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CRISIS DEL SISTEMA ECONÓMICO CAPITALISTA

La actual crisis económica mundial es el reflejo del desgaste de un sistema que ha


garantizado y protegido la expansión, los excesos y los abusos de un imperio
dominante en los últimos decenios de nuestra historia.

Todos los imperios hegemónicos que han existido a través historia han tenido un
periodo de auge, de mucho desarrollo para sus naciones y otro de crisis con
evidentes dificultades y conflictos para sus habitantes. Conocemos a través de la
historia el indudable apogeo del imperio romano pero también su posterior declive
y destrucción, la misma consecuencia padecieron el imperio mongol, el imperio
portugués y en Latinoamérica el maravilloso imperio inca y el deslumbrante
imperio maya.

La humanidad avanza, se transforma, una civilización debe construir el camino


para una nueva, un orden económico dominante tiene el compromiso de aprender
de sus errores históricos y proponer transformaciones y nuevas oportunidades en
benefició de la humanidad.

El actual sistema capitalista garantizó un innegable progreso en la industria, la


tecnología, las ciencias, la medicina y las comunicaciones que mejoraron la
calidad de vida de un amplio grupo social en su devenir histórico, sin embargo la
actual crisis económica y social ha demostrado nuevamente los límites y la
inoperancia de un modelo económico que gira en torno de un mundo mecánico,
esclavo de los mercados, de la acumulación de capital y busca solo el benefició
egoísta de unas minorías; el capitalismo ha dejado a un lado a la vida y al ser
humano como centro y motor primordial en la progreso de una sociedad.

El ideal mecanicista es un principio básico y fundamental para el pensamiento


capitalista, nació de los principios de las Leyes de Newton las cuales dominaron la
era de la Revolución Industrial y permeó la sociedad en su conjunto. Este ideal
aún prevalece y desafortunadamente se convirtió en un paradigma convencional y
absolutista a medida que transcurrió el tiempo y como todo modelo representativo
de una época se estancó en el tiempo y alcanzó ya sus límites, como
consecuencia ha debilitado el potencial de los individuos y los marginado a un
segundo plano, a una simple mercancía que genera costos o pérdidas para una
nación.

La Revolución Industrial tuvo como único objetivo el desarrollo económico y bajo


esta premisa, se establecieron monopolios económicos y culturales; se redujo la
finalidad del conocimiento al exclusivo objetivo de obtener ganancias, por lo tanto
la potencialidad del ser humano se orientó específicamente a los procesos
industriales, al manejo de las economías, a la sistematización del uso del recurso
humano y al perfeccionamiento de los medios masivos de comunicación como
herramientas de persuasión y manipulación de masas, de igual modo se hizo
mayor énfasis en el desarrollo de las ciencias exactas como sistemas para
optimizar el almacenamiento, el análisis de datos y garantizar la acumulación de
capital, excluyendo a un segundo plano el desarrollo humanístico de las personas
a través de disciplinas como las humanidades y las artes.

La lógica de industrial y mercantil de crecimiento ilimitado, tiene graves


consecuencias tanto para el planeta como para quienes lo habitan. Los patrones
de producción y consumo occidental provocan daños individúales, sociales y
ambientales en todas las regiones del mundo sometido al ser humado a la pérdida
de su dignidad y sus valores inmateriales. Precisamente, uno de los elementos
básicos que utiliza Dalton para criticar el capitalismo es haciendo énfasis en la
idea de que dentro de este sistema el sujeto social pierde su capacidad de
expresar lo que siente a través de sus sentimientos y emociones.

Dentro del capitalismo el sujeto es incapaz de plantearse los problemas culturales


debido a que, el sujeto social pervierte su “ser,” su arrogancia no representa más
que una cualidad banal que no lleva más que a la destrucción y al fatalismo
porque el individuo está destinado a encajar dentro de un gran aparato de
enajenación que busca reprimir y domesticar los sentimientos que llevan a la
rebeldía. Asimismo, dentro del capitalismo el sujeto social se vuelve un autómata,
sin libre albedrío, un muerto andante normalizado por los elementos embriagantes
de la cultura del entretenimiento.

La normalización del sujeto social es uno de los elementos esenciales que lleva a
concebir el capitalismo como un espacio decadente y enfermizo, en donde
quienes habitan en él terminan enfermos por un individualismo egoísta que los
conduce a un desaforado consumismo, como única salida para llenar el vacío
angustia y desesperación que deja la soledad.

Dentro del capitalismo, por otra parte, el sujeto social es un autómata en cuanto a
sus planes, el desorden es su forma de vida ya que no se plantea nada en
concreto. El capitalismo es el establecimiento de una esquizofrenia donde lo único
que reina es la desorganización de los sentidos, convierte en un sujeto vacío
(ausente), donde su caparazón nada más representa una lógica de
desorganización y que afecta su capacidad creativa, esencial para expresar sus
emociones y potencialidades internas.

Por otra parte Immanuel Wallerstein un importante analista y científico social no


cree que lo esencial del capitalismo sea su naturaleza de economía de mercado.
En este sentido sigue la línea del historiador Fernand Braudel y el economista Karl
Polanyi al considerar que el capitalismo es, en cierta forma, una economía anti-
mercado. Lo es en la medida en que la lógica del sistema tiende al oligopolio o al
monopolio y no a la libre competencia. Otra cosa es lo que dice el liberalismo, que
es una ideología que oculta más que muestra el funcionamiento real del
capitalismo. Aquí es fundamental entender el papel del Estado, pieza fundamental
para garantizar este mecanismo.

El Estado cumple funciones determinantes en el la construcción de un sistema


económico y social: crea las infraestructuras de comunicación, de información, de
energía además ejerce control sobre las fronteras reglamentando legalidad que
necesita el capitalismo, de igual modo tiene el monopolio de la violencia que le
permite garantizar el orden interno y brindar protección a la propiedad privada.
Pero también se dedica a socializar las pérdidas de los oligopolios y los
monopolios a través de subvenciones, los beneficios fiscales o simplemente
inyectándoles el dinero que necesitan para seguir acumulando capital. Hoy más
que nunca es evidente esta última afirmación.

Otro elemento fundamental en el planteamiento de Wallerstein, es la división entre


países centrales y países periféricos. No se trata de algo contingente o accidental
sino de algo sustancial. Hay un intercambio desigual que hace que las clases
trabajadores de los países centrales recojan una parte del beneficio del excedente
de esta relación de dominio de unos países sobre otros.

Desde el punto de vista ideológico el capitalismo es paradójico porque vive la


tensión entre el universalismo y el particularismo. Su universalismo es el del
mercado y el de la ciencia. Su particularismo es el del nacionalismo, el racismo y
el sexismo. Wallerstein es contundente: el racismo es un invento del capitalismo
para justificar las desigualdades económicas. Antes del capitalismo existió
xenofobia, no racismo. Respecto al sexismo también sostiene que nunca fue tan
claro como con el capitalismo, donde se convierte a la mujer en un ser
improductivo y se forma una familia nuclear patriarcal. De igual modo
el capitalismo no fue resultado de una revolución burguesa, que según Wallerstein
nunca existió, sino de una salida favorable a los grupos más poderosos del
feudalismo, que se transformaron en la nueva burguesía.

Es importante resaltar que para muchos defensores del capitalismo el sistema


está muy lejos del ocaso, pero es indispensable reformas serias que eviten su
declive. No es cuestión solamente de controlar las auditorías o las agencias de
calificación, de designar a directores que miren más por la empresa que por sus
propios intereses particulares o de organizar comisiones contra el fraude. Habrá
que establecer, naturalmente, unas nuevas reglas de juego que fortalezcan els
sistema. La confianza no se recuperará con estas medidas de carácter urgente,
con parches de hoy para mañana, sino más bien en hacer entender a las gentes
que el sistema no quiere y no puede jugar más sólo en beneficio de los que lo
gestionan.

La corrupción de los mejores es la peor porque da carta de naturaleza a un


comportamiento semejante a todos los que están debajo de los que toman las
decisiones importantes. El problema de la crisis es que las trampas se hacían
desde dentro, se sabían y se toleraban, se miraba hacia otra parte mientras unos
cuantos desaprensivos y usureros se convertían en multimillonarios sin producir
nada, simplemente especulando.

La realidad es compleja y enriquecedora, tanto para intentar superar las


contradicciones y los prejuicios que se intenta imponer. Las diferentes
dimensiones que configuran nuestra realidad, relaciones sociales, naturaleza,
trabajo, alimentación o cuidado, merecen que podamos cambiar la mirada y llegar
a una sociedad donde el centro de análisis sea la vida; definitivamente es
imposible apostar por el expansión de un mercado y la riqueza en términos
exclusivamente monetarios y el consumo y los excesos como los principales
motores de la sociedad.

El sistema capitalista está en un momento crítico, existen grandes dificultades


multidimensionales, que van mucho más allá del colapso financiero, y que vienen
de mucho antes de que ese colapso se produjera, muchos teóricos afirman que la
solución a la crisis no es posible sin dar un vuelco absoluto a ese sistema, que un
cambio radical es urgente para sentar nuevas bases y condiciones para una vida
digna, más humana y solidaria.

El capitalismo llegará pronto a su fin porque es incapaz de resolver sus


contradicciones internas. Será la lucha entre las élites económicas y los
movimientos anti sistémicos la que decidirá lo que vendrá después, que puede ser
mejor o peor en función de quien logre la supremacía del poder.

BIBLIOGRAFIA
J.M ROBERTS, Historia del Mundo, de la prehistoria a nuestros días, Random
house Mondadori, Barcelona, 2010.

CUERO RAUL, La mente de la mente, Intermedio Editores Ltda, Bogotá, 2013

M.M. ROSENTAL Y P.F IUNDIN, Diccionario Filosófico, Longseller Buenos Aires,


2005.

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el-mundo/comment-page-1/

https://www.youtube.com/watch?v=gzwYpJFCIcs

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