundamentadas" cuando el individuo confron-
discursos científícos como la higiene y por saberes prácticos como el saber ta el derecho supremo de la salud colectiva" (Armus, 2000: 535).
consumir o saber moverse en las ciudades. · Gran parte de los normalistas asumieron el discurso higienista como
Finalme~~e, ha~ q~e destacar que el igualitarismo era un discurso políti- propio, considerando que la lucha contra la ignorancia, la enfermedad y la
co ~~e tam~ien terna dimensiones económicas.Sobre todo, implicaba la edu- pobreza era la misma. No es sorprendente que la adopción de los delantales
cacion del ciudadano como productor y corno consumidor. Como muestra la adoptara un matiz sanitario, de prevención de enfermedades. Los guarda-
lec~ura de,la ~delíta de Pizzurno, los ciudadanos debían aprender a distin- polvos tenían supuestamente un uso profiláctico, previniendo a los gérme-
g~ir por si mismos entre la publicidad o la moda y sus propios intereses y nes y bacterias moverse libremente por las aulas. En sus "Instrucciones a los
b1ene~ta:. Los delantales blancos eran un buen instrumento para este. fin: directores y maestros en relación con la higiene escolar", el inspector médi-
c~nstitman un vestido simple, económico, que bajaba los costos y daba un co Genaro Sisto estableció la inspección diaria de los estudiantes, el mobi-
si.1:"1b~lo c~mún de identificación y participación en la esfera pública. Tam- liario escolar y el establecimiento. También recomendó el uso de los guarda-
b~e~ implicaba la i~troducción de discursos científicos (sobre la salud y la polvos por las siguientes razones:
~1g~e_n~) en I~s elecciones de los consumidores, que entonces podrían tomar
· decisiones mformadas". De estos discursos nos ocuparemos en el siguien- "La vehiculización de los gérmenes infecciosos por las ropas está
te apartado. plenamente demostrado. Durante mucho tiempo (mientras no se
forme la conciencia sanitaria de la población) concurrirán niños a
,¡¡/las escuelas que momentos antes han estado en contacto con gér-
3. La base higiénica de los guardapolvos . menes y llevarán a clase contagios inevitables. El uso de un delan-
tal evitaría esto, pero no un delantal que va a la escuela y vuelve al
L~ s_egunda serie discursiva que analizaremos es el higienismo, como hogar, sino un delantal que queda en la escuela y sólo en las horas
movurnento social y de ideas que se afirmó a fines del siglo xrx ( cf. Vígarello, de clase sea usado por el alumno. El delantal escolar (en forma
1993; La tour, 1988). Mientras que antes la salud era tratada en términos de enunciada) sería un medio de gran eficacia para evitar la irradia-
conservación de un estado de salud, la emergencia de la "higiene" como ción infecciosa de la escuela. Es verdad que múltiples razones se
preocupación social implicó "la recolección de prácticas y saberes que ayu- oponen a que se generalice el delantal, pero esos obstáculos en su
daran a preservar la salud ... Era un cuerpo de saberes, en vez de una cualí- mayoría económicos serían salvados en aquellas escuelas en que
ficación físic~:' (Vi~a:ello, 1988: 168). Este cuerpo de saberes, corporizado existan sociedades cooperadoras de la obra que realizan." (Sisto,
por la profesión medica y los microbiólogos que, desde Pasteur, declararon 1915: 565)
la "guerra a los microbios", se volvió el discurso central de los estados de
fin~s_del siglo XIX, combinando cuestiones urbanísticas, ecológicas, morales, El guardapolvo aparecía como el remedio y la enfermedad, el medio de
políticas y de forma~ión del consumidor (Latour, 1988: 23). Proveyó una transmisión de las enfermedades pero también de conexión entre dos mun-
f~rm_a de problematizar la: vida social, definiendo lo que estaba en juego, dos, una conexión que en ese tiempo se pensaba sospechosa. Los delantales
d1str~~uyendo pre~ios y castigos, planteando las prioridades sociales y debían ser más bien una protección contra el mundo exterior, una defensa
movilizando energias y recursos para pelear por estos ideales (Latour, 1988: puesta por la escuela para higienizar y limpiar a sus estudiantes.
25) Se planteó con:~ un movimiento de reforma social amplio, que tenía En un libro sobre higiene escolar publicado en Francia 9, Sisto y sus cole-
como punto de umon la pelea contra el contagio y la enfermedad, y que ;e gas plantearon el valor de Ja ropa para enseñar reglas saludables en los
ocupaba por eso de todas las esferas de la vida. Por este fin tan alto de niños. El libro abonaba las tesis del darw:inismo social, con sus supuestos

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sobre la lucha pm la supervivencia y la victoria de los más fuertes. En un "Atmósfera despejada,
artículo sobre la vestimenta, se dice que las ropas siempre han sido objeto de Vestido limpioy decente,
reglas de higiene, ya que el deseo de mantener la supremacía de la pro.pia sin que en mejillas y frente,
raza lleva al cuidado del cuerpo y la piel (Caminos, 1914: 255). brillen afeites por nada,
La vestimenta debía ser regulada· porque es "nuestra casa íntima y la comida mod.erada,
portable", una "piel o tegumento artificial" que "nos toca muy de cerca" (Ca- el beber con discreción,
minos, 1914:256, 253). Es tanto una protección para los seres humanos como ·y cumplir la obligación, ·
un mecanismo regulador de sus relaciones con el medioambiente (ídem, 253). aunque se juegue algún rato,.
Dice Caminos que hay dos leyes "naturales" para la ropa: la primera es no docilidad, gran recato,
perturbar el funcionamiento y desarrollo fisiológico de los sistemas muscular, y continua ocupación". ,
(Monlau, 1901, quoted in Liernur, 1997: 26)
respiratorio, circulatorio y digestivo; la segunda es evitar la transmisión y
propagación de gérmenes infecciosos (Caminos, 1914: 257). Estas leyes se
convierten en el fundamento de una operación política y moral sobre la pobla- La austeridad se vuelve equivalente a la lim~ieza ~~~:~~:l:~:j::i~;
ción, articulando jerarquías de género, opciones estéticas y sociales: "Todos, en una estética que.convierte_ adlalpobbrezo~'ydl~C:~ro higienista en 1898
hombres y mujeres, deben someterse a las reglas que la higiene tiene derecho . . "L hi . es el lujo e o rer '
positivo. a igiene d h b 'un "sabor" aristocrático en la
a imponer por el bien del individuo, y según creo, como un acto de defensa d Lº1,ernur 1997· 26) Pue e a er
(cita o por . ' . . · · d peso moral. En otro artículo publi-
nacional contra las tendencias de aquellos que, haciendo comercio en detri-
~~~:e;;; ~~~:~~:;~~i~a:d ~a:a~:ó: ~~:ún, aparece otro poema con máxi-
mento de la salud de los otros, se transforman muy seguido en perturbadores
ocultos e irresponsables de las reglas de la estética y el buen gusto, de las mas para niños:
cuales también se debe preocupar la higiene" (Caminos, 1914: 273).
La vestimenta debía calificarse de acuerdo con su carácter saludable: los i/Nunca vistas con descuido,
textiles livianos, aireados como el lino y el algodón debían ser preferidos ,/Que en la sociedad deshonra,
por sobre la lana y el cuero, sólo apropiados para el frío. Los colores tambié~ Como una mancha en la honra,
eran importantes. Los colores oscuros tienden a acumular calor y hay que Una mancha en el vestido"·
Usarlos sólo en invierno. Toda la ropa debía ser mantenida limpia y prolija (Plaza, eri: Groff, G., 1902: 961)
para prevenir su contaminación por gérmenes y microbios (Caminos, 1914). 1 también puede rastrearse en el
Es interesante destacar _que, pese al discurso saludable, Caminos no prohi- El sostén higienista de los guardapo vo~d, ti cos a los de los médicos en
d 1 delantales escolares sean i en i )
bió el uso de los corsets para las nnujeres, que para aquel momento era cues-
tionado por la profesiónmédica y estaba fuera de la moda (Traversa, 1997).
Caminos los denunció como apar a tos antihigiénicos, pero, teniendo en cuen-
hec h o e que os · .
la Argentina. Esto~ e~ lengu~je .;ª~
11 t . l" 0 de la vestimenta (Lurie, 1981 ,
dor~a Por un lado, esta proximidad esta-
habla de una prox1m1dad o smu an a .h d los "hombres" prominentes
ta la" estética de las formas", recomendó que sean rediseñados según lo que ba garantizada por el hecho de que mue os _e :médicos y ocupaban
recomienda la higiene, permitiendo la ventilación y la circulación de aires y del campo intel'ectual y político de la Ar?entm~ era7, de ahí q~e sus símbo-
d el sistema educativo neciona .
fluidos (Caminos, 1914, 283 ss.). . posiciones d e P~ _eren . . el honor (Salessi, 1995). Por otro
Es claro a partir de este libro de texto que la higiene no sólo proveyó un los fueran identificados con el preshg10 Yd. . compartieron supuestos
1 d 'a como la me .icma
código moral y político para organizar la sociedad sino también la base de
una estética, que Francisco Liernur (2000) llamó una "estética de la
lado, tanto .a p~ . agogi
gnoseológicos y eticos sobre el mu
.
J
ndo sobre su rol en él, por ejemplo la
t , digos de vestimenta y de
salvación y redención de los otros. A op ar c:encia de esta racionalidad.
lavabilidad", centrada en criterios médicos, urbanísticos y prácticos. En
una revista popular, podía leerse el siguiente poema de Pedro Monlau, au- apariencia similares a los doctores fue una consec
. tor de varios libros de texto de hi:giene, que condensaba las pautas de com- ·
portamiento para las niñas:

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4. La regulación de los cuerpos: organismo cuasi mecánico sino como un conjunto de músculos y órganos
las prácticas morales y la disciplina de la gimnasia que debe desarrollarse por el ejercicio sistem~tico (Vigarello, 1978). Los ~e-
portes competitivos fueron excluidos del curnculum por sus consecuencias
Otra serie discursiva que estuvo en la base de la adopción de los unifor- morales.
mes fue la que se refiere a la forma de conceptualizar y hablar sobre los Es difícil separar el desarrollo de la gimnasia escolar de la higiene. En un
cuerpos. Por un lado, hay que señalar que el discurso moralizador sobre el texto de higiene escolar, por ejemplo, la gimnasia figura entre los contenidos
cuerpo estaba presente en la regulación del vestuario desde los Hermanos a enseñar. La gimnasia "promueve el normal desarrollo del cuerpo, perfec-
Lasalleanos, que también adoptaron un delantal oscuro como forma de cionando las funciones de la Vida de relación directamente" (Telloy Ramírez,
mostrar "modestia y decencia". Estos discursos moralizadores se expresa- 1886: 51). Se le adjudicaba un impacto benéfico sobre la nutrición y el siste-
ban en las leyes suntuarias, estatutos que regulaban qué podía vestir cada ma motor y nervioso, pero también se creía que debilitaba el sistema sensiti-
uno de los órdenes sociales en las sociedades medievales y de la moderni- vo-psíquico. ;'Los acróbatas se brutalizan" por el ejercicio perpetuo (ídem,
dad temprana. Rastros de leyes suntuarias pueden encontrarse en los de- 52), se decía, en una letanía que tenía implicancías de género. Sin embargo,
cretos ya citados de 1913, que combatían los adornos que llevarían a la como la educación intelectual despierta una tensión nerviosa, ésta debe
ostentación lujosa. moderarse con la gimnasia. Esto es especialmente cierto para las mujeres,
Por otro lado, los cuerpos en la escuela venían siendo objeto de prácticas generalmente más nerviosas e irritables que los hombres, aun más si es de
disciplinarias desde la emergencia de la escuela moderna, qu~ regulaban tipo histérico o desciende de neurópatas (sic). La gimnasia ern~_eña a ~omi-
con detalle y precisión los movimientos dentro y fuera de la escuela. En el nar la propia violencia, a controlar la fuerza para desempeñar acciones
caso argentino, una fuente importante de entrenamíento y educación del · fuertes sin desperdiciar energías; y la voluntad aprende el hábito de domi-
cuerpo 'fueron los rituales y fiestas nacionales que incluyeron marchas y nar a los instintos, lo cual tiene un valor moral adicional.
desfiles, que combinaron prácticas militares con tradiciones de procesiones Tello yE.amírez pensaban que la gimnasia era un medio higiénico exce-
religiosas {Amuchástegui, 2002). Las inspecciones médicas escolares men- lente papÍ oponerse a las deformidades que se originaban por actitudes
c~onadas en el apartado anterior también educaron a los cuerpos, y propor- vicim;a~·'en las escuelas: la mala postura, los hábitos perniciosos de lectura,
cionaron un lenguaje específico para hablar de ellos. Aunque la preocupa- la miopía. Además, preferían los ejercicios "naturales", sin aparatos o ayu-
ción central fue por la higiene, los docentes y directores.agregaron otras da externa, que trabajaban solamente sobre la influencia de la voluntad
cuestiones. En 1915 se estableció que cada día debía realizarse una inspec- 'sobre el cuerpo: la marcha, el salto, la lucha. La marcha era la actividad .
ción de las manos, uñas, dientes, orejas, cuello y cabeza de cada niño. Tam- preferida, porque es la más "útil para hombres y ciudadanos" (nótese la
bién debían supervisarse las ropas, zapatos y útiles traídos por los alum- distinción): "algunos autores franceses aseguran que una de las causas del
nos. Cada estudiante debía traer su pañuelo. Pero además, debía crearse un fracaso nacional en la guerra con, la Prusia fue que el soldado francés no
registro de morbilidad para cada infante, indicando su nombre, las enfer- sabía marchar ni había adquirido su hábito como el soldado alemán" (Tello
medades infecciosas que tuvo, otras enfermedades, vacunas y demás infor- y Ramírez, 1886: 59.) Marchar a los parques era una actividad recomendada
mación relevante (Sis to, 1915: 563/564). Registrar e individualizar: las tác- por los autores, porque combinaba la gimnasia con la botánica y la ense-
ticas del poder disciplinario descripto por Foucault siguen funcionando en ñanza sobre la vida rural.
la escuela de principios del siglo xx. Como se ha dicho, en las escuelas argentinas los deportes escolares nun-
La educación física se convirtió en una disciplina escolar separada ha- ca fueron una parte importante del currículum, y ésta es una diferencia
cia el final del siglo xrx. Inicialmente, sus docentes fueron militares. En 1898 significativa con la tradición anglosajona. La educación física fue reducida
hubo una reforma curricular que reorganizó su enseñanza, incluyendo un a la enseñanza de marchas y ejercicios, y los gimnasios fueron pobremente
programa científico" que enfatizaba los ejercicios metódicos y los juegos
11 equipados o bien inexistentes en la mayoría de las escuelas (Aisenstein,
no violentos, y que estaba fundamentado en las últimas concepciones sobre . 1997). El cúerpo fue regulado a través del entrenamiento repetitivo, Y esto
la anatomía y la fisiología del cuerpo (Aisenstein, 1997). Esta educació~ siguió siendo así pese a la modernización de otras áreas de enseñanza. La
debía maximizar las capacidades del cuerpo, entendido ya no como un conceptualización del cuerpo se basó más en esta ejercitación reiterada que

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26
en una producción más original y desafiante. También esta educación del prolijidad y la higiene, el guardapolvo parece ser ~ás bien u~a superficie
cuerpo se vincula con la persistencia de los guardapolvos como código de ue permite ejercer un control inmediato, económico y efectivo sobre los
vestimenta en las escuelas. ·¿uerpos infantiles, y también sobre los cuerpos docentes, valga recordar.
El color del uniforme no es poco relevante y da cuenta, como otros ras-
d 1 s eomplejídades de sentidos que se asocian con su uso. Durante el
¡YOS, e a . , 1 . . t .
5. A manerade conel usión: ;rabajo de investigación doctoral sobre el que se basa este artícu o, no~ m ri-
ó la blancura de los uniformes, particularmente po~que el caso fr~ces, que
¿por qué los guardapolvos son blancos en la Argentina?
g nía q·ue era el modelo sobre el que se basó el sistema educativo argen-
se supo f
· · luyó delantales oscuros, de colores variados y de con eccion casera
-Ó»

"Una invención sólo abre una puerta; nunca obliga a nadie a tmo,mc · ·,. lt
pasar por ella." (Murard y Zylberman, 1996: 9) · (los tabliers).10 El tablier, eh este cas~, tenía "" uso de prote,cc10~~ ocu a-
. t de la ropa y no generó una industria ad hoc como si lo hicieron los
m1en o ' , , f
En este artículo, hemos propuesto rastrear las series discursivas que con- guardapolvos en nuestras escuelas. Más aún, en el caso francesnunca ue
fluyeron en fundamentar el uso de los guardapolvos porque creemos, si- obligatorio su uso. ,
guiendo al británico Nikolas Rose, que las tecnologías y dispositivos de La historia de por qué se eligió el blanco como color del dela~tal no esta
poder no son la realización de una única voluntad de gobierno sino el resul- del todo clara, e intentaremos sintetizar los argumentos que se dieron hasta
tado de una combinación peculiar de discursos, instituciones, artefactos y el momento y sugerir algunas líneas de investigaci~n futun1s'. de las que
sentimientos (Rose, 1999: 53). Quisiéramos subrayar que no hay que buscar roporcio!lamos algunos avances. Los relatos de. q:i.ienes sostienen haber
en los guardapolvos el despliegue de una esencia, ya sea democrática, repu- fnventado los guardapolvos hablan de la dispomb1hdad de las tela~ blat_1-
blicana o autoritaria, sino más bien comprenderlos dentro de ese largo pro- cas y d e Su costo más ba]0, algo que debería ser contrastado con una .historia
.
ceso de composición del que hablaba Bruno Latour en el segundo apartado, de la tndusnía textil que aún no ha sido escrita, Pero hay otras asocia:1one_s
como producto de prácticas discursivas "menores" y "mayores", de discur- . que deb~rt ser tenidas en cuenta. La primera, y pr?b.abl.emente la ~a~ ev~-
sos expertos, discursos morales, códigos y reglamentos institucionales, prác- dente, ya ha sido señalada cuando hablamos del h1g1~msmo, es la similari-
ticas sobre el cuerpo y creencias políticas y sociales. Estudiar su historia, dad con el vestuario de médicos y enfermeras. Se creta que el blanco era el
por eso, sirve para complicar el cuadro que pintan muchas sociologías de la mejor color para la ropa higiénica, porque es un buen conductor del ca:o~ y
educación y la cultura que sólo ven dominación y conspiraciones, así como 'porque es liviano (Caminos, 1914, 268); también fue el centro de la est;tica
para desbaratar el que proveen las historiografías hagiográficas que única- de la lavabilldad de la que hablamos antes (Liernur, 2000), que prefena las
mente reconocen buenas voluntades y acciones. Y sirve también para superficies lisas y claras para garantizar la li~pieza. El bl~nco, c~mo he-
complejizar la noción de gramática escolar, como señalamos al principio, mos dicho, permitía que la limpieza y la proh~1¿ad.fu~ran ínspeccíonadae
incorporando los saberes, prácticas y experiencias institucionales más coti- rápidamente, lo que aseguraba que la inspecc10n diana de los escolares se
dianos y más localizados. hiciera en términos eficientes y efectivos. . . . .,
Nos interesa cerrar este trabajo reflexionando sobre un tema que no ha Otro rastro a seguir para entender por qué el blanco e~ la raci~l}zac10n de
merecido mucha atención en las historias escritas hasta el momento. Las la política y la vinculación del blanco con la pureza y la inocencia .. Como ~s
"blancas palomitas" han sido una de las metáforas más usadas para hablar sabido, la población negra desapareció de la ciud~d de .Buenos Air:s ha~ia
de los cuerpos escolarizados en la Argentina. Los guardapolvos configuran mediados del siglo xrx, por motivos diversos: m1grac1ones, matn1:1'on:?s
un paisaje particular en nuestras escuelas, una topografía social predomi- interraciales}.Jev}JS· masivas para las guerras, c~mbios en la orgamzacwn
nantemente blanca que para algunos simboliza la pureza, la igualdad y lá social que los'-ffevó a agruparse por clase soc1~l antes que por raza ~cf.
inocencia; pero que también permite detectar la transgresión fácilmente. No Bernand, 1998). Sin embargo, las distinciones raciales no se esf~maron sino
hay que olvidarse que el delantal blanco exige toda una serie de cuidados que se volvieron visibles a través de otros marcadores: la educacio~, el .e,st~tus
específicos que dificultan el juego, la movilidad y la experimentación más social y los modos y maneras de la socia.bilidad. L: raza bl~nc~ ;1~ u10 sien:
1

libre. Por otra parte, sumada su blancura a la persistencia del énfasis en la do la privilegiada, más todavía en un tiempo de europeizac10n Y de lu

29
28
. tº n monj as pero sólo en los niveles inferiores,
chas por la hegemonía dentro de América Latina, dondela mayoría de los .·, del obispo, conver irse e ' . " " "bl
zaoon . "blancas". La diferencia entre monjas negras y an-
países estaban más mezclados racialmente." Asociar el blanco con la pure-· esto es, como ~011JaS . d 1 clase y con el estatus social, siendo el
za e inocencia no era una operación neutral, ni loes ahora. " estaba asr relaciona a con a . i2
cas . los órdenes más bajos de la sooedad.
También hay que rastrear las asociaciones semánticas más específicas bla~~o aso~~ª~ ~~~e es un hallazgo interesante, ya que ilustra la compleji-
vinculadas con la historia argentina. El azul-celeste y el rojo o colorado fue- creem 1 q . , del blanco para los delantales: simultáneamente puro y
ron los emblemas de los unitarios y los federales, los partidos políticos ("par- dad de l~ ~ ,e~c10n ralmente su erior pero económica y políti~amente in-
tidos" entendidos vagamente, no como aparatos políticos modernos) que lu- po~re, h_1g1emca;. ;ºque finalme~e resultara privilegiado el blanco por so-
charon durante 60 años después de la independencia de la corona española. fenor. Tiene sen i_ o lar los cuerpos que debían compor-
El azul-celeste era el color de los unitarios, que tenían una agenda más euro- bre otras alterna~1vas para ed~~a~~~~~irse en ciudadanos y consumidores
peizada y modernizadora que buscaba construir un Estado-nación con una tarse en forma virtuosa~ pro ' tar las jerarquías y la autoridad y obe-
elite centralizada. El rojo, en cambio, representaba a los federales, quienes se ílustr~dos, y al mismo tiemx;:c:~ ser cierto que esos comportamientos
apoyaban más en las elites locales y contaban con una base predominante- dienc1~ al status quo. N~radictorios entre sí, que la regulación de los cuer-
mente rural. Juan Carlos Garavaglia, en su historia sobre la vida privada en prescnpt?s tes~lt;;º~ ~~soluta, y que hubieron luchas y transgresion~s; y
las áreas rurales entre 1810 y 1860, señala que el azul y el rojo son los colores pos nundca ue o ae:os proporcionar otr; explicación unívoca que en~1erre
más frecuentes en los inventarios de armarios, generalmente por la ejecución sobre to o no quer . nflu eran en este código de vestrrnen-
de herencias (Garavaglia, 1999: 77). Aunque el azul nunca podía·ser total- la heterogeneidad de discursos que co _Yl r que la historia de los guarda-
mente expulsado de la simbología política por su asociación con la bandera
. b
ta escolar. sin em argo, i
sí nos interesa sena a
t 1 d la democratización de la escuela;
nacional, celeste y blanca, estaba sin embargo demasiado cargado de referen-
1 no es solamen e a e
polvos esco ares 1· itar que también fundaron exclusiones, y que
b ien queremos exp ic · 1 lt
cias políticas y constituía por eso una elección conflictiva. - an tes _1 ' • , • ldades de género, sociales, racia es, cu u-
Hay por otra parte otras experiencias culturales y educativas con el ves-. impus1eron 1erarqmas y des1gu~b . lgo a reparar las deudas con las
tu ario que deben ser tenidas en cuenta. Un ejemplo lo constituyen las órde- rales. Si/a historia puede contr;rí~1~~:r Benjamín, más aún debería ayu-
nes religiosas femeninas en Córdoba y Buenos Aires en los siglos xvm y xrx. genera:c1ones plasadas,t~:;d: con las generaciones actuales, parte de las
La historiadora Gabriela Braccio (1999) señala que las monjas podían vestir dar a reparar as que 11 rienda ade-
una túnica blanca o negra. El hábito negro era exclusivo de las jerarquías cuales todavía siguen siendo excluid~ ~-or n~ ~~s~:~~::r ::~uen alumno
superiores, las que tenían voz y voto en las decisiones, podían ser abadesas 'cuada". Es esta gramáti~a escolar que, e i~et~~as sobre el mundo y sobre el
o prioresas, seleccionar las aspirantes a novicias, e integrarse al coro de la o un buen docente, que saberes y que prac . nstruir
cuerpo debe portar, la que debe cuestionarse, si es que queremos co
Iglesia. Las monjas vestidas de blanco eran laicas o conversas, no podían
integrar el coro, y no tenían la misma clase de autoridad. El hábito blanco una escuela más d~mocrática.
estaba aparentemente reservado a las mujeres que no querían tener
protagonismo en la vida religiosa y que estaban. entregadas a obligaciones
11

corporales" (Braccio, 1999: 232), de las cuales no tenemos mucha explica- Bibliografíacitada
ción salvo que incluían prácticas asociadas con el disciplinamiento re ligio: . , fí · scolar en Argentina",
so del cuerpo: rezar, meditar, leer y someterse a tormentos físicos. Para vestir A (1997) "Historia de la educaoon isica e
Ars~~s;;;sta.del InstÍtuto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, 5 (11), X-
el hábito negro, la aspirante debía pagar una considerable suma de dinero
(1500 o 2000 pesos), y mucho menos si decidían ser monjas "blancas" (500 XVII. · b d . Genealogía de un ritual.
, M (2002) Los actos escolares con an era. ,
pesos). La frontera también se marcaba por la pureza de sangre u origen AMUCHASTEGUI, · · . , Universidad de San Andres.
racial, y también por el origen social (si eran hijas legítimas o ilegítimas). Tesis de,maestría, Escuela de Etucac~nlt ral Dimensíons of Globalizatíon.
Aunque había una regla firme para los orígenes raciales (Braccio cuenta un APPADURAI, A. (1996). Modernit~ ai ~rge. f ~-u esota Press. (Trad. cas~ellana:
caso que fue reportado en el que a una mulata le fue denegado el acceso por Minneapolis & London: Umversity? mn Económica).
su condición racial), las hijas ilegítimas podían, si contaban con la autori- La modernidaddesbordada,Buenos Aires: Fondo de Cultura

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1 Debe aclararse que este uso fue, antes y ahora, campo de lucha. Por ejemplo, el largo
Rosario: Beatriz Viterbo Editora. ·
de los delantales ha sido un punto tradicional de enfrentamiento entre autoridades y
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Srsro, G., (1915). "Higiene escolar. Instrucciones dadas al personal directivo calle", o escrito por amigos y compañeros, aún cuando ambas cuestiones sean resistidas
por docentes y directivos.
de las escuelas, por la dirección de la Inspección Médica Escolar". El 2
Véase también las críticas que realiza Antonio Viñao Frago (2002) a la hipótesis de
Monitor de la Educación Común, XXXIII (510): 561-567. Tyack y Cuban.
Srsro, G. (Ed.). (1914). Hugiene Scolaire. París: Octave Dion et Fils Editeurs. 3
En ese sentido, este trabajo puede verse como el complemento de lo que Pablo Pineau
(2001) llamó la expansión de la "Escuela-Mundo", una forma escolar característica de los
SYMES, C., & MEADMORE, D. (1996). "Force of Habit: The school uniformas a
países occidentales que evidencia rasgos comunes. Sostendremos que esta escuela-rnun-
body of knowledge". En: E .. McWilliam & P. Taylor (Eds.), Pedagogy, do se localizó en contextos específicos, y que estudiar esta traducción aporta elementos
Technology,and the Body (pp. 171-191). New York: Peter Lang. sustantivos para pensar los efectos que la escuela produjo en distintas épocas y lugares.
SYMES, C., & MEADMORE, D. (Eds.). (1999). The Extra-OrdinarySchool: Parergonality Los uniformes son un buen ejemplo de ese proceso: fueron una tecnología común a
sistemas educativos muy diversos, surgida con las primeras formas de escolaridad ele-
and Pedagogy. New York: Peter Lang. mental moderna en los siglos XVI y xvu, y que se expandieron por el mundo con la ayuda del
SYNorr, J., & SYMES, C. (1995). "The Genealogy of the School: An iconography imperialismo del siglo XIX y de la occidentalización espectacular que acompañó a los

34 35
estados nacionales en países no directamente colonizados; .sin embargo, adoptaron carac-
Producciones sobre textos escolares argentinos:
terísticas particulares en cada país, con estéticas, políticas y éticas diferentes.
4 Lo que, por otra parte, ya venía haciendo desde 1886, cuando escribió artículos -con
hitos, tendencias y potencialidades)(·
seudónimo femenino, cabe aclarar- en la Revista de la Asociación de Maestros condenando el
lujo y la ostentación en el vestuario. En ese momento, se oponía a cualquier tipo de código Carolina Kaufmann**
uniforme de vestimenta: "La maestra no puede decide a la madre: 'Póngale usted a su
niña un vestido de esta forma; hágale Ud. de este género, no lo haga de este otro; los
botines que sean así; el sombrero de este otro modo'. La maestra puede sí y debe exigir el
aseo en el cuerpo y en los vestidos; no' debe tolerar las ropas desgarradas y sucias, porque Resumen: , . ·
el aseo corporal, considerado como media virtud, no sólo ejerce una influencia moral . Este artículo tiene por objeto perfilar el estado del arte sobre producc~o~es abocadas al
marcada sobre las costumbres, pues refleja casi siempre la pureza del alma, sino que es tudio de los textos escolares en la Argentina, que se publicaron hasta díciembre de 2001.
compatible con la pobreza, como que a nadie le falta una aguja o un poco de agua y ~:Wda~entalmente, se considerarán aquellos trabajos efectuados ~or p~·ofesiona:es.del
jabón" (Pízzurno, "Adónde vamos señoritas? (O ellujo en las escuelas de niñas)", junio de las ciencias de la educación que se desempeñan en universidades publicas
de 1886, en: Pizzurno, 1936: 268; negrita en el original). Se encuentran aquí, como vere- camp 0 , · - 1 · t
tinas No se ha pretendido efectuar un inventario conc1 usivo. sino sena ar cier as .
mos, temas comunes a los códigos de vestuario de las escuelas del siglo xx: la higiene, la argen , . . 11 b ,
tendencias, hitos temporales y trabajos representativos. Se mencionan ,aque os tra a¡~s
pobreza y la austeridad moralizadas y virtuosas.
5
Este relato es también una muestra de la hagiografía del normalismo en la que cae ue dan cuenta de investigaciones sobre diferentes aspectos y perspectivas en e~ estudio
cierta historiografía educativa, aun la feminista, que formula una narrativa heroica, con de los manuales escolares, Se singularizarán algunos aportes relevantes provenientes de
docentes altruistas, dominados por los buenos sentimientos. áreas cognitivas tales corno la historia, las letras y la sociología.
6
La idea de entramado o andamiaje discursivo es tomada del trabajo de Tom Popkewitz
(1998), quien la usa para señalar cómo las nociones de "educación urbana" y ".•ural"
fueron construidas a través de discursos heterogéneos. Abstrad:
This article aims to develop the state of art on textbook research which was done in
7
Cabe señalar que estas series se superponen entre sí: el d.iscurso igualador supone
prácticas del cuerpo, y la educación del cuerpo supone conceptos higienistas e igualitaristas. Argentine public universities until December 2001. Mainly, we consider those works d~ne
Esta distinción es analítica y no ontológica, pero ayuda a clarificar formaciones discursiv~s· by researchersfrom educational universities. We do not pretend to carry out a c?nclus1ve
que tienen cierta estabilidad y reglas comunes. Otras series posibles a indagar son las inventory buV6 point out sorne tendencies, temporal landmarks an_d repres.entative works
conceptualizaciones sobre la infancia y de autoridad adulta, los discursos nacionalistas that characte~ise textbook research. We particularise sorne productions wluch comes from
propiamente dichos, las leyes suntuarias y regulaciones del vestido, los regímenes estéti- differentfi~Íds such as History, Literature and Sociology.
cos, entre otros. Nos hemos ocupado de ellas en nuestra tesis doctoral (Dussel, 2001).
8
Nótese aquí otro relato más sobre la invención del guardapolvo, esta vez inventado por
una madre. Según datos biográficos de la autora, habría empezado su escolaridad en
1928, por lo cual parece improbable que haya sido la primera en usar delantales.j , 1J. Contribuciones al estudio de los textos escolares
9
La publicación de este libro en francés no debería sorprendernos, ya que el francés era
el idioma intelectual de aquel tiempo (Salessi, 1995: 90). Cuantiosos informes y estudios
demográficos fueron publicados en esa lengua, por ejemplo la serie estadística de Emilio
Este trabajo delinea el estado del arte sobre producciones relevantes abo-
Coni para la ciudad de Buenos Aires en la década de 1880 (ídem, p. 89). Muchos escrito- cadas al estudio de los libros escolares en la Argentina, publicadas hasta
res, por otra parte, publicaban sus libros en francés como símbolo de consagración intelec- diciembre de 2001. Fundamentalmente, se considerarán aquellos trabajos
tual.
efectuados por profesionales del campo de las ciencias de la educación que
10
Salvo en el caso de los normaliens, alumnos de las normales, que usaban una bata negra
especial y otros símbolos distintivos. se desempeñan en universidades públicas argentinas. Por otra ~arte, n~ se
11
Puede, por ejemplo, rastrearse el discurso racista en los libros de texto, que en las pretende registrar la totalidad de las publicacion.es sob:e el ~arh~ular;~mo
primeras décadas del siglo incluían lecturas sobre la supremacía de la raza blanca sobre señalar trabajos representativos, ciertas tendencias e hitos hístoriográficos
las otras.
12
Claro que había excepciones a estas diferenciaciones de clase. Braccio cuenta la histo- que dan cuenta de investigaciones sobre textos escolares. . .
ria de dos hermanas que, viniendo de la misma familia, entran a órdenes dispares, argu- Nos interesa centrarnos en aquellas producciones que se mscnben en
mentando sus deseos personales; en forma inversa, también habían mujeres que venían de
hogares modestos y que solicitaban préstamos o excepciones para acceder' a los rangos
más altos (Braccio, 1999: 233), * El presente, trabajo retoma algunos aspectos desarrollados en Kaufmann. C., S~hool
textbook research in Argentina: since the 70's to nowadays, presentado al ~e?:g, Eckert Institute.
Alemania, febrero 2001. Agradecemos especialmente la beca que posibilitó enriquecer est~
trabajo.
** Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina.

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