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TALLER DISCIPULAR

“LAS SIETE DISCIPLINAS ESPIRITUALES PARA LA MUJER DE HOY”

TEMA 6: EN EL SERIVICIO BIBLICO. La disciplina del servicio consagrado.


“Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos” Marc. 10:45

Tenemos el gran privilegio se ser usadas por el Señor con nuestros dones y talentos. Sin embargo, no debemos perder
de vista que, al ser mujeres, nuestro primer lugar de servicio en nuestro hogar. Esto no significa que dejemos de servir
en la iglesia, al contrario: somos parte del cuerpo de Cristo que se manifiesta en nuestra iglesia local, la comunidad
donde crecemos, somos confrontados, restaurados y usados por el Señor. No existe un lugar mejor para servir al Señor
con todo nuestro corazón y todas nuestras fuerzas que en la iglesia donde nos congregamos.

El servicio es otra de las disciplinas espirituales que requiere de intencionalidad (decisión), esfuerzo y que demanda de la
formación de nuestro carácter. Nuestra mayor motivación no puede ser la búsqueda de reconocimiento o de aplausos.
Nosotras estamos sirviendo al Señor y no a los seres humanos, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo. Todos
los creyentes, sin importar su edad o su etapa de crecimiento espiritual y que puedan seguir desarrollando.

A continuación, se muestran 7 aspectos para reflexionar en cuento a la práctica de la disciplina espiritual del servicio
para que nunca pierdas esa pasión y entusiasmo por servir a Dios y a los demás.

1. Entiende que no siempre se trata de sentimientos: La obligación y la responsabilidad se manifiestan muchas


veces a pesar de que los sentimientos son adversos (negativos) y la motivación no es la mejor. Pero uno crece
cuando sabe que sirve al Señor en obediencia.

2. Dale tiempo a la disciplina del servicio: La perseverancia es extremadamente vital en el servicio y experimentar
una estación seca en la motivación no es razón para dejar de servir. La mayoría de las personas que encuentran
la mayor pasión y emoción en lo que hacen son aquellas que se enfrentan con determinación (decisión) en los
tiempos difíciles y buscan poner orden en su corazón y propósito al no permitir los pensamientos de derrota, de
abandono y negatividad, sino que abundan en alinear su corazón con los mandamientos y las promesas de la
Palabra de Dios para seguir sirviendo. Las traiciones, los grandes desafíos, las incertidumbres y hasta el pecado
de personas cercanas nos pueden desanimar y hacer querer tirar la toalla, pero debemos confiar que el Señor
está interesado en formar nuestro carácter a través de nuestra perseverancia en el servicio.

3. Pasa tiempo con Dios: La disciplina del servicio nunca va sola, sino que siempre va acompañada por las otras
disciplinas espirituales que nos ayudan a crecer y a vivir una vida equilibrada. No basta solo con servir si no
mantenemos una comunión cercana con el Señor y Su Palabra. No hay nada más vivificante que estar en la
presencia de Dios. Jesús lo expresó con absoluta claridad: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y
cargados, y yo os haré descansar.” Mat. 11:28. La presencia de Dios nos da energía y nos llena para que
podamos continuar llenando a otros con el mismo amor que recibimos de Cristo.

4. Recuerda que el Señor nos ha dado dones para servir a Su iglesia : El Señor no ha dejado tu servicio librado a tus
propias fuerzas, habilidades o sabiduría. El Señor ha entregado dones para que sirvamos dentro del cuerpo de
Cristo. En la medida en que nos dejamos ministrar y aconsejar por los pastores de nuestra iglesia, eso permitirá
también que vayamos descubriendo nuestra propia ocupación en el ministerio del Señor Efesios 4:11-13 TLA “ Él
fue quien les dio a unos la capacidad de ser apóstoles; a otros, la de ser profetas; a otros, la de ser
evangelistas; y a otros, la de ser pastores y maestros. Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia,
que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes. Así seremos un grupo muy
unido y llegaremos a tener todo lo que nos falta; seremos perfectos, como lo es Cristo, por conocer al Hijo de
Dios y por confiar en él.”
5. Todo servicio requiere una actitud valiente y decidida : El libro de Ester contiene una gran historia que puede
servirnos para animarnos a hacer lo que el Señor nos ha llamado a hacer a pesar de las circunstancias o nuestros
propios sentimientos. El pueblo en el exilio estaba a punto de ser aniquilado. Solo la reina Ester tenía la
posibilidad de interceder delante del rey para que impidiera la masacre. Sin embargo, Ester podría ser
condenada al tratar de entrar en la presencia del rey sin haber sido convocada por él. Ante este desafío, el tío de
Ester, Mardoqueo, le dijo: “Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro
lugar para los judíos, pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú
habrás llegado a ser reina?” Ester 4:14. Presta atención a las palabras de Ester en respuesta a Mardoqueo,
“Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa y hagan ayuno por mí. No coman ni beban durante tres días,
ni de noche ni de día; mis doncellas y yo haremos lo mismo. Entonces, aunque es contra la ley, entraré a ver al
rey. Si tengo que morir, moriré” (Ester 4:16, Ntv). Esa es la actitud que el Señor bendice con respecto a nuestro
servicio.

6. Busca ejemplos saludables de servicio que te animen y motiven: Siempre encontraremos personas en la iglesia
que nos sirvan de ejemplo y ánimo porque sus vidas representan los ideales de Jesucristo con respecto al
servicio. El mismo apóstol Pablo se presentaba como tal ante sus discípulos de Corinto cuando les decía:
“Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí
a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes
bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí” 1ª Cor. 15:9-10.

7. Procura mantener relaciones saludables con tus compañeros se servicio: No hay nada más terrible que saber
que la obra de Dios se hace en un espíritu de murmuración, chisme o contienda. El Señor no recibe la gloria
cuando la obra se realiza, pero los corazones están dañados y sucios por la enemistad. Sirvamos en la casa de
Dios con un corazón dispuesto, puesto que lo que hacemos en para agradar a Dios y no a los hombres.

Reflexión personal:

Debido a nuestras múltiples prioridades, ocupaciones y distracciones podríamos dejar de reconocer que el Señor nos ha
dado dones y talentos para el servicio en nuestra iglesia local. Aunque nuestro primer servicio es en el entorno de
nuestro hogar, el Señor también nos ha dado dones y talentos para ponerlos al servicio de nuestra iglesia local para la
gloria de Dios y bendición de Su pueblo.
Preguntas de reflexión con respecto a este tema de la disciplina del servicio:

¿Qué debo rendir?


¿Qué debo hacer?
¿Qué debo orar?
¿Qué debo recordar?

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