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VIGILANCIA EPIDEMIOLOGICA

En términos prácticos, la vigilancia se entiende como la observación sistemática y continuada de la


frecuencia, la distribución y los determinantes de los eventos de salud y sus tendencias en la
población. Todo sistema de vigilancia debe estar amparado por un marco legal propio del Estado
que garantice la operación eficiente de dicho sistema.

Este concepto tiene dos componentes prácticos:


• La medición sistemática de problemas prioritarios de salud en la población, el registro y la
transmisión de datos.
• La comparación e interpretación de datos con el fin de detectar posibles cambios en el estado de
salud de la población y su ambiente.

OBJETIVOS Y USOS DE LAVIGILANCIA

Los usos de la vigilancia son de tres tipos, los de seguimiento de los eventos de salud, los que están
vinculados con las acciones de salud pública y por último otros usos.
El primer grupo de usos de la vigilancia describe los patrones de ocurrencia de las enfermedades
e incluyen los siguientes:
1. Estimar la magnitud de los eventos (por ejemplo que tan frecuente es un padecimiento en una
población)
2. Detectar cambios agudos en la ocurrencia y distribución de las enfermedades (por ejemplo
brotes, epidemias y la presencia de problemas emergentes)
3. Identificar, cuantificar y monitorear las tendencias y patrones del proceso salud-enfermedad en
las poblaciones (por ejemplo incremento reciente de las enfermedades de transmisión sexual)
4. Observar los cambios en los patrones de ocurrencia de los agentes y huéspedes para la presencia
de enfermedades (por ejemplo vigilancia de laboratorio del virus de la influenza)
5. Detectar cambios en las practicas de salud (por ejemplo incremento de la tasa de cesáreas)

El segundo grupo tiene vínculos con la salud pública, usando los datos colectados para facilitar la
evaluación e investigación de las medidas de prevención y control y son:
1. Investigar y controlar las enfermedades, los reportes de muchas de las enfermedades sujetas a
vigilancia estimulan la acción, la búsqueda de la fuente de infección, más allá cuando la fuente de
infección es detectada, la acción rápida, como el retirar algún producto del mercado, cerrar un
restaurante, dar la alerta al público o identificar.
2. Planear los programas de salud, el monitorear los cambios en la ocurrencia de las enfermedades
en tiempo, lugar y persona, permite a los servicios anticipar cuando y donde pueden ser requeridos
los recursos y por lo tanto elaborar un plan para asignar los recursos adecuadamente para que sean
efectivos.
3. Evaluar las medidas de prevención y control (por ejemplo la modificación a la política de
vacunación contra el sarampión en México, donde después de la epidemia de los 80’, el esquema
de vacunación paso de una a dos dosis).

Los otros usos de la vigilancia son:


1. Probar hipótesis, estas frecuentemente son generadas por el análisis de los datos de vigilancia, la
epidemia de SIDA fue detectada en 1981 en Estados Unidos con el análisis de un grupo de casos de
una inmunodeficiencia adquirida, en homosexuales, con sarcoma de Kaposi y neumonía por
Pneumocystis carinii.
2. Archivos históricos de la actividad de las enfermedades, la información de la vigilancia se
concentra año con año en anuarios de información, que al paso del tiempo sirven para desarrollar
modelos estadísticos para predecir la factibilidad de las políticas propuestas para la erradicación de
enfermedades.

Eventos de salud bajo vigilancia

En general, los “objetos bajo vigilancia” son de cuatro tipos: enfermedades, síndromes, factores de
riesgo y otros eventos de salud pública. En el proceso de priorización de los eventos sujetos a
vigilancia deben considerarse:

a) Eventos* sujetos a vigilancia por el nuevo Reglamento Sanitario Internacional (RSI- 2005):
viruela, poliomielitis por virus salvaje, influenza humana por nuevo serotipo y síndrome
respiratorio agudo severo (SARS).
b) Todo evento que pueda constituir una Potencial Emergencia de Salud Pública de Importancia
Internacional, incluyendo cólera, peste neumónica, fiebre amarilla, fiebres hemorrágicas
virales, fiebre del Nilo Occidental, otras enfermedades de importancia nacional o regional
especial y cualquier evento de potencial importancia en salud pública internacional, incluso con
causas o fuentes desconocidas, de acuerdo al algoritmo de decisión del Anexo 2 del RSI-2005.**
c) Enfermedades que ya han sido total o parcialmente erradicadas (poliomielitis, fiebre amarilla
urbana, viruela)
d) Enfermedades que se encuentran en fase de eliminación (sarampión, rubéola, parotiditis,
tétanos del recién nacido, sífilis congénita, etc.)
e) Enfermedades transmisibles de corto período de incubación y alta letalidad (cólera, infección
por virus Ebola; etc.).
f) Enfermedades emergentes, reemergentes y desconocidas en el área geográfica, de interés
nacional e internacional (dengue, malaria, tuberculosis, VIH/SIDA, infección por hantavirus,
encefalopatía espongiforme subaguda o enfermedad de las “vacas locas” etc.).
g) Enfermedades no transmisibles de alta mortalidad prematura (cáncer del cuello de útero,
infarto agudo de miocardio, accidentes, diabetes mellitus, etc.).
h) Daños a la salud provocados por sustancias tóxicas ambientales (plomo, compuestos órgano-
fosforados, arsénico, etc.).
i) Factores de riesgo de alta prevalencia (hipertensión arterial, tabaquismo, estrés, alcoholismo,
malnutrición, etc.).
j) Condiciones saludables o eventos de salud positivos (lactancia materna, ejercicio físico regular,
salud ocupacional, etc.).
k) Otros eventos de naturaleza social condicionantes o determinantes de problemas de salud
(violencia urbana y doméstica, abuso sexual, delincuencia, desplazamiento de poblaciones,
desempleo, desigualdades en salud, etc.).
ETAPAS BÁSICAS DE LOS SISTEMAS DE VIGILANCIA

Las etapas básicas de la vigilancia son cuatro y cada una tiene actividades y responsables específicos
dentro del sistema (Cuadro 4.3) una parte importante antes de llevar a cabo las etapas de la
vigilancia es la definición del problema a vigilar, para lo cual la autoridad nacional definirá, de
acuerdo a la normativa vigente y las condiciones particulares de la zona geográfica, el evento de
salud sujeto a vigilancia. Esta definición debe quedar claramente registrada en documentos que se
difundirán ampliamente, lo que permitirá unificar criterios en la operación del sistema de vigilancia.
Es de importancia que en este documento se incluyan las fuentes de notificación y recolección de
datos, las definiciones de caso, la periodicidad de notificación.

Cuadro 4.3 Etapas y actividades básicas del sistema de vigilancia

Definición de caso
La definición de caso es fundamental en el desarrollo de un sistema de vigilancia; debe ser simple y
aceptable. Es importante aclarar que la definición de caso para fines de vigilancia, no es
exactamente igual a la definición clínica del evento. Cuando la definición de caso incluye estudios
de laboratorio, estos deben estar accesibles. La definición de caso debe ser lo suficientemente
sensible para captar los casos verdaderos de forma sencilla y rápida y lo suficientemente específica
para evitar que el número de casos falsos positivos sea excesivo.

Caso sospechoso: signos y síntomas compatibles con la enfermedad, sin evidencia


alguna de laboratorio (ausente, pendiente o negativa).
Caso probable: signos y síntomas compatibles con la enfermedad, sin evidencia definitiva
de laboratorio.
Caso confirmado: evidencia definitiva de laboratorio, con o sin signos y/o síntomas
compatibles con la enfermedad.
FUENTES DE DATOS PARA LA VIGILANCIA

Las fuentes de datos más comunes para vigilancia en salud pública son:

a) Notificación de casos: es el procedimiento medular de la vigilancia por medio del cual los servicios
de salud informan rutinaria y obligatoriamente a la autoridad sanitaria sobre la atención de eventos
sujetos a vigilancia.

b) Registros: son sistemas permanentes de consignación de eventos ejecutados por instituciones


públicas o privadas donde se consigna regularmente la ocurrencia de ciertos eventos (nacimientos,
defunciones, hospitalizaciones, inmunizaciones, accidentes de tránsito, contaminación ambiental,
asistencia escolar y laboral, etc.).

Los más comunes son:


• Registro civil (nacimientos, defunciones, matrimonios, etc.)
• Censos y anuarios estadísticos
• Informes de laboratorio
• Historias clínicas hospitalarias
• Informes de consulta externa y servicios de urgencia (públicos y privados)
• Registro de enfermedades de declaración obligatoria
• Registro de cáncer y de otras enfermedades crónicas
• Certificados médicos de defunción
• Protocolos de necropsia hospitalarios y forenses
• Monitoreo ambiental y climático
• registros policiales de denuncias de hechos violentos
• Registros de asistencia y ausentismo escolar y laboral
• Registros veterinarios de reservorios animales
• Registros de venta y utilización de medicamentos y productos biológicos

c) Investigación de casos y brotes: es el procedimiento estandarizado de búsqueda activa y


exhaustiva de información complementaria sobre uno o más casos asociados a determinado evento,
usualmente como respuesta organizada ante la sospecha de epidemia, sea originada por rumores,
vigilancia o análisis de registros.

d) Encuestas: son procedimientos de recolección de información por los cuales se obtiene


información en un punto específico de tiempo sobre determinadas características de interés,
generalmente no disponibles en otras fuentes de datos.
Las encuestas más frecuentes son las serológicas, entomológicas, de morbilidad, socio-económicas,
etnográficas y las llamadas encuestas de demografía y salud.

e) Rumores: son opiniones espontáneas y no confirmadas originadas en la comunidad y divulgadas


por sus líderes y/o a través de los medios de comunicación de masas, asociadas al incremento de
casos o muertes por una determinada causa.
TIPOS DE VIGILANCIA

Los métodos para la recolección de datos que se han revisado se aplican universalmente para la
vigilancia en salud pública. Sin embargo, las distintas necesidades, enfermedades y fuentes de datos
requieren diferentes procedimientos generales de recolección. Los tipos fundamentales de
vigilancia que se pueden realizar en los servicios de salud son:

• Vigilancia pasiva. En este tipo de vigilancia, cada nivel de salud envía información en forma
rutinaria y periódica sobre los eventos sujetos de vigilancia al nivel inmediato superior.

• Vigilancia activa. En este tipo de vigilancia, el equipo de salud acude a la fuente de información
para realizar una búsqueda intencional de casos del evento sujeto de vigilancia. El personal de salud
busca directamente los datos objeto de vigilancia, incluso revisando los registros rutinarios del
servicio de salud y los registros diarios de atención a las personas.

• Vigilancia centinela. Se basa en la información proporcionada por un grupo seleccionado de


fuentes de notificación del sistema de servicios de salud (“unidades centinelas”) que se
comprometen a estudiar una muestra preconcebida (“muestra centinela”) de individuos de un
grupo poblacional específico en quienes se evalúa la presencia de un evento de interés para la
vigilancia (“condición centinela”). Las repeticiones espaciadas de este método permiten estudiar las
tendencias de ciertos eventos de interés. Por extensión, el término “vigilancia centinela” se aplica a
una forma de vigilancia selectiva de tipo comunitario que, por periodos cortos, recolecta datos de
una población específica y geográficamente definida (“sitio centinela”) de especial interés.
POSIBLES CAUSAS DE SUBREGISTRO EN LA NOTIFICACIÓN DE CASOS
INVESTIGACION DE CAMPO

La investigación epidemiológica de campo, por su procedimiento ágil, riguroso, eficaz y


técnicamente sencillo, está diseñada para ofrecer las respuestas urgentes que requieren los que
toman las decisiones, especialmente los de nivel local, ante situaciones de brote o epidemia. Su
sencillez técnica no implica simpleza; por el contrario, el cumplimiento sistemático de sus diferentes
etapas requiere la aplicación racional de los principios de epidemiología para el control de
enfermedades.

Un conglomerado es el agrupamiento de casos de un evento relativamente poco común en un


espacio o un tiempo definidos en una cantidad que se cree o se supone es mayor a la que cabría
esperar por azar. En teoría, un conglomerado (espacial o temporal) podría ser la expresión inicial de
un brote y, por tanto, la identificación de un conglomerado, luego de la respectiva confirmación de
los casos, sería la manera más temprana de detectar un brote. En la práctica, la búsqueda de
conglomerados, usualmente a partir de rumores locales, puede ser una forma de vigilar la
ocurrencia de posibles brotes subsecuentes en la población.

Un brote es una situación epidémica limitada a un espacio localizado. Como situación epidémica,
por tanto, un brote es de aparición súbita y representa un incremento no esperado en la incidencia
de una enfermedad. Como situación limitada, un brote implica ocurrencia en un espacio
específicamente localizado y geográficamente restringido, como por ejemplo, una comunidad, un
pueblo, un barco, una institución cerrada (escuela, hospital, cuartel, monasterio). Un brote se basa
en evidencia sistemáticamente recolectada, usualmente a partir de los datos de vigilancia en salud
pública y eventualmente seguida por una investigación epidemiológica que sugiere una relación
causal común entre los casos. En teoría, un brote sería la expresión inicial de una epidemia y, por
tanto, la identificación oportuna de un brote sería la manera más temprana de prevenir una
epidemia subsecuente. En la práctica, la identificación de brotes es una actividad básica de los
sistemas de vigilancia y la investigación de brotes un requisito importante para la implementación
de medidas de prevención y control oportunas y efectivas en el nivel local.

Una epidemia es, esencialmente, un problema de salud pública de gran escala relacionado con la
ocurrencia y propagación de una enfermedad o evento de salud claramente superior a la
expectativa normal y que usualmente trasciende los límites geográficos y poblacionales propios de
un brote. En general, una epidemia puede ser considerada como la agregación simultánea de
múltiples brotes en una amplia zona geográfica y usualmente implica la ocurrencia de un gran
número de casos nuevos en poco tiempo, claramente mayor al número esperado. Sin embargo, por
su connotación de “situación de crisis” en función de las metas y objetivos en salud pública, una
epidemia no necesariamente se define por un gran número de casos. Por ejemplo, en el escenario
de erradicación de la poliomielitis aguda por poliovirus salvaje en las Américas, la ocurrencia de un
solo caso confirmado se define como epidemia.
CUANDO INVESTIGAR

1. La enfermedad es prioritaria
En algunas ocasiones, las autoridades sanitarias establecen las enfermedades prioritarias y por lo
tanto dan la instrucción de investigar todo caso notificado. En tal situación, el requerimiento para
efectuar una investigación de brotes deriva de los objetivos generales del sistema de salud
relacionados con el control de enfermedades y el reconocimiento del peligro real o potencial
epidémico para la población.

2. La enfermedad excede su ocurrencia usual


Es necesario efectuar una investigación cuando la incidencia de una enfermedad en una población
específica, en un determinado período de tiempo y área geográfica, excede su ocurrencia habitual.
En un sentido amplio, la ocurrencia de enfermedad implica frecuencia, distribución y determinantes.
En general, se recomienda investigar una situación en la cual la enfermedad excede su frecuencia
usual, o sea, el número de casos o la incidencia observada de una enfermedad supera la frecuencia
esperada, considerando su distribución.

3. La enfermedad parece tener una fuente común


La sospecha de una enfermedad o problema de salud infrecuente originado por una fuente común
para dos o más casos es, en general, razón suficiente para iniciar un estudio.
La investigación de los primeros casos descubiertos (llamados casos índice) puede permitir
identificar y corregir temprano el problema y, con ello, evitar la ocurrencia de un brote de mayores
proporciones, especialmente en el caso de enfermedades transmisibles por agua o alimentos, así
como de aquellas asociadas a exposición a sustancias tóxicas ambientales.

4. La enfermedad parece tener una severidad mayor que la usual


La ejecución de una investigación epidemiológica de campo también está recomendada en todas
aquellas situaciones en las que una enfermedad se presenta con gravedad mayor a la habitual. El
análisis sistemático de la letalidad a partir de la información del sistema local de vigilancia y de la
tasa de hospitalización a partir de los registros hospitalarios es importante para determinar esta
necesidad de investigación.

5. La enfermedad es nueva, emergente o “desconocida” en el área


La presencia probable de uno o más casos de una enfermedad que ocurre por primera vez, o que
hace mucho tiempo no ocurría en una zona específica, es otra de las condiciones suficientes para
realizar una investigación epidemiológica. De manera similar, la presencia de casos de una
enfermedad cuyo cuadro clínico no es compatible con ninguna otra conocida, debe ser objeto de
investigación de caso.
COMO INVESTIGAR

1. Confirmar la ocurrencia de un brote


Este paso fundamental comprende dos tareas secuenciales: en primer lugar se debe verificar el
diagnóstico de los casos notificados de donde se genera la sospecha de brote; y en segundo lugar,
luego de confirmar los casos conocidos, se debe comparar incidencias, es decir, establecer si la
ocurrencia observada de la enfermedad es superior a la esperada.

El objetivo de la verificación diagnóstica es asegurarse de que el problema ha sido correctamente


diagnosticado. En consecuencia, es necesario en esta fase revisar las historias clínicas y de
laboratorio de los casos notificados. Esta información servirá para construir un cuadro de frecuencia
de síntomas y signos de la enfermedad y posibles requerimientos de laboratorio para la
confirmación de futuros casos o descartar algunos de los casos notificados.

2. Organizar el trabajo de campo


El equipo local de salud debe planificar los aspectos operativos del trabajo de campo. En general se
debe prestar especial atención a tres tipos de requerimientos:
• Aspectos administrativos. Se debe establecer contacto y coordinación adecuados con las
autoridades sanitarias, políticas y civiles de la comunidad; en caso necesario, debe solicitárseles
cooperación activa.

• Aspectos logísticos. Se debe establecer una coordinación de campo que asegure los recursos
mínimos, organice las personas, distribuya adecuadamente las tareas y supervise la ejecución
general del trabajo de campo.
• Aspectos técnicos. Se debe contar con información técnica pertinente, incluyendo los datos de
notificación, datos demográficos, mapas y cartografía mínima, modelos de cuestionarios, manual
de normas y procedimientos vigentes, información clínica y de laboratorio relevantes y
asesoramiento estadístico y epidemiológico.

3. Establecer una definición operacional de caso


En general, la definición operacional de caso toma en cuenta una serie de condiciones de inclusión,
exclusión o restricción en relación con los siguientes tres tipos de criterios:
1. Criterios clínicos; que toman en cuenta los síntomas y signos de la enfermedad más
frecuentemente observados en los casos notificados; pueden incluir la secuencia con la que se
presentan y la duración promedio de los mismos.
2. Criterios de laboratorio; que toman en cuenta la evidencia bioquímica, patológica o
microbiológica de infección o enfermedad más importante para la confirmación etiológica de la
enfermedad en los casos notificados.
3. Criterios epidemiológicos; que toman en cuenta las características relevantes de la distribución
de los casos notificados en función del tiempo, espacio y persona, así como del agente, huésped y
ambiente; pueden considerar criterios de inclusión o exclusión en relación al periodo de incubación,
periodo probable de exposición, contacto con casos índice, casos secundarios o fuente común, tipo

4. Realizar la búsqueda activa de casos


Si ya se ha confirmado el brote, se tiene organizado al equipo local y se ha establecido una definición
operacional de caso, el paso natural siguiente es buscar casos, que representa literalmente el
trabajo de campo. La primera medida para incrementar la detección de casos es poner en práctica
un sistema de vigilancia intensificada que puede incluir la conversión de la vigilancia pasiva a
vigilancia activa, la ampliación de la frecuencia y modo de notificación (usualmente diaria y
telefónica), la inclusión de fichas de investigación de caso y contactos y otras acciones inmediatas.

5. Caracterizar el brote en tiempo, espacio y persona Tiempo


El instrumento básico para caracterizar un brote en tiempo es la curva epidémica. Caracterizar
un brote en tiempo implica establecer la duración del brote, definir su naturaleza y estimar el
periodo probable de exposición.

La duración de un brote o epidemia depende, básicamente, de los siguientes factores:


• La velocidad del brote, en relación con la infectividad del agente y modo de transmisión.
• La intensidad de exposición de la población susceptible.
• El periodo de incubación de la enfermedad.
• La efectividad de las medidas de control inmediato.
El Gráfico 5.3 presenta la curva epidémica correspondiente a un brote de rubéola que
afectó a 37 personas y ocurrió entre el 21 y el 29 de junio (duración = 9 días).
Por su naturaleza, los brotes o epidemias pueden ser de dos tipos.

• Epidemias de fuente común: El brote es de origen común cuando varias personas son expuestas
simultáneamente a la misma fuente de infección. En tal situación, la relativa uniformidad del
período de exposición lleva a un agrupamiento de los casos en el tiempo. Se distinguen dos tipos de
fuente común: puntual y continua.

• En la epidemia de fuente común puntual, o epidemia explosiva, la exposición simultánea a la


fuente común ocurre durante un periodo usualmente breve como, por ejemplo, la exposición a un
alimento contaminado servido en una fiesta social.
El punto máximo de la curva epidémica suele alcanzarse tan rápidamente como dura el periodo de
incubación de la enfermedad y, en general, todos los casos se presentan dentro del rango del
periodo de incubación
• En el brote de fuente común continua, la duración de la exposición a la fuente común se prolonga
e, incluso, puede ser intermitente, tal como la exposición a contaminantes fecales en las redes de
abastecimiento de agua.
• Epidemias propagadas: También llamadas epidemias lentas o por diseminación;
son aquellas en las ocurre transmisión de persona a persona

El método para estimar el período probable de exposición al agente causal del brote utiliza el rango
o amplitud del periodo de incubación, sea el observado a partir de los datos investigados o, más
frecuentemente, usando la información conocida sobre la enfermedad.
Para ello, el periodo de incubación mínimo se resta de la fecha de ocurrencia del primer caso del
brote y, luego, el periodo de incubación máximo se resta de la fecha de ocurrencia del último caso
del brote. La diferencia entre ambas mediciones representa el periodo probable de exposición al
agente causal. El Gráfico 5.7 ilustra este método con el brote de rubéola descrito; siendo que el
rango del periodo de incubación de la rubéola es de 14 a 21 días.
Estos métodos básicos son satisfactorios para identificar la exposición colectiva a una fuente común
puntual o única, una situación observada con bastante frecuencia. Cuando hay diseminación
secundaria, sin embargo, y un periodo de incubación muy corto, la presencia de casos secundarios
puede dificultar la identificación del punto de exposición común y, por tanto, el periodo probable
de exposición. En general, como se ha mencionado, un brote de fuente común única debe tener una
duración igual al rango del periodo de incubación de la enfermedad en cuestión; sin embargo,
cambios en el nivel de exposición, variabilidad en la respuesta del huésped, subregistro de
notificación o insuficiente investigación de casos, entre otros factores, pueden acortar o extender
la duración prevista de un brote.

MAPAS

El empleo de mapas para presentar datos sobre un brote puede facilitar la identificación de
conglomerados y proporcionar pistas importantes sobre la presencia de fuentes comunes de
infección y exposiciones de riesgo.
PERSONA

La caracterización del brote por la variable persona incluye la descripción de la distribución de los
casos según características relevantes de los individuos. Típicamente, este paso involucra la
elaboración de un cuadro resumen de la distribución de los casos por sexo y grupos de edad.
6. Generar hipótesis y adoptar medidas de control inmediato
Esta fase de la investigación epidemiológica de campo demanda un esfuerzo de síntesis a partir de
la evidencia disponible. En este punto, disponemos de dos fuentes de evidencia:

• La información médica general sobre las enfermedades y daños a la salud (el “qué”) que podrían
estar causando el brote observado.
• La información epidemiológica descriptiva, caracterizada en el paso previo, sobre tiempo (el
“cuándo”), espacio (el “dónde”) y persona (el “quiénes”) en que ocurre el brote en curso.

Esta información se debe sintetizar en hipótesis, es decir, conjeturas plausibles o explicaciones


provisionales sobre tres grandes aspectos:
• La fuente probable del agente causal del brote.
• El modo de transmisión probable del brote.
• La exposición asociada a mayor o menor riesgo de enfermar.

Más específicamente, las medidas de control inmediato en aquellas situaciones en las que la
investigación de brote sugiere una fuente común de infección deben estar dirigidas a la remoción,
resguardo, supresión, eliminación o corrección de dicha fuente común. En aquellas situaciones en
las que la investigación de brote sugiere transmisión de persona a persona y se sospecha alta
patogenicidad o virulencia del agente causal, las medidas de control deben estar dirigidas a la fuente
de infección (los enfermos) y la protección de los susceptibles (los contactos).

7. Evaluar las hipótesis aplicando métodos de análisis exploratorio


Reconociendo que ni las enfermedades ni las epidemias se producen por azar en la población,
el epidemiólogo necesita comparar grupos de población a fin de detectar las causas que
incrementan el riesgo de enfermar o presentar determinado desenlace en salud y proponer las
medidas de control e intervenciones sanitarias que modifiquen positivamente esa situación
observada.
8. Implementar las medidas de control específicas
Con los resultados de los estudios analíticos, se hace necesario otro esfuerzo de síntesis. Se debe
revisar toda la evidencia disponible, incluyendo la actualización de la caracterización del brote en
tiempo, espacio y persona, así como la evaluación preliminar de los resultados de la aplicación de
las medidas de control inmediato adoptadas.

9. Evaluar la eficacia de las medidas de control


La investigación epidemiológica de campo debe considerar el monitoreo de la situación de brote
luego que se han implementado las medidas de control en la población. Por un lado, se debe
continuar observando las características epidemiológicas descriptivas del brote en tiempo, espacio
y persona, usualmente a través de la información provista por el sistema de vigilancia. No es
infrecuente que las características clínicas y epidemiológicas de la enfermedad que ocasiona el brote
presenten modificaciones súbitas, en ocasiones asociadas a cambios en el tipo y nivel de exposición
a ciertos factores. Por otro lado, la eficacia de las medidas de control puede ser documentada con
uso de las técnicas analíticas de la epidemiología, comparando la situación observada con la que se
debe esperar si las medidas de control resultaran eficaces.

10. Preparar un informe técnico de investigación de campo


Durante el proceso de identificación, investigación y control de un brote en la población se genera
información de gran interés para diversos propósitos, con relación al brote y a la comunidad en que
éste ha ocurrido. Una tarea del equipo local de salud es sintetizar dicha información en un informe
técnico consistente, comprensible y convincente que documente el proceso y su contexto. Lejos de
ser un requerimiento burocrático, el informe técnico es un documento científico de comunicación
del conocimiento a organismos e instituciones con responsabilidad y competencia en salud pública.
Es, también, un instrumento docente.

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