Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

[Comentario Ana Burgos]

SONETO XXXVIII

Serena Luz, en quien presente espira


divino amor, qu´enciende i junto enfrena
el noble pecho qu´en mortal cadena
al alto Olimpo levantars´aspira;

ricos cercos dorados, do se mira


tesoro celestial d´eterna vena;
armonía d´angélica sirena
qu´entre perlas i el coral respira.

¿Cuál nueva maravilla, cuál exemplo


de la immortal grandeza nos descubre
aquessa sombra del hermoso velo?

Que yo en essa belleza que contemplo,


aunqu´a mi flaca vista ofende i cubre,
la immensa busco i voi siguiendo al cielo

Localización del texto

Se trata de un soneto de Fernando de Herrera (1534 – 1597), poeta que


desarrolló su poesía bajo el reinado de Felipe II, dentro del llamado “segundo
renacimiento”; amigo de Mal de Lara que fue el creador de la Escuela de Humanidades
y Gramática, alrededor de este taller se reunió la llamada “escuela sevillana” de la que
Herrera fue el líder. Como poeta Herrera ya no sigue el modelo de poeta-soldado de los
primeros renacentistas, ahora es un poeta-erudito dedicado exclusivamente a vivir de
las letras, particularmente él además de un saber enciclopédico poseía una fuerte
formación en lenguas clásicas y modernas. En cuanto a sus obras comenzó
componiendo poesía épico-patriótica con obras como Gigantomaquia y El Amadís, hoy
desaparecidas; posteriormente, tras conocer a la que sería su musa doña Leonor de
Milán, condesa de Gelves, se pasó a la poesía amatoria según los cánones petrarquistas,
dónde se enclava el SONETO XXXVIII que vamos a comentar.

Tema, resumen y estructura

El tema del soneto es la divinidad de la amada; su belleza ayudará, mediante el


amor, al poeta a alcanzar la inmortalidad llegando al cielo, recogido específicamente en
el último verso la inmensa busco i voi siguiendo al cielo, . El tema es un tema destacado
en los neoplatónicos, en su plenitud la amada es la guía, enseña el camino del cielo al
amado.
Resumiendo el argumento sería el siguiente: la amada (Luz), que emana
divinidad, mueve y frena a la vez el corazón del poeta, que se encuentra atrapado en un
cuerpo mortal y no puede ascender al Olimpo (entiéndase, cielo, Paraíso, inmortalidad,
eternidad...); la belleza solo es comparable a la divinidad, oculta tras un velo que no
permite ver al poeta el camino al cielo, y que va descubriendo día a día.

1
La estructura del soneto condensa la exposición del tema, en los dos cuartetos
procede a la descripción de la amada y la posición del amado respecto de ella; en el
primer terceto, el poeta se pregunta cuál será el camino que encontrará al descubrir
completamente la belleza de su amada, y a modo de conclusión, en el segundo terceto,
él seguirá buscando, y de esa manera encontrará el camino al cielo.

Análisis

El soneto está compuesto en versos endecasílabos de rima consonante dispuesta


de la siguiente manera: ABBA ABBA CDE CDE.
Fonéticamente los primeros versos se apoyan acentualmente en 2ª y 4ª sílaba
dando continuidad melódica a la exposición.
La idea neoplatónica de la amada como guía, como hemos comentado, aparece a
lo largo de toda la composición, iniciándola con Serena Luz, metáfora que encubre a la
amada, elevándola a al altura de divinidad hasta tal punto que emana amor en quien
espira divino amor; para el poeta renacentista la luz se encuentra en la belleza femenina,
y esta luz es la que le conduce a Dios, a través del amor.
Morfológicamente se observa esta dirección en el uso constante de adjetivos,
principalmente relacionados con la divinidad, divino amor, tesoro celestial d´eterna
vena; además todos los sintagmas muestran la positividad que respira el poema: noble
pecho, ricos cercos dorados, nueva maravilla, inmortal grandeza, sombra de hermoso
velo.
El predominio adjetival en el texto es muestra clara de la presencia de los
principios estéticos de la escuela sevillana cuya creación busca la magnificiencia del
estilo, se centra en los recursos formales, en la limpieza del lenguaje; en definitiva,
trabaja el plano de la expresión, que inspirará a los poetas barrocos que trabajaran
excepcionalmente este plano de la lengua.
En el primer cuarteto, el poeta expresa magistralmente su situación, la del
amado, la antítesis qu´enciende i junto enfrena el noble pecho, con la oposición verbal
encender/frenar, nos enseña como el amor le inspira en su ascensión y a la vez le frena
en su fin de llegar al cielo, al alto Olimpo (para los griegos morada de los dioses), con
la metáfora en mortal cadena, es humano y su cuerpo debe permanecer unido a su alma
hasta que esa figurada cadena se rompa.
En el siguiente cuarteto la grandiosidad de las metáforas solo son superadas por
la limpieza del lenguaje: ricos cercos dorados, do se mira / techo celestial d´eterna
vena; esta metáfora simboliza el color del pelo de la amada, rubio en este caso,
reconocible por la similitud con otra metáfora utilizada por Garcilaso, en la que se
asemeja el tono dorado del pelo con el color del oro, extraído de las entrañas de la
Naturaleza, de la tierra.
Las referencias a la naturaleza en las metáforas son tratadas en la poesía
renacentista, y por supuesto, en la poesía amatoria petrarquista de Herrera, así además
de los susodichas, los adjetivos “espirituales” como celestial, eterna, angélica crean un
círculo en torno a la amada que podemos apreciar en la comparación sirena que´entre
perlas i coral respira, destacando los colores blanco de pureza y coral de vitalidad, pero
no de cualquier manera sino a través de la armonía, término en clara alusión a la música
como arte perfecto de la vida y el mundo para estos poetas.
Desembocamos en la pregunta marcada fonéticamente con un acento en 1ª sílaba
que consideramos arrítmico por la intención del autor en destacar su propósito ¿cuál?;
su amada le sitúa día a día en el camino hacia el cielo, tras el velo con que cubre su

2
belleza se esconde su inmortal grandeza, tras la metáfora se esconde el fin de su
propósito, el fin de su vida.
El segundo terceto se apoya en un acento medio en 6ª sílaba vuelve a un ritmo
continuo acorde con la serena conclusión del soneto; el poeta aparece implícitamente en
el poema, con el pronombre personal de 1º persona, intensificado con el primer acento
versal sobre él. En esta conclusión se expone el tema de la composición, él
contemplando la belleza, busca la eternidad, pero desde una posición humilde apostrofa:
aunqu´a mi falca vista ofende y cubre.

Valoración

Herrera tras la consideración por “el Brocense” de escritor clásico de Garcilaso,


tomó el testigo de tal aseveración y se convirtió en estudioso de su poesía buscando las
raíces mismas en los textos, en su obra Anotaciones trabaja en esta dirección. En el
Soneto XXIII, En tanto que de rosa i açucena, verso cuarto donde Garcilaso dijo con
clara luz la tempestad serena, Herrera corrige y lo cambia por enciende el coraçón i lo
refrena; así de cercano se siente de su antecesor, y le honra usando su misma
corrección: Serena Luz, (...), que enciende y junto enfrena. El sexto verso del poema
tratado nos dirige igualmente a este soneto de Garcilaso para hacernos entender:
primero las siguientes metáforas, tomadas de la naturaleza: I en tanto que´el cabello, qu
´en la vena / del oro s´escogio, (...), así comprendemos la referencia de Herrera en sus
versos ricos cercos dorados, do se mira / tesoro celestial de eterna vena. La naturaleza
para el poeta renacentista es lugar de reposo, serenidad, paz, donde reflejar sus
sentimiento, traslada su vida a un lugar poético (locus amoenus), puro, cercano a Dios,
su creación idílica.
Por otro lado, la visión renacentista del proceso amoroso nos muestra un amado
que nace condenado, el camino del amor es doloroso, pero el amante no cesa en su
lucha, su visión es platónica, el hecho del deseo es inalcanzable, semejante a la
ascensión a la eternidad; el poeta llega a desear la muerte, en algunos momentos,
adquiere una actitud, incluso, masoquista ante el sufrimiento:

¡basten las que por vos tengo lloradas,


no vengueis más de mí con mi flaqueza;
allá os vengad, señora, con mi muerte!

(Segundo terceto del Soneto II, Garcilaso)

Sufrí llorando, al crudo Amor rendio,


el dolor congoxoso del cuydado;
a çelo, a pena, a ausençia condenado,
y a desdén y a asperezas ofreçido.

(Primer cuarteto, Soneto, Herrera)

La pureza radica en que el deseo amoroso no puede limitarse a un simple deseo


carnal, debe ir más allá, al sentimiento trascendental, místico. Sin embargo, la pasión
amorosa en Herrera no se detiene en la espiritualidad y va más allá, se acerca al deseo
carnal, estas variaciones lo alejan del primer renacimiento.

3
Si yo pudiese con mejor ventura
trocarme como Iúpiter solía,
em blanco cisne buelto ya estaría
delante de mi Luz hermosa y pura.

Y si algún temor de muerte oscura,


en onrra suya el canto ensalsaría;
la boca y a los ojos bezaría,
alegre de perderme en tal dulçura.

(Soneto, Herrera)

Igualmente, podríamos comparar la tranquilidad con la que el poeta se enfrenta


al amor, su visión es serena, consciente del camino a seguir, con la visión mostrada por
Boscán en su Villancico, donde el poeta navega en un mar de dudas y preocupaciones
por su serenidad trastocada. Herrera conoce la dirección y sin miedo se enfrenta al
descubrimiento de su destino.

¿cuál nueva maravilla, cuál ejemplo


de la inmortal grandeza nos descubre
aquesta sombra del hermoso velo?

Por el contrario, Boscán se encuentra perdido, la amada en lugar de situarle en la


dirección adecuada le ha colocado en una encrucijada sin dirección.

Ver os haro mal ha sido,


Mas no veros peor fuera,
No quedara tan perdido;
Pero mucho mas perdiera.

Como estamos viendo la amada refleja la luz que ayudará al poeta a elevarse a la
eternidad; Boscán en este poema no comprende lo que ve y así lo reflejan los últimos
versos en los que el poeta desplaza su mirada al exterior dada su propia inestabilidad.

Que uiera aquel que no os uiera?


Qual quedara,
Señora si no os mirara?

A diferencia de Herrera que aparece tras sus versos como un poeta consciente de
su destino, preparado para enfrentarse a él.

Que yo en esa belleza que contemplo


(...)
la inmensa busco y voi siguiendo el cielo.

Nos encontramos ante un magnífico poeta del segundo renacimiento, con una
poesía limpia en el lenguaje y un empleo de los recursos estilísticos de gran belleza;

4
consciente del lugar que ocupa y ocupará en la Historia de la Literatura mediante su
trabajo, excesivamente perfeccionista en similitud a su maestro Petrarca.

También podría gustarte