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yudithromero@hotmail.

com
HUMBERTO
SABATINI

Astrología
inmanente

[email protected]

Escorpio
Ediciones
Sabatini, Humberto
Astrología inmanente. la ed. Buenos Aires: Escorpio, 2015.
140 p.: 20xl4 cm.
ISBN 978-987-20532-1-5

1. Astrología.
CDD 133.5

[email protected]

c.Maquetación y diseño de tapa: Manuel Adduci


Impresión: Bonusprint

'Fotografía de t,1pa: J:.9nja de tt1mbor, por Alejandra Sanibo

1ra. edición en castellano - Escorpio Ediciones


(e) 2015 Humberto Sabatini / Escorpio Ediciones

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723


ISBN: 978-987-20532-1-5
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
HUMBERTO
SABATINI

Astrología
inmanente
[email protected]
[email protected]
Agradecimientos

A mi sobrina Dana, por mostrarme que en todo hay alegría


A mi sobrino Alan, por contagiarme la vibración de la libertad

A Marta Cohen, por permitirme compartir la maravillosa actividad de enseñar

Al Apu Uritorco, por sacar a la luz lo más profundo que habita en mi

Al Apu Putucusi, por hacerme viajar desde su cima a través del arco iris

Al Apu Wayna Picchu, por abrir mi corazón al colibrí

Al Apu Misti, señor de Arequipa, por recibirme con los brazos abiertos a través de sus
hijos Mario Talavera y familia, José Miranda, Henry del Aguila y Clero Castillo; pues
la mayoría de los trabajos de este libro de alguna manera han sido escritos para ellos.
Índice

[email protected]
Pr6logo ..................................................................................... 7

Microcosmos. Un viaje por el cuerpo planetario del Hombre .... 13


El Zodíaco, ¿un cuerpo? El astr6logo, ¿una raz6n sabia
y verdadera, o bien, otro cuerpo? ............................................ 27
El encuentro de dos sabidurías. Las dignidades de
las fuerzas planetarias y su relaci6n
con los tres mundos andinos ................................................... 37
Los tránsitos planetarios. El encuentro con la vida
en el eterno retorno de las fuerzas........................................... 49
Kir6n en la Era de Acuario...................................................... 61
Lilith. La voz de lo innombrable............................................. 83
Saturno. El límite, el tiempo................................................. 105
Plut6n. Aliado de lo imperceptible ....................................... 121
Anexo. Lanzado a la inmanencia ........................................... 137
[email protected]
Pr6logo

"Ser un artesano, no un artista, un creador o un fundador, es la única


manera de devenir cósmico, de salir de los medios, de salir de la tierra"
Gilles Deleuze - Félix Guattari

[email protected]

¿C6mo explicar la obra de Humberto Sabatini?

Tal como dijo él en el prólogo de su libro Paisajes Astrológicos


que "fue escrito para ser violentado, para sustraerle tramos del
camino y donarle nuevas conexiones, para hacer otra cosa con
él", estos escritos entrelazan los contenidos astrológicos con una
filosofía de la existencia que amenaza la lectura convencional de
las cartas astrales.
Expresa su pensamiento en un lenguaje de fuerzas, vibraciones,
intensidades, soplos, potencias y encuentros que afirman la posibi­
lidad de crear varias vidas en una, la que se vive en cada instante.
Cada ensayo invita a pensar en qué posición estaban los plane­
tas el día en que nacimos, cuál es la fuerza de la vida en nosotros
PR<)LO(;O

sostenida en el sistema solar del que somos parte y qué nos dicen
los tránsitos planetarios acerca de la construcción de nuevos te­
rritorios expresivos.
La lectura de los tránsitos planetarios en cada signo zodiacal, los
mitos que los acompaflan, el análisis del tránsito de Kirón en cada
Casa dan cuenta de una Astrología nueva capaz de conmovernos
hasta límites no imaginados.
Atreverse a sub-vertir el orden de las preguntas que alguna
vez nos hemos hecho: en lugar de preguntarnos "¿quién soy?",
preguntarnos "¿de qué somos capaces?" nos arroja a un mundo
desconocido, que roza los bordes de lo inasible, en un más allá
que nos obliga a desandar caminos, nos invita a caminar por
otros y nos acerca a la tarea de dignificar la vida en todas sus
manifestaciones.
El entretejido de conceptos que sostiene a los cuerpos astrales
y singulariza [email protected]
a cada signo zodiacal a través de múltiples universos
poéticos le otorgan un estilo tal a su escritura que resulta ser so­
noridad, ritmo, melodía y el Sol, la alegría, el peligro, pasan a ser
fuerzas expresivas cambiantes, que atraviesan túneles, pasadizos y
luchan contra lo que amenaza el impulso creador en cada instante.
Sus experiencias personales contagian líneas de fuga, realzan
un vivir y un morir trazados por la producción de sentidos que
afirmen movimientos infinitos de descaptura, de encuentros, de
naufragios y nuevos encuentros en el mapa natal de cada vida.
Podría seguir atesorando palabras ya dichas por el autor. Prefie­
ro sugerir a los lectores que lean este libro como quien escucha un
sonido, una nota musical, un arpegio, el retumbe de un tambor,
una sonata en una noche primaveral, vibraciones musicales en
las que tanto el sufrimiento como el placer, la muerte como la
vida sean fractales del plano de inmanencia, que es la propia vida.
Escribí estas líneas en los días previos al retorno del Sol al lugar
del momento en que nací, desde mi corazón y con la luz de la
tarea compartida durante estos años, el intercambio de ideas y
sentires que iluminaron mi posibilidad de expresión.
Gracias llumberto por ser un artesano de la Astrología, por
confiar en mí, por este encuentro, un acontecimiento.

Lic. Laura Jitric


Junio de 2015

[email protected]
[email protected]
Astrología
1nn1anente

[email protected]
Dedico este libro a la memoria de
mi abuelo Atílio, el herrero, quien
me alzaba en sus fuertes brazos
para decirme que así estaba más
[email protected]
cerca de las estrellas.

¿Qué hago hoy, después de más de


50 años, sino intentar acercarle,
a las personas que me lo piden,
aquello que les permita saber y
sentir que el cielo nos sostiene con
sus fuertes e invisibles brazos.
Microcosmos
Un viaje por el cuerpo
planetario del Hombre

[email protected]
El Renacimiento relanza una imagen del pensamiento tomada
de la antigua Grecia para darle visibilidad en una época en la que el
hombre había quedado oscurecido por el predominio de la omnipre­
sencia de un Dios demasiado trascendente. Esta imagen o concepto
llamado Microcosmos, será un don para las ciencias y las artes, pero
principalmente lo será para la astrología, ya que le permitirá volver
a mostrar a través de un rico entramado simbólico, la unión entre
una Naturaleza de la que el Cielo es parte, y el Hombre.
La aparición de toda concepción que irrumpe inéditamente,
si bien se muestra como novedosa, no deja de sustentarse en una
subjetividad reinante que la necesita para seguir adelante en la
producción del pensamiento, así como también, la produce para
escapar de aquellas formaciones que ya no permiten pensar. ¿Qué
está impidiendo seguir adelante? ¿Qué dispositivo no permite la
libre circulación de las producciones de subjetividad? Podemos decir,
entre varias causas, el predominio "casi" absoluto de un pensamiento

13
ASTROLOGÍA INMANENTE

trascendente. La Naturaleza no juzga, y en ella todo se debate en


una lucha de fuerzas, es más, todo es una tensión entre fuerzas, y
el "casi" absoluto antes mencionado afirma que existe otra fuerza
que se debate con la trascendente y que no la deja erigirse en su
totalidad: la inmanencia, el campo de fuerzas inmanente que por
detrás todo lo sustenta.
Occidente siempre se ha debatido, de muchos modos, entre estas
dos concepciones, y el predominio ha terminado siendo siempre de
lo trascendente. Pero este triunfo es sólo aparente, pues por debajo,
a través de sus grietas o por sus bordes la inmanencia ha hablado.
Ha dicho de mil formas distintas que lo trascendente se apoya, se
inscribe y se produce gracias a la inmanencia, como los objetos y la
luz, no vemos la luz, pero gracias a ella, vemos. Sería absurdo que los
objetos creyeran que la visibilidad que le da existencia le es propia.
Esta denuncia es insoportable para un Hombre que hizo de dios
un objeto, y [email protected]
separó tanto de sí en su afán de trascendencia que
quedó separado de la luz, de su luz, de la potencia de la vida. ¿Qué
queda entonces? O mejor dicho, ¿qué queda entonces por hacer?,
lo inevitable: si la potencia se desvanece o se debilita, entonces se
recurre al Poder. Sólo puede erigirse un Poder cuando existe algo o
alguien por fuera del mundo que se asume como portador y repre­
sentante de la Verdad, y que por lo tanto, desde esa altura puede
prometer y juzgar. -¡Desobedece a la Naturaleza, desconéctate de
ella, acércate a mí y así serás bueno, esperando esa porción de la
Verdad que nunca llegará, para que la promesa siga existiendo!-.
Esta es una de las formas de la trascendencia. Un Dios-objeto
antropomorfizado, que hizo al hombre a su imagen y semejanza,
retirándose luego al reino de la Verdad con la semejanza y dejando
a sus criaturas sólo con la imagen. Ya no podremos tener a dios en
nosotros, sólo nos queda parecernos. Todo un Sistema del Juicio
que evalúa como bueno, verdadero, bello, etc., a quién mejor se
parezca a aquello que no pertenece a su mundo. No insistan con el
destino, pues en este mundo es la alienación.
14
MICROCOSMOS. UN VIAJE POR EL CUERPO PLANETARIO DEL HOMBRE

En la inmanencia, donde nada queda por fuera, dios es esa luz


que impregna todos los seres, y la potencia que insufla la vida en
ellos, ¿cómo juzgar?, ¿cómo esclavizar, cómo condenar al hereje, al
de distinta religión, al animal, si dios está en ellos?
En la inmanencia, donde lo existente es la expresión múltiple
de una única substancia, todo se encuentra unido, porque todo es
parte de esa univocidad de fuerzas. El mineral, la planta, el animal,
el hombre, el planeta, se encuentran conectados y son diversos y
singulares modos de expresión de dios. Sólo desde aquí se puede
decir que como arriba es abajo y como abajo es arriba, y por lo
tanto, que somos un microcosmos entramado en un macrocosmos,
una versión en pequeño de un cosmos mayor, pero que a su vez es
parte de otro, y así a la eternidad. El átomo y la galaxia.
El macrocosmos de los magos del Oriente que inventaron la
astrología, de los atomistas griegos, así como también el de Co­
pérnico, Paracelso, Giordano Bruno, era en principio el visible y
[email protected]
cercano sistema solar. Sistema, no del Juicio, sino de referencia,
para comprender un orden del mundo capaz de darle al hombre
la posibilidad de ser libre, es decir, la posibilidad de entender el
comportamiento de la naturaleza y por lo tanto de sí.
¿Cuál era el orden de ese sistema? O mejor dicho, ¿cuál era el
nuevo orden que estaban denunciando? Porque de hecho, ya existía
uno que colocaba a la Tierra en el centro. Resulta irónico desde
la perspectiva actual, ver que aquellos que se erigían en el Poder
porque eran representantes de la verdad, no podían verla, o tal vez
no convenía a su despótico Sistema.
El nuevo orden, esta vez real, comienza con un sol central y una
serie de planetas que escalonadamente giran a su alrededor. Este
será el modelo referencial para darle al hombre la luz necesaria que
encienda su entendimiento: en la inmanencia formamos parte de
lo mismo y compartimos las mismas estructuras. Así como fun­
ciona el sistema solar, funcionamos del mismo modo todos los que
formamos parte de él, somos un microcosmos. El sistema solar se
15
ASTROLOG(A INMANENTE

manifiesta como diagrama del movimiento de la vida, y al ser "en"


él, participamos de su movimiento, de sus ciclos y de su singular
ordenamiento.
Aquí la astrología ha jugado (y juega) un papel decisivo al crear
un sistema de pensamiento capaz de darle voz a esos astros y a ese
complejo movimiento de fuerzas astrales, y al mostrarnos el sentido
que tiene el ordenamiento de sus planetas.

El eje del Sistema: el Sol


La astrología nos dice que somos de determinado Signo porque al
nacer, el Sol se ubicaba en la porción de la Eclíptica correspondiente
a dicho Signo. El ser es dado por el sol, y así como es el centro del
sistema en el cielo, es el centro de nuestro microcosmos. ¿Qué no
dice el sol acerca de sí, o sea, de nuestro ser? Que irradia constante­
[email protected]
mente su luz, que con su energía sostiene nuestra vida y la brinda a
otros seres a su alrededor, y que su modo es la expresión constante.
De hecho, sólo es en la medida en que se expresa.
El centro de nuestro cuerpo, de nuestro microcosmos es el co­
razón, y de hecho el sol lo rige, por lo que nos lleva a la pregunta,
¿estamos en nuestro ser, es decir, somos a partir del corazón? Porque
si no brindamos nuestra luz, nuestro calor y nuestra fuerza para
sostener, nos iremos de nuestro eje, nos alejaremos de nosotros
mismos e iremos apagando nuestra luz. No deja de ser un oscuro
interrogante para el lógico y racional mundo occidental la que nos
lleva a comprender que estar en nuestro centro, en nosotros mismos,
es contactar el corazón, y no la mente.
Cuando el sol comienza a apagarse, debilitándonos, va camino
a la depresión, a la muerte, o trata de sostenerse apropiándose de
la fuerza de los otros, sigue en el centro pero se coloca arriba, por
encima, tejiendo la trama del Poder en lugar de recurrir al nutritivo
intercambio de potencias. Trama de un ego desesperado que com-
16
MICROCOSMOS. UN VIAJE POR EL CUERPO PLANETARIO DEL HOMBRE

pensa su debilidad delirando habitar el centro del universo. Ceguera


de un ego que no puede ver que desde la antigüedad, hombres
sabios y con una percepción amplia de la vida nos mostraron que
nuestro Sistema Solar no era el único, sino que existían otros en
un universo infinito. En el mapa natal, el sol nos indica el modo
de expresión de nuestra potencia, cuáles encuentros la aumentan y
cuales la disminuyen, lo que no sólo nos hará sentir que estamos en
nuestro centro, sino también será el maestro que nos irá enseñando
cómo aumentar la fuerza de la vida en nosotros.

El mediador solar: Mercurio


La energía solar es en extremo directa, pura materia expresiva del
ser que necesita de una clara mediación para comunicarse con su
mundo. Mercurio es el planeta encargado de cumplir esta función,
[email protected]
pues cuenta con diversos atributos que le permiten al sol, no sólo
hacerse entender, sino comenzar a entenderse a sí mismo. Uno de
ellos es la gran capacidad para captar los códigos en los que otros se
expresan, adecuando el código propio, condiciones necesarias para
entablar una comunicación en la que pueda existir el intercambio.
Mercurio diversifica, tanto como permite propagar en lo inmediato
y comenzar a multiplicar la directa energía solar para alcanzar el
máximo de variables posibles.
Del mismo modo trata de alcanzar y tender una red de puentes
para el retorno, y para que nuestro ser se sostenga en la mayor
cantidad de encuentros que pueda crear. Como primer planeta
después del sol y como primera función después de nuestro ser,
Mercurio nos habilita el asombro, y a partir de aquí, la necesidad
de conocer y aprender del mundo que nos rodea. Pero para todo
esto, Mercurio nos regala uno de los dones más preciados por el
hombre: el lenguaje; preciado no sólo por la capacidad de conexión,
intercambio y entendimiento que permite, sino por ser la primera
17
ASTROLOG(A INMANENTE

posibilidad de afirmación que le otorga al ser. Sabemos que toda vez


que se quiso privar a una persona o a un pueblo de su ser, cuando
se los quiso impotentizar, se lo privó de su palabra.

La formación de valores: Venus


Si le sumamos a la potencia directa de la energía solar la necesi­
dad de diversificar y propagar que tiene Mercurio, el resultado final
podría ser la perdida de esa fuerza en demasiadas vías de acción.
Para contener esta posibilidad, se hace necesario la presencia de otra
energía que aglutine y formalice la móvil expresión, y aquí aparece
el planeta Venus.
Con su fuerza magnética comienza a dar una forma propia en
la cual el ser puede reflejarse y tener una primera noción acerca
de sí mismo. [email protected]
Esta especularidad será indispensable para la forma­
ción de su identidad en el mundo, la cual tendrá que tener como
condición identitaria la repetición, es decir, el encuentro de lo
mismo, el encuentro de sí mismo. Venus conforma las imágenes de
lo valorado, pues son aquellas que lo representan a uno, así como
asegura su repetición para mantener el valor. Para este planeta,
mantener la forma es el modo necesario para mantener el valor.
A partir de aquí el ser ya tendrá una noción de quién es y sabrá
reconocer aquello que es valioso. Pero Venus aporta una condición
más, esa misma necesidad de encontrar en el mundo aquello que
nos refleje, permite alcanzar una noción vital para los encuentros,
la noción de lo otro. El ser ya puede ubicarse en ese lugar para
lograr una armonía que lo sostenga en la paridad, como la noción
del valor de lo otro, o bien, la noción de que existen otros valores
que nos pueden enriquecer.

18
MICROCOSMOS. UN VIAJE l'OR EL CUERPO PLANETARIO DEL HOMBRE

La protección de la identidad: Luna/Tierra


La identidad personal se ha formado y hemos llegado a la posi­
ción del sistema que es el punto de vista desde el cual concebimos
lo que somos, entendiendo y valorando el mundo. Los planetas
interiores han conformado nuestro mundo interno y ahora se hace
necesario protegerlo y asegurarlo antes de lanzarlo a las vicisitudes
del mundo exterior.
Viajando alrededor de la Tierra, la Luna va trayendo y llevando
las fuerzas de ambos mundos para componer la trama de un cuerpo
protector que nos ampare cada vez que tengamos que aventurarnos
en los desafíos de la vida. Al abrigo de este entramado, el ser puede
lanzarse con confianza a las múltiples mezclas que se le presenten,
componiendo nuevos cuerpos más vitales y conjurando toda posi­
bilidad de descomposición absoluta.
En estas mezclas damos, pero también nos nutrimos, y es justa­
mente la Luna [email protected]
la que nos ayuda a reconocer nuestras necesidades
básicas y cómo hacer para procurarnos ese alimento, en definitiva,
asegura la vital nutrición para la supervivencia no sólo física, sino
también emocional. En la medida que esta operación se vaya con­
solidando, el mundo emocional sentirá la tranquilizadora seguridad
de que aquello que se necesita es procurable, y que en la medida en
que esa protección se vaya convirtiendo en un hábito, saldremos
a los encuentros con la seguridad emocional necesaria para aven­
turarnos en la vida.

La exteriorización del mundo interior: Marte


Como primer planeta exterior a la Tierra, Marte es el encargado
de exteriorizar nuestro mundo interno, crucial tarea para la cual este
planeta nos dona una convicción que se convierte en el punto de
apoyo necesario para avanzar, y principalmente para hacerlo donde
aún no hay un camino propio. La fuerza marciana será mayor en la
19
ASTROLOG(A INMANENTE

medida en que hayamos conformado un afianzado mundo interno


donde el Sol, Mercurio, Venus y la Luna hayan dado lo mejor de
sí en la composición de un cuerpo consistente, como una buena
base para el despegue. A esta base se suma otra capacidad que nos
brinda Marte, la de un gran registro de sí mismo que se convierte
en la condición necesaria para la audacia y el riesgo que su misión
demanda. El filoso Marte es la herramienta necesaria para abrir
nuevas vías para el desarrollo del ser, desarrollo en el que tendrá
que medir sus fuerzas constantemente y enfrentarse con muchos
interrogantes: ¿hasta dónde puedo?, ¿qué puedo y qué no puedo?
Respuestas que irán configurando lo que en definitiva quiere Marte,
que nos afirmemos en el mundo, que accionemos a favor de nuestro
deseo, que podamos producir el camino para que los planetas que
vendrán puedan seguir construyendo una vida.

[email protected]
La expansión a un más allá: Júpiter
Una vez abierto el camino, necesitamos levantar la cabeza
para contemplar hacia dónde queremos desarrollarnos. Júpiter
nos abrirá el espacio existencial y extenderá el abanico de posi­
bilidades hasta casi rozar lo imposible, de modo que podamos
elegir el rumbo más adecuado a nuestra naturaleza. Aquí se nos
plantean preguntas: ¿cómo elegir?, ¿desde qué postura hacerlo?,
¿qué necesitamos para afirmar la elección? Además de saber
quiénes somos gracias a que la experimentación marciana le ha
proporcionado conocimientos a Mercurio, valoraciones a Venus
y modos de defensa a la Luna; Júpiter nos conecta con un saber
fundamental, o bien una intuición: la conexión con el sentido.
No es que los planetas anteriores no tuvieron "su" sentido, pero el
jupiteriano es un sentido que comienza a ir más allá de lo personal
para darnos la posibilidad de comprender que formamos parte de
algo mayor que da existencia a las cosas, ya sea el mundo entero,
20
MICROCOSMOS. UN VIAJE POR EL CUERPO PLANETARIO DEL HOMIIRE

el cosmos, Dios o la Naturaleza. Esta conexión, esta conciencia


de pertenencia a un sistema mayor nos dona un sentimiento vital
para seguir adelante, el de la confianza. Ya no solamente todo
depende de nuestra fuerza marciana, sino que en la medida en
que nos abramos a ese entramado de fuerzas que sostiene la vida,
multiplicaremos nuestra fuerza para alcanzar el umbral de lo que
somos capaces.

Un límite entre dos existencias: Saturno


Hemos llegado a un límite, punto de unión inquietante que
demarca el encuentro entre lo conocido y lo desconocido, entre
lo personal y lo transpersonal. Para semejante viaje, o salto, es
Saturno el encargado de prepararnos. Cronos, el dios del tiempo,
en un principio nos detiene. Por un lado lentifica nuestro andar
[email protected]
para inculcarnos la perseverancia, enseñándonos que además del
tiempo subjetivo en que nos movernos, existe otro tiempo que
escapa a nuestro sentir, tiempo objetivo de los ciclos del mundo,
del cosmos y de la Naturaleza, ¿cómo estar en armonía con la vida
si no participamos de sus ciclos vitales? Por otro lado, nos detiene
para supervisar si el entusiasmo jupiteriano no nos llevó por el
fascinante mundo de lo imposible, el que desperdiciará y debili­
tará nuestra fuerza. Saturno nos afirmará en lo posible para que
podamos cumplir con quienes somos, es decir, con lo que somos
capaces. Solo así, al apropiarnos de nuestras fuerzas sentiremos que
tenemos autoridad sobre nosotros mismos. Es muy probable que
hayamos quedado con menos de lo que Venus anhelaba o Júpiter
prometía, pero estamos más livianos para dar el salto y no caer en
el abismo. Aceptar este recorte es un modo de la responsabilidad,
si no, ¿cómo cumpliremos cuando tengamos que responderle al
mundo en su totalidad?

21
ASTROLOGIA INMANENTE

La visi6n de lo inédito: Urano


Con Urano saltamos, y a pesar del temor a lo desconocido, en el
aire descubrimos lo que los antiguos repetían sin cesar, que existen
otros mundos, otros sistemas planetarios, otros macro-microcosmos.
Si no estamos solos y el universo es habitado infinitamente, ¿cómo
no ampliar nuestra conciencia? Pero, ¿cómo hacerlo?, comenzando
por participar de una igualdad dada por esa clara visión, que al ir
más allá de lo personal deja atrás las diferencias y jerarquías a las
que el inseguro ego se tuvo que adherir para formarse. Gracias a la
pineal visión uraniana nos desapegamos de la creencia personal de
que el mundo termina en lo tangible, en lo visible, y nos lanza al
intangible mundo de lo invisible.
Alrededor nuestro, todo es nuevo, y su condición de inédito
convoca y despierta lo nuevo que hay en nosotros. Más que Urano
el "rebelde", es más certero llamarlo el planeta que nos comienza
a "revelar" el [email protected]
invisible y no por eso menos tangible espíritu que
compone a todos los seres. Espíritu creador, que como tal, en su
expresión siempre es novedad. Para lograr integrar todo esto al
cotidiano mundo físico, Urano nos proporciona dos cualidades
fundamentales: una relacionada con una gran capacidad de adapta­
ción, es decir, la capacidad de inventar un mundo para lo nuevo; y
la otra, la sorprendente visión de otras realidades, que por más lejos
que se presenten del personal ambiente en que vivimos, no dejan
de ser posibles mundos a habitar, nuevos modos para la existencia.
Con Urano se inaugura la vida impersonal, y conectarnos con su
energía habilita el salto hacia lo desconocido si sólo miramos con
los ojos de lo personal, pero será más cercano si nos atrevemos a
captar ese más allá con la visión del espíritu.

22
MICROCOSMOS. UN VIAJE l'OR EL CUERPO PLANETARIO DEL HOMllRE

El contacto con la unidad: Neptuno


Urano abrió el ego para que el ser pueda vislumbrar cuál es su
nuevo camino impersonal, y todo aquello que dificulte la visión,
Neptuno se encargará de disolverlo.
Si a esta altura, el ego sigue aferrado a discursos mercuriales que
sólo se apoyan en la repetición de lo mismo, si sigue identificado
con imágenes venusinas que sólo lo reflejan siempre a él, si sigue
amparado en la primaria protección lunar; el emocional mar nep­
tuniano erosionará esos límites del sujeto, no para barrerlo defini­
tivamente, sino para abrirle nuevos canales de conexión y, en esa
operación, permeabilizarlo lo más posible, pues se avecina un gran
encuentro. ¿Cómo conectarnos con la totalidad, si aún seguimos
creyendo que el universo termina en nuestra nariz, o a lo sumo en
nuestro ombligo? Con Neptuno, ya no hay dudas de que formamos
parte de una trama que comienza con la unión de todos los seres
de la [email protected]
y alcanza a todas las estrellas del cosmos. Si bien
podemos tener una idea acerca de dicho entramado, Neptuno quiere
que lo sintamos, que lo vivamos en el cuerpo, y para eso habilita y
pone en primer plano nuestro cuerpo espiritual.
Si no fuese por Neptuno, sólo amaríamos con condiciones dema­
siado personales, condiciones generalmente venusinas de semejanza
identitaria, ¿no permitir el amor porque es diferente su color de piel,
su religión, su condición social, su pensamiento, su neurosis, etc.,
es amor? Para Neptuno no lo es. Él nos brinda la conciencia de que
más allá de las diferencias, existe un solar sustrato luminoso, que es
la parte de dios que habita en cada uno de los seres que nos rodea.

El umbral de la existencia: Plutón


Con Saturno habíamos llegado al límite, pero ahora con Plutón
estamos en el umbral. El límite es lo penúltimo y señala un nuevo
comienzo, en cambio, el umbral depara una metamorfosis inevi-
23
ASTROLOG(A INMANENTE

table. En el límite sabemos lo que podemos soportar, como "la


última dosis" del adicto, que siempre es el penúltimo, así al otro
día puede seguir su viaje.
Plutón-umbral es el borde del sistema, canto solar como micro­
cósmico, y aventurarnos más allá, es salirse del sistema, es transmu­
tación. En el borde, podemos volver la mirada atrás y controlar una
existencia conocida que ya ha comenzado a mutar, a sabiendas del
altísimo costo que esto conlleva. Pero también, podemos dejar atrás
las últimas máscaras de un ego que ya a esta altura no es necesario
mantener tan personalizado. Los planetas que existen entre Plutón
y el Sol se han encargado de darle al ser los modos más fluidos para
su expresión y, en este camino de aprendizaje, la eficacia inicial de
algunas modalidades pudieron convertirse en posteriores capturas.
Mantener el mismo modo de pensar a lo largo de toda la vida, el
mismo sistema de valores, el mismo modo de protección, el mismo
[email protected]
accionar, el mismo sentido, los mismos límites; hablan de una vida
segura pero alejada de lo novedoso, de lo creativo, de un más allá
espiritual y de toda posibilidad de transmutación. Plutón quiere
recuperar nuestra potencia solar, creativa, novedosa, espiritual, lu­
minosa y en constante devenir, pues sólo de este modo podremos
recuperar nuestra fuerza más íntima y profunda, y sólo con esa
fuerza podremos aventurarnos más allá de lo que hemos hecho de
nosotros mismos, para incluir nuestro sistema en un sistema mayor y
para conectarnos con otros sistemas en el vasto universo existencial.

Síntesis final
Si Mercurio nos ha dado su móvil capacidad para pensar y des­
cubrir las nociones más adecuadas en cada encuentro; si Venus nos
ha dotado de la receptividad necesaria para aumentar al máximo
nuestra capacidad de afectar y de ser afectados en lo que es valioso
para nuestra estima; si la Luna nos ha nutrido lo suficiente para
24
MICROCOSMOS. UN VIAJE POR EL CUERPO PLANETARIO DEL HOMBRE

formar un consistente cuerpo protector; si Marte nos ha despertado


la fuerza que abrió nuevos caminos para afirmar el incesante empuje
del ser; si Júpiter nos ha donado la apertura necesaria para encon­
trar nuevos sentidos a la siempre cambiante existencia; si Saturno
nos ha dado la firme autoridad para responsabilizarnos de nuestra
vida; si Urano nos brindó la capacidad de saltar hacia lo nuevo, y
si Neptuno disolvió lo necesario para que la luz interior se asome
lo más posible; entonces Plutón podrá dar lugar a que recupere­
mos la potencia de nuestro ser solar y entonces sí se aventure en
la inmanencia, el lugar donde el arriba y el abajo se tocan, donde
la vida puede ser creadora, el lugar donde, en definitiva, todos los
seres se reúnen nuevamente.

[email protected]

Bibliografía consultada
JUAN VERNET, Astrología y astronomía en el Renacimiento, Barcelona, ed. El
Acantilado, 2000.
MIGUEL MOREY, Los Presocrdticos, del mito al logos, Barcelona, ed. Montesi­
nos, 1988.
DELEUZE- GUATTARI, Mi/Mesetas, Valencia, ed. Pre-textos, 1994.
DICCIONARIO DE FILOSOFIA HERDER, producido por Antoni Riu y
Jordi Morató, Barcelona, editado en formato CD.

25
[email protected]
El Zodíaco, ¿un cuerpo?
El astrólogo,
¿una razón sabia y verdadera,
o bien, otro cuerpo?

[email protected]
Una pregunta al corazón de la astrología: ¿Qué es el Zodíaco?
... la respuesta a este interrogante implica un solapado silencio o
el esfuerzo de una profunda mutación. Ya lo dijo Nietzsche, si
preguntamos por el ser de las cosas a través de la fórmula "qué
es ... " terminaremos capturados en un juego de poder, pues la cosa
será la interpretación que haga el dueño de las cosas, la imposición
despótica del discurso imperante que hay que obedecer haciéndo­
nos creer que es la verdad; entonces, para encontrar el sentido y el
valor a las cosas, mejor preguntar por el "quién es... " ¿Quién es el
Zodíaco? Este interrogante nos acerca a su origen, al origen de una
valoración que traza un porvenir; como la pregunta acerca de qué
es el cristianismo, y las forzadas respuestas que no han alcanzado a
explicar la insalvable distancia que existe entre el amoroso mensaje
de Cristo con lo que vemos que ha hecho la Iglesia hoy. Hasta que
preguntamos por "quién" es el cristianismo y, al responder San
Pablo, todo se aclara.
27
ASTROLOG(A INMANENTE

Con respecto al Zodíaco, la dirección de la respuesta va dirigida a


los antiguos caldeos, sumerios y babilonios quienes lo concibieron,
a partir de la Eclíptica como su columna vertebral, como una franja
de estrellas que rodeaba y cuidaba su mundo, estrellas que configu­
raban imágenes de animales y humanos. El cosmos y la Naturaleza
componían juntos un cuerpo heterogéneo, una rueda de la vida.
Este símbolo unificador da cuenta de cómo concebían su mundo:
el Cielo y la Tierra formaban un solo ser que habitaban todos por
igual, muy cercano. A tal punto es así, que se considera que el límite
del universo para los babilonios era de solo 6000 km., la misma
distancia que existe entre la superficie y el centro de nuestro planeta.
Algo de lo maravilloso se juega en él, un encuentro, una boda:
Cosmos y Naturaleza aparecen, como realmente están, unidos.
Aunque luego, con el paso del tiempo, nos encargaríamos de sepa­
rarlos, de separarnos y divorciarnos de aquellos mesopotámicos que
la [email protected]
Aquellos mismos que concibieron un cuerpo formado
por un cinturón de estrellas que rodeaba y cuidaba su mundo, un
inmenso dique que conjuraba toda amenaza de posibles diluvios.
Evidentemente, el cielo y la tierra se fueron separando y se
alejaron demasiado. ¿Es posible volver a pensarlos unidos? Vale
la pena el intento de conjugarlos nuevamente, para que podamos
recuperarles la potencia de ser un cuerpo y desplazar la debilidad
que toda desunión y división engendra.
Tengamos en cuenta que la astrología occidental actual debe su
subsistencia, en gran parte, a otro "quién"; hablamos de Ptolomeo,
una especie de padre adoptivo de la astrología que a su vez es hijo
intelectual de un Aristóteles que afirmaba que las esferas celestes y
sus astros eran inteligencias puras, divinas, un nous {intelecto) im­
pasible. Por lo tanto, aquellos que podían entender ese movimiento
perfecto propio de los astros, entendían las razones de dios. Y el
lugar de la naturaleza, el lugar de la experiencia quedaba del lado
del mundo sensible, el cual nos desviaba de ese saber, de Dios Padre
y nos acercaba peligrosamente al infierno o al pecado.
28
EL ZOD(ACO, ,UN CUERPO?

Un extraordinario pensador actual, Giorgio Agamben, en su


libro Infancia e historia, traza una muy buena cartografía sobre esta
cuestión, en síntesis nos dice: "Haber puesto en relación los 'cielos'
de la inteligencia pura con la 'tierra' de la experiencia individual es
el gran descubrimiento de la astrología..."
Es una frase que nos alegra. Sin embargo esa relación se ha roto,
¿qué ha pasado?, ¿por qué nuestra razón ha separado la cabeza del
resto del cuerpo?
En una época muy oscura de la humanidad, aquellos astrólogos
que se salvaban de la inquisición debían demostrar que eran parti­
darios de la concepción aristotélica. Concepción que por su carácter
divisionista afirmaba que los astros solo "influían" en el cuerpo, el
alma pensante e inmutable era dominio de dios.
Claramente hemos quedado mucho más del lado del cosmos que
del lado de la naturaleza, más del lado de la inteligencia, del intelecto
impasible, [email protected]
del lado de la experiencia. Hemos pretendido salvar
al ser otorgándole cualidades inmutables que lo terminan separando
de un mundo que lo contagia de devenires, de corrientes de fuerzas
que lo hacen mutar.
La astrología oficial ha tomado esta posta para salvarse de la
inquisición, por lo menos en una primera instancia. Unida a Aristó­
teles, al cristianismo oficial y a actuales Estados pseudo-inquisidores
disfrazados democráticamente, no sólo sobrevive, sino que de alguna
manera se refunda.
¿Qué consecuencias implican este tipo de posiciones? Si el astró­
logo ha quedado del lado del cosmos cuando lee sus cartas astrales:
¿Qué ve?, ¿dónde apoya su mirada para interpretar? Más aún, ¿cuál
es su pretensión? Lo que pretende es leer el ser de las cosas (y si
su cabeza está demasiado separada, adivinar). ¿Cuando hablamos
del ser de las cosas, de qué ser estamos hablando? O mejor dicho,
¿desde qué agenciamiento estamos pensando al ser?
Afortunadamente existieron otros pensadores que concibieron al
ser desde una perspectiva muy diferente, y sin dudas fue Spinoza,
29
ASTROLOG(A INMANENTE

quién llevó esta concepción a su máxima expresión, jugándose su


vida en ello. La potencia de su pensamiento dejó un surco que cada
día se actualiza un poco más, y que muchos se atrevieron y se atreven
a aventurarse en esa grieta. Tomemos el caso de un filósofo del siglo
XX, Gilles Deleuze, pues se trata de un pensador que como nadie
ha relanzado el pensamiento spinozista.
Deleuze plantea dos modos de concebir el ser, dos agenciamien­
tos en los que se ha apoyado el hombre para pensarse a sí mismo:
el ser como una esencia con cualidades ya dadas, y otro ser como
una potencia cuantitativa, que como tal, no posee cualidad en sí.
Podemos decir que el primero es parte de la concepción hegemónica
y el segundo, y aquí asoma su luz Spinoza, es la sub-versión, el que
viene a sub-vertir las cosas.
Si el ser es una esencia cualitativa, formalizada, lo que aparece
en la carta es lo que se es, I o que "se"C.rue y lo que "se" debera' ser.
[email protected]
Desde esta perspectiva el sujeto queda desapropiado de sus fuerzas
creadoras, detenido ante cualidades ya dadas a las que debe respon­
der, no pudiendo ser otra cosa que eso. Según Aristóteles, la esencia
del hombre "animal racional", determina que se debe ser racional
en la mejor sociedad posible para llegar a serlo.
Desde una concepción más cercana a la línea que encarna el
propio Deleuze, si hablamos de una potencia sin cualidad, uno es
lo que puede, o todo lo que puede en cada encuentro, es expresión
y no cumplimiento "de"; se "es" en la experimentación.
Más que llegar a ser algo, a lo sumo podemos pensar que esa
potencia se aventura en sus bordes intensivos, cuantitativos, es
decir, nos lleva a tocar el borde de lo que podemos, y de este modo
alcanzar el mayor gesto posible, expresar el máximo de lo que somos;
alcanzar la alegría de sentir que esa substancia de la que todos los
seres formamos parte se expresa a través nuestro.
Lo "racional" y "social" son necesarios, y de hecho tenemos
que serlo de alguna manera para estar en el mundo, pero más que
confirmarlos como esencias, los podemos pensar como devenires,
30
EL ZODÍACO, iUN CUERPO!

pues, como bien expresa el filósofo francés, no se nace racional ni


social, se trata de devenidos.
Aquí se plantea un problema ético, que además es un doble pro­
blema. Por un lado: ¿Cómo devenir racional y social?, pero por otro
lado, el lado más temible y que nos compete en esta discusión: ¿si
algo somos, si tenemos cualidades esenciales, cómo saberlo, quién
dice lo que uno es?
En torno a esto, Deleuze recurre a un personaje conceptual: el
Sabio Competente, aquél que dictamina qué se debe ser y por lo
tanto conoce las esencias y la sociedad posible para su realización.
A esta altura podemos plantear algo fundamental: que el proble­
ma no es de la astrología, sino de quien la produce y la interpreta: el
astrólogo. Si la carta natal es tomada como una esencia inmutable, el
astrólogo será quién develará sus cualidades y sus formas verdaderas,
colocándose en el lugar de la verdad.
Tal vez, [email protected]
representar la carta el primer impacto que recibimos
del mundo, el primer modo de expresión del ser que da comienzo
a nuestra subjetividad, su primera modelización, más que tomarlo
sólo como el primer pliegue del mundo sobre nosotros, lo tomamos
como una marca indeleble, como cualidades "de" una esencia que se
repetirá en cada ciclo planetario. Si el ser es lo oculto, el astrólogo
será quién develará el misterio, y se colocará en un lugar de poder.
¡Qué lejos de la potencia y del dios inmanente de Spinoza!, y ¡qué
cerca de la figura trascendente del sacerdote!, quien dada su cerca­
nía con Dios Padre, con aquél que determinó las esencias, conoce
mejor que nadie los signos que han sido enviados y que se enviarán.
No es casual que el sacerdote, a lo largo de la historia imperial,
siempre se ha ubicado al lado del déspota. "Serás lo que debas ser"
es una de sus sentencias, y lo que debes ser ya está escrito y "yo
tengo el poder de decírtelo".
Si la carta natal es leída respetando al ser, sin cualificado, yendo
más allá de él, o mejor dicho, más acá, ésta se convierte en un mapa
de las posibilidades de su expresión. Más que el sacerdote encerrado
31
ASTROLOGfA INMANENTE

en el imperio, es el pastor nómada que conoce las posibles líneas


de experimentación, las que su dios-naturaleza le brinda en cada
expresión. Más que el dueño de la palabra del otro, es quién per­
mite expresar con nuevas palabras, para que el otro pueda hablar en
nombre propio. Más que el juez que dictamina lo que se debe ser
porque hay algo que no se "es", es el artista que encuentra en cada
acontecimiento la inventiva para "ser" lo máximo de esa potencia
que ya está siendo.
Desde el punto de vista de la potencia no hay necesidad de la
figura del sabio competente, porque no es necesario que alguien
diga de antemano quiénes somos. Al ser una potencia desprovista
de cualidad y que "es" en la expresión, nadie puede saber por no­
sotros. A lo sumo podemos consensuar en cuanto a los modos más
propicios para la expresión de la potencia.
Esta puede ser una buena imagen para pensar la función del
astrólogo: en [email protected]
lugar de preguntarse acerca de lo que somos, llevar la
pregunta más allá: ¿de qué somos capaces?
Retomando el problema de las esencias, otra característica de
la esencia cualitativa es la de presentarse en definitiva como fi­
nalidad. Eso que uno es, racional-social-Ascendente-sol, etc., es
lo que debemos ser, y mientras no lo seamos del todo y como el
Sabio competente diga, se afirma una distancia que deriva irreme­
diablemente en una captura valorativa. Al tener que saber cuánto
vale uno con respecto a la lejanía o cercanía del cumplimiento de
esa finalidad ideal, se instala una moral, y en una moral se trata
siempre de realizar la esencia. Eso implica que la esencia se halla
en un estado en el que no está necesariamente realizada. La moral
es el proceso de realización de la esencia humana. Todo un proceso
de alienación y de demolición.
Aquí aparece Hegel, y lo que un comentarista (y ex titular de
la cátedra de filosofía de la Universidad de Buenos Aires) decía
acerca de él y de su obra: "El Estado constituye una instancia su­
perior a la familia y al individuo ... el verdadero Estado es el que
32
EL ZODÍACO, iUN CUERPO/

armoniza lo universal con lo particular. En la medida en que el


individuo obedece al Estado, obedece a la ley, a lo universal, a la
razón; pero la razón no es nada distinto del individuo, sino lo que
el individuo es en su fondo, lo que es en verdad... El Estado es la
realización de la libertad y en él el individuo resulta determinado,
no por algo ajeno a sí, sino por la racionalidad, que constituye
su verdadero ser."
Queda claro en qué agenciamiento hemos construido al hombre
moderno y cómo seguimos atravesados por esta concepción en la
que el fantasma aristotélico sigue haciendo de las suyas. Existe aún
hoy un gran aparato de captura al que el astrólogo no ha sido aje­
no; y como en toda captura existe una promesa, o bien, una doble
promesa atenazante, surge otra pregunta: ¿Cuál es la promesa que
captura al astrólogo que este agenciamiento propone y dispone?
Una ya la hemos visto, la de ubicarse en el lugar del sabio y del
Juez; la otra, [email protected]
cumplir la gran promesa, demostrar lo más fielmente
posible que llegamos a ser una buena copia, que podemos ser a
imagen y semejanza. Ni más ni menos que ubicarse en el lugar de
Dios Padre, de aquél que determinó lo que somos.
El astrólogo tradicional suele dictaminar a través de la carta
astral cuál es la esencia, qué se debe ser y qué no, a dónde se debe
ir, en definitiva, se ubicará en un lugar de poder. La carta queda,
entonces, reducida a un calco de "la'' esencia, cuando podríamos
pensarla como un mapa de los modos de expresión de la potencia.
De esta última forma, no nos metemos con el ser, con la potencia,
creer hacerlo sería una pretensión despótica. Si decimos "tú eres
eso" estaríamos invadiendo tu ser, una gran violencia. Estaríamos
pretendiendo el lugar de la Verdad, una verdad a imitar, a calcar
e identificarse, donde el astrólogo se convierte en una especie de
juez que nos desapropia de la posibilidad de devenir. Desde ya nos
desapropia de nuestra palabra, pues él dice "qué soy''. Y aún más,
el astrólogo se ubica en el lugar de aquél que descubre un misterio,
mis secretos, otro de los efectivos dispositivos del poder.
33
ASTROLOGÍA INMANENTE

Sin embargo, si leemos la carta como un mapa de los diversos


modos de expresión, no invadiremos al ser; sólo indicaremos modos
creativos de experimentación, vías de producción, y principalmente
la posibilidad de diagramar los juegos de captura y el modo de
fugar de ellos.
Tengamos presente que para este tipo de lectura se hace necesario
un "cuerpo a cuerpo" en el que se tendrá que aventurar principal­
mente el astrólogo, para poder producir un nuevo cuerpo. Aquellos
astrólogos alquimistas, astrónomos, médicos, chamanes, artistas,
que trataron de mantener la unión entre naturaleza y cosmos, fueron
tomados por el poder, sufriendo persecuciones por lo subversivo
que resulta mantener las cosas unidas.
Actualmente, es posible que el dispositivo que el poder ejecuta
para desapropiar a la astrología de su potencia tenga dos vías:
una trata de hacerla popular, de integrarla a su sistema dándole
cierto cará[email protected]
oficial a costa de forzarla a entrar en cantidad de
sobrecodificaciones horoscopistas que le expropian su espíritu de
unión. La otra vía, trata de incluir el acontecimiento hasta hacerlo
predecible, y al querer intentarlo, justamente se lo desapropia de su
carácter acontecimental, se la desapropia de sus sentidos. Cuando,
por el contrario, al acontecimiento hay que dejarlo acontecer, y a
lo sumo lo que se puede hacer es utilizar la astrología para tratar
de: estar a su altura.
Si nos ubicamos del lado de las esencias inmutables, de lo que
se trata es de estar a la altura de sí mismo, de esa cualidad. Si lo
que hay es potencia, de lo que se trata es de estar a la altura de los
acontecimientos lo más abierto posible, para que en ese encuentro
afectivo alcancemos un máximo intensivo; como ya dijeron los
estoicos hace mucho tiempo.
Nos hemos hecho preguntas acerca de la astrología y de la
función del astrólogo, preguntas que no dejan de incomodar y de
ubicarnos en un borde. Pero también descubrimos que el borde es
el lugar de la pregunta y que el lugar de las respuestas definitivas es
34
EL ZODIACO, ilJN CUERPO?

central y despótico. Tal vez se trate de recuperar la potencia de la


pregunta como salud, para lo centrada y cerrada que puede llegar
a ser no sólo la práctica astrológica, sino cualquier otra disciplina
que interrogue al ser.
A lo largo de la historia, la astrología ha corrido sus peligros, a
tal punto que algunos vieron su vida jugada por el temor paranoico
de los sistemas imperantes. Quienes arriesgaron su vida, pusieron
en juego su ser, fueron al máximo de su potencia y mantuvieron
el espíritu creador.
Sabemos que de diversos modos fueron neutralizados, desa­
propiados de lo que podían, porque en esos sistemas el único que
puede es el Poder.
Hoy, este desafío continúa con distintos nombres y métodos.
En lugar de excluir a la Astrología en una hoguera, se la incluye
en una falsa popularidad y oficialidad que la termina banalizando,
haciéndole perder su espíritu.
[email protected]
El astrólogo puede ser parte de este juego, fascinado por ocupar
el lugar del sacerdote, tan cerca del poder; o puede habitar el lugar
de la potencia, el borde que le permite fugar del juego y a la vez
provocarlo para su mutación.
El borde es el lugar del encuentro con lo absolutamente otro, el
lugar de la expresión, el lugar donde en definitiva todo sucede, como
el lugar de la pregunta. Se pregunta cuándo se alcanza el borde, y
en su borde se vuelve a preguntar. Esta es la tarea del filósofo que
no separó su vida de su ser, y del astrólogo que ha mantenido su
integridad, el astrólogo filósofo artista que no ha sido separado de
su potencia.

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Bibliografía consultada:
SPINOZA, Baruj, Ética, Barcelona, Hyspamérica ediciones, 1980.
NIETZSCHE, Friedrich, La Gaya Ciencia, México, Editores mexicanos unidos,
1994.
DELEUZE, Gilles, En medio de Spinoza, Buenos Aires, Editorial Cactus, 2006.
DELEUZE, Gilles, Espinoza y el problema de la expresión, Barcelona, Muchnik
Editores, 1996.
DELEUZE, Gilles, Espinoza, filosofía prdctica, Barcelona, Tusquets, 2001.
MOREY, Miguel, Los presocrdticos, del mito al logos, Barcelona, Montesinos Editor.
VERNE'I: Juan, Astrología y astronomía en el Renacimiento, Barcelona, Acantilado.
AGAMBEN, Giorgio, Infanda e historia, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora,
2001.
CARPIO, Adolfo, Principios de filosofía, Buenos Aires, Glauco (UBA), 1981.
SABATINI, Humberto, Paisajes Astrológicos, Buenos Aires, Escorpio ediciones,
2002.
[email protected]
El encuentro de dos sabidurías
Las dignidades de las fuerzas planetarias y su
relaci6n con los tres mundos andinos

[email protected]

Siempre he creído en la potencia de la pregunta, tanto es así que


cuando surge como respuesta, siento encontrarme ante la exaltación
del pensamiento. Existen preguntas que rondan la vida de los seres
humanos y que no siempre se responden acabadamente, y una de
ellas ha insistido a lo largo de mi vida, a veces como un leve rumor
y otras como un fuerte clamor: ¿a qué mundo pertenezco?
Traté de encontrar ese mundo fuera de mí, y al tiempo caí en la
cuenta de que si bien esa búsqueda propiciaba experiencias enri­
quecedoras, me terminaba separando de mi ser, de algún modo me
alienaba. A partir de allí hice el movimiento contrario, comencé a
buscar en mi supuesto interior de mil maneras y me daba cuenta que
esta nueva búsqueda también me separaba, pero esta vez de aquello
que nos da la vida a cada instante, me alejaba paulatinamente de la
Naturaleza, del mundo y el afecto de sus encuentros. En este punto
del camino me encontré en una situación por demás compleja, pues
37
ASTROLOGÍA INMANENTE

ahora, con este estado de cosas ¿dónde buscar?, y como respuesta


empezó a asomarse otra pregunta, ¿habrá que seguir buscando o
se trata de ora cosa?
Para seguir adelante, más que encontrar precipitadamente otro
modo de búsqueda, comprendí que se hacía necesario poner en duda
las creencias que me llevaban a pensar y a vivir de esa manera. Y
desde esta perspectiva tuve que desintegrar, entre otras, una creencia
que me tenía por demás capturado: la de que todo está dividido en
dos. Viejo binarismo que no ha hecho más que atrapar al hombre
en contradicciones y en la necesidad de tener que negar alguna de
las partes para afirmar la otra y de ese modo creer que se sale del
dilema. Vale decir que aunque lo parezca, de un dilema no se sale
nunca, para eso se han creado.
Luego de desaprender esta formidable construcción del hombre
moderno, comencé a aprender, con la cabeza (y el cuerpo) más
limpios, que [email protected]
existen otras posibilidades, otras maneras de ver el
mundo. Visión que me dio la oportunidad de habitar un nuevo
universo, de captar una opción transversal que no es una síntesis de
las otras dos, síntesis dialéctica que no hace más que construirse en
la negación; sino otro mundo en otro plano, afirmativo y múltiple,
que no pertenece al exterior ni al interior, sino que existe "entre" el
mundo y nosotros, entre los cuerpos. Allí se produce, allí acontece
todo lo que nos mueve en la vida: el mundo del encuentro.
Comenzó una nueva existencia para mí, o por lo menos una
nueva forma de vivir, pero sabemos que los viejos patrones se re­
sisten a que los dejemos de lado después de tantos años de estrecha
convivencia. De algún modo tratan de filtrarse haciéndonos creer,
para su subsistencia, que somos de una sola manera y que por lo
tanto nos debemos a un mundo y no a otro. Otro viejo resabio que
solo se puede sostener en la creencia de que somos una identidad
fija, polarizada y demasiado humana que se cree dada desde siempre
y por siempre. Identidad que por lo tanto, tratará de pertenecer a
un solo mundo.
38
EL ENCUENTRO DE DOS SABIDUllfAS

Luego de varios viajes al Tahuaintinsuyo en los que me contagié


de su profunda, y para mi asombro, familiar sabiduría, recorrí
dentro de mis posibilidades sus tres Pachas llevado por una po­
derosa fuerza que me llamaba y el deseo de afirmarme en ella. En
medio de este torbellino, entre una mezcla de deslumbramiento e
ingenuidad nuevamente me pregunté, ¿a cuál de los tres pachas/
mundos perteneceré? Sintiéndome más cerca de esa respuesta
creí que lo estaba logrando, y de alguna manera me forzaba por
estar en uno solo y en lo (el) más alto. Pero algo no dejaba de
inquietarme, una sensación de inacabamiento, de que una parte
de mi estaba quedando fuera, desconectada. Soy parte de la vida,
y si ella se compone de por lo menos tres niveles de existencia,
por lo tanto, eso también vale para mí. Comencé a comprender
que si esos tres mundos están conectados, creer existir sólo en
uno de ellos es separarse de otros dos planos de la vida. Si bien
esta simbología nos muestra que de lo que se trata es de elevar
[email protected]
la vibración, esta operación tiene que ser realizada a través de
la conciencia, del aprendizaje, de la madurez, de atravesar cada
mundo, integrarlo al siguiente y así subir cada peldaño como tan
claramente lo indica la sagrada Chakana. Movimiento que no
deja de mostrar que luego de subir los peldaños y llegar arriba,
comienza el descenso para volver, más enriquecido, a ascender
nuevamente. Eterno retornar andino, como el eterno retornar
de la rueda zodiacal.
Pero el acontecimiento que terminó de confirmar la totalidad
de este proceso se produjo en el Congreso de Cosmobiología Inkal
2009, cuando en su ponencia Henry del Águila, mientras recorría
esta temática magistralmente, formuló una pregunta: ¿desde qué
mundo respondes para cada situación? El relámpago de luz de su
pregunta iluminó y amalgamó las mías, ¿desde qué mundo res­
pondes? implica un pensamiento abarcativo, que incluye los tres
mundos, y lo hace de tal manera que plantea el problema desde
otro lugar. Pues ya no se trata de pensar en términos de negación
39
ASTROLOGÍA INMANENTE

y separación, de un sujeto que como tal, niega y se separa de un


mundo para "sujetarse" al que le compense sus debilidades; sino
de plantear las cosas en términos de las fuerzas, mundo de fuerzas
en el que el sujeto es un entrecruzamiento, una constelación, un
entramado de las mismas que se compone y descompone constan­
temente. Por lo tanto la pregunta ya no es quién soy y a qué único
mundo pertenezco, sino qué fuerzas se componen en mí, cuáles
se apoderan de las mías, en cuáles me afirmo, qué se produce en
el encuentro de mis fuerzas con las fuerzas del mundo, ¿niego o
afirmo el torrente de la vida?, en definitiva, ¿desde qué calidad de
fuerza respondo al impacto de otras fuerzas?, nuevamente, ¿desde
qué mundo respondo?

A esta altura ya podemos realizar un encuentro entre dos sabe­


res, pues la astrología, de alguna manera, comparte una dinámica
parecida. [email protected]
su maravillosa forma de cartografiar el cielo del que
formamos parte y transcribirlo en sus Cartas astrales, nos enseñó
un mapa para saber cómo recorrer dignamente el camino de la
vida, cómo se componen las fuerzas del mundo con las nuestras.
Nos brindó un mapa de fuerzas y un modo de concebirlas según
su posición, para saber de qué somos capaces, cómo se pueden
expresar de la mejor manera para alcanzar su máximo expresivo.
Aun hoy nos enseña que la misma fuerza se modela constante­
mente según el modo de expresión representado por el Signo
zodiacal que se lo brinda. Cuando alcanza su máximo expresivo
la fuerza se dignifica.
La astrología presenta una distribución simbólica de las fuerzas
planetarias que nos permite pensar cómo puede procesarse una
fuerza planetaria para que alcance una alta tonalidad a través de
lo que propone su posición en cada Signo zodiacal, es decir, para
alcanzar la mayor dignidad expresiva en sus respuestas, ¿desde qué
mundo respondes? Con su visible claridad la astrología pensó en
esas variables, así como desde su propia perspectiva la sabiduría
40
EL ENCUENTRO DE DOS SAIIIDUR(AS

andina pensó las suyas. Queremos que nuestras fuerzas lleguen


al máximo de su potencia, que se exalten para alcanzar el Hanan
Pacha, pero a su vez, en ese intento pueden encontrar sus dificul­
tades y disminuir, entrando en su caída y descender al Ucku Pacha.
Como habitantes de la superficie en que la mayor parte del tiempo
estamos, esa puja de fuerzas se libra en ella, el Kay Pacha, fiel testigo
de si esa fuerza logra estabilizarse a favor de su potencia y lograr
su domicilio, o comienza a alejarse de lo que puede y exiliarse.

Vale aclarar que estamos en una dimensión simbólica general


para poder pensar la dinámica planetaria, y no en la dimensión
particular que presentan cada una de las cartas astrales; pues se
puede cometer el error de creer que porque un planeta natal aparece
dignificado en exilio o en caída está "condenado" a ese mundo.
Toda fuerza planetaria varía constantemente y su posición natal
[email protected]
es sólo el primer pliegue del poder del mundo sobre el permeable
ser, que como tal, en el retorno de la vida tendemos a repetir de
la misma manera; pero esa misma repetición es la que también
nos permite, o mejor dicho, nos brinda constantes oportunidades
para producir una diferencia y dignificarla. Nada garantiza que esa
posición natal sea mejor que otra, solo predispone o marca una
tendencia, un conocimiento directo para saber cuál es el modo
expresivo inicial de cada fuerza, desde que modo partir.
Los dos mundos han quedado planteados, unirlos es la tarea
que nos convoca a condición de cruzar los conocimientos andinos
y astrológicos para enriquecer nuestra interpretación de las fuerzas
y así saber desde qué mundo, desde que entramado planetario
estamos respondiendo.

41
ASTROLOGÍA INMANENTE

La uni6n de los saberes


Como adelantamos anteriormente comenzaremos por el mun­
do que habitamos en el presente, el Kay Pacha, nivel vibratorio en
el que luchamos como el Puma por nuestra realización. En esta
contienda el planeta puede afirmar su naturaleza en su territorio
de fuerzas y sentirse "como en su casa" domiciliado y dejando la
posibilidad abierta para ascender al Hanan Pacha, o capturado
por fuerzas reactivas que tratan de separarla de su naturaleza, la
precipitan al exilio y a un paso de Ucku Pacha, donde descenderá
a su caída. Si en el retornar la fuerza puede seguir afirmando su
naturaleza, afirmándose en lo nuevo que la existencia le presenta,
irá dejando los apegos del ego, ascendiendo el Apu de la vida
y dejando atrás la densidad material de su base para alcanzar el
último punto de materia en su cima, el punto de unión con el
cielo. En este punto de transmutación la fuerza deviene Cóndor
[email protected]
y se elevará para cambiar la perspectiva, conectándose con el
cielo y con lo divino y de esta manera sutilizar la fuerza, elevar
su vibración.
Si la fuerza no puede volver a activarse desde su exilio, no
pudiendo recuperar su máximo territorio de expresión, una
nueva captura detendrá su movimiento creativo y responderá
reactivamente desde su caída. La energía de Ucku Pacha, que si
bien en un principio nos aleja de la esencia y nos conecta con el
dolor de la tercera dimensión y sus apegos, también posee una
poderosa capacidad para que la Pacha Mama nos limpie, recicle
y junto a la energía de Amaru, la poderosa serpiente, podamos
transmutar la situación para hacerla fecunda nuevamente
obteniendo la fuerza para ascender más livianos, si no, ¿cómo
volar en el Hanan Pacha con el cóndor?.
EL ENCUENTRO DE DOS SABIDURfAS

Ejemplos planetarios
El desafío de la fuerza del Sol en Kay Pacha se debate entre los
Signos de su domicilio y exilio: Leo y Acuario. ¿Podrá el Sol expresar
nuestra esencia sin perderse en la de los otros?, ¿cómo encontrar
nuestro centro entre tantos otros centros?, ¿nuestra espontaneidad
del niño interno podrá mantenerse a resguardo de la intelectualiza­
ción que exige la cultura? Si durante esa lucha alguna inseguridad
identitaria se apodera de la fuerza solar, en lugar de afirmar su centro
tratará de apoderarse del de los demás, para sentir que el mundo
gira a su alrededor. Lo que no registra es que este mecanismo hace
al otro por demás indispensable, allanando el camino hacia una
extrema dependencia, su caída en Libra. En Ucku Pacha sentirá
este apego a un grado tal que lo puede dejar en el lugar de objeto
(balanza) ante otros sujetos, pero en ese umbral también se puede
producir una transmutación que dispondrá de los vínculos de otra
manera, no para [email protected]
apoderarse de ellos en beneficio del propio ego sino
para utilizar ese liderazgo solar y de esa manera devolver la fuerza
y el brillo a los otros; tal como el Sol hace brillar a sus planetas, los
sostiene en un sistema y les brinda la vida.
Pero si en la misma lucha puede encontrar su centro y desde
allí expresar la esencia con las certezas del corazón dadas por la
convicción ariana, se elevará al Hanan Pacha como un radiante sol
al mediodía. Ya no necesita dominar, su sola presencia brindará
existencia, tanto a sí mismo como a los otros.

El desafío que se le presenta a la Luna en Kay Pacha se debate


entre los signos de Cáncer y Capricornio. ¿A partir del nacimiento,
la función materna devolvió la calidez y protección uterina perdida,
o nos dejó a merced del mundo con una sensación de aislamiento
y escasez?, ¿aquello que se necesita, se encuentra en lo conocido
o hay que salir a ganarlo en un afuera lleno de exigencias?, ¿cómo
reconocer las necesidades propias de las que impone la cultura?

43
ASTROLOGfA INMANENTE

Si se ha tenido alguna temprana experiencia de déficit que ha


dejado algún rasgo de insatisfacción, un posible efecto es que se
quiera salir al mundo en busca de excesivos logros. Sabemos que
esta compensación es sólo momentánea, pues tarde o temprano
se registrará nuevamente ese vacío emocional, que en definitiva,
puede derivar en la frustrante conciencia de que lo que realmente
necesitamos está perdido por siempre, su caída en Escorpio. El
abismo lunar que vive la Luna en Ucku Pacha puede ser por demás
ominoso, pero en su fondo puede recuperar, gracias a la fuerza
regeneradora de la serpiente, una nueva oportunidad para volver
a comenzar. Si logramos limpiar y reconocer lo que realmente
necesitamos, que generalmente suele ser mucho menos de lo que
creíamos, esto propiciará poder conseguirlo sin inconvenientes y
con un mínimo costo, por lo tanto permitirá sentir la abundancia
y riqueza de la vida. Se han dejado atrás las necesidades triviales y
[email protected]
en la levedad se puede ascender en Hanan Pacha para conectar con
lo que nos puede dejar plenamente satisfechos.

El desafío de Mercurio en Kay Pacha se debate entre Géminis y


Sagitario, así como también entre Virgo y Piscis. Para los primeros
nos preguntamos: ¿cómo sostener una idea sin convertirla en una
creencia?, ¿cómo transformar una respuesta en una nueva pregunta?,
¿cómo darle movimiento al pensamiento sin caer en una deriva
infinita? Para los segundos podemos formular los siguientes inte­
rrogantes: ¿cómo pensar la parte sin desarraigada del todo al que
pertenece?, ¿cómo ejercer la crítica sin caer en la incomprensión?,
¿se puede entender la utilidad en el plano del amor?
Si por diversos motivos la fuerza del pensamiento no ha podido
afirmar sus ideas, en lugar de ubicarse como un canal de ellas,
usará la idea para mostrarse a sí mismo, se le irá el ego en ella,
caída leonina que llevará el pensamiento a Ucku Pacha, donde en
lugar de saber que las ideas son del universo, se creerá que lo más
importante es tener razón. De todos modos, en este nivel la fuerza
44
EL ENCUENTRO DE DOS SAHIDURfAS

de la sabia serpiente, que se duplica para ascender por el caduceo,


puede despertar la creatividad leonina relanzando al pensamiento
hacia una nueva oportunidad.
Si en ese mismo intento se pudo conectar con la impersona­
lidad de la idea y su conexión con otras esferas, el pensamiento
se desapega para ascender a la altura acuariana desde donde se
le pueden revelar las ideas más claras y luminosas y así ver el
mismo mundo desde otra perspectiva, condición necesaria para
comenzar a cambiarlo. El Hanan Pacha con la ayuda del cóndor
le permitirá volar al pensamiento de tal manera que podrá co­
nectarse con las ideas más elevadas acerca de la vida, y como el
Aguador, brindarlas al mundo.
El desafío de Venus en Kay Pacha se debate por un lado entre Tau­
ro y Escorpio, y por el otro entre Libra y Aries. Desde los primeros
nos preguntamos: ¿cómo conservar la valoración sin perderla en las
[email protected]
de la rueda de la vida?, ¿cómo obtener recursos en
situaciones que parecen absolutamente perdidas? Con los segundos
nos preguntamos: ¿Cómo conservar una imagen propia sin perderse
en la del otro?, ¿Cómo reconocerme en el espejo sin alienarme en el
otro? Si en esta contienda se excede la necesidad de afirmación de
la imagen, podemos terminar exiliados en Aries sin la imagen del
otro, o en Escorpio matando definitivamente cualquier imagen que
no corresponda con nuestro narcisismo, o bien muriendo al ver que
ninguna imagen nos refleja. A partir de aquí el camino a la caída
se acelera, pues por más que se sigan presentando imágenes, todas
serán criticables, pues no alcanzarán la perfección exigida por Virgo.
La desconexión de la parte con respecto a su totalidad conlleva una
vida parcial que minimiza y aísla, pudiendo ser la situación extrema
vivida en Ucku Pacha, pero también el contacto con la realidad
virginiana nos brinda una precisa y detallada imagen, que como
tal, reconecte con la vida de una manera más total.
Así lo entendió Alicia, que a pesar de que esa imagen no la
reflejaba coherentemente, no la negó, afirmó esa inédita fuerza
45
ASTROLOGfA INMANENTE

venusina y atravesó el espejo, encontrando para su sorpresa y la


nuestra, su exaltación pisciana, lo maravilloso de la vida. De alguna
manera Narciso también se aventuró al Hanan Pacha, dejó atrás el
mundo conocido en el espejo para atravesar su imagen y encontrar
del otro lado, a condición del mayor de los desapegos, la muerte del
yo, toda la potencia de la vida, el encuentro con su ser.

El desafío de Marte en Kay Pacha se debate entre Aries y Libra,


como también entre Escorpio y Tauro: para los primeros surgen las
siguientes preguntas: ¿cómo afirmar su fuerza sin hacerla sobre el
otro?, ¿cómo ser competente sin caer en la captura de la competi­
tividad? Para los segundos: ¿cómo expresar una alta intensidad sin
hacer estallar la forma?, ¿cómo penetrar la profundidad de las cosas
sin quedar capturado en ella? Si en la lucha por afirmar su fuerza
la amenaza del caos exacerba el control, o los miedos a la pérdida
se imponen, [email protected]
defensa que se dispara puede capturarlo con las dos
tenazas de Cáncer, atrapándolo dentro de un caparazón defensivo
que le impedirá accionar autónomamente. Pero la serpiente de Ucku
Pacha nunca descansa, y el destino de la compresión de esta poderosa
energía, podrá ser su resurgir, el accionar de un resorte serpentino
que reconecta con la expresión y la afirmación de su fuerza.
Si Marte afirma toda su potencia ariana sumada a la profunda
intensidad escorpiana, podrá ser lanzado a la altura del Hanan Pacha
para tener la visión certera de cuál puede ser el objetivo posible de
realizar que Capricornio le propicia.

El desafío de Júpiter en Kay Pacha se debate por un lado entre


Sagitario y Géminis, y por otro entre Piscis y Virgo. Nos pregun­
tamos acerca de los primeros: ¿cómo construir confianza en un
mundo por demás racionalizado?, ¿cómo abarcarlo todo sin asfixiar
los movimientos?, ¿cómo afirmar un sentido sin convertirlo en una
creencia inamovible? Desde los segundos: ¿cómo ampliar al máximo
el sentido espiritual sin desconectarse de la realidad?, ¿cómo afirmar
46
EL ENCUENTRO DE DOS SABIDURIAS

lo espiritual en la vida cotidiana?, ¿cómo confiar en lo divino a


pesar de que no lo podemos palpar de forma concreta y científica?
Si en su lucha por expandir sentido sólo encuentra escepticismos
y críticas apoyadas en ficciones de perfección o utilitaristas, el ate­
rrizaje forzoso en la realidad capricorniana será el comienzo de su
caída. La prueba en Ucku Pacha estará relacionada con tratar de
encontrar sentido aún en una realidad por demás sobre-codificada,
sometida al deber y a diversos criterios de realidad. Si esto sucede,
Júpiter saldrá por demás fortalecido para comenzar nuevamente
su búsqueda de lo alto. Confiará en que si lo encontró allí, donde
parecía no existir, podrá hacerlo en todo lugar.
Si al encontrar sentido y su consiguiente confianza en sus domi­
cilios, uno que le permite hacerlo en lo desconocido, y el otro en
la totalidad, ascenderá al Hanan Pacha para exaltarse, encontrando
sentido en el espacio más complejo de la vida, nuestro interior
canceriano. [email protected]

El desafío de Saturno en Kay Pacha se debate entre Capricornio


y Cáncer, así como también entre Acuario y Leo. Los primeros se
preguntan: ¿cómo cumplir los objetivos sin dejar de lado las emo­
ciones?, ¿cómo poner un límite que contacte y no aísle?, ¿cómo
armar estructuras que permitan el fluir de los afectos?. Los segundos
se preguntan: ¿Cómo darle rigor a una idea sin convertirla en algo
personal?, ¿cómo alcanzar autoridad sin imponerla sobre otros?
Si el ejercicio de los límites no ha tenido la suficiente autoridad
por temores cancerianos o personalismos leoninos, ambas expre­
siones de un exceso de subjetividad marcarán el camino directo de
la caída, pues el ejercicio de los límites y la autoridad será ejercido
desde Aries, el Signo más gobernado por lo subjetivo. La diosa de
la justicia ha perdido la balanza y se le ha caído la venda que le
cubría los ojos.
El aprendizaje en Ucku Pacha puede darse al encontrar que la
consecuencia de este modo de ejercer su fuerza, es la soledad, y
47
ASTROLOGIA INMANENTE

allí puede operar la transmutación que lo lleva a la necesidad del


encuentro con el otro en Libra.
Si este ejercicio ha sido hecho en sus domicilios con criterios
objetivos de realidad capricorniana y entendimiento acuariano, la
ascensión al Hanan Pacha está asegurada, pues se podrán ejercer
estos atributos de justicia, en el medio justo por excelencia, Libra.

Conclusión
La pregunta sigue rondando, pero ahora estamos junto a ella,
o mejor dicho, en ella. El acto de preguntar nos ha llevado a re­
lativizar creencias y enriquecer la vida. Nos colocó en un nuevo
universo, múltiple y versátil donde se encuentran dos mundos de
luz, en uno de ellos la serpiente, el puma y el cóndor nos llevan
a experimentar lo que sabiamente propone cada animal maestro,
en el otro [email protected]
planetas encarnan nuestras fuerzas y nos brindan el
mapa para dignificarlas, para aumentar la potencia de nuestra vida;
y entre ellos se teje una vida nueva, distinta a la que conocía, una
vida donde ya no es tan importante decir yo.
Creo entender que la luminosa pregunta, ¿desde qué mundo
respondes? encierra una sabiduría infinita, como un torbellino
que se relanza continuamente y expresa un nuevo interrogante:
¿más que preguntarme a qué mundo pertenezco, no será que lo
importante es saber si antes que todo estoy haciendo lo suficiente
para ser digno de ellos?

48
Los tránsitos planetarios
El encuentro con la vida
en el eterno retorno de las fuerzas

[email protected]
Al abordar el estudio de los planetas, la tendencia inicial, heredera
de una tradición aristotélica que aún sigue ejerciendo su dominio,
es hacerlo analíticamente, es decir, tomar al planeta y estudiarlo en
sí mismo, aislado del universo al que pertenece. Pero en realidad,
la milenaria astrología nos enseña en sus cartas astrales algo que
sucede en el cielo; un planeta nunca se encuentra solo, siempre se
expresa componiendo su fuerza por lo menos con dos territorios al
que pertenece: a través de un signo zodiacal que modeliza su expre­
sión y dentro de una casa astrológica que propicia su producción.
La expresión siempre se da a la luz de los encuentros, y para que
se produzca tiene que acontecer dentro de una configuración, la
que nos revelará cuál es la manera más propicia para que la fuerza
alcance su máxima intensidad expresiva.
Vivimos dentro de ciclos planetarios que van pidiendo a cada
paso que nos expresemos con la mayor potencia de existir que
podamos, en cada acontecimiento que los encuentros presentan
49
ASTROLOGÍA INMANENTE

en los diversos ámbitos de la vida, es decir, en las casas astrológi­


cas. El universo a través de sus emisarios planetarios quiere, entre
otras cosas, que encontremos la dicha, y eso se logra alcanzando
el máximo expresivo de esas fuerzas, una alta tonalidad del alma.
¿Qué significa ese máximo?: lo que cada individuo puede según su
configuración singular. No se trata del -tú debes- de la religión, de
la moral y de los éxitos que las sociedades de consumo nos mues­
tran como modelos de felicidad, es más, tratar de alcanzarlos nos
pueden alejar de nuestra verdadera potencia, y lograrlos, la captura
final. Aquí la astrología con su maravilloso y único mapa astral, nos
indica, según cómo se presenten configuradas las fuerzas, cuál es
el máximo para cada uno, en qué radica su potencia, y cuál es el
mejor modo de expresión en cada casa de nuestra vida.
Los planetas activan a cada instante nuestras casas propiciando
acontecimientos acordes a su naturaleza. Pero se torna importante
tener en cuenta que la fuerza, para su expresión, necesita de otra
[email protected]
fuerza, pues como hemos dicho, la vida no es otra cosa que una
proliferación constante de encuentros. Somos su resultado por­
que, en definitiva, la vida es lo que acontece en cada encuentro. Y
justamente las casas astrológicas son las encargadas de representar
el espacio del encuentro, de ahí su tremenda importancia. Donde
terminan sucediendo las cosas es en las casas, y los planetas están
constantemente transitándolas en sus eternos ciclos, activando
nuestras fuerzas para su mejor expresión. Las fuerzas que eterna­
mente retornan - y aquí radica un sentido del retornar - nos dan
una oportunidad, ya sea la de afirmar la diferencia que portan, o
de repetirnos en lo mismo. ¿Cómo actuar para salir de la captura
de lo mismo? Dónde actuaremos lo indicará la casa, pero cómo lo
haremos, quedará en manos de las múltiples energías planetarias.
Para comenzar a tener una respuesta se hace indispensable co­
nocer la naturaleza de las fuerzas, cuáles son sus atributos. Lo más
importante es saber que participan de dos propiedades que Nietzs­
che ha desarrollado como nadie. Para resumir su vasta y compleja
50
LOS TRÁNSITOS PLANETARIOS

teoría diremos que existen dos atributos de la fuerza: lo que "en"


la fuerza quiere y lo que la fuerza puede. Aquello que quiere es un
poder interno, la voluntad de poder (potencia), y lo que la fuerza
puede es su capacidad expresiva en cada encuentro; resumiendo
entonces, ¿será capaz en su expresión de afirmar lo que quiere?
Antes de responder este interrogante que se irá desplegando de a
poco, se hace necesario responder otra pregunta que ha quedado
flotando y que es por demás vital en el universo astrológico: ¿Qué
quieren y qué pueden las fuerzas planetarias en su eterno retornar?

¿Qué quiere la fuerza planetaria?


El Sol quiere que lo que se exprese sea, ni más ni menos que
nuestra esencia.
Su manifestación es lo que solemos llamar creatividad, brillo,
alegría, generosidad, unidad. Quiere que encontremos lo que su
[email protected]
símbolo indica, nuestro centro, nuestro eje desde donde irradiar al
mundo; así como también que nos conectemos con nuestro cora­
zón, el sol interior, el punto de luz central de nuestro microcosmos.
Mercurio quiere pensar, interrogar la vida, entenderla y enten­
derse, formular preguntas para que el pensamiento pueda seguir
pensando. Y para que ese pensamiento siga su movimiento no
sólo dentro de sí sino también con los otros, recurrirá a un doble
movimiento: inoculará una dosis de duda para alejar la fijeza de la
certeza, y se comunicará, creará la mayor cantidad de redes posibles
para dar consistencia a una trama que lo sostenga.
Venus quiere valoración, encontrándola tanto en la forma como en
la sustancia de las cosas que nos reflejan. Quiere que reconozcamos
la otredad, para que le demos al prójimo el indispensable lugar que
tiene como sostén de nuestra identidad. Quiere afianzar los vínculos
afectivos, que en definitiva serán el combustible de la valoración.
La Luna quiere protección, para recomponer el útero perdido
en el parto. Quiere reconocer lo que realmente necesitamos para
51
ASTROLOGIA INMANENTE

nuestro bienestar, e integrarse a espacios de pertenencia que ase­


guren la contención emocional y permitan expresar y desagotar el
mundo interior.
Marte quiere actuar y exteriorizar, ya sea lo que somos, lo que
pensamos, o lo que sentimos. Quiere avanzar, y para hacerlo, si es
necesario cortará con aquello que lo detenga. Quiere conquistar
nuevos territorios existenciales para dar cuenta de su potencia y
para experimentar la efímera autonomía del ser.
Júpiter quiere aumentar al máximo el espacio vital, para permi­
tirnos sentir que tenemos derecho a la abundancia. Quiere donar
sentido a nuestras vidas. Quiere devenir extranjero, y de ese modo,
ante lo desconocido y lejano, abrir su espíritu a nuevos modos de vivir.
Saturno quiere saber si con el tiempo que nos ha dado hemos
reconocido nuestra realidad y la hemos puesto en práctica en el
mundo. Quiere responsabilizarnos de lo que somos y de nuestro
lugar en el mundo para saber de qué somos capaces realmente. Quie­
[email protected]
re alcanzar el máximo logro: la autoridad sobre nosotros mismos.
Urano quiere revelar lo nuevo que emerge constantemente en
nosotros, que sigamos esa novedosa visión y le inventemos un mun­
do. Quiere que sintamos nuestra libertad espiritual, reconociendo
que somos más que una personalidad individuada y menos de lo
que creíamos ser, para lo cual nos dotará de la inquietante cualidad
del desapego, aquella que puede desprenderse de las partes del ego
que nos alienan y esclavizan.
Neptuno quiere disolver las fronteras del ego para que el espíritu
se filtre, se exprese y reconecte con las corrientes de la totalidad.
Quiere hacernos más permeables, para que tengamos mayor capa­
cidad de afectar y ser afectados, condición necesaria para el servicio
y para el amor.
Plutón quiere que vivamos la vida con la mayor intensidad po­
sible, y para reconocerlo, si hace falta, nos pondrá cara a cara con
la muerte, "si no nos mata, nos fortalece". También quitará de raíz
todo valor que se ha rigidizado o convertido en único. Quiere que
52
LOS TRÁNSITOS PLANETARIOS

nos entreguemos a la existencia, a tal punto que podemos crear,


con su potente energía, una nueva vida.
Kirón quiere nuestra maestría, y para ello tendremos que recono­
cer que sólo la obtendremos si atravesamos lo que nos duele, dolor
que estará asociado a algún sentimiento de abandono. Quiere la
adopción, no necesariamente de otro sobre nosotros, ni de nosotros
sobre otro, sino más bien, de nosotros sobre aquello que permanecía
abandonado. Este proceso de adopción nos convertirá en maestros.

¿Qué puede la fuerza planetaria?


Todo lo que la fuerza puede se producirá en los acontecimientos
que le presenta cada encuentro. Si la fuerza puede afirmar lo que
quiere, mutará en una fuerza activa, afirmativa de su naturaleza;
pero si la fuerza no puede afirmar lo que quiere, quedará reactiva.
[email protected]
No pudiendo ser activada pasará a ser una fuerza que niega su propia
naturaleza arrastrando las otras fuerzas con las que entra en contacto.
Lo reactivo deja un resto, algo que no terminó de expresarse, de
afirmarse, de sentirse. Por lo tanto ese resto se interiorizará girando
en falso en su propia impotencia, dando lugar a una fuerza que solo
le queda re-sentirse en una captura reactiva que niega su capacidad
creadora. Aquí la génesis del resentimiento.
A pesar de que a veces fantaseamos con lo contrario, ese cuantum
resentido no desaparece, es más, será recargado constantemente y
llevado como lastre a las nuevas experiencias que se presenten, ha­
ciendo la vida más pesada, menos alegre y dichosa. Grado a grado
zodiacal y casa a casa cargaremos con ese peso, como una especie
de memoria que inunda el presente con aquello que no pudimos
terminar de vivir. Se irán sumando experiencias pendientes de las ca­
sas anteriores, dificultando la plenitud de la vivencia en el presente.
Ahora bien, ¿tiene un límite este traspaso? En realidad, no existe
una única respuesta, pues este círculo vicioso puede durar toda la
53
ASTROLOG!A INMANENTE

existencia, puede aparecer y desaparecer en determinadas etapas


de la vida, se puede detener en algún momento de alguna casa
resolviendo lo que se trae pendiente; o bien, si se sigue cargando y
aumentando el resentimiento se tendrá la oportunidad de encontrar
un umbral en la casa XII. Como última casa es una de sus funcio­
nes principales: disolver y resolver todo lo que está pendiente para
comenzar un nuevo ciclo en la casa l.

Ejemplifiquemos entonces la dinámica de ese traspaso de las


fuerzas a través de las Casas para entender los modos de la captura.
Vale aclarar que nos ajustaremos sólo a algunas variables, pues los
ejemplos pueden ser infinitos.

Si no pudimos afirmar lo que somos en la casa I, en la casa II


consumiremos por demás todo objeto que el mundo nos ofrezca
como valioso,[email protected]
para reafirmar la falsa creencia de que ser es tener; si
tenemos mucho, seremos mucho.
Si en la casa II no produjimos la suficiente valoración, propaga­
remos de dudas la casa 111 tratando de hacer entender a todo aquel
que se nos cruza lo valiosos que somos.
Si en la casa 111 no encontramos una respuesta consistente del
entorno, en la casa IV nos costará pertenecer o nos atenazaremos a
cualquier territorio que nos prodigue algo de familiaridad.
Si en la casa IV no pudimos conectar con el mundo emocional,
poco o pobre en contenido será lo que tendremos para expresar
en la casa V.
Si en la casa V la creatividad estuvo disminuida, en la casa VI no
sabremos qué uso darle para convertirla en una útil herramienta
de trabajo.
Si en la VI no supimos reconocer qué lugar ocupamos en el
mundo, nos costará relacionarnos equitativamente con el otro en
la casa VII.

54
LOS TRÁNSITOS PLANETARIOS

Si en la casa VII tuvimos dificultad para que cada integrante de


la relación pese, es decir, que su valor sea parejo, en la casa VIII nos
encontraremos con una crisis de identidad, pues el otro no reflejará
lo que habíamos idealizado.
Si en la casa VIII la identidad se ha fisurado demasiado, buscare­
mos desesperadamente en la casa IX cualquier gran Otro, o algún
sentido trascendente que nos haga sentir que somos elegidos.
Si en la casa IX ese sentido no alcanza para responder al propó­
sito de la vida, en la casa X trataremos de alcanzar el mayor éxito y
reconocimiento posible para elevar la importancia personal.
Si en la casa X nos quedamos demasiado identificados con los
logros, en la casa XI no podremos compartirlos y sentiremos que
· no somos de este mundo.
Si en la casa XI el mundo no tiene un lugar para nosotros, en
la casa XII en lugar de que el espíritu se abra definitivamente a la
vida, nos encerraremos en nuestra propia fantasía.
[email protected]
Este es sólo un ejemplo de cómo las fuerzas al no ser expresadas
en toda su potencia van quedando atrapadas casa a casa y momento
tras momento de la vida. Ahora bien, hemos descrito lo que puede
sucederle a nuestras fuerzas y las consecuencias que tan claramente
se pueden leer desde la astrología, pero yendo un poco más al fondo
de la cuestión hay una pregunta que aún queda por hacerse ¿por
qué - cómo es que la fuerza no puede afirmar lo que quiere?

Hemos visto con anterioridad algo que la astrología nos enseña


claramente: que a pesar de que el reloj nos pueda hacer creer que
el único movimiento de la vida es hacia un futuro, somos parte,
junto a la Naturaleza, de fuerzas que retornan eternamente. ¿por
qué, o mejor dicho, para qué retornan?
Si de lo que se trata para la fuerza es de afirmar una diferencia,
y como a cada instante cada configuración planetaria siempre es
única y singular, la fuerza querrá afirmarse con eso, en esa diferencia
55
ASTROLOGÍA INMANENTE

que la vida le está brindando en su retornar. Necesitará entonces de


eternas oportunidades, cada retorno es en sí una posibilidad para
escapar a la reactiva repetición de lo mismo y afirmarse con lo que
acontece. Ya dijo Jorge L. Borges con absoluta genialidad: el mayor
de los laberintos es la línea recta.
El Universo, con su inmensa generosidad nos coloca constante­
mente ante situaciones que se repiten, a veces muy antiguas, para
que nuestras fuerzas afirmen su diferencia, para que se juegue todo
ahí lo que somos en ese momento, que en definitiva, si el ser es en la
expresión, será lo que totalmente somos. En ese retornar, las fuerzas
se activarán afirmando una diferencia o se reactivarán, negando y
repitiendo lo mismo. Volvamos a la pregunta, ¿podrán?

Aquí comienza este problema exclusivamente humano que en


realidad no es tanto patrimonio de las fuerzas puras, como sí lo es
[email protected]
del mundo organizado, y principalmente de aquello que se juega
entre ellos: el ego y su territorialidad.
Para que podamos habitar el mundo de la cultura indiscutible­
mente necesitamos un ego, el mismo que se hace indispensable
para algunas cosas e inconveniente para otras. Nos sumerge desde
su definición en cuestiones paradojales ya que el yo se forma bá­
sicamente de tres modos: 'yo soy lo que tú eres', la cuestión de la
identificación, de ser idéntico para formar una identidad, que si
bien funciona como un reflejo, también nos separa de nosotros
mismos. 'Yo soy lo que tú no eres', negación sistemática de la dife­
rencia que todo encuentro despierta, nos une al yo pero separa de
la fuerza. Y un tercer modo que de alguna manera es una síntesis
de los anteriores: 'Yo soy este que soy, ese que siempre aparece
en el espejo, ese que siempre es reconocido como tal por el otro,
ese que es el mismo'. Ha triunfado lo mismo a favor del ego y en
detrimento de la proliferación de las diferencias que portan las
fuerzas activas.

56
LOS TRÁNSITOS PLANETARIOS

El niño asustado pide, especialmente antes de dormir, que le


enciendan la luz, que le cuenten el mismo cuentito que le vienen
contando, de la misma manera y hasta con la misma entonación.
Pide que lo saluden con la misma frase para poder entregarse a ese
mundo inconciente de la noche, de la oscuridad, de fuerzas donde
el yo tiene poca incidencia. ¿Si esas voces que nos acunan se vie­
nen repitiendo día tras día, por qué mañana no se repetirán de la
misma manera? Ahora podemos dormir (y vivir) en paz. Como el
ego se forma en la repetición, no le agrada la diferencia, la ominosa
irrupción de algo ajeno que no lo reconozca; salvo un yo plástico,
permeable, susceptible de ser afectado y afectar que permite la
irrupción de un devenir otro. Un yo que ya sabe que nombrarse es
sólo una necesidad, una convención lingüística.

A esta altura ya podemos comenzar a configurar una respuesta.


Cada vez [email protected]
la fuerza quiere afirmar su querer, se encuentra con
un ego que se defiende de ella, y cuanto más impermeable sea, la
fuerza no podrá expresarse en su totalidad, no podrá activarse. Las
fuerzas reactivas ganarán el territorio separándonos de lo que pode­
mos. Se producirá ese resto que retornará en la casa siguiente, y allí
cargaremos el peso de nuestra impotencia o tendremos una nueva
oportunidad para sacarla de la reactividad, activándola, expresando
lo que cada planeta quiere. Por lo que las preguntas del astrólogo
tendrán la siguiente dirección: ¿qué quieren las fuerzas natales?,
¿qué ego se ha formado?, ¿cómo y dónde piden expresión ahora?

Un ejemplo
La conjunción natal Urano - Plutón en casa XII está siendo
intensamente activada por la oposición de Urano en tránsito.
Ha comenzado el viaje de regreso y todos los miedos que el ego
había sepultado y postergado en el trastero de la última casa, están
57
ASTROLOC!A INMANENTE

emergiendo. Todas esas fuerzas piden su expresión, están siendo


activadas, y para ello hay que terminar de sentirlas, de entenderlas,
volver de alguna manera a vivirlas para hacer otra cosa con ellas, es
decir, producir una diferencia. En otras palabras, querer el aconte­
cimiento y afirmarse con él, con lo que la vida propone.
Al mismo tiempo de todo esto, también Saturno en tránsito hace
su aparición en esta configuración, viene de hacer la oposición a
su lugar natal, ahora está en plena conjunción a Urano natal y en
unos meses la hará ni más ni menos que a Plutón.
Ya había aceptado participar en el Primer Congreso Internacional
de Cosmobiología Inkal en Arequipa, Perú. Con el día y la hora
confirmada de mi ponencia, un tiempo antes de viajar, cotejo los
tránsitos planetarios que tendré en ese preciso momento ... y vaya
sorpresa!, es el momento exacto de la conjunción partil de Saturno
en tránsito a Plutón natal en la casa XII. Luego del primer instante
de asombro, un sordo temor recorrió mi cuerpo, y para que no siga
[email protected]
avanzando comencé a dudar acerca de viajar. De este modo estaba
empezando a ser separado de mi fuerza, de mi querer participar,
compartir, exponer mis ideas, conocer nuevos lugares, nueva gente,
nuevas experiencias, nuevas astrologías. A pesar de los temores que
presagiaban las más diversas catástrofes, volé hacia esa conjunción,
hacia ese encuentro.
En aquél mediodía atravesado por la intensidad solar de lnti,
cuando el avión aterrizó en Arequipa y abrió sus puertas, al salir
viví la primera de tantas experiencias maravillosas que me depa­
raban. En la pequeña plataforma de la escalera que se acopla a la
cabina, antes de descender a tierra peruana, quedé extasiado ante
la imponente presencia de un enorme y magnífico Apu. Me aparté
unos pasos para que los pocos pasajeros que quedaban pudieran
descender. Una vez solo, me quedé contemplándolo, y un gentil
operario del aeropuerto que ascendía me dijo, -es nuestro volcán,
el Misti, es el señor de más de ochenta que hay en la zona-. Sus­
pendido entre el cielo y la tierra, en un instante eterno todo lo que
58
LOS TRÁNSITOS PLANETARIOS

venía sintiendo cobró sentido y entendí. Miré al cielo y le agradecí


a Saturno el haberme traído a un encuentro tan visible y tangible
con Plutón y todos sus volcanes. Iba a estar caminando sobre
ellos y entre su energía durante varios días afirmando la fuerza de
Saturno en su encuentro con Plutón. Sólo pedí estar a la altura
de lo que estaba aconteciendo. A la mágica hora de mi ponencia
subí al escenario junto a mi acuariano Saturno y lo que él quería,
que afirme mis nuevas ideas que estaban siendo activadas desde
Urano - Plutón en la casa XII. ¿Qué me estaba haciendo pensar
la emergencia de esos profundos miedos?, ¿volvería a defenderme
de ellos, repitiendo la sabida operación de encerrarlos una vez más
en la casa XII, o les daría voz, produciendo otra cosa con ellos?
Elegí hablar de Lilith, desde mi Lilith en Escorpio, y de cómo,
por haber defendido su diferencia a viva voz, la condenaron a la
desaparición en el fondo del mar neptuniano, la casa XII.
A medida que compartía mis palabras, comencé a notar cómo
[email protected]
se transmutaba la energía en su expresión, el lastre desaparecía
suavemente y volé junto a los presentes llevado por el viento de lo
que acontecía. Algo se estaba afirmando.
Atreverse a las fuenas activas es oponerse al temeroso ego, la
recompensa es incalculable.

Final
El ego ha quedado en una posición por demás compleja. Ya
hemos visto que esto sucede en gran parte por su propia natura­
leza identitaria, pero por otro lado no podemos dejar de tener en
cuenta el papel que juega la cultura en la que vivimos. El mundo
occidental, sostenido en aparatos de dominio de todo tipo, políticos,
financieros, religiosos, morales, etc., necesita de nuestros egos para
distraernos de nuestra potencia y consumirla, pues es su alimento.
A lo sumo la deja asomarse un poco, sólo para engordarla y satis­
facerse un poco más.
59
ASTROLOGÍA INMANENTE

Alimenta al ego para sobredimensionar su importancia personal


haciéndole creer que es el soberano, que puede aspirar a todo, que
controla la vida; pero no nos damos cuenta que cada vez más en
esta recta loca habitamos una ficción, que como tal, nos aleja de
nuestras fuerzas y nos esclaviza. ¿Cómo someter al hombre acti­
vo, afirmativo?, Solo será eficaz la esclavitud si nos separan de lo
que podemos, si se apropian de nuestras fuerzas. Como dijimos,
nuestras fuerzas pueden quedar capturadas en las defensas yoicas,
pero también el yo está capturado por el sistema, y arrinconado,
reproduce lo mismo sin saberlo. El atrevimiento y la claridad acerca
de nuestra configuración singular -lo que somos- no sólo supone
una oposición al ego, nos coloca en el margen o fuera del mundo.
Pero en definitiva, ¿queremos habitar ese mundo del modo en que
se propone?
En el transitar planetario, cada retorno, cada paso de las fuerzas es
[email protected]
una oportunidad única para afirmar lo que somos, alivianar nuestro
ego y enriquecerlo de tal manera que sea permeable al devenir, pero
a condición de crearle un mundo nuevo dentro del mundo. Sólo
se logrará activando nuestras fuerzas y afirmando lo que somos.
Aquí la milenaria astrología juega un papel extraordinario, pues
cuenta con el mapa de nuestras fuerzas y la capacidad para saber
qué quieren, el origen y el modo de su captura, y por lo tanto cuál
es la forma singular para su mejor expresión afirmativa.

60
Kirón en la Era de Acuario

[email protected]
El tránsito de los planetas va mostrando el rumbo impersonal
de la vida. Los diversos trayectos afirman sus particularidades e
importancia, dada por la lentitud de su desplazamiento y por el
valor que van cobrando en nuestras conciencias. Nadie duda de la
intensidad de Plutón, Neptuno, Urano, así como también de Sa­
turno y Júpiter; pero a esta altura ya no podemos dejar de sumar a
Kirón, planetoide aún más lento que estos dos últimos, y que está
teniendo día a día mayor peso en nuestra subjetividad.
Existen momentos de mayor relevancia en el transitar planetario,
otorgado por distintos factores, como ser el cumplimiento de un
ciclo, por el encuentro con otro planeta, por la entrada en una casa,
o por el cambio de signo astrológico, pasaje que justamente Kirón
está produciendo lentamente hoy.
Luego de permanecer por casi cuatro años en el signo de Capri­
cornio, Kirón entró en Acuario para transitado por aproximada­
mente seis años. Este acontecimiento es por demás sobresaliente, ya
61
ASTROLOG(A INMANENTE

que además de afirmar este importante cambio de cualidad zodiacal,


abre a dos instancias únicas: no se volverá a repetir en cincuenta
años, y porque en Acuario asume, como ya veremos, un papel tan
relevante como afín a su naturaleza.
Kirón posee, hasta el momento, la órbita más excéntrica del
resto de los planetas del sistema solar, más elíptica; fenómeno que
lo lleva a transitar entre 3 órbitas planetarias, las de Júpiter, Saturno
y Urano. Justamente Saturno y Urano son los dos planetas regentes
del signo de Acuario, y que ingrese en un signo donde comparte
las energías en el sistema solar, hace que nuestra capacidad de ser
afectados aumente y podamos apropiarnos no sólo de su nueva
energía, sino principalmente de estar en sintonía con la era de
Acuario que está comenzando.
Antes de seguir adelante veamos qué nos donó el tránsito de
Kirón por Capricornio, qué nueva conciencia ha despertado.
[email protected]
Entre otras cosas, este Signo nos relaciona con la autoridad, con
la verticalidad, con la jerarquización, y si Kirón ha transitado por
aquí, nos ha llevado a hacernos preguntas acerca de estas impor­
tantes cuestiones. ¿Mejoró el mundo por haber jerarquizado todos
los seres en mejores y peores, o ha permitido en nombre de una
altura ejercer autoritarismos extremos invocando a Dios, al Bien,
al Saber, o al Estado? ¿Tenemos autoridad sobre nosotros mismos,
o la hemos desplazado ejerciéndola sobre los demás? ¿Si el éxito es
alcanzar el máximo de lo que cada uno es capaz, porque lo hemos
colocado como un fin que nos ubica sobre los demás? Hemos puesto
las cosas tan arriba que se nos han escapado de las manos, y ahora
caen sobre nuestras cabezas.
La activación de la energía de Acuario, nos instala en otro uni­
verso, donde lo horizontal es el modo de la existencia. Universo
interdisciplinario en el que los saberes dejarán de lado la obsesión
por erigirse como verdad, para unirse en busca de las veracidades.
Universo de unidad, donde dios es encontrado en cada ser y no
ubicado en una altura inaccesible. Territorio de igualdad, en el que
62
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

las fronteras que separan al yo del otro pierden importancia, dada


la potencia de la conciencia de unidad. Más que considerar a esas
fronteras como aquello que nos separa, mejor será comprender que
son puntos de contacto. Yo soy otro.
¿Cómo hará Kirón para llevarnos hacia este mundo? ¿Qué
singularidad nos aporta? ¿Qué nuevo mensaje nos trae para crear
un nuevo modo de existir? El descubrimiento de un nuevo astro
es el efecto de una necesidad humana de entender algo que con
las imágenes de pensamiento que cuenta no alcanzan para seguir
adelante, para seguir creciendo. Dado su cercano descubrimiento
aún no contamos todavía con el bagaje suficiente de experiencias
y conocimientos para dar cuenta de su modo de funcionar. Con lo
único acabado que sí contamos es con el mito que le da su nom­
bre; y como sabemos, la sabiduría del mito radica, por un lado, en
despertar esa veraz intuición que nos hace tocar, aunque sea por
un instante, el certero mensaje que encierra; y por otro lado, en
[email protected]
extraer de su rico lenguaje de imágenes sus claras ideas, que como
bien ya ha dicho Ítalo Calvino, su riqueza no radica tanto en lo
que nosotros podamos añadirle, sino en captar sus mensajes en la
literalidad de su relato.

El mito de Kirón
Cuenta el mito que Saturno, casado con Rea, mantenía una
aventura extramatrimonial con la ninfa Filira. En plena relación
sexual, cuando Kirón es concebido, Rea los sorprende. Aquí apa­
recen tres versiones con ciertas diferencias: una dice que Saturno se
convierte en caballo para huir de la situación, la otra es que ambos
lo hacen, y la tercera es que ya estaban convertidos en caballos para
no ser descubiertos. De todos modos y más allá de las diferencias
puramente formales, encontramos que las tres versiones tienen en
63
ASTROLOG(A INMANENTE

común la huida como actitud y la aparición de lo animal repre­


sentado en el caballo.
Como hemos visto, ya en la concepción Saturno huye, y por lo
tanto Kirón es abandonado por su padre de la forma más prema­
tura posible. Por su parte Filira, al dar a luz a Kirón se encuentra
con que su hijo es un centauro, mitad humano, mitad caballo.
Vemos que esta figura del caballo que se había tomado para huir,
retorna en el cuerpo de su propio hijo. La afirmación de un re­
torno, mejor dicho, del retorno del ser de las cosas. Nadie mejor
que la astrología para dar cuenta de esta conciencia del retornar
con sus ruedas zodiacales, de casas y sus ciclos planetarios. Kirón
natal es un punto de afirmatividad de la vida, que nos muestra
claramente que por más que queramos huir de ella, o no hacer­
nos responsables de nuestras acciones, retornará por siempre la
oportunidad para que esa parte de la vida y de nosotros mismos
termine de ser efectuada.
[email protected]
Tengamos en cuenta que Kirón es el primer centauro, y Filira
al encontrarse con este ser "monstruoso", no puede reflejarse en
él y lo abandona. El espejo venusino de la mismidad se rompe, la
ilusión imaginaria de encontrarse en el otro ha caído y la herida
narcisística es tan grande que no nos deja ver la profunda semejanza
con ese ser que ha nacido de nosotros. Kirón natal es el habitante
de un área de nuestra vida en la que tendemos a no reconocer lo
que es nuestro a pesar de que nace de nosotros, así como también
la tendencia a huir de una parte de nosotros mismos, que cuando la
vida tan generosamente la hace retornar, la volvemos a abandonar.
Kirón nos muestra un doble abandono. Este doble hecho, ¿es sólo
un giro narrativo?, ¿es para confirmar la afirmatividad, es decir,
su retorno?, o ¿será que es condición del abandono en nosotros
ser siempre doblemente efectuado, cuando se realiza un hecho y
cuando lo sentimos como propio?
Kirón es un niño abandonado que lleva a interrogarnos en el
terreno de lo humano, tanto acerca de sus posibles efectos como
64
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

de los afectos que produce, ¿cuáles pueden ser entonces las conse­
cuencias de este abandono?
La gama de efectos es muy amplia, por lo que vamos a comenzar
con dos posibles, pero que de alguna manera abarcan a la ma­
yoría y están más cerca de la sensación que de la interpretación;
luego abriremos a otros cuatro. Estos dos primeros efectos son el
aislamiento y el apego. Ante la sensación de abandono, sentimos
ese aislamiento y como defensa, tratamos de construir un refugio
dentro de nosotros al que nos vamos a vivir; o bien, el otro modo
puede ser que ante esa sensación de que el mundo se va, se pierde,
o no nos brinda un lugar, nos apegamos excesivamente a él para no
terminar de perderlo. Si bien aquí separamos estos modos, tienen
· muchos puntos de contacto entre sí y no dejan de ser dos caras de
la misma moneda.
Para comenzar, podemos hacer una relación general con la posi­
ción natal de [email protected]
Kirón, al decir que el que se ubica debajo del horizon­
te, tenderá al aislamiento, y el que se ubica por sobre el horizonte
tenderá al apego. Sabemos que cualquier problemática depende de
muchos factores natales, por lo que esta aproximación sólo propicia
una base para comenzar a entender su funcionamiento, dado que
los planetas debajo del horizonte buscan el apoyo internamente, y
los ubicados arriba lo hacen en el exterior.
A partir de cada uno de estos dos modos, se derivarán otros
cuatro que le darán un estatuto de mayor complejidad, estos son: el
retraimiento, la parcialización, la evitación y la sobre-identificación.
Cuatro defensas que tratan de conjurar la angustia de abandono.
Cuando hablamos de retraimiento, hablamos de esa decisión re­
activa que nos resguarda de alguna manera de un posible abandono,
pero que por otra parte derivará en un sentimiento que no se resol­
verá con la compañía de otros, es más, a veces lo podrá aumentar.
La parcialización binariza el mundo y es la base propicia para el
resentimiento: "tú eres malo, yo soy bueno" o para la melancolía:
"Yo soy malo, tu eres bueno". Este mecanismo de interiorización
65
ASTROLOGfA INMANENTE

parcializa la realidad definidamente al creer que vivimos bajo el


régimen del Bien y del Mal, llevándonos a dividir todas las cosas
en todas buenas o todas malas.
La evitación, puede armar una vida para el éxito, un estar siempre
por arriba de las circunstancias tan característico de cierta actitud
maníaca. Sobre-despliegue que tapa lo que angustia, garantizándose
la imposibilidad de sentirse abandonado. Nunca para, porque si lo
hace la angustia lo puede alcanzar. Si esto no es suficiente, se puede
recurrir a adoptar abandonados para proyectar le dificultad en ellos.
En la sobre-identificación, el apego es excesivo a las personas que
nos rodean, dejando de ser nosotros mismos y siendo solamente
una imagen especular para el otro. La dependencia es tal que el
abandono desaparece como posible.
En este punto la relación con los cuatro elementos astrológicos es
directa, lo que nos lleva a asociar a Kirón en Agua con el retraimien­
to, pues este elemento nos permite sumergirnos en nuestro interior
[email protected]
como defensa imaginaria. A Kirón en Tierra con la parcialización,
porque se defiende binarizando la realidad para afirmar lo malo
de un lado, y lo bueno del otro, haciéndolos irreconciliables. A
Kirón en Fuego con la evitación, otorgando la voluntarista acción
compulsiva que escapa a todo dolor. Y a Kirón en Aire con la sobre­
identificación, al ser este elemento el que nos permite registrar al
otro, aprovechando dicho mecanismo para identificarse con otra
identidad fuerte, porque siente la suya abandonada.

Tengamos en cuenta que este tipo de problemáticas son, de


alguna manera, mecanismos de defensa en los cuales subyace un
comportamiento común a todos ellos, la "repetición". Repetición
de una misma conducta que si bien en su mismidad asegura que
por lo menos todo siga igual, a su vez obstaculiza toda posibilidad
de crecimiento. La energía queda rebotando en la misma pared (del
aislamiento) o capturada en el agujero negro (del apego). Como
en nuestra cultura occidental el yo se construye en la mismidad,
66
KIRÓN EN LA ERA DE ACUARIO

necesitando ser el mismo para decir yo, especialmente en los pri­


meros años de vida, tendemos a quedar f.-ícilmente atrapados en la
repetición. La mayoría de los conflictos, llámense éstos enfermedad,
neurosis, etc., están fundados en la repetición. Salir de este círculo
vicioso es la salud.
En esta repetición sentimos siempre lo mismo porque no lo termi­
namos de sentir, es decir, resentimos. Cada vez que ese sentimiento
primero trata de aparecer, de saltar la pared o salir del agujero,
nos volvemos a defender de él optando por alguno de estos cuatro
mecanismos. Esto es el resentimiento. Curarse, entender, salir de
la rueda, es terminar de sentir aquel sentimiento, aquel afecto que
no terminó de expresarse, ya sea por habernos provocado dolor,
·angustia, culpa u otro sentimiento que hemos negativizado, como
ser el de abandono.

A esta altura ya podemos hacer un recorrido de Kirón en los


[email protected]
signos zodiacales, para seguir aplicando su complejidad en nuestros
mapas natales.
Tengamos en cuenta como punto de partida interpretativo que
poner en juego las características del signo en que se encuentra
nuestro Kirón natal, supone un no reconocimiento de su expre­
sión, la imposibilidad de sentirnos reflejados en lo que produci­
mos, lo que derivará en un posible abandono de las propiedades
de ese signo.
Pero sabemos que las cosas retornan, por lo tanto, para defender­
nos de su insistencia, abandonamos esas mismas cualidades apenas
traten de gestarse, como hizo Saturno. Y como Filira, las que logran
filtrarse y aparecer, no las reconocemos como propias.

67
ASTROLOGfA INMANENTE

Kirón en los signos

Kirón en Aries:
Teniendo en cuenta que como signo de fuego, tiende a predomi­
nar la evitación y la actitud maníaca, este signo puede ser llevado,
de la mano del aislamiento, a una exagerada autonomía que delira
creer que todo lo puede hacer, y que tiene que demostrarse que no
necesita de nadie. Por el lado del apego, necesitará del otro para
competir, para ponerse a prueba, lo cual lo instala en un lugar de
mucha dependencia, es decir, lo negativo de Libra. Si gana es todo,
si pierde es nada.

Kirón en Leo:
Este signo, exigido a tener que ser y hacer lo mejor, tiene altas
probabilidades de frustrarse, lo que lleva a aislarse en una actitud de
no expresión [email protected]
creativa, para no quedar expuesto en algo que tanto él
como los demás no reconozcan como extraordinario. Por otro lado
puede depender tanto de la aprobación del otro que lo conduce a
una excesiva exposición de sus cualidades, de su potencia y de sus
dones, que lo alejarán demasiado de su centro; nuevamente lo nega­
tivo de Acuario. Por tratar de ser el centro, termina abandonándolo.

Kirón en Sagitario:
Buscar el sentido es el propósito de este signo, pero si dios nos
ha abandonado y no hay ningún sentido que dé cuenta de la vida,
optaremos por el aislamiento en la fantasía del buscador solitario,
del ermitaño. O bien, al encontrar un sentido que parezca colmar la
existencia y responder todos los interrogantes, podemos apegarnos
fanáticamente abandonándonos a esa doctrina.

Kirón en Capricornio:
En el elemento tierra la parcialización predominará, llevando
a este signo a melancolizarse por una excesiva culpa, "algo malo
68
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

habré hecho para que me abandonen", todo esto movido por el


aislamiento; y por el lado del apego, a correr detrás de objetivos
cada vez más exigentes, tratando de compensar con el status y el
éxito un sentimiento de incapacidad interno que contacta con lo
negativo de Cáncer.

Kir6n en Tauro:
Encontrar nuestros verdaderos valores es el propósito de este
signo, y la presencia de Kirón puede aislarnos al no obtener la
valoración necesaria que nos colme. Fija creencia de no valer lo
suficiente para los demás, lo que comúnmente llamamos baja au­
toestima. El apego puede fijarnos al consumo de objetos y bienes
que compensan el déficit interno. El monto de bienes innecesarios
es proporcional a la necesidad de valoración personal.

Kir6n en Virgo:
[email protected]
Uno de los planes de este signo es que podamos saber en qué
somos funcionales y útiles. Al encontrarnos con que cualquier acti­
vidad que hagamos nos termina abandonando, podemos aislarnos
en un sentimiento de inutilidad o en alguna actividad, que si bien
nos permite hacer algo, no representa nuestra verdadera funcio­
nalidad. La consecuencia final, por sobreadaptación, puede ser la
enfermedad. También podemos apegarnos en exceso al trabajo y
a actividades en las que la única preocupación sea ser útil para los
demás abandonándonos a nosotros mismos, el modo negativo de
Piscis.

Kir6n el Libra:
Al hablar del elemento aire, entramos en el terreno de la sobre­
identificación, mecanismo que en Libra ejerce un papel muy des­
tacado al tratarse del signo que nos muestra la importancia del otro
en la construcción de nuestro yo. Si como para Filira, no existe otro
que nos refleje, podemos abandonarnos a una precaria identidad
69
ASTROLOGfA INMANENTE

que teme salir al mundo; o apegarnos a cualquier otro que porte


una fuerte o ideal identidad que compense la nuestra, haciendo
todo lo posible para que el otro nos adopte.

Kir6n en Acuario:
Acuario es el signo que nos permite expresar nuestra singulari­
dad. La paradoja es que ésta se alcanza cuanto más impersonal es
nuestra vida, cuando menos importancia le damos a lo personal.
La singularidad es una expresión del ser, no una construcción del
ego. Si esta cualidad no es reconocida podemos aislarnos en la altura
de un mundo mental donde sólo cuentan nuestras fijas ideas; o
apegarnos a la construcción de un personaje que siempre tiene que
distinguirse de los demás, exagerando su conducta y la necesidad
de reconocimiento que Leo suele provocar.

Kir6n en Géminis:
[email protected]
Gracias a este signo podemos decodificar el leguaje para que
acontezca la comunicación. La presencia de Kirón dará la sensación
de que como no hay una oreja que se preste a escucharnos, nos
aislaremos en la creencia de que no tenemos un código valedero
que pueda dar cuenta de lo que queremos decir. Hablaremos, pero
no siempre lo haremos en nombre propio. Por otro lado podemos
apegarnos a un código externo, el cual repetiremos constantemente
sin preguntarnos si realmente responde a lo que verdaderamente
queremos decir.

Kir6n en Cáncer:
Entramos ahora al mundo del agua y la problemática del retrai­
miento emocional.
El Signo de Cáncer nos permite construir algo fundamental para
obtener seguridad emocional, la preciada sensación de pertenencia.
La presencia de Kirón toca un punto por demás neurálgico en
un Signo tan sensible al reconocimiento materno y afectivo. El
70
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

abandono sentido por esta función, puede aislarnos en el único


refugio aparente, el existente dentro de un caparazón que nos ter­
mina separando del mundo; o puede atenazamos a todo tipo de
clan familiar que puede no ser realmente el que necesitemos para
nuestro crecimiento.

Kirón en Escorpio:
Este signo nos enseña a compartir lo más íntimo que hay en
nosotros, para obtener una nueva valoración como resultado de ese
encuentro. Si ese valor tan íntimo, que siempre está relacionado
con una necesidad y una expresión emocional intensa no ha sido
reconocido, la aislaremos bajo el control plutoniano utilizando gran
· cantidad de energía para enfriarla. O bien, ejerceremos ese control
hacia el exterior, apegándonos a todo aquello o aquél que colabore
con ese control y, con periódicos estallidos, nos abandonaremos a
un máximo intensivo que puede rozar la destrucción.
[email protected]
Kirón en Piscis:
A través de la energía pisciana podemos comprender que nues­
tra forma no termina en lo conocido, y así crear la conciencia de
estar unido hasta con lo que nos puede parecer muy diferente a
nosotros. Este signo nos espera al final de Zodíaco para enseñar­
nos que somos parte de una totalidad que va más allá de todo
lo conocido, provocando que nuestra verdadera dimensión sea
muchísimo más pequeña de lo que creíamos, por eso Piscis ya
de por sí es tan sensible al sentimiento de abandono. Kirón afina
aún más ese hilo tan delgado haciendo que nos retraigamos en un
mundo imaginario tan prolífico que nos costará salir de él; o nos
apeguemos a cualquier corriente que nos prometa que al llegar
seremos esa totalidad.

71
ASTROLOGÍA INMANENTE

Kirón en la actualidad
El tránsito de Kirón por Capricornio agudizó el sentimiento
de abandono al enfrentarnos con la terrestre autoridad saturnina.
Allí estuvo aproximadamente cuatro años encontrándose con el
"abandonador", por lo tanto podemos pensar que esta problemática
estuvo muy activa durante el citado período pasado. Kirón nos
enfrentó con la energía que nos puede hacer sentir abandonados,
la de Saturno, lo cual hizo muy posible que a través de situaciones
kironianas estemos conectados con alguno de estos cuatro meca­
nismos. Retorno de afectos que gracias a estos encuentros podemos
resolver definitivamente y no repetirlos más. Cuando un planeta
transita un Signo, lo activa para que nos apropiemos de esa energía.
Siempre el tránsito de un planeta es beneficioso.
En el caso de Kirón se encontraron nuevamente el hijo abando­
nado con el padre que lo abandonó. Por tratarse de Capricornio
hemos [email protected]
situaciones concretas y visibles, limitaciones que nos
conectaron con lo posible, y que remitieron a la primera gran limi­
tación: el abandono de Saturno. Son inmejorables oportunidades de
crecimiento, pero también podemos reforzar aún más las defensas
para evitar esa sensación limitante de abandono, mecanismos de
defensa que a su vez nos terminan limitando. Esta es siempre la
trampa de la neurosis, o su costo: aquello que utilizamos para de­
fendernos, nos termina capturando.
¿Qué hacer cuando Kirón nos enfrenta con las propias limitacio­
nes del ego, cuando nos enfrenta con la autoridad? Ante la autoridad
podemos aislarnos: en un retraimiento temeroso que se aleja del
sometimiento; en una parcialización que ante la mínima acción de
otro sobre nosotros devuelve frustración; en una evitación que huye
de cualquier tipo de responsabilidad; y en una sobre identificación
que se somete ciegamente a sus mandatos. Así como también ante
la autoridad podemos apegarnos: en un retraimiento de la propia
voluntad que se somete a todo tipo de mandatos imaginarios; en
una melancolía que necesita del otro para demostrarle que no
72
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

pueden con él; en una evitación que delira ser el centro del mundo
y no necesitar de nadie; y en una sobre-identificación que dice,
"tus palabras son órdenes". En la insistencia de su retorno, Kirón
quiere que nos apropiemos de la concreta energía de Capricornio,
atravesando este tipo de problemáticas para obtener esa autoridad
sobre nosotros mismos, para adoptar esa energía que nos puede
llevar a alcanzar el máximo de lo que somos capaces, en definitiva,
para adoptarnos.
Como lo muestra claramente el mito, pues por fortuna Kirón es
adoptado por Apolo, el dios Sol de los griegos. Justamente aquello
que vivimos como tan propio, como eso tan central de nuestro ser,
aquí aparece como otro que nos adopta. Como si tuviésemos que
· hacer un ejercicio de distancia y de desapego con el sentimiento de
abandono, para entender y adoptarnos a nosotros mismos. Tarea
que siempre estará mediada por otro, pero no un otro amenazante
del cual hay que defenderse, sino aquél ante el cual nos abriremos
[email protected]
para recibir su maestría. Kirón la recibe de Apolo y se convierte en
un gran maestro. A pesar de que sus primeros otros lo abandonan,
Kirón se abre a sus enseñanzas, a su luz.

El tránsito de Kirón por Acuario, que se extenderá por apro­


ximadamente siete años, será una inmejorable oportunidad para
seguir trabajando nuestro Kirón natal, ahora desde otra perspec­
tiva. Acuario está regido nuevamente por Saturno y además por
Urano, pero ya no es un Saturno en tierra que tiene el monopolio
de la energía, ahora es un Saturno en aire que debe compartir el
territorio con Urano. Se le permite a Saturno entrar en otra nueva
vibración acuariana donde le podremos dar otro matiz: el de la
sabiduría como productora de desapego y de integración. Urano
es luz, es el relámpago en la tormenta, que si bien puede asustar,
ilumina la oscuridad.
Gracias a que podamos ver la realidad saturnina por más oscura
que se presente, logramos entender lo que sucede, comprender sus
73
ASTROLOGIA INMANENTE

causas. El conocimiento de la causa permite desentrañar el nudo


para salir de todo tipo de repetición.
El tránsito de Kirón es la oportunidad para salir de esos círculos
viciosos, para dejar atrás esos mecanismos que nos defendieron de
sentimientos verdaderos, para comprender que en la gran mayoría
de las veces el sentimiento de abandono no corresponde con un
abandono en sí, que el acto del otro tiene que ver más consigo mis­
mo que con nosotros, acto en el que todo fue un juego especular.
Y que en definitiva, el objetivo último de Kirón es convertirnos en
maestros, y solo lo podremos ser de aquello mismo que padecimos.
Reconocer como propias todas las cualidades de que hablamos y
trabajarlas a través de otros nos permitirá alcanzar esa maestría.

El tránsito de Kir6n por las casas


[email protected]
Kir6n en tránsito por la casa I:
La oportunidad es inmejorable para encontrarnos con los aspectos
del Kirón natal que hemos abandonado, pues esta casa es la que
nos da el mayor registro de quienes creemos ser. Estos aspectos los
viviremos a través de los distintos modos que presenta esta Casa: de
la capacidad de decisión, ¿decido a favor de lo que realmente soy?;
del modo de encarar la vida, ¿me arriesgo por mis intuiciones o me
dejo llevar por el otro? y de la propia imagen, ¿cuán adherido estoy a
ella por tratar de ocultar otros aspectos? La maestría la alcanzaremos
dando lugar al otro, es decir lo que aporta la casa opuesta, teniendo
en cuenta las consecuencias de mis decisiones, aprendiendo a coo­
perar y a dar lugar a la opinión que se otro tiene de mí.

Kir6n en tránsito por la casa 11:


Ahora el encuentro será con nuestra valoración, ya sea en el as­
pecto humano como en el material. ¿Mis bienes responden a mis
74
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

necesidades o compensan una desvalorización, ¿me he abandonado


a los bienes de consumo o trato de producir los propios?, ¿estoy
abierto a recibir o creo no merecerlo? La maestría vendrá en la in­
clusión de la casa VIII, al comprender que dar es la condición para
recibir; que compartir mis valores es la posibilidad del enriqueci­
miento y que apegarme a mi valoración, ya sea excesiva o escasa,
no permite incorporar lo que valgo para el otro, que en definitiva
es lo que nos alimenta.

Kirón en tránsito por la casa 111:


Aquí la comunicación y el aprendizaje serán los temas domi­
nantes, pues se pondrá en juego si a través del lenguaje puedo
expresar quien creo ser (casa 1) y mi valoración (casa 11) para seguir
aprendiendo. Si bien la palabra nunca alcanza para expresar lo que
nos sucede, ¿me he abandonado a no comunicar y replegarme o
he tratado de [email protected]
buscar todos los medios posibles para hacerlo?, ¿trato
de que los demás se ajusten a mis códigos o trato de entender para
favorecer la comunicación?, ¿me he abandonado a no aprender
más o aceptaré mis desconocimientos y me esforzaré en adquirir
nuevos saberes? Al incluir lo extraño, lo extranjero, nos abriremos
a múltiples modos del lenguaje, a nuevos sentidos que ampliarán
los nuestros y nos darán la maestría de encontrar siempre el código
necesario para expresar lo más fielmente posible lo que verdadera­
mente somos y queremos decir.

Kirón en tránsito en la casa IV:


Esta compleja e importante casa angular representa, entre otras
cosas, el clima familiar en que hemos sido criados. Atmósfera
emocional que nos brinda, en su sostén acuoso, el crecimiento
de la vital seguridad interior. A raíz de esto, este ámbito es muy
susceptible a cualquier tipo de alteración, por lo que la presencia
de Kirón puede alterar sobremanera la cualidad de nuestro espacio
interior removiendo los cimientos de nuestra base emocional, ¿aún
75
ASTROt.OGIA INMANENTE

se mantienen aislados sentimientos que no hemos terminado de


sentir?, ¿estamos apegados a vínculos que les seguimos reclamando
que nos terminen de adoptar?, ¿cuento con la seguridad interior para
encarar el mundo en la casa X? Reconocer que el máximo de lo que
somos capaces nos lo dará la casa X, pues activará la necesidad de
salir y cotejar con qué fuerza interior contamos. Responder a sus
exigencias y cumplirlas será un nuevo espejo para reconocernos y
afirmar que ya no necesitamos de aquellas viejas relaciones pasadas.

Kir6n en tránsito en la casa V:


Esta casa nos conecta con la expresión de lo que verdaderamente
somos, tanto a través de actividades creativas como en los vínculos
afectivos. La presencia del mito kironiano toma mayor relevancia
aquí, pues en el acto creador que protagoniza Filira se confirma
el abandono. Por lo tanto este tránsito es una oportunidad única
para reconocer si expresamos ese mundo interior que hemos con­
[email protected]
sustanciado en el tránsito por la casa IV. ¿La expresión de nuestro
afecto es libre o se encuentra aislada en la creencia de que nadie lo
aceptará?, ¿me apego en demasía a lo que nace de mí, a tal punto
que no permito liberarlo no sólo para expresarlo abiertamente, sino
para que termine de cumplir su misión, la de legarlo? Incluir la
impersonalidad y el desapego de la casa XI, permitirá no tomar las
cosas tan personalmente, liberar nuestro ser interior y comprender
que la obra termina de cobrar sentido, cuando es sentida, percibida,
entendida por los otros.

Kir6n en tránsito por la casa VI:


Gracias a la experiencia de la casa anterior, en la que hemos
tomado contacto con nuestra creatividad, ahora la oportunidad es
convertir esa capacidad en una herramienta de trabajo, en activi­
dades que nos den la sensación de sentirnos útiles y funcionales al
organismo al que servimos. La conciencia corporal adquirirá rele­
vancia para que tengamos en cuenta que la primera y fundamental
76
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

herramienta que debe funcionar bien es nuestro propio organismo


físico. ¿Las herramientas que utilizamos responden a nuestra verda­
dera funcionalidad, o nos hemos apegado a una rutina que nos ha
automatizado?, ¿en nuestras actividades, nuestro organismo se retro­
alimenta o termina pagando un costo excesivo de energía vital?, ¿nos
aislamos en una sola forma de hacer las cosas o nos hemos abierto
a la infinidad de modos que la vida nos muestra en la casa XII? La
conciencia de lo infinito que nos muestra la casa XII permite que
nos enriquezcamos en la construcción de múltiples herramientas
para operar en el mundo y lograr esa conexión espiritual que conjura
toda posibilidad de sentir abandono. Por otro lado, el agua de esta
casa no permite que dejemos de registrar el costo emocional que
· cada actividad nos demanda.

Kirón en tránsito por la casa VII:


Ha cruzado otro ángulo e inaugura un nuevo hemisferio. El
[email protected]
mundo interno ha quedado atrás y el resultado de lo que hemos
construido lo veremos objetivamente. En la casa del encuentro
con el otro el sentimiento de abandono se agudiza y nos muestra
el tipo de relaciones que armamos, o mejor dicho, el tipo de juego
que armamos según quienes somos en casa l. ¿Las relaciones que
generamos, responden a lo que necesitamos para afirmarnos en la
vida, o son juegos que confirman, en la culpa del otro, lo aislados
que estamos del mundo?, ¿el otro es realmente otro o es alguien
sujetado a los apegos de mi ego?, ¿armamos relaciones de paridad,
o aquellas en las que necesitamos afirmar la maldad del otro para
reactivar nuestro resentimiento?. En todas estas situaciones el
denominador común es quedar fuera de nosotros y, para salir de
esta captura y obtener la maestría, nada mejor que conectarnos
con nuestra casa l. En ella encontraremos la conexión directa con
nuestras certezas interiores, que en definitiva son el camino más
directo para no perder el contacto con nosotros mismos en una casa
que nos pide cooperación.
77
ASTROLOGfA INMANENTE

Kirón en tránsito por la casa VIII:


Si hay un antes y un después en el camino zodiacal, se trata del
atravesamiento de esta compleja casa de agua. Los vínculos pactados
en el paso anterior se han tornado íntimos y ahora nos encontrare­
mos con las partes de nosotros mismos que más hemos ocultado,
al punto de convencernos que habían muerto por creerlos motivo
de que nos abandonen. El mismo planeta que también rige la casa
I tratará de salir a la superficie mostrando con crudeza los aspectos
que hemos abandonado por tratarse de amenazas a la constitución
del yo. ¿Aceptamos que esas partes de nosotros que controlaban lo
reprimido se mueran?, ¿aceptamos integrar lo que creíamos haber
matado de nosotros mismos?, ¿cuán apegado está nuestro ego para
saber que la muerte de una parte de él no significa la muerte física?
Adoptar los valores constantes y sustanciales que nos brinda la casa
11, y la posibilidad de cuidarlos, es lo que nos ayudará a desape­
gamos del control ejercido sobre aquellos que compensan nuestro
[email protected]
déficit valorativo, como aislarnos en una interioridad emocional
que terminará siendo más toxica que saludable.

Kirón en tránsito por la casa IX:


El crítico pasaje por la casa VIII ha quedado atrás, y esta ígnea
casa nos dará la oportunidad de dar un sentido más abarcativo a
todo lo ocurrido. Generalmente el sentido se apoya en algún tipo
de creencia, ya sea religiosa, filosófica o del más puro plano mental.
Los interrogantes que pueden surgir en una casa tan aficionada a las
respuestas, pueden ser: ¿Las creencia que me sostienen, son propias
o las vengo repitiendo mecánicamente desde que vine al mundo?,
¿los sentidos que me guían son fruto de mi producción o están tan
lejos que solo me queda apegarme a ellos para no quedarme afuera
de la mirada de Dios?, ¿soy un hipnotizado devoto que se abandona
a sí mismo o suelo cuestionar estos principios? Qué mejor casa para
esos cuestionamientos, para interrogar y poner en duda cualquier
tipo de pensamiento que la III. Mantenerla integrada en este período
78
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

nos ayudará a limpiar el camino de falsas promesas y de apegos a


entidades que a cambio de un poco de esperanza nos terminan de
desapropiar de la propia producción de sentido, ¿quién mejor que
nosotros para saberlo?

Kirón en tránsito por la casa X:


Cruzamos el último ángulo de la rueda zodiacal y nos encontra­
mos con la exigencia de mostrar el máximo de lo que somos capaces.
Nuestra autoridad saturnina será puesta a prueba para reconocer si
estamos a la altura de nosotros mismos o vivimos bajo la sombra de
alguna autoridad de turno en la dependencia del miedo a que nos
abandone. También se verá si en la casa anterior hemos prometido
·más de la cuenta, porque ahora deberemos demostrarlo. ¿Nos ape­
gamos demasiado a las exigencias sociales para demostrar lo que en
el fondo (de la casa IV) no somos?, ¿nos aislamos de cualquier tipo
de responsabilidad por temor a no ser reconocidos o a ser juzgados?,
[email protected]
¿estamos confundiendo autoridad con autoritarismo? Recordemos
que lo primero es lo que hace crecer y lo segundo es el delirio que
cree que para crecer debe impedir el crecimiento de los otros. Aquí
se hace presente ese primer ámbito de nuestro crecimiento que fue
la experiencia vivida en la casa IV. Recuperar el interno espacio
emocional para preservarlo de la intromisión del mundo y no
perder de vista la importancia de las necesidades emocionales, nos
ayudarán a obtener la maestría en el mejor modo existente para
nosotros, transitando lo social y alcanzando nuestra máxima altura.

Kirón en tránsito por la casa XI:


Comenzamos el descenso, y ya es tiempo de compartir lo logra­
do para que pase a ser parte del colectivo al que pertenecemos. La
escalada vertical ha finalizado y ahora llegó el momento de entrar
en un mundo más ligado a lo horizontal, donde el exclusivo lugar
obtenido en la casa anterior, deberá dejarse atrás. ¿Seguimos apega­
dos a ese reconocimiento social que no nos permite seguir adelante
79
ASTROLOGÍA INMANENTE

y compartir nuestras ideas?, ¿nos hemos aislado al ver que no pudi­


mos cumplir con las expectativas?, ¿podremos compartir nuestras
ideas logradas para que justamente puedan adquirir la potencia de
lo colectivo, o las abandonaremos? A la capacidad de desapego de
esta casa se deberá sumar el fuego de la casa V, fuerza espontánea
y creativa que nos ayudará a sostener nuestras aspiraciones, no
para retenerlas en un delirio personal, sino para empujarlas en el
complejo mundo de las relaciones, como a un hijo.

Kirón en tránsito por la casa XII:


Llegamos al final de la rueda, y como para la astrología la con­
cepción del tiempo es cíclica, todo final es parte de un comienzo,
o su preludio. Si la línea Ascendente marca el momento del parto,
la casa XII muestra la gestación y su cúspide la concepción. Dada
la importancia que estos procesos cobran en el mito, no podemos
dejar de tenerlos en cuenta para nuestra lectura, pues la entrada de
[email protected]
Kirón puede despertar algún tipo de conflictiva que pudo haber
ocurrido antes de nuestro nacimiento. Esa misma fusión origi­
naria la volveremos a sentir una y otra vez en esta casa a lo largo
de la vida, por lo tanto, ¿este estado de mezcla casi absoluta nos
hace sentir perdidos y abandonados, o es la oportunidad de una
conexión más íntima y espiritual?, ¿nos aislaremos en un interior
tan fantástico como imaginario o comprenderemos que a mayor
desapego mayor será la unión con todos los seres que nos rodean?,
¿nos abandonaremos a nuestros temores o adoptaremos la actitud
crítica y analítica de la casa VI para comprenderlos?. La inclusión
de esta casa nos permitirá no perder la conciencia de que siempre
formamos parte de una totalidad, no sólo para conjurar el temor
a desaparecer como una gota en el océano, sino para comprender
nuestro lugar y nuestra función en una totalidad mayor. De este
modo el sentimiento de abandono quedará disuelto, para entrar
en la definitiva adopción de dios.

80
KIRÚN EN LA ERA DE ACUARIO

Conclusión
Tal como hemos hablado de un doble sentimiento de abandono,
también podemos hacerlo con la adopción, o por lo menos con una
doble oportunidad que se nos está presentando. La entrada en la
era de Acuario eleva la vibración de su estatus energético para que
podamos entrar en su universo existencial, favoreciendo la conexión
con todo aquello que tenga que ver con ella, como el tránsito de
Kirón y todo el trabajo que hemos visto que nos propone. Y también
por otro lado, el mismo Kirón en Acuario activa esta cualidad para
que podamos apropiarnos de su energía, y de esa manera insertarnos
de lleno en la nueva era. Doble oportunidad de apropiación, doble
adopción para que recuperemos todo aquello que no reconocemos
· de nosotros mismos a través de los otros, como Apolo con Kirón.
Hacer de nuestro Sol un otro y hacer del yo un nosotros solar, es
el mensaje acuariano que se coloca más allá de la negativización de
las [email protected]
identitarias, para habitar el mundo de la afirmación
de la paridad entre los seres.
Abandonarnos a nosotros mismos y apegarnos a los demás, o
abandonar a los demás y encerrarnos en nosotros mismos no nos
ha llevado muy lejos, nos llevó a dividirnos y compararnos con
un hombre superior, héroe autosuficiente con un juez metido en
la cabeza esperando el día del juicio. La clave la tienen los niños,
ellos no juzgan, disfrutan de las diferencias, integran velozmente
al otro, no se someten a la autoridad, inventan todo el tiempo un
mundo nuevo. Los niños son acuarianos. Pero el hombre superior
lo juzga, lo premia y lo castiga, lo diferencia del resto, lo separa del
mundo y de sí mismo y le genera apegos que le coartan su natural
libertad. ¿Cómo no sentir abandono? Nuestro ser queda abando­
nado y construimos un yo bien parapetado para defendernos de ese
sentimiento. De niños estábamos más cerca del ser, y la oportunidad
única que tenemos hoy de la mano de Kirón en Acuario es la de
recuperar, de adoptar nuestro niño interior.

81
ASTROLOGÍA INMANENTE

[email protected]

Bibliografía consultada

ITALO CALVINO, Seis propuestas para el prdximo milenio, Ed. Siruela,


1988, Madrid,

82
Lilith
La voz de lo innombrable

[email protected]
Lilith cuenta con un doble misterio, por un lado el de su forzado
destino signado por el oscurecimiento, y por el otro, el de su ju­
ventud en el escenario astrológico, el cual, como Kirón, no permite
aún definirla acabadamente.
Ya se ha escrito bastante acerca de ella, y en esta oportunidad,
basaremos nuestro aporte tomando tres universos de sentido que
tenemos a nuestra disposición para explicarla y enunciar nuestras
hipótesis: su composición astronómica, su relato mitológico, y la
experiencia de la práctica astrológica hasta el presente. Pretensión
que no aspira agotar su significado, sino a dar voz a lo que un nuevo
"astro" nos trae para pensarnos. La humanidad avanza, y a su vez
lo hace ampliando un campo de visibilidad que descubre nuevos
símbolos para pensar lo inédito, tanto en la tierra como en el cielo.
Tal como lo han sido los transaturninos en su momento y Kirón
recientemente, Lilith es un espejo que refleja nuevas necesidades y
problemáticas que el desarrollo del hombre propicia y ella puede
83
ASTROl.OGfA INMANENTE

explicar. Por lo tanto, aquí comienzan a abrirse algunos interrogan­


tes, ¿qué viene a reflejar de nosotros?; ¿qué mensaje quiere darnos?;
¿qué nueva visión puede darnos?

Astronomía
Comenzaremos a responder estos interrogantes acudiendo a dos
variables que nos presenta nuestra hermana Astronomía: la del
tiempo y la del espacio.
La primera nos dice que la velocidad del movimiento de Lilith
responde a la vibración 9, número relacionado ancestral y biológi­
camente con el más importante de los ciclos humanos: la gestación.
Lilith afirma esta cantidad transitando un grado del Zodíaco en 9
días, un Signo en 9 meses, y su ciclo completo en 9 años. La otra
variable, la espacial, nos dice que si Lilith es el segundo foco de la
[email protected]
órbita de la Luna, su composición depende de la relación directa
entre la Tierra y su satélite.
Uniendo ambas líneas, aquí comienza a configurarse una primera
aproximación a su significado, el que nos habla del enfoque directo
a un aspecto de lo femenino, el cual, parece ser, necesita recuperarse.

Técnicamente, el segundo foco de la órbita de la Luna está


determinado por el Apogeo de este recorrido lunar, punto que
afirma la máxima distancia, una lejanía, como si Lilith representa­
se un espacio de lo femenino que se encuentra alejado de nuestro
visible foco cotidiano. Pero a la vez, también afirma la posibilidad
de enfocar lo femenino desde otro punto de vista, que si bien se
encuentra distante y oscuro, no deja de recuperar una nueva mirada
para estos tiempos. Tal vez la clave sea comenzar a enfocar nuestra
mirada desde el punto de vista de lo femenino.
Nuestra actualidad nos está mostrando claramente el resultado
nefasto de lo que hemos hecho con la extrema polarización de las
84
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

energías que naturalmente trabajan en unidad, como la femenina


y la masculina. El predominio de lo masculino en su delirante su­
perioridad y en el abuso del poder hizo intolerables las diferencias,
condenando lo distinto a la hoguera, a la desaparición, al exterminio,
a la oscuridad.
Se hace tan necesario como indispensable un giro, un cambio de
rumbo de nuestra conciencia para equilibrar las cosas y restablecer la
unión de lo que hemos separado. Afortunadamente el planeta está
vibrando cada vez más hacia lo femenino, guiando nuestras vidas
hacia el despertar de la unidad, no solo entre todos los humanos,
sino también con todos los seres que lo habitamos y principalmente
con la madre tierra.

Mito
Vamos a pasar a recorrer la riqueza de la narración mitológica,
[email protected]
en la cual si bien Lilith aparece como una mujer, es un símbolo,
por lo tanto no acuñaremos lo femenino a una exclusiva cuestión
de género. Aquí al hablar de lo femenino lo hacemos desde una
perspectiva energética, lo que implica justamente despojarla de
la captura cultural que tanto ha sufrido en occidente, en la cual
se la ha adjudicado como propiedad exclusiva de la mujer, y en
consecuencia se ha atribuido solamente lo masculino al varón. En­
tendemos lo femenino y lo masculino como atributos energéticos
de todas las personas, más allá de lo que entendemos por género
o identidad sexual.

Teniendo su origen en las tradiciones asirio-babilónicas, Lilith es


retomada en el Talmud en la narración del Génesis. El relato nos
sorprende al decir que la primera mujer que habitó junto a Adán
el paraíso no fue Eva, sino Lilith. Sorpresa que nos hace pensar
en porqué el judaísmo creciente y el cristianismo naciente la han
negado y suprimido por otra mujer.
85
ASTROLOGÍA INMANENTE

A diferencia de la costilla, Dios crea a Lilith con el mismo barro


que Adán, aunque con algunas "impurezas", y luego sopla en cada
uno su halito divino (de vida). Dios pone la misma intención en
la creación de cada uno de ellos, lo que confiere un alto grado de
paridad e igualdad en la relación y en el ejercicio de sus derechos.
De todos modos comienzan los problemas, pues durante el coi­
to Adán se posaba "sobre" Lilith, posición que Lilith consideraba
injusta,- ¿por qué debo yacer debajo de ti si tenemos los mismos
derechos?"-. Frente a esta situación Adán no solo no acepta el
pedido sino que trata por la fuerza a que yazca debajo suyo. Adán
insiste y a Lilith no le queda otra opción que resistir, que comenzar
a rebelarse. Lilith no es de naturaleza rebelde, debe rebelarse para
defender su naturaleza. Adán no puede resolver la situación y en
una gran discusión pide la intervención de Dios para que con el
poder de sus mandatos la obligue a someterse. Lilith, con su sola
dignidad rebelde no solo resiste el mandamiento divino, sino que
[email protected]
comete el mayor de los pecados, transgrede el tabú central de una
prohibición instalada por Dios (y los hombres): enuncia el nombre
mágico de Dios. Denuncia intolerable.
Este tabú se instala por varios motivos. Uno de ellos y que nos
compete en esta oportunidad, es el que cree que Dios no puede ser
nombrado porque de ese modo se lo humanizaría, se lo despojaría de
su condición de sagrado para profanarlo. Lilith al nombrar profana,
une los polos que mantienen la distancia entre Dios y el hombre,
hace estallar la religio. Porque, como bien afirma Giorgio Agamben,
la etimología atribuida comúnmente a este concepto es inexacto o
ha sido tergiversada, religio no deriva de religare, lo que une o liga,
sino de relegere, es decir, releer, revisar escrupulosamente la distan­
cia entre los dioses y el hombre, velar por mantener la separación
entre lo sagrado y lo profano, y así afirmar su superioridad sobre
los simples mortales para que sigamos yaciendo debajo.
Aquí comenzó una de las mayores capturas a las que seguimos
atados hace más de dos mil años, pues no solo debemos yacer
86
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

debajo, sino que Dios es varón y expulsa a la mujer, produce una


separación dentro de todos sus co-religionarios. Separar nuestras
fuerzas femeninas de las masculinas para mantener a Dios en un
lugar sagrado y a nosotros lejos del pecado. No puede nombrar(se)
lo femenino, no le podemos dar voz a la mitad de nosotros mismos,
porque hacerlo es profanar, es provocar el exilio, el destino de Lilith.
Al escuchar su nombre Dios y su ira la expulsan del paraíso.
Primero la condena a vagar por los aires, pero como Lilith seguía
reclamando sus derechos, es condenada definitivamente a vivir
en el fondo del mar. ¿Quién es el mar? Siempre ha sido ese lugar
insondable y misterioso que los antiguos llamaban el acuoso e in­
domable territorio de monstruos y tesoros, y que hace más de un
siglo llamamos inconciente.
En Lilith se oponen la defensa de sus derechos con el deber
divino, que dicho de otro modo no es más que la necesidad de
expresión [email protected]
ser y un mandato externo (o ya internalizado) que
lo impide. Lilith sólo quiere ser quién es. Este Dios no respeta a
la naturaleza, pero para hacerse respetar instala el deber como ley.
Aumenta al máximo la distancia entre lo sagrado y lo profano,
entre su cielo y la tierra. ¿Cómo hacer para que el hombre pueda
responder a esta situación creyendo que vive el bien? Lamentable­
mente para poder vivir en un mundo así hay que separarlo de su
potencia, dividiendo su energía. Pero el problema no termina aquí,
porque esa energía inconciente, retorna, y lo hace cada vez con un
carácter más ominoso. Al presentarse la vivimos como amenazante
y comenzamos a combatirla. Es proyectada cada vez más hasta que
es vivida como ajena e investida como el mal, para quedar nosotros
solamente con el bien. A esta altura estamos fertilizando el terreno
para el nacimiento de la Moral. Aquí la gran captura que Lilith
viene a denunciar dándole voz a su ser, para que le demos voz a
aquello que hemos expulsado de nuestro paraíso.
Lilith es una voz, más aún, es la capacidad de nombrar lo in­
nombrable. Pero ya sabemos que en nuestra cultura esto conlleva
87
ASTROLOGÍA INMANENTE

un costo muy alto, la expulsión, el exilio de una parte de nosotros


(o de todo) para vivir acorde a esa Moral. Por otro lado también
sabemos que el otro destino de este entramado termina, como
mecanismo de defensa, en la represión de nuestras propias fuerzas.
¿Qué fuerzas se reprimen? Las del Signo astrológico natal de
Lilith. ¿Cómo salir de la captura? Nombrando, dándole voz y vida
a esa misma fuerza, expresándose de tal modo que el Signo pueda
hablar en nombre propio. ¿Quién reprime? La parte del Signo
opuesto al de Lilith que queda atrapada en la Moral de su época,
la cual se cristaliza modelizándose como mandato.

Astrología
Enunciada la hipótesis, haremos un recorrido por los doce signos
zodiacales, teniendo en cuenta que el Signo de Lilith puede estar
[email protected]
reprimido, yacer inconciente, es decir, no reconocido por el sujeto
en toda su potencia; y en contraposición, responder al Signo opuesto
con ciega obediencia.
Vale decir también que lo reprimido retorna pidiendo expresión,
y como nuestras defensas periódicamente fallan, permiten a la fuer­
za filtrarse para su descarga y de alguna manera aliviar la presión
interna, hay catarsis, pero no garantiza su elaboración.
Estos contenidos, si bien se expresan, no siempre lo hacen en
forma conciente, pudiendo suceder por un lado, que al no poder
apropiarse de ellos, se dificulta su aprendizaje. La salida puede ser
precipitada, irracional, y de una forma poco elaborada, negati­
vizando las características de su Signo; lo cual nos puede llevar a
reprimirla nuevamente, iniciando así un círculo vicioso. Por otro
lado, la extrema polarización separa la energía, desconecta ambos
Signos, y el mandato cumple su propósito separándonos de nuestra
potencia. Debido a esto, al expresarse Lilith a través de su Signo, lo
hará desapropiada del complemento que le brinda el buen interjuego
88
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

con el Signo opuesto, la parte no moralizada, y por lo tanto, no


moralizante del mismo. Si bien nombrar esa parte de nosotros puede
generar conflictos, la misma palabra es el modo para su resolución.
Darle voz a Lilith significa no sólo poder hablar acerca de su Signo,
sino más bien hacer conciente el entramado inconciente con el
Signo opuesto, develando los mandatos del juego de capturas en
que puede quedar reprimida su energía. Es aquí donde la astrología
juega un papel muy revelador al brindarnos doce modos básicos
con sus múltiples facetas que el mapa zodiacal tiene para entender
las tramas de Lilith.

Lilith en Aries:
El mandato la obliga a ser libriana, es decir, a privilegiar la posi­
ción del otro, conciliar, armonizar, pacificar, a pensar y luego existir.
Por ello no puede apropiarse de la combatividad, la acción pura, la
iniciativa intuitiva, el plantarse sólo ante la vida.
[email protected]
Aries sin Libra: como no hay otro, atropello e invado.

Lilith en Tauro:
Se debe buscar la máxima intensidad aunque implique un alto
riesgo de pérdida, así como transmutar periódicamente la forma
y sospechar del valor de las cosas. Por ello no se puede conservar
dicha forma para mantener su valor, cuidar los hábitos para sostener
la estima, y encontrar la seguridad en la repetición.
Tauro sin Escorpio: sin transformación se rigidizan las formas,
tanto de ser, de expresión, como de las cosas.

Lilith en Géminis:
Se deben tener certezas, ser una persona de fe, no guiarse por
la razón y buscar siempre el sentido más allá de lo cotidiano. Por
ello no se pueden poner en duda las cosas, utilizar la razón lógica
y ensayar con lo cercano.

89
ASTROLOG(A INMANENTE

Géminis sin Sagitario: al no haber un marco de sentido la deriva


es infinita.

Lilith en Cáncer:
Por sobre todas las cosas debe cumplir, especialmente con el
deber, con los objetivos y con lo que exige la realidad para lograr
cierto status social. Por ello, no puede tener en cuenta su mundo
emocional, cuidar de su nido y privilegiar su realidad interior.
Cáncer sin Capricornio: sin la conciencia de la realidad social,
el mundo es sólo un encierro interior.

Lilith en Leo:
Debe ser uno más para compartir los ideales colectivos, ubicarse
en lugares de igualdad, consolidar la razón. Por ello no se puede
sobresalir, expresarse espontáneamente y confiar en sus corazonadas.
Leo sin Acuario: sin la conciencia de la paridad humana, el otro
[email protected]
puede yacer bajo mi dominio.

Lilith en Virgo:
Debe cultivar su espíritu, conectar con las corrientes invisibles
de la vida, buscar la fusión con la totalidad. Por ello no puede de­
dicarse de lleno al trabajo, discriminarse de lo que considera inútil
y valorar los detalles, las partes en que estás compuestas las cosas.
Virgo sin Piscis: sin la conciencia espiritual el otro es un bien
de uso.

Lilith en Libra:
Debe ser incisivo, combativo y autónomo. Por ello no puede
cultivar el equilibrio en las relaciones, buscar la justicia en la paridad
y la armonía en la cooperación.
Libra sin Aries: sin apoyo interior el otro lo es todo.

90
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

Lilith en Escorpio:
Debe conservar las formas, cultivar los hábitos, asegurar lo ma­
terial. Por ello no puede transformar, profundizar más allá de las
formas, buscar la intensidad de la vida.
Escorpio sin Tauro: sin conciencia del cuidado al otro lo puedo
manipular.

Lilith en Sagitario:
Debe privilegiar la razón, el escepticismo, introducir la incerti­
dumbre en roda creencia. Por ello no puede cultivar su fe, buscar
un sentido único y vislumbrar sus metas.
Sagitario sin Géminis: sin tener en cuenta la duda, se fanatiza
. con aquello que le promete todas las respuestas.

Lilith en Capricornio:
[email protected]
Deber ser sensible, cultivar lo familiar, proteger su emocionalidad.
Por ello no puede cumplir sus objetivos, internarse en la realidad
y separar los fines de los medios.
Capricornio sin Cáncer: sin contacto con las emociones, el fin
puede justificar los medios.

Lilith en Acuario:
Debe sobresalir por sobre los demás, ubicarse en el centro de las
situaciones y sentir que puede solo. Por ello no puede cooperar para
el bien común, ser sólo un miembro más de un colectivo y reforzar
sus ideas para compartirlas.
Acuario sin Leo: sin conciencia de un centro se pierde en lo
colectivo.

Lilith en Piscis:
Debe ser prolijo, ordenado, racional y optimizar la utilidad de
las cosas. Por ello no puede privilegiar la imaginación, fusionarse
con los otros y encontrar la unidad entre todas las cosas.
91
ASTROLOGIA INMANENTE

Piscis sin Virgo: sin conciencia de lo tóxico, puede contagiarse


de lo nocivo.

Se han planteado doce dilemas, se han planteado las cosas en


su forma más primaria para entender el modo de la captura. Pues
bien, ahora es tiempo de preguntarse, ¿cómo salir?, ¿Cuáles pueden
ser los modos de su resolución?
Venimos viendo que Lilith en un signo no es que renga que
ser esa energía en su modo absoluto, ni tampoco negar la energía
opuesta aunque tienda a modelizarse como mandato. Sabemos que
en Astrología los Signos aparecen opuestos en una rueda, justamente
para complementarse. Por lo tanto Lilith en un Signo tendrá que
mirarse en el espejo opuesto y llevar esa mirada más allá de sus
límites para ver entre aquello del Signo que es moral y aquello que
es ético, entre aquello que se yergue como el Bien inmodificable
y aquello que es bueno para uno, en definitiva, entre aquello que
[email protected]
disminuye y aquello que aumenta la potencia de existir. Siempre
el ingrediente final de la potencia de un Signo la tiene una dosis
del opuesto. Yin-yang. Encontrar el reflejo significa conectar e
incluir aquello de lo otro que necesito para ser, y que en definitiva
restaurará la unidad que existe no sólo entre dos Signos, sino entre
todo el Zodíaco, la unidad total.

Para ejemplificar lo que venimos proponiendo tengamos en


cuenta lo siguiente:
Aries recibe del reflejo libriano la vital importancia de tener en
cuenta al otro, pues de ese modo favorecerá las relaciones y alejará
la posibilidad de invadir y atropellar al prójimo.
Libra recibe la confianza en la certeza interior para salir de situa­
ciones paralizantes, las cuales suelen ser llevadas a esa instancia por
la extrema reflexión y la dependencia valorativa.
Tauro recibe la intensidad que despierta toda transformación, lo
que enriquecerá la consistencia de sus valores.
92
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

Escorpio recibe la conciencia del cuidado paciente de aquello


que considera valioso, para mantener y no perder la sustancia de
todas las cosas.
Géminis recibe un amplio marco de sentido para distribuir co­
herentemente todo lo aprendido.
Sagitario recibe la necesidad de incluir la duda para mantener
en movimiento el pensamiento y no fanatizarse.
Cáncer recibe un objetivo concreto y posible de cumplir para
salir al mundo seguro y no quedar encerrado en sí mismo.
Capricornio encuentra una vía de conexión con su mundo
emocional, para no alienarse en el cumplimiento de las exigencias
sociales.
Leo recibe la experiencia del desapego, para salir de la autorre­
fcrencialidad que lo termina alejando del mundo.
Acuario encuentra la confianza en la espontaneidad, para dar
expresión a [email protected]
elaboradas ideas.
Virgo recibe la conciencia de lo anímico como motor de todas
las cosas, para encontrar la verdadera causa de todo padecer.
Piscis recibe la conciencia del valor que tiene cada parte, para no
perderse en la totalidad.

Si Lilith es una fuerza silenciada por mandatos morales, si es una


palabra desapropiada de hablar en nombre propio, si es una parte
de nosotros mismos reprimida en el inconciente, no olvidemos que
Lilith también es una voz, una voz que puede nombrar lo innombra­
ble, es decir, aquello que yace debajo de nuestra conciencia. Lilith
abre una vía de acceso a esos contenidos inconcientes, un portal
para que esas palabras vuelvan a unir las fuerzas que han quedado
separadas de nosotros mismos.

Existieron grandes voces, grandes maestros que nos permitieron,


cada uno a su modo, obtener vías de acceso al inconciente. Como
pocos, han nombrado no sólo lo que se reprimía en su época, sino a
93
ASTROLOGÍA INMANENTE

lo que se venía ocultando por siglos. Han sido quienes denunciaron


que la verdadera naturaleza humana yacía debajo, reprimida, y más
aún, escindida. Para esta oportunidad elegimos tres grandes voces
que fueron geniales portavoces de Lilith, por lo que resulta de gran
interés para nuestro tema estudiar cómo aparece configurada en sus
cartas y los acontecimientos que propició su transitar.

Sigmund Freud

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Si bien la psicología se venía gestando varias décadas antes de sus


primeras teorizaciones, teniendo sus inicios más definidos en Nietzs­
che, fue indudablemente Freud quien llevó al máximo la presencia
del psiquismo como motor de la vida al des-cubrir el inconciente
y afirmar cabalmente que el yo, la tan preciada conciencia de sí, es
sólo una construcción que se encarga de mediar entre las fuerzas
inconcientes y la realidad cotidiana. La mayoría de sus teorizaciones
escandalizaron a su época, y una de ellas, que simboliza claramente
su Carta, afirmó que la sexualidad está presente desde muy tem-
94
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMllRABLE

prana edad, que gran parte de nuestros traumas derivan de ella y


que la salud depende de una buena economía de esta energía. No
hay dudas de que esta teoría es la derivación de su Sol en Tauro,
que registra la vida en términos económicos, y su Ascendente en
Escorpio ligado directamente a la sexualidad.
Sumemos a su cielo la configuración de su Lilith para entender
cómo se ha expresado esta voz a pesar de la rígida moral victoriana
de su época. Aparece en el Signo de Virgo, la cual liga su función
a la salud, facilitada por el trígono con Mercurio, su dispositor. La
función de la palabra (Mercurio) es sanadora (Virgo) y si se puede
compartir con otro (Casa VII) mejor aún. Aquí su otro gran descu­
brimiento, el psicoanálisis, una terapéutica basada principalmente
·en la relación con el otro. Esta aptitud sanadora se reafirma con el
quincuncio con Venus desde la casa VI.
Lilith se encuentra en conjunción con Marte, lo cual le confiere
a la palabra una fuerza deseante que si bien debe ser economiza­
[email protected]
da, es poco saludable reprimirla. Freud sabe muy bien esto, pues
Lilith tiene una cuadratura con Saturno en la casa VIII, el cual
amenaza constantemente con reprimir la sexualidad en nombre
de la ley moral. Podemos decir que esta cuadratura Lilith-Marte
con Saturno es uno de los pilares desde donde se desprendió su
vasta teoría.

Pasemos ahora al tránsito de Lilith por su carta y los aconteci­


mientos que fue propiciando:

• En 1891, a sus 36 años, publica su primer trabajo sobre las


parálisis cerebrales con Lilith llegando a Lilith natal.
• Cuando Lilith ingresa en la casa VIII escribe, "La sexualidad
en la etiología de las neurosis", y comienza "La interpretación
de los sueños".
• Escribe "Los actos obsesivos y las prácticas religiosas", cuando
Lilith ingresa en la casa IX. Corre el año 1907.
95
ASTROLOG(A INMANENTE

• Dos años después escribe, ''Análisis de la fobia de un niño de


cinco años". Lilith retorna una vez más a su posición natal y
además Júpiter transita sobre ella. Recordemos que en este
estudio es un caballo el objeto fobígeno del niño.
• Durante 1915 escribe con el tránsito sobre el Sol, "La
represión", luego sobre Urano, "Lo inconciente", y sobre
Mercurio, "Los actos fallidos".
• Otro año prolífico será 1919, con Lilith ingresando en su
Ascendente Escorpio, escribirá, "Lo siniestro", "Pegan a un
niño" y "Neurosis de guerra".
• Con Lilith sobre Neptuno escribe, "Una neurosis demoníaca
en el siglo XVII", es el año 1922.
• A los 68 años de edad, en 1924, escribe su ''Autobiografía'',
con Lilith llegando a la Luna.
• Cuando llega al encuentro con Saturno, en 1925, escribe,
[email protected]
"La negación".
• Escribe en 1934, con Lilith entrando en la casa IX, "Moisés
y la religión monoteísta''.

Jaques Lacan
El psicoanalista francés ha reformulado a lo largo de su obra
gran parte de la teorización de su época, principalmente aquella
basada en Freud y que iba tomando por sus seguidores cierto viraje
moralizante, el de convertir ideas en leyes trascendentes.
De ellas tomaremos tres tesis fundamentales que lo ligan direc­
tamente con la posición de Lilith en su carta:
• El inconcienre está estructurado como el lenguaje: Lilith en
un Signo de Aire en la casa III, y en trígono con el dios del
inconciente, Neptuno.
• Todo síntoma es una palabra no dicha; por lo tanto el ca­
mino de la cura irá irremediablemente a favor de darle voz
96
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

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a ese silenciamiento: Lilith en Aire y en casa III sabe por su


dispositor en conjunción al Sol en la casa VIII que lo anta­
[email protected]
de la palabra es la crisis. El quincuncio con Mercurio
no hace más que afirmar que aunque sea una vía trabajosa,
la palabra es la salida.
• El yo se forma fuera de sí, en la mirada del otro que le sirve
de espejo. Soy donde no estoy. Con esto, sigue abriendo una
gran herida narcisística que había iniciado Freud contra la
modernidad cartesiana y su pienso luego existo, pues exis­
timos en la medida en que haya otro que nos piense. Aquí
vemos una gran resolución de la problemática que plantea
Lilith, ya que toma lo mejor de su opuesto al recibir la con­
ciencia de que lo que somos formado en lo especular, Lacan
cuenta con Lilith en oposición a Sol-Venus.

Veamos a continuación cómo Lilith en su transitar, le fue dando


voz al insondable inconciente:
• En 1926, con 25 años de edad y ya médico, comienza a
especializarse en psiquiatría, Lilith entra en su casa XII

97
ASTROLOG(A INMANENTE

• Comienza a sus 31 años su propio análisis con el Dr. Rudolph


Loewenstein en 1932, Lilith alcanza a su Sol-Venus natal
en casa VIII, reconociendo que no hay nada mejor que otro
para conocerse a sí mismo y a sus propias crisis.
• Corriendo el año 1936, presenta en el Congreso de Ma­
rienbad, "El estadio del espejo como formador de la fun­
ción del yo", en el que Ernst Jones, presidente de la sesión
y biógrafo de Freud, interrumpe su ponencia, le rompe el
manuscrito y lo expulsa de la sala ante todo el Olimpo, la
Asociación Psicoanalítica internacional. Lilith llega a Lilith
natal en su cuarto ciclo.
• Al fin puede publicar en 1949 su Estadio del Espejo, cuando
Lilith llega a la conjunción Sol-Venus. Este tránsito fue la
oportunidad para tomar lo mejor de la energía opuesta y
así poder exponer esas mismas palabras que antes lo habían
expulsado del paraíso.
• Cuando [email protected]
Lilith entra en su casa X comenzará una actividad
que sostendrá por muchos años y le dará gran prestigio, los
famosos seminarios llamados "Retorno a Freud".
• En 1953 es expulsado de la S. S. P. y funda la S. F. P., cuando
Lilith entra en su Ascendente y a la vez Saturno le transita
sobre Lilith natal. Cae el peso de la ley saturnina, y tiempo
después pronuncia el discurso, el "Manifiesto del grupo
disidente", en el que presenta la tesis que afirma que el in­
conciente está estructurado como el lenguaje.
• Cuando Lilith alcanza a Urano natal, en 1964, lo echan de
la S. F. P. y funda la Ecole freudiana de París.

Wilhem Reich
Cuenta con Lilith en Tauro junto a Venus y en la casa XI, lo
que le ha conferido hasta sus últimos días una tenaz y constante
98
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMBRABLE

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convicción en sostener sus ideas. Ha sabido demostrar que nuestro


inconciente no cuenta con las tendencias a la enfermedad, lo que
[email protected]
verdaderamente enferma es el mundo, la interacción con lo social,
la cultura, la humanización. Sabemos del costo que ha tenido sos­
tener esta voz, pues dicha conjunción se encuentra en cuadratura
a los nodos lunares y en oposición a Kirón, cerrando una Gran
Cuadratura o Cruz Cósmica.

Veamos el transitar de Lilith:


• A sus 17 años, en 1914, muere su padre cuando Lilith alcanza
al Sol. Tal vez aquí comenzó una fundante paradoja a resolver,
el silenciamiento que provoca una muerte que no deja de
reflejarse en sí mismo (Sol), y a su vez el ruido interno que la
misma provoca con su consiguiente necesidad de expresión.
Se puso en marcha una voz que lo llevó a elaborar una teoría
y una práctica que aún hoy se sigue desarrollando.
• Escribe su primer libro "El carácter impulsivo" en 1925,
cuando Lilith entra en su Ascendente Cáncer. Siendo Sol
en Aries, tenemos aquí una buena síntesis de estos dos ele-
99
ASTROLOGÍA INMANENTE

mentas, pues considera que el carácter (Ascendente) es un


cúmulo de corazas (Cáncer).
• En 1928 funda la "Asociación socialista para la consulta
e investigaciones sexuales" cuando Lilith llega a Kirón en
Escorpio.
• Un año después, cuando alcanza a la Luna en Casa VI or­
ganiza varios Centros para el cuidado de la higiene sexual
de los jóvenes.
• Cuando Lilith ingresa en su casa VIII en 1930 escribe "Ma­
durez sexual, continencia, moral conyugal". También es la
época de la inminente ruptura con Freud.
• Crea la Sexpol, ''Asociación para la política sexual proletaria"
que llega a tener más de 40000 afiliados. Lilith entra en la
casa X y hace conjunción al Sol.
• Escribe en 1932 "La lucha sexual de los jóvenes" y "la apari­
ción [email protected]
la moral sexual" cuando Lilith retorna a la conjunción
natal Lilith-Venus.
• Por haber escrito "Análisis del carácter" y "Psicología de
masas del fascismo" es expulsado del partido comunista y
se exilia en Dinamarca. Lilith hizo la conjunción a Plutón
y denuncia que la dominación de la energía sexual era un
elemento de los Estados totalitarios para controlar a las per­
sonas, entonces toda su educación sexual tenía que ver con
liberar a los jóvenes de ese yugo.
• En 1938, cuando Lilith ingresa en su casa VIII, nuevamente
se tiene que exiliar, esta vez lo hará a los Estados Unidos.

Hemos visto a través de estos tres ejemplos un doble movimien­


to, por un lado cómo estos hombres han trabajado su Lilith natal
nombrando su propio ser, su propia carta, a tal punto de expresión
que les permitió elaborar nuevas teorías que relanzaron el pensa­
miento más allá de sus límites; y por otro lado, observamos cómo
Lilith ha hablado a través de ellos gracias al atrevimiento que han
IOO
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMI\RAllLE

tenido, la rebeldía que han sostenido y porque han sabido abrir su


ser al mundo.

El mundo siempre se ha debatido entre la luz y la oscuridad, el


Bien y el Mal, el déspota y la multitud, la voz y el silencio. Y nunca
faltaron aquellas voces que desde las más diversas actividades no
se cansaron de denunciar el núcleo de este dilema. Como hemos
visto en los ejemplos, algunos se atrevieron individualmente, pero
otros lo han hecho colectivamente. De muchos movimientos
que han luchado por su libertad y sus derechos, la mayoría han
querido el poder para cambiar las cosas, y cuando lo obtuvieron,
se convirtieron en el monstruo que combatían. El lugar de Dios
es muy seductor para nuestro frágil narcisismo. Afortunadamen­
te si hay alguien que permanece fuera de esta ficción es Lilith,
y justamente ella nos viene a decir que se puede encontrar otro
modo de escapar de esta trampa. Pocos movimientos colectivos
[email protected]
han podido, y uno de ellos la contiene a Lilith con una actualidad
asombrosa. Es Lilith hablando hoy, su claridad es extraordinaria
y vale la pena escucharla. Hablamos del EZLN, el Ejército Za­
patista de Liberaci6n Nacional, y su portavoz será Marcos, quién
nos acompañará con sus palabras a lo largo de nuestro análisis,
"Cuando Marcos habla, es un movimiento colectivo el que habla. Y
es lo que le da su fuerza y su interés a lo que dice Marcos".

Astrol6gicamente el Movimiento cuenta en su Carta Natal con


Lilith en Aries y en la Casa VII. Posición que muestra una buena
síntesis de su paradoja! complejidad, al aparecer en la casa opuesta
al Signo que ocupa. Si bien se erigen como un ejército dispuesto
a la lucha (Aries), nunca han perdido de vista el respeto y la con­
secuente conciencia de la vital interdependencia con el otro (Casa
101
ASTROLOG{A INMANENTE

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VII). ''Los zapatistas no cometerán ni atentados ni asesinatos. No


dispararán [email protected]
tiro más y adoptarán para conquistar los corazones y
la conciencia de la opinión pública una estrategia no violenta': Han
sido muy combativos, pero con un dispositivo muy diferente al
que se espera de un ejército; una manera muy clara de despojar
a Aries de interpretaciones tan antiguas como apresuradas que lo
signan como naturalmente belicoso y destructivo, "La principal
arma del EZLN no era el fusil sino la palabra. Dicen que hablamos
mucho; y por eso quieren hacernos callar". Al igual que Lilith al
nombrar a Dios por defender sus derechos. "... no queremos el
poder . .. queremos que los derechos de las comunidades indígenas
sean reconocidas". Lilith no quiere yacer debajo, si ha sido creada
con la misma intencionalidad divina, ¿por qué la obligan ahora
a someterse en su propio territorio?, "... queremos formar parte de
México y eso sin tener que perder nuestras peculiaridades, sin estar
obligados a renunciar a nuestra cultura, en definitiva, sin dejar de
ser indígenas':
Dios crea la diferenciación de la energía con Adán y Lilith, para
que la vida pueda multiplicarse y portar la capacidad creadora de
102
LILITH. LA VOZ DE LO INNOMI\RAllLE

su progenitor. Pero la fuerza de lo femenino es diferente, es otra


de la masculina, y Adán no entiende, no sabe qué hacer, y en lugar
de reconocerla en sí mismo para integrarla trata de someterla a
su dominio. Como fracasa en sus intentos recurre al dominio de
su señor, y como él también es varón ya sabemos lo que ocurrió,
solo le quedó desplegar su poder para tratar de negativizarla
y homogeneizarlo todo. Por suerte Lilith resistió su posición
afirmando su diferencia y hoy vuelve para que recuperemos su
potencia productiva. "No queremos que el mundo siga sin nosotros,
no queremos desaparecer. Pero tampoco queremos dejar de ser lo que
somos. Es un proceso de afirmación de nuestra diferencia. La lucha
de los indígenas de América latina es nuestra voluntad de afirmar':
Lilith se niega a dejar de ser, y es negada por su diferencia. Profana
el nombre de Dios para salvar una distancia que se hace cada vez
más grande, pero nada puede salirse de su lugar y ella ya no lo
[email protected]
tiene en su mundo, en la paradisíaca superficie. Será ocultada en
el fondo del mar para hacerla desaparecer. Sabemos lo que sucede
cuando nuestras fuerzas son desaparecidas en el inconciente, no
sólo no mueren, sino que hacen más ruido que nunca. ''decidimos
esconder nuestros rostros porque antes no nos veían. Los indios eran
invisibles, inexistentes. Paradójicamente, escondiendo nuestros rostros
nos vieron, nos volvimos visibles".
Lilith ha sido ocultada, pero más allá de interpretarla con los
ojos de Dios y creerla debilitada, en la oscuridad adquirió su mayor
potencia, la oscuridad es lo que ella muestra. Le da luz a lo que
negamos, a lo que no queremos ver, a lo que tendernos a expulsar.
La ocultación de Lilith es la visibilidad de la diferencia. Lilith nos
muestra lo que hemos hecho con esa voz silenciada que clama por
su justa existencia, y no deja de impulsar a su expresión esa parte
femenina de nosotros mismos, que corno tal, mantiene la unidad a
pesar de las diferencias. Lilith es el espejo que refleja la paridad de
las potencias masculinas y femeninas, paridad que iguala, diferen­
cia que une, que es una. "Sí quieres saber quién es Marcos, quién se
103
ASTROLOG(A INMANENTE

esconde bajo el pasamontañas, toma un espejo y mírate. Et rostro que


descubrirás es el de Marcos, porque todos somos Marcos''.

Inigualable mensaje de Lilith, más precisamente desde la casa


VII: si quieres saber quién eres íntegramente, si quieres ver aquello
que vives como diferente de lo que crees ser, no niegues su nombre,
no lo expulses, mírate en Lilith y lo encontrarás.

[email protected]

Bibliografía consultada:
GIORGIO AGAMBEN, Profan11cíones, Adriana Hidalgo ed. 2005. Buenos
Aires
ERIKA BORNAY, LtlS hij11s de Lilíth, ed. Cátedra, 1998, Madrid.
JESUS GABRIEL, diversos artículos sobre Lilirh.
MARCOS, lA DIGNIDAD REBELDE, Conversaciones con Ignacio Ramonet,
editado por Capital Intelectual S.A. para Le Mond Diplomatique, 2001

104
Saturno
El límite, el tiempo

Demasiado lejos me había adentrado, volando, en elfuturo:


un escalofrío de espanto se apodero de mí.
Cuando miré a mi alrededor, mi único contempordneo era el tiempo.
Friedrich Nietzsche

[email protected]

Solo una vez en la vida la lectura de una frase produjo un crac en


la base de mi cuello. Fueron las palabras del Zarathustra que hoy
encabezan este ensayo. No sé realmente si alguna vez las terminaré
de comprender, pero intuyo que en ese inacabamiento es muy pro­
bable que radique su grandeza, la potencia filosófica que permite al
pensamiento no solo ser, sino aventurarse más allá de sus límites.
En aquella oportunidad inauguraron una nueva grieta, una
apertura entre la razón y el pensamiento, que como tal, inició el
flujo de algo nuevo en mi vida, y que hoy me permite aventurar
unas palabras. He llegado a su borde y camino por él. Este ensayo
es parte de esa aventura.
¿Camino solo?, creo que nunca se está solo. Saturno ha entrado
en mi casa I y como dicha posición lo indica, me acompaña más
que nunca, más que en cualquier otro ámbito de la vida, aunque
IOS
ASTROLOGfA INMANENTE

es necesario reconocer que los anteriores tres años de su pasaje por


la casa XII me prepararon profundamente para este momento.
Como dios del tiempo no quiere nada pendiente, y en esta nep­
tuniana casa en la que solemos guardar los aspectos propios que
nos cuesta reconocer, lo inconcluso reina por todas partes. ¿Por
qué guardamos aquello? Se ha escrito mucho a partir de esta pre­
gunta, pero básicamente lo podemos resumir así: guardamos como
resguardo del miedo que puede producir la ominosa aparición en
la conciencia de lo desconocido que habita en nosotros. ¿A qué se
debe ese miedo? A que el yo/ego vive aquello como ajeno a él, y
como esas fuerzas inconcientes son por demás mucho más podero­
sas, experimenta esa aparición como equivalente a su desaparición,
vivencia de desintegración que lo deja muy permeable a las fuerzas
del mundo y con la justa medida de su pequeño tamaño. Así nos
quiere esta casa, sintiendo que somos una gota en el océano de la vida
y no un [email protected]
narcisísticamente acabado, cerrado, y todopoderoso.
Las psicologías no han dejado de señalar que es un territorio
atravesado por pulsiones, deseos, fantasmas, con sus inseparables
represiones, negaciones y demás mecanismos de defensa que
no permiten que se integren a la conciencia esos aspectos que
"deberían" hacerlo. Pero creo que es una lectura que si bien tiene
mucho de cierto, no agota el complejo funcionamiento que el
Zodíaco nos muestra en esta casa. Hay algo más que excede cierto
reduccionismo psicologista que supone que existe un movimiento
que determina que el destino de esos contenidos "deben" pasar
a la conciencia ¿ Y si se trata de lo contrario, de un movimiento
opuesto, o más aún, de un doble movimiento, de una boda en
el que el yo se va disolviendo paulatinamente para contraer nup­
cias con ese mundo, con la Naturaleza, con el Cosmos, con el
Nahua!, con la condición de ser menos de lo que creía ser y con
la sagrada recompensa de sentirse parte de lo inconmensurable?
Piscis y la casa XII como el momento de integración a algo más
universal que nos contiene, que es directamente proporcional a
IOG
SATURNO. EL LIMITE, EL TIEMPO

la permeabilidad del ego. Somos como peces en la corriente, casi


sin control sobre la vida, unidos con lo que nos rodea, en el que
cualquier movimiento de un término afecta al otro directamente.
Lo contrario de lo que el yo cree que es su existencia: que cuanto
mayor es el control sobre el mundo y más separado y diferenciado
se coloca, mejor, más existencia cree cobrar.
¿Y si lo que denominamos ego son las suturas que realizamos
a lo largo de la vida en esa inmensa grieta? ¿ Y si lo que deja ver la
grieta no es un vacío donde nos abismamos en el terror a la locura
o la muerte, sino ese campo de inmanencia, ese magma de fuerzas
que nos sostiene y soporta la vida? Solo acercándonos a su orilla
y comenzando a dar las primeras brazadas podemos tocarla al fin
y comenzar a experimentar ese modo inédito de la vida. Pero si
usamos nuestra libertad para volver a defendernos, clausuraremos
la valiosa oportunidad que Saturno viene forjando, la de tomar un
real [email protected]
con esta casa y encarnar definitivamente el tiempo,
el presente, la única vida.
El tránsito por la casa XII es una experiencia formidable que
nos coloca ante el origen de la existencia, de hecho su cúspide es
el momento de la concepción y el resto de la casa el desarrollo del
embarazo. Pero la astrología lo muestran claramente, nacemos
más de una vez, y ahora con Saturno al cruzar el Ascendente, lo
hacemos junto a él, o bien en él, somos Saturno y esto implica
que ya no es ese tiempo que estaba allí a lo lejos, tan adelante que
lo olvidábamos por completo, que nunca lo íbamos a alcanzar; ni
ese tiempo a nuestra espalda del que huimos y que con cal de que
no nos alcance somos capaces de devorar a nuestros propios hijos.
Ahora somos el tiempo, pero ¿Qué es el tiempo?

Las épocas han transcurrido y el tiempo ha sido una de las


grandes preocupaciones de la humanidad, pero dada su inapren­
sibilidad y su dificultad para definirlo, se convirtió en uno de los
conceptos que sufrió una mayor rigidez en su conceptualización, a
107
ASTROLOGIA INMANENTE

tal punto que a lo largo de gran parte de la historia, se mantuvo la


definición clásica que habían acuñado los griegos: "el tiempo es el
número del movimiento". Definición que lo margina del mundo
al darle el carácter de un modo y no de un ser, que lo condena a
ser un espectador de la realidad, solo dándole a cambio la soberanía
de ser el límite del mundo por unos cuantos siglos. Este modo de
entenderlo implica que el movimiento de la vida, por no decir la
vida misma, va por un lado, y el tiempo por otro, lo que equivale
a afirmar una subordinación del tiempo al cambio, como también
a todo movimiento, es decir, al curso del mundo. En esta subordi­
nación al movimiento el tiempo se encuentra plegado, enrollado y
puesto en círculo, es un tiempo cíclico, eterno, que solo le queda
confirmar dos cuestiones que cercan a la vida como tenazas de un
cangrejo: por un lado que en ese movimiento solo puede retornar
lo mismo, y por otro lado forzará las cosas para cumplir con que
lo mismo siempre retorne.
[email protected]
De hecho, las primeras cosmogonías, especialmente la aristotélica,
que será tomada por Ptolomeo y sostenida a lo largo de la Edad
Media imagina un mundo funcionando como un reloj cósmico
perfecto inalterable y eterno. En este mundo el tiempo es un modo
y no un ser, como el número, que es creado en relación a lo que
cuantifica, el tiempo es creado en relación a lo que mide. Estamos
ante un tiempo modal, círculo del tiempo que mide el movimiento
planetario, con sus estrellas "fijas" y sus planetas "errantes" en apa­
riencia, pues es solo cuestión de aguzar la mirada para determinar la
predecibilidad de sus movimientos. Podemos decir que el paradigma
que recorre este tipo de existencia es: -Te moverás indefectiblemente
hacia allí, solo es cuestión de tiempo para que llegues-, y la astro­
logía, la extraordinaria disciplina que mejor describió el espacio y
el tiempo no quedó exenta de este contagio que la condenó a una
mera practica predictiva para una vida que es necesario encerrar.
Es una vida donde lo importante es el movimiento y no el tiempo,
una vida circular en la que se repetirá siempre lo mismo.
!08
SATURNO. EL LIMITE, ELTIEMl'O

Con el acontecimiento ya pre-visto, estamos ante un mundo


donde el destino adquiere su máximo dominio y el determinismo
es el gran regulador; al tiempo solo le queda el lugar del que mide
lo que va a suceder fuera de él. Pronóstico que tranquiliza y conjura
toda aparición de caos y diferencias. Si hay un caos, está fuera de
este regulado mundo, si hay un vacío, permanece más allá de una
frontera bien marcada, ¿cuál es la línea que delimita el mundo?
Es ese círculo cerrado que permite mantener al mundo como tal,
inalterable, ese tiempo que hace retornar siempre lo mismo, repre­
sentado por ese planeta que era el último en ese entonces, y como
tal, borde del mundo que custodia que nada escape a su circularidad:
Saturno, el tiempo, el límite.
¿Qué vida es posible en este estado de cosas?, el de las cosas ya
dadas por siempre y por lo tanto inalterables. Si naces pecador lo
máximo que puedes hacer es ser un buen cristiano para terminar
[email protected]
en el cielo y no en el infierno, los únicos destinos posibles. Si naces
esclavo, sé un buen esclavo y sirve a tu amo, es tu destino. Y si naces
paria ni pienses en llegar a ser brahmán.

Pero a pesar de que se trató por todos los medios de mantener


esta vida montada en una inmutabilidad tan conveniente a los
poderes de turno, el pensamiento humano prosiguió su expansión,
la sensibilidad de algunos buscó otro mundo posible y gracias a
ellos, todo cambió en la época que fue testigo del descubrimiento
de algo más allá, de un nuevo planeta que rompió la circularidad
reinante: Urano.
Muchos precursores fueron profetas de esta época, como Newton
desde la ciencia, quien ya comienza a desenrollar el tiempo en una
teoría del mundo que se dispara, se abre y tiende a la línea recta. Pero
sin dudas el pensador que llevó la cuestión del tiempo a su máxima
mutación fue el filósofo alemán lnmanuel Kant (1724-1804).
Kant hace estallar el pensamiento al desintegrar la fórmula que
hasta entonces sostenía toda filosofía y toda creencia: la dualidad
109
ASTROLOGÍA INMANENTE

esencia-apariencia. Ecuación que no hacía más que seguir justi­


ficando y estatizando las cosas eternamente, pues la esencia era
considerada de por sí inmutable, y lo que vemos es solo su falseada
apariencia. ¿Qué lugar transformador tienen el tiempo y el hombre
aquí? Sólo son mudos testigos de la repetición de lo mismo. Pero
Kant ve las cosas de otra manera, al dualismo esencia-apariencia,
contrapone la gran ecuación liberadora: sentido-aparición. Es un
relámpago que ilumina el último oscurantismo, y el trueno que hace
temblar todo alrededor. Lo inmutable desaparece y da lugar a lo
diverso, porque el sentido no deja de moverse según las fuerzas que
lo rodean y se van apoderando de él, y toda aparición es aparición
de una diversidad, expresión de una singularidad propia de ese
momento. El mundo deja de estar atado a su circularidad y se abre
a lo desconocido. El límite se rompe y el tiempo comienza a escapar,
a salir del círculo trazando una espiral que tenderá a la línea recta.
[email protected]
En esta liberación uraniana el tiempo se desujeta, traza su propia
existencia en la que deja de ser un modo para tener su propia vida.
Ya no se subordina al movimiento, sino que el curso del mundo
se subordina a él, la naturaleza se inscribe en él y el hombre, que
hasta entonces era una pieza más del movimiento inmutable, ahora
puede cambiar de eje y habitar el tiempo, saliendo de las garras del
destino y el determinismo. El círculo vicioso dejó de serlo, el tiempo
intempestivo lo atraviesa y cambia radicalmente la noción de Límite.
Limite que no delimita más, que no guarda y asegura lo Mismo,
sino que en su apertura, hace fugar al mundo en un viaje vertiginoso:
ya no es más la operación que delimita algo, es aquello a lo que se
tiende (nunca tan oportuno el signo que rige Saturno simbolizado
por una cabra que tiende hacia la cima de una montaña)
No es que deja de haber límite, lo sigue siendo, pero en otro modo
de ver el mundo, en otro territorio existencial, en ot�o sentido: es
límite no como limitación, sino como pasaje al límite. Es a su vez
la tendencia y aquello a lo que se tiende.
110
SATURNO. EL LfMITE, EL TIEMPO

La noción mundo-límite-exterior se ha desvanecido. Ya no hay


un afuera categórico que determina las cosas, como lo que soy, lo
que seré, lo que pienso (el movimiento), sino que al no estar más
sujetado, limitado por ese exterior, el tiempo se libera y pasa a tener
su propio limite.
Al no haber exterior, todo es una inmensa interioridad, puro
campo de inmanencia en el que el tiempo se desenrolla, se despliega
y pasa a ser un límite interno de las cosas. Atravesando el espacio
es que podemos tender hacia él. Ahora se puede ir más allá de las
cosas, de lo que soy y lo que pienso, pues el límite interno es lo que
no soy, lo que no es y lo no pensado en el pensamiento. A partir de
Kant la filosofía en lugar de pensar lo exterior al pensamiento, que
ha dejado de existir, pensará lo que no es pensable.

Como tan bien le expresa Don Juan a Carlos Castaneda en sus


enseñanzas: [email protected]

" ...lo conocido es esa minúscula fracción de las emanacio­


nes del Águila; la pequeña parte que queda a un posible
alcance del conocimiento humano es lo desconocido, y
el resto, incalculable y sin nombre, es lo que no se puede
conocer ...los nuevos videntes vieron que lo mejor del
hombre aflora cuando se enfrenta a lo desconocido"

Saturno puede ser tomado como aquello que nos limita y por
lo tanto asegura delirar la repetición de lo mismo, operación ideal
para un ego que no deja de definirse por una limitación-separación
(límite del ego que afirma ser el mismo siempre).
Aquí la astrología puede seguir atrapada, como lo hizo durante
milenios, por la concepción de un mundo cerrado y predecible en
donde los astros solo me representan y aseguran mismidad; o bien,
abriendo la vida a lo desconocido, a ese más allá inexplorado, Satur­
no puede ser tomado como el límite al que tendemos y la tendencia
111
ASTROLOGÍA INMANENTE

que nos garantiza estar siempre cerca del máximo de la expresión


de nuestra potencia de existir. ¿Qué vamos a elegir? ¿Un Saturno
que limita o que nos hace tender hacia nuestro límite? ¿Será que
nosotros nos limitamos para no entrar en la velocidad de la línea
recta, para no salirnos del mundo que nos refleja?

A esta altura la sentencia de Nietzsche va cobrando cuerpo, el


albor de su sentido va tomando visibilidad. Aventurarnos va de
la mano del espanto del yo porque justamente salimos de él para
dejar de vivir el tiempo limitante que nos define, y así habitar lo
desconocido que se abre, el tiempo que tiende a nuestros límites.
Entonces, ¿qué hacemos con Saturno, tranquilizarnos más acá del
límite en una eterna repetición de lo que somos, o vivir la desco­
nocida y creadora tendencia que abre nuestro mundo, aquella que
nos permite experimentar un devenir?
[email protected]
La astrología aquí puede ser muy esclarecedora, pues nos revela
nítidamente el posible funcionamiento de la energía saturnina que
veremos en dos variables posibles, en las casas y en relación con
los otros planetas. Con respecto a la dinámica de las casas estamos
ante el juego de opuestos que propone el Zodíaco como funciona­
miento de la vida.
La rueda nos muestra que un primer funcionamiento de las
energías es en eje, pues para un primer entendimiento tenemos que
recurrir a separar cada signo, cada casa en sí misma. La lógica de
los opuestos lo que indica es que lo mejor de un signo/casa no es
reforzar las características que ya tiene, eso lo lleva a la separación;
sino el de integrar una dosis de su opuesto. Dada una fuerza, en
este caso Saturno, ubicada en determinada casa, puede limitarse y
negar la fuerza opuesta, ese mundo exterior y desconocido; o bien
aventurarse, tender a su límite e integrar esa fuerza que permanecía
negada. Por lo tanto, aplicando esta lógica haremos un recorrido
por las doce casas, o los seis ejes, donde iremos trabajando con la
siguiente coordenada interpretativa: cuando hablamos de límite
112
SATURNO. EL LIMITE, EL TIEMPO

como limitación hablamos de límite externo que niega la fuerza


opuesta complementaria; y en cambio, cuando hablamos de límite
como tendencia lo hacemos integrando la fuerza opuesta

Como límite externo limitante Como tendencia al límite


En I: Niego al otro en mi, soy yo En I: Soy con el otro, me encuentro
solo siempre de la misma manera. más íntegramente en el contacto con
Me aíslo creyendo que todo depende el otro y mis posibilidades de ser se
de mis posibilidades. Reproduzco la abren. Et otro me hace tender a un
limitación en mí y Limito el avance devenir inédito en donde extiendo lo
del otro. Al no conquistar la autori­ que soy. Registrar al otro me hace ver
dad en mi, la ejerzo sobre Los demás. hasta dónde llego y si bien reconozco
Como el deber impera me desconecto lo que no puedo, afirmo lo que sí
del deseo y todo acto debojustificarlo. puedo.
juez injusto. jurista justo.

En II: Niego [email protected]


posibilidad de toda En II: En la pérdida encuentro que
perdida, me aseguro la vida valiendo siempre hay un nuevo valor más
por siempre lo mismo y los hábitos re­ acorde a mi ser (transvaloración).
petitivos me definen. ¼ligo menos de Para recibir primero hay que dar.
lo que creía y compenso aumentando Compartir lo que se tiene acrecienta
mis bienes, ellos me representarán. la intensidad de la vida.

En III: No hay más allá, son simples En III: En lo abierto, en el más allá
creencias, pienso siempre de la misma de Lo pensado encuentro otro enten­
manera. La razón impera y la lógica dimiento. Existen otras razones que
es el único método. Hay una certeza abren mi pensamiento. Al no haber
detrás que me hace dudar obsesiva­ certezas inquietantes, utilizo la duda
mente o rigidiza mi discurso. 1ódo como motor del pensamiento. Estoy
debe ser entendido con la razón. abierto a otros modos de entender.
Lo más importante es La respuesta. Lo más importante es la pregunta.

En IV: No hay metas, niego el éxito, En IV: Ante Las exigencias del mundo
lo único que importa es mi interior encuentro en mi interior cómo res­
cerrado sobre si, duro caparazón. EL ponder con autoridad. La apertura
113
ASTROLOGÍA INMANENTE

familiar es el único mundo posible. O al mundo enriquece mi interior. La


como el familiar fae un mundo im­ escasez vivida me da la conciencia de
posible, compemo con excesivos logros. que no encontraré todo en lofamiliar,
habrd que salir a buscar.

En V: No comparto "mi obra"porque En V: Al compartir lo creado, la obra


soy ella, o bien no la realizo porque se realiza en el otro y se multiplica y
no alcanzard el grado de perfección retornan nuevas ideas para seguir
para que no sea juzgada. jugar es creando. Soy en el encuentro con mi
una pérdida de tiempo. Mi hijo serd hijo porque tengo la clara conciencia
lo que yo soy o lo que quise ser. Como de que me viene a enseñar y mostrar
serd otro lo tendré que devorar. mis limitaciones.

En VI: Niego lo que no puedo ver En VI: Encuentro en lo anímico,


de mí, el cuerpo, su funcionamiento emocional inconciente, energético las
y sus síntomm se dan solo en lo flsico. causas delfuncionamiento del cuerpo.
B servicio/trabajo es tal si solo es re­ Et trabajo incluye una dosis impor­
[email protected]
dituable con bienes concretos. Como tante de amor. Como se sabe que las
cuesta sentirse útil me rigidizo en una cosas tienen un tiempo, amplío mi
sola actividad. El trabajo lo es todo. caja de herramientas.

En VII: Me niego en la relación por En VII: El encuentro con el otro me


que le cedo la responsabilidad al abre a un nuevo mundo y a afirmar
otro, luego el otro impone sus leyes y mi identidad en él pues el otro se
lo acuso de limitarme. resiste a la idealización. La relación
me define.

En VIII: por temor a perder me niego En VIII: Al perderme en el otro gano


a la intimidad pues lo que estd oculto en intensidad. En el encuentro con
en mí es amenazante. Como todo la pérdida encuentro un valor pro­
estd perdido, controlo mis bienes o fondo y permanente, mi intimidad.
me desconecto de ellos. Lo oculto esconde una verdad muy
profunda.

En IX: Niego la duda y las preguntas, En IX: Incluyendo la duda y la pre­


ya tengo las respuestas a todo y por gunta el pemamiento va mds alld y

114
SATURNO. EL LIMITE, ELTIEMl'O

síempre. Las creencías se fijan hasta despliega las mejores respuestas. Las
moralizarse. Devoto fanático porque creenciaspermanecen mutablesporque
dios es severo. dios esjusto al contemplar la realidad.

En X: Niego mi mundo emocional y En X: El encuentro con mi ser


sólo aspiro al éxito social Elfin justifica emocíonal me da la fortaleza para
los medios. Níego lofamiliar y el apoyo desplegar lo mejor en las exigencias
es solo en los logros. Como el éxito es del mundo. Como la ambición está
inalcanzable de tan alto que lo coloco, ligada 11 lo posible, el logro es cotidia­
me refugio en el interior!familiar. no. Lo familiar es el apoyo.

En XI: Niego la expresión de mis En XI: En el encuentro con la expre­


ideas y se limita la posibilidad de sión creativa puedo compartir mis
compartirlas con otros y multíplicar­ ideas y multiplicarlas con otros. Al
las. La amistad pasa a ser un afecto compartir mis limitaciones el amigo
muy exigente. es un aliado.

En XII: [email protected]
el intento del espíritu En XII: En el diario trabajo concreto
en la vída cotidiana y sólo creo vivirlo encuentro la mejor herramienta para
en el encierro. Encierro lo inconciente y el servicio espiritual. Al hacerme res­
me privo de destrabar las limitaciones ponsable de mis miedos encuentro en
vívidas en la temprana gestación. el ínconciente el sabio interior.

Por otro lado veamos el comportamiento de Saturno en contacto


con los planetas. Un Aspecto planetario es una relación, una relación
entre fuerzas en la que pueden tanto negarse la una a la otra, como
sumarse y aumentar sus potencias de actuar al integrar una dosis
de la fuerza en relación.
El aspecto tenso dispondrá (siempre en una primera instancia)
hacia la limitación y posible negación de la energía con que entra
en juego. Como esta dinámica siempre es reactiva, a la larga se
terminará negando a sí misma. El aspecto fluido ayudará a hacer
tender a su límite al planeta involucrado alcanzando lo desconocido
que le presenta la otra fuerza.
115
ASTROLOGÍA INMANENTE

En el caso de la conjunción, y en menor medida el quincuncio,


que son aspectos que se toman generalmente como neutros, en el
que las energías no pueden percibirse con claridad en su funcio­
namiento, mi experiencia me confirma que al integrarla Saturno
tiende a ser un aspecto llevado hacia lo tenso.

Aspecto tenso Aspecto Fluido


Con el Sol: soy el que soy, siempre el Con el Sol: Me esfuerzo siempre en
mismo y a pesar del paso del tiempo. ser más de lo que soy, voy más allá
Con esta actitud limito la expresión, gracias a la concreción de la expresión
la creatividad y la posibilidad de creativa y al protagonismo, así mi ser
ser más de lo que soy. Las diflciles se enriquece sin temor a ser juzgado.
vivencias con la autoridad se siguen Se ejerce la autoridad para hacer
reproduciendo. Sometimiento o au­ crecer al otro
toritarismo. [email protected]

Con la Luna: como en la temprana Con la Luna: no espero, salgo a bus­


edad sentí escasez, lo que necesito car lo que necesito y en su intento u
siempre escaseará, no debo ser digno obtención construyo un rico mundo
de recibir y me melancolizo. Como la emocional. La satisfacción es mayor
satisfacción está agujereada, consumo. si es fruto del esfuerzo.

Con Mercurio: como percibo que Con Mercurio: Trato de estudiar y


cuesta hacerme entender, limito mis aprender todo lo posible para opti­
palabras y mi escucha o hablo por mizar el entendimiento y la comu­
demás. Razono siempre de la misma nicación. Utilizo las palabras justas
manera. La reflexión puede conver­ y lr1 reflexión necesaria para obtener
tirse en una actividad en sí misma. el entendimiento requerido.

Con Venus: no valgo lo suficiente Con Venus: tender al encuentro con


para ser querido, limito mi expre- el otro me permite construir valora-

116
SATURNO. EL LIMITE, EL TIEMPO

sión afectiva pudiendo llegar hasta ci<in en el intercambio afectivo. El


el desinterés; o bien trato de obtener otro y el cumplimiento de logros me
afecto por interés. Sólo puedo recibir da valor.
por deber, no por derecho. Se esjusto y ecuánime con el ejercicio
de ÚJ. autoridad.

Con Marte: no podré con la realidad, Con Marte: La realización de


por lo que el temor me paralizará o objetivos menores pero posibles irá
competiré con todos para probar mi comprobando mi capacidad de ac­
fuerza. Ante la autoridad reacciono. ción y de lo que soy capaz para lograr
Necesito el obstáculo para probarme grandes cosas. El ímpetu se alía con la
y puedo olvidar la meta. paciencia y un objetivo claro.

Con Júpiter: no cuento con la con­ Con Júpiter: Aventurarme a nue­


fianza suficiente para permitirme vos espacios me permite crecer en
ocupar nuevos [email protected]
territorios; o bien me confianza. Hasta lo extranjero es
excedo porque no conozco mi límite. un territorio posible. En la realidad
Solo creo en lo que veo. encuentro sentido.

Con Urano: la libertad es una Con Urano: Me permito romper con


utopía irrealizable, limito mí circu­ límites establecidos y reconocer mi
lación a lo que me brinda seguridad. libertad y capacidad de circulación.
Mis ideas no tienen lugar en la reali­ Con mis ideas novedosas construyo
dad Con.fundo libertad con rebeldía. un nuevo mundo para su existencia.

Con Neptuno: niego lo intangible Con Neptuno: Me abro a lasfuerzas


y no puedo vivir una vida espiritual intangibles que me permiten reco­
plena. Lo inconciente no pertenece nocer lo espiritual. Mi realidad se
a la realidad. No sé claramente con enriquece con lo inconcíente.
qué leyes vivir.

Con Plutón: niego la intensidad Con Plutón: Me aventuro en la


emocional por temor a la pérdida. profundidad y la vida cobra unagran
117
ASTROLOGÍA INMANENTE

La profandidad queda tapada y el intensidad. El control es utilizado en


control me termina controlando. La su justll medida para cumplir con
ambición puede ser desmedida para ambiciones posibles. La realidad es
ocultar una gran inseguridad. transformable.

Con K.irón: la autoridad me aban­ Con Kirón: utilizo mi autoridad


dona, por lo que me someto y apego, para ayudar a los abandonados a que
o no la ejerzo. La realidad me puedan adoptarse a sí mismos.
abandona.

A modo de conclusión
Llegado a este punto, tal vez lo que pueda formular, es que aquella
[email protected]
frase de Nietzsche cobró cal magnitud porque de alguna manera
sirvió como un mojón en el camino de mi vida, para que mi intui­
ción pueda aferrarse, incansable, y hoy cobrar absoluta realidad.
Es el destello de la vida cuando todo se actualiza. Y esta hipótesis
puede afirmarse (y no necesariamente confirmarse) en el siguiente
acontecimiento que no deja de mostrar lo que venimos trabajando,
el desenrollamiento de un círculo, la apertura a otro mundo.
Tiempo antes de la entrada de Saturno en mi Ascendente, el
cual se produce por segunda vez en mi vida, me preguntaba con
cierta inquietud, ya que se trata de un planeta tan importante
y con tanto peso, qué sucedería, pregunta que obviamente no
pude responderme acabadamente. Esta misma incapacidad me
podía llevar, desde el temor, a sobrecodificar los posibles sucesos,
a predecir algún movimiento que trataría luego de cumplirlo para
quedar tranquilo conmigo y mis visiones; o bien, intentar salir del
dilema que siempre encierra la búsqueda de la respuesta y abrirme
a la experiencia, dejar entrar (por la casa VII) lo que la vida, de la
mano de Saturno, tendría para mí (en la casa I).
118
SATURNO. EL LfMITE, EL TIEMPO

Llegaron esos días y con la fecha ya estipulada de mi ponencia


en el IV Congreso Inkal de Astrología en Arequipa, Perú, observo
cómo estarán los planetas en ese momento, y para mi asombro, son
las horas exactas en que Saturno cruza mi Ascendente. Pensé que
solo era esto pues ya era demasiado, pero el señor de los anillos se
hizo presente en toda su magnitud en este tránsito diamantino,
porque durante mi estancia en la ciudad blanca viví una experiencia
extraordinaria que me hizo tender a otro mundo: el encuentro con
Cleto Castillo, un altomisayok por el que hablan los Apus (el grado
más alto en el chamanismo andino) . Un honor indescriptible, un
privilegio que me hizo vivir con su sola presencia, su profunda
mirada y sus precisas palabras, cómo la montaña me daba su bien­
venida. Aprendí más cosas de las que puedo procesar, pero lo que
sí puedo compartir es que ante Saturno, el regente de la montaña
capricorniana podemos elegir seguir viviendo en la densa y extensa
seguridad de [email protected]
su base, o aventurarnos a su cima, dejando atrás lo
superfluo de nuestras vidas, para poder pararnos en ese punto dimi­
nuto, ser ese punto que es la condición necesaria para tomar el vuelo
del Cóndor y tender, tender a otro mundo, mundo desconocido
por fuera de nuestro asustado ego que nos permite habitar lo que
abunda por todos lados, y que Cleto me mostró con una tremenda
nitidez con su serenidad, su generosidad y esa austeridad que me
contagiaba la confianza en la abundancia de la vida.
Contagiado de esta fuerza, días después hicimos noche en la cima
del Putucusi, frente a la ciudad sagrada de Machu Picchu, junto a
Jorge Guerrero, mi querido wayqe y gran chamán, y también junto
al fuego, la música, el humo, el soñar, la niebla, el amanecer, el
colibrí, el arco iris; y allí arriba, contemplando la magia insondable
de la vida comprendí la tremenda intensidad de lo vivido en los
últimos años. Ya era otro, había tendido más allá de mis límites,
había sobrevivido al encuentro con el tiempo. Cuando bajé de la
montaña, ya era otro, el tiempo ya reinaba a mi alrededor.

119
ASTROLOGÍA INMANENTE

[email protected]
Bibliografía Consultada:
F. NIETZSCHE, Así habló Zarathustra, ed. Planeta Agostini, Barcelona
C. CASTANEDA, El don del dguila, ed. Edivisión, México.
G. DELEUZE, Kant y el tiempo, ed. Cactus, Buenos Aires.

120
Plut6n
Aliado de lo imperceptible

[email protected]
Plutón es un planeta muy joven en el escenario astrológico,
descubierto en 1930 aún no cuenta con cien años de edad. Para
una disciplina que ya lleva cinco o seis milenios de existencia y que
gracias a ello podemos determinar con cierta certeza su funciona­
miento, ¿podemos formular que ya hemos dicho todo acerca de
este nuevo integrante? Estamos viviendo un tiempo extraordinario,
pues nos encontramos con que a medida que sigue avanzando en su
inédito viaje por el Zodíaco vamos entendiendo y descubriendo sus
diversos atributos. De hecho nos seguimos asombrando del com­
portamiento de Neptuno y de Urano a pesar de que sean un poco
más "viejos". Plutón se encuentra en plena producción de sentido.
Si bien el contacto con Plutón y con todas las otras fuerzas
planetarias es directo en la experiencia de la vida, como astrólogos
accedemos a él a través de un símbolo, condición necesaria para
su estudio, para entender su comportamiento, para darle voz. Es
propio del dispositivo astrológico esta operación simbólica en la
121
ASTROLOGÍA INMANENTE

que codificamos las fuerzas, precisamente para incluirlas en el len­


guaje y por lo tanto poder pensarlas y descifrar las configuraciones
que presenta una determinada carta astrológica. De este modo
interrogamos a los planetas para extraer las significaciones que
cada símbolo engloba y así comenzar la interminable aventura de
la interpretación. Los símbolos disponen unos significados, pero
antes de interrogar a un planeta en sí, antes de tratar de entenderlo,
es decir, darle visibilidad, se torna indispensable detenernos en una
instancia previa, la de interrogar al símbolo como tal; y la pregunta
que emerge para aclarar desde la base lo que estamos pensando es:
¿tomamos al símbolo como punto de llegada, o bien como punto
de partida?
Entendemos que el símbolo es tal, porque expresa algo que de
algún modo representa, y la representación participa de un eterno
problema: si bien nos permite acceder a la cosa, en este caso la
fuerza planetaria, también nos puede alejar de ella, pues si bien la
[email protected]
representa, no la es. Desde los orígenes de la filosofía el pensamien­
to occidental quedó identificado con un platonismo que dividió
tajantemente lo verdadero de lo falso y por lo tanto partió la vida
en dos, nos separó la cabeza del cuerpo: es falso el mundo en el
que vivimos, y lo verdadero de este mismo mundo se encuentra
en otro, mundo ideal de las alturas, fuera del terrestre, al que muy
pocos podrían tener acceso. Se instaló la representación y comenzó
la separación entre el símbolo y la fuerza marcando su destino: su
significado ya está dado, es una verdad, - y más allá de quién seas
tendrás que tratar de llegar a él-. Las religiones se hicieron eco de
este dispositivo decretando que la verdad ya está expresada en sus
sagradas escrituras, palabra-símbolo escrita por dios ... ¡es palabra
de dios! (y no hay lugar para la discusión). El símbolo ocupó el
lugar de la fuerza, y aquellos que se atrevieron a preguntar qué era
mejor, si ser un buen cristiano, o ser uno mismo, sabemos cómo
terminaron. Y como el poder, montado en su paranoia, sospecha,
por su debilidad siempre sospecha, hizo un nudo más en este apa-
122
PLUTÓN. ALIADO DE LO IMPERCEPTIBLE

rato de captura. En nombre de la representación nos llevó a creer


que estamos hechos a imagen y semejanza de dios, y como con el
pecado original perdimos la semejanza, sólo nos hemos quedado
con la imagen. Triste existencia. La poca fuerza que nos queda la
disponemos para alcanzar una imagen ajena, huyendo de nuestra
intimidad y tratando de tomar algo de ese significado para que
nos brinde un poco de sentido a una vida separada de sus fuerzas.
Otros universos no han quedado exentos de este gran agencia­
miento que fue tomado como propio: así ocurrió con el sentido
estético, la mayoría de las psicologías, filosofías, sistemas educativos,
políticas, y principalmente la que más se ha aprovechado de esta
construcción: la moral; es más, para construir una moral hace falta
cuadricular la existencia dentro de un régimen de lo bueno y lo
malo regido por las ideas del Bien y del Mal que se encuentren por
fuera de la vida, vacías, separadas de las fuerzas, para ser llenadas
por el déspota de turno; y nosotros debajo tratando de alcanzar
[email protected]
una y alejar la otra. Nuestra pregunta hoy es, ¿qué lugar ocupa la
astrología en todo esto?
Para sobrevivir, especialmente a la hoguera, la astrología tuvo
que moralizarse, y llevó esta operatoria a un extremo tal que por
ejemplo categorizó algunos planetas como benéficos, y a otros como
maléficos. El bien y el mal lo aplastó todo y el fatalismo fue su enfer­
medad. Infectada, un espíritu de condena le obturó toda posibilidad
creativa y de transmutación. Solo quedó imitar a los planetas-dioses
buenos y conjurar a los malos. ¿La carta natal representa la fatal
configuración de algo ya dado, benéficas recompensas y maléficos
castigos por algo que habremos hecho o algo por cumplir; o bien
es ese instante singular de un movimiento infinito de fuerzas en
el que hemos dado comienzo a nuestra vida individual y del cual
partir para crear las mejores condiciones de expresión de la esencia?
Aparecieron otros planetas más allá del límite saturnino que
ostentaba esa época oscura, fuerzas que vinieron a denunciar las
consecuencias de este modo de vivir ofreciendo la posibilidad de
123
ASTROLOG(A INMANENTE

cambiar las cosas, pero a pesar de ello seguimos corriendo el riesgo


de darle al símbolo más importancia que a la fuerza, y lo que es
aún peor, seguir demonizando a los transaturninos como maléficos
para creer que quedamos más cerca del lado del Bien.
La idea del Bien, de la Belleza, de la Justicia, del Amor ya está
pensada y escrita, solo queda alcanzarla. Y así estamos, envueltos
en un falso problema, pues seguimos buscando lo inaccesible, o
bien creyendo que si alcanzamos estos valores seremos superiores a
los demás, juzgando desde esa altura despótica del que cree haber
obtenido la Verdad, el Bien, etc. El sacerdote, como ejemplo, es
suficiente. No sólo el que viste hábitos, sino también el sacerdote
psicoanalista, juez, psiquiatra, educador, filósofo, político, el sa­
cerdote astrólogo.
Decimos falso problema porque nos sumerge en un dilema, que
como tal, no nos permite salir de él. Solo saldremos si fugamos de
su juego, de [email protected]
aparente dualidad que supone. ¿Y si no hay que ir a
buscar nada en ningún lado?, ¿si el Bien y el Mal no existen?, ¿si el
símbolo es un mínimo de formalización, una mínima codificación
necesaria para ingresar en el lenguaje? De ser así todo cambia, o
lo que es mejor, ahora sí están dadas las condiciones para cambiar.

Sucede que el astrólogo, para invertir el platonismo y darle a la


fuerza el lugar vital que le corresponde, debe tomar al símbolo como
representante de un mínimo de significado, como una primera
formalización, como ese modo inicial en que la fuerza se expresa,
y para ello se hace necesario desinvestir, despojar a la astrología de
toda moral. Si el símbolo es un punto de partida lo tomamos como
materia viva para crear a partir de él, crear nuestra vida, con la vida.
Las fuerzas son neutras y el cielo o la Naturaleza se expresa, no juzga.
¿Está dispuesto el astrólogo a dejar el lugar narcisista casi divino del
que juzga, del que sabe la verdad, del que tiene acceso a ese mundo
ideal reservado para pocos, a dejar el lugar del que lo combatió en
nombre de dios y del Bien, el lugar del sacerdote, del inquisidor?
124
PLUTÓN. ALIAUO DE LO IMl'ERCEl'TlllLE

Los planetas transpersonales han venido a colaborar con esta


empresa, con Urano y Neptuno hemos hecho bastante, pero no ha
sido suficiente, ¿aprovecharemos la fuerza plutoniana para producir
la transmutación definitiva que coloque a la astrología en el lugar de
una disciplina a favor de las fuerzas, de la creación, de la producción
de diferencia, en definitiva, a favor de la vida, que no es otra cosa
que la expresión del ser singular de cada individuo? ¿Será éste el
mensaje que nos trae Plutón, el porqué de su aparición?

Plutón, su fuerza, su símbolo


¿Cómo comenzar a pensarlo desde un mínimo de significación?
Si nos permitimos dejar atrás innumerables interpretaciones que
se han hecho, algunas muy operativas y otras demasiado forzadas o
apresuradas, ¿qué queda? Tomaremos solamente dos coordenadas.
En primer lugar su existencia concreta como cuerpo celeste dentro
[email protected]
del sistema solar, y luego su nombre-símbolo con el mito que le
corresponde.
Si tenemos en cuenta la correspondencia existente entre los seres
que habitan el sistema que los engloba, ya sean humanos, minerales,
planetas, etc.; esa íntima y misteriosa unidad que les permitió a los
antiguos crear el concepto de microcosmos, ¿cómo se corresponde
Plutón con nuestro sistema?, ¿qué lugar ocupa en el macrocosmos?
El último lugar, el borde, ya no el límite. Pero Saturno ocupó, por
miles de años ese último lugar, fue el representante del límite en un
sistema que creía y pensaba que el mundo llegaba hasta él y luego
la nada. El límite era aquello que tenía una sola cara, la interna,
que daba forma a una realidad única que se hacía necesario con­
tener dentro de una sólida estructura. Mundo mecánico, ya dado,
perfecto, y para tranquilizarnos definitivamente, sostenido por un
dios que sólo tenía ojos para nosotros.
A pesar de que han pasado cientos de años, nuevos planetas des­
cubiertos, Copérnico, y una ciencia actual aventurada al infinito,
125
ASTROLOGÍA INMANENTE

cierta subjetividad se sigue resistiendo a dejar ese lugar "privilegiado"


que habíamos construido, como si nuestro mundo siguiera siendo
pensado hasta Saturno. Tal vez esto se deba a algo muy cierto que
se dice del señor de los anillos: que es el límite del ego. Y es que
el ego en una primera instancia se define por un límite: soy este
sistema perfecto, ya dado, inmutable, porque si cambiase dejaría
de ser, de definirse como tal. Saturno es interpretado como ese más
acá, ese límite interior que permite mantener el estado de cosas.
Cuando el adicto dice, -es la última dosis-, última copa, último
cigarro, sabemos que la condición de este enunciado es la de no ser
cumplido, porque en realidad siempre es el anteúltimo, pues de esta
manera mantiene las cosas para volver a su adicción, a ese mundo
que necesita mantener. En realidad el límite es lo anteúltimo. La
última dosis es la sobredosis, en la que el límite ha quedado atrás y
se ha traspasado el umbral, ya nada será igual, sobreviene la muerte
[email protected]
o la recuperación, bendita transmutación.
Aquí aparece Plutón, el habitante del umbral. Plutón es el borde
del sistema solar, pero ya no, como se creía, de un mundo cerrado
sobre sí mismo, sino de un mundo dentro de un universo tan vasto
como desconocido. Borde de dos caras, una que mira hacia nuestro
interior y otra que mira hacia su exterior.
Aventurarse a Plutón implica dejar atrás el sistema/mundo que
nos dio una identidad y todas las referencias para sostenerla. Nos
conecta con esa exterioridad, con otros mundos absolutamente
desconocidos que permiten la expresión de lo desconocido en
nosotros; a condición de que algo o mucho de lo que somos deje
de existir ingresando en lo desconocido absoluto, Averno donde el
ego se aterra. Ya con Urano y Neptuno sucede algo similar, pero si
bien ellos también se sitúan más allá de Saturno, después de ellos
sigue habiendo sistema. Con Plutón las cosas son diferentes, él es
el fin del mundo, después, el abismo y no la nada, lo desconocido,
lo irreferencial. Plutón nos abisma, nos sumerge en su oscuridad
enceguecedora donde va desapareciendo lo que somos, o mejor
126
PLUTÓN. ALIADO DE LO IMPERCEPTIBLE

dicho, lo que construimos para ser un sistema con identidad dife­


renciada, algo que nos permita decir yo. ¿Por qué Plutón nos hace
cruzar el umbral, qué quiere? Algo tremendo para nuestro pequeño
ego: la conexión absoluta. No quiere la desconexión, aunque se
lo siga asociando con la muerte. Quiere esa mutación, que como
tal, el yo vive como su desaparición, su muerte, para que nuestra
esencia se conecte con el universo. Mientras haya un yo cerrado en
sus límites, creerá que él es todo el universo, y en algunos casos su
centro. Mientras hubo un límite este delirio se pudo sostener, y así
nos fuimos separando cada vez más de la vida. La transmutación es
lo que viene a propiciar Plutón, y si la experiencia es insoportable,
no depende de él, una fuerza planetaria es otra cosa, depende de
cuán adheridos estemos al ego, al límite identitario y al mundo
que hemos elegido para que lo sostenga. El grado de inquietud es
proporcional al quantum de lo que tendrá que quedar atrás para
iniciar una aventura desconocida, en la que a pesar de lo que parezca
[email protected]
no desaparecemos, desaparece lo que no permitía la conexión, y
aparece otra cosa, lo desconocido en nosotros, lo propio del ser que
no podíamos percibir, aparece la invisibilidad, (nuestro) devenir
imperceptible. Nahual.

El mito
La potencia del mito no radica tanto en las múltiples interpre­
taciones que se han hecho sobre lo que los griegos han querido
decir, sino en lo que están diciendo, en su literalidad. Apelando
nuevamente a la operación de aplicar sólo un mínimo de significa­
ción a la variada simbología del mito, sólo tomaremos de Plutón
aquello que lo singulariza. Más allá de cuestiones familiaristas y
diversas persecuciones que podemos encontrar en otros relatos, la
singularidad que encontramos en Plutón radica en su capacidad
para volverse invisible.
127
ASTROLOG{A INMANENTE

Plutón reina el Averno, mundo al que desciende lo que ha


muerto.
¿Por qué nos muestran que el muerto desciende y no se eleva?
Porque la muerte es aquello que necesitamos ocultar imperiosamen­
te, a tal punto que al cuerpo se lo hace desaparecer lo antes posible
¿será por lo que hace aparecer?, ¿será porque devela aquello que
no tiene una explicación definitiva y por lo tanto nos desespera?,
¿será porque es el verdadero límite del ego que le confirma su fin,
su irrisoria omnipotencia? La muerte es la gran certeza que resiste
los grandes esfuerzos que ha hecho el hombre por entenderla,
siempre huyendo del entendimiento y convirtiéndose en lo que no
podemos simbolizar. Pero todos están vivos en este mito, por lo que
nos lleva a pensar la muerte de la única manera que lo podemos
hacer, "en" la vida.
El yo, así como en ocasiones acepta contenidos inconcientes
extraños a la [email protected]
conciencia, también, con los más ajenos a su forma
se desentiende de ellos creyendo que no verlos es matarlos o bien
negarles la vida. En nuestra profundidad, así como en el Averno,
cobran cada vez más fuerza, más tamaño, y en algún momento
eludirán las barreras para salir a una superficie que no les da la
bienvenida. Su aparición es difícil de soportar, pues es una presencia
sin imagen, sin nombre. Y el ego es una imagen que necesita de
ellas para definirse como tal. Ahora entendemos por qué los sabios
griegos le dieron a Plutón un escudo que lo hacía invisible ¿Cómo
estar en un mundo que lo condena a la profundidad de la tierra
por considerarlo horroroso? Pero eso invisible para el ego es lo que
somos íntimamente. Conectarnos con ello es permitir la conexión
con nuevos mundos, la producción de nuevas existencias.
El umbral ha sido cruzado, el yo ha caído, ¿qué hacemos?, ¿tra­
tar de aferrarnos en la mismidad del poco ego que ha quedado,
o bien, afirmarnos en esa corriente invisible, impersonal que nos
empuja a un más allá? ¿Aumentar el control al costo que sea, o ser
lo desconocido, ser lo que no se era? Plutón nos invita a una boda
128
PLUTÓN. AL.IADO DE LO IMPERCEPTIBLE

extraordinaria, contraer nupcias con lo invisible. ¿Cómo amarlo?


Estamos a un paso, gran parte de la percepción de lo que somos y
del mundo ha caído, el límite quedó atrás. Un torbellino de fuerzas
invisibles nos rodea y ya no podemos percibirlas porque nosotros
somos imperceptibles, y gracias a ello podemos afirmarnos en esas
fuerzas desconocidas que nos acercarán a la conexión absoluta, pues
solo la invisibilidad nos conecta con ese más allá imperceptible.

El viaje con Plutón, su tránsito


En su transitar, las conexiones que va realizando todo planeta nos
permiten vivir experiencias asociadas a su naturaleza para dar expre­
sión al complejo entramado de fuerzas que somos, para desplegar al
máximo nuestra potencia de existir. La casa astrológica transitada
es el escenario por donde aparece, en el cual nos hace ver lo que el
planeta va queriendo para esa operación. Cada casa puede ser un
[email protected]
territorio abierto a la experiencia o una cerrada zona de referencia
para el yo, y dependerá de cuán identificados estemos con ella para
saber cómo atravesaremos lo que quiere Plutón. Lo problemático
de su tránsito dependerá de cuan identificados, apegados y por lo
tanto alienados estemos con esa parte de nuestra vida. Plutón nos
hace volver sobre el principio de nuestra propuesta, pues hará. caer
la mayoría de las significancias y subjetivaciones que le habíamos
acuñado a cada parte de nuestra vida para quedarnos con las más
cercanas a la fuerza. De este modo nos hará comenzar de nuevo
desde un mínimo de significación, pero desde un máximo de inten­
sidad para construir una nueva subjetividad más abierta y profunda.
Haciendo un recorrido por las casas, podríamos caer en la ten­
tación de sobre interpretar sus efectos al transitar, pero sólo tra­
bajaremos con tres coordenadas, a la manera de tres interrogantes
flotantes que le haremos a cada casa, que se pueden sintetizar así:
¿qué cae y deja de ser visible?, ¿cuál es la vivencia en el umbral?, y
¿qué aparece?
129
ASTROLOGÍA INMANENTE

Casa I:
Es un tránsito por demás desestabilizador porque Plutón incide
directamente sobre lo que esta casa construye, el yo. Caen de a
poco o en un estallido los trozos de la imagen que el yo delineó a
lo largo de toda la vida, cuesta reconocernos y la vivencia en ese
umbral puede ser la de una intensa sensación de muerte o de locura,
pues todo control se ha perdido. Nunca tan actual la sentencia de
un ascendente en Escorpio, Nietzsche: "lo que no me mata, me
fortalece". Y esa fortaleza que aparece en nosotros, es la fuerza de
la vida que ahora se puede encarnar para expresarse, porque sabe
que sabemos que ya no es nuestra, que no nos apropiaremos de
ella. Solo queda un mínimo necesario de ego para que esto suceda.
Serás invisible.

Casa II:
En el territorio del exilio de Plutón, caen los valores que hemos
[email protected]
acumulado en nombre de ese seguro capital que nos permite res­
ponderle a la existencia. Vivencia de intensa inseguridad que nos
puede llevar a controlar a cualquier costo lo que nos queda, o bien
girar y afirmarnos en lo que aparece, otro tipo de riquezas ocultas
que tiene la vida. Abundancia que no podíamos ver porque no
puede "tenerse" para sí. Valores, en principio invisibles, que nos
invitan a sostenernos en ellos. ¿Cómo sostenerse en lo invisible?

Casa III:
Caen los parámetros racionales con los que entendemos el
mundo, por lo que se dispararán infinitas dudas para escapar de
esta certeza. Pero a la vez podemos comenzar a percibir que el
pensamiento es otra cosa, no una facultad innata subida a una
cabeza que cree tener la razón, sino un efecto del impacto de la
vida sobre nosotros, violencia ejercida sobre el cuerpo que nos
empuja hasta el umbral del entendimiento y fuerza al pensamiento
a un más allá de lo pensado. Somos pensados por el pensamiento.
130
PLUTÓN. ALIADO DE LO IMPERCEPTIBLE

¿Cómo pensar si no, lo no pensado en nosotros, lo impensable


que siempre acecha?

Casa IV:
La cálida pertenencia a lo conocido comienza a temblar, el terri­
torio que alguna vez fue seguro para nuestras raíces ya no lo es más.
¿Será la desesperación la respuesta a esta sensación de desarraigo,
o bien comenzaremos a percibir que aquello que considerábamos
un refugio que nos contenía, ahora no deja salir lo más profundo
en nosotros? ¿Y si esta casa en lugar de ser un claustro familiarista
anudado con lazos sanguíneos que no se pueden traicionar es el
nido para el descanso de nuestro eterno vuelo?

Casa V:
Nuevamente Nietzsche. Con Plutón natal en esta casa, nos habla
en el inicio [email protected]
Zarathustra de las tres transformaciones del espíritu
para el devenir creador del hombre (el superhombre). Comienza
diciendo que el hombre se cree superior por lo que lleva, cuanto
más peso, más fuerte y heroico se creerá, pero no se da cuenta que es
un asno de carga. Si se opera una transformación se convertirá en el
símbolo de esta casa, el León, quien conquista su libertad y se atreve
a decirle -no- al "tú debes". Pero, no alcanza con decir no" .. . para
eljuego divino del crear se necesita un santo decir 'si'. .. ", afirmando
la vida con todo lo que se expresa a través nuestro, y para esto se
necesita de otra transformación, la del león en niño. Maravillosa
imagen para esta casa, que si bien la asociamos a nuestros niños, es
algo más allá, es aquello que nos permite conectarnos con ellos para
afirmar todo lo que en la vida se presenta, nuestro devenir niño.

Casa VI:
El cuerpo será ahora el que hable, y toda la relación con él, ver­
dadero significado de esta casa, se pondrá en juego. ¿Le damos al
cuerpo aquello que lo compone, o en nombre del desconocimiento
131
ASTROLOG(A INMANENTE

o de cierta omnipotencia siempre estamos al límite de la descom­


posición? Ahora ya no podremos sostener ese límite, y el síntoma
que aparezca nos puede hacer cruzar el umbral peligrosamente,
con demasiado costo, poniéndonos de cara a una descomposición
inminente que nos permitirá estrechar la relación con el cuerpo
para unirlo a la cabeza.
¿Comprenderemos de una vez por todas sus invisibles motivaciones?

Casa VII:
Cae el modo de relación que armamos con el otro, y aquél que
sostenía nuestra conocida imagen se invisibiliza, convirtiéndose
en un desconocido. A lo conocido en nosotros no lo convoca más,
para que veamos a través del vínculo lo otro de nosotros. De todos
modos si la relación sobrevive, tendrá que volver a pactar las cosas
del otro lado del umbral, pues dentro del límite conocido ya no
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se puede. Lo desconocido pasará a ser parte de la relación. ¿ Y si el
otro no lo quiere?

Casa VIII:
Si bien la amenaza de muerte es una compañera constante en
el viaje plutoniano a través de las casas, ahora alcanza una notable
visibilidad.
Se encuentra lo más cerca posible en la casa que se aventura más
cerca del umbral y su presencia es inevitable. Algo muy importante
se ha perdido o se ha muerto, pero, ¿qué herencia de la profundidad
nos es dada? Otra relación con la intimidad. Lo más íntimo de no­
sotros ha quedado al descubierto para que lo podamos compartir.
Lo íntimo no tiene imagen, es la desnudez, pero al compartirlo nos
puede llevar a percibir el máximo de nuestra intensidad.

Casa IX:
"Dios ha muerto". La sentencia nietzscheana recorre el transitar
plutoniano por esta casa, el sentido que sostenía nuestra vida desa-
132
PLUTÓN. ALIADO DE LO IMPERCEPTIBLE

parece y se lleva todo lo que ocupaba nuestro horizonte existencial.


El caballo encabritado y nosotros sin saber a dónde apuntar la
flecha. ¿ Llenaremos ciegamente ese vacío con el gurú de turno, o
bien cabalgaremos en ese desierto que avanza sin colmarlo con un
sentido único? ¿Y si el desierto en lugar de ser ese lugar que cree­
mos infértil es un verdadero campo inmanente abierto a infinitos
sentidos? Plutón nos arrastra a una vida nómada sensible al más
mínimo de los acontecimientos

Casa X:
¿Y si aquello por lo que hemos luchado toda la vida ya no es
importante, no nos representa y no coincide con nuestra ambición
más íntima? La brújula se ha vuelto loca y el Norte apunta hacia un
lugar desconocido, a un más allá del límite que habíamos negociado
con la sociedad. En la casa donde construimos el personaje que nos
representa ante el mundo entra el planeta de lo irrepresentable.
[email protected]
Cae el personaje y la consiguiente pertenencia al mundo conocido
que garantiza.
Desde ahora el desafío es muy alto, ¿cómo responderle al mundo
con un mínimo de personificación? ¿Será que gracias a esto podemos
crear una nueva relación con lo social más acorde a nuestra natura­
leza más íntima?, y un paso más, ¿ no estaremos en esa instancia que
nos hace ver que todo esto se logra cuando no se ambiciona lograrlo?

Casa XI:
Los griegos nos dieron un excelente ejemplo del funcionamiento
de esta casa, el ágora: -si quieres alcanzar una gran altura con tus
pensamientos, piensa con el otro- ¿quién es este otro? El camarada,
el colega, el rival, un autor, una idea, en definitiva, ese amigo con
el que compartimos el deseo de pensar y por lo tanto tejemos un
plano consistente para sostener el pensamiento. Con Plutón la trama
comienza a desaparecer, ya sea porque en la supuesta claridad de
nuestras ideas un relámpago iluminó la oscuridad que no veíamos,
133
ASTROLOGfA INMANENTE

o bien, porque un amigo deja de serlo. La consistencia se debilita


y un abismo hace aparecer lo desconocido, ¿querrá Plutón que
nos hagamos la gran pregunta que recorre el pensamiento: cuando
pensamos, quién piensa?

Casa XII:
Si paradójico es aquello que expresa múltiples sentidos a la vez,
esta casa es la que presenta mayor complejidad paradoja!. En
oposición a la cercanía que la razón tiene con lo lógico, la paradoja
requiere de una apuesta más alta que necesita de cierta comprensión
para alcanzarla, pero sabemos que si sobrepasa su límite, ya todo es
vivido como un caos. Mar caótico sin forma que a veces clausuramos
por el temor, y a veces por el horror que despiertan esos monstruos
en nosotros cuando asoman sus cabezas. ¿Acaso esos monstruos no
son otra cosa que aquello de nosotros que no hemos expresado?
Los [email protected]
al fondo y le construimos un dique llamado ego. Y el
ego delira, cree que han desaparecido. Pero no solo no muere, sino
que crece, ¿por qué? Porque ese caos es en parte nuestro, o bien, es
nuestro en tanto somos una parte de él, y Plutón hará caer el dique
porque quiere que logremos esa bendita unión.
Última casa, la gran tarea. Atravesar lo que Plutón deja al
descubierto, la monstruosidad de lo ajeno en nosotros, hacerlo
propio, para poder ingresar en un mar donde nos aguarda un tesoro
muy bien custodiado por Neptuno. Doble tesoro, ya lo intuimos:
por un lado la conexión absoluta, y por otro su condición, el
reconocimiento de que somos una mínima partícula en el universo,
una gota; y como se preguntó una vez el monje que quería salir de
la rueda de Samsara, ¿cómo hacer para mantener viva una gota de
agua?, hasta que comprendió: -devolviéndola al océano-.

134
PLUTÓN. ALIADO DE LO IMl'ERCEl'TIBLE

Un final
Nos preguntábamos acerca del punto de partida y el punto de
llegada.
Hemos llegado a un mar saturado de la materia prima y pura
de la existencia donde la indiferenciación reina por todos lados,
entonces, ¿de qué formalización estamos hablando, qué símbolo
se supone que encontraremos? Es todo lo contrario. Simbolizamos
para salir de allí creyendo que la vida guarda cierto orden, cierta
mesura, cierta seguridad.
Podemos elegir, si queremos que nuestra vida sea sostenida en
ese orden que fortifica al yo y le permite ensanchar sus límites, o
en esa conexión insondable que requiere de un mínimo de ego y
un máximo de proliferación de las fuerzas.
Es una apuesta riesgosa, por lo que la prudencia debe ser el aliado
inseparable de este viaje, pues es la forma de mantener una distancia
vital con el otro aliado, ese constante morir que acecha invisible
[email protected]
y siempre presente. Plutón no "rige" la muerte, el ego se siente
morir ante lo que él le propone, y la paradoja es que sólo después
de experimentar ese morir, de cruzar el umbral se lo comienza a
entender y a experimentar en toda su intensidad. Del otro lado, en
el mínimo de formalización alcanza la máxima intensidad, ¿quién?,
su devenir imperceptible.

135
ASTROLOG!A INMANENTE

[email protected]
Bibliografía consultada
FRIEDRICH NIETZSCHE, A�i habló Zarathustra
GILLES DELEUZE, Nietzsche y la Filosofía

136
Anexo
Lanzado a la inmanencia

...después de hablar sobre el último planeta podría cerrar este libro,


pues, ¿qué me queda por decir?, pero como las fuerzas retornan,
me empujan a seguir afirmando la energía de Plutón narrando una
vivencia que tal vez haya sido, después de mi nacimiento, la más
plutoniana que he vivido, pues me devolvió a la inmanencia.

[email protected]

Es una cálida madrugada de diciembre, un cielo estrellado es­


pera la salida del sol. Camino junto a mi padre. Después de tantas
diferencias que alejaron nuestros caminos, caminamos juntos, no
sé si encontramos un camino o un caminar. Me ayuda a llevar
unas maletas. No hablamos mucho, la sola compañía nos alegra.
Del otro lado de la vieja avenida General Paz nos despedimos con
afecto. Deseándome buena suerte le pido que se quede un rato
más, pero mis palabras ya no tienen peso o importancia. Ha girado
y lo veo de espaldas alejarse de a poco. No sé por qué no puedo
dejar de observarlo y a la vez de perderme en esa visión, la visión
de la soledad, una soledad que se funde entre la suya y la mía. En
un instante, un automóvil que aparece rompiendo la oscuridad a
la velocidad de la luz lo atropella sin siquiera poder frenar. Veo su
cuerpo suspenderse en el aire y volar envuelto en la brisa del morir.
Suelto las maletas como si soltara todo lo vivido y corriendo, me
137
ASTROLOGfA INMANENTE

aventuro en lo absolutamente desconocido, fuera del tiempo o en


el tiempo puro, donde caen la existencia con todos sus sentidos,
para quedar a merced de un afuera absoluto. Me aventuro a eso
otro sin importar si volveré.
Llego. El destello del morir es de una visibilidad tan cristalina
como insoportable. Hace estallar mi corazón, y ese ardor helado
que me quema el pecho es lo único que tengo, o mejor dicho, es
lo único que soy. Miro de cerca su cuerpo muerto, pero la muerte
ya ha pasado y sólo queda el morir. Le doy la espalda y mis rodillas
tocan la tierra tal vez buscando un poco de gravedad, de firmeza. La
transparencia en la que me encuentro me hace tan permeable como
un recién nacido y el torbellino de fuerzas a mi alrededor me levanta
de nuevo hacia él. La potencia de ese morir es descomunal y ya todo
ha cambiado. Mi vida ha virado tanto que, desde entonces, cada
vez que digo "mí" vida, sé que sólo es un modo de decir. Así como
[email protected]
la muerte ni nos alcanza, ni es un límite al que llegamos, es decir,
no es algo personal sino que "se" muere para dar paso a la potencia
del morir; la vida no es una propiedad, sino una abundancia que
nos es dada a cada instante, un compartir, un vivir que aumenta su
potencia y su gracia en compañía del morir. El vivir está ahí, aquí,
y sólo tengo que aprender a estar a la altura de lo que brinda, pues
la vida se brinda también y aún más en el instante de una muerte.
La muerte y el morir. Ha muerto mi padre y se ha llevado la
muerte, y esta desaparición hace visible lo inasible, lo que siempre
quise de él: su ser. El morir sigue presente, sosteniendo el poder de
su ser que él me ha donado en este acontecimiento único, siempre
a mi lado, caminando juntos.

l:l8
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Esta primera edición se terminó de imprimir


en el mes de agosto de 2015
en Bonusprint, Buenos Aires, Argentina.
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