Lectura Vigilancia Epi
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Los usos de la vigilancia son de tres tipos, los de seguimiento de los eventos de salud, los que están
vinculados con las acciones de salud pública y por último otros usos.
El primer grupo de usos de la vigilancia describe los patrones de ocurrencia de las enfermedades
e incluyen los siguientes:
1. Estimar la magnitud de los eventos (por ejemplo que tan frecuente es un padecimiento en una
población)
2. Detectar cambios agudos en la ocurrencia y distribución de las enfermedades (por ejemplo
brotes, epidemias y la presencia de problemas emergentes)
3. Identificar, cuantificar y monitorear las tendencias y patrones del proceso salud-enfermedad en
las poblaciones (por ejemplo incremento reciente de las enfermedades de transmisión sexual)
4. Observar los cambios en los patrones de ocurrencia de los agentes y huéspedes para la presencia
de enfermedades (por ejemplo vigilancia de laboratorio del virus de la influenza)
5. Detectar cambios en las practicas de salud (por ejemplo incremento de la tasa de cesáreas)
El segundo grupo tiene vínculos con la salud pública, usando los datos colectados para facilitar la
evaluación e investigación de las medidas de prevención y control y son:
1. Investigar y controlar las enfermedades, los reportes de muchas de las enfermedades sujetas a
vigilancia estimulan la acción, la búsqueda de la fuente de infección, más allá cuando la fuente de
infección es detectada, la acción rápida, como el retirar algún producto del mercado, cerrar un
restaurante, dar la alerta al público o identificar.
2. Planear los programas de salud, el monitorear los cambios en la ocurrencia de las enfermedades
en tiempo, lugar y persona, permite a los servicios anticipar cuando y donde pueden ser requeridos
los recursos y por lo tanto elaborar un plan para asignar los recursos adecuadamente para que sean
efectivos.
3. Evaluar las medidas de prevención y control (por ejemplo la modificación a la política de
vacunación contra el sarampión en México, donde después de la epidemia de los 80’, el esquema
de vacunación paso de una a dos dosis).
En general, los “objetos bajo vigilancia” son de cuatro tipos: enfermedades, síndromes, factores de
riesgo y otros eventos de salud pública. En el proceso de priorización de los eventos sujetos a
vigilancia deben considerarse:
a) Eventos* sujetos a vigilancia por el nuevo Reglamento Sanitario Internacional (RSI- 2005):
viruela, poliomielitis por virus salvaje, influenza humana por nuevo serotipo y síndrome
respiratorio agudo severo (SARS).
b) Todo evento que pueda constituir una Potencial Emergencia de Salud Pública de Importancia
Internacional, incluyendo cólera, peste neumónica, fiebre amarilla, fiebres hemorrágicas
virales, fiebre del Nilo Occidental, otras enfermedades de importancia nacional o regional
especial y cualquier evento de potencial importancia en salud pública internacional, incluso con
causas o fuentes desconocidas, de acuerdo al algoritmo de decisión del Anexo 2 del RSI-2005.**
c) Enfermedades que ya han sido total o parcialmente erradicadas (poliomielitis, fiebre amarilla
urbana, viruela)
d) Enfermedades que se encuentran en fase de eliminación (sarampión, rubéola, parotiditis,
tétanos del recién nacido, sífilis congénita, etc.)
e) Enfermedades transmisibles de corto período de incubación y alta letalidad (cólera, infección
por virus Ebola; etc.).
f) Enfermedades emergentes, reemergentes y desconocidas en el área geográfica, de interés
nacional e internacional (dengue, malaria, tuberculosis, VIH/SIDA, infección por hantavirus,
encefalopatía espongiforme subaguda o enfermedad de las “vacas locas” etc.).
g) Enfermedades no transmisibles de alta mortalidad prematura (cáncer del cuello de útero,
infarto agudo de miocardio, accidentes, diabetes mellitus, etc.).
h) Daños a la salud provocados por sustancias tóxicas ambientales (plomo, compuestos órgano-
fosforados, arsénico, etc.).
i) Factores de riesgo de alta prevalencia (hipertensión arterial, tabaquismo, estrés, alcoholismo,
malnutrición, etc.).
j) Condiciones saludables o eventos de salud positivos (lactancia materna, ejercicio físico regular,
salud ocupacional, etc.).
k) Otros eventos de naturaleza social condicionantes o determinantes de problemas de salud
(violencia urbana y doméstica, abuso sexual, delincuencia, desplazamiento de poblaciones,
desempleo, desigualdades en salud, etc.).
ETAPAS BÁSICAS DE LOS SISTEMAS DE VIGILANCIA
Las etapas básicas de la vigilancia son cuatro y cada una tiene actividades y responsables específicos
dentro del sistema (Cuadro 4.3) una parte importante antes de llevar a cabo las etapas de la
vigilancia es la definición del problema a vigilar, para lo cual la autoridad nacional definirá, de
acuerdo a la normativa vigente y las condiciones particulares de la zona geográfica, el evento de
salud sujeto a vigilancia. Esta definición debe quedar claramente registrada en documentos que se
difundirán ampliamente, lo que permitirá unificar criterios en la operación del sistema de vigilancia.
Es de importancia que en este documento se incluyan las fuentes de notificación y recolección de
datos, las definiciones de caso, la periodicidad de notificación.
Definición de caso
La definición de caso es fundamental en el desarrollo de un sistema de vigilancia; debe ser simple y
aceptable. Es importante aclarar que la definición de caso para fines de vigilancia, no es
exactamente igual a la definición clínica del evento. Cuando la definición de caso incluye estudios
de laboratorio, estos deben estar accesibles. La definición de caso debe ser lo suficientemente
sensible para captar los casos verdaderos de forma sencilla y rápida y lo suficientemente específica
para evitar que el número de casos falsos positivos sea excesivo.
Las fuentes de datos más comunes para vigilancia en salud pública son:
a) Notificación de casos: es el procedimiento medular de la vigilancia por medio del cual los servicios
de salud informan rutinaria y obligatoriamente a la autoridad sanitaria sobre la atención de eventos
sujetos a vigilancia.
Los métodos para la recolección de datos que se han revisado se aplican universalmente para la
vigilancia en salud pública. Sin embargo, las distintas necesidades, enfermedades y fuentes de datos
requieren diferentes procedimientos generales de recolección. Los tipos fundamentales de
vigilancia que se pueden realizar en los servicios de salud son:
• Vigilancia pasiva. En este tipo de vigilancia, cada nivel de salud envía información en forma
rutinaria y periódica sobre los eventos sujetos de vigilancia al nivel inmediato superior.
• Vigilancia activa. En este tipo de vigilancia, el equipo de salud acude a la fuente de información
para realizar una búsqueda intencional de casos del evento sujeto de vigilancia. El personal de salud
busca directamente los datos objeto de vigilancia, incluso revisando los registros rutinarios del
servicio de salud y los registros diarios de atención a las personas.
Un brote es una situación epidémica limitada a un espacio localizado. Como situación epidémica,
por tanto, un brote es de aparición súbita y representa un incremento no esperado en la incidencia
de una enfermedad. Como situación limitada, un brote implica ocurrencia en un espacio
específicamente localizado y geográficamente restringido, como por ejemplo, una comunidad, un
pueblo, un barco, una institución cerrada (escuela, hospital, cuartel, monasterio). Un brote se basa
en evidencia sistemáticamente recolectada, usualmente a partir de los datos de vigilancia en salud
pública y eventualmente seguida por una investigación epidemiológica que sugiere una relación
causal común entre los casos. En teoría, un brote sería la expresión inicial de una epidemia y, por
tanto, la identificación oportuna de un brote sería la manera más temprana de prevenir una
epidemia subsecuente. En la práctica, la identificación de brotes es una actividad básica de los
sistemas de vigilancia y la investigación de brotes un requisito importante para la implementación
de medidas de prevención y control oportunas y efectivas en el nivel local.
Una epidemia es, esencialmente, un problema de salud pública de gran escala relacionado con la
ocurrencia y propagación de una enfermedad o evento de salud claramente superior a la
expectativa normal y que usualmente trasciende los límites geográficos y poblacionales propios de
un brote. En general, una epidemia puede ser considerada como la agregación simultánea de
múltiples brotes en una amplia zona geográfica y usualmente implica la ocurrencia de un gran
número de casos nuevos en poco tiempo, claramente mayor al número esperado. Sin embargo, por
su connotación de “situación de crisis” en función de las metas y objetivos en salud pública, una
epidemia no necesariamente se define por un gran número de casos. Por ejemplo, en el escenario
de erradicación de la poliomielitis aguda por poliovirus salvaje en las Américas, la ocurrencia de un
solo caso confirmado se define como epidemia.
CUANDO INVESTIGAR
1. La enfermedad es prioritaria
En algunas ocasiones, las autoridades sanitarias establecen las enfermedades prioritarias y por lo
tanto dan la instrucción de investigar todo caso notificado. En tal situación, el requerimiento para
efectuar una investigación de brotes deriva de los objetivos generales del sistema de salud
relacionados con el control de enfermedades y el reconocimiento del peligro real o potencial
epidémico para la población.
• Aspectos logísticos. Se debe establecer una coordinación de campo que asegure los recursos
mínimos, organice las personas, distribuya adecuadamente las tareas y supervise la ejecución
general del trabajo de campo.
• Aspectos técnicos. Se debe contar con información técnica pertinente, incluyendo los datos de
notificación, datos demográficos, mapas y cartografía mínima, modelos de cuestionarios, manual
de normas y procedimientos vigentes, información clínica y de laboratorio relevantes y
asesoramiento estadístico y epidemiológico.
• Epidemias de fuente común: El brote es de origen común cuando varias personas son expuestas
simultáneamente a la misma fuente de infección. En tal situación, la relativa uniformidad del
período de exposición lleva a un agrupamiento de los casos en el tiempo. Se distinguen dos tipos de
fuente común: puntual y continua.
El método para estimar el período probable de exposición al agente causal del brote utiliza el rango
o amplitud del periodo de incubación, sea el observado a partir de los datos investigados o, más
frecuentemente, usando la información conocida sobre la enfermedad.
Para ello, el periodo de incubación mínimo se resta de la fecha de ocurrencia del primer caso del
brote y, luego, el periodo de incubación máximo se resta de la fecha de ocurrencia del último caso
del brote. La diferencia entre ambas mediciones representa el periodo probable de exposición al
agente causal. El Gráfico 5.7 ilustra este método con el brote de rubéola descrito; siendo que el
rango del periodo de incubación de la rubéola es de 14 a 21 días.
Estos métodos básicos son satisfactorios para identificar la exposición colectiva a una fuente común
puntual o única, una situación observada con bastante frecuencia. Cuando hay diseminación
secundaria, sin embargo, y un periodo de incubación muy corto, la presencia de casos secundarios
puede dificultar la identificación del punto de exposición común y, por tanto, el periodo probable
de exposición. En general, como se ha mencionado, un brote de fuente común única debe tener una
duración igual al rango del periodo de incubación de la enfermedad en cuestión; sin embargo,
cambios en el nivel de exposición, variabilidad en la respuesta del huésped, subregistro de
notificación o insuficiente investigación de casos, entre otros factores, pueden acortar o extender
la duración prevista de un brote.
MAPAS
El empleo de mapas para presentar datos sobre un brote puede facilitar la identificación de
conglomerados y proporcionar pistas importantes sobre la presencia de fuentes comunes de
infección y exposiciones de riesgo.
PERSONA
La caracterización del brote por la variable persona incluye la descripción de la distribución de los
casos según características relevantes de los individuos. Típicamente, este paso involucra la
elaboración de un cuadro resumen de la distribución de los casos por sexo y grupos de edad.
6. Generar hipótesis y adoptar medidas de control inmediato
Esta fase de la investigación epidemiológica de campo demanda un esfuerzo de síntesis a partir de
la evidencia disponible. En este punto, disponemos de dos fuentes de evidencia:
• La información médica general sobre las enfermedades y daños a la salud (el “qué”) que podrían
estar causando el brote observado.
• La información epidemiológica descriptiva, caracterizada en el paso previo, sobre tiempo (el
“cuándo”), espacio (el “dónde”) y persona (el “quiénes”) en que ocurre el brote en curso.
Más específicamente, las medidas de control inmediato en aquellas situaciones en las que la
investigación de brote sugiere una fuente común de infección deben estar dirigidas a la remoción,
resguardo, supresión, eliminación o corrección de dicha fuente común. En aquellas situaciones en
las que la investigación de brote sugiere transmisión de persona a persona y se sospecha alta
patogenicidad o virulencia del agente causal, las medidas de control deben estar dirigidas a la fuente
de infección (los enfermos) y la protección de los susceptibles (los contactos).