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Consejos de Acuarela
Consejos de Acuarela
Ahora quisiera que recordaras qué te ha ocurrido cuando has dado o necesitado demasiadas
pinceladas en tus acuarelas para conseguir cualquier cosa… Que se te ha ensuciado. Que has perdido
la transparencia el color. Que no se ve soltura. Que todo son pinceladas sueltas sin ningún efecto de
agua…
Es decir… Cuando tratamos de reproducir algo que estamos viendo, bien sea pintando o dibujando,
la tendencia natural será ir viendo y corrigiendo mientras vamos haciendo, y esto, en acuarela, se
traduce en muchas pinceladas para definir cualquier cosa. Y ya sabes… a más pinceladas menos
soltura, menos transparencia de color, menos efectos de agua y más sucio nuestro trabajo.
Con óleo o con los acrílicos nos pasará igual, pero las consecuencias son bien distintas a tenor de las
peculiares propiedades de la acuarela que no admite corrección so pena de perder calidad.
En definitiva,…
Estar pendientes de lo que tenemos que hacer (pintar, dibujar) nos lleva a corregir
constantemente, y esto en acuarela se traduce en pérdida de calidad.
Significa varias cosas pero en definitiva una sola, ESTUDIAR EL MOTIVO Y TOMAR CIERTAS
DECISIONES ANTES DE HACER NADA.
Es como dirigir una empresa. Antes de llevar a cabo cualquier acción empresarial es necesario hacer
un estudio de mercado, de la competencia, del producto a comercializar, costes, etc. Nada debe
quedar al azar o a la improvisación so pena de traducirse, con toda garantía, en un auténtico fracaso.
El profesional o maestro de la acuarela, antes incluso de decidir el motivo, estudia en profundidad el
posible resultado de su obra observando hasta el último detalle todo aquello que a la postre
intervendrá en su composición. Solo cuando está seguro, y visualiza el resultado (lo que decía
Castagnet) empieza a trabajar.
Esto es lo que significa la expresión que he utilizado como título «ver antes de hacer».
Vale… De acuerdo, lo tengo claro, pero ¿Qué es lo que hay que estudiar o decidir antes de pintar?.
Veamos esto más despacio.
Joseph Zbukvic
Igor Sava
Dai Junwei
Elige solo la fotografía, o del natural, aquello de donde puedas obtener unas luces y sombras bien
definidas y bien contrastadas. Todo lo que no tenga esto DESÉCHALO.
Pongamos un ejemplo. De entre estas dos fotografías ¿cuál deberías elegir?
Evidentemente la primera. Fíjate
en el juego de luces y sombras
tan contrastadas que tiene la
montaña. La segunda no tiene
nada de esto.
Bien… ¿Ya tenemos qué vamos a
pintar…? ¡Pues no!… Si en tu
mente te representas la idea de
que tienes que pintar esa
fotografía tal y como la ves, TE
EQUIVOCAS, ya empezamos
mal.
El objeto de tu acuarela debe
ser pintar una formación rocosa con una luz de un amanecer (o atardecer) brillante. No esa
misma formación rocosa que estás viendo tal y como es, ni esas mismas nubes, ni esa misma falda
de la montaña… Tu vas a pintar UNA FORMACION ROCOSA RECONOCIBLE POR SU PERFIL
Y FORMAS BÁSICAS DÁNDOLE EL SOL DE LA MAÑANA O TARDE.
… sigamos.
Ahora imaginemos cómo queremos representarla… ¿En formato horizontal?, ¿vertical?, ¿dándole
más protagonismo al suelo? ¿al cielo?
Si lo tienes claro, pues venga… prepara tu papel para que se adapte a lo que has decidido.
Venga elijamos ahora con qué colores vamos a pintar esta acuarela.
A ver… estudia un poco lo que vas a pintar con respecto al color… ¿Es un ambiente cálido o frío?…
cálido verdad… vale.
Piensa ahora que solo puedes elegir 5 o 6 colores máximo.
A ver para las luces cálidas voy a utilizar NARANJA, y SIENA TOSTADA. Si acaso utilizaré
también el OCRE AMARILLO para el cielo junto a la línea del horizonte.
Para las sombras (que necesariamente deberán ser violetas o dentro de esa gama fría), elegiré el
AZUL ULTRAMAR y el ALIZARÍN CRIMSON y si acaso el AZUL COBALTO para el cielo u
otros tonos violáceos más neutros.
Es decir… estudia primero cómo lo vas a hacer. En qué orden, con qué técnica vas a tratar cada
cosa… qué pintarás y qué no…
En nuestro caso sería algo más o menos así…
El cielo lo voy a pintar sin nubes (o con las nubes que me salgan)
Luego voy, con húmedo sobre húmedo a simular algo en la distancia y a la altura de la línea del
horizonte.
Luego voy a fijar las luces de la montaña y resolveré el primer plano, casi de forma definitiva, con
un lavado muy suelto procurando solo efectos de agua y color.
Después fijaré las sombras de la montaña y si acaso algún detalle en primer término
Por último fijaré algún detalle con dibujo seco sobre seco en la montaña para afianzar la sensación
de sombras y de las propias rocas que caracterizan a esa montaña.
¿LO TIENES YA CLARO?. Si no es así ¡NO EMPIECES! aunque ardas en deseos de hacerlo.
Si lo tienes claro MANOS A LA OBRA…
PINTANDO
1.- Dale la vuelta a la fotografía o ponla donde te resulte incómodo verla.
¿Estás loco?… ¿Me estás sugiriendo que pinte la acuarela sin mirar el motivo?. Pues sí. Eso es
precisamente lo que quiero que hagas, que pintes tu acuarela sin tener delante el motivo.
A ver… ¿en qué quedamos?… ¿No dijimos que estudiases antes muy bien qué es lo que querías
pintar y cómo lo ibas a hacer?… pues entonces… ¿para qué necesitas la fotografía?
¡Venga ya!, estás de broma.
En absoluto, no es ninguna broma. Cuando tengas ocasión de verlo, observa cómo lo hacen los
buenos acuarelistas.
2.- Inicia tu trabajo y sigue los pasos que te imaginaste antes de empezar
Ahora no es el momento de improvisar. Ahora tienes que seguir al pié de la letra el procedimiento
que imaginaste que harías para cada parte de tu acuarela. ¿Te acuerdas?…
El cielo lo voy a pintar sin nubes (o con las nubes que me salgan)
Luego voy, con húmedo sobre húmedo a simular algo en la distancia y a la altura de la línea del
horizonte.
Luego voy a fijar las luces de la montaña y resolveré el primer plano, casi de forma definitiva, con
un lavado muy suelto procurando solo efectos de agua y color.
Después fijaré las sombras de la montaña y si acaso algún detalle en primer término
Por último fijaré algún detalle con dibujo seco sobre seco en la montaña para afianzar la sensación
de sombras y de las propias rocas que caracterizan a esa montaña.
Pues ya sabes… paso a paso y sin salirse del guión.
3.- Centra solo tu atención en tu papel y en lo que te va saliendo.
Esto es lo más importante y a su vez, difícil de conseguir.
Lo que quiero decir es que para evitar caer en el detalle, o en la improvisación, o en la continua
corrección que destrozará tu trabajo, debes procurar hacer tu acuarela comprobando continuamente
lo que vas consiguiendo (o te va saliendo de forma espontánea y sobre la marcha) y no del motivo
original. Si acaso, cuando no estés seguro de algo (una luz, una sombra o una determinada forma)
mira de nuevo el motivo cuantas veces necesites, pero oblígate a no hacerlo todo lo que puedas.
Tu misión era conseguir esos efectos de lejanía, luces y sombras sobre la montaña que ya tienes
dibujada. Pues venga… céntrate sólo en conseguir eso en tu papel. ESTO ES LO IMPORTANTE y
lo que, a la postre, puede dar calidad a tu trabajo.
Si no te detienes en detalles, corregirás menos. Menos pinceladas + menos lavados = Más calidad en
cualquier acuarela
4.- Hagas lo que hagas, utiliza solo los colores que en principio decidiste utilizar.
Apáñatelas como puedas, pero utiliza solo esos colores y ni uno solo más. Recuerda no te salgas del
guión.
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